.LA··~.IA .,. Viernes, Octubre 10/69, _. MANIZALES (Foto Sarmiento, LA PATRIA).~ El grupo teatral de laUniwmddlDd AutónOma de qu~ pft'lsent6 en la programación popular del festival, los "Entremeses" de Cervantes. En escena aparece el director del grupo. el licenciado Ignacio Frias y Godoy, quien actua en ellos. MANIZALES.(Foto Sarmiento, LA PATRIA).- Notable éxito alcanzó en su estreno, la presentación de la obra "Pirámide 179", del doctor Máximo Avilés Blonda. En la gráfica se aprecia una escena de la obra . .- " I I Ir Por qué Don Perlimplín YiPedroPedrero Por OSCAR JURADO Con la presentación del grupo El Juglar, de Argentina, dirigido por Carlos Giménez, el II Festival Latinoamericano de Teatro Universitario se fue arriba. La obra "Los Amores de Don Perlimplín con Belisaensu Jardín", de Fe~eri~o García Lorca, a pesar de no poseer rungun contenido ideológico, de no plantear problemas inmediatos (aparentemente, no?) fue una maravillosa muestra de buen teatro, uIÍ verdadero alarde de técnica dramática, de plástica y poesía. Todo ese mundo preciosista y desgarrador de GarcíaLorca, toda esa hermosura poética que sin embargo. penetra y hurga dolorosamente, como un puñalillo de diamantes, para decirlo en el lenguaje del gran asesinado, encontraron su sitio, y qué . sitiol en la escena de Los Fundadores. Carlos Giménez con su grupo El Juglar, ha sabido poetizar escénicamente (escenificar poéticamente) ese mundillo muñequeril e ingenuo al través del cual GarcíaLorca quiso comunicar todo lo que él pensaba de este otro mundo, de ese mundo español en bancarrota,' el de' las puras y acendradas tradiciones; de esa su monacal resentida España, sa España que can no llorar, de esa El grupo de teatro representativo de la Univerllidad de Guanajuato, estrenará hoy enel teatro "Los Fundadores", la pieza de Fernando Rojas, "La Celestina", (Tragicomedia de Calixto y Melibea). Jorge Santander Arias, colaborador de este diario; escribió W siguientes notas sobre la obra: Si entre lo humano y lo divino, colocó Cervantes la "Tragicomedia de Calixto y Melibea", quizá pueda holgar toda rectificación al respecto. El crédito del Mando, ducho en toda suerte de noveladas peripecias, colocado por época, hábito y calidad dentro de la extravagante fisonomía de una gente -la suya- tan dada a los cohechos amorosos de todo género y circunstancia, es más que suficiente para justificar esa biotipia ampliamente espectral y cogitabunda. Muchos hacen énfasis en la exageración de Cervantes, e insinúan cierto género de hermeneútica que el novelista usó a modo de afectuoso eufemismo para disfrazar la demasiada crueldad de la trama que envuelve al discreto Calixto y a la no poca discreta Melibea. Pero quede la constancia de Cervantes, que habrá de servir, .como ha' servido, para juzgar una obra a todas. luces indispensable, . dentro de todas las posibilidades, inmortal. "El' Jartín de Melibea", una escena, una localidad, un escenario que a la escenografía m.agnética del recuerdo y del teatro al. 1 Jardín de,.JUlieta'<',q;;más.comoaq1iel ve _" ne que tod ar m tiene flores, arcos vegetales, fuentes y senderillos de pómez menudo. El de Melibea no tiene más flor que Melibea, o es la única que quiere ver Calixto, con sus ojos ciegos de enamorado. y por esa sola flor entra a la leyenda del Teatro, la frágil Melibea, Julieta castellana, que como la isabelina, se desploma en el último acto, para no ver partidos sus amores. Se ha calificado a Calixto como un tétrico producto de la Edad Media que se derrumba. La "Tragicomedia" aparece precisamente en 1.500, cuando se parte definitivamente la historia del mundo. Atrás queda lo ojival, y entramos por el arco apuntado, hacia el porvenir ' de ahora; Calixto en verdad tiene riguroso fondo platónico, de aquel que sostuvo agustinianamente la Edad Media, para dormir un tiempo y ser despertadó por la mano incesante de Lorenzo Valla. Es tibio, no ardientemente. indecoroso. Mira las mujeres por un gris cristal costreñido a estrías equilibradas. Para él, la mujer tiene planos propósitos de sus poderdantes, se adelantan a ellos y puede decirse especificos que logran trascendencia solamente si se les sujeta al que mueren por ellos. Una clase interesada de abnegación proteica, paisaje con regularidad instantánea. En cambio en Melibea se siente pero avalada por el mismo espíritu español, igualitario en su fondo, ya las borrascas. del barroco, turbias y congestionadas. Asperas, exclusivo en su forma. La raíz democrática hispana, tiene all! su más dulces, venenosas y trapaceras. Su cuerpo aparece ya presagiando los poderosa raigambre.. Diríase que se está escribiendo una nueva ondulantes y voluminosos, ampliamente insinuantes, de Bernini o de constitución, sin fueros repelentes. Lo que en "La Celestina" los Tiépolo. Sobre sus rubios cabellos, también se ve triunfar la criados hacen o dejan de hacer, es en parte la llimbolización embarazada locuacidad de la Contrarreforma. simpática de una adecuación de la ignorancia a los .afanes de De acuerdo con lo aceptado, para dicientes artes de trapacería, prosapia. Aquellos que no pueden permanecer incompartibles, Celestina es ambigua pero prudente; insidiosa pero franca; cruel, y a la vez magnánima. Conserva el cetro del Sabat, pero unido a la porque son parte de un ser genérico, .hecho para las. mezclas coraza de mirtos que veló el doloroso impudor de la Medea Latina. bulliciosas, como el del inmenso ser español. A través de la obra de Fernando de Rojas tiene muchos rostros pero Los críticamente descuidados suponen que La Celestina es una una sola intención: ser útil. Para aquellas utilidades sospechosas, de pieza edificada sobre subrepticios materiales éticos, aquellos que no -aféíte y conjuro, de misa de media noche y amaneceres en quien se mencionan sino dentro de susurros inaudibles, vergonzantes. Nada sabe que Walpurgis castellano. No se parece a las brujas más lejos de las proposiciones fundamentales que dirigieron la mente convencionales. Tiene un valor civil analítico que la separa, también de Fernando de Rojas. La actuación de Celestina, aunque como, tinterillo de amores secretos, de la generalidad de las maternalmente disfrazada, po puede engañar a nadie, como quizá no alcahuetas clásicas. Talvez ni la Trotaconventos del Arcipreste, ni la engañó a la prudente madre de Melibea. Hay una perversa naturalidad en sus actuaciones que a nadie sorprende. Ni menos lo Garduña de Alonso de Castillo Solórzano, ni la doña Claudia de que intenta Calixto y lo que espera Melibea. La pareja de Astudillo de Cervantes en su "ejemplar" "La Tía Fingida", enamorados sabe bien los fines de su amor, su tácito epitalamio. La concentran estos rasgos especificos de nuestra Celestina: "una vieja tercería es un medio, quizá no indispensable. El fin, está conseguido barbuda, que se dice ella, hechicera, astuta, sagaz en cuantas desde el primer renglón del drama. maldades hay. Pasan de cinco millas doncellas que se han hecho y Tenemos que pensar que estamos en el filo del Renacimiento deshecho por su autoridad. A las duras peñas provocará a lujuria si con su total decaimiento de los actos recursivos. Empieza la gratuita quiere". En pocos rasgos está definido ese perfil, pero de ellos puede insistencia de Jos móviles que no se deliberan, de los predestinados brotar toda la alcahuetería del mundo y adoctrinar a las menudas desde una eternidad privilegiada. El automatismo cartesiano, antes cítadasque de ella toman corriente y engranaje. empieza a apuntar peligrosamente. La gestión de la vieja, solo es un Algunos apresurados a mimetízar estos rasgos repelentes de la tornillo que ni falta ni sobra. Está dentro de la mecánica de las cosas Celestina de Rojas, han querido compararla con las nodrizas de la tragedia clásica y con la que en la tragedia de Shakespeare, cuida y • inevitables. De ahí la gravedad de la pasión de Calixto por Melibea, de Melibea por Calixto. Doble derivación de un solo divino riesgo. descuida la doncellez de Julieta. Capuleto. Nada más alejado de la realidad. Esta es una bestia doméstica, un lebrel, un halcón. La otra Para un teatro de caracteres como el que iba a imperar durante es silvestre y tiene su morada en las breñas donde cazó Eumolpo. Se dos o tres siglos después de "La Celestina", los de esta quizá puedan alimenta de hierbas sombrías y conoce los senderos olvidados por los aparecer menudos, cuando no. incongruentes. Las blasfemias de coyotes. Calixto, por ejemplo ("Tu no eres. cristiano? Yo? Melibeo soy ya El elegante idioma inglés de la nodriza de Shakespeare, pese a las Melibea adoro, en Melibea creo y a Melibea amo" yotras por el inevitables irritaciones sicalípticas, ostenta el vocabulario empírico estilo) no son secuencias de. una personalidad rígida, síno de un aprendido en los catálogos de Francisco Bacon. En cambio, nuestra trauma circunstancial del que posteriormente mejora. Lo mismo en Celestina no se ha desprendido aún de las monotecnias verbales de su sequnda entrevista con el enamorado. El carácter de Celestina, se las "Copas del Provincial" y las manos arduas del "Conde Lucanor". conserva incólume ún'camente porque el .papel que se le asignó, Son frases cortas, incisivas, de venenosa brevedad. Su tósigo es se lo imponía. La obra de Fernando de Rojas es flexible, con la pensado, meditado, cavilado, hasta llegar a una depuración mortal. misma flexibilidad que una aparente falta de moralidad exige. Nadie, Tal los venenos asombrosamente exactos de Locusta. Qué ningún crítico, ha hecho reproches por eso. mentalidad es la suya? . Acaso medieval? No, es demasiado próvida La asombrosa unidad argumental, 'espacial y temporal de "La en referencias leqendarias para 'constatarías en la Edad de la Fé. Celestina", ha llenado de perplejidad a los especialistas. Como Pudo habérsela escapado a Eurípides, mejor, después de la innovación quizá no tiene precedentes y significa, más de un siglo hecato~be de las bacantes. Tiene no obstante, un fondo calisténico antes, una re(>lsa a las arbitrarias convenciones de Boileau. Quizá de bondad; .aquel adecuado a los ágiles ejercicios del pordioserismo pueda simbolizar la' destrucción del viejo orden aristotélico' y • esotérico; aquel que busca, con afán, el principio de todas las cosas. escolástico, pero talvez no pensó el autor en eso. La firmeza y Los senequistas españoles, siempre consideraron la moral como cohesión de esa homogeneidad parece ser producto de la destreza circunstancia social. Publio Constante así la menciona. Y es esa una fundamental como la época se asimilaba a la rígidez categórica del luenga tradición, casi ilusionada, que apenas pudo ser destruida por pensamiento filosófico. Y es de pensar que eso mismo la alejó del la ética concreta de nuestros grandes místicos, Celestina tiene una favor público durante tanto tiempo y facilitó las interpolaciones moral ilusionada, experta en torvas casuísticas, pero certera en sus desairadas de que ha sido objeto, durante años y años esta obra múltiples aplicaciones. Se adapta perfectamente al medio, a la maestra. Además .las gentesvque no encontraban en la pieza nada localización de una alegría perdida, que se fue tras el derrotero sorpresivo respecto a sus costumbres, la hallaban en cambio, ordina-, multicolor de los juglares. ria, habitual, falta de todo suspenso. Ejercicios de la época. Calixto, Melibea, Celestina, Sempronio, Parmeno, mueren Haciendo honor a una vieja tradición española, en la novela, en trágicamente. Quizá estos múltiples occisos graben poderosamente la el teatro, casi en la vida diaria (habla de ello ya el poema de Fernán espontaneidad de la pieza. O quizá entren ya en las círcunstancías de Gom.ález) Fernando de Rojas pone en el mismo nivel decisorio, de una época ensangrentada, que muere de amores, que perece entre intervención y conclusión, a los criados al lado de los señore,? Es la perfidias, entre aviesos subterfugios,' entre pasionales crímenes. De gran señal para la picaresca, cuyos rufianes, esmerados y exquisitos, ese modo empieza a realizarse el experimento de la vida, de muchas son reclutados, la mayoría de las veces, entre los individuos del servicio doméstíco. En la Tragicomedia, Sempronio y Parrneno se vidas, de dos vidas, como las de' Calixto y Melibea, pareja crucial y honda, hundida en el polvo de la raza, que, comoOrfeo y Eurídice, paran~I"lan y hom.ologan con sus señores, den~o de una amplia se arrastran en las tinieblas, porque ya no esperan, nada más, de la familiaridad, t¡ile solamente el teatro de nuestro siqlo ha renovado a luz del día .. ultranza. Ellos hacen gran parto d" la obra, se identifican con los cuatro mur cemento, que .tanto le dolía por ser así como era. Carlos Giménez nos ha traído urimagníficomensaje, el mensaje estético, el de la poesía, infantil y pura de Don Federico. La representación de El Juglar es la mejor función de títeres que hayamos visto. Y digo que de Títeres, porque solo a través del guiñol, a través de los muñecos, o dándole al hombre una dimensión titeretiana (absurdo? ) se logra aprender esa realidad; esa realidad que no deja de ser cruel a pesar de las maripositas, a pesar de las flores, a pesar de los diminutivos y de los versillos caracoleadores. Muy de acuerdo está don Federico con Bertolt Brecht cuando este último dice que para hacer el tratamiento de la realidad, para que el mensaje' sea más digerible, el planteamiento más claro, se debe minimizar lb trascendental y darle trascendencia a lo pequeño. Aparte' de todas estas consideraciones hechas a vuelo de pájaro, creemos que Carlos Giménez ha realizado un trabajo sumamente honesto y consciente cuyos.resultados es innecesario trillar de comentar. El mejor comentario es el del público,.' que aplaudió "hasta .rabíar" y que salió de la sala como transportado a un mundo de hadas, desde el cual la realidad se hace más objetiva, los problemas humanos más racionales. Un mundo de hadas en donde todos deseamos vivir pero que es imposible mientras no se superen una serie de conflictos, mientras no se supere el egoísmo, la ambición, etc. etc. Que la obra es fácil? Sí, es fácil. Que no está a la altura de un Festival Latinoamericano? Quién sabe. Nosotros, personalmente, preferimos a Doña Belisa así toda ingenua, toda intrascendente. A los trascendentalismos absurdos y monótonos de un Godot o un rey agonizante. Preferimos los versillos lorquianos como punto de partida para hacer un espectáculo que es una lección de dirección y de actuación. A las disquisiciones filosóficas de Becket, especialmente si este último no es entendido y explotado a cabalidad. A mi modo de ver este es el camino que debe seguir el teatro latinoamericano. Ese camino es el del espectáculo, el del espectáculo plástico y í dramático. El' del espectáculo un tanto efectista, pero efectivo. El espectáculo en donde a la realidad se le de una dimensión estética; en donde no se presente la realidad de esa manera grosera y fotográfica, pues no basta con lanzar mensajes, es' indispensable que esos mensajes estén revestidos de una forma bella, que el espectador disfrute mientras los escucha. A este respecto podemos citar' a un hombre ahora de moda en Manizales, Alfonso Sastre, cuando al plantear el eterno problema de forma y contenido, afirma que "lo artísticamente mafoes socialmente malo", aunque sin descartar el que muchas veces lo artísticamente bueno sea también socialmente, malo pues también se utiliza el arte para enmascarar la realidad. PEDRO PEDRERO La Escuela de Comunicaciones Culturales, de Sao Paulo, bajo la dirección deSilnei Siqueira, que se presentó fuera de concurso, conjuntamente con elgrupo El Juglar, de Argentina, llevó a escena la obra Pedro Pedrero, de Renata Pallotini. La obra en términos generales, plantea el problema de la miseria en el Brasil. Nos muestra el Brasil de las favelas, no el Brasil de los grandes monumentos, no el Brasil de los carnavales, no el Brasil de las playas soleadas nonos muestra el Brasil del alcoholismo, , .• ' . de los hacinamientos, en abra, el to, rí las es de este continente. Desde este punto de vista, aplaudimos la conciencia, la responsabilidad de los jóven~s brasileños, su compromiso con una circunstancia que debe ser. transformada. Con lo que no estamos de acuerdo es con la manera de presentar esa realidad y precisamente por lo que decíamos más arriba respecto a doña Belisa. No es.' que se pida enmascarar la realidad, que se le pongan florecitas y adornitos, no, lo que se pide es que se establezca una búsqueda por presentar esa realidad de la mejor manera posible, de la manera más objetiva y efectiva posible, es decir, sin caer en el realismo anacrónico, en. el fotografismo. La solución nos la ofreció Bertolt . Brecht, cuando planteó la necesidad del diseño escénico, de la coreografía, del comportamiento crítico de los actores. No es que los pobres sean inmorales y degenerados, es la pobreza. Pero ese problema no lo podemos presentar así porque sí, sin pensar en el público. Todo espectáculo tiene, obligatoriamente que pensar en el público. Recapacitar sobre la forma en que recibirá lo .que. 'se le, va a dar. El hecho .de despreciar las luces, -la escenografía, el vestuario, crea la idea de desear que el público piense q~e esta viviendo esa realidad, de que lo que se hace no es una imitación, una representación, sino el hecho mismo, y. para eso, no es sino visitar nuestros barrios pobres, esos barrios que ahora se desmoronan angustiosamente entre el fango de octubre. El teatro debe ser ante todo teatro. UNA PROTESTA Fracasaron, así en plata blanca, fracasaron las presentaciones populares en el Coliseo Cubierto. Fracasaron por dos motivos: lo.) Lo inadecuado del lugar. La intención original fue muy buena, la de que asistiera la mayor cantidad de público, pero no se tuvieron en cuenta muchos factores negativos, y 20) Porque los grupos creyeron queal decir representación popular, se decía "cualquier cosa", se decía humorismo barato. Es el caso de la Universidad Católica de Chile, que presentó un espectáculo degradante, tonto, montecristero, alienante. Si se hacen las representaciones populares es para sacar el pueblo de la alienación, para elevar su nivel cultural. no para dejarlo en donde está. El pueblo merece respeto. el pueblo no es niño gateador. asr fVIANIZALES (Foto Sarmiento, LA PATRIA).-Pirá111ide l79¡del dominic::ano Máximo Avilés Blonda" plA!):teó en el.escenario nuestra Pfoolemátk:i, Liatinoámericana. La escena . correspondeauD.!''11omento de gran tensión eRtiflláobra; ,: ' . ' , Calixtoy Meli bea Regresar al ongeri - y áI ·centro de nuestra' cultura:' la riqueza barroca .de la cultura española, el misterioso orden de los arquetipos indígenas. Reinventar el Teatro pata convertirlo en nuestro, esencialmente nuestro; no la copla del buen trato francés, el espléndido inglés o el maqnífico chino. Encontrar de nuevo el espejo oscuro en que el universo se refleja con todo su horror y su belleza. Ese es .el objetivo de o. Si b de los.venero su propia cultura. ¿éuál es sentido de Rojas, del Arcipreste, dé Lope, de n.uestros antiguos textos indígenas? Regresar al ritual que no es sino un equilibrio entre la física y la metafísica, entre lo mediato y lo inmediato, entre el águila y la serpiente. Hemos escoqído la r RAG 1 C O MEDIA DE CAUISTO y MELIBEApara presentarnos en el Festival L'atinoamericano de Teatro Universitario, porque esta .tragedia (desde el más estricto punto de vista de Teoría Dramática) escrita ya hace quinientos año s trae de manera estremecedora, al universo del teatro, problemas ingentes a nuestra civilización latinoamericana. El manejo inconsciente de las fuerzas que están más allá de la dimensión humana (el diablo para la Celestina, la bomba de hidrógeno para nosotros) y que pueden abrir las puertas selladas para que la corrupción, la destrucción, salga e om o una marea ínconteníble. La soberbia de Melibea que permite, aunada a la falta de visión de Calísto, que Celestina abra las puertas del infierno; es el régimen moral estratificado y ciego del Pleberio. La corru.pción consciente de los adultos: Sempronio y Elicia y la incosciente de los adolescentes: Pár m e no; y Areusa, todos ellos son problemas que padecemos en cualesquiera de nuestras repúblicas latinoamericanas. A pesar de haber sido tratada siempre como un melodrama q ue solamente hablara de los infortunados amantes que no pudieron disfrutar dé su amor, la monumental construcción tonal de Fernando Rojas solo puede equipararse a "LA DIVINA COMEDIA" ds Dante o al "FAUSTO" de Goethe en tanto que el desarrolló tonal tiene una magnificencia y solemnidad que desemboca en' una concepción cósmica de] universo. Púdiera parecer atrevido tratar de lograr el tono trágico contando solamente' con elementos no profesionales .(ninguno de nuestros actores cobra por sus actividades teatrales) pero pensamos que este tipo de riesgos son, precisamente, los que debe afrontar .. el teatro Universitario más auténtico, tratar de encontrar nuestra verdadera imaqen en el oscuro espejo del escenario MIGUEL SABIDO <, -----,------"._--------_--.:._----~.-..:.._-'._----------_.......:_-~--~-~-~ \'. '\ "';-... ~