RESENAS 1390 e irreverencia frente al sistema tradicional de los generos. Y Luz Aurora Pimentel aporta su analisis acerca de <<ElArbol en Paradiso:methfora y su doble>>. Raras veces se rednen en un estudio la variedad de criticos, provenientes de tan distintos centros culturales y diferentes mdtodos de acercamiento, y de tal riqueza y adentramiento en la obra de un solo escritor como logr6 el Centro de Investigaciones Latinoamericanas de la Universidad de Poitiers, y como queda demostrado en estos dos valiosos volumenes. La voz de Lezama Lima se va imponiendo poco a poco a la contradicci6n y a la controversia que la ha rodeado desde el principio, con la misma persistencia de la que nos habla en para el mulo>> (<<con que seguro paso... al fin el mulo hrboles encaja en todo abismo , La fijeza, 1949), con la misma inquebrantable confianza en la palabra creadora, capaz de vencer las resistencias y alcanzar el esplendor. Diversos informes nos Ilegan de que nuevas generaciones de poetas en nuestras letras han tomrnado a Lezama por maestro. Nada hubiera podido complacer mas al poeta cubano, cuya obra total registra y alimenta el proceso de la iniciaci6n podtica. Y de este modo queda doblemente asegurada la vigencia y utilidad futura de estos dos vohimenes de estudio, tan ricos en posibilidades. <<Rapsodia DOLORES M. KOCH Harcourt Brace Jovanovich, Inc. School/Foreign Languages MATIAS MONTES HUIDOBRO, Teoria yprdctica del catedratismo en de Francisco Fernandez. Miami: Editorial Persona, 1987. <<Los negros catedrdticos , Teoria y prdctica del catedratismo consta de dos partes distintas: una pieza bufa cubana del siglo xix, Los negros catedrdticos, de Francisco Fernindez, y un ensayo introductorio por Montes Huidobro que examina el Ilamado catedratismo tal como se manifiesta en la obra de Fernindez. Montes Huidobro sugiere que los juegos lingilisticos del bufo, en los que el bufo <<parece recrearse en la palabra por la palabra misma>>, anticipan no s6lo el teatro del absurdo del siglo xx, sino tambidn las distorsiones verbales y la pluralidad de las obras contemporhneras como las de Cabrera Infante, Virgilio Pifiera y Enrique Labrador Ruiz. Se traza brevemente la historia del que empieza con el teatro bufo cubano, especificamente con los Bufos Habaneros (fundados por el mismo Fernandez), que obtuvieron su mayor dxito en 1868. Tal gdnero se basa en la parodia, que se entiende como «consecuencia de la necesidad del choteo como expresi6n de rebeldia, de la actitud antijerhrquica y de una concepci6n igualitaria de la existencia>>. Para el critico cubano, el bufo se distingue por su falta de respeto a la autoridad, tanto politica como filos6fica y artistica. Agrega el critico que si el regimen totalitario permite la existencia de tal rebeli6n, es s6lo por una err6nea interpretaci6n por parte de las autoridades. Asi que tanto el teatro bufo como el catedratismo marcan una tendencia popular y especificamente cubana (a pesar de sus vinculos con el Minstrel de los Estados Unidos) que se contrasta radicalmente con la 6pera culta (frecuentemente de importaci6n) tan de moda en Cuba a mediados del siglo pasado. Notablemente, las dos formas teatrales compartian el elemento musical ademds del elemento de artificiosidad inherente a las dos. Como observa, en el teatro bufo cubano, aunque eran siempre <<negritos>>, los personajes nunca fueron interpretados por actores negros, sino por blancos con maquillaje negro, hecho que acentiia Ila irrealidad de la situaci6n y su teatralidad. Montes Huidobro entiende el catedratismo como una manifestaci6n particular dentro del bufo que ofrece una stira contra la sociedad burguesa oculta en los disfraces de la raza y en los del verbo, la cual a su vez se burla de las mismas formas ret6ricas de que se aprovecha. <<gnero>>, RESENAS 1391 Para presentar las caracteristicas del g6nero bufo, Montes Huidobro se vale de un breve analisis de otra pieza bufa, Mefistdfeles, de Ignacio Sarachaga (obra que parodia el Fausto de Gounod, 6pera que a su vez se basa en la obra de Goethe). Califica la pieza de Sarachaga una rebeli6n absoluta contra la jerarquia del orden establecido, tanto politico como teatral, cubano del siglo xix. Explica la obra de Sarachaga como una rebeli6n contra el idealismo del romanticismo y contra la percibida superioridad del teatro habanero operatico en contraste con la percibida inferioridad del teatro cubano popular (el bufo). Para 61, la obra ostenta una rebeldia literaria, artistica, filos6fica, er6tica que esconde la imposibilidad de rebeldia politica. A la vez, el critico insiste que el humor del teatro bufo lieva una aguda nota trigica, ya que presenta y parodia la vida de forma deshumanizada y desvalorizada. Al empezar su analisis de Los negros catedrdticos, de Francisco Fernandez (dramaturgo casi desconocido, pero muy valorizado por Montes Huidobro), 6ste califica la obra triptica mediante las palabras de Escarpanter como una stira: 1) de las relaciones amorosas y amistosas que se apoyan en el inter6s econ6mico; 2) de la pedanteria po6tica y cientifica, y 3) del desprecio del trabajo humilde. Ademas, asevera que la obra se burla del afectado gusto literario de la 6poca y de la admiraci6n por las ciencias y sus adelantos. La unidad argumental se basa en el desmedrado afdn por los bienes materiales. A este fin, el dramaturgo emplea imdgenes de indole matematica, geometrica y cientifica. Asi, el dramaturgo hace de los personajes, las situaciones y los conceptos tanto una creaci6n matemtico-cientifica como una abstracci6n literario-gramatical. A la vez, el dramaturgo parece dominado por el concepto de que el lenguaje no ha sido creado para decir la verdad de una manera simple y directa, sino para distorsionarlo todo. Por tanto, Montes Huidobro opina «la interpretaci6n cientifica [de todo, por parte de los personajes] no es mas que un rodeo metaf6rico e hip6crita para reafirmar su culto al... dinero>>. Para lograr el deseado efecto, Fernandez se vale de una t6cnica de polos opuestos, un juego de lenguaje ascendente (lo erudito con una intenci6n literaria, ret6rica, que muchas veces resulta c6mico por ser mal pronunciado) que se contrasta con un lenguaje descendente, popular y carente de evidente prop6sio literario. De esta forma, se mantiene por toda la pieza un ritmo verbal ascendente-descendente, metaf6rico-antimetaf6rico, catedratico-popular. En las otras secciones de su andlisis, Montes Huidobro continda estudiando de forma interesante y acertada las varias manifestaciones del catedratismo dentro de la obra, el desarrollo de los personajes y el mensaje didictico. Uno de los aspectos mis valiosos de su estudio ha sido su capacidad de puertas>>, sugerir direcciones para estudios futuros, ya que a pesar del valor de su propio estudio Montes Huidobro reconoce que queda mucho por analizar en la obra. Asi, por ejemplo, en la secci6n titulada <<El opio del verbo>> estudia el uso y la significaci6n de muchas expresiones verbales, lo cual nos leva a reconsiderar la pieza y notar que muchas de las evocaciones y connotaciones de los vocablos que 61menciona son ain mis amplias de lo que le es permitido analizar en su estudio necesariamente introductorio y limitado por cuestiones de espacio. Observemos, ademis, que frecuentemente los juegos de palabras se basan en cambios de deletreo que, a su vez, nos hacen conscientes de dos significados simultineos. Nos servimos de un solo ejemplo, escogido casi al azar (aunque sugerido indirectamente por el mismo Montes Huidobro), para demostrar que efectivamente mucho del lenguaje de la pieza se basa en formas latinizantes que nos recuerdan las raices o las significancias <<originales>> de las palabras: el vocablo En la conversaci6n con que empieza la obra, en la cual los padres hablan del futuro matrimonio de sus hijos, y con que se establece el tono de la misma, se refiere al <<dificil e invariable circulo de un himeneo, vocablo que denota el matrimonio, o sea, la boda, a la vez que nos trae a la mente la noci6n de la pureza de la novia (himen), ademis del dios de las nupcias, Himeneo (quien Ileva la antorcha), tanto como la canci6n nupcial, himeneo. Las evocaciones de este vocablo, al parecer mucho menos complicado de lo que es, son adn mis ricas, ya que unas lineas mas <<abrir <<himeneo>>. 1392 RESErAS adelante se observa que el futuro yerno sera <<antorcha de la propaganda literaria>> -fuego, pasi6n, iluminaci6n, pero tambidn sabiduria ret6rica, distorsi6n verbal-. En el siguiente parlamento, los hijos se ven <<ligados por las leyes de la gravitaci6n universal>> -el pecado original, la caida-, y se asegura que como personas con ensenianza esmerada <«se elevan por si solas mis allI de la equinupcial>>, palabra que sin duda se refiere al equinoccio, como sugieren las notas de Montes Huidobro, pero que tambien evoca un juego entre el prefijo igual, y nupcial, de la boda, al evocar de nuevo tanto la cuesti6n er6tica como la igualdad de posici6n social entre la pareja, en una manipulaci6n verbal impresionante por su riqueza y pluralidad. En efecto, toda la obra invita (exige) un andlisis tan, si no mas, elaborado. En conclusi6n, felicitamos a Montes Huidobro por su valioso estudio de la obra que ha dado a conocer en este tomo, obra que se prestar a una continuaci6n del fructifero estudio lingiuistico y etimol6gico ya empezado por el critico cubano. <<equi>>, SHARON MAGNARELLI Albertus Magnus College, New Haven, Connecticut GUSTAvo PEREZ FIRMAT, The Cuban Condition. Translation and identity in modern Cuban literature. Cambridge University Press, 1989. Este libro, escrito en ingl6s por un intelectual cubano-norteamericano sobre la problemitica especificidad de lo cubano, es en si mismo un ejemplo elocuente de la tesis propuesta por el autor. Porque la idea central del libro es precisamente el cardcter de <<traducci6n>>-adaptaci6n critica de lo forineo que posee la cultura cubana, tal como se manifiesta en sus formas de expresi6n en diferentes niveles, desde lo bdsico y popular hasta lo complejo y artistico. La limitaci6n de la obra -que se atiene al examen de algunos textos literarios- es a la vez su mayor m6rito, pues P6rez Firmat es ante todo critico de literatura, y su estudio evita asi caer en lo superficial, en el ensayo sociol6gico que pretende resumir en unos cuantos rasgos un fen6meno tan confuso y elusivo como el de la identidad nacional. Perez Firmat se concentra en el proyecto de <<nacionalizaci6n>> de nuestras letras propugnado por criticos y creadores durante las primeras cuatro decadas de la Repdblica. El criollismo cubano, segdn el autor, es algo asi como un comentario critico de lo que la tradici6n (entiendase, principalmente, la peninsular) ofrecia a los escritores que en esos primeros afios de la independencia -una independencia que en lo cultural estaba amenazada por la herencia iberica y en lo cultural y politico por el gran pais vecino- se preocupaban por formular una teoria y practica de lo diferencial, lo genuino de la realidad espiritual de la Isla, eso que P6rez Firmat llama, con cierto dnfasis oratorio, la condicin cubana. No hay nada de oratorio, por otra parte, en el estilo de Perez Firmat, cuya prosa constituye una manera superior del tipico choteo, mezcla de erudici6n, inteligente penetraci6n y un saludable sense of humor que incide a menudo en el culto retruacano, tan bien <<asimilado>> anteriormente por Guillermo Cabrera Infante, paradigma del escritor cubano como traductor, trasplantador y No me es posible detenerme, en el espacio de esta resefia, en cada parte del libro. Senialo, pues, el acierto de algunas observaciones desarrolladas por el autor en diversos capitulos: la estrategia <<paraliptica>> de Fernando Ortiz para dar autoridad a su visi6n, o versi6n, de lo aut6ctono; la inserci6n, rebelde o traidora, de Nicolas Guilldn en la tradici6n poatica espaniola originality lies in the deft simu(y, en general, europea), sobre la cual concluye: lation of aboriginality>> (p. 84); la abstracci6n, de ascendencia gongorina, del paisaje en las d6cimas que forman el Trdpico de Florit, donde se abandona el mdtodo enumerativo de la poesia nativista desde fines del siglo xviii para presentar un nuevo punto de vista, contempla- <<choteador>>. <<Guill6n's