1 ARQUIDIÓCESIS DE SAN JOSÉ FORMACIÓN BIMENSUAL ESPECÍFICA ÁREA DE PASTORAL SOCIAL PRIMERA SESIÓN FORMATIVA 2013 VOCACION DEL LAICO EN LA IGLESIA. (Ver DA 174) Ideas importantes: - El mundo es para el laico un lugar teológico, es decir, ahí encuentra a Dios. - La misión fundamental del laico es la transformación del mundo (la política, la economía, la cultura) de acuerdo con los valores del Reino de Dios. - La participación del laico en tareas eclesiales no lo releva de su responsabilidad de transformar el mundo. Aunque toda la Iglesia es la responsable de la pastoral social, dado que la inmensa mayoría de los agentes de pastoral comprometidos en nuestras parroquias en la pastoral social son laicos y laicas, conviene anotar algunos aspectos sobre la identidad y la vocación de los laicos dentro de la Iglesia como punto de partida de este estudio. a. ¿Quiénes son los laicos? Nos dice la Constitución Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II (31): “Por el nombre de laicos se entiende aquí todos los fieles cristianos, a excepción de los miembros que han recibido un orden sagrado y los que están en estado religioso reconocido por la Iglesia, es decir, los fieles cristianos que, por estar incorporados a Cristo mediante el bautismo, constituidos en Pueblo de Dios y hechos partícipes a su manera de la función sacerdotal, profética y real de Jesucristo, ejercen, por su parte, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo”. b. Vocación específica del laico dentro de la Iglesia. Constitución Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II (No. 31): “A los laicos pertenece por propia vocación buscar el reino de Dios tratando y ordenando, según Dios, los asuntos temporales. Viven en el siglo, es decir, en todas y a cada una de las actividades y profesiones, así como en las condiciones ordinarias de la vida familiar y social con las que su existencia está como entretejida. Allí están llamados por Dios a cumplir su propio cometido, guiándose por el espíritu evangélico, de modo que, igual que la levadura, contribuyan desde dentro a la santificación del mundo y de este modo descubran a Cristo a los demás, brillando, ante todo, con el testimonio de su vida, fe, esperanza y caridad. A ellos, muy en especial, corresponde iluminar y organizar todos los asuntos temporales a los que 2 están estrechamente vinculados, de tal manera que se realicen continuamente según el espíritu de Jesucristo y se desarrollen y sean para la gloria del Creador y del Redentor”. Para la reflexión personal. Con respecto a su misión en el mundo, ¿cuál es la diferencia entre los laicos y los ministros ordenados y los religiosos? c. Naturaleza secular de la misión del laico. La misión del laico es la santificación del mundo viviendo desde dentro de las realidades temporales. Esto lo expresa el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (543) del siguiente modo: “Es tarea propia del fiel laico anunciar el Evangelio con el testimonio de una vida ejemplar, enraizada en Cristo y vivida en las realidades temporales: la familia; el compromiso profesional en el ámbito del trabajo, de la cultura, de la ciencia y de la investigación; el ejercicio de las responsabilidades sociales, económicas, políticas. Todas las realidades humanas seculares, personales y sociales, ambientes y situaciones históricas, estructuras e instituciones, son el lugar propio del vivir y actuar de los cristianos laicos. Estas realidades son destinatarias del amor de Dios; el compromiso de los fieles laicos debe corresponder a esta visión y cualificarse como expresión de la caridad evangélica: ‘El ser y el actuar en el mundo son para los fieles laicos no sólo una realidad antropológica y sociológica, sino también, y específicamente, una realidad teológica y eclesial”. La Encíclica Deus caritas est (29) destaca de esta forma uno de los campos específicos de la misión del laico: “El deber inmediato de actuar en favor de un orden justo en la sociedad es más bien propio de los fieles laicos. Como ciudadanos del Estado, están llamados a participar en primera persona en la vida pública. Por tanto, no pueden eximirse de la « multiforme y variada acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural, destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien común’. La misión de los fieles es, por tanto, configurar rectamente la vida social, respetando su legítima autonomía y cooperando con los otros ciudadanos según las respectivas competencias y bajo su propia responsabilidad”. A esto, añade la Exhortación Apostólica Post-Sinodal Christifideles laici (23): “…el campo propio de su actividad evangelizadora es el dilatado y complejo mundo de la política, de la realidad social, de la economía; así como también de la cultura, de las ciencias y de las artes, de la vida internacional, de los órganos de comunicación social; y también de otras realidades particularmente abiertas a la evangelización, como el amor, la familia, la educación de los niños y de los adolescentes, el trabajo profesional, el sufrimiento”. Y, nos advierte la Exhortación Apostólica Ecclesia in America (44) que los laicos son asociados también a responsabilidades relacionadas con la edificación interna de la Iglesia pero se recomienda que “aunque el apostolado intraeclesial de los laicos tiene que ser estimulado, hay que 3 procurar que este apostolado coexista con la actividad propia de los laicos, en la que no pueden ser suplidos por los sacerdotes: el ámbito de la realidades temporales” . Para la reflexión. 1. ¿Qué se entiende por naturaleza secular de la misión del laico en el mundo? 2. Los laicos católicos en nuestras parroquias, ¿están concientes y comprometidos en la transformación de su realidad?