Chichen Itza se encuentra ubicada a 120 km de la ciudad de Mérida, en la parte central-norte de la Península, y significa -en la boca del pozo del brujo del agua- por lo que se le conoce como la ciudad de los brujos del agua. Este fue uno de los principales asentamientos mayas, construido como centro ceremonial. Fué fundado hacia el año 514 de nuestra era por el sacerdote Lakin Chan, a quien se le llamó Itzamná, y por ello, a sus habitantes se les llamó, desde su fundación, chanes o itzáes. Se calcula que al arribo de los españoles, tenía más de 340 años que Chichén Itzá había sido abandonado por segunda vez a consecuencia de una guerra civil, y entre 1196 y 1441 ocurrió el colapso final de esta cultura en el norte de la península. Los conquistadores encontraron los edificios parcialmente en ruinas y su nombre y uso real era desconocido; es por eso que sus nombres actuales son supuestos. La Pirámide de Kukulkán, en majestuoso silencio se encuentra en el corazón mismo de Chichén Itzá. Esta pirámide es sitio de un fenómeno único, ocurrido durante los equinoccios de primavera y otoño. Al ponerse el sol, la sombra reflejada en uno de los costados de la pirámide crea la ilusión de una serpiente deslizándose por la misma. En el sector oriente está el Templo de los Guerreros, que está decorado con tableros que llevan esculpidas figuras de animales y deidades. En el pórtico se hallan figuras de guerreros idénticos a los de Tula, la capital tolteca. En la columnata que mira a la plaza hay una escultura del tipo llamado chac-mool; otra semejante está frente a la entrada. El Caracol, también conocido como Observatorio, fue construido para fines astronómicos; debe su nombre a una escalera interior en espiral. El exterior del edificio está decorado con mascarones de Chaac, dios de la lluvia. Pequeñas ventanas en los muros se orientan a los puntos cardinales y a otros de importancia astronómica. Chichén Itza recibe anualmente a más de un millón de turistas y su día cumbre es en el equinoccio de la primavera boreal, cuando en la escalinata se proyecta una sombra que asemeja el descenso de una serpiente. Este fenómeno se produce gracias a los precisos cálculos de la antigua civilización Maya, que logró hacer coincidir la sombra de siete triángulos ubicados en la escalera norte del edificio con el movimiento del sol, hasta alcanzar la cabeza de una serpiente emplumada que se ubica en la base del inmueble. Los mayas se asentaron en la península de Yucatán en 415 de nuestra era y se estima que el templo de Kukulcán fue construido entre los años 967 y 987. Aspectos históricos. Chichén Itzá fue fundada a inicios del siglo VI d.C. por la presencia de numerosas peregrinaciones al gran Cenote Sagrado, donde se ofrecían sacrificios al dios de la lluvia Chac, y abandonada hacia el año 670. Reconstruida unos trescientos años más tarde, cuando los itzaes regresaron a la región, se convirtió en la ciudad más importante de todo el norte de Yucatán y en el centro de la cultura maya. En torno al año 1200 la ciudad fue conquistada por los toltecas, invasores procedentes del norte de México, quienes promovieron su desarrollo aún más. Fue abandonada un siglo antes de la llegada de los españoles. La civilización maya sigue siendo un misterio. Durante la conquista, los evangelizadores prácticamente acabaron con todo el conocimiento escrito de este pueblo. El pueblo maya tenía códices o libros que lamentablemente fueron quemados. Kukulcán, símbolo de dominio matemático y arquitectónico. La perfección del conocimiento maya provocó que los itzáes construyeran este edificio con una desviación de 20 grados 30 minutos y 30 segundos con relación al noroeste, lo que permite en los equinoccios que coincida con la eclíptica, ángulo de desviación que tiene la Tierra. Imponente y esplendoroso, el Castillo de Kukulcán en Chichén Itzá, que hoy es una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo, es muestra del dominio matemático, la perfección arquitectónica y el conocimiento de los astros por parte de los mayas. En sí mismo, este edificio precolombino es un calendario exacto de piedra, así como un indicador del movimiento de rotación de la tierra y de los astros en la bóveda celeste. La perfección del conocimiento maya provocó que los itzáes construyeran este edificio con una desviación de 20 grados 30 minutos y 30 segundos con relación al noroeste, lo que permite en los equinoccios que coincida con la eclíptica, ángulo de desviación que tiene la Tierra. Además, el Castillo de Kukulcán, tiene notables peculiaridades matemáticas y astronómicas. Por ejemplo, está el hecho de que sus cuatro lados están dirigidos a los respectivos puntos cardinales. El Castillo de Kukulcán representa un enorme calendario maya, pues cada uno de sus nueve cuerpos escalonados está dividido en dos por una escalinata, para obtener 18 terrazas separadas que representan los 18 meses del calendario de esa cultura. Además, cuenta con cuatro escalinatas, cada una con 91 peldaños, que sumados con los de la base del adoratorio, hacen un total de 365 peldaños, uno por cada día del año, y como ornamentación posee 260 cuadrángulos que representa el número de días que contiene el -Tzolkín- maya. La construcción de la pirámide ocurrió en el año 800 después de Cristo y duró unos cinco años, para lo cual los arquitectos mayas primero levantaron una pirámide de seis a ocho metros de altura y sobre ella se edificó una segunda, sin pico y de 25 metros, como la conocemos en la actualidad. Estudiado incluso por la NASA, El Castillo cuenta al pie de su escalinata norte con dos cabezas talladas en piedra de una serpiente emplumada conocida entre los mayas como Kukulcán, que durante el equinoccio de primavera e invierno -cobra vida- gracias a varios fenómenos arqueoastronómicos. Conforme se acerca la hora exacta del cambio de estación del año, primavera o invierno, la proyección del sol en la escalinata norte crea un efecto de luz y sombra que permite la formación de siete triángulos isósceles que parecen descender y formar el cuerpo de la serpiente maya. Unos 28 días después de este evento arqueoastronómico, con la aparición de la primera luna llena, la luz de -Selene- da forma al cuerpo geométrico de este dios, sólo que ahora serán seis los triángulos de luz que se formarán. A su vez, tras 10 años de investigaciones y comprobación científica, el Instituto Nacional de Antropología e Historia validó recientemente un nuevo fenómeno conocido como solsticio. Este fenómeno consiste que en el verano la parte noroeste de la pirámide se ilumina y la sureste queda en sombra. El fenómeno se invierte en el invierno. Estos son tan sólo algunos de los secretos que han sido descubiertos en torno a esta obra arquitectónica cuyo significado religioso estaba íntimamente ligado a la actividad agrícola y que a pesar de los años, aún es referente entre la población maya para saber el destino de las cosechas.