Historia La cultura en la vida y en la obra del doctor Lafora Dr. Lafora: the culture in his life and scientific work Jesús GONZALEZ CAJAL (*) 1. INTRODUCCION RESUMEN Después de hacer unas breves consideraciones acerca de la biografía y la obra científica general del profesor doctor don Gonzalo RODRíGUEZ LAFORA (1886-1971), incluido el descubri­ miento de la enfermedad que lleva su nombre, se hace un apunte histórico de la profunda relación de don Gonzalo con las bellas artes, muchas de las cuales cultivó, y de sus célebres polémicas periodísticas. SUMMARY After a brief consideration about doctor Gonzalo RODRíGUEZ life and scientific work including his discovery of the desease that bears his name, a historical sketch is made about his contacts with the fine arts which he practised and also his famous newspaper polemics he was involved in. LAFORA 's PAlABRAS CLAVE Datos biográficos. Enfermedad de Lafora. Música. Teatro. Polémicas periodísticas. Viajes artísticos. Literatura. Pintura. KEYWORDS Biografics items. Lafora's disease. Music. Theatre. Newspaper polemics. Artistics travels. Literature. Painting. A la llamada por LAíN ENTRALGO "gene­ ración de sabios" se re­ fería MARAÑÚN (1933) cuando escribía: "De ese orden de genera­ ciones señeras, la que con tal categoría su­ cedió a la famosa del 98 fue también la "de la preguerra", cuyo hombre representati­ vo, por lo que atañe a la Medicina, fue ACHÚ­ CARRO, y CAJAL su pro­ feta. De ella es tam­ bién figura destacada el doctor LAFORA". Fue este el prototipo de lo que HUARTE lla­ maría temperamento "caliente y seco". Nació en Madrid en 1886, pierde a su pa­ dre a los seis años de edad y es una de las pocas personas del mundo que sufrió dos ataques de poliomie­ litis, teniendo que ser (*) Servicio de Psiquiatría del Hospital de la Princesa (Director: Profesor Dr. J. So­ RIA). Madrid. 451 La cultura en la vida y en la obra del doctor Lafora operado ocho veces para paliar algo sus secuelas; quizá la gran cantidad de días que tuvo que permanecer en reposo pudieran favorecer su temprana afición a la lectura. Al parecer le gustaba mu­ cho pintar, hasta el punto que fue un tío suyo el que le disuadió de ser pintor de profesión, diciéndole que en su casa había dificultades económicas y con la pintura no podría aportar dinero a su familia (Víctor R. LAFORA, 1985). A los 14 años comienza a estudiar Medicina y a los 27, desencantado de la enseñanza o-Fitial, "frecuenta dos la­ boratorios: uno el de SIMARRO y otro el de CAJAL, MEDINAVEITIA y ACHÚCARRO. Dos meses después de licenciarse (1908) ya está formándose con las prin­ cipales figuras europeas, becado por la Junta de Ampliación de Estudios (que dirigía CAJAL), y de 1910 a 1912 susti­ tuye a ACHúcARRo en el puesto de his­ topatólogo del Hospital Federal para Alie­ nados de Washington, que es donde descubre la "Enfermedad de Lafora", del grupo de las epilepsias mioclónicas, producida por la implantación lesional de los "cuerpos amiláceos de Lafora" en la sustancia negra y el sistema ce­ rebelo-dentado-rubro-talámico (RODRí­ GUEZ LAFORA, 1911). Vuelve a España y su prestigio pú­ blico y privado aumenta, así como su producción científica, que al "final de su vida es de 247 publicaciones, cinco de las cuales son libros. En 1919 fundó, con SACRISTÁN y OR­ TEGA Y GASSET, Archivos de Neurobio­ logía, que fue la primera revista seria de neuropsiquiatría de este país. En 1925 fundó el Instituto Médico-Peda­ gógico y el Sanatorio Neuropático de Carabanchel, donde aprendieron la pro­ fesión destacadas figuras de la psiquia­ tría nacional. Es nombrado para diver­ sos y muy altos cargos psiquiátricos oficiales y en 1932 gana la oposición a profesor-jefe de la Clínica Psiquiátrica de Mujeres del Hospital Provincial de Madrid. 452 R.A.E.N. Vol. IX. N.o 30. 1989 Sin ser militante político, siempre fue amigo de los liberales y por eso tuvo que exiliarse en Méjico, en 1938, para salvar la vida. Vuelve en 1947 e intenta reanudar su truncada labor investiga­ dora, pero no lo consigue debido a las trabas "oficiales" de todo tipo de que fue objeto (¿LÓPEZ-lsOR? ¿V.-NÁGERA?) co­ mo lo prueba el hecho de que cuando se va al exilio ya había escrito lo que al final de su vida (diciembre de 1971) sería el 83 % de su obra científica. 2. LAFORA Y LA CULTURA No es casual que las líneas que us­ tedes leen hayan visto la luz por primera vez (no tan resumidas y con otra confor­ mación y estructura) en el Ateneo Cien­ títico, Literario y Artístico de Madrid, lugar donde LAFORA pronunció su pri­ mera (1910) y última conferencia: cerca de 60 años separaron una de otra. Ade­ más, don Gonzalo, socio desde 1915, alcanzó la vicepresidencia en 1931 (sien­ do presidente don Miguel DE UNAMU­ NO) y fue reelegido en marzo de 1933. Gustó (y, muchas, cultivó) de las Be­ llas Artes. Veamos cómo y cuándo, muy brevemente. 2.1. Música A principios de siglo fue acérrimo par­ tidario de WAGNER en la diatriba des­ atada en nuestro país a favor y en con­ tra de este genio; BRAMS le encantaba; impresionaba a su hijo Víctor verle to­ cando obras de este último en una pia­ nola de pedales que compró a finales de los años 20 y que utilizaba con gran­ des dificultades dadas sus secuelas po­ liomielíticas. Respecto a la inspiración musical escribe por estas fechas (1927) que "la música, como la pintura y la poesía, tienen una génesis psicológica común. Sólo se diferencia en el mo­ mento final, es decir, en la forma de expresión, que está adaptada a las ap­ La cultura en la vida y en la obra del doctor Lafora titudes individuales del artista, a su for­ ma peculiar de cerebración, dado que hay unas constituciones mentales sen­ soriales principalmente visuales (eidé­ ticas), y otras que lo son auditivas, y otras muchas de gradación interme­ dia"; después aclara esto con ejemplos tomados de relatos de compositores fa­ voritos suyos, como MOZART, SCHUMANN, SCHBERT y TARTII\lI. Era frecuente verle, en sus tiempos de estudiante, asistir al Real, a la zona de claque, con su primo Juan Zabala, que aún vive. 2.2. Teatro Era un gran aficionado a él. Una de las últimas veces que acudió a ver una obra fue para contemplar "Un soñador para un pueblo", de su amigo BUERO VALLEJO. Quizá esta afición le indujera a incorporar el psicodrama como técnica psicoterapéutica en su sanatorio privado hacia 1926, siendo, por tanto, el primer psiquiatra español que lo hizo. En otro orden de cosas hay que añadir que además de sus polémicas a propósito de don Juan, a las que me referiré luego, en El Sol, del 18 de fe­ brero de 1919, "publica una nota en la que reprocha al gran actor MORANO que en la interpretación que hace de «Os­ curo dominio» de un enfermo mental utilice una mímica paralítico-atáxica tan poco propia de los psicóticos" (VALEN­ CIANO GAYÁ, 1977). Algo parecido, si bien más complejo, hace a propósito de la obra "Sinrazón" del torero Sán­ chez Mejías, estrenada en el Teatro Cal­ derón de Madrid el 24 de marzo de 1928, en El Sol, del 27 de ese mismo mes. 2.3. Polémicas perioálSticas ORTEGA y GASSET le invitó a colaborar en el semanario España, en 1916, fun­ dado por él un año antes, y LAFORA apro­ vecha para procurar algo de higiene y R. A. E. lV. Vol. IX. IV. o JO. 1989 salud mental a nuestro país, abordando temas sobre los que estaba bien docu­ mentado. El primero de ellos es el de los manicomios españoles, cuyo lamen­ table estado critica. Esta polémica hace intervenir a varios autores y salta a El Sol, que se fundó en 1917 y que contó casi desde el primer equipo de redac­ ción con nuestro personaje. Varios años después, en 1921, comenzaron a to­ marse medidas correctoras en los ma­ nicomios, que me temo no han con­ cluido aún hoy, en algunos. En la misma revista inicia en 1917 una campaña contra el trato dado por el ministro BURELL al tema de los niños anormales; ésta la hizo bajo seudónimo porque LAFORA dependía de este señor, a la sazón ministro de Instrucción PÚ­ blica. Escribe VALENCIANO que "la cam­ paña contra el ministro alcanza tal im­ portancia que España crea una sección fija que se denomina «De Enseñanza» en la que abundan comentarios sobre irregularidades ministeriales y las ré­ plicas y contrarréplicas. Como tantas veces, merced al ímpetu de LAFORA la crítica se generaliza. Una sección aná­ loga establecerá después El Sol, y es fácil deducir que de ella se derivarán las páginas especiales de Biologfa y Me­ dicina que mantendrá durante años el diario; en la dirección de la de Medicina intervendrá LAFORA", que la dirigió todas las semanas durante 1O años, hasta 1927. En estas páginas escribió mucho (VA­ LENCIANO, 1977) (BASTOS, 1972); para no cansarles me voy a limitar a exponer casi solamente los títulos y las fechas de lo temas polémicos que divulgó cul­ turalmente, y así podrán hacerse una idea de lo que abarcó: 1918. "Charlatanismo y medicina". 1919. "La epidemia (de gripe) en la provincia de Soria. Horrores contra la asistencia sanitaria". Tres artículos en los que se enfrenta peligrosamente con el ejército. 453 La cultura en la vida y en la obra del doctor Lafora 1919. "Crítica de la Facultad de Me­ dicina". Cuatro artículos que tuvieron su origen en una conferencia dada en el Ateneo de Madrid en noviembre de 1919. Insiste con otro artículo en 1920. - "El abandono en España de los niños mentalmente anormales". "La clarividencia". Cuatro artícu­ los. "El médico de ciudad". "Las concepciones sobre el his­ terismo". - "Medicina social. Las enfermeda­ des profesionales y los accidentes de trabajo". Cuatro artículos. 1920. "Psicópatas como jefes re­ volucionarios". Dos artículos. 1925. "Espiritismo, violencia yen­ gaño" . - "El análisis de la locura". Tresar­ tículos. - "El ajedrez, la pedagogía y la filo­ sofía". - "Niños anormales deficientes y niños psicopáticos". - "La delincuencia infantil y la de­ ficiencia mental". - "La prevención de la locura en España". - "Médicos y artistas". - "Los crímenes en masa de los alie­ nados". - "La defensa legal contra los locos peligrosos". 1926. "Sobre la metasomoscopia". - "La psiconeurosis de situación" (sobre don Juan). - "Sobre el problema de don Juan" (tiene otro artículo en 1928). 1927. "Los milagros". Nueve ar­ tículos. En otros periódicos: 1934. Diario La Luz: "La paranoia y los Tribunales de Justicia" (doce ar­ tículos sobre el caso Hildegart). 1934. Diario de Madrid: "La vacante de Cajal". 454 R.A.E.N. Vol. IX. N. 030. 1989 "Los incidentes en la Academia de Medicina: Por qué no se eligió al señor Río Hortega" (entrevista). 1940 y siguientes. Méjico, varios pe­ riódicos: - "El estrangulador de mujeres Gre­ gorio Cárdenas" (varios artículos). 1954. El Gallo (Salamanca): "Co­ laboración y aislamiento de la investi­ gación científica" (mismo artículo en "ABC" del 10-1 -54). 2.4. Viajes alÍlSticos Carlos CASTILLA DEL PINO escribió en la antigua revista Triunfo el 22 de enero de 1972 que LAFORA era un "lector in­ fatigable, curioso de todo, del arte, de la historia, viajó y dibujó España". Me servirá esta referencia como introduc­ ción a las breves consideraciones sobre otra faceta característica de don Gon­ zalo. CABRERA (1972) se re'fiere a lo mismo, así: " ... a su amplia cultura artística -era en este capítulo uno de los me­ jores conocedores del arte psicopato­ lógico-, literaria, histórica ... ". VALENCIANO GAYÁ (1972) también, cuando habla de que "LAFORA sin pa­ trioterismo, amaba a España entraña­ blemente. El, como los hombres del 98, la recorrió palmo a palmo, yen muchas ocasiones supo plasmarla en rápidos apuntes. En excursiones por Castilla le debo muchas enseñanzas; cada castillo, cada plaza, cada monasterio, cada igle­ sia, era magníficamente descrita en su arquitectura y en su historia. Durante la guerra, cuando tantos problemas le acuciaban, me escribe: «Estoy muy de­ caído con esta guerra civil que tiene cariz de durar mucho tiempo y destrozar toda la riqueza artística, la economía y segar las vidas de una generación ... ca­ da bombardeo en una y otra ciudad me duele como si fuera en propia car­ ne ... »". Puede que su curiosidad innata le llevara a ese interés por todo lo artístico La cultura en la vida y en la obra del doctor Lafora que le rodeaba. VALENCIANO GAYÁ dice de esto que "por eso, aparte de la Me­ dicina, supo de literatura y de filosofía, de pintura y de música, de muebles antiguos y hasta, por qué no decirlo, de gastronomía. En alguna ocasión me dijo: «Cuántos siglos de cultura hay de­ trás de este consomé». Su profunda sen­ sibilidad estética le hacía captar en ad­ mirables pinturas la realidad de la na­ turaleza y admirar las bellas formas vi­ vientes" . Según Víctor, su hijo, se caracteri­ zaban los fines de semana, puentes y vacaciones por sus frecuentísimos via­ jes a conocer recónditos puntos artís­ ticos de los pequeños pueblos de Es­ paña, que recorría en moto o en coche, solo o acompañado. Con ORTEGA fue algunas veces. Dada su gran facilidad para dibujar, tomaba apuntes de esas iglesias ro­ mánicas, mudéjares y góticas que ador­ nan nuestro suelo. Y de nuestros pai­ sajes. Después las enviaba en forma de tarjeta postal a sus familiares en Navidad. Gran parte de ellas las tengo diapositivadas. Su antigua casa y la de Víctor están repletas de maderas, cuadros, escul­ turas y todo tipo de objetos de gran valor artístico que adquiría por esos pue­ blos o en el Rastro de Madrid. 2.5. Literatura Don Gonzalo leyó mucho durante to­ da su vida. Una prueba de ello es la inmensa biblioteca, no médica, que te­ nía y que he podido ver, al menos en parte. La poesía le interesó especialmente. ACHÚCARRO, hacia 1908, le encomendó el cuidado de un enfermo hipocondríaco llamado Juan Ramón JIMÉNEZ y don Gonzalo se ocupó de él al menos hasta 1947, fecha en que éste volvió de Mé­ jico. Quizá sepan ustedes que el poeta solo vivía más tranquilo, que no del to­ do, encima o cerca de un consultorio R.A.E.N. Vol. IX. N. 030. 1989 médico, un hospital o una facultad de Medicina y que murió pegado a un lugar de estos; la hipocondria estaba muy arraigada en su personalidad. Tenía yo en mis manos al escribir estas líneas un pequeño libro de A. GON­ ZÁLEZ BLANCO titu lado Los Contempo­ ráneos y editado en París en 1906 por Garnier Hermanos; en él hay notas bio­ gráficas de varios personajes literarios de principios de siglo. Entre ellos se encuentra Juan Ramón y los comenta­ rios (inéditos) que LAFORA hace de esas páginas son duros para GONZÁLEZ BLAN­ CO; uno, después de leerlos intuye que don Gonzalo sabe mucho de poesía y más de J. Ramón JIMÉNEZ y de su obra que algunos críticos literarios. Este li­ brito debió encontrarlo en 1960, en oc­ tubre, en alguna librería, de viejo, de las que tanto visitaba. En otro momento ampliaré, insisto, lo escrito por LAFORA sobre Juan Ramón JIMÉNEZ, incluida su correspondencia inédita. Sí, voy a dedicar unas líneas a su Ensayo psicológico sobre la inspiración poética, transcripción literal de la con­ ferencia dada en la Facultad de Huma­ nidades de la Ciudad de la Plata el 11 de agosto de 1923, corregida yaumen­ tada (a la inspiración científica y/o ma­ temática) en 1927 en su libro D. Juan, los milagros y otros ensayos. Se trata de un resumen, de un intento "de pro­ fundizar en el difícil problema de la ex­ plicación de los mecanismos espiritua­ les que presiden la formación de las imágenes poéticas". La clave del ensayo está, para mí, en la siguiente larga cita literal de don Gonzalo, haciendo una de sus frecuentes incursiones dinámi­ cas: "Hay dos tipos de poetas o de gé­ neros poéticos que debemos diferenciar para nuestro estudio: uno, el de los poe­ tas líricos, cuya inspiración es un puro éxtasis, una manifestación del reino con­ fuso del mundo interior del poeta; y otro el de los poetas épicos o dramáticos, cu­ ya facultad consiste en apropiarse el sen­ timiento de los demás y entusiarmarse al describirlo como si fuera propio, es 455 La cultura en la vida y en la obra del doctor Lafora decir, en colocarse imaginativamente en la situación de sus héroes. Se de­ nomina respectivamente a estos dos géneros de poesías, primaria y secun­ daria. El interés psicológico de ambas es considerable, pero desde nuestro pun­ to de vista psicoanalítico, que intenta sondear el espíritu del poeta y de sus elaboraciones productivas, la primera es la que tiene todas nuestras simpa­ tías. De aquí que se refieran nuestras observaciones singularmente a poesías líricas y que entre otras varias nos sir­ vamos como ejemplos de algunas del poeta lírico español Juan Ramón JI­ MÉI\IEZ. Al hablar de la "génesis de la inspi­ ración" hace una correcta exposición de sus propias vivencias, ya que él era un buen pintor, cuando escribe: "La ins­ piración poética, como la inspiración pic­ tórica, es una especie de visión, semejan­ te a esos momentos que todos experimen­ tamos en la vida diaria en que nos abs­ traemos momentáneamente en un mun­ do imaginario que se presenta ante nos­ otros sin solicitación alguna por parte nuestra". Para él, la inspiración artís­ tica, en general, es un impulso de juego ya que "el hombre posee una vida ideal individualmente determinada, que co­ existe aparte de su vida de necesidades materiales. Esta vida se expresa en sus grados inferiores en forma de juego, y en sus grados más elevados toma la forma de un juego racional y significa­ tivo, que es el arte". 2.6. Pintu ra Nuestro personaje quiso ser pintor de profesión, como dije antes, sólo lo fue amateur, pero de los buenos. Tiene no menos de 20 cuadros dispersos en­ tre sus familiares y amigos, yen 1986, centenario de su nacimiento, quisimos organizar su hijo Víctor y yo una expo­ sición para reunirlos todos, pero no sa­ lió. 456 R.A.E.N. Vol. IX. N. 030. 1989 Se pasaba largas horas en el Museo del Prado tomando apuntes de cuadros, así como gustaba de dibujar a sus so­ brinos y demás familia. Los temas que más abundan en su producción son los paisajes de España, que tan bien co­ nocía. Además le interesó mucho todo lo relacionado con la pintura y, sobre todo, con las expresiones pictóricas de los enfermos mentales, asunto acerca del cual hizo la primera exposición en este ¡:¡aís, en 1932, en el Ateneo de Madrid (cuando era vicepresidente). LAFORA, en la introducción a su Es­ tudio psicológico sobre el cubismo yel expresionismo publicada en Archivos en 1922 escribe que desde 1915 en que se celebró en Madrid la primera exposición cubista observó que aquellos cuadros se parecían a pinturas de ciertos enajenados, y advierte que huirá "de todo juicio estético por no encontrarnos calificados para hacerlos, y sólo nos limitaremos a exponer consideraciones de orden psicológico"; entre ellas están la de que "los nuevos artistas quieren llegar a un ideal superior, no limitán­ dose a lo humano y huyendo de las viejas proporciones e ilusiones ópticas, para expresar la grandeza de las formas metafísicas en obras que sean más ce­ rebrales que sensuales... Este arte toma como ideal el universo, en vez de la concepción humana de la belleza que impuso el arte griego ... Lo que diferen­ cia al cubismo de la pintura anterior es que no es un arte imitativo, sino un arte de concepciones que tienden a ele­ varse hasta la creación ... ". Para él, el cubismo tiene cuatro ten­ dencias diferentes: "El cubismo cientí­ fico (que) pinta conjuntos nuevos con elementos tomados, no de la realidad de la visión, sino de la realidad del co­ nocimiento...; el cubismo físico (que) toma, en cambio, los elementos de la propia realidad visual o sensorial, pero forma conjuntos nuevos gracias a su disciplina constructiva cubista, siendo el arte futuro de la pintura de historia ...; La cultura en la vida y en la obra del doctor Lafora el cubismo órfico (que) como el cientí­ fico pinta conjuntos nuevos con ele­ mentos creados por el artista, elemen­ tos que no existen en la realidad visual, pero a los cuales dota el artista de gran poder de realidad ... , y el cubismo ins­ tintivo (que) es un arte de pintar con elementos sugeridos al artista por el instinto y la intuición. Es el arte más abundante y más individualista, pues cada uno expresa en él sus impresiones e ideas con signos y símbolos que emer­ gen libremente de su caos imaginativo. Este es también el arte puro del enfer­ mo mental esquizofrénico, cuya vida psíquica se condensa en signos y for­ mas simplistas y en síntesis lineares de ideas... ". Piensa LAFORA que el más genuino representante del cubismo es PICASSO, el cual "inició" el movimiento cubista deseando obtener la expresión pictórica de los volúmenes bajo la inspiración de las esculturas negras. De ahí surgen sus angulosidades. Para LAFORA, "al iniciarse el cubismo se pretendía llenar con formas toda la superficie del cuadro, suprimiendo los espacios vacíos de la pintura anterior. Para conseguir esto había dos caminos: introducir figuras superfluas o descom­ poner infinitamente la figura esencial; y como por entonces se pretendía su­ primir todo lo que no era esencial, de­ cidió PICASSO el multiplicar los aspectos o puntos de vista de lo esencial en el cuadro y dar así una visión múltiple del mismo, lo cual llenase a la vez todo el espacio del cuadro. Esta es la teoría del cubismo y la justificación estética de su técnica", ... siendo sus cuadros curiosos porque en ellos "aparecen ci­ fras, barajas, sellos de correos, porcio­ nes de instrumentos musicales o de paisajes, anuncios y todo lo que la re­ presentación gráfica asocia en el espí­ ritu del artista al imaginar la idea que quiere expresar". Califica esta forma artística de ex­ presión como de "posición autística o R.A.E.N. Vol. IX. N. 030. 1989 de aislamiento sentimental y estético" y de que se trata de mantener "en toda su integridad la independencia creadora del artista, prescindiendo de la reali­ dad y creando un arte de la subcons­ ciencia". En cambio, el expresionismo, para él "se distingue del cubismo en que el artista no pretende expresar la reali­ dad externa desde distintos puntos de vista y en estilización geométrica, sino expresar estados de emoción, preocu­ paciones internas, mediante la pintura, con una libertad absoluta de medios. El artista sólo se propone provocar en el expectador o en sí mismo un estado emocional igual al suyo en el momento de la creación artística. En este sentido tienen una gran semejanza con la mú­ sica ... ". LAFORA creía que "la esencia del ex­ presionismo y de las modernas escuelas cubista, dinamista, etcétera, es el ale­ jamiento de la realidad sensorial. La realidad visual de las cosas sólo aparece en sus obras en porciones disgregadas, pero no para representar el objeto sino para dar la idea del mismo o de las asociaciones que ha sugerido en el ar­ tista. Por eso se ha dicho que los cua­ dros expresionistas tenían siempre algo de espectros". Ve como características comunes de estas escuelas modernas "la tendencia a la expresión subjetiva e independien­ te, es decir, a la elaboración autística de una obra de arte de acuerdo con las concepciones personales del artista y prescindiendo en absoluto del factor pú­ blico; la segunda es un cierto gusto por el empleo de formas de expresión an­ titéticas o contrapuestas, como líneas o planos que se entrecruzan, como co­ lores que contrastan vivamente, o pa­ labras seguidas de su antítesis, u obje­ tos derechos e invertidos; la tercera es la tendencia a las creaciones simbóli­ cas, a oscuras insinuaciones, que per­ maneciendo en una posición imprecisa evocan en el contemplador nuevos y variados símbolos relacionados con su 457 R.A.E.N. Vol. IX. N. 030. 1989 La cultura en la vida y en la obra del doctor Lafora propio mundo interior; y la cuarta es la inclinación a las estilizaciones o carac­ terizaciones de ideas y de imágenes complejas mediante líneas precisas y concretas". Acabo con una nueva cita de don Gon­ zalo, dice así: "Estas cuatro caracterís­ ticas del arte expresionista y cubista, que son comunes también a las nuevas formas literarias, se observan a su vez, como manifestaciones típicas de la cons­ trucción mental esquizoide o disociada, que aparece exageradamente manifies- ta en los enfermos mentales esquizo­ frénicos" . 3. CONCLUSIONES Con estas breves líneas puede que haya conseguido dar una idea de las amplias aficiones culturales practicadas por don Gonzalo. Añadiré que entre sus obras inaca­ badas figuran dos que puede sean "res­ catadas" de alguna manera por quien esto escribe: una es sobre Juan Ramón JIMÉNEZ y sobre GaYA la otra. BIBLlOGRAFIA BASTOS ANSART, M .. "Elogio del polemista in­ tegra!". Archivos de Neurobiología. Vol. 35, 2, págs. 182-190 (Madrid, 1972). CABRERA MERINO, M. J.: "Don Gonzalo ha sido llevado, en lo principal, acaso por vez primera en su vida". Cuad. Med. Psiquiat. 111, 11, págs. 3-7 (Madrid, 1972). MARAÑON, G.: "El Doctor Lafora". Archivos de Neurobiología. Tomo XIII, números 4 a 6, págs. 563-579 (Madrid, 1933). RODRiGUEZ LAFORA, G.: "Higiene Mental". Con­ ferencia en el Ateneo de Madrid el 10 de mayo de 1910. (Publicada después en el Boletín Escolar, Tomo 1, en 1917.) La última trató sobre "Refle­ xiones de un viejo especialista sobre la neurología en el primer tercio del siglo XX", y fue publicada en Archivos de Neurobiología, Tomo XXXII, nú­ mero 1 (Madrid, 1969). RODRiGUEZ LAFORA, G. y GLUECK: "Beitrag zur His­ topathologie der mioclonischen Epilepsie". Zeitsch­ rift für die gesamte Neurologie und Psychiatrie. Vol. 6, fase. 1, págs. 1-15 (Berlín, 1911). RODRiGUEZ LAFORA, G.· Don Juan, los milagros y otros ensayos. Biblioteca Nueva (Madrid, 1927). En 1975, Alianza Editorial sacó una edición de este mismo libro. RODRíGUEZ LAFORA, V.. Dato aportado por Víctor, su hijo, de viva voz (éste en octubre de 1985), como muchos otros más a lo largo y ancho de este y otros estudios históricos sobre su padre. VALENCIANO GAYÁ, L.: Lafora y su época. Edit. Morata (Madrid, 1977). VALENCIANO GAYÁ, L.: "Para un estudio de la per­ sonalidad del Dr. Lafora". Archivos de Neurobio­ logía. Tomo XXXV, número 2 (Madrid, 1972). Dirección para correspondencia: Jesús González Caja\. C/. Dulcinea, 4 - 28020 Madrid. 458