El trastorno límite 12 12 MENTE ME MEN M EEN NTE TE Y C CEREBRO ER ER EREBR REEB BRO BR R RO O 36 36 / 2009 200 220 00009 de la personalidad Caracterizado por sentimientos de vacío, impulsividad, desregulación emocional y disfunciones cognitivas, comporta graves consecuencias clínicas y sociales MARINA DIAZ MARSA, M. KAZUHIRO TAJIMA POZO Y JOSE LUIS CARRASCO E 1. EL TRASTORNO LIMITE DE LA PERSONALIDAD es un trastorno mental cuya importancia corre pareja a © FOTOLIA / CHRISTOS GEORGHIOU la dificultad que entrañan MENTE ME MEN M EN ENTE TE Y CEREBRO CEER CE REB BR R RO O 3366 / 2009 200000099 2200 su clínica y su tratamiento. A menudo, la claudicación familiar y los trastornos de conducta asociados al trastorno son los principales motivos de su asistencia en los servicios sanitarios. l trastorno límite de la personalidad (TLP, o borderline) es, según el canon de las enfermedades mentales (DSM IV), una alteración que se caracteriza por desregulación emocional, pensamiento extremadamente polarizado y relaciones interpersonales caóticas. El perfil del trastorno incluye también una inestabilidad generalizada del estado de ánimo, de la autoimagen y de la conducta, así como del sentido de identidad, que puede llevar a períodos de disociación. Se le clasifica dentro del grupo B de trastornos de la personalidad, los llamados “dramático-emocionales”. Constituye, con mucho, el más común de los trastornos de la personalidad. Se estima que su prevalencia oscila entre un 0,2 % y un 1,8 % de la población general. De ellos, el 76 % son mujeres; se da, pues, una proporción de 3:1, entre sexos. Se han avanzado dos hipótesis para explicar diferencia tan llamativa. De acuerdo con la primera, la disparidad se debería a un defecto de diseño en el modelo estadístico. Para la segunda, habría diferencias sociales o biológicas reales subyacentes. En este sentido se recuerda que el abuso sexual, habitual en los historiales de TLP, se da con mayor frecuencia en mujeres. Influiría también el hecho de que las mujeres experimentan más mensajes inconsistentes e invalidantes. Por fin, la sociedad favorece que las mujeres sean más dependientes. Los datos de mayor prevalencia en mujeres se hallan detrás de la mayor tendencia al diagnóstico de TLP en ellas. Sin olvidar que los varones, por presión social, se muestren menos proclives a la consulta psiquiátrica; tratados de adicciones, pasan inadvertidos los síntomas borderline. 13 RESUMEN Perfil del trastorno límite de la personalidad 1 Su clínica se caracteriza por una enorme inestabilidad en el plano emocional, conductual, relaciones interpersonales y de la autoimagen. Se clasifica dentro del grupo de trastornos de la personalidad del grupo B, también denominados dramático-teatrales. 2 El trastorno límite de la personalidad es el más prevalente de los trastornos de la personalidad. Los sufren entre un 0,2 % y 1,8 % de la población. Existe una mayor prevalencia en mujeres. 3 Se ha avanzado notablemente en el conocimiento de los mecanismos biológicos implicados en la génesis de los trastornos de personalidad. Modelos dimensionales o psicobiológicos Antaño, los trastornos de la personalidad se encuadraban entre los trastornos psicológicos. De un tiempo a esta parte se les reconoce una base biológica predisponente. Se han propuesto varios modelos dimensionales (psicobiológicos) de la personalidad. El modelo de Siever y Davis parte de la observación clínica de los trastornos de la personalidad y describe la existencia de tres ejes: organización/perceptiva, inestabilidad afectiva, impulsividad y ansiedad/inhibición. Cada eje estaría determinado por una función cerebral y de neurotransmisión; su disfunción se traduciría en la sintomatología clínica. Otros modelos —asi, los de Eysenck, Cloninger o Zuckerman— se apoyan en la investigación de psicología experimental y de ensayos sobre animales. Las alteraciones biológicas reseñables afectan a los neurotransmisores. Se asocia el TLP a bajos niveles de serotonina. Se sospecha que existen déficits parciales vinculados a la dopamina, noradrenalina y acetilcolina. Estudios de supresión con dexametosa El estudio de la actividad del eje hipotálamohipofisario comenzó a llevarse a cabo al observarse que los pacientes con síndrome de Cushing y trastornos depresivos graves presentaban un hipercortisolismo basal, que se reflejaba en una ausencia de supresión en el test de supresión con dexametasona (TSD) en dosis única de 1 mg (véase figura 2a). Se puso de relieve la relación entre el hipercortisolismo basal y el estrés. Tras percatarse de la importancia de los traumáticos en la génesis del trastorno limite de la personalidad, se empezó a abordar la posible existencia de una hipersensibilidad de estos pacientes al estrés, como ya se había observado en el caso particular del trastorno de estrés postraumático (TEPT), donde los estudios con TSD mostraban una hiperrespuesta a la supresión de cortisol con dosis de 0,5 mg (véase figura 2b). Se comprobó que la utilización de dosis menores de dexametasona en el TSD resultaban adecuados en el estudio de trastornos que cursen con una hiperrespuesta al estrés. La investigación sobre pacientes con trastornos de conducta alimentaria (TCA) reveló que las mujeres TCA con mayor predominio de síntomas bulímicos, impulsividad y una mayor prevalencia de antecedentes traumáticos presentaban una hipersupresión de cortisol en el TSD (véase figura 2c). La aplicación de técnicas de formación de imágenes avala la hipótesis de una patología cerebral dual en el TLP, en la que se hallarían comprometidos circuitos frontales y límbicos. Estas zonas cerebrales también estarían implicadas en la disfunción serotoninérgica que parece relacionarse con el descontrol de impulsos y la autoagresividad propios de tales pacientes. Según es sabido, la corteza Principales síntomas del trastorno límite de la personalidad Características clínicas: Oscilaciones afectivas intensas y reactivas Conductas autodestructivas graves Ira y agresividad impulsivas Relaciones inestables e impulsivas Síntomas disociativos/ansiedad intensa Ideas paranoides INESTABILIDAD AFECTIVA Evitación Depresión Dependencia Disforia Ansiedad La inestabilidad afectiva es el síntoma cardinal de este trastorno. Otros síntomas característicos del mismo son la hipersensibilidad, sobre todo al rechazo, que les lleva a tener conductas autodestructivas por una alteración cognitiva de la vivencia del rechazo. La irritabilidad y conductas agresivas pueden explicarse también Ira Hipersensibilidad Agresión Déficit de atención Distorsión cognitiva por esta hipersensibilidad y por un déficit de atención; pudieran, pues, hallarse implicados los lóbulos frontales. 14 MENTE Y CEREBRO 36 / 2009 a HHA en depresión CORTISOL DEPRESION Implicación dual de los circuitos frontal y límbico en el TLP CONTROL 8.00 A.M. 3.00 P.M. 1 mg dexametasona b HHA en el trastorno de estrés postraumático Lóbulo frontal: la corteza prefrontal se considera CONTROL CORTISOL fundamental para el control cognitivo del comportaTEPT miento, el control de la impulsividad y la regulación de las emociones, todas ellas áreas de funcionamien- 8.00 A.M. 3.00 P.M. to severamente afectadas en el TLP. 0,5 mg dexametasona Sistema límbico: este c sistema desempeña una Respuesta normal al estrés función fundamental en la regulación de las emociones y en el almacenamiento y recuperación de los CORTISOL recuerdos. DEPRESION CONTROL TRASTORNO LIMITE Acontecimiento estresante 2. EL ESTUDIO DEL EJE HIPOTALAMO-HIPOFISARIO-ADRENAL (HHA) permite conocer la respuesta al estrés. Las concentraciones de cortisol aumentan rápidamente en situaciones de estrés físico (traumatismo, cirugía) o psíquico (ansiedad, depresión), hipoglucemia y fiebre (c). Dada su implicación en los mecanismos del estrés, ha sido ampliamente estudiado en los trastornos del estado de ánimo y, más recientemente, en los trastornos que cursan con una mayor sensibilidad al estrés. A finales de los años sesenta, un grupo de investigadores informó sobre un aplanamiento en el ritmo circadiano en pacientes deprimidos, que hasta entonces se había observado en pacientes con síndrome Cushing; no existía, pues, pico de cortisol ante un acontecimiento estresante, en concreto tras la administración fisiológica de 1 mg de dexametasona (b). Se descubrió así la correlación existente entre el estrés y un aumento en la sensibilidad del eje HHA en trastornos en los que se suponía una baja tolerancia al estrés, como eran el trastorno de estrés postraumático y el TLP; aparecía una hiperrespuesta del eje HHA tras la administración de una dosis menor de dexametasona (0,5 mg). MENTE Y CEREBRO 36 / 2009 15 3. LA GRAN HETEROGENEIDAD de la clínica del TLP conlleva una dificultad de manejo no sólo por parte de sus familiares, sino también de los profesionales sanitarios, que deben habérselas con la contratransferencia que generan. Es un trastorno de la personalidad aloplástico y egosintónico, donde el peso de los síntomas no recae exclusivamente en los pacientes, sino de manera muy especial en las personas más cercanas que conviven © FOTOLIA / MICROIMAGES con ellos. Hallazgos biológicos en el trastorno límite de la personalidad 5-HIIA Asberg 1976, Linnoila, 1980 Respuesta de prolactina con agonistas 5-HT Coccaro 1995, López-Ibor 1991 Actividad MAO plaquetaria, Verkes et al, 1996 Norepinefrina Siever, 1992 Respuesta a la prefrontal interviene en el control cognitivo del comportamiento, el control de la impulsividad y la regulación de las emociones, áreas que se encuentran severamente afectadas en el TLP. Por su parte, el sistema límbico participa en la regulación de las emociones y en el almacenamiento y recuperación de los recuerdos. Por último, la investigación ha recogido indicios biológicos que orientan la existencia de un factor genético en el TLP. Se ha sugerido la relación con alteraciones del alelo corto del gen asociado al transportador de serotonina, aunque de momento no hay ningún dato concluyente. acetilcolina Steinber et al, 1987 Hiperreactividad del eje HHA Grossman 2000, Carrasco 2003 5-HIIA: 5-hidroxi-indol-acético Agonistas 5-HT: agonistas serotoninérgicos MAO plaquetaria: monoamino oxidaxa plaquetaria Eje HHA: eje hipotálamo-hipofisario-adrenal 16 Tratamiento farmacológico El análisis sindrómico del trastorno ha permitido identificar diversos síntomas susceptibles de ser tratados psicofarmacológicamente. La compleja clínica del trastorno límite de la personalidad se podría englobar en cuatro dimensiones básicas: impulsivo-agresiva, inestabilidad afectiva, cognitiva-perceptiva y ansiedad-inhibición (véase el recuadro de la página 7). Antidepresivos y eutimizantes, antipsicóticos, ansiolíticos y ácidos grasos omega 3 han demostrado eficacia en el tratamiento de las dimensiones sintomáticas de ese cuadro. Los inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS) se han revelado eficaces en el manejo de la impulsividad asociada a TLP. Estos fármacos presentan escasos efectos secundarios y tienen un perfil muy seguro en caso de sobreingesta. Su eficacia aparece, en muchos casos, desde la primera semana y es independiente del beneficio terapéutico sobre la depresión. La ineficacia de un ISRS no predice la falta de eficacia de otro ISRS y la duración del tratamiento depende de la comorbilidad, de la exposición a acontecimientos vitales estresantes, del tratamiento de rasgos de vulnerabilidad y de la adquisición de habilidades en psicoterapia. En general, todos los ISRS mejoran el control de impulsos y el procesamiento de la información, amén de rebajar la disforia, causa frecuente de conductas impulsivas. La fluoxetina disminuye la impulsividad y frena las conductas autolesivas, así como la sensación de rechazo. Se registra adherencia al tratamiento. Y se aprecia una mejoría frente a placebo en la agresión verbal y la agresividad contra objetos. Los hallazgos sugieren una rápida mejoría de la conducta impulsiva desde la primera semana de tratamiento y una disminución de la conducta impulsivo-agresiva, independiente del estado depresivo, con dosis medias de 80 mg/día. MENTE Y CEREBRO 36 / 2009 Estrategias terapéuticas DIMENSION IMPULSIVO-AGRESIVA Incapacidad para la reflexión previa al acto (dificultad para resistir impulsos; precipitación en respuesta a estímulos) Respuesta impulsiva destructiva Manifestaciones sintomáticas: Violencia verbal o física / descontrol Autolesiones, suicidio Abuso de sustancias / atracones Localizada en: Amígdala. Ira Sustancia reticular ascendente. Impulso Areas corticales. Control inhibitorio Olanzapina Formas depot Estabilizadores ánimo (Topiramato) ISRS Eficacia parcial: añadir Eficacia: No eficacia: Mantener antipsicóticos atípicos y/o Cambiar ISRS estabilizador del ánimo Eficacia Parcial: estabilizadores del ánimo y/o antipsicóticos atípicos Neuroquímica: Déficit de serotonina produce impulsividad Exceso de dopamina produce impulsividad Déficits frontales se asocian a impulsividad No eficacia: ISRS/IRNS Eficacia parcial: litio No eficacia: ISRS/IRNS No eficacia: IMAO DIMENSION INESTABILIDAD AFECTIVA Regula el ánimo basal Regula la reactividad del ánimo Regula las conductas ante la frustración emocional Manifestaciones sintomáticas: Disforia basal Distimias reactivas breves Intolerancia a la frustración / demanda Localizada en: Sistema límbico Rafe medial Locus coeruleus Estabilizador del ánimo ISRS IRNS Eficacia: Mantener Neuroquímica: Déficit de serotonina produce hipersensibilidad Exceso de acetilcolina produce hipersensibilidad Exceso de noradrenalina produce hiperreactividad Eficacia parcial: Añadir Estabilizador del ánimo No eficacia: Cambiar ISRS/IRNS Eficacia Parcial: Antipsicóticos atípicos Eficacia parcial: Añadir Estabilizador del ánimo Eficacia parcial: Antipsicóticos atípicos DIMENSION COGNITIVA-PERCEPTIVA Regula los elementos básicos de la interpretación de los estímulos. Contenido afectivo, proporcionalidad Manifestaciones sintomáticas: Suspicacia, distorsiones interpretativas Falta de relativización Ideación paranoide. Ideas de referencia Micropsicosis Localizada en: Areas prefrontales Conexiones córtico-subcorticales Neuroquímica: Déficit de dopamina cortical ANTIPSICOTICOS ATIPICOS Eficacia: Mantener No eficacia: Cambiar Antipsicótico atípico Eficacia parcial: Aumentar dosis Eficacia Parcial: Cambiar otro Antipsicótico atípico Eficacia parcial: Aumentar dosis Eficacia parcial: Cambiar Antipsicótico atípico No eficacia: Valorar Antipisicótico clásico DIMENSION ANSIEDAD-INHIBICION Regula la respuesta ante el peligro Manifestaciones sintomáticas: Ansiedad, disforia Temor, inhibición, preocupación Sentimientos de vacío MENTE Y CEREBRO 36 / 2009 Localizada en: Amígdala Septo-hipocampo Neuroquímica: Hipersensibilidad serotoninérgica Hipersecreción de CRH (factor hipotalámico estimulante de la corticotropina) Déficit de GABA (ácido gamma-aminobutírico) ISRS/IRNS Eficacia: Mantener Eficacia parcial: Añadir benzodiazepinas No eficacia: Cambiar ISRS/IRNS Eficacia Parcial: Añadir Antipsicóticos atípicos Eficacia parcial: Estabilizador ánimo 17 Tratamiento farmacológico de los trastornos de la personalidad Eysenck Neuroticismo. Extraversión. Psicoticismo Mejora con antidepresivos y BZDs Mejora con antidepresivos Cloninger Evitación del riesgo. Búsqueda de novedades. Dependencia del refuerzo. Persistencia Mejora con antidepresivos Mejora con ISRS Zuckerman Búsqueda de sensaciones Mejora con antidepresivos BigFive Apertura. Amabilidad. Hiperconciencia. Neuroticismo. Extraversión Mejora con antidepresivos antidepre resi sivos Hipersensibilidad colinérgica Sensibilidad límbica a estímulos emocionales Disforia Hiperactividad noradrenérgica Alta reactividad Búsqueda de recompensa Intolerancia a la frustración Conductas manipulativas Las conductas irritables y disfóricas parecen explicarse por una implicación de ciertos circuitos donde parece existir una mayor sensibilidad colinérgica. Mientras que la hiperactividad noradrenérgica se corresponde con las actitudes conocidas como manipuladoras e histeriformes. 18 La sertralina parece rebajar la irritabilidad y la impulsividad. Se ha referido una mejoría en la conducta autolesiva tras 1 año de tratamiento. Consigue una mejoría en la adherencia al tratamiento; su eficacia no depende del estado de ansiedad o depresión a dosis medias superiores a 200 mg/día. La paroxetina se ha asociado a una disminución de la autoagresividad en forma de conductas autolesivas; a dosis de 315 mg/día produce un descenso significativo de todas las subescalas de SCL-90 (inventario Symptom Checklist). Aunque los antidepresivos tricilicos (ADT) no aplacan ni la impulsividad ni las conductas autolesivas, la amitriptilina disminuye los síntomas depresivos y la hostilidad de manera indirecta, y en consecuencia, mejora el autocontrol. Los inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO), actualmente poco usados, mejoran los síntomas depresivos atípicos, la ira, hostilidad e impulsividad. La tranilcipromina a dosis de 40 mg/día alivia síntomas derivados de la impulsividad y las autoagresiones. Se les reconoce un efecto importante sobre el descontrol de la conducta. Algunos autores sugieren que estas repercusiones en la conducta podrían ser el resultado de mejoría afectiva, más que de impulsividad. El litio, indicado en el tratamiento del descontrol de conducta, reduce los episodios de violencia y reconduce la agresividad impulsiva y favorece una conducta más reflexiva. Comporta, no obstante, un riesgo importante, en caso de intoxicaciones. © FOTOLIA / ELENA ELISSEEVA Algoritmo sobre los modelos dimensionales y las terapias farmacológicas. Al considerar la naturaleza biológica de la personalidad y, por tanto, de los trastornos de la misma, podemos actuar sobre las estructuras orgánicas que se encuentren más alteradas dentro de este trastorno, aplicando los modelos dimensionales psicobiológicos descritos y utilizando el arsenal terapéutico, del que disponemos para estimular o inhibir estas as regiones implicadas en los síntomas cardinales del TLP. La administración de anticomiciales (topiramato, gabapentina, valproato, clonacepam, carbamacepina, oxcarbamazepina, lamotrigina) remedia los síntomas de impulsividad y conductas autodestructivas. Son de probada eficacia ante un cuadro ciclotímico. El topiramato y la oxcarbacepina logran, en los trastornos límite de la personalidad, el control de las conductas autolesivas, un descenso importante de la ira en varones y una reducción de la agresividad en mujeres. La ausencia de efectos secundarios en los antipsicóticos favorece la adherencia al tratamiento. Su indicación puede estar justificada en el manejo de descontrol de conductas. Reducen los síntomas de agresividad, las conductas autolesivas, la hostilidad, la ira. La olanzapina se revela adecuada en las conductas impulsivas, agresividad, autoagresiones, hostilidad e hipersensibilidad personal. La risperidona reduce la agresividad. La quetiapina y ziprasidona controlan la impulsividad. Muchos de los fármacos reseñados para el manejo de la conducta impulsiva se han utilizado para control de los síntomas de labilidad emocional (labilidad, oscilaciones anímicas, hipomanía, depresiones similares a la ciclotimia o ira intensa). Los ISRS refuerzan la autoimagen y desarrollan roles interpersonales. La clínica depresiva, heterogénea, deriva de la falta de empatía, aburrimiento, labilidad afectiva secundaria a crisis vitales que puede llegar a ser un síndrome de depresión mayor. La fluoxetina eviden- MENTE Y CEREBRO 36 / 2009 cia su idoneidad para la hipersensibilidad al rechazo, ira, humor depresivo, labilidad emocional, irritabilidad, ansiedad, síntomas obsesivo-compulsivos e impulsividad, abuso de sustancias y bulimia. Mejora del funcionamiento global (a dosis medias de 20-40 mg/ día). La sertralina disminuye la irritabilidad y mejora los síntomas afectivos. Paroxetina en dosis de 20-30 mg/día y fluvoxamina en dosis 50-150 mg/día son útiles en pacientes en los que un cuadro depresivo va asociado a ansiedad. El uso de citalopram entre 2030 mg/día se ha mostrado útil en pacientes con síntomas de inhibición. Los antidepresivos venlafaxina, mirtazapina y reboxetina operan una mejora clara del estado de ánimo. Los ADT responden con mejoría leve de sintomatología depresiva. En cambio, la amitriptilina puede presentar una toxicidad, un empeoramiento de la conducta, apareciendo tanto pensamientos suicidas, paranoides, como conductas de impulsividad y desinhibición. Los IMAO poseen una historia de eficacia en la estabilidad del ánimo. La fenelzina ha demostrado mejoría global del 92 % en depresión atípica frente a imipramina y superioridad significativa al haloperidol y a placebo para síntomas depresivos, ansiedad y psicopatología borderline. La hipersensibilidad al rechazo, relacionada con déficits noradrenérgicos responde a fármacos IMAO. La tranilcipromina demostró aliviar síntomas depresivos, reduciendo la ansiedad y mejorando la capacidad hedónica. Los nuevos IMAOS, como la moclobemida, no han sido usados en borderline. Los sentimientos de vacío mejoran con ADT, IMAOS, ISRS y venlafaxina. El litio, administrado en la desregulación afectiva/inestabilidad emocional, estabiliza el sistema serotoninérgico. Entre los estabilizadores del ánimo, el ácido valproico mejora el humor, la ansiedad, la ira y la hipersensibilidad al rechazo. Tanto el topiramato, la oxcarbamacepina y la lamotrigina se muestran eficaces en el tratamiento de la inestabilidad afectiva del trastorno límite. La clozapina mejora los síntomas depresivos y de labilidad emocional. La olanzapina evidencia su eficacia en sensibilidad interpersonal, depresión, ira-hostilidad y ansiedad fóbica. Junto a éstos, se ha comprobado también la idoneidad de otros antipsicóticos (risperidona, quetiapina y ziprasidona). MENTE Y CEREBRO 36 / 2009 Dimensión cognitivo-perceptiva La eficacia de los antipsicóticos en la dimensión cognitivo-perceptiva de los trastornos de personalidad se apoya en la disfunción dopaminérgica. En los pacientes pueden inducirse episodios psicóticos con agonistas dopaminérgicos. A dosis bajas, los antipsicóticos sirven para el control de episodios micropsicóticos, paranoia, regresiones psicóticas y desorganización conceptual leve. La introducción de los antipsicóticos atípicos ha mejorado la adherencia terapéutica y reducido los síntomas extrapiramidales. La risperidona a dosis de 2-4 mg/día se ha demostrado efectiva para los síntomas de TLP aislado y asociado a distimia; la olanzapina a dosis de 5,3 +/- 3,4 mg/día resultó adecuada en toda la dimensión cognitivoperceptiva y, además, redujo la ansiedad y la hipersensibilidad al rechazo de los pacientes con TLP. La ziprasidona a dosis de 102,7 mg/ día demuestra su eficacia, rapidez de acción, efectividad y seguridad, tanto en el tratamiento a largo plazo como en los servicios de urgencias con pacientes con TLP. La quetiapina, a dosis de 700 mg/día, sirvió para intervalos de 6-8 meses. BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA Dimensión inhibición-ansiedad CONTROLLED STUDY OF DIA- En estados de inhibición, apatía, abulia y pobre funcionamiento social asociados a TLP se utilizan ISRS/ ISRNS de perfil activador (como fuoxetina: 20-60 mg/día, citalopram: 20-60 mg/día, venlafaxina: 150 mg/día, entre otros). En estados de ansiedad y agitación, son útiles: ISRS de perfil sedativo (como paroxetina (20-60 mg/día), sertralina (50-200 mg/ día), benzodiazepinas, antipsicóticos atípicos a dosis bajas. Ultimamente se prefieren estabilizadores del ánimo del tipo gabapentina o pregabalina LECTICAL BEHAVIOR THERAPY OXC A R BA Z EP I N E I N T H E TREATMENT OF BPD: A PILOT STUDY. S. Bellino, E. Para- diso, F. Bogetto en Journal of Clinical Psychiatry, vol. 66, págs. 1111-5; 2005. TREATMENT OF AGGRESSION WITH TOPIRAMATE IN MALE BORDERLINE PATIENTS. A DOUBLE-BLIND, PLACEBO-CONTROLLED STUDY. M. Nickel en Biological Psychiatry, vol. 57, págs. 495-499; 2005. TRATAMIENTO PSICOFARMACOLOGICO DE LOS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD. A. Pérez Urdaniz y V. Rubio Larrosa en Trastornos de la personalidad. Masson, págs. 345-358; 2005. DOUBLE-BLIND, PL ACEBO - PLUS OLANZAPINE FOR BPD. J. Soler, J. C. Pascual y J. Campins en American Journal of Psychiatry, vol. 162, págs. 1221-1224; 2005. TRATAMIENTO BIOLOGICO DEL TRASTORNO LIMITE DE LA PERSONALIDAD. M. Díaz-Marsá, S. González Bardanca, K. Tajima, E. García Albea, M. Navas y J. L. Carrasco Marina Díaz Marsá es médico adjunto y responsable de la unidad de hospitalización breve del hospital clínico San Carlos. Pertenece a la unidad de investigación de trastornos de la personaliad y a la unidad de investigación de primeros brotes psicóticos. Kazuhiro Tajima Pozo, médico interno residente, es colaborador en la Universidad Complutense de Madrid y trabaja en la unidad de investigación de trastornos de la personalidad y primeros brotes psicóticos. José Luis Carrasco Perera, especialista de área, es catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y responsable de la unidad de trastornos de la personalidad del hospital clínico San Carlos. en Actas Españolas de Psiquiatría, vol. 36, n.o 1, págs. 39-49; 2008. TRATAMIENTO CON FARMACOS ANTICOMICIALES DE LOS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD. M. Díaz-Marsá, K. Tajima, A. Montes y J. L. Carrasco en Actas Españolas de Psiquiatría, vol. 36, n.o 3; 2008. 19