Salud sexual y reproductiva en personas con discapacidad física

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REV. OBSTET. GINECOL. - HOSP. SANTIAGO ORIENTE DR. LUIS TISNÉ BROUSSE. 2010; VOL 5 (2): 169-172
ARTÍCULO
Salud sexual y reproductiva
en personas con discapacidad física
Dr. Jorge Varas Cortés
RESUMEN
Discapacidad física es aquella condición donde una persona experimenta disminución o pérdida en su función o estructura corporal y que ocasiona limitaciones en la actividad física.
La rehabilitación integral de las personas físicamente discapacitadas, va más allá de lo educacional o laboral e involucra necesariamente una vida sexual placentera.
Desinformación y prejuicios han contribuido a mantener el tema de la sexualidad en discapacitados, en la intimidad y en el silencio.
Es necesario destacar que la discapacidad puede ser física, pero no lo es de sentimientos y que
la sexualidad forma parte de todo ser humano.
La educación en Salud Sexual y Reproductiva debe ser completa, tanto en valores como en conocimientos, respetando y cautelando el cumplimiento de todos sus derechos.
Palabras clave: Discapacidad física, autoestima sexual, conducta sexual.
SUMMARY
Physical incapacity is that condition where a person experiments diminution or loss in its
function or corporal structure, and that causes limitations in the physical activity.
The integral rehabilitation of persons physically disabled, goes beyond educational or labor
subject, and involves a pleasant sexual life necessarily
Disinformation and prejudices have contributed to maintain the subject of the sexuality in disabled, in private and in silence. It‘s necessary to emphasize that the incapacity can be physical, but it is not it of feelings, and that the sexuality comprises of all human being.
The education in Sexual and Reproductive Health must be complete, as much in values as in
knowledge, respecting and preventing the fulfillment of all rights.
Key words: Physical disability, sexual steem, sexual behavior.
Médico. Especialista en Obstetricia y Ginecología.
Oficina de Calidad y Seguridad del Paciente
Hospital Dr. Luis Tisné Brousse
E mail: drjorgevaras@gmail.com
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Disponible en www.revistaobgin.cl
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INTRODUCCIÓN
Las personas con discapacidad física tienen necesidades afectivas y sexuales como todas las personas, sin
embargo la sociedad tiende, en general, a desconocerlas.
Existe la creencia que las personas discapacitadas
físicamente no tienen sexualidad y que su rehabilitación se orienta a mejorar funciones que le permitan
lograr su independencia.
De hecho, las mismas personas con limitaciones
severas, la desconocen durante las primeras etapas
del proceso y su razón es válida. Ante la gravedad de
una lesión, la premisa inicial es sobrevivir, recuperar
la capacidad de movimiento, valerse por sí mismas,
antes que pensar en su desempeño sexual.
Solo cuando han logrado aceptar que su discapacidad es para toda la vida, comienzan a preocuparse
por sus relaciones de pareja.
El problema es que lograr un nuevo patrón
integral de vida, del que forma parte la sexualidad,
requiere la aplicación de técnicas que no siempre se
encuentran disponibles.
Cómo asumir su sexualidad es algo que las
personas discapacitadas aprenden en programas integrales de rehabilitación. Se pretende que reconozcan qué pasa con su cuerpo, cómo pueden crear un
nuevo patrón de normalidad en la sexualidad,
percibir e interpretar estímulos, “desgenitalizar” la
relación sexual y sobre todo ganar confianza en sí
mismas.
Son tratamientos integrales e individuales por los
que debe pasar toda persona con discapacidad.
Cuando esto no ocurre, la persona queda sujeta a su
propia iniciativa, a resolver sus problemas a partir de
su intuición y expuesta a los fracasos propios del
ensayo y error1.
Otro aspecto importante de considerar se refiere
a que muchas mujeres discapacitadas pueden tener
hijos y, como las personas sanas, es posible que
deseen usar un tipo de método anticonceptivo. Los
profesionales que las atienden deben estar preparados para responder en cada caso en particular,
entregando información de manera sencilla, con
conocimientos actualizados basados en la mejor
evidencia científica disponible.
SEXUALIDAD
Y SALUD REPRODUCTIVA
En la mayoría de los países, a la salud reproductiva
de mujeres con discapacidades físicas generalmente
se le da poca prioridad o simplemente no se le
considera. A menudo, esto ocurre debido a la
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creencia que las personas discapacitadas no son
sexualmente activas y que no necesitan controlar su
fertilidad. Puesto que con frecuencia las personas
discapacitadas no se dejan ver o no les es fácil acudir
a un consultorio, es posible que los proveedores de
planificación familiar no estén al tanto de sus
necesidades de salud reproductiva.
Las personas discapacitadas tienden a estar escondidas o refugiadas en sus hogares durante muchos años. Las barreras físicas fuera del hogar, la falta
de medios de transporte o la ausencia de ayuda por
personas que puedan acompañarlas, también les
dificulta mucho salir y acudir a control. Como
resultado de ello, no están representadas en los
centros de salud comunitarios y como consecuencia,
sus necesidades se desconocen.
Además, diferentes tipos de barreras sociales impiden la expresión sexual de personas con discapacidad
física. El depender de otras personas para su cuidado
puede restringir las oportunidades para expresar su
sexualidad, debido a la pérdida de privacidad y
sobreprotección de padres o cuidadores.
En adolescentes, las preguntas más frecuentes se
relacionan con la posibilidad de encontrar pareja y
para ello se les debe ayudar a desarrollar aspectos
como autoestima, valorar su propia imagen y el
concepto que tienen respecto a ellos mismos.
Deben aprender a aceptar su imagen y darse
cuenta de los atractivos que les pueden ayudar a
encontrar una pareja, considerando que el ser discapacitados no les hace menos atractivos ni les niega el
derecho a tener una vida sexual plena.
En mujeres con discapacidad física, la adaptación
sexual es relativamente más fácil, debido a que
tradicionalmente ponen mayor énfasis en aspectos
interpersonales de la sexualidad como ternura y
emociones, que en la función genital.
Lamentablemente, las personas con discapacidades físicas no reciben información ni asesoramiento
adecuados acerca de sexualidad y salud reproductiva.
En países en vías de desarrollo es poco frecuente
que a una mujer se le haga incluso, un examen
ginecológico rutinario. Muchas mujeres discapacitadas físicamente que sufren de cáncer mamario o
cervicouterino, nunca tuvieron la oportunidad de
que se les detectara, mediante un frotis de Papanicolaou o una mamografía, enfermedades que ponen en
peligro sus vidas. Debido a que nadie habla del
cáncer mamario en las mujeres discapacitadas, ellas
ni siquiera saben cómo hacerse un examen mamario.
Las probabilidades de que una persona con
discapacidad física contraiga una enfermedad de
transmisión sexual (ETS), no son tan reducidas como
podrían pensar algunos proveedores. Si se diagnosti-
SALUD
ca ETS en una mujer discapacitada, se debe considerar la posibilidad de que haya contraído la infección
como resultado de abuso sexual.
Sin embargo, cualquier persona que tenga discapacidades se encuentra en riesgo. Muchas niñas o
adolescentes que tienen discapacidades son víctimas
de abuso sexual por parte de parientes, personas
que las cuidan o amigos.
Muchas mujeres discapacitadas pueden tener
hijos y, como las personas sanas, es posible que
deseen usar anticoncepción temporalmente. Otras
pueden desear un método anticonceptivo permanente o de acción prolongada, ya que sus embarazos
pueden ser de muy alto riesgo y además la crianza
de sus hijos puede resultarles difícil. Otras pueden
optar por un método permanente si sufren de una
condición genética que podrían heredar sus hijos.
Por ejemplo, cada vez hay más pruebas de que
factores genéticos desempeñan una función en el
desarrollo de la esclerosis múltiple, enfermedad
neurológica que produce parálisis, temblor y trastornos del lenguaje, y a menudo se diagnostica cuando
la persona está en edad de procrear2.
Cuando los proveedores de planificación familiar
ofrecen información y asesoramiento relativos a la
anticoncepción, deben tener en cuenta patologías
médicas relacionadas con diversas discapacidades
físicas. Las opciones anticonceptivas dependerán de
factores como la calidad de la circulación venosa,
especialmente de las extremidades, si la condición
de base se asocia con factores predisponentes de
enfermedad tromboembólica, el grado de discapacidad física, la destreza manual, las posibles interacciones farmacológicas con otros medicamentos que esté
tomando, si la persona padece algún tipo de depresión, y cualquier problema que tenga relación con la
higiene menstrual3.
Un estudio realizado en Estados Unidos en el que
participaron 55 mujeres mayores de 18 años que
tenían discapacidades físicas adquiridas o congénitas, reveló que sólo el 19% de ellas habían recibido
asesoramiento en materia de sexualidad. Aproximadamente 65% había recibido información relativa a la
anticoncepción, pero a las mujeres que sufrían de
parálisis, disfunción motora o deformidades físicas
rara vez se les había dado información o métodos de
anticoncepción4.
MÉTODOS
HORMONALES
Si una mujer desea usar anticonceptivos orales
combinados (ACO), lo más importante es saber si
tiene un riesgo mayor de sufrir enfermedad
SEXUAL Y REPRODUCTIVA EN PERSONAS CON DISCAPACIDAD FÍSICA
tromboembólica. Los anticonceptivos orales combinados están contraindicados para las mujeres que
tienen circulación deficiente, antecedentes de accidente vascular cerebral o imposibilidad de mover las
piernas5.
Esto significa que las mujeres que padecen
parálisis cerebral, traumatismo de la médula espinal,
poliomielitis y distrofia muscular, no pueden usar
este método. También existe la posibilidad de que
no se detecte la presencia de tromboflebitis en
mujeres con sensibilidad deficiente en las piernas a
causa de disfunción de la médula espinal o esclerosis
múltiple. En estos casos, se podría considerar el uso
de píldoras anticonceptivas sólo de progestina.
La mayoría de los estudios que investigaron la
relación entre los ACO y la artritis reumatoide
indican que los ACO proporcionan alguna protección contra el desarrollo de esta patología6.
Otros estudio señala que posiblemente los estrógenos estabilicen algunos síntomas de la esclerosis
múltiple, incluidas las funciones cognoscitivas7.
El acetato de medroxiprogesterona de depósito
(DMPA) tiende a hacer disminuir la pérdida de
sangre menstrual y a menudo causa amenorrea, lo
cual puede ser beneficioso para las mujeres que no
tienen destreza manual para usar toallas sanitarias.
Sin embargo, el uso del DMPA a largo plazo puede
asociarse con una disminución de la densidad mineral ósea en algunas mujeres, especialmente en las
adolescentes más jóvenes, y existe la posibilidad de
que esa disminución puede hacer que incluso las
mujeres premenopáusicas corran el riesgo de sufrir
de osteoporosis8,9.
MÉTODOS
NO HORMONALES
Los dispositivos intrauterinos (DIU), tienden a hacer
aumentar el flujo menstrual, lo cual plantea dos
problemas. El primero es que la pérdida excesiva de
sangre podría causar anemia, la cual puede agravar
la enfermedad de base y el segundo es que el mayor
sangrado menstrual podría plantear problemas de
higiene para las mujeres que no tienen destreza
manual.
Cuando se considere el DIU como una opción
anticonceptiva, los proveedores también deben determinar si la mujer ha perdido la sensibilidad pélvica.
Dado que posiblemente las mujeres que sufren de
esclerosis múltiple o de disfunción de la médula espinal
hayan perdido la sensibilidad, la enfermedad pélvica
inflamatoria o el embarazo ectópico, asociados con el
uso del DIU, podrían pasar inadvertidos si ocurrieran.
La inserción del DIU puede ser difícil en las mujeres
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que tienen parálisis cerebral, escoliosis o esclerosis
múltiple, ya que estas pacientes pueden tener espasmos de los músculos aductores de los muslos.
La mujer también debe estar en condiciones de
verificar la presencia de las guías del DIU regularmente para saber si se ha expulsado el dispositivo. Sin
embargo, si la mujer no puede usar los brazos o las
manos, esto se transforma en un problema adicional.
Respecto a los métodos de barrera, se debe
animar a las personas con discapacidades físicas a
que usen condones si corren el riesgo de contraer
enfermedades de transmisión sexual (ETS). Aunque
el uso correcto de un método de barrera puede ser
difícil para las personas que no tienen buena
coordinación o que tienen discapacidades de los
brazos, el compañero sano puede ayudar a usarlo. La
prevención de las ETS es particularmente importante
para las mujeres con discapacidades físicas y problemas de sensibilidad pélvica ya que los síntomas de
ETS pueden pasar inadvertidos.
Aunque la esterilización tubaria puede ser apropiada desde el punto de vista médico para algunas
personas discapacitadas, se debe entregar toda la
REFERENCIAS
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información posible para que esas personas comprendan bien que éste es un procedimiento permanente y den su consentimiento libremente.
COMENTARIO
Es importante y necesario contar en nuestro país con
programas activos en salud sexual y reproductiva
para las personas discapacitadas físicamente, en los
cuales los proveedores de servicios de salud entreguen cada vez más información a estas personas10.
Además se debe aprender a evaluar la función
sexual que cada paciente tenía antes de que ocurriera la discapacidad en comparación con la función
sexual actual, la forma en que la discapacidad influye
en la expresión sexual del paciente, las necesidades
y el uso de la anticoncepción, y la posibilidad de que
el paciente sea víctima de abuso sexual.
La educación en salud sexual y reproductiva
debe ser completa, tanto en valores como en
conocimientos, respetando y cautelando el cumplimiento de todos sus derechos.
6. BRENNAN P, BANKHEAD C, SILMAN A, SYMMONS D. Oral
contraceptives and rheumatoid arthritis: results from
a primary care-based incident case-control study.
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