La Restauración (1875-1931) y La IIª República (1931-1936) 1. La Restauración monárquica (1874-1902) En diciembre de 1874, el general Martínez Campos proclamó a Alfonso de Borbón rey de España tras un golpe de Estado. La restauración de la monarquía fue recibida con satisfacción entre los conservadores, pues pensaban que devolvería la estabilidad y el orden social al país. 1.1. El sistema canovista. El nuevo sistema político, configurado por Antonio Cánovas del Castillo, tenía un carácter marcadamente conservador, basado en un sistema parlamentario liberal, pero escasamente democrático. Existían dos grandes partidos: Partido conservador, liderado por Cánovas, era partidario del inmovilismo político, la defensa de la Iglesia y el orden social. Sus apoyos vienen de la élite económica, principalmente los terratenientes. Partido liberal, encabezado por Sagasta, se inclinaba por el reformismo de carácter más democrático, laico y social (implantación del sufrago universal en 1890). Su electorado lo forman la clase media acomodada y los profesionales. Ambos partidos coincidían básicamente en lo esencial: defensa de la monarquía, propiedad privada, Estado centralista y uniforme… 1.2. La alternancia en el poder o turno de partidos. También conocido como el sistema canovista, consiste en que conservadores y liberales se alternen en el ejercicio del poder (turno pacífico), lo que les permitirá controlar la vida política española durante más de cuarenta años. La alternancia en el poder fue posible gracias a un sistema electoral corrupto, que manipulaba las elecciones y no dudaba en falsificar las actas, sobre todo en las zonas rurales. El rey, la regente o el Gobierno decidían a quién le tocaba gobernar. A continuación, dicho partido tomaba el gobierno y convocaba elecciones, poniéndose, a partir de ese momento, en marcha los mecanismos de manipulación electoral para que saliera vencedor el partido convocante. Por tanto, se trataba de una ficción parlamentaria. A la muerte del rey en 1885 se firma el Pacto del Pardo entre los dos partidos, ante la posible inestabilidad política que pudiera de surgir, con el fin de asegurar la continuidad del sistema. La manipulación electoral y el caciquismo. La alternancia en el poder fue posible por las trampas electorales, el llamado pucherazo, es decir, la continua manipulación de los resultados electorales, mediante: inclusión en las actas a personas muertas e impidiendo votar a las vivas, comprar o coaccionar los votos, etc. Este sistema se sustentaba en el caciquismo. Los caciques eran individuos o familias que, por su poder económico o por sus influencias políticas, controlaban una determinada circunscripción electoral, donde se permitieron ejercer actividades discriminatorias y, con sus “favores”, (sorteo de quintas, reparto de contribuciones, trámites burocráticos, etc.) agradecían la fidelidad electoral. Esta circunstancia motivó la abstención, solo votando un 20% del electorado 1.3. La Regencia de María Cristina (1885-1902) En 1885 Alfonso XII muere de tuberculosis y a los pocos días, su mujer dio a luz al que sería Alfonso XIII. María Cristina quedará como regente hasta la mayoría de edad de su hijo y deberá de enfrentarse a los síntomas de crisis política, que empiezan a aparecer en este periodo y afectarán a todo la etapa de la Restauración: Los nacionalismos. Con la constitución de 1876 se afianza el Estado centralizado y uniformista, que provocó la emergencia de los movimientos nacionalismos en Cataluña y el País Vasco, los cuales reclaman el traspaso de competencias económicas y políticas. Los conflictos sociales. Empiezan a ser más importantes debido a la aparición de los partidos obreros ( PSOE) y sindicatos (UGT y CNT), quienes reclaman mejoras salariales y laborales para los obreros. La crisis del 98. Esta se inicia con la pérdida de las últimas colonias (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) tras la guerra de Cuba, en la que interviene Estados Unidos. Las consecuencias fueron: Conmoción en la población y nacimiento de un sentimiento de crisis y decadencia de la nación, especialmente entre los intelectuales, que dará lugar al regeneracionismo. Regeneracionismo. Encabezado por Joaquín Costa, propugnan la regeneración y modernización de la vida política española. Había que modernizar la economía y la sociedad, alfabetizar al pueblo y desmantelar el sistema caciquil y afianzar la transparencia electoral. 2. El reinado de Alfonso XIII (1902-31). El reinado de Alfonso XIII se caracterizó por una profunda y continua crisis política que afectaría al sistema de la Restauración. A pesar de todo, continuó vigente el turno de partidos, lo que radicalizaría cada vez más a la oposición, que unido a la miseria en el campo y las pocas mejoras laborales de los obreros, sumió al país en una inestabilidad política permanente, siendo los sucesos más destacados: El turno de partidos. Los problemas económicos, la presión de la oposición, la movilización obrera…, provocaron que, hasta el golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923, los distintos gobiernos que se alternaban en el poder no durarán más de dos o tres años. Los líderes más importantes durante este periodo fueron: partido liberal ( Canalejas y el conde de Romanones) y partido conservador (Maura y Dato). Los intentos de regeneracionismo y democratizadores nunca pudieron llevarse a cabo o ser demasiados ambiciosos, ya fueran: reformas sociales, laborales, relaciones con la Iglesia, etc., ya que tampoco hubo demasiada voluntad política por la presión de las clases poderosas y, el miedo a la revolución social a manos de los partidos obreros y sindicatos. Canalejas Conde Romanones Maura y Alfonso XIII Dato y Alfonso XIII La Semana Trágica de Barcelona (1909). Su origen hay que buscarlo en la impopular medida de enviar tropas al norte de Marruecos (Rif) para defender los intereses mineros de empresas españolas . La manifestación, que adquirió un componente antimilitarista espontáneo a cargo de mujeres, se transformó en enfrentamientos callejeros e incendios de establecimientos religiosos cuando republicanos, socialistas y anarquistas convocaron la huelga general. Ante esta situación las autoridades declararon el estado de guerra y se produjo un duro enfrentamiento y una fuerte represión, que concluyó con el fusilamiento del pedagogo Francisco Ferrer i Guardia. La revolución de 1917. La neutralidad española en la 1ª Guerra Mundial permitió una buena época de negocios, al convertirnos en abastecedores de las naciones contendientes. Pero, esa gran demanda, provocó una subida de precios muy por encima de los salarios, por lo que la mayoría de la población sufrió un brusco descenso de su nivel de vida. Esto ocasionó tres desafíos al gobierno, en el contexto de la revolución rusa: Los militares formaron unas Juntas de Defensa para reclamar mejoras profesionales y económicas. Diputados y senadores, principalmente catalanistas, se reunieron por su cuenta para exigir un cambio de Gobierno. Los sindicatos UGT y CNT convocaron una huelga general para reclamar mejoras salariales y laborales, cambios en el Gobierno y la distribución de tierras entre los jornaleros. La huelga fue duramente reprimida. Este último suceso desembocó en el llamado Trienio Bolchevique (1918-21). Consistió en que los jornaleros de Andalucía, animados por los anarquistas, empezaron a ocupar tierras y a hacerse con el control político de los pueblos. A ellos se unió las reivindicaciones de los obreros. Debido al caos social del país, el Gobierno decretó el estado de guerra, llevó a cabo una dura represión y detuvo a los líderes sindicales. El Pistolerismo (1916-23). La conflictividad laboral degeneró en una radicalización extrema de las posiciones de los sindicatos y de la patronal, que fue aprovechada por las autoridades militares para hacerse con el control y ejercer una fuerte represión entre 1919-22. El activismo violento de los anarquistas condujo a los empresarios a contratar a pistoleros a sueldo para asesinar a los dirigentes obreros (ley de fugas y sindicato libre). El Desastre de Annual (1921). Las autoridades españolas decidieron emprender las acciones militares para afianzar el control en la zona oriental del protectorado marroquí, donde las cábilas ofrecían una mayor resistencia. En 1921 el general Silvestre inició una campaña desde Melilla, adentrándose en el Rif, donde el jefe rifeño Abd-el-Krim atacó a las tropas españolas y provocó cerca de 13000 bajas. Este desastre puso en evidencia la deficiente organización del ejército, formado en su mayoría por gente sin experiencia. Ante tamaño desastre, se inició un proceso parlamentario para depurar responsabilidades, el llamado Expediente Picasso. La crisis política y el debate en torno a las responsabilidades del rey, condujo al golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera en 1923. 2.1. La Dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-30). En 1923 Primo de Rivera dio un golpe de Estado con el consentimiento real e impuso una dictadura, que supuso la suspensión de las garantías constitucionales (suprimió el parlamento, prohibió los partidos políticos y sindicatos, impuso la censura informativa, etc.) y la declaración de estado de guerra. Las causas del golpe y su triunfo pueden resumirse en: La crisis del partido conservador y liberal, y el consiguiente ascenso de socialistas y republicanos. El auge del movimiento obrero, que alarmó a la clases dirigentes. El desastre de Annual y las responsabilidades del rey y altos cargos militares. El auge del nacionalismo vasco y catalán. PRIMO DE RIVERA ALFONSO XIII La dictadura fue bien acogida por amplios sectores de la población y obtuvo algunos resultados positivos: Fin de la guerra de Marruecos. Con el desembarco de Alhucemas (1925), se pacifica el protectorado, lo que dio mucha popularidad al dictador. Pacificación social. Se termina con las huelgas revolucionarias y el pistolerismo. Esto permitió la ampliación de ciertas coberturas laborales (la Seguridad Social, seguro de maternidad…), lo que ayudó a pactar con la UGT y ganar su apoyo para el régimen. Grandes inversiones en obras públicas (presas y carreteras) para fomentar la industrialización, modernización del país y aumentar el número de trabajadores. Se crean compañías nacionales como: Telefónica y Campsa. Sin embargo, la dictadura supuso un retroceso en las garantías democráticas del país, que no se hicieron sentir hasta el inicio de la crisis de 1929. El rápido aumento del paro y las dificultades económicas del país, volvieron a resucitar los problemas sociales y políticos anteriores a la dictadura, por lo que el dictador perdió los apoyos del ejército, el rey y la sociedad, por lo que se vio obligado a dimitir. Primo de Rivera fue sustituido por el general Berenguer, quien se encargó de llevar a cabo un proceso de transición , que, debido a la falta de apoyos, incluso entre los monárquicos, condujo a la IIª República. DESEMBARCO DE ALHUCEMAS CAMIÓN DE CAMSA EDIFICIO DE TELEFÓNICA 3. La caída de la monarquía y la proclamación de la Segunda República. Tras la dimisión de Primo de Rivera, Alfonso XIII estableció un gobierno de transición para restaurar el régimen constitucional, pero la oposición republicana y de todos los partidos, en general, reunidos en el Pacto de San Sebastián (1930), habían decidido instaurar la República. Cuando en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 los republicanos obtuvieron una clara victoria en las grandes ciudades, varios ministros del gobierno, ante el temor de una guerra civil, advirtieron al rey de que lo mejor era su dimisión. Alfonso XIII se exilió y el 14 de abril se proclama la República, estableciéndose un gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá Zamora, quien llevó a cabo una serie de reformas urgentes encaminadas a satisfacer las demandas de la clase obrera y el campo, con la intención de no perder su apoyo e impedir posibles revueltas. 3.1. La Constitución de 1931. Artículos principales. El gobierno provisional fue presidido por Niceto Alcalá Zamora y formado por republicanos de izquierda y derecha, socialistas y nacionalistas. Tuvo que responder desde el primer momento al ansia general de reformas: reforma agraria, reformas laborales, reforma militar, educativa y autonómicas. El ambiente social, sin embargo, empezó rápidamente a complicarse, por las campañas de huelga sindicalistas (CNT) y el anticlericalismo, con quema de iglesias y conventos. En junio de 1931 tuvieron lugar las elecciones en un ambiente de relativa tranquilidad. Las urnas dieron la victoria a la coalición republicano-socialista, aprobándose una nueva Constitución en diciembre, cuyos principales rasgos fueron: Soberanía popular. España es una república de trabajadores de todas clases. Se aprueban los estatutos de autonomía regional. Sufragio universal (incluido el femenino, 1932) para mayores de 23 años. Se promulga una amplia declaración de derechos y libertades(expresión, asociación, divorcio, educación, etc.) Se separan la Iglesia y el Estado: ausencia de religión oficial, libertad de cultos y enseñanza laica. 3.2. El Bienio Reformista (1931-33). Una vez aprobada la constitución por las Cortes, se inicia un nuevo periodo con un gobierno formado por : Presidente de la República: Niceto Alcalá Zamora. Jefe de Gobierno: Manuel Azaña. El gobierno estará formado por republicanos de izquierda y socialistas. Nada más llegar al poder continuó con el programa de reformas emprendido al inicio de la república, en un contexto económico desfavorable y de ascenso del paro. Esas reformas fueron: Reformas laborales, iniciadas por el ministro de trabajo, el socialista Largo Caballero, que favorecen a los trabajadores y supusieron la cerrada oposición de los empresarios. Reforma educativa: enseñanza mixta; la religión deja de ser una asignatura obligatoria y se prohiben los colegios religiosos. Reforma militar. Se exige a los mandos del ejército jurar fidelidad a la república. Reforma agraria: se obliga a cultivar las tierras a sus propietarios, jornada de 8 horas y contratar a los jornaleros del propio municipio. Elecciones de 1931 Alcalá Zamora Azaña 3.3. Tensiones sociales y políticas. La crisis económica iniciada en 1929 y la negativa de la patronal a aceptar las reformas, dieron lugar a fuertes tensiones sociales, produciendo que los enfrentamientos entre huelguistas y Guardia Civil fueran frecuentes. La izquierda revolucionaria no dio tregua al nuevo gobierno. La CNT/FAI y el PCE se instalaron en la línea radical, llevando a cabo la quema de edificios religiosos y la ocupación de tierras, como en el grave suceso de Casas Viejas (Cádiz), en donde la Guardia de Asalto mató a un grupo de campesinos anarquistas. Algunas de las medidas de reforma del gobierno provocaron una fuerte oposición en la derecha y los militares. Por este motivo, el general Sanjurjo intentó un golpe de estado en agosto de 1932 que fracasó. Estos conflictos provocaron el rápido desgaste del gobierno y la anticipada convocatoria de elecciones en noviembre de 1933. A estos comicios la izquierda se presentó dividida, mientras que la derecha lo hizo reorganizada: CEDA, Falange y Renovación Española. La victoria electoral fue para los grupos conservadores: Partido Republicano Radical de Lerroux y la CEDA de Gil Robles. Sucesos de Casas Viejas La sanjurjada 3.4. El bienio radical-cedista (1933-36). Tras la victoria en las elecciones, lerroux, líder del partido republicano radical, formó un gobierno formado íntegramente por miembros de su partido. La CEDA apoyó al gobierno con la condición de que rectificaría la mayoría de las reformas del gobierno anterior: Paralización de la reforma agraria (1935), con la consiguiente expulsión de miles de jornaleros que habían recibido tierras. Paralización de la reforma militar y designación de puestos claves a militares claramente antirrepublicanos como Franco, Goded o Mola. Amnistía para los responsables del golpe de Sanjurjo. Conciliación con la Iglesia y recuperación de sus privilegios. Suspensión de la ley educativa y enfrentamiento con los nacionalismos periféricos. PRR CEDA Lerroux Gil Robles 3.5. la radicalización del enfrentamiento político. En un contexto de crisis económica mundial y triunfo de los extremismos políticos en Europa ( Stalin en la URSS -totalitarismo de izquierdas, 1929- y Hitler en Alemania -totalitarismo de derechas, 1933-), la lucha política se radicalizó en nuestro país entre las derechas y las izquierdas: Derechas: CEDA de Gil Robles, Renovación Española de Calvo Sotelo y Falange Española de Jose Antonio Primo de Rivera. Izquierdas: Izquierda Republicana de Manuel Azaña, PSOE de Indalecio Prieto y Largo Caballero (UGT), CNT anarquista y PCE. La Revolución de Octubre de 1934. La entrada en el gobierno de tres ministros de la CEDA en octubre de 1934 fue interpretada, por la cada vez más radicalizada izquierda, como un anuncio del triunfo del fascismo. Por este motivo, llamaron a la huelga general contra el gobierno. La huelga fracasó en toda España salvo en Asturias, donde llegó a convertirse en una verdadera revolución organizada por la UGT y la CNT. La persistencia en la insurrección obligó al gobierno a enviar a la legión, al mando de Franco, para reprimirla. El balance del enfrentamiento fue: más de mil muertos y treinta mil detenidos, entre ellos Azaña, Largo Caballero e Indalecio Prieto, acusados de apoyar el levantamiento. La reacción del gobierno a estos hechos fue el endurecimiento de su política: eliminación de la reforma agraria y suspensión del estatuto de Cataluña, entrada de Gil Robles en el gobierno, etc. Pero las discrepancias dentro del gobierno fueron en aumento, llegando a una crisis definitiva por un grave caso de corrupción, el escándalo del Estraperlo (afectaba a cargos del gobierno). Así, se precipitó el fin de la legislatura y la convocatoria de nuevas elecciones para febrero de 1936. 3.6. Las elecciones de 1936 y el Frente Popular. En un ambiente de creciente radicalización política y social, se convocaron las elecciones de febrero de 1936. Al contrario de lo que ocurrió en los comicios anteriores, la derechas irán desunidas, mientras que los partidos y sindicatos de izquierdas firmarán un pacto electoral que dio origen al Frente Popular (Izquierda Republicana, PSOE y UGT, PCE, POUM y CNT). La victoria electoral fue para el Frente Popular, que basó su triunfo en las ciudades y en las provincias del sur. Mientras, la derecha ganó en el norte y el interior del país. Tras las elecciones se destituyó a Alcalá Zamora como presidente de la República y nombraron en su lugar a Manuel Azaña, siendo elegido como jefe de gobierno Casares Quiroga, dando lugar a un gobierno formado únicamente por republicanos de izquierda. El nuevo gobierno inició rápidamente la acción reformista: Amnistía para los implicados en la revolución de 1934. Recuperación de la reforma agraria, que lanzó a los jornaleros a la ocupación de fincas. Alejamiento de Madrid de los generales sospechosos de golpistas: Goded, Franco y Mola. Tramitación de nuevos estatutos de autonomía. Al catalán se le añaden el gallego y el vasco. Esta “descentralización” era una de las cosas que más criticaba la derecha. Azaña 1 2 3 Casares Quiroga 3.7. El gobierno del Frente Popular. El ambiente social era cada vez más tenso. La izquierda había optado por una postura claramente revolucionaria y la derecha buscaba de forma evidente el fin del sistema democrático. Desde el mes de abril se sucedieron los enfrentamientos callejeros violentos entre grupos falangistas y milicias socialistas, comunistas y anarquistas. Por otra parte, ante el ambiente de revolución social (la ocupación de tierras, quema de iglesias, etc.) empezó a cobrar cuerpo la conspiración militar, alentada por la derecha, pero los militares no dejaron que estos tuvieran capacidad de decisión. Franco, Mola y Goded entre otros, fueron enviados a lugares de poca importancia militar, pues se conocía por el gobierno su intención golpista. Los sucesos que precipitaron el golpe militar del 18 julio de 1936, fueron el asesinato del teniente Castillo y el de Calvo Sotelo ese mismo mes.