Lotus Salcedo - Fundación Universitaria Konrad Lorenz

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“Tener o no un final feliz depende
de dónde decidas detener la historia.”
Orson Wells
Rectora
Sonia Fajardo Forero
Asesor Rectoría
Luis Fernando Fajardo Forero
Vicerrectora Académica
Lina Uribe Correa
Directora
Bárbara Skladowska
Comité Editorial
Juan Sebastián Aragón
Hugo Fazio
Genoveva Iriarte
Luis Enrique Orozco
Órinzon Alberto Perdomo
Equipo Editorial
Jhonattan Joshua Moreno
Maria Esperanza Segura
María Luisa Ramírez
Lotus Salcedo
Diseño y Diagramación
Enrique González
Edición y Publicación
Instituto de Humanidades
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
Fotografías
Stock Exchange
Edición Electrónica
Hernando Rincón Medina
Impresión
Fundación Cultural Javeriana de Artes Gráficas
-JAVEGRAF-
Contacto
Carrera 9 Bis No.62-43, Bogotá, Colombia
Tel. 347 23 11 Ext.140
E-mail: suma.cultural@konradlorenz.edu.co
ISSN 0124-1974
4
Suma Cultural
Julio - Diciembre de 2014
Convocatoria No.21
(Enero / Junio de 2015)
Queremos invitar a todos nuestros
lectores e interesados a participar en
el vigésimo número de la revista con
un trabajo original e inédito en las
áreas de literatura, historia, filosofía,
ciencia política, artes visuales, plásticas
y escénicas, cine, música y culturas
urbanas, entre otros. En esta ocasión el
eje temático será La Paz.
Fecha Límite de Entrega:
20 de Marzo de 2015
Se reciben textos de acuerdo con las
siguientes especificaciones:
• Artículos con una extensión máxima
de 5000 palabras.
• Trabajos de creación literaria (poesía
o narrativa).
• Reseñas de música, cine y libros,
con una extensión máxima de 1000
palabras.
• Reportajes fotográficos, cómic, de
entre dos y cuatro páginas tamaño
carta. Las imágenes deberán estar en
formato JPG y tener una resolución
mínima de 300dpi. Se publicarán en
blanco y negro. Este trabajo deberá
llevar título y una breve introducción
o pie de fotos.
• Ilustraciones acordes con el eje
temático de cada número, en formato
JPG y 300 dpi.
Los textos deben ser enviados al
correo electrónico
suma.cultural@konradlorenz.edu.co
adjuntando nombre completo,
teléfonos, correo electrónico,
profesión y ocupación. La Revista no
devolverá originales ni mantendrá
correspondencia sobre los mismos.
Para mayor información favor
comunicarse al teléfono 347 23 11 Ext.140
en Bogotá, D.C. o escribir a:
suma.cultural@konradlorenz.edu.co
Julio - Diciembre de 2014
Correo
1
La Revista Suma Cultural quiere hacer
un reconocimiento a dos profesores del
Instituto de Humanidades que asistieron
en el mes de Septiembre a congresos
internacionales.
César Ballestas estuvo en la Universidad
Autónoma de Aguas Calientes en México
presentando la ponencia conjunta La
Institucionalización de los Estudios Culturales
en Colombia durante el Primer Congreso
Cultura en América Latina. Prácticas,
Significados, Cartografías y Discusiones, en
memoria de Stuart Hall.
Daniel Bonilla llevó la ponencia: La Psicologia
como actor (Activo) para el postconflicto en
Colombia, al IX Congresso Iberoamericano
de Psicología, 2 Congresso da Ordem dos
Psicólogos Portugueses en Lisboa, Portugal.
Felicitaciones a César y a Daniel por este paso
adelante en su vida profesional.
12
El Grupo Laberintos del Instituto de
Humanidades, quiere invitar a toda la
comunidad universitaria a participar de
los encuentros semanales alrededor de
la cultura. Sus integrantes creen que no
obstante la búsqueda social de rentabilidad y
utilidad, la literatura amplía horizontes y nos
permite construirnos en tanto humanos.
Para obtener más información pueden
contactar a:
Lotus Salcedo:
lotus-om@hotmail.com
María E. Segura Z.:
mariae.seguraz@konradlorenz.edu.co
facebook.com/U.KONRADLORENZ
@ukonradlorenz
http://issuu.com/ukonradlorenz
12
El Instituto de Humanidades invita a la
comunidad lectora a participar en el
Taller de Escritura Creativa.
Mayor información: Daniel Bonilla:
escritura.creativa@konradlorenz.edu.co
Suma Cultural
5
Carta
de
la directora
Hace 14 años, la Konrad Lorenz, dirigida
por dos visionarios: Juan Alberto Aragón y
Sonia Fajardo, promovió una aventura editorial
denominada Suma Cultural
N
uestra revista ha llegado a
su edición número 20. Hace
14 años, la Konrad Lorenz,
dirigida por dos visionarios:
Juan Alberto Aragón y Sonia Fajardo,
promovió una aventura editorial
denominada Suma Cultural, Revista
de Cultura Contemporánea. Gracias a su
mirada futurista, abierta al libre pensar
en torno a la cultura y al hombre de hoy,
seguida de la generosidad intelectual
y económica fue posible la realización
de este proyecto editorial que hoy es
reconocido por centenares de lectores
dentro y fuera del país.
Los años de presencia de nuestra
publicación en los escenarios de la cultura
académica constituyen una excelente
ocasión para evocar sus inicios e imaginar
su futuro pero sobre todo para expresar
nuestro Gracias a todos aquellos que
de una u otra forma han participado y
participan de este gran proyecto. Por
motivos de espacio no es posible repasar
todas las efemérides y nombrar a sus
protagonistas.
Suma Cultural salió por primera
vez en marzo de 2000 para seguir con
un formato netamente académico
hasta el 2002. Bajo la guía del primer
editor, el historiador Jorge Castillejo, la
revista se caracterizó por su profunda
preocupación humanista acerca de la
6
Suma Cultural
Texto:
Bárbara Skladowska
complejidad de los inicios del siglo XXI,
publicando trabajos de mucho valor
investigativo y literario. Posteriormente
la publicación se interrumpe para
reemprender nuevamente su marcha en
2007. Innovado el formato, el diseño y la
diagramación, que permiten una lectura
más ágil, se lanza en búsqueda de las
significaciones culturales que marcan el
nuevo siglo.
A lo largo de estos años por las
páginas de los diferentes números de
la revista han desfilado personajesde la
cultura, academia, política y literatura; a
todos ellos nuestra gratitud y admiración.
Primero que todo gracias a
las autoridades de la Institución y
particularmente a nuestra Rectora
Doctora Sonia Fajardo por permitirnos
mantener abierto este espacio de diálogo
con el lector y llegar de manera seria pero
lúdica y elegante a ciertos espacios de
creación de difícil acceso.
Un gracias, especial a los miembros
del Comité Editorial: Genoveva Iriarte,
Hugo Fazio, Juan Sebastián Aragón,
Luis Enrique Orozco y Órinzon Alberto
Perdomo quienes generosamente han
respaldado la revista desde la academia y
desde su reconocimiento personal en los
espacios de la intelectualidad y del arte.
Gracias a la labor creativa de
losdiferentes editores y equipos
Julio - Diciembre de 2014
editoriales. Del ya nombrado Jorge
Castillejo, de Lina Cuellar, Luis Ernesto
Rozo y Jhonattan Joshua Moreno, entre
otros, quienes dentro de la cambiante
escenografía editorial lograron mantener
la revista fiel a sus lineamientos filosóficos
iniciales. Y fortaleciendo su papel de
puente que aligera el tránsito entre la
escena universitaria y el campo público
de la intervención cultural conservarla
como publicación de dicada a la difusión
y al debate de las nuevas significaciones
culturales que intervienen en la
configuración del mundo actual. Gracias
a esta coordinación eficaz y creativa los
diferentes temas como: La palabra, La
ciudad, La vida, El tiempo, El saber o La
identidad, entre otros, adquirieron una
simbólica difícil de imaginar y haciendo
coincidir los intereses de los escritores y
de los lectores englobaron realidades que
por ser cotidianas parecen obvias.
Gracias a todos los autores que
de una u otra forma y desde su lugar
propio han participado en la elaboración
conjunta de los diferentes números,
aportando generosamente y de manera
entusiasta su producción intelectual
o material iconográfico. En nuestras
páginas han probado su pluma escritores
e investigadores del corte de Alfredo
Iriarte, Neyla Graciela Pardo, Jean Marc
Levent, Darío Fajardo, Roch Little, Sergio
de Zubiría, Pablo Vallejo, Belén del Rocío
Moreno, María Juliana Martínez, Paul von
Leopold, entre otros, además de toda una
pléyade de autores jóvenes, estudiantes
de la Konrad y de otras universidades
que por primera vez se han hecho
visibles en los escenarios de la creación
literaria. También agradecemos a los
artistas: Federico Neira, Felipe Sobreiro,
Germán Bonil, Sarah Genner, Alled Parra,
entre otros, cuyos trabajos publicados
en el Fotodiario obligan a repensar lo
aparentemente impensable.
El diseño y la diagramación de una
revista son su semblante, su cara, el
nombre que habla al lector desde la
entrada y entre las líneas. Quiero resaltar
Julio - Diciembre de 2014
aquí el trabajo de nuestro diseñador
Enrique González quien desde su alma
de artista proyecta en cada número
un aire moderno, abstracto y a la vez
orgánico que va acorde con las exigencias
escriturales de cada tema.
Finalmente gracias a Javegraf, la
empresa impresora, queen respuesta
a nuestras solicitudes técnicas entrega
puntualmente trabajos de gran calidad
tipográfica; gracias también a las personas
encargadas de la edición electrónica,del
envío y de la distribuciónde la revista.Este
trabajo silencioso, detrás de las cámaras,
hace posible la llegada pronta de la revista
a muchos lugares y manos.
Con gran satisfacción constatamos
un gran interés de nuestros estudiantes,
docentes y público en general por
mantener viva la revista que ya consideran
suya. Todo aniversario constituye tanto
una parada obligatoria que evoca el
pasado como un punto de partida para lo
que viene. En pos de esto, la revista a partir
de éste número cambia su diseño por
uno más moderno y ágil, que esperamos
responda a sus inquietudes.
Agradeciendo, una vez más, a todos
los que fuimos y somos participes de esta
gran aventura editorial llamada Suma
Cultural quiero reiterar, a nombre del
Equipo,mi invitación a echar una mirada
crítica sobre lo que hemos logrado
hasta ahora e invitarlos a la construcción
creativa de las publicaciones futuras.
Solamente de este modo la revista se irá
fortaleciendo y resignificando. Las páginas
de las diferentes secciones: Miradas,
Anaquel, Fotodiario y Letras libres están
abiertas a quienes deseen aventurarse
acrear universos nuevos; a salir de la
quietud y la monotonía de lo habitual
y adentrándose en unas realidades
movedizas hacerse visibles. De lo contrario
todo pensar, por más sabio que sea, si no
enfrenta la mirada del otro simplemente
no existe y unas ideas brillantes pero
aprisionadas en el tintero de nuestro
escritorio se quedarán esperando
tiempos mejores que no siempre llegan…
Suma Cultural
7
Contenido
Correo5
Convocatoria5
Contenido8
Autores10
Editorial11
Miradas12
Imaginar al otro
Lotus Salcedo
La historia en
clave ficcional
Diego Higuera
La historia de
los olvidados
Daniel Bonilla
8
Suma Cultural
14
20
24
Revista SUMA CULTURAL
Julio / Diciembre de 2014
Número 20
Instituto de Humanidades
Fundación Universitaria
Konrad Lorenz
Bogotá, D.C., Cra 9 Bis No.62-43
Teléfono 347 23 11 Ext. 140
suma.cultural@konradlorenz.edu.co
Julio - Diciembre de 2014
Anaquel30
El libro álbum
32
Rosita Catalina Isaza Cantor
Furia de vatios
Luis Ernesto Rozo
42
Releer50
La historia y la literatura
María E. Segura
53
Fotodiario58
Enrique González Ayerbe
Letras Libres 66
Los duelos
Felipe Clavijo
68
Nunca jamás
Javier Vallejo
72
A tientas
Alberto Bejarano
74
Aquiles y la tortuga
Luz Amparo Carranza
76
Ha llegado el tiempo
Silvia Sierra
80
Cicatrices
Martha Ramírez
82
Río Negro
Daniela García
83
Julio - Diciembre de 2014
Suma Cultural
9
Autores
Alberto Bejarano
Doctor en Filosofía.
Universidad de la Sorbona París 8
Investigador en Literatura Comportada.
Instituto Caro y Cuervo
Bogotaucronica.blogspot.com
Luis Ernesto Rozo
Candidato a Doctor en Historia. Universidad
de los Andes
le.rozo50@uniandes.edu.co
Diego Higuera
Magister en Literatura.
Universidad de los Andes
Profesor Instituto de Humanidades.
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
diegoa.higuerac@konardlorenz.edu.co
Martha Adelaida Ramírez Rodríguez
Magister en Educación.
Universidad de Los Andes
mar_ramirez_r@yahoo.com
@maradelaida
Luz Amparo Carranza G.
Magister en Lógica y Filosofía de la Ciencia.
Universidad de Salamanca España
Profesora Facultad de Matemáticas e
Ingeniería.
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
amparocarranza@hotmail.com
Daniel Andrés Bonilla Montenegro
Especialista Gerencia Social.
Escuela Superior Administración Pública
Profesor Instituto de Humanidades.
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
bonilladma@gmail.com.
@dabonillam
10
Suma Cultural
Rosita Catalina Isaza Cantor
Especialista en Políticas Culturales
y Gestión Cultural.
Universidad Autónoma Metropolitana,
Iztapalapa, México
Profesora Instituto de Humanidades.
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
www.lasombradelbaobab.blogspot.com/
Felipe Clavijo Ospina
Abogado Constitucionalista.
Universidad Nacional de Colombia
@felibertino
Enrique González Ayerbe
Publicista.
Politécnico Grancolombiano
@egonayerbe
Silvia Sierra
Psicóloga.
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
sisi20.wordpress.com/
Javier Vallejo Chamorro
Estudiante de Psicología.
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
javiervallejo7@yahoo.com
Lotus Salcedo
Estudiante de Psicología.
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
introacrata.blogspot.com
Daniela García García
http://lenguaquemada.blogspot.com/
Julio - Diciembre de 2014
Editorial
Y es hoy aquel mañana de ayer…
Machado
L
a revista Suma Cultural, haciendo honor a su edición No. 20,
quiso abordar un tema que constituye una de las grandes incógnitas
intelectuales y académicas y que nos incluye a todos: la Historia. Nuestro
interés por el tema se centra en algunas facetas abordadas desde una
perspectiva cultural. Se trata de una reflexión compartida alrededor de nuestro
quehacer histórico para, sin ambicionar un análisis académico profundo,
aproximarse a la tridimensionalidad del tiempo que abarca el pasado, el presente y
el futuro que fluyen paralelos e incontenibles.
Resulta interesante constatar la resonancia que suscita el término historia. La
cantidad y calidad de sus definiciones e interpretaciones, más o menos acertadas,
que proliferan en el mundo académico y en el campo público de la intervención
cultural sorprende y confunde a veces. Voluminosos archivos y bibliotecas
nos dan razón de las facetas de la historia oficial, porque precisamente éste es
su oficio: narrar el pasado con carácter de dogma conforme a los pareceres
muchas veces particulares y sesgados. Sin embargo, para la gente de la calle
estas interpretaciones atiborradas de grandes de esta tierra, todos ellos blancos,
masculinos, hermosos… constituyen generalmente un cúmulo tedioso de
números, fechas, nombres y lugares y cuyo estudio no deja sino el cansancio.
Porque siguiendo al maestro Braudel, la Historia, no es un simple relato de las
cosas tal y como realmente acaecieron sino que “la Historia significa vivir la
historia”. Es decir, son las vivencias cotidianas, particulares las que dan sentido
y posibilitan la comprensión de la historia del presente y por ende de la historia
universal y no al contrario. Una historia capaz de involucrar en su construcción al
hombre de hoy. Ese hombre que tiene más que ningún otro un agudo sentido de
la historicidad y sus problemas reales no son problemas de discurso ni de retórica
vacía de sentido. Pero para esto la narrativa histórica tienen que bajar a la plaza
pública, cohabitar con la gente del común, transitar por las calles atiborradas para
anunciar desde el presente y para el presente. Pues tan sólo de esta manera la
historia de lo humano tendrá sentido.
Antonio Machado Ruiz
(Sevilla, 26 de julio de 1875
- Colliure, 22 de febrero de
1939) fue un poeta español, el
más joven representante de
la Generación del 98.
¿Y entonces qué es la Historia? La tuya, la mía, la del otro… Esta y muchas otras
preguntas forman el eje temático de los escritos de las diferentes secciones del
número. Recordando siempre que éstas son cuestiones que definitivamente no
soportan la respuesta. Tan solo aproximaciones. Porque Clío la musa griega de la
historia mira desde lejos… donde nace la memoria…
Julio - Diciembre de 2014
Suma Cultural
11
“El alma que hablar puede con los ojos,
también puede besar con la mirada.”
Gustavo Adolfo Bécquer
Miradas
Imaginar al otro
La historia en
clave ficcional
La historia de
los olvidados
Lotus Salcedo
Diego Higuera
Daniel Bonilla
14
20
24
Miradas / Imaginar al otro
Imaginar
al otro
Sólo dañamos a los demás cuando
somos incapaces de imaginarlos.
Carlos Fuentes
P
ara algunos imaginar es una
vagancia, una pérdida de
tiempo, pero para mí resulta
la herramienta más eficaz para
lidiar con un mundo tedioso, irreflexivo
y mugriento. Y no me refiero a irse a
paisajes metafísicos a cumplir fantasías
sexuales o encontrarse con quimeras
y unicornios. Imaginar va mucho más
allá de eso. Imaginar, crear, recrear,
comprender. Palabras ajenas para
muchos, de quienes se podría decir,
sufren una discapacidad.
Si usted levanta su cabeza y da
un vistazo al planeta, verá montañas
de cadáveres que se acumulan por
cuestiones políticas, religiosas,
culturales. Verá a un joven cayendo del
techo de un centro comercial porque
en su colegio no entendieron que ser
homosexual no era una enfermedad.
Sentirá cómo miles de ojos le observan
de forma punitiva, repugnante.
Advertirá cómo a un senador de
1
14
izquierda se le tilda de guerrillero por no
estar de acuerdo con la ultraderecha,
y cómo a un guerrillero se le trata con
respeto por tener el bolsillo repleto
de billetes. Oirá montones de voces
gritando de un lado a otro, injurias,
juicios, dogmas. Le arderán los ojos y
no querrá ver más. Ese, señores, es el
mundo que no imagina.
Al inicio de Viaje a pie (1929),
Fernando González afirma que: “En
cada época de su vida el individuo tiene
tres o cuatro ideas y sentimientos que
constituyen su clima espiritual. De ellos,
de esos tres o cuatro sentimientos o
ideas, provienen sus obras durante
esa época” 1. Si eso fuese cierto, podría
decir que una de esas ideas que me
envuelven por estos días es la de llegar
a poseer la capacidad de imaginar a
los demás tanto como pueda. Por
eso he intentado escribir cuentos
narrados por personas de otros
sexos, otras ideas, otros vicios, otras
Texto:
Lotus Salcedo
Fernando González
Ochoa (Envigado, Colombia,
24 de abril de 1895 - ibídem,
16 de febrero de 1964) fue un
escritor, filósofo, diplomático
y abogado colombiano
conocido también como El
Brujo de Otraparte
Fotografía © Guillermo
Angulo (1959)
González, Fernando. (2010). Viaje a pie, pp. 29. Medellín: Universidad EAFIT. (Original impreso en 1929. Paris: Le Livre Libre).
Suma Cultural
Julio - Diciembre de 2014
Miradas / Imaginar al otro
Miradas / Imaginar al otro
vidas. Me apasiona el hecho de poder
explorar mundos extraños, de lograr
introducirme en el imaginario de algo
con lo que no estoy de acuerdo, y más
que eso, de comprenderlo. Pero, ¿de
qué sirve cualquier valor, cualquier
ética, cualquier idea que no pueda ser
vivida? No me interesa ninguna filosofía
que no sea aplicable a la carne. Por eso,
esta idea debe ir más allá de un mero
ejercicio artístico.
Definamos primero esa
discapacidad de la que hablamos, la
imaginativa. Hay una palabra que creo
no está bien utilizada, y es discriminar,
porque se confunde con marginar
o segregar. Pero discriminar tiene
otro sinónimo: distinguir, como
creo deberíamos tomarlo. Y es aquí
donde está el primer inconveniente
de una persona con discapacidad
imaginativa: es incapaz de discriminar
(distinguir) a dos sujetos de un mismo
grupo, siempre tenderá a generalizar.
Por ejemplo, si en este momento me
declaro anarquista, y usted, sin conocer
nada más de mis ideas, entiende que
soy un muchacho que sale a marchas a
destruir y saquear negocios, usted sufre
de discapacidad imaginativa, ya que sin
conocer qué implica la condición de
anarquista en mí, asigna características
que no necesariamente debo tener. En
el mismo sentido, ¿si alguien es religioso
debe rechazar a quienes no lo sean; si es
pobre debe ser inculto y grosero; si es
de clase alta debe ser pedante y elitista;
si alguien está en desacuerdo conmigo,
está mal? La respuesta es: No.
Pero estas personas en realidad
no se dan cuenta de ello, porque en
oposición al proceso de discriminación,
se presenta el de generalización, que
es cuando agrupamos cosas con
características parecidas en grandes
categorías, rótulos. Esta es la salida más
fácil de recordar las cosas, por eso la
usan, porque es demasiado complejo
tener que dividir esas categorías
16
Suma Cultural
cada vez más, hasta llegar incluso a
eliminarlas y entender a las personas
como individuos, como casos únicos
y diferentes entre sí, así dos de ellos
se parezcan demasiado. Cuantas más
diferencias encontremos entre una
persona y sus iguales, más cercano va a
ser aquel que imaginamos de aquel que
tenemos en frente.
Después de desarrollar la capacidad
de identificar y diferenciar lo que
hace a cada persona individuo, el
siguiente paso es el de entenderlo.
Y cuidado acá, entenderlo no quiere
decir volverme como él o darle la
razón, eso es algo que muchos no
son capaces de asimilar, es un temor
que los invade. Por eso preferimos
ser tercos en nuestros errores que
aplaudir un acierto ajeno. Cuando se
estaba discutiendo el derecho o no
al matrimonio gay, recuerdo que una
persona muy seriamente me pregunto
que si no me daba miedo que al apoyar
esta iniciativa desaparecieran las
familias, y agregó que si hubiera habido
matrimonio gay en otra época, yo no
habría nacido. Y su pregunta no me
extrañó, porque Colombia es el país
de lo absurdo, donde es imposible
comprender lo simple. Si quiere
casarse con una persona de su mismo
“Si imagino de forma
distorsionada a alguien,
ese otro a su vez empezará
a imaginarme de formas
horrendas e iniciaremos una
escalada de agresiones y
malentendidos que parecerá
nunca acabar...”
Julio - Diciembre de 2014
Miradas / Imaginar al otro
sexo, hágalo; si no quiere, no lo haga.
Simple. Pero no, aquí creen que si se
casan dos personas del mismo género,
desaparecemos los heterosexuales.
Absurdo. Y no crea que es un ataque a
un país, fácilmente podría cambiarlo
al suyo, este tipo de discapacidades
no hace diferencia entre naciones.
Hace falta generar empatía, entendida
no como habilidad para caerle bien a
todo el mundo, sino como lo que es,
la capacidad para poder ponerse en
el lugar del otro, no desde mi punto
de vista, sino desde el de esa persona.
Un doble ejercicio de imaginación, si
se da cuenta. Pregúntese, ¿es usted
capaz de abandonar por un instante
su forma de ver el mundo para poder
entender al otro; aquello que lo lleva a
comportarse como lo hace; lo que llega
a sufrir, a disfrutar; lo que lo apasiona,
lo conmueve, lo indigna; aquello que
simplemente lo hace él? No me extraña
que la mayoría responda que sí, aunque
sepamos que son muy pocos los
que llegan a ese punto. Porque todo
Julio - Diciembre de 2014
el mundo se cree bueno, y en cierta
medida, lo es. Me he dado cuenta que
en la mayoría de los casos, nadie actúa
mal, nadie quiere ser un villano. Todos
actúan bien, desde su punto de vista, y
aquellos conceptos de bondad y culpa
terminan siendo artificios subjetivos
para justificar. Y ese, es el problema.
Tenemos una perspectiva del mundo
tan diminuta que somos incapaces de
darnos cuenta de las implicaciones que
tiene nuestra corta imaginación en la
de los demás, y que por una especie
de efecto dominó, cualquier error que
cometamos por desconocimiento
del otro, terminará afectándonos a
nosotros mismos en algún punto.
¿Por qué digo que terminaremos
afectados? Porque por más solitarios
que nos guste ser, no podemos
desligarnos de la interdependencia, de
nuestra condición de animales sociales.
La forma más simple de explicarlo, es
que si imagino de forma distorsionada
a alguien, ese otro a su vez empezará
a imaginarme de formas horrendas e
iniciaremos una escalada de agresiones
y malentendidos que parecerá nunca
acabar. ¿Y qué pasa si de aquí a un par de
años no son los otros los segregados sino
yo? A algunas personas les desconcierta
concebir a un heterosexual que luche
por el derecho de otros a tener sexo
y/o género distinto, un anarquista
que promueva y defienda valores
democráticos, un científico empírico-
“Si quiere casarse con una
persona de su mismo sexo,
hágalo; si no quiere, no
lo haga. Simple. Pero no,
aquí creen que si se casan
dos personas del mismo
género, desaparecemos los
heterosexuales...”
Suma Cultural
17
Miradas / Imaginar al otro
analítico que ame lo absurdo e ilógico del
arte y la literatura. ¿Qué, nadie aprendió
de Voltaire? No creo que sea incoherente
defender el derecho de los otros a
ser distintos, porque algún día puede
tocarme el turno a mí y me gustaría que
pudieran imaginarme y respetarme por
igual. La mejor forma de educar a los
demás, es el ejemplo.
Por eso hay que pasar a la acción,
porque de nada nos sirve sólo imaginar.
Quien imagina y no actúa, es como quien
se muere de hambre teniendo la alacena
llena porque no cocina. Nada mejor que
expresarse con el lenguaje de la carne,
no sólo en papeles, sino en el constante
interactuar con el mundo. Porque hablar
de estos temas resulta ser muy bonito,
y si lo hacen frente a los demás se verán
grandes, respetables, admirables. Pura
basura. Si lo que se lee, dice, y piensa,
no sirve para nada, si no se lleva a cabo,
vale tanto como intentar adornar con
confeti un trozo de mierda. Porque he
visto muchos que pregonan la igualdad,
el respeto, la tolerancia, pero no son
capaces de compartir el puesto del bus
con un travesti, o estrechar la mano de
un habitante de calle, o darle la razón a
alguien con quien están discutiendo.
Tan fácil ser bello de labios para fuera y
tan difícil ser coherente por un instante
pequeño.
Y el lector se preguntará, ¿qué
hace falta para evitar tal discapacidad,
para llegar a imaginar al otro? Conocer
y hacer, no hay de otra. Como decía
Miguel de Unamuno, “el fascismo
se cura leyendo y el racismo se cura
viajando”. Desarrollando la capacidad de
adentrarnos en otros mundos cada vez
más. Acercándose al otro, entendiendo
las diferencias y la diversidad como
un hermoso collage. Por eso el arte
resulta la herramienta ideal. Darse a lo
desconocido e interesarse por lo que en
apariencia no importa. ¡Todo importa!
Hasta la partícula más diminuta puede
decirme los secretos más grandes,
18
Suma Cultural
porque el entendimiento y la estética
no están en normas establecidas,
están en los ojos de quien observa.
De ahí la obsesión, y casi que adicción,
de algunos por devorar cuanto libro,
cuanta exposición de arte, cuanta charla
encuentren, de no conocer gente, de
entender individuos. Así digan que
dar nuestro tiempo a leer y escribir en
cantidad es desperdiciarlo, así les parezca
absurdo que nos paremos frente a una
escultura a reír de felicidad, así no se
entienda que seamos capaces de, al
mismo tiempo, discrepar y dar la razón a
alguien. Así nunca terminemos nuestra
meta y no saciemos nuestra sed, así la lista
de libros por leer y personas por conocer
quede inconclusa. Esta es nuestra
marcha, no acumulamos conocimiento,
derribamos barreras.
Haga el ejercicio. Por ejemplo,
considero que si puedo de imaginar un
caballo galopando sobre un tomate
como proponía Breton, soy capaz
de imaginar mejor a una persona que
resultaba inconcebible para mí; que si
puedo crear nuevos mundos sobre el
papel, soy capaz de entender los que ya
existen sobre la carne; que introducirse
en el arte genera la capacidad de expandir
los horizontes de nuestra forma de ver
el mundo y leer la periferia; que conocer
gente nueva y distinta es enriquecerse
un poco. Que incluso los que no tienen
esta capacidad, pueden llegar a adquirirla.
Entréguese a lo nuevo y no ponga
límites a su capacidad de entender el
mundo, porque a fin de cuentas Carlos
Fuentes tenía razón: “Sólo dañamos a
los demás cuando somos incapaces de
imaginarlos”. Y dañar al otro es una forma
indirecta de dañarse a sí mismo, de no
imaginarse más allá del propio cascarón.
No se trata de quién tira la piedra
primero, se trata de no andar con piedras
en la mano, porque, ¿qué necesidad hay
de agredir lo que se comprende? Se trata
de ser libres en compañía del mundo, se
trata de imaginar al otro.
Miguel de Unamuno
y Jugo (Bilbao, 29 de
septiembre de 1864 Salamanca, 31 de diciembre
de 1936)
“El fascismo se cura leyendo y
el racismo se cura viajando...”
Carlos Fuentes Macías
(Panamá, 11 de noviembre de
1928 - México, D. F., 15 de mayo
de 2012
“Sólo dañamos a los demás
cuando somos incapaces de
imaginarlos...”
Julio - Diciembre de 2014
Miradas / Imaginar al otro
Julio - Diciembre de 2014
Suma Cultural
19
Miradas / La historia en clave ficcional
La historia
en clave ficcional
“Estaba de moda hace algún tiempo –y
quizá aún lo esté– escribir bajo el título de
las novelas: Una historia verdadera. Se trata de un
pequeño e inocente engaño. Pero lo que ya no es tan
inocente es que en algunos de los libros de historia
más recientes se omitan las palabras: Una novela.”
Lichtenberg
N
ada más pretensioso que
la Historia; la pomposidad
de sus fechas, la precisión
rigurosa de las pruebas
que la avalan, o la tenacidad misma
con que el historiador escudriña en el
pasado, ese pasado que para él, resulta
poco más que un rompecabezas, cuyo
sentido cabal depende de las piezas
diseminadas por doquier, a espera de
ser descubiertas por una mente atenta.
Diríase que se trata de una variante
muy especial de zoólogo, a quien toca
diseccionar una bestia única: el tiempo.
De suerte que, como cualquier otro
científico, algo le obsesiona. Digo, pues,
que la Historia, y el historiador por
consiguiente, adolece de cierto afán
positivista; nada más ofensivo para ella,
que se la tome como a la Literatura,
20
Suma Cultural
o la Poesía. ¡No, señor, que sus metas
son bien distintas a las de entretener o
enternecer al lector!
Para la Historia, la idea de verdad,
o autenticidad, pesa demasiado; es
incapaz de ir más lejos, justamente
porque semejante fardo le impide
hacerlo. Tanta solemnidad acaba por
postrarla, eso parece; sus pretensiones
de autenticidad le pasan factura y,
al final, la Historia acaba presa de su
propia historia. ¿Qué significa esto?
Es menester, pues, remontarnos unos
cuantos siglos atrás para comprender
el alcance de este razonamiento;
vayamos a los albores de Occidente
para indagar un poco en el pasado de la
Historia.
Los Nueve libros de la historia, de
Herodoto, suelen tomarse como punto
Texto:
Diego Higuera
Heródoto de Halicarnaso,
historiador y geógrafo
griego que vivió entre el 484
y el 425 a. C.
Julio - Diciembre de 2014
Miradas / La historia en clave ficcional
de partida para quienes estudian el
pasado de nuestra civilización; se trata
de los primeros registros auténticos
sobre los orígenes de Grecia, aunque
eso sí, escritos con toda la pompa de un
poeta. Si pensamos en la invocación a
Clío que hace Herodoto, antes de dar
comienzo a su narración, de inmediato,
vienen a nuestra mente los insignes
llamados de Homero en sus poemas
épicos. Y es que tanto el historiador,
como el bardo ciego, se confían a la
divinidad para cantar las grandes gestas
de sus padres. Así, pues, Herodoto
no tiene ningún reparo en poetizar el
pasado, de festonearlo con todo tipo
de artificios, tal como los vates lo hacen
con la poesía. Genealogías, a la manera
de Hesíodo, y detalles en las batallas,
amenizan la narración del considerado
por muchos padre de la Historia. Para
entonces nada ni nadie cuestionaba la
autenticidad del relato de Herodoto,
sin importar cuánto hiciera él para
dar mayor impacto a su narración.
Poesía e Historia se entremezclaban
armoniosamente, sin escándalos de
ninguna índole. Pero esta hermosa
relación no iba a durar mucho: la
pretensión de realidad acabaría
separándolas por un buen tramo de
siglos. Con los años, la Historia iría
despojándose de las galas poéticas,
para cubrirse con los desastrados
ropajes de la Verdad, mientras la Poesía
vagaba en los vaporosos reinos de la
ficción.
Tras Herodoto, vendría otro gran
historiador, con un nuevo método
incluido: Tucídides. La guerra del
Peloponeso significa para muchos
expertos el verdadero punto de partida
para la Historia. Narrada a la manera de
un diario, Tucídides da cuenta de sus
experiencias en combate; su punto de
vista es el de un hombre abandonado
a sus percepciones, en lugar de ser el
mero portavoz de las Musas. Los dioses
han callado, el hombre lanza su grito
Julio - Diciembre de 2014
de batalla. En adelante, la Historia sería
cosa de los hombres, sin mediación
alguna de la divinidad. Todo estaba
listo para que irrumpiera Tácito, con
la historia de los césares y la Roma
decadente. De suerte que la Historia se
separaba más de la Poesía, aunque sólo
en apariencia.
Con Tácito, asistimos al nacimiento
del historiador reflexivo, ingenioso y
preciso; su concisión en el uso de la
palabra lo hace célebre, mientras la
agudeza de sus pensamientos le vale la
gloria póstuma. Pero su aspecto más
atractivo radica en sus personajes.
¡Sí, sus personajes! Tácito es uno de
los mejores creadores de caracteres
en el mundo de la Literatura Clásica.
Sus césares gozan de un atractivo
pocas veces tan bien conseguido
por escritor alguno; ni Jenofonte, ni
Plutarco, y aún por encima de grandes
poetas, este historiador hace de su
obra un delicioso y finísimo entremés
para quienes gustan de fisgonear en el
pasado. En otras palabras, con Tácito
se pone en evidencia el origen de la
Historia, más entrelazado con la ficción
poética que con la verdad positivista.
Más adelante, en pleno siglo XX,
la Historia se pondría en jaque; cargar
sobre sus hombros con el peso de la
verdad, es demasiado, aún para ella;
desacreditada en todo momento por
ofrecer visiones sesgadas de la realidad,
como si alguien pudiera ofrecer otra
cosa, se la persiguió como a quien
se descubre en flagrante delito. Las
críticas corrosivas no se hicieron
esperar: que se trata de la versión
del ganador; que los historiadores
no pueden prescindir de sus gustos
particulares cuando hablan del pasado;
inclusive, se dijo entonces que su razón
de ser obedecía a un impulso nuestro
por creer en un destino: organizar el
pasado mediante inexplicables leyes de
la causalidad, sugería la idea de orden,
de un derrotero preciso. Aunada con
Tucídides, c. 460 a.
C. - Tracia, c. ¿396 a. C. fue
un historiador y militar
ateniense. Su obra Historia
de la Guerra del Peloponeso
recuenta la historia de la
guerra del siglo V a. C. entre
Esparta y Atenas hasta el año
411 a. C.
Cornelio Tácito,
historiador, senador, cónsul
y gobernador del Imperio
romano.
Suma Cultural
21
Miradas / La historia en clave ficcional
la idea de Progreso, la Historia se
tomaba como la Gran Narración de la
Humanidad. ¡Cuántas ficciones! Toda
esa responsabilidad no podía dejar de
lastimarla y ponerla al descubierto.
Con Borges, las pretensiones de
la Historia se vienen al piso; el escritor
argentino la relativiza, la usa para crear
sus ficciones. Escéptico por excelencia,
Borges hace de ella literatura: la
despoja de sus falsas pretensiones de
verdad, le recuerda, con humor e ironía,
sus orígenes. De ese modo, Borges
pone en el mismo plano Literatura e
Historia, como lo hiciera Herodoto
en su momento. Esto sólo sería el
principio de una tendencia: distintos
y muy diversos escritores de todas las
latitudes harían algo parecido, y aún
irían más lejos.
En Colombia, vale la pena destacar
dos sucesos importantes a este
respecto. El primero de ellos se debe
al escritor santandereano Gómez
Valderrama. Epígono de Borges, con
él, la Historia y la Literatura no sólo
están al mismo nivel, sino que, además,
dependen una de la otra. Gómez
Valderrama usa la ficción para llenar
los vacíos de la Historia; se complace
en imaginar versiones maravillosas
que entroncan ingeniosamente con
los grandes sucesos históricos. Así,
imagina cómo Hoffmann pasa sus
días viendo a través de una ventana
el trascurrir monótono de la vida;
cómo un marinero se masturba
pensando en una prostituta antes
de descubrir América; cómo Andrés
Bello idea una gramática española;
cómo Bolívar se refocila con Manuelita
Sáenz ante la mirada perpleja de un
loro longevo. Para él, la ficción es otra
manera de contar la Historia. El otro
suceso importante lo protagoniza
García Márquez. Su obra El general
en su laberinto suscitó tal revuelo
en Colombia que más debió su éxito
a la polémica que a la belleza de su
22
Suma Cultural
composición. El Nobel colombiano
nos presenta la imagen de un
libertador completamente diferente
a la canónica: Bolívar pasa de ser
un héroe de mármol, a un hombre
débil y consumido por las pasiones,
dubitativo y hasta medroso. No
era para menos, contar la Historia
desde una perspectiva distinta suele
provocar estos sismas entre las
versiones oficiales. Pero el ejercicio
estaba hecho; de nuevo, la ficción
emparentaba con la Historia; de nuevo,
se ponía en entredicho la verdad de la
Historia.
Y entonces, ¿qué pasa con la
Historia? ¿Se trata de una vertiente
más de la Literatura? ¿Qué pasa con su
autenticidad? ¿Debemos proscribirla
por no ser fiel a los hechos? No hay
que ir tan lejos. Primero, porque no
se puede exigir la verdad en términos
absolutos, a nada ni a nadie. Se
pasaría uno la vida de aquí para allá
buscando algo que, quizá, no esté
en ninguna parte. A la Historia hay
que tomarla por lo que puede llegar
a ser: una iniciativa por organizar
nuestra vida, en este caso el pasado,
pero no con la pretensión insulsa
de evitar los errores del futuro, que
está comprobado que hemos de
chocar más de dos veces con la misma
piedra, sino con el afán por entender
nuestra conducta, como individuo y
como colectivo. Lejos de nosotros
cualquier pretensión megalómana de
la Historia por pasar a considerarse
un hecho real; no, que eso quede en
el pasado, sólo necesitamos de ella
para comprendernos un poco más,
tarea ardua que parece no tener fin. En
cuanto a si hace parte de la Literatura,
esto es, de la ficción, eso poco o nada
importa, que en últimas, sólo cuenta
la sensación que nos deja una obra
histórica o literaria. Uno no queda
menos perplejo o fascinado con la
primera guerra mundial si lo lee en
Jorge Luis Borges (Buenos
Aires, 24 de agosto de 1899 Ginebra, 14 de junio de 1986),
fue un escritor argentino
y uno de los autores más
destacados de la literatura
del siglo XX. Publicó ensayos
breves, cuentos y poemas.
Pedro Gómez Valderrama
(Bucaramanga, 13 de febrero
de 1923 - Bogotá, 7 de mayo de
1992). Escritor y diplomático
colombiano. Cursó estudios
de Derecho y Ciencias
Políticas en Bogotá, Londres y
París. Se destacó en el campo
cultural con acontecimientos
como la fundación de la
revista literaria Mito, en 1955.
Julio - Diciembre de 2014
Miradas / La historia en clave ficcional
La montaña mágica, o si lo hace en
cualquier libro de historia. Que ambas
cuentan un destino, nadie puede
negarlo, que ambas lo cuentan de
forma diferente, allá cada quién con
sus lecturas.
La Historia, como la Literatura,
o como cualquier otro constructo
humano, no merece más crédito por
ser más fiel a los acontecimientos,
sino por descubrirnos al desnudo, a
nosotros, frágiles criaturas llenas de
miedos y de dudas, de mostrarnos con
todas nuestras falencias, pero también
con todas nuestras fortalezas; puedes
no gustar de la religión, por ejemplo,
pero no puedes pasar por alto que
alguien que reza fervorosamente luce
mucho más fuerte que quien marcha
Julio - Diciembre de 2014
a la deriva, sin ilusión alguna. Así, pues,
la Historia, desprovista de sus falsas
pretensiones, se reduce a un acto
de fe, como cualquiera de nuestras
ciencias. Nos sirve para conocer el
mundo, como la biología o la física,
más allá de las certezas que cada
una ofrezca, pero, sobre todo, nos
sirve para cifrar nuestra identidad,
cualquiera sea la cosa que se entienda
por eso. Y qué si se detracta a sí misma
todo el tiempo, qué si sólo ofrece
certezas pasajeras, qué importa si sólo
se trata de Literatura; qué importa si
se comporta como un perro loco que
intenta morderse la cola, no por eso
deja de ser graciosa y no por eso deja
de recordarnos a nosotros mismos:
contradictorios hasta los tuétanos.
Gabriel García Márquez
(Aracataca, 6 de marzo
de 1927nota 1 -México, D.
F., 17 de abril de 20142 ),
escritor, novelista, cuentista,
guionista, editor y periodista
colombiano. En 1982 recibió
el Premio Nobel de Literatura.
Suma Cultural
23
Miradas / La historia de los olvidados
La historia
de los olvidados
“Somos los hijos medianos de Dios,
sin un lugar especial en la historia y sin
ser merecedores de especial atención”
Chuck Palahniuk
Texto:
Daniel Bonilla
H
a de ser sencillo recordar
todas las cosas que se han
visto en el colegio o en la
universidad, incluso en el
transcurso de la vida… Bueno, no es fácil
y mucho menos recordar a esos sujetos
ocultos en las diferentes expresiones
de conocimiento humano, ya sea en
la ciencia o en el arte. Entonces, es
necesario identificar a los seres que
se han ocultado dócilmente durante
mucho tiempo en la memoria de
los diferentes consumidores de
información.
En primer lugar, me gustaría
acercarme a la literatura y hacerle caer
en cuenta a la lectora o el lector que han
sido estafados, que aquellas cosas que
han leído de los grandes de la literatura
ha sido otra ficción, una producción
en ocasiones análoga del original y es
tan grande la estafa que ni siquiera nos
hemos detenido a pensar y seguimos
perpetuándola. A menos claro que
alguien haya leído por ejemplo: Las
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Suma Cultural
Julio - Diciembre de 2014
Miradas / La historia de los olvidados
Julio - Diciembre de 2014
de Macedonio, perpetuándose
incansablemente a partir de una
alteración en la traducción de un
cuento de Poe genera una vuelta de
tuerca en los siguientes productos de la
máquina, en las siguientes traducciones
y porque no en la obra completa del
artefacto. Podríamos forzar acá una
suerte de paralelo entre la autonomía
de la máquina y las traducciones de los
diferentes pensadores en otros idiomas
que han influido el ejercicio académico
e intelectual en el país.
¿Hasta qué punto reconocemos
que lo que ha sido traducido de los
poetas malditos ha sido su obra?
aunque en este texto no vamos a
discutir con los traductores, porque
entablar una escaramuza con Octavio
Paz, no es el objetivo y por el momento
es preferible dejarlo en el tintero.
El problema no es con la
traducción, sino con el(la) traductor(a),
ese personaje que se encuentra entre
las letras y los significados, y por el
cual es posible leer los grandes de la
literatura en nuestro idioma, lo curioso
es que nunca hacemos referencia a
él(la). En ocasiones en los salones de
clase nos encontramos con algunas
creaturas que tienden a exponer
sus ideas citando la mayor cantidad
de autores posibles, pongamos un
ejemplo: para poder saludar a la
Gustave Flaubert
(Ruan, Alta Normandía,
12 de diciembre de 1821 –
Croisset, Baja Normandía, 8
de mayo de 1880). Escritor
francés, considerado uno
de los mejores novelistas
occidentales y es conocido
principalmente por su
primera novela publicada,
Madame Bovary.
“...por ejemplo con
Shakespeare, porque en
un país como Colombia
es muy difícil que en la
actualidad las personas lean
a este dramaturgo en su
idioma original, en cambio
si es probable que lo lean
en papel periódico con una
traducción fusilada y con
errores de ortografía por
todas partes.”
freepick.com - Carlo Lazzeri
desventuras del joven Werther de
Goethe, Moby-Dick de Herman Melville,
Ana Karénina de Leon Tolstoi, Madame
Bovary de Gustav Flaubert, o el Viaje
al oeste de Anónimo, en su idioma
original; si este es el caso por favor
desista de leer el texto, en cambio si
no se ha leído alguno de estos clásicos
en su lengua materna continúe, ya que
en la mayoría de los casos estamos
ignorando una verdad implícita en el
ejercicio de la lectura, ya que aquellos
escritores de diferentes idiomas al
español son traducidos evidentemente,
y con esta traducción estamos
frente a una dificultad de correlación
literaria. Cuando uno traduce ha de
enfrentarse a una serie de dificultades,
me imagino una especie de odisea con
la selección de las palabras, con el uso
de la puntuación, la construcción de las
frases, de proporciones Homéricas o
preferiblemente Bloomsianas.
Este fenómeno se da en todos
los géneros literarios, por ejemplo
con Shakespeare, porque en un país
como Colombia es muy difícil que en
la actualidad las personas lean a este
dramaturgo en su idioma original, en
cambio si es probable que lo lean en
papel periódico con una traducción
fusilada y con errores de ortografía por
todas partes.
Por supuesto que hay que escribir
sobre literatura, y es en este momento
donde nos podemos imaginar el poder
que tienen estos actores periféricos
con la siguiente idea, a propósito
de la novela La ciudad ausente de
Ricardo Piglia en donde existe una
suerte de máquina traductora que
va construyendo poco a poco una
obra autónoma, extensa y tal vez
caótica con solo haber empezado a
traducir algunas pequeñas piezas de
literatura, comienza a insinuar algunas
variaciones y alternativas hasta el
punto de convertirse en una obra
propia, una ópera prima de la máquina
Suma Cultural
25
Miradas / La historia de los olvidados
persona que está leyendo este texto
tengo que hacer un recorrido por
Simone de Beauvoir, criticarla con
Albert Camus, establecer otro punto
de partida con un verso de Emily
Dickinson, hacerle un comentario con
Edgar Allan Poe, emparentarlo con
un verso de Sor Juana Ines de la Cruz
para terminar citando un aforismo de
Georg Lichtenberg claro sin conocer a
excepción del español otro idioma con
entereza.
Pero bueno, retomemos el hilo,
recordando un cuento de un escritor
Húngaro: Densö Kosztolányi, que tiene
como personaje un traductor, Gallus
un excelente traductor, que por virtud y
oficio roba artefactos, dinero y objetos
valiosos, el personaje es narrado como
un enfermo, tiene una cleptomanía
literaria, lo cual puede funcionar como
una hipérbole de las y los traductores
en general. Entonces, aparte de que
nos roban de manera implícita, no
se les da el reconocimiento que se
merecen por sus traducciones. Para
ser sincero, hace muy poco empecé
a preocuparme por esto, y no les he
dado las gracias a muchas personas
por haber tenido la posibilidad de leer
autores de diferentes lugares e idiomas,
haciéndolos pasar por miembros de la
lengua española.
Sería bueno recordar un libro
de Italo Calvino: Si una noche de
invierno un viajero, que puede también
hacer una suerte de metáfora con el
desarrollo del lenguaje, en algunas de
las partes de la novela, el personaje (que
podría ser usted) se da cuenta que está
leyendo a otro autor y no a Calvino y es
tan interesante la otra novela que deja
atrás a Calvino para dedicarse a la otra
novela, mientras la novela comienza a
cambiar progresivamente y propone un
juego literario de intercambio estilístico
y de reconocimiento del autor, aquí
lo relacionaremos como el riesgo que
se tiene a veces de que el texto dentro
26
Suma Cultural
de la caratula del libro no sea el que se
quiere leer.
De hecho, cabe la posibilidad de
que el(la) traductor(a) sea mejor que el
propio texto, a propósito Kosztolányi
y su Gallus el traductor, y de una
anécdota de Jorge Luis Borges niño,
que si no me falla la memoria, la primera
vez que leyó el Quijote lo hizo en ingles
y cuando leyó el Quijote en español
y luego de terminar la lectura pensó
que era una muy buena traducción del
inglés al castellano.
Si en la literatura olvidamos a
los traductores, en el cine no nos
quedamos atrás, vamos a poner un
ejemplo, Recordemos a Titanic, y quizás
(si ya la vio) recordará a Leonardo
DiCaprio con Kate Winslet en la proa
sosteniéndose románticamente
y dejándose llevar por la juventud
y la libertad, y dirá qué escena tan
hermosa, quizás resumirá gran parte
de la película y quizás diremos qué
buenos actores. Probemos con otra
película: Donnie Darko y recordemos
una escena en donde el actor Jake
Gyllenhaal se encuentra de frente con
Frank y se podría decir bueno, quizás
yo lo hubiera podido haber hecho
mejor, pero qué buena escena, genera
tensión psicológica. Probemos con
una película Colombiana: Apaporis y
decimos quizás increíbles las escenas
que eligió el director para destacar la
majestuosidad Amazónica o mejor
intentemos con una película oriental
Las estaciones de la vida, Surcoreana,
y diremos maravillosa la trama que
plantea la película, que complejidad y
que simplicidad, excelente director.
Muy bien, lo anterior sucede en
el caso más amable, en el caso en que
nos interese el cine, y si acaso de vez
en cuando frecuentemos una sala, o
compremos películas piratas. Pero
nuestro comentario sobre esta pieza es
quizás diminuto, quizás falta al respeto
de la obra misma, porque a pesar de
William Shakespeare
(Stratford, Reino Unido, 26
de abril de 1564 - 23 de abril
de 1616). Dramaturgo, poeta
y actor inglés. Conocido en
ocasiones como el Bardo
de Avon (o simplemente
El Bardo), Shakespeare es
considerado el escritor más
importante en lengua inglesa
y uno de los más célebres de
la literatura universal.
“Recordando un cuento de
un escritor Húngaro: Densö
Kosztolányi, que tiene como
personaje un traductor,
Gallus un excelente traductor,
que por virtud y oficio roba
artefactos, dinero y objetos
valiosos, el personaje es
narrado como un enfermo,
tiene una cleptomanía
literaria...”
Julio - Diciembre de 2014
que cotidianamente reconozcamos a
los actores de cada una de las películas,
que los sigamos como en una procesión
de película en película, he escuchado
que pasaba con Humphret Bogart y
actualmente con Johnny Depp, y en el
mejor de los casos también sigamos los
trabajos de algunos directores famosos,
por ejemplo: Andréi Tarkovski o Emir
Kusturica, se nos olvida la cantidad
de personas que están detrás de un
largometraje, los diferentes puestos
y responsabilidades que cumplen
dentro de la película, no recuerdo
haber escuchado un comentario donde
resalten a los extras, o hablen de la
directora de fotografía. Estos puestos,
a pesar de salir en letras al final de la
película, no son reconocidos de manera
adecuada y quizás como en el caso de
los traductores los dejemos al margen
de la pieza artística.
Un ejemplo clave, ineludible para
la mayoría de nosotras1 que jamás
hemos pensando ni en una película
de Hollywood, ni en un documental
o una película independiente el
reconocimiento o visibilización de
las y los camarógrafos, o asistentes
de cámara entre otros, bueno, salen
en las letras al final de la película pero
que todas sabemos que jamás nos
quedamos a leerlas, ni siquiera les
prestamos atención solo esperamos
que salga la gente, a veces hablando
entre las y los comensales de la sala
si la actriz estuvo bien o el actor fue
convincente, pero no creo que con celo
y seguridad usted o yo, nos quedemos
y observemos los créditos y aún más
reconozcamos el papel de esos seres
olvidados.
Continuemos, e intentemos
ajustarnos a la música, eso que suena
en Youtube, en la radio o en el celular y
bueno ¿Alguna vez le han preguntado
si le gusta la música clásica? Sí, una
responde, he escuchado a Johann
1
freepick.com - Alek von Felkerzam
Miradas / La historia de los olvidados
Sebastián Bach, Niccolò Paganini o
Giussepe Tartini, incluso a Beethoven,
increíble, sé mucho de música clásica,
lo curioso acá es que una no habla
de las reproducciones musicales,
del montaje de diferentes orquestas
del mundo y es muy raro que alguien
relacione a los clásicos de la música con
estos olvidados que los interpretan,
nunca hemos escuchado a Vivaldi
pero las cuatro estaciones es una de
las piezas que más nos gustan, y de
hecho no sabemos o por lo menos
en una conversación cotidiana
no manifestamos si nos gusta la
filarmónica de Berlín, o la orquesta
real del Concertgebouw, pero no
le reconocemos en el momento de
hablar de alguna muestra particular
“Recordando un cuento de
un escritor Húngaro: Densö
Kosztolányi, que tiene como
personaje un traductor,
Gallus un excelente
traductor, que por virtud
y oficio roba artefactos,
dinero y objetos valiosos,
el personaje es narrado
como un enfermo, tiene una
cleptomanía literaria...”
Sí, supedito el género masculino, otra característica olvidada en el lenguaje porque se nos ha olvidado que el género femenino también merece un espacio en el discurso.
¿qué? ¿Tiene algo de malo? ¿Cuánto tiempo lo han hecho ellas?
Julio - Diciembre de 2014
Suma Cultural
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Miradas / La historia de los olvidados
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por lo menos más accionistas en el
mercado del arte. Los cuales, si reciben
su pago pero no su legitimidad y
reconocimiento en la sociedad por sus
aportes a los grandes.
Entonces, estos olvidados, estos
seres que son apenas percibidos como
agentes periféricos dentro de las obras
artísticas, no son más que el reflejo
de una historia de solipsismo, donde
el nombre famoso es el que prima,
donde se nos olvidan los créditos y
méritos que conlleva interpretar una
pieza musical o ayudar a construir un
edificio, y los dejamos ahí al margen
de la historia, alternos y apartados de
“...lo preocupante
específicamente es que los
arquitectos dan las pautas
para el edificio pero son los
constructores, los rusos si me
permiten el colombianismo,
que se encargan de la
construcción, son estos seres
invisibles, imaginarios, los que
desarrollan la construcción
y a los que se les olvida
implacablemente.”
freepick.com - Patrick Hajzler
o una reproducción de una pieza del
Romanticismo o del Barroco.
El más preocupante es la
arquitectura, esos monumentos que
se yerguen en las ciudades, con sus
geometrías, sus alturas, sus materiales
y sus ángulos, y que hacen parte de la
memoria colectiva de los habitantes.
Si el edificio fue un éxito el nombre
de la arquitecta o el arquitecto sale a
la posteridad, por ejemplo las torres
del parque de Rogelio Salmona, si no…
pues nadie pregunta, es un cúmulo de
materiales que se coloca ahí y afecta el
entorno y el hábitat pero generalmente
a nadie le interesa, hasta este momento
no sé quien fue el que desarrolló las
estaciones y portales de Transmilenio
en Bogotá. Cuesta un poco imaginar
que salga a la posteridad como un
proyecto de arquitectura exitoso.
Pero eso no es lo preocupante, lo
preocupante específicamente es que
los arquitectos dan las pautas para el
edificio pero son los constructores, los
rusos si me permiten el colombianismo,
que se encargan de la construcción,
son estos seres invisibles, imaginarios,
los que desarrollan la construcción y a
los que se les olvida implacablemente.
No recuerdo, que nunca, se hablara de
las personas que ayudan a construir y
proyectar las diferentes estructuras en
la arquitectura, y que con su esfuerzo se
lograra la intervención vanagloriada y la
que hace famoso al arquitecto, pues no
me imagino a Antoni Gaudí mezclando
los aditamentos en el parque Güell
o Frank Lloyd Wright echando pala
en el Complejo Taliesin West o en el
Solomon R. .
Intente transitar hacia la periferia,
para poder reconocer a todas y todos
los que influyen en el ejercicio del
arte y el conocimiento, porque es
importante reconocer que hay más
personas influyendo en el ejercicio de
la intelectualidad, en la consagración
de una obra de arte o literaria, o
Julio - Diciembre de 2014
freepick.com - Brandon Keim
la magnitud de sus logros, a la sombra
del gran autor o del genio de las y los
grandes de las diferentes disciplinas.
Y se nos escapan muchos ejemplos,
muchas posibilidades en el arte, la
literatura y la ciencia, inclusive sin
advertirlo cometemos errores por
el hábito que tenemos diariamente,
el hábito de no reconocer al otro, de
no rescatar su alteridad, de ajustar el
lenguaje a un mecanismo uniforme
como el género, a no incluir la
diversidad en nuestro lenguaje, por
ejemplo en el nombre de este escrito,
sería más pertinente la historia de las y
los olvidados, pero son ejemplos que
no dejan de sorprender dentro del
ejercicio literario. Consolidar y cometer
los mismos errores, los mismos
crímenes y engaños que estamos
acostumbrados a denunciar.
Finalmente, la propuesta es
ahondar en las profundidades del arte
Julio - Diciembre de 2014
y el conocimiento, reconocer el papel
fundamental de una o un traductor en
el desarrollo de una obra, reconocer al
(la) traductor(a) de Foucault, Nieztche,
Dostoyevski, Marx, Bourdieu, porque
solamente estamos acercándonos
a una parte quizás análoga de estos
autores de diferentes lenguajes. Y
reconocerlos como por ejemplo a
Julio Cortázar quien ha sido uno de
los mejores traductores de Allan Poe.
Además de ser un peso pesado de la
literatura por su obra y su estilo con
las letras. Porque la historia de estos
olvidados solo será posible narrarla
cuando nosotras y nosotros en el
ejercicio de acércanos y consumir
arte o conocimiento reconozcamos
el papel fundamental de esos actores
periféricos, holográficos que han
permitido con su esfuerzo construir,
reproducir y a acceder a otros sonidos,
formas y lenguajes.
El museo Guggenheim
de Nueva York es el primero
de los museos creados por
la Fundación Solomon R.
Guggenheim, dedicada al arte
moderno. Fue fundado en
1937 en Upper East Side, NY.
Es el más conocido de todos
los museos de la fundación
con el Museo Guggenheim
de Bilbao, y muchas veces
es llamado simplemente
“El Guggenheim”. En 1959
se mudó al lugar donde
se encuentra ahora (la
esquina de la calle 89 y la 5ª
Avenida, frente a Central
Park), cuando se completó
el edificio diseñado por
el arquitecto Frank Lloyd
Wright.
Suma Cultural
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“Hay gente en ocasiones que deseas que fuera un libro, para así poder cerrarla
con un sonoro y seco golpe de la mano, sin marcar la página, y devolverla luego
para siempre al lugar en que por derecho corresponde: los mustios anaqueles
de una rancia biblioteca.”
Roger Wolfe
Anaquel
El libro álbum
Furia de vatios
Rosita Catalina Isaza Cantor
Luis Ernesto Rozo
32
42
Anaquel / El libro-álbum
Breve historia
del libro-álbum
Transitando por la
“civilización de la imagen”:
en busca de nuevas formas
de leer el mundo
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Suma Cultural
Texto:
Rosita Catalina Isaza
Cantor
Foto:
www.freeimages.com
Julio - Diciembre de 2014
Anaquel / El libro-álbum
S
on diversas las historias que
nos atraviesan y que nos
transforman. Diversos los
medios mediante los cuales nos
vamos formando como seres, como
actores de nuestra cultura y, en el caso
que hoy nos ocupa, específicamente
como lectores. De una historia
particular hablaremos hoy: la del libroálbum. Transitaremos los pasos que
preconizaron su forma actual y veremos,
además, la importancia y el valor que
tiene en la formación de lectores y como
se interpreta nuestra realidad hoy en día.
Se trata de un tipo de libro cuyos
orígenes más primitivos se remontan a
tiempos inmemoriales pero que, desde
hace algunas décadas, se ha convertido
en parte indispensable y fundamental
de las bibliotecas de los más pequeños y
de las bibliotecas escolares, así como de
los estantes de las principales librerías.
Los libros en los que la imagen tiene
un papel preponderante han servido
para construir los imaginarios de los
lectores de estas últimas décadas y
para formarnos como lectores no sólo
literarios, sino del mundo mismo, de
nuestra cotidianidad.
Ya Ítalo Calvino en los años ochenta
del siglo XX nos hacía ver que cada vez
estamos más cercanos a lo que él llama la
“civilización de la imagen”, lo cual se hace
evidente en la actualidad, pues desde
todos los puntos nos encontramos
con una enorme cantidad de material
e información visual: la televisión, la
publicidad en las calles, el cine, los cómics,
los video juegos, entre tantos otros
que existen y que nacen día a día a una
velocidad vertiginosa. La imagen viene
adquiriendo desde hace décadas un
papel de vital importancia en la formación
de los seres que habitamos el mundo y
en la forma como nos relacionamos con
él. Tal vez por esta razón la consolidación
del libro-álbum en tanto que género—o
subgénero, como muchos suelen
afirmar— es de enorme importancia en la
Julio - Diciembre de 2014
formación lectora y estética de los niños
y jóvenes, es un fenómeno que se instala
con mayor fuerza a medida que pasan
los años. Ya no podemos decir, como lo
hubiéramos hecho una o dos décadas
atrás, que sea un fenómeno reciente; es,
más bien, un fenómeno creciente.
Y es que el camino recorrido por
las imágenes al lado de los textos para
llegar a lo que actualmente conocemos
como libro-álbum, tiene su origen,
como ya mencionábamos, en tiempos
inmemoriales. Remitiéndonos un poco
a la historia de este tipo de libro (y de
la civilización en general), es posible
darse cuenta que la imagen acompaña
al hombre desde el principio de los
tiempos y que, incluso, fue una de las
primeras formas de consignación de
hechos e historias que éste tuvo antes
de la escritura. Y es que para percibir una
imagen —al menos en un instante inicial y
sin buscar ningún tipo de significado más
allá de lo meramente referencial en ella—,
no se necesita de una gran elaboración
de tipo intelectual, pues se encuentra
inmediatamente relacionada con uno de
Se trata de un tipo de
libro cuyos orígenes más
primitivos se remontan
a tiempos inmemoriales
pero que, desde hace
algunas décadas, se ha
convertido en parte
indispensable y fundamental
de las bibliotecas de los más
pequeños y de las bibliotecas
escolares
Suma Cultural
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Anaquel / El libro-álbum
nuestros cinco sentidos: la vista; mientras
que para llegar a la escritura, se necesita
de un trabajo intelectual mucho más
elaborado que exige el desarrollo de otro
tipo de habilidades que no están dadas
de una forma tan inmediata como lo es
simplemente abrir los ojos y ver.
Claro está, una cosa es simplemente
ver y, otra muy distinta, realizar todo
un proceso mental para poder llegar a
plasmar lo visto en algo similar o, yendo
más lejos, interpretar y dotar de un
sentido específico lo que se ve; este
proceso ya es más complicado e implica,
además del desarrollo o la puesta en
práctica de habilidades más complejas,
toda una serie de factores sociales. Sin
embargo, se dio en el hombre de manera
anterior a la escritura y contribuyó a la
formación de las primeras letras.
1
34
John Cech, cuyas investigaciones
aportan gran luz sobre este tema, propone,
en relación con el origen de nuestro
género, que el primer libro ilustrado1 que
se leyó habría sido probablemente en
una caverna hace unas cuantas docenas
de milenios: “Iluminado por una hoguera
titilante, un narrador relataba la caza
mientras las imágenes de los animales
parecían saltar en piedra caliza…” (Cech, 12).
Todo esto se rodeaba de esa “fascinación
con la danza de palabras e imágenes, y el
hechizo que emiten” que nunca habremos
de superar y que dota de una magia
enorme tal combinación. Después de eso,
según Cech, se dieron otro tipo de fusiones
un poco más complejas entre palabra e
imagen, hasta llegar al punto en que, en
nuestra cultura, palabras y dibujos se han
separado.
En Occidente, los primeros
libros ilustrados dirigidos
concretamente a los
niños eran básicamente
vocabularios y otros textos
didácticos, siendo el más
antiguo de estos el Orbis
Pictus (1657) del clérigo y
educador moravo Comenius
Recordemos que un libro ilustrado no es lo mismo que un libro-álbum. Sin embargo, la mayoría de autores hacer referencia a él como importante antecedente de lo que hoy
se entiende como libro-álbum.
Suma Cultural
Julio - Diciembre de 2014
Anaquel / El libro-álbum
Podríamos decir, entonces, que, a
diferencia del dilema del huevo y la gallina,
entre el texto y la imagen se sabe quién
fue primero: la imagen. Que con el paso
del tiempo ésta dio origen a la escritura
y, al principio, solían caminar juntos. Lo
que pasa es que con el paso del tiempo se
fueron separando para, siglos después,
encontrarse nuevamente en lo que serán
los albores de lo que hoy denominamos
con toda propiedad literatura infantil.
Casi todos los autores coinciden
en que el origen de los libros que
acompañaban el texto con imágenes a fin
de dirigir este tipo de producciones a los
niños, es Inglaterra. Sin embargo Cech nos
hace caer en cuenta que:
En Occidente, los primeros libros
ilustrados dirigidos concretamente
a los niños eran básicamente
vocabularios y otros textos
didácticos, siendo el más antiguo de
estos el Orbis Pictus (1657) del clérigo
y educador moravo Comenius,
quien buscaba mostrarle al niño
una serie de miradas del mundo en
ilustraciones, (...) para deleitar al
enseñar. (13).
Un poco más de medio siglo después,
tenemos a John Newberry, quien en su
Pretty Little Pocket Boock (1774) agregó
lecciones morales que atendían a las
ideas sobre educación aceptadas en
la época, “convirtiéndose en el primer
librero-editor para niños” (Escarpit,
14). Se tiene también conocimiento de
un suceso análogo en Francia, un siglo
después: Hetzel, en tanto que editor de
libros para un público joven, buscaba
rodearse de los mejores artistas: “Así
nació en Francia la edición ilustrada para
niños y jóvenes con grandes nombres
como Catelli, Bayard, Grandville, Doré,
etc.” (Escarpit, 14).
La evolución del libro de imágenes
se ha visto enriquecida y transformada
por las exigencias y metamorfosis
sociales, por los intereses formativos
Julio - Diciembre de 2014
específicos de cada momento histórico:
su primera utilización dentro del
ámbito de la literatura infantil se dio
con fines eminentemente educativos.
Además de tener en cuenta la evolución
de las sociedades en el desarrollo y
transformación de este tipo de libros,
es importante también saber que los
progresos de las técnicas han llevado
a modificaciones y nuevas maneras de
concebir este tipo de textos. Por ejemplo,
“el final del siglo XIX vio una revolución
en las técnicas de reproducción e
impresión. Nace así la prensa para
Johann Amos
COMENIUS, «Orbis
sensualium pictus» (1658)
“...su primera utilización
dentro del ámbito de la
literatura infantil se dio
con fines eminentemente
educativos...”
Suma Cultural
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Anaquel / El libro-álbum
jóvenes que se caracterizaba por la
abundante ilustración: Le Petit Français
Illustré (1989) es el primer periódico
ilustrado para niños” (Escarpit, 15). En
el siglo XX, en principio, anduvo de la
mano con la publicidad, pero se ha ido
empapando de características propias
de lenguajes como el cinematográfico,
el de los cómics e incluso el de los
video juegos. Es necesario, entonces,
acomodar las producciones a las
exigencias comunicativas del momento
y al surgimiento de nuevos medios de
difusión como el periódico. A esto se
suma, además, el aumento de la demanda
de libros como consecuencia del mayor
número aumento de lectores jóvenes,
pues la ley exigía escolarización para
aquellos que formaban parte de una
burguesía urbana.
Debemos también aclarar que este
fenómeno coincide con el surgimiento
de las primeras editoriales, lo que hace
que la concepción de este tipo de libros
cambie, incluso desde su formato mismo,
dadas las exigencias de nuevos tipos
de papel, como el papel continuo, que
habrá de facilitar una producción mucho
mayor. Podría decirse, en concordancia
con Teresa Durán que “el libro ha
pasado de la manufactura artesanal a la
industria” (4). Según la autora, el álbum
constituye una gran novedad de la época
romántica y con este término, álbum,
se designa “un conjunto de litografías,
a menudo encuadernadas en formato
oblongo y que en Francia se aplica a
las publicaciones litográficas de gran
formato, destinadas a explicar cosas a los
niños.” (4).
Nuevamente la intención formativa
se encuentra como fundamento de la
creación y edición de álbumes. Claro
que, por tratarse de una época con
características tan particulares como el
Romanticismo, es útil que aclaremos que
en tal período histórico “el concepto de
infancia estaba impregnado del espíritu
romántico: la infancia era un estado ideal
36
Suma Cultural
de pureza e inocencia. Esto se tradujo en
imágenes de niños buenos, recluidos en la
«habitación de los niños», característica
de la época victoriana” (Beatriz Robledo,
5). Sin embargo, en esa misma época se
desarrollaron en Gran Bretaña “otros
estilos que darían lugar a corrientes
más críticas, humorísticas y satíricas
de los libros ilustrados para los niños
que provienen de la tradición oral, las
manifestaciones folclóricas, los bestiarios
fantásticos y las caricaturas”(Robledo).
Esto último, por tener una presencia
importante de la tradición oral, nos
recuerda la bella escena de las cavernas
en la hoguera, descrita por Cech:
una vez más, como suele suceder en
tantas manifestaciones de lo humano,
volvemos una y otra vez a los orígenes,
resignificándolos, haciéndolos dialogar
con nuestra realidad, volviéndolos parte
de ésta.
Si bien la intención didáctica de la
que hablábamos antes, y que influyó
desde un principio en la creación de este
tipo de libro para niños, es fundamental
como punto de partida de la danza de
las palabras con las imágenes como
Le Petit Français illustré,
No. 181, Mayo 16, 1903, con
ilustración de Albert Robida
(1848–1926)
Julio - Diciembre de 2014
Anaquel / El libro-álbum
constituyentes de un nuevo género
dentro del marco de la literatura
infantil, es importante entender que, en
ocasiones, el querer dar relevancia a la
intención didáctica, puede restar valor
estético al libro e incluso limitar muchas
de sus posibilidades expresivas. En los
libros de imágenes con intenciones
preponderantemente didácticas, la
imagen suele subordinarse al texto y
pierde no sólo el estatus de igualdad
y complementariedad con el texto,
sino el valor que le es propio como
manifestación de arte visual.
Creo que para entender más
ampliamente el concepto de libroálbum como nuevo género, no estaría
mal decir que habría una necesidad de
propiciar una separación (o al menos
un querer ir más allá) de lo meramente
didáctico, permitiendo tanto al escritor
del texto como al ilustrador del mismo,
una expresión más libre, que dé paso a
la creatividad e incluso a la trasgresión
de ciertos límites. Y, ¿no es acaso la
trasgresión un elemento fundamental en
la evolución histórica y en la construcción
de nuestra civilización y de nuestra propia
condición de humanos?
Pues el libro-álbum —y los tipos
literarios semejantes que lo precedieron
o que evolucionaron de la mano y que le
permiten ser lo que es hoy— tuvo que
pasar por momentos de trasgresión,
de renovación, de resignificación. A
partir de este presupuesto, podría darse
nuevamente una noción de la diferencia
entre lo que se entiende por libro de
ilustraciones2 (o libro ilustrado) y libroálbum. El segundo, aquel cuya historia
hoy nos ocupa, estaría más relacionado
con el hecho de imaginar e interpretar,
de ir construyendo una historia contada
tanto por el texto como por las imágenes.
Es un acto más completo de lectura si
tenemos en cuenta la sugerencia que
nos hace Roland Barthes acerca de un
2
lector que participe activamente en la
construcción del texto. Para entender
más ampliamente lo anterior, vale la pena
citar nuevamente a Cech:
En los últimos dos siglos
se ha hecho una distinción
fundamental entre los
libros ilustrados que son
principalmente didácticos
y aquellos que tienen otros
propósitos. De un lado están
los libros y los lectores que
persiguen objetivos educativos
específicos y de otro lado, libros
ilustrados que atrapan en su
relato, sin un plan de lectura o
una agenda de enseñanza. En
los últimos, posiblemente se
le pida al lector que imagine lo
irrealizable, lo nuevo, lo inusual,
incluso lo absurdo (13).
“...al ser los primeros
publicistas quienes en un
comienzo se encargaran
de estudiar el impacto de
la imagen sobre el niño,
contribuyeron a enriquecer
y mejorar las técnicas de
imágenes...”
Y así como en su lectura se pide una
grado mayor de competencia lectora
(por llamarlo de algún modo) que
acompaña el desarrollo del género, la
evolución de su composición también
se ve enriquecida y llamada a una
mayor elaboración. En este sentido,
volviendo a la importancia que los
avances en el campo visual tienen para
este tipo de libro, hay que decir que los
primeros desarrollos del libro-álbum se
encuentran muy cerca de la publicidad.
Es más, al ser los primeros publicistas
quienes en un comienzo se encargaran
de estudiar el impacto de la imagen sobre
el niño, contribuyeron a enriquecer y
mejorar las técnicas de imágenes.
En este punto, nuestra historia roza
ya los albores del siglo XX, época en la
cual el álbum ilustrado (nombre con el
que designa Teresa Durán uno de los
pilares donde pueden estar las bases del
libro-álbum) tuvo desarrollo en muchos
países de Europa occidental y también
en Rusia. Se trataba de libros ilustrados
Todos los autores consultados hacen referencia e hincapié especial en esto: lo propio del libro álbum es la interdependencia compositiva que deben crear libro e imagen. Es
por eso que se distingue de los cuentos ilustrados o libros con ilustraciones.
Julio - Diciembre de 2014
Suma Cultural
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Anaquel / El libro-álbum
semi-educacionales producidos
masivamente. En lo relativo a América, en
esta misma época comenzó a darse una
importante mejora con respecto al color,
la innovación y la diversidad.
Pero el gran momento para el
desarrollo de este tipo de textos
comenzó después de la Segunda
Guerra Mundial : “A fines de los años
50, en Gran Bretaña, se desarrollaron al
máximo las posibilidades tecnológicas
al ser utilizadas en el desarrollo de
libros ilustrados con cualidades cada
vez más pictóricas” (Jane Doonan. 38).
Han sido las últimas décadas del siglo
XX las que han visto el mayor adelanto
de este tipo de libro. Contamos ya con
muchos clásicos establecidos dentro
del género del libro-álbum, dentro de los
cuales voy a citar tan solo algunos libros
o autores: Donde viven los monstruos,
Tres bandidos y, en general, los libros
de Maurice Sendak y Chris Van Allsburg,
entre muchos autores más. Sin ir más
lejos, en Colombia nos encontramos
con un autor de gran importancia como
lo es el creador de Chigüiro, uno de
los personajes literarios infantiles más
emblemáticos: Ivar DaColl.
El álbum se ha desarrollado en un
espacio nuevo, sin tradición anterior
en la literatura infantil e incluso en la
literatura de adultos y lo ha obligado
a experimentar con las reglas y fijar
sus propias pautas. Este proceso, que
ha acompañado, hasta cierto punto,
la rapidez con que evolucionan se
transforman los medios y con la que
transforman el mundo, ha permitido que
el libro-álbum haya incorporado “con
mayor rapidez algunas características
de acusado carácter experimental
provenientes de lo que ha venido a
denominarse « postmodernismo
» como etiqueta para describir
las tendencias provenientes de las
sociedades postindustriales” (Teresa
Colomer).
Aquí ya estamos llegando a la
38
Suma Cultural
actualidad del álbum, caracterizado,
como vimos, por la fácil incorporación de
elementos de la cultura contemporánea.
En relación con esta actualidad, es
importante entender el papel que juega
el libro-álbum dentro del contexto
de la literatura y ver algunas de las
características que éste tiene. Como
enunciábamos desde el principio
de este texto, entender y conocer la
historia del libro-álbum, resulta un paso
fundamental en la comprensión del tipo
Dónde viven los
monstruos. Texto e
ilustraciones de Maurice
Sendak
Chigüiro, uno de los
personajes literarios
infantiles más emblemáticos:
Ivar DaColl
Julio - Diciembre de 2014
Anaquel / El libro-álbum
de lectores que están surgiendo con la
evolución de este nuevo género. Ayuda
a comprender y vislumbrar la inmensa
gama de posibilidades que día a día—sea
desde el campo de la formación lectora,
de la escolarización, de la educación en
casa o, simplemente de la formación e
incentivación de un goce estético—, nos
ofrece este tipo de texto.
Este tipo de libro tiene un papel
fundamental en la formación del
niño en general. Sea que se haga con
intenciones didácticas o simplemente
con miras a atraer y deleitar, es una
valiosa herramienta para introducir a los
pequeños niños en ciertos principios
básicos y conceptuales, tales como la
progresión lineal de izquierda a derecha,
así como “brindar formas afectivas para
afinar las habilidades de observación
y para aprender, analizar y sintetizar la
información codificada en el sistema de
signos de la comunicación visual y escrita
(allí) nosotros, como niños, comenzamos
a elaborar cultura básica.” (Cech, 15). Este
tipo de libros (y la literatura infantil en
general) sirve para orientar a los niños
hacia el conocimiento de una realidad
que día a día van descubriendo.
En el libro-álbum y en los libros
con ilustraciones, la imagen habrá
de tener una gran importancia que
facilita ese descubrir el mundo a
partir de la vista, de la observación. La
imagen en el libro-álbum enriquece la
comprensión y el sentido que damos al
texto, ofreciéndonos la oportunidad de
realizar una doble lectura: texto- imagen.
Aquí se da una lectura múltiple de los
signos lingüísticos, al establecer las
posibles relaciones entre ellos. Como
afirma Robledo: “la imagen no sólo
funciona como descripción, también
puede hacerlo como narración, o como
complemento del texto.”
El contexto actual de esta
“civilización de la imagen”, hace que los
3
lectores desarrollen una autonomía que
viene de esa exigencia de interpretar y
participar activamente de este análisis
de la imagen que acompaña al texto.
Por otro lado, la imagen del libro-álbum
actual no está separada de las grandes
corrientes artísticas, lo cual supone
otra importante función que ahora sí,
pienso yo, es exclusiva del libro-álbum:
contribuye a una formación del gusto
estético del niño, proporcionando
elementos para que él se enfrente al
mundo con cierta cantidad de elementos
estéticos. Esto convertiría al libro-álbum
en algo cercano a “una casa de la cultura
portátil, donde la ilustración debe entrar
en diálogo con el texto en varios niveles
(...) El texto y la imagen se encuentran en
el escenario del libro” (Luís Camargo).
Su naturaleza, como nos lo muestra la
historia de su evolución, es bipartita y
palabra e imagen están en constante
interacción para brindar al lector un
espectáculo coordinado. Si cada una se
mostrara por separado, sería muy difícil
captar el sentido total del libro.
Sin embargo, lo de las imágenes
también puede resultar peligroso
y debemos ser cuidadosos con lo
que mostramos a través de ellas. Ya
dijimos que una de sus funciones es la
de construir la imagen del niño en la
sociedad o la de proporcionarle una
manera de ir conociendo el mundo que
lo rodea. Por esta razón, muchas de las
ilustraciones que se ofrecen a los niños
pueden caer en la estereotipación3; lo
cual resulta, en cierto modo, una forma
de sesgar la visión del niño y orientarla
hacia las imposiciones de una sociedad
en la que, más tarde, habrá ciertas
exigencias que se planteen al niño (tanto
de roles, como de comportamiento,
sentimientos o su apariencia física).
En muchos libros ilustrados se
presentan a los niños, dibujos que forman
parte de un imaginario totalmente
Como nos lo hace ver en cuenta Monika Doppert, el significado de la palabra estereotipo es « el cliché o molde que sirve para
copiar un modelo original en gran cantidad » (61)10 llevándonos a una « imagen esquemática, simplificada, superficial que se nutre
de generalizaciones y prejuicios », es decir, « quien usa estereotipos, se resigna a ver con ojos ajenos ».
Julio - Diciembre de 2014
Suma Cultural
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Anaquel / El libro-álbum
idealizado o encajado dentro de
las exigencias de la moda o de un
estereotipo físico determinado. A los
niños latinoamericanos les ha tocado
crecer con imágenes que representan el
prototipo de hombre o mujer europeo,
lo cual, habrá de entrar en contradicción
con la realidad que ven en su entorno
y en la enorme mayoría de los casos,
con su propia realidad física. Por otro
lado, muchos de estos libros presentan
la asignación de roles propia de los
hombres o las mujeres, lo cual va creando
la noción de la normalidad de tales
comportamientos en los niños tanto de
uno como de otro sexo.
Por esta razón, es importante que
existan libros creados por autores
que convivan en un mismo contexto
cultural con los niños, pues tienen la
posibilidad de ofrecerles una visión más
próxima a su propia realidad. Así, no
estaremos condenados a reproducir en
la literatura infantil un comportamiento
que nos ha caracterizado a lo largo de la
historia en otros tipos de expresiones
artísticas, en la política, en la economía y
en muchas de las actividades humanas.
Los estereotipos atentan contra la
creatividad y es, pues, función del libroálbum, como género renovador, abrir y
mostrar nuevos caminos: siempre nuevas
posibilidades.
Cabe afirmar, entonces, que se trata
de un género en construcción, un género
que camina de la mano con los procesos
40
Suma Cultural
y cambios históricos y sociales y que
muchos expertos en el tema enmarcan
como un fenómeno literario propio de
la posmodernidad. Por esta razón, nos
permite, de alguna forma, esa apertura de
caminos, ya que como es propio de los
textos posmodernos, presenta juegos
de ambigüedad entre realidad y ficción.
En este caso, dichos juegos se dan en la
relación texto-imagen: no sólo hace uso
de distintos puntos de vista, diferentes
perspectivas; sino que introduce la
intertextualidad, pues también existe una
enorme cantidad de alusiones culturales
y literarias: hace referencia a otros textos
y contextos.
Como sucede cada vez más dentro
del marco de la “civilización de la imagen”,
también la mayoría de los libros-álbum
parece cruzar el límite del realismo,
permitiendo que lo inconcebible y lo
innombrable aparezca en ellos con cierta
regularidad. Presentar la narración de una
forma bipartita (texto-imagen), los dota
de un carácter de apertura a múltiples
formas de lectura, interpretación y
relación. En este sentido, “los temas
que abordan suponen un desafío a las
convenciones sobre lo que los niños
son capaces de interpretar a causa de
la riqueza de mensajes implícitos que
han incorporado” (Colomer, 30). Esto
permite, también, introducir temas que
antes quedaban fuera de la literatura
infantil: temas especialmente duros
que tienen un impacto emocional en
“...es importante que existan
libros creados por autores
que convivan en un mismo
contexto cultural con
los niños, pues tienen la
posibilidad de ofrecerles
una visión más próxima a su
propia realidad...”
Julio - Diciembre de 2014
Anaquel / El libro-álbum
freepick.com - José A. Warletta
los niños, temas que no pertenecían
a la literatura infantil canónica, pero
cuyo tratamiento se hace fundamental
dentro del contexto actual. Las formas y
los temas, vemos, deben acompañar los
pasos y transformaciones sociales.
Sin embargo, no todo parece ser
color de rosa para nuestro queridísimo
libro-álbum. En la actualidad enfrenta
una situación crítica que se deriva de la
dificultad de publicación, no sólo por
el costo que ello implica (si se quiere
lograr un buen libro); sino que se debe
en muchos casos, al desconocimiento
de este tipo de género y a la ignorancia
frente al importante rol que juega en la
formación lectora y estética de los niños.
Bibliografía
• Camargo, Luís. « O libro infantil
brasileiro: arte para crianças ».
Artículo presentado en el simposio de
la Bienal de ilustraciones que tuvo por
tema el libro ilustrado para niños. Sept.
1989
• Cech, John, “La danza de las
palabras y las imágenes” en Hojas de
lectura No. 59 de abril de 2002.
• Colomer, Teresa. « El álbum y el
texto» Peonza 39 (1996) : 27-31.
• Doonan, Jane.. « El libro-álbum
moderno » en El libro álbum :
invención y evolución de un género
para niños. Por Kenneth Marantz et al.
Venezuela : Banco del libro, 1999, 35-57.
• Doppert, Monika. « Dibujar para
niños venezolanos » en El libro álbum
: invención y evolución de un género
para niños. Por Kenneth Marantz et al.
Venezuela : Banco del libro, 1999, 59-63.
• Durán, Teresa. « Pero, ¿qué es un
álbum ? » Hojas de lectura. 59 (2002) :
2-11.
• Robledo, Beatriz. «El mundo no es
como lo pintan».
Julio - Diciembre de 2014
Por esta razón resulta útil acercarnos,
aunque sea brevemente a una parte de su
historia: recorrer los pasos que han sido
dados desde tiempos inmemoriales.
Se trata, pues, de un tema de enorme
extensión, de vital importancia por
estar enmarcado dentro de la literatura
infantil y, por tanto, ir construyendo
una guía para las primeras lecturas de
los niños y su formación como lectores
y agentes activos en la comprensión
de su propio universo. Por eso es
necesario mirarlo desde múltiples
perspectivas que se amplían a pasos de
gigante. Recordemos que se trata de
un género en construcción, que abre
paso a la creatividad y a la trasgresión,
a la posibilidad de dotar de nuevos y
múltiples significados nuestra realidad
enmarcada dentro de la “civilización de
la imagen”. Por esta razón, también es
importante que las personas cercanas
al campo de lo literario, de la educación,
de la psicología y de la imagen, den a
conocer este tipo de textos, acercando la
posibilidad de acceso a los mismos.
“...al ser los primeros
publicistas quienes en un
comienzo se encargaran
de estudiar el impacto de
la imagen sobre el niño,
contribuyeron a enriquecer
y mejorar las técnicas de
imágenes...”
Suma Cultural
41
Furia
de vatios
La Champeta como fenómeno
híbrido de la cultura popular
Texto:
Luis Ernesto Rozo
Anaquel / Furia de Vatios
E
l objetivo de este trabajo es
abordar la champeta en tanto
expresión popular que, desde
la periferia y como expresión
de comunidades marginales, expresa
una visión de nación pluriétnica,
descentralizada y mestiza. Para
conseguirlo se analizarán los choques e
influencias con la alta cultura, dentro y
fuera del Caribe durante las últimas dos
décadas. La elección de este periodo
(1990-2010) obedece a las fuentes
encontradas, ya que aunque el fenómeno
de la champeta se origina en la década de
1970, es en la década de 1990 cuando se
abre un debate público entre una élite que
señala, denuncia y proscribe la champeta y
quienes la defienden como una expresión
cultural popular que restaura los lazos
entre África y las comunidades afrodescendientes de Colombia y el Caribe.
1. Del palenque al picó: orígenes
y tradiciones champetúas
“...es significativo que la
champeta como ritmo
afro-caribeño se vincule a la
cultura palenquera y se señale
a San Basilio del Palenque
como epicentro y cuna de
un fenómeno que conquistó
los barrios marginales de
Cartagena...”
Watchtheworld / Shutterstock.com
Según Elisabeth Cunin, la champeta
surgió “entre la informalidad y la ilegalidad”
no sólo porque sea una expresión popular
asociada a la violencia y a las clases
marginales sino porque su sistema de
producción está ligado a la piratería. Su
origen, se encuentra determinado por
la llegada de discos de música africana y
caribeña a Cartagena, durante los años 70.
Estos discos se convirtieron en objetos
de un comercio secreto que garantizaba
el éxito a productores y picoteros que
adaptaron ingeniosas letras en español
a ritmos como el soukous, el zouk, el
mbaganga y el highlife.
Aunque el término “champeta”
designa el machete usado
tradicionalmente en los estratos bajos y
en las comunidades de pescadores del
Caribe, es significativo que la champeta
como ritmo afro-caribeño se vincule a
la cultura palenquera y se señale a San
Basilio del Palenque como epicentro y
cuna de un fenómeno que conquistó
los barrios marginales de Cartagena y
que, en la década del 2000 despertó la
atención de casas disqueras nacionales
e internacionales. Sin embargo, resulta
curioso que, aunque gran parte de los
artistas y del público champetúo tenga
un contacto cercano con la cultura
palenquera, la mayoría de sus letras no
sean en bantú sino en español. Por otro
lado, la champeta tampoco remite,
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Suma Cultural
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Anaquel / Furia de Vatios
frecuente ni explícitamente, a ritmos
palenqueros como el bulleregue sentado,
el son palenquero, la chalupa, el son de
negritos, el lumbalú o el son palenquero de
sexteto. Incluso, los instrumentos típicos
de la música palenquera y afrocolombiana
(tambores, maracas, guarachas y
cantadoras) ceden paso a la caja de ritmos
y al picó: escenario, instrumento y sede de
la cultura verbenera.
Lo anterior permite suponer que
los vínculos de la champeta con el
palenque pueden ser producto de una
tradición inventada, que se consolida
en la década de 1990 con iniciativas
privadas e institucionales que reivindican
la champeta como expresión cultural
afrocolombiana y afrocaribeña. Desde
1992 la champeta empieza a ganar
respaldo institucional y el 25 de marzo
el periódico El Tiempo, en el artículo
“Picós de moda”, exalta el picotódromo
del Muelle de los Pegasos como una
de las innovaciones del XI Festival de
Música del Caribe. Sin embargo, resulta
llamativo que desde ese mismo año la
mayoría de los artículos publicados en
El Tiempo relacionan la champeta con
la violencia. Así, se refleja una tensión
entre la necesidad de reconocer la
multiculturalidad y pluridiversidad como
uno de los principales retos que plantea
la Constitución de 1991 y las denuncias de
una clase alta que busca ignorar o silenciar
una manifestación cultural popular que
le resulta incómoda, ruidosa y ajena a
una tradición musical de la costa que
encuentra en el porro, la cumbia, las gaitas,
el bullerengue y el vallenato sus mayores
representantes.
Este debate se refleja en 32 artículos
del periódico El Tiempo1 que desde 1992
relacionan la champeta y los picós a la
violencia, el ruido, la invasión del espacio
público y conductas licenciosas. En estos
artículos, personalidades como Enrique
Santos y Carlos Díaz, alcalde de Cartagena,
condenan la champeta. Desde los años
1
44
80 Justo Valdés y Son palenque, Viviano
Torresw, Faustino Torres, Melchor
Pérez, Luis Towers y Anne Swing graban
para CBS y otros sellos independientes,
conformando una primera generación
de champetúos, pero es los 90’s cuando
una segunda generación Elio Boom, Mr.
Black, y el grupo Kussima debe enfrentarse
a las críticas de una élite y de un gobierno
que asocia la champeta a la delincuencia
y la inmoralidad. Entre 1991 y 1995 la
gran mayoría de las noticias se refieren
a la Champeta como una novedad y se
destacan figuras como Carlos Vives quien
incursiona en el género con los temas
“Pa´Mayté” y “Rosa”. Pero a partir de 1997
las críticas que aparecen dispersas desde
1992 se intensifican, hasta el punto que
en el año 2000 la alcaldía de Cartagena
expide el decreto 0109 prohibiendo el uso
de picós por cuatro meses.
Los detractores de la champeta
aluden al “trauma acústico” de los picós, a
la violencia e inmoralidad de las verbenas
e incluso acusan a los champetúos de un
olvido de las tradiciones. Sin embargo, este
último factor revela que el fenómeno de
la champeta se conecta con una tradición
híbrida e inventada. Si la champeta se
arraiga a un territorio particular (el
palenque y las zonas marginales de
Cartagena), es precisamente en cuanto
escenario de tránsito cultural que vincula
a las comunidades negras de Colombia
y el caribe con su herencia africana. Los
champetúos exaltan personajes como
Benkos Bioho, líder cimarrón y fundador
de San Basilio de Palenque, mediante
ritmos que provienen de las Antillas,
el Congo, y Senegal, construyendo
(imaginando) una comunidad
transnacional en la que músicos africanos
y colombianos invaden las calles
cartageneras con el triquiteo de los picós
y con discos que encuentran un público
en Francia antes que en Bogotá. Este
reconocimiento de la champeta, que se da
primero en el extranjero que en el interior
Entre 1991 y 1995 la gran
mayoría de las noticias se
refieren a la Champeta como
una novedad y se destacan
figuras como Carlos Vives
quien incursiona en el género
con los temas “Pa´Mayté” y
“Rosa”
Según el archivo digital del periódico El tiempo, entre 1992 y 2011, se encuentran 723 artículos que se refieren de alguna manera al
fenómeno de la champeta.
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del país, se manifiesta en la presencia de
figuras como Lucas Silva, Miles Cleret2 y de
la Hollywoodoo Studios de París.
2. La cultura picotera o
verbenera
“Los detractores de la
champeta aluden al “trauma
acústico” de los picós, a la
violencia e inmoralidad de
las verbenas e incluso acusan
a los champetúos de un
olvido de las tradiciones. Sin
embargo, este último factor
revela que el fenómeno de
la champeta se conecta
con una tradición híbrida e
inventada...”
https://acbia.wordpress.com/ - Fabian Altahona Romero
Abordar la champeta como género
musical obliga a reconocer un fenómeno
en el que confluyen expresiones gráficas
y lingüísticas, una moda particular al vestir
y una forma particular de contacto social
y de apropiación del espacio público.
Un fenómeno marcado por contactos
internacionales propios de los puertos del
Caribe, donde la llegada de tornamesas3
y equipos de amplificación, sede de las
primeras emisoras, productoras y sellos
disqueros en las primeras décadas del siglo
XX y donde durante las décadas de 1960
y 1970 se produce un fuerte intercambio
de discos y casetes que traen a Colombia
la música antillana y africana con la que
rápidamente se identifica la comunidad
afro-descendiente del Caribe. De esta
manera, la champeta surge en un espacio
híbrido y como mezcla de ritmos diversos
que encuentran su mejor expresión en
las grandes verbenas de Cartagena4. La
música que llega de África y el Caribe se
adapta, se incorporan letras en español
y se convierten en objeto de culto para
los picoteros que garantizan su éxito
con la exclusividad de su producto. Es
frecuente que cada picó grave una “placa”
o vinilo en el que se invita al público a
bailar y se alardea de la música que tiene
ese picó. De esta manera los picós se
enfrentan en batallas musicales donde
la novedad y exclusividad de los temas,
son tan importantes como el volumen
y la potencia de sus bafles. El picó es
entonces escenario, reproductor y parte
esencial de la champeta: una respuesta
o reacción frente a la necesidad de
amplificar el sonido de manera eficiente
pero económica. Según el programador
musical Nelson García, el primer picó
llegó al Club Social de Barranquilla en la
década de los años 30´s y pasó a manos
de los hermanos Sarmiento quienes
popularizaron su uso en diversos salones.
Sin embargo, es hasta la década de los
años 80 que se puede hablar de un auge
de la cultura picotera, gracias al contacto
entre músicos y técnicos (“ingenieros”)
de sonido que modifican los precarios
sistemas de amplificación con una
técnica local que permite que los picós
se conformen como una forma eficiente
de llevar la fiesta a la calle. Mientras que
las discotecas controlan la fiesta en un
2
3
4
Creadores de los sellos disqueros Palenque Records y Soudway Records, respectivamente.
El término pick-up se refiere inicialmente a la aguja de los gramófonos y tornamesas, que en los años 30 eran populares en los clubes sociales y que los hermanos Sarmiento adquieren y
popularizan en fiestas de salón más populares que anteceden a casetas y locales donde en los años 70 y 80 se popularizan los picós. Cf. El documental Historia picotera furia de vatios..
Entre las que vale la pena destacar: Historia de amor , La gustadera, A pleno sol, El bambú, La pipa, El Tamarindo, Alibabá y los 40 borrachos, Boinas rojas, etc..
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ambiente cerrado y privado, el mercado
de Bazurto y los grandes picós como
El Pijuan, El Coreano, El rey de Rocha, El
Conde, El Rey de Reyes, consolidan la
rumba en el escenario de lo público5.
Si bien el mercado de Bazurto es
la meca de la champeta, es también allí
donde se revela su carácter ecléctico
e híbrido. Aquí, los productores y
vendedores garantizan que ciertos picós
tengan temas exclusivos, borrando los
rastros que los harían accesibles para
los demás. Los productores importan o
contrabandean discos borrando el rastro
de su origen, las carátulas y las referencias
a los cantantes y sellos discográficos
desaparecen en un proceso que busca
mantener en secreto su origen y que
al parecer facilita su reapropiación por
parte de una comunidad que considera
que África le pertenece. Tal como afirma
Viviano Torres “Los afrocolombianos no
imitamos la música africana pues ella nos
pertenece también”. De esta manera, en
la cultura picotera la originalidad como
valor se refiere más a la novedad que a
una cuestión de origen, y es en las calles
y los lotes baldíos de Cartagena donde
el público tiene la última palabra. Es el
pueblo el que determina el mercado y
los éxitos, y también el que defiende la
champeta de las amenazas de prohibición
y el señalamiento negativo que vivió entre
1997 y 2002.
3. Una cuestión de voltios:
repercusiones, alcances y
aceptación
La aceptación de la champeta como
expresión cultural nacional revela un
recorrido parabólico en el que esta
música y las expresiones culturales que
entrelaza han encontrado un amplio
reconocimiento en Europa antes de
lograr afianzarse en el interior del país e
incluso en Cartagena y Barranquilla. A
5
6
46
pesar de que entre los años 2000 y 2005
en Bogotá se vivió un pequeño auge de
la champeta, su incursión se redujo a
sectores minoritarios afro-descendientes
de la capital y de jóvenes universitarios
interesados en ritmos que sonaban
extraños que se asumen como “propios”
o por lo menos como “colombianos”. En la
década del 2000 aparecieron en el centro
del país gran cantidad de expresiones que
fusionaron la champeta con otros ritmos,
cuyos intérpretes generalmente no eran
de origen afrocolombiano ni caribeño6.
Por otro lado, vale la pena resaltar que
fueron algunos de estos personajes que,
en ocasiones desde el exterior, crearon
grupos, realizaron documentales e incluso
crearon casas disqueras que prestaron
una atención especial a la champeta,
el bullerengue, la chalupa, el son de los
negritos y otros ritmos palenqueros.
Este es el caso de Palenque Records,
una iniciativa de Lucas Silva, quien desde
París, creó en 1997 este sello disquero
que además ha realizado diferentes
documentales, entre los que vale la pena
resaltar: Los Reyes Criollos de la Champeta
(La Huit Production, Paris 1998) y Los
Hijos de Benkos (Les Films du Village-RfoMezzo, 2000).
Una revisión de los artículos de prensa
publicados sobre este fenómeno permite
reconocer tres etapas en la historia de
“Si bien el mercado de
Bazurto es la meca de la
champeta, es también allí
donde se revela su carácter
ecléctico e híbrido. Aquí, los
productores y vendedores
garantizan que ciertos picós
tengan temas exclusivos,
borrando los rastros que los
harían accesibles para los
demás...”
Al respecto también vale la pena señalar que aunque gran parte de la champeta se llevó a estudios, muchas veces de manera precaria o con grandes dificultades pero con resultados
que consolidan una estética en cuanto a las portadas de los acetatos, casetes y cd´s, actualmente la champeta encuentra en la Internet y en la piratería otra forma de mantenerse en
un esfera de lo público y lo “gratuito”.
Grupos como Los Pirañas, Tamal, Los Compadres Recerdos, han participado en un proceso de fusión de ritmos tradicionales que han reciclado la champeta en un proceso de
incorporación y blanqueamiento en espacios diferentes al Caribe. Mientras que grupos como La máquina del Caribe, La tribu barú y Faraón Bantú son agrupaciones que representan
una línea más ortodoxa de la champeta, en el interior del país.
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la champeta y exaltan sus vínculos con
la cultura palenquera, dentro de un
ambiente de aceptación e incorporación
de expresiones culturales populares y/o
de las minorías que toma mayor fuerza en
2005 con el reconocimiento de la cultura
palenquera como Patrimonio Oral e
Inmaterial de la Humanidad por parte de
la UNESCO. Incluso resulta significativo
que en 2011 se vincule la champeta a
proyectos ambientalistas, como el que
destaca el artículo publicado el 27 de
Junio de 2011 por eluniversal.com.co en
el que se resalta la “Champeta creada en
el marco del proyecto de conservación
que busca proteger al Pez Loro con
actividades de sensibilización y educación a
la comunidad”, un proyecto “desarrollado
en el Parque Nacional Natural Corales del
Rosario y San Bernardo”.
“...un ritmo cuya dimensión
racial asocia directamente
lo negro a la rumba, la
sexualidad (y en ocasiones
gratuitamente a la violencia),
poco a poco encuentra una
aceptación dentro y fuera del
Caribe. Desde la década de
2000 la champeta encuentra
respaldo institucional y
apoyo comercial.”
https://acbia.wordpress.com/ - Fabian Altahona Romero
la champeta en Colombia. Un primer
momento de auge y popularización
aparece referido en artículos publicados
entre 1991 y 1994 cuando el fenómeno se
describe como una curiosidad que poco
a poco ha encontrado amplia aceptación
en los barrios populares de Cartagena y
Barranquilla. En un segundo momento,
1995-2002, la prensa se convierte en
escenario de un debate en el que el
gobierno de Cartagena y personalidades
nacionales condenan la champeta como
una música violenta y anti-tradicionalista.
En un tercer momento que arranca
en el 2002 y en el que se destaca el
interés de casas disqueras como Sony
music y el reconocimiento de la cultura
palenquera como Patrimonio Universal
de la Humanidad por parte de la Unesco,
se caracteriza por la exaltación de un
fenómeno con el que las comunidades
afro-descendientes entablan un diálogo
con el mundo y renuevan sus vínculos con
África y las Antillas en un proceso que les
permite reinventarse desde una tradición
híbrida y mestiza en la que se amalgama lo
local y lo global, la tradición y la moderno7.
En esta tercera etapa también vale
la pena destacar el papel que juega la
champeta en festivales de música del
Caribe y en los festivales de Colombia al
Parque. Así, un ritmo cuya dimensión racial
asocia directamente lo negro a la rumba, la
sexualidad (y en ocasiones gratuitamente
a la violencia), poco a poco encuentra
una aceptación dentro y fuera del Caribe.
Desde la década de 2000 la champeta
encuentra respaldo institucional y apoyo
comercial. La ministra de Cultura, Araceli
Morales, presenta la champeta en el teatro
Jorge Eliecer Gaitán de Bogotá y, en agosto
de 2001, los canales MTV y HTV incluyen
la champeta “La voladora” de El Sayayín
dentro de su programación. En esta década
son frecuentes los artículos que reivindican
Peter Wade señala la ambigüedad que caracteriza el
imaginario de la costa Caribe a partir de las dicotomías que
determinan su carácter dual: un territorio poblado por negro
y blancos, donde lo real y lo ficticio, lo emocional y lo racional,
lo ficticio y lo científico, la tradición y la modernidad, dan lugar
a un escenario marcado por una especie de realismo mágico.
Cf. Wade, 2000, p 58.
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4. El meque y el triquiteo: la
pulpa de una nación mestiza y
orillera
Lucas Silva, en el texto que acompaña
el disco Colombiafrica, define la champeta
como el “primer género musical afrocolombiano moderno, fruto de una larga
tradición de intercambios musicales
entre África y Colombia, durante cuatro
siglos de historia común”8. Sin embargo, la
champeta es más que un género musical,
y se debe estudiar como un fenómeno
que vincula formas de expresión gráfica,
exploración en campo de la electrónica y
formas particulares de hablar, vestir, bailar
y de apropiación del espacio público. Un
fenómeno complejo que sitúa al Caribe
colombiano en una red de relaciones
trasatlánticas, en las que la cultura
popular logra legitimarse localmente tras
ser validada y aceptada, primero en el
extranjero y luego en el interior del país.
Pensar la relación de una expresión
popular como la champeta con la
construcción de nación y la consolidación
de un sentimiento de identidad nacional,
obliga a pensar en la ruptura que genera la
concepción de una nación heterogénea
multicultural y pluriétnica que se
institucionaliza con la Constitución de
1991. Sin embargo, la champeta obliga
a replantear la manera de pensar la
noción de “música nacional”. Como toda
expresión cultural, la champeta surge del
contacto con la alteridad, pero además
por los vínculos de las comunidades
afro-descendientes de Colombia con su
herencia africana y el carácter portuario
de Cartagena, se presenta como un
fenómeno mestizo, una estética híbrida
en el que agentes comerciales y culturales
provenientes de Europa, Cartagena y
Bogotá, participan de manera activa
en el encuentro de África y América.
Proyectos como Palenque Records y los
documentales de la Hollywoodoo Studios
pusieron en contacto artistas colombianos
8
9
10
48
(Viviano Torres9, Luis Towers, Justo
Valdés10, Graciela Salgado, Paulino Salgado
“Batata”, Dolores Salinas y Las Alegres
Ambulancias, etc.) con artistas africanos
como: el camerunés Guy Bilong, el congolés
Bopol Mansiamina (y su grupo Les Quatre
Etoiles) y Hasdya Koyaute (de Guinea).
La champeta se configura bajo la
mezcla de ritmos africanos (Highlife,
Soukous, Mbaqanga…..), haitianos,
música pop y ritmos palenqueros
y afrocolombianos. Un sonido que
además requiere del picó como
elemento tecnológico que responde
a las limitaciones económicas de una
población que se apropia de la calle
con inmensos amplificadores, con
tecnología e ingenio nacional que
aprovecha el bricolaje y permite que
con un presupuesto moderado se logre
una potencia que supera fácilmente
los 90 decibeles y una escenografía
personalizada, donde la disposición de los
parlantes, la tipografía y las ilustraciones
(generalmente en aerógrafo) dan
identidad a cada uno de los picós y alientan
una rivalidad que en ocasiones busca más
prestigio social que beneficio económico,
en lo que se conoce como piques o
batallas de picós.
Otro de los rasgos que revela el
carácter híbrido de la champeta son
las manifestaciones lingüísticas que se
Lucas Silva, en el texto
que acompaña el disco
Colombiafrica, define la
champeta como el “primer
género musical afrocolombiano moderno,
fruto de una larga tradición
de intercambios musicales
entre África y Colombia,
durante cuatro siglos de
historia común”.
Bopol Mansiamina
Kinshasa (Congo) 1949.
Guitarrista, vocalista, arreglista
y productor.
Lucas Silva. Colombiafrica, p. 4.
Creador del Grupo Anne Swing, quienes al lado del grupo Son Palenque, fueron pioneros en grabar en estudios de Barranquilla y Bogotá durante los años 80.
El caso de la familia Valdés, entre los que se destacan Justo, Cecilio “Ataloe” y Simancongo, manifiesta la manera en que la música presenta un carácter cohesionador de una sociedad
que realiza la mayoría de sus actividades (socio-políticas y laborales) de manera colectiva.
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Anaquel / Furia de Vatios
vinculan a este fenómeno, en las que los
modismos, neologismos, tecnicismos
y extranjerismos presentan raíces o
conexiones con el inglés, el francés, el
bantú y lenguas africanas. Pero tal vez lo
más revelador es que el carácter hibrido
y mestizo se manifiesta en relaciones
de clase, donde lo culto y lo popular se
revelan como esferas de límites difusos
y continuamente permeables. Donde
la imposición o el rechazo de prácticas
culturales están mediadas por intereses
y factores políticos y económicos, que al
parecer han determinado que la champeta
no se haya configurado de manera general
como una expresión nacional y que como
fenómeno comercial no haya presentado
el auge de otros géneros como el vallenato
o incluso otros fenómenos caribeños
transnacionales como el reggaetón.
Aunque en 2003 Elisabeth Cunin observa
un proceso de aceptación de la champeta
que le permite afirmar que se trata de
“uno de los símbolos de la nueva cara
multicultural de Colombia”11, un auge en
el que participan instituciones estatales,
iniciativas independientes y grandes
casas disqueras12, un episodio pasajero
en el que la champeta no se logra arraigar
en emisoras y discotecas del interior, y
hasta el 2010 la producción discográfica
decrece considerablemente.
Resulta posible pensar que
uno de los factores que dificultó la
posibilidad de instaurar la champeta
como música nacional, para intereses
políticos e institucionales, es su carácter
transnacional e intercontinental13.
Es evidente que la champeta
11
12
13
Cunin, Elisabeth. P. 276
El 26 de octubre de 2000 la ministra de Cultura, Araceli
Morales, organiza en el centro histórico de Cartagena el
evento “Champeta en la Plaza” y el 12 de diciembre preside
un evento similar en el teatro Jorge Eliecer Gaitán de Bogotá;
Lucas Ospina produce discos y documentales desde París,
y la Sony music lanza La champeta se tomó a Colombia en el
2001 y Champeta para el mundo en el 2002.
Hecho que parece pesar más que su raíz afro, ya que incluso
expresiones como el porro y el bullerengue han tenido
una mejor acogida a pesar de representar a una minoría
étnica y racial. Al respecto vale la pena confrontar el texto
de Peter Wade donde se revela la resistencia para concebir
el bambuco como música nacional por el hecho de que es
una expresión común a otros países latinoamericanos y la
resistencia frente al porro y las músicas del Caribe por sus
influencias de jazz y del foxtrot.
Julio - Diciembre de 2014
como expresión popular ha ganado
reconocimiento en espacios más amplios
y culturas de élite, hasta el punto de
incluirse bajo los rótulos de world music o
afrobeat, y en este proceso han jugado un
papel fundamental productores y agentes
comerciales, pero también los champetúos
que a punta de voltios y protestas
mantienen viva la cultura picotera.
Bibliografía
• Abril, Carmen y Soto, Mauricio. 2004. ”Entre la champeta
y la pared. El futuro económico y cultural de la industria
discográfica de Cartagena.” Colombia: Edición del Convenio
Andrés Bello. Unidad Editorial y del Observatorio del Caribe
Colombiano.
• Arango, Ana María. “La música de la Costa Caribe como un
paradigma de modernidad y globalización: el caso de la
música de fusión del pacífico colombiano.” Sin editar.
• Cunin, Elisabeth. 2003. “La champeta: de la etiqueta racial
a la proyección en el Caribe en Identidades a flor de piel.”
Bogotá: ICANH – IFEA – Universidad de los Andes.
• “De Kinshasa a Cartagena, pasando por París: itinerarios de
una música negra, la champeta.” Aguaita, No. 15-16, diciembre
2006 – junio 2007, p.p. 176-192. En http://es.scribd.com/
doc/70819918/04-champetaEspCartagena
• Wade, Peter. 1997. Gente negra. Nación mestiza: dinámicas
de las identidades raciales en Colombia. Bogotá: Universidad
de Antioquia, ICAN, Siglo del Hombre editores, Uniandes.
• 2002. Música Raza y Nación. Música tropical en Colombia.
Vicepresidencia de la República de Colombia, Departamento
Nacional de Planeación, Programa Plan Caribe. Traducción:
Adolfo González Henríquez. Bogotá, Colombia.
Prensa:
• Se revisaron 35 artículos de El tiempo, relacionados
directamente con la champeta y publicados entre 1992 y 2011.
• Con champeta buscan ayudar a la protección del pez loro.
En http://www.eluniversal.com.co/ambiente/con-champetabuscan-ayudar-la-proteccion-del-pez-loro
Videos:
• Historia picotera furia de vatios con el gran Alex Disco Show. (6
partes) En: http://www.youtube.com/watch?v=zArAZs8yyZU&f
eature=related
• Los reyes criollos de la champeta. En http://www.youtube.com/
watch?v=YUlb6tzaHFE&feature=player_embedded
Blogs y páginas de Internet relacionadas con la
producción y promoción discográfica nacional
• http://acbia.wordpress.com/2010/05/08/champeta-criollaafro-roots-in-colombia-1975-91/
• http://festinalentediscos.blogspot.com/
• http://palenquerecords.blogspot.com/
Suma Cultural
49
La Historia y la Literatura
“Dos miradas diferentes sobre la vida humana; mientras la primera se sujeta al
momento en busca de la verdad, la segunda puede pasearse sin restricciones
por el calendario.”
53
Releer
Releer / La Historia y la Literatura
Texto:
María E. Segura
L
a Historia y la Literatura, dos miradas diferentes sobre la vida
humana; mientras la primera se sujeta al momento en busca de
la verdad, la segunda puede pasearse sin restricciones por el
calendario. Sin entrar en discusiones juiciosas y técnicas acerca
de la verosimilitud de cada uno de los relatos, es indudable que el tiempo
histórico y el literario permiten al lector enriquecer su apreciación sobre
unos hechos que desde el pasado afectan el presente que está viviendo.
En este RELEER queremos ofrecer a nuestros lectores, fragmentos
de dos obras que narran la Historia de un período concreto y las historias
de los seres humanos que lo vivieron. Una es El General en su Laberinto en
la que Gabriel García Márquez cuenta con su estilo propio el último viaje
de Simón Bolívar desde Santafé de Bogotá hasta Santa Marta donde lo
alcanzó la muerte. La segunda viene de la mano del peruano Mario Vargas
Llosa: El Paraíso en la Otra Esquina que presenta dos personajes unidos
accidentalmente por la sangre: Flora Tristán y su nieto Gaugain cada uno
afectando de alguna manera el tiempo que les tocó vivir.
Estas tres historias tienen en común que sus actores transitaron su
vida persiguiendo un sueño para, al final del camino, darse cuenta que
en apariencia fracasaron en su intento. Bolívar imaginó una América
poderosa y unida libre del yugo español; Flora Tristán pretendía un mundo
justo, con igualdad de oportunidades para las mujeres y los pobres;
Paul Gauguin buscaba desesperadamente la renovación de la tradición
burguesa a través de la inspiración que le darían los pueblos primitivos.
El esfuerzo de estos tres personajes por llevar a cabo sus anhelos
y compartir con los demás el ideal en el que empeñaron sus vidas, la
búsqueda de ese paraíso tan esquivo pero a la vez imposible de ignorar
para quienes escuchan su llamado, es la propuesta que queremos hacer
esta vez.
Foto: Gabriel García Márquez junto a Vargas Llosa, en la UNI, en setiembre de 1967
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Suma Cultural
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Releer / El paraíso en la otra esquina
El paraíso
en la otra esquina
(Fragmento)
Dos personajes unidos
accidentalmente por la sangre:
Flora Tristán y su nieto Gauguin cada uno
afectando de alguna manera el tiempo
que les tocó vivir.
Flora
Cuando regresaba al albergue por las
callecitas curvas y adoquinadas de
Auxerre, vio en una pequeña plaza con
cuatro álamos de hojas blanquísimas
recién brotadas, a un grupo de niñas
que jugaban, formando unas figuras
que sus carreras hacían y deshacían. Se
detuvo a observarlas. Jugaban al Paraíso,
ese juego que, según tu madre, habías
jugado en los jardines de Vaugirard con
amiguitas de la vecindad, bajo la mirada
risueña de don Mariano. ¿Te acordabas,
Florita? « ¿Es aquí el Paraíso?» «No,
señorita, en la otra esquina.» Y,
mientras la niña, de esquina en esquina,
preguntaba por el esquivo Paraíso, las
demás se divertían cambiando a sus
espaldas de lugar. Recordó la impresión
de aquel día en Arequipa, el año 1833,
cerca de la iglesia de la Merced, cuando,
de pronto, se encontró con un grupo
de niños y niñas que correteaban en
el zaguán de una casa profunda. « ¿Es
54
Suma Cultural
Mario Vargas Llosa,
El Paraíso en la otra esquina,
Alfaguara, México, 2003
aquí el Paraíso?» «En la otra esquina,
mi señor.» Ese juego que creías francés
resultó también peruano. Bueno, qué
tenía de raro, ¿no era una aspiración
universal llegar al Paraíso? Ella se lo había
enseñado a jugar a sus dos hijos, Aline y
Ernest-Camille.
12
“Hay ciudades que una detesta sin
conocerlas”, pensó Flora, apenas bajó
del coupé que la trajo de Avignon
con un cura y un comerciante como
compañeros de viaje. Divisaba con
disgusto las casas de Marsella. ¿Por
qué odiabas esta ciudad que no habías
visto aún, Florita? Después, se diría que
la detestó porque era próspera: había
demasiados ricos y gente acomodada en
esta pequeña Babilonia de aventureros
y emigrantes ávidos. El exceso de
comercio y riqueza habían impuesto
en sus habitantes un espíritu fenicio y
un individualismo feroz que contagiaba
Mario Vargas Llosa
(Arequipa, Perú, 28 de marzo
de 1936), es un escritor
peruano nacionalizado
español. Uno de los más
importantes novelistas y
ensayistas contemporáneos,
su obra ha cosechado
numerosos premios, entre los
que destacan el Príncipe de
Asturias de las Letras 1986 y el
Nobel de Literatura 2010.
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Releer / El paraíso en la otra esquina
incluso a los pobres y explotados, entre
los que tampoco encontró la menor
predisposición a la solidaridad, y sí, más
bien, una indiferencia pétrea hacia las
ideas de la unidad obrera y la fraternidad
universal que fue a inculcarles. ¡Maldita
ciudad donde las gentes sólo pensaban
en el lucro! El dinero era el veneno de la
sociedad; lo corrompía todo y volvía al
ser humano una bestia codiciosa y rapaz.
12
Paul
“¿Por qué te enternecía descubrir que
estas niñas marquesanas jugaban al
juego del Paraíso, ellas también? Porque,
viéndolas, la memoria te devolvió, con
esa nitidez con la que tus ojos ya no
verían nunca más el mundo, tu propia
imagen, de pantalón corto, con babero
y bucles, correteando también, como
niño ‘de castigo’, en el centro de un
círculo de primitas y primitos y niños de
la vecindad del barrio de San Marcelo,
de un lado a otro, preguntando en tu
español limeño:
— ‘¿Es aquí el Paraíso?’
— ‘No, en la otra esquina, señor,
pregunte allá’
Mientras, a tu espalda, niños y niñas
cambiaban de sitio en la circunferencia.”
12
Traía muchas ilusiones consigo. Apenas
respiró el aire caliente de Papeete y sus
ojos quedaron deslumbrados por la
vivísima luz que bajaba del cielo azulísimo
y sintió en torno la presencia de la
naturaleza en esa erupción de frutales
que irrumpían por doquier y llenaban
de aromas las polvorientas callecitas
de la ciudad —naranjos, limoneros,
manzanos, cocoteros, mangos, los
exuberantes guayaberos y los nutridos
árboles del pan—, le vinieron unas ganas
de ponerse a trabajar que no sentía en
Julio - Diciembre de 2014
mucho tiempo. Pero no pudo hacerlo
de inmediato, pues no pisó esa tierra tan
anhelada con el pie derecho. A los pocos
días de llegar, la capital de la Polinesia
francesa enterró al último rey maorí,
Pomare V, en una imponente ceremonia
que Paul siguió, con un lápiz y un
cuadernillo que embadurnó de croquis
y dibujos.
Una semana después de terminar su
obra maestra seguía retocándola, y
se pasaba horas enteras delante de
la tela, en observación. ¿Lo habías
conseguido, no, Koke? El cuadro no
revelaba una mano civilizada, europea,
cristiana. Más bien, la de un ex europeo,
ex civilizado y ex cristiano que, a costa de
voluntad, aventuras y sufrimiento, había
expulsado de sí la afectación frívola de
los decadentes parisinos, y regresado a
sus orígenes, ese esplendoroso pasado
en el que religión y arte, esta vida y la
otra, eran una sola realidad. Las semanas
que siguieron a Manaotupapau fueron
de una serenidad de espíritu quePaul no
disfrutaba hacía tiempo.
Paul Gauguin . Retrato del
artista con su ídolo.
c. 189; Óleo sobre lienzo.
McNay Art Institute, San
Antonio, TX
12
La abuela Flora no habría aprobado lo
que hacías, Paul. Por supuesto que no.
Esa loca marisabidilla hubiera estado
del lado de la justicia y no de Francois
Cardella, el principal productor de ron
de la Polinesia. ¿Cuál era la justicia en
esta isla de porquería que se asemejaba
cada vez menos al mundo de los
antiguos maoríes y cada vez más a la
putrefacta Francia? La abuela Flora
hubiera tratado de averiguar dónde
estaba la justicia, entrometiendo su
naricita en ese dédalo de querellas,
intrigas, intereses sórdidos disfrazados
de altruismo, para dar un veredicto
fulminante. ¡Por eso había muerto con
sólo cuarenta y un años, abuela! Él, en
cambio, que se cagaba en la justicia,
había vivido ya cincuenta y tres, doce
más que la abuela Flora.
Flora Célestine Thérèse
Henriette Tristán Moscoso
Laisney (París, 7 de abril
de 1803 - Burdeos, 14 de
noviembre de 1844) fue
una escritora y pensadora
socialista y feminista francesa
de ascendencia peruana.
Fue una de las grandes
fundadoras del feminismo
moderno.
Suma Cultural
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Releer / El general en su laberinto
El general
en su laberinto
(Fragmento)
Gabriel García Márquez,
El general en su laberinto,
Bogotá, Editorial Oveja Negra,
1989.
Gabriel García Márquez
cuenta con su estilo
propio el último viaje de
Simón Bolívar desde Santafé
de Bogotá hasta Santa Marta
donde lo alcanzó la muerte.
E
l general tenía ya la bota en
el estribo que le ofreció el
palafrenero, cuando el Ministro
de Guerra y Marina lo llamó:
“Excelencia”. El permaneció inmóvil, con
el pie en el estribo y, agarrado de la silla
con las dos manos.
“Quédese”, le dijo el ministro, “y haga
un último sacrificio por salvar la patria”.
“No, Herrán”, replicó él, “ya no tengo
patria por la cual sacrificarme”
Era el fin. El general Simón José
Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar
y Palacios se iba para siempre. Había
56
Suma Cultural
arrebatado al dominio español un
imperio cinco veces más vasto que las
Europas, había dirigido veinte años
de guerras para mantenerlo libre y
unido, y lo había gobernado con pulso
firme hasta la semana anterior, pero a
la hora de irse no se llevaba ni siquiera
el consuelo de que se lo creyeran. El
único que tuvo bastante lucidez para
saber que en realidad se iba, y para
donde se iba, fue el diplomático inglés
que escribió en un informe oficial a su
gobierno: “El tiempo que le queda le
alcanzará a duras penas para llegar a la
tumba”.
Gabriel García Marquez
Foto tomada en 1982
Pressensbild/AFP
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Releer / El general en su laberinto
12
“No me imaginé que esta vaina
fuera tan grave como para pensar en los
santos óleos”, le dijo. “Yo que no tengo
la felicidad de creer en la vida de otro
mundo”
“No se trata de eso”, dijo Révérend.
“Lo que está demostrado es que el
arreglo de los asuntos de la conciencia le
infunde al enfermo un estado de ánimo
que facilita mucho la tarea del médico”.
El general no le prestó atención a
la maestría de la respuesta, porque lo
estremeció la revelación deslumbrante
de que la loca carrera entre sus males y
sus sueños llegaba en aquel instante a la
meta final. El resto eran las tinieblas.
“Carajos”, suspiró. “! Cómo voy a salir
de este laberinto ¡”
Examinó el aposento con la
clarividencia de sus vísperas, y por
primera vez vio la verdad: la última
cama prestada, el tocador de lástima
cuyo turbio espejo de paciencia no
lo volvería a repetir, el aguamanil de
porcelana descarchada con el agua y
la toalla y el jabón para otras manos, la
prisa sin corazón del reloj octogonal
desbocado hacia la cita ineluctable del 17
de diciembre a la una y siete minutos de
su tarde final. Entonces cruzó los brazos
contra el pecho y empezó a oír las voces
radiantes de los esclavos cantando la
salve de las seis en los trapiches, y vio por
la ventana el diamante de Venus en el
cielo que se iba para siempre, las nieves
eternas, la enredadera nueva cuyas
campánulas amarillas no vería florecer el
sábado siguiente en la casa cerrada por
el duelo, los últimos fulgores de la vida
que nunca más, por los siglos de los siglos,
volvería a repetirse.
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Suma Cultural
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“Popayán de piedra pensativa,
en su clima de tibia melodía...”
Eduardo Carranza
Fotodiario
Enrique González Ayerbe
Aunque ha vivido la mayor parte de su vida en Bogotá, este payanés no ha
abandonado sus raíces. Está dedicado a la publicidad desde hace 25 años.
La gastronomía y la fotografía hacen parte de sus aficiones. Es nuestro diseñador y
hemos querido invitarlo en esta edición para participar en Fotodiario y compartir su
serie “Popayán Fotogénica” que ha publicado recientemente en redes sociales.
En Twitter pueden encontrarlo como @egonayerbe
Semana Santa Chiquita
Fotodiario / Popayán fotogénica
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Iglesia de San Francisco
Fotodiario / Popayán fotogénica
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Parque de Caldas
Paraninfo de la U. del Cauca desde la Casa de la Cultura
Fotodiario / Popayán fotogénica
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Suma Cultural
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San Franbcisco desde El Monasterio
La Ermita
Fotodiario / Popayán fotogénica
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Suma Cultural
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San Francisco
Cúpula Catedral
Fotodiario / Popayán fotogénica
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Suma Cultural
Julio - Diciembre de 2014
Santo Domingo
Fotodiario / Popayán fotogénica
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Suma Cultural
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Los duelos
Nunca jamás
A tientas
Felipe Clavijo
Javier Vallejo
Alberto Bejarano
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72
74
Letras
Libres
Aquiles
y la tortuga
Ha llegado
el tiempo
Cicatrices
Martha Ramírez R.
Luz Amparo Carranza
Silvia Sierra
Río Negro
Daniela García
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80
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Los duelos
“Dlja beregov otchizny dal’noj
ty pokidala kraj chuzhoj;
v chas nezabvennyj, v chas pechal’nyj
ja dolgo plakal [nad] toboj.
[Moji] khladejushchije ruki
[tebja] staralis’ uderzhat’;
tomlen’ja strashnogo razluki
[moj] ston molil ne preryvat’.”
Dlja beregov otchizny dal’noj, 1830
Aleksandr Pushkin
68
Suma Cultural
Texto:
Felipe Clavijo
Ilustración:
Grabado.
Aaron Burr disparando
a Alexander Hamilton
Por orillas de lejana patria
tu abandonaste la tierra ajena;
no olvido la hora, la triste hora
de tanto llanto ante ti, de pena.
Las manos mías sin tibieza
te quisieron un segundo retener;
pero la agonía de distancia aviesa
se negó mi súplica a romper.
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Letras Libres / Los duelos
S
oultz-Haut-Rhin – San
Petersburgo. Lo he sabido por
años: el escenario fatal desde
siempre estuvo dispuesto en
su ardiente corazón de poeta… Escribo
este testimonio en el ferrocarril que me
lleva de vuelta a San Petersburgo, hoy, 3
de noviembre de 1895. Los hechos que
a continuación voy a narrar, no intento
me justifiquen, pues he honrado un
antiguo pacto con justicia. Aunque mi
carne ha envejecido, mi memoria no. Esta
historia es conocida por pocos y aún
muchos ignoran los infaustos sucesos
desencadenados a partir de aquel 27 de
enero de 1837. Eran entonces cerca de
las cuatro treinta de la tarde y sobre San
Petersburgo se cernía un crudo invierno;
de esos que son difíciles de olvidar, como
el cerco de una ciudad o la crueldad
de una mujer. El viento era tan fuerte
que los duelistas y sus acompañantes
debimos resguardarnos por un tiempo
en un pequeño bosque cercano al lugar
escogido para el último encuentro.
Durante la espera, surgieron varios
inconvenientes. El peor de ellos: la nieve
era tan profunda que nos llegaba hasta
las rodillas, como si la naturaleza misma
quisiera oponerse a que se derramara
la sangre de un poeta. Por otra parte, si
bien la nieve aún brillaba con intensidad,
pronto oscurecería. Calculamos que
tendríamos, con suerte, una hora más de
luz. Pasado este tiempo, todos nuestros
pasos se confundirían en la implacable
Julio - Diciembre de 2014
tiniebla invernal. Mientras los ayudantes
hacían lo posible por nivelar el campo
donde se darían los acostumbrados
veinte pasos (que en los casos más
dramáticos podían llegar a reducirse
a tres), los duelistas preparaban con
cuidado sus armas. A un lado de este
improvisado teatro de la muerte, el poeta
estaba sentado sobre un montículo de
nieve; algo más apartado, D’Anthès, su
rival, se recostaba sobre el tronco de un
viejo árbol sin hojas. No se miraron: era
un código de honor. Ambos sabían que
cuando se volvieran a ver, uno de los
dos ya estaría entregando la vida. Y ese
hecho, irrepetible, merecía el mayor de
los respetos. En el aciago lugar reinaba
un silencio solemne: los fuertes vientos
por fin cesaban, mientras el tiempo
avanzaba implacable hacia la hora
pactada para el inicio de aquel triste
canto de cuervos. Gracias a la ayuda de
todos los presentes, los trabajos en la
nieve fueron terminados. Eran las cinco
de la tarde del 27 de enero de 1837. Había
llegado el momento y ahora los duelistas
estaban de espaldas con sus pistolas
cargadas y listas. El poeta sabía que una
carta anónima lo había originado todo
y aunque pudiera tratarse de un error
o de una simple provocación contra
su honor y el de su consorte, ya era
demasiado tarde. Un cruel mecanismo
de causas y consecuencias había sido
activado por el azar en algún oscuro lugar
del universo. A la señal acordada, cada
San Petersburgo es la
segunda ciudad más
poblada de Rusia. Está
situada en la Región de
Leningrado, nombre que
compartía con la ciudad
durante la época soviética
(1924-1991). Los otros
nombres de la ciudad
fueron Petrogrado (del
31 de agosto de 1914 hasta
el 24 de enero de 1924) y
Leningrado (después de la
muerte de Lenin, el 24 de
enero de 1924 hasta el 8 de
septiembre de 1991).
Suma Cultural
69
Letras Libres / Los duelos
hombre comenzó a caminar, paso a paso,
hacia su destino. El árbitro observaba atento
el cumplimiento de las reglas convenidas;
los testigos, esperábamos con diversos
temores la detonación fatal. Debo aclarar
que las muertes eventuales no eran nuestra
única preocupación, pues estos duelos de
honor, tal vez los más brutales de Europa,
estaban prohibidos por decreto del Zar
bajo penas muy severas y siempre existía la
posibilidad (abundaban los espías) de una
delación ante las autoridades. El primero
en llegar a la señal convenida fue el poeta,
pero su rival, con infamia, disparó antes,
hiriéndolo en el vientre. Caído el poeta
en la nieve, que empezaba rápidamente
a tomar el color de su sangre preciosa,
alcanzó a usar su arma, por una sola vez
contra D’Anthès, ese maldito Don-Giovannifrancés buscador de fortunas, que en tan
mala hora se había ganado el favor de la
corte del Zar, propinándole también alguna
herida en el pecho. O eso creyó. Luego,
para nuestro desconcierto, durmió. Se ha
dicho que el arma del poeta fue manipulada;
que todo no fue más que una conspiración
orquestada por el Zar Nicolás II para
eliminarlo; incluso, que Natalia, su mujer,
estaba por abandonarle. Aún hoy, tantos
años después, no puedo desestimar ninguna
de estas teorías… Por suerte o por desgracia,
el poeta no murió de inmediato en aquel
bosque de cuervos: su agonía duró tres
largos y dolorosos días. Durante ellos, más
que su amanuense, fui su confesor, pero no
deben incurrir en error: no soy clérigo, ni
tampoco creyente ortodoxo, tan solo soy
un simple ejecutor de versos y voluntades.
En medio de sus prolongadas horas de
delirio, me reveló que aunque D’Anthès fue
la causa (habría podido ser cualquier otra),
ya se sabía condenado y herido de muerte
desde que concibió sus primeros versos:
me explicó que la herida destinada a matarlo
yacía en lo más profundo de su corazón
de poeta, en su orgullosa sensibilidad y en
ese infierno de angustias y pasiones que lo
llevaron a imaginar, bajo un nuevo universo
de símbolos forjados en el exilio, lo que
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Suma Cultural
Julio - Diciembre de 2014
Letras Libres / Los duelos
nunca antes escritor alguno en la hostil y
extravagante Rusia de los Zares. En la mañana
del día en que habría de morir, me pidió,
en secreto, un último favor. Su petición se
transformó en un noble pacto de caballeros.
La vida del poeta se consumó hacia las
tres de la tarde del 29 de enero de 1837
con un débil verso que entre los presentes
nadie entendió, pero estaba dirigido a mí,
cerrando con ello la cadena métrica de su
residencia en la tierra y partiendo hacia su
exilio final. La forma fue extraña. Aleksandr
Sergejevich Pushkin, el poeta, el novelista,
el gran hombre de letras, paradójicamente
terminó entregando su honor, su alma y
su corazón inmortal (al igual que el joven
Lensky en Oneguin, quien ya lo prefiguraba)
a un vulgar verdugo de tres cabezas: el
amor atormentado, la intriga cortesana y la
humillación. Sin embargo, el duelo aún no
había terminado.
Después de la muerte del poeta, preferí
desaparecer con la promesa y fraguar una
venganza más fuerte que el hierro y que la
pólvora, alimentada por los recuerdos y
sobre todo, por la paciencia. Me tomó más de
cincuenta años llevarla a cabo, pero por fin se
ha hecho justicia: ayer le di muerte al asesino.
Él, ya era un pobre anciano, despojado de
todos sus méritos (al igual que yo); lo sé. Al
menos tuve la delicadeza de ofrecerle una
muerte poética, la única que mis cansadas
manos podían darle: lo asfixié en la tibieza
de su lecho tranquilo mientras le recitaba el
verso que Pushkin me había encomendado;
naturalmente, no opuso mayor resistencia.
D’Anthès recibió con resignación el amargo
beso de vuelta. Intuyo que siempre lo esperó.
Mi edad (tengo setenta y ocho años) me
protegió de toda sospecha; la enfermedad
que acechaba al muerto fue la coartada
perfecta: declararon que pereció a causa de
un paro cardíaco. Tenía ochenta y tres años.
He cumplido minuciosamente la promesa
que le hice al poeta de la Nación; he actuado
con justicia: solo espero mi turno. No tengo
miedo. Ahora el ciclo se ha cerrado y la oscura
maquinaria del universo ha sido restablecida.
Quizá, todo vuelva a comenzar.
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Nunca
jamás
T
odo se puede, incluida la
metamorfosis Kafkiana de
unburro a cebra, o de un héroe a
villano. Fueron reales, yo las vi.
Sucedió en un viaje que hice con mi
amigo Mauro y su padre a PuertoTriunfo,
en medio del Valle del Río grande de la
Magdalena, rumbo a Nápoles, cuando
Nápoles no era una hacienda sino “La
Hacienda” en mayúsculas, entre comillas,
con una avioneta sobre el travesaño del
pórtico de la entrada y una casaquinta con
letrina de oro, para que no quedara duda
que el capo era “El Capo” y no la escoria que
lamentaría el país. A él lo ví, a don Pablito
como le decían todos por esa época,
en el balcón de su reino saludándonos.
Bueno, a mí no, al padre de mi amigo que
72
Suma Cultural
trataba de surgir como un traquetico
precoz, un buhonero imberbe, mejor
dicho un chichipato. Mientras él se dirigía
a la mansión, mi amigo, un lechuguino
aviejado igual que yo, me llevo a pasear
entre el safari de la hacienda: aves exóticas,
camellos sin desierto, elefantes que se
dejaban alimentar metiendo sus trompas
por las ventanillas de la camioneta, leones
dormilones bajo las sombras de las ceibas,
jirafas elegantes, hipopótamos obesos y las
cebras, alegres cebras de rayas blancas con
negras.
Para contrariar nuestra historia tan
llena de hechos transcendentales,la que
voya contar no es la de las cebras, ni la de
ninguno de los animales exóticos con los
que el capo armó su excéntrica arca, sino
Texto:
Javier Vallejo
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Letras Libres / Nunca jamás
la de dos burros sin nombre. No podían ser
más colombianos ellos: tímidos, taimados,
de carita triste, petrificados por el temor de
la luz de la gente que los atemorizaba con
el flash de sus cámaras como si de la octava
maravilla del mundo se tratara. Ahora que
lo pienso ¡lo eran! qué digo la octava, la
primera maravilla del mundo, la prueba
fehaciente de lo que dejamos de ser para
convertirnos en lo que somos: ciegos.
Pero los burros no estaban en la
hacienda, a esos los fuimos a conocer
después, en la ciudad de Pereira. Entonces,
la novedad no era el dinero que corría en
las calles atestadas de camionetas lujosas
con mujeres inalcanzables para nosotros
los mortales, sino ir al zoológico a ver dos
burros que de la nada evolucionaron a
cebras en una noche. El padre de mi amigo,
quién al igual que yo, creía que la historia
se arma de cosas banales dijo: “Esto es
histórico, tenemos que ir”.Escéptico como
siempre, le dije a Mauro que para qué tanta
alharaca por dos burros si en la hacienda
habíamos visto África entera, pero él solo
se limito a levantar los hombros.
Días antes, en el traslado de las cebras
del puerto de desembarque a la hacienda
de Don Pablito,algún despistado burócrata
olvido de quién era el cargamento y
decomisó los monocromáticos animales.
Tras la amenaza que le llevaron departe del
dueño,al pobre empleado no le quedó otro
camino que hacerse el de la vista gorda
y devolverlos, resultándole el problema
de justificar el decomiso en su inventario,
pero,acudiendo a nuestra bien nombrada
malicia indígena,lo soluciono a lo
colombiano: buscó dos burros y los pintó, a
lo chambón, al estilo nomejoda.
Los animalitos resultantes parecían
una obra de la época surrealista de
Picasso. Tenían tres o cuatro franjas de
pintura blanca sobre y a lo largo del pelaje
negro desde el pescuezo hasta el lomo,
y en cada extremidad, como pulseras, se
intercalaban las franjas de pelaje negro
y las rayas blancas en circunferencia. Me
imagino al pobre empleado temblando
Julio - Diciembre de 2014
de pánico por el error del decomiso
y vaciando, por el afán, pintura negra
como si se tratara de un cántaro
sobre las cabezas de los cuadrúpedos,
dejándolos como estudiantes rebeldes
deuniversidad pública: encapuchados.
Nada que ver esos animalitos ridículos,
tristes y embadurnados, con el entusiasmo
característico de las cebras. Hasta ahí aún
no había ocurrido el milagro. La magia
ocurrió al día siguiente, cuando el mismo
burócrata tuvo que justificar las dos
cebras decomisadas y al hacer el conteo
y llegar a la jaula marcada con el letrero
cebra mammalia perissodactyla vio lo
que le tocaba ver y contó dos cebras, igual
el director del zoológico: dos cebras, el
veterinario: dos cebras, y los guardias: dos
cebras, y cada uno de los visitantes del
zoológico, incluyéndome: dos cebras.
Por supuesto que todos sabíamos
que no eran cebras ¡ni que fuéramos tan
burros!, con el perdón de los burros. Pero
como dije, todo sucede en el país de Nunca
Jamás, donde cada uno ve lo que lo que
le toca, lo que le conviene, o si mucho, si
uno ve lo que ve, toca hacerse el de la vista
gorda; donde la historia se arma con cada
segundo que va muriendo. ¡Murieron
tantos después! En cada bombazo, en
cada bala rezada, en cada segundo, en cada
sicario que descargó su arma en quien
insistió en ver lo que veían. Desde que
Don Pablito quiso ser rey soberano y no lo
dejaron, juró invertir su fortuna en hacer
llorar a esta tierra ¡y lo hizo!
Después lo persiguieron, se escondió,
armó la guerra, se construyó una cárcel
de lujo y se entregó, se voló, sus enemigos
se unieron y lo persiguieron, se escondió
pero lo encontraron, y al final, por un tiro de
gracia, se despanzurró sobre el país en un
tejado. Su metamorfosis fue peor.
A todas estas, me pregunto ¿Yo qué fue
lo vi? Esta fue mi historia: yo vi dos burros
amortajadosen un pijama de rayas blancas…
¿o negras? Ya ni sé. Después pasaron tantas
cosas que no sé lo que vi, cosas que ojala no
se repitan nunca jamás.
Hacienda Nápoles es
el nombre que recibe
una extensa y lujosa
propiedad rural, ubicada
en el municipio de Puerto
Triunfo (Antioquia). Se
encuentra en el valle del río
Magdalena y es reconocida
como símbolo del éxito
del Cartel de Medellín y,
específicamente, de su
propietario Pablo Escobar.
Suma Cultural
73
Letras Libres / A tientas
A tientas
E
l 3 de marzo de 1992, mientras
en todos los periódicos
colombianos el titular a cuatro
columnas era: “¡Llegó el
apagón!”, Pompilio se presentó en mi
oficina a la misma hora de siempre –que
ahora era una hora más temprano por
disposiciones del gobierno– y me leyó
fragmentos de lo que había escrito en su
diario íntimo los últimos días.
El apagón comenzaba y nuestras
charlas entraban en la infancia de
Pompilio en esos vetustos años
cincuenta bogotanos. Esa noche me
habló por primera vez de la Ciudad
de Hierro en el Parque Nacional. Ese
tema hubiera podido ser un buen
comienzo para sus Memorias. Traté
de explicárselo varias veces pero no
fue posible entusiasmarlo. Le hablé
de las metáforas que podían utilizarse
en torno a los juegos mecánicos: la
montaña rusa, o la figura del vértigo que
se siente cuando se va dejando de ser
joven, los carros chocones o la figura
de los amores oxidados y los odios que
se van cosechando a lo largo de la vida
y la rueda mágica, o la figura del azar de
los encuentros del pasado. Todo fue
en vano, pues no quiso escucharme.
A lo sumo le parecieron demasiado
evidentes esas asociaciones. En mi
libreta de apuntes consigné la idea,
creyendo que podría serme útil más
adelante. Recurrí entonces a otro
escenario. Le pregunté si recordaba
cuándo y dónde había visto su primera
película (Pompilio fue un gran cinéfilo
que llegó incluso a fundar un efímero
cine-club ambulante en Tadó-Chocó
74
Suma Cultural
en los años setenta). Al principio trató
de evitar el tema, pero ante mi amenaza
de abandonar nuestro proyecto,
retrocedió y comenzó a hablar. Me leyó
un poema, de una serie que él llamaba
en broma “cine-chicles-charmes-manimani-moto”.
Si leyeran los poemas de Pompilio
notarían que son sus Memorias
íntimas, casi de ultra tumba. Son
poemas escritos, según me dijo esa
vez, apenas salía de ver una película.
Siempre escribía un poema después
de una película que lo llagara. No era
un “resumen de noticias” sobre lo que
acababa de ver, era una especie de
collage submarino. ¿Collage submarino?
En el fondo la poesía era para Pompilio
una prolongación de una película.
No de cualquier película. De todas las
películas. Para Pompilio la poesía era
una prefiguración del cine, todo un
sacrilegio, todo un sacramento. Solía
decir que el siglo XX era el siglo más
poético de todos, y sólo por el cine.
¡Tamaño despropósito!
Su primera película la había visto
el 24 de junio de 1951. Estaban recién
llegados a Bogotá con su madre. Esa
tarde vieron el reestreno de La Cartuja
de Parma de Stendhal, adoptada al cine
por Christian Jaque y con roles estelares
de María Casares y Gérard Philipe en
el Teatro Libia. Era su teatro favorito,
tanto así que cuando años más tarde
Pompilio tuvo una hija, la bautizó con
ese nombre sonoro: Libia. De esos
primeros años no hay poemas, pero si
una serie de fotografías que la madre
de Pompilio, Doña María Teresa guardó
Texto:
Alberto Bejarano
Foto:
Stoxkvault
Julio - Diciembre de 2014
Letras Libres / A tientas
celosamente en su casa en una de sus
carteras negras de los años del ruido. Ahí
protegía todo lo que tuviera que ver con
su hijo: diplomas del jardín infantil “Los
Chifladitos”, medallas de campeonatos
de triciclo, telescopios con minifotos
de Pompilio en un circo, álbumes de los
mundiales de fútbol, viejas revistas de
la Abeja Maya y José Miel, cuadernos
de poemas de hojas amarillas, dibujos
de primaria cuando Pompilio buscaba
ganarse el concurso de la portada del
directorio telefónico, y las tarjetas de
cumpleaños que le escribía siempre
cada año. Doña María Teresa guardó
además casi todos los recortes de
periódicos donde escribió Pompilio
durante más de cuarenta años...
La radio me traía las últimas noticias,
y sonaban distantes. El viejo radio
aun sonaba igual que en los tiempos
de mi padre, cuando él escuchaba la
transmisión de innumerables vueltas
a Colombia, a Francia, a España y a
Italia. El ciclismo siempre fue su pasión.
Lo recuerdo, casi de madrugada,
escuchando las transmisiones de
Europa y tomándose un café endulzado
con panela. Cuando terminé de
afeitarme, revisé los nombres de
las películas que había mencionado
Julio - Diciembre de 2014
Pompilio y comprobé que sólo había
visto ocho. Ocho de más de trescientas.
La mayoría eran títulos raros (sobre
todo de la época muda). Esa mañana, de
camino hacia la oficina, me detuve en
el Video-club Variedades de la Avenida
28 con Calle 34 y alquilé treinta VHS
(me quedaron de conseguir tres para
el otro día y el resto para dentro de un
mes: Playtime de Tati, Los rapaces de
Von Stroheim y Les tricheurs de Carné).
Treinta películas de todos los colores
y estilos se amontonaron en el baúl de
mi carro. Esperaba ver una por día, en la
madrugada, cuando volviera de nuestras
charlas con Gabriela y Pompilio. Verlas
todas me tomaría casi un año. Dejar de
verlas me llevaría toda una vida.
“La mayoría eran títulos
raros (sobre todo de la
época muda). Esa mañana,
de camino hacia la oficina,
me detuve en el Video-club
Variedades de la Avenida 28
con Calle 34 y alquilé treinta
VHS...”
Suma Cultural
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Letras Libres / Aquiles y la tortuga
Aquiles
y la tortuga
Aquiles y la Tortuga están terminando
una exquisita comida para dos en el mejor
restaurante japonés de la ciudad
es considerado como una iluminación
provocada por la naturaleza.
Tortuga: — Un poema de diecisiete
sílabas. Jajajaja… Los poemas de mis
lecturas tienen más de diecisiete sílabas,
poseen música, ritmo y rima.
Aquiles: — Un haiku consiste en un grupo
de cinco, siete y cinco sílabas y son muy
melódicos.
freepick.com - Karla Vidal
Aquiles: — Este restaurante de comida
japonesa me recuerda los haikus.
Tortuga: — No sé de qué me habla
Aquiles. ¿Qué es un haiku?
Aquiles: — Es un poema muy corto con
solo diecisiete sílabas, puede revelar una
idea sencilla y profunda, evocar un aroma…
y sorprenderte. Este mini poema que
puede irradiar toda la magia de oriente,
Texto:
Luz Amparo Carranza
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Suma Cultural
Julio - Diciembre de 2014
Letras Libres / Aquiles y la tortuga
Tortuga: —Un poema de diecisiete
sílabas no tiene sentido.
Aquiles: —El sentido está en quien lee
el haiku.
Tortuga: —Hmm… Ese sí que es un
planteamiento evocador.
Aquiles: —Ese es el mismo
planteamiento hecho por los
matemáticos con los teoremas; aunque
no tienen diecisiete sílabas, son muy
pequeños y siempre tenemos que
evocar todo nuestro conocimiento
para interpretarlos.
Tortuga: —Pero también son sin
sentido...
Aquiles: —Sólo para los que no
conocen su belleza y profundidad;
ellos también traen consigo imágenes
y sensaciones. Son generalmente
la inspiración de un creador en un
momento de iluminación. Como los
haikus.
Tortuga: —No confío mucho en la
sensibilidad de los matemáticos tanto
como usted lo afirma, por el contrario
creo que se les escapa la realidad entre
los dedos…
Aquiles: —¿Acaso modelar el mundo no
le parece suficiente? Se requiere mucha
sensibilidad para esto.
Tortuga: —Modelar problemas y
apresar la belleza o la hermosura, no son
la misma tarea.
Aquiles: —Lo discutiremos más tarde,
Señor Tortuga. Hay personas esperando
para cenar en este lugar.
(De regreso a casa, Aquiles y la Tortuga
caminan sobre un anillo de Möbius casi
sin notarlo)
(En casa de Aquiles)
Tortuga: —¿Ahora en qué piensa
Aquiles?
Aquiles: —En Einstein y su ecuación
E=mc2
Tortuga: —Pienso si este asunto de los
teoremas, los haikus y las ecuaciones
Julio - Diciembre de 2014
provienen de la misma idea de belleza.
Tortuga: —¿Cómo ahora usted
pretende convencerme de la
sensibilidad de los físicos?
Aquiles: —Véalo de esta modo, una
ecuación también tiene derecho a ser
bella. Es críptica como un Haiku. Más
diciente que muchos versos que he
oído. Tan compleja como un teorema.
Tortuga: —Me opongo a esa
afirmación. Eso no se le parece en
nada a una flor, una pintura, no está
relacionado con algo realmente
agradable.
Aquiles: —Einstein no estaría de
acuerdo. El fue artista. Sabe, fue un
excelente violinista.
Tortuga: —Algo había escuchado.
Aquiles:—Luego de un concierto, en
la prensa del día siguiente un crítico
decía “no sé por qué tiene tanta fama.
Lo hace tan bien como otros buenos
interpretes”, por supuesto este hombre
no sabía, que Einstein era físico.
Tortuga: —Nos estamos desviando del
tema. Aún no me ha explicado cómo
piensa encontrarle algo de belleza a esos
garabatos.
Aquiles: —Usted y yo estamos muy
lejos de comprender por ejemplo las
ecuaciones de la relatividad de Einstein,
las implicaciones de la constancia de
la velocidad de la luz o la constante
cosmológica; pero creo que deben
poseer algo hermoso si pueden
explicarnos cómo es el universo.
Tortuga: —Bueno pero puede tener
algo de útil interpretar el violín para
hacer física.
Aquiles: —Realmente no lo sé Señor
Tortuga, pero esta era una de las tantas
cosas en las cuales él se diferenciaba de
los físicos de su tiempo. Tengo algunas
ideas pero no creo que usted desee
admitir esto.
Tortuga: —Prometo discutirlo.
Aquiles: —El arte está muy cercano a la
“Véalo de esta modo, una
ecuación también tiene
derecho a ser bella. Es
críptica como un Haiku. Más
diciente que muchos versos
que he oído. Tan compleja
como un teorema.”
Suma Cultural
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Letras Libres / Aquiles y la tortuga
intuición. Tal vez en lo concerniente a la
física y las matemáticas consideramos
lo contrario; pero como algunos
personajes en la historia, encontraron
cosas que otros pasaron por alto.
Tortuga: —No está siendo muy
concreto en sus apreciaciones, Aquiles.
Aquiles: —Vea, la constante de la
velocidad de la luz, estaba en las
ecuaciones de Lorentz, se podía
deducir de ellas, pero él ni se dio por
enterado. Y puedo apostar que si la vio,
no le prestó la menor importancia. Su
intuición no le ayudó.
Tortuga: —Acláreme este asunto de
la intuición porque cada vez entiendo
menos a qué se refiere.
Aquiles: —Bueno Señor Tortuga,
los artistas entrenan su intuición a lo
largo de la vida en el desarrollo de su
producción artística y creo que Einstein
la tenía lo suficiente entrenada. Cómo
podríamos explicarnos la constancia de
la velocidad de la luz sino por un salto de
información. Einstein siguió su intuición
y la puso dentro de las hipótesis de la
teoría de la relatividad, lo cual permitía
reescribir las ecuaciones de Maxwell.
Tortuga: —No entiendo aún lo de
la intuición. ¿Qué de lógico puede
tener el asunto de la intuición como
una explicación plausible para estas
constantes? Insisto, modelar problemas
y apresar la belleza o la hermosura, ¿no
son la misma tarea?
Aquiles: —Pregúntele a Gödel, él
sabe más de lógica e intuición que yo.
Recuerde los famosos teoremas de
completitud e incompletitud, los que
dejaron locos a todos. ¿Cómo cree que
los halló? Además él era conocedor
de arte moderno, tal vez le explicaría
si realmente tiene algo que ver con la
lógica.
Tortuga: —Escuché que Einstein y
Gödel fueron muy buenos amigos.
Gödel acompañaba a Einstein en la
caminata diaria desde la Universidad de
78
Suma Cultural
Princeton hasta su casa.
Aquiles: —No me extrañaría que
hablaran de nosotros y algo también de
la teoría unificada.
Tortuga: —No empecemos de nuevo,
he escuchado suficiente de los físicos
por hoy, siempre salen con algunas
artimañas para intentar explicarlo todo.
Tengo la leve impresión de que todavía
no comprenden del todo lo dicho por
Einstein.
Aquiles: —Ese es otro tema. Por lo
pronto yo seguiré sobre su caparazón
otro rato.
Tortuga: —Me voy a dormir ya, está por
amanecer.
(La tortuga se introduce en su caparazón
y Aquiles duerme sobre él)
En la mitología griega, Aquiles,
nieto de Éaco e hijo de Peleo
y de la diosa Tetis, fue un
héroe de la Guerra de Troya
y uno de los principales
protagonistas y más grandes
guerreros de la Ilíada de
Homero. En la célebre obra,
suele ser calificado como «el
de los pies ligeros», ya que se
lo consideraba el más veloz de
los hombres.
Julio - Diciembre de 2014
Julio - Diciembre de 2014
Suma Cultural
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Letras Libres / Ha llegado el tiempo
Ha llegado
el tiempo
Hermosa mujer en aún mozos
años: difícil me ha sido hallar alguna
como tú en este tiempo.
P
aulo y la escultura de una mujer
en metal. Han transcurrido
varios minutos y Paulo solo ha
pestañeado tres veces. Tomar
la decisión de salir de su habitación, al sur
de la ciudad, irse en transporte público
hacia el oriente y bajarse a once cuadras
para pararse frente a la escultura de
aquella mujer que se unió a la guerra
independentista. No valió el llamado de su
madre para que mande hojas de vida.
Paulo refugia las manos en los bolsillos
de su pantalón verde desvanecido. Sus
ya veintitrés años se suman a los ciento
diecisiete años de muerte de la mujer
valiente hecha arte, estatua. Paulo dobla
un poco las piernas. Tose una, dos veces.
Carraspea primero suave, luego fuerte.
Baja la mirada y se da cuenta de la batalla
de un grupo de moscas sobre un paquete
desechado de lo que fue un brownie.
Carraspea de nuevo y gira su cabeza a
la derecha, donde cinco jóvenes –dos
hombres y tres mujeres- de morral se
ríen. Inhala y exhala el aire helado de las
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Suma Cultural
Texto:
Silvia Sierra
diez treinta y siete de la mañana. Mueve
la mano izquierda en el bolsillo, donde
sale un sonido de papel y vuelve su
mirada hacia la escultura. Está a treinta
centímetros de ésta. Aprieta sus carrillos
y, con ímpetu, saca la hoja doblada que
guarda. La despliega con algo de nervio,
moja sus labios tres veces y lee:
Hermosa mujer en aún mozos
años: difícil me ha sido hallar
alguna como tú en este tiempo.
Policarpa Salavarrieta nació
en guaduas el 26 de enero de
1795 y fue fusilada en bogota
el 14 de noviembre de 1817.
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Letras Libres / Ha llegado el tiempo
Creo saber todo de ti: tu dulce
infancia en la calurosa Guaduas,
con aquellos pies polvorientos
jugando a ser mujer; tu
adolescencia de conocimientos
reales sobre la convulsión que
rebeldes corazones gritaban,
armados, cambios en esta tierra
tropical. Tu casi adultez de pocos
besos y varias balas. Sangre ya
desaparecida, inolvidable.
Carraspeo…
Me senté durante ocho
madrugadas y media en la
búsqueda de alguna manera para
darte a conocer mi admiración
hacia ti. Eso o aquello que
alimenta mi corazón, cada vez
que observo tus retratos en
Internet, cada vez que leo tus
últimas palabras y las primeras en
tu inmortal presencia: «¡Pueblo
de Santafé! ¿Cómo permitís que
muera una paisana vuestra e
inocente? ¡Muero por defender
los derechos de mi patria! ¡Dios
eterno ved esta injusticia!».
No sabes cuánto me sirvieron
en el año y algunos meses, en
mis batallas contra la guerrilla.
Batallas, no sé si se llamarán
así. ¡Es drama sin comedia! Vi
personas morir. Lo mismo que
tú pasaste. Dejar parte del alma
por la construcción, ¿de qué, mi
hermosa mujer? Creo que lo tuyo
sí tuvo sentido, o tiene sentido,
inmortal presencia.
Paulo acerca el índice derecho hacia el
mismo lado de la hoja, para deslizar el dedo
hacia el filo de la misma. Prosigue la lectura:
Me dibujo ahora una línea roja.
También siento dolor, como tú
lo sientes al ver esta sociedad sin
identidad. Los mismos cerros,
diferentes calles, el frío que
desaparece por períodos de más
calor y las mujeres mostrando sus
Julio - Diciembre de 2014
piernas. De seguro tú hubieras
sido capaz de mostrar tus
delineadas piernas con tal de
obtener grandes objetivos. Me las
imagino, así como te sorprenderá
ver a un hombre con el cabello
más corto, fuera del patrón de los
hombres de tu época. Casi se ve
mi cuero cabelludo.
Él sonríe por primera vez en los cuarenta y
siete minutos que lleva allí.
¿De qué color serían tus labios
ahora? ¿Te aplicarías pintalabios?
Espero que no: la naturalidad ante
todo. Firme en las convicciones,
en los principios de verdadera
libertad sin prostituirse. Yo te lo
demuestro ahora: desde niño te
veía siempre que pasaba con mi
familia al bajar de Monserrate,
sin poderte decir lo que sentía y
siento por ti. Leer lo que cuanto
académico escribe acerca de ti…
Pero no descubren tu alma, lo que
medio se logró en esa telenovela
de hace unos años, creo…
La estatua de la Pola, como
se conoce popularmente a la
heroína de la Independencia,
está ubicada en la calle 18
con carrera 3 en Bogotá, y
es obra del escultor, pintor
y fotógrafo Dionisio Cortés
(Chiquinquirá 1863 - Bogotá
1934)
Pasa saliva, se rasca la nariz e inhala…
La hoja no tiene más espacio y
hay variedad de palabras para
decirte... En fin, no me acoplo
a este mundo, y más al ver a
mujeres, niños, hombres con
su sangre como vestimenta. No
ha cambiado nada desde tus
tiempos, ni desde antes a los
tuyos. Espero que no empeore
esta actualidad... Me tengo que
despedir y no quiero decir adiós,
ni chao, ni hasta luego. Quizá sea
mejor el hasta siempre.
Paulo alza la cara, sonríe de medio lado y
coloca la carta en la base donde reposa la
estatua. Corre más al oriente. Cae una, cae
dos, cae tres veces en la calle en subida. Se
detiene un momento y mira hacia atrás,
para lanzar un beso al aire. Continúa su
trote. Trote, trote, trote.
A lo lejos, las campanas repican.
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Cicatrices
Texto:
Martha Ramírez Rodríguez
A veces cuando estoy sola,
me desnudo y me quito la piel.
Y destapo las heridas que no han curado,
y frente a un espejo,
con hilo en mano,
trato de cerrar las más profundas
y me pongo la piel,
y me vuelvo a vestir…
y me acuesto a dormir.
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Suma Cultural
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Río Negro
Texto:
Daniela García
Irse
irse bien lejos
irse de la gente
irse de la ciudad.
Irse
irse roto
desmoronado
vago en secreto
destruído
con la tristeza resignada
irse en un profundo lago de pentagrama
irse derramado por la muerte
irse llorando
irse sin destino
irse por la sombra del recuerdo
pero irse.
Irse a la hora
irse herido
con el aire del sur y cenizas
irse escapando del cuerpo
irse sin alma
irse oculto las nubes de la entristecida vida
irse del todo
irse bien lejos
irse.
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