CRÓNICA DE INTERÉS HUMANO Leamos el siguiente ejemplo de Crónica Testimonial, humana, redactada en un original estilo tragicómico, muy original, publicada en la revista «Caretas» con motivo del Día del Padre (1991), y cuya ilustración aparece al inicio de esta página. Ay, Mi Padre Crónica desventurada de un cronista aventurero. Escribe ENEAS MARRULL Yo suelo quedarme muy asombrado cuando encuentro muchachos y chicas que dicen muy sueltos de huesos que sus padres jamás les pegaron porque, que yo recuerde, mi padre jamás dejó de pegarme. La primera tanda que recibís se pierde en la noche de los tiempos. Y probablemente fue por alguna inocente travesura que cometí cuando todavía gateaba y solía mirar por debajo de la falda a una tal señorita Hortensia. Pero la primera cueriza, que todavía me duele, fue cuando me puse a escribir unos versos al estilo de Bécquer. Mi padre, un auténtico héroe civil en la lucha contra el infortunio, pertenecía a esa nefasta raza de hombres nacidos para trabajar hasta el sacrificio, y no contento con eso pretendía hacernos herederos de esa obsesión diabólica. Como es fácil deducir temió que me dedicara a poeta (lo cual en su diccionario era sinónimo de ocioso) y decidió liberarme de la seducción de las aladas musas a trompada limpia. A sí, de esta expeditiva manera, la lengua castellana perdió tal vez a uno de sus más preclaros vates. Otra golpiza, que tuvo los efectos de un terremoto devastador, ocurrió cuando infeliz de mí!- le comuniqué entusiasmado que me había matriculado en una academia de teatro. Una soberana paliza me convenció, con argumentos sólidos y contundentes, que no había nacido para los aplausos del público culto y exigente. Otra zurra feroz me acometió como un huracán endemoniado cuando tenté el género epistolar, estimulado por las turbulencias románticas de mi febril adolescencia. La apasionada carta, escrita en una noche de insomnio y de suspiros cayó en manos del enemigo por la vil traición de un primo rival que, ¡gracias a Dios!, aún escribe con faltas de ortografía. El hecho es que subí contrito y cabizbajo al cadalso a recibir la pena máxima: cuarentaitantos latigazos que me hicieron hervir la sangre no precisamente de pasión. En el Código Penal de mi padre estaba claramente estipulado que mis catorce años no eran edad suficiente para aventurarme en los lances de Cupido. Y, aunque esa vez Marte venció a Venus, no fue para siempre. Pero la historia perdió un Casanova nato, cuyas aventuras hubieran sido la delicia de generaciones. Y así, entre tanda y tanda, iba pasando la vida entre el terror y la zozobra, porque, por alguna falla cósmica, yo tenía la cabeza muy dura: no podía enmendar los errores que me hacían acreedor a esos contundentes premios en la desdichada rifa de mi necia fortuna. Mi padre era, evidentemente de la escuela antigua. Alguna vez le oí decir que la letra con sangre entra. Quizá ese haya sido el motivo por el que aprendí a leer en un santiamén a muy temprana edad. Otro de sus postulados era la lacónica ley taliónica: «El que a hierro mata a hierro muere», que me aplicaba generalmente cuando pegaba a mis hermanos. Pero lo que realmente distinguía a mi padre de otros padres castigadores y severos era su exquisito sentido de la prevención del delito: a veces pegaba por adelantado, por lo que pudiera hacer cuando él se ausentaba. Muchos años después de estos cataclismos, y contento de haber sobrevivido, veo en lontananza con cierta ternura lo que antes vi con terror: el estricto cumplimiento del deber de un padre aferrado a sus circunstancias y a su tiempo. Menos mal que no tengo hijos en quienes practicar esa rígida y efectiva disciplina felizmente en vías de extinción. Este adolescente domina guitarra, violoncello y trompeta. “GRACIAS A LA MÚSICA CONOCÍ FRANCIA, ESPAÑA Y SUIZA” -Su talento le ha permitido deleitar públicos diversos, desde el Auditorio Mozart, en la Península Ibérica, hasta el pasajero del Transantiago. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Christopher es más bien formal, muy educado y puntual. Cuida su estampa y mantiene su guitarra impecable. Cursa en la actualidad primero y segundo medio en la jornada de la noche. Es persona conocida en el Liceo de Adultos “Luis Gómez Catalán”. Bueno para conversar y para hacer sonar las cuerdas cuando está a la espera de la siguiente hora de clases. Extrovertido y de sonrisa fácil. Se confiesa buen estudiante. Mantiene en la actualidad un promedio superior a seis. A la hora de hacer un recorrido por su vida, Christopher señala: “La vocación musical aparece a los ocho años de edad, cuando mi padrastro me enseña a tocar guitarra. De ese momento no paré más. Participé en coros escolares y fui parte de la Orquesta Sinfónica de San Miguel. Me especialicé en violoncello”. Más adelante cuenta que se integró al Liceo Experimental Artístico donde estudió ejecución en trompeta, más percusión. Posteriormente dice que a la sombra de ese establecimiento educacional se formó el grupo musical “Danzares Latinoamericanos” del cual formó parte un tiempo. Con entusiasmo relata que con ellos tuvo la oportunidad de viajar fuera de Chile. “Estuvimos en España, Francia y Suiza. Actuamos en distintos escenarios. Nos entrevistaron en la televisión catalana, recorrimos los Alpes, en fin, fue una experiencia inolvidable”, acota. Señala que gracias a la música también le ha correspondido visitar grandes zonas del sur de nuestro país. El año pasado, con tanto recorrido nacional e internacional, tuvo que pagar un costo. Repitió el primer nivel.. ….Fracaso que le duele…, pero hoy se muestra muy conforme con los resultados que ha obtenido en sus estudios. Christopher a la hora de proyectarse sostiene con seguridad: “Una vez egresado de la enseñanza media estudiaré Ingeniería en sonido. Obtenido este título me abocaré a la composición musical” Manifiesta su deseo de perfeccionarse en el extranjero. “Aquí, acota, no se valora el arte”. Con gracia cuenta que, desde su casa, en la comuna de Maipú, hasta el liceo, viaja en el transantiago. Pero a este trayecto “le saca partido”, porque se transforma en artista callejero y no son pocas “las monedas” que recauda, gracias al canto y guitarreo. Este juglar se gana el sustento diario en la Plaza de Armas de Santiago, en el Metro y en las calles, escenarios naturales “muy rentables”, según sus palabras. Pero para este joven escolar no todo es dinero. Dice que muchas veces canta para animar a la gente, que siempre transita con pena de un lugar a otro. “En ocasiones un aplauso de una persona triste vale más que el dinero”, asevera. En este momento, Christopher forma parte de una nueva agrupación musical:” Matices de América”. Con este conjunto ha tenido notas televisivas en diversos canales nacionales. En relación a cómo se enteró de la existencia de este liceo, dice: ”pasaba por la Alameda y me llamó la atención que el liceo fuera de adultos. Llegué a mi casa y me puse a revisar por internet y curiosamente me encontré con la misma institución que había visitado en la mañana”. Luego enfatiza: “Es muy agradable estar aquí. Me acomoda el horario. Aprendo harto. Siento que se interesan por mí, porque compañeros y funcionarios me preguntan habitualmente cómo estoy, si tengo algún problema”. Dice que estas conductas no son muy comunes y es por eso que recomienda a los jóvenes integrarse a esta institución educacional, “de todas maneras, en un ciento por ciento”, enfatizó.