REVISTA PRÓCER Departamento de Historia Militar, Ciencias Militares. Escuela Militar de Cadetes Numero 1, 2015 Facultad de DIRECTOR Teniente (RA) Julio Roberto Bernal Riasquey COMITÉ EDITORIAL MG. (RA) Javier Hernán Arias Vivas CR. (RA) Homero Herrera Leal CR (RA) Ricardo cuervo Montenegro TC. (RA) German León Duran TC. (RA) Juan Ignacio Bejarano Gustavo Ernesto Altamar Laiseca Erika Constanza Figueroa Blanca Lilia Medina Becerra BANCO DE EVALUADORES EXTERNOS TC. Leonel Fernando Fletscher Medina MY. Alexander Cuevas Damián CR. (RA) Carlos Acosta Arévalo MY. (RA) Vicente Hernán Ibarra Argoty © 2015 Departamento de Historia Militar, Facultad de Ciencias Militares. Escuela Militar de Cadetes. Bogotá, Colombia. RECONOCIMIENTOS El comité editorial agradece la colaboración del banco de evaluadores y muy especialmente al Sr. Coronel (RA) Carlos Acosta Arévalo, por todas sus recomendaciones y su acompañamiento durante el proceso de edición de la revista. Igualmente a todos los profesores, estudiantes y miembros del proceso técnico que hicieron posible la elaboración de la primera edición. REVISTA PRÓCER La revista Prócer es una publicación sin fines de lucro producida por estudiantes de la Escuela Militar de Cadetes y profesores de la Facultad de Ciencias Militares. Prohibida la reproducción total o parcial. El contenido de la revista, incluyendo palabras, imágenes y opiniones, no son oficiales y no deben ser considerados como la opinión oficial de la Escuela Militar de Cadetes, el Ejército de Colombia, o el Ministerio de Defensa. Los contenidos son responsabilidad exclusiva de los autores. Presentación Teniente (RA) Julio Roberto Bernal Riasquey Pág. 1 Primeros homenajes a los mártires de la independencia colombiana Roger Pita Pico Pág. 2 Antonio Clemente José María Bernabé Ricaurte Lozano Gustavo Ernesto Altamar Laiseca Pág. 10 Reseña. ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad. Informe General del Grupo de Memoria Histórica Teniente (RA) Julio Roberto Bernal Riasquey Pág. 16 Historia y sociedad en la Guerra de los Supremos 1839-1842 Erika Constanza Figueroa Pedreros Pág. 22 La casualidad y el origen del Derecho Internacional Humanitario-DIH Mayor (RA)Vicente Hernán Ibarra Argoty Alférez Jefferson Stanly Rodríguez Peña Pág. 30 Ucrania y su vecino incómodo Coronel (RA) Homero Herrera Leal Pág. 34 Los juicios de Núremberg. El juicio, la diplomacia por otros medios Alférez Harrison Torres Rojas Pág. 38 Participación colombiana en la Segunda Guerra Mundial Alférez Diego Alejandro Ospina Maldonado Pág. 42 PRESENTACIÓN Los acercamientos hacia la historia no son estáticos ni permanentes. Estos acercamientos permiten llegar a interpretar y reinterpretar las realidades y eventos relevantes de acuerdo a las nuevas corrientes historiográficas. Marc Bloch1 destacó en su obra, la habilidad del historiador para identificar las realidades de los eventos históricos en los cuales las fuentes primarias y secundarias son como “testigos” y el historiador un “juez implacable”. Si estos testigos no se saben interrogar, no se podrá utilizar esta evidencia de una forma objetiva. Además que se corre el riesgo de encontrarse con historias falsas y manipulables. Nunca antes en Colombia se ha requerido que el estudio de la historia militar tenga un propósito y una función institucional que mediante la ética aplicada, pueda dejar sin fundamento las mentiras elaboradas desde verdades manipuladas por sectores desafectos a la vida militar. Las corrientes históricas han obligado a que el historiador utilice además de su discernimiento objetivo, la interdisciplinaridad como fundamento y (a pesar de algunos reproches por partes de algunos historiadores empíricos) la teoría del estudio de la historia. La historia militar en Colombia está experimentando un crecimiento originado por la profesionalización de la ciencia militar. Se requiere que las nuevas generaciones de historiadores militares difundan sus trabajos académicos desde publicaciones como la revista Prócer. El objeto de la revista Prócer es difundir el estudio de la historia militar en Colombia a la comunidad académica, no solo desde el ámbito militar, sino teniendo en cuenta que el acercamiento histórico es determinado por la interdisciplinaridad. Por tanto, el estudio de la historia militar es incluyente y su objeto de estudio, práctico. Esta es una invitación a construir la historia militar de nuestra nación y a portar a la academia nuestra visión sobre los hechos históricos. Marc Bloch, A Favor de una Historia Comparada de las Civilizaciones Europeas. En Historia e Historiadores. 2a. ed. Madrid: Ediciones Akal S. A. 1999 1 Teniente (RA) Julio Roberto Bernal Riasquey 1 Primeros homenajes a los mártires de la independencia colombiana Roger Pita Pico1 Resumen Este artículo rescata y analiza el legado de los héroes y mártires que participaron en el siglo XIX en el proceso de independencia en Colombia. Palabras claves Independencia, patriota, legado. Abstract This article reviews the legacy of the heroes during the process of independence in the XIX century in Colombia. Key Word: Independence, patriot, legacy. Las guerras de Independencia trajeron una alta cuota de sacrificados. Hombres que ofrendaron su vida, ya fuera en el campo de batalla o bajo el pelotón de fusilamiento. Desafortunadamente, no se cuentan con datos globales precisos sobre el número de muertos en estos tiempos de Independencia. Dentro de estas cifras no deben incluirse únicamente los abatidos en el campo de batalla sino también las víctimas producidas por los rigores del clima o por las enfermedades derivadas del agotante ejercicio militar. Existen algunos cálculos hechos por los protagonistas de esta época y por los cronistas de la guerra, que bien vale la pena analizar para hacerse a una idea de la magnitud general de las bajas humanas, en donde desde luego había una cuota de sacrificio de la población esclava. Según el general Francisco de Paula Santander, de 40000 individuos reclutados hasta 1821 en las provincias de Socorro, Pamplona, Tunja, Bogotá, Mariquita, Antioquia y Cauca, la mayoría perecía no precisamente en los combates sino bajo el abrasador clima de Apure y Magdalena (Cortázar, 1956, Vol. 5, p.143). En enero del año siguiente, el mismo Santander puso al tanto al presidente Simón Bolívar sobre la crudeza de las hostilidades en Pasto y la región del Patía. Según el balance, en solo seis meses ya no quedaba noticia de los 5000 o más reclutas trasladados al Sur, por cuanto unos estaban muertos, otros enfermos y no pocos desertados (Cortázar, 1956, Vol. 4, p.15). 2 1 Miembro de Número de la Academia Colombiana de Historia. El historiador Horacio Rodríguez Plata trae a colación otro dato revelador al estimar, que un 80% del número de movilizados de la provincia del Socorro perecieron en el transcurso de la guerra. Una información mucho más amplia es la suministrada en su trabajo por el historiador y político José María Samper, quien considera que del conjunto total de la población neogranadina, más de 200000 hombres murieron por los fragores de la guerra, es decir, aproximadamente un 15% (Samper, 1969, p.303). Desde un comienzo, las autoridades republicanas creyeron en la necesidad de rendir homenajes póstumos a sus hombres sacrificados. En este caso, los funerales fueron importantes en la construcción de los mitos heroicos y en la formación de la memoria y del sentimiento patriótico, convirtiéndose estos actos solemnes en escenarios estratégicos para la difusión y pedagogía de los valores republicanos (Rodríguez, 2011, p.157). Honores durante la Primera República A principios de septiembre de 1810 se dictó en Santa Fe un bando en el que se ordenó luto general y honras por las víctimas de los enfrentamientos ocurridos en Quito, Pore y El Socorro. A la ceremonia asistió la Suprema Junta y demás autoridades políticas. La oración fúnebre corrió a cargo de fray José Vicente Echeverría, provincial del convento de los Agustinos. Se hicieron salvas y demás solemnidades militares con el fin de manifestar el sentimiento público en honor a estos pioneros de la lucha por la emancipación nacional (Caballero, 1974, p.72). Al año siguiente, en El Socorro se rindieron homenajes a quienes ofrendaron sus vidas en defensa de las ideas revolucionarias. Se destinó el 10 de julio para llevar a cabo una misa solemne con vigilia en gratitud a los hijos de provincia sacrificados. Para el efecto, se hizo el llamado a los integrantes de todas las corporaciones para que asistieran a este acto con total solemnidad y vestidos de luto (Rodríguez, 1963, p.135). Aprovechando la proximidad de la tradicional celebración católica de las ánimas de los fieles difuntos, el Poder Ejecutivo de Cartagena determinó programar a finales de 1812 unas honras fúnebres en memoria de los defensores de la causa independentista del Estado provincial sacrificados en las expediciones guerreras “contra el despotismo de los Fernandinos”, testimonio de gratitud con el cual se buscaba brindar algún consuelo a los dolientes de estos finados. Desde 1810, Cartagena había manifestado sus deseos de gobernarse autónomamente logrando expulsar a los realistas de su territorio y emprendiendo una agresiva campaña con el fin de liberar a la vecina provincia de Santa Marta. Los actos centrales se llevaron a cabo el 28 de noviembre, anunciándose el día antes con dobles generales de campanas. En la iglesia catedral se erigió una pira1 de más de doce varas de alto, suficientemente iluminada en todos sus frentes y en cuya base podían identificarse nueve imágenes, cada una con su respectiva octava. Estas imágenes eran óvalos en cuyos centros estaban impresos los símbolos de la Religión, la Fama, la Patria, las armas de los defensores guerreros y sobresalía la figura del blasón nacional en el que aparecía dibujada una india que representaba a América derramando lágrimas sobre una lápida en cuya superficie se entreveía un rótulo esculpido que indicaba que allí yacían los restos de los héroes patriotas (Gazeta de Cartagena de Indias, 1812, 34, p. 154). Ese mismo día los sacerdotes de la ciudad dedicaron el Réquiem2 por el eterno descanso de los ilustres difuntos. Desde el amanecer, las comunidades religiosas se turnaban cada hora para celebrar una vigilia y una misa con el acompañamiento de armoniosos coros. A la misa central asistieron el 1 Pieza heráldica de forma triangular. 2 Plegaria que la Iglesia Católica hace a los difuntos. 3 cabildo, el poder judicial, el poder ejecutivo y los oficiales de las compañías. El discurso central estuvo a cargo del Padre franciscano Mariano Bernal, quien disertó con elocuencia sobre las virtudes del ciudadano y de su compromiso en derramar hasta la última gota de sangre con tal de afianzar la justa causa de la Independencia. Por último, se dio la lucida participación de la tropa que marchó para hacer la salva de estilo. Según se señaló en el informe, en este evento los aplausos de gratitud y la cantidad de público asistente fueron de mayores proporciones a lo visto en ceremonias anteriores. puesto que se preocupó también por socorrer a la familia del finado, a la cual brindó ayuda económica. Ese mismo mes el patriota antioqueño Atanasio Girardot cayó en la batalla del Bárbula, en territorio venezolano. Al mes siguiente, desde Venezuela el general Simón Bolívar decidió rendirle honores póstumos, para lo cual dictó un decreto en el que dispuso que su corazón fuera llevado al mausoleo de la iglesia metropolitana de Caracas y sus huesos a su tierra natal. Cada año debía conmemorarse su fallecimiento y se decidió que el batallón 1º llevara en adelante el nombre de batallón Girardot. Como bien puede advertirse, casi siempre los grandes homenajes se reservaban para los líderes más notables de la revolución pero mayor era el número de soldados que caían en combate, a quienes no siempre se les tributaba con tanto despliegue. No obstante, vale aclarar que se registraron algunas excepciones. En el semanario cartagenero El Observador Colombiano se exaltó a mediados de septiembre de 1813 la conducta del corregidor de Mompós, el ciudadano Celedonio Piñeres, por haber proporcionado toda clase de auxilios a los heridos del combate ocurrido en la población de Chiriguaná. Uno de ellos murió después de habérsele practicado una amputación. Piñeres asumió los gastos del entierro “[…] con toda aquella pompa y magnificencia que distinguen altamente los sentimientos de gratitud y veneración del hombre libre para con aquellos que se han sacrificado por la Patria”. La siguiente fue la invitación que el funcionario extendió a la comunidad para que participara de las honras fúnebres: El Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada también se adhirió a las manifestaciones de El ciudadano corregidor convida a todo habitante sensible a los sacrificios de la Patria, para que honre con su asistencia el entierro que a sus expensas se va a hacer mañana en la iglesia del convento de San Juan de Dios, del cadáver del valiente soldado Estanislao Escasua, que después de haberse cubierto de gloria en el campo de batalla, se ha elevado hasta el cielo a gustar de la que tiene preparada el Dios de los ejércitos a los defensores de la libertad colombiana, dejando este honor a su país y a sus compatriotas del dulce recuerdo de su ejemplo. (El Observador Colombiano, 1813, 6, p. 24) Las gestiones del corregidor no culminaron allí, 4 “Policarpa Salavarrieta”, 1855. Óleo sobre tela (34 x 24,3 cm), Museo Nacional de Colombia. Imagen extraída de la página de la Biblioteca Nacional de Colombia. http://www.bibliotecanacional.gov.co/content/ josé-mar%C3%AD-espinosa-retratos pesar, para lo cual propuso que las cenizas del mártir antioqueño fueran depositadas en la iglesia del Monasterio de la Concepción de la ciudad de Tunja mientras se construía el templo de Ventaquemada en donde debían reposar perpetuamente. Al parecer, los fuertes combates desarrollados en la frontera con Venezuela produjeron demoras en las comunicaciones haciendo más difícil la coordinación y cumplimiento de todas estas órdenes. Los congresistas dispusieron además dos días de luto y la representación del funeral en tributo no solo al coronel Girardot sino a todos los que ofrendaron su vida en Bárbula (Monsalve, 1911, pp.52-62; Bernal, 1965, pp. 167-188). El presidente de este máximo órgano legislativo, el ciudadano Camilo Torres, envió una sentida carta de condolencia al padre del inmolado, ofreciéndole de paso protección económica (Argos de la Nueva Granada, 1813, 5, p.19). Entre tanto, el gobernador de Antioquia don Juan del Corral expresó a nombre de su pueblo el gran orgullo que sentían al ser elegido su territorio como última morada de los despojos mortales del oficial fallecido como símbolo de “consagración a la Patria y de detestación a los déspotas” (Argos de la Nueva Granada, 1814, 11, p.43). La Campaña del Sur, concebida para desterrar a los realistas de las provincias de Popayán y Pasto, estuvo marcada por una combinación de triunfos y derrotas, pero al final sobrevino el fracaso con la captura de su máximo comandante, el general Antonio Nariño. La crudeza de los combates y los excesos de venganza caracterizaron este conflicto que dejó un sinnúmero de bajas en ambos bandos. En la iglesia de los Predicadores de la ciudad de Popayán se celebraron el 7 y 8 de junio de 1814 las exequias en honor al recientemente fallecido presidente del Estado Provincial de Antioquia don Juan del Corral y en recordación de los defensores de la Patria que perecieron en las batallas desarrolladas en el Sur. En estos dos días el vicario del ejército, fray Francisco Antonio Florido, pronunció la oración fúnebre en la cual alabó las virtudes de los héroes que ofrendaron sus vidas en las gloriosas acciones de Juanambú y Tacines, de las cuales él mismo fue testigo. Al Presidente antioqueño se le reconocieron sus cualidades morales y políticas, y en su memoria se compusieron dos sonetos que fueron publicados en la prensa local (La Aurora de Popayán, 1814, 17, pp. 131-132). A las pocas semanas un nuevo homenaje se rindió a las víctimas de la Campaña del Sur. Esta vez la convocatoria la hizo el recién posesionado presidente de Antioquia don Dionisio de Tejada, quien programó un funeral solemne como sentimiento de dolor por los militares caídos en la batalla de Pasto, acción militar que truncó los anhelos de los patriotas. Autoridades y corporaciones asistieron a los actos y guardaron luto riguroso por espacio de tres días. Se impartió la orden para que, en los cañones que se estaban fundiendo en la maestranza, quedaran grabados los nombres del capitán antioqueño Baltasar Salazar3 y de los hombres que pelearon por la causa independentista en los combates de Juanambú, Tacines y Pasto. El nombre de cada uno de ellos también sería impreso en una tabla con letras de oro y sería fijado en las puertas de sus casas en ceremonias especiales presididas por los comandantes de armas y acompañados del cuerpo de soldados y la banda militar. A manera de homenaje, los heridos podían llevar un escudo de color rojo en el brazo derecho con una inscripción que resaltaba la valentía demostrada en el campo de batalla. Para las viudas e hijos de los inmolados y de los impedidos para continuar en el servicio de las armas, se anunció el otorgamiento de sendas pensiones (La Aurora de Popayán, 1814, 25, pp. 193-194). Siguiendo al pie de la letra las instrucciones del Supremo Gobierno de Cundinamarca, se efectuaron el 30 de julio de 1814 en Santa Fe los funerales en honor a los militares de la Campaña del Sur que ofrendaron sus vidas en las batallas de Palacé, Calibío, Juanambú y Pasto. La ceremonia religiosa tuvo lugar en la iglesia de los Agustinos “con todo el aparato, pompa y magnificencia debidas a un acto tan piadoso”. Asistió la Representación Nacional y el cuerpo cívico y, tanto estos funcionarios como la oficialidad y todas las tropas de la Plaza, vistieron un riguroso luto conforme a lo dispuesto en las Ordenanzas. Las tropas rindieron a los héroes difuntos los honores que por protocolo correspondían al grado de capitán general y, concluida la vigilia y la misa, el Padre fray Tomás Bonilla pronunció una enérgica oración en la que se exaltó el valor e intrepidez de aquellos guerreros, y se exhortó a sus compañeros de armas a 3 Baltasar Salazar era un oficial oriundo de Rionegro fue reconocido por su espíritu heroico al arengar fervientemente a los soldados republicanos después del combate de Cebollas para que no desfallecieran en su agónico intento por conquistar la ciudad de Pasto. (Ospina, 1939, Tomo III, pp. 561-562). 5 imitar tan heroico ejemplo y a no abandonar bajo ningún pretexto la “santa causa”. Vale anotar que este homenaje se efectuó en medio de un ambiente de incertidumbre a causa de la reciente derrota sufrida por las tropas republicanas y la prisión del general Antonio Nariño en Pasto. Se aprovechó la ocasión para solicitar donaciones y convocar a nuevos reclutamientos. En las páginas de la Gazeta Ministerial de Cundinamarca fue lanzado un angustioso llamado a no desfallecer en el intento por recuperar aquellas tierras del Sur que por más de tres años se habían mostrado esquivas al proyecto independentista (Gazeta Ministerial de Cundinamarca, 1814, 184, p. 828). La guerra que los realistas y los republicanos libraban en el Sur siguió su curso y el 5 de julio de 1815 tuvo lugar la batalla del Río Palo, al norte de la población de Caloto y distante a veinte leguas de Popayán. Este contundente y cruento combate sería uno de los últimos triunfos de los republicanos antes de la llegada de las fuerzas de Reconquista. A pesar de la victoria, los patriotas perdieron a dos de sus oficiales, entre ellos al capitán Manuel José Solís, quien estaba al mando de una pequeña unidad de caballería. Según el parte de batalla, Solís “[…] murió con el valor más heroico echándose sobre una pieza de artillería enemiga, con un soldado que lo acompañaba” (Riaño, 1967, p. 22). Homenajes durante la Segunda República Durante los tiempos de la Segunda República, Bolívar mantuvo firme su idea de no relegar al olvido la memoria del mártir antioqueño al interior del ejército republicano que combatía ahora por recuperar el territorio tras el triunfo obtenido en la batalla de Boyacá. Así entonces, en renovación del citado decreto expedido en 1813, el Libertador promulgó una nueva directriz el 12 de julio de 1820 en la cual dispuso que el batallón del Cauca que operaba en la provincia de Antioquia bajo el mando del teniente coronel Antonio Ricaurte, se denominara en adelante batallón Girardot (Gazeta de la ciudad de Bogotá, 1820, 53, p. 136). La participación de este cuerpo militar fue crucial en el avance de las tropas patriotas hacia las riberas del río Magdalena y las poblaciones de la Costa Caribe. 6 Durante la Segunda República, la cuota de sacrificados fue mucho más elevada debido a la crudeza y prolongación del conflicto. Las autoridades políticas y militares vieron la importancia de inmortalizar a quienes habían contribuido a la construcción de una Patria libre. El lunes 24 de agosto de 1819 se celebraron en la iglesia de San Carlos de la ciudad de Bogotá las solemnes exequias por los sacrificados guerreros del Ejército Libertador y por los ciudadanos ilustres que fueron víctimas de la opresión española. A esta solemne ceremonia concurrieron el general Bolívar, el gobernador comandante general de la provincia, el Gobernador político, el Tribunal de Justicia, los empleados de Hacienda, el ayuntamiento y el cuerpo de oficiales. Fue tan copiosa la asistencia de gente que desbordó la capacidad del templo. Entre los invitados, se destacaba la presencia de las viudas, los huérfanos y demás familiares de aquellos inmolados (Ibáñez, 1951, pp. 61-62). La tumba simbólica, el luto y la música le imprimieron un especial sentimiento de lamento por aquellos hombres que lucharon por la Patria. Don Francisco Javier Guerra, provisor gobernador del arzobispado, fue el encargado de oficiar la misa mientras que la oración fúnebre corrió por cuenta del padre franciscano Luis Fajardo quien elogió la virtud de aquellos defensores de la Independencia y señaló las atrocidades cometidas por el general Morillo. La tumba estaba adornada de trofeos militares y de poesías análogas a la ocasión y a su alrededor se ubicaron retratos de los próceres Camilo Torres, Antonio Baraya y Antonio Villavicencio, entre otros (Gazeta de Santafé de Bogotá, 1819, 3, p. 12). Al general venezolano José Antonio Anzoátegui se le rindieron en Bogotá honores póstumos por su deceso ocurrido el 15 de noviembre de 1819 en la ciudad de Pamplona. En la Gazeta de Santafé de Bogotá fue publicada una semblanza de su corta pero brillante carrera militar (Gazeta de Santafé de Bogotá, 1819, 19, p. 80). El Ejército neogranadino llevó luto riguroso durante ocho días y la capital se vistió de duelo. Los oficiales debían portar una cinta negra en el brazo izquierdo (AH-ACH, Órdenes Generales…, p.8). Por instrucciones precisas del vicepresidente Santander, el 22 de diciembre se realizaron en la iglesia de San Agustín las honras fúnebres, acto en torno al cual se congregaron las principales corporaciones civiles, militares y eclesiásticas. La tumba se adornó con numerosos versos y trofeos militares mientras que el retrato del homenajeado fue acomodado en un sitio preferencial. Todo el templo se vistió de luto para esta ocasión que se llenó de hondo sentimiento con los cantos lúgubres. El padre provincial fray Joaquín García fue el encargado de pronunciar la oración en la que se exaltaron las virtudes y cualidades del oficial fallecido, siendo un ejemplo a seguir por parte “Antonia Santos”, 1910. Acuarela. Roberto Páramo Tirado. Imagen extraída de la pagina “Ciudad Viva”. http://www. ciudadviva.gov.co/julio09/magazine/3/index.php de los guerreros que todavía combatían por la Patria (Gazeta de Santafé de Bogotá, 1819, 22, p. 92). El Gobierno central mandó imprimir estas emotivas palabras (Memorias del General O´Leary, 1881, p. 408). El Libertador Simón Bolívar dispuso que el nombre glorioso del prócer fallecido en Pamplona perdurara en el tiempo y fue así como decidió en abril de 1820 bautizar al batallón primero de la segunda brigada de la Guardia que operaba en el oriente de Venezuela, con el nombre de batallón Anzoátegui. El mando de este cuerpo lo delegó en el hermano de la viuda doña Teresa Arguíndegui (Lozano, 1963, pp. 445, 464). Al almirante Luis Brion, fallecido el jueves 27 de septiembre de 1821 en la isla de Curazao, se le tributaron honores en Bogotá. Todos los oficiales y soldados del ejército republicano debían llevar el luto de Ordenanza durante ocho días mientras que los buques de guerra y los miembros de la marina guardarían luto por espacio de dos semanas (AHACH, Órdenes Generales…, p.38). Ya el Congreso le había rendido un homenaje y ahora el Poder Ejecutivo hacía lo propio. El 20 de noviembre asistieron los tribunales, los generales y los oficiales de la guarnición a una ceremonia litúrgica en la cual el fraile agustino Ignacio Quiroga se encargó de la oración fúnebre en remembranza de los méritos alcanzados por el marino extranjero. En reconocimiento a su memoria, se impartieron instrucciones al ejército y a las autoridades civiles para que guardaran luto por diez días y a los integrantes de la marina por el término de quince días (Ibáñez, 1821, p. 394). En ese mismo año en la ciudad de Quibdó se ofició una misa de acción de gracias a cargo del presbítero José Joaquín de Rasines en honor a los mártires de la batalla de Carabobo. Se construyó una tumba de manera simbólica con tres inscripciones, una de las cuales decía lo siguiente: “Colombia llora triste memoria de Plaza, de Mellao y de Sedeño, de los bravos que el templo de la gloria, derramando su sangre con empeño, atendieron por darle la victoria” (AGN, Sección República… Tomo 3, f. 952v). Las autoridades políticas y la tropa en pleno concurrieron a estas solemnidades con una divisa negra en señal de duelo. El 15 de septiembre de 1823 7 se celebraron simbólicamente en Cartagena los funerales en conmemoración de los patriotas inmolados en la campaña de Maracaibo. Las exequias se efectuaron con gran magnificencia en el convento de Predicadores. El templo se abrió a las cinco de la mañana desde cuya hora ingresaban feligreses implorando a Dios por el descanso eterno de aquellos mártires de la Patria. Los actos fueron presididos por el gobernador del obispado, acompañado de lo más connotado del clero, y la oración fúnebre corrió por cuenta de fray Jerónimo Caro. El gobernador, el cabildo, los oficiales de la guarnición, la mayor parte de los empleados y los más prestantes ocuparon los asientos de la iglesia bajo un estricto orden de preeminencia. En la parte central del recinto y en medio de las ofrendas se hallaba tendida un ancla rodeada de lanzas de caballería y dos piezas de campaña en tributo por los que aseguraron la libertad para aquella región venezolana. La tumba simbólica estaba colocada con las armas de Colombia en frente y la rodeaban trofeos y emblemas militares adornados con infinidad de luces. A cada costado podían leerse algunas octavas (Gazeta de Cartagena de Colombia, 1823, 110, p. 457). canción patriótica dedicada en la ciudad de Caracas al general José Prudencio Padilla, uno de los gestores del triunfo (Gazeta de Cartagena de Colombia, 1823, 116, pp. 479-480). El 24 de noviembre del mismo año, se organizó en esta ciudad una función religiosa para bendecir el recinto y monumento que contenía los restos de los mártires fusilados el 24 de febrero de 1816 en esta misma plaza a la llegada de las huestes de Reconquista al mando del Pacificador Pablo Morillo. Era esta la primera vez que la memoria de aquellos hombres era glorificada con un homenaje público. Muy temprano, a las seis de la mañana, salieron de la iglesia catedral el intendente del Departamento con la municipalidad, el clero, las comunidades religiosas y las corporaciones civiles y militares, quienes acompañados de un considerable número de pobladores se dirigieron en procesión hasta el cementerio de la isla de Manga. Al llegar allí entonaron preces por los difuntos y luego el intendente tomó la calavera de José María García de Toledo que se hallaba sobre un cojín de terciopelo negro y la ubicó al pie del símbolo de la Redención. A su lado colocó las calaveras de sus compañeros de martirio: Manuel del Castillo, Antonio José Ayos, Martín Amador, Miguel Díaz Granados, Manuel Anguiano, Santiago Stuart, José María Portocarrero, Pantaleón Germán Ribón y demás víctimas de la implacable opresión española. Para esta ocasión se construyó y adornó un altar en el que el provisor del obispado presidió los oficios fúnebres, después de lo cual los sacerdotes celebraron una misa en memoria de aquellos inmolados (Gazeta de Cartagena de Colombia, 1823, 120, pp. 501-502). La memoria de estos mártires de la Independencia cartagenera siguió siendo enaltecida mediante homenajes efectuados en los años siguientes. Hacia 1882, la administración municipal de la ciudad decidió que la plaza del matadero sería en adelante llamada Plaza de los Mártires en honor a aquellos inmolados (Urueta, 1886). Imagen extraída de la página Biografías y Vidas. http://www. biografiasyvidas.com/biografia/c/caldas.htm Entre tanto, el batallón de Milicias se hallaba tendido en la plaza del convento ejecutando tres descargas de fusileros. A los días siguientes, se abrió paso a la celebración por el triunfo de la campaña con una 8 Para el homenaje rendido en 1825 en memoria de los soldados caídos en las batallas de Junín y Ayacucho, en Cartagena las autoridades organizaron un paseo militar y un simulacro de guerra. El 24 de junio se cantó una misa solemne de acción de gracias en la iglesia de San Francisco en honor a las glorias del Ejército Libertador en el Perú. Por su parte, el padre guardián fray Jerónimo Caro pronunció un sermón en el que describió las hazañas de los soldados americanos. El resto de la jornada se destinó a varias demostraciones públicas de patriotismo. El día 27 se llevó a cabo en la iglesia catedral la ceremonia fúnebre para honrar la memoria de los guerreros que ofrendaron su vida en aquellas memorables batallas del Sur. Para el efecto, todo el interior del templo se vistió de luto (Correo del Magdalena, 1825, 9, p.4). El recinto sagrado permaneció abierto e iluminado hasta muy tarde de la noche. A las 9 de la mañana se cantó una misa de Réquiem, seguida de un sermón alusivo al objeto de la celebración. La población de Arjona, ubicada en esa misma provincia, también se sumó a las expresiones de pésame. Después de tres días de festejos por las victorias obtenidas por el Ejército Libertador, el 27 de junio se dedicó a las honras fúnebres por aquellos guerreros colombianos que ofrendaron sus vidas por la libertad del Perú (Gazeta de Cartagena de Colombia, 1825, 203, p.4). Esta serie de recuentos históricos constituyen un claro testimonio de los primeros esfuerzos por rendir tributos a los civiles y militares que ofrendaron su vida por alcanzar una Patria libre y soberana. Referencias Archivo General de la Nación –AGN. Sección República, Fondo Negocios Administrativos. Tomo 3, f. 952v. Argos de la Nueva Granada, No. 11 (1814, 20 de enero). Bogotá: Imprenta del Congreso. Argos de la Nueva Granada, No. 5 (1813, 9 de diciembre). Bogotá: Imprenta del Congreso. Bernal, V. (1965). Atanasio Girardot. El coronel abanderado. Caracas: Imprenta Nacional. Caballero, J. (1974). Diario de la Independencia. Bogotá: Banco Popular. Caballero, J. (1819, 23 de octubre). Diario Político de Santafé de Bogotá, 18. Correo del Magdalena, No. 9 (1825, 7 de julio). Cartagena: Imprenta de Juan Antonio Calvo. Cortázar. R. (1956). (Comp.). Cartas y Mensajes del General Francisco de Paula Santander, Vol. 5. Bogotá: Academia Colombiana de Historia. Cortázar. R. (1956). (Comp.). Cartas y Mensajes del General Francisco de Paula Santander, Vol. 4. Bogotá: Academia Colombiana de Historia. Gaceta de Cartagena de Colombia, No. 110 (1823, 20 de septiembre) En la Imprenta de Juan Antonio Calvo. Gaceta de Cartagena de Colombia, No. 116 (1823, 1 de noviembre) En la Imprenta de Juan Antonio Calvo. Gaceta de Cartagena de Colombia, No. 120 (1823, 29 de noviembre) En la Imprenta de Juan Antonio Calvo. Gaceta de Cartagena de Colombia, No. 203 (1835, 2 de julio). Gazeta de Cartagena de Indias, No. 34 (1812, 3 de diciembre). Cartagena de Indias: Imprenta de Diego Espinosa. Gazeta de la ciudad de Bogotá, No. 122 (1821, 25 de noviembre). Bogotá: Imprenta de Nicomedes Lora. Gazeta de la ciudad de Bogotá, No. 53 (1820, 30 de julio). Bogotá: Imprenta de Nicomedes Lora. Gazeta de Santafé de Bogotá (1819, 26 de diciembre) No. 22. Gazeta de Santafé de Bogotá (1819, 29 de agosto) No. 3. Gazeta de Santafé de Bogotá (1819, 5 de diciembre) No. 19. Gazeta Ministerial de Cundinamarca, No. 184 (1814, 4 de agosto). Santafé de Bogotá: Imprenta de José María Ríos. Ibáñez, P. (1951). Crónicas de Bogotá, Tomo IV. S.d. Ibáñez, P. (1951). Crónicas de Bogotá. Tomo IV. Bogotá: Biblioteca Popular de Cultura. La Aurora de Popayán, No. 17 (1814, 17 de junio). Popayán: En la Imprenta del Gobierno por el ciudadano Francisco de Paula Castellanos. La Aurora de Popayán, No. 25 (1814, 4 de septiembre). Popayán: En la Imprenta del Gobierno por el ciudadano Francisco de Paula Castellanos. Lozano, F. (1963). Anzoátegui (Visiones de la guerra de Independencia). [Vol. C]. Bogotá: Biblioteca de Historia Nacional. Memorias del General O´Leary, (1881). Tomo 3. Caracas: Imprenta de la Gaceta. Monsalve, J. (1911). Atanasio Girardot. Bogotá: Imprenta Nacional. Órdenes Generales dadas en esta plaza de Bogotá desde 1819 hasta 1821. Archivo Histórico de la Academia Colombiana de Historia. Ospina, J. (1939). Diccionario biográfico y bibliográfico de Colombia. Tomo III. Bogotá: Editorial Águila. Riaño, C. (1967). La batalla del río Palo. Bogotá: Imprenta de las Fuerzas Militares. Rodríguez, H. (1963). La antigua provincia del Socorro y la Independencia, Bogotá: Academia Colombiana de Historia. Rodríguez, P. (2011, julio-diciembre). Cuerpos, honras fúnebres y corazones en la formación de la República colombiana. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, 38(2). Samper, J. (1969). Ensayo sobre las Revoluciones políticas. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. El Observador Colombiano, No. 6 (1813, 13 de septiembre). Cartagena de Indias: Imprenta del C. Diego Espinosa. 9 Antonio Clemente José María Bernabé Ricaurte Lozano Gustavo Ernesto Altamar Laiseca1 Resumen Este escrito es una recopilación biográfica del capitán Antonio Ricaurte. Su muerte no fue estéril porque con su hazaña de valor, salvó al Libertador y a su ejército de una gran derrota y, con el sacrificio de su vida, salvó la patria. Todo colombiano debe sentirse pleno de admiración, de gratitud y orgullo al oír este nombre. Palabras clave: batalla, heroísmo, Ricaurte, Simón Bolívar, victoria Abstract This paper is the result of a research that has the main purpose of addressing the life and legacy of Antonio Ricaurte. This work was developed with the highest degree of admiration and gratitude to this national heroe. Key words: battle, heroism, Ricaurte, Simón Bolívar, victory Figura 1. Don Antonio Ricaurte Fuente: Urdaneta, A. Papel Periódico Ilustrado. Antonio Clemente José María Bernabé Ricaurte Lozano nació el 10 de julio de 1786 en Villa de Leiva Boyacá. Hijo de Esteban Ricaurte Mauris, contador de la renta del aguardiente de Honda, de familia no muy acaudalada; en cambio, la de su esposa doña María Clemencia Lozano Manrique ostentaba gran trascendencia y poder de linaje. El matrimonio se llevó a cabo en Santa Fé de Bogotá, en la Catedral Primada, contra la expresa voluntad del padre de la novia, quien la desheredó de acuerdo con una Real Pragmática del rey Carlos III. Antonio Ricaurte fue nieto de Don Jorge Tadeo Lozano de Peralta, Márquez de San Jorge, quien obtuvo el título de Marqués por concesión del rey de España Carlos III: “nunca canceló ningún derecho de impuestos a la Real Audiencia por su título nobiliario, y aducía que él no había comprado la merced del título” (Ricaurte, 1969). “La Audiencia resolvió prohibirle, en mayo de 1777, y desconocer, a Don Jorge Tadeo Lozano de Peralta, usar las armas y el título de Marqués” (Ricaurte, 1969, p.264). Pero el nunca acató esta orden y continuó ostentando el marquesado sin el aval de España. Antonio Ricaurte era nieto del Marqués de San Jorge y sobrino del prócer Jorge Tadeo Lozano. El espíritu de Antonio Ricaurte era revolucionario, pues su abuelo materno había muerto en las bóvedas de Bocachica por su actuación y apoyo al movimiento Comunero, y su tío Don José Antonio Ricaurte murió en esta misma prisión por actuar como abogado defensor del Precursor de la Independencia don Antonio Nariño, acusado por la publicación de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. 10 1 Profesor de Historia de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Escuela Militar de Cadetes. Investigador de la Fundación Universitaria los Libertadores. Miembro de la Academia Colombiana de Historia Militar. Perdió a su madre a corta edad y cumplidos doce años también perdió a su padre. Antonio Ricaurte y sus dos hermanos quedaron abandonados sin ningún apoyo, debido a que el Marqués había desheredado a su madre por haberse casado con un hombre sin el linaje requerido en la época. El ministro público encargó a don Juan Nepomuceno Lago del cuidado, educación y corrección de los hermanos Ricaurte. En 1799 vistió la beca roja del Colegio Mayor de San Bartolomé, fundado el 27 de septiembre de 1604 por el arzobispo de Santa Fé de Bogotá, Bartolomé Lobo Guerrero. Para la época, era el colegio más antiguo del Virreinato de la Nueva Granada. En su ingreso, tuvo que demostrar su nobleza y legitimidad de nacimiento. En cuanto a su estudio, le sirvió mucho la biblioteca de su padre; pero, por razones que aún se desconocen, abandonó el colegio a mediados de 1804 sin haber culminado sus estudios de jurisprudencia. A la edad de 18 años contrajo nupcias con la distinguida doña Juana Martínez Recamán, sobrina de don Joaquín Camacho, quien logró que Antonio Ricaurte fuera nombrado secretario de cámara del Tribunal Mayor de Cuentas de la Real Audiencia de Santa Fé de Bogotá. En una tarde del mes de junio de 1810 concurrían don Camilo Torres, don Crisanto Valenzuela, don Ignacio Herrera, don José María Domínguez, don José María del Castillo y don José Martínez Recamán a la casa de don Joaquín Camacho, tío político de Antonio Ricaurte, situada en la esquina sur de la calle de Santa Clara, actual calle octava con carrera octava, con el objeto de discutir un plan revolucionario. “Se acordó esa tarde iniciar la revolución en la provincia de Mariquita y comisionar a Antonio Ricaurte y a su cuñado, José Martínez Recamán, para que se asociaran con don Joaquín Camacho y don Clemente Camacho, quienes se hallaban en la hacienda de Chipuelo cerca del Espinal. (Lombana, 2006, p.142)” Pero por varias dificultades no pudieron promover el levantamiento del centro de la provincia y Antonio Ricaurte regresó a Santa Fé a pocos días del 20 de julio de 1810. Fecha en la que Antonio Ricaurte se agrupó con los chisperos, que eran incansables agitadores quienes recorrían las calles conduciendo a la población para que hiciera presencia en la Plaza Mayor: “allí la gente llegaba, por la Calle de Florián actual carrera octava con calle 11, la del Divorcio, actual calle 10 con carrera octava y novena, la carrera actual carrera séptima con calles 8 a la 6 y de San Carlos calle décima entre carreras 6 y 3. (Lombana, 2006, p.143)” Iban con sables y cuchillos, gritando en contra de los oidores y pidiendo cabildo abierto. José María Carbonell, principal líder y conductor de los chisperos, recorría las calles y las gentes iban detrás de él animando la agitación y agitando la protesta. Antonio Ricaurte, con sus ardientes palabras, fue de los que con más energía pidió, el día 25, la prisión de los virreyes, hasta que el mandatario español quedó preso en el Tribunal de Cuentas, conducido por los hermanos Ignacio y Antonio Ricaurte. Se ordenó formar cuerpos voluntarios de milicias de distintas armas; entre cuyos integrantes se encontraba Antonio Ricaurte, quien en los primeros días de noviembre se alistó al lado de Francisco de Paula Santander, que era el abanderado en el Batallón de Infantería de Guardias Nacionales. Encargado del poder Ejecutivo de Cundinamarca don Jorge Tadeo Lozano comenzó la división entre centralistas, encabezados por Antonio Nariño y donde militó Antonio Ricaurte; hicieron oposición al gobierno federalista, comandado por Camilo Torres y su tío Jorge Tadeo Lozano y no obstante siendo sobrino estuvo en la oposición. “El 24 de diciembre se reunió el Colegio Electoral para decidir sobre la revisión de la Constitución, en lo que estaban en total desacuerdo centralistas 11 y federalistas, en las aulas de San Bartolomé donde se reunía la corporación, se presentó Antonio Ricaurte quien interpeló a los electores en un enérgico discurso y obtuvo la elección para presidente de Don Antonio Nariño (Puyana, 1993, pp.202-203)”. Una vez que el Precursor tomó posesión del cargo, Antonio Ricaurte felicitó, en nombre del pueblo, al Colegio Electoral por el acierto en la elección con una arenga breve y sencilla. Horas más tarde, al llegar Antonio Nariño al palacio de gobierno, el teniente Antonio Ricaurte con su batallón y las demás fuerzas que hacían la guarnición de la ciudad, empezaron a dar en la plaza mayor las salvas de artillería y fusilería que prescribía la Ordenanza. El descontento de los dos partidos fue creciendo hasta irse a las armas para la solución definitiva de una terrible guerra civil. ordenado al Capitán Antonio Ricaurte que, con un batallón, desde el pie de la colina, mantuviera a raya al enemigo sin exponerse ni atacar si no recibía una orden precisa al respecto. Antonio Ricaurte, en lo fino del tiroteo, sacó su espada, le ató un pañuelo en la punta, muy visible y ordenó a sus hombres que lo siguieran a tomar el alto de la colina. Los centralistas vacilaron ante la orden que les proponía el capitán Ricaurte, quien los tachó de cobardes y se lanzó entre las balas del enemigo que, como milagro, no hacían caso de él. Los soldados, animándose con el ejemplo de Ricaurte, siguieron detrás de él y fueron acribillados por los fusileros de Antonio Baraya, parapetados en la cima. Los hombres de Ricaurte dieron media vuelta y huyeron “Antonio Nariño, espantado ante inmensa insensatez cometida por Ricaurte, montó en su caballo y corrió a detener a los fugitivos, que enloquecidos de susto no le hicieron caso. Arrancó de las manos del abanderado José María Espinosa la bandera del Regimiento y enarbolándola gritó: ‘¡Síganme muchachos!’. Espoleó su caballo varios metros, impávido a las balas que silbaban sobre su cabeza. Volteó a mirar y el único que le seguía era el abanderado Espinosa, que le reclamaba la bandera. Antonio Nariño se la devolvió y le dijo: “Somos perdidos. Tome su bandera y vuélvase (Espinosa, S.f., pp. 33-35)”. Ventaquemada fue una derrota para Antonio Nariño; para Antonio Baraya, fue un desastre ya que permitió que el enemigo se retirara. Imagen extraída de la página “Las letras que queremos hoy”. http://mireyavasquez.blogspot.com.co/2010/12/seleccion-de-capitulos-de-venezuela.html Las tropas se enfrentaron en Ventaquemada. Antonio Ricaurte iba con Antonio Nariño en clase de ayudante de campo. El 2 de diciembre, en el sitio de Ventaquemada, se trabó el combate entre las tropas de Cundinamarca y las del Congreso que comandaba Antonio Baraya. Antonio Nariño le había 12 Antonio Nariño regresó a Santa Fé de Bogotá para defenderla en la batalla de San Victorino donde luchó el capitán Antonio Ricaurte. Aquel lugar era un punto céntrico que controlaba las entradas de Fontibón, Usaquén y Monserrate, concentrando sus esfuerzos en el punto y momento decisivos, para repeler ataques iniciados desde cualquier dirección. Estableció fortificaciones en San Diego, localizó destacamentos de milicias en Puente Aranda, Bosa y Monserrate y colocó el grueso de sus tropas en San Victorino; curiosamente, las tropas defensoras ascienden a dos mil hombres. El día 8 las fuerzas de los dos contendores estuvieron a la vista. Un prisionero advirtió a Nariño que Girardot había recibido, en Monserrate, orden de Baraya para coadyuvar al ataque de la ciudad al día siguiente. El dictador engañó al prisionero y suplantando la orden hizo llegar a Girardot aviso para que no bajase de las cumbres de Monserrate durante el combate que desde allí vería, razón por la cual el futuro héroe del Bárbula conservó su posición. Después de rudo combate, las piezas de artillería de Antonio Nariño fueron situadas en los flancos de las tropas de Baraya; y acertados tiros de metralla y una carga de bayoneta decidieron el combate en favor de los centralistas. La derrota fue completa y los muertos numerosos. Hubo distinguidos prisioneros, entre los cuales figuraban diputados al Congreso y oficiales como Francisco de Paula Santander, Rafael Urdaneta y José Avala, el primero y el último heridos. Baraya logró escapar y dejó la banda; su segundo, Joaquín Ricaurte, también se salvó pero perdió el sable y el bastón; Girardot se retiró para Tunja con su fuerza intacta. Grande fue el regocijo de la población santafereña, la cual obedeció la orden de Antonio Nariño de respetar a los prisioneros y tratarlos con toda consideración. Los oficiales fueron custodiados en el claustro de Las Aguas, los soldados en distintos cuarteles y los heridos en el Hospital de San Juan de Dios. Muchas señoras, unidas con las de la familia de Antonio Nariño sirvieron abundantes comidas y refrescos a los prisioneros de distinción y otras, convertidas en Hermanas de la Caridad, cuidaron de los heridos. También las monjas de Santa Clara prepararon, el día 10, escogidos guisos para los soldados prisioneros (Espinosa, S.f., pp. 33-35). El coronel Simón Bolívar, después de su brillante campaña del Bajo Magdalena, pidió auxilio desde Cúcuta. Antonio Nariño envió un selecto grupo de 150 jóvenes del ejército granadino en ayuda de Simón Bolívar, entre los cuales se encontraba: Antonio Ricaurte quien salió de su casa en la Calle de La Esperanza, actual calle 10 entre carreras cuarta y quinta, actual Museo Militar, se despidió de su esposa para no volver a verla y marcho a Venezuela al lado de Atanasio Girardot, Luciano D´Elhuyart, José María Ortega, Francisco de Paula Vélez, Hermógenes Maza, Ignacio Ricaurte y Joaquín Paris, representantes de la aristocracia criolla granadina con quienes compartió la Campaña Admirable. (Ortega, 1969, p.264) Después de la Batalla de La Puerta, librada el 3 de febrero de 1814, era muy crítica la situación de Simón Bolívar en Valencia y de sus fuerzas y partidarios en La Guaira y Caracas, por lo cual ordenó la ejecución de los españoles y canarios hechos prisioneros en los combates anteriores cuyo canje propuso Bolívar a Monteverde, el cual no quiso aceptar. En el manifiesto que dirigió Simón Bolívar desde su cuartel general en San Mateo, para justificar aquella ejecución, hablando de las crueldades de los españoles decía: Que horrorosa devastación, qué carnicería universal, cuyas señales sangrientas no borrarán los siglos. La execración que seguirá a Yáñez y a Boves será eterna por los males que han causado. Partida de bandidos salen a ejecutar la ruina; el hierro a los que respiran el fuego devora los edificios y lo que resiste al hierro. En los caminos se ven tendidos juntos los cadáveres de ambos sexos; las ciudades exhalan la putrefacción de los insepulcros. Se observa en todo el progreso del dolor; en sus ojos arrancados, en sus cuerpos lanceados, en los que han sido arrastrados a las colas de los caballos. Ningún auxilio de la religión les ha proporcionado aquellos que convierten en cenizas los templos del Altísimo y los simulacros sagrados. Pero la capital de Barinas, Cojede, Tinaquillo, Nirgua, Guayos, San Joaquín, Villa de Cura, y Valles de Barlovento, fueron pueblos más desgraciados. Algunos han sido consumidos por las llamas. Otros no tienen ya habitantes. Barinas donde Boves pasa a cuchillo quinientas personas, y hubieran sido setenta y cuatro más si la pronta entrada de nuestras armas en aquella ciudad, no hubiera quitado a los verdugos el tiempo necesario para llenar su misterio infernal. (Bolívar Día a Día, 2008, p.312) 13 Esta carta da una idea de la venganza y ejecuciones con actos muy sangrientos que llevaban a cabo los jefes españoles como José Tomás Boves, el feroz caudillo que no se detenía en sus planes del exterminio. Boves se sentía orgulloso de combatir con Bolívar, para ello tenía un ejército de 2000 infantes y más de 5000 jinetes. Bolívar no tenía sino una fuerza de 2000 hombres. ejército patriota y era incapaz de oponer resistencia a esta numerosa columna. Al amanecer del 28 de febrero de 1814, las tropas de Boves atacaron las fortificaciones de San Mateo, con gran impetuosidad. Simón Bolívar y el General Lino Clemente resistieron el ataque y causaron grandes bajas al enemigo que, desde el principio y todo el día, combatió con el mayor ímpetu; pero la victoria coronó los esfuerzos de Simón Bolívar en esa jornada, Boves perdió más de 200 hombres entre muertos y heridos. Simón Bolívar extendió, entonces, su línea de defensa hasta el ingenio de su propia hacienda y Boves, desalentado con la primera pérdida, permaneció estacionado en las primeras semanas de marzo. Renovó el ataque los días 11, 16, 17 y 20. Boves volvió a ser terriblemente escarmentado, con grandes pérdidas; y viendo que las tropas desmayaban y se disminuían con esos ataques, determinó dar uno general, que fue hábilmente combatido. 14 Imagen extraídade la página “Memorias de Venezuela. http:// www.minci.gob.ve/wp-content/uploads/2014/03/El-sitio-deSan-Mateo.pdf Al amanecer del día 25, el fuego empezó simultáneamente en toda la línea de ataque; Boves la recorría con su acostumbrada audacia, animando sus tropas y dándoles ejemplo como jefe, pero todos sus esfuerzos se estrellaron contra la valentía de Simón Bolívar y sus tropas que defendían los parapetos y trincheras, a cuyo pie caían sin vida los jinetes llaneros. Cedían ya este terrible estrago de tan heroica resistencia, cuando una columna enviada por Boves desde la madrugada y que en silencio trepaba la altura en que el ejército patriota apoyaba su ala izquierda, se dejó ver en el cerro marchando a paso redoblado hacia la casa del ingenio en que estaba el polvorín de los patriotas. Al observar los españoles que los soldados patriotas de la custodia bajaban silenciosos y en retirada por la cima del cerro, lanzaron un grito de alegría como señal de triunfo. Más de repente, una explosión imponente, como un trueno, se dejó oír por el campo y una espesa nube de humo cubrió a los combatientes. Era el capitán Antonio Ricaurte, quien custodiaba el polvorín. Había despedido a sus soldados y sacrificaba su joven existencia poniendo fuego a un barril de pólvora con su propia mano cuando estuvo la casa colmada de enemigos. Este incidente imprevisto y peligroso cambió de repente la escena, inspirando tanto brío en unos como desaliento en otros. La pérdida del parque y sus funestos resultados parecían inevitables, lo cual puso a Simón Bolívar y a sus jefes y oficiales en la mayor incertidumbre. Tan sólo una fuerza de 50 hombres, al mando de un oficial granadino, el capitán Antonio Ricaurte, custodiaba los pertrechos del A tiempo en que se ejecutaba este suceso de gran heroísmo, Simón Bolívar defendía sus principales atrincheramientos contra todas las fuerzas de Boves, que los atacaban en esos instantes con gran fiereza. Antes de la explosión salvadora y cuando el enemigo contaba con el triunfo al ver desfilar a los soldados de la custodia, mandó Simón Bolívar desensillar su caballo y, colocándose entre sus filas, les manifestaba que él sería el primero en morir. Con esta prueba de confianza y de oportuna valentía, entusiasma a sus soldados que, con arrogante carga a favor del destrozo causado por la explosión, arrollan al enemigo que huye, dejando en el campo más de 800 hombres entre muertos y heridos. Si Boves se hubiera apoderado del parque en San Mateo, la destrucción del ejército patriota habría sido inevitable. La importancia de la gesta heroica de Antonio Ricaurte, hizo de la batalla en aquel lugar un acontecimiento histórico, de reconocimiento militar, el cual será recordado por siempre. Referencias Cely, E. y Puyo, F. (2008). Bolívar Día a Día. Madrid: Editorial Océano. Forero, J. (1996). La primera república. Academia Colombiana de Historia, Historia Extensa de Colombia, Vol. V. Bogotá D.C.: Ediciones Lerner Gutiérrez. J. (1998). El Mayorazgo de Bogotá y el Marquesado de San Jorge. Bogotá D.C.: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica. Lozano, Fabio (1916). Biografía de Don Jorge Tadeo Lozano. Boletín de historia y antigüedades, 116-117. Conclusión Ocampo, J. (1980). El proceso ideológico de la emancipación en Colombia. Segunda edición. Instituto Colombiano de Cultura, Colección de historia viva, 14. Simón Bolívar que fue testigo presencial del hecho, decía hablando de la heroicidad del joven oficial: Ortega, D. (1969). Álbum del sesquicentenario. Editado por la Colombiana de Historia. Bogotá D.C.: Editorial Kelly. ¿Qué hay de semejante en la historia a la muerte de Ricaurte? Este suicidio para salvar la patria, al ejército y a mí, sin más esperanzas que el amor a la independencia y a la libertad. Así como la Patria, debe ser objeto de nuestro tierno afecto, su historia tiene que serlo de nuestros primeros estudios, porque ella nos ofrece altas lecciones morales cívicas y fortifica en nuestros corazones el sentimiento del bien y el amor al deber. Olivos A. (2006). El 20 de julio de 1810. Bogotá D.C.: Panamericana editorial. Puyana, G. (1993). La primera república y la reconquista. Historia de las Fuerzas Militares de Colombia Ejército, 1. Colombia: Planeta Colombiana Editorial Ricaurte en San Mateo (S.f.) Recuperado de www.flickr.com/photos/ colombiasoyyo/4878689186/in/photostream/lightbox El hecho heroico que causa asombro del capitán Antonio Ricaurte en el ingenio de San Mateo finca del libertador en Venezuela, superó a los deseos de los que quieren que la Patria sea un altar en cuyas aras se ofrezca ofrendar la propia vida; por eso la antorcha incendiaria que el héroe agitó en sus manos en aras de la libertad, que inspiró recordar su nombre en estos 200 años por todos los ámbitos de nuestra Patria Colombia y su hermana Venezuela. También en la estrofa XI de nuestro Himno Nacional recordamos al héroe: ¡Ricaurte en San Mateo, en átomos volando deber antes que vida con llamas escribió! 15 Bogotá, D.C. Grupo de Memoria Histórica, 2013 Gonzalo Sánchez y Grupo de memoria histórica Julio Bernal1 Reseña ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad. Informe General del Grupo de Memoria Histórica Abstract This article reviews the 2013 report written by the Historic Memory Group in Colombia. The author analyzes the report and gives his viewpoint about this collective work. Key Word: collective memory, Colombia, drug trade, illegal groups, peace, research, violence, warfare Terror en el aire Fuente: Lope medina (1989). El jet 727 de la aerolínea Avianca identificado como HK1803 explotó en mil pedazos después de despegar del Aeropuerto El Dorado de la ciudad de Bogotá D.C. con rumbo a la ciudad de Cali. Un maletín con explosivos dejado por un lugarteniente de Pablo Escobar dentro del avión, justo encima de uno de los tanques de combustible, le causó la muerte a 107 pasajeros en el año 1989. Para qué sirve el arrepentimiento, si eso no borra nada de lo que ha pasado. El arrepentimiento mejor, es sencillamente cambiar (Saramago, 1998) 1. Teniente de la reserva del Ejército de Colombia. Historiador de University of New Orleans. Master of Romance Languages, University of New Orleans. Candidato a doctor Universidad Nacional de Colombia. Actualmente se desempeña como director del Departamento de Historia Militar de la Escuela Militar de Cadetes en Bogotá, Colombia. 16 Fuente: Ernesto Guzmán (2001). Esta fotografía hace parte de la secuencia “Un sendero de dolor” en la que se ve a Tulia Rosa Pérez cuando recibe, en 2001, de la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía, los restos de su hija desaparecida por grupos paramilitares. La Hormiga, Putumayo, noviembre de 2007. El informe de 2013 del Grupo de Memoria Histórica (GMH) es un amplio trabajo investigativo desarrollado por el Estado colombiano a fin de fortalecer su memoria nacional. Se puede determinar, a priori, que es una investigación exhaustiva que integra variables historiográficas diversas, tales como testimonios, estadísticas, cuadros comparativos y fotografías de excelente calidad; el todo permite percibir la naturaleza compleja del conflicto armado en la sociedad colombiana: masacres, desapariciones, asesinatos selectivos, secuestros, violencia sexual entre otras… Cual se sabe, uno de los más trágicos conflictos del mundo contemporáneo. Los testimonios abrumadores de quienes han sufrido en carne propia sus sevicias, así como las conclusiones meticulosas con que el equipo investigador desentraña las diferentes variables, pueden sin duda contribuir a la formación de una conciencia colectiva en pro de un eventual proceso de reconciliación nacional. A tal fin, la obra ofrece un clínico relato de la naturaleza del conflicto armado en Colombia. Según el director del equipo de Memoria Histórica, Gonzalo Sánchez, el informe no pretende ser “un cuerpo de verdades cerradas,” sino más bien hacer que se reconozca y se haga visibles a las víctimas, las cuales durante mucho tiempo han sido consideradas “efectos residuales” del conflicto. La metodología1 propuesta se ajusta a un análisis riguroso de las fuentes presentadas. Con ello se puede apreciar el trabajo logrado por los investigadores en su afán de incluir diferentes puntos de vista y así generar luces que ayuden a entender en detalle el conflicto armado en Colombia (El conflicto armado, 2003). El constante diálogo que logra establecer el equipo investigador entre las fuentes primarias tradicionales y las inusuales recrea un amplio espectro de pormenores tendientes a una mejor inteligencia del citado conflicto interno.2 Es de señalar que los autores no escatiman en presentar anexos relevantes, al tiempo que el amplio despliegue de documentación fotográfica aporta una riqueza visual sobre lo que fuera nuestro duelo nacional. Río Cauca, Tumbas de agua 1 La investigación puede cumplir dos propósitos fundamentales: a) producir conocimiento y teorías (investigación básica) y b) resolver problemas prácticos (investigación aplicada). Gracias a estos dos tipos de investigación la humanidad ha evolucionado. La investigación es la herramienta para conocer lo que nos rodea y su carácter es universal. 2 Luis Carlos Restrepo, alto comisionado para la Paz, defiende en el documento “¿Conflicto armado o amenaza terrorista?” la posición del gobierno en lo que respecta a la naturaleza de la situación que se vive en Colombia. 17 Tantos años de guerra demandan muchos esfuerzos y compromisos para hacer de nuestra historia una fuente de aprendizaje, una lección que nos permita transformar lo que hemos sido y nos comprometa en la tarea de reclamar la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición para las víctimas. Solo si la sociedad hace suya las causas de las víctimas y las reclama y las defiende, se hace también constructora y merecedora del apelativo de sociedad democrática que le garantiza su derecho a vivir con dignidad. (Sánchez, et al., p. 27) Fuente: Manuel Saldarriaga (2002). De entrada, el equipo establece en su prólogo un panorama historiográfico de amplitud tal que permite sentar la base del planteamiento del desarrollo de la memoria histórica. Según el mismo Sánchez (et al., 2013, p.13) “la memoria es una expresión de rebeldía frente a la violencia y la impunidad”. De este punto parte el hilo conductor de toda la obra, de manera que el lector puede percibir la polarización y el desbordamiento de la violencia en Colombia. Este informe no es una narrativa sobre un pasado remoto, sino sobre una realidad anclada en nuestro presente. Es un relato que se aparta explícitamente, por convicción y por mandato legal, de la idea de una memoria oficial del conflicto armado. Lejos de pretender erigirse en un corpus de verdades cerradas, quiere ser elemento de reflexión para un debate social y político abierto. El país está pendiente de construir una memoria legítima, no consensuada, en la cual se incorporen explícitamente las diferencias, los contradictores, sus posturas y sus responsabilidades y, además, se reconozca a las víctimas. (Sánchez, et al., 2013, p.16) La idea general de este prólogo se encuentra orientada a que el lector se percate de que aunque la verdad sea difícil de digerir en algunas partes del informe, siempre se debe tener en cuenta que la razón de este trabajo investigativo es el deseo de aportar un espacio de discernimiento sobre los posibles cursos de acción con miras a una reconciliación nacional. Posteriormente, en la presentación, Martha Nubia Bello,3 coordinadora del informe, enfatiza que 3 Trabajadora social de la Universidad Nacional de Colombia, donde se ha desempeñado como profesora asociada desde 1991; magister en Ciencia Política de la Universidad de Los Andes e investigadora del Centro de Memoria Histórica desde sus comienzos, en el 2007. Martha fue relatora de los informes de Bojayá, San Carlos y El Tigre y Correlatora de los informes de Comuna 18 Martha Nubia Bello señala, además, que la impunidad judicial o moral4 debe erradicarse en su totalidad, ya que esta resquebraja la validez de las instituciones nacionales y da lugar a que los crímenes cometidos en el conflicto armado en Colombia no tengan un sentimiento de clausura que genere los primeros pasos a una reconciliación nacional, con base en un perdón que solo será posible con la erradicación de la impunidad. Mónica Paola Ojeda, hace diez años fue víctima de una mina antipersonal Fuente: León Darío Peláez (2013). La obra está dividida en cinco capítulos. El primero de ellos se titula “Una guerra prolongada y degradada. Dimensiones y modalidades de violencia”. El grupo investigador toma como referencia estadísticas5 13, Mujeres y Guerra: Víctimas y Resistentes en el caribe Colombiano. Al interior del grupo estuvo al frente de la línea de investigación sobre los impactos psicosociales del conflicto. 4 La impunidad Se define como “la inexistencia, de hecho o de derecho, de responsabilidad penal por parte de los autores de violaciones, así́ como de responsabilidad civil, administrativa o disciplinaria, porque escapan a toda investigación con miras a su inculpación, detención, procesamiento y, en caso de ser reconocidos culpables, condena a penas apropiadas, incluso a la indemnización del daño causado a sus víctimas” (Informe de Diane Orentlicher, 2005). 5 La estadística responde a la actividad planificadora de la sociedad. Con la Revolución Industrial aparecen nuevos problemas, desde 1958 hasta 2012 y da cuenta de la magnitud del sufrimiento durante el conflicto. Como introducción de este capítulo de contextualización, el grupo investigativo afirma que Las dimensiones de la violencia letal muestran que el conflicto armado colombiano es uno de los más sangrientos de la historia contemporánea de América Latina. La investigación realizada por el GMH permite concluir que en este conflicto ha causado la muerte de aproximadamente 220.000 personas entre el 1º de enero de 1958 y el 31 de diciembre de 2012; es decir, cual si desparecieran del censo nacional comunidades enteras como Popayán o Sincelejo. (Sánchez, et al., p. 31) Según lo anterior, se observa el desbordamiento de la violencia desde la década de los cincuenta. El uso de las estadísticas permite una idea más clara de la gravedad de los hechos ocurridos en Colombia a partir de la segunda mitad del siglo XX. Este capítulo añade una reflexión sobre la degradación de la naturaleza humana una vez se prescinde de todo límite ético. Se ponen también al descubierto los rasgos característicos del conflicto colombiano y el uso indiscriminado de métodos nada ortodoxos, tales la diseminación de minas antipersonales6 y la violencia a lo largo de todo el conflicto. El segundo capítulo de la obra se titula “Los orígenes, las dinámicas y el crecimiento del conflicto armado”. Esta parte del informe se propone explicar el porqué del conflicto colombiano. Se incluye aquí el irresuelto problema agrario;7 la irrupción y la propagación del narcotráfico;8 las limitaciones sobre todo de desigualdades sociales. La Estadística es un instrumento para identificar estas injusticias y para producir información en el llamado “Estado del Bienestar” (Galeón, S.f.). 6 Las minas antipersonal son pequeños explosivos que pueden estar en cualquier parte. A diferencia de otras armas, para cuya mayoría se precisa que alguien apunte y dispare, las minas terrestres antipersonal son accionadas por las “víctimas”. Es decir, están concebidas para explosionar cuando una persona tropiece con ellas o las manipule (Sin minas Colombia, S.f.). 7 El hecho de que el mapa de conflictos armados coincida en lo fundamental con las áreas de colonización de las últimas cuatro décadas, no hace sino expresar que el origen del problema está en las regiones campesinas densamente pobladas, inmersas en la estructura social del latifundio- minifundio y especializadas en la producción de alimentos baratos y oferta de mano de obra (Reyes, 8 La lucha contra los carteles exportadores demandó de fortale- y las posibilidades de la participación política; las influencias y presiones del contexto internacional;9 la fragmentación institucional y territorial del Estado10 y las transformaciones o mutaciones del conflicto.11 Este apartado analiza simultáneamente la anatomía del conflicto, su crecimiento y sus variables complejas, intentando demostrar que no se trata de un conflicto en blanco y negro, sino que procede de toda la gama posible de color político, entendiéndose sobre todo la problemática de un país sumido en la repartición desigual de la tierra, el surgimiento del narcotráfico, los grupos al margen de la ley12 y la cimiento institucional y de capacidades para enfrentar el crimen organizado y su naturaleza trasnacional. El narcotráfico como trasfondo del conflicto armado llevó a insertar la política antidroga dentro de la estrategia de desarrollo, invocando la corresponsabilidad internacional (Rocha, S.f.). 9 La formulación doctrinaria y la práctica de los partidos en Colombia, siempre han estado marcadas por el contexto internacional. El hundimiento del imperio español fue continental, y cuando a mediados del siglo XIX se forman los partidos liberal y conservador en Colombia, ambos que en su esencia eran liberales, fueron marcados por los mismos hechos políticos y por los mismos vientos doctrinarios internacionales: la Revolución de 1848 en Francia y las de Italia, Alemania y Hungría; la caída de la monarquía en Francia y la Constitución de la República: la soberanía temporal del Papa y los problemas religiosos de Italia; la caída de Páez en Venezuela, la de Flórez en Ecuador y la de Rosas en Argentina, fueron hechos políticos determinantes en la conformación y debate entre conservadores y liberales, así como en lo doctrinario todos los ideólogos leían y le daban su propia interpretación a Lamartine o se disputaban por los textos de Bentham, Sismondi, Fourier, Saint-Simón o Proudhon (Tirado, S,f.). 10 El recrudecimiento de las acciones desde este nuevo poder local, logra relacionar ante la situación de pánico el control de la población por acción militar y una reinterpretación de lo social como estrategia en la guerra interna como medio de promoción de la excepcionalidad, en cuanto mecanismo a mano para el equilibrio político (Vega, S.f.). 11 La mutación del conflicto reside en la transformación y surgimiento por factores endógenos y exógenos, que hacen que los actores tradicionales varíen sus formas de actuar y que se consoliden nuevos actores. El conflicto interno ingresó a una nueva fase, tanto por el desarrollo militar del mismo, como porque el propio fenómeno delincuencial liderado por el narcotráfico, también ha modificado su accionar. De todas formas ambos caminos son indisociables y uno se alimenta de otro, pero con el pasar del tiempo y por la favorabilidad negativa del entorno internacional hacia estos procesos, el ribete criminal impone su dinámica por encima de lo propiamente ideológico del conflicto. Esto fue definitivo para el caso del paramilitarismo y su conversión total en las Bandas Emergentes Criminales (García, S.f.). 12 El conflicto interno en Colombia está marcado por la existencia de los grupos al margen de la ley los cuales ocasionaron alrededor del 95% de las violaciones de los Derechos Humanos en los años 19 ausencia de instituciones del Estado en las regiones más apartadas. Tales son los puntos de inflexión para la agudización de la violencia en Colombia. El tercer capítulo, titulado “Guerra y justicia en la sociedad colombiana” intenta realizar una reflexión sobre la guerra, en relación con las aterradoras cifras de impunidad en Colombia, donde el porcentaje de conflictos irresueltos se ha mantenido en un porcentaje cercano o superior al 90%. Es importante para el equipo investigador hacer notar las acciones llevadas a cabo contra los grupos paramilitares13 y las expectativas que se tienen frente al marco jurídico para la paz. En el cuarto capítulo “Impactos y los daños causados por el conflicto armado en Colombia” se plantean el daño y las repercusiones del conflicto. Se aprecia aquí el considerable trabajo en cuanto a la recolección de testimonios, donde las voces de los menos escuchados, permiten aportar a la historia la visión sobre la naturaleza deshumanizadora del conflicto y su impacto en todos los estamentos de la sociedad colombiana. Según el equipo Es usual que los impactos y daños causados por las guerras se midan por el número de muertos y la destrucción material que estas provocan. Pero la perspectiva de las víctimas pone en evidencia otros efectos incuantificables, incluso intangibles. Estos daños “han alterado profundamente los proyectos de vida de miles de personas y familias; han cercenado las posibilidades de futuro a una parte de la sociedad y han resquebrajado el desarrollo democrático. (Sánchez, et al., 259) A la vez que afectan y ponen en riesgo la existencia del estado colombiano, toda vez que alcanzan las vidas de todos sus ciudadanos, donde el tenor de la vida nacional se degrada hasta lo insoportable. Desde la voladura de oleoductos a la siembra de minas antipersonales en sus campos, la sociedad colombiana parece condenada a sufrir todos los estragos de este conflicto injusto y a veces inentendible. Finalmente, el quinto capítulo se titula “Memorias: 1998-2002. Por su parte los organismos de seguridad del Estado colombiano fueron responsables de aproximadamente el 5% de las violaciones de los Derechos Humanos en 1999. Aunque el porcentaje correspondiente a las violaciones de los Derechos Humanos por parte de los grupos al margen de la ley es muy superior al correspondiente a los agentes del Estado, las autoridades Norteamericanas les hicieron seguimiento a estos últimos (Sandoval, S.f.). 13 Se parte de la premisa de reconocer que las múltiples manifestaciones de la violencia en Colombia tienen un origen tan antiguo como la historia de nuestra sociedad desde la colonia, a partir de las rupturas generadas en los diferentes ethos socioculturales confrontados y que hoy extienden las tensiones sociales, motivando la exclusión y la intolerancia política (Acevedo, S.f.). 20 la voz de los sobrevivientes”. Esta parte intenta trabajar sobre la memoria de las víctimas, sobre lo que recuerdan y sobre las causas que ellas suponen para sus aciagos sucesos. Hay un capítulo más sobre experiencias de resistencia y dignidad por parte de las víctimas, y uno último con recomendaciones para que la tragedia que hizo sangrar a toda una nación no se vuelva a repetir. Quizá este acercamiento podría obnubilar el claro enfoque del informe, haciendo que el lector se extravíe en las múltiples conjeturas sobre las variables del conflicto armado. Nos sorprende que el GMH no incluya en sus referencias obras como Historia de la cuestión agraria en Colombia, del maestro Fals Borda,14 en la cual, con su estudio analítico de la problemática agraria en Colombia advierte sobre la importancia de este aspecto y sus connotaciones en cuanto a la esencia del conflicto en Colombia. El informe tampoco incluye obras a nuestro juicio esenciales, como la de Alfredo Molano,15 Dignidad campesina entre la realidad y la esperanza. Los citados 14 Orlando Fals Borda, sociólogo barranquillero, nace el 11 de julio de 1925 y fallece en Bogotá el 12 de agosto de 2008. En la figura de Orlando Fals Borda se proyecta la imagen de una generación que buscó asimilar los cambios que se operaban en Colombia durante la segunda mitad del siglo XX, mediante la integración del conocimiento y la acción política. Fals cursó sus estudios secundarios en Barranquilla, y luego viajó a Estados Unidos y estudió literatura inglesa e historia, en la Universidad de Dubuque, donde se graduó en 1947. Posteriormente hizo el magister en sociología en la Universidad de Minnesota, estudios que culminó en 1953, y el doctorado en Sociología Latinoamericana en la Universidad de Florida, en 1955. De esta época datan sus libros Campesinos de los Andes (1955) y El hombre y la tierra en Boyacá (1957), trabajos originalmente presentados para obtener la maestría y el doctorado, respectivamente. En estas obras, Fals Borda buscó comprender al campesinado, los cambios que se estaban operando en la sociedad rural y la capacidad de respuesta de la élite dirigente a los retos que ofrecía una sociedad en transición. Tales inquietudes se desarrollaron en Latinoamérica cuando el problema de la reforma agraria suscitaba candentes debates entre intelectuales y políticos (Banco de la República, S.f.). 15 Alfredo Molano, escritor, sociólogo y periodista nacido en Bogotá en 1944. Alfredo Molano Bravo ha dedicado su vida a recorrer las zonas rurales de Colombia con la intención de dar cuenta de las otras realidades que la habitan. A través del “viaje a pie” y la conversación constante, Molano ha construido textos fundamentales en los que se muestra otra perspectiva sobre los orígenes y desarrollos de procesos sociales tan complejos como el de la violencia, el desplazamiento forzado y las problemáticas rurales. Con un interés sociológico mezclado con ímpetu literario, sus textos han sido considerados poco ortodoxos por la academia universitaria y, en general, caracterizados como experimentos ficcionales (Banco de la República, S.f.). trabajos son excelentes marcos de referencia y contextualización sobre la esencia misma del conflicto, que no empezó, ni se recrudeció en Colombia desde 1958, como la obra así lo sugiere. El desconocimiento de lo “histórico” soslaya factores como la responsabilidad de los Estados Unidos en el conflicto colombiano; el uso de la extradición como elemento generador de conflicto; la responsabilidad que entonces cupiera a los medios de comunicación; la responsabilidad moral de la clase política y el papel del ejército como actor principal del ordenamiento nacional. Los autores desconocen la realidad de las Fuerzas Militares y las ubican al mismo nivel de los grupos al margen de la ley. Es inaudito que la obra contenga un discurso “alterno” de carácter proselitista16 desfavorable de las Fuerzas Militares, donde se desconoce los aportes históricos del Ejército colombiano, particularmente al desarrollo de la unidad nacional. El trasfondo de la obra da como ‘verdad absoluta’ el que solo algunos sectores de la población colombiana son los afectados por el conflicto y por sus manifestaciones de violencia. La obra ignora que todos los habitantes de Colombia, incluyendo los más humildes servidores de la patria, los soldados, han sido víctimas del conflicto, no solamente ciertas comunidades aisladas. La parte mas débil de la obra es su desconocimiento de la responsabilidad de países como la Unión Soviética y Cuba. Estos dos como los generadores de una llamada revolución socialista y comunista que solo le ha traído conflicto y destrucción a Colombia desde la implementación del uso de las medidas terroristas en la búsqueda de poder. Entre los logros de este trabajo investigativo se encuentra el uso de fotografías sin censura, las cuales, por su inmediatez al hecho, sensiblemente nos retrotraen a situaciones de extrema tragedia. La fotografía, instrumento indispensable para cualquier obra de esta naturaleza, en el caso de ¡Basta ya! es la que provee al lector un privilegiado marco histórico y social. Además se debe mencionar el uso que el autor le da a sus anexos y su indudable utilidad para el lector. Sin embargo, es necesario subrayar que este aspecto es, a la vez, el que revela el carácter político y partisano de la obra. Por lo mismo, no nos parece 16 El diccionario de la Real Academia Española define al proselitismo como la intención de sumar prosélitos. Un prosélito, por su parte, es un sujeto que se incorpora a una cierta agrupación o parcialidad. El proselitismo, por lo tanto, es el conjunto de actividades que una organización o una persona lleva adelante con el objetivo de ganar adeptos para su causa. El uso más habitual del concepto aparece en el ámbito de la política (RAE). apropiado que se quiera validar su contenido con la anuencia del presidente de la Nación (Sánchez, et al., 397). En conclusión, la obra del Grupo de Memoria Histórica, con las salvedades que indicamos, es una referencia obligada para cualquier ciudadano interesado en la historia inmediata y reciente del país. Junto a las fotografías, los valiosos testimonios orales ayudan percibir la naturaleza del conflicto armado en Colombia en la segunda mitad del siglo XX y principios del siglo XXI. Es de esperar que la obra contribuya al esfuerzo por la búsqueda de la verdad y sugiera los posibles cursos de acción para llegar a la tan anhelada paz. Referencias Acevedo, D. (2011). El proyecto paramilitar en Colombia: Un país estructurado entre continuas violencias. Recuperado de http://cuadernosdesociologiaudea.files.wordpress. com/2011/02/ensayo-el-proyecto-paramilitarismo.pdf Fals Borda, O. (S.f.). Historia de la cuestión agraria en Colombia. Recuperado de http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/ falsorla.htm García Martín, C. (S.f.). La delincuencia organizada y su vínculo transnacional: la más reciente mutación del conflicto interno colombiano. Recuperado de http://ceeseden.esdegue.edu.co/sites/ default/files/La%20delincuencia%20organizada%20y%20su%20 v%C3%ADnculo%20transnacional;%20La%20m%C3%A1s%20 reciente%20mutaci%C3%B3n%20del%20conflicto%20interno%20colombiano.pdf Hernández Sampieri, R., Fernández Collado, C. y Baptista Lucio, P. (S.f.). Metodología de la investigación. Recuperado de http://www. upsin.edu.mx/mec/digital/metod_invest.pdf Molano, A. (S.f.). Dignidad campesina entre la realidad y la esperanza. Recuperado de http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ ayudadetareas/poli/poli39.htm Nullvalue. (2003, 23 de septiembre). El origen del conflicto armado. El Tiempo. Recuperado de http://www.eltiempo.com/archivo/ documento/MAM-1014581 Orentlicher, D. (2005, 18 de febrero). Informe del Consejo Económico y Social. E/CN. 4/2005/102/Add. Restrepo, L. (2005, 6 de marzo) ¿Conflicto armado o amenaza terrorista? El alto comisionado para la Paz, defiende en este texto la posición del gobierno acerca de la naturaleza de la situación que se vive en Colombia. Revista Semana. Reyes Posada, A. (S.f.). La violencia y el problema agrario en Colombia. Recuperado de http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ revistas/analisispolitico/la_violencia.htm Rocha, R. (2000). La economía colombiana tras 25 años de narcotráfico. Bogotá: UNDCP, Siglo del hombre Editores. Sánchez, G., Gómez, Suárez, A., Uprimny, R., Linares, P., Colorado, J., Caballero, C., Valencia, L., Ila, P., Vásquez, T., Bello, M., González, F., Riaño, P., Wills, M., Orozco, I., Uribe, M., Sánchez, L., Machado, A. y Camacho, A. (2013). ¡Basta Ya! Colombia: Memoria de Guerra y Dignidad. Bogotá D.C.: Centro de Memora Histórica Recuperado de http://www.centrodememoriahistorica.gov. co/micrositios/informeGeneral/ Tirado Mejía, Á. (1996). Colombia: Siglo y Medio de Bipartidismo. En J. Melo (Comp). Colombia hoy: perspectivas hacia el siglo XXI. Tercer Mundo: Bogotá. Vega, L. (S.f.). La forma–Estado en Colombia: Fragmentación territorial y biopolítica molecular. Recuperado de http://www.scielo. org.co/scielo.php?pid=S0122-44092006000100005&script=sci_ arttext Galeón. (S.f.). ¿Qué es una mina antipersonal? Recuperado de http:// www.sinminascolombia.galeon.com/enlaces1687287.html 21 Historia y sociedad en la Guerra de los Supremos 1839-1842 Erika Constanza Figueroa Pedreros1 Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiabais de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono. Al desaparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debo hacer la manifestación de mis últimos deseos. No aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bien inestimable de la unión: los pueblos obedeciendo al actual gobierno para libertarse de la anarquía; los ministros del santuario dirigiendo sus oraciones al cielo; y los militares empleando su espada en defender las garantías sociales. ¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro. Libertador Simón Bolívar Última proclama Resumen Este artículo pretende dar a conocer y de alguna forma analizar aspectos sociales de la población civil inmersa en las confrontaciones militares de la primera mitad del siglo XIX, en especial la llamada Guerra de los Supremos o Guerra de los Conventos. La autora invita a conocer costumbres, configuración del imaginario colectivo durante la primera mitad del siglo XIX. Palabras clave: costumbres, cultura, guerra, iglesia católica, política, región, religión Abstract This article seeks to highlight and somehow analyze social aspects of civilian population immersed in military confrontations of the first half of the nineteenth century, especially war related aspects. The author invites readers to get acquainted to customs, culture, issues during the first half of the nineteenth century. Key words: catholic church, culture, customs, politics, region, religion, warfare 22 1. Historiadora de la Universidad Industrial de Santander. Miembro correspondiente de la Academia Colombiana de Historia Militar. Especialista en Sociología de lo Militar de la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova. Contexto nacional y enfrentamientos políticos Durante la primera mitad del siglo XIX el país vivió una serie de enfrentamientos y disputas entre quienes luchaban por entrar a la red del poder nacional y entre quienes ya estaban en ella. Políticos y militares de todos las regiones (Costa Caribe, centro, suroccidente) hacían parte de las confrontaciones, las cuales se desarrollaban en ambientes de connotación política, social, religiosa y militar, no obstante la mayoría de casos fueron en ese campo de batalla; prueba de ello son las guerras civiles, dadas como una construcción del poder local y nacional. Diana Ceballos comenta que en la Guerra de los Supremos se enfrentaron personajes relevantes para la formación política del siglo. Esta guerra entre caudillos (por el poder político nacional y regional), iniciada en Pasto gracias al levantamiento contra la supresión de conventos menores, creó un ambiente de contienda entre José María Obando, Tomás Cipriano de Mosquera, Mariano Ospina Rodríguez, Pedro Alcántara Herrán, el arzobispo Manuel José Mosquera, Rafael Núñez y Manuel Murillo Toro (Ceballos, 2011). Curiosamente, uno de los últimos ideales del Libertador Simón Bolívar fue establecer la unidad nacional, seguir un mismo orden político republicano, militar y religioso para llevar a cabo la idea del Estado-Nación, quizá por ello notó que con la promulgación de una última proclama antes de morir podía hacer crecer en la población sentimientos de aceptación y convencimiento hacia la República; empero, cabe destacar que en el comunicado de 1830 es posible encontrar un mensaje de fondo dirigido a la élite, pues en ellos recaía la responsabilidad de continuar con ese proyecto nacional. En aquel tiempo, la Gran Colombia vivía grandes confrontaciones político-militares por el choque de ideas, evidenciada en cada uno de los poderes y en las diferentes tendencias de corte ideológico demostradas por los liberales moderados, liberales radicales y otros de estilo más conservador. Dichas disputas llevaron a la disolución del territorio nacional, cuya consecuencia más importante fue el final del proyecto de unidad entre venezolanos, ecuatorianos y colombianos. No solo eso, el nombre de la Gran Colombia fue cambiado por el de la República de la Nueva Granada, generando modificaciones en las instituciones y en el establecimiento de los partidos políticos (Ceballos, 2011, p.166).. Republica de la Nueva Granada. extraída de la página del Banco de la República. http://www.banrepcultural.org/ Teniendo en cuenta este contexto nacional, este artículo pretende dar a conocer y de alguna forma analizar aspectos sociales de la población civil inmersa en las confrontaciones militares de la primera mitad del siglo XIX, específicamente durante la Guerra de los Supremos o Guerra de los Conventos. Con el objeto de describir la configuración del imaginario colectivo, formas de inclusión o rechazo a los acontecimientos de orden nacional por parte de la población que habitaba tanto las ciudades como las zonas rurales, es necesario describir el ambiente político y económico del país para la década de 1830. 23 La República de la Nueva Granada nació fruto de la disolución del proyecto de la Gran Colombia, su primer presidente fue Francisco de Paula Santander y entre sus proyectos ambiciosos podemos anotar: separación de poderes, responsabilidad de los funcionarios públicos, exiguo apoyo a los militares (reducción significativa del ejército, reformas políticas y militares tendientes a limitar la influencia general de la milicia, separación de la administración civil y la militar y prohibición del ejercicio de posiciones civiles y militares en unas mismas manos), libertad de prensa, protección a cargo del Estado de la religión católica y creación de cuerpos de elección provinciales, reorganización de la hacienda pública, la educación, las comunicaciones, el sistema penitenciario y remoción de las barreras que obstaculizaban la barrera privada, promulgó e incentivó la desamortización de bienes de manos muertas, cierre de conventos menores para emplear sus bienes en favor de la educación secundaria. (Ceballos, 2011, p.173) La idea central del proyecto de Santander consistió en la separación de los tres poderes, con el fin de establecer lineamientos y fronteras entre quienes iban a ejercer dichos poderes; sin embargo, esa decisión política trajo consigo cambios en las estructuras regionales y en las identidades de los líderes locales generando conflictos entre el poder central y milicias locales en todo el territorio nacional. El historiador Fernán González quien ha estudiado a fondo causas y efectos de las guerras civiles durante el siglo XIX, es bastante categórico en afirmar que: la Guerra de los Supremos señalaría la manera como la lucha de facciones por el poder nacional permite ir articulando, en el nivel supra-regional, a los caudillos y las élites regionales que ellos representaban mediante la formación de redes nacionales de poderes regionales y locales, que desembocarían luego en la conformación de los partidos liberal y conservador. Así esta guerra mostraría la necesidad de una interpretación tripolar de los conflictos de la actividad política que parta de la contraposición de tres polos de enfrentamiento: nación, región y localidad (González, 2010, p. 9). Es por ello que varios de los textos historiográficos 24 consultados para el desarrollo del artículo, recrean el hecho del cierre de los conventos en Pasto en 1839, como el detonante para el inicio de los enfrentamientos entre el poder local de la región representado en el general José María Obando y el poder central bajo el mando del presidente José Ignacio de Márquez y el general Pedro Alcántara Herrán; no obstante sería preocupante y poco histórico afirmar que los enfrentamientos desplegados por la gran mayoría del territorio nacional, surgieron decididamente por cumplir una Ley1 promulgada 18 años atrás. El cierre de los conventos con menos de ocho religiosos, permitió dar inicio a las confrontaciones que se estaban gestando en cada una de las regiones más importantes del país; no por ello deben ser culpadas las banderas de San Francisco de Asís como las causantes de tres años de conflictos internos, en cambio sí es posible deducir la relación entre el contexto nacional-local-regional y subregional combinado para desembocar en una guerra nacional: un problema de tipo local como los conventos de la Merced, Santo Domingo, San Francisco y San Agustín mezclado por la lucha del poder regional entre la oligarquía tradicional y las tensiones del orden nacional representado entre santanderistas y marquistas para jugar un papel determinante en la sociedad, previo al surgimiento de los partidos liberal y conservador (González, 2010, p. 9). General Pedro Alcántara Herrán. Extraída de la página del Banco de la República. http://www.banrepcultural.org/ 1 El primer congreso colombiano dictó una ley (6 de agosto de 1821) suprimiendo todos los conventos que el día de su sanción no tuviesen, por lo menos, ocho religiosos de misa, y aplicó a la educación pública sus edificios, sus bienes todos, censos, derechos, acciones “que la piedad de los fieles había a los mencionados conventos” (Banco de la República). el reclutamiento, la logística, la participación de la mujer en el conflicto, las condiciones geográficas y las consecuencias de todo ello en el contexto local, regional y nacional. Algunos ejemplos que permiten evidenciar la bibliografía explicativa y detallada del desarrollo de la guerra a nivel militar y político son los artículos y libros de investigación histórica de: Fernán González, Luis Ervin Prado, Luis Javier Ortiz Meza, María Teresa Uribe, Liliana López, Frank Safford, Marco Palacios y textos de la Enciclopedia de las Fuerzas Militares, la cual resulta una buena compilación para conocer detalles de las operaciones, fechas, actores de las guerras civiles del siglo XIX en el país. General José María Obando. Imagen extraída de la página del Banco de la República. http://www.banrepcultural.org/ Sociedad caucana y sociedad antioqueña de 1839 y su relación con la Guerra de los Supremos Como fue mencionado anteriormente, el objetivo de este escrito es analizar en cierta medida la participación de la sociedad civil en un conflicto de tendencia política por la toma del poder. Inclusión y exclusión de la sociedad durante la guerra La participación de la sociedad caucana y antioqueña fue determinante para la ejecución de distintos enfrentamientos entre el ejército nacionalista y el ejército local comandado por los caudillos o llamados Jefes Supremos pertenecientes a las regiones más importantes del país, como Cauca, Antioquia, Socorro, Cartagena, Tunja entre otros. En el caso de la región caucana, citando un ejemplo Luis Ervin Prado afirmó que: El fracaso por establecer un sistema socioeconómico en la primera mitad del siglo XIX llevó a las élites a aferrarse al antiguo orden moral y de orden político. Por tanto la sociedad caucana buscó y creó una sociedad republicana señorial, en donde el objetivo fue mantener el orden social y moral hegemónico colonial (Prado, 2008, p.173). Campesinos - Soldados de los primeros años del siglo XIX. extraída de: http://www.valleonline.org/tikimg/8-4B.jpg Ahora bien, independiente del bando en el cual actuaran, existieron factores determinantes que repercutieron en el desarrollo de la guerra. Aspectos como la inclusión de todos los grupos raciales (blancos-mestizos-mulatos-indígenas-negros) y sociales (élites-campesinos-artesanos-esclavos), Prueba de ello fue la difícil tarea de incluir la participación regional al proyecto político de la independencia de la monarquía española en 1810, pues no aceptaban el cambio, convirtiéndose en una sociedad muy arraigada al sistema tradicional. Para conservar las estructuras ejercían sus mecanismos de control bajo el liderazgo patrimonial y la dominación de los más subyugados. Con el propósito de evitar la toma del poder por parte de las culturas negraspardos-cimarrones, la sociedad elitista del Cauca puso en marcha un Estado fuertemente policivo (Prado, 2008, p.177). 25 ¿En qué medida estaba diseñada la inclusión o exclusión de la sociedad caucana? Para responder dicha pregunta, es necesario establecer ciertos criterios de diferenciación. En primer lugar, de alguna u otra forma todos participaban de las confrontaciones: la élite de la región era quien otorgaba el presupuesto para mantener los ejércitos, los campesinos- artesanos-esclavos-vagos2 y otras tantas clasificaciones eran quienes conformaban los activos del ejército; la diferencia quizá radica en establecer las consecuencias para cada subgrupo social, es decir, a los esclavos se les prometía la libertad con el fin de incrementar el pie de fuerza en contra del Ejército Republicano; a los soldados campesinos y artesanos se les prometía una paga; y a los oficiales que comandaban las tropas se les recompensaba con cargos públicos.3 En la región antioqueña la situación era similar. Esta sociedad no fue tan arraigada a las culturas tradicionales, pues su historia refleja una tendencia a la “desobediencia” de las políticas nacionales, pero no por ello su participación en la guerra de los Supremos era de alguna connotación diferente. Los pobladores combatieron tanto en el Ejército Nacional como en las facciones locales, precisamente fueron en ellas en donde se evidenció con más poder los sentimientos de descontento por las tensiones sociales y étnicas (González, 2010, p. 20). El ejemplo típico lo representó Salvador Córdova y su 2 “Producto de esos mecanismos de control, se determinó ciertas afirmaciones debían apaciguar el estado o ambiente de convulsión (para las élites), todo hombre que no estuviera adscrito a una hacienda, la mina, el taller o desempeñara cualquier otra actividad visible era considerado como un vago, malhechor y en términos de pluralidad podían llegar a ser bandidos, nido de malhechores, palenqueros” (Prado p. 176). En la historiografía actual es posible encontrar diferentes interpretaciones de las nociones del imaginario colectivo del siglo XIX, ciencias como la Sociología, Antropología y Etnohistoria pueden ser de gran ayuda para conocer el pensamiento de grupos sociales que habitan estas regiones del país. 3 Varios documentos de la fuente primaria y secundaria consultada evidencian esta clase de prebendas a los diferentes grupos sociales que integraban las regiones. Textos como los de Álvaro Tirado Mejía, Luis Ervin Prado, Juan Carlos Jurado Jurado, Fernán González. Fuente primaria como lo demostrado en los periódicos de la época Voz del Sur, la Correspondencia del General Tomás Cipriano de Mosquera. 26 resentimiento contra los miembros del gobierno, en parte por los hechos ocurridos con su hermano José María Córdova. Su cercanía con el general Obando y la desconfianza que le tenía a los gobernistas radicales llevó a Córdova a sumarse a la rebelión (González, 2010, p. 23). Los pobladores de la región antioqueña permitieron establecer relaciones sociales para el establecimiento del poder entre las diferentes localidades. Desde el siglo XVIII es posible encontrar esas redes entre las élites y su dominio frente a los grupos sociales como esclavos, mulatos, negros, zambos, pardos. El control social en aquellos territorios era ejercido por las clases sociales mejor acomodadas, evidenciando la poca influencia dada por los funcionarios del Estado y al igual en el Cauca: “las zonas del suroeste y del sur quedaban constituidas como lugares de refugio para los vagos, los prófugos del reclutamiento y excombatientes que huían de las persecuciones políticas desatadas” (González, 2010, p. 26). imagen extraída de la pagina del Banco de la República. General Francisco de Paula Santander. Tomada de: http://www. banrepcultural.org/ El reclutamiento como factor de desintegración o de cohesión social durante la Guerra de los Supremos En el artículo Soldados, pobres y reclutas en las guerras civiles colombianas escrito por Juan Carlos Jurado es posible encontrar afirmaciones particulares como: Muchas veces, esposas, hijos o madres, no se ataban desdichados a su casa en espera del regreso de los reclutados, sino que partían con ellos engrosando las filas de pobres y desplazados, asumiendo el papel de acompañantes y asistentes en los combates (Jurado, 2005, p. 214). durante el siglo XIX, las guerras civiles en Colombia se libraron entre ejércitos y guerrillas cuyos soldados y combatientes eran en su mayoría labriegos pobres y trabajadores urbanos de extracción popular, cuya participación era voluntaria o forzada (Jurado, 2005, p. 211). Así ocurrió en la región antioqueña, Doña María Martínez de Nisser, una mujer diferente en costumbres y educación, identificaba su causa con la del gobierno nacional, prueba de ello es el diario dejado por ella misma y en donde relata su “participación en la batalla de Salamina” (Santos, mapa 22, p.153). A continuación un breve párrafo de su interés por el proyecto político nacional del Presidente Alcántara Herrán: Para el caso de los reclutas, quienes eran “enganchados” a la fuerza como producto de las detenciones a nivel personal o colectivo, la forma de conducirlos a la instrucción y posteriormente al campo de batalla se convirtió en un método de reorganización social, el cual también fue utilizado en la época colonial (Jurado , 2005, p. 211). No obstante, cada una de estas afirmaciones tiene varios aspectos de análisis, como el hecho de considerar el reclutamiento forzado como la única vía para aumentar el pie de fuerza de los ejércitos que combatían entre sí. Posiblemente, los mecanismos de incorporación a las fuerzas del Gobierno Central o a los grupos comandados por los Jefes Soberanos fueron de diferentes formas, entre ellos el reclutamiento4 forzado y los soldados voluntarios, quienes creían en un sentido y justificación de guerra. Históricamente, el reclutamiento es un factor de desintegración social, con él las familias quedan desunidas o desamparadas por la partida de esa figura paternal, el cual es “obligado” a combatir por su país o por una causa regional. Pero existieron varios casos en donde la vinculación o incorporación de personal a las filas de los ejércitos fue por voluntad, mística y completa convicción. Un dato bastante interesante es el demostrado por las mujeres en varios lugares del país. Las fuentes consultadas indicaron que: 4 “Los reclutamientos masivos también tuvieron lugar con la recogida de la peonada de una hacienda, de una mina o entre trabajadores enganchados en los frentes de labor de los ferrocarriles aprovechando esa concentración.” (Jurado, 2005, p. 215). Vosotros daréis en este momento un ejemplo de valor y firmeza, confirmando así que sois dignos de la confianza del jefe de esta heroica empresa, quien os ha escogido para ocupar el puesto más interesante. Sed serenos e impávidos, y mirad a nuestros enemigos con aquel noble orgullo que siempre acompañara a los defensores de la ley, pues aquellos que se nos presentan serán, como todo criminal, muy pronto aterrados por vuestra impavidez. Aprovechad la localidad y los pocos recursos, y pereced antes que rendir o humillar vuestro patriotismo a esos cobardes opresores: pues el triunfo será nuestro, porque la firmeza e intrepidez que manifestéis desde el primer encuentro, llenará de espanto a nuestros enemigos... Tenedme presente, que pronto nos reuniremos coronado este cima, y nuestra gloriosa empresa con una victoria completa (Martínez, 1989, p.416). Este es un apartado que tiene la firme intención de avivar y recobrar los ánimos de los soldados que integraban las filas del Ejército del Gobierno. Según el relato, la confrontación bélica estaba bastante complicada entre ambos ejércitos, pues independiente de la instrucción recibida o de la cantidad de armamento, se evidenciaba una lucha de poderes para establecer el dominio territorial en la región antioqueña. Por otra parte, la figura importante de este apartado inducía a la plena confianza de la tropa para seguir combatiendo, tanto que dejó por escrito las manifestaciones de apoyo incondicional: 27 Soy mujer pero tengo confianza, y el plan que formé en el acto de ofrecer mi ejemplo para animar a los indecisos y las ideas que alimentaron mi patriotismo entonces, no han variado, y si mi presencia y mi ejemplo pueden alcanzar fruto, es de hoy, y es en estos preciosos momentos que espero alcanzarlos (Martínez, 1989, p.417). Finalizada la contienda militar en Salamina (Antioquia) todas las mujeres, los sacerdotes y ayudantes colaboraban para socorrer a los heridos. En el diario podemos encontrar un apartado muy sensible frente a lo sucedido en aquel lugar: Vi el campo lleno de muertos y de heridos; y al oír los clamores, ayes y lamentos, me horroricé y llené de pena contemplando esta dolorosa escena y tanto más me sentía conmovida cuando reflexionaba que todo esto se debía a unos pocos ambiciosos. ... a la entrada del lugar encontré a todas las señoras cargando fusiles y cartucheras, para los cuarteles, y a pesar de que continuaba lloviendo, no cesaron en esta penosa ocupación hasta que tuvieron todas las armas del enemigo dentro del lugar. Los tres sacerdotes que se habían manejado con tanto valor y patriotismo, los hallé también, ejerciendo ya su sagrado ministerio, asistiendo a los heridos y exhortando a muchos en su última hora. Al volverme al lugar, me ocupé hasta la tarde en ayudar al Dr. Henao a aliviar a los heridos (Martínez, 1989, p.419). El planeamiento logístico en contra de las condiciones geográficas y atmosféricas del territorio nacional Según el archivo epistolar del General Tomás Cipriano de Mosquera en correspondencia con el General Ramón Espina durante el periodo de la guerra, se establecen varias condiciones al planeamiento y posterior desarrollo logístico del funcionamiento del Ejército Nacional, entre ellas citamos dos ejemplos, la primera una carta fechada el 14 de agosto de 1839 en la ciudad de Neiva en donde: “Los reclutas se hallan en estado total de desnudes y siendo la estación actual muy fuerte como usted sabe nos expondríamos a perderlos al paso por las guanacas” (Archivo Epistolar del General Tomás Cipriano de Mosquera, 1966, p. 91). La segunda carta fechada el 18 de agosto de 1839 y en donde se reitera que le sea posible enviar “por Dios el vestuario, morriones, correaje y armamento porque aquí no hay más que 40 fusiles en el parque y los reclutas están ya de 28 tomar fusil” (Archivo Epistolar del General Tomás Cipriano de Mosquera, 1966, p. 92). Como es bien reconocido, el general Francisco de Paula Santander se destacó por una buena planeación logística para el cumplimiento de las órdenes del Libertador en la campaña libertadora de la Nueva Granada, las dificultades se presentaron cuando no existieron los recursos económicos suficientes que dieran lugar al parte de las órdenes cumplidas, en especial para la campaña libertadora del Perú. Ahora, teniendo en cuenta los antecedentes de veinte años atrás, los militares y dirigentes del país para los años de 1839 a 1842 debían proyectar un buen manejo de los recursos, el cual tuviera la habilidad de integrar todo lo necesario para el sustento de un Ejército en guerra. Al igual que las tropas nacionales, cada facción regional debía procurar por su sustento, debían considerar factores relevantes como atravesar regiones montañosas o selváticas, ríos caudalosos o terrenos secos y áridos, tal como expresa Fernán González la combinación de enfrentamientos del ámbito nacional con las tensiones entre regiones, subregiones y localidades explican tanto la cobertura geográfica del conflicto, que cubre prácticamente todo el territorio poblado entonces como la participación masiva de la población, en diferentes momentos. La guerra se va haciendo nacional por medio de las redes que se establecen entre los diferentes caudillos y sus respectivas regiones y por los movimientos de los ejércitos a lo largo del territorio nacional: así los rebeldes de las provincias nororientales se desplazaron más allá de su ámbito regional y atacaron en el altiplano cundiboyacense y Bogotá, y luego trataron de coordinarse con los de la Costa Caribe y Antioquia, mientras los antioqueños intentaron reunir fuerzas con los del Cauca (González , 2010, p. 30). De acuerdo con lo anterior, es posible encontrar la relación de redes de poder entre regiones instauradas en las cordilleras oriental, central y occidental. Seguida de la importante influencia ejercida por la zona costera del norte del país; hacia el sur del territorio, el papel determinante fue logrado por José María Obando uno de los actores militares más importantes del siglo XIX, quien se autoproclamó como Jefe Supremo de la guerra. En resumen: tanto el Ejército comandado por el General Mosquera5 y el General Herrán , así como los ejércitos regionales comandados por los jefes supremos debían considerar todos los factores para un verdadero planeamiento logístico, aspectos necesarios como intendencia, armamento, alimentación, cruce de caminos, estabilidad y permanencia en la tropa para evitar la deserción, funciones de las familias que acompañaban a las tropas, salvaguarda de heridos a la hora del combate con la creación de hospitales provisionales y la imposición de los “santos óleos” a la hora de morir. Conclusiones Como primera medida, la guerra de los supremos o guerra de los conventos ocurrida durante 1839 a 1842, fue un detonante político y militar, el cual consolidó el poder regional de quienes eran considerados los grandes dueños de tierras del Cauca y Antioquia. Cabe señalar, no se considera como un acontecimiento histórico aislado del contexto nacional, precisamente es producto de las confrontaciones entre el pensamiento santanderista y bolivariano, quizá más hacia la tendencia de los conservadores, liberales moderados y los liberales radicales. La participación de la sociedad durante el desarrollo de la guerra fue clave para comprender la consecución de los hechos, algunos aspectos como el mestizaje, los cambios políticos de los grupos sociales, el reclutamiento forzado y el libre albedrío para incorporarse a las filas (fueran del gobierno o de la oposición). Sin embargo, el hecho más importante dentro de la realidad social de la época fue la: participación femenina. Uno de los casos fue el de Doña María Martínez de Nisser, quien con su “valentía” participó activamente en la Batalla de Salamina, no sin antes dejar en claro la posición que debía cumplir todo habitante de la 5 En carta fechada el 15 de junio de 1841, enviada por el General Espina al General Herrán le hace la acotación de la trascendencia del cruce de caminos apropiados, atravesar rutas seguras y no tan accidentadas con montañas o ríos caudalosos. Tomada de: Archivo Epistolar del General Tomás Cipriano de Mosquera. Correspondencia con el General Ramón Espina 1835- 1866. P100 región. Posiblemente este fue de varios casos que se presentaron, mujeres, niños, jóvenes y adultos cumplieron papeles importantes para servir a uno u otro jefe regional. Finalmente, como en la mayoría del siglo XIX, el mal estado de los caminos logró su cometido. Desde los enfrentamientos militares en la guerra de independencia, hasta la guerra de los mil días, gran parte del territorio nacional sufría de problemas para transitar, así fuera por vías terrestres o fluviales, pues el solo hecho de cruzar el Magdalena (arteria fluvial del país) hacía peligrosa la ruta. La decisión de cruzar el “camino” obligaba a cada milicia el planeamiento logístico, necesidades como la comida, manutención, armamento, animales de carga, medicinas era de vital importancia para no perder en la batalla. Referencias Archivo Epistolar del General Tomás Cipriano de Mosquera (1966). Correspondencia con el General Ramón Espina 1835- 1866. Bogotá: Editorial Kelly Ceballos Gómez, D. (2011). Desde la formación de la república hasta el radicalismo liberal (1830-1886). En Historia de Colombia. Todo lo que hay que saber. Colombia: Ediciones PRISA. Martínez De Nisser, M. (1989). Una dama se viste de soldado (La Guerra de los Supremos). En Reportaje de la Historia de Colombia. Bogotá: Editorial Planeta. Prado Arellano, L. (2008). Ejército republicano y control social en las provincias del Cauca, 1830-1850. En De Milicias reales a militares contrainsurgentes. La institución militar en Colombia del siglo XVIII al XXI. Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana. Santos Pico, M. (S.f.). Historia Militar del Ejército de Colombia. Volumen II. Bogotá: Centro de Estudios Históricos del Ejército. González, F. (2010, enero-marzo). La guerra de los supremos (1839-1841) y los orígenes del bipartidismo. Boletín de Historia y Antigüedades Vol. XCVII. Nº 848. Última proclama del Libertador Simón Bolívar. Hacienda de San Pedro Santa Marta. 10 de diciembre de 1830. Recuperado de http://www.banrepcultural.org/sites/ default/files/89958/brblaa848787.pdf Jurado Jurado, J. (2005). Soldados, pobres y reclutas en las guerras civiles colombianas. P 211. En Ganarse el cielo defendiendo la religión. Guerras civiles en Colombia 1840-1902. Medellín: Universidad Nacional de Colombia. 29 La casualidad y el origen del Derecho Internacional Humanitario-DIH Vicente Hernán Ibarra Argoty1 Stanly Rodríguez Peña2 Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. Serán tal vez los potros de bárbaros atilas; o los heraldos negros que nos manda la Muerte César Vallejo Los heraldos negros Resumen El presente ensayo es una visión sobre el origen del Derecho Internacional Humanitario – DIH; a este respecto, se enfoca la historia desde el pensamiento de los griegos, para converger en el análisis de la casualidad del nacimiento del DIH, así como ha sucedido con grandes descubrimientos serendípicos en la ciencia, que luego fueron consagrados con el Premio Nobel. Antes de entrar en consideración con dicha temática, cabe tener en cuenta que la historia de la humanidad ha estado marcada, por tristezas, momentos oscuros e intensas atrocidades producidas por las guerras;1 la herida abierta causada al tejido social por la hostilidad, es la herencia que se transmite a las nuevas generaciones, como legado traumático que guarda dentro de su memoria, la fuerza emotiva, poderosa y profunda del sufrimiento, del dolor y de la muerte. Palabras claves Casualidad, civilización, conflictos, derecho, Estados, guerra, humanitario, origen Abstract This paper’s main purpose addresses the origin of international humanitarian law. The article starts with an overview in Greek’s thought and the development of international humanitarian law. Prior to entering into consideration with this issue, it should be noted that the history of mankind has been marked by suffering and intense atrocities produced by warfare; An open wound to the social fabric caused by hostility is the legacy that is passed on to new generations. 1. 30 http://www.buenastareas.com/ensayos/La-Casualidad-y-El-Origen-Del/48618516.html 1. Mayor de la Reserva Activa del Ejército Colombiano; Jefe de Área de Formación Profesional General. Tutor DIH-Virtual Facultad Ciencias Militares. 2. Alferez de septimo nivel, Facultad Ciencias Militares. Escuela Militar de Cadetes. Bogotá, Colombia. Key words: chance, civilization, conflict, law, states, war, humanitarian, origin Introducción En la antigüedad, los griegos le daban mucha importancia a la guerra, en la cual intervenían dioses, semidioses y héroes; por ejemplo: la Ilíada inmortalizada por Homero es una epopeya y el poema más antiguo escrito de la literatura occidental, narra el combate entre griegos y troyanos en la ciudad de Ilión; la causa es porque Paris, príncipe troyano con algunos de sus mejores hombres, sedujo o raptó a Helena, hija de Zeus y pretendida por muchos héroes debido a su gran belleza. En la obra se observa como intervienen los dioses olímpicos definiendo el destino de los combatientes; por una parte, Ares considerado el dios de la guerra y la personificación de la fuerza bruta, la violencia, el tumulto, la confusión y los horrores;2 por la otra parte, su hermanastra Atenea, que representa la meditación, la sabiduría en el combate y la protección a los humanos de los estragos de la guerra.3 Desarrollo del ensayo El nacimiento del Derecho Internacional Humanitario–DIH, sucedió por la casualidad, así como han acaecido grandes descubrimientos de la ciencia. Se podría catalogar como un serendípico, neologismo español derivado de serendipia, que significa descubrimiento o hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. En expresión general se puede denominar a la casualidad, coincidencia o accidente. 2 http://www.buenastareas.com/ensayos/La-Casualidady-El-Origen-Del/48618516.html 3 En la mitología y literatura romana, los dioses cambian sus nombres, pero sus funciones son iguales a las de los dioses olímpicos: Ares es el dios Marte y Atenea es la diosa Minerva. En la ciencia y en otras disciplinas del conocimiento son frecuentes las serendipias; las cuales, han sido reconocidas por sus propios autores: Arquímedes, Newton, Pasteur, Fleming, Einstein, entre otros. En este orden de ideas, aparece en 1859 el nombre de Jean Henry Dunant, un hombre de negocios suizo, filántropo y activista de la causa humanitaria; quien fue el primer Premio Nobel de la Paz, junto con Frederick Passy. Recuperado de: http://hemisferiozero.com/2012/03/04/el-comite-internacional-de-la-cruz-roja-una-aproximacion-historica-i/ Jean Henry Dunant, había escrito un libro en alabanza al emperador Napoleón III y con la intención de presentárselo en persona, viajó a Solferino, un pequeño pueblo al norte de Italia, ubicado en la región de Lombardía. Llega en la tarde del día 24 de junio de 1859 y de pronto se encontró en medio de un campo de batalla, donde habían librado sus fuerzas los ejércitos austriaco y franco-piamontés, buscando 31 la independencia y la unidad de Italia. Impresionado por lo que vio, Dunant, tiempo después de vuelta a Ginebra escribió con dramatismo el libro Recuerdo de Solferino, testimonio sobre los horrores de la guerra. El propio Dunant en la obra mencionada dice: Hay batallones enteros que carecen de víveres, hay compañías a las cuales se había ordenado que se despojasen de las mochilas, y que nada tienen; para otros, falta el agua, y es tanta la sed que oficiales y soldados beben en charcos cenagosos, enfangados y llenos de sangre coagulada (Dunant, 1864). Fuente: Recuperado de: http://www.sedena.gob.mx/index.php/ derechos-humanos/programas/programa-de-promocion-y-fortalecimiento-de-los-dh-y-del-dih-de-la-secretaria-de-la-defensa-nacional Más adelante Dunant afirma: En el silencio de la noche, se oyen gemidos, suspiros ahogados llenos de angustia y de sufrimiento, desgarradoras voces que piden socorro: ¿Quién podrá jamás describir las horribles agonías de esta trágica noche? (Dunant, 1864) iniciativa de organizar a la población, especialmente a las mujeres, para proporcionar asistencia, sin fijarse a qué bando del conflicto pertenecían, “igualdad” (el cual es considerado un principio del DIH). Carecían de suficientes materiales y el propio Dunant organizó la compra de lo necesario, ayudando a levantar tiendas de campaña como hospitales. En su libro, Dunant no sólo describió la batalla, sino que trató de sugerir medidas posibles para mejorar el destino de las víctimas. En tal sentido, Dunant presentó tres propuestas que aparentemente eran simples, pero su alcance en la historia de la humanidad fue penetrante y perenne: 1) Establecer sociedades voluntarias en cada país, las que en tiempo de paz se prepararían para servir como auxiliares a los servicios médicos militares. De aquí, surgió todo el sistema de la Cruz Roja o Sociedades de la Media Luna Roja, las cuales tendrán como característica fundamental la neutralidad. 2) Adoptar por los Estados un tratado internacional, garantizando la protección legal a hospitales militares y personal médico. Esta segunda propuesta, dio a luz la “Primera Convención de Ginebra” del día 22 de agosto de 1864, firmada por dieciséis Estados asistentes, que en diez artículos concisos establecieron un status especial para el personal médico y alivian la suerte de la condición de los heridos de los ejércitos en campaña, también define “la base sobre la que descansan las normas del derecho internacional para la protección de las víctimas durante los conflictos armados” (Pictet, 1951). Desde luego, esta convención original ha sido reemplazada por tratados más integrales y modernos, los cuales encierran una compleja normatividad, en los que se ven reflejadas las necesidades que traen consigo los nuevos conflictos, teniendo en El sol del día 25 alumbró uno de los más espantosos espectáculos que puedan ofrecerse a la imaginación. Todo el campo de batalla está cubierto de cadáveres de hombres y de caballos; los caminos, las zanjas, los barrancos, los matorrales, los prados se encuentran sembrados de cuerpos muertos que, en los accesos a Solferino, se hallan literalmente amontonados. Campos destruidos, trigales y maizales tumbados, setos arrancados, huertos saqueados, aquí y allá charcos de sangre (Dunant, 1864). Dunant, ante el citado escenario de crueldad por los soldados heridos, mutilados y enfermos, tomó la 32 Fuente: Recuperado de: http://hemisferiozero.com/wp-content/ uploads/2012/03/solferino-1859-carlo-bossoli3.jpg cuenta el constante cambio que sufren las guerras, la implementación de nuevas formas de combate, doctrinas y armas, las cuales producen destrucción indiscriminada e innecesaria. 3) Adoptar un signo internacional para la identificación y protección del personal médico y facilidades médicas. Esto conllevó a la adopción del emblema protector de la Cruz Roja Internacional o la Media Luna Roja y posteriormente en 1977, mediante los dos protocolos que añaden a los convenios de Ginebra, se adopta un tercer símbolo, que desde el 8 de diciembre 2005 entró en vigencia y permite a las sociedades nacionales utilizar un emblema adicional, este es el cristal rojo, todo con el fin de evitar la interpretación errónea en algunos conflictos, donde los dos símbolos anteriores tienen connotaciones religiosas.4 Referencias Dunant, J. H. (1982). Recuerdo de Solferino. Comité Internacional de la Cruz Roja. Recuperado de http://www.icrc.org/spa/assets/files/other/ icrc_003_p0361.pdf. Salmón, E. (2004). Introducción al Derecho Internacional Humanitario. Lima: Instituto de Democracia y Derechos Humanos & CICR. Pictet, J. (1951). The New Geneva Conventions for the Protection of War Victims. [los nuevos convenios de ginebra para la protección de víctimas de la guerra]. Recuperado de http:// www.loc.gov/rr/frd/Military_Law/pdf/GCsenReport.pdf. Conclusión En conclusión, lo que surgió por casualidad con el señor Jean Henry Dunant, en un pueblecito llamado Solferino, se convirtió en el conjunto de normas5 de origen convencional o consuetudinario, que tiene la finalidad específica de solucionar los problemas de índole humanitaria, directamente derivados de los conflictos armados internacionales y no internacionales; y cuyos principios generales representan el mínimo de humanidad aplicable en todo tiempo, lugar y circunstancia; concurrencia de pautas y reglas en lo que se conoce como la institución jurídica de Derecho Internacional Humanitario-DIH. Aunque desafortunadamente, abunden ejemplos de violaciones del DIH; sin embargo, hay importantes casos en los que su aplicación y respeto han permitido cambiar las cosas, protegiendo a la población civil, los prisioneros de guerra, los enfermos, los heridos o en el mejor de los casos, limitando el empleo de armas inhumanas y no convencionales, cuyo objetivo desproporcionado y atroz, no es más que un hecho innecesario, que da fin a la dignidad e integridad física de la víctima, además no distingue entre población civil y combatientes. “No debemos repetir tan trágico suceso, necesitamos pasar ese mensaje a la generación de nuestros hijos”.6 4 Adoptado para dar cabida a la Sociedad Magen David Adom de Israel como miembro del movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. 5 Paráfrasis de la definición de DIH, dada en la Introducción al Derecho Internacional Humanitario, por CICR e IDEHPUEP. 6 Comentario de una madre asistente a la ceremonia aniversario del lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki del 2008. 33 Ucrania y su vecino incómodo Homero Herrera Leal1 Resumen El desorden en la República Autónoma de Crimea mantiene al mundo en un estado permanente de tensión y ansiedad, similar al que se vivió durante los largos años de la Guerra Fría, y cuyos resultados se espera que sean un cambio radical en el mapa geopolítico mundial, con la oficialización de la anexión de Crimea al territorio de la Federación Rusa. Estados Unidos, la Unión Europea y los demás países, esperan con impaciencia el resultado de este pulso entre los dos más grandes actores de la geoestrategia global: Estados Unidos de América y la Federación Rusa. Palabras clave: anexión, geoestrategia, geopolítica, Crimea, Federación Rusa, Ucrania Abstract The turmoil in the autonomous republic of Crimea, keeps the world in a permanent state of tension and anxiety, similar to that suffered in the Cold War, and is expected its completion means that a radical change in the geopolitical map of the world, to formalize the annexation of this autonomous republic to the Russian Federation. America, the EU, and elsewhere, eagerly await the outcome of this battle between the two biggest players in the global geostrategic: United States of America and the Russian Federation. Key words: annexation, Crimea, geopolitics, geostrategic, Russian Federation, Ukraine 1. Asesor de Formación Militar Práctica de la Facultad de Ciencias Militares de la Escuela Militar. Coronel del Ejército de Colombia de la Reserva activa. Profesor de la Facultad de Ciencias Militares. Especialista en geopolítica y estrategia de National Defense University. 34 no solamente para la época de la independencia ucraniana, sino especialmente en la actualidad. Imagen extraída del blog “A pedradas”. http://www.apedradas. com Definitivamente Ucrania es un Estado con una fuerza y una autodeterminación propias de la mítica Ave Fénix Ucrania ha pasado de mano en mano a través de los siglos y de los imperios dominantes de turno, tales como los mongoles, polacos, lituanos, cosacos, otomanos, tártaros de Crimea y rusos; para luego caer en manos de otro imperio no menos cruel como el imperio soviético, cuya dominación se extendió hasta 1991, cuando se desintegró como consecuencia del fracaso del modelo político-ideológico, económico, militar y psicosocial comunista. Se esperaba fervientemente que por primera vez el Estado ucraniano gozara por fin de una completa independencia, pero era también previsible que el oso ruso (Park, 1980, pp.94-95) no se quedaría con los brazos cruzados debido a las condiciones geoestratégicas (Britannica, S.f.) rusas reinantes; Las fobias de la nación ucraniana han estado dirigidas básicamente hacia las potencias dominantes que la han avasallado a lo largo de la historia universal (Matsuki, 2009); todas han mantenido el nivel de rechazo hasta cierto punto normal de los oprimidos por sus opresores(Matsuki, 2009); pero ninguna había sido tan vitriólica como el odio de la nación ucraniana contra el imperio soviético, sentimiento que es posible materializarlo con la recepción que hicieron estos nacionales eslavos por las fuerzas nazis de ocupación de la URSS, quienes fueron recibidos como libertadores en una sentida protesta contra el despotismo y la esclavitud a que fueron sometidos por sus opresores históricos rusos y luego soviéticos (Matsuki, 2009). Todo ello sin importar las consecuencias que posteriormente sufrieron a manos de las tropas germanas, las cuales habían sido anticipadas oportunamente por la dirigencia nacional ucraniana, las cuales fueron soportadas, pues de los dos enemigos coyunturales el menos temible para ellos era el germano.1 Este acto de sumisión a un imperio cruel, el nazi, es bastante diciente del desprecio y terror producido por el yugo soviético. Irónicamente, el hecho que prometía encarnar el máximo objetivo de la nación ucraniana —su independencia del yugo ruso— se ha convertido en 1. Ucrania sufrió más de 16 millones de muertes a manos de soviéticos, y aproximadamente 4 millones a manos de las tropas germanas de ocupación (CIA Word Fact Book) 35 su principal dolor de cabeza, pues el imperio ruso en cabeza de su máximo jefe, el presidente Putin, está empeñado en impedir que tanto Crimea como Ucrania, salgan del redil geoestratégico ruso. Imagen extraída de la página “Discover Ukraine”. http://www. discover-ua.info/news/20/66/d,travel_detail.tpl.html Si se analiza detenidamente la preocupación de Putin, es menester comprenderla, pues como resultado de la desintegración de la URSS en 1991 y la subsiguiente independencia de Ucrania y de otras naciones sometidas al imperio comunista soviético, la nación eslava heredó el segundo ejército más grande de Europa, siendo más importante y peligroso porque en su territorio permaneció el arsenal estratégico nuclear más grande el mundo (CIA World Factbook, 2014), como resultado de la Guerra Fría. Posteriormente, mediante presiones tanto de Rusia como de Occidente, Ucrania entregó a su anterior amo todas las armas nucleares y suscribió los tratados de no proliferación de armas nucleares que todos los estados que poseen esta tecnología firman pero no cumplen. De la misma manera Ucrania firmó otro tratado con la Unión Europea, en el cual se comprometió a reducir la cantidad de blindados y artillería, así como el número de sus hombres en armas. No obstante, si nos atenemos a los diferentes reportes y quejas de occidente —especialmente, en el caos luego del derrumbe de la URSS y la independencia 36 de todas sus repúblicas—, cuando los diferentes gobiernos comenzaron a poner la casa en orden, se dieron cuenta y reportaron la desaparición de 250 armas nucleares (Recovered, 2014), provenientes de los arsenales de la URSS en Ucrania. Si a lo anterior se le suma el arsenal nuclear en la flota soviética en el Mar Negro, así como las armas nucleares ucranianas y como consecuencia el incremento de poder geoestratégico para este estado eslavo, tenemos la fórmula perfecta para asegurar la intervención en todos los campos del poder por parte del gobierno de Putin, entre la que se incluyen el control de la península de Crimea, el referendo amañado y su posterior e inmediata incorporación a la Federación Rusa (Recovered, 2014), con la consiguiente carga de intimidación contra Ucrania y la Unión Europea, en un nada sutil intento por recordarles quien es el amo de la región. Los resultados del aventurerismo geopolítico de la Federación Rusa mantienen en vilo al mundo, puesto que hay posibilidades de que la situación escale más allá del clásico cruce de sanciones y reproches de Estados Unidos, Reino Unido y Alemania contra Rusia y viceversa, a una situación un tanto más peligrosa para la estabilidad regional y posiblemente mundial, dado que los ánimos de Ucrania están exacerbados por el acto abusivo de Rusia en contra de su soberanía y, más aún, cuando ha contado con un multitudinario apoyo en todos los campos del poder por parte de Occidente; situación que puede desembocar con facilidad en un incidente militar de proporciones y consecuencias todavía inimaginables. La situación actual genera inestabilidad políticomilitar en el mundo, influyendo — perjudicando— el desempeño de la economía global, tal como se puede evidenciar en los resultados de las principales bolsas mundiales. La tensión generada por parte de los movimientos hegemónicos rusos en su intento por avasallar nuevamente a Ucrania, comenzando por la codiciada península de Crimea, es tal vez la primera prueba de fuego que ha soportado el gobierno estadounidense de Barak Obama en el campo de las relaciones internacionales. Hasta el momento su desempeño no ha mostrado los mejores estándares, pues sus reacciones han estado acordes con la política exterior apaciguadora propia de los gobernantes demócratas. En lo que tiene que ver con los gobiernos europeos, estos se han mostrado más decididos a plantar firmemente las ambiciones expansionistas y hegemónicas rusas, pero con mayor tino. El Reino Unido ha manifestado su abierta incomodidad e inconformidad con las acciones rusas; Alemania por su parte ha terciado en la contienda manifestando su rechazo, no solamente por los hechos en Crimea, sino también principalmente por la torpe participación estadounidense en la crisis, luego de la tormenta provocada por las interceptaciones a los medios de comunicación de varios mandatarios europeos por parte de los organismos de inteligencia americanos. A más de lo anterior, la Unión Europea y principalmente Alemania, rechazan el manejo agresivo con que el gobierno americano dio el primer paso para el control de la crisis ucraniana, tomando en cuenta que dicho Estado eslavo mantiene como un objetivo estratégico de mayor cuantía, su aspiración a convertirse en miembro de la UE, lo cual ha requerido de paciencia y diplomacia europea para lidiar por el escabroso camino de conducir a Ucrania al objetivo señalado. Los europeos consideran imprudente el manejo americano de la situación (Recovered, 2014), la cual podría extremarse hasta el punto de que los ciudadanos ucranianos, cuya mayoría votó por la anexión de su país a la Unión Europea, se retracten por los hechos ante la inminencia de un conflicto militar con Rusia, dando al traste con las difíciles negociaciones que habían sido superadas. China, Irán y Corea del Norte, en un fútil intento por desprenderse del supuesto dominio americano sobre la región. El desafío para Estados Unidos es bastante riesgoso, así como lo es para Europa en este momento, pues los escarceos rusos en el Caribe, Centro y Sudamérica, pueden convertirse en moneda de cambio entre rusos y americanos: quid pro quo. La reacción de China ha sido la previsible, neutralidad en la ONU y una aparente indiferencia mientras los demás se rompen el lomo mutuamente. ¿Hasta dónde va esta indiferencia? Referencias Park, G. (1980). Forsyth Frederick. Random House. Encyclopedia Britannica (2014). Matsuki, E. (2009). The Crimean Tatars and their Russian-Captive Soldiers. S.d. CIA World Facebook (2014). Arms Control Magazine (2012). El País (2014). Madrid. El futuro no se muestra propicio a Occidente y el eco de esta crisis puede afectar también a América Latina, por los nexos que los países miembros del Socialismo del Siglo XXI mantienen con la Federación Rusa, 37 Los juicios de Núremberg. El juicio, la diplomacia por otros medios Harrison Torres Rojas1 Resumen Este artículo revisa las medidas adoptadas durante los juicios de Núremberg y sus repercusiones en el sistema internacional de derecho. El escritor se centra en las acciones que tuvieron lugar entre los años 1945 a 1946. Palabras clave: crímenes de Guerra, impunidad, justicia, ley, proceso, Segunda Guerra Mundial Abstract This article reviews the measures taken during the Nuremberg trials and their impact on the international system of law. The writer focuses on the actions that took place between 1945 to 1946. Key word: justice, law, trial, impunity, war crimes, World War II Insertar Figura 1 La tela de juicio, un demandante y un demandado; un delito y su sentencia, la ética tras la decisión del juez y el resultado final del fallo; un condenado… y un absuelto. Aparentemente, este proceso “inmaculado” no tiene traspiés y el resultado es el más justo a los ojos vendados de la dama de la justicia. Para iniciar un proceso judicial se analizan los hechos delictivos cometidos. El contexto póstumo a la segunda guerra mundial y la derrota del eje, genera el develamiento de las atrocidades cometidas por el régimen Nacista Alemán. Las ideologías totalitarias, el anticomunismo, el crecimiento de la raza aria, la supresión de los judíos y por ultimo su exterminio, son el conjunto de delitos por los cuales se llevaron a estos personajes a un juicio de índole internacional. Para explicar las causas del abuso y el exterminio judío, existen pocos factores que den cuenta del porqué se produjo tal masacre, una de ellas se atañe al odio hacia los Judíos debido a la pérdida en la primera guerra mundial (la puñalada por la espalda). Daniel Fraenkel en La ideología nazi y sus raíces, afirma que 1. Alferez de septimo semestre. Facultad de Relaciones Internacionales. 38 Alemania misma no fue Invadida y sus ejércitos se encontraban aún estacionados en territorio enemigo al final de la guerra– contribuyeron al mito de la ‘puñalada por la espalda’ (Dolchstosslegende). De acuerdo con esta teoría, sustentada en círculos derechistas después de finalizar la guerra, el responsable de la derrota alemana no fue el ejército sino el frente interno, manipulado por los traidores socialistas y sus aliados judíos (Fraenkel, S.f.). Lo cual podría ser una de las causas de la agresión judía. El otro factor es simplemente la prevalencia de la hegemonía aria. Estos abusos realizados contra la raza judía, durante el III Reich, fueron llevados a juicio en Núremberg, donde entraron en proceso los altos mandos militares Nazistas, actores directos, indirectos, que fueron juzgados de acuerdo al fallo del (Tribunal Militar Internacional, TIM). Juzgar a los alemanes antisemitas se considera un acto justificable, pero la corta perspectiva de la justicia solo aprieta con su mano al lado más débil, punto de quiebre donde observa que la justicia e igualdad son una realidad alterna y manipulada. Por ejemplo, Los Gulag en Rusia, los bombardeos a Alemania por los Estados Unidos, Nagasaki e Hiroshima. Por qué ni Rusia ni Estados Unidos entraron en un proceso judicial, por qué estos Estados salieron prácticamente victoriosos, si generaron igual número de muertes inocentes, por qué en el plano occidental se le ve a los Estados Unidos y a Rusia como héroes del mundo, por qué… Entre 1945 -1946, fines de la Segunda guerra Mundial, los alemanes entraron en proceso judicial. El principio de Núremberg, documento elaborado por la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas (denominado Principios de Derecho Internacional reconocidos por el Estatuto y por las sentencias del Tribunal de Núremberg, de aquí en adelante Principios de Derecho Internacional…) fue la base jurídica para sentenciar sus crímenes. Los principales bastiones que toma como punto de partida se encuentran relacionados con los delitos de: crímenes contra la paz, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad (un falaz juego de palabras inmaculadas bajo el concepto de igualdad y justicia). Bajo este contexto se deduce el principio de universalidad como la no excepción de regla general, y pierde toda su transparencia y esencia jurisdiccional. A finales de la segunda guerra mundial se realizó uno de los juicios más importantes de la historia, hoy en día considerado como base para los procesos judiciales en materia militar. En 1945 Los aliados emprendieron un proceso judicial a la contraparte bélica, alemanes y japoneses entraron a salas procesales, para ser juzgados por sus actos indiscriminados. “La Escuela Internacional para el Estudio del Holocausto”. http:// www.yadvashem.org/yv/es/education/learning_environments/ nuremberg/responsibility4.asp Se estimaron tres tipos de crímenes: crímenes contra la paz (planificación, inicio y desarrollo de la guerra); crímenes de guerra (violaciones de las leyes de la guerra, contenidas en la Convención de Viena); crímenes contra la humanidad (genocidios y abusos). De igual forma, quienes de alguna manera habían colaborado y conspirado para cometer estos actos criminales. Se juzgaron bajos los principios de 39 Núremberg, aprobados por la Comisión de Derecho Internacional en 1950 (Principios de Derecho Internacional…). Imagen extraídadel artículo “El fotógrafo catalán que fue clave en los juicios de Núremberg”. https://es.noticias.yahoo.com/ blogs/cuaderno-historias/el-fotógrafo-catalán-que-fue-claveen-los-juicios-de-núremberg-075338524.html Altruistas palabras, claro, condenar a alguien culpable, tiene todo sentido de coherencia y justicia. No obstante, cuando las leyes pierden su alcance y solo están del lado más fuerte, la palabra justicia no tiene cabida para su interpretación. Según el columnista inglés Felipe Botaya, en su artículo “Núremberg”, en la violación del derecho fundamental de justicia “los victoriosos aliados actuaron como acusación, juez y ejecutor de los líderes alemanes. Fueron juez y parte. Los cargos o acusaciones fueron creadas para la ocasión y fueron aplicados solo para los vencidos” (Botoya, S.f.). Entonces surgen interrogantes como: por qué la impunidad solo toca a los que más favor tienen; por qué los Estados unidos no fue juzgado por los bombardeos indiscriminados; porque la Unión Soviética no subió a la palestra a defender su crímenes; dónde está la masacre en Katyn, los campos de concentración Rusas(Gulag); dónde se encuentra la Carta de Londres firmada el día 8 de agosto de 1945 para juzgar estos crímenes, o es simplemente el proceso judicial contiene más esencia política que de derecho. El Principio I se refiere al Proyecto de Código de Delitos contra la Paz y la Seguridad de la HumanidadCompendio de instrumentos internacionales pertinentes, ONU, A/CN.4/368,13 abril de1983. “Toda persona que cometa un acto que constituya delito de derecho internacional es responsable de él y está sujeta a sanción.” (Principios de Derecho Internacional…). No obstante, la cabalidad de estas palabras asume su cumplimento, pero durante el 40 proceso de Núremberg se convierte en una completa sátira. Así, en 1939 la Unión Soviética invade Polonia, se oculta la muerte de 21768 ciudadanos en los bosques del Katyn, y surge la pregunta ¿qué hizo el gobierno británico y el ruso? Llanamente volcaron los papeles y se lavaron las manos con el Nombre alemán; la masacre fue empleada profusamente con fines propagandísticos por el Ministerio de Propaganda del régimen nazi, anunciando su descubrimiento el 13 de abril de 1943, mientras que la URSS culpaba a las SS en Berlín de la autoría.1 De otro lado, cuestionar la intervención internacional en el juzgamiento de personas sujetas al derecho, alude a sentir que más de carácter judicial es una conjetura política e interesada al analizar dos diferentes estados, la Unión Soviética y los Estados Unidos. El análisis del Katyn para el primero y para el segundo una completa telaraña de estrategias políticas, donde se cuestionó los motivos de la Unión Soviética. Sin descartar también que el primero utilizara las mismas prescripciones gubernamentales en su política. Aunque el gendarme norteamericano quiera eximir sus culpas, la mirada a ciegas de la dama de los platillos, encuentra la verdad a pesar de que no tenga el sostén necesario para equilibrar la balanza. Semejante a un abrir y cerrar de ojos, existe un antes pero no un después; mirar cómo el cielo se oscurece y el hongo nace a expensas de los demás, devorando las vidas de miles de millones de personas y después del alba, vuelve a nacer…igual de feroz y despiadada. El 6 y 9 de agosto de 1945 dos ciudades conocieron el infierno radiactivo, Nagasaki e Hiroshima son bombardeados por Estados Unidos de América; dichos eventos marcarán la historia de la humanidad, internándonos en el comienzo de un mundo dominado por la tecnología y una perspectiva bilateral dentro de una esfera a punto de quebrar bajo la concepción de dilema de seguridad…, aunque más seguro que contextos de antaño. Sin embargo, no se hace referencia al desarrollo tecnológico ni a la Seguridad Global; por ello es necesario tener una mirada 1 Comunicado alemán del 13 de abril de 1943; Comunicado de Prensa de la agencia TASS de 15 de abril de 1943. Citados en la declaración de Tadeusz Romer ante el Comité para Investigar la Masacre del Bosque de Katyn, 1952. En otras páginas de se puede ver el uso propagandístico por parte de los alemanes, incluyendo las visitas forzosas de prisioneros de guerra británicos y norteamericanos. imparcial para preguntase: ¿algún norteamericano fue juzgado por estos actos, después de la explosión? Arrupe, 1952 manifiesta Al siguiente, una gigantesca montaña de nubes se arremolinó en el cielo; en el centro mismo de la explosión apareció un globo de terrorífica cabeza. Además, una ola gaseosa a velocidad de quinientas millas por hora barrió una distancia de seis kilómetros de radio. Por fin, a los diez minutos de la primera explosión, una especie de lluvia negra y pesada cayó en el noroeste de la ciudad, un mar de fuego sobre una ciudad reducida a escombros (Arrupe, 1952, pp. 66-67). Momentos próximos, el Emperador Hirohito firmaba la rendición de Japón y la paz venía a punta de interés e imposiciones forzosas. Ahora bien, al igual que el interrogante anterior, donde la respuesta es clara, en lo explícito recae la misma respuesta, que todos conocen, pero se hacen los incrédulos y mudos ante ella. Según el Principio VI de los Principios de Núremberg (Párrafo C), que refiere a delitos contra la humanidad, se afirma: El asesinato, el exterminio, la esclavización, la deportación y otros actos inhumanos cometidos contra cualquier población civil, o las persecuciones por motivos políticos, raciales o religiosos, cuando tales actos sean cometidos o tales persecuciones sean llevadas a cabo al perpetrar un delito contra la paz o un crimen de guerra, o en relación con él (Principios de Derecho Internacional…). El TIM en materia sí utilizó el sexto principio, lo que se cuestiona es el alcance de este. La cúpula Nazi, asesinó y torturó a miles de Judíos, quienes fueron sentenciados de acuerdo con el grado del crimen. Entre tanto, no se llevó a juicio al presidente Harry S. Truman, militares y personas jurídicas encargados de dicha operación, a pesar de haberse realizado 12 juicios más; claro está, todos bajos condiciones Americanas. Si esto hubiese ocurrido sí existirá el principio de universalidad. Como conclusión, los juicios de Núremberg tuvieron mucha controversia, pues se juzgaron solo los crímenes realizados por los Alemanes y no los de las potencias vencedoras (Unión Soviética y Estados Unidos). Es un cuestionamiento que todos se hacen, pero poco resultado tiene, pues los grandes tribunales están condicionados por políticas de gobiernos hegemónicos. La relación demuestra que la justicia, metafóricamente hablando, es solo la dama a ciegas con la balanza con el desnivel a lado más débil. No se alude a que la justicia no exista en estos procesos judiciales, sino que representa un punto estratégico en la geopolítica de gobierno para intervenir en otros Estados. Actualmente la CPI (Corte Penal Internacional) no ha sido ratificada por el gobierno de Estados Unidos, lo cual es llanamente la demostración de cómo las grandes potencias dominan y evitan ser sometidas a un juicio. El caso más crítico se dio el 2 de agosto de 2002, con la promulgación del Acta de Protección del Personal de Servicio Estadounidense “American Servicemembers’ Protection Act”, la cual estipula que ningún gobierno, organismo federal, estatal, persona, participe en la corte, así como no pueden llevarse investigaciones en los Estados Unidos, el documento también impide enviar ayuda militar a los países que no pertenecen a la corte y autoriza al presidente la liberación de un procesado estadounidense.2 Entonces, ¿los sujetos a la ley estarán siendo juzgados imparcialmente? O la justicia dejó de tener los ojos vendados y ahora solo mira al mejor postor y a quien más poder posee, dejando de lado la “igualdad” que en palabras falaces se difunden. Referencias American Servicemembers’ Protection Act of 2002. Title II of Public Law 107–206, approved Aug. 2, 2002. http://www. house.gov/legcoun/Comps/aspa02.pdf Arrupe, (1952). Hiroshima- Nagasaki.Asamblea Nacional de las Naciones Unidas- resolución 117(II)- párrafo (a). 2000. Botaya, F. (2014). Enigmatika. Nuremberg. Recuperado de http://felipebotaya.espacioblog.com/post/2014/02/09/ nuremberg-1-cuando-se-expresa-cierto-escepticismo-sobre-la Fraenkel, D. (S.f.). La ideología nazi y sus raíces. Recuperado de http://www.yadvashem.org/yv/es/holocaust/about/docs/ nazi_racial_ideology_fraenkel.pdf. Holocausto y Juicio (S.f.). Editorial Uribe. Principios de Derecho Internacional reconocidos por el Estatuto y por las sentencias del Tribunal de Núremberg. Recuperado de http://www.cruzroja.es/dih/pdf/Principios_ Derecho_Internacional_Estatuto_sentencias_Tribunal_ Nuremberg.pdf The power of trutn (S.f.). Los juicios de Núremberg. 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Palabras clave: Alfonso López, ARC, armada colombiana, Eduardo Santos, marina colombiana en la Segunda Guerra Mundial Abstract This article reviews the measures taken by the Colombian goverment during World war II. The writer focuses in the actions that happened between 1938 to 1944. Key words: Alfonso López, ARC, Colombian Army, Eduardo Santos, World War II Colombian Navy La participación colombiana en la Segunda Guerra Mundial se generó de manera activa, tras el ataque a Pearl Harbor por parte de Japón a Estados Unidos, lo cual trajo como consecuencia las amenazas sobre su costa pacífica y el incidente propio contra un submarino alemán que vulneró la soberanía nacional, lo cual trajo como consecuencia la necesidad de tomar medidas internas sociales, económicas y militares. 1. Alferez de septimo nivel, Facultad Ciencias Militares. Escuela Militar de Cadetes. Bogotá, Colombia. 42 En Colombia trascurriendo el año de 1938, ingresó como primer mandatario el dirigente Eduardo Santos, quien se encargó de llevar las riendas de la nación ante el problema coyuntural de la Segunda Guerra Mundial. Al llegar el año de 1939 se reunieron el 21 de septiembre las cancillerías de Argentina y Colombia representadas por ministros plenipotenciarios en Panamá. Allí se firmó un documento en el cual se fijó una posición de neutralidad y de apoyo mutuo ante una amenaza extranjera frente al conflicto, que hasta el momento era continental. Después de un análisis, Santos reconoce que la economía será el primer factor afectado para la nación, por lo cual genera políticas de protección a la industria nacional e incorpora una política de aislacionismo hacia la guerra y los países involucrados de alguna manera en la acción bélica; a pesar de ello, esta tendencia se ve alterada tras el ataque japonés en Pearl Harbor contra los Estados Unidos. Debido a que con este país se mantenían excelentes vínculos de cooperación y apoyo bilateral, el gobierno decide romper relaciones con las potencias del Eje (Alemania, Italia, Japón) el 18 de diciembre de 1941 y posteriormente, con la Francia ocupada de Vichy, en el año de 1942, repercutiendo en la toma de medidas para limitar y contrarrestar acciones del eje sobre áreas de jurisdicción nacional. Tras las acciones iniciadas por el Estado, el 23 de junio de 1942 un submarino alemán que se encontraba al noreste de la isla de San Andrés atacó y hundió la goleta “Resolutte”, que unos días antes se había encargado de rescatar a cinco oficiales y 23 marinos de la Real Armada Británica náufragos, tras el ataque a su nave por parte de los Nazis a 200 millas de San Andrés, además del hundimiento de dos embarcaciones sobre la zona, la “Coamar” y “Pequeña Ruby”. Ante dichas acciones bélicas, se tomaron medidas todavía más drásticas, a fin de evitar que se repitieran y fuesen en contra de la soberanía nacional. Las costas atlántica y pacífica empezaron a ser patrulladas con más intensidad además que la base de Palanquero dispuso la movilización de una unidad de combate formada por aviones falcón F-8, posteriormente reemplazados por una unidad de Texan AT-6 hacia la ciudad de Barranquilla. De igual forma se organizó y mantuvo en primer grado de alistamiento al Ejército Nacional. Que desde el año de 1940 correspondía a un ejército hijo de la reforma militar del General Rafael Reyes, que estaba implementándose desde el año de 1907, donde se hizo el esfuerzo para hacer de las armas una institución profesional, patriótica, seria y con gran efectividad (Enciclopedia Historia de las Fuerzas Militares de Colombia, Tomo III). Noticia de la declaración del «Estado de Beligerancia» con Alemania, «El Tiempo», noviembre 27 de 1943. Imagen extraída de la pagina “Taginga”. http://www.taringa.net/ comunidades/colombiaringa/5694834/Colombia-en-la-Segunda-Guerra-Mundial.html 43 Otro aporte por parte de la aviación militar colombiana fue el uso de los aviones Junkers 52 apostados también sobre la ciudad de Barranquilla. Se realizaban misiones de inteligencia y seguridad sobre las costas pacífica y atlántica del país, haciendo uso de la toma de fotografías aéreas y observación del terreno, con el propósito de suministrar esta información a las unidades EE.UU. y las unidades de la armada colombiana responsables de la seguridad y vigilancia de las áreas costeras. administración de estos bienes al mismo, con el objetivo de que sirvieran para dar sustento y manutención al campo de concentración. El 7 de agosto, a pesar de la fuerte oposición interna, toma posesión del cargo presidencial el señor Alfonso López Pumarejo, quien se enfrentaría con un escenario mundial todavía más complejo y con una sensación de malestar al interior del país. Así, unos oficiales del Ejército destacados en Pasto realizaron el fallido golpe militar del año 1944. La situación se encontraba alterada por las cuestiones políticas entre los cuales era criticado fuertemente el presidente López, que además se tenía que enfrentar a los problemas colombianos en su economía, la cual se encontraba resentida por la baja del café y el aumento al precio de las importaciones a causa del conflicto. Hangares de Barranquilla donde se alojaban los escuadrones de combate Falcón F-8. Imagen extraída de la Revista Credencial. Tras los incidentes de los hundimientos, el 27 de noviembre de 1943 el Senado colombiano declaró estado de beligerancia contra Alemania y se tomaron medidas drásticas en el país para afrontar dicha situación, como la confiscación de propiedades a los ciudadanos de las potencias del Eje, así como la reclusión de simpatizantes nacionalistas, italianos y japoneses en Fusagasugá (Hotel Sabaneta) (Hiller, S.f.) y en Villeta; estos ciudadanos extranjeros fueron apresados mediante el uso de la conocida “Lista Negra”, documento generado por las agencias de control de inmigrantes en Colombia, las cuales conocían mejor la cantidad de nacionales de estos países y dónde se encontraban. Además, el gobierno se dio a la aplicación de leyes estatales contra estos inmigrantes, como el decreto 2643 de 1943, en la cual se prohibía el uso público de la lengua alemana en la totalidad del territorio colombiano. Tras la confiscación de los bienes a los nacionales extranjeros, se creó el Fondo de Estabilización Nacional, un fidecomiso al que se asignaba la 44 Hotel Sabaneta, sitio de concentración de nacionales del Eje en Fusagasugá. Biblioteca Virtual Luis Ángel Arango. http:// www.banrepcultural.org/blaavirtual/indice En el año de 1943 López, pese a una fuerte oposición por parte de los sectores conservadores del país en cabeza de Laureano Gómez (quien terminaría encarcelado por orden presidencial), declara la guerra a los países pertenecientes al Eje, lo que hacía al país un participante directo de las hostilidades. En los primeros meses del año 1944 y tras la necesidad de la guerra de organizar un cuerpo de combate de aviación especializado e independiente, se procede por orden del Ministerio de Guerra, eliminar la quinta arma del Ejército: “La Aviación Militar”, la que se convierte en una institución aparte denominada la Fuerza Aérea Colombiana, consolidándose la estructura de las Fuerzas militares que se utiliza hasta la fecha. El submarino era realmente alemán. Se trataba del U-154, comandado por el teniente de fragata Kush. Pero el submarino no fue hundido. En el cuartel general de la Kriegsmarine , ubicado en Lorient, quedó registrado un mensaje del teniente Kush: El destructor de bandera colombiana Caldas nos atacó en la noche del 29 al 30 de marzo. Sumergidos estuvimos toda la noche bajo ataque. Los audaces submarinistas alemanes, que infestaban las aguas del Caribe, conocían el manido truco. Bajo fuego se debe soltar aceite y basura por entre los tubos torpederos, para dar la impresión de victoria al enemigo y calmar su apetito .Y esa fue la sensación que les valió a los tripulantes del Caldas muchas felicitaciones y al resto de los colombianos un agradable sabor de desagravio.Ciento veintitrés días más tarde, dos destroyers estadounidenses, el Frost y el Inch , entraron a matar. La víctima era esta vez el U-154, submarino al que el Caldas le colocó las banderillas.1 de la armada Colombiana era el U-851, el cual se reportó desaparecido a finales de marzo sobre las coordenadas del hundimiento, dando más fuerza a la hipótesis de que este haya sido el submarino hundido. Portada del periódico El Tiempo del 31 de Marzo de 1942. Extraída de la pagina “Taringa”. http://www.taringa.net/posts/ info/14767950/Destructor-colombiano-hundio-submarino-nazi. html Tras acabar la guerra son liberados del campo de concentración los nacionales de los países del Eje, tras durar un poco más de dos años, pero tras permitirles residir en el país, el Estado no les reconoció el total equivalente a las propiedades confiscadas durante el conflicto, dejando a estas familias en un estado económico deplorable y difícil de superar. Destructor ARC “Caldas”. Imagen extraída de www.colegiocomunalbicentenario.blogspot.Com Sin embargo, de este submarino alemán no se recibieron más reportes, lo que genera una hipótesis sobre la identidad del hundimiento del submarino alemán, aunque según reportes de patrullaje de los submarinos U-boats de su misma base de datos, solo se recibió un ataque en las aguas de Caribe en las coordenadas donde se presentó el combate, el 13 de marzo por parte de un caza submarinos PC461. A causa de estas inconsistencias presentadas, se cree que el submarino que fue hundido por parte 1. Extraída del diario el Tiempo del 22 de octubre de 1991. http:// www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-176772. Recuperado del día 30 de junio de 2015. 45 Referencias Breve Reseña historia de Colombia (2004, 22 de julio). En Guardia, Business Publishers International Corp. Washington. Bogotá D.C. Armando Caicedo, 22 de Octubre de 1991, Clave 1944 ARC Caldas Hunde Submarino Nazi. Recuperado de http: //www. eltiempo.com/archivo/documento/ MAM-176772 Hiller, T. (2013, 23 de enero). Los campos nazis de Fusagasugá. Bogotá D.C.: Universidad de los Andes. Recuperado de http: //cerosetenta.uniandes. edu.co/los-nazis-de-Fusagasugá/ La participación de América Latina en la Segunda Guerra Mundial (2010). Recuperado de //2gmblog. blogspot.com/2010/08/la-participacion-de-americalatina-en.html. León K. (2011, 06 de diciembre). Historia de la aviación Colombiana 1911-1950. 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