Prefacio e Introducción

Roberto Saviano
Periodista y escritor italiano
El Observatorio es un programa de alerta, de protección y de movilización, creado por la
Federación Internacional de los Derechos Humanos (FIDH) y la Organización Mundial
Contra la Tortura (OMCT), en 1997. El Observatorio tiene como objetivos establecer una
respuesta sistemática de la comunidad internacional frente a la represión de la que
son víctimas los defensores de derechos humanos, y también romper el círculo de
aislamiento en que se encuentran estos militantes. En 2008, el Observatorio difundió
421 intervenciones urgentes respecto a 690 defensores y 83 ONG en 66 países.
Organización Mundial Contra la Tortura
Informe anual 2009
FIDH - OMCT
“El año que vivimos es posiblemente ese en el que, en razón de la crisis, cada ciudadano
ha de tomar conciencia de que los derechos humanos son un imperativo cotidiano […].
Los derechos humanos hacen parte del aire que respiramos, y renunciar a saber, a
conocer y a actuar significa renunciar completamente a sí mismo, a los otros, y al futuro
de lo que seremos. No olvidemos a aquéllas y aquellos que luchan por la libertad, la
igualdad y la justicia. Juntos, podemos y debemos lograr que ese combate no sujete a
nadie sino que nos libere a todos”.
La perseverancia del testimonio
Manifestaciones reprimidas, sindicalistas detenidos, ONG vigiladas: desde hace años
estas realidades están vinculadas a situaciones económica y socialmente desequilibradas
e injustas. El crecimiento de las inconformidades sociales vinculadas a la crisis económica
mundial ha hecho crecer la represión registrada en los últimos años. El aumento de las
prácticas y de las leyes liberticidas en materia de control de la sociedad, inversamente
proporcional a la caída de las bolsas, es una de las principales características de las
dificultades enfrentadas por los defensores de derechos humanos en 2008.
La perseverancia del testimonio
Prefacio de Roberto Saviano
Informe anual 2009
/ La perseverancia del testimonio
el observatorio para la protección
de los defensores de derechos humanos
FIDH / OMCT
/ La perseverancia del testimonio
informe anual 2009
Prefacio de
Roberto Saviano
Con los testimonios de
Anwar Al-Bunni,
Bakhtior Khamroev,
Aída Quilcué,
Amir Mohamed Suliman,
Sousan Tahmasebi
Redacción, edición y coordinación:
Alexandra Poméon, Hugo Gabbero, Juliane Falloux y Antoine Bernard (FIDH)
Delphine Reculeau, Carlos Pampín García, Anne-Laurence Lacroix y Eric Sottas (OMCT)
El Observatorio agradece particularmente por su colaboración a todas las organizaciones asociadas a la FIDH y la OMCT, así como a los respectivos equipos de las dos organizaciones.
Difusión: El presente informe es publicado en su totalidad en versión inglesa, española
y francesa, y también en ruso sobre la parte correspondiente a Europa y la Comunidad
de Estados Independientes, y en árabe sobre la parte que corresponde a Norte de África
y Oriente Medio.
Derechos de reproducción: La Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) y la
Federación Internacional de los Derechos Humanos (FIDH) autorizan la libre reproducción
de extractos de esta publicación a condición de que se mencione la fuente y que
una copia de la publicación, incluyendo los extractos, sea enviada a su sede.
Dirección artística: Bruce Pleiser
Fotógrafo: FIDH / Gaël Grilhot
Impresión: Éléna Ferran
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75011 París – Francia
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Fax. + 41 22 809 49 29
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/ P R E F A C I O
el observatorio para la protección de los defensores de derechos humanos
informe anual 2009
Roberto Saviano
Periodista y escritor italiano
Los derechos humanos: cualquiera que pronuncie esas palabras, en
nuestro occidente democrático, parecería entonar una letanía tradicional,
una letanía ciertamente sagrada pero que ahora se escucha con la oreja
distraída. Algo que es necesario decir, repetir, celebrar, una práctica
ritual. Respetado, pero nada más. Aún peor, la televisión nos impone
un spot humanitario que muestra países lejanos, naciones con nombres
inciertos cuyas fronteras parecen trazadas con una regla, como aquellas del África profunda, nos habla de regiones de Oriente Medio de
donde llegan imágenes de niños ensangrentados, llorando, de mujeres
con velo que gritan, de nuevas masacres y a veces de nuevas protestas,
de nuevas intervenciones de la ONU, tan inútiles como las anteriores.
Pero en la mayoría de los casos: nada. Los derechos humanos se habrían
convertido en un ámbito reservado a los especialistas, a los funcionarios
encargados de los expedientes en las instituciones especializadas o en las
ONG independientes. Muy a menudo, Occidente parece ajeno a estos
problemas, y cuando pretende interesarse a ellos es como si estuviese
ofreciendo un regalo a esos países de segunda clase, una concesión
de las democracias a esos Estados aún arrodillados, mal desarrollados,
deformes. Como si la cuestión de los derechos humanos se planteara
siempre en otra parte, como si concretamente se tratara aún y siempre
de los problemas de otros.
A veces es difícil demostrar que, por el contrario, el problema es de
todas y de todos, allí donde nos encontremos, y no solamente por razones morales o por un sobresalto de la conciencia. Es necesario demostrar
que el mundo es uno e indivisible y que nuestras fronteras, nuestras
constituciones democráticas, no bastarán para protegernos contra las
fuerzas que realmente gobiernan este mundo y para las cuales la carta
de los derechos humanos no son más que papel mojado.
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e l o b s e r vat o r i o p a r a l a p r ot e c c i ó n d e l o s d e f e n s o r e s d e d e r e c h o s h u m a n o s
La presente obra constituye un homenaje a esas mujeres y a esos hombres que, durante 2008, a veces poniendo en peligro su vida, lucharon
porque están convencidos de que la cuestión de los derechos humanos
nos concierne a todos. Este año, además de los conflictos armados, de
las crisis electorales o institucionales, de la lucha contra el “terrorismo”,
el combate en favor del respeto de los derechos humanos estuvo profundamente marcado por una crisis alimentaria y financiera mundial.
La crisis financiera está haciendo naufragar la economía de todos los
países industrializados, con el riesgo de afectar de manera sostenida a
las economías tan frágiles de los países en desarrollo, y de precipitarlas
en un abismo del cual nadie puede medir ni imaginar su profundidad.
Pero sobre todo, nadie está en condiciones de evaluar ni la duración de
la caída, ni el dolor que causará su impacto.
Las empresas más sanas se debaten o sucumben; se desconoce incluso
el número exacto de personas sin empleo o que están empobrecidas; el
consumo baja inexorablemente y todo aquel o todo aquello que logre
romper ese círculo vicioso aparece repentinamente como una válvula de
escape. Quien necesite obtener crédito se ve obligado a aceptar tasas de
interés usureras porque ya no tiene acceso a líneas de crédito bancarias;
por regla general ya no hay preocupación por el origen de los capitales,
inversiones o financiaciones que, independientemente del origen de
éstos, son percibidos como un maná celestial, todo lo cual constituye
un fenómeno sumamente peligroso.
Las “crisis” en 2008 ya dieron lugar a una multiplicación de los movimientos de protesta social. En Camboya, Camerún, Corea del Sur,
Túnez, Colombia, Zimbabwe y en otros lugares, mujeres y hombres
invadieron las calles para reclamar el respeto de sus derechos sociales
y económicos, y los líderes pacíficos de esas manifestaciones muy a
menudo fueron objeto de la represión. ¿Una muestra de lo que nos
espera en el contexto de la crisis actual y de los movimientos sociales
que de allí surgirán legítimamente?
Si es cierto que siempre hay alguien que saca provecho de los momentos de crisis, ahora este alguien es en primer lugar la economía del
crimen. Ante la dimisión de las instituciones que tienen como tarea
la administración del Estado, especialmente los poderes ejecutivo y
judicial, la delincuencia organizada, aprovechando las desregulaciones
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informe anual 2009
complacientes, desarrolla una economía paralela. Esta economía criminal - transnacional y mundial como la propia crisis - que vende armas
en África para comprar hoy el coltan y ayer los diamantes, para hacer
pasar la droga destinada a los mercados más remotos, que provoca la
caída de Jefes de Estado. Las masacres durante las cuales se estancan los
derechos humanos parecen, en la mayoría de los casos, desencadenadas
por ideologías religiosas, odios étnicos, o la simple ferocidad y la sed
de poder: ocultan bien su verdadero olor, el olor de la sangre que hacen
correr. Esta sangre apesta a dinero. Siempre. En todos los casos. No
solamente en África, sino también en Europa, como en los Balcanes.
Donde muy frecuentemente los jefes de las milicias que degollaban a
la población civil perteneciente a las etnias rivales estaban simultáneamente al mando de los tráficos ilícitos que se suministraban el uno al
otro, entre colegas. El negocio es el negocio, como siempre.
En los países asolados por una fuerte criminalidad, los derechos
humanos son ahogados por las organizaciones criminales; toda posibilidad de desarrollo de la libertad es obstaculizada por ellas. Muy a
menudo esas organizaciones terminan siendo una unidad - o casi - con
el poder político. La delincuencia organizada nunca podrá aceptar al
Estado de derecho, las pruebas nos las proporcionan de manera abundante nuestras propias mafias, consideradas por el resto del mundo
como una realidad y un mito fundador. Actualmente, la economía criminal está prosperando y progresando, instalando en todos los países
del mundo a sus hombres y sus capitales. Está corroyendo como un
cáncer los fundamentos mismos de nuestras democracias. Los derechos
humanos están en peligro en todas partes.
En este contexto decadente, la delincuencia organizada termina por
derribar a los Estados débiles, imponiendo su lógica sangrienta y brutal.
Agrava las desigualdades desarrollando una economía paralela para la
cual la vida humana no tiene ningún valor. Los defensores de derechos humanos que denuncian las violaciones y abusos cometidos se
encuentran entonces a menudo en el punto de mira de los autores de
esos crímenes.
Ahora bien, el derecho internacional nos recuerda que es responsabilidad prioritaria de los Estados no sólo luchar contra las violaciones
de los derechos humanos, sino también proteger a los defensores de
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derechos humanos que denuncian esas mismas violaciones, y velar por
un ambiente propicio para el cumplimiento de sus actividades.
Por esta razón hoy ningún debate es más pertinente que aquel sobre
los derechos humanos. Es el debate fundamental que debería permitirnos definir lo que es un ser humano, hacia dónde debe dirigir su
camino, y sobre todo confirmar una vez más que allí donde aquel no
tiene libertad para ser, para hablar, para expresarse ni para decidir su
propio destino, un Hombre deja de ser un Hombre. El año que vivimos
es posiblemente ese en el que, en razón de la crisis, cada ciudadano ha
de tomar conciencia de que los derechos humanos son un imperativo
cotidiano, que no se plantea solamente en países alejados, imaginarios
y desérticos, o en los mundos bombardeados. Los derechos humanos
hacen parte del aire que respiramos, y renunciar a saber, a conocer y a
actuar significa renunciar completamente a sí mismo, a los otros, y al
futuro de lo que seremos.
No olvidemos a aquéllas y aquellos que luchan por la libertad, la
igualdad y la justicia. Juntos, podemos y debemos lograr que ese combate no sujete a nadie sino que nos libere a todos.
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/ I N T R O D U C C I Ó N
el observatorio para la protección de los defensores de derechos humanos
informe anual 2009
Manifestaciones reprimidas, sindicalistas detenidos, ONG vigiladas:
desde hace años estas realidades están vinculadas a situaciones económica y socialmente desequilibradas e injustas. El crecimiento de las
inconformidades sociales vinculadas a la crisis económica mundial ha
hecho crecer la represión registrada en los últimos años. El aumento
de las prácticas y de las leyes liberticidas en materia de control de la
sociedad, inversamente proporcional a la caída de las bolsas, es una de
las principales características de las dificultades enfrentadas por los
defensores de derechos humanos en 2008. De Teherán (Irán) a Harare
(Zimbabwe), pasando por Seúl (República de Corea) y Buenos Aires
(Argentina), se ha intensificado la criminalización de la protesta social,
afectando cada vez más a los países llamados democráticos. Una situación tanto más inaceptable por cuanto duplica el número de ataques
sufridos por todas las demás formas de protesta pacífica frente a las
políticas gubernamentales que tienen un impacto sobre los derechos
humanos.
Crispación social
Es evidente que, si tal medida se impone en grado similar al de las
violaciones constatadas, no podemos menos que alarmarnos por la crispación que avanza en los países o en los continentes más seriamente
afectados por esta tormenta económica y social. Cada uno de nosotros
aun guarda en la memoria las imágenes de aquellos motines del hambre
que sacudieron al continente africano y a Haití a principios de 2008.
Todos ellos fueron severamente reprimidos y dieron lugar a numerosos obstáculos contra las libertades de expresión y de manifestación,
así como a detenciones arbitrarias. Un retroceso que afectó a todas
las estructuras de la oposición, comenzando por las organizaciones de
defensa de los derechos humanos del continente. Más grave aun, en
América Latina, el uso desproporcionado de la fuerza, en reacción ante
los movimientos sociales, dio lugar a disparos de munición viva contra
manifestantes (Perú), o incluso a asesinatos de dirigentes de movimientos sociales (Colombia, Guatemala, Honduras).
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La obstrucción sistemática de algunos Estados a toda forma de protesta social, se mide a veces de manera muy concreta a través de los
obstáculos interpuestos contra el surgimiento de representaciones sindicales independientes, cuando no se trata pura y simplemente de la
prohibición de toda forma de oposición pacífica contra las decisiones
económicas y sociales de los Gobiernos. En Djibouti, esta lógica fue
aplicada plenamente con la creación de centrales sindicales manipuladas, completamente serviles al poder existente. Métodos perniciosos
que ponen en peligro a los sindicatos realmente independientes, cuyos
miembros son hostigados regularmente, o despedidos, y de tal forma
privados de todo medio de subsistencia. En la cuenca minera de Gafsa,
en Túnez, la represión contra los militantes ilustró particularmente ese
fenómeno. Las manifestaciones contra la degradación de las condiciones
de vida de los obreros, muy severamente reprimidas durante todo el año
2008, fueron la causa de detenciones y procesos judiciales contra más
de 200 personas, entre ellos varios dirigentes sindicales. Luego de siete
meses de procedimientos, y después de juicios plagados de flagrantes
irregularidades, más de 30 líderes del movimiento de Gafsa fueron
condenados a penas que llegaban hasta ocho años de prisión firme.
En todas partes en el mundo, esta crispación tuvo consecuencias sobre
las libertades de reunión, de asociación y de expresión, las cuales sobrepasaron ampliamente el marco de la defensa de los derechos laborales
o los derechos sociales. En China, la actualidad se ha encargado de
mostrarnos cómo se desvanecieron definitivamente las ilusiones que
aún algunos mantenían en torno a una hipotética contribución positiva
de los Juegos Olímpicos sobre la situación de los derechos humanos.
Y los defensores de los más desfavorecidos, a menudo en primera línea
en la lucha contra los estragos de la corrupción, pagaron el costo de
su compromiso. Detenciones arbitrarias, hostigamiento judicial, vigilancia cuasi-orweliana de sus actividades: es muy alto el precio que
deben pagar esos “abogados descalzos”, quienes a pesar de todo intentan
proteger a los más débiles contra las expulsiones forzadas, los proyectos industriales destructivos, o aun la arbitrariedad de los potentados
locales.
“Buitres del siglo XXI”
La crisis es, además, un factor de debilitamiento suplementario de
las ONG en el plano financiero. Representa una excelente justificación
para restringir aún más el margen de maniobra de la sociedad civil.
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informe anual 2009
Mientras que el esfuerzo financiero consagrado al refuerzo de políticas
tranquilizadoras, especialmente en el ámbito de las nuevas tecnologías,
no se encuentra a la baja en términos generales, aun en período de crisis,
por el contrario, las ONG acusan una angustiante carencia de fondos
que les permitan cumplir su mandato en condiciones favorables. De
otra parte, la multiplicación de las leyes o proyectos de ley destinados
a controlar o incluso a prohibir las financiaciones extranjeras (particularmente en Camboya, Etiopía, Indonesia o Jordania) obstaculizó su
funcionamiento en muchos aspectos. Es desde esta lógica que debemos
interpretar las palabras del Ministro peruano de Agricultura, cuando
calificó de “buitres del siglo XXI” a las ONG nacionales, acusadas de
querer recibir “más financiamiento extranjero”. Señalar a tales organizaciones de “seguir el juego de las potencias enemigas”, de ser “marionetas
del imperialismo”, o de “traicionar a la patria” es ciertamente un estribillo conocido. Castro no cesa de tararearlo desde 1969, y los Presidentes
Chávez y Ortega reanudan hoy el mismo coro.
Por supuesto, las violaciones no se limitan solamente a la criminalización de la protesta social, y en muchos países la represión también
afecta a quienes luchan contra todas las formas de atentado a las libertades. Los trabajadores humanitarios y los periodistas en las zonas de
conflicto, los abogados y aun los observadores electorales también se
ven afectados por este sofocamiento progresivo de las libertades. La
represión dirigida contra los defensores de las poblaciones marginalizadas - mujeres, migrantes, poblaciones autóctonas y minorías étnicas,
religiosas y sexuales - también ha aumentado en ese contexto de crisis.
Por otra parte ¿es una casualidad que estas nuevas dificultades se
produzcan mientras que los defensores logran cada vez más éxitos en
sus acciones de lucha contra la impunidad? Nadie puede decirlo con
precisión, pero debemos constatar que 2008 permanecerá en la Historia
como un año único en los anales de la justicia nacional e internacional.
La solicitud oficial de una orden de detención expedida por la Corte
Penal Internacional contra un Jefe de Estado en ejercicio en Sudán,
la preparación del proceso de los Jemeres Rojos en Camboya, o aun el
proceso del antiguo Presidente Fujimori en el Perú; en efecto, ninguno
de esos complejos expedientes habría podido avanzar sin el empeño y
el coraje de las víctimas, de sus familias, de sus abogados y de las organizaciones que los representan. A ese respecto, la intensificación de la
represión en contra suya casi parecería – si no fuera tan trágica – una
forma de homenaje a su combatividad y a su eficacia.
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e l o b s e r vat o r i o p a r a l a p r ot e c c i ó n d e l o s d e f e n s o r e s d e d e r e c h o s h u m a n o s
Regresión democrática
A una escala evidentemente más reducida, pero igualmente inquietante por lo que puede significar por el efecto de una verdadera regresión, en algunos países como Francia los defensores también deben
hacer frente a un refuerzo del control sobre sus actividades, así como a
medidas y prácticas disuasorias. En 2008, la multiplicación de los obstáculos contra los “auxiliadores” de las personas sin papeles - incluida
la penalización de la asistencia a los extranjeros, nos ha inquietado
particularmente, sobre todo teniendo en cuenta que ella parece representativa de una oleada más general de restricciones a los derechos de
los defensores al interior de Estados hasta ahora considerados como
ejemplares en este ámbito. Roberto Saviano, quien nos ha hecho el
honor de escribir el prefacio del presente informe, nos interpela también
con sus reflexiones sobre el vínculo entre crisis económica, delincuencia organizada y defensa de los derechos humanos, en particular en
Italia.
Para concluir con una nota optimista, este informe también hace
referencia a países en donde, en términos globales, la situación ha mejorado a pesar de las dificultades. Así, algunos Estados como Bangladesh,
Bolivia, Burkina Faso, Malí o Zambia, vieron crecer las posibilidades
para los ciudadanos de debatir libremente sobre las políticas públicas.
Pero aún allí, estas victorias fueron, por supuesto, el resultado de un
trabajo de largo aliento, a menudo poco mediatizado, de sensibilización
de la población y de las autoridades sobre la necesidad de mejorar la
situación de los derechos fundamentales. Es en gran medida gracias a
la dedicación y al compromiso de esos miles de mujeres y de hombres
a través del mundo, que hemos logrado esas mejoras. En estos tiempos
de crisis, conviene más que nunca apoyarlos en su tarea.
14…
/ M E T O D O L O G Í A
el observatorio para la protección de los defensores de derechos humanos
informe anual 2009
El Informe Anual 2009 del Observatorio para la Protección de los
Defensores de Derechos Humanos presenta un análisis por regiones del
marco en el que operaron los defensores de derechos humanos en 2008.
Estos análisis regionales son acompañados de análisis por países que
exponen el contexto político que ha prevalecido a nivel nacional durante
el año, así como los principales tipos de represión en contra de los
defensores, debidamente ilustradas por casos concretos. Sin embargo,
teniendo en cuenta el volumen de las informaciones recabadas para la
región “Europa Occidental”, se ha decidido tratar los casos concretos de
obstáculos a las actividades de los defensores dentro del análisis regional
en vez de presentarlos en análisis individuales por países.
Los análisis regionales y los análisis por países presentados en la
versión impresa del informe se completan con compilaciones regionales
que reúnen todos los casos tratados por el Observatorio en el transcurso
del año 2008, así como los seguimientos de algunos casos tratados en
años anteriores y presentados bajo la forma de un CD-Rom en anexo.
Los casos presentados son el reflejo de las actividades de alerta, de
movilización y de apoyo llevadas a cabo por el Observatorio, con base
en las informaciones recibidas de organizaciones miembros o asociadas
a la FIDH y la OMCT1. Aprovechamos la ocasión para expresar a ellas
todo nuestro reconocimiento y nuestro más vivo agradecimiento por su
valiosa colaboración y su indispensable contribución.
Este Informe Anual no es exhaustivo en la medida en que se basa básicamente en las informaciones recibidas y tratadas por el Observatorio
en 2008. De hecho, en ciertos Estados, la represión sistemática es tal,
que se hace imposible toda actividad independiente y organizada en
defensa de los derechos humanos. Además, las situaciones de conflicto
hacen extremadamente difícil la identificación de las tendencias de
1./ Ver Anexo 1 p. 556.
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e l o b s e r vat o r i o p a r a l a p r ot e c c i ó n d e l o s d e f e n s o r e s d e d e r e c h o s h u m a n o s
represión dirigidas exclusivamente contra los defensores de derechos
humanos. Algunas situaciones no tratadas mediante los análisis por
países lo son no obstante, en la medida de lo posible, en los análisis
regionales.
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/ A C R Ó N I M O S M Á S
FRECUENTEMENTE
UTILIZADOS EN EL INFORME
el observatorio para la protección de los defensores de derechos humanos
informe anual 2009
ACNURAlto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Refugiados
ASEANAsociación de Naciones del Sureste Asiático
CADHPComisión Africana de Derechos Humanos
y de los Pueblos
CEDHCorte Europea de Derechos Humanos
CEI
Comunidad de Estados Independientes
CIDH
Comisión Interamericana de Derechos Humanos
CoIDH
Corte Interamericana de Derechos Humanos
CPI
Corte Penal internacional
FIDH
Federación Internacional de los Derechos Humanos
LGBT
Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales
OACNUDHOficina del Alto Comisionado para los Derechos
Humanos
OIT
Organización Internacional del Trabajo
OMCT
Organización Mundial Contra la Tortura
ONG
Organizaciones No Gubernamentales
ONU
Organización de las Naciones Unidas
OSCEOrganización para la Seguridad y la Cooperación
en Europa
PNUD
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
SIDA Síndrome de Inmuno-Deficiencia Adquirida
TLCAN Tratado de Libre Comercio de América del Norte
UA Unión Africana
UE
Unión Europea
UNESCOOrganización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura
VIH
Virus de Inmuno-deficiencia Humana
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