Tipo de documento: Fragmento de libro Autor: Valeria Ianni Título del libro: La Revolución Francesa Editorial: Ocean Sur Lugar de publicación: México Año de publicación: 2011 Páginas: 1-3 Temas: Fuerzas populares, Movimiento social popular Introducción. La Revolución Francesa desde el siglo XXI Pero, por muy poco heroica que la sociedad burguesa sea, para traerla al mundo habían sido necesarios, sin embargo el heroísmo, la abnegación, el terror, la guerra civil y las batallas de los pueblos. Karl Marx, El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte La Revolución Francesa está lejos de ser un hecho olvidado, soslayado o subterráneo. Por el contrario, forma parte de cualquier programa académico tradicional vinculado a la historia contemporánea, se encuentra en todo manual de historia universal y resulta un tema obligatoriamente abordado en varios niveles del sistema educativo. Esta Revolución tampoco fue una revolución proletaria ni encabezada por las clases subalternas. La Revolución Francesa constituye «la» revolución burguesa por antonomasia; es la Revolución que lleva al poder no a la clase de los asalariados sino a la de sus explotadores. Entonces, ¿para qué ocuparse de este proceso hoy? ¿Cuál es el sentido que tiene estudiar esta Revolución si lo que buscamos en la colección Historias DESDE abajo es una historia que sirva para luchar contra el orden burgués y no para glorificarlo? Creemos que la Revolución Francesa continúa siendo un hito importante que debe tomarse en cuenta por varias razones. Primero, porque, a pesar de su contenido burgués, la derrota del feudalismo y su Estado monárquico fue posible por la acción directa de un pueblo en armas. Segundo, porque barrió con todas las diferencias que se superponían y ocultaban las relaciones de clase. Tercero, porque muestra algunos problemas genéricos de cualquier proceso revolucionario: el problema del poder, de la estrategia, de la dirección, de la decisión que debe tener esta dirección, la dimensión internacional de las relaciones de fuerza, la relación entre revolución y guerra... Cuarto, porque permite extraer como enseñanza que aún con el avance que supone la conquista de la igualdad jurídica y política, esta no equivale a la liberación social. Quinto, porque muestra que la participación popular en las calles, en los campos y en la guerra no significa que la victoria sea para todos. Finalmente, porque si hoy la burguesía en el poder a nivel mundial condena la rebelión y el uso de la violencia por parte de los oprimidos, y como clase dominante naturaliza su dominio preconizando un supuesto «fin de la historia», la Revolución Francesa muestra su «pecado original». Porque «por muy poco heroica que la sociedad burguesa sea», el proceso que la hizo nacer se caracteriza por «el heroísmo, la abnegación, el terror, la guerra civil y las batallas de los pueblos». Una vez que el principal enemigo de la burguesía deja de ser la nobleza feudal y el naciente proletariado pasa a primer plano, la experiencia revolucionaria (que está en su propio origen como clase en el poder) se vuelve difícil de asimilar. Así, cuando es estudiada, muchas veces la Revolución Francesa termina siendo desfigurada y completamente vaciada. Desaparece su contenido radical y violento, sus dirigentes más lúcidos son condenados como «demonios», las acciones más heroicas son criticadas por sus formas «poco civilizadas»… Por todo esto, una recuperación «no oficial» de la Revolución Francesa permite acercarse a la revolución burguesa más radical, más autoconsciente y con más potencial expansivo. De allí que en este libro tomemos la decisión de centrarnos en los primeros años de la Revolución y, de modo especial, en la república conducida por los jacobinos. Pretendemos recuperar el significado crucial que tuvo este proceso en la historia de la humanidad sin perder de vista las limitaciones inmanentes a su carácter de clase. Muchos enfoques lineales, que traspolan y aíslan ciertas particularidades de esta revolución burguesa del conjunto de determinaciones que le otorgan sentido, generan una gran confusión. Estas visiones parciales se manifiestan entre quienes sostienen que la burguesía todavía hoy —¡en pleno siglo xxi!— estaría en condiciones de ponerse al frente de un proceso revolucionario, pero también entre quienes quiebran la unidad entre forma y contenido y creen que la revolución proletaria podría adoptar la misma forma que la Revolución Francesa, solo que con un contenido de clase diferente.