1 TEMA 1 LITERATURA UNIVERSAL (Temario 2010 de la PAEU

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TEMA 1 LITERATURA UNIVERSAL
(Temario 2010 de la PAEU -Castilla y León-)
DE LA ANTIGÜEDAD A LA EDAD MEDIA
Introducción
La literatura occidental comienza en Grecia. Este país, junto al pueblo hebreo, ha determinado, por
su pensamiento, su arte, su política o su literatura, el desarrollo cultural de Occidente, porque ofrece
unas manifestaciones artísticas caracterizadas por su sentido de la mesura, la sujeción a una norma y
el seguimiento de un método.
En el arte de la creación literaria, los autores griegos disponían de dos instrumentos esenciales: la
mitología y la lengua. La primera fue su fuente de inspiración: primero adoraron a las fuerzas de la
naturaleza, convirtiéndolas en dioses con forma y sentimientos humanos; también crearon héroes,
nacidos de la unión de un dios y un mortal. Y de esta tradición oral surgieron los mitos, creencias y
leyendas religiosas que les permitieron una posterior recreación de luchas, odios, historias familiares
y aventuras en torno a sus dioses. En cuanto a la lengua, su fonética musical, la flexibilidad de su
sintaxis y la riqueza de su léxico, la hicieron apta para el canto y la expresión de los sentimientos. Era
un medio de comunicación útil y desarrollado.
Tres son los periodos en que se desarrollan los principales hitos de la historia literaria griega: época
arcaica (s. VIII-VI a.C., en que se desarrolla la polis griega y aparecen las primeras leyes escritas);
época clásica (s. V-IV, la supremacía de Atenas, la guerra del Peloponeso y la conquista de los persas
de Grecia son hechos destacados); época helenística (s. III-I a.C., en que Grecia pasa a ser provincia
romana).
Para hablar de una literatura escrita en latín (y no de una tradición oral muy anterior) ha de
llegarse al siglo III a.C., cuando tras la conquista de la Magna Grecia por parte de Roma, el Imperio
Romano entra en contacto con el mundo y la cultura griegos.
La literatura latina muestra gran dependencia de la literatura griega, tanto en los géneros literarios
y su estudio teórico, como en la mitología. Además, otro de sus rasgos es la tendencia a la creación
didáctica (oratoria, historia, ciencia) más que a la ficción o la estética. Por último, es obra del genio
latino el servir de puente cultural entre la cultura griega y el mundo medieval que se alumbra tras el
fin del Imperio Romano, y su literatura en latín seguirá escribiéndose por toda la Europa cristiana
hasta la llegada del Renacimiento, siglos después de haber sucumbido Roma a los ataques bárbaros y
a su propia debilidad.
El mundo que queda tras las luchas que provocan la caída del Imperio Romano es muy distinto al
que había conocido el esplendor de Roma y la sofisticación de Grecia. Europa, durante diez siglos, va
saliendo lentamente de la postración cultural y económica en que queda sumida y se forma como
unidad cultural y social, tal y como la conocemos hoy en día: la Edad media es el periodo de
gestación de los reinos y de las naciones europeas y una época en que, el espíritu europeo se
construye con dos pilares que acaban fundiéndose en una peculiar mezcla: el mundo pagano
grecolatino y la espiritualidad cristiana.
La cultura grecolatina no desparece del todo gracias al esfuerzo de la Iglesia y la Universidad. La
Iglesia adopta el latín como lengua para la liturgia y los actos religiosos, así como lengua de los
escritores cristianos; custodiará en los monasterios las obras de la cultura grecolatina y enseñará en
latín en las escuelas monásticas. La Universidad, nacida a fines del XIII, adoptará el latín como lengua
de cultura y, mediante el intercambio de estudiantes y profesores en las distintas facultades,
favorecerá la difusión de los libros y de las ideas.
Las primeras manifestaciones literarias nacidas de las lenguas nacionales europeas son, como en
otras culturas, manifestaciones orales (lírica tradicional, cantares de gesta, teatro popular y
religioso). Poco a poco, estas lenguas “vulgares” empezarán a considerarse dignas de ponerse por
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escrito y de servir de transmisión de obras y géneros de carácter culto (mester de clerecía, poesía
trovadoresca, prosa de ficción y doctrinal, obras científicas…).
1.1 Los poemas homéricos: Ilíada y Odisea
El nacimiento de la épica. Sobre una rica herencia de tradición oral nace la épica griega. Cuenta las
hazañas de los héroes del pasado y es obra de un aedo, el antiguo cantor, que recita un cantar que
antes ya ha oído. Conserva y a la vez innova en esta larga cadena de transmisión oral: ante la falta de
un texto prefijado, el aedo crea la obra en cada recitación. Rasgos esenciales de esta poesía épica
son: el recurso a temas mitológicos, el uso de una lengua artificial y arcaica (que acaso nunca llegó a
hablarse), el empleo de fórmulas épicas (epíteto épico, repeticiones, alusiones a los oyentes,
intervención final del narrador) y el uso de un solo tipo de verso (el hexámetro es el más habitual).
Homero. Se le sitúa cronológicamente antes del 700 a. C. y se le atribuyen las obras más
importantes de la épica: La Ilíada (las cosas de Ilión, “Troya”) y La Odisea.
La Ilíada consta de 24 cantos y ofrece un episodio del décimo año del asedio a Troya. (contad
brevemente el argumento). La obra tiene desarrollo lineal, se inicia en una situación de
enfrentamiento previo al texto y, tras un conflicto interno inicial –la cólera de Aquiles-, finaliza con
las muertes de Patroclo y de Héctor. Se ha destacado la unidad de la obra, mantenida con el
propósito de cantar la cólera de Aquiles, aun cuando otros muchos elementos aparecen (discursos,
contiendas entre dioses…). La acción es el centro de atención del creador, por lo que el espacio y el
tiempo quedan en segundo plano y no son precisos. Abunda una descripción activa que dota de
movimiento al personaje; emplea el epíteto épico y las comparaciones activas, recurso para la
memorización del aedo; destaca la presencia de los dioses y su toma de partido por uno de los dos
bandos.
La Odisea relata en 24 cantos el tema del regreso de Ulises a su patria, Ítaca, tras finalizar la guerra
de Troya, regreso en donde sufre el acoso constante de Poseidón y goza de la protección de Palas
Atenea. De La Odisea puede decirse que comparte técnicas narrativas con la obra anterior, pero
difiere en aspectos esenciales: si el móvil de los protagonistas de la Ilíada es el honor, en un
ambiente guerrero y con un desarrollo lineal de los acontecimientos y en un tono dramático y
emotivo, La Odisea presenta como móvil central el salvarse y regresar a casa, donde las aventuras y
peripecias varias centran la narración, con tramas paralelas y pespectivismo, así como la presencia de
ambientes palaciegos y fantásticos.
1.2. La épica medieval
Los cantos épicos son los primeros testimonios literarios de las literaturas europeas. Las guerras
feudales y la reconquista dominan la vida de nobles y siervos. Dos son las formas de literatura épica
en la E.Media: los cantares de gesta y los poemas caballarescos.
Los cantares de gesta son largos relatos en verso de carácter informativo o noticiero en los que un
bardo o juglar narra las hazañas de un héroe. Son obras destinadas al canto en las que el juglar relata
las gestas de un individuo que representa las inquietudes y aspiraciones de una comunidad frente a
las comunidades vecinas; son, pues, cantos representativos del carácter nacional. La otra gran
características es su oralidad: el juglar aprende de memoria y transmite estos relatos con un surtido
de formulas fijas y con una gran capacidad de improvisación. Con cada transmisión oral, el cantar
sufre modificaciones, más o menos significativas, que hacen de él un producto de autoría colectiva.
Los Nibelungos en Alemania, La Canción de Roldán en Francia y el Cantar de Mío Cid en España
son los cantares más importantes.
El cantar francés recrea, en el siglo XI, con datos alejados de la realidad histórica, un suceso
histórico ocurrido en 778: la derrota que los vascones infligieron a las tropas de Carlomagno en el
valle de Roncesvalles. En el relato, son las tropas árabes de Zaragoza quienes atacan a las tropas de
Carlomagno ayudados por la traición de Ganelón, noble francés cuyo odio a Roldán le hace traidor a
su patria. Aunque Roldán muere, las tropas de su señor Carlomagno llegan a tiempo para atacar y
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vencer a los moros. Caracteres de la obra: fantasía descriptiva y presencia de elementos fantásticos;
emoción poética capaz de transmitir el heroísmo y la nobleza de Roldán; un estilo sencillo, de frases
breves y tajantes, léxico preciso y recursos expresivos propios de la épica; más de cuatro mil versos
decasílabos de rima asonante, agrupados en tiradas de desigual número de versos.
La influencia de la Canción de Roldán se extiende por toda Europa y en especial por España, donde
da lugar al perdido Cantar de Roncesvalles. Así mismo generó varios romances, como los centrados
en la figura de Carlomagno o los que protagoniza Bernardo del Carpio, personaje legendario que
luchó contra los francesas en la batalla de Roncesvalles.
Las sagas o eddas son cantos primitivos de las hazañas de héroes legendarios o mitológicos con
intervención de los dioses germánicos. Las hazañas de uno de estos héroes da lugar a Los
Nibelungos, escrita a comienzos del siglo XIII, que destaca por: la caracterización psicológica de la
figura central, Crimilda, que evoluciona desde la ingenuidad y ternura iniciales hasta convertirse en
símbolo del deseo de venganza; la grandeza de acontecimientos y personajes, capaces de hazañas
sobrenaturales o gestas sobrehumanas. Esta obra influye en gestas literarias como la española Los
siete infantes de Lara, no conservada.
El Cantar de Mío Cid, aunque su estudio directo no corresponde a esta asignatura, merece al
menos un comentario en el que cotejarlo con las dos obras anteriores. Dos características lo
singularizan respecto a los otros relatos épicos europeos. Por un lado, la irregularidad del cantar
español (versos de entre 10 y 20 sílabas) frente a la regularidad de los otros dos. Por otro lado, se ha
destacado el “realismo” mayor del cantar, o lo que es lo mismo, una mayor proximidad a los hechos
históricos en los que se basa que los otros cantares, sin menoscabo alguno a su condición de obra de
ficción.
Cabe añadir para terminar este apartado, otra manifestación de la épica medieval que alterna con
el arte de los juglares. Se trata de los poemas caballerescos, narraciones cultas en verso,
denominadas “novelas cortesanas”, hechas para ser leídas y que, con el tiempo, darán lugar a la
novela de caballerías. Esta novela cortesana presenta diferencias notables con los cantares de gesta:
aparte de su origen culto y su transmisión escrita con autor individual y conocido, presenta un verso
regular con pareados de rima consonante; tramas amorosas y fantásticas de difícil realización y
múltiples peligros; un héroe-caballero que actúa en solitario y que busca el prestigio social y la
perfección moral; y la presencia fundamental del personaje femenino como causa de las acciones del
héroe.
Los argumentos de la novela cortesana giran en torno a la “materia de Bretaña”, una mezcla de
antiguas tradiciones basadas en viejos mitos bretones y elementos fabulosos de origen celta. Su eje
central es el legendario Arturo, su corte y sus motivos recurrentes (búsqueda del Grial). El autor más
destacado es el francés Chrétien de Troyes.
1.3. El teatro grecolatino
Como en la mayor parte de las culturas, el teatro griego surge en el marco de celebraciones
rituales; en concreto, en las fiestas de las Grandes Dionisias, en honor del dios Dionisio. En una
especie de festivales dramáticos pagados por coregos o personas adineradas, tres autores
presentaban cada uno tres tragedias y un drama satírico. Las obras se sometían a un concurso y un
jurado, elegido a suerte entre el pueblo, premiaba al dramaturgo, al corego y a los actores.
Las dos formas teatrales esenciales del teatro griego son la tragedia y la comedia. En cuanto al
tema, la tragedia se apoya en la mitología o en la épica, se centra en el destino, la culpa, el castigo
divino o el conflicto entre individuo y ciudad; en la comedia los temas se centran en la crítica social,
uniendo fantasía y realidad con intención de provocar la burla o la risa. Sus personajes son
inventados por el autor, reales o dioses diversos y el protagonista, aunque débil, triunfa siempre
empleando artimañas inverosímiles. Los personajes de la tragedia son héroes o dioses que actualizan
los problemas de la existencia y la relación del hombre con su destino, con el mundo o con sus
propias pasiones. El héroe personifica los valores humanos y debe enfrentarse a conflictos de difícil o
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imposible resolución. En la tragedia, la identificación con el héroe provoca en el espectador una
purificación, gracias a la cual se libera de sus propios sufrimientos. Por último, el lenguaje de la
tragedia es culto y elevado, mientras que el de la comedia es vulgar, incluso obsceno.
Los principales autores trágico griegos son Esquilo, Sófocles y Eurípides; en la comedia, Aristófanes
y Menandro.
Esquilo. Se le ha llamado “el creador de la tragedia” porque sus obras son las más antiguas que se
conservan y porque aportó al arte de la tragedia sus rasgos esenciales: introdujo el segundo actor
(antes la tragedia se limitaba al diálogo entre un coro y un individuo); creó la trilogía dramática
desarrollando un mismo tema en tres tragedias; empleó un lenguaje solemne y un estilo majestuoso
cercano a la épica. Obras: Los persas, Prometeo encadenado, La Orestíada.
Sófocles basa sus obras en principios religiosos y sociales que rigen todo su pensamiento. Dada la
existencia de dos esferas, la divina y la humana, ésta, débil y sometida al sufrimiento y al error, debe
obedecer siempre a la ley divina. Perfeccionando el teatro de Esquilo, Sófocles introduce el tercer
actor, ofrece diálogos más vivos e incrementa el protagonismo de los actores en detrimento del coro.
Sus tragedias principales son Antígona, Edipo rey, Electra, Ayax, Filoctetes. De todas ellas, Antígona
y Edipo rey se consideran paradigmas de la tragedia clásica, porque sus protagonistas se enfrentan a
conflictos irresolubles cuya única solución es la muerte.
Eurípides, más joven que Sófocles pero contemporáneos, ofrece rasgos distintivos: se aleja de los
principios ideológicos tradicionales de los dos autores anteriores; tiene preferencia por los aspectos
de la vida humana, como política, moral, religión, no usuales en la tragedia anterior; se aleja de los
grandes héroes precedentes para acercarse a personajes insignificantes socialmente en aquel
entonces, como las mujeres o los esclavos; prefiere una acentuación del sentimiento frente al
conflicto recreado por Sófocles. Mientras Sófocles presenta al hombre “como debe ser”, Eurípides lo
muestra “como es” y sus personajes describen sus desgracias con un lenguaje contemporáneo. Obras
importantes: Medea, Andrómaca, Las Suplicantes.
Aristófanes es el representante de la “comedia antigua”, con temas centrados en la crítica y
denuncia de asuntos que afectan a los ciudadanos como los manejos políticos, los malos
magistrados, la guerra o el sexo. Obras: La nubes, Las avispas, Las aves.
Menandro trata el tema del amor como elemento conector de la trama. Los personajes deben
ingeniárselas para conseguir sus fines y las escenas costumbristas y realistas proporcionan tipos más
cercanos a los espectadores que los de Aristófanes. Su teatro influyó grandemente en la comedia
romana. Obras representativas: El malhumorado, El escudo, La trasquilada.
La tragedia y la comedia surgen en Roma como adaptaciones o traducciones de obras griegas, con
temas, lugares y personajes griegos. Hay otras obras con asuntos y personajes romanos que alternan
con las anteriores. De las obras dramáticas latinas sólo se han conservado comedias de Plauto y
Terencio, y algunas tragedias de Séneca. Todas las obras se expresan en verso, con variedad métrica.
Es un teatro musical que alterna el diálogo, la música y la danza.
Plauto escribió comedia que son adaptaciones griegas con personajes, lugares y contenidos griegos
y sus argumentos suelen girar en torno a los problemas de una joven pareja de enamorados que, con
la ayuda de un astuto esclavo, consiguen superar todas las dificultades que se oponen a su amor.
Destacan los personajes antipáticos, sobre los que el autor pone su creatividad, y al final acaban
burlados o apaleados.
Terencio, como Plauto, toma sus argumentos de la comedia nueva griega: asuntos de enamorados,
argucias de esclavos, intransigencia de los padres con la boda de sus hijos. En Terencio no hay
ruptura de la jerárquica pirámide social porque busca el mensaje educativo y moral. Su lengua y
estilo son modelos de clasicismo por su elegancia, aunque a sus personajes les falta espontaneidad,
al contrario que los de Plauto, en donde cada uno habla de acuerdo a su condición social.
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Desde la caída del Imperio Romano hasta el final de La Edad media, el teatro clásico desaparece
como espectáculo y como lugar de representación. Con el tiempo va surgiendo un teatro popular
promovido sobre todo por juglares a los que se relaciona con tipos procedentes del teatro romano
como los mimos, los histriones, etc. Junto a estas representaciones juglarescas, aparece el germen
del teatro religioso (misterios y milagros) que se desarrolla inicialmente en el interior de las iglesias
con motivo de las fiestas cristianas de la Navidad y la Semana Santa.
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Lectura 1: Antígona de Sófocles. Tragedia (texto reelaborado a partir de información
obtenida de Wikipedia).
Antígona es el título de una tragedia de Sófocles, basada en el mito de Antígona y representada por primera
vez en 442 a. C.
En Antígona se enfrentan dos nociones del deber: la familiar, caracterizada por el respeto a las normas
religiosas y que representa Antígona; y la civil, caracterizada por el cumplimiento de las leyes del Estado y
representada por Creonte. Además se establece una oposición entre el modo en que las dos hermanas,
Antígona e Ismene, se enfrentan a un mismo problema.
Personajes: Antígona, Ismene, Hemón, Creonte, Coro, Guardián, Tiresias, Eurídice, Mensajero, Corifeo.
Espacios físicos: El Palacio de Tebas: Palacio donde el rey Creonte vive y gobierna. Lugar de majestuoso
tamaño y riqueza. En este lugar también vive Hemon hijo de Creonte y ahí se reúnen los consejeros del rey.
Afueras de la ciudad de Tebas: Lugar donde toma lugar la batalla y donde el cuerpo Polinices yace sin sepultura
ni honores hasta que Antígona desobedece la ley y entierra su cuerpo.
Plaza pública: Este es el lugar donde Antígona planea el plan para poder sepultar el cuerpo de su hermano en
este sitio y aquí también es donde el mensajero le dice a la gente lo que le pasa a su rey Creonte.
La cueva de Tebas: Aquí es donde Antígona es condenada a permanecer por haber desobedecido la ley. Ella se
mata y, al enterarse Hemon, muere junto a ella.
Argumento: El difunto rey de Tebas, Edipo, tuvo dos hijos varones: Polinices y Eteocles. Ambos acordaron
turnarse anualmente en el trono tebano, pero, tras el primer año, Eteocles no quiso ceder el turno a su
hermano, por lo que el primero llevó un ejército foráneo contra Tebas. Ambos hermanos se dieron muerte
mutuamente, pero son los defensores de Tebas los que vencen en el combate.
Antígona, hija de Edipo, cuenta a su hermana Ismene que Creonte, actual rey de Tebas, impone la prohibición
de hacer ritos fúnebres al cuerpo de Polinices, como castigo ejemplar por traición a su patria. Antígona pide a
Ismene que le ayude a honrar el cadáver de su hermano, pese a la prohibición de Creonte. Ésta se niega por
temor a las consecuencias de quebrantar la ley. Antígona reprocha a su hermana su actitud y decide seguir con
su plan.
Creonte anuncia ante el coro de ancianos su disposición sobre Polinices, y el coro se compromete a respetar
la ley. Posteriormente, un guardián anuncia que Polinices ha sido enterrado, sin que ningún guardián supiera
quién ha realizado esa acción. El coro de ancianos cree que los dioses han intervenido para resolver el conflicto
de leyes, pero Creonte amenaza con la muerte a los guardianes porque cree que alguien los ha sobornado. El
cuerpo de Polinices es desenterrado. Pronto se descubre que Antígona era quien había enterrado al cuerpo,
pues intenta una vez más enterrar al cuerpo y realizar los ritos funerarios, pero es capturada por los centinelas.
Antígona es llevada ante Creonte y explica que ha desobedecido porque las leyes humanas no pueden
prevalecer sobre las divinas. Además se muestra orgullosa de ello y no teme las consecuencias. Creonte la
increpa por su acción, sospecha que su hermana Ismene también está implicada y, a pesar del parentesco que
lo une a ellas, se dispone a condenarlas a muerte.
Ismene, llamada a presencia de Creonte, a pesar de que no ha desobedecido la ley, desea compartir el
destino con su hermana y se confiesa también culpable. Sin embargo, Antígona, resentida contra ella porque
ha preferido respetar la ley promulgada por el rey, se niega a que Ismene muera con ella. Finalmente, es sólo
Antígona la condenada a muerte. Será encerrada viva en una tumba excavada en roca.
El hijo de Creonte, Hemón, se ve perjudicado por la decisión de su padre, ya que Antígona es su prometida.
Señala a su padre que el pueblo tebano no cree que Antígona merezca la condena a muerte y pide que la
perdone. Creonte se niega a ello y manda traer a Antígona para que muera en presencia de su hijo. Hemón se
niega a verla y sale precipitadamente.
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Antígona va camino de su muerte y, si bien no se arrepiente de su acción, ha perdido la altivez y resolución
que mostraba antes, al dar muestras de temor ante su muerte. La humanización de Antígona resalta el
dramatismo del momento.
El adivino y ciego Tiresias interviene en ese momento para señalar a Creonte que los cuervos y los perros
arrancan trozos del cadáver de Polinices y los dejan en los altares y los hogares, prueba de que los dioses
muestran señales de cólera. Acusa a Creonte de imprudente y vaticina que alguien de la sangre de Creonte
pagará sus errores con su muerte. El coro de ancianos también aconseja al rey que cambie de actitud. Creonte,
ante las profecías de Tiresias, cede y se dispone a rectificar sus faltas.
Un mensajero explica a Eurídice, la esposa de Creonte, como su esposo, tras suplicar perdón a los dioses, lavó y
honró el cadáver de Polinices, erigiéndole un túmulo funerario. A continuación se disponía, junto con los
guardianes, a liberar a Antígona del sepulcro donde había sido encerrada, pero ésta fue hallada ahorcada y
Hemón se había suicidado clavándose una espada tras encontrar a su prometida muerta. Quedó abrazado a
ella mientras moría.
Creonte aún tiene que soportar otra desgracia más, pues al volver a palacio con su hijo muerto en brazos,
recibe la noticia de que su esposa Eurídice también se ha suicidado al conocer las noticias.
El coro finaliza con una llamada a obrar con prudencia y respetar las leyes divinas.
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