Neototalitarismo en Venezuela - Sociedad Venezolana de Filosofía

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Neototalitarismo en Venezuela: El socialismo del siglo XXI
Resumen
El proceso llamado del Socialismo del Siglo XXI, que el Presidente
Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, le ha impuesto a la sociedad
venezolana, muestra características de los viejos procesos autoritarios del viejo
continente dirigidos a la captura total de la sociedad, como son los usos de los
procedimientos democráticos para alcanzar la propia eliminación efectiva de la
democracia; tal fue el uso de los procesos electorales por los Nazis para
acabar con la debilitada democracia de Weimar; así como los procesos de
movilización de masas tan característicos de los movimientos Nazi-fascistas y
comunistas en la década de 1930. Un proceso que el Presidente Chávez
propone como de confrontación entre democracia liberal y democracia
revolucionaria, cuya finalidad será eliminar la democracia liberal representativa
y la instauración de un régimen neoautoritario bajo la mascarada de
“Socialismo del Siglo XXI”, que mantendrá siempre una fachada democrática,
pretendiendo con esto mantener un seguro contra la crítica internacional, junto
con la posibilidad de exportar la revolución en forma de democracia
revolucionaria: “Socialismo del siglo XXI” a otros países. La presente ponencia
tiene como objetivo presentar el desarrollo en los últimos dos años del proceso
Chavecista de construcción de un neototalitarismo basado en una mascarada
legal democrática.
INTRODUCCIÓN
El proceso societal que hoy vive Venezuela bajo la denominación de
construcción del “Socialismo del siglo XXI”, es el experimento social1 más
costoso de nuestra historia republicana, en términos de destrucción material y
de la Institucionalidad democrática construida entre 1958 y 1998, cuarenta
años de esfuerzo están siendo demolidos de la manera más insensata e
irresponsable por inspiración de una proyecto político radical y personalista con
una cobertura ideológica profundamente reaccionaria construida con los
retazos que se pueden encontrar en el bazar de las posiciones más
abiertamente totalitarias del espectro político mundial: Cuba, Zimbabwe, Irán,
Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte, Sudan, Libia, mezcladas aparentemente
sin ningún orden ni concierto, donde aparecen simples etiquetas del socialismo
1
El concepto de experimento social lo entendemos de la forma como lo han usado importantes
intelectuales del siglo XX, como Karl Polanky, en su libro La gran Transformación o los filósofos Ágnes
Heller y Ferenc Fehér en su libro El péndulo de la modernidad; en donde el experimento social alude al
hecho de la introducción consciente y deliberada con fundamento en alguna filosofía de la historia,
antropología social o económica o concepción de la sociedad, de una transformación global y radical de la
sociedad en donde se realiza el experimento y donde no se toman en cuenta ni los métodos ni las
consecuencias de dicho proceso de experimentación social.
2
marxistas con las etiquetas del islamismo derechista y de grupos radicales
como el Al Quaeda o de la teocracia gobernante del Irán o de las posiciones
genocidas y terroristas como las de las Fuerzas Armadas Revolucionaria de
Colombia (FARC), personajes como el Sr. Mugabe de Zimbabwe o el Sr. Omar
Al Bashir de Sudan. Esto es exhibido de manera desembozada por el líder de
la revolución el Comandante Chávez, quien defiende abiertamente a los
déspotas de estos países hoy llamados forajidos en calidad de afinidad
ideológica y de propósitos, como el frente internacional más conspicuo del
anticapitalismo, y como los constructores del futuro promisorio del
postcapitalismo socialista. Esto ciertamente creo que constituye desde el punto
de vista de la situación mundial hoy en día un complejo y preocupante gesto
macabro.
El presente trabajo tiene como objeto poner en perspectiva la significación del
experimento social que aún hoy mantiene desconcertados a propios y extraños
acerca de su verdadera naturaleza. Esto es entre otras cosas lo que constituye
su gran fortaleza, el intento deliberado de muchos en no reconocer el
verdadero sentido del régimen chavecista; lo que explica a su vez la larga
duración de este régimen autoritario que sólo ha sido posible por la presencia
de tres elementos de gran importancia: Un ingreso petrolero fabuloso, la
complicidad interna de buena parte de la dirigencia opositora (que ha sido
abiertamente traidora a la inmensa mayoría de todos los sectores sociales que
rechazan a Chávez y su régimen), y la complicidad internacional de la gran
mayoría de los miembros de la Comunidad Internacional (salvo muy contadas
excepciones).
Cuál es la verdadera naturaleza política del “socialismo del siglo XXI”
Lo anteriormente expuesto ha traído como consecuencia que parte del
liderazgo opositor venezolano ha permanecido extraviado frente a la
conceptualización del régimen del Comandante Presidente Hugo Chávez; si
bien se le califica de autoritario o neoautoritario o de totalitario o neototalitario,
estos calificativos buscan sus referencias en las experiencias políticas del Siglo
XIX; los Monagas, o en las tempranas experiencias políticas del Siglo XX, con
las dictaduras de Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez, y Marcos Pérez
Jiménez. Se califica a Chávez de ser un hombre de ideas del siglo XIX,
aludiendo una condición premoderna, a su comportamiento en similitud con los
caudillos decimonónicos venezolanos. En relación con estas consideraciones
sobre la caracterización de la ideología de Chávez y de su movimiento ha
privado una búsqueda de afinidad con el comportamiento caudillista de nuestra
tradición política y se ha puesto el énfasis en la burla a la constitucionalidad
propia de los caudillos, a su tendencia a disfrazar su irrespeto a la legalidad
con una legalidad ajustada a sus intereses particulares, una legalidad frágil
gelatinosa, movediza; se ha buscado en Chávez la identidad con el gesto
histriónico y “antiimperialista” de Cipriano Castro, así como con la búsqueda de
la eternidad en el poder de Juan Vicente Gómez y su mano férrea en el trato al
que considerara su enemigo político; la imitación de la corrupción de los
3
regimenes fuertes, su lasitud y falta de probidad en el manejo de la Hacienda
Pública.
Todas estas reflexiones constituyen un legitimo intento de comprensión, ya que
la historia puede ofrecernos elementos para significar los que aparece como
novedoso e incomprensible; sin embargo, esta búsqueda de sentido en la
experiencia histórica ha devenido en perplejidad (la irresolución, la duda de lo
que se debe hacer) por parte de representativos sectores de la oposición
venezolana frente al fenómeno político representado por Chávez; ya que el
fenómeno del chavecismo no tiene en la tradición política venezolana ninguna
referencia que permita dotarlo de sentido; al contrario, la excesiva comparación
con eventos de nuestro pasado político, ha resultado en confusiones que han
resultado en extremo perjudiciales para una acción política que ponga fin a este
experimento social. La revolución chavecista no es un fenómeno premoderno,
ni venezolano ni mundial; es un fenómeno moderno2, que no puede encontrar
referencias suficientes en la tradición política venezolana. El llamado
“socialismo del siglo XXI” es un fenómeno extremadamente complejo en donde
se mezclan de manera heterodoxa experiencias del nazismo y del estalinismo
como experiencias universales, con experiencias latinoamericanas como las
del régimen facistoide de Juan Domingo Perón en la Argentina o la del
socialismo militarista de Velasco Alvarado en Perú. Son experimentos que
mezclan, insertan y manipulan procesos estrictamente modernos como es el
uso sui generis del constitucionalismo moderno o los mecanismos de toma de
decisiones propios de las sociedades democráticas, como son los procesos
electorales, como formas de demoler la estructura constitucional en donde se
soportan sus propios proyectos políticos, es decir, usan los mecanismos
formales de la legalidad liberal en unos casos o de la legalidad democrática en
otros para desmontar la estructura institucional de cuyo aparato político han
logrado apoderarse. Esto esta perfectamente testimoniado en el caso de
apoderamiento del aparato del Estado por parte de los Nazis, en donde los
2
El fenómeno del “socialismo del siglo XXI” al igual que la Cuba de Castro, el Irán con su teocracia
Islámica, es un fenómeno moderno en el sentido de que se forja en el sustrato de las contradicciones del
mundo moderno: La heterogeneidad histórico-estructural del capitalismo mundial, la contradicción entre
la producción social de la riqueza y su apropiación privada, lo que dio origen a la llamada “cuestión
social”, las inconsecuencias de los regimenes liberales o liberal-democrático en cuanto a la inclusión
social y la hoy muy de moda “crisis cultural” que ha dado en distintos momentos del siglo XX
sustentación a las llamadas ideologías de la posthistoria y postmoderna. Es precisamente todo lo anterior
lo que proporciona cada cierto tiempo el sustrato para el experimento social, Ágnes Heller y Ferenc
Fehér, lo plantean de manera indubitable: …“conviene a nuestro interés colectivo el comprender que el
Gran Experimento estuvo firmemente basado en los dilemas de la modernidad y en algunas de sus
tradiciones básicas (…) de tales potenciales de la modernidad utilizados por el experimento totalitario
(…) El primero es el concepto de ‘revolución’ (…) El término fue extendiéndose de modo creciente
desde los acontecimientos políticos a los cambios sociales; con esta metamorfosis tomó su esencia de un
futuro hipostasiado, relegando el pasado a un segundo plano. También ganaba terreno con rapidez un
significado extendido, la ‘revolución mundial’, indicando la revolución a escala global. (…) la revolución
ya no se entendía como un acontecimiento en el tiempo, sino más bien como un proceso permanente. (…)
Indicaba la posibilidad de fabricar (Machbarkeit) el mundo, o la ‘sociedad’.” Heller Ágnes, Fehér,
Ferenc, El péndulo de la modernidad una lectura de la era moderna después de la caída del comunismo,
Tr. M. del Carmen Ruiz Elvira, Barcelona, ediciones Península, 1994, pp.219-224.
4
procesos electorales sirvieron de escalera para el asenso de Hitler a la
Cancillería Alemana.
Se insiste en el carácter primitivo y antimoderno del “socialismo del siglo XXI”,
caracterización a la que no nos oponemos; nuestra objeción se orienta en otro
sentido, no es primitivo por antimoderno, sino que la fuerza destructiva que ha
ganado este fenómeno en los últimos tiempos tiene que ver con ser moderno,
por ser una expresión dentro de la modernidad de fuerzas profundamente
irracionales que expresan flujos de acción con base en el concepto de
revolución3 y sus consecuencias prácticas, que tienden a reponer en pleno
mundo moderno expresiones políticas del pasado (ideas monárquicas, por
ejemplo) y ahí se constituye su carácter profundamente reaccionario. Este tipo
de fenómenos del cual hoy nos ocupamos se convierten en regimenes de una
gran ferocidad autoritaria y totalitaria en virtud de que estas aspiraciones
profundamente reaccionarias son mediadas por la cosmovisión moderna.
Ágnes Heller y Ferenc Fehér, nos lo dicen con una extraordinaria claridad:
El Gran Experimento (se refiere a los experimentos socialistas
totalitarios inaugurados por el estalinismo), por consiguiente, puede
ser percibido sin ningún genero de dudas como mucho más que
una loca aventura, una explosión de la parte irracional de la
naturaleza humana; estaba bien arraigada en algunas de las
tendencias principales de la modernidad.”…4
Siguiendo esta línea de argumentación resulta enriquecedora traer a nuestra
discusión la interesante interpretación del profesor Miguel Albujas, sobre el
totalitarismo y su expresión en el caso venezolano, Albujas sostiene que el
fenómeno totalitario es un fenómeno de la modernidad pero que representa la
oposición al desarrollo de la razón moderna no su consecuencia, es el lugar de
la irracionalidad adversaria de la racionalidad occidental que es consustancial a
la sociedad actual, y por ello su reflexión apunta a lo siguiente:
“Desde esta perspectiva, el totalitarismo surge dentro de un
proceso histórico que en su conjunto intenta proyectar la nueva
concepción de la política y de las ciencias sociales en general, con
la finalidad de consolidar el salto del discurso descriptivo al
prescriptivo para lograr la construcción del Homme Machine que
corresponde al desplazamiento discursivo de la modernidad , tal
como ha señalado Michel Foucault, sólo que el totalitarismo
expresa básicamente manifestaciones políticas propias de las
concepciones monárquicas y feudales.”5
3
Es importante aclarar que si bien usamos revolución como la máxima expresión de la experimentación
social en el mundo moderno este concepto esta marcado por un ineludible carácter anfibológico, de tal
manera que se puede hablar como de hecho se hace de Revolución industrial, tecnológica, científica,
educativa, artística, cultural…
4
Ibidem. p. 226.
5
Añade el profesor Albujas, lo siguiente: “ Es así como el totalitarismo ni siquiera lo asumimos como un
déficit de racionalidad o como una desviación, tampoco lo vemos como una consecuencia indeseada del
5
Este ligero sesgo en la comprensión produce en mi opinión un profundo cambio
de sentido, un desplazamiento radical entre sostener que Chávez es un líder
con ideas primitivas del siglo XIX, a mirar el fenómeno del chavecismo como un
fenómeno moderno y explicarlo en el contexto del capitalismo y la globalización
de las sociedades tardo modernas; por ello creemos que lideres de la oposición
actúan tratando de crear una cómoda etiqueta que le permita lidiar con el
problema Chávez, y nosotros sostenemos que se debe comprender
genuinamente el fenómeno del “socialismo del siglo XXI”. Entre una posición y
otra se juegan asuntos de extremada importancia. La incomprensión del
chavecismo a llevado a aferrarse a estrategias que han resultado en un
afianzamiento del régimen, le ha permitido a Chávez desplegar el “juego del
gato y el ratón” en donde ha resultado ampliamente favorecido y ha construido
un madeja “político institucional” con el apoyo negociado (por no decir
complicidad) de la propia oposición que le ha permitido acabar con la propia
institucionalidad que resulto de la Constituyente chavecista de 1999, de donde
salio la actual Constitución, que en pocos años se ha vuelto irreconocible por
obra de la acción institucional (legislativa, la nueva Asamblea Nacional) y de la
práctica política del propio régimen.
Resulta muy importante aclarar que aún cuando el chavecismo tiene similitudes
muy importantes en el manejo político institucional con el nazismo alemán o
con el régimen estalinista, en un sentido no desestimable tiene diferencias
sustanciales; Chávez y su proyecto político es más de la estirpe de regimenes
profundamente antiindustrialistas, cosa que no fueron ni el régimen Nazi ni la
Rusia Soviética, como si lo fueron el régimen maoísta (la Revolución Cultural),
Camboya bajo la dictadura de Pol Pot, la Rumania de Ceaucescu, Corea de
Norte, Afganistán bajo la dictadura del Taliban, y lo son el régimen cubano de
los hermanos Castro. Estos proyectos políticos desarrollaron características
distintas a los del socialismo soviético (estalinismo) o a los de los estados de
inspiración autoritaria pero de orientación desarrollista. El régimen chavecista
proviene de la veta moderna irracional del socialismo agrario primitivo6, que
proyecto ilustrado, sino que lo interpretamos exactamente como su contrario, esto es: frente al avance de
la modernidad y de la razón desde el punto de vista teórico-político, percibimos al totalitarismo como la
resistencia de formas políticas previas que se niegan a desaparecer e intentan reagruparse y adaptarse al
nuevo contexto político, a saber: el proyecto moderno, contraponiéndose radicalmente a él como ejercicio
de la público y como administración del poder.” Albujas Dorta, Miguel, “El resurgimiento del
Totalitarismo y sus consecuencias políticas en el escenario venezolano”, pp. 67-97, Kohn, Carlos y Rico,
Rodolfo, El totalitarismo del siglo XXI una aproximación desde Hannah Arendt. Caracas, Ediciones del
Vicerrectorado Académico de la UCV, 2009, p. 81.
6
Es ineludible aclarar el término primitivo; que en nuestro contexto no significa ni simple, ni falta
complejidad; al contrario el carácter primitivo de los experimentos sociales totalitarios resultan altamente
complejos porque resultan de vetas irracionales que contradicen la modernidad pero que se desarrollan
por su mediación. Denis L. Rosenfield, ha estudiado este fenómeno con cierta profundidad y ha
construido la categoría de “voluntad maligna”, cuyo …”propósito no podrá alcanzarse sino por medio del
despliegue sistemático y calculado de la violencia política contra las formas existentes de la sociedad y
del Estado, en la pretensión confesada de matar la subjetividad y la individualidad humana.” Es en este
contexto en que hay de interpretar la palabra primitivo. Rosenfield, Denis, Del mal ensayo para
introducir en filosofía el concepto del mal, Tr. Hugo Martinez Moctezuma, México, Fondo de Cultura
Económica, 1993, pp.15-16
6
plantea el regreso a ultranza a formas de vida campesina anticapitalista, que
por su carácter desmesurado los intelectuales que adversan al régimen no
pueden asimilar o comprender, hallarle sentido a semejante despropósito; el
resultado es que la intelectualidad se fabrica un interpretación ad hoc, más
consona con el ideario político moderno, y por supuesto, sus estrategias para
desalojar o dar por cancelado este experimento político del “socialismo del siglo
XXI”, resultan siempre, no sólo en el fracaso, sino en ganancias que le han
permitido a Chávez avanzar en un control férreo de la institucionalidad del país
y usar a la propia democracia con la mascara que permite esconder el carácter
neototalitario del régimen. Lo sorprendente es que el Presidente Chávez como
máximo vocero de la revolución, ha venido anunciando en sus muy largas
alocuciones al país los fundamentos de sus convicciones económicas y
políticas: como cuando habla de los gallineros verticales, los cultivos
organoponicos copiados de Cuba (un país cuya mayor enfermedad es el
hambre), su desprecio por la cultura urbana y su elogio permanente de las
formas de vida campesina como modelo del socialismo; sin embargo la
intelectualidad toma estas declaraciones como los desvaríos del atraso
ideológico del Presidente y le asigna muy poca importancia; y siguen juzgando
la acción del gobierno de acuerdo a los cánones de las doctrinas económicas y
políticas del Estado moderno liberal-democrático.
Se pasa por alto una masiva evidencia que proporciona diariamente Chávez
acerca de las relaciones que cultiva abiertamente, como es el caso de los
grupos de izquierda radical anticapitalistas y agraristas como los “sin tierras”
del Brasil con los cuales se reúne pública, abierta y religiosamente todos los
años, su relación intima y habitual con el Foro Social de San Pablo y la
promoción abierta de este tipo de grupo en toda América Latina como el
indigenismo liderado por Evo Morales en Bolivia, que se ha convertido en el
más conspicuo seguidor y abiertamente financiado por Chávez, al igual que el
indigenista y militarista radical Ayanta Húmala del Perú, por sólo agregar a lo
ya mencionado algunos ejemplos del subcontinente latinoamericano.
Se ha perdido una enorme cantidad de energía en caracterizar a Chávez como
autoritario o totalitario elaborando cartabones con material histórico
provenientes de experiencias del pasado (el nazismo, el comunismo soviético),
que al ser aplicados rígidamente nunca se obtienen calificaciones definitivas
sobre el carácter de régimen. Por supuesto, que estos ejercicios políticos son
perfectamente inútiles porque como dijo Marx en una frase ampliamente citada:
“La historia se repite una vez como tragedia y otra vez como comedia”. Las
experiencias históricas no se repiten, la historia por ser historia cambia, muta,
se transforma, y es sobre esta condición que la historia puede producir el
sentido que nos orienten en la comprensión de cada momento, situación,
experiencia histórica nueva.
La experiencia política de los llamados Estados forajidos (donde Venezuela
aún no entra, pero no cabe duda de que esta haciendo meritos), es una
mutación de los totalitarismo que nacieron en la primera etapa de las
7
revoluciones anticapitalistas (pero de aspiración industrialista) de la primera
mitad del siglo XX. Son fenómenos que resultan mejor explicado, incluso la
Cuba de hoy, por los nuevos fenómenos societales resultados de la caída del
muro de Berlín, en sus expresiones más irracionales y con un giro que los
definen de una mejor manera y permiten una mayor comprensión del
fenómeno, su carácter de regimenes mas que anticapitalista antiindustrialista y
agraristas.
Cómo puede entenderse esto. La comprensión de este fenómeno
antiindustrialista se interpreta en la necesidad de la liquidación del desarrollo de
toda fuerza autónoma que pueda eventualmente oponerse al régimen. El
fundamento del mundo moderno es el desarrollo industrial o como se
expresaba tradicionalmente el desarrollo de las fuerzas productivas, como sólo
puede hacerlo la industria, ello significa una fuerza formidable de cambio en la
sociedad como un todo, como lo ha demostrado el desarrollo chino después de
la liquidación del maoísmo (y no tengo dudas terminará con los restos del
comunismo chino). El desarrollo industrial es contrario, por el proceso de
racionalidad que lo gobierna, al inmovilismo social y al conservatismo político.
Es por ello que vemos que los respaldos ideológicos del radicalismo islámico
es el carácter hierofánico de versiones muy interesadas de cierta teocracia
seudo medieval (seudo medieval porque la teocracia islamista conservadora no
puede retroceder el reloj de la historia y las doctrinas del Islam siempre estarán
mediadas por la modernidad) que pretende congelar en el tiempo las
sociedades por ellos dominadas; o el castrismo cuyo fundamento es la
explotación de su población por el Estado, en donde alquila la fuerza de trabajo
de sus nacionales en condiciones de semiesclavitud a la inversión extranjera
que opera en forma de enclave en la isla, en la burbuja privilegiada de la
actividad turística; o el Estado se convierte en proxeneta y promueve la
prostitución masculina y femenina o de niños y niñas como forma de obtener
divisas del turismo sexual; sólo estos ejemplos ilustran el porque de evitar o
regresar a concepciones desarrollistas o industrialistas. Al respecto resulta muy
interesante la reflexión del profesor Albujas, quien sostiene que este tipo de
totalitarismo irracional antimoderno por muy complejo que sea su proceso de
adaptación a la nueva sociedad mundial tardo-moderna no puede sobrevivir a
la confrontación con el modelo productivo capitalista, lo que sella de manera
definitiva su desaparición como “momento totalitario”:
“La supervivencia y adaptación de las formas previas a la nueva
concepción implican su reacomodo, ajuste e identificación y, por
tanto, una gran transformación en términos teóricos y prácticos
para que se puedan integrar en el nuevo marco histórico, aunque
sea de manera parcial. Sin embargo, como no son propios de las
formas políticas correspondientes a la nueva concepción del
mundo, sino más bien opuestos, finalmente debe ocurrir su
8
minimización
o extinción definitiva en el nuevo Modo de
Producción (Modo de Producción capitalista).”7
Sólo en sociedades en donde se pueda mantener a la población bajo una
fuerte dependencia del Estado y se mantenga fuertemente reprimido los
procesos de desarrollo industrial, o desarrollo capitalista, “se pueden” sostener
regimenes autoritarios, de culto a la personalidad y con aspiraciones a
conservarse en el tiempo remedando instituciones monárquicas como lo es “el
poder hereditario”.
Cómo se expresa en la práctica la aspiración totalitaria de Chávez
Chávez es el resultado de un largo proceso de crisis del sistema democrático
nacido en 1958, como resultado del agotamiento del sistema rentístico
petrolero, que los grupos más conspicuos del establecimiento no supieron
manejar y derivo en una crisis generalizada de la institucionalidad del país en
donde los partidos políticos, las elites económicas y culturales se enfrascaron
en una lucha fraticida que término en la victoria electoral de Chávez en
diciembre de 1998.
Chávez un oficial quien había encabezado un fallido un golpe militar en 1992
contra el Presidente Carlos Andrés Pérez, termina en el poder como
representante de una coalición variopinta con predominancia de la izquierda y
de las FF.AA.. El propio Chávez desde el principio aun contra de la incredulidad
de algunos de sus seguidores más cercanos (hoy fuera del poder) planteo ser
el Líder de una revolución de izquierda, lo que produjo una gran fascinación en
muchos países de América Latina y sus dirigentes, el silencio cómplice de los
países de la Comunidad Europea y la abierta complicidad del Gobierno Geroge
Bush, como lo ha demostrado Albujas en su artículo varias veces citado:
“Contrariamente a lo que pudiera pensarse, parte de nuestra
investigación nos ha llevado a mostrar como el gobierno de George
W. Bush y el grupo Bilderberg tienen una responsabilidad directa
en el mantenimiento del régimen de Hugo Chávez. A pesar de que
este señalamiento pudiera sonar extraño, existe una gran evidencia
y elementos históricos, políticos, empresariales y financieros –inter
alia- que confirman nuestra hipótesis:”8
Esta declaración de izquierdista de Chávez, que hoy se sintetiza en proceso
revolucionario de la construcción del “socialismo del siglo XXI”, produjo una
simpatía mundial que fue extraordinariamente funcional al régimen y le permitió
aplastar de múltiples maneras a la oposición política con la anuencia de la
comunidad internacional y parte del liderazgo nacional; a los corifeos
7
Ibidem. p. 79.
Albujas agrega: …”a pesar de su inviabilidad manifiesta, la historia del proyecto chavecista todavía no
ha terminado, lleva nueve años de complicidad nacional e internacional, destacando en un largísima lista
como factores de esa complicidad, sin dudas, el Grupo Cisneros, el Centro Carter y, eventualmente, hasta
la misma OEA…” Idem. P. 72.
8
9
nacionales e internacionales le resultaba conmovedor liquidar a la oposición
etiquetada como derechista, oligárquica, antipopular, etc. etc.…
Chávez para demoler la democracia, basada en el Estado social de derecho tal
como se definía en la Constitución de 1961, apelo a la “idea de revolución” y a
su construcción imaginada y fantasmatica por parte de la izquierda mundial
para lograr su relegitimación con un uso intensivo de elecciones de carácter
fraudulento (desde el propio referéndum constitucional de 1999, que permitió
relegitimar la actual desfigurada Constitución de 1999); que a su vez sirvieron
para acorralar a sus adversarios con la conformación de diversas listas de
millones de ciudadanos, que por obra de la voluntad del régimen fueron
sometidos a la más feroz de las persecuciones: perdieron sus empleos y
quedaron inhabilitados para el empleo público, contratar con el Estado,
perdieron toda posibilidad de cobrar deudas con el sector público, obtener
créditos con el sistema financiero público, o cualquier otro beneficio que se
derivara de la condición de ciudadano en cualquier parte del sector Estatal.
La izquierda mundial construyó de manera maniquea una “idea de revolución”
supuestamente más relacionada con principios como el de explotación,
dependencia, alienación, que por un aporte positivo en términos de trabajo,
creación de riqueza, productividad, individuo, pertenencia nacional o cultural.
Sobre la base del derecho a la rebelión contra la explotación del hombre por el
hombre, o contra la explotación colonial, donde el sujeto revolucionario no son
las clases explotadas sino el Partido-Clase. Con la caída del muro de Berlín se
produce otro giro de la situación y los movimientos llamados revolucionarios
derivan en movimientos totalitarios-personalistas en donde el líder único pasa a
encarnar, sustantificando en él al pueblo, las clase oprimidas, la nación
explotada, todo al mismo tiempo, por ello los llamados regimenes
posrevolucionarios que hemos mencionado se caracterizan por ser altamente
personalistas y con una indiferencia sobre la caracterización de derecha o
izquierda, estos son meros semblantes que se usan de manera oportunista. La
verdad de todo el montaje de la izquierda mundial fue debidamente expuesta
por Heller y Fehér, cuando plantearon que el comunismo se “transformó en una
tecnología ideológica y de poder para el uso de países atrasados”9.
Chávez manejó con apoyo financiero a grupos llamados de izquierda de
distinta índole, a intelectuales mercenarios de cierto renombre como Ignacio
Ramonet, entre muchos otros, para la manipulación de su revolución como la
imposición de un régimen que planteaba y lograba supuesta reivindicaciones
de carácter nacionalista y progresista.
Una de las ideas más explotadas por los regimenes poscomunistas, es la
radicalización de la idea de igualdad del hombre en contraposición con la idea
de libertad. El desencuentro entre igualdad y libertad forma parte de los tópicos
clásicos de la tradición política occidental moderna, que se expresa en la no
relación de identidad entre liberalismo y democracia. Esta nueva idea de
9
Séller, A., Fehér, F., Ob cit. P. 194.
10
igualdad radical entre los hombres forma parte de una estirpe diferente de
ideas que soportan el ideario del socialismo agrario primitivo, que se práctica o
quieren imponer buena parte de los regimenes mencionados y por supuesto el
chavecismo. Esta igualdad radical se expresa en la idealización de la
democracia directa, en lo que Chávez llama eufemísticamente “democracia
participativa y protagónica”, en donde el régimen enmascara el sistema
autoritario de toma de decisiones como emanadas directamente del pueblo
cuyo vocero por supuesto es el propio Líder del proceso. Ágnes Heller y Ferenc
Fehér, han puesto en claro las consecuencias perversas de los intentos
totalitarios poscomunistas:
“Esto es mucho más engañoso cuando la democracia carente de
liberalismo, y particularmente ciertos tipos de democracia directa,
tienen la inclinación inherente a la regresión hacia los hábitos
infantiles de la humanidad. Hacia la violencia de los cuerpos
directamente ejercida sobre otros cuerpos. La regresión a la
violencia no sublimada es un problema estructural de la
democracia directa en la que no hay mediaciones entre los actores,
en la que la voluntad unilateral se enfrentará a la voluntad
unilateral. Por esta razón algunos movimientos totalitarios pudieron
brotar fácilmente de la tierra de la democracia.”10
Esto ha conducido al régimen de Chávez ya en su fase agónica ha profundizar
este carácter de democracia directa denunciado por Heller y Fehér, cuando
inicia una transformación radical del sistema político democrático, liberal y
representativo de la Constitución de 1999 (que es la Constitución aprobada por
la Constituyente Chavecista de 1999), cuando propone en el 2007 una reforma
Constitucional para reformar la constitución en 64 artículos claves que
producían una llamada “transformación socialista”, un verdadero golpe de
Estado, que fue rechazado en las elecciones del referendo el 2 diciembre de
2007. No obstante, su derrota el líder del proceso inicio por la vía de facto lo
rechazado en el referendo, y por la vía de los Decretos-Leyes, ha venido
legalizando lo que la mayoría de la población denegó; lo que prueba de
manera fehaciente e indubitable el carácter oportunista, manipulador y
fraudulento de los procesos eleccionarios que ha llevado a cabo el régimen
chavecista. Esto ha dado en la práctica el resultado de una suspensión del
régimen constitucional vigente para dar paso a una legalidad ad hoc
constituida por decretos dictados por la Presidencia de la República por un
régimen de habilitación legislativa11 (en donde la Asamblea Nacional ha cedido
10
Agregan además: …”Lo que normalmente ocurre en estos casos de ‘denuncia de la mentira de la
democracia’ es la recaída en un tipo primordial de violencia directa sin frenos ni inhibiciones. (…)
Comenzó su carrera histórica con el desenmascaramiento de la hipocresía de la democracia y terminó
bajo la marca de una dictadura sobre las necesidades y la introducción de mano de obra esclavizada en la
‘construcción del socialismo’.” Agnes Heller y Ferenc Fehér, Ob. Cit. PP. 192-193.
11
Decimos profundizar ya que desde el año 2007 el régimen ha venido radicalizando las violaciones al
Estado de derecho con leyes y Decretos y actos jurídicos que contradicen directamente la Constitución de
1999; pero que esto es necesario aclararlo se ha producido a todo lo largo del periodo en el poder del
11
al Presidente de la República la Facultad de legislar) o desde la propia
Asamblea Nacional, que han producido un régimen legal alterno, altamente
represivo que se caracteriza por la judicialización y la criminalización de la
oposición y la protesta política al “socialismo del siglo XXI”, se reduce con la
promulgación de diversos instrumentos legales a un nivel casi inexistente la
propiedad privada (en este punto el gobierno manipula la situación
reivindicando la propiedad social o los bienes de utilidad pública o social, sólo
que quien esta facultado para calificar que es o no propiedad social o que de
utilidad publica casualmente es el Presidente Chávez)12, y lo que sería una
enorme vesania: la aniquilación de los derechos laborales y sindicales, la
promoción de monedas comunitarias para el trueque, sino se hubiera puesto el
“socialismo del siglo XXI” en la perspectiva del socialismo agrario primitivo,
antiindustralista, en donde los alcances civilizatorios de la vida urbana moderna
es considerado el foco del mal, lo que hay que extirpar de raíz. Esto se pone de
manifiesto con la toma de empresas, que en principios se “nacionalizaban” (no
tiene ninguna importancia si son nacionales o extranjera) y ahora simplemente
se expropian con fines de utilidad social, como en el último episodio en mayo
de 2009 en donde fueron expropiados todos los activos productivos de todas
las contratistas petroleras que trabajaban para PDVSA en la zona petrolera del
Estado Zulia, a partir de un Decreto ley (un ukase) dictado de la noche a la
mañana con el objeto de que PDVSA se sustrajera de su obligación de por
deudas de casi diez mil millones de dólares ($8.000.000.000,oo)
aproximadamente.
Todo este supuesto ejercicio de la democracia directa ha sido cuidadosamente
evaluado por Alain Touraine, quien se ocupado de estudiar las experiencias
revolucionarias poscomunistas en este mundo postmoderno y su conclusión no
puede ser más sumaria:
”Limitémonos a constatar que cuando más un poder político
domina un movimiento social, tanto más difícil es que se constituya
una sociedad democrática y más tenderá a formarse, al contrario,
un poder absoluto que se declara único en grado de hacer reinar la
igualdad o bien de reducir o abolir las igualdades sociales
sustituyendo todas las formas diversificadas de dominio social por
la igualdad de todos en virtud de la sumisión a un poder absoluto.
De esta manera, la democracia revolucionaria tiende regularmente a
autodestruirse.”13
régimen, baste poner de relieve el hecho escandaloso de que con 10 años en el poder Chávez ha
gobernado el equivalente a 48 meses (4 años) con leyes habilitantes de las cuales ha surgido un tramado
legal sin control de 183 leyes, que nadie conoce su verdadero propósito, espíritu y razón ya que se han
realizado y promulgado sin ningún tipo de control ciudadano.
12
Sin que esto signifique que se reconoce como social la propiedad de los más pobre o de los explotados
a quienes el “socialismo del siglo XX” dice representar, nada de eso, propiedad social significa propiedad
del Estado, el gobierno promueve un sistema de posesión sin propiedad en donde consecuencialmente
queda abolida la posibilidad de transmitir por herencia aquello otorgado en posesión.
13
Touraine, Alain, Igualdad y diversidad las nuevas tareas de la democracia, Tr. Ricardo Gonzalez,
Argentina, Fondo de Cultura Económica, 1998, pp. 21-22.
12
Queda claro que la igualdad radical termina en la libertad de un Uno que es
efectivamente el único, igual y libre.
Cuáles han sido los instrumentos de que se ha servido el régimen para
imponer el “socialismo del siglo XXI”
Una vez que hemos caracterizado el gobierno de Chávez, como un régimen
que aspira imitar los regimenes poscomunistas mencionados, en especial la
Cuba de Fidel Castro, creemos necesario exponer, aunque brevemente, lo que
han sido los principales instrumentos de los que se ha valido el proceso para su
intento de dominación hegemónica y totalitaria.
Estos han sido fundamentalmente tres: la corrupción profunda del sistema
electoral, el control absoluto de todos los Poderes Nacionales de carácter
constitucional, y los ataques a la libertad de expresión. Estos no son los únicos
sino los que tienen una mayor documentación por las Organizaciones No
Gubernamentales ONG nacionales en unos casos e internacionales en otros y
de Organismos Públicos Internacionales de carácter político. Hay otros
procesos más dramáticos por el costo en vidas humanas, como son las
permanentes violaciones a los Derechos Humanos que junto con la
intimidación y el terror producido por la aplicación de la violencia publica contra
los opositores, constituye sin duda el rostro más peligroso del “socialismo del
siglo XXI”. Para ello me he apoyado en diversos Informes como el de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (www.cidh.oas.org), las ONGs
PROVEA
(www.provea.org.ve),
Espacio
Público
(www.espaciopublico.info/index.php), SUMATE (www.sumate.org).
El sistema electoral venezolano ha sido sometido progresivamente ha proceso
de corrupción con la finalidad de ponerlo bajo control directo del propio
Presidente Chávez. Esto se ha hecho de diversas maneras la más importante
fue el control de todo el aparato Institucional del Consejo Nacional Electoral por
militantes del partido de gobierno, cosa que se comenzó de manera
apresurada después de la promulgación de la Constitución del 99; donde la
mayoría de los miembros de la Directiva del CNE eran representantes directos
del Ejecutivo y el resto de la burocracia fue purgada de manera profunda. Lo
otro fue el proceso de automatización con la contratación de la empresa Smart
Matic, que convirtió el sistema del voto en una verdadera caja negra para
efectos de las entradas y salidas del sistema, lo que ponía en manos del
régimen el control de la totalización; la corrupción hasta los tuétanos del
Registro Electoral Permanente que constituye el corazón de la participación y
de la posibilidad de elegir con el voto, cuando se manipulo de manera grosera,
fuera del control de los actores políticos de la oposición y de algunos sectores y
partidos participantes en la coalición de gobierno, toda la data del REP, edad,
direcciones, localización geográfica de los electores, traslados a conveniencia
de grupos de electores de acuerdo a las listas elaboradas por el gobierno (las
13
listas Tascón y Maisanta), cedulación masiva incluso de extranjeros (o
principalmente de extranjeros) con el fin de controlar el voto a favor del
proceso; la última auditoria permitida al REP se realizó en el 2003. En el 2005
la auditoria realizada a Smart Matic evidencio la amenaza del secreto al voto.
En el 2006 se produce la masificación de las maquinas captahuellas con fines
de intimidación, control del voto y eliminar el carácter secreto del mismo (esto
al hacerse en línea permite cruzar las bases de datos del gobierno con las
distintas listas de opositores ya mencionadas). También en diciembre de 2006
y las elecciones sucesivas se altero la tinta indeleble para permitir el voto
múltiple y a partir de 2007 se intensificó el control de los miembros de Mesa
Electoral a través de su acreditación discrecional por parte del CNE. Y lo que al
final parece insólito, como fue la no entrega definitiva de los resultados del
referendo del 2 de diciembre de 2007. Todo lo anterior constituye un inmenso
proceso de fraude continuado que ha permitido al proceso el total control del
sistema electoral de tal modo que a la fecha este no ofrece ninguna garantía
para elecciones libres y democráticas.
Distintos procesos han producido un control hegemónico del Estado
venezolano por parte del Presidente de la República, el principal es la
eliminación de la autonomía de los poderes públicos, con el nombramiento en
sus cabezas directivas a militantes del partido de gobierno, en donde se pudo
observar un inescrupuloso juego de enrosque en donde diversos militantes del
proceso en importantes cargos públicos eran trasladados y nombrados a
conveniencia como cabezas de los distintos poderes públicos, como por
ejemplo: cuando se nombro al Vicepresidente de la República como Fiscal
General o al Presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) como miembro
del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y luego al Presidente del CNE como
Vicepresidente de la República. La Asamblea Nacional 100% chavecista electa
con un 74,74% de abstención. Se modifico la Ley Orgánica del TSJ para
destituir Magistrados no afectos al régimen y permitir el nombramiento de
militantes del proceso. Esto ha permitido el uso, abierto y sin ningún tipo de
escrúpulo, del TSJ como instrumento político a favor del gobierno, con la más
absoluta judicialización y criminalización de la disidencia política. Con lo que se
pierde el soporte más importante del Estado de Derecho.
A nivel de la Asamblea Nacional (AN), no sólo se ha convertido en un espacio
político monocolor, sino que consecuencialmente se ha convertido en un
instrumento político para la aprobación sin control crítico de cualquier
ocurrencia del gobierno en materia legislativa o incluso judicial. Ya que también
ha asumido tareas de control político de TSJ, ya que la AN puede destituir a
los Magistrado contando con la mayoría simple de los votos. La AN usa sus
facultades de contraloría en diversos ámbitos para abrir procesos contra
funcionarios disidentes u opositores de una manera arbitraria y discrecional.
Aun cuando la AN es totalmente afecta al gobierno, antes y después (2005 se
realizan las elecciones en donde se convierten en 100% chavecista), aprueban
sendas leyes habilitantes en donde se sustraen sus competencias legislativas,
14
al punto de que en 10 años de gobierno el Presidente Chávez ha gobernado el
equivalente de 4 años con habilitación legislativa, de las cuales ha surgido un
tramado legislativo sin control ciudadano.
En el ámbito de las violaciones a la libertad de expresión se han producidos
múltiples eventos que van desde la violencia contra los medios de
comunicación, contra los comunicadores sociales, la persecución política de
importantes periodistas que han tenido que abandonar el país como Patricia
Poleo y en la cárcel a otros como Leocenis García; la judicialización de
supuestas ofensas que se producen en el ejercicio de la libertad de expresión
que mantiene en vilo a distintos personajes de los medios como: Rafael Poleo,
Gustavo Azocar, Teodoro Pekof, Nelson Bocaranda, Leopoldo Castillo, entre
muchos. Pero el evento fundamental contra la libertad de expresión se cometió
en mayo de 2007 con el cierre de la Televisora Nacional RCTV, que saco del
aire un importante medio de comunicación nacional por su actividad opositora y
su negativa a ejercer la autocensura como les fue impuesta a canales como
VENEVISION y TELEVEN. Este evento marcó una profundización de la
amenaza a los medios de comunicación al punto de que en este año 2009 el
régimen amenaza con el cierre general de los medios opositores y con el
encarcelamiento de los principales comunicadores sociales que enfrentan el
“socialismo del siglo XXI”. Las distintas amenazas a la libertad de expresión ha
sido ampliamente denunciada por la Sociedad Interamericana de Prensa por la
Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, por ONG como Espacio
público, quienes advierten de la fragilidad y asfixia progresiva del ejercicio libre
de la comunicación crítica en Venezuela.
Como hemos planteado el estrangulamiento de la democracia en Venezuela
presenta muchas facetas, solamente nos hemos referido a algunas por razones
de tiempo, creo que la más importante como es la completa aniquilación de la
propiedad privada ha quedado fuera de nuestro análisis, sin embargo en este
año 2009, se están discutiendo leyes y reglamentos que significaran su
completa aniquilación, lo cual será el fin del Estado de Derecho y de la
Democracia.
Conclusiones
El régimen de Chávez, es como hemos planteado a lo largo de la ponencia un
régimen postcomunista de carácter autoritario y totalitario, con fundamento en
el socialismo agrario primitivo que se desarrolló y desarrolla en sociedades
como la Cuba de Fidel Castro. Un régimen que surge de la veta irracional de la
modernidad para adversar las formas de la industrialización moderna con sus
formas de vida civilizada urbana y proponer un regreso a formas “primitivas” de
la vida social como formas de sustentar una democracia igualitaria, en donde
por su propia dialéctica toda igualdad queda reducida al surgimiento del poder
totalitario. Estos regimenes tienen que liquidar para lograr sus objetivos el
Estado liberal democrático y toda la forma que le es consustancial: debe
liquidar la propiedad privada, la libertad de expresión, toda concepción liberal
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de los derechos humanos, sociales y económicos, y toda forma de control
ciudadano de la sociedad y la política.
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