ALUMINIO EN EL PERÍODO NEONATAL. Angel Ballabriga Departamento de Pediatría, Universidad Autónoma, Barcelona. El aluminio (Al) es el metal mas abundante en la corteza terrestre, representando el 8.8% de su peso y es el tercer elemento más abundante después del oxígeno y el silicio (1). Está presente en formas relativamente inertes de óxidos y silicatos o en la forma hidratada o de aluminio anhidro. Absorción. En circunstancias normales la cantidad de Al ingerido depende de la cantidad presente en el agua, alimentos y de la presencia de aditivos, asi como de las cantidades de Al transferidas a los alimentos por los utensilios en este metal o resultante de la contaminación ambiental. La absorción es aproximadamente el 0.3 a 0.5% del total ingerido; generalmente para un adulto la absorción diaria es de 15 a 16µg de Al (2). El proceso de absorción depende de la forma química del Al intraluminal y su solubilidad, así como de la presencia y cantidad de sustancias competitivas como el calcio y el hierro o sustancias que hacen complejos con el Al como el citrato y el silicio, y también del pH intraluminal. En una amplia extensión intestinal la absorción del Al es limitada por la baja solubilidad de los componentes de Al en relación al pH de los líquidos intestinales. La biodisponibilidad del Al es dependiente del medio dietético y no solamente en cuanto a la cantidad y la forma química en la que el Al es ingerido (3). Hay varios factores que pueden modular la absorción del Al, algunos de los cuales son exógenos como los citratos, ascorbatos, lactato y el silicio, y otros que son endógenos como la cantidad de urea en sangre, la 1,25-dihidroxivitamina D, la presencia o no de atrofia intestinal y el grado de secreción gástrica ácida. El mecanismos exacto de absorción de Al está sujeto a una gran discusión (4,5). La absorción ocurre predominantemente en la porción proximal del tracto gastrointestinal. El colon puede ser asimismo un lugar de transporte paracelular para el Al. Se han propuesto dos procesos, uno paracelular y el otro transcelular que están involucrados en la absorción del Al y que cada forma de Al puede tener un mecanismo distinto de absorción (4). Algunos experimentos han relacionado la captación de Al con una vía paracelular por un proceso mediado energía- independiente (6). En el enterocito una importante parte del Al es secuestrada en los lisosomas que interfiere con la absorción. Parte del Al es perdido en las deposiciones en asociación con la descamación intestinal. El efecto incrementador de los ligandos sobre la absorción ocurre preferentemente en la porción proximal del intestino delgado (7) En presencia de citrato la absorción del Al está sustancialmente aumentada tanto en las personas sanas como en los enfermos con insuficiencia renal. El papel del hierro aumentando o disminuyendo la absorción del Al y el papel de la deficiencia en hierro han sido estudiados, dando resultados no consistentes en los trabajos clínicos y experimentales (8). Las células intestinales deficientes en hierro muestran una captación aumentada de Al- transferrina. La ferritina puede fijar el Al en las células de la mucosa intestinal impidiendo su absorción sistémica. Se ha sugerido que la absorción del Al podría ser mayor en las primeras etapas de la vida (9,10) en relación con la mayor permeabilidad de la barrera gastrointestinal y posiblemente también de la barrera hematoencefálica. El contenido de fluor en el agua y en los alimentos puede también jugar un papel importante en la absorción de Al (11). Por otra parte, el contenido del ácido silícico disuelto en el agua puede descender la biodisponibilidad del Al con precipitación de hidroxialúmino-silicatos y limitar la absorción dietética del Al (12). El silicio soluble es un componente de la dieta que puede ser el ligando natural para Al dietético. Actualmente, se ha identificado un polímero del silicio soluble, se trata de un compuesto oligomérico de alta afinidad que reduce la biodisponibilidad del Al del tracto gastrointestinal humano (13). Estudios experimentales han demostrado que la absorción de Al y su depósito en diversos órganos depende no solo del tipo de sal de Al ingerida (14) sino también de las interacciones con el metabolismo del calcio y que la depleción de calcio y vitamina D aumenta la absorción del Al (11). Asimismo, el aumento del recambio óseo como ocurre durante el crecimiento puede aumentar la toxicidad del Al (15). Distribución. El Al está presente en el plasma, 90% del cual está unido a las proteínas. La transferrina es fundamentalmente la responsable para el transporte del Al en el suero. Los dos lugares de unión de metales a la transferrina in vivo están tan solo ocupados un 30% por el hierro dejando un 70% libre para unirse al Al (16). La transferrina presente en el suero de las personas normales puede fijar alrededor de 80µg Al/l (17). Posiblemente hay otros transportadores como el lactato, ácido silícico, carbonatos y fosfatos. Excreción. La mayor parte del Al absorbido es excretado por el riñón si la filtración glo merular es normal. Con una sobrecarga, el riñón es capaz de aumentar muy considerablemente está eliminación hasta 50-100 veces. A pesar de ello la capacidad del riñón para eliminar Al está limitada por su unión a las proteínas plasmáticas. Es posible que la eliminación puede ser incompleta incluso en personas con una función renal normal provocando una retención del 0.02% al 0.1%. El mecanismo principal para la excreción renal del Al es la filtración a través del glomérulo; puede haber un pequeño grado de reabsorción de la fracción filtrada de Al en el tubulo proximal y producirse alguna excreción en el tubulo distal. La excreción biliar es de poca importancia. Mecanismos de toxicidad del Aluminio. Se han comunicado (17-19) diversos mecanismos de acción tóxica celular bioquímica y molecular en relación con la toxicidad del Al. Los efectos tóxicos maternos y sobre embriónfeto en animales de experimentación han sido estudiados por Domingo (20). Nuestro grupo ha estudiado el efecto in vitro del Al sobre la síntesis del ADN y la división celular utilizando fibroblastos humanos cultivados empleando diversas concentraciones de Al en diferentes períodos de incubación. La adición de Al produce un aumento de la incorporación de 3Htimidina al ADN que empieza a ser significativa tras dos días de incubación (21). En esta experimentación con fibroblastos humanos no hemos podido hallar el efecto mitogénico de los iones Al como han sido descritos por otros autores (22,23) con otros tipos de células con mayor capacidad de división. En conjunto se ha hallado un contraste entre la pobre actividad mitogénica sobre los fibroblastos humanos y la notable capacidad de estimulación de la síntesis de ADN. Los fibroblastos senescentes con menor capacidad replicativa son mas susceptibles a la toxicidad celular ocasionada por el Al. El efecto del Al sobre la división celular y sobre la síntesis del ADN difiere de acuerdo al tipo de célula que se estudie y a la concentración de Al utilizada. Esta capacidad para estimular la síntesis del ADN contrasta fuertemente con los efectos pobres mitógenos del Al sobre los fibroblastos humanos (21). Algunos enzimas son también inhibidos por el Al. La exposición directa de los fibroblastos cultivados a concentraciones mas elevadas de Al durante tiempos progresivos muestra un aumento de la peroxidación celular que varía con la edad de las células, observando un aumento en la producción de TBARS (sustancias de reactividad 2-tiobarbituricas ácidas) (24). Puede resultar un aumento de la peroxidación celular lipidica sea por el Al interaccionando directamente con enzimas conocidos que protegen las células de la peroxidación, como la superóxido dismutasa, glutatión peroxidasa u otras, o por una interacción directa sobre las membranas celulares afectando su estado físico y haciéndolas entonces más susceptibles al ataque por radicales ácidos. No conocemos realmente la función fisiológica del Al si es que tiene alguna. Parece que puede interferir con el metabolismo celular como un cofactor en algunás vías críticas (25) y también con la regulación de la transferencia de información desde el ADN (26). El empleo de isótopos 26Al abre unas nuevas posibilidades para el estudio de la cinetica del Al (27,28). Fuentes de Aluminio. Alimentos. El aporte puede ser muy variable. La cantidad diaria procedente de los alimentos y del agua ha sido estimada que variaba de 2 a 15mg. La absorción puede ser del orden de 0.1-0.2% dependiente de los compuestos de Al presentes. La mayoría de los alimentos contienen menos de 5µg/gr, valores mas altos pueden hallarse en los espinacas, cacao, manteca de cacahuete, hierbas diversas, hojas de té y en algunas especies (29). La cantidad de Al procedente del té que se absorbe es mínima y los valores de Al plasmáticos se modifican de un modo mínimo después de un consumo abundante del mismo (30). El contenido en Al en las plantas varía también con la composición del terreno en que han sido cultivadas y con su pH. Una fuente importante de Al son los aditivos alimentarios, particularmente los que son utilizados en la panificación, como agentes emulsiónantes, que impidan la formación de cuajo, y lacas de Al para varios colorantes utilizados en la alimentación. Por esta razón el Al puede ser hallado en grandes cantidades en el queso americano procesado, en el pan de maíz casero, en las galletas y pastelitos que han sido hechos con polvo de levadura. En el estudio de la Dieta Total (31) el promedio de ingreso de Al era de 9mg por día para las muchachas adolescentes y de 12-14mg para los varones adolescentes, 6.3mg por día en los niños de 2 años y en los lactantes de 6 a 11 meses 1.8mg por día. Un estudio en niños hungaros de 3 a 9 años daba un aporte de Al de 0.32mg/kg/día que era mayor de lo que ingerían los muchachos de 14 años (32).En el estudio de Varo y colaboradores (33) en niños de poblaciones rurales de Finlandia de 5 a 9 años y de 13 años de edad, los ingresos de Al eran de 2.9 a 4.4mg por día respectivamente. Por otra parte, los cazos, las sartenes para freir y otros utensilios de aluminio utilizados para la cocción o conservación de los alimentos pueden ser una importante fuente de contaminación. En conjunto se puede decir que la cantidad de Al a partir de los alimentos sin aditivos junto con el agua viene ser de 1 a 10mg de Al por día. Aditivos con Al pueden contribuir hasta en 0-20mg por día y el procedente de los utensilios puede ser de 0 a 2mg de Al por día. Agua. El contenido de Al en las aguas naturales es generalmente menos de 1µg/l debido a la insolubilidad del Al a un pH neutro. Cuando se produce una acidificación del medio el contenido de Al aumenta notablemente. En algunos lugares, el sulfato de Al es utilizado como floculante para el aclaramiento del agua turbia. El proceso subsiguiente de purificación elimina parte del Al añadido pero no todo y a veces su contenido en el agua puede aumentar. Sin embargo, los valores medios hallados en las muestras finales de la serie estudiada eran bajos de hasta menos de 0.017mg/l (29). Un problema importante no es la cantidad de Al que se ha añadido sino cuanto del mismo permanece al término del proceso de depuración. La Comunidad Europea en su legislación limita la cantidad máxima de Al permitido en el agua a 200µg/l (34). Líquidos de diálisis. Generalmente se ha recomendado que el líquido utilizado para diálisis contenga menos de 10µg/l de Al en orden a evitar una transferencia de Al (2). En los últimos años, con un mejor conocimiento y precaución acerca de los trastornos generados por el Al se ha recomendado incluso que este límite estuviera por debajo de los 5µg/l. El contenido debe ser comprobado periodicamente para ver si hay insuficiencia o no del sistema de purificación de agua en el caso de las hemodiálisis o de la existencia de lotes contaminados de los líquidos facilitados para diálisis peritoneal. Antiácidos. Se creia que el contenido de Al en los antiácidos que contienen fosfatos no era absorbido. En 1970 Berlyne y colaboradores (35) han demostrado un aumento en los valores séricos de Al en pacientes con insuficiencia renal crónica que habían ingerido antiácidos de este tipo y en 1977 Kaehny colaboradores (36) confirmaban la absorción intestinal de Al procedente de los antiácidos en sujetos normales con función renal normal. En pacientes con insuficiencia renal crónica utilizando líquido de diálisis con un bajo contenido en Al pero que empleaban antiácidos, esta medicación se convirtió en la mas importante fuente de Al, tanto en los casos dializados como en los no dializados. Este riesgo es mayor en los niños dado que se utilizan unas mayores cantidades por kilo de peso y día. La absorción de Al procedente de los antiácidos puede reducirse con la coadministración de ácido silícico (37). Los preparados de antiácidos que contenien citrato pueden ser especialmente peligrosos por su alto contenido en Al. Especial atención debe prestarse con el uso de estas preparaciones en el tratamiento de niños con reflujo gastroesofágico y/o esofagitis (38). En todo caso, es necesario evitar el administrar este tipo de preparados en la infancia (39) Fórmulas lácteas. El conocimiento del contenido de Al y su importancia en las fórmulas infantiles parte del estudio de Freundlich y colaboradores (10) en dos niños con una insuficiencia congénita renal crónica que fueron sometidos a diálisis peritoneal con un líquido diálisis de bajo contenido en Al y que no habían recibido tampoco fosfatos fijadores de Al. En el examen postmortem se halló un alto contenido en Al en la sustancia gris del cerebro con un contenido normal en el hueso. El contenido de Al en las fórmulas que recibían era de 232+60µg/l. Estos resultados levantaron una gran controversia (40): dado que es posible que el Al que recibieron también procediera de otras fuentes. Saluski y colaboradores (41) estudiaron 14 niños con insuficiencia renal crónica alimentados con una fórmula adaptada con un contenido de Al de 256.5+83.7µg/l. Durante el período de seguimiento de 20+8 meses los niveles de Al en la sangre estaban solamente muy discretamente aumentados pero por debajo de 25µg/l y el aumento inducido por la administración de deferoxamina (DFO) fué solo de 15.9 hasta 23.7µg/l. La tinción histoquímica para Al en los huesos fué negativa en los pacientes que se examinó y no había evidencia de lesiones óseas relativa al Al así como el contenido de Al en el hueso estaba solamente discretamente aumentado (0.27+0.22mmol/kg de sustancia seca para un valor normal de 0.08+0.04mmol/kg de peso seco). Resultados similares fueron obtenidos en el estudio de Andreoli (42) en el que no halló valores elevados en la sangre de niños con insuficiencia renal crónica que estaban tomando la misma fórmula. El contenido de Al en diversas fórmulas comparadas con el de la leche materna oscila de 3 a 160 veces más y supone un ingreso de Al que va de 15 a 275µg por kilo de peso y por día para un niño normal comparado con 1.2µg/kg/día para niños que reciben lactancia materna. En general, cuanto más complejo es el producto y contiene una mayor adición de distintas sustancias, tanto mayor es su contenido en Al (43) (Tabla I). Tabla I. Sobrecarga de Al expresada en ug/kg/día según distintos tipos de alimento durante el período neonatal. ___________________________________________________________________________ _____ Leche materna 1.1 Leche adaptada 33 Fórmulas para niños de bajo peso 52.7 Fórmulas semi-elementales 86.9 Fórmulas sin lactosa 88.7 Fórmula basada en soja 131.8 ___________________________________________________________________________ _____ Del aporte de Al por vía oral se absorbe únicamente el 0.3-0.5% de la dosis recibida, mientras que al administrar nutrición parenteral total por vía intravenosa se absorbe totalmente (datos adaptados de referencia (43)). El Al en las fórmulas proviene: I) Del Al contenido en material crudo con el que se ha hecho la fórmula, II) Del contenido en Al en los suplementos que se añaden, sean de calcio y fosfatos añadidos a la fórmula, III) Del Al incorporado en el proceso de fabricación que puede proceder del agua utilizada y del equipo y utensilios empleados. Se ha sugerido que la inmadurez de la barrera intestinal durante el periodo neonatal puede favorecer una mayor absorción del Al ingerido. Sin embargo, los recién nacidos pretérmino y a término alimentados con fórmulas infantiles corrientes tienen unos valores de Al del mismo orden a los considerados como normales en los adultos normales, lo cual parece indicar que el intestino tiene el papel efectivo de una barrera protectora. El estudio de la excreción urinaria en recién nacidos evaluados en relación al coeficiente Al/creatinina es cinco veces mayor al de los adultos, lo cual puede suponer un discreto aumento de la absorción intestinal (44). La comparación de estos valores es difícil dada la diferente concentración de creatinina urinaria en adultos y en recién nacidos. No es conocido si la concentración de Al hallada en las fórmulas lácteas contribuye a un riesgo mayor de los lactantes con funcion renal normal y aunque no se han demostrado efectos perjudiciales hasta el momento, el problema puede ser diferente para los niños que pudieran tener algún grado de alteración de su función renal. Se ha comunicado también que los niños alimentados con fórmulas de leche de soja presentan un contenido mineral óseo algo descendido cuando se mide por absorción fotónica (45) y se ha sugerido que uno de los hechos que puede contribuir a esta alteración pueda ser el contenido de Al en la fórmula, sea a través de una acción directa o por interferencia con la absorción de fósforo. El Comite de Nutrición de la Academia Americana de Pediatría (46) ha llamado la atención en 1986 que hasta que se conozcan más detalles que apoyen una firme conclusión acerca de la importancia de los niveles de Al en las fórmulas de soja parecería prudente no administrarlas a los niños de bajo peso o aquellos que tengan una función renal alterada. Aluminio y alimentación parenteral total. Las soluciones intravenosas especialmente utilizadas en la alimentación parenteral son una fuente importante de aporte de Al según los casos. Para grandes volumenes se ha establecido un límite superior de Al de 25µg/l, es decir, 0.93umol/l (47). Se ha tratado de establecer diversos niveles de Al en las soluciones intravenosas en relación a su posible toxicidad (48) y así se consideran como soluciones seguras aquellas en las que la cantidad de Al que contienen dadas por vía parenteral no producen ni acúmulo ni disfunción y que corresponden a valores de 2ug/kg/día, o sea 0.07mmol/kg/día. Como soluciones no seguras aquellas que contienen cantidades de Al que administradas por vía parenteral dan acúmulo en los tejidos pero sin evidencia de disfunción y que corresponden a valores de 15-30µg/kg/día, es decir 0.56-1.11mmol/kg/día y como tóxicas las que producen acúmulo y disfunción, conteniendo cantidades de Al por encima de 60µg/kg/día, o sea 2.24mmol/kg/día. Con los antiguos hidrolizados de caseína como vía de suministro de aminoácidos se podía producir una carga de aluminio importante, mientras que las modernas soluciones de aminoácidos cristalinos suponen solo un aporte de 1-2µg/kg/día. Sin embargo, la contaminación por aluminio de las soluciones para nutrición parenteral es un problema importante en el recién nácido ya que requiere altos aportes de calcio y fósforo que pueden representar importantes fuentes de contaminación. El promedio de contenido en aluminio de las soluciones conteniendo calcio y fósforo suele oscilar entre 70 a 300µg/l lo cual representa un aporte diario de Al en el curso de la nutrición parenteral de 15 a 30µg/kg. Los mayores aportes vienen representados por las sales de calcio tipo gluconato o glucobionato. Otras sales de calcio, como el cloruro calcico tiene menos nivel de contaminación por aluminio pero puede inducir una ácidosis metabólica hiperclorémica importante (49). El aporte de Al en la alimentación parenteral puede aumentar la hipercalciuria que suele ir asociada con este tipo de alimentación (50) con valores de excreción en 24 horas excediendo los 300mg, o incluso excediendo el aporte que se da por vía parenteral. En la Tabla II se cita el contenido de aluminio en algunos productos utilizados durante la alimentación parenteral. La FDA ha recomendado que las soluciones para empleo parenteral no deben contener mas de 25µg/l de aluminio (51). Tabla II. Contenido en Al en algunas soluciones para nutrición parenteral total. Valores altos Valores moderados Valores bajos (Al>500ug/l) (Al 50-500ug/l) (Al<50ug/l) Gluconato cálcico Glucosa al 50% Solución de aminoácidos PO4 H2 K Multivitaminas Intralipid Oligoelementos Ácido folínico Glucosa al 10% ClNa al 20% Acetato potásico 1M Sulfato magnésico al 10% Vitamina K Vitamina B12 (Datos adaptados de las referencias (54) y (59)) Otras preparaciones que pueden utilizarse en el curso de la nutrición parenteral como la albúmina humana pueden contener hasta 300µg/l de Al y una dosis de 1g por kilo de peso puede dar tanto Al como el que se recibe durante un dia con la alimentación parenteral. En algunos preparados de albumina al 25% se han hallado cifras de hasta 1632+72µg Al/l. El proceso de ultrafiltración dependiendo de la composición de los filtros se ha considerado la causa de la contaminación por Al, asi como la composición química de los frascos donde era depositado el producto una vez fraccionado (52). Se ha sugerido también que una reducción en la cantidad de transferrina contenida en las soluciones de albumina contribuye a la reducción de la contaminación por Al que se puede producir a partir de los frascos de cristal durante su almacenamiento (53). Las medidas tomadas frente a esta contaminación hacen que actualmente la mayor parte de las preparaciones de albúmina comercial contiene n menos de 200µg/l. Del conjunto de Al que se administra con la alimentación parenteral un 87% procede de las sales de calcio, un 6.5% del fosfato potásico y el 6.5% restante de los lípidos, glucosa, vitaminas y aminoácidos (54). Contenido de Al en algunos medicamentos utilizados en la infancia. La alimentación parenteral en el recién nacido representa una carga de Al de alrededor de 1530µg/kg/día y las sales de calcio, especialmente el gluconato cálcico, representan del 81-89% de esta carga. Asimismo, los medicamentos por vía intravenosa representan hasta un 3µg/kg/día, dependiendo de la carga intrínsica en Al del propio medicamento y del volumen que se tiene que administrar (55). Así, la ampicilina con un bajo nivel de contaminación en Al (73+6.1µgAl/l) a una dosis de 100mg/kg/día produce un alto aporte diario del orden de 0.7µgAl/kg/día, mientras que el isoproterenol con un alto contenido en Al (2775+671µgAl/l) contribuye solo con 0.001-0.03µg/kg/día a una dosis administrada de 0.1-1µg/kg/minuto. El potencial efecto tóxico depende de la vía de administración y debe recordarse que la administración por vía intravenosa representa un acceso directo a la circulación. Los pretérminos que reciben nutrición por vía parenteral retienen el 78% del Al administrado (44). En la Tabla III se detalla el aporte de aluminio en el curso de tratamientos por vía intravenosa. Tabla III. Aporte en Al en el curso de tratamientos por vía intravenosa en el período neonatal. Medicamento Amikacina Ampicilina Clindamicina Cefoxitin Eritromicina Gentamicina Tobramicina Dobutamina Dopamina Isoproterenol Dexametasona Al(ug/mg) 0.013 0.007 0.0037 0.00007 0.0008 0.056 0.014 0.031 0.009 0.013 0.51 Sobrecarga de Al(ug/kg/día) 0.2 0.7 0.4 0.003 0.03 0.3 0.07 0.09-0.8 0.02-0.1 0.001-0.03 0.5 Furosemida 0.04 Diazepan 0.007 Fenobarbital 0.00009 (Datos adaptados de referencia (55)) 0.04 0.002 0.0004 Trastornos clínicos en relación con la toxicidad del aluminio en los recién nacidos. Aunque las manifestaciones clínicas en la infancia y adolescencia en relación con la sobrecarga de Al pueden ser muy polimorfas (3), en el periódo neonatal se centran especialmente en afectación ósea, participación cerebral y hepática. La posibilidad de una sobrecarga de Al en el recién nacido viene facilitada por factores muy diversos como: I) Mayor absorción por existencia de que la barrera gastrointestinal está en vía de desarrollo y pudiera tener una mayor permeabilidad, II) Pobre aclaramiento renal al Al, III) Administración de liquidos contaminados con Al por vía intravenosa, IV) Administración de agua con alto contenido en Al, V) Contaminación de las fórmulas con Al sea a partir de las materias primas o en el curso de fabricación de la fórmula, VI) Preparación de la fórmula en cacharros de aluminio. Los recién nacidos son particularmente susceptibles a la toxicidad del Al por diversas razónes. Tienen una filtración glomerular baja menor que los adultos y no alcanzan el valor de ellos hasta 1 o 2 años de edad. En los pretérminos, la filtración glomerular es menor que en los niños a término con valores estables en este sentido entre las 24 y 36 semanas y a partir de entonces un aumento mas rápido hasta alcanzar el nivel del niño a término (56). La inmadurez de la función renal hace más difícil en estos casos la excreción de Al y también pueden tener descendida la capacidad de unión del Al en el plasma, debido a los valores bajos de proteínas existentes. Los hallazgos de Sedman y cols. (44) han confirmado ampliamente que el Al puede acumularse en otros órganos como el cerebro, hígado, bazo y riñón, tanto en los niños pretérmino como los niños a término, que reciben nutrición parenteral. Este aspecto lleva la consideración del estudio de la toxicidad del Al en los huesos. La alimentación parenteral es una de las vías del aporte de Al más importante. Esencialmente la toxicidad ósea del Al resulta del depósito de Al en el frente de mineralización con una reducción de la hormona paratiroidea y la subsiguiente disminución de la función de los osteoblastos. El espectro de la enfermedad ósea es muy amplio, oscilando desde ser asintomática con valores elevados de Al sérico y depósitos en el hueso hasta formas clínicas con debilidad muscular, dolores óseos y fracturas. Los hallazgos radiológicos en la infancia son similares a los del raquitismo e incluyen osteopenia, estriación e irregularidad de las metafisis de los huesos largos y un ensanchamiento de los platos epifisarios (57). Puede observarse osteopenia y fracturas. En casos con un aumento moderado de los niveles séricos de Al entre 40-50µg/l no hay sintomatologia o solamente discretos dolores en los huesos y articulaciones. La biopsia ósea es esencial para el diagnóstico de la enfermedad ósea inducida por Al (58) pero esta técnica invasiva evidentemente no puede ser realizada sin una clara justificación y repetirse regularmente en la infancia. El contenido de Al en el hueso es un buen índice del contenido total de Al en el organismo y generalmente el Al induce raramente la enfermedad ósea si no se alcanzan niveles de Al que estén por encima de los 30µg/l. Nuestro estudio en 17 recién nácidos (54) que recibían alimentación parenteral demostró que la excreción urinaria de Al en ellos era 7 veces mayor que en los controles de la misma edad gestacional que no recibían alimentación parenteral . El índice de excreción urinaria Al/creatinina permanecía alto hasta 10 semanas después de que se había terminado la alimentación parenteral y sugería una sobrecarga tisular en Al que se iba eliminando progresivamente a lo largo del tiempo. Los niveles séricos de Al eran mayores en los recién nácidos que recibían nutrición parenteral comparados con los que no la recibían, aunque estos valores volvían nuevamente a la normalidad cuando se había suspendido la vía parenteral. Los valores séricos de Al son un marcador de una exposición presente o reciente y en cualquier caso no está establecido cual es el nivel exacto seguro de Al en el recién nácido pero se debe considerar que una exposición prolongada, aunque sea mínima, puede ser motivo de preocupación. Los niveles séricos de Al que hallamos en el curso de la nutrición parenteral en el recién nácido han sido del órden de 15-50µg/l que son menores que los niveles séricos usualmente observados en las situaciones de insuficiencia renal que en general son superiores a 100µg/l. Aunque los recién nácidos son capaces de aumentar la excreción de Al cuando deben hacer frente a una sobrecarga del mismo, este aumento no es suficiente para eliminar todo el Al recibido y se ha observado una retención de hasta un 78% del Al administrado (44). Niveles de Al no superiores a 25µg/l en las soluciones para alimentación parenteral se han considerado seguros pero incluso con este nivel bajo, con el conjunto de nutrientes que intervienen en la alimentación parenteral total y con la medicación, el recién nácido con nutrición parenteral recibe una carga de alrededor de 16.6-21µg de Al por kilo de peso y dia (59). Dos recién nácidos pretérmino estudiados por Bozynski y cols (60) que presentaban valores medios séricos de 32 y 34µg/l mostraron en el examen postmortem valores de Al aumentados en el hueso. Nosotros hemos hallado que en recién nácidos que recibían alimentación parenteral el contenido de Al en hueso, hígado, riñon y cerebro en el examen necrópsico era mayor que el de los mismos tejidos de recién nácidos que no habían recibido alimentación parenteral (Tabla IV) (54). Tabla IV. Niveles de Al en tejidos en 3 recién nacidos fallecidos mientras recibían nutrición parenteral total (NPT) comparados con valores en 7 recién nacidos fallecidos sin haber recibido NPT actuando como controles*. Total Al Controles (n7) Caso 1 Caso 2 Caso 3 Hueso 0.06-0.16 0.56 0.39 0.40 Hígado 0.07-0.25 0.37 0.29 0.19 Riñon 0.09-0.29 0.42 0.16 0.43 Cerebro 0.003-0.04 0.37 0.29 0.19 Aporte total Al en umol 18.1 17.0 22.5 *Valores expresados en Al.umol/g de tejido seco (datos adaptados de ref.(55)). Dado que el acumulo de Al es tóxico para el hueso, hígado, cerebro y riñon, el hallazgo de elevadas cantidades en los tejidos del recién nacido que está en un período de rápido crecimiento y desarrollo puede tener consecuencias importantes y se deduce es conveniente evitar al máximo el aporte de Al. Del aporte de Al por vía oral se absorbe únicamente el 0.3-0.5% de la dosis recibida, mientras que al administrar nutrición parenteral total por vía intravenosa se absorbe totalmente (datos adaptados de referencia (43)). BIBLIOGRAFÍA 1. Hem JD.: Geochemistry and aqueous chemistry of aluminium. Kidney Int Suppl 198618:3-7. 2. Alfrey AC.: Aluminium intoxication. N Engl J Med 1984;310:1113-5. 3. A.Ballabriga, A.Carrasocosa. Nutrición en la Infancia y Adolescencia. Editorial ERGON, Madrid 2001. 4. Van der Voet GB.: Intestinal absorption of aluminium. En: Alunminium in Biology and Medicine. Ciba Foundation Symposium 169. John Wiley & Sons, Chichester, 1992:109-22. 5. 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