ESCUELA DE MAYORES COMPARTE LO QUE SABES APRENDE LO QUE NECESITAS TRANSFORMA LO QUE VIVES LA EDUCACIÓN DE ADULTOS VISTA DESDE UNA EXPERIENCIA DE INVESTIGACIÓN-ACCIÓN 1 ESCUELA DE MAYORES LA EDUCACIÓN DE ADULTOS VISTA DESDE UNA EXPERIENCIA DE INVESTIGACIÓN-ACCIÓN REFLEXIÓN INICIAL La teoría es una forma científica de comprender el mundo y al ser humano que lo habita. La ciencia se basa y se construye a través de un pensar sistemático, integrado por un sistema de conceptos, juicios y razonamientos. Recordemos que el pensar es el que produce pensamiento; cuando pensamos sistemáticamente creamos ciencia. En este año y medio, hemos construido un pensar científico, ex perimentando y aprendiendo de la realidad que pretendemos transformar. Es tiempo que nos detengamos a revisar lo construido, porque esto será lo que nos faculte a seguir transformando la realidad educativa y la vida de los adultos mayores. La generalización de nuestros conceptos y de nuestras conclusiones serán nuestras herramientas para extender los beneficios de una teorí a que resulte favorable para la transformación de la cultura del envejecimiento. COMPARTE LO QUE SABES Uno de los aspectos más presentes en relación con “el discurso” de la vejez, es el deterioro de las capacidades cerebrales. Se entiende que el adulto mayor padecerá de alguna enfermedad “mental” dado el deterioro de su cerebro . Para comprender de mejor manera la forma en que hemos venido construyendo la teoría de la que hablamos, debemos primero atender a la forma en que nos hemos planteado el asunto de la vejez. Recordando que lo hemos asumido como una etapa normal en la vida de los seres humanos, que debe ser transformada en relación con la cultura del envejecimiento que hasta ahora hemos construido como sociedad. 2 Es decir, nos planteamos a la vejez como un concepto, que debemos transformar, no sólo en la percepción social, sino en la forma de percibirla y vivirla de los propios viejos. Partimos de la idea de que a través de las escuelas de mayores podríamos construir las condiciones adecuadas para que los adultos mayores cambiarán su rutina de vida y se asumieran como agentes protagónicos en la construcción de su futuro. El cerebro humano es, sin lugar a dudas, la más poderosa herramienta desarrollada en este planeta. El pensamiento es un proceso que se da en el cerebro y que se concretiza en diferentes formas, una de éstas es el lenguaje, que es lo que hac e “claramente humana la conducta humana” Nuestro trabajo se ha basado en la necesidad de establecer una serie de actividades que mantengan activo al adulto mayor y que se traduzcan en alternativas válidas y aceptadas por éste. En este sentido, el planeamiento inicial de fomentar el diálogo, incentivando la acción de compartir lo que sabemos, está orientado al desarrollo de las capacidades del lenguaje, pero sobre todo al necesario contacto social, que al mantener activo al adulto mayor, logra que su rendimi ento intelectual disminuya de manera más lenta. Los grupos de adultos mayores, han contribuido a ejercer una de las actividades que más garantizan el desarrollo de sus capacidades; que es el mantenerse en contacto con otros, ya que está probado que el aisl amiento (motivado por cualquier razón) produce un rápido deterioro, pues impide que “el cerebro social” se desarrolle al dejar de hacer cosas y al no equilibrar sus sentires y sus deseos con los de los demás. Según los especialistas, el cerebro en la vejez , empieza a procesar la información de manera más global y menos focalizada, en este tenor, se comprende la pertinencia de fomentar, como se hace en las escuelas de mayores, la poesía y la filosofía de la vida, a través de los diálogos de saberes y de la revisión crítica del sentido de la vida. Los adultos mayores, han sido estimulados para acercarse a las diferentes manifestaciones artísticas y, dada la característica cerebral que hemos mencionado, son más propensos a disfrutar y a incorporar vitalmente lo s placeres que estas bellas artes producen. 3 La actividad estética, junto con otro tipo de actividades, es la clave de una posible reducción de los factores que desencadenan el envejecimiento que llamaremos “paralizante”. Las escuelas de mayores deben ser verdaderos centros de fomento del arte, ya sea acercando a ellas a lo mejor de la vida artística local, como en la producción de actividades de parte de los propios adultos mayores. Recordemos que en las más recientes investigaciones se ha demostrado que el cerebro trabaja en red, es decir, que nuestros cerebros están conectados a otros cerebros, a través del lenguaje, la vista, las reacciones emocionales, el contagio emocional y la imitación. En este sentido, las escuelas de mayores aportan un espacio adec uado para que esta red se potencialice mediante el fomento de la interacción constante de los integrantes del grupo. Una más de las acciones que podemos ubicar dentro de este enfoque de trabajo, es la constante actividad relacionada con la forma en que se ha logrado que en las escuelas de mayores se manifieste la camaradería, la convivencia y el cuidado de otros, aspectos que también son considerados como necesarios para conservar una actividad generadora de desarrollo y de rendimiento intelectual. APRENDE LO QUE NECESITAS Por otra parte, las escuelas de mayores están muy interesadas en los aprendizajes necesarios para la vida de los ancianos. De esta manera, la práctica de las educadoras se centra en l ograr que los adultos mayores aprendan lo necesario para vivir mejor y reinsertarse socialmente a la vida de sus comunidades, dada la lamentable tendencia de “hacer a un lado”, a quien desde el punto de vista de una parte de la sociedad ha dejado de ser productivo. Las preguntas constantes son: ¿Qué debe aprend er el adulto mayor? ¿Cómo lo debe aprender? ¿Para qué le servirá lo que aprenda? ¿En qué sentido lo que actualmente quiere aprender está ligado a la cultura del envejecimiento que él mismo ha asumido como propia? ¿De qué manera los nuevos aprendizajes cambiarán su vida y la de los que lo rodean? ¿Qué tanto el punto de partida de sus saberes actuales facilitan o entorpecen los aprendizajes que los pueden ayudar a dignificar su vida? ¿Qué aportes puede y debe hacer a las nuevas generaciones y de qué manera debe aprender a transmitirlos o a fomentarlos? 4 Las escuelas de mayores han centrado su acción a este respecto en la frase “Aprende lo que necesitas”: Si bien es una frase sencilla ha implicado la generación de múltiples prácticas de parte de las educador as. Por una parte se trata de garantizar que sea el adulto mayor el que se concientice de sus necesidades de formación, es decir, que la propuesta de formación y de interacción grupal sea definida en una de sus vertientes principales por la demanda de los adultos mayores. De esta manera las educadoras han puesto en práctica la consigna de preguntar y diagnosticar junto con los adultos mayores acerca de las demandas iniciales del grupo y de sus integrantes. Esto se ha hecho de múltiples formas, aunque la más socorrida ha consistido en el establecimiento de un diálogo constante entre los mi embros del grupo y la educadora; que ha permitido ir diseñando actividades acordes, tanto a la demanda de los ancianos, como a las demandas sociales, expresadas a través de la intervención de la educadora (demandas institucionales) y en general del medio en el que se inserta la escuela. Los estudios acerca del aprendizaje han demostrado la importancia de que sean los talentos individuales los que guíen la acción educativa, y a que de esta manera se garantiza que el que a prende adquiera confianza en sí mismo, en sus potencialidades y en la forma en que puede enfrentar exitosamente una actividad. Por ello en las escuelas de mayores ha resultado tan relevante el que las acciones educativas se centren el lo que el anciano sabe hacer y en los saberes que posee. Es por esa razón que las actividades manuales han sido un acompañante permanente de las acciones formativas, ya que el adulto mayor se siente seguro haciendo algo para lo cual se sabe capaz. No obstante desde la perspectiva de desarrollo de las escuelas de mayores ha resultado importante, considerar si la excesiva tendencia hacia las actividades llamadas “manualidades” no representa una muestra de la tendencia dominante de la oferta que por mucho tiempo se les brindó a los ancianos en los clubes o cursos de entretenimiento. En todo caso, las educadoras fueron capaces de desarrollar actividades alternativas a las mencionadas manualidades y, aunque siguen siendo parte del trabajo, se les ha incorporado como un elemento motivador de la 5 autoestima, en el sentido, de manifestar el talento del anciano para elaborarlas. Asimismo, han sido en algunos casos un medio para producir artículos que los mismos ancianos comercializan entre el los o entre sus familiares. Por lo tanto, en este aspecto podemos afirmar que es necesario buscar, junto con el adulto mayor, en qué es bueno, en qué se siente seguro, cuáles son los talentos desarrollados a lo largo de su vida y partir de ahí para que la confianza y el placer que genere el hacer lo que le gusta, se traduzcan en su desempeño en otras actividades dentro de la escuela de mayores. Así es que partir del conocimiento del adulto mayor y promover el autoconocimiento del mismo es una de las accione s que mayormente pueden garantizar la construcción de una propuesta educativa acorde con las necesidades y expectativas de los ancianos, y, de esta manera, se puede garantizar su permanencia en un proceso educativo, así como resultados verificables y significativos para su vida, la de su familia y de su comunidad. Por último, en relación con esto, es necesario agregar que según los especialistas, un ambiente enriquecido, como el que fomentan las escuelas de mayores, reduce el riesgo de enfermedades degener ativas. TRANSFORMA LO QUE VIVES La transformación social es un hecho incontrovertible. Todo cambia y el cambio es una constante. Los investigadores de la educación, reconocen que la interacción social es la que incentiva el desarrollo del cerebro, ya que esta es la forma en que se explica el desarrollo evolutivo del ser humano. También se ha demostrado que los cambios son un verdadero alimento para el desarrollo cerebral, ya que generan las sinapsis neuronales y retardan de manera comprobable el envejecimiento neuronal. La actividad y el contacto social son vitales para la conservación del “fuego emocional interior”. En este sentido las escuelas de mayores, al promover acciones sociales de parte de los adultos mayores que las integran están construyendo una alternativa de acción que incrementa la complejidad de las interacciones sociales y, por lo tanto, la necesidad de desarrollar habilidades y facultades de forma creciente. 6 La consigna “transforma lo que vives” se ha traducido en las escuelas, en proyectos diversos que han fomentado la acción social y comprometida de parte de los adultos mayores. Estos proyectos tienen el común denominador de ser actividades grupales que “salen” hacia las comunidades locales como una propuesta de intervención social o que simplemente se traducen en salidas o paseos a través de los cuales los adultos mayores demuestran su capacidad organizativa y sus estrategias de aprendizaje colectivo. En todo caso, en las escuelas de mayores demostraremos progresivamente que el desafío intelectual, la interacción social y una actitud positiva ante la vida pueden mejorar significativamente la vida de los adultos mayores, así como la percepción y hasta los prejuicios sociales que acompañan, lamentablemente a los ancianos en nuestro país. 7