130-2013 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las doce horas con cincuenta y cuatro minutos del día veinticuatro de mayo de dos mil trece. El presente proceso de habeas corpus fue iniciado a su favor por la señora Rosa María Guzmán, en contra de los Tribunales Tercero y Quinto de Sentencia, ambos de San Salvador; quien fuera condenada por los delitos de estafa y estafa agravada. Analizada la solicitud presentada y considerando: I.- 1. La peticionaria respecto del Tribunal Quinto de Sentencia de San Salvador —en síntesis— relata que, en un inicio, fue condenada por el delito de apropiación o retención indebida en un tribunal que no identifica, pero por un recurso de apelación interpuesto por parte de su abogado, la cámara respectiva anuló la sentencia y se ordenó celebrar una nueva vista pública, en esta ocasión, la representación fiscal solicita el cambio de calificación jurídica al delito de estafa agravada, por ser la solicitante "profesional" y, ante tal petición la referida autoridad judicial accede y finalmente le condena por el delito de estafa agravada. En este caso, expresa que "la víctima le acusa de no haber firmado él el instrumento de devolución de retroventa cuando se han firmado muchos documentos más y de más valor (...) considero que lo que había entre nosotros eran relaciones contractuales de negocios de préstamos, situaciones que al haber un incumplimiento de pago o de entrega podrían ventilarse en los juzgados civiles mercantiles por tratarse de relaciones meramente patrimoniales", pues arguye que nunca tuvo la intención de negarse a cancelar una deuda y, menos, concurrió el dolo de cometer el delito de estafa, pues este delito requiere de una conducta engañosa con ánimo de lucro y hacer incurrir en error a un tercero, y ella no ha obtenido ningún beneficio económico, ni la víctima ha incurrido en un perjuicio económico; además, no era posible engañar a la víctima, pues ésta "es un prestamista de trayectoria en sus negocios" que conocía muy bien su trabajo y lo que debía hacer. Por lo anterior, considera que el Tribunal Quinto de Sentencia de San Salvador ha vulnerado su derecho a un debido proceso, al condenarle por un delito que no se configura, al agravar el delito de estafa por el hecho de ser profesional, y, por establecer una pena desproporcionada en relación a lo que la víctima realmente reclamaba -cuatro mil dólares-. 2. En relación al proceso penal instruido en el Tribunal Tercero de Sentencia de San Salvador, la solicitante —en síntesis-- expresa que, en una ocasión la víctima le dijo que necesitaba un préstamo, por lo que le presentó a uno de sus clientes que se dedicaba al otorgamiento de créditos, los cuales se garantizaban con escrituras públicas de compraventa con pacto de retroventa sobre inmuebles y, "aunque fuera retroventa siempre de común acuerdo se pactaban intereses", siendo que los pagos de las cuotas respectivas le eran efectuados a la pretensora. Como la víctima pagaba en diferentes fechas —incurriendo en mora—, el prestamista le exigió el pago del capital total, por lo que se hizo un segundo crédito, con otra persona que adquirió la calidad de deudor, a fin de cancelar el primer préstamo. De este modo, con el dinero obtenido con este último crédito, se firmó un recibo de cancelación total de hipoteca, pero el acreedor alegando el retraso del pago en las aletas e intereses vencidos, vendió el inmueble dado en "garantía". La víctima denuncio a la peticionaria por el delito de estafa, reclamando la venta del inmueble de su propiedad y, alegó que nunca le fue leída la escritura de compraventa con pacto de retroventa, por lo que no tenía conocimiento de que fuera eso lo que había firmado. Por lo anterior, la pretensora considera que se le ha vulnerado su derecho al debido proceso, por parte del Tribunal Tercero de Sentencia de San Salvador, "al no haberse valorado la prueba del recibo donde constaba que ya había entregado la suma total de la deuda pero el juzgador se enfoca de que tal dinero no fue entregado al [prestamista]". Siendo este último quien actuó de mala fe y quien obtuvo los beneficios económicos provenientes de los intereses del crédito y de diez mil dólares provenientes de la venta de la vivienda de la víctima, por tanto, fue el prestamista "el que cometió el engaño, una estafa y un provecho injusto, pero que lamentablemente quien tuvo que pagar las consecuencias fue mi persona", reclamando además la omisión del tribunal sentenciador de no valorar "la fe pública del notario cuando se leyó íntegramente la escritura de retroventa". II. Con relación a los reclamos planteados es de indicar, como esta Sala lo ha reiterado en su jurisprudencia, que los asuntos sometidos a control por medio del proceso de hábeas corpus deben cimentarse en la existencia de vulneraciones a derechos fundamentales con incidencia en la libertad física de las personas, es decir deben tener un matiz constitucional. Caso contrario, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas por otras autoridades y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformidades de los demandantes con lo decidido, la tramitación del hábeas corpus será infructuosa y deberá rechazarse la pretensión al inicio del proceso, por medio de una declaratoria de improcedencia —verbigracia resolución de HC 162-2010 del 24/11/2010—. III. En el presente caso, la señora Guzmán reclama contra actuaciones de dos autoridades judiciales, por un lado alega que el Tribunal Quinto de Sentencia de San Salvador, le condenó por el delito de estafa agravada, hecho a su criterio injusto pues, se agravó el tipo penal en atención a su condición de "profesional"; además, en su caso no concurren los elementos configuradores de dicho ilícito; y que la pena impuesta es demasiado alta en comparación a lo reclamado por la víctima —cuatro mil dólares—. Por otro lado, aduce haber sido condenada por el Tribunal Tercero de Sentencia de San Salvador por el delito de estafa simple, no obstante, la persona quien cometió "el engaño, una estafa y un provecho injusto" fue otra, y no se valoraron elementos que —a su criterio—, la desvinculan como autora del delito. A ese respecto, se advierte que lo planteado por la peticionaria, en ambos reclamos, descansa en una inconformidad con la valoración efectuada por los Tribunales Tercero y Quinto de Sentencia de San Salvador, en relación a los elementos probatorios en los cuales dichas autoridades judiciales han sustentado la existencia de los delitos de estafa y estafa agravada, respectivamente, y su participación delincuencia' en la comisión de los mismos, así como también, con la dosificación de la pena de prisión impuesta por el delito de estafa agravada; circunstancia que no puede ser sometida a control constitucional por medio de un hábeas corpus, pues los jueces penales son los facultados para determinar reclamos como el expuesto. Si a través de este proceso se entrase a examinar aspectos puramente legales como el referido, se produciría una desnaturalización del proceso de hábeas corpus, convirtiendo a esta Sala, en una instancia más dentro del proceso iniciado en sede penal. Lo anterior, se afirma en atención a que el análisis del cumplimiento de los elementos de un tipo penal —juicio de tipicidad— y el rol de una persona en la comisión de un hecho delictivo en concreto, supondría valorar las pruebas para determinar la existencia del delito y la participación delincuencia', así como cuantificar la pena a imponer en caso de condena, siendo esta facultad —la valoración de los elementos probatorios— parte de la labor que les ha sido otorgada exclusivamente a las autoridades jurisdiccionales, competentes en materia penal, y cuya consideración, en definitiva, constituye un asunto de mera legalidad que por su naturaleza está excluido del conocimiento de esta Sala —verbigracia resoluciones de HC 328-2011 del 26/10/2011 y 220-2012 del 07/07/2012—. Por las consideraciones que anteceden, esta Sala advierte un vicio en la pretensión de la solicitante, imposibilitándose conocer del fondo de la misma por alegarse asuntos de legalidad; por tanto, deberá finalizarse el presente proceso mediante la declaratoria de improcedencia. IV. Finalmente, en virtud de la situación de restricción que afronta la peticionaria en el Centro de Readaptación para Mujeres de Ilopango, esta Sala considera procedente, a efecto de garantizar el derecho de audiencia y a la protección jurisdiccional de la misma mediante el conocimiento real y directo de este proveído, requerir auxilio al Juzgado de Paz de Ilopango para notificar este pronunciamiento de manera personal a la señora Rosa María Guzmán en el Centro Penitenciario de dicha localidad. Por las razones expuestas y con fundamento en el artículo 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, 141 inciso 1° y 192 del Código Procesal Civil y Mercantil—de aplicación supletoria—, esta Sala RESUELVE: 1. Declárese improcedente la solicitud de hábeas corpus planteada a su favor por la señora Rosa María Guzmán, por haberse reclamado asuntos de mera legalidad. 2. Notifíquese esta resolución a la señora Guzmán en el Centro de Readaptación para Mujeres de Ilopango; para ello requiérase auxilio al Juzgado de Paz de esa localidad, quien deberá informar con brevedad sobre la realización de ese acto procesal de comunicación. 3. Ordénase a la Secretaría de esta Sala que, con el fin de cumplir el anterior requerimiento, libre el oficio correspondiente junto con la certificación de esta resolución. 4. Notifíquese. -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------J.S.PADILLA---F.MELÉNDEZ---J.B.JAIME---E.S.BLANCO R---C.ESCOLÁN.----------------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN------------------------------------------------E.SOCORRO C.-------------SRIA.-----------------------------------------------------------------------------------RUBRICADAS----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------