ISSN 0001-4605 Revista de reflexión y diálogo de los Jesuitas del Paraguay Abril 2012 - Nº 323 - G. 20.000.- El derecho a la tierra © Piero Tesei Nº 323 - Abril 2012 Nº 323 - Abril 2012 Índice Vice-Presidente Sánchez 612 c/Azara Casilla de Correo 1072 Tel/Fax: (595-21) 233 541/3 revistaaccion@cepag.org.py www.cepag.org.py Tercera Época Año XLIII. Fundada en mayo de 1923 por Monseñor Aníbal Mena Porta La Revista Acción es editada por el CEPAG (Centro de Estudios Paraguayos Antonio Guasch) de los Jesuitas del Paraguay. El CEPAG es un centro de investigación y acción social inspirado en la misión de los Jesuitas: proponer, en medio de la cultura y la sociedad en la que vivimos, la fe cristiana y la lucha por la justicia en un diálogo abierto a todos y todas Director José María Blanch, sj Jefa de Redacción Stella Ruffinelli Secretaria de Redacción Magalí Casartelli Consejo de Redacción Melquíades Alonso, Galo Bogarín, Margot Bremer, José L. Caravias, Fides Gauto, Gabriel Insaurralde, Oscar Martín, Bartomeu Melià, José Nicolás Morínigo, Luis Ortiz Sandoval, Francisco de Paula Oliva, Gloria Scappini, Milda Rivarola, Luis Rojas Villagra, Estela Ruiz Díaz, Luís E. Ughelli Editorial Incertidumbre electoral 2 Tema del mes: El derecho a la tierra Concentración de tierras: Títulos con vicios legales 4 y el Estado ausente Ramón Fogel Recuento de una comunidad con tierra bien habida y mal robada Gregorio Gómez Centurión y Juan Antonio León 7 El empantanamiento de los procesos judiciales para la recuperación de las tierras mal habidas Digno Efigenio Brítez Pérez 11 Los desplazados Bartomeu Melià, sj 14 Discurso mediático y justificación de la desigualdad social Arístides Ortiz 19 ¿Será que el llanto se vuelva canto? Deuda histórica de la Itaipú Binacional con los avá guaraní paranaenses Enrique Gaska, SVD 22 Dos pivotes de la Historia: propiedad y esclavitud 26 José L. Caravias, sj Hobbes y el problema de la tierra Gabriel Insaurralde, sj Difusión, suscripción y distribución: Vice-Presidente Sánchez 612 c/Azara edicionesmontoya@cepag.org.py Telefax: (595-21) 233 541/3 Diseño y diagramación: Karina Palleros Fotografías: Archivo CEPAG y Banco de imágenes Impresión: Grafi Express Ecuador 2.532 c/Yvyra Pyta, Tel.: 550 008 - Fax: 559 756 Precios G. 20.000 el ejemplar. Números atrasados G. 20.000 Suscripción 10 ejemplares G. 150.000 / US$ 50 Acción no se responsabiliza por los juicios y opiniones de los artículos firmados. Pensar y creer Contra la desnaturalización de la humanidad Contra la deshumanización de la naturaleza Margot Bremer, rscj Arte y letras “Mundo Guaraní” de Bartomeu Melià José Carlos Rodríguez 30 34 38 Incertidumbre electoral A menos de un año de las elecciones nacionales de abril del 2013, el panorama político expresa las contradicciones de la crisis, ese momento en que “lo viejo no termina de morir, y lo nuevo no acaba de nacer”. Sólo en las elecciones nacionales del 1998 –poco merecedoras de recuerdo– la incertidumbre electoral marcó tan fuertemente una campaña presidencial en todo el post- stronismo. Si se observa el panorama de los partidos (tanto los que tienen como aquellos que carecen de representación parlamentaria) sus tempranas “internas” se debaten en una curiosa falta de políticos ofertables al electorado. El mayor partido paraguayo, la ANR-Partido Colorado, parecía haber zanjado la cuestión hace dos años, aceptando muy prematuramente un “outsider” que compensó su falta de oficio político con una –nada desinteresada– liberalidad financiera. Pero a inicios del 2012 todo lo que parecía sólido se desvaneció en el aire, y resurgieron los verdaderos candidatos para enfrentar al otrora imbatible cartismo. Pero las internas coloradas se desarrollan por primera vez “a la intemperie”, sin la sombrilla cálida y protectora del aparato de Estado. Y con el peso de otra amenaza latente: si 2 algo aprendieron en cuatro años de “llanura” es que su partido, dividido, pierde irremediablemente las elecciones. Con heridas internas mal cerradas antes del próximo abril, se aseguran al menos una larga década lejos del poder. Lejos de forzar una entusiasta unión, esa certeza está promoviendo exigencias y escisiones. Cada jefe –y hay muchos en ese partido– se sabe hoy imprescindible y negocia lugares en listas parlamentarias usando la espada de Damocles. Después de la aleccionadora experiencia de abril del 2008, sin ellos, sigue siendo la llanura. O el diluvio. La reconciliación republicana deberá salvar otros escollos: un empresario que ya controla cómodamente la Junta de Gobierno, poco abierto –desde su tradición patronal– a cesiones redistributivas, versus una “hija pródiga” tampoco dispuesta a reconocer la hegemonía de su ex sponsor. Ella ni nadie quieren recordar ese curioso afiche donde Cartes cubría con paternal abrazo los hombros de la hoy presidenciable. Quien, por su parte, aún debe arreglar una interna previa con un jefe esteño, por el primer puesto de la fórmula. editorial El futuro es igualmente imprevisible en el Partido Liberal, el mayor partido del gobierno actual. Tratando de ganar tiempo electoral y asegurar puestos senatoriales a los “perdidosos”, los liberales realizaron un curiosísimo experimento “delivery”, con resultados desastrosos. Tras desdeñar cualquier método estadístico serio, hicieron trizas el partido. La credibilidad ciudadana resultó también seriamente dañada por un conteo que recordó en demasía otra interna partidaria, colorada ésta, de diciembre del 2007. Para negociar la difícil ingeniería de una nueva alianza, les quedan ahora dos precandidatos, uno con estigma de trucho y otro con aura de víctima. Como es comprensible, la izquierda –o las izquierdas, que cubren un amplio espectro– querría mantener en el 2013-2018 una cuota del poder público superior a su peso electoral, como la que beneficiaron durante este gobierno. Su inexplicable balcanización ya les jugó una mala pasada en las municipales del 2010: habiendo logrado en total un 13% de votos a concejales, apenas obtuvieron un 3% de concejalías por la dispersión de sus listas. Como reza el viejo dicho, todos prefieren ser cabeza de ratón a cola de león. Nº 323 - Abril 2012 A la interna del Frente Guasu se sumaron ya seis candidatos (hombres y mujeres), y todavía quedan dos del espectro progresista a la espera: una ex ministra de Función Pública y otro ex ministro del Interior. Dentro del Frente la cuestión consiste menos en rivalizar nominaciones por consenso o por votos –en sus internas la participación es residual– que en obtener la bendición presidencial. Se pelea por el “delfinato”, por la nominación del Gran Elector, olvidando que todos los anteriores presidentes sobrevivieron, ya sin poder alguno, al último año de sus respectivos mandatos. En medio de esta incertidumbre, están desatándose mecanismos de “fuga hacia adelante”. El Poder Judicial ocupó brevemente el centro de la tormenta, y allí también todo proyecto sólido se desvaneció en el aire. Ahora surge el debate de una nueva Constituyente, que salvaría los errores de la de 1992. Son indudablemente cuestiones irresueltas y urgentes, que afectan nuestra endeble gobernabilidad democrática. Para encararlos se requiere la legitimidad de autoridades y representantes surgidos nuevamente de la soberanía popular. 3 tema del mes 4 Concentración de tierras: Títulos con vicios legales y el Estado ausente Ramón Fogel* El derecho a la tierra La expansión de grandes propiedades y de la pobreza extrema En el año 2010 la economía en su conjunto creció a una tasa insólita superior al 15% pero, paradoja de paradojas, ese año también creció la pobreza extrema rural; lo que para unos pocos significa desarrollo para otros, los más, esa economía produce miseria; esa situación es el resultado de la concentración de la tierra que produce concentración de ingresos. Ya en el penúltimo censo agropecuario, el de 1991, la concentración era alta, pero en el último, realizado en el 2008, todavía esa concentración fue mayor, aumentó más, aunque la superficie total de las explotaciones censadas fue de solo 32,5 millones de hectáreas, substancialmente menor a la de las fincas registradas. La expansión de las grandes fincas produce una alta expulsión de población campesina. En un país con pocas oportunidades de trabajo productivo fuera de la agricultura, la expulsión de la población campesina tiene divcersas consecuencias negativas para la sociedad y la economía. Por mencionar un solo ejemplo, en la medida que se achica el sector que produce alimentos para nuestra población dependeremos crecientemente de alimentos importados. En ese contexto los vicios en el sistema de registro del *Doctor en Sociología y en Derecho. Investigador. Especialista en estructura social y la cuestión agraria. Fue asesor del Congreso Nacional y consultor internacional en esta temática. Fundador y director del Centro de Estudios Rurales Interdisciplinarios (CERI). tema del mes estatus legal y catastral de la propiedad de tierras públicas y privadas pasan a constituirse en un cuello de botella de primera magnitud que impide el diseño y la implementación de políticas nacionales de administración de tierras y de acceso a ella para la población paraguaya que la demanda; de hecho el impuesto inmobiliario recaudado representa no más del 2% de lo que debiera recaudarse. En este sentido debe considerarse que las leyes agrarias establecen que estas tierras pueden transferirse solo diez años después de su titulación, lo cual ocurre cuando los colonos han pagado por la totalidad de las parcelas. Las mismas informaciones oficiales dan cuenta que hasta hace 13 años solo el 10% de los colonos paraguayos habían adquirido el título de propiedad de sus parcelas. Las fallas en el sistema de registro de propiedad que hemos mencionado se proyecta en un escandaloso sobrerregistro, a tal punto que tenemos registradas fincas cuya superficie total excede los 528.000 km2, extensión mucho mayor de la que corresponde a la superficie del país. Lo notable es que todos los potencialmente afectados por la recuperación de tierras afirman que tienen títulos legales, olvidando principios jurídicos básicos como el que establece que no se pueden vender cosas ajenas, o que los bienes públicos son imprescriptibles. Diversos son los tipos de fraude utilizados, aunque en este artículo solo mencionaremos algunos. Por otra parte, la compra por productores sojeros de estas parcelas viola otras disposiciones, tales como las que establecen la obligatoriedad de residir en la parcela, la de tener la ciudadanía paraguaya natural y contar con una sola parcela. Esta situación genera conflictos cuando los campesinos quieren recuperar las fincas ocupadas ilegalmente por los sojeros básicamente brasileños y, de no alterarse la tendencia, la soja desplazará aún más a los campesinos asentados en colonias con buenos suelos, que se concentrarán en colonias superpobladas con suelos de muy baja productividad. La reconcentración de tierras en las colonias y su titulación ilegal En el período entre los dos censos (1991 y 2008) la superficie agrícola y ganadera aumentó en un 30% pero la cantidad de fincas disminuyó en un 5%. La cantidad de fincas menores a 20 hectáreas llegó a 241.956 explotaciones; se trata de otras tantas familias con 4,4 miembros por hogar. Estas explotaciones tenían 1.890.000 hectáreas, de modo que teniendo en cuenta las superficies de las parcelas asignadas en el proceso de colonización desde 1963 hasta el 2007, que llegaron a 3.833.493 hectáreas, puede derivarse que 1.933.497 hectáreas se reconvirtieron en su mayor parte en fincas sojeras, con títulos de dudosa validez, teniendo en cuenta que los sojeros, básicamente brasileños y paraguayos de origen brasileño (“brasiguayos”), pueden conseguir escrituras públicas, de compromisos de transferir la propiedad o simplemente de transferencia de derechos y acciones de los ligados a la ocupación de estas parcelas. A esto llaman “títulos legales”. Nº 323 - Abril 2012 Las tierras mal habidas Además de los ya referidos “títulos” que pueden calificarse como fraudulentos, existen otras formas de titulación irregular: son los casos de las tierras que fueron de origen público, que también presentan vicios insanables y tienen que ver con las llamadas tierras mal habidas, que se trata de grandes fincas mayores a las permitidas por la ley, transferidas a particulares. En este sentido deben tenerse en cuenta los objetivos de las adjudicaciones de tierras en el marco de la reforma agraria y el bienestar rural; las leyes aplicables definen como población beneficiaria a los campesinos que no tienen tierra o la tienen en cantidad insuficiente, estableciendo el tamaño máximo de las parcelas. En lo referido a la venta a personas no beneficiarias del Estatuto Agrario de lotes no coloniales y de fracciones mayores, la Ley 854/63 establece que el Poder Ejecutivo podrá autorizar solo en casos especiales la venta de fracciones de su patrimonio a personas que no sean beneficiarias de esa ley, cuya superficie sobrepase a 5 la establecida para lotes coloniales. Esta transferencia debe realizarse mediante un decreto que fundamente la medida. Los títulos de estas tierras están afectados de nulidad insanable dado que, en la legislación paraguaya, un acto jurídico está afectado por nulidad cuando, en virtud de causas que existen desde su origen y en virtud de la ley, deja de producir sus efectos. Una de sus causas es la existencia de una prohibición de celebrar el acto. Se trata de una prohibición de la ley expresa y que, al faltar en ella una condición que la ley exige, el acto se considera como si nunca hubiese existido. La magnitud de estas tierras mal habidas es tal que, conforme al informe final de la Comisión de Verdad y Justicia, entre 1963 y 2003, el IBR y el Indert transfirieron en forma irregular 7.851.295 hectáreas, tierras difíciles de recuperar ya que parte del empresariado rural fraudulento no tiene interés en sanear la situación porque detenta tierras en forma irregular, argumentando que con las mensuras judiciales se busca desestabilizar y utilizan jueces venales. Judicializan los casos y estigmatizan a los campesinos pobres, criminalizándolos. Otros vicios legales en los títulos Otra forma viciada de titulación y formalización consiste en la falsificación o sobreposición de títulos cuando de forma intencionada se produce un título inventado, sin base jurídica. Estos títulos falsos son de distinta datación y, en algunos casos, es posible observar las falsificaciones groseras de los títulos originales, pero su producción y uso se han intensificado en las últimas décadas, para cobrar indemnización en el caso de las grandes represas o para obtener créditos. Diversas son las modalidades de falsificación de títulos: algunas están atadas a “fincas con rueditas” que se desplazan de una región a otra y, si bien esa tipología es necesaria a la hora de definir estrategias para encarar el problema, no es posible elaborarla en este artículo. Consecuencias de la situación La existencia de centenares de miles de familias campesinas sin tierras, la concentración 6 escandalosa de tierras con marcada extranjerización y el control de territorios enteros por el dominio sobre propiedades de origen espurio tienen como una de sus consecuencias los conflictos potenciales y actuales que pueden seguir escalando. En estas condiciones la paz social en el campo es simplemente inviable y mientras los mismos empresarios, inspirados en su propio interés, no pongan lo suyo en la búsqueda de soluciones, el conflicto se intensificará. Las alternativas abiertas Si los problemas son complejos –los que se acumulan desde el siglo antepasado–, la solución solo puede pasar por un proceso que involucre a todos los actores: Estado, empresarios, campesinos e indígenas. Todos deberían estar orientados a una concertación social que devuelva la paz social al campo, renunciando un poco a sus propios intereses. El problema principal es sanear los títulos y no solo catastrar; se precisa de un trabajo conjunto entre catastro y registro público. Los problemas de títulos superpuestos o de fincas con títulos viciados podrían sanearse por diversas vías, siendo una de ellas la creación de un fuero agrario, aunque tuviese una duración temporal. La mensura judicial en la que se presentan los títulos y se los discuta judicialmente es una de las alternativas. Si definitivamente el Poder Judicial actual no pone lo suyo para sanear los vicios que ha engendrado, habrá que pensar en una constituyente que lo reconstituya totalmente, desde abajo hasta arriba. tema del mes EL CASO JEJUÍ Recuento de una comunidad con tierra bien habida y mal robada Gregorio Gómez Centurión y Juan Antonio León* © Vida Campesina en Paraguay - J. M. Blanch La colonia agrícola Jejuí fue fundada en el distrito de Lima, San Pedro, por las Ligas Agrarias Cristianas en mayo de 1969 y desmantelada por las fuerzas militares por orden del dictador Alfredo Stroessner en febrero de 1975. A su caída en el 89, se integra la Asociación Campesina San Isidro del Jejuí, iniciando de inmediato la demanda de recuperación de sus tierras. Luego de 23 años de trámites oficiales, logra ganar judicialmente unas 182 hectáreas de su tierra, aun así el Indert se resiste a entregar los títulos de propiedad. Nº 323 - Abril 2012 Origen de la Colonia Jejuí El 15 de mayo de 1969 llegaron al distrito de Lima, Dpto. de San Pedro de Ycuamandyyú, las primeras 15 familias para fundar la Colonia San Isidro del Jejuí. *Gregorio Gómez Centurión: Poeta e investigador de la lengua y la cultura guaraní, antiguo militante de las Ligas Agrarias Cristianas, actual secretario de la Asociación San Isidro del Jejuí. Asesor en Interculturalidad de Alter Vida y el PNCT. Juan Antonio León: Abogado, coordinador adjunto del Centro de Estudios e Investigaciones de Derecho Rural y Reforma Agraria (Ceidra-UC), asesor jurídico del caso Jejuí. 7 A fines del mismo año las familias asentadas en el lugar denominado Ybypé ya sumaban 33 y para mediados de 1970 la Colonia Jejuí estaba conformada por cerca de 60 familias. De esta población, 29 familias decidieron conformar un asentamiento nuclear que adoptó como forma de vida social el sistema comunitario, sustentando su economía en la tenencia y producción asociativa de la tierra. Desde su asentamiento, los campesinos de Jejuí comenzaron a pagar por los lotes que iban ocupando. Como se trataba de una colonia privada, el pago se realizaba a su administradora, la Sra. Emilia Trappani. La suma pagada entre 1969 y 1974 correspondía al precio de al menos 230 hectáreas de tierra. Posterior a la brutal represión a Jejuí, el entonces IBR se subrogó en los derechos de la colonización privada convirtiéndola en oficial, pagando por el inmueble a los sucesores de Domingo Trappani. En la escritura pública de transferencia Nº 274 y por exigencias de la señora Emilia Trappani, el IBR reconoció el pago hecho por los campesinos de Jejuí por sus respectivos lotes. La citada escritura pública sirvió de base a la demanda judicial de Nulidad de Títulos y Obligación de Hacer Escritura Pública, promovida por la Asociación San Isidro, con patrocinio del Ceidra. Una peligrosa experiencia de vida comunitaria Con el apoyo de la Pastoral Social, la Misión de Amistad y los amigos franceses que se solidarizaban con los Hermanitos de Jesús1 se pudo instalar en la comunidad un almacén de consumo, la cría de unas 15 lecheras y un criadero de cerdos. Una huerta de dos hectáreas surtía permanentemente a las familias una importante cantidad de verduras, legumbres y frutas. Para cada actividad se organizaba un grupo de trabajo conformado por todos los hombres, las mujeres, los jóvenes, chicas y muchachos. Los niños y las niñas como parte de sus actividades escolares participaban de las tareas de recolección. 8 Entre los años 1971 y 1975 la comunidad Jejuí se constituyó en el centro de coordinación y extensión de las organizaciones campesinas del Departamento, incluyendo a una parte de la Diócesis de Concepción. La comunidad, igualmente, fue asiento permanente de reunión de los sacerdotes que en aquel tiempo promovían la pastoral campesina, impulsada decididamente por el monseñor Aníbal Maricevich Fleitas, destacado obispo de Concepción durante los difíciles años de la dictadura militar. Represión, dispersión y despojo El sábado 8 de febrero de 1975, a las 04:00, con batallones de asalto bajo el mando del entonces jefe de la Policía stronista, Pastor Coronel, acompañados del Tte. Cnel. José Félix Grau, se inicia la represión a la comunidad de San Isidro del Jejuí. Varios de sus miembros2 – mujeres y varones– fueron torturados y tomados presos por más de cuatro meses en el Departamento de Investigaciones. En aquel momento, al menos unos 600 campesinos de los distritos aledaños3 llenaban las comisarías de la zona o eran mantenidos presos por semanas en la ribera del río Jejuí, donde Pastor Coronel disfrutaba de su amplia casa de verano y de su afición por la tortura y el dolor humano. Los bienes y la infraestructura de la comunidad fueron arrasados en su totalidad por las fuerzas represivas. El despojo sufrido y los daños sufridos se encuentran documentados en el semanario Sendero, vocero de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), en sus ediciones de 1975. Gran parte de los lotes de 20 hectáreas cuyos dueños fueron desalojados y otros que debían ser ocupados por las familias pertenecientes a las Ligas Agrarias quedaron en poder de Ramón Matiauda, sobrino de Alfredo Stroessner. En ocasión del atraco, igualmente fueron tomados presos el monseñor Roland Bordelon, entonces director de Cáritas para América La- tema del mes tina; el Sr. Kevin Kahalan, director de Cáritas Paraguay. Por su parte, el padre Braulio Maciel recibió un balazo en la pierna, entonces era responsable de la Pastoral Rural y miembro de la Comunidad Jejuí. Cuestión que luego fue transformada en una solicitud de recuperación de las 230 hectáreas pagadas al IBR entre los años de 1969 y 1975, no así los cuantiosos daños sufridos durante la represión y el desalojo. Varios lotes del lugar eran todavía fiscales, propiedad del IBR. Informe de Hugo Halley Merlo “al Sr. Presidente” En informe de fecha 19 de febrero de 1975 elevado a su jefe Juan Manuel Frutos –en esa época presidente del Instituto de Bienestar Rural (IBR)–, el ingeniero Hugo Halley Merlo y Gustavo Edgar Carlés, citando como fuente al Tte. Cnel. Grau, expresa textualmente: “Existen aproximadamente 200 núcleos similares al intervenido en Ybypé, en distintas etapas de desarrollo y en distintos puntos de II Dpto. De los 200, 164 se encuentran en etapa de consolidación”.4 Una vez más, el Ing. Hugo Halley Merlo, entonces presidente del IBR, en el año 1994, ignorando los seis años de intensas gestiones ante su propia administración, adjudica irregularmente las tierras fiscales reclamadas a Mario Pablo Velilla y Flora Teresa Rivarola de Velilla, empresarios de una conocida financiera, declarándolos como sujetos de la reforma agraria en un acto de demostración de poder y desprecio a los legítimos derechos conculcados por la dictadura. La dictadura temía al sistema comunitario planteado por las Ligas Agrarias, quizá porque veían que el mismo podría resquebrajar el método de control y opresión de las masas, instalado en todo el país, a través de la trilogía Partido Colorado, Gobierno y Fuerzas Armadas. El miedo a la reflexión, a la práctica de la reciprocidad, a la fraternidad y al simple cumplimiento de la ley se evidencia precisamente en ese segundo5 informe de fecha 19 de febrero del 75 escrito por Hugo Halley Merlo y su compañero para justificar el atropello a Jejuí y su zona de influencia, una semana antes. En realidad San Isidro del Jejuí no sólo fue escuela de formación de líderes al interior de su propia comunidad, fue igualmente la base desde la cual se impulsó la extensión de la organización campesina en gran parte de San Pedro y Concepción. Reorganización, reclamo, reocupación y dos violentos desalojos En abril de 1989 los sobrevivientes y herederos de Jejuí, en el antiguo asiento de la comunidad fundaron la Asociación Campesina San Isidro del Jejuí e iniciaron trámites administrativos, reclamando daños y perjuicios al Estado. Nº 323 - Abril 2012 Recién en el año 1999 la Asociación Campesina Jejuí se entera de la maniobra realizada por el pyrague Halley Merlo, y asesorada desde su creación por el Ceidra, dependiente de la Universidad Católica, recurre a la justicia promoviendo demanda de nulidad de títulos y obligación de hacer escritura pública contra el ex IBR hoy Indert y contra los nuevos titulares, los esposos Rivarola-Velilla. Ante la rastrera actitud de Halley Merlo, en fecha 24 de junio de 1999, los indignados pobladores de Jejuí reocupan parte de su antiguo lugar con cinco familias miembros de la inicial colonia desmantelada en 1975. Lo hace a 10 años de intensas e infructuosas gestiones ante el IBR, comunicándole con anticipación la vía de hecho asumido. Entre julio y agosto del año 1999 los esposos Rivarola-Velilla logran el violento desalojo de las cinco familias, por la vía de la demanda de invasión de propiedad privada, rápidamente atendida por fiscales de San Pedro. Estos actos brutales en tiempos de la “transición democrática” devolvieron a la memoria de los Jejuigua las tristes escenas vividas en 1975. Las casas fueron desmanteladas a mazazos y fue quemado un rústico altar levantado frente al galpón principal. Esto no amilanó el espíritu de las cinco familias, volviendo a reocupar el inmueble. Para evitar otro atropello fiscal-policial, los abogados del 9 Ceidra ya habían solicitado medidas cautelares de prohibición de innovar de hecho y derecho sobre el inmueble, acción que desactivó la intención de desalojo, hasta la fecha. Sentencia definitiva incumplida por sucesivos titulares del Indert En junio de 2005, después de 11 años de gestiones el Juzgado de 1ra Instancia en lo Civil y Comercial del Segundo turno, a cargo del juez Dr. Silvino Delvalle, dicta la Sentencia Definitiva Nº 285/05, reconociendo los legítimos derechos de la Asociación Jejuí. Esta resolución fue apelada por los Rivarola-Velilla y el Indert. Ya en segunda instancia, y debido a la excesiva dilación de los apelantes, los abogados del Ceidra demandan caducidad de instancia, cuestión que fue rechazada por el Tribunal de Apelación, Segunda Sala, a través del A.I. Nº 653 de fecha 15 de septiembre de 2006. Ante este revés se recurrió a la Corte Suprema de Justicia solicitando que la resolución recaída en Segunda Instancia sea revisada. La Corte Suprema finalmente dicta el A.I. Nº 270 de marzo de 2009, dando razón a los argumentos esgrimidos por los abogados del Ceidra y de esta manera la Sentencia Definitiva de Primera Instancia se convierte en autoridad de cosa juzgada, vale decir, sin posibilidad de ser revisada. De inmediato se solicita la ejecución de la S.D. y el Juzgado, por providencia de fecha 16 de junio del 2010, ordena el desalojo de los RivarolaVelilla del inmueble y otras personas vinculadas a ellos. Asimismo, intima al presidente del Indert po el plazo perentorio de diez días, a realizar la titulación de los lotes ganados a nombre de la Asociación Jejuí. Sus sucesivos administradores de turno no pueden dar cumplimiento a la sentencia debido a la mafia que domina las decisiones en la entidad desde tiempos inmemoriales. Temeroso de ir preso, el ex presidente de la entidad estatal, Ing. Eugenio Alonso, logra adjudicar 131 hectáreas a la Asociación, a pesar de los operadores mafiosos que actúan en las luces y sombras del Indert. Esta resolución fue recha10 zada por la Asociación por no cumplir a cabalidad la orden judicial. Finalmente y con el actual presidente del Indert, Marciano Barreto, se logra aumentar la primera adjudicación a unas 182 hectáreas, por Resolución Nº 1472/11. Este administrador tampoco cumple la orden judicial, aunque las presiones lo tambalean de vez en cuando. Como una forma de enfrentar a esa mafia del Indert, se tuvo que organizar varias acciones entre las que se cuentan: a) Manifestación bajo carpas y pasacalles frente a la propiedad reclamada en septiembre de 2010; b) Sentata acompañada de canto y poesía durante cuatro días en el patio del Indert, también en septiembre de 2010; c) En julio de 2011 se solicita al juez de la causa, Dr. Silvino Delvalle, reitere intimación al presidente del Indert, bajo apercibimiento de ser imputado por obstrucción a la justicia. La última acción que tuvo impacto nacional e internacional a través de los medios de comunicación fue la denominada “Manifestación entre uno”, realizada frente al Palacio de Los López el 27de diciembre de 2011. Al día siguiente, presurosamente, Marciano Barreto convoca a los Directivos de Jejuí y pomposamente firma el Título Definitivo N° 213.924. Sin embargo, no se ha entregado el título y no se sabe cuándo se hará. ¿Habrá de convertirse el mismo en un “Título Definitivamente” mentiroso? ¡¡Algo aparecerá como forma de seguir presionando!! Dado que el Indert funciona a leña, se mantiene viva la esperanza. 1 Un sacerdote y dos hermanos pertenecientes a la Congregación Católica “Hermanitos de Jesús” hacían parte de la experiencia comunitaria. 2 Cleto Benítez, Carlos Fretes, Cristina Olazar, Francisco Melgarejo, Modesta Ferreira, Adoración Ferreira, padre Braulio Maciel y Antonio Vera (de 15 años) fueron traídos a Investigaciones. 3 Distrito de 25 de Diciembre, San Estanislao, Liberación, Lima, Mbutuy, zona de Korõrõ, entre otros. Según informe de Halley Merlo y Carlés de fecha 19 de febrero de 1975. 4 Archivo del Terror. 5 El primer informe fue escrito por los mismos Halley Merlo y Carlés en fecha 17 de febrero de 1975. tema del mes El empantanamiento de los procesos judiciales para la recuperación de las tierras mal habidas Digno Efigenio Brítez Pérez* El empantanamiento de los procesos judiciales para la recuperación de las tierras irregularmente adjudicadas o mal habidas o ilícitamente tituladas tiene sobrada explicación de tipo tanto jurídico-legal como político, pero no nos vamos a explayar sobre la última. La falta de cambio estructural, de un profundo cambio en la sociedad que implique una transformación también profunda y adecuada de la estructura agraria mediante política estatal en relación al régimen de tenencia de la tierra agraria, desde luego, del régimen de tenencia de la propiedad inmobiliaria, el mercadeo, el sistema crediticio e inclusive de todos aquellos servicios que el Estado debe prestar al agricultor, a las infraestructuras vinculadas a las áreas rurales, de cambios fundamentales en las instituciones jurídicas agrarias relativas al régimen legal de la tenencia, el derecho al acceso a la tierra y en la división de la misma, es la causa esencial, tengo entendido, de cualquier problema de la tierra y las soluciones del caso en nuestro país, pues se trata de un país agrícola-ganadero y mediterrá- *Abogado, con especialidad en derecho agrario. Nº 323 - Abril 2012 11 neo. Somos un país del interior, del continente, y, como tal, deberíamos proyectar y promulgar nuestras leyes que las deberíamos cumplir todos sin excepción. y quien tiene más dinero es quien siempre sale ganando, tal como ocurre por la corruptela generalizada y la impunidad reinantes en todos los estratos de la sociedad. Bien, volviendo al punto del estancamiento del trámite en el ámbito judicial de los juicios para recuperar las tierras irregularmente adjudicadas se debe, según entiendo, al principal obstáculo que es el de carácter jurídico, que sirve de fundamento a la actual estructura y organización de la propiedad rural, y estriba no sólo en la ley misma que mantiene este estado de cosas, como por ejemplo el procedimiento, el proceso, el juicio, mejor dicho, la demanda que se rige por el procedimiento civil (Código Procesal Civil y por el Código Civil), leyes de fondo y de forma, que es la jurisdicción civil y comercial del sistema jurídico positivo del país. Todo este problema de empantanamiento, o como se lo quiera llamar, es consecuencia o efecto de una causa que ya señalamos, la falta o inexistencia del fuero agrario en nuestro sistema jurídico positivo y su condicionamiento absurdo a la jurisdicción civil, dado que el derecho agrario es un derecho especial porque sus normas se refieren a un sector importante de la sociedad, a las personas que se dedican como actividad específica a la agropecuaria. ¿Por qué? Sencillo. Porque el derecho agrario está anclado en el Derecho Civil. No constituye un derecho autónomo. En nuestro país no existe el fuero agrario como existe, por ejemplo, la jurisdicción del trabajo con el Código del Trabajo, Código Procesal del Trabajo, amén de los juzgados, tribunales y Corte, donde se llevan a cabo todo lo relacionado al trabajador, la patronal, etc. Y como no tenemos un fuero agrario donde reclamar y resolver estos tipos de problemas de carácter agrario, nos vemos forzados a recurrir a la jurisdicción civil, donde las demandas tienen los plazos largos que son para el derecho civil de la gente y no para el derecho agrario del campesino agricultor, etc. Para comenzar nomás, en nuestro caso, se tiene que buscar anular el título de propiedad de los propietarios adjudicados por la institución agraria, estamos hablando de las tierras irregularmente adjudicadas, y la cancelación de la inscripción de la finca a ser anulada en la Dirección General de los Registros Públicos por vía judicial, vía demanda civil y comercial, que consiste en un juicio ordinario largo, hay que agotar tres instancias, con plazos largos, engorroso, dilatorio (dilatante) y lleno de argucias legaloides que insumen largos años de duración, implicando un estado de cosas de nunca acabar, de donde no se sale más, amén de costoso, 12 En ese sentido el derecho agrario busca la transformación de la sociedad y promueve el cambio de estructuras fundamentales que la conforman. Es un derecho transformador donde la tierra no es un factor pasivo sino activo, dinámico, de cambio, de trabajo, de producción, de alimentación, de cultura, económico etc. Es un derecho social, en que debe destacarse el interés social que inspira sus normas y sus principios. Es un derecho tuitivo o de protección porque busca la protección de un importante sector de la sociedad que habrá de revertir el fruto a la sociedad entera dado que somos un país de agricultura y ganadería. Dicho carácter adquiere singular relevancia e importancia en un país como el nuestro, el Paraguay. No hay vuelta que dar. Somos un pueblo campesino culto y trabajador pero con muy poca cultura de proyección urbana, y a la prueba me remito, ejemplo, nuestra tan querida capital de la República del Paraguay, Asunción, la tienen abandonada, hedionda por la suciedad de las basuras en sus calles, producto de la dejadez de los intendentes de turno, uno peor que otro. Es un derecho que debe tener una autonomía si bien no absoluta, hubiera sido importante por su carácter especial, legislativo, consistente en la creación de leyes o cuerpo de leyes que reglen orgánicamente la materia agraria. Si bien no estamos en el estudio del derecho agrario sino en el porqué no se recuperan las tierras mal habidas a muchos años de haber- tema del mes se iniciado las demandas correspondientes por la Procuraduría General del Estado, señalamos nada más la importancia del derecho agrario y el poco interés que presta el Poder Judicial a las demandas judiciales civiles. La Constitución de la República, Parte I, De las Declaraciones Fundamentales, De los Derechos, De los Deberes y de las Garantías, Título De las Declaraciones Fundamentales (Art. 1. De la forma del Estado y de Gobierno), textualmente, señala entre otras cosas: “La República del Paraguay...//...Se constituye en Estado social de derecho,..//..)”, no entraremos a analizar si la forma adoptada fue acertada o no pero sí debemos dejar bien claro que el precepto constitucional está vigente, que se está obligado a conducirse dentro de ese marco jurídico, legal y social como lo exigen las disposiciones de la máxima ley (Arts. 1, 109, 114, 115, 116, 176, 177, 178, 181, 257 y demás concordantes y leyes positivas reguladoras), que la propiedad de la tierra rural está garantizada siempre y cuando cumpla su función económica y social, pero en el mismo Estatuto Agrario (Ley 1863/02 y modificatorias) define como un punto netamente técnico lo que se entiende como social. En efecto, los Arts. 3, 4, 5, 6 y 7 de la mencionada ley ni hacen mención de la disposición, para mi, importantísima, dado que el Estatuto Agrario y todas sus modificatorias son las que reglamentan el tópico pero que, ante este hecho inexplicable, el Art. 116 de la Constitución de la República define la función social de la tierra cuando trata “De los latifundios improductivos” (Capítulo IX, De los Derechos Económicos y de la Reforma Agraria, Sección I, De los Derechos Económicos, Sección II, De la Reforma Agraria). Igualmente, como este caso, todo lo social que acompaña a la función de la tierra para su garantía en el marco de la ley queda colgado sin entenderse o, mejor dicho, sin tenerse en cuenta, y, por otro lado, la institución de la reversión de la tierra, que si bien está señalada en el Estatuto Agrario (Arts. 54, 93 y 111), no surte el efecto legal esperado por lo relativo que resulta tan importante figura en el ámbito rural y sus beneficiarios directos, los campesinos agricultores. Nº 323 - Abril 2012 Correspondería, tengo entendido, al Congreso el tratamiento de esta importante institución agraria para la recuperación de las tierras mal habidas de manos de no beneficiarios y convertirla en ley de manera que, constatada la situación, sentencia judicial de por medio, sumariamente, declare extinguido el dominio de las propiedades rurales y de los bienes adquiridos en perjuicio del tesoro público que conlleven grave deterioro de la moral social, cancelando la inscripción de todos, deviniendo en forma inmediata la reversión de las tierras a favor del Estado. Por último, reiterando, para todos y cada uno de los problemas del derecho agrario es necesaria la creación del fuero agrario, y su autonomía jurídica, como bien lo señala Pérez Llana, “es aquella que se reconoce doctrinariamente y que se encuentra en una rama del derecho y que tiene personería propia en virtud de esta circunstancia: a) un hecho técnico, propio y singular; b) transcendencia y generalidad de ese hecho; c) existencia de normas jurídicas y orgánicas reguladora del hecho técnico”. Se empantanan por esto y por otras causas más. Consultas Constitución de la República del Paraguay. Sancionada y promulgada el 20 de junio de 1992, Índice analítico. Dr. Antonio Tellechea Solís, Concordancias. Dr. Luis Lezcano Claude. La Ley Paraguaya, Edit. Diciembre de 1992, Imprenta Salesiana, Tte. Fariña 1295 c/Cap. Figari, Tel.: 222-303. Manual de Programa Derecho Rural, Facultad de Ciencias Jurídicas, Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”. Estatuto Agrario, comentado (Ley Nº 1863/02 y modificatoriasDigno Efigenio Brítez Pérez) La Propiedad, Ensayos, Editorial Juricentro. 1983. 13 Los desplazados Bartomeu Melià, sj Dos órdenes de factores, que dibujan con rasgos duros y sombríos el cuadro del Paraguay, son los que se refieren a la concentración de la tenencia de tierra y los pobres desplazados. Esas dos categorías se presentan por separado, pero no son independientes entre sí. Una vez puestas en relación dan lugar a una imagen nueva de la migración interna paraguaya. El Paraguay se puede definir como una sociedad de desplazados. Concentración en la tenencia de la tierra Este corto ensayo se basa fundamentalmente en los datos que ofrecía la STP como aportes al diálogo nacional a principios de este año 2012, bajo el título de Situación económica, social y ambiental en Paraguay. Para la FAO el Paraguay es el país del mundo donde se da la mayor concentración de tierra en manos de pocos. Esto ha sido posible debido a una infortunada y torpe venta de tierras después de la Guerra de 1870, por la cual el futuro del Paraguay quedaba hipotecado en muchos aspectos, pero sobre todo por la entrega de sus mejores tierras en manos extranjeras no residentes en este país. La posesión de esos enormes latifundios se prolongó hasta apenas un pasado no lejano: La Industrial Paraguaya, la firma Casado, Barthe, etc. Pero en tiempos más recientes, el régimen dictatorial de Alfredo Stroessner adjudicó entre 1954 y 2003 nada menos que 7.851.295 ha (el 19% del territorio nacional) a quienes no podían ni debían ser beneficiarios del Estatuto Agrario, lo cual dio como resultado una Reforma Agraria al revés que facilitó la concentración de tierras para los allegados del régimen y mayor empobrecimiento para los pobres. Entre 1991 y 2008 la superficie cultivable aumentó en cerca de 35% (8.709.338 ha más), 14 siendo que la expansión se dio sobre todo en Chaco. Naturalmente a costa de territorios indígenas, cuyas áreas ya les habían sido usurpadas por medidas anteriores en contra de su voluntad y sin la menor consulta. En este periodo, el total de las fincas rurales se redujo en un 5, 7%. La reducción afectó sobre todo a las fincas de menos de 20 ha, donde se da la agricultura familiar campesina. Esas pequeñas fincas en 2008 habían tenido una reducción de 17,3% , pero también las medianas habían disminuido en 36,7%. Pero he aquí que las fincas de 500 ha y más aumentaron en 5,9% y las de 100 a 500 ha todavía mucho más en un 34,8%. La oposición latifundio-minifundio queda cada día más pronunciada. El 83% de las fincas (unas 242.000) posee menos de 20 ha, ocupando solamente el 4,1% de la superficie agropecuaria; y peor aún, las fincas con menos de 5 ha representan el 41% del total (unas 118.000) y ocupan el 0,7%. Por su parte, las fincas de 500 ha y más representan el 2,5% (unas 7.500) ocupando el 85% de la tierra agropecuaria del país. Los censos más recientes ofrecerían cifras semejantes, si bien la concentración ha aumentado. Es decir que un reducido número de personas, que cabrían en un pequeño barrio asunceño, son los dueños absolutos del Paraguay. Con respecto a la distribución de la superficie por estratos, las fincas de 500 ha y más pasaron a disponer en 2008 de un 43,6% más tema del mes agrava la situación. En la Región Oriental y precisamente en las áreas que contaban hasta principios del siglo XXI con una superficie boscosa considerable aumentó la deforestación, que se intensificó a partir del Tratado de Itaipú en 1973 y en los últimos años ha llegado a extremos escandalosos e inmorales. El Paraguay ha dejado de ser un país verde; en pocos años nadie puede reconocer ya la cara de su madre tierra. de territorio que en 1991 (8.428.002 ha más); las propiedades de 100 ha a menos de 500 ha dispusieron de un 42,1% más de superficie total (680.990 ha más). Por el contrario, las propiedades de entre 5 y menos de 20 ha vieron reducida su superficie total en un 18,2% (135.377 ha menos); mientras la superficie total ocupada por las fincas medianas disminuyó en un 36,3% (280.986 ha menos). Téngase presente que para mayor confusión no existe un registro unificado de la propiedad rural; es decir no se tiene un catastro definido. Este hecho dificulta una Reforma Agraria razonable. Si en los años 1950 se hablaba del Paraguay como “tierra sin hombres y hombres sin tierra”, ahora hay que decir “mucha tierra para pocos, poca tierra para muchos”. La degradación ambiental La concentración en la tenencia de tierra es en la actualidad condición y causa de la degradación ambiental, que a su vez produce expulsión y rechazo de amplios estratos poblacionales. La concentración de por sí no tiene necesariamente ese efecto, pero el uso de la tierra centrado en cultivos, como la soja y el maíz, que por añadidura, en el caso de Paraguay, son de tipo transgénico en su casi totalidad, con todo lo que ello supone de toxicidad en su origen y en su manejo Nº 15 323 - Abril 2012 Si la deforestación es la causa, la degradación de los suelos es su efecto más inmediato. El 73% de la superficie del país está seriamente degradada –nivel alto de degradación 15%; nivel medio 58%–. La desertificación de amplias áreas avanza. Los beneficios monetarios de la producción están lejos de resarcir los daños de la deforestación y consecuente degradación de los suelos. Hacen parte del mismo cuadro la contaminación ambiental y la amenaza contra las especies animales y vegetales y su misma extinción. Si esto sigue así, se volverá cada vez más difícil que usted escuche el pájaro campana y el picaflor usted lo podrá ver solamente en parques naturales protegidos y en barrios urbanos ricos, con plazas y jardines bien cuidados. No se puede olvidar que la vanagloria de los “grandes productores rurales” que proclaman que el Paraguay es el cuarto país con mayor producción de soja, ocultan que su tributación al Estado es prácticamente nula y éste tiene que valerse y sustentarse de los impuestos que gravan el consumo: esa misma población que compra y consume, y a la que ni las políticas públicas ni privadas le brindan el acceso a la tierra para producir. Estos breves datos, que en realidad son apenas parte de un conjunto mayor –que la brevedad de estas líneas no permite transcribir extensamente– tienen lúgubres consecuencias sobre la población, inconsciente ella misma a veces de que su situación de pobreza provenga de esas causas. Los desplazados Según la Encuesta Permanente de Hogares de 2010 (Dirección General de Encuestas, Es15 Distribución de bosques en la Región Oriental del Paraguay Fuente: STP (2011) Plan Marco de Desarrollo y Ordenamiento Territorial en Paraguay, p. 53. tadísticas y Censos DGEEC) el Paraguay cuenta con una población total de 6.381.940 personas. La población indígena se estimaba en 2008 en 108.600 personas, repartidas en 572 comunida16 des. La densidad de la población es de apenas 14,5% por km2. Un país que era eminentemente rural muestra ahora, sin embargo, un acentuado éxodo hacia 16 tema del mes los centros urbanos, que acogen ya un 59% de la población. ¿A qué se debe esta migración interna? Una explicación psicosocial podría ser que el ambiente rural no satisface ya las necesidades de la población en cuanto a acceso a puestos de trabajo y a educación escolar; a comunicación y transporte; a atención sanitaria y administrativa; a oportunidades culturales o incluso a lugares de diversión. La “campaña”, sudamericanismo por ambiente rural, es conceptuada, por quienes la abandonan, como desierto de oportunidades. La desertificación cultural del país es un hecho. Pero después de lo que se ha escrito arriba sobre la concentración de tierras y la trasformación ambiental hay que incluir como factor de migración la degradación de la calidad de vida. Elementos que podían mantener a la población en un sano equilibrio de vida han desaparecido. Con la presión los campesinos han vendido sus tierras, las aguas de que se servían ya no son potables; en la cercanía de los campos donde se usan agrotóxicos y pesticidas en cantidad, el medio ambiente se vuelve hostil y las oportunidades de trabajo quedan anuladas, pues el agronegocio necesita escasa mano de obra. La migración poco depende de la propia voluntad: se convierte en un desplazamiento obligado. Hay diferencia entre migrantes y desplazados. En el migrante hay una cierta libertad de elección, en el desplazado hay coersión. En calidad de desplazada, la persona o la familia es expulsada de un tekoha, del “lugar donde se es lo que se es”, un lugar que sostenía su modo de ser, ligado a una memoria social y cultural, a un paisaje y a una convivencia de vecinos, a un trabajo habitual, a formas de vida que le hacen sentir bien. El desplazado tendrá mucha dificultad en rehacer su teko, su modo de ser, su costumbre. Esta categoría de desplazados es una nueva realidad a nivel mundial como lo hace ver Oriol Solà Pardell en su estudio Desplazados medioambientales (Bilbao: Universidad de Deusto, 2012) que se está aplicando cada vez Nº 323 - Abril 2012 más a determinados tipos de migrantes y se adecua bien a la realidad paraguaya. “La nueva figura del desplazado socioambiental es la persona o grupo de personas que a causa de los repentinos o progresivos cambios en el medio ambiente, que afectan de forma negativa sus condiciones de vida, se ven obligadas a dejar sus hogares” (p.106). Las transformaciones negativas e injustas de un atrasado modelo productivo que necesita destruir a las personas y a las sociedades para funcionar no puede llamarse progreso. Un desplazado no es pobre sin más, sino un pobre empobrecido, producto defectuoso de las fábricas de pobreza. La superación de la pobreza, un desafío para el Estado paraguayo, debe enfrentar de manera seria esa forma particular de la pobreza de los desplazados, que no es una cuestión sólo económica sino de derechos humanos. La cuestión de los desplazados no es nueva en Paraguay y se origina al mismo tiempo que se instaló aquí el sistema colonial. Domingo Martínez de Irala ya percibió muy claramente que redundaba en disminución de productividad la usurpación del tekohá cuando decía que a los guaraníes “nadie puede estorbarles ni en sus tierras, campos, pastos, cazas, pesquerías, asientos de pueblos y términos que ellos tienen y han tenido por uso y costumbre [...]” (Ordenanzas de Irala 1556). Pocos años después hay voces de alerta contra una ganadería abusiva y agresiva: “Las vacas hacen daño a las rozas y labranzas de los indios comarcanos de esta ciudad, que es causa padezcan grandes necesidades y hambres, y desamparen sus asientos y se vayan a partes remotas…” (Ordenanza de Juan de Garay del 17 de octubre de 1578). Sin embargo, la sustitución de espacios físicos y culturales se sigue practicando hasta hoy, con los mismos nefastos efectos de personas desplazadas y empobrecidas. 17 El proceso de deforestación en Paraguay Fuente: STP (2011) Plan Marco de Desarrollo y Ordenamiento Territorial en Paraguay, p. 87. 18 tema del mes Discurso mediático y justificación de la desigualdad social Arístides Ortiz* La desigualdad social es hija de una estructura de poder que excluye a las mayorías sociales de los recursos materiales y simbólicos de una sociedad. Los grandes medios de comunicación, pilares de aquella estructura, justifican con su discurso la base de la desigualdad: la tenencia y el uso de la tierra en pocas manos. Los medios de comunicación suelen llegar a consensos respecto del tratamiento informativo sobre determinados temas del país. Uno de esos consensos se desata cuando la estructura de propiedad y uso de la tierra genera conflictos sociales protagonizados por los que son excluidos: los campesinos sin tierra. Los casos en los que los grandes medios empresariales desarrollaron campañas mediáticas sobre ocupaciones de tierras o proyectos de expropiación de latifundios son incontables. Aquí narraré solamentedos casos simbólicos que ilustrarán los hechos, para luego analizar el discurso mediático con los que fueron tratados. Son casos en los que los medios derramaron miles de litros de tinta, de imágenes y de sonido hacia una sola dirección. * Periodista. Coordinador del área de Comunicación de la Televisión Pública de Paraguay. Socio fundador de la Cooperativa AtyCom de comunicación social y del Periódico E’a. Miembro del Sindicato de Periodistas del Paraguay. Nº 323 - Abril 2012 19 Las tierras para Moon Tal vez la memoria de este país no recuerde una campaña informativa más larga que la desatada por el diario ABC Color, principalmente, y los demás medios escritos, radiales y televisivos contra la reivindicación de los pobladores del municipio de Puerto Casado por la expropiación de 52.000 hectáreas de tierras pertenecientes a la secta del reverendo coreano Moon. Éste había comprado 585.000 hectáreas de la empresa Carlos Casado SA. La venta incluyó, aunque parezca mentira, la ciudad y los habitantes del municipio de Puerto Casado, de alrededor de 5.000 personas. Como respuesta a esta venta, los pobladores de Casado se organizaron y reclamaron, con marchas y manifestaciones, la expropiación de las tierras sobre las que está asentada la ciudad. El Congreso expropió las tierras el 4 de agosto de 2005. La campaña mediática contra la expropiación, sin embargo, se desarrolló en todo el 2005 y el 2006. Las publicaciones están en los archivos. Las tierras para Tranquilo Favero En agosto del 2011 emergió un antiguo reclamo de los campesinos sin tierra del distrito de Ñacunday, Departamento de Alto Paraná: que las 67.000 hectáreas de esta zona sobre las que presenta título de propiedad el agroexportador brasileño Tranquilo Favero serían tierras fiscales. Basados en esta presunción, los campesinos aglutinados en la Liga Nacional de Carperos ocuparon las tierras reclamadas. Desde aquella ocupación de agosto los grandes medios de comunicación comerciales, con uniformidad, iniciaron una campaña mediática contra los campesinos ocupantes. La campaña continúa hasta hoy. La presentación informativa Los protagonistas de ambos hechos generados por la problemática de la tierra fueron interpretados y presentados informativamente por los medios de la siguiente forma: los campesinos de Ñacunday y los habitantes del municipio chaqueño de Puerto Casado “violan” la propie- 20 dad privada, son “violentos” y sus dirigentes son “delincuentes”. Son campesinos “haraganes” que tenían tierras pero que las vendieron. En contrapartida, los que fungen de propietarios de las tierras en disputa son empresarios “trabajadores” que “invierten” y“generan fuentes de trabajo” en el país e “ingresan recursos” al Estado pagando sus impuestos. Ambos son sujetos binarios, polarizados: uno es un buen ciudadano, el otro es malo. El hecho en sí, la disputa por las tierras, es un acto ilegal, ilegítimo, de una de las partes, puesto que viola un principio constitucional, el de la propiedad privada. Por eso se califica el acto de “invasión”. La des-contextualización Tanto los hechos como sus protagonistas son presentados fuera de la estructura social vigente en el país. Son tomados como individuos aislados, tratados solamente en base a sus supuestas cualidades morales. Así, el campesino que ocupa una propiedad no es resultado lógico de la concentración de la propiedad de la tierra, que señala que el 2,6% de los propietarios de fincas agrícolas es dueña del 85,6% de las tierras cultivables; no es producto de un modelo agroexportador que expulsa campesinos del campo a la ciudad y de un Estado que lo abandona a su suerte. En contrapartida, el propietario de las tierras no vive en un país, como el Paraguay, donde la presión tributaria apenas alcanza el 12% y el régimen oligárquico de décadas ha construido un Estado cuyo sistema impositivo exonera de impuestos al agroexportador y al latifundista. Pero aunque los medios publiquen datos e informaciones que contextualicen el país en el que vivimos, como las causas profundas de la pobreza, estas son unas gotas en el mar que son naturalizados como una realidad inamovible, inmanentes. Los hechos en sí, la disputa por las tierras, no son considerados un conflicto social que emerge de una estructura social desigual expresada en millones de pobres; son considerados como violaciones, o no, de la propiedad privada, un hecho protagonizado por delincuentes e inocentes. tema del mes Estructura de poder, medios y legitimación Los medios de comunicación, con su discurso, sacan a los protagonistas del conflicto por la tierra de la estructura social vigente en la que viven; una estructura donde la desigualdad se expresa en extremos pobres y ricos, informados y desinformados, educados y no educados, alimentados y hambrientos, latifundistas y sin tierras. Una estructura social cuya base de bienestar o malestar es el acceso o no a la economía agraria. Una vez que saca a los sujetos de los que informa de su contexto social, los medios toman una posición a favor de una de las partes (el agroexportador, latifundista, empresario agrícola) en disputa criminalizando a la otra (el campesino sin tierra, el ocupante). Un posicionamiento discursivo natural, puesto que los propietarios de los grandes medios forman parte de la estructura de poder que se sostiene en el modelo colonial-agroexportador, causa profunda de la histórica desigualdad social del Paraguay. Un discurso, el de los medios, que legitima la concentración de poder en los miembros de una clase social y justifica la desigualdad que ella genera y que padece la gran mayoría de los paraguayos y paraguayas. Nº 323 - Abril 2012 21 ¿Será que el llanto se vuelva canto? Deuda histórica de la Itaipú Binacional con los avá guaraní paranaenses Enrique Gaska, SVD* En 1995, escribí en la revista Acción, Nº 157, con el título “Del canto al llanto”, sobre la situación de las comunidades indígenas afectadas por la represa de Itaipú. Han pasado casi dos décadas y algunos cuantos gobiernos de turno, sin embargo la “piedra que canta” – Itaipú – sigue siendo la “piedra que llora” por la deuda histórica de la Itaipú Binacional con los Avá Guaraní Paranaenses. Han pasado más que tres décadas desde que los miembros de las treinta y seis comunidades indígenas Avá Guaraní fueron sacados de sus territorios tradicionales y nunca adecuadamente reasentados ni indemnizados, como establecen las leyes nacionales y los tratados internacionales. Algunos de los afectados tuvieron que ubicarse en pequeñas comunidades como las de Kirito o Jukyry; otros fueron absorbidos por las comunidades indígenas vecinas de la zona; sin embargo, la mayoría de los afectados todavía no fue adjudicada con las nuevas tierras por el despojo de su territorio tradicional que legalmente les pertenecen hasta el día de hoy. Hasta la fecha los Avá Guaraní Paranaenses confirman la tragedia que han vivido y están decididos a exigir resarcimiento y recuperar parte de sus territorios *Coordinador adjunto de la Coordinación de Pastoral Indígena (CONAPI), órgano de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP). 22 tema del mes tradicionales. Esperan que el gobierno del presidente Fernando Lugo apoye sus justas reivindicaciones territoriales. Existen numerosos estudios antropológicos sobre la milenaria existencia de los pueblos indígenas en la margen derecha del río Paraná, en la zona de influencia de Itaipú, que demuestran que la zona fue habitada no solamente desde tiempos remotos antes de la llegada de los españoles sino también antes del embalse. El hábitat tradicional de los Avá Guaraní era un extenso territorio que se extendía desde la cordillera de Mbaracayú hasta Hernandarias, Alto Paraná, formando un triángulo que al este limita con el río Acaray hasta su confluencia con el río Paraná. El despojo de su territorio tradicional y consecuentemente su genocidio comenzaron ya en la época colonial. Según Melià, en los tiempos de los primeros contactos con los europeos tenía fundamento serio la hipótesis de que en América había 1.500.000 y hasta 2.000.000 de guaraníes (Melià, 1991:16). El despojo en tiempos modernos de los indígenas Avá Guaraní se dio con el Tratado de Itaipú Binacional del 26 de abril de 1973, que fue aprobado y ratificado en nuestro país por la Ley Nº 389/73. El 20 de julio del año 1979 fue promulgada la Ley Nº 752 que expropió 165.000 hectáreas de tierras por razones de utilidad pública. Con dicha ley las comunidades Avá Guaraní que habitaban a lo largo de la ribera del río Paraná debían abandonar sus tierras a ser inundadas. La Ley 752 no tuvo en cuenta el Convenio 107 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el cual fue ratificado por nuestro país en el año 1968 por la Ley N° 63. Esta ley establece en su Art. 12, parte II: “No deberá trasladarse a las poblaciones en cuestión de sus territorios habituales sin su libre consentimiento, salvo por razones previstas por la Legislación Nacional relativa a la seguridad nacional, el desarrollo económico del país,… las comunidades trasladadas deberán recibir tierras de calidad por lo menos igual a la de las que ocupaban anteriormente y que les permitan subvenir a sus necesidades y garantizar su desarrollo futuro”, Art. 12.2. Nº 323 - Abril 2012 El Estado paraguayo a través de sus representantes, Ing. Enzo Debernardi, director general adjunto de la Itaipú, y Dr. Antonio Colmán Rodríguez, director jurídico de dicha institución, hizo caso omiso de los reclamos de las organizaciones indígenas e indigenistas como Asociación de Parcialidades Indígenas (API), Asociación Indigenista del Paraguay (AIP) y Equipo Nacional de Misiones de la Conferencia Episcopal Paraguaya (ENM). Representantes de dichas organizaciones en sus cartas indicaban al Estado paraguayo las violaciones de los derechos de los pueblos indígenas que el Estado se comprometió cumplir con la Ley 63/68, que ratifica el Convenio 107 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) (ENM, 1981: 189-209). El número de las comunidades afectadas por la Itaipú oscila entre 7 comunidades con 234 familias, según la Secretaría Técnica de Planificación, a 36 comunidades con 543 familias, según recientes estudios realizados por Mariblanca Barón. Las comunidades afectadas por la Itaipú tendrían que haber sido relocalizadas en cuatro asentamientos: 1) Kirito, con una superficie de 1.012 has para 40 familias, tierras adquiridas por la CEP; 2) Jukyry, con una extensión de 2.000 has para 61 familias, tierras asignadas por el IBR; 3) Colonia Itabó, con 1.300 has para 62 familias, tierras adquiridas por la Itaipú; y 4) Colonia Limoy, con 1.000 has para 50 familias, tierras adquiridas por la Itaipú (ENM, 1981:196205; Gaska, 1995, 16-19). El mismo proyecto de reasentamiento no contemplaba ni siquiera todas las familias afectadas por la empresa según los datos de la Itaipú, es decir, 234 familias, y estaba muy lejos de los datos reales proporcionados por los mismos afectados. Para la ejecución del proyecto se requería de la Itaipú Binacional el apoyo financiero para traslado a nuevos asentamientos y asistencia por el tiempo que será necesario. En realidad la Itaipú se limitó en adquirir dos fracciones: una de mil hectáreas en Ko´êyú y otra de mil hectáreas en Itabó. Estos hechos demuestran que la Itaipú trasladó a los nativos en forma compulsiva, mal indemnizados algunos y, sobre todo, no compensados con tie- 23 rras suficientes por sus territorios perdidos. Por eso la Itaipú sigue violando los derechos de las comunidades indígenas y sigue ocupando ilegalmente sus territorios. Las comunidades Avá Guaraní desalojadas por la Itaipú claman su reasentamiento e indemnización adecuada conforme con las leyes nacionales y los tratados internacionales, sin embargo, sus reclamos siguen siendo ignorados. Los desalojados por la Itaipú Binacional a través de sus organizaciones mandan periódicamente las cartas a los directivos de la Itaipú sin efecto alguno. Como ejemplo, el 29 de abril de 1997 la Asociación de Comunidades Indígenas Avá Guaraní ha solicitado la devolución de la tierra equivalente al territorio tradicional a orillas del río Paraná. Los afectados son conscientes de que no se va a poder devolver las mismas tierras que tenían, pues quedaron muchos kilómetros bajo agua, en las Reservas o Refugios Biológicos. Por eso pidieron solamente 15.000 hectáreas que limiten con el lago Itaipú, margen derecha, que tengan por lo menos 70 a 80% de bosque. El 26 de junio de 1998 se creó la “Comisión Yvy Paraná Rembe’ýpe”, y en el 2010 la Asociación Yvy Paraná Rembe’ýpe, cuya finalidad es reivindicar la tierra de las comunidades desalojadas por la Itaipú Binacional. En las motivaciones se recuerda nuevamente que los Avá Guaraní fueron obligados a abandonar la inmensa y rica orilla del río Paraná, perdiendo no sólo el histórico lugar o su hábitat tradicional sino corren riesgo de perder su propia identidad como Avá Guaraní Paranaenses. Todos los pedidos hasta la fecha terminan sin ninguna respuesta. ¿Será que la Itaipú seguirá siendo responsable del “genocidio de los Avá Guaraní Paranaenses?”. Los efectos del desplazamiento de los Avá Guaraní fueron desastrosos no solamente para las comunidades que sucumbieron bajo las aguas del lago de Itaipú sino también para las comunidades que absorbieron a los desalojados. Como ejemplos se pueden citar las comunidades que no serían reubicadas, como sucedió con la 24 tema del mes del Arroyo Guazú o Acaraymí. Arroyo Guazú en el año 1976 debía tener 52 familias según los informes de Itaipú, pero en la práctica, según el censo hecho por el Proyecto Guaraní en el año 1977, tenía solamente 33 familias. Sin embargo, en el año 1980 tenía ya 86 familias y en el año 1982 contaba con 150 familias, casi el doble en sólo dos años, justamente cuando los paranaenses se dispersaron (Barón, 2006). También la comunidad Acaraymí que según el censo de 1975 tenía 59 familias, en año el 1992 contaba con 163 familias, 605 personas. El mismo Kiritó que tiene previsto para 40 familias, ya en 1986 tenía 97 familias y en el 1992 superaba 112 familias. Los efectos de la reubicación forzada eran negativos en todos los aspectos: religioso, social, económico y político. La comunidad de Kiritó, solamente durante tres años cambió cinco veces sus líderes con consecuencias muy negativas (Gaska, 1995:18). A modo de conclusión, al indemnizar a algunos pocos indígenas, la Itaipú Binacional no queda exonerada de la obligación de reasentar a los indígenas en tierras aptas y de igual calidad de las que perdieron por causa del complejo hidroeléctrico y los gastos deben correr por cuenta del ente. La Itaipú Binacional es la que debe buscar una fórmula especial para devolver a los Avá Paranaenses sus tierras. Vale mencionar los siguientes aspectos que deben ser cubiertos por la Itaipú: el reasentamiento y las indemnizaciones por daños y perjuicios durante tres décadas de despojo ilegal, de lo contrario, podría ser acusada ante instancias competentes de genocidio de los Avá Guaraní Paranaenses. ¿Será que la piedra del canto (Itaipú) seguirá siendo piedra de llanto de los Avá Guaraní y se convertirá en piedra del escándalo cuando las comunidades y asociaciones Avá Guaraní demandarán al Estado paraguayo y la Itaipú Binacional en las Cortes Internacionales de Derechos Humanos? ¿Será que un día el llanto se vuelva canto para los Avá Guaraní Paranaenses? ASOCIACIÓN PARANÁ YVY REMBE’ÝPE Aty guasu en Kumanda Kái 19/05/2011 Testimonio del líder religioso Claudio López de la Comunidad Kirito Yo soy de Tatijupi, mi papá fue Chamoi (líder religioso) allí, tenía su Jeroky Aty hasta su muerte. En el año 1979 vinieron a decirnos que se cerraría el agua del Paraná. Nos dijeron que teníamos que salir, si no moriríamos, rezamos y les dijo mi papá: “¿Dónde vamos a ir?, ¿Cómo vamos a dejar nuestras chacras, nuestro maíz?”. Nos dijeron “hay lugar donde vivir, habrá camión para llevarlos”. Nuevamente papá les dijo: “¿Cómo vamos a dejar nuestras tierras?, nuestra agua, nosotros cuidamos de esta agua”, y nos dijeron que la próxima vez que vengan será para llevarnos. Mi papá se enfermó y murió en cuatro días. En quince días volvieron para sacarnos y les dije que nos sacaran hasta un ka’aty, que por allí yo buscaría trabajo, nos sacaron, dormimos dos noches en la calle, tuvimos hambre, tenía siete hijos. Después trabajé quince días en un ka’aty. Después me enfermé, no podía caminar más, en carretilla me llevaron y me fui con mi familia a Kirito donde estaba uno de mis hermanos, en 1980 llegamos allí. En el año 1981 nos sacaron nuevamente de allí, nos dijeron que había otro lugar más lindo, fuimos y todas las familias pasamos hambre otra vez ahí, juguete nomas ya éramos. Esta es nuestra historia que les cuento. Nuestra cultura “teko” no tenemos que dejar, allá en mi comunidad la gente ya se olvidaron de eso, a mí eso me duele. Yo siempre recuerdo el lugar donde vivía y lloro. Hace 30 años que vivimos en Kirito, cuando llegamos era todo monte, pero no había nada para comer, sufrimos mucho, pasamos hambre y ahora poco a poco vamos recuperando eso. Ahora ya echaron todos los montes, “el monte es nuestro cuerpo, si tocamos, echamos montes, hacemos por nosotros mismos”. Por plata muchas cosas suceden en nuestro mundo. Esto les cuento, esto fue lo que nos sucedió. (Traducción: Hna. Elizabeth Coronel González, CIC). Nº 323 - Abril 2012 25 Dos pivotes de la Historia: propiedad y esclavitud José L. Caravias, sj En el largo proceso de dignificación de todo ser humano pienso que una de las fuerzas básicas que han movido la Historia es la tensión entre aprecio o desprecio, compartir o acaparar, libertad o esclavitud. Demos un breve recorrido. Los acaparadores En los procesos de formación de los países, por lo general una minoría se apropia de la mayoría de las riquezas de su zona. Y para poder mantener, hacer producir y aun expandir sus “propiedades”, paulatinamente se crean dos grandes entidades, cada vez más sagradas e intocables: la propiedad privada sin límites y la esclavitud sin derechos. Y se inventan y acomodan religiones que sacralizan estos dos “divinos mandatos”. Los más fuertes se llenan de bienes, según ellos por bendición de los dioses Y a los esclavos se les obliga a respetarles y servirles en todo, precisamente “por voluntad de los dioses”. Los acaparadores-esclavistas apoyan su prosperidad en las manos encallecidas de sus esclavos-obreros. Por eso exigen con absoluta crueldad su sumisión servil. Y los casos de rebeldía los castigan, como escarmiento, muy severamente Desgraciadamente ésta es la esencia de la historia de los grandes imperios. Sus grandes monumentos hieden a sangre de esclavos Ya en los albores de la sociedad, Aristóteles defendía la prosperidad de sus “ciudadanos”, que eran minoría, apoyada en la mano de obra de las mayorías que, según él, nacían para servirles. El Derecho Romano, en el que todavía se apoyan cantidad de legislaturas, justificaba 26 tema del mes como intocable la propiedad privada. Propiedad privada ilimitada y esclavos para poder hacer fructificar esas propiedades son los dos pilares de nuestras historias. que nunca y más fácil que nunca. Transacciones bancarias virtuales y paraísos fiscales ayudan a ocultar inmensas riquezas lejos de los ojos del pueblo. En la Edad Media millones de “siervos” servían a sus “señores” como única forma de sobrevivir. Despilfarro ostentoso de los señores y miseria humillante del pueblo Morir o trabajando las tierras del amo o luchando por defender sus “posesiones”. El mundo está gobernado hoy por unos pocos inmensos entes económicos. Ellos ponen y quitan gobiernos, ellos dictan leyes que les favorezcan, ellos digitan los contenidos educacionales, ellos dominan los medios de comunicación, ellos imponen las modas. La esclavitud de los indígenas del Nuevo Continente fue la base para la prosperidad de colonos españoles, portugueses e ingleses. Y, no contentos aun con masacrar y esclavizar a los nativos, como fieras cazaron a negros africanos para venderlos como mano de obra en los latifundios. Han aprendido que ya no les conviene la cara fea del negro capitalismo salvaje. Ahora se trata de un “monstruo amable”, que vestido de colores, al son de hermosos bailes, promete felicidades fáciles. Con sus encantos ha seducido a la mayoría de la juventud, que vibra al son de sus compases. De nuevo, o bailas con ellos o te mueres de aburrimiento. O entras en su consumismo o no tienes qué comer No se puede comprar o vender si no se tiene su sello. El comienzo del capitalismo engendró nuevos tipos de esclavos. Jornadas larguísimas de trabajo, muy mal remuneradas. Mujeres y niños amarrados 12 horas a sus telares Y para los rebeldes, el estigma de perder el trabajo y la consiguiente hambre familiar. La esclavitud sigue aun, maquillada, en nuestros días. En este mundo globalizado los nuevos vómitos de la banca mundial aplastan con hambre a millones de habitantes de este rico planeta. Matar de hambre es una nueva cruel esclavitud. Los truck financieros internacionales dan a África más armas que alimentos. 37.000 personas mueren de hambre cada día en este mundo de prosperidad. Hoy día, dados los adelantos de la tecnología, ya no hace falta mano de obra esclava. El gran comercio internacional apoya que los muy pobretones se maten entre ellos o se mueran de hambre… ¡Este plan macabro está en marcha! Inmensos truck económicos financieros internacionales están comprando las tierras cultivables del hemisferio sur y están acaparando sus semillas alimenticias… El gran monstruo cambia de cara y de tentáculos en cada época. Lo importante es poder engullirlo todo. Sus tragaderas no tienen fin. Nunca se sacia. Acaparar es su lema, hoy más Nº 323 - Abril 2012 Para asegurar su gordura extrema, remachan más que nunca su ley sagrada: el derecho de propiedad ilimitada. El derecho de acaparar y el derecho a engañar-esclavizar son los dos pilares básicos sobre los que se sigue sosteniendo la sociedad “¿suciedad?” actual. Los cimientos de estos dos pilares están amalgamados con un durísimo cemento llamado “desprecio a la dignidad de los demás”. Y la fuerza terrible que los impulsa se llama “codicia”. Pero el Monstruo Amable está cegado por su codicia y su orgullo. Es incapaz de cambiar su conducta. Presiones externas le pueden hacer cambiar en algo. Pero su esencia es perversa, y sólo con su muerte dejará de engullir Los sublevados Multitud de pueblos se han alzado a lo largo de la historia para desembarazarse de las garras sangrientas de sus opresores. Debajo de todas estas rebeldías y sublevaciones anida el fuego de la conciencia de la dignidad humana. Detrás quedan raudales de sangre. Pero esta larguísima lucha contra la esclavitud ha producido algunos frutos. Cada vez más personas aceptan la dig- 27 nidad de todo ser humano. Va aumentando la conciencia cívica de que nadie debe ser esclavo. Y en muchos países oficialmente se ha abolido la esclavitud, como fruto de muy largas y sangrientas luchas. En todas las sociedades esclavistas ha habido sublevaciones, como expresión de su conciencia de dignidad humana. La religión bíblica comenzó con una sublevación de esclavos. Sintieron que en su dura opresión en Egipto un dios no imperial descendió entre ellos para liberarlos. Y comenzó un éxodo en busca de nuevas tierras de leche y miel. Siempre se han dado éxodos de esclavos en búsqueda de nuevas tierras fraternas, tierras sin mal, sin acaparamientos ni esclavitudes. El pueblo bíblico se esforzó en legislar para que a nadie le faltara “una tierra donde vivir”, y, por consiguiente, para que nadie acaparara tierras. Y los profetas bíblicos clamaron duramente contra los terratenientes como traidores al proyecto divino. Espartaco, durante el imperio romano, representa uno de los reventones más importantes de la historia. Cuanto más fuerte es la presión, más violenta puede ser la explosión. La Edad Media europea está llena de sublevaciones, como siempre, cruelmente reprimidas. La historia de este continente rebosa sublevaciones, reprimidas todas cruelísimamente. Y luego enterradas en el olvido. En Estados Unidos el problema fue tan serio que suscitó una terrible guerra civil. El mundo obrero del siglo XIX fue tomando conciencia de su dignidad y, tras largas y costosísimas huelgas, se llegó a la jornada de 8 horas, y aun consiguieron legalizar el derecho de huelga. Vencer el apartheid fue fruto de muchísimas acciones no-violentas. Napoleón y Hitler lo quisieron conquistar todo, y millones murieron luchando contra sus orgullosos principios racistas, altamente despreciadores de multitud de seres humanos... Hoy empieza a correr el reguero de los “indignados”. La desfachatez y la caradura de los 28 dueños del mundo llegan a grados insostenibles. Dada la realidad mundial, cada vez habrá más indignados... Siempre ha habido y habrá defensores de la dignidad de toda persona humana y, por consiguiente, del derecho de propiedad para todos. Van unidas las banderas de dignidad y propiedad para todos Pero en la mayoría de las veces ha faltado un conocimiento serio de la realidad que se combate y la realidad que se busca. Las religiones han militado y militan en ambos campos de batalla. La cola del Monstruo entra hasta en lo más sagrado. Pero la luz auténtica de la divinidad también. Cada persona, cada grupo, más o menos conscientemente, decidimos bajo qué bandera militar. A lo largo de la historia, las religiones bíblicas muchas veces han traicionado su esencia: creencia de un Dios único que por amor lo ha hecho todo para todos sus hijos. Dios que quiere la felicidad para todos, sin esclavitudes ni miserias. Asquerosamente muchas veces cristianos y judíos se han aliado con los acaparadores, y les han ayudado a masacrar al pueblo Cuestionamientos Pienso que la sinceridad en este discernimiento es vital. ¿Acepto de veras que todas las personas humanas somos dignas de respeto? ¿Trato a todas las personas con dignidad? ¿Viven aun en mí actitudes machistas, racistas, elitistas ? ¿Acepto que toda persona tiene derecho a luchar por conseguir una vida digna? ¿Colaboro para que toda familia tenga una propiedad privada digna? ¿Qué estoy dispuesto a sacrificar? ¿Qué estoy dispuesto a dejar para que los otros puedan gozar de lo necesario? ¿Mi ideal es acaparar o compartir? Es necesario clarificar también hasta qué grado me dejo engañar por las propagandas del Monstruo. ¿Me creo todo lo que dicen las grandes cadenas de comunicación? ¿Qué tipo de publicaciones leo con más gusto? ¿Qué programas televisivos me agradan más? ¿Qué películas me gusta ver? Pues si me dejo llevar por sus pro- tema del mes pagandas es muy posible que me trasladen muy lejos de la dignidad humana, la mía y la de los demás. Y probablemente me conviertan en tonto útil al servicio de sus acaparamientos. Detrás de la clarificación de actitudes sociales se esconden también actitudes religiosas. La pregunta clave es: ¿En qué Dios creemos? ¿Hasta dónde vivimos la fe en el Dios que lo ha hecho todo para todos sus hijos porque quiere la felicidad de todos? Jesús no se enredó en disquisiciones teóricas. Respetó y ayudó a todo necesitado, a todo marginado, a todo despreciado. Vivió siempre en actitud de servicio. Lo compartió todo. Criticó duramente a los acaparadores. Atendió a todo el que se acercó con sinceridad a él. Ésta es su revolución. ¿Fue ineficaz Jesús? Ciertamente, pocos le siguen de veras. Pero su testimonio es genial. La raíz de la crisis de nuestro mundo no es tanto económica como moral. Lo que hay que cambiar son las actitudes. Mientras unos se crean superiores a los otros y suban a base de pisotear a los demás; y mientras las mayorías vivan pasivamente en complejo de inferioridad, ningún cambio serio será posible. Ya Jeremías había anunciado que lo básico es cambiar los corazones de piedra por corazones de carne. Todo egoísta que suba al poder seguirá siendo aun más egoísta cuando tenga las riendas en sus manos Y todo corazón de carne que suba al poder será perseguido por el monstruo de la codicia. Quizás el nuevo mundo posible sólo se construye a base de mártires, al estilo de Jesús: Amor a los hermanos, realista, heroico, hasta la muerte. Las claves son la toma de conciencia de la dignidad de todo ser humano y el consecuente cambio de actitudes. Y también la toma de conciencia de cómo actúan los monstruos que viven del desprecio a la dignidad de todo ser humano. No dejarnos ni engañar ni aplastar. Conversión personal y cambio de estructuras Dios de todos; libertad digna para todos; propiedad suficiente para todos ¡Fraternidad universal! Nº 323 - Abril 2012 29 Hobbes y el problema de la tierra Gabriel Insaurralde, sj Thomas Hobbes, filósofo inglés del siglo XVII, saltó a la fama con su obra Leviatán, donde el autor presenta una teoría sobre la formación de las sociedades. Fue clasificado como defensor del absolutismo político, poniendo como base una antropología pesimista. Si bien se trata de dos contextos históricopolíticos, el de Hobbes y el del Paraguay actual, pienso que las reflexiones y la teoría pueden ayudarnos para pensar nuestra realidad y tal vez encontrar alguna luz que nos ayude a entender nuestra situación y nos ayude a trazar un norte, una salida; especialmente para el problema de la tierra. El autor subraya insistentemente que en el estado de naturaleza todos los seres humanos somos iguales: “la naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en sus facultades corporales y mentales...”. De la igualdad de las capacidades surge la igualdad en la esperanza de alcanzar los fines, pero, debido al principio de escasez, se producen la enemistad y la competencia, lo que da lugar a la inseguridad mutua, lo que hace que se tienda al incremento del poder. 30 © Piero Tesei Leviatán es un tratado sobre la naturaleza humana y pretende dar una explicación sobre cómo se organiza la sociedad. Partiendo de la definición del ser humano y de sus características, el autor explica la aparición del derecho y de los distintos tipos de gobierno que son necesarios para la convivencia en la sociedad. Hobbes parte de una concepción del estado de naturaleza humana fundamentado en lo pulsional. El ser humano es primariamente de naturaleza pulsional, sometido a la realización constante de una pulsión de autoconservación, de deseo, de seguridad, de paz y de miedo a la muerte. tema del mes Hobbes va en contra de la desigualdad natural sostenida en su época. Él afirma que ningún hombre tiene una capacidad tan diferente de otro que justifique una diferencia de derechos. Hobbes acepta que existen diferencias de grado: por ejemplo, alguien pudo haber ejercitado más su cuerpo y llegar a ser más fuerte que otros. Pero eso no justifica que se establezca una diferencia de derechos: que alguien sea más fuerte o más inteligente no le otorga derecho a mandar sobre los demás, ni a tener privilegios que otro (menos fuerte o menos inteligente) no tenga. Incluso pone ejemplos donde la fortaleza física de uno puede ser vencida por la inteligencia del otro. Sentada la tesis de la igualdad natural de todos los hombres, parece allanado el camino para explicar la sociabilidad y la vida en común, ya que eran las diferencias naturales las que se percibían como un escollo al orden social estable. Sin embargo, Hobbes demuestra, paradójicamente, que la igualdad natural entre los hombres no conduce a la sociabilidad sino que hace de los humanos seres antisociales, inmersos fatalmente en el conflicto. De ahí surge la necesidad de un pacto convencional, no natural, que garantice la convivencia humana. La filosofía política de Hobbes responde a los problemas de su siglo: la inseguridad y el temor (derivados de la guerra, del desorden social, de la miseria y la corrupción). Estos hechos mencionados son traumáticos que requieren alguna explicación por parte de las ciencias y la filosofía. Hobbes se plantea si tales hechos responden a circunstancias transitorias y contingentes o si están arraigados en la naturaleza, si son necesarios y permanentes. raleza, como la libertad de utilizar el poder que cada uno tiene para garantizar la autoconservación. Cuando el hombre se da cuenta de que no puede seguir viviendo en un estado de guerra civil continua, surge la ley de naturaleza, que limita al hombre a no realizar ningún acto que atente contra su vida o la de los otros. De esto se deriva la segunda ley de naturaleza, en la cual cada hombre renuncia o transfiere su derecho a un poder absoluto que le garantice el estado de paz. Así surge el contrato social en Hobbes. La conformación del Estado o Leviatán tiene un origen convencional y necesario para la convivencia y supervivencia humana. Y para que pueda cumplir con su cometido, el poder del Leviatán debe ser absoluto y soberano. Todos lo deben respetar. Nadie, ningún particular puede estar por encima de él, porque justamente la misión del Leviatán es garantizar el cumplimiento del pacto. En este sentido, la represión está justificada para quienes lo incumplan. Claro que Hobbes prevé que puede un Estado o Leviatán corromperse, para lo cual postula la destrucción del pacto social y la vuelta al estado de naturaleza. Esta teoría sociopolítica de Hobbes tal vez pueda ayudarnos a encontrar una salida al problema de la tierra en nuestro país. Veamos. El origen del Estado es el pacto que realizan todos los hombres entre sí, subordinándose desde ese momento a un gobernante o asamblea, los cuales procurarán por el bien de todos los súbditos. De esa forma se conforma la organización social. Un pacto social mal hecho Desde el principio de la creación moderna de la nación paraguaya hasta nuestros días se han excluido del pacto social ciertos sectores de campesinos, algunos extranjeros y toda la población indígena. Ellos no fueron reconocidos como miembros plenos de la nación paraguaya, por lo tanto, fueron excluidos de los derechos que en esos momentos la Constitución de la nación les garantizaba. En este hecho encontramos ya el germen de un problema: no están todos los que tienen que estar. Su visión del estado de naturaleza anterior a la organización social es la “guerra de todos contra todos”, la vida en ese estado es solitaria, pobre, brutal y breve. Habla del derecho de natu- En la época de Stroessner, para no remontarnos muy lejos, nos topamos con la repartida arbitraria de tierras. El Dictador repartía grandes cantidades de inmuebles a sus seguidores Nº 323 - Abril 2012 31 incondicionales o simplemente regalaba tierras para agasajar a ciertas personas clave para su gobierno. Actualmente algunos mantienen sus tierras, otros las han vendido y se han marchado del país. La paulatina llegada de colonos extranjeros generó un negociado con las tierras. Los menonitas se instalaron en las tierras del Chaco y en la Región Oriental; rusos, ucranianos, belgas y de otros países europeos se han ubicado en Itapúa y Alto Paraná, en una de las zonas con tierras más ricas de nuestro país; luego llegaron los coreanos, japoneses y chinos, que, según convenio, venían para trabajar la tierra. Algunos de ellos se dedicaron al comercio convirtiéndose, en poco tiempo, en dueños y patrones de centros comerciales. Y ahora, en los últimos 20 años, se destaca la llegada de los brasileños que se han instalado en las tierras donde todavía había bosque virgen. Fueron comprando tierras, principalmente, de la zona fronteriza con el Brasil, donde instalaron sus colonias. Este hecho llama la atención porque según nuestras leyes, en los 50 kilómetros junto a la frontera no puede permitirse la formación de colonias de extranjeros. Es por cuestión de soberanía nacional. La llegada de las empresas agroexportadoras significó un hecho importante que agravó el problema de la tierra. Si bien el proceso de adquisición de las tierras se hizo de manera legal, la compra de grandes extensiones, el poderío económico y la utilización de agrotóxicos desplazaron a los campesinos, quienes se vieron obligados a vender sus tierras y emigrar a las ciudades en búsqueda de sustento o supervivencia. Los intentos de una reforma agraria han fracasado por diversos motivos: reparto irracional y descontrolado, adjudicación a terratenientes, renegociado de las tierras adjudicadas a campesinos, renegociado de las tierras adjudicadas a los indígenas, renegociado de las tierras reservadas para parques nacionales, renegociado con las tierras fronterizas, venta de tierras con población incluida, etc. Todo esto ha generado, por un lado, un número considerable de tierras mal habidas y, por otro, la superación del número de tierras vendidas, según catastro nacional, con 32 relación a la extensión real de nuestro territorio. De esto, salta a la vista, la necesidad urgente de una actualización del catastro nacional, de confrontar los diversos títulos y registros nacionales, de modo a tener claridad de lo que hay. Este primer paso es fundamental para luego pensar cómo resolver los casos de superposición de títulos de propiedad; es decir, los casos en que figuren dos o tres dueños de una misma extensión. Un “Leviatán” debilitado Nuestro gobierno actual ha tenido como bandera o consigna gubernamental su interés por el campesinado y los pueblos indígenas, lo cual ha sido objeto de elogios y críticas. Obviamente los que lo han elogiado son los sectores destinatarios de los servicios, y los que lo criticaron han sido los que ven amenazados sus intereses económico-políticos, que correspondería a la clase dirigente, políticos, empresarios agroexportadores y ganaderos. Querer gobernar sin el apoyo de los poderosos y corruptos de este país ha traído no pocos dolores de cabeza. El desacuerdo ideológico sustentado, simplemente, en un problema económico, trajo como consecuencia el abandono del pacto social y la renuncia al respeto y sometimiento al Estado. Estos sectores no respetan la soberanía absoluta del Estado. Parecería que sólo acatarían si el Estado defendiese sus intereses particulares, de lucrar a costa de desgastar los recursos naturales, olvidando los intereses generales de la Nación. No se fijan en los intereses que velan la voluntad general de la Nación, sino que sólo persiguen el lucro económico. La bandera de favorecer el campesinado enarbolada por el gobierno, el cual parece que hacía la vista gorda ante las invasiones de tierras, generó el uso de esta misma estrategia justamente para desacreditar al gobierno, como, por ejemplo, algún terrateniente pagó a campesinos para que invadieran las tierras de otro terrateniente con el objetivo, tal vez, de adueñarse de ellas posteriormente. tema del mes Grupos armados de campesinos, grupos armados de particulares, de contratados, la proliferación de asaltantes y la expansión de la violencia ponen en jaque continuamente la seguridad y la estabilidad de la población, poniendo en evidencia la debilidad del gobierno. Ante un Estado debilitado, porque no cuenta con el apoyo y el respeto de todos los sectores, crea una sensación de inestabilidad que obliga a que policías, campesinos, pobres en general, se vendan al mejor postor para conseguir algo de dinero. Nadie les puede asegurar el cumplimiento de sus derechos. Necesidad de un nuevo pacto social Como nos recuerda Hobbes, el pacto social debe representar a todos los sectores o miembros de la sociedad, no reconocer privilegio a priori alguno sino el de haber nacido en esta tierra. Todos los que forman parte del pacto deberán estar dispuestos a renunciar a su propio poder para depositarlo en el Leviatán o Estado. Éste debe tener el poder absoluto y soberano. Nadie puede estar por encima de él y todos deben respetarlo, porque justamente su función es asegurar los intereses de todos, que se hallan escritos en la Constitución Nacional. tes del pacto, que reprima a los corruptos y a los que quieran imponer sus intereses particulares. Se necesita un Poder Legislativo que legisle en función de la sostenibilidad del pacto, mirando la voluntad general. Es importante que los parlamentarios sean controlados, evaluados periódicamente y puedan ser fácilmente removibles en caso de que se demuestre una acción corrupta. Finalmente, aunque nos suene a retrógrado, solamente con un gobierno fuerte, absoluto y soberano, y sobre todo celoso de cumplir la Constitución Nacional; conjuntamente con un Parlamento exigido y controlado por una Contraloría que cumpla con su deber, podremos soñar con un país en serio. Del nuevo pacto deben formar parte, en primer lugar, los indígenas, por representar a los primeros pobladores de estas tierras; en segundo lugar, los campesinos, por representar a la clase sustentadora de este país; en tercer lugar, los empresarios agroexportadores y ganaderos; luego los pobladores urbanos, los extranjeros radicados y los representantes de las instituciones. No puede aceptarse que extranjeros vengan a aprovecharse de nuestras tierras, las exploten, se enriquezcan, envíen sus ganancias a otros países y luego abandonen nuestro país. Estos tienen que asumir como propias las costumbres y cultura paraguaya. Un Estado fortalecido por el consenso, respeto y apoyo de todos sus miembros generará confianza, seguridad y estabilidad económica. Un cuerpo policial que vele por el cumplimiento de los derechos y obligaciones de los participanNº 323 - Abril 2012 33 Contra la desnaturalización de la humanidad - Contra la deshumanización de la naturaleza Margot Bremer, rscj “No podemos vivir sin la tierra, y la tierra no puede vivir sin nuestro pueblo: formamos un único cuerpo. La falta de tierra nos impide vivir nuestra cultura. Sin la tierra, el agua, el río y todos los seres que los habitan, no podemos vivir. Durante miles de años hemos vivido en esta naturaleza, respetándola y viviendo con ella. Hoy vemos con profunda tristeza que queda poca tierra verdadera, que los ríos están contaminados y que muchas especies ya se han extinguido. Además de lo poco que queda de la tierra verdadera, ha sido transformada en reservas y parques nacionales. Para nosotros son lugares sagrados, pero los no-indígenas impiden ocuparlos”. (Documento final del Encuentro Continental Sepé Tiarajú y el Pueblo Guaraní, Porto Alegre, abril 2007). Últimamente hemos sido informados con frecuencia sobre la situación de los carperos asentados por el gobierno en el Parque Nacional Ñacunday. La cuestión aquí son las Áreas Protegidas, que los gobiernos habían impulsado para recuperar estas áreas y protegerlas. Al descubrir que los carperos estén cerca del parque protegido Ñacunday se preveía un gran peligro para el mismo: “Obviamente que la presencia de asentamientos humanos, en la hipótesis de que sea dentro del Parque Natural, está prohibida por 34 pensar y creer la ley y es algo en lo que nosotros no podemos dar el brazo a torcer. Si está al lado del parque, es un riesgo para nosotros, porque implica la necesidad de un monitoreo permanente y el refuerzo de guardaparques, porque la realidad es de mucha necesidad de esa gente…” razonaba el asesor jurídico de la Seam, Ricardo Lugo, comprensible al saber que la deforestación de la Región Oriental había llegado ya, en pocos últimos años, a 90%. Por esa razón el Gobierno tenía que disponer de “un refuerzo militar y policial en las inmediaciones de la reserva natural, para evitar que los carperos ingresen”, concluyó Ricardo Lugo. (UH, 20-03-2012, p.3). ¿Qué hay detrás de estos argumentos que nos parecen tan sensatos y lógicos? Se trata de una realidad, confirmada por la experiencia de las últimas décadas de deforestación y devastación de la naturaleza por el hombre: el hombre ha sido destructor de la naturaleza y por tanto hay que protegerla, separándola del “salvajismo” humano. Y sin embargo el hombre, apartado de la naturaleza, se convierte cada vez más violento y “salvaje”: se deshumaniza sin ella. Frente a la devastación: Áreas Protegidas Paraguay, junto con los demás países latinoamericanos, está recurriendo hoy desesperadamente a la conversión de parques y áreas naturales. Sin embargo no está permitido que los habitantes del propio país residan dentro de los mismos y convivan con la naturaleza que les ofrece su patria, porque la experiencia demuestra que no son capaces de cuidarla, son destructores por naturaleza. ¿De dónde proviene esa toma de medida? Pues el modelo de las áreas naturales protegidas es originario de los EE.UU., creados a mitad del siglo XIX. Frente a la acelerada expansión urbana-industrial, ésta había sido una de las políticas conservacionistas, partiendo del concepto ideológico de que el ser humano en sí es destructor de la naturaleza. La propuesta era mantener “islas” de naturaleza salvaje al servicio de “recreación” de la civilización urbana (lejana). Aquí subyace la idea de dejar algunos pedacitos de la “naturaleza salvaje” en su estado original, una especie de naturalis- Nº 323 - Abril 2012 mo. De este modo se consiguió apartar al hombre “destructor” de la naturaleza, para salvarla como “paraíso perdido”. Este modelo fue exportado de EE.UU. al Tercer Mundo, sin tener en cuenta la situación distinta. Aquí, las inmensas selvas (hoy ya inexistentes) fueron habitadas, por pueblos indígenas desde miles y miles de años. El bosque les hizo desarrollar una cultura muy distinta a la de la civilización occidental. Sus habitantes llevaron otra visión de la naturaleza y se relacionaron de otra manera con ella. La tierra con su vida fue considerada sagrada. En la década de 80 se habían creado en el mundo 781 nuevos áreas protegidas por causa de la depredación del bosque y su consecuente pérdida de la biodiversidad. Otra motivación para la creación de parques protegidos fue la posibilidad de obtener nuevos ingresos mediante el turismo. En aquellos años las áreas protegidas se convirtieron en una importante fuente económico-política para las élites dominantes en América Latina. No es de extrañar que con este invento las áreas protegidas, con su gran riqueza de recursos naturales, fueran objetos de ventas ilegales a personajes con peso político y/o económico. La fundamentación pragmática de la existencia de parques nacionales siguió siendo que el hombre es por naturaleza destructor y la única manera de hacerle frente a este mal es el establecimiento de “zonas de naturaleza salvaje intocables para el hombre”. ¿Cuál sería la verdadera solución? Si sabemos que no podemos vivir sin la naturaleza: ¿no sería posible re-educarnos a que volvamos a amar la Tierra con su vida, respetar y cuidarla como fuente de vida para todos, entrar en relaciones armónicas con ella y aprender a discernir lo que da más vida: entrar en reciprocidad con la naturaleza o sacarle toda su riqueza? Se trata de una cuestión de vida y muerte, sabiendo que si se muere la naturaleza, nos morimos con ella. ¿Qué nos puede dar la Tierra con su naturaleza? Pues la Tierra nos manifiesta que tiene vida, 35 ya que es capaz de articular todos los elementos entre sí para garantizar las condiciones de vida. Ella –como afirma Leonardo Boff– a través de nosotros siente, piensa, crea, ama. Está buscando permanentemente el equilibrio y nosotros podemos aprender, de su armónica biodiversidad, a vivir unidos en la diversidad cultural, religiosa e ideológica. Tenemos Maestros Tenemos unos maestros que nos pueden ayudar a volver a relacionarnos con la naturaleza: son los pueblos originarios. Un ejemplo a este respeto son las seis naciones iroqueses del Norte de América que habían ido a la sede de las Naciones Unidas en Ginebra a exponer su disconformidad con nuestro trato a la tierra que afecta a todos y a declarar que no somos dueños de la tierra. Textualmente dicen: “Nos han enseñado que nuestra vida solamente existe con la vida de los árboles, que nuestro bienestar depende del bienestar de la vida de las plantas y animales, que nosotros somos los parientes más cercanos de todos los seres vivientes. Según nuestras costumbres, esta conciencia espiritual es la forma más elevada de la política”2. Es nuestra propia incapacidad de la civilización occidental la que nos obliga a separar la naturaleza intocable por un lado y la convivencia humana hacinada en ciudades por otro, en vez de convivir juntos en armonía. En realidad no demuestra ningún avance o progreso, sino más bien un retroceso. Es una división artificial que nos desnaturaliza a nosotros, los humanos, y deshumaniza a la tierra con su naturaleza. Así estuvimos quitándonos la espiritualidad de la vida o, como dicen los iroqueses, nos hemos “desespiritualizado”. Desde este enfoque espiritual, ellos nos califican con las siguientes palabras: “Estamos observando que no todos los pueblos de la tierra muestran el mismo respeto por la vida, presente en todos los seres vivientes. Los europeos que llegaron a nuestra tierra manifiestan muy poco respeto a la tierra, la que crea y desarrolla la vida. 36 Sin embargo, hace miles de años, todos los pueblos creían que deberían convivir en armonía con el cosmos, siguiendo los principios y leyes de la naturaleza… Los europeos de entonces, habitantes de bosques, creían también en los espíritus de los árboles, de las aguas, de las montañas y de la tierra. La cristiandad atacó esta creencia y desespiritualizó al mundo europeo... Comenzaron a talar árboles y la deforestada tierra fue surcada... El surgimiento de nuevas ciudades y el crecimiento del comercio anunciaron el comienzo del fin del bosque europeo y la búsqueda de expansión de nuevos mercados les llevó a América…”3. Búsqueda de una verdadera Solución Nuestra lógica nos dice que si la humanidad constitutivamente depende de la naturaleza (más que la naturaleza de la humanidad) y por tanto la humanidad está hecha para con-vivir en reciprocidad respetuosa con la misma, entonces la solución definitiva nunca podrá ser separar a ambos. La creación de áreas protegidas nos confirma una mentalidad que considera a la naturaleza como objeto de dominación, explotación y manipulación que debe ser protegida del hombre, quien se considera su dueño. Los hechos lo confirman de sobra. Pero sabemos también que siempre había y habrá personas que piensan nada más que en sí mismos: “Yo, Yo y nadie más que Yo” (Sof 2,15), a pesar de que el ser humano es constitutivamente un ser comunitario. Este hecho, sin embargo, no quita la verdad de que los seres humanos somos comunitarios. Aquella tendencia egoísta y hasta egolátrica hoy es sostenida y fomentada lastimosamente por pensar y creer la ideología neoliberal. Una de las tareas más urgentes es des-colonizarnos de esta ideología descarrilada que pone al hombre en el centro del mundo como su legislador y juez. Ya existen pequeños ensayos que manifiestan que un cambio de mentalidad es posible. Un ejemplo es el Encuentro ecuménico en Cochabamba/Bolivia en 2010 Día de la Madre Tierra, en que se comprometieron los participantes desde el enfoque de una espiritualidad eco-céntrica a realizar proyectos de concientización y de cambio de mentalidad, invocando al Espíritu vivificante y fortificante para que les guíe y fortalezca en el compromiso de “encaminar nuestras vidas en sintonía con la Naturaleza, el cosmos y el gran misterio de vida”4. tierra, es ella que nos alimenta con sus productos. Ella puede continuar sin nosotros, pero nosotros no sin ella. Los que destruyen la naturaleza, son en realidad los verdaderos “salvajes”, sin embargo, nosotros solemos llamar “salvajes” a los que son expertos en cuidarla, los pueblos originarios. Los iroqueses nos recuerdan que hace miles de años los europeos nórdicos también fueron tildados “salvajes” y “bárbaros” por considerarse –igual que los iroqueses– “parte de un cosmos vivo y lleno de sentido, y como hijos de la Tierra”5 ahora transformada por nosotros en un “almacén de recursos” (L. Boff). El corte en nuestra relación con la tierra nos ha quitado el sentimiento de pertenecer a un Todo Mayor, y por tanto estamos ahora descentrados, desarraigados y –como dicen los iroqueses– desespiritualizados. La verdadera solución de fondo es reconectarnos con la naturaleza6 y reaprender de ella a convivir con ella. Nuestra falta de conciencia y práctica de justicia, equilibrio y respeto nos bloquea, pero el sistema de convivencia inherente a la naturaleza y a la humanidad nos impulsa a esta meta. Otro ejemplo es el Movimiento Sin Tierra (MST) en Brasil que consiguió desarrollar una nueva pedagogía para la escuelita de su asentamiento. Los principales transmisores de valores son para ellos, entre otros, el amor a la tierra, el trabajo colectivo, la solidaridad, la disciplina, la creatividad. Esta educación quiere formar parte de un proceso de cambio de mentalidad para una transformación social.5 Conclusión El establecimiento de áreas de protección realmente no puede ser una solución definitiva, sino solamente provisoria. La naturaleza deshabitada de hombres en “áreas protegidas” y los hombres sin convivencia con la naturaleza, hacinados en las ciudades, es absurdo y anticonstitutivo a la ley de la vida de esta Tierra, tanto para la naturaleza como para los hombres. Es la naturaleza la que nos da un lugar para habitar la Nº 323 - Abril 2012 2 Manifiesto de los indios iroqueses al mundo occidental, documento oficial de seis naciones iroquesas, expuesto en la conferencia de Naciones Unidas en Ginebra/Suiza, octubre de 1977. 3 Ibíd. 4 Declaración ecuménica de instituciones, organizaciones y personas que desde su opción de fe se unen al “clamor de la Madre Tierra”. Para la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, 19 a 22 de abril de 2010, Cochabamba/Bolivia, art. 5 5 Manifiesto de los indios iroqueses. 6 Einstein, Heisenberg/Bohr, Prigogine y de Hawking nos han mostrado que todas las cosas se encuentran interconectadas unas con las otras de tal forma que forman un Todo. 37 “Mundo Guaraní” de Bartomeu Meliá* José Carlos Rodríguez La mayor parte de los presentes conocemos a Bartomeu Melià. Lo conocemos como el mayor especialista del mundo guaraní paraguayo. Lo conocemos como sacerdote. Lo conocemos como un pensador que sufrió el destierro durante veinte años por ser más libre de lo estaba permitido. Lo conocemos como un académico de estatura mundial, como premio Bartolomé de las Casas. Lo conocemos como ciudadano del reino de España. Lo conocemos como ciudadano de la República del Paraguay, como catedrático, como autor una obra extraordinaria. Lo conocemos como maestro, que suscitó el trabajo intelectual de mucha gente que nos iniciamos en el pensamiento a través de su ayuda y su labor… Pero a menudo omitimos una seña de identidad suya que es fundamental. El doctor Bartomeu Melià es un guaraní. No es un guaraní de nacimiento. El proceso de hacerse indígena fue largo aunque muy simple. León Cadogan, otro guaraní blanco, lo presentó. La colectividad guaraní lo aceptó e integró a Melià. Este guaraní español y paraguayo, Karaí Melià, pueden suponerlo, no es cualquier guaraní. Meliá no es un guaraní que responda a los prejuicios que tenemos sobre los integrantes de ese pueblo. Pero eso es banal. Las identidades puedan ser múltiples e incluyentes. Él es guaraní por opción y por adopción, por identidad y por lealtad; por su pertenencia y por su proyecto. Lo *Transcripción de la presentación del libro. Museo del Barro, 4 de noviembre 2011. 38 es desde su juventud en que entró a formar parte de esa comunidad que lo reconoce como uno de ellos. Y se comporta en relación a los guaraníes como uno más. Melià es un guaraní Karaí, o Paí, en el sentido precolombino. Un profeta que anuncia el advenimiento mesiánico, aunque en un sentido transcultural: el advenimiento de un mundo mejor, de una tierra sin mal. Desde esa mirada –que no forma parte del texto sino que está supuesta– es que devela el sufrimiento de la sociedad, contabiliza sus pérdidas culturales, revela que otro mundo es posible y deseable, demuestra el valor del Teko, del antes y del de ahora. No señalo esta situación por curiosidad, elogio o cualquier otro detalle. Hay que recalcarlo porque eso es pertinente para entender la obra que estamos presentando. Se trata de una identidad que instala un punto de vista, que diseña las coordenadas desde las cuales Melià aborda su trabajo. Acá no se mira a los guaraníes desde el mundo paraguayo. Se mira a los paraguayos desde el punto de vista guaraní. El mundo guaraní no es para él un objeto de análisis, es la mirada, es el sujeto. No es otro mundo, es su mundo. (Desde ahí nos recuerda que ese es también en buena parte el mundo paraguayo, aunque en un grado mucho mayor del que reconocemos, y en un grado mucho menor de lo que sería desea- arte y letras del último vuelo del pájaro campana. No es la elegía de una cultura condenada. Es lo contrario: Melià nos dice que los guaraníes no son el pasado, sino el futuro. Que el mundo guaraní no está del lado del problema sino de la solución. ble. Melià nos recomienda ser más guaraníes). Mundo Guaraní es una obra de síntesis y de madurez. No voy a decir de cierre, hay más trabajos de Melià en puerta. Pero es una obra de confluencia. No pionera ni iniciática. Para hacerla, Melià debió haber trabajado el tema durante medio siglo. (No es que tardara 50 años en escribirlo, pero debió haber trabajado en el tema 50 años para ser capaz de escribir este libro). La fuerza de la escritura de Melià tiene que ver con su originalidad, con su erudición, con su entendimiento y con su laboriosidad. Hay que esperar muchos años antes que crezca y florezca un lapacho. Y así como la imponente estampa del Tajy incluye el esplendor de sus flores, asimismo, la fuerza de la escritura de Melià incluye la belleza. Melià hace poesía cuando escribe poemas. Pero también hace poesía cuando no hace poemas. Es su estilo, es su mirada, es su aura. La fuerza de su palabra ilumina este libro, que es una obra conceptual, de historia y también de revelación o de insurgencia interpretativa, en contra de los esquematismos que ocultan o que maquillan los males que nos aquejan, o que, simplemente, no apuestan al advenimiento de un futuro mejor. Una clave interpretativa que ya figura en el prólogo del Ministro de Hacienda es muy oportuna y queremos subrayar: el trabajo de Melià no es la visión de los vencidos. No es el rescate Nº 323 - Abril 2012 Melià nos dice que el proyecto de sociedad guaraní está vigente, que siempre lo estuvo, que resiste, que persiste, que insiste y es más: que constituye el único gran proyecto propio de civilización y de cultura que tenemos en esta tierra. Acá no se habla de modernidad, ni de premodernidad ni de posmodernidad. Se habla de la larga duración, de la ‘longue durée’ –como se dice en Estrasburgo, cuna de la llamada Escuela de los Annales, en donde Melià hizo sus estudios–. Aquello que tienen en común las sucesivas generaciones cuando hacen la historia, recorriendo el itinerario de sus diferentes épocas. Para decirlo en términos contemporáneos – no voy a repetir lo dicho en el prólogo, y menos en el libro de Melià–: el mundo guaraní constituye un Teko (una cultura, un modo de ser) que incluye la justicia, la sustentabilidad, la abundancia y la cohesión social que eran y son guaraníes. Y que todavía no son, pero que pueden volverse ser paraguayas, a condición de romper con el proyecto colonial que es el proyecto de la segregación social, de la depredación económica y de la diáspora o dispersión. La pobreza y la exclusión, no son guaraníes. La práctica de una tierra despoblada donde la población está desterrada, no es guaraní. Hace siglos, desde sus aldeas y su economía, desde su Teko, los guaraníes adoptaron, la ciudad, la escritura, el ganado, el arado y el hierro. El exilio, el analfabetismo, la pobreza, el derrumbe tecnológico, el ecológico, el latifundio, esas cosas no son guaraníes. Melià muestra que la colonia ha sido y sigue siendo la destrucción de nuestro mundo. Que la colonización no ha terminado. Que se sigue destruyendo a la sociedad y a su territorio, que se destruye la cultura y las instituciones en forma depredatoria. Que se desmonta la lengua, que se desmonta la tierra, que se envenenan las relaciones sociales como se envenenan las aguas superficiales y las profundas, que se desmonta 39 la solidaridad y que se desmonta la sociedad con un colonialismo que hoy está más vigente que nunca. El colonialismo puede hoy conseguir aquello que no pudieron hacer los conquistadores durante 300 años y sus descendientes en los siguientes 200 años: destruir aquello que resiste, disolver los vínculos que nos conforman y sostienen como la colectividad que somos. A alguien podrá sonar esto algo apocalíptico. Bueno. La vida cotidiana es la empresa de lo posible. Acá se trata de otra cosa: de hacer posible aquello que no lo es, haciendo pensable aquello que no lo era. En este propósito Melià coincide –por ejemplo– con Theodor Adorno, alemán, de la escuela de Frankfurt, que no es religioso ni creyente, pero si conocedor del destierro, de la dictadura y ferviente practicante de la esperanza. Adorno enuncia en su libro Mínima Moralia, cuanto sigue, escrito ante el infortunio del nazismo: “Es preciso fijar perspectivas en las que el mundo aparezca trastrocado, enajenado, mostrando sus grietas y desgarros, menesteroso y deforme en el grado en que aparece bajo la luz mesiánica. Situarse en tales perspectivas sin arbitrariedad ni violencia, desde el contacto con los objetos…” Al comprometerse con la verdad y con el devenir, al mismo tiempo, esta etnohistoria es también ética y política: La espera activa o mesiánica transforma al presente en la víspera y pródromo de un futuro mejor. En un combate por la colectividad con la cual comparte su destino y una forma de vida. La etnohistoria –disciplina en que encuadra este libro– por ser realmente particular, o sea, auténtica, resulta tan universal. La universalidad no es uniformarse con los demás, sino decir lo propio a aquellos que nos enseñaron lo otro, las cosas diferentes a las nuestras. Branislava Susnik, nos recuerda que el mesianismo guaraní –esto es aplicable a Melià–no consiste tanto en un esfuerzo propiciatorio, lograr el mundo mejor, o sea, el esfuerzo utópico; sino el esfuerzo admonitorio: impedir el colap- 40 so, detener al apocalipsis. Evitar que el Jaguareté Hovy –el gran Jaguar Azul, que es el emblema de las tinieblas guaraníes– se coma al Sol, a Kuarahy y a la Luna, a Jasy. Esa es la apelación de Melià. Y, entendamos la metáfora y a su referente: el colonialismo es real. Y ahora, ¿qué tiene que ver el Ministerio de Hacienda y antes el Banco Interamericano de Desarrollo con un pensamiento radical que nada tiene que ver, por ejemplo, con la oferta y la demanda, o con el Producto Interno Bruto per cápita a precios constantes del 2000? Tengo una hipótesis. Los buenos economistas, además de economía, saben dos cosas. En primer lugar, que la economía es la búsqueda del bienestar, antes que la mera producción de riquezas. Y, en segundo lugar, los buenos economistas saben que hay más cosas que solo economía entre el cielo y la tierra. Está la gente, la cultura, la ética y las instituciones. Sin ellas, la competencia puede ser sólo piratería; la producción, mera codicia; y la acumulación, pura avaricia. Sin esas cosas que no son economía, estos impulsos económicos pueden actuar como el Jaguareté Hovy. Por eso, la edición y reedición de este libro fue una excelente idea. Gracias por ello a quienes participaron y a quienes autorizaron la iniciativa. Gracias a los que se empeñaron y empecinaron en llevarla a término. Este no es un libro para leerlo no más. Una dilucidación sobre aquello en lo cual se juega la calidad, la plenitud, la integridad y la originalidad de la sociedad en el Paraguay. Y es una interpelación sobre aquello que somos. Un llamado hacia la reconciliación con aquello que fuimos y aquello que podemos llegar a ser, superando al colonialismo; esa discordia que desencadena y encadena a nuestra historia.