Uso de bacterias promotoras de crecimiento vegetal y carbón de bajo rango en forrajes. Artículo de revisión. Perspectivas del uso de bacterias promotoras de crecimiento vegetal y carbón de bajo rango en forrajes Perspectives on the use of bacteria promoters of vegetable growth and low range coal in forages Patricia del C Herrera1 RESUMEN La intensificación de la agricultura ha provocado pérdida de materia orgánica en los suelos de cultivo lo cual ha generado el empobrecimiento de la fertilidad de estos sistemas edáficos. La presente revisión se desarrolló con el fin de examinar el creciente interés que existe sobre el uso como biofertilizantes de bacterias promotoras de crecimiento vegetal y carbón de bajo rango en sistemas de cultivos agropecuarios; donde se demuestra que estas bacterias juegan un papel importante sobre el crecimiento y desarrollo vegetal. Debido a esto se han venido desarrollando estudios relacionados al efecto de la inoculación de dichos microorganismos y material carbonífero sobre suelos, demostrando que pueden ser una alternativa para obtener elevados rendimientos agrícolas al compensar la pérdida de materia orgánica en los suelos y al mismo tiempo reducir el uso de fertilizantes químicos y por consecuente, el impacto negativo que estos generan en el medio ambiente y en el aumento de los costos de producción. Palabras Clave: inoculantes microbianos, materia orgánica, suelos agrícola. ABSTRACT The intensification of agriculture has resulted in organic matter loss in culture soils which has been generated the impoverishment of the edaphic systems fertility. The present review was developed with the goal to examine the interest that exist about the use as bio-fertilizers of plant growth promoting bacteria and low rank coal in agricultural culture systems; which show this bacteria play an important role about the plant growth and development. Because Bacterióloga, Maestrante en Ciencias Ambientales, Valledupar, Grupo de Investigación en Microbiología Agrícola y Ambiental, Universidad Popular del Cesar, Valledupar- Colombia, Email: patriciaherrera77@unicesar.edu.co 1 45 Revista Colombiana de Microbiología Tropical. Vol. 3 N° 1. Enero – Junio 2013. Uso de bacterias promotoras de crecimiento vegetal y carbón de bajo rango en forrajes. Artículo de revisión. of this have been developing studies related to the effect of inoculation of microorganisms and coal materials on soils, showing that is an alternative to obtain high agriculture yields to compensate the organic matter loss on soils and at the same time reduce the use of chemical fertilizers and consequently, the negative impact they generate on the environmental and the rising production costs. Keys Word: microbial inoculants, organic matter, agricultural soils. 1. INTRODUCCION En el suelo suelen encontrarse gran diversidad de especies bacterianas muchas de las cuales cumplen un papel fundamental en la formación de este, como la transformación de la materia orgánica y la participación en los principales ciclos biogeoquímicos; dentro de este grupo microbiano cabe destacar el papel de las bacterias promotoras de crecimiento vegetal (BPCV), las cuales proporcionan a la planta sustancias con efectos hormonales y nutricionales, protección contra microorganismos fitopatógenos (Delgado, 2004; Alfonso et al., 2005; Pinochet, 2006), y participan en el sostenimiento del sistema suelo-planta al contribuir en el incremento del número de microorganismos nativos beneficiosos en la rizósfera. Por lo anterior, las BPCV se han incorporado en productos biofertilizantes, uno de los primeros géneros en usarse para tales fines fue Azotobacter sp. La mayoría de los suelos agrícolas tropicales, principalmente en las regiones más cálidas, tienden a presentar un bajo contenido de materia orgánica, además el clima favorece la mineralización de la misma y estimula la actividad microbiana que es responsable de su degradación; de igual manera acontece en suelos desérticos los cuales se erosionan 46 fácilmente y carecen de microorganismos benéficos (Bashan et al., 2000). Frente a esta necesidad, se han implementado diversas prácticas agrícolas como la reforestación mediante la cual se contribuye al incremento de materia orgánica en el suelo, así como la inoculación con bacterias promotoras de crecimiento en plantas y la adición de enmiendas orgánicas, a base de sustancias húmicas, son tecnologías de compensación utilizadas en agricultura orgánica que han surgido para contribuir a mejorar la calidad de los suelos. Mientras que los países industrializados basan su producción agrícola en el uso de fertilizantes químicos en Latinoamérica se ha intentado implementar tecnologías que potencien las asociaciones planta – microorganismo, dentro de un modelo de sostenibilidad del suelo. (Corvalan et al., 2006). 2. BACTERIAS PROMOTORAS DE CRECIMIENTO VEGETAL: DEFINICIÓN, MODO DE ACCIÓN Y APLICACIONES Este grupo de bacterias es conocido como (Promoting Plant Growth Rhizobacteria (PGPR)) y fue definido en el año de 1978 por Kloepper y Schroth como bacterias de vida libre habitantes de las raíces de plantas que estimulan significativamente el Revista Colombiana de Microbiología Tropical. Vol. 3 N° 1. Enero – Junio 2013. Uso de bacterias promotoras de crecimiento vegetal y carbón de bajo rango en forrajes. crecimiento de plantas colonizando, adaptándose y persistiendo en la rizósfera (Glick et al., 1999; Jiménez et al., 2001). Muchas de ellas se encuentran asociadas a la familia Enterobacteriacea, mientras que otras están relacionadas con los géneros Azospirillum, Azotobacter, Pseudomonas y Bacillus (Aguado, 2007). Se caracterizan porque no requieren invadir internamente los tejidos de las plantas para ejercer su acción estimulante de crecimiento, son inocuas para el hombre y no afectan el desarrollo de otros microorganismos del suelo, además logran alcanzar una elevada densidad poblacional en la rizósfera después de su inoculación y su capacidad de colonización es muy efectiva en la superficie de la raíz (Jiménez et al., 2001). Las Bacterias Promotoras de Crecimiento Vegetal (BPCV) promueven crecimiento de forma directa e indirecta; las que afectan directamente el metabolismo de las plantas proporcionan algunas sustancias con efectos hormonales o nutricionales, como las fijadoras de nitrógeno atmosférico, las que solubilizan fosfatos, liberan hierro o producen ciertas hormonas vegetales, tales como las auxinas, giberelinas, citoquininas y etileno. Un segundo grupo de BPCV, denominado bacterias benéficas de control biológico, promueven indirectamente el crecimiento vegetal mediante la prevención de los efectos nocivos de los microorganismos fitopatógenos (bacterias, hongos y virus) al producir sustancias que dañan o inhiben otros microbios, pero no las plantas, al limitar la disponibilidad de hierro a los agentes patógenos o al alterar el metabolismo de la planta base para aumentar su resistencia a la infección por 47 Artículo de revisión. patógenos (Bashan et al., 2005; Pinochet, 2006). Otros beneficios descritos para las BPCV es la participación que hacen en muchos ciclos biogeoquímicos, de fertilidad y estabilidad, estimulando de esta forma, la formación de raíces, pelos radiculares, inducción en la iniciación radicular y brindándole resistencia sistémica a la planta ante estreses biótico o abiótico; gracias a la producción de ciertas sustancias que le confieren dichas propiedades y efectos (Glick, 1999). Las bacterias del genero Azospirillum potencian el crecimiento vegetal mediante una serie de mecanismos diferentes a los anteriormente mencionados, algunos son similares a los utilizados por las otras PGPR. Por otra parte, en modelos de agricultura ecológica hay numerosas experiencias sobre el uso de BPCV al ser utilizadas como biofertilizantes en pasturas, sistemas agropecuarios; casos exitosos en naciones Iberoamericanas demuestran que estas bacterias juegan un papel importante sobre el crecimiento y desarrollo de las plantas. Se ha ensayado el potencial biotecnológico de estos microorganismos en ecosistemas naturales y agroecosistemas y se ha demostrado su capacidad promotora de crecimiento y de proteger al suelo y a la planta de la desecación y la desertificación. Sin embargo estos procesos son estrategias adaptativas del complejo suelo-planta, por lo tanto para desarrollar aplicaciones biotecnológicas o experimentales es conveniente trabajar con cepas nativas del sitio o suelo en estudio (Castellanos et al., 1998; Bashan et al., 2000; Izaguirre et al., 2007). En estudios previos se lograron Revista Colombiana de Microbiología Tropical. Vol. 3 N° 1. Enero – Junio 2013. Uso de bacterias promotoras de crecimiento vegetal y carbón de bajo rango en forrajes. aislar cepas bacterianas con actividad promotora de crecimiento vegetal a partir de muestras de suelo del norte en el departamento del Cesar; demostrando su potencial para estimular germinación y crecimiento temprano de algunos árboles maderables (Barreto et al., 2007) 3. MATERIA ORGÁNICA DEL SUELO Y SUSTANCIAS HÚMICAS: EFECTOS SOBRE LA PRODUCCIÓN VEGETAL. En los últimos años, la intensificación de la agricultura ha conllevado al empobrecimiento de los suelos, donde los factores naturales como el clima y la actividad microbiana contribuyen a la degradación de la materia orgánica; esto puede atribuirse a prácticas de manejo inadecuadas tanto agrícolas como ganaderas los sistemas de labranzas utilizados, a la creciente expansión de monocultivos y a la falta de una adecuada reposición de los nutrientes extraídos de los sistemas edáficos (Mosquera, 1984; Berardo, 2004), disminuyendo la materia orgánica del suelo y por ende los beneficios que le aportan al suelo como el aporte de nutrientes necesarios para la producción de cultivos. En este sentido la aplicación de enmiendas orgánicas ha constituido un método de compensación a la perdida de materia orgánica en dichos suelos; generalmente las enmiendas orgánicas son ricas en sustancias húmicas las cuales son la forma más estable e importante de materia orgánica del suelo (Piccolo, 2002). 48 Artículo de revisión. La materia orgánica constituye el total de compuestos orgánicos presentes en el suelo; sus principales fuentes son los residuos vegetales (raíces, tallos, hojarasca, flores, restos de cosecha), tejidos animales, excreciones (materiales orgánicos lavados procedentes de la parte aérea de la planta, células, exudados de las raíces) y la biomasa microbiana. La mayor parte de las transformaciones que sufre la materia orgánica se llevan a cabo por los microorganismos. La descomposición de estos componentes da lugar a un conjunto de compuestos simples y complejos (monosacáridos, polisacáridos como la celulosa, el almidón y hemicelulosas), compuestos nitrogenados (proteínas, ácidos nucleicos, vitaminas), lípidos (grasas, ácidos grasos, ceras, fosfolípidos), ácidos orgánicos (cítrico, fumárico, málico, malónico, succínico), y compuestos fenólicos (ligninas, taninos) y elementos minerales. (Julca et al., 2006). Las sustancias húmicas son moléculas relativamente pequeñas y heterogéneas de diversos orígenes que pueden auto organizarse formando supra moléculas, entre estas los ácidos húmicos (Piccolo, 2002). Las sustancias húmicas ejercen efectos de forma directa en el suelo, al ser responsables del transporte y aporte de nutrientes como P, N y S; y al actuar como agentes agregantes de partículas mejorando la estructura edáfica, incidiendo de este modo, en la relación agua-aire en la rizósfera; de esta manera el agua, los elementos nutritivos y las raíces pueden penetrar fácilmente en el suelo, incrementándose, por consiguiente, las Revista Colombiana de Microbiología Tropical. Vol. 3 N° 1. Enero – Junio 2013. Uso de bacterias promotoras de crecimiento vegetal y carbón de bajo rango en forrajes. poblaciones microbianas al estimular su actividad y agilizando los procesos metabólicos y reguladores mediados por los microorganismos; además, las sustancias húmicas, aumentan la capacidad de intercambio catiónico (CIC) y la capacidad tampón-pH del suelo, favoreciendo la formación de los +2 +2 +2 complejos Cu Mn , Zn y otros cationes polivalentes (Kulikova et al., 2005; Peña et al., 2005). Por otra parte los ácidos húmicos generan una actividad hormonal, en las plantas, que conlleva a una mayor producción de exudados radiculares (rizodeposición) estimulando la actividad microbiana de la rizósfera, por los nutrientes que provee la rizodeposición (Nardi et al., 2002; Puglisi et al., 2009). Debido a la alta capacidad de intercambio catiónico (CIC) que ejercen los ácidos húmicos en las raíces, las sales se liberan, los cationes se unen y se forman quelatos; además, la alta presión osmótica, generada en esta zona, se reduce estimulando la actividad en las membranas celulares. Por otra parte, la formación de complejos metales como el hierro, manganeso, cinc y cobre, contribuyen a mejorar la absorción vegetal del fósforo, nitrógeno, potasio, calcio y magnesio. (Nardi et al., 2002; Puglisi et al., 2009). 4. USO DE CARBONES DE BAJO RANGO (CBR) COMO FUENTE DE SUSTANCIAS HÚMICAS. Los carbones de bajo rango (CBR), son aquellos cuyo poder calorífico bruto, en base húmeda es menor a 6.390 Kcal/Kg., denominados sub bituminosos y lignitos, 49 Artículo de revisión. son típicamente más blandos, fácilmente desmenuzables, opacos y con apariencia de tierra; se caracterizan por tener altos niveles de humedad y bajo contenido de carbono, y por consiguiente, poca energía (Franco, 2004). Los CBR son considerados residuos de los procesos de extracción carbonífera, pero gracias a la naturaleza orgánica y física, constituyen una fuente rica en sustancias húmicas, las cuales son utilizadas como enmiendas orgánicas para la recuperación de suelos deteriorados (Peña et al., 2005). Investigaciones realizadas por Sharif (2002) y Tejeda (2007) determinan la posibilidad de utilizar diferentes tipos de CBR como mejoradores orgánicos al incorporarlos directamente al suelo, donde posteriormente da lugar a la liberación de las sustancias húmicas a través de procesos químicos o biológicos. Es por esto que las enmiendas orgánicas del suelo fabricadas a partir de las sustancias húmicas se establecieron como una solución para mejorar las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo (Civeira et al., 2006). 5. USO DE BIOFERTILIZANTES EN LA AGRICULTURA COLOMBIANA. La inoculación de plantas de cultivos con microorganismos benéficos del suelo es una práctica común en la agricultura y la silvicultura de países desarrollados (Bashan et al., 2004). Micorrizas y BPCV han sido parte integral de los procesos de revegetación y reforestación y usados como una herramienta biotecnológica disponible para reducir la erosión del suelo en general, como se ha sugerido en Revista Colombiana de Microbiología Tropical. Vol. 3 N° 1. Enero – Junio 2013. Uso de bacterias promotoras de crecimiento vegetal y carbón de bajo rango en forrajes. trabajos realizados en suelos áridos y semidesérticos (Bashan et al., 1999; Bacilio et al., 2006; Bashan et al., 2009; Trejo et al., 2012). Con el fin de mejorar las tecnologías y aumentar el desarrollo sostenible de los cultivos de importancia comercial, muchos países han realizado estudios para desarrollar la tecnología de los biofertilizantes, entre estos países están: Argentina, Bolivia, Brasil, Perú, Uruguay, Portugal, España, Venezuela, Chile, México, Cuba y Colombia, donde se usan inoculantes a base de Rizobios, Micorrizas, Azospirillum, Herbaspirillum, Azotobacter y bacterias solubilizadoras de fosfato (Abela y Valenzuela, 2006; Corvalan et al., 2006; Moreno et al., 2006; Ortega, 2006; Parada et al., 2006 Rodríguez et al., 2006; Toro, 2006; Zúñiga, 2006). El objetivo de facilitar las interrelaciones entre estos países y contribuir al mismo tiempo a la difusión de esta tecnología, nació en la Red Iberoamericana de Biofertilizantes Microbianos para la Agricultura (BIOFAG) en el año 2003, cuyas actividades son financiadas por todos los países Iberoamericanos a través del programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED). A esta red están actualmente adscritos unos 60 grupos de investigación y empresas productoras de inoculantes (Izaguirre et al., 2007). En Colombia los principales cultivos en los que se usan los biofertilizantes son algodón, soya, flores, papa, maíz, pastos y arroz, estos cultivos demandan grandes cantidades de fertilización química 50 Artículo de revisión. nitrogenada, es por eso que se convierten en grandes candidatos para el uso de biofertilizantes, con esto se reduce hasta en un 50% el uso de los fertilizantes químicos, representando de esta manera un ahorro para la cadena productiva de estos cultivos (Moreno et al., 2006). Un ejemplo de esto son las numerosas investigaciones en Colombia, que reportan que la fijación biológica de nitrógeno asociada al cultivo de arroz puede contribuir con 32 a 140 Kg de N/Ha/año (dos cosechas por año), con valores de 21 a 30% del nitrógeno acumulado en las plantas (33 a 60 Kg de N/Ha/año) (Sarmiento, 2006). La fertilización biológica es una herramienta que contribuye con el mayor crecimiento de las especies vegetales, mediante el estímulo de la producción de hormonas del crecimiento vegetal, expresadas en el logro de mayores alturas y grosor de los tallos en plantas arbóreas. Así mismo su aporte reviste especial interés porque en especies gramíneas y leguminosas forrajeras contribuyen con incrementos en la producción de materia seca, mejoramiento en la oferta y calidad de la biomasa, con efectos importantes en la producción animal. 6. CONCLUSIÓN La mayoría de los suelos agrícolas tropicales, principalmente en las regiones más cálidas presentan la tendencia natural a tener bajos contenidos de materia orgánica, por lo tanto presentan un deterioro en su calidad y salud; es por esto que las enmiendas orgánicas del suelo fabricadas a partir de las sustancias Revista Colombiana de Microbiología Tropical. Vol. 3 N° 1. Enero – Junio 2013. Uso de bacterias promotoras de crecimiento vegetal y carbón de bajo rango en forrajes. húmicas se han ido estableciendo como una solución para mejorar las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo. Por otra parte, el interés a cerca del uso de las BPCV y de la transformación biológica de las reservas de carbón de bajo rango, se ha considerado como una vía alternativa y viable para la aplicación de este tipo de Artículo de revisión. tecnologías en la agricultura; lo que ha incentivado el estudio de la combinación de microorganismos y carbón de bajo rango que sean capaces de favorecer el crecimiento de las plantas y mejorar el contenido de materia orgánica en suelos carentes de esta. 7. BIBLIOGRAFIA 1. Abela, J y Valenzuela, R. 2006. Situación de los cultivos leguminosos y los biofertilizantes en Bolivia. En: Biofertilizantes en Iberoamérica: visión técnica, científica y empresarial, capítulo 2. Denad internacional (eds). (Montevideo, Uruguay), pág. 16-21. 2. Aguado, S. 2007. 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Uso de bacterias promotoras de crecimiento vegetal y carbón de bajo rango en forrajes. Artículo de revisión. Figura 1. Modo de acción de promoción de crecimiento vegetal por parte de Azospirillum sp. 56 Revista Colombiana de Microbiología Tropical. Vol. 3 N° 1. Enero – Junio 2013.