Por no tener ya no tengo ni siquiera corazón, pues una bella enfermera sin querer me lo robó. Devuélveme lo que es mío, te lo pido por favor. Más tarde yo te lo entrego pero dámelo, por Dios. ¿Para qué lo quieres, dilo, para usarlo de reloj? ¿No ves que sin mí no late y sin él soy yo un guiñol? 1 Canta el poeta, cansado. Porta en el alma canciones que le recuerdan los tiempos de ayer, cuando fuera joven. Ya no tiene su garganta el mismo vigor de entonces, pero vibra todavía aunque carezca de amores. Sus ilusiones han muerto, se apagaron sus faroles. Hoy tan sólo es una sombra que se refugia en sus noches. Y así fluye el día a día a la espera de Caronte, hasta tiene preparada ya la moneda de cobre para atravesar la Estigia de aguas negras y salobres. Mas, mientras llega el momento, en sus cantos fuerza pone. Debe seguir su camino, aunque andar le cueste el doble 2 que cuando fue aquel muchacho de ojos vivos, verdes, nobles. Como escribió el gran Machado: Verso a verso, golpe a golpe. 3 Confieso que no me fío ni hasta de mi misma sombra y miro tras las esquinas por si se oculta la loca. Temores sé que son vanos pues, si aparece, ¿qué importa? Llevo los puños cerrados y la escopeta con postas. Pero quisiera librarme de su presencia enojosa, porque ya veo fantasmas donde sólo existen rosas. ¿Miedo yo? ¡Qué va, ninguno! Pero sí tengo zozobra recordando viejos tiempos presentes en mi memoria. Y esto me crea mil dudas, razonables pero tontas, confundiendo a las amigas con una mala persona. Perdón te pido, por tanto, queridísima Paloma, 4 por sospechar que tú fueras - era posible – la otra. 5 La calumnia es un pecado que los felones levantan. será engañosa, mas corre… ¡Maldita sea su estampa! Acusar al inocente viene de épocas lejanas, sueltan la mentira y, luego, tranquilos van a sus casas. Buscan manchar el honor, si conocen la palabra, de quien incauto confía y a la postre sí lo manchan. Pues siempre queda la duda, ¿es verdad o es cosa falsa?, ¿Algo habrá de cierto en todo o acusación será vana? Pero yo tranquilo quedo, tengo las espaldas anchas; que me calumnien si quieren, sus mentiras me resbalan. No haré caso a sus ofensas, prudente será olvidarlas. Lo mejor es que a estas gentes 6 no se les preste importancia. Y además, para que rabien, ¡han aumentado mi fama! 7 Dicen que igual es la Ley con todos los ciudadanos. No debe opinar así, aunque lo diga, Juan Carlos. Si la Infanta es imputada, aunque aún sea sin cargos, es justo – como buen padre – que le consiga abogado. Y que pretenda el mejor, que no repare en los gastos, pero el pueblo se pregunta quién tendrá al fin que pagarlo. Pues si el padre fuera un pobre no tendría el mismo trato, pero con pólvora ajena se hacen muy bien los disparos. ¿Que del rey es el dinero? Mas pagó el sueldo el Erario. Éste dicen que es de todos quienes al rey no votaron. La Infanta será inocente, condenas no de antemano, que ya habrá quien lo decida 8 tras sopesar bien el caso. Pero que tiene ventaja eso no pueden negarlo: Goza de más privilegios que quien padece un desahucio. ¡No es igual Turno de Oficio que una empresa de abogados! El día que tuve un pleito lo perdí por no ser cauto y no pagar de primeras lo que al final pagué caro. Así que a mí no me vengan con monsergas, porque paso: La Justicia será ciega, mas pocos jueces hay mancos. Y mientras hablan de frente por detrás ponen la mano. Dependerá la sentencia de lo lleno que esté el cazo. 9 Hoy vivencias en Sevilla sin querer he recordado. ¡Parece que fuera ayer, pero han pasado los años! El hombre que entonces fui sigo siendo y, sin embargo, ya no me animan las ansias que me impulsaron antaño. ¡Ay, Barrio de Santa Cruz donde te besé en los labios..! Tus casas siguen en pie mientras yo voy para abajo. ¡Noches de amor ciego y loco en que te amé sin descanso..! Todo aquello son recuerdos que dentro del alma guardo: Tu cuerpo ardiente gemía como un volcán eructando, retorciéndose en la cama, brindándome tus encantos. Yo todavía era joven, tenía cincuenta y cuatro y el pecho ansioso de amores. 10 Tú cuarenta y tres escasos. No era una gran diferencia entonces. Mas hoy tú, en tanto, continúas siendo hermosa y yo soy casi un anciano. Un viejo que te recuerda como un recuerdo muy vago, cual si fuese sólo un sueño y que se ríe al pensarlo. ¡Ay, si con ello lograra otra vez entre mis brazos tenerte por una noche! Se ve que sigo soñando… ¡Tranquilo! Es una locura y no estoy loco. Si acaso piensa, leyendo estos versos, que no es mi recuerdo amargo. 11 ¡Menuda la que han armado en Chipre los alemanes! ¡Paupérrimos chiprïotas, sin euros van a dejarles! Tomemos nota, paisanos: A España puede tocarle, después de a aquellos isleños, la vez de idénticos males. ¡Voraz Señor Don Dinero, no te alimentas de sangre mas sí de nuestros sudores, de nuestras penas y afanes! Dicen que es la mafia rusa la causa de tal combate, pero seguro que pagan los que pasando están hambre. Siempre sucede lo mismo, en Chipre y en todas partes: Cuando hay extremas medidas no se libra casi nadie ya que al rico no le importa porque tiene quien le avale, 12 pero al pobre no le salva de la ruina ni su madre. Busquemos el taparrabos, pues empeñado está el traje; pidamos una limosna, acaso alguno se apiade. 13 ¿Carácter? El de mi nieto. Quien, con tan sólo dos años, le plantó cara a su padre sin temor y sin reparos. ¡Vaya crío más valiente! ¡Tuvo valor el enano! Le llamó en su jerga tonto, colérico, fiero y bravo. Yo solté la carcajada y, debo de confesarlo, la baba se me caía al ver aquel desparpajo. Me quedé dubitativo… Puede que pensara, acaso, que por sus venas circula mi sangre ardiente de antaño. Lo cual, en mil ocasiones, mil disgustos me ha costado pero que sigue, incansable, mi corazón impulsando. Al pan, pan; y al vino, vino. Nada de viles engaños. La mentira es del cobarde 14 patrimonio y, sin ser falso, antes me parten la cara que soportar un agravio. Un par de azotes y punto, ni siquiera brotó el llanto. Sí puso un gesto de rabia, pero sólo fue un amago. Tomó, raudo, la pelota y me tiró un balonazo. Pensé, para mis adentros: - ¡A más de valiente es guapo! -. Y los dos, como si nada, como quien no viene al caso, seguimos alegremente. ¡De casta le viene al galgo! 15 Duerme, mi niña querida; duerme, mi niña, y descansa pues de llorar tienes tiempo todo el día de mañana. Ya verás, cuando amanezca, todas las cosas más claras. Que la luz del Sol disipa las sombras y las aclara. No llores más, porque sufro al ver brotar esas lágrimas. Todo estará más tranquilo cuando otra vez llegue el alba. Será Domingo de Ramos, día de júbilo y palmas. Las gentes reirán alegres y a ti volverá la calma. En tanto que tú te duermes mis sueños velan tu cama y unos versos de mi pluma han de surgir, sin más ansia 16 que decirte que te velo mientras tranquila descansas. ¡Cómo quisiera en tus sueños penetrar, ver a quién amas! Que aunque no puedas amarme sé que tú a mí me idolatras y con ello me conformo. ¡Cuán poco pido, caramba! 17 En un lugar de la Mancha nació un hidalgo gentil de pobre y triste figura, lo mismo que su rocín. Se llamaba Don Quijote tan ingenioso adalid, la fama le dio Cervantes y el amor el frenesí. Cuentan que el hombre no estaba en su juicio ni cabal, pues los campos recorría en busca de un loco afán. Por Dulcinea llorando se enfrentó en su caminar con molinos que en gigantes transformó su enfermedad. Muchos palos, mal comido, tuvo al cabo que volver a su casa destrozado, hambriento y muerto de sed. Pero la gloria por siempre 18 alcanzó para su bien; al cabo de varios siglos todos se acuerdan de aquél que, con fig0ura hilarante, lució gallarda altivez. ¡Ya quisieran tener muchos su alocado pundonor y pasar así a la Historia como él, sin duda, pasó! Le llaman loco, ¡no importa! El caso, quieran o no, es que ha vencido a la muerte por su enorme corazón. 19 Mujeres que me quisieron, a las que quise yo tanto, que al darme sus dulces besos me brindaron sus encantos. ¡Cómo se ha pasado el tiempo! Se me ha hecho corto y no largo… Será porque aquellas horas fueron pasando despacio. Hoy son tan sólo recuerdos, pues han pasado los años y con ellos sus amores mi corazón fue olvidando. ¿Qué tendrán en su memoria si es que recuerdan aún algo de aquellas noches lejanas, dormidas entre mis brazos? Unas dirán que fui amable. Otras, quizás, 0que un ingrato. Lo que sospecho, de veras, es que hayan todo olvidado. Pues flaquea la memoria y si se acuerdan acaso 20 será tan sólo un recuerdo perdido, difuso y vago. 21 En mi alcoba hay un reloj desde hace mucho parado. Sus agujas no se mueven pero el tiempo fue pasando. ¡Cuántas cosas habrá visto este reloj de mi cuarto! Habrá escuchado, seguro, ayes, risas, gritos, llantos, palabras que llevó el tiempo, murmullos, besos y engaños de otras gentes. Y a mí mismo en pleno sueño, roncando. ¡Cuánta memoria de cosas, cuántos recuerdos de casos que allí mismo acontecieron ante sus tictacs exactos! Él calla y no se pronuncia. ¿Qué va a decir, si es un trasto? Además, así, en silencio, 22 evidencia que es más sabio. ¡Y por supuesto que sabe de mi vida más que un rato! Mas es prudente y no dice: - ¡Qué viejo que estás muchacho! -. Y así transcurren las horas lentamente, sin descanso. Pero dos veces al día marca siempre el tiempo exacto. No les asombre tal hecho, no tiene nada de raro pues, detenido en tal hora, que coincida no es extraño. Cualquier día me lo llevo, de tanto verlo estoy harto, un buen golpe le propino y lo parto en mil pedazos, destruyendo al delator testigo de mis pecados. 23 Ayer te besé en la boca, después gocé tus encantos. ¿Por qué tan gruñón me hice cuando te quiero yo tanto? A todo lo que me dices te respondo con agravios fuera de tono, iracundo. A veces me pones harto. Será que una vida juntos puede llegar a cansarnos. ¡Y siempre el puto dinero es motivo del enfado! No sueño con ser muy rico, un famoso millonario; pero que, al menos, no tenga que estar siempre rezongando. 24 Dicen que no importa mucho. Que la salud antes, claro. Pero con buena cartera se alivian los malos tragos. ¡Dios me conceda la suerte de enganchar un buen bocado! Verás como no discuto y las riñas se acabaron. 25 ¿Sabes de qué me arrepiento? De haberte sincero sido y haberte contado cosas que nunca debí haber dicho. Me equivoqué en mi inocencia, como si fuese aún un niño, cuando tú estabas fingiendo entre sonrisas y mimos. Reconozco que merezco por ser tan tonto un castigo. Pero, ¿tú qué te mereces? Mejor será ni decirlo. ¡Anda y vete por tu senda, prosigue por tu camino! No te me cruces más nunca, déjame vivir tranquilo. De verdad, te lo aseguro: ¡Es que no te necesito! ¿Para qué, para alentarme y luego dejarme frío? Prefiero quedarme solo, 26 no contar ni con amigos de los de mala memoria que no recuerdan que existo. Así que vive tu vida. Piensa, aunque no lo preciso, que gracias a tus engaños siete poemas te he escrito. Puede ser que me maldigas… Soy franco: ¡Me da lo mismo! 27 Ya se pasaron los Reyes, mañana sí es año nuevo; año que empieza muy duro, con guerra y con muchos muertos. Porque aunque digan que empieza el año el uno de enero es el siete aquí, en España, cuando acaban los festejos. Y vuelta a la antigua vida, al trabajo y al esfuerzo. Ante la crisis que sigue habrá que sacar el pecho. Solitaria está la calle en esta noche de invierno. Todos están en sus casas, disfrutando de esos juegos que en esta hermosa mañana 28 los Reyes Magos trajeron. Mañana habrá que dejarlos, que ya empiezan los colegios. Y nuevamente a la lucha, a la pelea, al esfuerzo por sostenerse en la brecha, por conservar el empleo. Mientras tanto, en Palestina, prosiguen los bombardeos; los hombres, como las fieras, se matan. Parecen cuervos. - ¿Quién tiene razón? -. Pregunto. - ¿Qué culpa tiene el de en medio? El que fenece tan sólo por encontrarse en el centro. -. ¡Gloria a Dios en las Alturas!, canta un ángel. Pero el fuego de un cañón embravecido acalla sus lindos ecos. 29 Mal asunto, amigos míos. ¿Hasta dónde llegaremos si no sólo son los hombres sino un ángel quien ha muerto? El Niño Dios ha nacido... ¿Para qué? No lo comprendo. Pudo evitarse el trabajo, Su Pasión y sufrimiento. 30 VILLANCICO - Expande la buena nueva -, el ángel dijo al pastor, porque esta noche ha nacido en Belén nuestro Señor. Es venturoso momento, es noche de paz y amor, cese la guerra en el mundo, poned freno a su clamor.- Y el pastorcillo, contento, miró al cielo y vio brillar una estrella luminosa y comenzó así a cantar: - ¡Amigos, vecinos todos, gentes buenas del lugar, vayamos sin perder tiempo al Niño Dios a adorar! . Que ha nacido, según dicen, 31 Aquél que debe morir para todos los pecados de los hombre redimir.Es noche de algarabía, es noche de no dormir, que una Virgen bella y pura acaba a Dios de parir. - Expande la buena nueva -, siguió el ángel su cantar. Y el pastor, haciendo caso, se puso alegre a bailar. 32 - ¡Tú, feo! -. Me espetó la criatura al verme aquella barba horripilante. Se fue rápidamente a protegerse en brazos de su padre. - ¡Yo, guapo! -. Aseguré. Y, alegremente, la seña del azote que iba a darle con risas amagué. Mas se reía como no ríe nadie. Las teclas del piano tenía cerca... Bordó con sus deditos un alarde de escala musical, no mal tocada. Dejó que la besase. ¡Ay, niñas de hoy en día, encantadoras! Mujeres del mañana, quizás madres... No perdáis ese encanto, esa inocencia. ¿Por qué el haceros grandes? 33 ¡Qué día el del Año Nuevo! No hay ni un alma por las calles. Igual da por la mañana, que por la noche o la tarde. Encima ha estado lloviendo... Con la lluvia, pocos salen; prefieren quedar en casa, viendo la tele o quién sabe. Hay quienes duermen la mona, tras con el cava pasarse. Otros oyen el Concierto desde Viena y aplauden. ¡Pues comienza bien el año, poca gente hay que trabaje! Tan sólo la Policía, los médicos y un don nadie. En las casas sí se afanan, dando cariño, esas madres que al mundo trajeron hijos que duermen tras tanto baile. ¿Sabrán, quizás, algún día 34 sus esfuerzos compensarles? Mucho me temo que nunca, que trabajaron de balde. ¡Mal año el que comenzamos! Esperemos que se apañe y que mejor que el inicio sea el día en que se acabe. Porque lo mismo decimos cuando un año nuevo nace: - Año nuevo, vida nueva. -. ¡Y al final nada hay que cambie! 35 La Nochebuena está cerca, con su alegría. Está claro que otra vez toca esa noche soportar a mi cuñado. Emborracharme sin gana. Comer… No me gusta el pavo. Llenarme de langostinos y aguantar a mi cuñado. Beber cava por narices. Comer mazapán me es grato. Engordar un par de kilos e invitar a mi cuñado. Colocar el Nacimiento y, como es moda, hasta un árbol del cual colgaré las bolas guardadas del anterior año. Me da que ha sonado a chiste, 36 pues que estaban esperando que de mi cuñado hablase. ¡No le quiero tan mal tanto! Además, rompiese el pino pues que los tiene muy largos. No sé ya qué estoy diciendo, ignoro qué estoy hablando. ¡Ah! Me refiero a las bolas que guardo de hace diez años y algún truhán se ha creído que hablaba de mi cuñado. ¡Por Dios y qué mala gente! ¡Mira que son mal pensados! ¡Pensar que yo colgaría tal cosa! ¡Sí que son malos! Aunque confieso, sincero, y no dudo en confesarlo, ¡que colgaría con gusto las bolas de mi cuñado! 37 La Nochebuena se acerca y con ella los regalos. Pues no sabré con qué hacerlos, que estoy más tieso que un palo. Eso sí, en esa noche oiré a mi nieta gritando: - ¡Canta un villancico, abuelo! .Y le habré de cantar varios. Noche de Paz entre ellos, aunque me cueste trabajo, mientras que toca mi hija con gran estilo el piano. Y dos besos he de darles, como me llamo yo Paco; siempre que abuelo me diga, que me gusta más que “yayo”. - ¡Paz en el mundo a los hombres! -, he de decir en mi canto. El niño Jesús naciendo 38 y Noelia dando saltos. 39 La gente va y viene rauda, espera la Nochevieja, cuando se comen las uvas, cuando un año nuevo empieza. Parece que van nerviosos, no se les nota tranquilos. Yo, sin embargo, aunque solo, me río cuando les miro. Pues causa risa su apuro y en sus reuniones se nota: Se juntan con sus familias por no tener otra cosa. Y digo yo... ¿El estar solo no es a veces más compaña que el estar con otras gentes que dañan con sus palabras? Dicen que dos no discuten si uno no quisiera hacerlo. 40 Puede que lleven razón, mas no probarlo prefiero. Así que ¡fuera de líos!, que el buey solo bien se lame. No quiero que me acompañe quien no quiera acompañarme. Y la que quiero está lejos, aunque cercana en el alma. Nos comeremos las uvas unidos en la distancia, que empequeñece y se acorta cuando se quiere de veras. Mañana despertaremos y año nuevo, vida nueva. Es lo que en verdad ansío: Con ella empezar de nuevo. El pasado ya no existe, se marchó por siempre lejos. 41 Hoy nos espera un mañana, que el ayer ya se ha marchado. Vamos a vivir felices este amor apasionado. 42 Feliz el año que acaba. ¿Cómo ha de ser el que empieza? Uno se lleva los sueños… Éste traerá, ¿qué sorpresa? ¿Quién sabe qué habrá de darnos? ¿La fortuna y la riqueza, la enfermedad y la muerte? O simplemente una idea. Como venga, yo lo espero. Dentro de una hora llega. Veremos qué nos depara. Tal vez una dicha inmensa. Si es dicha, disfrutaremos de paz y de cosas buenas. Y si no... Que la esperanza por lo menos no se pierda. 43 A la vera de mi casa hay dos pobres dormitando, en el rellano tendidos de una tienda de zapatos. Unas cajas les protegen del invierno y dan amparo, una botella de vino les debió calentar algo. En cambio, yo estoy que sudo en mi rincón del Villano. Los radiadores calientan casi a veinticinco grados. ¡Mal repartido está todo!, así lo escribiera antaño y, al parecer, continúa. pues veo que no ha cambiado. Ni pienso que cambie nunca, siempre habrá quien con harapos se cubra mientras que hay otros que se encuentran abrigados. Igual sucedió en Belén pronto hará dos mil diez años. 44 ¿O ya serán dos mil once? ¡Qué más da! ¿Por qué contarlos? Allí nació el Niño Dios y nada de armiños blancos: Entre pajas y al calor de dos animales mansos. - ¡Gloria a Dios en las Alturas!- , cantó el Ángel. Con su canto los corazones humildes de alborozo se inundaron. Mañana por la mañana, cuando baje, ya ni rastro encontraré de los pobres porque ya se habrán marchado. ¿Y me quejo todavía, si me llevé en el reparto más que muchos? A callarme, que en silencio estoy más guapo. 45 Noche de luto y tragedia en la capital de España. Yacen, cual muñecos rotos, los cuerpos de tres muchachas. En vez de fiesta y jolgorio, como todos esperaban, sin conocer el culpable, ha ocurrido una desgracia. No hay risas en el ambiente, cesaron las carcajadas, dando paso al triste llanto. Todo dolor, todo lágrimas. Madrid entero pregunta quién habrá sido el canalla que ha permitido el desastre, la ciudad de rabia clama aunque la vida prosiga al alumbrar la mañana. Se exigen explicaciones: - ¿Cómo pudo una bengala ser metida de matute? 46 ¿No había en la sala guardias? -. Y todo por más dinero, por enriquecer sus arcas. ¡Presto confunda el Demonio al que buscó tal ganancia! ¡Negociantes sin escrúpulos, políticos sin entrañas, ante Dios rendiréis cuentas pues de ese Juez nadie escapa! Han enterrado a las muertas, sus tres familias reclaman. En vano, pronto el olvido hará que pasemos página, hablaremos de otras cosas y aquí no ha pasado nada. 47 Mi mundo se ha reducido al pedacito de calle que desde mi rincón veo de día, noche y de tarde. Yo que anduve dando vueltas, que me elevé por los aires, al final me encuentro preso lo mismo que en una cárcel. Cautivo de la nostalgia de haber sido y hoy ser nadie, prisionero de la pena sin que el recuerdo me salve. Aventuras tuve muchas y no pocas tuve amantes. Sueños de gloria, por cientos. Mas desperté… ¡y un desastre! Ni he conseguido la gloria, por mucho que la buscase, ni la suerte encontré nunca y dudo que ya la alcance. ¿Mi juventud? Un recuerdo. 48 ¿Mi madurez? Ya en el trance de acabar y hacerme un viejo arisco y de mal carácter. ¿Mis ilusiones? Perdidas. ¿Amigos? Donde Dios sabe. ¿Dinero? Más bien escaso. Y no se vive de balde. ¡Pero fuera, malas sombras! ¡Alejaos a otras partes! Porque conservo mi pluma y ella me presta el donaire. Si alguna vez no la tengo, si algún día me faltase, entonces sí que prefiero morir cuando ella me falle. - ¿Quién fue aquél? – Dirá la gente, si en falta me echase alguien. – - ¡Un vago de siete suelas!-. Quizás razón no les falte. 49 En soledad, de la noche amparado en el silencio, se queda solo el poeta elucubrando sus versos. Cual la fragua de Vulcano se ilumina su cerebro y del corazón le brotan, despacio, los sentimientos. Ya no escribe como antaño como un rayo y tan certero. Su pluma no va deprisa, su caminar es más lento. Tiene tanto verso escrito que es difícil tema nuevo hallar para sus poemas. ¡Torna siempre a sus recuerdos! Y en ellos se regodea al contemplar aquel tiempo en que su mente fue joven, ahora que empieza a ser viejo. Se han acallado los coches, 50 nada se escucha y el cielo desde su rincón no observa pues que se lo impide el techo. Pero no llueve, ha cesado. Eso sí es sencillo verlo. No caen las gotas de agua y el piso se encuentra seco. Mañana será otro día, otra etapa da comienzo; tiene pronto que acostarse, pero se encuentra sin sueño. Ha preparado sus ropas. ¿Lloverá, sólo hará fresco? Por si acaso, un buen paraguas aunque llevarlo es molesto. Y a vivir nueva aventura, a sortear contratiempos. La vida no es nada fácil, pese a que parezca serlo. Se le pasarán las horas entre ronquidos, durmiendo; pero, mientras, un romance ha brotado de sus dedos. El objetivo ha cumplido 51 por encontrarse despierto y es que el que duerme no escribe, deja el trabajo incompleto. 52 Estoy bastante aburrido de la que me vino encima: De una parte, un matrimonio; por otro lado, mi hija. Me encontraba muy a gusto con mi existencia tranquila. Que es lo que ya pide uno cuando se acaba la vida. Y de repente me inundan la casa y hasta la silla casi de golpe me arrancan, estando yo de ella encima. ¡Por Dios, dejadme tranquilo! Permitidme que os lo diga. Pero me estáis dando guerra con vuestras viejas rencillas. Y como un día me canse, como escuche yo otra riña, a los tres juro que os pongo, en la calle de patitas. Que ya sólo quiero calma, tranquilidad y alegría por forjar un buen poema o al mus ganar. Que es gran dicha. 53 El hijo que en tus entrañas dices llevar nieto es mío y, como tal, yo te juro todo mi amor y mi asilo. Pero al que llamas su padre, y dices ser tu marido, a ése no quiero ni verlo. ¡Jamás le tendré por hijo! Que un hombre ha de ser valiente y, si supo hacer un niño, dar la cara con el riesgo se la rompa en mil añicos. Aunque yo no tengo dudas de que todo lo has urdido y él pueda ser inocente, pero su ardor satisfizo. El que la hiciera, la pague como yo mis desatinos; que hoy bastante me arrepiento de mi error. Soy comprensivo, pues soy hombre al fin y al cabo, mas no me vengan con timos. 54 Si pagué por mis errores justo es que él haga lo mismo. No es venganza por mi parte, es lo mandado y lo digno. Que trabaje como todos, con gran fuerza y con ahínco, como yo cuando fui joven y no perdí los anillos. Si no hay trabajo, lo siento, no he dado yo los motivos. Que se marche donde quiera y que me deje tranquilo. Retorne para sus lares, pues no sé para qué vino. Por su bebé que no sufra en tanto que yo esté vivo, que no ha de faltarle nada aunque tenga que pedirlo. Seré viejo, pero aún puedo educar a ese chiquillo. Si he de quitar de mi boca alimentos y caprichos no tenga pena por ello, pues me sobran muchos kilos. 55 Es la verdad y, por tanto, como lo pienso lo digo. ¡Lo juro y mi juramento es por las llagas de Cristo! 56 Pensé que se me tendría en cuenta mi gesto noble… ¡A saber lo que habrán dicho!, aunque mucho no me importe. ¿Amigos? Bella palabra, la más hermosa del orbe, que se dice a la ligera sin que su valor se cobre. Pero luego, cuando buscas al amigo en cuyo nombre te batiste no lo encuentras. Puede estar Dios sabe dónde. 57 Pensaba que, por ser viejo, la lección ya conocía; mas, tengo claro, se aprende un poco todos los días. Por eso al cabo del tiempo, casi al final de su vida, llega a sabio hasta el más torpe a costa de zancadillas. ¿Amigos dicen? ¡Son falsos amigos de pacotilla que buscan su beneficio y los favores olvidan! Cada cual a su tarea, aunque digan lo que digan. Lo que importa es medrar mucho, tener honor no se estila. 58 Ha venido esta noche a mi memoria, no comprendo el motivo ni la causa, una tarde pasada en El Retiro empuñando los remos de una barca. Una joven enfrente, una chiquilla, no recuerdo ni cómo era su cara; me parece era rubia, más lo dudo, mi memoria comienza a ser ya flaca. Además han pasado muchos años, muchos remos surcaron esas aguas; ha llovido lo suyo, aquel flequillo que lucía es ahora ya una calva. ¿Y su nombre cuál era? ¡Sí me acuerdo! Aún mi mente no llega a estar tan mala. Puede ser que el primer verso escribiera a esa moza tan bella y tan chulapa. Dejé quietos los remos un instante y sus manos tomé, tan delicadas, acercando mis labios a los suyos… ¡Mi primer beso fue aquél el que le daba! 59 La mañana siguiente, de improviso, recibí de un amigo una llamada; era quien me la había presentado y, según me contó, todo era guasa. Que si había un chaval con quien salía a quien quiso encelar, que era una falsa. Me contaba una historia de amoríos, no entendí la mitad de sus palabras. Esa tarde bajé de la academia, era día de canto y había un aria que por más que aprendérmela quería no acertaba con dar la nota exacta. Y en la calle la vi, sola, esperando. Se acercó y me pidió la perdonara. No supe qué decirle, le di un beso y marché con la mente en la romanza. ¿Qué habrá sido de aquella madrileña? ¡A saber lo que fue de esa muchacha! Lo que tengo muy clara es una cosa: ¡Que si yo hoy estoy calvo, peina canas! 60 Pensar en lo anterior de poco sirve, soñar en un futuro es utopía. Mejor abandonarse, no hacer nada, morir que proseguir con esta vida. Me indican continúe mi tarea… ¿De qué me servirá, si aunque prosiga me encuentro dolorido, insatisfecho por mucho que mil versos más escriba? Cansado de sufrir tantos disgustos me llega a la vejez esta puntilla… ¡Si hallase una mujer que comprendiese aquello que este cuerpo necesita! Que el alma con su Dios se reconforta, la piel es la que sufre y las rencillas no obtienen curación con oraciones por más que mucho rece y muy deprisa. Cercano está el final, ya lo presiento, a menos que un amor me dé energías. ¿Posible aún ha de ser que me levante? Seguro si me brindas tus caricias. 61 En tanto compite el mundo en paz unas Olimpiadas ruge en las tierras de Siria el fragor de la batalla. Tiempos de paz fueron siempre, la tregua se concordaba, los guerreros deponían por unos días sus armas. Pero aquello fue en la Historia, en épocas ya pasadas. Hoy en día se combate y nadie la muerte para. ¡Felices tiempos aquellos perdidos en la distancia de los siglos! Siempre el hombre con su semejante acaba. ¿Tendremos paz algún día? ¿Solamente unas semanas? Cainitas eternamente, nunca estaremos en calma. Mucha música y desfiles en Londres, mucha charanga. 62 Mientras, en tierras de Media, los cañones no se acallan. Con frecuencia me pregunto cuándo será la mañana que despierte y que la radio malas noticias no traiga. Un sueño, quizás, de locos. Quimera engañosa y falsa, pero que ansío se cumpla. ¡Una puerta a la esperanza! 63 ¡Y parece que fue ayer cuando viajé hasta Sevilla! El AVE más que volaba, igual que las ansias mías. Pasé las horas fumando como si el alma, intranquila, fuera a calmarse con eso por más que la nicotina dicen que templa los nervios. ¿Será verdad o mentira? Raudas pasaron las horas, el tiempo pasó deprisa, pero lentos los minutos incluso me parecían. Por fin reposó la marcha, el tren anduvo sin prisas, porque a la vista ya estaba la perla de Andalucía. Del resto ya ni me acuerdo, pues cuando quieres olvidas lo que nos hizo gran daño, cuanto nos hirió en la vida. Hoy se cumplen doce años, 64 no serás aquella niña que me pareciste entonces, delgada y tan menudita. Seguro que peinas canas, entonces te aparecían; mi bigote hoy nace blanco, como blanca es mi perilla. Comienzo a sentirme viejo y, en esta vejez, tranquilas van transcurriendo mis horas recordando mi desdicha. 65 ¡Luto y tragedia en la noche en tierras de Cataluña! Las llamas todo lo abrasan, el fuego la sombra alumbra. Corre la gente, pidiendo de cualquier sitio la ayuda. Para apagar el incendio toda mi España se junta. ¡Bomberos de todas partes, soldados de la otra punta de la Nación van unidos y contra la muerte luchan! Por una vez el idioma nada importa, allí no hay dudas: Todos se juegan la vida con tal de que nadie sufra. Luego querrán separarnos, la Política es muy suya, mas esta noche terrible codo con codo se suda. Y allí, juntos, todos bregan unidos, nadie se escuda en torpes separatismos 66 porque de todos es culpa. No sirven los subterfugios, ninguno se da a la fuga. Derrochan valor a espuertas, ¡esta noche España es una! 67 ¿Por qué sufrir con historias del ayer, ya tan lejanas? Que cuente lo que ella quiera, si es que goza al recordarlas. No hay que olvidar que está loca, que su cabeza es insana; si así disfruta, la pobre, dejemos que se distraiga. ¿Que va diciendo? ¡Que diga cuanto, y más, le venga en gana! Si que es mentira se sabe, si nadie cree en sus palabras pues fruto son de locura o de mujer despechada. ¿Quiso tenerme y no pudo? ¡A mí me ocurrió con tantas! Pero por ello no tildo a ninguna de ser falsa. Las olvidé en su momento, no las perseguí con saña; las dejé marchar tranquilas, vivir sus vidas en calma. 68 Pero, claro, yo estoy cuerdo, no sufro esas grandes ansias que atormentan su cerebro como si fueran fantasmas. En fin, que la compadezco, que de verdad me da lástima. Olvidaré sus insultos igual que olvidé su cara. Mi estirpe es de caballero y mis blasones sin tacha. Puede decir lo que quiera que no ha de alterar mi fama. ¡Pobre loca, que en sus sueños va difamando! Esa infamia puede a su vez en su contra volverse, por insensata. 69 ¡Cómo se pasan los años sin apenas darnos cuenta! ¡Cómo transcurre la vida como transcurre una escena! Dicen que pasa la vida en un suspiro y es cierta esta razón que aseguran. Las horas no pasan, vuelan. Recuerdo mis diecisiete, mis ilusiones inquietas. Hoy de los sesenta y seis ya he cruzado la barrera. ¿Y ahora qué? ¡Vaya pregunta difícil y sin respuesta! A vivir lo más tranquilo que con mis ánimos pueda. Me queda mucho trabajo, mi obra no está aún completa. Mas siento muy pocas ganas de proseguir la tarea. ¿Para qué si será en balde, si no ha de quedar ni huella, 70 de tantos versos escritos ni de mis cinco novelas? El polvo volverá al polvo y, aunque me encuentro con fuerzas, sé que será todo inútil: ¡Nunca alcanzaré la meta! 71 Hay cosas en esta vida que no las puedo aguantar: Los puyazos por la espalda, mientras fingen su amistad. Debo ser un bicho raro, seguro que así será; pero las cosas de cara, que por la espalda están mal. Aunque me exijan que cambie conseguirlo no podrán. Que me compre quien me entienda y quien no déjeme en paz. Que no me busquen querellas con ansioso y torpe afán, que el que me busca me encuentra. Todo está dicho y no hay más. 72 Verdes se elevan las copas de los olmos de mi calle. Igual que cuando fui joven, lo mismo que cuando falte. No dejarán de ser verdes el día que yo me marche, pues todas las primaveras volverán al cielo a alzarse. Siendo solamente un niño las vio verdes ya mi padre y mi nieto habrá de verlas del mismo color brillante. Y los hijos de sus hijos, hasta que el mundo se acabe; salvo que el árbol se seque, que puede suceder antes. Pero, mientras, casi llegan hasta la vista a taparme. Esas ramas tan frondosas no me dejan ver a nadie, ni me permiten la Luna vislumbrar un solo instante. 73 Un día, no muy lejano, de menos habré de echarles. Pero esa fecha Dios quiera que en llegar mil años tarde. 74 Un cojo y un mentiroso echaron una carrera. A ver si alguno adivina quien antes llegó a la meta. Todos pensarán que el cojo no pudo ser, pues cojea. Mas cortas tiene las patas el mentir, ténganlo en cuenta. Así que les aconsejo sopesen bien su respuesta y recuerden ese dicho tan conocido en mi tierra: Antes se agarra, aseguran, al que miente y cosa es cierta. Pues el cojo, aunque ande lento, puede ser difícil presa. 75 Vela en la noche el poeta sin pensar en el futuro. La noche es su compañera, por eso nada ve oscuro. Torpe tiene la cabeza, como nublada la siente. Por más que quiere no piensa, nada le viene a la mente. ¿Dónde marcharon los días en que la Musa, su amante, a visitarle venía de forma fiel y constante? Se fueron y ya no tornan, es inútil que lo pida. Todo acaba de igual forma, como se acaba la vida. Ayer catorce sonetos escritos a toda prisa. Hoy apenas unos versos… ¡Para morirse de risa! Y a chufla debe tomarlo 76 si quiere andar su camino Dios sabe hasta dónde. Y cuándo ha de llegar a destino. En tanto, viejas historias recuerda de su pasado. Unas de grata memoria, otras que fueron pecado. Mas si pecó por amores, ¿a quién demonios le importa? Ésas son sus conclusiones. Total, ¡la vida es muy corta! 77 Autorretrato Cada cual sabe su historia, sabe cada cual sus cuentas; en qué malgasta su tiempo, cómo llena su despensa. A nadie jamás le pido que me cuente sus vivencias, las mías y de a quien amo a mí sólo me interesan. A ninguno tengo envidia por más dinero que tenga, pues tengo mi Poesía y mujeres que me quieran. Que no es más rico quien tiene sus arcas del Banco llenas mas la salud en un brete y el alma triste y enferma. Yo canto en el desayuno, en la comida y la cena; no me falta una sonrisa 78 ni una mujer con quien duerma. ¿Qué más riquezas pretendo, si además forjo poemas? Con ellos busco la gloria, no que me elogien ni lean. Tan sólo existe una cosa que a faltar echo de veras: Mi juventud. Que he perdido y es imposible que vuelva. Pero prosigo cantando mis canciones por la senda que me ha marcado el Destino. Mi Dios sabrá adónde lleva. Que Ése sí puede exigirme, pues que me dio la existencia. A los demás nada debo, no me gusta tener deudas. Ya que no tengo ninguna que a cobrármelas no vengan, pues si vacíos viniesen vacíos se irán de vuelta. Español y castellano, madrileño por más señas; 79 nunca engaño y nunca miento, no soy hombre de peleas. Para aquellos que me amen mi mano siempre está abierta, sepa el que venga de malas que quien me busca me encuentra. Siempre he sido un fiel amigo del que me quiso de veras. La lealtad va grabada en mi escudo y en mi emblema. Pero a aquél que busca broncas, y sin causa me detesta, bien presto le tomo el guante si es que se atreve y me reta. Nunca perdí un desafío y bien raro es que lo pierda si es que la razón me asiste y mi Dios me brinda fuerzas. Son mis blasones, señores, la honradez y la entereza; si alguno lo pone en duda podemos hacer la prueba. Que no me compra el dinero 80 ni la codicia me tienta, pues es noble y española la sangre que hay en mis venas. La más brava de mi España: Gaditana y extremeña. Mitad, del Madrid castizo y la restante manchega. Con esto está dicho todo. ¡Que me compre quien me entienda! Mas tengan las cosas claras: ¡Mi honor no se encuentra en venta! 81 Si me preguntan en dónde puede estar mi amor de antaño responderé que lo ignoro y que prefiero ignorarlo. Pues un amor como el suyo, tan dulce mas tan amargo, es mejor que lo perdiera y está mejor olvidado. Le deseo mucha suerte, que no se lleve un mal trago, que disfrute de la dicha del amor en otros brazos. No guardo rencor alguno aunque me hiciera el agravio de decir que le mentía pues mi cariño era falso. ¿No me creyó? Es su problema. A otros les hizo más caso. Quizás no fui convincente o le engañaron mis actos. ¡Mujer que me abandonaste como a un perro su vil amo, los celos son perniciosos 82 y hasta mata su arrebato! Donde estés, vive tranquila. ¡No me recuerdes ni un tanto pues yo olvidé, con esfuerzo, hasta el sabor de tus labios! 83 Parece que no estoy bien, que no me encuentro muy sano, y la Musa compasiva ya no se acerca a mi lado. Es la falta de objetivos, de dinero estar escaso, subsistir como una sombra sin los vigores de antaño. O que me sobran los quilos… No lo sé, mas sé de casos de quienes mueren en vida y no puedo soportarlo. Inactividad a tope, pues si camino me canso. No practico cual debiera y por eso tan mal hablo. Se me ha pasado la vida en un suspiro y, soñando, a la postre nada tengo y dependo de otras manos. ¡Yo que siempre lo di todo, amor, cariño y regalos y ya no me queda nada, ni aun el afán literario! 84 ¿Para qué? Si sé de sobra que no pisaré el Parnaso. Que mis versos en la Historia no han de dejar ningún rastro. Una pregunta una amiga hízome más que indiscreta. No supe si responderle o enviarla a hacer puñetas. Pues hay hechos en la vida que recordarlos no petan, secretos de la persona que mejor no se recuerdan. A más, que a nadie mis cosas muy poquito le interesan. Intimidad que tan sólo ante un cura se confiesa. Y ella no es un sacerdote, al menos que yo lo sepa. Son ganas de saber mucho, mejor no darle respuesta. 85 Todo en la noche es silencio, hasta ha callado el fagot del músico que lo toca de unas monedas en pos. Piensa el poeta, en las sombras, cuando oculto se halla el Sol. Recuerda tiempos pasados, donde todo fue mejor. Sobre todo, por ser joven, presumido y fanfarrón. Hoy sólo queda el recuerdo de una historia que ocurrió. Los años fueron pasando con el tic –tac del reloj Y así, sin darse ni cuenta, a sus sueños dijo adiós. Parece como si el tiempo, en su caminar veloz, tramara junto a la muerte un misterioso complot. 86 Llegaste tarde a mi vida porque lo dispuso el sino. Yo me até de otras cadenas y tú encontraste marido. Las cosas son como son, como la vida las quiso y es que el Destino del hombre de antemano se halla escrito. Nos dicen que somos libres, que gozamos de albedrío, mas nuestros pasos nos llevan por ya marcados caminos. Hoy en día vives sola, mientras yo solo no vivo. Todo sucede por algo, aunque el porqué no me explico. ¿Me pueden dar la razón? ¿Por qué el Hado no es benigno? ¡Caprichos de la Fortuna, desconocidos designios! 87 Se ha muerto mi gata Luna, esta noche es el entierro. Al cubo de la basura, ¡que paga el Ayuntamiento! Qué más quisiera que darte un noble y digno sepelio… Lo lamento, Luna mía, pero no tengo dinero. Además, te lo di todo mientras estabas viviendo. Hoy poco importa el destino una vez que ya te has muerto. Te di mi cariño en vida, mis caricias y mis besos. No tiene más importancia lo que ocurra con tu cuerpo. Terminó la dinastía que comenzara con Héctor, Juli, Thais y tantos otros. ¡Se acabó Villa Jaleo! Un día no muy lejano ha de acabarse mi tiempo. Que me den amor ahora. 88 Después, si acaso, un recuerdo. Esta noche no viniste… ¡A saber dónde estarás! Bailando con una amiga o abrazada a tu galán. Y yo aquí las horas muertas esperando… ¡Voto a tal! Preocupado e intranquilo, que algo te pudo pasar. ¡Dios no lo quiera! Más pienso que estás viviendo el amor del que me hablaste aquel día. Y he de darte la razón: Porque media, aunque no quiera, un abismo entre los dos. De nada sirve quejarme y, además, perdí la voz. Hoy mis cánticos no suenan. Esta historia se acabó. 89 Recordando antiguos tiempos hemos pasado la tarde. ¡Risas que arrancan del alma el viejo y pesado lastre de tanto rencor remoto que nos condujo al desastre! ¡Cómo han pasado los años de juventud y de alardes, aunque aún alguien se jacta como antaño o más si cabe! El caso es que ha habido risas y con las risas no hay nadie que no se sienta contento, aunque luego nada cambie: Cada cual vuelve a su casa, a sus problemas que él sabe, y los resuelve si puede. Si no puede, a fastidiarse. 90 En mi parroquia está todo la mar de bien ordenado: Tres mendigos en la puerta y el “jefe” a todos mandando. Si un infeliz intentase unirse a tan vil cotarro cuatro guantazos le daban, que allí sólo manda el capo. Le he preguntado, así, en broma que cómo andaba el trabajo. Se ha quedado sorprendido al pronto mas, sin embargo, me ha dicho que si la crisis también afecta al cristiano. Hemos seguido la chanza: - ¿Y qué tal los empleados? Procure no despedirlos, que estos van al Sindicato.-. Y es que es verdad que una mafia parece aquello y el párroco no sé cómo lo consiente. ¡Es que no quiero pensarlo! 91 Pues si no saca tajada digo yo que saca un algo. O teme, todo es posible, le peguen un navajazo. Que es sólo un hombre corriente, sin ser ni un mártir ni un santo. ¿Yo echarles una moneda? ¡Anda y que les den por saco! Limosna le daré a un pobre, no al mafioso de mi barrio. 92 Espero que cuando crezcas alguien acierte a decirte que fue un poeta tu abuelo, el que esta noche te escribe. También te dirán, sin duda, que fue un loco de cuidado. Atención nunca les prestes, fui memo pero no tanto. Viví la vida a mi modo, equivocado sin duda; pero te digo, mi niño, que así mucho se disfruta. Hice locuras sin freno, fui amigo de hacer favores; pero siempre fui un señor, aun errando en ocasiones. No fui Lope ni Quevedo, mas les anduve a la zaga. Aunque no pase a la Historia mis versos no fueron paja. Así que diles bien alto que tu abuelo fue un poeta que si no alcanzó la gloria 93 no fue porque no quisiera. Y presume de mis versos leyéndolos al oído de la moza que te guste, por la que sientas capricho. 94 El tiempo se lleva todo y en su correr los recuerdos. Hasta el cariño más firme, hasta los más dulces besos. Convierte todo en mentiras, en falsos los juramentos. Y es que el hombre mismo cambia, yo no soy el de otros tiempos. Ya no me gusta la juerga. por no beber, ya no bebo; pienso de distinta forma, acostumbro a dar consejos. ¡Cómo se pasa la vida, cómo transcurre corriendo! Hace poco que era un crío y de repente soy viejo. ¡Amores que se acabaron, cariños que se perdieron! Palabras fueron, tan sólo, que marcharon con el viento. Mas no pretendo estar triste, melancólico ni histérico. Prefiero, por estar vivo, sentirme muy satisfecho. 95 ¡Qué tristeza que he sentido cuando te he dicho mis males y te has quedado en silencio como si no te importasen. ¿Y tú me quisiste un día? ¡Pues bien pronto me olvidaste! Ya ni siquiera un amigo me juzgas. Es lamentable recordar lo que te quise, cómo lloré por tu padre cual se tratase del mío… ¡Anda ya, no seas malaje! Tuve suerte, me doy cuenta, de que pronto me dejases. Junto a ti vivir la vida hubiera sido un desastre. ¿Y tú tu vida me diste? Poco la mía te vale cuando no me dices nada al saber que tengo un cáncer. Ni una lágrima siquiera… Como si pasara el aire y se tratara de otro, no de quien llegó a adorarte. 96 Así se acaba la historia de un amor que se fue al traste por tu cabeza alocada y por ser yo tan cobarde. ¡Pensar que un día te quise como no he querido a nadie! ¡Anda ya y vete al Infierno que es tu sitio, que en él arden las brujas de tu calaña! ¡Qué triste escribo esta frase..! Porque a la postre tú has sido sólo un pedazo de carne de la que obtuve placeres: ¡Eso es todo lo que vales! Rompiste tu matrimonio, el mío casi lo partes. Y aquél de mi sustituto… ¡Ése sí supo burlarse! Pues te dejó en la estacada, o tal vez tú le dejases cuando te sacó el dinero para marchar con su amante. ¡Ten mucha suerte en la vida, que muy a gusto la pases! 97 Es mi epitafio a un recuerdo del cual hoy pude librarme. 98 Por mis calles vaga un hombre que yo diría que es negro. Ignoro si es de color o está de roña cubierto. Anda pidiendo limosna, da miedo nada más verlo y lleva los pies descalzos en verano y en invierno. La gente se le retira, está sucio y harapiento. Lleva un abrigo raído, y unos harapos por dentro. Una palabra tan sólo pronuncia, como en un rezo: - Comida -, dice, alargando un vaso en su brazo diestro. Pero la gente le evita, no quiere con él encuentros. Es que ya digo, y no es broma, que no sabes qué es “aquello”. ¿Un hombre o es un fantasma, una gárgola, un espectro? Ya le he visto varias veces 99 y en verdad le compadezco. Esta tarde una moneda en el sucio vaso he puesto. Ha abierto sus grandes ojos y “gracias” me ha dicho quedo. Ahora que ya es de noche recapacitando pienso en qué lances de la vida se puede haber visto envuelto. Y puedo jurar, de fijo, que de verdad me arrepiento del temor que me ha infundido. Al pensarlo me avergüenzo. ¡Es un hombre, una persona, que no debió darme miedo! Pero no pude evitarlo, fue superior a mis nervios. También murió Jesucristo por salvarle, eso es un hecho. ¡Por Dios, qué cobardes somos y por justos nos tenemos! 100 No busques por la mañana lo que en la noche se encuentra. Por las mañanas, trabajo; para la noche, las juergas. Poco madruga el pecado, aunque a veces te despiertas con los recuerdos nocturnos y sin darte cuenta pecas. Van transcurriendo las horas. ¿Mediodía? Una paella. Y acaso, puede que peques nuevamente en una siesta. Pero eso es cosa de mozos o aún de maduros, mas llega con la vejez un momento que en lugar de pecar rezas. Y que nadie me presuma porque lo sé a ciencia cierta. En otras cosas me ganan, en ésta tengo experiencia. A quien diga lo contrario le pido que no me mienta, Que se acaban los cartuchos y te falla la escopeta. 101 Entonces tomas la vida de otra singular manera: Más tranquila y relajada, con más calma y más paciencia. Queda mucho por delante si Dios quiere. Habrá poemas por escribir y lecturas que ayer te dejaste a medias. Música que no escuchaste por ir siempre a toda mecha y hasta podrías contar tu vida en una novela. Lo importante, estar a gusto; gozar la vida, que es bella, y cuando arribe la Parca… ¡Pues con ella a hacer puñetas! 102 Ha venido esta noche a mi memoria, no comprendo el porqué ni por qué causa una tarde pasada en El Retiro, empuñando los remos de una barca. Una joven enfrente, una chiquilla, no recuerdo ni cómo era su cara; me parece era rubia, mas lo dudo, pues mi mente enflaquece al evocarla. Además han pasado muchos años, muchos remos surcaron esas aguas; ha llovido lo suyo y mi cabeza, que lucía cabello, ya está calva. ¿Y su nombre cuál era? ¡Sí me acuerdo! Mi memoria no llega a ser tan mala. Puede ser que el primer verso escribiera a esa moza tan bella y tan chulapa. Dejé quietos los remos un instante y sus manos tomé, tan delicadas, acercando mis labios a los suyos… ¡Mi primer beso fue que a nadie daba! La mañana siguiente, de improviso, recibí de un amigo una llamada; Era quien me la había presentado y, según me contó, todo era guasa. 103 Que si había un chaval con quien salía a quien quiso encelar, que era una falsa. De su historia de celos y amoríos, no entendí la mitad de las palabras. Esa tarde bajé de la academia, era día de canto y en un aria que por más que aprendérmela quería no acertaba con dar la nota exacta. Y en la calle la vi, sola, esperando. Se acercó y me pidió la perdonara. Qué decirle no supe, le di un beso y marché con la mente en la romanza. ¿Qué habrá sido de aquella madrileña? ¡A saber lo que fue de esa muchacha! La que tengo muy clara es una cosa: Que estoy calvo, lo sé… ¡Y ella con canas! 104 He pasado en mi vida mil angustias por mi modo de ser aventurero y aunque tuve temor en ocasiones lo calmé comentándolas en verso. Ha llegado el instante decisivo, de luchar contra el mal es el momento; rostro altivo y los dientes apretados, lo que tenga que ser ya está dispuesto. En mis venas hay sangre castellana, la que supo domar al mundo entero. Vencedora y triunfante en mil combates y en mil lides de amor, inmune al riesgo. Pese a todo, soy hombre y, por lo tanto, de enfrentarme a la muerte tengo miedo; pero no por morir, que eso es preciso, es más bien al dolor a lo que temo. Cuando llegue la Parca, a Dios le invoco que me llegue tranquila y en silencio: Indolora, sin grandes alborotos; si es posible, que sea mientras duermo. Y acogido a su Amor y su Indulgencia en Sus brazos seguro que despierto. 105 Mujeres que me quisieron, mujeres que me olvidaron; mujeres que forman parte, quiera o no, de mi pasado… Mujeres a las que quise, mujeres en cuyos labios puse mis besos con ansia y que estreché entre mis brazos… Recuerdo cuando gozaba sus caricias, sus encantos, escuchando sus gemidos y hasta de placer su llanto. ¡Tiempos dichosos aquellos, tiempos que ya se pasaron, de los que guardo el recuerdo porque no puedo olvidarlo! Hoy, hundido en la tristeza, me alegro de recordarlos pues se ilumina mi mente aunque ya estén tan lejanos. Son recuerdos de mi vida, fantasmas que hay en mi almario; 106 que, tras surgir de repente, luego tornan al letargo. Que me querías, dijiste… ¡Bien me mentiste, mujer! Te voy a dar un consejo: ¡Nunca mientas otra vez! Pues puede existir alguno, vaya Dios a saber quién, que no se lo tome a broma como yo que, ya me ves, me ha dado la risa floja y hasta tu deuda olvidé. Hay temas más importantes que el dinero. El mayor es mi salud y ni siquiera me has preguntado. Eso es cruel. A una mujer que así actúa nadie le llama de usted. 107 Si de mí dependiera estar alegre bien contento sin duda lo estaría, Pero existen mil cosas que lo impiden, la peor de entre todas es la envidia. Pues suponen que haber escrito un verso sin cabeza ni pies y sin medida les convierte en poetas de primera, cuando son solamente camorristas. No me tengo por Lope ni Cervantes, mas gran obra poseo que está escrita en mis noches en vela, en mis mañanas y en mis tardes eternas y aburridas. Es por ello que digo a esos ilusos, que el elogio con ansia necesitan, que primero se tornen en personas y, tras algo aprender, que luego escriban. 108 A veces juega el Destino al hombre malas pasadas: Aquella en la cual más fías es la que luego te engaña. Muchas palabras amables, muchos besos… Todo es farsa. Pues quien juró amor eterno no cumplió con su palabra. Tengo ya mucha experiencia, me mintieron muchas faldas. y, a pesar de las lecciones, de aprender no tengo ganas. Dirán que soy malpensado, me pondrán excusas vagas; que sucedió un imprevisto, algo que nadie esperaba. Al final, todo mentira, todo cuento y todo falsas afirmaciones. Engaños que no conducen a nada. Así que nadie me culpe si sospecho que son malas: Soy como me hicieron serlo, 109 ni más ni menos canalla. Hoy me han dicho que se ha muerto el mendigo de mi esquina. Muy enfermo, últimamente, en verdad se le veía. Fue víctima de la droga, ese mal de nuestros días, pero luchó hasta vencerla y supo enmendar su vida. ¡Mas sus secuelas fatales..! Ésas, por más que nos digan, pasan su factura siempre hasta que el saldo liquidan. Ayer pedía limosna, hoy yacerá no sé dónde; en un ataúd metido, seguro que no de roble. Que hasta en la muerte hay distancias, pues que no entierran a un pobre lo mismo que a un poderoso; aunque, ya muertos, no importe. Pues da igual que la cabeza 110 lienzos y sedas soporten que arpillera, pues no pienso en que el cadáver lo note. En Nochebuena, recuerdo, quise invitarle a mi mesa. Mas no aceptó. ¿Tuvo miedo o, quizás, le dio vergüenza de venir con sus harapos a fastidiarnos la cena? ¡Ni que fuéramos marqueses de la más rancia nobleza! Yo quise, de muy buen grado, disfrutar con su presencia. Pues alegra mucho al alma ver a la gente contenta. El caso es que hoy está muerto y ya le cubre la tierra. Fue en esta vida mendigo, ¡rico ha de ser en la eterna! 111 La huerta esta desolada, la tierra tembló con furia, hay llanto y sangre mezclados en el terruño de Murcia. Ya no cantan los huertanos sus parrandas, pues la angustia las gargantas ha acallado; dejándolas mudas, mustias. Transcurre el Guadalentín sin que ría una murciana. Lloran de dolor los hombres, doblan tristes las campanas como un cántico a la muerte, con un son que al alma espanta, estruendo que sobrecoge, dando fin a la esperanza. Pero no importa, que pronto darán flores los naranjos. Y otra vez a la pelea… ¡Despierta, noble murciano, porque la vida prosigue, 112 debes volver al trabajo! Los muertos serán abono fértil de tus ricos campos. De nuevo el Sol en los cielos dará la vida a tus huertas, habrá risas nuevamente, pronto olvidarás tu pena. Que a un pueblo que es valeroso el dolor no le domeña. ¡Arriba, Murcia, y al mundo demuéstrale tu entereza! 113 Los verdaderos amigos No abundan en este mundo. ¡Muchas felicitaciones…! Cada cual, luego, a lo suyo. Me parece que hice el primo, mas por hacerlo no sufro; lo importante es mi conciencia, que esté tranquila y muy mucho. Lo demás de nada vale si a tu espalda oyes murmullos, decires de malas gentes, gestos de patanes sucios, calumnias de quien no sabe la O ni hacer con un canuto, pero que ansía la fama. Cosa a la cual yo renuncio. Todos saben lo que buscan, también yo sé lo que busco: Tranquilo, vivir la vida, sin sobresaltos ni sustos. Lo demás lo cedo a quienes, sin el menor disimulo, consiguen cuanto desean 114 sin rubor y sin escrúpulos. Si no llamas vino al vino y al pan no le llamas pan no me exijas que te crea, porque no lo lograrás. Mucha charla y más excusas, todo engaño y falsedad. Te he calado y te lo digo: Quieres ser el mandamás. ¡Palabras grandilocuentes de quien habla por hablar! ¿Que somos todos iguales? ¡Pues trabajemos igual! Lo demás me suena a cuento, como aquél de Alí Babá. Y soy muy mayor, amigo, muy pocos ya me la dan; no soy más listo que nadie, son ventajas de la edad. Pues ya sabes que al Diablo no llaman sabio por tal, sino por ser ya muy viejo… ¡Cuán cierto es ese refrán! 115 Recuérdame que te diga, otra tarde que me veas, que te dejes de sandeces, de idioteces y monsergas. ¡Pues mira que eres pelmaza..! Será que te has hecho vieja. No dices más que rutinas para que un tonto las lea. Que sí, que te quise mucho, ve contándolo a quien quieras; mas déjame ya tranquilo, no quiero saber tus penas. Y no difames a nadie, pues ésa sí es cosa fea. No apuñales por la espalda en cuanto se den la vuelta. Deja tranquila a la gente, no la enredes con sospechas ni habladurías; que, al cabo, a ninguno le interesan. Vive en tu jaula dorada, sé feliz y no des guerra; 116 que si no pueden mandarte, si insistes, donde convenga. No sueñes con ganar la Lotería, trabaja y ganarás una fortuna. Dinero que te llega alegremente, igual que vino a ti pronto se esfuma. Debiera aconsejar no de esta guisa viviendo como vivo yo del juego, mas siempre fui leal con mi conciencia y debo de prestar este consejo. La suerte y el azar son caprichosas, lo mismo que un infante de travieso; volubles, traicioneras, no seguras. Más vale que te ciñas al esfuerzo. Si escuchas mis palabras, fía en ellas. Yo vendo Lotería y estoy harto de a todos desear que tengan suerte, sabiendo que no puede darse el caso. 117 Sí me asusta morir, lo reconozco. El pasar a ser nada en un momento. Porque nadie ha venido a relatarme que hay un Dios, que es verdad que existe un Cielo. Y esa duda persiste desde siempre, nadie sabe si es falso o si eso es cierto. Sólo queda la fe y ése es el cabo al que todos se aferran, sólo a eso. Siempre ha sido el consuelo de los hombres, amarráronse a él nuestros abuelos. Mas si existe después otra existencia eso es cosa que nunca lo sabremos hasta el día, fatal, en que nos llegue el momento preciso de saberlo. ¿Naceremos, quizás, a nueva vida? ¿Yaceremos, por siempre, en el silencio? Es la muerte, sin duda, aunque en Dios creas un enigma terrible, un gran misterio. Solamente pensar que habrá un mañana en que, tras nuestra muerte, habrá otro tiempo es la idea que aviva nuestras fuerzas, la que alienta y da vida a nuestros sueños. 118 Recuerdo un beso de amor en un hotel de Sevilla… ¡Hermosos aquellos tiempos, qué bello que fue aquel día! Otros me dieron después otras bocas femeninas. Verdad es que no sé cuántos, mas mi mente aquél no olvida. ¿Qué podrá de ti haber sido? ¡Qué más da si ya tranquila tengo el alma y ya no sufro en mis sueños pesadillas. Pero saber sí quisiera cómo transcurre tu vida, en qué brazos te acurrucas, a quién con tus besos mimas. Y no es que sufra de celos ni me atosigue la envidia. Es curiosidad malsana, otra idiotez de las mías. ¿Para qué quiero saberlo, si el tiempo, que raudo gira, convierte el amor en nada y las brasas en cenizas? 119 El romance es mi estrofa predilecta aunque todos me llamen sonetista, pero fluye mi pluma más fecunda en romance que en otras en que escriba. Mis mejores poemas, comprobado, son de rima asonante. Y la medida son las once, por más que con las ocho mi balada mejor quedase escrita. Aquel canto a Granada dedicado, lo mejor que quizá firmé en mi vida, bien demuestra que es cierto cuanto afirmo. Los demás poco importa lo que digan. Aunque bien es verdad que mis sonetos también pueden gustar y es más prolija la cosecha que tengo, pues son muchos. Hay algunos que sí, cierto es que brillan. Una vez escribí, fueron catorce los escritos por mí en sólo un día, mas me sigue agradando la asonancia y no piensen que fácil es tal rima. Más difícil será la consonante, es cuestión que no pienso discutirla. Todo tiene su enjundia al resolverlo. 120 ¿La manera mejor? La más sencilla. Todo pudiera comprar si es que tuviese dinero. Todo, menos una cosa: ¡No puedo comprar el tiempo! Que todo el oro del mundo no logra tornar al viejo en el mozo que fue antaño, cuando era joven y apuesto. Podrá comprarse el amor, aunque digan que no es cierto, y - de seguro - se compran amigos, cariño, sexo, mansiones, placeres, joyas, los más caros alimentos; hasta la salud remedia pagando mejores médicos. Pero parar un minuto y dejar el reloj quieto… ¡Ni aunque a Satanás vendieses 121 el alma para su Infierno! Es verdad cuanto aquí digo, nadie me dirá que miento; sigue la senda adelante, nadie a su pasado ha vuelto. Ni volverá, lo aseguro por más que se inventen cuentos. ¡Sigue, poeta, el camino! ¡Sigue escribiendo tus versos! Ten el equipaje listo, que puedes partir y presto hacia el Reino de las Sombras o, ¡Dios lo quiera!, hacia el Cielo. Donde sea, para siempre que aquello sí que es eterno. Mucho abarca esa palabra... ¡Tanto que no la comprendo! ¡Eternidad, qué palabra! ¡Un concepto que no entiendo! 122 Anochece y la plaza está desierta, a sus casas las gentes se retiran; va cayendo la tarde y las farolas con su luz a las sombras iluminan. Acabó la jornada para algunos y la noche cercana se avecina. A sus nidos retornan derrengados, pues les vence el cansancio y la fatiga. Trabajando prosigue el cuponero, agotadas no están sus mercancías. Es momento de ahorrar, de vacas flacas, no se vende ya igual que se vendía. - ¿Volverán otros tiempos florecientes como antaño viví? – Mientras suspira se pregunta a sí mismo y no responde. Es posible que sí mas nada afirma. Y transcurren las horas, esperando que un cliente se acerque y que le diga: 123 - Deme usted, de esta noche, si es posible, por lo menos, iguales, cuatro tiras.-. Los músicos en mi calle pasan la tarde tocando. Sus sones son admirables, ¡mas siempre es el mismo tango! Mucho me agrada su alarde pero, de tanto escucharlo, de memoria sé las claves y me producen cansancio. Preciso es que les regale unas nuevas partituras, para que de temas cambien y así al menos no me aburran. Porque es que llega a cansarme siempre el mismo chundachunda. La vida está bien que se ganen, mas no que me den la murga. 124 En Noche de Difuntos plasmó Bécquer sus mágicas y espléndidas Leyendas. ¡Qué genio el del ilustre sevillano, pues dio con su magín brillo a las Letras! Sentado en mi sillón admiro el Arte, en tanto ha concluido ya el día treinta. Acaba el mes de octubre y hoy se imponen festejos que divierten a otras tierras. ¡Extraño es celebrar a los difuntos en vez de recordarles con tristeza! Es todo así de simple en este mundo, se adquieren las usanzas extranjeras. No toca ya el Maese sus acordes, no suenan al compás todas sus teclas; es noche de jolgorio y calabazas, de niños que repican en las puertas. ¡Mas que le voy a hacer si es otro siglo, si todo es diferente y aun mi nieta de bruja vestirá y estará guapa! ¡En vez del Miserere habrá una fiesta! 125 Me está inquietando una rubia y no quiero preocuparme. Pues mi tiempo se ha pasado, no tengo amores, sí achaques. Más que deseos, paciencia; más que anhelo, enfermedades. Pues pasados los sesenta más que alegrías hay males. Pero existe en su mirada de la dulzura un alarde que, por más que me lo pienso, no acierto a cómo llamarle. ¿Otro amor, otra aventura de nuevo? No es que me espante. Y menos cuando la miro, pues tiene un gentil donaire. Mas todo sueños de loco, recuerdos de infiel amante. Son ganas que yo tendría de volver a ser cual antes. Pero Don Juan se hizo viejo, no ciñe ya espada al talle. ¡Duerma doña Inés tranquila, que ya no habrá quien la rapte! 126 Y si la raptara un otro es cosa que no me atañe, pues por mi lado ya puse al final punto y aparte 127 Es hora ya del descanso, la tarea está cumplida, los ojos cierran el sueño y se velan las pupilas. La papelera está llena de hojas que ya han sido escritas, el cenicero colmado por las últimas colillas. Todo descansa en la calle, nada se mueve ni agita... ¡Y aquí el poeta escribiendo! ¿Qué poeta? ¡Hoy, novelista! Mas siempre el último verso, el que en la mente palpita, ha de surgir del cerebro. ¡No puede haber quien lo impida! Y mañana ya veremos qué nos sucede. Tranquila hemos de pasar la noche. ¡Mañana será otro día! 128 Sospecho que al cantar de madrugada se puedan de mis muertos acordar y en serio te aseguro, amigo mío, no es ésa mi ilusión ni ése es mi afán. Pues bueno está entonar durante el día, de noche me parece una crueldad. ¡Si al menos pareciera un Pavarotti pudieran soportarme..! ¡Pero quia! Más bien sueno a las risas de ruin hiena, al ronco resoplar de un jabalí; a un cuervo similar en sus graznidos, cansino como el son del tamboril. Mejor es que me quede silencioso, que piense en que el vecino ha de dormir; pues puede, ya te digo, en mis ancestros cagarse cuando al canto ponga fin. Y no lo considero muy correcto, que luego me despierta el mal olor; mejor es esperar a que amanezca si quiero dedicarles mi canción. Mezclada con el ruido de autobuses 129 al menos tanto no molestaré. Aparte que de día, que se quejen, apuesto a que se tienen que joder. 130 A visitar a un Amigo he acudido esta mañana. ¡Muchos años ya sin verle, sin acudir a su casa! - ¿Cómo no vienes, Francisco? Las puertas las tienes francas. Yo siempre acudo a las tuyas, aunque tú no me las abras. -. Y a mis ojos vino el llanto, es que se me ha roto el alma. - Perdóname, buen Manolo, soy un poco cascarrabias. Sabes que tuve problemas, que sufrí, tuve mil ansias que te sabes de memoria, pues tu memoria no es flaca. -. - Pues vuelve más a menudo, que tengo entradas muy anchas para quienes a Mí acuden y nunca les doy la espalda. -. Y he llorado como un niño, todo en mi faz eran lágrimas. - ¡Manolo, mañana mismo, 131 que de cantar tengo ganas! -. Y aunque mi voz ya no es joven, aunque es vieja mi garganta, mañana, si Él lo permite, le cantaré una gran aria. O un villancico, aunque sea, un motete, una pavana. ¡Lo que importa es que me escuche y que me encuentre en Su casa! 132 Tengo que hacer esta noche una grave confesión: He sido toda mi vida un miserable traidor. Primero, conmigo mismo; después, hasta con mi Dios. Y no es que a Dios le postergue al antes nombrarme yo: Es sólo que reconozco mi grave y enorme error al olvidar Su existencia. ¡Ha sido mi fallo atroz! Pero ansío corregirlo... Mañana, si viera el Sol, quiero ponerle remedio y a mi angustia colofón. 133 En ésta mi noche en vela, en que el alma está tranquila, me acuerdo de tantas otras en que viví pesadillas. Aquellas noches de copas, entregado a la bebida, en brazos de aquellas hembras que bien baratas se alquilan, diciendo barbaridades, haciendo mil porquerías, entregado al torpe vicio de derrochar mi semilla. Hoy Dios quiera perdonarme, que he destrozado mi vida y a mi pecho esa zozobra el remordimiento agita. ¿Querrá hacerlo? Si pudiera con gusto le pediría que condone mis ofensas y me alivie de mis cuitas. ¡Qué estúpidos somos todos! ¡Si el hombre no necesita para vivir más que calma 134 y en la boca una sonrisa! ¿El dinero? Nada vale. ¿Los honores? Son mentiras. Pues si pierdes el primero los segundos te los quitan. Pero nunca escarmentamos, con el agravante encima de que al cabo de los siglos sigamos con las rencillas. ¿Es que nunca aprenderemos? Puede ser que al fin un día pensemos con la cabeza sobre los hombros bien fija. Pero yo no habré de verlo, quizás quien me sobreviva; ocurrirá, solamente, cuando se acabe la envidia. Y ésta dura para largo, no terminará en dos días; lo mismo el Señor se cansa, cierra el grifo y nos castiga. Deja que ejerza el Diablo a sus anchas, sin pamplinas, y sus demonios serviles 135 de un golpe nos aniquilan. Entonces vendrán los llantos, han de atacarnos las prisas, pero será ya muy tarde... ¡Ya no habrá quién nos redima! 136 Está mojada la acera por la lluvia que ha caído. Así está mi corazón y así están los ojos míos. ¡Cuánta maldad en el mundo, cuánto loco desatino; para después, al final, ser estiércol al morirnos! Metida en agua la noche y encima me ha entrado el hipo, pues hablando de quien roba comí un trozo de chorizo. Y me ha dado tanta risa el vaivén de los hipidos que hasta a Merchy en una carta se lo he contado y lo he dicho. Supongo, mientras leía, que se le ha roto el ombligo de risa que le habrá dado. ¡Este Paco, qué chiquillo que aun con un montón de tacos, habrá pensado, es un niño! Es que al final de la vida, 137 cerca ya nuestro destino, recordamos nuestra infancia y alegres nos divertimos. Desde el rincón del Villano a estas horas os escribo. Es que el que nació poeta, lo cual es un sambenito, aunque no quiera ha de serlo por los siglos de os siglos. Pero estoy triste, lo siento, en este humilde cobijo. Algo me ronda en el alma y no acierto a discernirlo. ¡Se acabó! La dulce cama oirá pronto mis ronquidos. Mañana será otro día, espero que más tranquilo. Buenas noches, paz a todos os deseo y lo rubrico. ¡Confunda Dios a los malos y dé calma a los sencillos! 138 Mujeres que se ilusionan por unas bellas palabras, que se piensan que son diosas y que a sí mismas se engañan... He conocido en mi vida de este carácter a tantas que es que me da ya hasta miedo llamar a una mujer guapa. Porque lo mismo se piensa que lo que busco es su cama, cuando es solo cortesía, ser gentil y amistad franca. Ya sé que existieron tiempos en que fue grande mi fama de tenorio y mujeriego, mas son historias pasadas. Así que ya, concluyendo, le diré con elegancia que en esta ocasión, señora, ha metido usted la pata. Porque yo no la deseo, ama a otra mujer mi alma. Ni por usted ni ninguna he pensado en engañarla. Y si la engaño, que sea con una que esté cercana; pues me dan miedo los vuelos. Además, no tengo ganas de más aventuras locas, de idioteces ni de gaitas. Que mujeres muy hermosas hay en Madrid. ¡Y más majas! 139 Es hora ya del descanso, la tarea está cumplida, los ojos cierran el sueño y se velan las pupilas. La papelera está llena de hojas que, después de escritas, no merecieron pasar el tamiz de la autocrítica. El cenicero colmado por las últimas colillas. Todo descansa en la calle, nada se mueve ni agita... ¡Y aquí el poeta escribiendo! ¿Qué poeta? ¡Hoy, novelista! Mas siempre el último verso, el que en la mente palpita, ha de surgir del cerebro. ¡No puede haber quien lo impida! Y mañana ya veremos qué nos sucede. Tranquila hemos de pasar la noche. ¡Mañana será otro día! 140 Un amigo se me ha muerto de improviso, de repente. Estaba pensando en él cuando le llegó la muerte. - ¡Casualidad es! -, diría cualquiera que así lo piense. Mas recuerdo que pedía que su deseo cumpliese. Y a mí, tan olvidadizo, no se me vino a las mientes hasta pedirle a otro amigo que por su espíritu ruegue. ¿Qué me pidió? Muy sencillo: Que rezase un Padrenuestro en ese supremo instante de ir del Señor al encuentro. ¡Y se me había olvidado..! ¡Qué mala memoria tengo! ¡Ojalá la tenga él buena y me ayude desde el Cielo! ¡Descansa en paz, buen amigo, que Dios te tenga en Su seno! La promesa está cumplida... 141 Con retraso, pero a tiempo. La Noche de la Paloma está llena de recuerdos: La terraza de la Sierra, llena de gente bebiendo... Brotaba música alegre de un equipo que conservo y las muchachas reían al bailar sus lindos cuerpos. Allí estaba mi familia dispuesta a ganar dinero trabajando sin descanso, sirviendo copas a cientos. Mas nada nos apuraba, que si trabajas contento ya pueden tronar tormentas o granizar desde el cielo. Codo con codo y unidos, cansados mas satisfechos, el alba nos encontraba sin que nos rindiera el sueño. Fueron dos años felices - para mí sí, por lo menos - 142 aunque piensen de otra forma distinta aquellos pequeños. Todo empieza y todo acaba, hay final si hubo comienzo. Esta noche, recordando, en aquellas otras pienso. Hoy es catorce de agosto, pero aquel joven ya es viejo y los chicos han crecido... Hombres son y de provecho. ¡Cuántos años han pasado! ¡Todo parece tan lejos..! Esta noche estamos solos... ¡Qué raudo transcurre el tiempo! ¡De la Paloma en la Fiesta quién pudiera estar de nuevo y abrazarlos como entonces, mientras los cubro de besos! 143 Esperando que pasen las horas, mientras corren veloces los días, sin temor a que llegue la muerte ha de ser, sin dudar, nuestra vida. Porque viendo el albur de los tiempos, de los hechos que ocurren vigía, la existencia transcurre del hombre: Cuanta más placidez, más tranquila. Pero un día despierta del sueño y se enfrenta a la dura vigilia. No le agradan las cosas que ocurren ni le gustan las caras que mira. Pues existen dolores y penas, muchos más que placeres y dichas. Preferible es volver a dormirse que enfrentarse a quien dice mentiras. El engaño es la clave del mundo, ser sinceros bien pocos practican. Y, total, aburrido de todo, ¿qué más da que te mientan y finjan? 144 MONTES DE GRANADA HERMOSA... ¡Montes de Granada hermosa, jazmines que hay en la vega, ojos de mujer moruna...! Al irme me voy con pena. Tierra que vio a Federico componiendo sus poemas, hechizo de bellas noches, suspiros entre tinieblas... ¡Es el rey moro quien gime, quien llora, quien se lamenta, 145 tras su obligada partida, despojado de su hacienda! Esta tarde, en breve rato, he de partir y aquí queda, sin dejar amor ninguno, el alma de amores llena. Aguardo volver a verte y espero que cuando vuelva sigas tan bella y hermosa. ¡Adiós, Granada serena! No me extraño de las luchas, 146 nada me extrañan las guerras que mantuvieron los moros y los cristianos, sin tregua, por conseguir tus jardines, por conquistar tu belleza, por ser dueños de las fuentes de tu Alhambra, tus callejas. ¡Adiós, Granada! Ya parto. Veo un tren que va a Marchena; un poco tarda aún el mío, que va a tierras madrileñas. 147 Magerit también fue mora, algo de tu sangre lleva, pero no tiene el encanto de tus mujeres morenas. Y aunque castizo de estirpe, ¡por muy chulapo que sea!, siento en el alma honda envidia de quien se queda a tu vera. Adiós, Granada. Ya entiendo y comprendo que a un poeta bajo tu sol alumbraras... ¡Que él me transmita su emblema! 148 En el camino de Víznar, ¿qué ocurrió esa madrugada de hoy hace setenta años, por qué la Luna lloraba? La muerte de Federico, que fue muerto por la espalda. Una descarga traidora sonó en los campos de España. El Genil tiñóse en sangre, tembló asustada la Alambra. Y en su patio, los leones de piedra vertieron lágrimas. Los riscos de aquel camino juntos pidieron venganza y una lechuza, en la noche, cobardes llamó a los guardias. En el camino de Víznar, según se va para Alfacar, 149 los falangistas mataron de la Poesía al alma. Federico yace muerto. Con él se ha muerto la gracia. Mas deja al mundo sus obras para alumbrarnos el alba. 150 Yo quisiera escribir mejor que Bécquer, que Neruda y que Cela, todos juntos, por poderte expresar cómo me siento a tu lado, tranquilo, sin apuros. Pero pienso que, aún teniendo un diccionario que todas las palabras contuviera, no bastara para poder decirlo. Habría que inventar alguna nueva. Mas confieso que nada se me ocurre. Habrá que convocar a los maestros. ¡Oye! Que acaban de decirme que, sin querer, ya realicé el invento. ¡Qué cosas tan curiosas de la vida! Al magín le das vueltas sin ver nada, a pesar que tuvieras en la mente, desde antaño, grabada la palabra. La palabra no es otra que, de veras, la suelen repetir todos los niños. 151 O a ellos se la dicen siempre todos. La palabra no es otra que... cariño. ¡Demonios y por qué seré tan cobarde! O acaso es que prudente ser prefiero. ¿Tan difícil resulta, simplemente, decirte de una vez que es que te quiero? 152 Yo quisiera contarte cómo pienso pero temo, mi amor, que no me entiendas. Mi existencia daría por el pueblo y me duele lo mal que lo gobiernan. Es la historia de siempre, repetida. El reparto no igual de la riqueza. El engaño del rico, sus mentiras, condenando al más pobre a la miseria. Ya lo dijo Álvar Fáñez en sus tiempos, refiriéndose al Cid: - Si éste tuviera buen señor, sin dudar era el ejemplo del vasallo mejor sobre la Tierra. -. Pero suelen ser todos los que mandan de la misma e idéntica ralea: Incapaces, ladrones y sin alma. ¡Ganas dan de decirles cuatro frescas! 153 Yo no quise jugar con tu amor, no lo mereces. Pero soy un idiota integral algunas veces. Como tú me has querido nadie me quiso, con esa confianza, con esos mimos. ¿Ha llegado ya el día de separarnos? Ya sé que lo merezco, está en tus manos. Tú tienes la palabra, dame el castigo que creas que merezco, dame el olvido. No sabré dónde ir ni si merece 154 la pena ya esta vida al no tenerte. Pero siempre en mis sueños seguirás viva. Recordaré tus besos y tus caricias. ¡Adiós, mi buen amor, si es que eso piensas! Mi enorme soledad ahora es inmensa. Pero tú no te apures que, aunque llorando, sabré vivir la vida que me he buscado. ¡Adiós, mi buen amor! No pienses nunca que por dejarme así fueras injusta. 155 Ya ves, una bobada, cosa de niños... Mas no supe pagarte bien tu cariño. 156 Yo no sé si creerte cuando dices que nuestro amor por siempre se ha acabado. Sin duda sé que estás dolida, mas tampoco me creo que sea para tanto. ¿Vas a olvidar los besos que me diste, las caricias, aquellos mil orgasmos, por una tontería que yo he hecho? Te juro que no puedo ni pensarlo. Que si te he ofendido sin quererlo, pienso más que mucho más te he amado. ¿Vas a perder una dicha tan inmensa por ser yo un estúpido insensato? Yo creo que un cariño tan hermoso bien merece la pena conservarlo. Olvida mis ofensas, te lo ruego. Yo no quise, en verdad, hacerte daño. 157 Ya ni respondes mis llamadas. ¿Tanto daño te he hecho, vida mía? Es mejor pensar que estabas ocupada, rodeada por toda tu familia. Pero siento en el alma inmensa pena, que tal vez no has querido responderme. ¿Es posible, mi amada montañesa, que en verdad has dejado de quererme? 158 He envejecido veinte años en un día. Menos tiempo, mejor, para la tumba, que tengo el alma ya deshecha de soportar dolores y torturas. Hoy es el final, no me confundo. Deseando acabar estoy con todo. Con los versos, amores, fantasías. Mejor, sinceramente, dormir solo. Y si es en un lecho de madera, en una negra caja mortuoria, ¡mejor! que allí se acaban ya los sueños, esos sueños de un día hallar la gloria. Pobre fui y de ruines pensamientos, a ver si en otra vida cambio en algo. Porque es que en ésta, ni siquiera lo que en mortaja gasten sé si valgo. Adiós mis poesías, mis quimeras. Adiós a aquellas que amé tanto. No fui amigo jamás de despedidas, Así que ya, sin más, cojo y me marcho. 159 160 De verdad que es que hoy siento ganas de morirme. La mujer que me amaba no me ama. El pecho se me llena de coraje y una bola intragable me ocupa la garganta. No quisiera vivir. Siento la angustia inundarme completamente el alma. Las lágrimas afloran a mis ojos, pugnando por brotarme por la cara. Me parece que voy a despedirme de todo lo que, muerto, me rodea. Se acabaron los llantos y las risas, se acabaron por siempre mis poemas. No sé si volveré a escribir alguno. Si lo hago, el último puede que sea. Se extinguió ya el destello de mi mente, se acabaron ya todas las ideas. Cuando leas, si lo lees, esto que he escrito, no sufras mis dolores ni mis penas. Tal vez ya no me encuentre en este mundo. 161 Tal vez en aquel otro halle clemencia. 162 Yo de toros sé muy poco y de toreros no entiendo, mas sí me gusta la fiesta porque es lucido el festejo; y alegre para el que observa, no tanto para el del ruedo. Pues que ante un par de pitones se está jugando el pellejo. ¡Y para el toro no digo! Que ése va al desolladero después de mil perrerías, de bramar de sufrimiento. Mas si no hubiese corridas que alguien me vaya diciendo de qué sirve un toro bravo si no le vuelven cabestro. Los leones por España últimamente no veo 163 y hace siglos los había, pues esto no era un desierto. ¿Se imaginan por la calle hallarse un león hambriento? Seguro que no saldría nadie ni a dar un paseo. Así que, sin ser amante, con la fiesta estoy de acuerdo. Toro y torero luchando, con los cojones bien puestos. 164 ÚLTIMA HORA: FRANCIA y ARGENTINA eliminadas en la fase previa. ESPAÑA, tras derrotar a Irlanda, aguarda su próximo partido y se perfila como favorita para la Final. Yo creo que en Francia piensan en más cosas que en derrotas. En España, con los goles, no se mira el 20-JOTA. La política interesa mucho más a los franceses. Aquí, ganar el Mundial... ¡De verdad que hay que joderse! Nos recortan las pensiones y Aznar nos llama pasotas: La cosa tiene... balones, por no decir que pelotas. No nos dejan trabajar ni nos pagarán el día. 165 ¡Hay cosas que, de verdad, no comprende ni su tía! La tía de Aznar, refiero, porque hay que ver mi bolsillo... ¡Es que tiene un agujero que hasta se me ve el forrillo! No nos pagarán un duro mas seremos campeones... España va bien, seguro. España va de cojones. 166 Ya llegará el verano y serás mía. Los meses pasarán sin darnos cuenta. El tiempo a estas alturas va deprisa, tan rápido que pronto estás de vuelta. Dos años se han pasado en un suspiro, de nuevo veré el tren que va a Marchena; tú vuela hacia mi lado, vida mía, la Alhambra con su encanto nos espera. O Lérida quizás, ¿qué nos importa? El caso es que a mi lado junto duermas después de que tus manos me acaricien y calme así mi sed tu boca fresca. Tras verte jadear con ansia loca, después de sumergirme entre tus piernas; oler quiero el perfume de tus senos, gemir mientras degusto sus esencias. ¿Que duermo tan feliz? ¡Gloria bendita! Al alba que despierte y que estés cerca, volviendo a estremecerme entre tus brazos. ¡Que salga el Sol después por donde sea! 167 Y sentirte tan lejos que no puedo besarte; que tu noche es mi día, que tu día es mi tarde. Que el amor te consume y no vivo ese instante, apagando esas llamas donde ardiente tú ardes. ¡Ay, locuras del ansia de lejanos amantes! Que, soñando tan sólo, hasta un hombre me haces. 168 Volverás a tu casa, eso es preciso, después de haber vivido la alegría de gozar del amor y el sentimiento como nunca en tu vida. Nuevamente verán tus lindos ojos la hermosura y bellezas de tu isla, beberán tus sentidos los perfumes de su cálida brisa. Pero aquí, en esta España donde vivo, quedarán – recordando tu visita – la memoria imborrable de tus besos y el eco de tus risas. Después lo que vendrá nadie lo sabe, ignoro qué la suerte nos destina; mas nunca de he olvidar esos momentos en tanto inspire y viva. 169 Vivirás tú tu vida y yo la mía, nuestros destinos más se cruzarán; fue un absurdo soñar con encontrarnos. Es inútil soñar. Nos separa un océano de por medio que cruzar sí consigue un huracán. Yo sólo soy un hombre y no me es fácil caminar sobre el mar. Vivirás otro amor; y estoy seguro que pronto nuevos versos te dirán. Mas brindados con tan tremendo esfuerzo, ¡no los has de escuchar! 170 Va cantando el cuponero mientras ofrece la suerte, pero el premio no da a nadie.. ¿Será gafe el tío éste? Mas corazón sí le pone y cada cupón que vende se piensa que está premiado. ¡Buena intención sí que tiene! Pero el azar engañoso no quiere ponerle alegre haciendo rico de pronto al que la miseria apriete. Es que es la suerte engañosa y, como mujer que miente, le hace ver un espejismo para que no desespere. ¡Cuponero, pobrecillo! ¡Qué mala fortuna tienes! Pero tú sigue luchando hasta el día en que revientes. 171 Va a acabar con mi paciencia este calor pegajoso. No se encuentra uno dichoso, jamás nunca en la existencia, por más que avance la Ciencia. En invierno, con el frío, sueñas que llegue el estío. El caso es no estar contentos, siempre con llanto y lamentos, igual que le ocurre a un crío. Si malos son los sudores que originan las calores tan malo es el congelarte. La lluvia, punto y aparte. Y las tormentas, peores. Nunca a gusto con el clima el hombre está pero, encima, aunque de todo se queja, siempre existe una conseja igual que siempre una rima: 172 A mal tiempo buena cara. Hace frío si es que el grajo al volar lo hace muy bajo. El que corre pronto para. Quien no apunta mal dispara. El que se pone a cubierto de un árbol se dé por muerto, porque viene pronto el rayo. Descuiden, que ya me callo. Mas todo refrán es cierto. 173 Unos versos escribí, ¡nunca los hubiera escrito!, deseándote la muerte... y me quedé tan tranquilo. Lágrimas vertí aquel día, conociendo que a otro amante tú le entregabas tus besos y él se hartaba de besarte. Así que no te sorprenda que escribiera de tal forma; pues se me puso al saberlo, de verdad, muy mala sombra. Perdón tengo que pedirte y espero que me lo otorgues; pues podré ser buena gente, pero ante todo soy hombre. Y ante un rival me acelero, pensando que me robaba 174 la joya que más quería: ¡Mi pequeña sevillana! 175 Un tipo muy curioso he conocido llamado Serafín, por más detalle; mas poco se asemejan sus fulgores al bello resplandor de tales ángeles. Que es feo el condenado como él solo, de garbo y de prestancia ni un adarme. Su madre lo echó al mundo de esta guisa, ¡mejor gusto tuviera en no alumbrarle! No es cojo, bizco o tuerto el pobrecillo; mas tiene un algo raro en sus andares que ignoras si se marcha o es que viene, si va para detrás o hacia delante. Curioso es que presume todavía y muestra con las hembras gran donaire. Mas ellas se le ríen en las barbas, diciéndole que ligue con su padre. El pobre Serafín morirá un día y puede que a su lado no haya nadie. Mujeres desde luego que ninguna. Intacto y sin pulir tendrá su “sable”. En fin, ya les conté la gran tragedia de un hombre que es vulgar y no lo sabe. 176 No viendo que sus males tengan cura es lógico termine ya el romance. 177 Un necio siempre es un necio, un patán siempre un patán; aunque poemas escriba y no los escriba mal. Que dárselas de que sabe cuando no sabe de “ná”, es tan sólo petulancia de nuevo rico y demás. Dice que inquina me tiene por un asunto. ¡Qué va! Es pura envidia lo suyo, tontería y necedad. No voy buscando enemigos, no vivo con ese afán; mas quien me busca me encuentra y se lo quiero avisar. Pues parece que me odia como a Moby Dick Acab; 178 que no vengan lloros luego si es que le pego en la faz. 179 Un día ha de llegar en que mis ojos no vean caminar a las personas, un día ha de venir en que mis labios no lleguen a posarse en otras bocas. La Musa llorará lágrimas vivas, pues dama suele ser triste y llorona; su influjo ha de caer en saco roto, sin nadie que amoroso la recoja. Ya muerto se hallará su fiel poeta, aquél cuyo besar la volvió loca. ¡Menudo pensamiento en la mañana que luce de manera esplendorosa! Mas vienen a la mente estas ideas y surgen de mi pluma ésta y mil cosas. El caso es que hace rato sí cantaba alegre y muy feliz, mas todo torna. Será que tengo sueño, estoy cansado; que el alma, al no dormir, también se agota. Mas debo proseguir, aunque no quiera; me vence la fatiga, mas no importa. Sin duda que habrá un tiempo en que descanse, cubierto mi ataúd por una losa. En tanto, prosigamos la tarea. preciso es terminar con buenas notas. Y un día volverán las golondrinas en tanto mi despojos estercolan el suelo que me vio venir al mundo. O puede, ¿por qué no?, que abone a otra. 180 Tus ojos son el bosque en que se pierde la mirada asombrada de los míos... Tu cintura, ligera como el viento, de mis besos es cálido cobijo. ¿Y tus labios? ¡Ay, si expresar supiera su besar que es tan dulce y tan tranquilo..! Pero dudo que hubiera en mil palabras alguna que pudiera describirlo. ¿Y tu sexo, acogedor y tierno, amoroso, sin prisas, comprensivo? Yo quisiera poder ser un coloso y llenarte de espasmos y suspiros. Pero,, ya ves, ¡tan poco y te conformas! En tus brazos me siento como un niño. Déjame dormitar en tu regazo... ¡Quizás aún soñaré que estoy contigo! 181 Tus ojos son dos luceros que quisiera en la mañana contemplarlos muy de cerca, dándole brillo a mi cara. Para decir: - ¡Compañera, sosiego y paz de mi alma, lo que me resta de vida quiero vivirla pausada! Sin temores ni inquietudes que mi dicha soliviantan. Despertar y estar contento y que alegre esté mi casa. Ir a trabajar con gusto, con alegría y con ganas, sabiendo que tú me esperas como el maná se esperaba. -. Así yo te lo diría, con similares palabras. Y tú por respuesta un beso, de seguro, que me dabas. Mas pienso que es todo un sueño que se ha fijado en mi mente. Deja que siga soñando, no permitas que despierte. Que no quiero abrir mis ojos y ver lo mismo que siempre. Quiero vivir lo que queda con armonía y alegre. 182 183 Tus ojos lucen traviesos lo mismo que siendo joven, aunque el pasar de los años veja dejando su azote. En tu cuerpo cada día hacen mella los dolores y no me extraña que, al cabo, tus mágicos ojos lloren. Mas aquel gracioso duende que dije en aquel entonces que en ellos se refugiaba, aún percibo que se esconde y que resuena su risa, llena de mágicos sones, como preludio ardoroso de tus cálidos amores. Quiero escuchar ya su música, quiero bailar a su acorde, 184 que aunque los años pasaran hoy tocan nuevas canciones. Ya no son las de Los Brincos, con su Flamenco y el ole que exclamé cuando pasabas. Hoy no hay música tan noble. El niño que entonces era a tu lado se hizo un hombre y aquella chiquilla hermosa floreció y aquellas flores son tres hijos que me diste, una chica y dos varones. Como ellos ya crecieron, también tenemos ya a Noe, otra chiquilla preciosa con unos ojos enormes; mas no como los de su abuela, puesto que Dios rompió el molde. 185 Y así pasarán los tiempos e iremos no sé hacia dónde, mas donde quiera que sea seguro que el duende escondes. ¿Pues qué mejor escondite puede hallar ni aun en el bosque que en el fondo de tus ojos, verdes como sus colores? Por eso escucho sus risas, aunque a veces también llore; procura que esté contento y que allí siempre se aloje. No le cobres alquileres ya que los duendes son pobres, aunque digan que escondido guardan de joyas un cofre. Deja que viva tranquilo, que para siempre allí more, que puede ser que mis versos inspire aunque no lo note. 186 Que su cascabel alegre un ritmo alegre compone, una dulce melodía que alegra los corazones. Y cuando yo me haya muerto, déjale que alegre toque mil cánticos de alegría que hasta en mi tumba redoblen. 187 Tus ojos eran verdes esmeraldas. Y verdes siguen siendo aunque vean menos; ¡también era delgada mi cintura y rubios y abundantes mis cabellos! Los años han pasado y, con su curso, conozco ya tu cuerpo como el mío; tres hijos te engendré y al mundo echaste y sigue nuestro amor estando vivo. Pasaste por engaños y traiciones, vivimos malestares y amarguras; mas, pese a mis traiciones, tú supiste volver y perdonar tanta locura. Se acerca ya el final de nuestras vidas; un tiempo que, quizás, acabe pronto. Te juro, vida mía, que prefiero marcharme yo primero y no estar solo. Mas manda en estos trances el Destino. Es dueño de la vida y de la muerte. Si ordena que te marches la primera, 188 que siga yo tu andar rápidamente. Tus besos, sólo tus besos pueden salvarme la vida, llevarme por el camino de la paz y de la dicha. Esos besos que tú sabes, esos besos que son míos, que saben a miel y turban de mi mente los sentidos. Esa calma que me infundes cuando con tu boca besas. Esa paz con que me inundas, esa mirada serena. Tus besos, sólo tus besos que me llenan de caricias cuando buscas, juguetona, mi cuerpo con avaricia. Porque es que lo quieres todo, quieres mi cuerpo y mi mente. 189 Quisiera que en ese instante viniera a verme la Muerte. Que en esa boca prendido, en ese aroma que alientas, quisiera dormir el sueño del que nunca se despierta. 190 Tú tu vida y yo la mía y así los dos tan contentos, porque de vivirla juntos se nos pasó ya el momento. Por mucho que a mí me duela, aunque conserve el recuerdo, nuestros trenes se cruzaron pero ahora están muy lejos. Y pudiera hasta ocurrir, si llegáramos a vernos, que nos quedáramos mudos o que hablásemos del tiempo. Porque apenas en común entre los dos ya tenemos; olvidamos nuestro amor, nuestras caricias y besos. Mas no me puedo olvidar, ¡es que a olvidarlo me niego!, 191 de que un día fuiste mía; de que fui tu humilde siervo. 192 Tú me dijiste que no, tu postura estuvo clara; no te me quejes después si me marcho una mañana. Que no se puede vivir sufriendo de esta manera; aguantando desengaños, lamentaciones y quejas. Nuestro amor se terminó, no hay quien revivirlo pueda; cuando el amor llega al fin sólo enterrarlo ya queda. ¿Y a quién echamos la culpa? Puede ser que yo la tenga. Pero sospecho que no, aunque la duda me quepa. El caso es que es el final, que el final de todo llega; 193 ya otras veces lo he vivido, no lo quise vivir ésta. Mas anoche lo vi claro, pude leerlo en tu cara; las lumbres de tu pasión ya están frías y apagadas. 194 Tu cabello es moreno, tu tez delgada; tus ojos son muy negros, ¡viva tu gracia! La sonrisa en los labios nunca te falta. Son de la Luna rayos, llenos de magia. No deseo que crezcas, mi niña maja; mi pequeña Noelia, mi nieta guapa. 195 Tú afirmas que te engañaba, yo digo que así no fue; tan sólo sé que dudaste y en mí no tuviste fe. Todo quedó en el olvido y hoy existe otra mujer a la que debo respeto, a la cual no seré infiel. Y si acaso se lo fuese, no contigo; pues, después, volverías a pagarme con traiciones y desdén. Ya la lección del pasado aprendida tengo bien. Saqué nota en ese examen, no quiero hacerlo otra vez. 196 Tres rubias vi paseando muy cerca de mi garita. Mis ojos las persiguieron... ¡Vaya tres cosas bonitas! Después fueron dos morenas y las miré de igual guisa. Más tarde dos pelirrojas, cada cual más bella y linda. Después me dicen que digo... ¡Pues que digan lo que digan! Que viendo mujer hermosa, bien plantada y bien vestida, es que no logro evitarlo Pero se me va la vista. ¡Y eso que ahora soy viejo, que no puedo perseguirlas..! Pues hace años, más joven, no se escapaba una viva sin un piropo castizo de los que en Madrid se estilan. Sin algún: - ¡Viva la madre que te alumbró tan divina! - 197 Una mujer tan absurda no he conocido en mi vida: ¡Tres años de cibersexo sin una sola caricia! ¿A que les resulta idiota? Pues qué quieren que les diga... Debe ser que es hoy lo técnico lo que se lleva y se estila. Porque no es amor platónico, que ésa es pasión exquisita aunque también lo contemple como ocasiones perdidas. Pero lo del cibersexo me sorprende y me alucina. Serán locuras, acaso, de mentes que desvarían. Prefiero el amor de siempre, el de la época “antigua”: Los dos cuerpos muy unidos y entre los dos ni una brizna. 198 Tener una mano amiga, cuando se precisa ayuda, no es cosa que poco valga: ¡Es una enorme fortuna! Porque un amigo tener en las horas que estás solo, cuando no se tiene a nadie, ¡ése es el mayor tesoro! No quisiera yo pagarte el favor que me has prestado con un cariño fingido, como quien hace un regalo. Porque sé que me brindaste tu mano sin pedir nada, sin esperar te pagase con amorosas palabras. Pero ocurre que una deuda por costumbre siempre pago con mi cariño sincero, 199 sin fatuidades ni halagos. Y aunque tú nada me exijas he de saber darte a cambio, pues que sé que es lo que ansías, besos de amor en tus labios. Después ya, lo que se tercie. Lo que tú misma prefieras: Acaso sólo unos días o quizás los que me restan. 200 Tendría que decirte tantas cosas a fin que de tu sueño retornaras que acaso las palabras en mi boca dejase en el silencio y no te hablara. Son juegos infantiles los que vives, no quieres aceptar este presente; te niegas a vivirlo y sólo pides que elogien tu beldad las demás gentes. ¡Cuán lástima que siento al contemplarlo! ¿No ves que tu belleza ya es marchita? Mas queda en tu interior lo más preciado, que es algo que los años no te quitan. Y es eso un gran tesoro que más vale que toda la hermosura y que ser joven. Las flores se marchitan, ya lo sabes. Acéptalo tal cual, es lo más noble. 201 Te he escrito esta mañana. Pierdo el tiempo. Lo sé, pero quería sosegarme. Contar a quien amé cómo es mi vida, mis noches y mis días y mis tardes. Tú no responderás, lo sé de sobra, pues vives muy a gusto con los tuyos. Mas pienso que aún recuerdas tantos besos, que puedas olvidarlos mucho dudo. Ha sido un arrebato de repente, un algo que impulsó mi pluma torpe. El caso es que he contado mi secreto a ti, mi antiguo amor, Vientos del Norte. No creo que me llames. Imposible. No vale ni la pena que interrumpas tu plácido vivir con mis problemas. Mejor se irán con ambos a la tumba. Mas pienso que la culpa tú tuviste, por irte de mi lado para siempre. Pesó más su dinero que el poeta; 202 vivir, aún sin amor, cómodamente. No culpo tu elección. Fue muy acertada. Del estro no se vive, no alimenta. Mejor un buen vestido de esos caros que sarta de sonetos, no de perlas. 203 Te conocí un buen día, por la tarde, que ajeno a los amores me encontraba, dolido de otras pasiones falsas que el alma me llenaron de desastre. ¡Qué hermoso las estrellas reflejaban el cándido mirar de aquellos ojos, cuando sobre tus labios rojos mi boca te dio un beso con audacia! Gemiste de pesar y te alejaste, haciéndome reproches tu silencio. No me atreví a seguirte... Fui cobarde. Y al verme solo comprendí cuán necios mis besos habían sido... ¡Qué ignorante! ¡Buscaba la quietud y hallé un incendio! Ése es mi sino: ¡No buscaba el amor y, entonces, vino! ¡Pero yo supe luchar con las murallas de los recuerdos sangrientos y pasados y fuérame benéfico mi Hado, quedando triunfador de la batalla..! ¡Y entonces, piedra a piedra, fui arruinando el muro que mi alma prisionera 204 tenía, domeñando las cadenas, la cárcel de mis penas y mis llantos! Y te seguí ligero. Puso alas Amor a mis pisadas vacilantes... ¡Aquél que aquella tarde caminara con paso desvaído, agonizante, de nuevo por sus venas correr cálida la sangre juvenil sintió de antes! Éste es mi sino: ¡Arder en cada verso mi fluido! Y conseguí alcanzarte en la penumbra, pedí perdón y supe retenerte. Bajo la pálida mira de Selene supo tu amor salvarme de la tumba. Entonces prometí que yo, que siempre poemas a otras bellas había escrito, habría de escribir para ti un himno testigo del amor que mi alma siente. Y ciego de deseo, en mi locura, busqué por los desvanes del cerebro, mirando las antiguas esculturas, a un lado retirando los desechos, mas en mi vieja y loca sepultura 205 mi genio no encontraba los acentos... Ése es mi sino: ¡Sentir la mente muerta y estar vivo! ¡Si con mi verso fértil yo lograra un himno componer a la hermosura que envuelve encantadora tu figura, que brota de la luz de tu mirada..! ¡Si con sudor y sangre, con mi pluma a un cántico de amor yo diera forma, con cálidas y mágicas estrofas surgidas de mis penas y mis dudas..! Pero el alma ya es pobre, está cansada... La savia se agotó en otras quimeras, no brota como antaño mi palabra... De mi mente no surgen los poemas; las hojas ante mí se quedan blancas, no puede emborronarlas mi tristeza... Ése es mi sino: ¡Un loco y desatado desatino! Si tú le dieras nueva luz a mi cabeza, ¡qué cántico yo haría en tu homenaje! Estrellas compondría con mis frases, 206 mi verso tejería una diadema de mágicos sonetos que ensalzasen la gracia de tus ojos y tu boca, un himno a la esperanza que, ya rota, pesaba en mi interior, como un gran lastre atormentando mis sueños y mis penas... ¡Un himno al Ave Fénix que en mí vive..! ¡Un himno a tu virtud y a tu grandeza! Un salmo a tu querer que me redime de tanto padecer en esta tierra... Pero el verso no surge limpio y libre... Ése es mi sino: ¡Ayer pude cantar y hoy nada digo! 207 Tú surges en la noche de mi lira, con luz que la refleja poderosa... ¡Renace a los colores, negra sombra, que el rayo de la diosa te ilumina! No tiembles de temor, ¡que la zozobra se aleje de tu mísera existencia..! ¡Tranquila surja al mundo tu potencia, brillando entre los astros con luz propia..! ¡Vuela tranquilo al mundo, que te anima el hálito vital de su belleza..! Tú surges de la noche peregrina, luciendo entre tus manos la linterna de tu cariño fiel, que ante mí brilla, prestando al torpe paso la firmeza... Ése es mi sino: ¡Que siempre me ilumines el camino! 208 Iremos juntos por la dorada senda, con los ojos clavados en el Norte; iremos más allá del horizonte, allí donde relucen las estrellas... Donde los dioses cantan y, a su acorde, de báquicos festejos, flecha ardiente el dardo de Cupido y la simiente rebosa la lujuria de los bosques... Cogidos de la mano, la vereda iremos recorriendo paso a paso, mi labio acariciando tu piel bella, bebiendo sorbo a sorbo de tu encanto el cálido maná que me alimenta brindándome la vida... ¡Manjar mágico! Ése es mi sino: ¡Beber de tu sonrisa los suspiros! Caminaremos juntos por la vida hasta la orilla tremenda de la fosa. Iremos al final de nuestra historia, sembrándola de versos mi voz tibia. ¡Y el día que resuene con voz sorda 209 mi canto ante la Esfera alucinante, consuelo para ti llevará el Arte que supe componer para ti, hermosa! Y aún dentro de la tierra gris y fría que pese sobre el rostro, sofocando tanto canto de amor que te decía, aún entonces que no hablará mi labio, ¡ardiente vibrará mi poesía, venciendo mi poema al catafalco! Ése es mi sino: ¡Salvarme de la muerte tu cariño! 210 No tiembles de mi vida de poeta, no celes de las musas que se fueron... Son sombras de un pasado que fue incierto y hoy luces tú en mis sueños como meta. Mujeres que marcharon en el tiempo, perdiéndose en la bruma de la Muerte... Dejaron negros velos en mi frente que el brillo de tus ojos fue corriendo... ¡Fantasmas de una vida aventurera, de versos sin final, de pobre rima, de trágicas o lúbricas ideas..! Los sueños del ayer se difuminan en lánguidos suspiros, si me besas con labios de pasión, cuando me mimas... Ése es mi sino: Sentirme entre tus brazos como un niño! ¡Deja la idea libre! ¡Las campanas escucha de la Gloria de los cielos! ¡Camina sin fatiga, el pie ligero, que espera allí en la orilla otro mañana..! Siente en tus labios multitud de besos, el labio en su cantar suspire y ría y brote de mi ser el ansia mía 211 que engendre mil caprichos en tu seno. Así se teñirán mis viejas canas con brotes juveniles y potentes nacidos de tu amor y de mis ansias, que inunden de alegría nuestras mentes, ya tristes de vivir en la desgana de quien nunca esperaba ser alegre... Ése es mi sino: ¡Sentirme en tu interior y tener hijos! Tú llevarás un ser en tus entrañas, un ser que entre los dos habremos hecho, un niño que alimentes con tu pecho, que cuides con desvelos y con lágrimas... Un ser que necesite de tu celo, de todos tus cuidados y ternura... El tiempo pasará y tu criatura será la mejor joya de mis versos. Y el día de ilusión y de esperanza en que la muerte a entrambos nos reclame, tu hijo ha de brotar como la rama del árbol que en su sombra nos abrace, retoño juvenil de mi agotada figura de poeta y de mi sangre... 212 Ése es mi sino: ¡Cumplir en nuestro hijo mi destino! ¡Éste es el himno para ti, gigante, por mi cerebro estéril engendrado a fuerza de suspiros y trabajo, de noches sin dormir, para contarte el sueño que tu amor en mí ha inspirado, el sueño de mis noches y mis días, las cálidas y ardientes alegrías que el beso de tu boca me ha prestado! ¡Acógelo en tu seno y sele amable al verso de mi mente fatigada! ¡Que en tus oídos suene como un aire de bella sinfonía inacabada! Y un día, en mi final, ¡que el verso grande recuerde mi querer allá en tu alma..! Ése es mi sino: ¡Burlarme de la muerte con mis libros! 213 Te conocí paseando por la calle de Hermosilla; que tiene mal puesto el nombre, pues aunque es amplia es sombría. Eran las diez de la noche, ibas tú con tus amigas; yo, rompiendo corazones puestos a contar mentiras. Que a los dieciocho años piensas que el mundo dominas; que eres el Zar de las Rusias, el Maharajá de las Indias. De pronto miré tus ojos, tan verdes que relucían en el negror de la noche como dos faros que guían a la nave en su periplo cuando la ruta es perdida 214 y al exhausto peregrino el buen camino le indican. Me apresuré con gran ansia a conseguir tu conquista; así estamos desde entonces y esperemos que así siga. Que si un día hice locuras no creo que se repitan. Ya la cordura ha tornado a mi mente, Margarita. 215 Tantos versos forjé, que me sorprendo cuando algunos me dicen que son míos y no puedo acordarme de su fecha, ni conozco la causa ni el motivo. ¿Cuál fue su inspiración? ¡Mala memoria! O tal vez es que busco que al olvido se releguen las causas que obligasen a mi pluma a dejar aquello escrito. Como sea que fuere, está olvidado. o pretendo olvidarlo, mejor dicho. Pues hay algo que tengo por seguro: Que repletos están de mis gemidos. Y no quiero pensar en otros tiempos, es mejor resultar olvidadizo; se pasó la ocasión, transcurrió el día en que tuve las ansias de escribirlos. Los de ahora son harto diferentes. O quizás son iguales, me es lo mismo. Porque cambia la Musa, no el poeta. y éste sigue habitando en igual sitio: El lugar del ensueño y la quimera, en el bíblico Edén. Un paraíso donde siempre estará mientras perviva y, tras muerto, podrán estar sus libros. 216 Sudando bajo el Sol la gota gorda estaban asfaltando carreteras los pobres obreretes que, sin culpa, no habían estudiado una carrera. Cuarenta soplarían a la sombra, las cuatro de la tarde apenas eran; los torsos requemados por el viento, pañuelos resguardando la cabeza. Y llega el ingeniero petulante mandando que le den pronto agua fresca, que aquello era un infierno de demonios y estaba por marcharse a hacer la siesta. Jamás hubo un silencio tan cortante, de nadie se escuchó la menor queja. Volvieron a asfaltar los obreretes, pensando en cómo y cuán la vida es perra. Subió el jefe a su coche y puso el aire. Molesto, musitó: - Luego se quejan 217 que ganan poco sueldo. No merecen les deje que trabajen horas extras. Y todo por tener pocos estudios a causa de nacer en la miseria. Si en vez de trabajar desde pequeños pudiesen aprender yendo a la escuela... 218 Sosiego pido al alma inquieta y a la mente febril le exijo olvido. Sueño. Y en sueños, sueño que está muerta mi esperanza, tu amor, mi regocijo... Mas cuando me despierto, sudoroso, mi mano extiendo buscando tu cobijo... Y al cabo, al ver que el aire sólo rozo, que estoy solo en el lecho y no contigo, los ojos se me anegan y en mi pecho estallan anhelantes los gemidos. ¡Ay, días que pasaron y se fueron! Quisiera ya por siempre estar dormido... No despertar jamás de este letargo, seguir soñando que existe nuestro nido. ¡Quién pudiera olvidarte! Y, sin embargo, con todo mi pesar, no lo consigo... Sosiego pido al alma inquieta y a la mente febril le exijo olvido. Sueño. Y en sueños, sueño que está muerta 219 mi esperanza, tu amor, mi regocijo... Mas cuando me despierto, sudoroso, mi mano extiendo buscando tu cobijo... Y al cabo, al ver que el aire sólo rozo, que estoy solo en el lecho y no contigo, los ojos se me anegan y en mi pecho estallan anhelantes los gemidos. ¡Ay, días que pasaron y se fueron! Quisiera ya por siempre estar dormido... No despertar jamás de este letargo, seguir soñando que existe nuestro nido. ¡Quién pudiera olvidarte! Y, sin embargo, con todo mi pesar, no lo consigo... 220 Soñaré con tu amor. Me es imposible olvidar la pasión de aquellos días que vivimos tan cerca de mis lares; ocultos, a escondidas. Aún recuerdo con ansia aquellas noches que, cansado de amar, dormir quería; pero, ardiente, jugabas con tu lengua abriendo mis pupilas. Ocho días pasamos en tal juego, todos plenos de besos y caricias; escuchando tus ayes de lujuria. ¡Me parece mentira! Cuando ayer respondiste a mi llamada, con tu esposo a tu lado, tan tranquila simulaste ser cándida y fingiste hablar con una amiga. ¡Quien te oyera gemir como bacante si te viera asistir hoy a una Misa..! Perdonados están ya tus pecados. 221 ¡Cómo cambia la vida! Soñar cuesta bien poco y en mis sueños me he visto capitán de una mesnada; al frente de mis hombres cabalgando, luchando con las tropas musulmanas. Triunfante en mil combates vi mi enseña, cubierta por la sangre está mi lanza; la tierra que era mora, con mi esfuerzo, de pronto se tornaba en castellana. Y siempre a la cabeza de mis gentes, cubiertas de desgarros nuestras mallas, un día de rondón nos presentamos, audaces, en los patios de La Alhambra. Los moros acudieron presurosos, repletas de temor eran sus almas; mas pronto se aprestaron a la lucha, cargando en contra nuestra con sus armas. No quise en tal momento hacerles frente, mejor fue no reñirnos en batalla; 222 llegado no era el tiempo todavía, mandé no se cubrieran con su adarga. Y altivos, arrogantes, - con desprecio, jamás sin enseñarles nuestra espalda -, salimos de tal trance con orgullo igual que en anteriores algaradas. - Ya llegará el instante y será pronto de dar digno remate a nuestra hazaña; la fruta está al caer, ya está madura. La gloria de triunfar está cercana. – Pensé de esta manera y de tal guisa, al trote y al galope y a la carga, cruzando por las tierras enemigas volvimos nuevamente a nuestras casas. Soñar cuesta bien poco y en mis sueños me he visto capitán de una mesnada; al frente de mis hombres cabalgando, luchando con las tropas musulmanas. Triunfante en mil combates vi mi enseña, 223 cubierta por la sangre está mi lanza; la tierra que era mora, con mi esfuerzo, de pronto se tornaba en castellana. Y siempre a la cabeza de mis gentes, cubiertas de desgarros nuestras mallas, un día de rondón nos presentamos, audaces, en los patios de La Alhambra. Los moros acudieron presurosos, repletas de temor eran sus almas; mas pronto se aprestaron a la lucha, cargando en contra nuestra con sus armas. No quise en tal momento hacerles frente, mejor fue no reñirnos en batalla; llegado no era el tiempo todavía, mandé no se cubrieran con su adarga. Y altivos, arrogantes, - con desprecio, jamás sin enseñarles nuestra espalda -, salimos de tal trance con orgullo igual que en anteriores algaradas. 224 - Ya llegará el instante y será pronto de dar digno remate a nuestra hazaña; la fruta está al caer, ya está madura. La gloria de triunfar está cercana. – Pensé de esta manera y de tal guisa, al trote y al galope y a la carga, cruzando por las tierras enemigas volvimos nuevamente a nuestras casas. 225 Soñar con la mujer desconocida, plasmar en un poema tus ideas; sentir el corazón ilusionado y ver que luego es nada como piensas. Muy larga es la distancia que separa tus labios de los míos, mas pudiera mi verso atravesarla y cerca tuyo hallarme en el instante en el que sueñas. ¡Locuras de mi mente ilusionada, que está de la vejez casi a las puertas! Un rato… Fue una charla, un pasatiempo; mas algo en el cerebro siempre queda. La mágica ilusión de aquel momento, onírica y fugaz… Ave que vuela lejana por un cielo inalcanzable, dejando tras de sí ninguna estela. Pasé en ese trajín este domingo, tranquilo en mi rincón y ante unas teclas. 226 ¿Mañana qué vendrá? Nunca lo sabes. Verás lo que será, si es que despiertas. 227 Sonaba con ardor el “Rigoletto”. Mi equipo resonaba y fui soñando. Al son de su melódica armonía pensé que estaba yo en el escenario. Reía de aquel “Duca” las proezas, oí de Monterone el mal presagio. La burla tornó en miedo en un instante y un sol acometí sin embarazo. La ópera avanzaba y sin apuros seguí la partitura y aquel canto, sumida mi conciencia en Fantasía, brilló con esplendor inusitado. Lejano está ya el tiempo en que al acorde cantaba las romanzas del piano. Bufón, padre de Alfredo, ¡qué importaba!, o siendo en Favorita el soberano. ¡Pasadas ilusiones juveniles, escalas sin fatigas ni desmayos! Dolores en la sienes a menudo, señal de timbre limpio e impostado. 228 Se fue la mocedad de aquellos días, marchó la juventud y sus encantos. Mas sueños hay que duran y, aunque viejo, me siento aún Rigoletto sin embargo. 229 Solo se encuentra el poeta, solo con sus pensamientos. Son tan grandes sus pesares que no caben en su cuerpo. Piensa que se ha confundido al pensar, hace ya tiempo, que aquello que estuvo roto podía tener arreglo. Y no lo tiene. ¡Imposible! Cuando el amor ya se ha muerto no hay leña que resucite aquél extinguido fuego. No vale darle más vueltas por mucho que ponga empeño. El amor cuando se muere no resucita de nuevo. Proseguirá, sí, el cariño. Los dos se tendrán respeto. ¿Mas renacer como entonces? Eso pasó ya al recuerdo. 230 Sólo oyendo tu voz ya me he prendado de la miel que destilas y armonía en mi pecho y sosiego has infundido con sólo tus palabras, vida mía. Sé que es pronto para decirte eso. Apenas te conozco y ya te quiero. Sé que el de ayer ha sido el mejor día que amaneció para mí después del duelo. Yo estaba triste y ahora estoy alegre. Miedo me tengo de mi voraz impulso. Es que escucho tu voz y tiembla el alma. Capaz sería de darte todo un mundo. No quiero despertar nunca del sueño en que han sabido sumirme tus palabras. Siento en mi pecho palpitar contento el corazón que apenas palpitaba. Y si acaso del sueño despertase, que fuese entre tus brazos, amor mío. 231 No me niegues la dicha de tenerte a mi lado aunque existan mil peligros. Es difícil la empresa que empezamos. Lo sé, pero te juro que no hay miedo si al final de la lucha tú me aguardas y me espera el cariño de tus besos. 232 Sólo dos tiras y media y hay que ver lo que me cuestan de venderlas. ¡Madre mía! La gente no está dispuesta a acariciarse el bolsillo, a rascar sus faldriqueras. ¡Dos tiras y media sólo y toda la tarde entera! Todo el mundo de paseo o a caminar viendo tiendas, pero qué poco que compran... Tendrán que pagar a Hacienda. Pasan y pasan despacio; otros el paso aligeran. Se me llevan media tira; sólo tira y media queda. ¿No vendrá quien me la compre? ¡No ha de caerme esa breva! ¡Tienten la suerte, señores, 233 que ya cansa la faena! Y así, escribiendo y fumando, no me leí la novela. De esta manera las horas parecen no ser tan lentas. Ya se han pasado las ocho, y las nueve ya están cerca. ¡Me queda más de una tira! Pertinente es devolverla! Espero que llegue pronto alguno que comprar quiera; para marcharme a mi casa, que está esperando la cena. Luego dan El Comisario y mi esposa querrá verla. Después pasará la noche y al otro día otra guerra. Con la luz de la mañana, 234 cuando el astro rey clarea, seguro que de mi pluma han de nacer más poemas. Pero esta noche yo quiero acabar los que me quedan; como nadie se los lleve, a la ONCE irán de vuelta. Ya pasa muy poca gente, ya nadie a comprar se acerca. ¿Y si tuviera el premiado? ¡Mecachis, qué puta pena! Se han apagado las luces de los comercios, ya cierran; me quedan quince cupones... ¡Maldita mi suerte negra! 235 - Solamente una vez amé en la vida... -. Así dice el bolero. Para mí que es mentira. Solamente un amor es muy pobre bagaje para larga existencia, son muy pocas amantes. Yo no sé si es mejor multitud de aventuras, mas resulta aburrido el tener sólo una. No es cinismo, es razón; que, en la vida de un hombre, el variar de cariños no es machismo ni innoble. Y si dice el cantar otra cosa distinta se equivoca de pleno. 236 ¡Qué más da lo que diga! 237 Sirenas que se escuchan en la noche... ¡A saber qué ha ocurrido en algún sitio! Peleas, agresiones, accidentes, atracos, borracheras y litigios. La noche madrileña es peligrosa, revuelta tras correr el vino tinto. ¿Qué digo? Los licores. No se bebe ya vino como ayer, cuando era niño. Sentado en mi rincón, observo el árbol. No sé si es olmo o chopo, acaso pino; no entiendo de esas cosas, pero pienso que tras de mi cristal estoy tranquilo. De nuevo una ambulancia, allá a lo lejos, pasó rauda y veloz armando ruido. Alguno que se muere y no le dejan... ¡Qué estúpido es el mundo, Señor Mío! 238 Silencio de la noche por las calles... ¿Habéis visto quizás cosa tan bella? Está todo callado, todo duerme, ¡pero cuánta pasión la noche encierra! Caminando inseguro, dando saltos, se retira el errante calavera, Silbando entre los dientes unos aires, hablando a las farolas y a las verjas. Un sereno en el fondo... Un maleante que camina al acecho de su presa... Un golfillo durmiendo al buen seguro que el portal de una mansión le presta... Obreros que madrugan o que vuelven rendidos del ardor de la faena... Un loco que suspira en una esquina... Y escribiendo en la noche, hay un poeta. Silencio de la noche por las calles... ¿Habéis visto quizás cosa tan bella? Bohemios caprichosos y artesanos... Y en el cielo, luciendo, las estrellas. 239 El mozo se siente fuerte. el viejo, torpe y cansado. El tiempo todo destruye con el pasar de los años. Ayer me encontraba joven, hasta al Cielo despreciando; hoy, reconozco, me encuentro muy cerca ya de mi ocaso. Y es que se pasa la vida como un suspiro y su engaño no percibimos siquiera, por ello no nos quejamos. La memoria nos castiga con los recuerdos amargos pues no son muchos los buenos, más breves y más escasos. Así transcurre la vida, cual se consume un cigarro. Al final, sólo cenizas. ¡Y de las mismas, ni rastro! 240 Si volviese a nacer, que fuera el mismo. Ni más alto, más rico ni más pobre; conservando también el alma idéntica, traviesa pero noble. Juguetona y alegre cual ninguna, pero nunca dispuesta a jugar doble. A veces me permito ser irónico, mas sin daño a la postre. Pero intuyo difícil la tarea de morir y nacer y otra vez joven volverme como Fausto. Es paradójica, irreal y deforme. 241 Si tuviera treinta años y no los que tengo ahora, muy diferente sería mi existencia y de otra forma. Pasan los días despacio, corren tranquilas las horas y al final ya te das cuenta de que la vida es muy corta. De cómo la derrochaste, de que pudo ser muy otra; pero muy tarde es entonces y el pasado no retorna. ¡Qué de ilusiones perdidas, qué de angustias y zozobras! Entonces era distinto y de penas tenía pocas. Nula importancia le daba a una mujer, a unas copas. Tuve fuerzas suficientes para disfrutarlas todas. 242 Las aventuras pasadas hoy tan sólo son ya sombras. Ni me angustian ni me alegran: Las recuerdo... ¡y a otra cosa! 243 Si soñara en mis noches tal vez fuera con tus labios cercanos, vida mía; aunque dudo que estando tú a mi vera en soñar mis momentos emplearía. Transcurrida mi dulce primavera, deberé descansar; pues que ya el día que fogoso y ardiente mi amor era a la Historia pasó, con mi alegría. Se acabó la ilusión. No es la primera ocasión que me ocurre, mas diría que es posible que sea la postrera. El Destino dirá si eres mi guía. Pues si no ya me veo, sin remedio, solitario abonando cualquier predio. 244 Si soñar cuesta muy poco dormir cuesta mucho a veces, que la conciencia intranquila es un taladro en las sienes. Tú sabrás cómo lo haces, tú sabrás cómo te duermes; a mi ya me importa nada el que descanses o veles. Mas lo que sí me molesta es que por lista te pienses y creas que son los otros ni pizca de inteligentes. Un loco pude curarse con tratamientos y suerte. Pero un estúpido... ¡Nunca! Lo será hasta que reviente. Tú por tonto me has tomado y sigues así, en tus trece. ¡Menos mal que de mi vida te he borrado para siempre! 245 246 ¡Si pudiese soñar como el Quijote y elegir a mi hermosa Dulcinea te aseguro, mujer, y no te engaño, que a otra dama que tú yo no escogiera! Pero ya son pasados esos tiempos. No vivimos, por suerte, en la Edad Media. ¿Dije suerte o desgracia? Pues quién sabe si la vida mejor fue en esa época... Que no habría el confort que hay hoy en día, ¡pero bien que el honor se valoraba! Ahora sólo valor tiene el dinero y ninguno se presta a la palabra. ¡Caballero Quijano, afortunado aunque muchos pensasen que eras loco, con tu lanza pudiste hacer defensa de ese honor que hoy estiman unos pocos! Aunque no consiguieras a esa dama que en tus sueños tu mente hubo ensalzado, da por bien empleados tus percances. Pues si no te dio amor no te hizo daños. 247 248 Si opinas que quiero sólo estar contigo un momento mejor será que me olvides y que pienses que me he muerto. Porque ya sólo un instante no es para mí suficiente: ¡Quiero vivir a tu lado hasta el día de mi muerte! Que no sé si está cercana o si distante se encuentra. Es algo que desconozco, no quiero saber la fecha. Porque miedo sí produce conocer cuándo es la cita con la Parca. Más prefiero vivir sin temor la vida. Que cuando el momento llegue, por más que evitarlo quiera, me llevará de su mano pues no habrá quien la detenga. Así que no pienses eso, te aseguro que te engañas: Busco un amor para siempre, no sólo un rato en la cama. 249 Que mi pasión de hace tiempo ha pasado ya a la Historia. No soy el mozo de antaño, busco a mi edad otras cosas: Tener cariño sincero, buena y grata compañía, un beso que me despierte, alguien que alegre mi vida. ¿Piensas que puedes tú hacerlo? Pues no lo dudes y vente, que el tiempo corre adelante y el ayer ya nunca vuelve. 250 Si la muerte muy pronto me reclama y si cuentas a Dios debo rendir no quisiera morir sin conocerte, sin tenerte un momento junto a mí. Aunque sea un instante breve sólo, con poder tu cabello acariciar me conformo, ¡mi vida! Pido poco, porque nada pedirte puedo más. Turbulento y aciago mi pasado, de la suerte no puedo pretender me regale ningún mejor consuelo que besarte y morirme en paz después. Como mueren los hombres en mi tierra tras vivir su existencia con valor: La conciencia tranquila, ningún miedo y de amores repleto el corazón. Pues no pueden durar eternamente el vigor, la energía y la salud. Algún día, a la postre han de agotarse. Sólo pido que, entonces, estés tú. 251 Pues morir, si te encuentras a mi lado y mis ojos tu mano han de cerrar, moriré sin temor si es que confío en que un día, sin trabas, me amarás. Imposible que exista mayor dicha que tenerte a mi vera en el Edén, contemplar tu sonrisa eternamente, disfrutando por siempre de tu ser. 252 Si he perdido mi tiempo suplicando que esta guerra tremenda no estallara, contra aquellos que no me hicieron caso... me sobran mil palabras. Si hoy que el mundo retiembla conmovido, desgarrada su faz por la metralla, contra aquél que forjara los cañones... me sobran mil palabras. No podré detener los bombardeos ni curar esas carnes laceradas, mas en contra de aquellos que eso aplauden... ¡me sobran mil palabras! 253 Si equivoqué mi camino a tiempo estoy de hacer cambios, pues necesito tan sólo dos palabras de tus labios. Y son estas dos palabras: - ¡Ven conmigo! - . Y presto, raudo, a tu lado volaría con el ímpetu de un rayo. Si me dijeras que fuese rompo y corto por la sano, que pienso que todavía me restan para amar años. Y más vale estar a gusto, por tu amor acompañado, que seguir en el tormento porque estoy atravesando. Una decisión tomada en una noche de mayo bien puede solucionarse con valor y sin reparos. ¿Y si otra vez me confundo? Ésta sería mi ocaso, pues marcha atrás no tendría. ¡Más me vale no pensarlo! 254 255 Sería hermoso volver a casa y encontrarte cocinando, traviesa, entre pucheros. ¿Ves? Así, imagino nuestra vida: Tranquila, relajada, amor sincero. Y no creas que yo quiero encerrarte, como antaño, con la pata quebrada. Es que sé que tú así te diviertes, que moliendo los ajos te descansas. ¿Que qué cosa hay más bella, con cariño, cenar juntos aquello que cocinas, para luego rodearte con mis brazos y llenar todo tu cuerpo de caricias? Es, en suma, la vida que yo ansío. La vida que yo sé que tú deseas: Trabajar, ser felices dulcemente, amarnos hasta el día que Dios quiera. 256 Serena tu inquietud, deja tus sueños. La vida es como viene y no a tu gusto. El hombre es en las manos del Destino juguete que se mueve a sus impulsos. No puedes evitar los imprevistos; intenta superar, pues, los disgustos. El viento a su placer mueve a los hombres, procura tú rodar cual todo el mundo. No luches ni te enfrentes a su embate, procura circular siempre en su rumbo; su fuerza domeñó siempre al más grande, no pienses que en la fuga eres el único. Así pasa hoy en día y pasó siempre, así será en los siglos venideros. El hombre es un muñeco solamente en manos del amor y del deseo. 257 Será como el que cierra una novela, dejándola olvidada en un rincón... Las hojas, con los años, se harán polvo y, después, sobre todo... estará Dios. 258 Sentir celos es de humanos cuando tu amor está lejos y ella es más joven que uno, pues me empiezo a sentir viejo. Sé que no debo dudar y disculpa que me asalte el fantasma de los celos, que sé son celos de nadie. Mas siempre queda la intriga, pues seis horas nos separan. En tanto yo estoy durmiendo, ¡a saber lo que tú hagas! Anoche tú mencionaste ese dicho del ladrón... Sé bien que me lo merezco cuando dudo de tu amor. Pero existe otro refrán refiriéndose a los gatos, que el agua fría rechazan por haberse ya escaldado. 259 En suma, una tontería pero que alma aprisiona. Dejémonos de idioteces y dime que me perdonas. 260 Selvática mujer que habitas lejos y bebes con placer de cuanto escribo, ansío conocerte y que conozcas al hombre y no al autor de tantos ripios. Quisiera poder verte… ¿Cómo hacerlo estando tan lejanos? Mis suspiros, en alas de mis versos, vuelen raudos al sitio donde lees mis escritos. No sé cómo serás. Acaso, hermosa. Mas una cosa es cierta: Que adivino que seas guapa o fea poco importa. Tu alegre corazón es lo que estimo. Mas quiso la Fortuna que supiera que existes y que sepas tú que existo muy tarde acaso ya, puesto que hay lazos que obligan nos separe un ancho abismo. Difícil de salvar es tal obstáculo, mas pueden dos palabras con buen ritmo hacer que tome impulso. Son: - ¡Te quiero! Igual con tal sentir saltar consigo. 261 Sé que no has de volver porque tu orgullo lo impide. Mi vida se va tras ti y sin ti quiero morirme. Necesito de tus besos, necesito de tus risas... ¡Quién pudiera recobrar el calor de tus caricias! Pero sé que son en vano mis sueños de poder verte. Dijiste que para unos días y te fuiste para siempre. 262 Se murió la pasión, tornó el cariño; aquello fue un sopor de noche loca, un maligno tumor en mi cerebro, mi inquietud por jugar con cualquier otra. Pero vuelven la calma y el silencio, la paz y la verdad, nada de sombra. Los engaños se fueron a otros lares, se acabó de mentir, fingir historias. Que bien dice el refrán de la mentira que suele tener siempre patas cortas; me dejaré, por tanto, de más cuentos, dedicaré a tu amor todas mis horas. La pena es que pasaron ya los años y ocasiones de amarte tendré pocas; del vigor juvenil ya poco queda, mas no sólo es el sexo lo que importa. Pues me basta sentirte al lado mío, acostada en la cama, en nuestra alcoba, para dormir tranquilo y despertarme con la conciencia alegre con la aurora. 263 Si un día no despierto, no te apures e intenta no llorar; aunque estés sola, recuerda que te cuido aunque esté lejos, pues siempre alejaré de ti las sombras. Igual que lo fui entonces, cuando chicos; igual que te cuidé cuando eras moza. Podrá quizás la Muerte separarnos, mas no conseguirá te deje a solas. 264 Se ha muerto El Fary, se ha muerto. Lo incineraron ayer. Ya su voz ha enmudecido, no cantará más otra vez. Fue un madrileño castizo, buen galán y hombre de bien; que, a pesar de no ser guapo, venció a Don Juan don José. Cantero se apellidaba. Por causa de Rafael Farina cambió su nombre, pues le salió de los pies. Bajito, castizo y chulo era un chulapo fetén y en su honor hago estos versos, por ser un tipo chipén. 265 Se escribe bien en el tren aunque se tuerzan las letras. Esta tarde las leerás y espero que las entiendas. Que aunque me tiemble la mano está firme la cabeza que es lo que, al cabo, me importa: ¡Que siga teniendo fuerzas! 266 Sale el Sol por la mañana y se pone por la noche. Es, comparando, lo mismo que la existencia del hombre. Pues al salir son pequeños de sus rayos los calores y brilla intenso en su cenit, cual la energía del joven. Pero después, en su ocaso, cuando los años se imponen, ya su fulgor es muy tenue, se va apagando. Y entonces deja lugar al que viene, cede su sitio a otros hombres. El Sol saldrá al otro día. Nosotros iremos... ¿Dónde? El astro rey siempre surge de nuevo en el horizonte Mas las personas, ¡Dios sabe! Lo sabré cuando me toque. 267 268 Roto el pasado, ¿qué guarda el porvenir? Las alegrías muertas... ¡Qué duro es sonreír! Pero no ocurre nada, sigo confiando en Dios. Y, si no, en el Diablo. Fui amigo de los Dos. ¿Con cuál habré de irme? Ni importa ni lo sé. Fue siempre así mi vida: Un vagar sin saber. ¿Cuándo la luz brillante mi mente hará brillar? ¡Ya sé! Cuando, ya muerto, descanse al fin en paz. 269 El tren rodaba deprisa, mas semejaba ser lento al corazón que anhelaba ir de su amor al encuentro. Voló por tierras manchegas, dejó atrás Despeñaperros; En Córdoba se detuvo, la parada fue un infierno. Por fin reemprendió la marcha, otra vez voló de nuevo acercándose a Sevilla, que al fin se mostró a lo lejos. El corazón, palpitante, no me cabía en el pecho; mi ser estaba intranquilo, era todo un puro nervio. Se detuvo en Santa Justa, parada y fin de trayecto. Haciendo acopio de fuerzas me levanté de mi asiento. ¡Azul cielo sevillano que iluminaste mis sueños! Otro he contemplado nunca tan brillante y tan sereno. 270 Pisé el andén con presteza, con paso firme y resuelto. Iba a verme con mi amada... ¿Qué habría de pasar luego? Estaba en el restaurante, me dijo por el teléfono. Me acerqué y, estando al lado, en sus labios puse un beso. Luego emprendimos la marcha, de la mano y satisfechos. Al menos yo sí lo estaba. Ella, no sé, mas lo pienso. Ya en el hotel nos fundimos los dos en un solo cuerpo. Supónganse lo demás, porque yo no se lo cuento. Después se fue todo al traste, pero viví unos momentos que en el alma me han dejado un grato y bello recuerdo. Concluye todo en la vida, pues todo es perecedero. Se terminó aquella historia y otra no habrá, pues soy viejo. 271 272 Romance del rey Fernando, que en todas partes obtuvo un siniestro apelativo: Fernando Séptimo, El Chulo. Pues fue Don Fernando el Siete un despótico monarca que fusiló a sus paisanos y rellenó bien sus arcas. Le llamaron Deseado por ser hijo del deseo de que España fuera libre del francés y de su Imperio. ¡Pero le parta un mal rayo y maldigo su memoria, pues fue rey tras una guerra y legó a su muerte otra! La Constitución de Cádiz juró sin menor reparo y más tarde, sin conciencia, sentenció a sus diputados. Un rey con tantas narices nunca en España ha existido pues las tenía muy grandes, pero más grande el hocico. 273 Se trató de un caradura, sin vergüenza y sin palabra, que a España hundió en la miseria cuando paupérrima estaba. En fin, ¡que vaya elemento sin honor y sin hombría..! A mí me recuerda a alguno de este tiempo y de estos días. Que aunque digan que es odioso el comparar, si sinceros somos todos, le es idéntico el Rodríguez Zapatero. Pero al cabo, ésta es España y tiene lo que merece: Por rey tuvo a un mal nacido y a un lerdo por presidente. 274 Pasan y pasan los días, ¡qué veloz transcurre el tiempo! ¡Cómo sin darnos ni cuenta nos vamos haciendo viejos! Transcurre un año tras otro, sólo nos queda el recuerdo de aquello que ayer vivimos y a vivir no volveremos. Han pasado cinco años desde que diera comienzo mi trabajo en esta empresa... Puedo hacer un testamento con tantas cosas que he visto en este mundo del juego, donde el cliente que compra nunca queda satisfecho. Pues o no le toca nunca, que es lo normal, o es el premio menor de lo que quisiera. ¡El caso es no estar contentos! Porque siempre se ambiciona... ¿Qué tendrá el sucio dinero, que nos gusta tener siempre 275 más de lo que ya tenemos? Una vez tan sólo he dado a ganar miles de euros. ¡Y qué mala suerte tuvo, pues de poco le sirvieron! Que enredado en negras trampas de vicios y trapicheos, no sé en qué líos anduvo pero al final acabó muerto. Otros he visto muy ricos que terminaron pidiendo. Es que el azar es ingrato, aunque ganes corres riesgos. En fin, que tantas historias y peculiares sucesos, pudiera yo relatarles que al final habré de hacerlo. Mas de antemano les digo que es jugar cosa de necios, pero también jugar nunca es alas no darle a un sueño. 276 277 Reinaba Fernando Séptimo, que “el Deseado” llamaron, cuando las Cortes de Cádiz, tras expulsar al “gabacho”, cuando un buen día al Monarca, que “la Pepa” había jurado, se le ocurrió de repente a la Carta no hacer caso. - Yo soy el rey absoluto. Es el pueblo mi vasallo. Y a mí no me manda nadie, ni nobles ni diputados. -. E, ignorando el juramento, hizo “la Pepa” pedazos; y a quienes rey le nombraran hizo subir al cadalso. Fue en la horca su suplicio, no ordenó ni fusilarlos; pues ni una gota de sangre verter juró el muy tirano. 278 Fernando de los demonios, Monarca de los diablos, ¡cómo pagaste el esfuerzo de aquel pueblo con engaños! Infame, ingrato y canalla, dejaste en la Historia claro que no mereció la pena morir para darte el cargo. Pepe Primero, “el Botella”, más noble que tú fue un amo. La lástima es que no fueron más prudentes sus soldados. Hoy los libros te recuerdan como el odioso Fernando e ignoro por qué razones te llamaran Deseado, pues nunca reinó en España, ni tras de ti ni aún antaño, 279 para vergüenza de todos, felón de tan alto rango. ¡Dios te tenga en Su Memoria! Y mejor que sea el Diablo quien te mantenga en su Infierno, entre monstruos y entre trasgos. 280 Recuerdos que en mi mente se confunden de amores, de aventuras, devaneos; de sueños que imposibles resultaron, de empresas que emprendí con tanto empeño. Se funden en confusa mezcolanza, no alcanzo a comprender si fueron ciertos; inundan mi cabeza y la golpean con sórdido y constante martilleo. Un día me reí de cuantos quise, al cabo ellos de mí también rieron. Burlé con mi ironía a cuantos pude; hoy pago ese burlar con suplemento. La vida es como el libro de un contable: El Debe y el Haber siempre parejos. El saldo resultante es beneficio. Procura que éste sea siempre extenso. Pues sale negativo y la has pifiado; resulta que no tiene nada hecho. Ideas que atormentan mi cabeza, ¡inútiles y locos pensamientos! 281 282 Recuerdos de un ayer lejano que en la memoria se pierden. Hoy hace treinta y tres años que me casé. Hoy es viernes pero, en aquella mañana de sábado, como hoy de fría, todo mi ser confiaba, todo alegre parecía. ¡Hay que ver cómo se pasan los años, uno tras otro! Rubio ayer, hoy peino canas; ayer delgado, hoy gordo. ¡Cómo quisiera volver a aquellos años lejanos! Mas no es posible, que es el tiempo el mayor tirano. Pasará ese mismo tiempo y yo ya no estaré aquí. Ya mis cenizas, el viento habrá esparcido, por fin. 283 Mas en un papel escritos se quedarán estos versos: Los versos que, como un grito, han brotado de mi adentro. Tal vez alguien los escuche curioso y quiera leerlos. Espero que en un estuche dorado quiera meterlos. Pues no es que valgan gran cosa, que serán ripios pulidos, pero reflejan mi historia, y recuerdan que he vivido. Hoy es trece de diciembre. Es hoy la Santa Lucía. Es seguro que por siempre recordaré yo este día. 284 Recordar la emoción de tus llegadas... Esa forma de hablarme, aquel reír. Pero un día te fuiste para nunca volver más junto a mí. Sopesando si el gusto que me diste, tanta y grande frenética pasión, compensaron los daños que causaste... ¡Te aseguro que no! Porque pude perder en tu partida el amor de una espléndida mujer. ¡Menos mal que lo nuestro duró poco y la paz recobré! Pero pienso, a pesar de lo sufrido, que mi mente olvidarte no podrá. Como tú me quisiste, de aquel modo, ¡no me querrán jamás! 285 Recordando los tiempos que pasaron se sonroja y se enturbia mi memoria. ¡Cuánto tiempo perdí, que echo de menos, en vivir por placer locas historias! Aventuras que entonces necesarias parecieron sin duda. E imprescindibles. Y que luego, bien visto, he comprobado que eran sólo soñar un imposible. Transcurrieron mis años levemente y se fueron volando, muy deprisa. ¡Cuánta noche perdida haciendo el loco y esperando, sin más, el nuevo día! ¡Qué caudales fundí, sin echar cuentas de que fueran mañana necesarios! Me pensé que sería siempre rico, que jamás viviría de un salario. Cual cigarra ignoré que todo acaba y cantando pasé mi primavera. El otoño ha llegado y, con voz ronca, ya tan sólo cantar puedo mis penas. 286 Pero habrá que seguir, no hay más remedio: Confiar que, con suerte, el cuerpo aguante. El final llegará. Dios me conceda que las cuentas entonces bien me cuadren. 287 ¡Quitaros de mi vida, misteriosos susurros de las sombras que me envuelven! ¡Dejad que al fin descanse venturoso del pérfido huracán que nunca duerme! ¡Haced que mi alma goce de la dicha o, al menos, que en la calma se sosiegue! Cansado tengo el cuerpo y las desdichas hirieron mi cerebro igual que siempre. De ardides estoy harto. Y de traiciones, de mentiras, de urdir constantemente historias y engañar; que no razone si no es para fingir todas las veces. El sueño me rodea. Fatigado quisiera dormitar aunque sea un breve instante en mi vivir; pero, malvados, los recuerdos de ayer no lo consienten. 288 Quiero tenerte en mis brazos otra vez y otras mil veces, mientras que pasan los días, mientras que corren los meses, en el rodar de los años, hasta que venga la muerte. Y el día que todo acabe, cuando la muerte al fin llegue, quiero que con tus bellos labios los míos, indignos, beses. Pues me has mostrado un amor como el que soñara siempre. ¡Y mira que tuve amores, mira que tuve mujeres..! Mas como tú no hubo otra que como tú se me diese entera en alma y en cuerpo, ardorosa e impaciente. Soñaba en una aventura y resultó que tú eres la estrella que yo esperaba, el talismán de mi suerte. Que nunca me falte, espero, el cariño que me tienes pues, si llegara a faltarme, no podría defenderme de los golpes del Destino, que hiere con garras crueles. No valdría para nada por más éxitos que hubiese. Por eso te digo, hermosa, que a mi lado he de tenerte mientras que corran los días, mientras que pasen los meses, 289 en el rodar de los años, hasta que llegue la muerte. 290 Quiero tenerte en mi casa, quiero que estés a mi lado, quiero que bebas los besos que quieren darte mis labios. Quiero dormir junto a ti para que en sueños me beses y al despertarme notar que a mi lado te estremeces. Ya pocos días separan nuestros cuerpos, nuestras penas. Pero van a hacerse largos, va a ser una espera eterna. Mas cuando juntos, por fin, estemos uno del otro, va a ser un dulce gozar: Música, amor y nosotros. 291 Quiero contaros la historia de un joven mal educado que vino a cobrar un premio y se marchó sin cobrarlo. Dieciséis euros tenía en boletos bien ganados. Me los mostró y dio la orden: - ¡Páguemelos de inmediato! -. Al pronto quedé confuso, sorprendido, hecho pedazos. - ¿Qué cosa me ha dicho, joven, que de entenderle bien trato? -. - ¡Joder, que me dé el dinero! -. - ¿Y si no quisiera dárselo? Que los favores se piden y que está en mí el regalarlos. -. - ¿Tan seguro me lo dices? -. (Ya el usted se vino abajo). - Tan seguro, que no cobras. Ya de aquí te estás largando. -. Me miró fiero a los ojos. Le observé yo de soslayo. Masculló no sé qué cosas y yo me encendí un cigarro. Me amenazó con el puño. Es que no hice ni caso. Algo dijo de mi padre. ¡Menos mal que era de plástico! 292 Con ésas, salí a la puerta llevando un palo en la mano; “quita manías” que llaman, que a usarlo aprendí antaño. Era más alto y más fuerte, más joven y más gallardo; pero leyó en mi mirada que mi aguante no es muy largo. Y ésta es la historia, señores, de un patán de pelo largo que se marchó sin dinero y entre las piernas el rabo. La educación en la escuela aprender es necesario si no quieres que un castizo te la enseñe con un palo. 293 No sé si saben ustedes que, como el escribir no vende, este villano trabaja cual cualquier bicho viviente. Y así, todas las mañanas, poco antes de las siete el despertador le avisa para que el pobre despierte. A las siete y media en punto dentro del Metro se mete y allí dentro, apretujado, como ganado se siente. Tras de varias estaciones el Metro al fin se detiene y en la Plaza de Castilla se apea en un mar de gente. Allí el autobús espera que debe llevarle a Algete, pueblo próximo a Madrid, kilómetro veintisiete. Allí tiene su oficina, allí obedece a sus jefes, allí se gana el condumio con el sudor de su frente. 294 Esta mañana de huelga, porque de junio hoy es veinte, el villano ha madrugado más que por costumbre tiene. Por si comer no podía por si restaurant no hubiese, ha tomado un desayuno sobre lo normal más fuerte. Ha salido muy deprisa, el Sol apenas luciente, y en el Metro se ha metido como acostumbra hacer siempre. Al autobús ha llegado mucho antes que otras veces, las siete y media serían, y ya estaban los piquetes informativos que dicen y amenazantes parecen. El villano allí se sienta y un cigarrillo se enciende. Ya ha pasado media hora. Otro cigarro se prende. Y así tras del uno el otro, dale que dale al fumeque. 295 A eso de las nueve y diez unos Policías vienen e informan al personal que no hay autobús. – Agente, ¿y eso por qué? - Es que han dado orden de que las cocheras cierren y que no las abran hasta al menos el día siguiente. El villano, muy enfadado porque él trabajar aún quiere, busca un taxi y no lo encuentra pues no hay taxistas valientes. Así que se toma el Metro y para su casa vuelve. Allí se aburre de tedio, allí nada le entretiene. Decir, en la radio escucha al Ministro, alegremente: - Hemos vencido a la huelga. Y en tono bien diferente, escucha a un líder obrero decir que han ganado. - ¡Mienten!, clama el villano, indignado. - ¡De veras que hay que joderse! 296 Yo estoy como enfermo en casa cuando estoy sano y bien fuerte. Y encima habré de escuchar cómo el señor Presidente llama a los parados vagos porque el trabajo no sienten. Pues que a ambos den por saco y a ver si el jornal invierten, que me quitan, en farmacia, en pomadas y en aceites que alivien ese dolor que dicen que “allí” se siente. Aunque acaso ya han costumbre y que les den les divierte, porque los sindicalistas están en el bar de enfrente festejando, en tanto Aznar sigue estando sonriente. Y estos versos escribió solitario en su rincón... un villano cabreado, Y colorín, colorado, de manos un apretón, 297 que este cuento se ha acabado. Al 20-J de este año de gracia. 298 ¡Qué rica y cuánto avispada, qué preciosa está mi nieta! Con esos ojos de gata, más “salá” que las pesetas, ¡Cómo recorre el pasillo en una rauda carrera, con pasos zangolotinos, para encontrar a su abuela! ¡Y cómo acude a mi encuentro a que le cante Noelia! Sus negros ojos abiertos, escuchando con sorpresa. Luego se acerca al piano y toca todas las teclas. Rompe de risa cantando. ¡Ay, Virgen, si no creciera! 299 ¿Que por ti voy yo a llorar? ¡No te lo crees ni soñando! Pues bien curtida que está mi alma ya de otros llantos. No me quisiste, mujer, como esperaba que fuera; no te escribo con desdén, pero quizás sí con pena. Porque yo tengo la gloria que habré de alcanzar un día. Tú, tan sólo tus memorias de tristes melancolías. Ya te dije que un poeta es cual caja de Pandora: Muchos misterios se encierran en su mente y en sus obras. Y yo inmortal quise hacerte, como Beethoven a Elisa; como Leonardo a la alegre señora de las sonrisas. 300 No lo tuviste tú en cuenta y no quisiste hacer caso. Pues busca quien más te venda y te cobre tan barato. 301 ¿Qué mejor poesía habrá que el beso que tus labios divinos atesoran como el oro que guarda en sus entrañas la arena de los ríos, codiciosa? ¿Qué mejor poesía habrá en los libros del poeta que sueña con la Gloria que una sola mirada de esas tuyas, que iluminan la más tupida sombra? ¿Qué mejor poesía habrá que el verso que he escrito para ti, los dos a solas, con la pluma fecunda de mis labios sobre el papiro virgen de tu boca? 302 Allí en la torre, juntos, se me perdió la mente pensando en mil quimeras, sobre el río. De pronto, preguntaste, un poco inquieta: "- ¿Qué te sucede, qué piensas, amor mío?" Y yo te dije": - En nada, no te inquietes, pero, ya ves...,¡en nada y me sonrío! Siento el alma reír y el labio alegre, pero no sé el motivo..." Después, tú me besaste suavemente, me miraste anhelante, con cariño, y yo, que no entendía aquella risa, lo comprendí ya todo y di un suspiro... 303 Será como el que cierra una novela, dejándola olvidada en un rincón... Las hojas, con los años, se harán polvo y, después, sobre todo... estará Dios. 304 De los altos cipreses a los pies, en un triste paraje, de hojarasca cubierta por un manto, habrá una tumba sin más cruz que la sombra de las ramas... Y un sencillo epitafio habrá en el cielo, escrito en caracteres de desgracia: "He pasado, buscando, por la vida, no encontrando jamás lo que buscaba..." 305 Silencio de la noche por las calles... ¿Habéis visto quizás cosa tan bella? Está todo callado, todo duerme, ¡pero cuánta pasión la noche encierra! Caminando inseguro, dando saltos, se retira el errante calavera, silbando entre los dientes unos aires, hablando a las farolas y a las verjas. Un sereno en el fondo... Un maleante que camina al acecho de su presa... Un golfillo durmiendo al buen seguro que el portal de una mansión le presta... Obreros que madrugan o que vuelven rendidos del ardor de la faena... Un loco que suspira en una esquina... Y escribiendo en la noche, hay un poeta. Silencio de la noche por las calles... ¿Habéis visto quizás cosa tan bella? Bohemios caprichosos y artesanos... Y en el cielo, luciendo, las estrellas. 306 En tus ojos traviesos se esconde un duende, un mágico misterio, un cascabel alegre... ¡Quién pudiera su risa mirar de cerca, sentirse transportado hacia otra esfera donde poder besarte..! ¡Ay, quién pudiera robarte una mirada, niña querida! ¡Ay, quién pudiera perder el alma por tu sonrisa! En tus ojos traviesos se esconde un duende... ¡Quién pudiera en su cueva dormir por siempre...! 307 Capitán de los Tercios soñé un día ser en Flandes, logrando con mi espada, en mis sueños de gloria juveniles, la victoria en la sórdida batalla. Dirigiendo mi hueste, expuesto al fuego, apoyado en mis hombres y en sus lanzas, la bandera agitaba en una mano, avivando su ardor sin hacer falta. Que eran hombres de estirpe noble y buena, luchadores sin miedo, gente brava; pues corría en sus venas la más pura, sin dudar, de la sangre castellana. Hidalguía y valor cual hubo nunca. Gente, sí, muy propensa a la bravata; mas sabiendo tenerse firmes luego, hombres prestos también a la jarana. Andaluces de pro iban con ellos, extremeños de piel seca y quemada, catalanes y vascos, valencianos, huertanicos, gallegos, de Navarra. 308 A mi lado avanzaba un zagalillo que ni apenas si un metro levantaba, arrancando al tambor tales redobles que hasta hacían vibrar de gozo el alma. Enemigos al frente y a ambos lados, asonaron tremendas las descargas. El zagal cayó herido y, desde el suelo, moribunda su voz, gritó: - ¡A la carga! Y avanzaron mis bravos luchadores con tal furia, tal ímpetu y tal ansia que hay un río en Europa desde entonces donde corre la sangre en vez del agua. Capitán de los Tercios soñé un día ser en Flandes... Mas pronto llegó el alba. Se apagaron las luces del Imperio, se apagaron las glorias de mi España. 309 Montes de Granada hermosa, jazmines que hay en la vega, ojos de mujer moruna, al irme me voy con pena. Tierra que vio a Federico componiendo sus poemas, hechizo de bellas noches, suspiros entre tinieblas... Es el rey moro quien gime, quien llora, quien se lamenta, tras su obligada partida, despojado de su hacienda. Esta tarde, en breve rato, he de partir y aquí queda, sin dejar amor ninguno, el alma de amores llena. Aguardo volver a verte y espero que cuando vuelva sigas tan bella y hermosa. Adiós, Granada serena. 310 No me extraño de las luchas, nada me extrañan las guerras que mantuvieron los moros y los cristianos, sin tregua, por conseguir tus vergeles, por conquistar tu belleza, por ser dueños de tus fuentes, de tu Alhambra, tus callejas. Adiós, Granada, ya parto. Veo un tren que va a Marchena; un poco tarda aún el mío, que va a tierras madrileñas. 311 Magerit también fue mora, algo de tu sangre lleva, pero no tiene el encanto de tus mujeres morenas. Y aunque castizo de estirpe, por muy chulapo que sea, siento en el alma honda envidia de quien se queda a tu vera. Adiós, Granada querida; ya comprendí que un poeta bajo tu sol alumbraras. ¡Que él me transmita su emblema! 312 Olivares sin fin, más olivares... Aquí escribió Miguel su Poesía. Jaén, ¡qué verde luces en la tarde, plagado de silencio y de armonía! Se desliza tan suave el tren, si cabe, que no aprecias el ruido de la vía; se va ocultando el Sol, la Luna sale, con miedo, con temor. Ya acaba el día. Quedan horas aún, largo el viaje y es larga la demora y la alegría de volver en mis brazos a estrecharte, toledana querida, vida mía. Mil veces te engañé, tal vez te engañe otras mil o quizás más todavía; pero muy bien seguro estoy que sabes que siempre torna a ti mi Fantasía. 313 Al alba iré a buscarte, vida mía, pero no temas que vaya somnoliento que al tiempo que comienza un nuevo día comenzaré una vida bien despierto. Al alba te veré, quizá entre niebla difusa tu figura esplendorosa. ¡Qué pena que no encuentre nada abierto para poder ofrecerte algunas rosas! Rosas rojas de amor, cual es mi sangre. Rosas rojas de amor como un presente que te ofrece un corazón ilusionado, un regalo de un corazón ardiente. Pero sé ya muy bien que no precisas que te regale nada ni adornarte. Te conformas con el brillo de mis ojos cuando puedan por fin lograr mirarte. Puedes estar muy tranquila, vida mía, que esa imagen con la que mi alma sueña la tengo bien grabada ya en mi mente, que tu risa me ha dado bien tus señas. Y así, después de un beso, muy despacio hacia el nido de amor nos marcharemos. Quisieran nuestros pies volar deprisa, pero sabremos sofocar nuestros anhelos. 314 Que el tiempo corre raudo mas, no obstante, tiempo tendremos de sobra para amarnos. Mejor será el reloj de nuestras vidas por unos días detenerlo, hasta pararlo. Así no sentirás pasar las horas ni pensarás jamás en la partida. Que aunque tengas que irte, ya en mi alma tu presencia ya siempre queda inscrita. Y en el momento amargo en que te vayas, cuando el tren ya camine por la vía, mi mente estará haciendo mil planes preparando febril la nueva cita. Porque nadie podrá ya separarnos aunque aleguen legítimas razones. No se separan nunca, si se quieren de verdad, con amor, dos corazones. Y aunque hubiera mil leguas de distancia, aunque hubiera un Océano de por medio, sabré yo sortearlos afanoso para a tu dulce afán poner remedio. Al alba iré a buscarte, vida mía. Y ese alba se encuentra ya cercano. Mas, ¡qué eternos los días se me hacen! ¡Cuán amarga la espera de encontrarnos! 315 Caballero es aquél que se proclama campeón de causas justas y que enmienda los entuertos que encuentra en esa senda que recorre cansado y que reclama justicia para todos, mientras brama furor al enfrentarse en cruel contienda. Conozco que es difícil que se entienda y piensen que de un cuento es burda trama que en los albores del siglo veintiuno, donde el amo del mundo es el dinero, sea extraño que pueda haber ninguno. Aseguro que quedan y me esmero por imitar su ardor. Pero hay alguno que, al reclamarle en lid, dice: - No quiero. Y orgulloso y truhán vuelve su lanza. Me da que me topé con Sancho Panza. 316 Lidiar en buena lid con un valiente es mejor, he pensado así de pronto. Al menos esa lid tiene aliciente, mejor es que luchar con algún tonto. Que un rival enaltece la pelea si con ideas felices se defiende. Mas ignoro la riña por qué sea, mi cabeza lo piensa y no lo entiende. Que hay gente peleona por natura es cosa ya sabida y que, dispuesta a enfrentarse con otro, se asegura de ganar aun con trampas esa apuesta. Bien dicen que en la mesa y que en el juego al caballero al pronto bien conoces. Los otros nunca están dispuestos luego a perder sonrientes. Dando voces aseguran que trampas les han hecho cuando ellos las tenían preparadas, clamando a todo el Orbe: - ¡No hay derecho!, mientras rompen las cartas bien marcadas. 317 Yo con esos me río y aunque el brazo a punto no se encuentre nunca es manca mi pluma y les diré sin embarazo: - Nada presta que valga Salamanca. Que si Dios no te dio buena conciencia, a la Musa no oirás ni con trompeta, No dudo de que aprendas mucha Ciencia y hagas versos, mas no serás poeta. 318 Temer a la vejez es ilusorio. ¿Quién sabe los designios de la Parca? A todos por igual su mano abarca, no existe para huir un territorio. Conciso sea quizás o dilatorio el plazo que nos preste el de la barca; al cabo cruzaremos esa charca, caudal que lleva al lecho mortuorio. Los remos manejados por Caronte la Estigia batirán. Tras la negrura del agua has de observar un horizonte: La costa de la Muerte, torva, oscura. Aguarda allí a juzgarnos nuestro arconte de forma singular, severa y dura. Humilde ser procura. Abona sus monedas al barquero y evita los colmillos de Cerbero. 319 Curaba Don Quijote los porrazos causados por la fuerza del molino. - Gigante es el ladrón. Pero es ladino y en aspas convertir supo sus brazos. Pudiera yo partirle en mil pedazos, pues grande es mi vigor; pero el Destino no quiso que acertase con buen tino mi lanza en su disfraz. ¡Qué de estacazos! Molido tengo el cuerpo, Dulcinea, belleza sin igual donde las haya. Gran gloria conseguí de esta pelea, mas pienso no perdí yo la batalla. Bailé en esta ocasión con la más fea, por culpa y malas artes de un canalla. Quizás nadie me crea, mas pude triunfador ser del gigante si un áspid no me asusta a Rocinante. 320 Es sabio cuando afirma el refranero: Si quieres conocer cómo es Pepito entrégale el poder de un ruin carguito, que piense que domina el mundo entero. Palabra ya obsoleta: ¡Compañero! Y tuvo un resonar bello y bonito... Sufrir el mismo esfuerzo, el mismo grito rebelde proferir. Pacto sincero. Mas puede más la envidia, vil pecado, de al otro ver feliz que cualquier cosa. Rumiando va en su alma el amargado, la rabia le devora cual raposa. Es norma de la Vida: Gran cuidado habremos de tener de la envidiosa. 321 Afirma ese refrán que la alegría en casa del humilde poco dura; es cierto y además siempre es locura soñar, siendo de noche, que es de día. No sé si en las demás, mas en la mía se agota el caudal pronto y, si se apura, que el fin de mes se llegue con premura le ruego a, con fervor, Santa Lucía. ¡La nómina bendita llegue pronto, no tarde más de un día el financiero! Pues cierto es que se me pone cara tonto mirando que mi cuenta se halla a cero. Alegra el corazón al ver su monto, que puedes ya gastar sin ser austero. Lo malo es, del dinero, que viene y que se marcha en un suspiro. ¡Galopa el condenado como un tiro! 322 Pensar en el futuro es muy sencillo partiendo de tener mucho dinero; podrás vivir tranquilo. El verdadero problema se presenta si el bolsillo vacío lo tuvieras. No es sencillo zurcir con firme pulso el agujero que, a causa de un vivir aventurero, abrióse en las costuras del fondillo. Habrás de ser cigarra, que a la hormiga muy malo el porvenir se le presenta. Tendrás, te lo aseguro, mano amiga en tanto que repleta esté tu cuenta. Es fácil de entender, mas tiene miga: En esta sociedad todo está en venta. 323 Envuelve el corazón gran alegría saber que soy capaz de declamarte los versos de Machado, vida mía, lograr que con mi voz llegue a ti el Arte. Quizás quien lo leyere no lo entienda. Yo escribo para ti, mi prenda amada; mujer que sostener supo la rienda, frenando mi palabra acelerada. Ya sé que nos separa la distancia, que hay miles de kilómetros por medio. La técnica restó toda importancia, brindándole poder al dulce asedio. Asedio que ya he puesto a tu dulzura, cercando tu muralla en mi demencia. Te ruego que te rindas, no seas dura; no ofrezcas a mi amor más resistencia. Si obstáculos pusieras a este cerco, negándote a rendirte a mi deseo, sabrás, mi dulce bien, que soy muy terco; tenaz como en su día fue Odiseo. 324 Murallas asoló con su cautela; la mía con la tuya hará lo mismo. Entrega sin luchar tu ciudadela, evita de la guerra el dramatismo. Diez años él tardó en lograr victoria, no pienso concederte tan gran plazo. Me tengo muy estudiada aquella historia, no debes resistirte ante mi abrazo. Que el tiempo se nos pasa y queda poco, no somos ya los jóvenes de antaño. Entrega tu bandera o, como un loco, sabré luchar por ella. Y no te engaño. 325 Perdí toda ilusión. No he compañera que alivie mi penar, me dé consuelo. Inútil es mi lucha, mi desvelo; en casa es la alcancía quien me espera. ¿Adónde fue el amor de primavera, a dónde aquel cariño y aquel celo? Cubiertos hoy se encuentran por el hielo y dudo que un volcán los reviviera. Ya sirvo solamente porque aporto dinero el suficiente que precisas. ¡No aguanto tal razón! Se queda corto tan sólo que me laves las camisas. Yo quiero una mujer que esté conmigo, que sea a la vez hembra y un amigo. 326 Pregunta mi razón cuándo en la tierra la paz podrá reinar entre la gente. Horrísono un ¡jamás! oigo en mi mente, un sórdido atambor que al alma aterra. El ánima del hombre el odio encierra, llevando en su raíz yerma simiente que impulsa a asesinar y, ciertamente, placer halla en matar y en hacer guerra. Caín a Abel mató siendo su hermano... Razón es, pues, matar al forastero; odiar al diferente, al que es distinto. Así suele actuar el ser humano: De un odio secular es prisionero y preso será siempre de este instinto. 327 ¿Quién pudo suponer, con tantos años, que sienta en mi interior nuevo deseo, un ímpetu febril como un mareo que inunda el corazón sin causar daños? ¡Dejémonos de bromas y de engaños, de ingrata falsedad! El himeneo pasados los sesenta ya no es, creo, un bálsamo que cura desengaños. Existe la ilusión si hay alegría, salud y la inquietud de dar cariño. Mirar amanecer un nuevo día, igual que se admiraba cuando niño, al lado de persona que te quiera. Mas eso no se logra con cualquiera. 328 Ayer conté tu historia a una cualquiera, (lo digo sin afán peyorativo), e ignoro la razón, no sé el motivo. Por no saber, no supe ni quién era. Le hablé de una lejana primavera que añoro con afán tan emotivo que a veces me pregunto cómo vivo después que te marchases de mi vera. Le hablé de tu traición o del engaño que hicieron prosperar sobre tu mente. Conté cuanto dolor y cuanto daño dejaste en mi vivir. Y solamente mentí cuando le dije que en mi alma ya reina otra ilusión y estoy en calma. Lo cierto es que, si debo ser sincero, igual que a ti te quise a nadie quiero. Y a nadie quise nunca de tal forma; mas tengo que fingir, pues es la norma. 329 Extraña soledad en primavera inunda a los poetas, está escrito. Ignoro la razón, pero un maldito sopor lleva a la Musa de su vera. Lo dicen y quizás larga es la espera; mas, quieto el cazador, en el garlito sin duda cae la presa. Y lo repito: Cuestión es de aguardar a que ella quiera. Total: Que es, a la postre y concluyente, la Musa quien elige el dulce instante. No olvides que es mujer y que al amante son ellas quienes toman normalmente, por mucho que un Don Juan largue bastante. Seguro es que una coma y ciento cuente. 330 Soñar con el triunfo no es sofoco; tan sólo cuesta un poco de alegría, vivir con plenitud el día a día, fingir, ¿y por qué no?, que estás muy loco. No vale darle vueltas, ni tampoco dejarte dominar por la agonía de ver cómo la risa en ironía se torna con los años poco a poco. De joven ves las cosas diferentes, la gloria está al alcance de la mano; la muerte está lejana y no presientes que pueda a ti llegarte, pues no en vano semeja que eso es tema de otras gentes. No piensas que jamás serás anciano. Después llega el verano... Detrás llega el otoño y el invierno. Y luego ya a dormir el sueño eterno. 331 Contento y satisfecho, con el vino que acaba de comprar va por la acera, en busca de su eterna borrachera, el viejo borrachín tras su destino. Se para a saludar. Aún no va fino, aún queda lucidez en su mollera; me cuenta de un tirón su vida entera y, luego, alegre sigue su camino. Mi imagen me recuerda del pasado si miro para atrás. Y me asemeja espejo en que me veo reflejado, con ceño siempre amargo y cara vieja. ¡Ten fuerza y energía, compañero! Posible es de dejar ese sendero. 332 Tus ojos eran verdes esmeraldas. Y verdes siguen siendo aunque vean menos; ¡también era delgada mi cintura y rubios y abundantes mis cabellos! Los años han pasado y, con su curso, conozco ya tu cuerpo como el mío; tres hijos te engendré y al mundo echaste y sigue nuestro amor estando vivo. Pasaste por engaños y traiciones, vivimos malestares y amarguras; mas, pese a mis traiciones, tú supiste volver y perdonar tanta locura. Se acerca ya el final de nuestras vidas; un tiempo que, quizás, acabe pronto. Te juro, vida mía, que prefiero marcharme yo primero y no estar solo. Mas manda en estos trances el Destino. Es dueño de la vida y de la muerte. Si ordena que te marches la primera, que siga yo tu andar rápidamente. 333 334 Callejas toledanas en estío andadas con tu mano entre las mías, hebraicas y morunas melodías llegando hasta tu casa desde el río. Tu madre, vigilante: - ¡No me fío! – Tú, entonces, simulando, te reías. - ¡Por Dios, madre, ¿de qué, dime, no fías? – - Del fin de ese fantástico amorío. - Hoy yace ya su cuerpo bajo tierra. Nacer vio sus tres nietos. Y aquel yerno, del cual desconfió, no le dio guerra; con ella, en su sufrir, siempre fue tierno. ¡Alcázar Imperial y soberano, en ti nació mi amor aquél verano! 335 Cabizbajo se andaba Don Quijote pensando en la beldad de Dulcinea, pues Sancho le contó que era muy fea, patizamba, ojituerta y con bigote. - Del embrujo de un mago sufre azote, que busca con maldad que así se vea; mas la he de liberar, que no sea rea de ese hechizo fatal, de ese pegote. - Ajustóse la lanza con esmero Y, presto a alancear, tomó el camino del Toboso añorado, el caballero. Mas, por torpe crueldad de su Destino, un gigante cruzóse en su sendero. Ya sabéis el final: Era un molino. Después de tal evento, ya no hay duda de que fuera la bella bigotuda. Pero a Alonso importó poco tal cosa, en sus sueños soñaba que era hermosa. 336 Una hermosa mujer pasó ligera un instante, tan sólo, por mi vida; quizás le di la suerte que ella espera o tal vez mal recuerdo que se olvida. Ella la inspiración despertó entera de mi mente que estaba cual dormida. Sus senos me mostró de tal manera que emergió mi lujuria adormecida. Mas, luego, caprichosa, por la acera se marchó con un hombre, divertida; sin soñar, de seguro, ni siquiera, que engendraba un poema su partida. Mujer que traes sabor a primavera, mujer que te marchaste, en esa huída quisiera perseguirte; y, prisionera, tenerte a mi capricho sometida. Forjaste en mí ilusión, fue una quimera; mas tiempo es de olvidar, que en tu guarida ya estarás con tu amor de compañera y con él yacerás muy complacida. 337 Que te dé gran placer, aunque quisiera, hermosa y tan gentil desconocida, con gusto ser yo aquél que te lo diera. ¡Maldita la ocasión que fue perdida! 338 La fama y el honor son las razones que tengo en más estima en esta vida. Prefiero perecer a que, perdida, me encuentre con la honra en los talones. Amigo no fui nunca de blasones, tampoco de alabanzas que no pida. Y, al no pedirlas nunca, es bienvenida aquella que no ponga condiciones. No ansío la fortuna, si me alcanza a hacer lo que preciso meramente. Tampoco necesito la alabanza. Decir que soy honrado es suficiente. Pues vale más tener buena semblanza que, rico y triunfador, ser mala gente. Bondadoso y clemente con todo aquél que venga con nobleza. Quien llegue con doblez... ¡Ay, su cabeza! 339 Protectora de amantes, noche oscura, no marches tan veloz; porque mi amada contigo marchará en la madrugada, llenándome su fuga de amargura. Protege con tus sombras mi captura pues, presa de mi amor, yace en mi almohada su faz llena de besos, sonrojada, después que mi impudor manchó su albura. ¡Detén tu caminar, bella Selene, no quieras aumentar mi sufrimiento! Pues duro es el penar y no conviene que tornes mi placer en cruel tormento. ¡Detén, noche, tu curso! A tu caverna no vuelvas y mi dicha será eterna. Que quiero sus favores, muy despacio, gozar muy lentamente y no con prisas. Parar debes tu marcha en el espacio, ¡no pongas a mis ansias cortapisas! 340 Me dijo una gitana que una vida viví con el Cortés como apellido; no pienso que tal haya sucedido, mas nada que yo sepa hay que lo impida. El caso es que mandando una partida de locos de mi talla, fui atrevido y al rico Moctezuma de su nido saqué con gran penar de su guarida. Sudor y mucha sangre castellana costó la Noche Triste; mas, no obstante la ayuda de una bella mexicana, Malinche, gran mujer y hermosa amante condujo mi bandera capitana al éxito total sobre el gigante. Por ello, allí delante de toda mi mesnada, fue mi esposa; pues mucho de mi honor debí a la hermosa. 341 Sin ganas de dormir, yo tuve un sueño tranquilo; no fue alegre ni fue triste. A transformarlo en verso se resiste mi mente; mas, tozudo, la domeño. Pensé de una fortuna ser el dueño, dejar de trabajar y, así, al despiste, vagar por un lugar que sé que existe en donde nadie llora y frunce el ceño. Eterna brilla allí la primavera en esa maravilla de paraje. y surca un lago azul nave velera mecida por un plácido oleaje. Elíseo le nominan muchas gentes; le llaman el Edén de los valientes. 342 Viví en mi mocedad la Primavera feliz y sin pensar, casi inconsciente, que hubiera gran pesar en otro ambiente ajeno a mi existencia placentera. Recuerdos de una España que viviera... Alegres, por ser joven e inocente. Después ya descubrí que hubo otra gente, por ansias de ser libre, prisionera. Aquella multitud acogotada en cárceles siniestras, desprovista de voz y pensamiento, no hizo nada. Si acaso, confesar ser comunista. Y muchos, ni siquiera. Mientras tanto, vivía yo tan sólo para el canto... ¡Pensar que yo entonaba una romanza que hablaba de ilusión y de esperanza..! ¡Y tantos soportando la amargura de aquella vil y triste Dictadura! 343 En riñas enzarzado, Don Quijote, anduvo por los campos de la España repleto de furor. Y no me extraña que golpes recibiera por ser zote. Lo mismo le sucede a mi bigote por gente fomentar de mal calaña. Un día un mal barbero me lo “apaña” y tengo que esperar a que rebrote. Amigo soy de broncas, lo confieso. Y más cuando son nobles mis querellas. Será, sin duda alguna, que es por eso que veo con frecuencia las estrellas. Mas nada me amedrenta ni me asusta si lucho por mi honor o causa justa. 344 Estando ya cercano a los sesenta, anoche nuevamente un esperpento surgió de su refugio. Fue un momento, que a poco me sitúa en los cincuenta. Persiste ese fantasma que se inventa mi mente en un diabólico tormento; un loco frenesí, como un lamento del cual ya mi magín ni se da cuenta. Recuerdos del ayer que en mi memoria se alojan tenazmente, fantasías. Conclusa y acabada está esa historia, mas siguen amargándome los días los torpes pensamientos y la euforia de besos, de placeres y alegrías. Girando va la noria y llena el cangilón constantemente. Igual, a mi pesar, rueda mi mente. 345 Pensando en el final de la jornada se marchan las ideas de la mente cual pájaros que a clima más caliente emigran en otoño en gran bandada. Renaces cuando llega la alborada y el cuerpo se despierta levemente; comienzas la labor y, de repente, percibes que es de noche e hiciste nada. Tan sólo vegetar, pasar las horas; acaso una labor grata y sencilla. Quizás, por ser muy torpe, donde moras, llegaste a organizar una rencilla. La vida es caprichosa y el Destino conduce a cada cual por su camino. Los más van por angostos vericuetos, algunos por alfombra bien mullida. Mas todos al albur somos sujetos: Juguetes en las manos de la Vida. 346 En sueños fui buscando la quimera, pensé la encontraría en el camino; mas quiso no la hallase mi Destino por mucho que encontrármela quisiera. Mi vida fue, en verdad, aventurera. De nada me faltó: Mujeres, vino, amores y dinero. Un desatino. Y luego, a la vejez, la amarga espera. Es triste recordar tiempos mejores, repletos de triunfos y victorias. Conforme en que pudieron ser peores, hay muchas y más trágicas historias. Mas pienso yo en la mía solamente, quien piensa en los demás no es consecuente. 347 Para mí terminó la Poesía. No apetezco escribir y nada escribo. Me consuela y me basta el estar vivo, ¿para qué desgastar mi fantasía? ¿Qué provoca gastar tanta energía? Si me dieran un único motivo... Mas no existen prebendas ni recibo ni dinero ni bienes ni alegría. Solamente disgustos da la pluma; enemigos te creas a destajo. No disipa la mente de la bruma, no consigues vivir sin tu trabajo. No consigo el cerebro dejar quieto, sin querer ya está escrito este soneto. 348 Soldado en las mesnadas de la vida jamás fui general, mas sí sargento. Mi voz supo dictar con recio acento las órdenes del mando, embravecida. Mas nunca fue mi meta, en la medida que cabe, ser el héroe de un evento. No quise destacar, no hice el intento; no tuve el valor loco de un suicida. Y juro que tampoco me arrepiento. La fama no busqué, fue comedida por siempre mi actitud. Si algún momento soñé alcanzar laureles enseguida cesé de acariciar el firmamento, dejando tal honor a quien lo pida. 349 Muy solo en mi ilusión y en mi tristeza, revela el corazón paz y armonía. Lejano ya se encuentra el triste día que tuve un avispero en mi cabeza. Llevado del hastío y la pereza mi vida derroché; y hoy, ya, vacía de tanta desazón y fantasía, intuyo que una etapa nueva empieza. ¿Será que es el final? No lo presiento. Más pienso que me queda mucha guerra. ¿Poemas que escribir? Un testamento con versos en que exprese cuanto encierra mi mente en su alborozo y su contento. ¡Me queda por hacer mucho en la tierra! 350 Inmensa multitud va caminando, despacio o decidida, por la acera. Un joven angustiado desespera; presume que un plantón ya le están dando. Las horas transcurriendo... ¿Cómo y cuándo al hombro he de ceñirme la cartera? Dos horas más, aún. Larga es la espera. Por suerte es mi sillín cómodo y blando. “El último” resuena en mi cabina. “Amor” cantó Boccelli anteriormente. Supongo que después vendrá Sabina con versos de cubatas. ¡Vaya ambiente! Pasó con gran clamor la Policía y acaba de pasar la Poesía... 351 Do quiera que te encuentres, alma mía, llorarás el pasado recordando. Tus lágrimas, tornadas Poesía, al suelo rodarán, trocando en blando el duro pedregal en tu agonía. Nada importan el dónde, cómo y cuándo; pero piensa que está cercano el día, que ya el plazo vital está acabando. Vivirás por vivir y suplicante. Mirando aquel ayer te darás cuenta de que poco sirvió ir adelante si de nada obtuviste buena renta. Fuiste noble, quizás; pero, no obstante, lo que sirve al final sólo es la venta. Y en ella no ganaste lo bastante o acaso la clientela fue avarienta. No diste la medida o fue aparente el éxito inicial, pues vino luego el fracaso total y hasta tu mente se vio despavorida y sin sosiego. Pero deja tu llanto y nuevamente acude a la labor y no seas ciego. 352 Morir has de morir; mas, mientras, siente de la Musa amorosa el feroz fuego. 353 Dormido me quedé. ¡Vaya un fracaso! El sueño, amigo mío, no perdona los años. Y la edad que, cual ladrona, las fuerzas se te llevan paso a paso. Lo grande y lo curioso de este caso, pensando en que la mente más razona que siendo un mozalbete, una persona es vieja sin estar aún en su ocaso. Sin duda es que es muy sabia la Natura y para padrear requiere al joven. Al viejo le cohíbe en la aventura, cuidando que sus fuerzas no le roben. ¡Perdida juventud! No siendo viejo, me río si hablan bien del vino añejo. 354 Amigo de quimeras, caballero que lucha defendiendo una mentira, ¿escondes la verdad o es que delira tu mente y alucinas, compañero? No quiero yo tildarte de embustero. Mas pienso que le has puesto tú a tu lira un precio muy barato, si se mira que cobras por fingir ningún dinero. Defiendes una idea perniciosa; apoyas con tu afán la dictadura de un sórdido patán, de una vil cosa que impone a los demás su caradura. ¡Qué lástima me causa! Cual raposa, devora tu honradez y galanura. 355 Pasión que a la vejez inunda el alma deseo es del sentir. Poca cordura demuestra quien se arriesga a una aventura en tiempos que ya el cuerpo pide calma. Lo joven con lo viejo pronto empalma, cual fruta que con tiempo se madura; amar siendo mayor sólo es locura. Se puede de idiotez ganar la palma. Mas tira el corazón más que la mente, las ganas de abrazar más que los años; quizás el frenesí te hace demente y olvidas los pasados desengaños. El caso es que al mirarla sentí ardiente el ansia de tenerla, aun con engaños. Urdir sabré yo apaños con tal de conseguir de sus caricias el goce, la ilusión y las delicias. 356 ¿Quién me ha robado una hora de descanso y de sosiego, de mis sueños y locuras? Que me la dé, se lo ruego. ¡Costumbres modernas mandan, para ahorro de energía! Mas tiempo también le roban a la corta vida mía. Como Sabina ya hiciese de aquel mes, también me quejo; pues con tanto modernismo soy una hora más viejo. Y en ese tiempo perdido pude haber hecho mil cosas: Desde el amor a una dama a escribir frases hermosas. O dormir a pierna suelta o cometer un pecado. Como quiera que eso fuese, no hay duda que me han robado. 357 ¿Y a quién el tiempo le pido que me lo torne de cierto? Seguro que me responde: - ¡Haber estado despierto! -. Así, tendré que aguantarme; guardar mejor la cartera y otra vez estar más cauto al llegar la primavera. Haciendo Poesía por el mundo, en pos de la ilusión y la quimera, agota su existencia aventurera el pobre y miserable vagabundo. Magín, a su pesar, fértil, fecundo, parece que ha nacido en otra era, 358 hallarse desplazado en esta esfera, pues es su cavilar hondo y profundo. En esta sociedad en que hoy vivimos, carente de hermandad, de sentimiento, abundan más los golpes que los mimos, la envidia y la maldad más que el contento. Y el pobre caminante se halla extraño, ajeno a la malicia y al engaño. 359 Podrán mi voz callar, mas no mi verso. Cual hombre, tengo horror a la desgracia. Son débiles mis carnes terrenales, mas tengo de valor repleta el alma. Traiciones, mala suerte... Eso son cosas tan propias del vivir, son tan humanas y arañan con furor nuestra existencia que vale más la pena el ignorarlas. Podrán, ya tengo dicho, darme muerte; quitarme de mi boca la palabra, borrar todo mi escrito e ignorarme. Mas miedo no me inspira su venganza, Pues nadie es inmortal y llega un día que a todos, al final, la muerte alcanza. El Juicio del Señor es el que importa. El resto es ilusión, sólo alharacas. 360 Pensaba con fruición un sabio un día cuán grande era su mente y qué portento había imaginado. - ¡Vaya invento! -, con gran admiración se repetía. - Carril para autobuses. La Alcaldía tendrá que bien pagarme. – Y, al momento, un chulo le espetó: - ¡Torpe jumento, invento muy antiguo es el tranvía! Después, el trolebús, ¡vaya un latazo!, que andaba sobre asfalto y no raíles. Mas siempre te atizaba un calambrazo, mojados los eléctricos carriles. Presumes de inventor, siendo un pelmazo. Hallazgos como el tuyo tengo a miles. -. 361 La vida es Poesía, es sentimiento; acordes de guitarra, canto y risa. No debes de vivirla muy deprisa, apura hasta el final cada momento. No quieras enturbiar con ronco acento la música canora, que no hay prisa; Aprecia cuánto vale una sonrisa, que tiempo ya tendrás para el lamento. Los músicos actúan a mi vera. Por sólo unas monedas dan al alma hechizos y frescor de primavera, consuelo a la ansiedad, sosiego y calma. Mi voz ha acompañado sus canciones, llenando de ilusión los corazones. 362 Camina por la calle , presurosa, la moza más gentil del mundo entero. Quisiera yo marchar por su sendero, mas he de trabajar. Así es la cosa. Es duro laborar mientras la hermosa pasea solitaria; mas, primero, ganarme debo el sueldo, el vil dinero; dejarme de soñar. No es verso, es prosa. Brillante, sí, quizás... Mas sin acentos que llenan de color la Poesía. Escribo en ambos metros. Son distintos, las tónicas resaltan los lamentos del vate; el suspirar de cada día... La prosa es para asuntos variopintos. Metido en laberintos de versos y de prosa dar lecciones, llevóse la beldad mis ilusiones. 363 Disipa tu sopor, cerebro mío. Procura sosegar con cosas bellas tu trágico pensar. Ve a las estrellas. Acepta de la vida el desafío. La vida va a la Muerte, como el río al mar siempre camina. Las querellas olvida, que soñar siempre con ellas es mies que al aire arrojas en baldío. ¿Trabajas? Pues trabaja alegremente. No pienses en las penas del pasado, que puede sucederte, de repente, encuentres la Fortuna si es que el Hado quisiérase mostrar algo clemente, brindándote su alivio de buen grado. 364 Pasaron ya los años de torpes borracheras. Se fueron ya los sueños, huyeron las quimeras. Final puse a hacer daños, llegó la realidad. Cesaron los engaños, mi afán de aventureras; no son ya más mis dueños. Dejé a los calaveras. Me harté de desengaños y hoy brindo lealtad. Viví como quería; tomé el mundo por mío, sin darme apenas cuenta del torpe desafío. La vida no era mía, mas sí la eternidad. Y así llegó otro día; helado estoy de frío, pagar debo la renta. El bolso está vacío, repleta la alcancía 365 tan sólo de ansiedad. Espero que me alcance de Dios grata clemencia. Que dulce sea Mi Amigo y tenga gran paciencia; me ayude en este trance colmado de piedad. Que quiera en mi balance pesar mi penitencia y leve sea conmigo, tomando por demencia, sacándome del lance, mi orgullo y mi impiedad. Dormida está la Musa esta velada pues tuvo ayer trabajo y fue bastante. Dejémosla dormir un breve instante, que surja de su sueño despejada. Así sabrá infundir con su mirada 366 un nuevo palpitar en este amante tan fiel a sus caricias que, constante, se rinde con fervor ante su amada. Quisiste tú elegirme de entre tantos, sin duda, del Edén, mucho mejores. Viniste a regalarme tus encantos, tu cálida pasión y tus amores. ¿Por qué gané tu amor? ¡Dios sabe cuántos merecen más gozar de tus favores! ¡Ay, Musa, son tus cantos hermosa e indescriptible melodía que armónica inspiró mi Poesía! 367 “Si no quieres sufrir en tu futuro haz de joven aquello que deseas, esfuérzate con brío si peleas, estudia bien a fondo, firme y duro. Trabaja por lograr algo seguro, procura ser audaz aunque no seas Aquiles, Menéalo, Héctor o Eneas y, a veces, como Ulises, sé algo oscuro. Que trabaje tu mente la artimaña para eludir de los otros el engaño, no temas a luchar siempre con saña, procura tú evitar que te hagan daño. Es preferible te llamen alimaña que te tengan por tonto y sin apaño.” Consejos de mi abuela... No hice caso. Hoy voy ya comprendiendo mi fracaso. 368 La mendiga de mi barrio, la que inspiró mi tintero, María es, pero no Lola, así se llama de vero. Me lo dijo la otra tarde, cuando marchaba contento, me pedía unas monedas y me detuve un momento. Le pregunté por su nombre, echando mano al bolsillo. Me lo dijo y se lo dije: - Le he escrito a usted un librillo. -. Me puso cara de susto, se quedó desconcertada. Cuando le alargué el dinero no quiso tomarme nada. - Pero, señora, un instante, déjeme usted que le hablo. -. Salió por piernas corriendo como si viera al diablo. 369 ¿Qué pensaría la pobre? ¿Qué ideas tener podría? No lo sé, mas sé su nombre. No era Lola, era María. 370 ¿Ahora que te he encontrado quieres irte? No podría con ello el alma mía. ¡Tantos años buscando ese cariño para ahora perderte en cuatro días! ¡No, no podrá ni la muerte separarnos! Si hay que bajar al Hades a por ti, igual que hiciera Orfeo por su amada, bajaría a buscarte en su confín. No tengas miedo, que es más fuerte tu cariño hacia mí que ese dolor. Yo la salud habré de devolverte con la mágica savia de mi amor. Y si Dios te llamase hasta su seno, tranquila espera que yo no tardaré en estar a tu lado, ya por siempre, hasta el fin de los siglos y aún después. 371 ¿Qué me vas a contar que yo no sepa si me he visto metido en similares aventuras de citas medio a ciegas, acudiendo a las mismas ignorante? Tienes miedo, lo sé, de conocernos pues qué puede ocurrir jamás se sabe. Pero nunca sabrás si algo te pierdes si no quieres jugar. Acaso ganes. Y si no, da lo mismo. Nada pasa. ¿Que la cosa falló? Pues es probable. Mas también puede ser que, por fortuna, el asunto resulte y que bien cuaje. Olvidar tu temor es pertinente, poco escrito quedó de los cobardes. Nos veremos muy pronto y que la suerte tenga a bien el jugar de nuestra parte. 372 ¡Qué mala vista que tengo al escoger inquilinas! Una el dinero me roba, la otra infeliz se suicida. ¡Joder y qué suerte negra! ¡Qué mala leche la mía! ¿No existe gente decente ni que te deje tranquila? Ésta me saca los cuartos de adentro de la mesilla. ¡Aquella me armó un tiberio..! La jueza tan comprensiva, el C.S.I. al completo, la funeraria... ¡Qué días aquellos de ahora hace un año nos dio la dama argentina! Y aparece esta gallega haciéndose la tontita, robándome los caudales mientras luce una sonrisa. 373 Aquella fue una señora, pues sí se quitó la vida pero dejó todo escrito y no tuvimos más cuitas. Mas ésta, ¡voto al Diablo!, abusa de estar maciza. Dejas llena la cartera Te vuelves y falta guita. ¡Pero vamos que la cobro, sea cual sea la guisa! O tornándome los euros o en carne. Que está muy rica. 374 Que la cosa no va a más… ¡Bien me lo has dicho, princesa! La frase bien encajé aunque me dio mucha pena. Que tan sólo en una noche de opinión hayas cambiado no me ha pillado de susto, mas me suena un tanto raro. Aunque puede ser también que tú seas más sensata y pienses mucho mejor, viendo las cosas más claras. Vivo yo en un mundo extraño, repleto de Poesía. Quizás es que no percibo la realidad de la vida. Pero, bueno, ¿qué más da? ¡Déjame vivir mis sueños! El asunto acabo así y ya no tiene remedio. Tampoco sucedió nada, la cosa no llegó a tanto. Y me perdí, solamente, el disfrutar tus encantos. Mas tantas veces pasó que, la verdad, no me asusta. ¿Tú sabes, en realidad, lo que quizás me preocupa? Que suponer has podido que soy un aventurero 375 que quiso tener, tan sólo, unos días placenteros. A eso te digo: - ¡Jamás! -, con tono firme y bien alto. Yo no sólo he pretendido pasar unos buenos ratos. Y eso lo sabes de sobra aunque yo no lo dijera, que la verdad digo siempre en mi prosa y mis poemas. Hoy tú me dices adiós aunque de otra forma digas. Un favor quiero pedirte: No pretendas ser mi amiga. Que de una mujer amigo sólo lo soy en mis versos. Tu amistad dásela a otro. ¡A mí date en alma y cuerpo! 376 ¿Qué importa lo que ellos quieren o dejen de desear? Lo que importa es que me quieres y yo te quiero a ti más. ¿Qué tus hijos se encocoran? Que dejen de molestar. Esto no viene de ahora, pero ya lo pagarán. Que ser padre es muy sencillo, pero serlo de verdad es más bien dificilillo, hay que saber perdonar. Y el mundo rueda y los años uno tras otro vendrán. Ya serán padres y el daño que hoy hacen van a pagar. Que igual que a mí me trataron a ellos les van a tratar. Ellos a mí no me hablaron... ¿Sus hijos les hablarán? 377 - ¡Qué grande, grande amor! -. Hoy me lo han dicho. - Has de sentir por ella, según cuentas.-. Lo ha dicho una mujer al leer lo escrito. - Veo claro que en el alba sólo piensas.-. Y es así, vida mía; es que las horas no tienen para mí mayor sentido que el irlas transcurriendo, aunque esté a solas, esperando tu vuelta a este nidito. Este nido de amor en que te espero, donde aguardo brindarte mi cariño. Este nido que un día fuera infierno y en palacio de amor se ha convertido. Esta vez no volverás al alba. La tarde es quien será nuestro testigo. Ya dije que de noche o de mañana, que la hora no importa, da lo mismo. Lo importante es que vuelvas a mi lado para no marchar nunca de mi vera. Y si el sino que marches ha marcado 378 lo que importa, de veras, es que vuelvas. Hasta el día en que ya no partas nunca. Ese día ha de llegar, espero. Y si no ha de llegar, que abran la tumba, que prefiero, a perderte, el estar dentro. 379 Que eras mala lo sé desde hace tiempo, pero nunca pensé lo fueras tanto; el rencor en tu mente se halla impreso y jamás lograrás poder borrarlo. Para ti sólo sirven tus deseos, matrimonios destruyes a tu paso. Me quisiste, sin duda, estoy de acuerdo. ¡Y también a dos más! Siempre a tu agrado. Tu marido pagó los platos rotos. Yo, después, que por poco si los pago. Y más tarde te vino un nuevo loco, otra víctima igual de tus enfados. No se debe vivir como tú vives, mas que puedes hacerlo está muy claro; pero un Juez te aseguro yo que existe implacable, del mundo el Soberano. Ya podrás relatarle mil mentiras, que al Señor no le engañas; es muy Sabio. Y le juras, en falso, que en tu vida al amar no pensabas hacer daño. 380 381 ¡Qué día el de Año Nuevo! No hay ni un alma por las calles. Igual da por la mañana, que por la noche o la tarde. Encima ha estado lloviendo... Con la lluvia, pocos salen; prefieren quedar en casa, viendo la tele o quién sabe. Hay quienes duermen la mona, si es que bebieron anoche. Otros oyen el Concierto desde Viena y aplauden. ¡Pues comienza bien el año, poca gente hay que trabaje! Tan sólo la Policía, médicos y algún don nadie. En las casas sí se afanan, dando cariño, esas madres que al mundo trajeron hijos que ahora duermen tras el baile. ¿Sabrán, quizás, algún día sus esfuerzos compensarles? Mucho me temo que nunca, que trabajaron de balde. 382 ¡Mal año el que comenzamos! Esperemos que se apañe y que mejor que el inicio sea el día en que se acabe. Porque lo mismo decimos cuando un año nuevo nace: - Año nuevo, vida nueva. -. ¡Y al final nada hay que cambie! 383 ¡Qué bien que fue la mañana y qué mal que va la tarde! Horas son propias de siesta y no de estar en la calle. La gente acabó el trabajo, de sus oficinas sale; van en busca de ser libres, del placer o de quien sabe. De repente se oye un golpe. Dos coches. Hubo un alcance. Ya vino la Policía, no llega al río la sangre. Puede ser fueran dormidos, pero la cosa no es grave; cosa de chapa, que dicen, se repara y adelante. El músico callejero ha detenido un instante su melodía, mas sigue. y venga, ¡dale que dale! Aquí no ha pasado nada y si ha de pasar que pase. La vida sigue rodando, que aquí no se para nadie. 384 Tan sólo paró el poeta, su pluma quedó en el aire. Pero muy pronto su mente le dio fin a este romance. 385 ¡Qué angustias de muerte sufres, qué mal momento se pasa, cuando se mira de cerca la torva faz de la Parca! Parece que falta el aire, semeja que todo acaba. Ataque de ansiedad, dicen, y en verdad que te entran ansias de vivir aun siendo viejo, que de morir nunca hay ganas. ¡Lástima que de tal trance ningún mortal hay que escapa! Que no se puede a la Muerte engañar y su guadaña siega la vida de toda persona que de hembra nazca. Porque es destino del hombre y ninguno de él se salva. Así, mejor, procuremos al cumplirse tener calma. 386 Por ser verdes tus ojos me quejo, niña. Que de antiguo es el dicho: Verde es mentira. Mas los tengo yo verdes y, si te fijas, con mi amor no te miento. ¡Qué maravilla! Así que por mí puedes tenerlos lilas; que sé que no me engañas, pequeña mía. 387 ¿Por qué te empeñas diciendo lo que tu alma no siente? Dices que quieres dejarme y yo te digo que mientes. Conozco tu corazón y sé que te está quemando dentro del pecho al decirme que ya no añoras mis labios. ¡Sé sensata de una vez, rompiendo con tus amarras! Que no quiero que te mate la pena con su cruel garra. 388 ¿Por qué no viniste ayer? Un rato te eché de menos. Pero al ver que no llegabas marché a regar otros huertos. Pues jardines hay floridos que requieren jardinero. ¿No quieres que riegue el tuyo? ¡Otro encontraré más bello! Si mujeres hay a miles... Abundan más que los versos de un poeta enamorado, estúpido, loco y necio. No es desdén con que te pague de mi cariño el desprecio. Es que no quiero ser más de una mujer el muñeco. Tú lo tuviste en tus manos... ¿Es que tan caro es un beso? Pues guárdalos para otros, que ya por ti nada siento. 389 Pero amigo no me llames, que al decirlo estás mintiendo; y ya, por mucho que finjas, te juro que no te creo. 390 ¿Por qué no puedo quererte si es el alma quien lo pide? Ofrecerte puedo poco, pero sé que tú no exiges más que un cariño sincero. Y eso sí puedo decirte, niña del pelo cobrizo, que mi corazón no finge. ¡Si pudiese en tu mirada clavar yo mis ojos verdes seguro que sentirías lo que ahora mismo no sientes! Y es que mi mirada, niña, te aseguro que no miente; quiero volar a tu tierra y entre mis brazos tenerte. Un sueño, por loco sea, deja que tenga esta noche; son horas de estar dormido, pero el alma se me encoge al pensar que me despierte y a mi lado no te arropes. 391 Que no te sienta a mi lado... ¡Tengo unos celos feroces del hombre de quien me hablaste, de aquél que tus besos goza! No quiero pensar en ello, pues siento una envidia loca de que te estreche en sus brazos, de que te quite la ropa para acariciar tu cuerpo, de que escuches su voz ronca. Tarde llego a conocerte, quizás porque ya soy viejo. Ése es siempre mi Destino: Llegar tarde o a destiempo. ¡Si no pasaran los años, si yo tuviese dinero para poder ir a verte y decirte lo que siento..! Avanza la madrugada y aquí me encuentra, escribiendo cuanto quisiera decirte cara a cara y no de lejos. 392 ¿Que por qué me has camelado? No lo sé, pero en mis versos hay algo que te lo dice. ¡Ten tus oídos atentos! 393 ¿Por qué me miras sin verme, por qué sin verme me miras? Ojos sin luz, apagados en una noche infinita. No puedo hacerme a la idea de que si me miras, niña, no se refleje mi imagen en esas muertas pupilas. ¡Ay, Dios, y qué verá un ciego! ¿En qué piensa, en qué cavila? ¿Cómo supone que es todo, cómo imagina la vida? Sumida en tiniebla eterna la ciega vende las tiras. - ¡Buena suerte! -. Dice a todos, regalando una sonrisa. Niña de los ojos ciegos, niña hermosa cuya vista se perdió en el infinito, Dios te tiene por Su amiga. Llevando esas credenciales serás muy bien recibida cuando ante sus puertas llegues. ¡Verás qué bien te cobija! 394 ¿Por qué me caerá tan mal el señor Antonio Gala? Escribir, es que lo borda. Pero no aguanto su cara. Será su estilo indolente, ya se conoce su fama, que éste la tiene de sobra y además carda la lana. Mas eso a mí no me importa mientras no me dé la lata, cada cual hace su avío como mejor tenga en gana. Que mientras no me salpique, y no creo que tal haga, si le gustan los efebos puede amar a quien le plazca. Mas tiene tal empalago, tan meliflua es su palabra, que me revuelve las tripas el escuchar sus hazañas. Y cuando enseña el bastón, con ese mango de plata, al verle tan prepotente de vomitar me entran ganas. 395 En fin, se apaga la tele y aquí no ha pasado nada. Sólo que por dos paridas se lleva una pasta gansa. La noche me invita al sueño, avanza la madrugada, cavilo que es el instante de meterme ya en la cama. Mañana será otro día y con las luces del alba veré las cosas distintas, que con la luz todo cambia. 396 ¿Por qué amanece el día con tus besos y acaba peleando como niños? ¿Por qué se trueca en rabia tan profunda profundo como es nuestro cariño? Los dos ya lo sabemos a fe cierta. Al alba lo ilumina luz de día. La noche lo ennegrece entre sus sombras. ¿Cuándo vas a venir por fin y a ser ya mía? Para poder amarte a todas horas, para tenerte cerca en todo instante, para abrasarme en el fuego de tu boca como nunca, mi amor, lo hiciera antes. Para poder vivir toda tu vida, saborear la miel de tus encantos... ¡Ay, niña que te enfadas por la noche! ¿Por qué habré de quererte yo así tanto? 397 Por no saber qué hacer, escribo en verso. Intento así contar mis experiencias. Podría en prosa hacerlo; pero pienso que quedan más hermosas, con más ciencia. Gestar una novela es diferente. Tan sólo es elegir los personajes de aquellos que se ven entre las gentes, vistiéndolo al azar con cualquier traje. Rodeas su figura a tu capricho con otras que les muevan a su impulso, un par de relamidos muy redichos y dejas que la acción siga su curso. Contar la misma historia en cinco estrofas sin duda es más difícil; mas, no obstante, se puede conseguir de alguna forma poniéndole interés e ingenio y arte. Así matas el tiempo que te sobra, lo pasas sin pensar en otras penas; llegada de comer es ya la hora, en algo he de pensar hasta la cena. 398 399 Por la Cuesta de la Vega bajan los dos caballeros a lomos de sus corceles, tan veloces como el viento. Van en busca de la amada del hermano más pequeño, pues a los dos les unía tal fraternal parentesco. Llegó el joven a su reja y vio a la dueña gimiendo. - ¿Qué ha ocurrido? ¡Pronto, dime! - La ha raptado un sarraceno. – Al oír tales palabras, el corazón le dio un vuelco; de un brinco subió al caballo, ardiendo de furia y celos. En busca fue de sus armas, marchando al hogar paterno y, enterado ya el hermano, ya se lo encontró dispuesto. - No vengas, que habrá peligro, que a no dudar moriremos y no es cabal que un anciano se quede sin tener nietos. 400 Desmonta y espera el alba. Si para entonces no he vuelto decide tú lo que quieras, porque es seguro que he muerto. -. - Si hay que morir, ¡venga pronto la Muerte en forma de hierro! Pero tú sólo no sales, no exijas me quede quieto. -. Y por la cuesta cabalgan juntos los dos, serio el ceño, con las lanzas en sus manos, cubriendo el sudor sus cuerpos. Ya se divisan las luces que alumbran el campamento donde dormitan los moros, ya llegan y embisten prestos. Al primer moro atraviesan con premura, que aún despiertos no se encuentran sus rivales pues duermen el primer sueño. A otros más también dan muerte. Mas listos los agarenos, pronto se ven rodeados y acaban rodando al suelo. 401 - ¡Te lo dije! ¡En mala hora te acepté por compañero! ¿Qué será de nuestro padre al saber que somos muertos? -. - Pues que nacimos de un vientre es justo que así acabemos. Con las armas en la mano, los dos juntos combatiendo. -. Así se acaba la historia de dos nobles madrileños. En Magerit lloró un hombre, que lamentó el ser ya viejo. Porque si joven él fuera hubiese muerto con ellos. Sus lágrimas son de orgullo, no porque no será abuelo. 402 ¡Por Dios, qué mañana loca! ¡No he parado ni un momento! Después dicen que estoy gordo... ¡Pues voy a quedarme seco! Luego me dará un infarto, aunque el corazón bien tengo; mas con todas estas prisas lo mismo me da y me muero. Si es que no puedo ya tanto correr, ¡caray!, que soy viejo aunque el alma tenga joven; pero mayor tengo el cuerpo. Dicen que pesan los kilos; mas también tienen su peso los años, aunque no crean. ¡Si lo sabré yo de cierto! Que la cosa no me sube como subía hace tiempo; y si me sube, se baja quedándome a medias luego. 403 Mas mientras tenga talante para pegarme un garbeo, las calles oirán mi canto: - ¡Ha llegado el cuponero! -. Y a todos hago felices diciendo que llevo el premio, aunque pueden contentarse si es que les doy el reintegro. Todas las mocitas guapas me miran con embeleso; mas pensando en los millones, no por ser un Robert Redford. Yo les ofrezco la suerte y además les cuento versos. ¡Ay, madre, si fuese joven incluso les diese un beso! Ya va cayendo la tarde, la venta ya va cediendo. 404 Mañana será otro día y habrá que luchar de nuevo. Porque mientras lata joven el corazón en mi pecho por la calle iré cantando: - ¡Cupones, cupones vendo! -. Y el día que a mí me entierren que lleven al cementerio la foto que me sacaron con los cupones al cuello. 405 Podrás pensar, sin duda, lo que quieras; me importa más bien poco lo que pienses. No pienso hacerme el loco, fui culpable; merezco tu silencio y tus desdenes. Jugar quise al amor y tuve un fallo: Quien juega por ganar debe hacer trampas. No quise ese vil truco usar contigo, ninguna carta oculta hubo en mi manga. El mundo es una bola, dijo Bécquer, y rueda como tal; así es su verso. No tengo yo la culpa si en sus vueltas chocó contra tu amor puro y sincero. No culpes mi actitud para con otras, yo voy con la nobleza por delante. Si mal pago le dieron a mi entrega es justo, hasta algún punto, que mal pague. Dejemos el rencor, vuelve a mi lado; sigamos la locura encantadora. Mas libre de hacer eres tus deseos: ¡Cavila fríamente y no seas loca! 406 Podrán mi voz callar, mas no mi verso. Cual hombre, tengo horror a la desgracia. Son débiles mis carnes terrenales, mas tengo de valor repleta el alma. Traiciones, mala suerte... Eso son cosas tan propias del vivir, son tan humanas y arañan con furor nuestra existencia que vale más la pena el ignorarlas. Podrán, ya tengo dicho, darme muerte; quitarme de mi boca la palabra, borrar todo mi escrito e ignorarme. Mas miedo no me inspira su venganza, Pues nadie es inmortal y llega un día que a todos, al final, la muerte alcanza. El Juicio del Señor es el que importa. El resto es ilusión, sólo alharacas. 407 Perdido he la amistad, salva he la honra. Me duele y me aniquila el desconsuelo. ¿Mentiste? No es verdad, no hiciste nada; tan sólo resguardarte en el silencio. Eres libre de hacer, lo tengo claro; de elegir tu lugar y tu momento. Me diste tu lealtad en aquel día; no puedo reprocharte, mas me quejo. A broma tomé siempre tus palabras, seguí cuando me plugo tus consejos; pensé que eras mi hermano y, con cariño, te puse como apodo “bucanero”. Respeto tu actitud, eso haré siempre. Mas hiere el corazón estar ajeno a, en tanto te tenía por amigo, que hacías en su hogar lucir tu estro. Repito, no me importa lo que hagas. Muy dueño, libertad tienes de hacerlo. Mas piensa bien si es noble el no advertirlo. Opino. Y mi razón me la reservo... 408 Pensar y vivir: Ésa es mi empresa. Desempolvar aquellos años tan febriles, pasando a nuevos medios con esfuerzo las inquietudes de mis años juveniles. Cada poema de antaño que descubro hace indagar en mi alma su recuerdo. Leo los nombres, comprendo circunstancias, mas ignoro por qué escribiera aquellos versos. Nada me dicen aquellas musas vagas que, al parecer, hicieron en su día tanto daño. ¿Qué ocurriría al cabo con sus vidas? Aquellas niñas pasan ya de los cincuenta años. Habrán tenido hijos, tendrán nietos. Aquellas suaves carnes temblorosas que en su día excitaran mis pasiones hoy estarán ajadas, viejas, rotas. Y me miro al espejo y me contemplo. ¿Dónde estará mi rubia cabellera? El cuerpo joven se ha convertido en viejo. Hoy las canas adornan mi cabeza. Ahora en blancos mechones se ha tornado aquella barba castaña que lucía. 409 Pero sigue naciendo como entonces de mi alma febril la Poesía. Y pasarán los años como entonces, llegándose el final de mis vivencias. Pero las obras a que un día diera vida darán imagen fiel de mi existencia. Tuve tres hijos, planté bastante más que un árbol. Amé con gran pasión. Me sentí vivo. Y, para dar constancia de que estuve, di a la luz, con esfuerzo, varios libros. 410 Que sean ignorados, ya no importa. También han de morir mis descendientes, pero las letras que supe unir un día con dura forja, siempre estarán presentes. Confieso que he vivido y cometido errores. En mucha gente dejé buena memoria. Otros me odiaron, sin duda, por mis actos. Mas entre amor y odio supe grabar mi historia. Que sea interesante, ya lo dudo. Todo depende del modo que se lea. Habrá quien me recuerde con cariño y muchos que no sepan ni quién era. El caso es dejar huella de tu paso por este mundo amargo y sus penumbras. Yo reconozco que la dejé muy honda. Lo demás, de verdad, no me preocupa. No supe construir nada tangible que el paso de los siglos lo respete. Pero supe escribir unas palabras que, peor o mejor, quedarán siempre. Y aunque un día se suma en el olvido la obra que escribí, igual que otras de autores que ahora yacen en la nada, yo la hice con fe... ¡Que es lo que importa! 411 Soñar en la vejez con el triunfo es como al olmo irle a pedir peras. Ya pasaron los años de los sueños, de la gran ilusión, de las quimeras. Y no obstante, prosigo en el empeño de lograr resurgir de las tinieblas. No resigno mi orgullo de ser alguien, de dejar en la Historia alguna huella. Cuantos más años cumplo más me afano, brotando sin querer de mi cabeza una serie de rimas que se olvidan, pero más tarde vuelven otras nuevas. Escribo por amor, por simpatía, por la causa que antes se aparezca. No dirijo ya versos a la Luna; por supuesto, no quiero hablar de guerra. Y es que los años semejan ese lastre que te impide volar a las esferas, aquellas de los años juveniles. Obligan a tener los pies en tierra. Y no me siento viejo en absoluto. A pesar de estar cercano a los sesenta sigo tan infantil como a los veinte años; si me apuran, aún más que entonces fuera. 412 Debo recomponer mis pensamientos, madurar una a una mis ideas. Saber por qué nací, por qué estoy vivo, cuando tengo amistades que están muertas. No sé si llegaré nunca a saberlo. Tampoco es que me cause gran problema vivir sin conocer cuál es la causa: Solamente el vivir, vale la pena. Sentir que hemos amado tantas veces; recordar el vigor, aquella fuerza que impulsaba a correr mil aventuras; de alguna salías bien, de otras por piernas. Recordar el pasado deslumbrante, ver oscuro el futuro que me espera. ¡No importa! Llevo luz en mi frente, una luz que ilumina las tinieblas. Y cuando llegue el día señalado, cuando llegue por fin la hora postrera, quiero decirle a la vida que he vivido. ¡Y que venga después lo que Dios quiera! Así que decidido ya lo tengo: Escribiré siempre que me apetezca, mas ¿soñar en la vejez con el triunfo? Aplicaré el refrán: A la vejez... viruelas. 413 414 Libros del ser que siempre he sido... Libros del ser que aún no conozco... Historia de momentos que se han ido, de lúgubres acentos y de gozos que el alma abandonaron, de suspiros, de cantos de tristeza, de alborozo, de sangre de mi vida, de mí mismo, de sueños de un mañana que es ignoto... Libros... que yo he leído. Libros que me dejasteis rota el alma, que prestasteis quietud al ansia mía, que rompisteis mis sueños y mi calma, que el insomnio trajisteis... ¡Qué agonía sentí, cuando en el parto, mi esperanza quedó pendiente siempre de la rima del amor que se fue, del que llegaba, de un torpe sonreír con la caricia de una mirada falsa! Libros, en fin, que yo he soñado alegres pero mi torpe pluma parió tristes...: ¡Al mundo apareced, para que siempre dejéis en las esferas vuestra esfinge! Misterio en los caminos que, de un leve pisar, fueron hollados... ¡Descubrirme al mundo de los sueños! ¡Que la muerte no borre mi memoria! ¡Que mi estirpe tenga mi luz de frente. 415 ¿Qué mejor poesía habrá que el beso que tus labios divinos atesoran como el oro que guarda en sus entrañas la arena de los ríos, codiciosa? ¿Qué mejor poesía habrá en los libros de los vates que sueñan con la Gloria que una sola mirada de esas tuyas, que iluminan la más tupida sombra? ¿Qué mejor poesía habrá que el verso que he escrito para ti, los dos a solas, con la pluma fecunda de mis labios sobre el papiro virgen de tu boca? 416 En tus ojos traviesos se esconde un duende, un mágico misterio, un cascabel alegre... ¡Quién pudiera su risa mirar de cerca, sentirse transportado hacia otra esfera donde poder besarte..! ¡Ay, quién pudiera robarte una mirada, niña querida! ¡Ay, quién pudiera perder el alma por tu sonrisa! En tus ojos traviesos se esconde un duende... ¡Quién pudiera en su cueva dormir por siempre...! 417 Allí en la torre, juntos, se me perdió la mente pensando en mil quimeras, sobre el río. De pronto, preguntaste, un poco inquieta: "- ¿Qué te sucede, qué piensas, amor mío?" Y yo te dije": - En nada, no te inquietes, pero, ya ves...,¡en nada y me sonrío! Siento el alma reír y el labio alegre, pero no sé el motivo..." Después, tú me besaste suavemente, me miraste anhelante, con cariño, y yo, que no entendía aquella risa, lo comprendí ya todo y di un suspiro... 418 En estas horas tristes que se cierra el diario del Sol, para otra página volver a concebir cuando amanezca tras la noche pasada, a solas en el cuarto donde siempre mi cabeza engendró bellas quimeras, hermoso santuario donde duermen mis goces y mis penas, he acertado a pintar tu imagen pura en mi cerebro fértil retratada, esculpiendo el cincel de mi palabra sobre un mármol de versos tu escultura: Los cabellos salpican blanca almohada como espuma del mar sobre la arena, milagrosa y mágica diadema conque el lecho amoroso se engalana. Y, a su amor, extendido, el lindo cuerpo que mima con exceso su longura, regalando, en el sueño, tu hermosura la blancura purísima del lienzo. ¡Qué pena que el poeta que la estatua en su mente forjó, no diera vida, en el fuego candente de su fragua, a la imagen despierta, no dormida..! 419 De los altos cipreses a los pies, en un triste paraje, de hojarasca cubierta por un manto, habrá una tumba sin más cruz que la sombra de las ramas... Y un sencillo epitafio habrá en el cielo, escrito en caracteres de desgracia: "He pasado, buscando, por la vida, no encontrando jamás lo que buscaba..." 420 Será como el que cierra una novela, dejándola olvidada en un rincón... Las hojas, con los años, se harán polvo y, después, sobre todo... estará Dios. 421 Son espejo tus ojos de los míos mientras tu boca con pasión me besa. ¡Quién pudiera morirse contemplando esa obra maestra..! Que el mejor cuadro que exista en los museos, la pintura más cara, la más bella, no puede compararse con tus ojos cuando sueltan estrellas... ¡Quién pudiera dormirse dulcemente, arrullado por tu mirada intensa hasta la eternidad y despertarme cuando tus labios sienta..! 422 ¿Cómo será tu cuarto? A veces pienso que sería muy grato ser Diablo Cojuelo: Arrimarme, volando, y levantar tu techo, observarte dormida e indagar en tus sueños... ¿Duermes sola o, acaso, al lado de una hermana? ¿Es de madera o hierro tu dulce cama..? ¡Ay, qué envidia la tengo! Ella te acoge sin que tú la regañes como me regañaste anoche... Tal vez tengas muñecos de aquellos de peluche; quizás les cuentes cuentos sin que te escuchen. O, acaso, des un beso sobre sus gordos labios, en tanto que los míos suspiran llanto... Quizás tengas un libro de versos en la almohada, que dejaste, soñando con mis palabras... Quizás tengas un...¡Vano deseo de mi mente! 423 ¡Si no podré ver nunca lo que te envuelve! 424 Podré tenerte, sí, pero el misterio de tu casa y tus muebles, ése..., me está vedado. ¡Y lo estará por siempre! 425 Cuando la muerte borre de la mente los cálidos recuerdos, aún entonces, que no seremos nada, aún entonces...¡te seguiré queriendo! Y perdido en la tierra gris y húmeda como un grano de arena en el sendero, aún entonces que no hablará mi boca, mil plegarias de amor dirán mis versos... 426 En mi lecho hay un hueco triste y vacío. No lo rellena nadie. ¿Por qué te has ido? ¡Bien me lo dijo el alma tras de aquel beso! No volvería a verte... ¡Todo fue un sueño! Todo en mi vida roto, todo sin norte. Deja que, en mi amargura, al menos, llore. No lloro lo perdido, con ser tan grande. Lloro porque fui un niño y fui cobarde. No supe retenerte, siendo tan mía. No sirvieron de nada mis mil caricias. Pudieron más los celos y los engaños de aquellos que quisieron hacernos daño. 427 En mi lecho hay un hueco triste y vacío. Y lo estará por siempre... ¡Por siempre frío! 428 Vuelva de tu seno a renacer el sentimiento abismado en las tinieblas. Vuelva a tus miembros el vigor que perdieron por culpa de una estrella. Vuelva a tu cara la sonrisa, baile en tu rostro gentil mueca, brote la voz de tu garganta de nuevo, con más fuerza. Vuelva tu loco pensamiento a sosegarse en una sola idea. Vuelve de nuevo a ser tú mismo... Vuelve a vivir... ¡pero sin ella! 429 He jurado que mil poemas llegaría a escribirte cantando nuestro amor. Mira bien, que sólo voy por ocho y me da que no estoy por la labor. Así, engañando al tiempo con el tiempo, de tu vida engañaré al reloj. Porque si tú me faltaras, vida mía, faltaría en mi vida lo mejor. Ríe alegre, que hoy detengo el verso. En silencio se queda el trovador. Que se muera por mí la Poesía. Prefiero, junto a ti, vivir los dos. Jugar con tus cabellos entre risas. Adornarlos, ponerles una flor. Un manantial de besos en tu boca, para saciar mi sed con su frescor. ¿Pero qué piensas, en irte para siempre? No te lo crees ni harta de licor. Tú te quedas conmigo, prenda amada, aunque tenga que vérmelas con Dios. 430 En esta noche oscura y más para mi alma a ti me agarro como si a un clavo ardiente fuera. Me encuentro solo, perdida la esperanza de una vida normal, como cualquiera lleva. No sé si fui tan malo en el pasado como este presente cruel se me presenta. Sólo sé que di todo y por un vaso que de más me bebí hoy me reniegan. Tan sólo en ti confío y a ti apelo. No me niegues el consolar mis penas. Tal vez pude hacer daño a otras personas, pero a ti no te lo haría aunque quisiera. En unas horas vendrá de nuevo el alba. En la calle duermen su borrachera dos muchachos, como lo fui yo entonces. Dormirán quizá hasta que amanezca. Saldrán de su sopor e irán contentos. Yo no sé quizás lo que me espera. He roto las amarras que me ataban a un pasado que mi alma tenía presa. ¿Habrá un amanecer nuevo y nuevos sueños? Puede haberlo si tú te encuentras cerca. En tus manos tú tienes mi esperanza. El alivio, en tus besos, de mis penas. 431 Es que llegaste a tiempo, ¡vive Cristo! Es como si algo en tu interior te lo dijera. Como si hubiesen marcado tu objetivo, cual si te hubieran dicho cuál era tu meta. En ti confío, mas no te pido nada pues tu deber te tiene prisionera de un compromiso adquirido hace ya tiempo. Sería mucho pedir que lo rompieras. 432 Pero quiero que sepas, amor mío, una verdad que llevo en mi alma envuelta: Yo lo di todo sin pedir a cambio nada y sería muy justo que ahora lo exigiera. No me refiero a ti, hablo de otros. Que tú nada me debes y aún si lo debieras perdonarte sabría, como a ellos les perdona mi amor, aunque no quiera. Ya ves que soy un tonto e ignorante, ingenuo, mentecato o lo que sea. Me traicionan y con amor les pago. No les guardo rencor, aunque lo creas. Que además de falaz, también soy noble. Tal vez por eso, acaso me merezca una poca de dicha entre tus brazos, aunque luego resulte una quimera. Ya viene amaneciendo, ya un borracho ha rodado del banco hasta la acera. No le despierta ni el sol que ya le alumbra. ¡Ojalá me despierte a mí tu estrella! 433 Al alba iré a buscarte, vida mía, pero no temas que vaya somnoliento que al tiempo que comienza un nuevo día comenzaré una vida bien despierto. Al alba te veré, quizá entre niebla difusa tu figura esplendorosa. ¡Qué pena que no encuentre nada abierto para poder ofrecerte algunas rosas! Rosas rojas de amor, cual es mi sangre. Rosas rojas de amor como un presente que te ofrece un corazón ilusionado, un regalo de un corazón ardiente. Pero sé ya muy bien que no precisas que te regale nada ni adornarte. Te conformas con el brillo de mis ojos cuando puedan por fin lograr mirarte. Puedes estar muy tranquila, vida mía, que esa imagen con la que mi alma sueña la tengo bien grabada ya en mi mente, que tu risa me ha dado bien tus señas. Y así, después de un beso, muy despacio hacia el nido de amor nos marcharemos. Quisieran nuestros pies volar deprisa, pero sabremos sofocar nuestros anhelos. 434 Que el tiempo corre raudo mas, no obstante, tiempo tendremos de sobra para amarnos. Mejor será el reloj de nuestras vidas por unos días detenerlo, hasta pararlo. Así no sentirás pasar las horas ni pensarás jamás en la partida. Que aunque tengas que irte, ya en mi alma tu presencia ya siempre queda inscrita. 435 Y en el momento amargo en que te vayas, cuando el tren ya camine por la vía, mi mente estará haciendo mil planes preparando febril la nueva cita. Porque nadie podrá ya separarnos aunque aleguen legítimas razones. No se separan nunca, si se quieren de verdad, con amor, dos corazones. Y aunque hubiera mil leguas de distancia, aunque hubiera un Océano de por medio, sabré yo sortearlos afanoso para a tu dulce afán poner remedio. Al alba iré a buscarte, vida mía. Y ese alba se encuentra ya cercano. Mas, ¡qué eternos los días se me hacen! ¡Cuán amarga la espera de encontrarnos! 436 Estabas a mi lado reclinada, acariciando mi rostro tus cabellos. La chispa de la Musa brotó entonces y, feliz, para ti, escribí un cuento: "Érase una vez una patrona que alegre patroneaba su velero. Felicidad decía que buscaba, surcando en su bajel el mundo entero. Mil mares ya se había recorrido, conocía de sobra los océanos, mas en ningún puerto recalaba, siempre seguía navegando. Su vida transcurría en armonía. Alegre siempre, su risa era armoniosa. A todo el que la oía contagiaba. Y es que reía feliz, por cualquier cosa. Mas su sonrisa alegre no era franca. En su interior, el alma no reía. Ella buscaba con ardor un algo y así pasaba las noches y los días. El ancla de su nave nunca quiso fondear en ningún sitio diferente a aquél en el cuál se había criado, en medio de su entorno y de sus gentes. 437 Pero un día feliz, retomó el rumbo, hinchiéndose sus velas de aire nuevo. Dejándose ya de recorrer el mundo, directa encaminóse a un nuevo puerto. Y allí clavó sus anclas, presurosa, oyendo que del muelle le llamaba una voz cariñosa, virilmente, una voz que su alma enamoraba. 438 Romances Bajó a tierra y se entregó en los brazos del poeta, que le escribió mil versos. Así juntos vivieron una vida, una vida feliz llena de ensueño. Y el barco envejeció. Nunca sus velas, arriadas, bebieron otros vientos. Las olas le agitaban suavemente, pero el prefirió quedarse quieto." Página 439 ¿Te ha gustado la historia, amada mía? Pues te juro que es cierta y verdadera. Comenzó en una tarde de verano y ya siempre ha de durar la vida entera. 439 Romances Hoy me siento de nuevo satisfecho porque tu voz he escuchado cariñosa. Me has despertado al alba, siempre al alba, haciendo la mañana más hermosa. Alegre me he alzado de la cama, la niebla he contemplado, vaporosa, alzarse de las calles, dando paso al alba, siempre al alba, tan preciosa. Porque al alba un día fui a buscarte, ¿recuerdas todavía? y, temerosa, hasta mí te acercaste, sonriendo: - Soy yo.-. Me musitaste, temblorosa. Y en el alba ya siempre he de esperarte, aunque vengas de noche, entre las sombras, porque a mí siempre el alba me parece cuando logro, feliz, besar tu boca. Que aunque sea de noche, tarde o día, jamás en el reloj miro la hora. Para mí siempre es alba cuando pienso en ti, en tu belleza, en tu persona. Página 440 Muy pronto ya he de verte y aún, de nuevo, soñaré que es el alba y ansia loca dominará mis miembros y, anhelante, despojaré tu cuerpo de sus ropas. 440 Romances Página 441 Tardas mucho en venir, no me atormentes, procura que esta espera sea muy corta. Al alba iré a buscarte nuevamente, o a la hora que sea, ¡no me importa! 441 Romances - ¡Hasta siempre! -. Me dices. ¡No sabía que siempre significa también nunca! Me admira cómo sabes despedirte de manera tan suave pero brusca. ¡Tenías que escribir un diccionario en donde a un gran amor le llames muerte y al desdén alegría! Página 442 Leyéndolo en sus hojas se sabría por qué tuvo mi amor tan triste suerte... 442 Romances A la Luna miraba suplicante, sabiendo que sus rayos te besaban. ¡Qué envidia tan feroz sentí en el alma sabiendo que la Luna era tu amante! Cual paladín y audaz guerrero andante subiendo a cortejar a la ventana, por una musical y blanca escala un rayo de la Luna subía a amarte. ¡Quién fuera aquel valiente caballero de lanza puntiaguda y gran montante, jinete en un corcel de pelo negro Página 443 que, dejando la guerra por el arte, trocaba por el arpa su cruel hierro, entonando en la noche sus romances..! 443 Romances ¿Es verdad que se marcha de la vida, en furtiva cadencia de las horas, el ímpetu y la audacia a los latidos de esta máquina sorda..? Sólo sé que en el pecho ya no suena la música de antaño, misteriosa, sino un torpe tictac que, repetido, parece que jamás se agota. Página 444 Un sonido tras otro; luego, ¿nada? Cuando acabe la música monótona, ¿quedamos en silencio o sólo hay ruido allá en la negra sombra..? 444 Romances No quiero que me envuelvan en sudarios de lino o de algodón ni dormir en un lecho de madera, como en una prisión. No quiero bellas flores en la fosa ni engalanado crespón; sólo quiero un rincón triste en dónde dormir en Dios: Página 445 Ni lauras ni bagatelas, ni llanto ni maldición... De epitafio, las estrellas; de cruz, la Luna y el Sol... 445 Romances Silencio de la noche por las calles... ¿Habéis visto quizás cosa tan bella? Está todo callado, todo duerme, ¡pero cuánta pasión la noche encierra! Caminando inseguro, dando saltos, se retira el errante calavera, silbando entre los dientes unos aires, hablando a las farolas y a las verjas. Un sereno en el fondo... Un maleante que camina al acecho de su presa... Un golfillo durmiendo al buen seguro que el portal de una mansión le presta... Obreros que madrugan o que vuelven rendidos del ardor de la faena... Un loco que suspira en una esquina... Y escribiendo en la noche, hay un poeta. Página 446 Silencio de la noche por las calles... ¿Habéis visto quizás cosa tan bella? Bohemios caprichosos y artesanos... Y en el cielo, luciendo, las estrellas. 446 Romances ¿Qué pensarás de mí, si es que algo piensas, cuando leas los versos que te he escrito? ¿Que estoy loco, quizás, que fueron falsos, que fui necio creyendo en tu cariño? No sé qué pensarás, mas si supieras que estas necias palabras son el hilo que me sigue enlazando a la existencia, tal vez no te reirías al decirlos. Es humilde corona que te ofrezco, desprovista de luces y de brillo, pero mira que son toda una vida... ¡No te rías, por Dios! Dales asilo en tu pecho de nieve y, cuando un día te enteres de que he muerto, yo te pido que los des a la luz. Aquí los tienes: Son la sangre y el llanto que he vertido en noches de dolor y días de angustia, de verme otra vez solo, sin amigos. Son la dicha y la aurora del romance que duró poco tiempo. En ellos digo las ansias de tenerte, mi respeto, mi ilusión que hoy se apaga como un cirio. Página 447 Son reproches, tal vez, que dije un día al ver que con tu amor me habías mentido. 447 Romances Página 448 Es, en fin, hablando sin ambages, el resumen de cuánto te he querido. 448 Romances Primer dolor de celos en el pecho, infantil ilusión más que cariño.... ¡Qué lejano a mi mente se presenta envuelto entre la seda del olvido! Se marchó porque quiso que así fuese, de mi vida bohemia, el cruel Destino... Hoy que lejos lo veo, reconozco que el dolor de aquel día fue más vivo. Página 449 ¡Ah, ingrata desazón que quema el alma, te llevaste mi vida y mis gemidos, el vivir de aquel hombre que se hacía, el vivir, solamente, de aquel niño..! 449 Romances Me dices que es mundana y caprichosa, que se mueve al compás de una quimera, que su risa engañosa es altanera, que el orgullo en sus ojos se desborda. Página 450 Me dices que... ¡Lo sé! Mas, ¿qué me importa? Que ser vana y voluble es poca cosa; pero, en cambio, su faz, aun embustera... ¡es tan hermosa! 450 Romances Tú, que allá te sepultas en la sombra del romántico sueño, escúchame: No quieras del desdén hacer un verso y ámame! Si en el siglo pasado fue gran gala por penas del amor languidecer, ¡no te quieras hacer reina de un drama de cartel! Página 451 Que si el tiempo pasó llevando el fasto de las cortes de antaño y su placer, hoy que, juntos, vivimos otra vida... ¡despiértate! 451 Romances Página 452 ¿Tienes corazón o es sólo un reloj lo que bate entre tus senos? ¡Si pudiesen mis ojos traspasar el velo de tus ropas y saberlo..! 452 Romances Fantasmas que agitasteis mi vivir con sus tristes suspiros, envueltos en sudarios veleidosos... ¡idos! Quimeras engendradas por mi mente en su loco camino en noches de inquietantes pesadillas... ¡idos! Página 453 Dejadme que de nuevo me sumerja en la vida del lance y de los vinos, dejadme que me encierre en la amplia celda del olvido. 453 Romances Gigantes que besáis a las alturas con copas de esmeraldas soñadoras, vosotros que sabéis desde lo eterno... ¡Dejad que me recubra vuestra sombra! Hervidero de aves que trináis en la verde maraña de las hojas, no ceséis en el canto... ¡Concededle al espíritu muerto fatal honra! Florecillas alegres que lucís en el suelo potente vuestra gloria, no perdáis vuestras galas, ¡por favor!, para un día alegrar mi triste fosa... Página 454 Nubes grises que el Sol habéis cubierto, no abracéis a sus rayos, amorosas... ¡Dejad que, cuando al polvo por fin vuelva, sienta el fuego de Dios sobre mi boca..! 454 Romances Envarado su cuerpo contra el mármol, el temblor se adueñaba de sus miembros; su pecho se agitaba locamente y brillaba en sus ojos el deseo. Mis labios le ofrecían, peligrosos, el placer y el dolor del primer beso, sofocaba mi mente aquella brisa que surgía impaciente de su pecho. Pero cuando los labios se acercaron, en el loco sopor perdido el seso, reflejóse una lágrima en sus ojos que se abrieron de espanto en el momento. ¡Yo no quise besarla! ¿Por qué entonces me pedían sus labios el aliento? ¡Ilusión de saber qué se sentía en el vivo contacto de dos fuegos..! Página 455 ¡Quiso hacer una prueba del amor con quien en tantos amores había muerto! Quiso hacer una prueba del amor... ¡Con el peor maestro..! 455 Romances Renace de nuevo al mundo, genio hundido en las tinieblas. Conciba tu mente alegre homenaje a su belleza. Sal de la bruma tupida a la luz que le rodea y de esa fuente tan clara tus labios sedientos beban. Y si después te abandona, tañe tu lira siniestra y, a su recuerdo, mil versos tu mente dolida teja. Página 456 ¡Mil mariposas de plata! ¡Mil caras y rojas gemas! ¡Mil suspiros de tu pecho! ¡Mil átomos de tu fuerza! 456 Romances Pensar y sentir que vivo, que muchos años pasaron, que algunos de mis amigos al sepulcro ya han bajado... Compañeros de aventuras, de juergas y borracheras, yacen ya en la sepultura y allí en silencio me esperan Para que pague sus copas como las pagara en vida, para que gaste en sus locas juergas sin fin mi alcancía. Si retornase a aquel tiempo de fijo no me gastaba ni un real, tendría más tiento, la cabeza más sentada. Mas cuando se es mozo y joven 457 no se piensan esas cosas, Página sólo nos importa el goce, nunca se piensa en la fosa. 457 Romances ¡Ay, amigo que te fuiste, bien recuerdo esos placeres! Ahora para ti no existen, se acabaron y no vuelven. Igual llegará un mal día en que me ocurra lo mismo. ¡Ojalá mis poesías Página 458 me saquen de esos abismos! 458 Romances Pensando en el ayer medito a veces en qué me equivoqué. Siendo sincero, habré de confesar que en muchas cosas. Mas hubo en muchas más que tuve aciertos. Preciso es que llevara un inventario, mas sufro gran temor cuando lo pienso; si fuera negativo no me asusta, que fuese parco en obras sí lo temo. Pues pude confundirme, no lo dudo, en muchos de mis actos; mas prefiero haberme equivocado haciendo algo, dejarlo sin hacer me daba miedo. Pecados son de amar los cometidos. Mejor pecar así que de no hacerlo. Amores que pasaron por mi vida, llevándose mis ansias y mis sueños. Sucesos que agitaron mis vivencias, 459 de algunos tengo aún muchos recuerdos; Página me es grato retornar de vez en cuando a darles una vuelta en mi cerebro. 459 Página 460 Romances 460 Romances ¡Paso a una vida que viene! Nadie lo puede evitar. Dos cuerpos bellos se unieron... ¡Sabe Dios lo que saldrá! Mas lo que salga, sin duda, bien hermosa que será, pues si los padres son guapos gran hermosura tendrá. ¡Ole mi nieta bonita! ¡Qué viejo que me haces ya! Pero al mirarte a los ojos la baba se me caerá. ¡Ole mil veces, mi niña! ¡Ole mil veces y olá! Tú serás lo más hermoso, mi perla, mi obra cabal. Pues si algo hice que valga 461 en esta vida fatal, Página no fueron más que mis hijos, más lo que venga detrás. 461 Romances ¡Ole mi nieta bonita! ¡Ole con ole y olá! Seguro que tú a tu abuelo de lejos le vencerás. Porque si él es poeta, tú poetisa serás. Tus versos tendrán la vida que él nunca les supo dar. O quizás, viendo sus ripios, a escribir aprenderás. Lo importante es que me llegues... Página 462 ¡Y pronto ya Mayo está! 462 Romances Pasé por este sitio como todo, querido por algunos e ignorado del resto; cada cual iba a lo suyo. Acaso una sonrisa y un cigarro... Nada sé de sus vidas, ni me importa. A nadie le preocupa que me marcho. - Hoy estamos de jueves. -. Dijo alguno, pensando que ya el viernes no hay trabajo. - Para mí ni mañana tan siquiera; yo recojo esta tarde, que ya acabo. - ¿Para dónde te vas, para otra obra? - No señor, que me voy al puto paro. Que no son productivos mis quehaceres, no vale para nada cuanto hago. Aunque vaya a diez sitios cada día opinan que no soy ya necesario. ¡Qué sensación más triste que se siente 463 cuando así te lo dicen! Y lo raro Página es que no le patees en la boca y formes un motín, como en un barco. 463 Romances ¿Para qué, si ninguno movería en mi ayuda siquiera ni una mano? No merece la pena disgustarse. Página 464 Les diré: ¡Buena suerte! Yo me abro. 464 Romances Pasaste delante mío y me quedé cavilando... Me recordaste a la hermosa a la que amara hace años. De la que nunca me olvido, porque es que la quise tanto que aunque deseara hacerlo nunca podría lograrlo. ¿Y qué será de su vida? Algo sé, mas me hago cargo que mejor no lo supiera pues siento celos amargos. Que sé que tiene un amante, ¡y siento rabia al pensarlo!, que la besa y que la mima como la adoré yo antaño. Pero quiero que la vida pase feliz a su lado. ¿Qué yo sufro? ¡No me importa, soy varón y castellano y, como tal, bien curtido 465 en dolores y en agravios! Página Los primeros se soportan, a los otros los combato. 465 Romances Que en mi tierra somos libres, no sabemos ser esclavos si no es de mirada tierna, que entonces sí somos mansos. Si retornara... ¡Imposible! No vuelve ni por acaso. Y aunque lo hiciera, no quiero: Página 466 ¡Ya se besó en otros labios! 466 Romances Pasar la tarde sin tenerte cerca, escuchando una música armoniosa, pensando que tenerte entre mis brazos es un sueño de mi cabeza loca. Y sentir tu mirada retratándose en mis ojos ansiosos de deseo. Acariciar con mis manos, dulcemente, poco a poco tu hermoso y gentil cuerpo. Sumirme entre tus senos con sed viva, besarlos con pasión, sentir tu aliento bebiendo de mis labios, cariñosa, mis suspiros, mis penas, mis lamentos. ¡Quién pudiera tenerte ahora a mi lado, y poderte gozar como otros días! Pero hay mucha distancia de por medio que no puede salvar mi fantasía. Habrá que conformarse, por lo visto. 467 Habremos de esperar ese momento Página en que al alba, otra vez, vuelva a buscarte, como fui una mañana, ya hace tiempo. 467 Romances Me parece ayer mismo y, sin embargo, han pasado ya meses desde aquello... Nunca vi en unos ojos tal mirada, preñada de tan mágicos destellos. Y sé que los destellos, nuevamente, volverán a lucir cuando me veas. Mientras tanto, no tentaré la suerte. Página 468 A mi lado vendrás cuando Dios quiera. 468 Romances Pasan las horas del día, me va creciendo la barba, mientras la sangre en mis venas de circular no se cansa. Porque el día que se pare es cuando vendrá la Parca, se interrumpirá ese flujo y el cuerpo hallará la calma. Después reinará el silencio, o lo que sea que haya. Porque tras morir, ¿qué existe? Puede ser algo o ser nada. Saber querría seguro que otra existencia me aguarda, la fe que tuve conservo y en ello tengo esperanza. Pues si se pierde la misma no será la vida grata, ya que sufres más que gozas Página 469 y hay menos risas que lágrimas. 469 Romances Pasa la tarde sin pausa, pues no hay quien detenga el tiempo; mi voz, callada entretanto, permanece en el silencio. Un intercambio ni apenas de palabras, cuando vendo. ¡Pero es que vendo tan poco que es esto un aburrimiento! Estamos a veintisiete, a finales de febrero, y ya les queda a muy pocos en el bolsillo dineros. ¡Hay que ver cómo me miran! ¡Mono de feria parezco encerrado en mi garita, mientras escribo estos versos! Ganas me dan de marcharme, mas debo ganarme el sueldo, aunque apetezca mandar a todo el mundo a paseo. Y no es cansado el trabajo, 470 no tengo que hacer esfuerzos. Página mas tan soso y aburrido que acabas dormido o tieso. 470 Romances ¡Si al menos una aventura me animase un poco el alma..! ¡Pero qué va! Nada extraño en este lugar me pasa. En otros las he vivido y aun aventuras de cama. Pero aquello fue hace mucho, son épocas muy lejanas. Que en cinco años que llevo de todo he visto y ya nada me sucede extraordinario y pocas cosas me extrañan. Desde el rufián que quería arrebatarme la “pasta” a la mujer aguerrida, hermosa, castiza y guapa. A aquél le salté dos dientes, al pegarle con la máquina. Y piropeé a las bellas, que buen contento les daba. 471 Ya cerca son de las siete, Página tengo cansada la espalda.; las ocho llegarán pronto 471 Romances y a descansar, cual Dios manda. A ver si por fin me afeito o si me dejo la barba, que unas dicen que les gusta y otras hay a las que espanta. Otro cigarrillo más que se consume y se apaga... Comienza a llover ahora... ¡Maldita sea su estampa! Aquí, en mi sitial sentado, observo las vanidades de la gente que pasea... Cada cual marcha a su aire. Ha cesado ya la lluvia, se va acabando la tarde, muy pronto todos se irán a recogerse a sus lares. Después, la noche y el viento se harán dueños de las calles. Mañana será otro día, 472 puesto que el Sol siempre sale Página y nada nuevo en el mundo habrá que su luz alcance. 472 Romances ¡Vámonos, que la tarea Página 473 se ha terminado hasta el martes! 473 Romances Parece que las empresas han tomado como norma deshacerse del obrero si éste protesta y estorba. De mi vida cinco años, sin echar cuenta a las horas, le he entregado yo a la mía y así me lo paga ahora: ¡Dándome un puesto de mierda, donde se venden las sobras! Y en estos tiempos de crisis es bien poco lo que sobra. En tanto, los gerifaltes tienen repleta la andorga. Ellos viven y tú mueres... ¡Bien poco es lo que les importa! Y encima, a darles las gracias pues que te tienen en nómina. ¡Por cuatro perras te dejas la salud, dicha y la honra! Bien lo escribiera Machado 474 en esas célebres coplas. Página Aquí el que no corre vuela. ¿Y el parado? ¡Que se joda! 474 Página 475 Romances 475 Romances ¡Paradojas de la vida..! Una mujer que me adora, que por mis versos suspira y para mí es una sombra. Pudo ser su amor un hecho y llegar a consumarse. Pero la suerte dio un quiebro, se trastocó su viaje. Ahora dice que algún día es muy posible que venga... Verdad puede ser que diga, mas no me haré componendas. Que, después, por un capricho los planes se van al traste; suele jugar el Destino de esa manera, a su aire. ¡Paradojas de la vida..! Una mujer que me adora, 476 que por mis versos suspira Página y para mí es una sombra. 476 Romances Pudo ser su amor un hecho y llegar a consumarse. Pero la suerte dio un quiebro, se trastocó su viaje. Ahora dice que algún día es muy posible que venga... Verdad puede ser que diga, mas no me haré componendas. Que, después, por un capricho los planes se van al traste; suele jugar el Destino Página 477 de esa manera, a su aire. 477 Romances ¿Para qué ya más versos escribirte si el mejor surgirá cuando tú vengas? Con mis labios seré capaz, incluso, de en tu cuerpo escribir una epopeya. Que mil rimas forjar se me hacen pocas. Es mejor que las trace con mi lengua en la piel de tus senos y en tu vientre. Y no quiero seguir, que te da pena. Pero sé que después, entre suspiros, rogarás que me adentre, sin vergüenza, en la selva prohibida de tu encanto, donde tanto placer y amor se encierran. ¡Caprichosas mujeres que mohines de disgusto fingís, cuando desean las caricias del hombre vuestros cuerpos con inquieta ansiedad, porque sois hembras! Página 478 Disimulo bien falso es ése vuestro cuando están palpitando vuestras piernas, deseosas de ser acariciadas y de abrir al varón la hermosa puerta. 478 Romances ¿Para qué perder el tiempo si no me querrás nunca? ¡Sueños de viejo poeta que odas escribe a la Luna! Tú me tratas como amigo, yo te tengo por mi Musa. Ésa que siempre he buscado, como el sediento agua busca. ¿Que soy tu amigo? ¡Pues bueno! ¿Que me conforme? ¡Qué angustia al pensar que en otros brazos te estrechas y te acurrucas! Ya me lo dejaste claro, más claro que un aura pura: Eres libre y no deseas tener lazos y ataduras. ¡Pues nada, como tú quieras! ¡Sé libre, si es que te gusta! Que yo viviré mi vida, Página 479 tú alegre vive la tuya. 479 Romances Palabras que mi alma alegran desde una tierra lejana tras traspasar el Océano, escritas con manos blandas. Signos amables que indican que aún es posible que el alma renazca a una nueva vida, llena de fe y esperanza. De simpatía y cariño repletos están y salta el corazón en mi pecho, como de joven saltara. Pero tranquilo, muchacho, no demuestres tantas ganas; deja que el tiempo transcurra, pues éste todo lo cambia. E igual que ayer viste pronto 480 tus ambiciones colmadas, Página es fácil que no se cumplan en esta ocasión tus ansias. 480 Romances Si tal cosa sucediera, tranquilo. ¡No ocurre nada! Sólo que otra vez, de nuevo, Página 481 te encuentres solo en tu casa. 481 Romances Palabras, sólo palabras mal entendidas de ambos. El caso es que nos queremos, no importa que discutamos. Si en un arranque de rabia, mi malestar he mostrado, no te preocupes, mi vida, que con tu voz me has calmado. Yo reconozco que tengo un pronto fiero y airado. Tú también. Total, lo mismo. No hay nada que reprocharnos. Ya llega el alba, ya llega. Tarde es y está llegando. ¿Cómo será por la noche? ¡Mejor será no pensarlo! Pues si lo pienso se agitan 482 de mi corazón los pasos. Página Prefiero esperar tranquilo, aunque no logro calmarlo. 482 Romances Apenas quedan tres horas para poder abrazarnos. ¿Ves? En mi tierra también, los hombres de amor temblamos. Y es que es muy ancha Castilla, muy anchos los castellanos, pero en cuestiones de amor, preferimos doblegarnos. Llega ya pronto, alma mía, que yo te estaré esperando con un fulgor en mis ojos Página 483 y con un beso en mis labios. 483 Romances Oyendo esta canción se me alborota el alma, el corazón y las entrañas; las lágrimas asoman a mis ojos, pensando en las grandezas de mi España. Valientes legionarios, esforzados, que luchan por su honor y su bandera; herencia son de Tercios e, igualmente, defienden con orgullo sus enseñas. Mas hoy lo militar está caduco. Te llaman, si lo cantas, patriotero; o facha si es que, lleno de alborozo, alabas con fervor a esos guerreros. ¡Idiota sociedad que vive en guerra creyendo en paz estar, cuando es mentira! No olvides sus heroicas aventuras y ayuda te darán cuando la pidas. Los novios de la muerte siempre acuden 484 allá donde es preciso y necesario. Página ¡Escucha con respeto su andar firme, que pasan los valientes legionarios! 484 Página 485 Romances 485 Romances Oscurece la tarde. Fue cansina. Poca gente pasea por la calle. Hace frío y se abrigan al refugio del caliente almacén, porque es de balde. Escasea el dinero en los bolsillos y se compra lo justo. Es impensable derrochar porque sí, ya que mañana muy posible será se les acabe. ¡Cuántas horas perdidas por capricho de un cretino felón de cuya madre, aunque puede que no tenga la culpa, más remedio no tengo que acordarme! Su soberbia y la mía se enfrentaron y ocurrir suele siempre que quien mande el triunfo se lleve de momento. A la postre, el mejor será quien gane. Lograré no perder esta batalla de paciencia y de calma haciendo alardes Al final la victoria ha de ser mía. Página 486 ¡Me reiré con más fuerza al ser más tarde! 486 Romances Olivares sin fin, más olivares... Aquí escribió Miguel su Poesía. Jaén, ¡qué verde luces en la tarde, plagado de silencio y de armonía! Se desliza tan suave el tren, si cabe, que no aprecias el ruido de la vía; se va ocultando el Sol, la Luna sale, con miedo, con temor. Ya acaba el día. Quedan horas aún, largo el viaje y es larga la demora y la alegría de volver en mis brazos a estrecharte, toledana querida, vida mía. Mil veces te engañé, tal vez te engañe otras mil o quizás más todavía; pero muy bien seguro estoy que sabes Página 487 que siempre torna a ti mi Fantasía. 487 Romances Ojos verdes que quisiera ver de cerca y sonrientes, reflejándose en los míos cuando tus labios me besen. Del mismo color que el mío, pues también los tengo verdes, se dice que son traidores... ¡Qué mala fama que tienen! No pienso yo que los tuyos puedan mentir, pero puede. Lo que sí que te aseguro es que los míos no mienten. Te dirán si no me gustas, pues dicen la verdad siempre; y si me encantas, de fijo que te sonríen alegres. Quiero verlos pronto al lado, ¡deja tu temor y vente! porque sueño en contemplarlos Página 488 y mi sangre, al soñar, hierve. 488 Romances Ojos castaños, pelo moreno... Aunque me gusten, son lo de menos. Pues más me agrada tu inteligencia, tu fértil mente de hondas sapiencias. Sincera, en vero, son tus palabras. No mientes nuca y eres sensata. ¿Qué más podría nadie pedirte? Tan sólo un beso, Página 489 luego morirme. 489 Romances ¡Ay, móvil de mis pecados, miles de secretos tienes! Sin la clave estás cerrado y con la clave te enciendes. Marco el número de un ligue, después de buscar el nombre. Presuroso toca el timbre y con su voz me responde. Si me contesta halagüeña es que se encuentra ella sola. Si me responde muy seria es que hay moros en la costa. Lo malo es cuando está apagado. Es que ya no le interesas. Lo mejor en ese caso es olvidarte de ella. Pues si insistes nuevamente y sigues dando la lata, es fácil que lo descuelgue y te mande a freír ratas. 490 Así que antes que suceda, borra el número maldito, busca otra vez en la agenda y encuentra otro numerito. Página Cuando una moza decide no proseguir con la cosa, 490 Romances es mejor ir y decirle: A otra cosa, mariposa. Porque el móvil, ya lo he dicho, es un chisme traicionero. Es mucho peor que un bicho, más malo que un avispero. Luego viene la factura y te la cobran por Banco. O eres golfo y caradura o encima pagas los cuartos. Es que es maldito el invento, porque parece sencillo. Pero al final es un cuento que te vacía el bolsillo. Así que hoy lo he dejado olvidado en el enchufe. Hoy no gasto un solo pavo y mi cartera no sufre. Página 491 ¡Maldito el que lo inventó! ¡En qué hora tal idea! Lo tranquilo que estoy yo hoy, sin observar las teclas. 491 Romances A ver si la batería se rompe ya de una vez. Reponerla es tontería cuando se vive tan bien no teniendo a quien llamar y sin recibir mensajes. ¡Menuda tranquilidad que nadie pueda llamarte! Porque si la llamada es tan necesaria e importante, verás cómo de verdad consiguen localizarte. Y si pueden esperar es dinero que se ahorran. Tiro pues el celular y a darme la gran vidorra. Dirán que estoy anticuado y que las modas no sigo. Es que estoy ya mosqueado de pagar tanto recibo. Página 492 De que me vigilen siempre, de que llamen a deshoras. No me dejan que me acueste, no me dejan ni que coma. 492 Romances Es un invento asqueroso, lo digo como lo siento. ¡Quién sería el tío piojoso que realizó tal invento! Te quitó la intimidad. No puedes contar un cuento porque escuchan donde estás... ¡Y se quedó tan contento! Pues yo dispuesto no estoy a vivir en tal zozobra. Así que a partir de hoy para mí que está de sobra. Que lo utilicen el resto. De hacerlo, digo, son libres, El menda no está dispuesto a que su vida vigilen. Esta tarde, por supuesto que lo tiro a la basura. Es que no quiero ni verlo tan siquiera ni en pintura. Página 493 ¡Adiós, mi móvil querido! De veras que lo lamento pero es que tan sólo has sido para mí un cruel tormento. 493 Romances Página 494 Fuiste en su día un antojo y yo te traté con mimo. Hoy que veré tus despojos... ¡No sabes cuánto te estimo! 494 Romances Noté cómo un vibrar en todo el cuerpo, sentí de mi interior surgir la lava; la vista se me fue por un momento, el alma de tu amor se hizo la esclava. Después dulce agonía y, casi muerto, pensé en si era sincero y si te amaba o todo era costumbre; porque pienso que muerta la pasión todo se acaba. La dicha del amor la mata el tiempo, después todo es rutina y se recaba al torpe corazón si es un recuerdo; Página 495 si sólo ante la gente es una traba. 495 Romances No te enojes, mi amor, si estoy dormido que imposible es soñar si estoy despierto y pretendo soñar a todas horas que por fin ya me abraso con tus besos. No te aflijas, mi cielo, ni te enfades si a mitad de tu tarde yo me duermo; es de noche en mi tierra y ya cansado del trabajo del día está mi cuerpo. ¡Bien quisiera poner en sintonía los relojes que marcan nuestro tiempo! Mas me temo, mi bien, que es imposible porque el uno del otro estamos lejos. Página 496 Pasarán unos meses y así, entonces, cuando estés junto a mí quiebra mi sueño; no me dejes dormir con tus caricias, mas permite después que duerma luego. 496 Romances No te apene pensar en lo que fuiste, mejor piensa en lo que ahora puedes ser. Que estés vivo quizás es un milagro, dale gracias a Dios de estar de pie. Que el pasado pasó y nada importa, mañana brillará de nuevo el Sol y el mundo girará, gira que gira; mientras tú puedas verlo, ¿qué hay mejor? Que ya yacen algunos compañeros de aquellos de tu época infantil. Mientras puedas, entona bien tu cántico y exhala todo aquello que hay en ti. Que cuando estés ya muerto no habrá nadie que vaya tu sepulcro a visitar. de momento, sí, un lloro, una congoja, para no recordarte ya jamás. Es la vida del hombre, así implacable. 497 ¿Qué ha sido de tu amigo aquél de ayer, Página aquél con quien tomaste tantas copas..? Pues que ya te olvidaste hasta de él. 497 Romances Así ha de ocurrirte a ti mañana, una esquela, un recuerdo y nada más. Aprovecha tu tiempo mientras puedas, Página 498 que no sabes si cerca está el final. 498 Romances No sueñes, corazón, duerme tranquilo; muy pronto ha de venir la que tú esperas: Mujer que dé vigor a tus latidos; estrella de tus noches, compañera. No seas impaciente, pues muy pronto mi cuerpo ha de fundirse con el suyo; mi voz una canción plena de gozo habrá ya de entonar en un futuro. Y el día que la muerte me reclame, sus labios besarán mi muerta boca; quitándole el dolor a tan cruel trance, Página 499 llevándome directo hacia la gloria. 499 Romances No sueñes con ganar la Lotería, trabaja y ganarás una fortuna. Dinero que te llega alegremente, igual que vino a ti pronto se esfuma. Debiera aconsejar no de esta guisa viviendo como vivo yo del juego, mas siempre fui leal con mi conciencia y debo de prestar este consejo. La suerte y el azar son caprichosas, lo mismo que un infante de travieso; volubles, traicioneras, no seguras. Más vale que te ciñas al esfuerzo. Si escuchas mis palabras, fía en ellas. Yo vendo Lotería y estoy harto de a todos desear que tengan suerte, Página 500 sabiendo que no puede darse el caso. 500 Romances Lo pregono y lo proclamo bien alto a los cuatro vientos: Es verdad que soy maduro, pero es mentira que viejo. Que aunque me encuentre cansado a veces es por el peso de tantas penas sufridas, de las que guardo el recuerdo. Por tantos amores rotos, que rememoro a lo lejos, siendo mi mente más joven y mi magín más ingenuo. Cuando un alma me entregaron y con ella el lindo cuerpo de una hermosa sevillana, que se me dio por entero. No supe ser precavido, terminando por perderlo. ¡Si hubiera sabido entonces lo que hoy sé no me lo pierdo! Desde tierra americana 501 vino en presuroso vuelo Página otra mujer más hermosa, que hablaba con dulce acento. 501 Romances Y volví, siendo muy torpe, a perder en aquel juego por pereza o por desidia; o por ambas, si lo pienso. ¡Estúpido mentecato, de los tontos rey supremo! ¡Dos ocasiones perdidas, por un error o por miedo! Después vinieron del Norte cálidos y ardientes vientos que agitaron mis entrañas. Desde entonces no estoy bueno. Pues era mucho su empuje, aunque a la vez era tierno. Tanto que casi me deja vacío de mis adentros. No tuve ahí error alguno. Sólo faltaron dineros, pues su marido es muy rico además de ser muy lerdo. Como sea, a trompicones, 502 hoy he parido estos versos Página contando toda mi historia. Seré mayor, pero menos 502 Romances de lo que piensan algunos que la envidia torna en ciegos. Podrán pensar lo que quieran, mas se equivocan de cierto. Tan sólo sí reconozco que me equivoqué de nuevo. Pero es ésta ya otra historia... Otro día se la cuento. Pues parece que el romance se ha extendido y es muy luengo y no quisiera cansarles, Página 503 Disculpen si es que lo he hecho. 503 Romances No se mueven ni las ratas a las cinco de la tarde. El Sol castiga de pleno. Las piedras, calientes, arden. Todo el mundo está en sus casas, nadie se encuentra en la calle. Ha empezado el mes de agosto y el calor es asfixiante. Por allí camina un loco bajo el calor sofocante. Digo tal porque hay que serlo o tener ganas de asarse. La máquina de limpieza rompe el sopor. Al volante, el operario dormita. Puede ser que a dormir pare. Ha retornado el silencio, no se vuelve a ver a nadie. Sólo al autobús que pasa. Para mí que pasa en balde. Pues nadie está en la parada, 504 la gente en sus camas yace; Página que la siesta es obligada, no hace falta que la manden. 504 Página 505 Romances 505 Romances No sé cómo explicarte en dos palabras el sueño que en mi mente se ha forjado: poder vivir feliz lo que me reste, sin nunca ya fruncir de nuevo el labio. ¡Pensar que comenzó por tontería, por pura diversión, como otros tantos enredos de mi vida! Por capricho. El éxito jamás soñé alcanzarlo. Extraña es la existencia, ya no hay duda; no sabes qué te espera, cómo y cuándo. Arrojas el anzuelo y el pez pica o arrastra a quien lo echó, tras arrojarlo. Más fácil es pensar que es lo segundo... ¡Ingenuo el pescador que quiso un barbo sabroso degustar..! Pero, a la postre, Página 506 él fue quién acabó dentro del saco. 506 Romances No quiero que te pienses, cielo mío, que no te eché de menos estos días; dos fechas que borré del calendario, marcando más cercana tu venida. No creas que soñé con otra cosa aparte de tus besos y caricias; mas cierto es que he sufrido, hace dos noches, tremenda y pavorosa pesadilla. Me dio por cavilar, no sé el motivo, que llegue tu avión nunca consiga. Que había inconvenientes por tu parte y alguna desazón te lo impedía. Quisiera no ser pájaro agorero. Así que no te asustes, tú tranquila. Pues creo que el Destino no está en contra y pronto ha de cumplirse nuestra dicha. Página 507 Olvida mi mal sueño, que es tan sólo el miedo de este viejo. No te aflijas. Temor es solamente de que nunca me pueda reflejar en tus pupilas. 507 Romances No pidas que no te quiera. Más no te puedo querer. Me vuelven loco tus ojos y tu aroma de mujer. ¡Ay, Virgen, si yo lograse tus encantos conquistar! Hombre más feliz no hubiese. ¡Ninguno lo fuera más! Acariciarte la cara, entretejer tus cabellos; besar esa boca fresca que a mieles sabe de cierto. Después decirte bajito, en tono dulce y muy quedo: - ¡Quiéreme, paloma mía! -. Y no despertar del sueño. Pues un sueño me parece 508 que logre nunca jamás Página estrecharte entre mis brazos, encontrar por fin la paz. 508 Página 509 Romances 509 Romances No me pidas amor, no puedo darlo. Lo robó una ladrona hace ya tiempo. Me dejó el corazón hueco y vacío, convertido en erial sin fruto y yermo. Se llevó mi bondad, mis ilusiones; mi ansiedad de vivir, todos mis sueños. Me olvidó sin piedad y fui un cobarde: No luché con valor, quise haber muerto. Lo demás con los años se ha marchado y hoy me miro con pena en el espejo. Pero, en tanto, la ingrata se divierte; del querer no conserva ni el recuerdo. Aún la escucho a menudo y no quisiera. A decirle tres cosas ni me atrevo. ¿Para qué discutir por algo inútil? Que me ignore, mejor, allá a lo lejos. Página 510 Es por ello, mi bien, que te lo digo: No me pidas amor, pues no lo tengo. Mi caudal se extinguió completamente. Lo agotó esa mujer, lo dejó seco. 510 Romances No me inspira el amor de una morena sino el paso de gentes por la calle. Igualmente los dos son pasajeros, que el cariño también suele acabarse. Como acaba la vida de los hombres, como el Sol se pondrá puesto que sale: En el cenit del cielo a mediodía y comienza a morirse por la tarde. El trasiego es inmenso y cada uno llora o ríe, según lo que le cuadre. Cada cual a su asunto y sus negocios, sin que mucho le importe el semejante. ¿Quién sospecha que escribo aquí unos versos o si sufro o si gozo? No habrá nadie que se piense que forjo así un poema en que muestro mi asombro al contemplarle. Es la vida que pasa ante mis ojos lo que quiero plasmar, con sus detalles; todos van a su bola caminando, sin pensar en que puedo retratarles. Pasarán las personas y mañana 511 ni un recuerdo tendré de quienes pasen. Página ¡Rueda y rueda este mundo bullicioso, prosiguiendo su marcha sin que pare! 511 Romances Bajaremos nosotros a la tumba, volveremos al polvo y en el aire no habrá restos que indiquen lo que fuimos... ¡Aprovecha, pues, raudo estos instantes. Pues no habrá quien de ti tal vez se acuerde, que el recuerdo supone siempre un lastre. Y queremos vivir la propia vida, Página 512 que su carga ya agobia lo bastante. 512 Romances No hay mal que por bien no venga, dice el refrán popular. El caso es que me han pagado sin tener que trabajar. ¡Qué caradura la mía! ¡Qué ironía tan mordaz! Ya trabajé muchos años, hora es ya de descansar. Yo me conformo con poco, pues no es más rico quien más tiene sino quien precisa menos. ¡Qué grande verdad! Pues que al final y a la postre de esta vida sacarás lo que gozaras de ella y en eso voy a ganar. Que tengo mujer hermosa, 513 complaciente y, además, Página mis versos y mis novelas que no se agotan jamás. 513 Romances Ése es mi mayor tesoro, ése es mi mejor platal. Lo demás son cuentos chinos que no deben importar ¿Para qué sirve el dinero sin poderlo disfrutar? Más vale ser pobre y sano que ser rico y enfermar. ¿Y cuál mejor es la herencia que puedo a nadie dejar que mis sueños hecho versos? Página 514 Eso vale un dineral... 514 Romances No hay edad para amar, me lo dijeron y no sé la razón mas no hice caso. Pero siento en mi pecho un soplo ardiente, escuchando el susurro de tus labios. ¿Cómo puedo pensar, sin conocerte, que me puedes amar y en que te amo? Milagroso sería si eso es cierto y no suelo creer en los milagros. Pero estoy muy contento si me llamas, muy risueña te noto cuando hablo. La ilusión que pensé que se había muerto al oírte reír he recobrado. Soñaré como en tiempos juveniles, aunque el mozo de ayer casi es anciano. ¡Ojalá mi vigor también responda Página 515 y podamos vivir juntos mil años! 515 Romances No ha muerto y le han enterrado, mira qué amigos, ¡por Dios! Si llegan a ser rivales aún lo comprendiera yo. Pero amigos como esos, con tan poco corazón, mejor que se queden lejos, cuanto más lejos mejor. ¿Y la viuda qué dice? Que hace tres años que no dormía con ella junto, que no sabe que es peor si ser viuda de alguien o mujer de una ilusión, que para lo que la quiso... ¡Vaya lío, sí señor! El pobre Arafat se ha muerto. 516 ¡Quite usted, que no murió! Página Mas, por si acaso, tenemos dispuesto al enterrador. 516 Romances Es un judío que dice que con gusto la labor hará si así se lo piden. Se trata de un tal Sharom. Ya repican las campanas,,, ¿Qué campanas, si no son cristianos unos ni otros? Y además no falleció. ¡Qué triste que es en la vida que nadie muestre dolor cuando te vas de este mundo, solamente expectación! Es el tributo del grande, del poderoso señor, del que a sólo se recuerda por lo mucho que mandó. 517 Yaser Arafat, descansa Página y muérete, por favor, que los cuervos van inquietos 517 Romances volando en tu alrededor. Y el día que tú te mueras llorarán con aflicción mientras se parten el oro Página 518 que tu herencia les dejó. 518 Romances Murieron como valientes, cual mueren los españoles. La ministra bien lo siente; el banquero, a sus millones. Todos dan sus condolencias a las dolidas familias. ¿Hasta cuándo la paciencia por esta guerra ficticia? Dos soldaditos han muerto por causas vagas y extrañas, por un miserable sueldo y por engrandecer a España. O eso dicen, porque ignoro cómo a España la engrandecen tales muertes. ¿Somos bobos? Así a mí me lo parece. Pero que siga esa guerra 519 encubierta bajo el nombre Página de humanitaria tarea y que mueran nuestros hombres. 519 Romances ¡Total! A nadie le atañe más que a sus padres y novias. Aquí pasamos la tarde Página 520 y ellos ya están en la Gloria. 520 Romances Mujeres que van pasando delante de mi garita... Cada cual tiene problemas, pocas son las que no han cuitas. Unas caminan ligeras. Otras, despacio, sin prisas. Las hay que pierden el tiempo y otras que el mismo mendigan. Cada una lleva a su ritmo y según éste se agitan. Depende de quién espere, si un amante o las amigas. O los trabajos de casa, o estar solas y aburridas. Pero ninguna se para a observar al que las mira con los ojos bien abiertos, no con mirada furtiva. Son dueñas del Universo, aunque tal cargo no admitan; pues que son, o ya lo fueron, 521 portadoras de la Vida. Página ¡Pasad de largo, no importa! No volváis atrás la vista. 521 Romances No hagáis caso del poeta que este romance os dedica porque se le viene en gana, porque adora de tal guisa vuestros encantos que dice: Página 522 - ¡Andad, que Dios os bendiga! -. 522 Romances Mujeres que me amasteis, decid dónde quedó vuestra pasión de aquellos días; aquel intenso amor, aquella entrega, aquel loco deseo... ¿O fue mentira? - Te juro que te adoro; que por siempre, aquello que me reste de mi vida, seré ya siempre tuya a todas horas. ¡Jamás podré vivir sin tus caricias! -. ¿Qué queda de esas voces? El recuerdo de un rato de placer y de delicia. Los rumbos diferentes se alejaron, Página 523 las naves marchan hoy a la deriva. 523 Romances Mujeres buenas y malas, de todo existe en la vida. Las hay que el día te alegran y las hay locas perdidas. ¡Qué mala suerte que tuve que se me cruzara un día una a la que, ciertamente, remediara una paliza! Mas como no soy amigo De tamañas fechorías, ¡anda y se la dé su padre!, o quien ella misma elija. Pues quizás así se arregle tanta boba tontería como se alberga en su mente, tan retorcida y maligna. Porque me apena y me aflige esa locura maldita que la poseyó hace tiempo. Página 524 ¡Y que el buen Dios la bendiga! 524 Romances Morena que me encandilas con tu risa zalamera, risa que penetra el alma y que de ardores me llena. Si por milagro fantástico lograse tenerte cerca, me perdería en tus labios; en tu seno, entre tus piernas. Y ya loco, perdería, sin remediar, la cabeza; mas es larga la distancia… Al menos, que sueñe deja. Página 525 Que, soñando, tal vez logre ir con mi mente a tu tierra; y, una vez allí llegada, pueda alcanzar mis quimeras. 525 Romances Mi ser dejo a jirones en mis versos, soñando con que un día alguien los lea. No importa que conozcan mis andanzas; al fin no resultaron ser tan feas. ¿Qué amé, no cabe duda, demasiado? Si tanta suerte tuve es mi problema. A nadie le preocupa si me dieron el mismo y tanto amor que les di a ellas. Si tuve gran fortuna en mis amores es cierto que también obtuve penas. Pesando las dos cosas, la balanza sin duda ha de inclinarse más por éstas. Que al cabo es el amor sólo un momento y dura la pasión lo que ella quiera. ¡Relámpago fugaz que el cielo alumbra, quedando luego oscuro cuando truena! Cual lágrimas del cielo se desprende 526 la lluvia cuando acaba la tormenta; Página de nuevo brilla el Sol secando todo, no quedan en el suelo apenas huellas. 526 Romances Así pasa en el alma de los hombres, se curan las heridas y se cierran. Mas quedan cicatrices para siempre, aun cuando ya la carne no está abierta. Mi ser dejo a jirones en mis versos, soñando con que un día alguien los lea... Si fuesen ignorados, no me importa. Página 527 ¡Yo sé que mi labor cumplí en la tierra! 527 Romances Mi amigo Ginés se ha muerto y se murió de repente. Vino la Muerte y le dijo: - Amigo, ¡qué gusto verte! -. Tuvo una corta agonía, le falló la placa base; a él que pronto las cambiaba, para con tal fin forrarse. Era Ginés informático de los de rancia solera, pues arreglaba aparatos de aquellos a manivela. Mas al suyo no logró poner piezas de repuesto. Se le acabó la corriente, pues fue un infarto al cerebro. La pena es que me quedé 528 sin técnico y sin amigo. Página Mas otros genios habrá, él es quien más ha perdido. 528 Romances Ahora se cumplen cien años del nacimiento de un grande. Así se le considera al pastor Miguel Hernández. Pastor de cabras y ovejas por imposición del padre, poeta cual no hubo muchos por la enseñanza de un fraile. De niño comenzó el joven con su poético alarde, publicando sus poemas en la Prensa de Alicante. Y en breves años se impuso, dejó de ser un don nadie. Luego le pilló la guerra, comenzando así el desastre. Aunque pienso que su gloria 529 comenzó cuando el combate. Página Si no, quizás sólo fuera uno más de tantos vates. 529 Romances Destacando de entre muchos, de eso no hay duda. No obstante, ¿en la paz qué hubiera sido?, habría que preguntarse. Por un azar del Destino yo vine al mundo en la calle, pocos números abajo, de donde estuvo su cárcel. Me bautizaron, incluso, unos pocos metros antes. Quizás su verso encendido me iluminó. ¡Quién lo sabe! El caso es que su existencia fue silenciada por alguien que poco interés sentía por estos temas del Arte. ¡La vieja historia de siempre, pues puede más la barbarie que un poema bien escrito..! Página 530 ¡Qué brutos y qué animales! Esta mañana de marzo, 530 Romances en que el Sol brilla radiante, a la memoria de un muerto quiero brindar homenaje. Y mi garganta da un grito que a escuchar puede que alcance desde su tumba sombría: - ¡Que viva Miguel Hernández! -. ¡Mentiras, todo mentiras! ¡Qué bien que me has engañado hablándome de quereres y mientras con otro hablando! Pero no pienso reñirte, puesto que no soy tu amo; pero otra vez que flirtees juega, sí, mas no hagas daño. Que a mí no me das tormento, porque sé más que el Diablo; 531 mas puedes herir a otros Página más ingenuos, menos cautos. 531 Romances A nadie cuentes tus penas, que no harás más que cansarlos y aunque te tomen cariño Página 532 después no te harán caso. 532 Romances Me regalaste tu tiempo sin a cambio pedir nada. Insólito es cuando nadie sus horas así regala, que hoy nos cobran hasta el aire y hasta por darnos las gracias. Pues de balde no conozco a nadie que me ayudara. ¿Currar de gratis..? Ninguno. Por dinero se trabaja, que nadie te presta auxilio y el dinero es el que manda. Que ya lo escribió Quevedo, sabiendo bien de qué hablaba: Nada se mueve en el mundo si de por medio no hay plata. Pero tú me regalaste tus horas y yo sin blanca... ¿Cómo podría pagarte, pues quisiera y no me alcanza? Quizás con algunos versos, 533 que muchos guardo en las arcas. Página O acaso tan sólo baste con un ¡viva Villacañas! 533 Romances Así te pondrás contenta, pues que bendigo a tu casta. ¡Qué bien hiciera Cervantes al hablar bien de la Mancha! Gentes de bien, de blasones y de una alcurnia muy alta... Te dedico este poema, Página 534 Pilar, por graciosa y guapa. 534 Romances Me han predicho que el Destino me la tiene reservada, que puedo encontrar de noche alguna mala pasada. Yo no le temo a la muerte. Además, que vida larga también dijeron que habría. Así que no pasa nada. Pero una cosa me han dicho: Pronto he de ver a mi amada. Eso sí que es importante. El resto, sólo palabras. Y las palabras, el viento, las lleva en rápidas alas. Venga la dicha muy pronto... Página 535 ¡Que estoy harto de aguardarla! 535 Romances Me dijo la pitonisa que anduviera con cuidado, que una mujer extranjera ha de enredarme en sus brazos. Yo le contesté, risueño, que ojalá que me enredase; que a ardores de amor no temo, en tanto que no me abrasen. No me fío de las cartas ni de augurios de adivinos. Bien sé que será inmutable lo que indique mi Destino. Y si escrito en él se encuentra que a su vera he de morirme ya puedo yo precaverme, rehuirlo será imposible. Las cosas son como vienen, no como quieres que vengan; no tengo miedo al futuro, por mucho que herirme quiera. Que aquí yo estaré esperando impaciente la llegada de esa mujer “peligrosa”, mas que jura que me ama. Página 536 Y en amándome, ¿qué importa lo que pueda ocurrir luego? Vivamos esos instantes sin temores y sin miedos. 536 Romances Me dices que quieres verme pero no quieres que vaya. ¿Puedes decirme por qué? No comprendo tus palabras. Sé que me estás deseando, que intranquila está tu alma porque no estoy a tu lado. ¡Y no me dejas que vaya! En verdad que no lo entiendo porque, si tanto me amas, lo lógico es que me vieras. ¡Y no me dejas que vaya! ¿Quién entiende a las mujeres? Ni Dios creo que lo haga. No me dejas ir a verte, mientras te mueres de ganas. ¡Ay, niña de mis amores, 537 cabecita loca y vana! Página Me dices que no me acerque mientras te mueres de ansias. 537 Romances Me sueñas todas las noches, me sueñas por las mañanas, estás rabiando de anhelo... ¡y no me dejas que vaya! Pues puede que llegue un día, piénsalo bien y con calma, que me llames deseosa... ¡Y sea yo el que ya no vaya! Que no te suene a ultimátum, que no te suene a amenaza. Es que el amor es un fuego y el fuego se queda en brasas. Que aunque queden los rescoldos se va apagando la llama. Después se queda en cenizas 538 y tras las cenizas... nada. Página No me seas pejiguera, a ver si de una vez te aclaras. 538 Romances Que se disipen tus dudas... Página 539 ¡Y di de una vez que vaya! 539 Romances Me dicen que siempre encuentro motivo para un poema. Es cierto, porque la vida de Poesía está llena. Y aquél que así no lo piense, aquél que no lo comprenda, podrá quizás ser muy culto mas nunca será poeta. Que no basta el hacer rimas ni bien aplicar las reglas; ni conocer la sintaxis, ni la Gramática entera. Ser poeta es diferente... Es un algo que se lleva dentro del alma, muy adentro; que no se aprende en la escuela. No hay maestro que te enseñe, 540 no existe una enciclopedia; Página ni diplomas que acrediten saber hacer una endecha. 540 Romances Tan sólo es un sentimiento; una música que suena haciendo vibrar el alma de los pies a la cabeza. ¿Quién es poeta? ¡Quién sabe! Aquél que menos se piensa: Un vendedor de la ONCE, un pobre pastor de ovejas. O poetas somos todos; cada cual a su manera, quienes se ríen felices y quienes lloran con pena. No sirven definiciones, no se estudia una carrera; inútil es buscar normas, Página 541 no vale darle más vueltas. 541 Romances Me decía el colombiano que los amigos no existen. - ¡No diga tal, don Antonio, que son palabras muy tristes! -. ¡Mas cuanta razón llevaba en aquello que decía! Más sabio que yo no era, mas sí más ducho en la vida. “El amigo es quien te roba y el que la mujer te come, que a quien la puerta no abres difícil es que te robe”. Ésas eran sus palabras y hoy comprendo que eran ciertas. ¡Cuánto te quiere la gente si está boyante tu cuenta! Yo mismo, he de confesarlo, 542 apreciaba sus dineros; Página por ellos era su amigo, si tengo que ser sincero. 542 Romances Pues me compraba cupones en cantidad y a diario. Un día dejó de hacerlo. Huyó y, sin más, le mataron. ¿Qué le condujo a la muerte? Sin duda la confianza en algún amigo falso, gente de mala calaña. Sus palabras hoy recuerdo reconociendo cuán sabias eran, sin duda. No fíes en nadie con mucha labia. Considerando mi caso, aun no siendo parecido, aseguro que es bien cierto que no existen los amigos. 543 Mis motivos los silencio, Página pero es hecho comprobado: ¡Cada cual marcha a su bola 543 Romances y barre sólo su patio! Así es la vida, señores, me digan lo que me digan. Y al que afirme lo contrario... ¡San Pedro se la bendiga! Mataron nuevamente en forma artera, igual que mata el áspid traicionero, deshechos de cloaca que se piensan que son de los gudaris herederos. Se acercan en la noche y asesinan ocultos en la sombra. Alzan el vuelo y van a presumir de sus hazañas, igual que si algo grande hubieran hecho. Seguro que se duermen tan felices, no piensan en el prójimo que han muerto. Quizás incluso cuenten algún día su “gesta de valientes” a sus nietos. 544 ¡Qué lástima me das, España mía! Página ¡Tan célebre que fuiste por tus Tercios y llena en este instante de cobardes..! 544 Romances Página 545 ¡De veras que al pensarlo me avergüenzo! 545 Romances Malos tiempos se avecinan, según dicen los expertos. El trabajo que escasea, los Bancos en punto muerto y aquí todo Dios rezando para no perder su empleo, ni su coche, ni su piso, ni el calzón que lleva puesto. Que las cosas están crudas y afirman pasará tiempo hasta llegar a arreglarse, si es que tuviesen arreglo. Pues ya lo dudan muy mucho quienes saben de dinero. ¡Tres millones de parados! ¡Tanto ser sin alimento! Y parece serán cuatro cuando termine el invierno. Al llegar la primavera, ¿por las calles qué veremos? ¿Se conformarán las gentes? 546 Yo, de verdad, no lo creo. Página Se lanzarán a la calle dando palos a siniestro, 546 Romances pues sus hijos tendrán hambre y es muy duro aguantar esto. No valdrán mil policías para frenar el entuerto. Y todo, sin duda alguna, por culpa de un mal Gobierno. Pues se apriete bien los machos, Página 547 que le va a hacer falta hacerlo. 547 Romances Dos minutos de tu tiempo me negaste ayer mañana... Cuando bien te satisfizo, ¡horas enteras me dabas! Ayer hablabas con miedo, por si el marido escuchaba. Entonces, nada temías... ¡Hay que ver cómo se cambia! Simulando, preguntaste por mi “nietuca”... ¡Caramba, ni que fuera yo una amiga! Pues no, porque tengo barba. Eso es que estaba tu esposo cerca de ti y tus palabras, si las escucha, podrían robar quietud a su calma. ¿Y entonces no se dio cuenta de que adornabas su frente? O acaso le interesase, para hacer lo que quisiese. 548 Eso tú debes saberlo, Página puesto que a su lado duermes. Antaño nunca lo hacías 548 Romances y me llamabas mil veces. Decías que estabas sola, que ansiabas volver a verme para estrecharme en tus brazos como si fuera un pelele. Y en verdad que eso fui sólo de tu lascivia: Un juguete que manejaste a tu antojo. ¡La vieja historia de siempre! Pues desde Adán se repite que dominan las mujeres y a sus caprichos doblegan hasta al mismísimo Hércules. Pues de nada sirven fuerzas como una mujer se empeñe. Os llaman el sexo débil... ¡Qué estúpido el que así piense! Vientos del Norte te puse y el nombre muy bien te viene. Aunque más que un simple viento Página 549 eres huracán en ciernes. 549 Romances Mal cariño me vendiste, con bueno yo lo pagué. De esa mezcla tan extraña, ¿qué es lo que puede nacer? Odio, amor, indiferencia... Ni yo mismo si lo sé. Si algún día lo supiera muy pronto te lo diré. Pero puede ser que nunca llegue a saberlo y tal vez con la duda nos quedemos, eso puede suceder. Nunca sabremos ninguno qué hubiera llegado a ser si a aquel cariño sincero le hubieras tratado bien. Mas es inútil pensarlo, 550 explícame para qué. Página Lo que pudiera haber sido, lo que pudo mas no fue... 550 Romances Otra vez que a otro lo vendas procura venderlo bien, no sea que te reclamen como yo no reclamé. Mal cariño me vendiste, como bueno lo pagué. De esa estafa que me hicieras Página 551 a Dios has de responder. 551 Romances Los muchachos españoles parece que van a un baile cuando se enfrentan al fútbol con los jóvenes de Flandes. Cinco estocadas les dieron en un magnífico alarde de gallardía y dominio, igual que unos siglos antes. Y, al parecer, no llegaron ni siquiera a despeinarse; fue cuestión de maestría, de técnica y de coraje. ¡Mira que nos tienen rabia! Es normal que nos la guarden, pues todavía recuerdan lo que les dijo su madre: - ¡Que viene el Duque de Alba, con sus soldados cobardes que se come a los niños si se ponen a su alcance. – ¡Historias de viejos tiempos, 552 cuando el Imperio era grande! Página Hoy brilla nuestro deporte, ayer brillaron los sables 552 Romances de aquellos Tercios gloriosos que, derramando su sangre, le dieron a España gloria. Página 553 Hoy se la dan nuestro guajes. 553 Romances “Lo malo de ser tan bueno es que levantas envidias”. Eso exclamaba un poeta y es gran verdad, no mentiras. Porque existe mucha gente que la Métrica y la rima se la pasa por el Arco del Triunfo y aún se admira de ver los versos que escribe henchidos, dicen, de lírica; pero no tienen en cuenta si son prosa o Poesía. Que Poesía es un algo que no alcanzo a definirla; mas no cuatro pensamientos, locuras y tonterías. Yo no me tengo por grande, 554 pero sí que tengo escritas Página obras que muchos quisieran; por eso tienen envidia. 554 Romances Que no suene a petulancia lo que afirman estas rimas; y si a algunos escocieran, que se rasquen si les pican. Que no presumo de nada, pero mi pluma se irrita cuando leo que en mi ausencia por la espalda me critican. ¿Es que quieren que me marche? ¡Pues que a la cara lo digan! No se anden con sandeces, ni dos veces lo repitan. Que la persona que piensa ser muy leal y muy digna las cosas dice de frente. Página 555 ¿El resto? Dice pamplinas. 555 Romances Lluvia que riega las calles castizas de mi Madrid, llanto que vierten las nubes en estos días de abril. Con ella florece el campo, crece el fruto de la vid, pero siempre es fastidioso los pies en un charco hundir. Parece que del asfalto nunca calmará la sed; corre el caudal por la acera y no permite correr pues el que corre resbala, de bruces rodando en él. Se va por la alcantarilla... Dónde irá, vete a saber. Las lluvias de primavera muy bien recibidas son por el feliz jardinero 556 que ve prosperar la flor. Página Pero a las flores de asfalto, como confieso ser yo, 556 Romances más que alegría nos causan molestias y desazón. Ha de venir el verano, muy pronto ya llegará, y entonces afirmaremos que el calor sienta fatal. Ésta es la vida del hombre, desde su más tierna edad: Siempre existirá un motivo Página 557 para poder protestar. 557 Romances Lloran mis islas Canarias la pérdida de un valiente, suben plegarias al cielo desde la cumbre del Teide. ¡Callad, jaraneros cantos, que las isas no resuenen! Que allí en las tierras del Asia yace un soldado y no duerme. Las lágrimas de una abuela de sus ojos se desprenden: - ¿Por qué habrán matado a Cristo, por qué turbios intereses? -. Que se lo explique quien sepa, que se lo aclaren sus jefes. Lo mismo, con mil razones, la calman y la convencen. En tanto, en tierra española, diez canallas se divierten: - ¿Un soldadito que hay menos? ¿Y eso qué importancia tiene? Lo que importa es el dinero, 558 no nos vengan con memeces. Página Porque soldados hay muchos, muchos más que “inteligentes”. 558 Romances Que Dios los tenga en Su seno si tuvieron mala suerte. -. Así es la vida, señores, unos ríen y otros mueren. ¡Qué mal repartido el mundo y qué absurdo tantas veces! Gran Canaria está de luto, mas la vida sigue alegre. Veremos quién le recuerda y quiénes su llanto vierten en memoria de un soldado, de uno de tantos valientes que se la juegan por nada... ¡Es que la sangre me hierve cuando escucho las noticias, mientras contemplo en la “tele” a la ministra del ramo! ¡Ésta es la España de siempre, donde viven unos pocos en tanto los demás mueren poco a poco! ¡Llora, abuela, Página 559 quizás así lo despiertes! 559 Romances Llegó la noche. En su sombra, ¡cuántas ideas se lleva de amores que se han perdido pero que el alma recuerda! Ayer fueron otros tiempos, de aquellos ya poco queda. ¿Volverán en otros días los guiños de las estrellas? Solo me encuentro en el mundo, más solo que nada sea; pero no importa, ¡renazcan en tu mente los poemas! Que si la Musa me dicen... ¡Qué Musa! Mi inteligencia y este don que me ha brindado un Dios de infinita fuerza. ¡No te acuestes, compañero, que todavía te quedan en el alma muchas odas que escribir aunque no quieras! Que habrá de llegar el día 560 en que escribirlas no puedas, Página porque te encuentres yaciendo bajo tres metros de tierra. 560 Romances ¡Aprovecha tu momento, aún es tiempo aunque no creas! Que al fin reconozca el mundo que en verdad fuiste poeta. Y aunque no quede en la Historia ni rastro de tantas letras tu deber habrás cumplido. ¡Será tu gran recompensa! Porque el dinero, ¿qué vale? ¿La fama? No la deseas. Sólo ambicionas la gloria. Página 561 La suerte es de quien la encuentra. 561 Romances Liderando las tropas castellanas, adalid en miserias y en ardides, Alatriste llevó de toda Europa la bandera española a los confines. En Italia luchó, después en Flandes; en la Corte también riñó sus lides. Y amoríos, que en todas partes tuvo aventuras galantes y gentiles. Dirigió la mesnada más diversa que vagó por el mundo y fueron miles las fatigas atroces que sufrieron, pues no quiso la suerte sonreírles. Su monarca bailaba en su palacio, degustando corderos y perdices. Mientras tanto, una sopa miserable mantenía a la tropa de Alatriste. La soldada cobraban siempre tarde, 562 si llegaban a hacerlo. Es comprensible Página que del saco vivieran, alcanzando cruenta fama de pérfidos temibles. 562 Romances Soldadesca dejada a la ventura por la mano indolente de su príncipe, maldecían con odio a quien ahíto de manjares les daba sólo alpiste. Mala suerte tuvieron en su empresa a pesar del valor, pues no hubo achique; pero, faltos de jefes y dineros, Página 563 a la postre tuvieron que rendirse. 563 Romances La vida sólo es un sueño en que vagamos dormidos, imaginando quimeras, locuras y desatinos. Despiertas en la mañana mas continúas sumido en las sombras de la noche aunque luzca un sol divino. Vagas solo por las calles sin encontrar el camino, pues aun yendo muy certero marca la senda el Destino. Hoy vives, mañana mueres. Mas aunque te sientas vivo, es como si hubieras muerto ya que siempre haces lo mismo. Es la rutina de siempre, 564 no hay nada nunca distinto: Página Beber, gozar y comer, todo ello por instinto. 564 Romances Y la máquina despierta siempre con el mismo ritmo. ¡A ver cuándo llega el día que toque dormir tranquilo! Pero ese día, seguro que no queremos dormirnos. Aunque te aburran los días, Página 565 más temes el no vivirlos. 565 Romances La vida es un transcurrir de las noches y los días. Nace el hombre y llega al fin, ¡y qué pronto se le olvida! ¿A qué viene, pues, tener tanta maldad y ambiciones? No se comprende el por qué de esa conducta tan torpe. Si el final es acabar enterrado bajo tierra, ¿por qué se tiene ese afán de buscar tantas riquezas? ¡Absurda ilusión del hombre de ser grande, siendo poco! Se le pueden dar mil nombres, mas todos cosas de locos. Pues si existe un Más Allá 566 nada valdrán los dineros. Página Con ellos no lograrás poder salir del Infierno. 566 Página 567 Romances 567 Romances La vida de nada vale que de vivirla te hartas si que apostarla no puedes al albur de alguna carta. Muchas veces la he apostado y casi siempre he perdido. Es hora de que ya cambie mi suerte y que tenga tino. Pero si nunca cambiase, si continúa esta racha, no importa, que lo importante es mantener bien la facha. Así que, alegre, pensando, volveré a ejercer la apuesta. Los naipes ya se barajan, mi vida ya está dispuesta. Mas si el naipe está marcado 568 y a la desgracia me guía, Página al Azar diré: “¡Tramposo, juega con otro y buen día! 568 Romances Que en la mesa y en el juego al caballero conoces, que yo con tan infame chusma no quiero ni el menor roce.” Y dejando libre el sitio para que otro ingenuo pierda, le haré un gesto y, sonriente, sabré mandarle a la mierda. Y no es que yo gane nada, mas me quedaré tranquilo. Jugar con naipes trucados en verdad que no es mi estilo, Porque yo siempre he jugado con la verdad por delante. Por eso llevé mil golpes, 569 mas supe ser elegante. Página Y es que en el fondo soy tonto por querer ser caballero, 569 Romances pero si dejo de serlo de golpe, voy y me muero. Así que va la partida y el alma va puesta en ella. A ver si de una vez por todas Página 570 sonríe mi buena estrella. 570 Romances La plaza aplaude al torero, que ha mostrado maestría aguantando de la fiera las feroces embestidas. De tanto arrimarse al toro, de astas enormes y finas, lleva manchadas de sangre la faja y la taleguilla. Las orejas le ha cortado, el público alegre grita; hasta le han alzado en hombros, todos aplausos le brindan. Su cuenta en el Banco engorda y este servidor opina que engorda más de la cuenta, mas todo es según se mira. Porque también hay oficios 571 en que te juegas la vida. Página Tenemos a los bomberos, soldados y policías. 571 Romances Al camionero que enfrenta el cansancio y la fatiga o al albañil que en la altura se pasea por las vigas. Mas eso no se valora. Son, por costumbre, rutinas. No hay público que se deje el dinero en las taquillas. Nada en contra del torero tengo, ni del futbolista; mas, haciendo lo que otros, ser ricos no es de justicia. Que uno gane en una hora igual que el resto en sus vidas no me parece correcto, Página 572 me digan lo que me digan. 572 Romances La nieve otra vez cayendo... Mi corazón, solitario, se atribula por si vives o no mi amigo murciano. ¿Qué ocurrirá en esta noche, quién se encontrará a tu lado? ¡Maestro, no te me mueras! ¡Me tienes que enseñar tanto! Ya está cubierta la calle, pintada toda de blanco. Madrid de nieve cubierto, ha ocurrido en poco rato. Ya lo anunciaba en la tarde la sal que hollaron mis pasos. ¡Previsores los ediles, eso no puedo negarlo! Todo cubierto de nieve y, mientras, en ti pensando. ¿Estás durmiendo tranquilo o ya llegaste al Parnaso? Espero que así no sea, 573 que mañana digan algo, Página pues necesito el consejo del maestro amigo y sabio. 573 Romances Amaneció el nuevo día. Estás, me lo han dicho, a salvo. No queda nieve en las calles, o lo soñé o fue un engaño. Pues la mente juega a veces y hace pasar malos ratos. Pronto estarás en tu casa, Página 574 que te quedan muchos años. 574 Romances Dos hombres hablan y fuman sobre la acera nevada, hace un frío del Demonio... ¡A saber de lo que charlan! ¡Duro oficio de quien limpia, por tan poco que le pagan, para que la calle luzca sin riesgos por la mañana! ¡Cruel condena es el trabajo que les obliga y les ata a estar padeciendo frío en tanto el edil descansa! Mañana dirá el alcalde: - ¡Las calles ya no están blancas! Todos hemos trabajado como titanes, sin pausa. -. Y yo le diré: - ¡Mentira! ¡Que tú estabas en tu cama durmiendo como un bendito, llevándote la gran pasta! – Ya han fumado los obreros 575 y del suelo se levantan. Página Hay que acabar la faena, la Policía que pasa. 575 Romances ¡Otros que por cuatro perras, seguro que más no ganan, trabajan en esta noche en vez de estar en sus casas! Se me terminó el tabaco, ¡mecachis!, en hora mala; hora es de dormir, poeta, se acabaron las romanzas. Mañana será otro día, otra jornada de tantas, ya habrá en el Ayuntamiento quien se cuelgue una medalla. Así es la vida y más vueltas no debes darle, el que manda conoce muy bien su oficio. Página 576 ¡Que no le vengan con gaitas! 576 Romances La linda flor de Valencia está cubierta de espinas. No temo yo a los dolores que me causen sus heridas. Pues por un beso tan sólo, por una sola caricia, entregaría yo el alma y perdería la vida. Que cuando luce en tus ojos y en tus labios la sonrisa, el Cielo me abre sus puertas, mi bella flor levantina. ¡Ay, sueños de loco viejo, sueños que el alma iluminan! ¡Haced que sólo despierte cuando me bese esa niña! ¡Saber que he perdido el tiempo 577 en tantos y tantos días! Página Y ahora que sé, es imposible ir a verte y que seas mía. 577 Romances Mas puedo hacer con mi pluma para ti infinitas rimas. Ya que no tengo tus labios, Página 578 que tenga tus fantasías. 578 Romances La linda camarera se llama Fádua, y abrasan sus ojazos como una fragua. La bella camarera es muy hermosa y tiene una sonrisa como hay muy pocas. La joven camarera, ni veinte años, derrama simpatía vaso por vaso. ¡Qué pena el ser ya viejo para decirle piropos bien castizos de mis Madriles! ¡Hermosa musulmana, 579 bella agarena, Página sigue así de brillante, como una estrella! 579 Romances No frunzas la faz nunca, dame tu risa; que yo te doy mis versos, Página 580 mi bella niña. 580 Romances La dicha que bien te di me la pagaste muy mal; otra vez que tenga amores me los tendré que cobrar. Se acabaron los regalos: Yo te daré si me das. Equitativa es la cosa y así no existe ruindad. Los dos a gusto quedamos, bien risueño el ademán; pues nada más es tan triste Página 581 que tener torva la faz. 581 Romances La campana de la ermita está por alguien doblando. Es que se ha muerto un poeta y es su llanto. Al menos ese tañido recuerda sus versos claros. Al oírlo, alguien podría recordarlos. Mas puede que en este mundo nadie se ponga a escucharlo, que se alejen con el viento... ¡Cuán amargo! ¡Tantos años escribiendo, cuánto llanto derramado! Le valieron de muy poco... Página 582 ¡Todo en vano! 582 Romances La afición se arremolina, van a comenzar los toros y a las puertas de la plaza un gentío bullicioso. Pululan los carteristas, hace su agosto el reventa y el porvenir la gitana lee en la Plaza de las Ventas. Unos venden Lotería. Otros, agua y caramelos. En dos horas de trabajo ganan el jornal entero. ¡Ya está animado el cotarro en esta tarde de fiesta! Mientras unos se divierten otros hacen su faena. ¡Extraño en suma el reparto 583 de nuestras clases sociales..! Página A pocos sobra el dinero y a muchos les sobra el hambre. 583 Romances O ganas de no dar golpe, de subsistir con engaños. Labores mal repartidas... Página 584 ¡Yo me pregunto hasta cuándo! 584 Romances Jugué a la lotería de la vida a ciegas mi caudal, siendo muy joven. Perdí mas no lloré, pues de alegrías hacía en aquel tiempo gran derroche. Tres veces aposté. Las tres partidas reñí con ilusión y a un solo golpe. Fue aciaga la fortuna y en la ruina me vi. De ser muy rico vine a pobre. Mas pienso que si atrás volver pudiera lo mismo nuevamente en un envite, oyendo dulces cantos de sirena, Página 585 volviera a arriesgar todo. Es muy posible. 585 Romances Jugando pasé la tarde y escribiendo una parodia, despreocupado de todos los villanos que me odian. Villanos en cuerpo y alma no de crítica muy seria; como al que di buen renombre, igual que Lope de Vega. Que ese Villano verdades siempre dice y nada inventa. Los otros ni se merecen que les ajuste las cuentas. Pues en sus mismas mentiras ellos solitos se enredan, soliendo luego salir con el rabo entre las piernas. Dejé el móvil encendido por si mi jefe llamaba reclamando mi presencia, que era entera la jornada. ¿Pero cómo va a llamarme 586 si nunca se encuentra ocioso, Página prestando gratos oídos a viles y mentirosos? 586 Romances Y lo que más me fastidia es que me venga con cuentos, sin indicar quién los dice. Para mí que es un invento. Pues es harto conocido que no me meto en la vida de nadie y que no me importa cada cual con quien fornica. Mas sé que pueden dañarme si son ciertas las mentiras. Me refiero a que las cuenten, no a que en verdad yo las diga. ¿O será que quiere el cazo poner por ver si lo lleno? Ya no me fío de nadie, eso se aprende por viejo. Pues gente con mucha cara hay que saca un sobresueldo con el trabajo del otro y esto no tiene remedio. 587 ¡Gentuza de baja estofa, Página si en mis manos estuviera os mandaría a paseo! 587 Romances ¡Las calles se viesen llenas! Que se han perdido el buen nombre, la honradez y la decencia. Cuanto más dinero tienen Página 588 menos tienen de vergüenza. 588 Romances Jugando al mus con el Diablo No sufre aquél que espera que amanezca sabiendo que a la postre verá el alba, ni pena quien aguarda en sus oídos un día percibir la voz amada. Lejana está la fecha; mas, no obstante, la fuerza del amor llena es de magia. Posible es que hasta acorte el calendario, tornándose los meses en semanas. O en días, tal vez horas o minutos, haciendo tu demora menos larga. El caso es que ambiciono ya tenerte tendida sobre el lecho y no en pantalla. Sumirme en esos besos tan sabrosos que sé, sin duda alguna, que me aguardan; gozar de tus caricias con premura, Página 589 verter en tu interior todas mis ansias. Y ya no despertar a un nuevo día, 589 Romances ignoro qué me traiga la mañana; prefiero hallar la muerte entre tus brazos, que no que te despiertes y te vayas. Pues ya me sucedió y quedé muy triste, no quiero llorar más como llorara; la Parca me sorprenda, compasiva, guiándome a Caronte y a su barca. La Estigia de ese modo cruzaría sin miedo y sin temor, tranquila el alma; capaz igual sería de al Diablo mostrarle qué es el mus, si tiene cartas. Un órdago a la grande hasta le echase, jugándonos la vida si hace falta; que en juego similar rival no tengo. Página 590 ¡Murió hace tiempo ya quien me ganaba! 590 Romances Jamás nadie te amó, fuiste un juguete en manos de un varón embravecido; no digo que de un hombre, que es elogio a quienes son tan sólo malnacidos. Robaron tu niñez, mujer en ciernes; formaron en tu mente un torbellino de dudas e ilusiones malgastadas, igual que al apagar un cigarrillo. ¡Borrachos y canallas, sinvergüenzas que tratan a una niña sin cariño! Merecen que les corten sin más miras aquello que les cuelga, así a lo vivo. Abundan por doquier, no están ocultos y duermen por las noches tan tranquilos. ¡La madre que los trajo bien pudiera haberles abortado siendo niños! ¡Cobarde todo aquél que se comporta con cándida mujer como asesino! Mi voz brota del fondo de mi pecho, gritando desde allí que los maldigo. Honrar a las mujeres es lo propio. 591 Tratarlas con bondad, brindarles mimos. Página Pues ellas nos parieron con dolores después de dar amor. ¡Somos sus hijos! 591 Página 592 Romances 592 Romances Incansable prosigue su tarea el genial creador de fantasías; ya resalta el perfil de unos guerreros en la tabla, que ayer no aparecían. Se detiene la gente a contemplarlos a pesar de que fresco nació el día. Otros pasan de largo, a sus asuntos, pues transcurren las horas muy deprisa. Sigue el viejo escultor en su trabajo, yo le observo sentado en mi garita. Con placer el calor que me conforta le brindase a sus carnes ateridas. Mas no puedo, lo impide el reglamento. Una norma habrá siempre que algo impida. Cada cual en su sitio y en paz todos, el buen orden así lo dictamina. Continúan los golpes del martillo, 593 el formón arrancando sigue astillas. Página Ya resaltan marciales las figuras, y en el trozo de tabla se reaniman. 593 Página 594 Romances 594 Romances Hoy, Día de Andalucía, no haces honor a tu fiesta. Sevilla bajo la nieve parecerá que es Siberia. No cantarán bulerías ni andarán por sevillanas, que hasta dicen que se ha helado la nariz de La Giralda. Y el Barrio de santa Cruz, donde el calor me asfixiaba, ha amanecido de pronto todo cubierto de escarcha. Un sevillano suspira: - ¡Qué fría está la mañana! Y una morena responde: - ¡En verdad fría, “mi arma”! E imagino los quebrantos 595 que estará pasando alguna. Página ¡Lo friolera que era..! Estará con mil estufas. 595 Romances Aunque como sé que tiene quien de sobra la calienta, lo mismo ni pasa frío. ¡Fíese usté de las hembras! Que conmigo, aquella noche que bien de nieve caía, la risa brilló en su rostro y creyó en la maravilla. Ya se acabó aquella historia, como todo se termina, mas me pasó por las mientes Página 596 esta mañana tan fría 596 Romances Hoy quisiera escribir mi mejor verso, pero dudo que llegue a conseguirlo. Esos besos ardientes de tus labios no los logro expresar en un escrito. No se pueden plasmar con la palabra tu fervor, tu ternura y tu cariño; ni la pluma de un Dante consiguiera, con su enorme pericia, describirlos. Mas al menos, mi amor, yo lo he intentado y este humilde poema he conseguido. Que no es digno de ti, lo sé de sobra; Página 597 otro haré que reluzca con más brillo. 597 Romances Hoy he visto nacer y morir al mismo tiempo un amor que pudo ser bien grande. Ella era feliz en su presencia, él con ella estuvo siempre amable. Pero llegó el momento y surgió el sexo, la pasión implacable de la vida, la potencia tenaz que mueve todo. Y todo se acabo en el mismo día. Siempre ocurre lo mismo a cada instante, hoy los labios musitan un ¡Te quiero! Y después de yacer, cuando ha acabado, Página 598 se dice: Si te he visto, no me acuerdo... 598 Romances Hoy he sentido en mi pecho como un ardor especial. ¿Culpable? Una “granaína...” ¡Dios sabe qué pasará! Ese mirar de tus ojos, esa manera de hablar tan dulce, tan elegante, tan discreta y tan veraz, De veras me han vuelto loco... ¡Y me he lanzado a cantar! Deseo volver a verte y no perderte jamás. Ahora yo ya vuelvo a casa, tú te marchas “pa Graná”. Algo me dice en el alma que muy pronto volverás. Y si el Destino no es ése, 599 si ya no he de verte más, Página llegue a tu tierra mi canto, mis versos y mi soñar. 599 Romances Que te has llevado contigo un algo muy especial. No sé cómo definirlo... Página 600 Mas, ¡qué me importa! ¡Es igual! 600 Romances Hoy he sentido en mi pecho un nuevo ardor juvenil. ¿A qué es debido? Lo ignoro, pero me ha hecho vivir. Una inyección de energía, un soplo de buen humor. He salido caminando y he visto brillar el sol. Ha sido sólo un instante, todo normal ya después. Pero es que ha habido un momento que joven me he vuelto a ver. ¿Qué significa tal hecho? ¿Algo muy bueno quizás? No lo sé, mas lo que sea Página 601 pronto se me ha de revelar. 601 Romances Hoy he cantado unos versos a una bella de ojos dulces repletos de simpatía, de travesura y de luces. Ojos alegres, traviesos, donde los astros relucen, ¿qué daría por mirarlos de cerca y que me deslumbren? ¡Admirable criatura, ya lo ves, no es mi costumbre perder así la cabeza! Mas a veces sí me ocurre. ¡Lástima de ser maduro y como a tal me vislumbres! Pero escribirte un romance sí que puedo, no lo dudes, en que alabe la belleza que de tus ojos efluye. ¡Qué pena no ser yo el duende Página 602 que los trastorna y seduce! 602 Romances En Colliure reposan unos restos, mas la voz del poeta no está sorda; sus poemas dan luz al Universo, liberando su genio de la fosa. Fue el más grande. Tras años de su muerte, don Antonio prosigue su tarea escribiendo sus versos como siempre. no está muerto, ¡qué va!, sigue en la brecha. Dos Españas cantó. De cierto existen. No marró el profesor en sus lecciones. Tales hechos verdad es que prosiguen, pues persisten los odios y rencores. Allí yace, por ellos exiliado, sepultado en las tierras extranjeras. ¿Puede ser que no exista ni un espacio que le preste calor aquí en su tierra? ¡Mucho hablar de memorias y pasados! 603 ¿Para cuándo Machado en su Castilla? Página En Madrid Guiomar está esperando que sus versos al lado se los diga. 603 Romances Pero tienen memoria un tanto flaca los que tanto otras muertes sí recuerdan... ¿Para qué distinguir las dos Españas Página 604 si las dos son igual de sinvergüenzas? 604 Romances Historia trepidante nos anuncia el cine; en pocos días nos presentan la hazaña de la lucha en las Termópilas: Trescientos espartanos, diez mil persas. Si el número es exacto a nadie importa; el caso es que eran más y a la defensa del paso hacia la Grecia se aprestaron, sabiendo se jugaban la cabeza. El persa aseguró que, en la batalla, el Sol ocultarían con sus flechas. Leónidas le dijo que a la sombra mejor y con más bríos se pelea. Así cuenta la Historia que se hablaron y allí el inicio fue de la cruel guerra del Asia contra Europa que hoy en día aún sigue con furor y que no cesa. Murieron los valientes y la gloria 605 ganaron con su muerte en forma inmensa; Página grabados en el Mito están sus nombres, en oro cual merece aquella gesta. 605 Página 606 Romances 606 Romances He pasado la tarde recordando de mi vida tristezas y alegrías. Momentos de placer que tuve en ella, instantes de dolor y de agonía. He dejado el periódico en la tabla, me he puesto a contemplar pasar la gente; cada cual con sus líos y problemas, a mi lado pasando indiferentes. Fumando he contemplado cómo todos a su bola caminan y a su idea. Teléfonos sonando en torno mío... ¿De qué pueden hablar mientras pasean? De trabajos, negocios o de amores. Unos lloran en tanto otros sonrisas, carcajadas a veces, van soltando. Pero todos caminan muy deprisa. Y en esto me han llamado que acudiera, 607 teniendo que dejar este poema; Página sentado ya en mi casa, me relajo. La noche se ha llevado los problemas. 607 Romances Ya duermen casi todos en sus lechos. Mañana, al renacer con la alborada, de nuevo volverán a sus quehaceres, Página 608 de nuevo tornarán a sus andadas. 608 Romances He leído tus versos y he sentido en el pecho mi alma desgarrarse. ¿Es verdad que te hice tanto daño que no puede esa herida ya curarse? Yo no quise, lo sabes, y aún te quiero. Perdóname si puedes, generosa. Vente pronto, que quiero con mis besos aplacar el enfado que te enoja. Ven que bese tus labios con los míos, que mi cuerpo a tu lado se estremezca. Vente pronto, no tardes, que no vivo Página 609 pensando noche y día en tu belleza. 609 Romances He de decirte dos cosas si es que quisieras oírlas. Primera: Que son tus ojos cual estrellas, vida mía. Y la segunda es muy breve, muy sentida y muy sencilla: Que ansío besar tu boca y acariciar tus mejillas. Y más no sigo adelante ya que no quiero fatigas. ¿Pues qué decir de tu vientre, tesoro de mil delicias? ¡Ay, que perdí la cabeza! ¡Que mi cerebro delira pensando en tus muslos bellos, que en suave nido culminan! 610 ¡Si yo te tuviera cerca, Página junto a mi lado tendida..! Mejor que siga el trabajo 610 Romances y que más cosas no diga. Pues que pensando en el Cielo sólo sueños fantasías. No quiero despertar triste, Página 611 con la conciencia intranquila. 611 Romances ¿Has logrado olvidarme? No comprendo. Después de tanto empeño en conseguirme, burlando a tu consorte con descaro... Y, después, para irte. ¡Los juegos de la vida y la fortuna! Las cosas del querer siempre son simples. Mejor es ser mujer de un ingeniero, aunque él sepa que finges. Dinero, posición, familia, todo... ¿Por mí pensabas, loca, decidirte? De fijo que acertaste al no dejarlo, Página 612 que ser pobre es muy triste. 612 Romances Has conseguido llenar de cólera mi alma por algo, de verdad, que era infundado. Cuando yo peco soy el primero en dar excusas, pero si no, tendré que lamentarlo. Porque no pienso, vida mía, ir a buscarte. Sí. Me dolerá, no tengas duda alguna, pero que dudes de todo mi cariño. eso me duele de forma más profunda. Una vez ya pasé por este trance. Lloré como en mi vida había llorado. Tal vez, también acaso lo haga ahora, pero no voy a irlo pregonando. Si un cariño es sincero como el mío, no es justo que con tal moneda pagues. Si esos son los billetes que me entregas, espero que tú sepas lo que haces. No es dignidad ni orgullo lo que siento. 613 Es, simplemente, que me siento dolido. Página En tus manos se encuentra que mañana podamos estar nuevamente en nuestro nido. 613 Romances Y si no, sigue alegre entre los tuyos. Tal vez no te equivoques al hacerlo. Pero dudo que ellos puedan darte un amor como éste que te ofrezco. No es rabieta de niño enfurruñado. Es el dolor de un hombre que te quiere. Piensa a fondo y ve si tengo culpa; que un amor igual que nace, muere. Y no quisiera yo que se muriera el cariño tan grande que te tengo, pero sé que de nada soy culpable y en pedir perdón falso es que ni pienso. Que si tuviera culpa, ya es sabido, que perdón de verdad yo te pidiera. ¿Pero siendo inocente? ¡Vamos, anda! Página 614 No son así los hombres de mi tierra. 614 Romances Gustaría reunir a aquellas hembras que juráronme un día amor eterno, aquellas que me amaron tiernamente; o al menos eso fue lo que dijeron. A todas las que el alma les di a trozos a cambio de caricias y de besos. Por un rato de amor les di buen pago: Lo mejor que llevaba en mis adentros. Les diría: - ¿Por dónde vais ahora? Decidme dónde vive aquel recuerdo. ¡Qué memoria más floja, amadas mías! Y os quejáis encima de mí luego. En busca fui siquiera de ninguna que vinisteis vosotras por deseo. Calmadas vuestras ansias, os marchasteis dejándome infeliz por ser tan necio. A las que siendo libres me buscasteis 615 para olvidar después, marchando luego, Página a vosotras no puedo más deciros que en verdad aquel rato lo agradezco. 615 Romances Mas a las que a maridos inocentes engañaron poniéndoles los cuernos y durmieron después junto a su lado, conservando mi germen en sus cuerpos, os diré solamente: - Me dais lástima. Y hasta donde yo llegue con mis versos, hasta donde yo alcance a maldeciros... Página 616 ¡Que un día os pudráis en el Infierno! 616 Romances ¡Fundirme con tu cuerpo en un abrazo, sentir como tu labio besa el mío! ¡Ceñirte la cintura con mis manos, hundirme en lo profundo de tu nido! ¡Vivir por un instante una delicia, sentirme transportado al Paraíso! ¡Tocar tu piel tan suave con caricias, soñar sin despertar siempre a lo mismo! Después lo que suceda nada importa, las Puertas de tu Cielo ya habré visto; repleta de tus besos ya mi boca, morir ya no me asusta lo más mínimo. Cumplido mi deseo, que es el tuyo, acaso no interese seguir vivo; ¡Vivamos el momento! Es lo oportuno. Página 617 Si luego hay que morir, dará lo mismo. 617 Romances Fumo sin ningún gusto ni deseo por dejar de dar vueltas a la mente. ¡Quién sabe si, volando, con el humo, pudiera ir hasta tu lado para verte! Porque sé que dos besos bastarían para calmar tu duda y convencerte de que sigo sintiendo el mismo anhelo, que mis ansias cada día son más fuertes. Mas el humo no logra transportarme; no me lleva, por más que yo lo intente... ¿Qué haría yo, contesta, vida mía, Página 618 para lograr, junto a ti, estar hasta la muerte? 618 Romances ¡Estúpido de mí, yo que creía que tu amor no se había aún acabado..! Y tú dirás que no, que aún me amas, pero yo te aseguro que eso es falso. Si me quisieras un poco todavía, no dudarías en acudir hasta mi lado. Pero no, ya no es cierto, no me amas. Tu amor se terminó antes de un año. Me juraste guardarme amor eterno y ese amor, querida, ha terminado. Casi un año de alegrías y pesares, ¿recuerdas cuántas veces lo pensamos? Hoy estoy solo, igual que siempre estuve, solo y sin ti... Solo y abandonado. ¡Cómo engaña la vida y sus placeres! Página 619 ¡Qué poco tiempo tus besos me duraron! 619 Romances Estarás en tu casa tan tranquila oyendo el oleaje de la mar, recordarás los días que pasamos o acaso has olvidado todo ya. No entiendo, no comprendo de qué modo pudiste esos amores olvidar, o es falso y fue un capricho de tu cuerpo, deseos de lujuria y nada más. Como quiera que fuese, tú jugaste tirando bien tus cartas y al final quedaste campeona del torneo. Orgullosa de ello habrás de estar. Ya veremos el premio en qué consiste, lo mismo es en tan sólo soledad; que los años se pasan y muy pronto vieja y sola un día habrás de estar. Entonces, cuando tengas la tertulia, 620 porque otros placeres no tendrás, Página recuerda a aquel poeta que escribía mil versos que por siempre vivirán. 620 Romances Quizás alguna lágrima en tu rostro alcance en ese instante a despuntar y puede que tus nietos te pregunten: Página 621 - Abuela, ¿estás llorando? -. ¿Qué dirás? 621 Romances Estarás en los brazos de tu amante, porque jamás los míos te tendrán. Inaudita la idea que mi mente se pudo imaginar. Pues propicia a soñar en fantasías, pero no a contemplar la realidad, son deseos que no se cumplen nunca, desmanes de mi afán. Volverás desde lejos algún día, pero siempre a su lado habrás de estar. Nunca al mío, por más que te suplique... Página 622 ¡Fue un sueño nada más! 622 Romances Estaba ella a mi lado reclinada, mi rostro acariciaba sus cabellos. La chispa de la Musa brotó entonces y fui feliz al escribir un cuento. “Érase alguna vez una patrona que alegre patroneaba su velero. Felicidad decía que buscaba, surcando en su bajel el universo. Mil mares ya se había recorrido, conocía de sobra los océanos, jamás en ningún puerto recalaba, siempre seguía eterna navegando. Su vida transcurría en armonía. Alegre era y su risa melodiosa a todo el que la oía contagiaba. Y es que reía feliz, por cualquier cosa. Mas su sonrisa alegre no era franca. 623 En sus adentros su alma no reía. Página Ella buscaba con ardor un algo, pasando así sus noches y sus días. 623 Romances El ancla de su nave nunca quiso fondear en ningún sitio diferente de aquél lugar donde se había criado, en medio de su entorno y de sus gentes. Pero un día feliz retomó el rumbo, hinchiéndose sus velas de aire nuevo. Dejando ya de recorrer el orbe, directa encaminóse a un nuevo puerto. Y allí clavó sus anclas, presurosa, oyendo que del muelle le llamaba una voz cariñosa, virilmente, una voz de algún alma enamorada. Bajó a la tierra y se entregó en los brazos del poeta que concibió mil versos. Así juntos vivieron una vida, una vida feliz llena de ensueño. 624 Y el barco envejeció. Nunca sus velas, Página arriadas ya, bebieron otros vientos. Las olas le agitaban suavemente, 624 Romances pero el prefirió quedarse quieto.” ¿Te ha gustado la historia, amada mía? Pues te juro que es cierta y verdadera. Comenzó en una tarde de verano y siempre ha de durar, por siempre eterna. Eso escribió mi pluma enamorada, pero ocurrió en la vida como en todo. Ella volvió a su tierra con los suyos Página 625 y yo volví a quedarme otra vez solo. 625 Romances Esta tarde en verdad he comprendido el valor tan inmenso que es la vida. No tenía papel donde escribirlo, tomé el móvil y plasmé mi poesía. La vida es un conjunto de avatares, de penas, de placeres y de dichas. Abundan casi siempre más los males, mas hay que aprovechar las alegrías. Por eso, a malos tiempos buena cara; a los cambios de humor, una sonrisa, procurando guardarse en un paraguas Página 626 de la lluvia que el alma deja fría. 626 Romances Esta noche es Nochebuena y mañana es Navidad. Muchos, la panza bien llena, repleta hasta reventar y otros pasando gran frío, angustias y soledad... Es que de pena me río de ver tal desigualdad. Unos repletos de todo, muchos siquiera sin pan. Mas Dios nace de igual modo para el amo y el gañán. Y al son de los villancicos, entre jolgorio y penar, vendrá el Niño... ¿Con los ricos? Más con los pobres vendrá. Esta noche es Nochebuena 627 y mañana es Navidad. Página ¡Qué mundo, Señor! ¡Qué pena! Si todos nacen igual... 627 Romances Esta noche es Nochebuena y mañana es Navidad. Lo pasaré sin los míos. Eso me hace pensar. ¿Tan malo en la vida he sido, tuve yo tanta maldad? Sería cuestión de un poco echar la mirada atrás. De niños, era esta tarde, tarde mágica, en verdad. Se preparaba la cena, ellos querían jugar. Y yo jugaba con ellos, a veces a pelear; otras con indios, soldados. Aún recuerdo el Geyperman. Y mientras, en la cocina, iba haciéndose el manjar. Cordero, la mar de veces, exquisito de yantar. Tras de la cena, los cantos. Villancicos y demás. Mi voz vibraba contenta con las copas de champán. Página 628 A la mañana siguiente, era tarde el despertar. La resaca consabida, la cena que fue de más... 628 Romances Ya a la tarde, en el piano, mi hija me hacía cantar con voz más que aguardentosa que el agudo hacía temblar. Ella, pequeña, entonaba las notas con fiel compás. Yo no sabía seguirle la melodía al igual. El otro jugaba al fútbol. El pequeño a guerrear. Y el perro ladraba a todo, pensando: ¡Locos están! Ya se han pasado esos años. Ya se ha pasado esa edad. Ya no tengo barba rubia, ahora muy blanca está. Hoy ceno con otra gente, hoy rompo su intimidad. Porque, aunque amigos de entonces, muy poco nos une ya. Ellos tienen sus problemas que no puedo solventar. Yo, los míos que, tampoco, ellos podrán arreglar. 629 Pero me ha llamado un hijo. Me ha dicho que llamará. Igual que la pianista que me enseñó a solfear. Página El otro no me ha llamado. ¡Dios sabe dónde andará! 629 Romances ¿No se acuerda de su padre? Un día, padre será. Y de ella, bien me acuerdo. Me acuerdo para mi mal, porque si un día la quise, nunca la podré olvidar. Tres hijos tuvimos juntos. Tres hijos. Un gran caudal. Espero que en esta noche lo recuerde a su pesar. La vida pronto va y viene y como viene se va. Es inútil retenerla, es agua que corre al mar. Así que escribo estos versos con alegría y penar. Esta noche es Nochebuena y mañana es Navidad. ¿Qué será ya al día siguiente? Pues una mañana igual a tantas como he vivido, un eterno deambular. Quiera Dios que el año entrante tan solo no pueda estar. Quiero estar acompañado por un amor singular. 630 Yo sé que vendrá del Norte, que de Cantabria vendrá. Entonces seré dichoso como no lo fui jamás. Página Espero que pronto llegue, que no se tarde en llegar. 630 Romances Esta noche es Nochebuena y mañana es Navidad Esta mañana, pronto, he ido a llevarte, igual que siendo novios, ¿aún lo recuerdas?, cuando bajaba alegre la misma calle, veloces, rechinantes, las cuatro ruedas. Veintisiete los años que se han pasado, ayer éramos niños y hoy ya maduros; ya los hijos crecieron, no ha sido en vano aquel beso que un día te di en lo oscuro. Te pregunté meloso que si mi novia desearías tú ser, que eras mi amada. Yo debí de atraerte porque una gloria brotó de aquellos labios llenos de grana. Me dijiste: - Sí quiero -. Y con un beso firmamos el contrato sin un escrito. No estábamos casados, eso fue luego, Página 631 pero para nosotros era lo mismo. Y llegaron los hijos y ahora una nieta, 631 Romances un regalo del cielo, una hermosura, una cría más maja que las pesetas que ha venido del Cielo para mis dudas disipar de una vez con la mirada, de esos ojazos grandes que Dios le ha dado. - Abuelo, deja pronto de hacerte el bala, escribe más en prosa que el verso es malo. - Pero no, niña mía. -. Yo le contesto. - Que las rimas también son cosas buenas; por escribir un día a tiempo un verso supe el amor lograr de esta tu abuela. Y así nació tu padre y con los años a tu madre también rindió de amores. Y así has nacido tú. Como oro en paño Página 632 conserva mis poemas, nunca los borres. 632 Romances Esta mañana, pasando los poemas que para ti escribí, siendo chiquilla, he comprendido que en aquellos versos se encerraban mis sueños, todas mis maravillas. Han pasado los años y, a su antojo, ambos hemos vivido nuestras vidas. Pudo irnos mejor, nunca se sabe. La conciencia tenemos bien tranquila. Tal vez te equivocaste al no elegirme. O tal vez fue mejor, pero hoy en día, ahora que no somos ya unos niños, opino que meditarlo deberías. ¿Es mejor esperar que algo, ya muerto para él, resucite, y que tú sigas creyendo todavía en su cariño, con toda tu ilusión, como una cría? 633 ¿O, tal vez, no ves más oportuno Página revivir aquel verso, aquellas rimas, esa historia de amor que no vivimos, 633 Romances mas que ahora podríamos vivirla? No sé. Nada te ofrezco y nada pido. A nuestros años no valen tonterías. Ya no vale engañarse uno a sí mismo: Página 634 Ya sabemos qué es cierto y qué es mentira. 634 Romances Está cayendo la tarde, el Sol ya se va poniendo. Pronto llegará la noche y con la noche mis sueños. Mis sueños de que me leas y sonrías con mis versos, como mil veces me has dicho que haces al ponerte a verlos. ¿Qué estás haciendo ahora mismo?, me pregunto si en ti pienso. Y así paso todo el día, porque no dejo de hacerlo. ¡Si tuviera menos años y si tuviese dinero por mí lo comprobaría, pero soy pobre y soy viejo. ¡No protestes! Es inútil. Ya sé que no piensas eso. Aunque, si sincero soy, viejo en verdad no me siento. Pero ya sí están lejanos 635 aquellos felices tiempos Página en que la sangre en mis venas, como un volcán, era fuego. 635 Romances ¡Oh, Dios, y cuánto daría por tener diez años menos, para vivirlos contigo Página 636 y ser tu esclavo y tu dueño! 636 Romances Escudriñando en tu cuerpo los secretos que encierra en su interior tu mente inquieta, he entendido que nunca me olvidaste por mucho que te hiriese la rabieta. Que siempre me quisiste y que aún ahora me adoras con fervor y sin engaño; igual, casi lo mismo, que me amaste cuando brillaban sin par tus diecisiete años. Ha pasado ya mucho de aquel tiempo, las sienes con mil canas tengo ahora. Ya no somos los niños que jugaban a escaparse a escondidas una hora. Pero luce el amor aún en tus ojos y tus labios aún saben a ambrosía. Los ojos tan traviesos del entonces, aquellos que plasmé en mi poesía. Y es que en ellos se esconden aún el duende, 637 el mágico destello y la alegría. Página Han pasado los años, mas no importa: Tu alegre cascabel aún vibra todavía. 637 Romances Esas pequeñas cosas del día a día son en verdad, al cabo, lo que importan. Ese sentirte andar por la cocina en tanto que mi mente versos forja. Y preguntas si seríamos felices estando unidos el resto de la vida. Piensa bien, amor mío, lo que dices, que me temo muy mucho que es una tontería. ¿Cuándo has sido feliz cómo a mi lado? ¿Brilló acaso alguna vez tanta alegría en tus ojos después de haberte amado? No me digas que sí, porque es mentira. Yo, al menos, a tu lado estoy tranquilo. Si es amor o cariño, no me inquieta. Sólo sé que ni pienso ni cavilo. Los temores de ayer hoy no me aprietan. ¿Puede llamarse amor? Yo así lo creo. 638 Y si no, llámale como decidas. Página El caso es que calmemos el deseo, que vivamos a gusto nuestras vidas. 638 Romances Que lo demás, por sí, viene rodado. A veces se confunden las palabras: Cariño, amor, deseo... Son vocablos. Página 639 Lo que importa es vivir la vida en calma. 639 Romances Es un amor imposible el que ha inundado mi alma, yo no podría cuidarte con los medios que en tu casa. Es por falta de dinero, que no por falta de ganas, pues los médicos te cobran y sus facturas son caras. De otra manera sí hiciese cuanto pudiera, con ansias de que estuvieses tranquila, de que te encontraras sana. Pero así... Yo poco puedo, lejos estoy de tu casa. ¡No puedo llamar siquiera! Tengo las manos atadas. Es un amor que no tiene ni futuro ni esperanzas, un cariño condenado desde el comienzo a ser nada. 640 No quisiera que se acabe, Página mas sólo tengo palabras. Él tiene todos los medios... 640 Romances ¡Mejor fuese que olvidaras que conociste a un poeta y que sus rimas lograran el corazón inundarte! ¡Mucho mejor que tal hagas! Si eres feliz a su lado y su atención no te falta, ¡no lo dudes ni un instante! dame un beso, adiós ¡y basta! Ya no podrán los gorriones alegrar nuestras mañanas, pero tú viva has de hallarte y es lo que busco con ansia. Del poeta ni te acuerdes, porque cuan más te acordaras más sufrirías y nunca recobrarías la calma. Así que, ¡adiós, amor mío! Todo empieza y todo acaba. Hasta la vida del hombre, 641 que un día también se marcha. Página Tal vez nos encontraremos, ¡sabe Dios! y nuestras almas 641 Romances podrán por fin abrazarse Página 642 y olvidar horas amargas. 642 Romances Es un amor diferente el que se alberga en mi pecho de aquellos que tuve un día, que sólo son ya recuerdos. Es una cosa distinta, peculiar, es algo nuevo, pues no hay amores iguales o no es igual lo que siento. Te provoco y me provocas... ¿Es que me quieres dar celos? O quizás es que los sientes cuando te hablo de aquellos. Lo que sea, no me importa. La verdad es que te quiero. ¿Será verdad que me quieres? ¡Eso tendremos que verlo! Que resultas juguetona y muy traviesa en exceso. Quizás es que estás jugando 643 y el amor no es ningún juego. Página Mejor será que no mientas y que me quieras de cierto, 643 Romances que no resulte un engaño, que es a veces lo que pienso. Y si lo fuese... ¡Pues nada! Al final tan sólo pierdo el tiempo que te he brindado. Mas parece caro el precio, pues dicen que el tiempo es oro y mucho más siendo viejo. Pero tampoco lo es tanto... Página 644 ¡A cambio escribí unos versos! 644 Romances Es época de ilusiones, la gente pasa cantando; son festivos estos días, van a comprar los regalos. Todos caminan alegres a impulsos de un ardor mágico. Espíritu Navideño se le llama. Y es que hay algo que al corazón ilusiona, mas no sé cómo explicarlo. ¿Qué diferencia estas fechas de las del resto del año? Pues que nació el Niño Dios en un lugar muy lejano. Entre una mula y un buey tuvo lugar ese parto. Aquello cambió la Historia en verdad, más no sé cuánto. porque seguimos lo mismo: Unos a otros matándonos. Pero redimió a los hombres, 645 eso dicen, del Pecado. Página Es Navidad, ¡festejemos y dejémonos de llantos! 645 Página 646 Romances 646 Romances Es curioso el Destino en ocasiones, pues no buscas y encuentras lo que ansiabas. No buscando me hallé con que, de pronto, me encontré con la dicha que buscaba. Varias veces así me ha sucedido, es por eso que el hecho no me extraña. Debe ser que la suerte está ya escrita y no hay nada que pueda ya cambiarla. El azar no es azar si, de antemano, la Fortuna tenemos predispuesta. Si está en contra luchar por algún logro es inútil, no sirve darle vueltas. Al final, un muñeco es sólo el hombre aunque jure gozar libre albedrío. Una Mano Suprema lo maneja, controlando su vida a Su capricho. No buscaba a mi edad encontrar nada 647 y surgiste de golpe, de repente. Página Como quiera que acabe nuestro encuentro te aseguro está escrito desde siempre. 647 Romances Es curioso el Destino en ocasiones, pues no buscas y encuentras lo que ansiabas. No buscando me hallé con que, de pronto, me encontré con la dicha que buscaba. Varias veces así me ha sucedido, es por eso que el hecho no me extraña. Debe ser que la suerte está ya escrita y no hay nada que pueda ya cambiarla. El azar no es azar si, de antemano, la Fortuna tenemos predispuesta. Si está en contra luchar por algún logro es inútil, no sirve darle vueltas. Al final, un muñeco es sólo el hombre aunque jure gozar libre albedrío. Una Mano Suprema lo maneja, Página 648 controlando su vida a Su capricho. No buscaba a mi edad encontrar nada 648 Romances y surgiste de golpe, de repente. Como quiera que acabe nuestro encuentro Página 649 te aseguro está escrito desde siempre. 649 Romances En viéndote, mi amor, sabré callarme. No quiero despertar lo ya dormido. El tren se nos pasó, como dijiste; dispares correrán nuestros caminos. Perdimos la ocasión por un absurdo, inútil ya sería el intentarlo; los ríos nunca tornan a las cumbres, el curso de sus cauces va hacia abajo. Aparte de El Quijote, no conozco segundas partes buenas de una historia; nosotros escribimos ya la nuestra, dejémosla dormir con parsimonia. Que un brusco despertar puede dañarnos, mejor es conservarte en el recuerdo. Procura ser feliz, dulce amor mío; si tanto me quisiste, te lo ordeno. Que un día nos veremos, tras la muerte, 650 y quiero que me cuentes que dichosa Página por fin lograste estar en otros brazos. Si no logré yo serlo, poco importa. 650 Página 651 Romances 651 Romances En Venezuela ha ocurrido lo que ocurrió ya en España, que unos cuantos mal nacidos, sinvergüenzas y alimañas quieren llevarse el dinero del pueblo que vive hambriento. A todo le ponen peros mas ellos van tan contentos. Ayer fue el Chile de Allende, mañana será en Caracas, aquí los unos defienden lo que los otros atacan. - ¡Qué hay trampa! -. Dicen aquellos. Y los otros se lo niegan. Empuñan el descabello y a comenzar la refriega. Habló el pueblo soberano y ahora dicen que es mentira, que han dado los resultados 652 como han querido. Deliran Página aquellos que así pensasen, que el pueblo no se equivoca. 652 Romances Hay que partir de la base de que no hay gentes tan locas. ¡Cómo me duele la muerte de unos paisanos sin culpa! En todas partes los fuertes ponen las mismas disculpas: - ¡Es por el bien de la Patria! ¡Salvemos nuestra Nación! -. ¿Y quién salva al pobre paria que hoy ni siquiera comió? El que alimenta a sus hijos con las sobras del banquete que acaba de darse el rico mientras se muere la gente de miseria por las calles, entre basuras y escorias. Mejor será que me calle... Página 653 ¡Así se escribe la Historia! 653 Romances En un Domingo de Ramos yació allí, Miguel Hernández, un poeta de la tierra, acaso de los más grandes. Allí le dejaron solo, nadie veló su cadáver, pues no estaba permitido, ni su esposa ni su madre. Luchó por la Libertad sin saber que los magnates temen más a la palabra que a una tropa de gigantes. Que más hieren unos versos escritos con muy buen arte que mil aviones juntos o que una carga de tanques. 654 Los odios engendran odios Página y Miguel quiso enfrentarse al odio que dos Españas 654 Romances se han de tiempos ancestrales. Y te ofrecieron rendirte, que ante ellos claudicases, que traicionaras tu credo, tus íntimos ideales. Pero noble cual ninguno, de valiente hiciste alarde, y fuiste fiel a tu pueblo aunque ello te matase. Muy cerca de donde vivo aún se levanta la cárcel donde escribiste tus nanas, inspiradas por el hambre que padecía tu hijo, que era sangre de tu sangre. La lápida siempre miro Página 655 que dice que allí purgaste el pecado de ser noble, 655 Romances de ser un loco si cabe, pero dejando constancia de tu valor indomable. Poeta entre los poetas, entre cabras te criaste y entre cabras escribiste esos versos inmortales. Después, allí en la trinchera, a los tuyos animaste con tus poemas ardientes, con tu palabra excitante. Pero ganaron los otros; tú llevaste la peor parte pues no te dieron dos tiros, dejaron que te apagases. En un Domingo de Ramos yació allí Miguel Hernández, 656 asesinado por odio, Página sin nadie que le velase. 656 Romances En turbia desazón inmersa el alma un golpe de timón daré a mi vida. ¿Adónde iré a parar? Nada me importa, el caso es conseguir que esté tranquila la mente que ahora sufre enajenada por mor de la traición y la mentira. ¿En qué me equivoqué?, siempre pregunto. ¡Bien sabe la respuesta el alma mía! Soy viejo, pero debo conseguirlo. Si encuentro un nuevo amor, ¡bendito sea! Si tengo mala suerte y no aparece... No importa, que será lo que Dios quiera. Señal de que mi sino estaba escrito y debo caminar la torva senda que guía a la desgracia y al fracaso tal vez sabe el azar a dónde lleva. Al cabo concluirá todo en lo mismo: Un nicho o una fosa bajo tierra. ¡Ni lápida ni nada! Acaso el nombre. Quizás una inscripción: Aquí un poeta. 657 Los años pasarán, correrá el tiempo, Página borrando con su paso hasta esas letras. La fama no alcancé, ni la Fortuna 657 Romances dejó que conservase mis riquezas. Mis rimas yacerán en el olvido, por mucho que en papel queden impresas; el polvo vuelve al polvo, según dicen, Página 658 y al fin todo termina en la miseria. 658 Romances En negra encrucijada está mi vida, oscuro se presenta el porvenir. En vez de ser hormiga fui cigarra; pensé que era el futuro baladí. Me angustian del pasado los recuerdos, mas sueño en un mañana ser feliz; o acaso ya lo soy sin enterarme y todo es de mi mente turbio ardid. No temo las preguntas inquietantes de aquellos que me juzgan con cruel fin; a cuantos con rencor juzgarme quieran sabré yo responder con un ¡mentís! Un hombre soy tan sólo y, por lo tanto, proclive a cualquier vicio y pecador. Mas jueces dos admito solamente: Página 659 La voz de mi conciencia y el buen Dios. 659 Romances En las horas oscuras de la noche el poeta medita y se entretiene sopesando cuán corta es esta vida, cómo viene acercándose la muerte. El que es mozo no piensa nunca en ella pero al viejo le aterra, aun cuando miente si te cuenta que no le tiene miedo. Y es que nadie la cara quiere verle. Pues no es grato pensar que luego hay nada aunque digan que sí, que historias cuenten de que existen un Cielo y otra vida. Pero nunca a dar fe ninguno vuelve. ¿Que morir es preciso? ¡Eso está claro! Necesario es dar paso a nuevas gentes. Mas, ¡qué amargo dejar es este mundo, Página 660 por muy duro y traidor que sea siempre! 660 Romances En las calles de Madrid hay muchas niñas bonitas, que no puedo conseguir porque me falta la guita para invitar a un café a esas hembras estupendas y decirles: - ¡Oiga, usted, - que aunque viejo ya esté el menda - para echarle todavía un piropo conveniente aún me sobran energías y palabras suficientes! -. Pues perdida la figura - y por mi edad avanzada no estoy para florituras, ni para muchas machadas. Pero un piropo castizo 661 sí puede decir mi canto: Página - ¡No necesitas postizos para lucir tus encantos! – 661 Romances Y con palabras sonoras, llenas todas de argumentos: - ¡Pise usted fuerte, señora, que paga el Ayuntamiento! – Ya se pasaron los años de mis ardientes hazañas y de decir, sin engaño, - ¡Así soy yo y así España! -. Mas mi mirada está presta para admirar sin disgustos un par de piernas bien puestas, Página 662 unos ojos y un buen busto. 662 Romances En la mañana te canto y en la noche te susurro, ya que la noche es amiga de silencios y murmullos. Con el Sol pienso en tus ojos y con la Luna te escucho, aunque prefiero tus labios junto a los míos muy juntos. Que en teniéndote en mis brazos pocos vocablos son muchos. No existe mejor palabra Página 663 para mí que un beso tuyo. 663 Romances Ellas de mí muy pronto se olvidaron, también yo sin querer las olvidé. De dentro de mi lecho se marcharon y el hueco que dejaron no está en él. Las sábanas se lavan y ya basta, también por algo se inventó el bidet. Un poco de jabón, algo de pasta y todo queda limpio, ya los ves. Pero dentro de ellas va mi impronta, o eso que llaman ADN, no lo sé. Yo sé que la memoria es poco tonta y habrán de recordarme alguna vez. ¿Qué pensarán de mí? No me interesa. Alguna pensará que la engañé y alguna pensará que aún sigue presa de tanta poesía y mi altivez. Como quiera que fuese, ¡id viviendo!, 664 que mi vida yo he de seguir también. Página Lo mismo ya lo dijo un tal Don Mendo, para luego matar a la muy infiel. 664 Romances Estaros muy tranquilas, que el recuerdo se ha ido de mi vida y que mi fe me prohíbe matar y hoy estoy cuerdo. Página 665 Hoy quiero estar tranquilo y lo estaré. 665 Romances Incansable prosigue su tarea el genial creador de fantasías; ya resalta el perfil de unos guerreros en la tabla, que ayer no aparecían. Se detiene la gente a contemplarlos a pesar de que fresco nació el día. Otros pasan de largo, a sus asuntos, pues transcurren las horas muy deprisa. Sigue el viejo escultor en su trabajo, yo le observo sentado en mi garita. Con placer el calor que me conforta le brindase a sus carnes ateridas. Mas no puedo, lo impide el reglamento. Una norma habrá siempre que algo impida. Cada cual en su sitio y en paz todos, el buen orden así lo dictamina. Continúan los golpes del martillo, 666 el formón arrancando sigue astillas. Página Ya resaltan marciales las figuras, y en el trozo de tabla se reaniman. 666 Página 667 Romances 667 Romances El trabajo es el único recurso de quien tiene vacía su cartera; mas también es placer y hasta es orgullo, pues indica que resta aún entereza. El vivir siendo rico es placentero, no tener que pensar ni obligaciones; manejar sin cuidado los dineros, no deber madrugar ni ir al galope. Pero pienso, y lo sé pues que he vivido dicha vida de ensueño, que te aburre esa vida sin lucha y sin motivo; pues es soso gozar sin pesadumbres. Cada trozo de pan que va a mi boca, bien ganado sudando con mi frente, es manjar para mí porque denota que lo supe ganar y me ennoblece. El trabajo es salud, dicen algunos; 668 la mejor, llaman otros, Lotería. Página A las dos opiniones yo me sumo, mas quisiera acertar la Primitiva. 668 Página 669 Romances 669 Romances El tiempo, en su transcurrir de las horas y los días. va pasando. Y al final otros vendrán que prosigan en tu labor trabajando, cuando se acabe tu vida. ¡Nada nuevo hay bajo el Sol, siempre habrá quien lo repita! Turnándose irán los hombres, así pasarán los siglos: La Luna siempre en el cielo y el Sol brillando lo mismo. Nuevos poetas vendrán a imponer nuevos estilos. Mas siempre versos de amor, pues eso viene de antiguo. Cantarán otros lamentos, pero nunca diferentes; pues se repite la Historia, 670 eso ha sucedido siempre. Página Cambian los protagonistas, porque las personas mueren. 670 Romances Pero nunca el argumento: Amores, celos, quereres. ¿Y así hasta cuándo? No sé, ni me interesa saberlo. Hasta que a Dios le apetezca, pero yo ya estaré muerto. Polvo al polvo y, con los años, no quedará ni el recuerdo. Pues quien guardarlos pudiera tampoco podrá tenerlos. Por mucho que hayas triunfado la gloria no valdrá nada. Todo termina en el mundo, toda vanidad se acaba en el fondo de una tumba hecha en mármol de Carrara o de cemento corriente. ¡Eso no tiene importancia! 671 ¡A fe que poco valemos, Página en verdad qué viles somos! ¿Y para qué tantas guerras, 671 Romances tanta envidia y tantos odios? ¡Tantos sueños e ilusiones nos servirán de muy poco! Si a la postre, como he dicho, el polvo volverá al polvo. El rey de España los tiene en su sitio y muy bien puestos y al negro Chávez detuvo virilmente, con un gesto. No terminó allí la cosa, pues siguió Chávez mintiendo y al escuchar sus insultos, el rey saltó de su asiento.. - ¡Vete ya a tomar por saco! -, supongo pensó el Monarca, en tanto que Zapatero al negro casi rogaba. ¡Infeliz don José Luis, pobrecillo presidente! ¡Tener que soportar él solo los denuestos de esas gentes! Página 672 Con buen gesto y buen talante y a fuer de ser un idiota le demostró a todo el mundo que es que le faltan pelotas. Pues si el mismo rey de España 672 Romances hace gala de hidalguía tengo muy claro el asunto: Zapatero es que es un lila. ¡Ole el rey y sus cojones! A eso le llamo yo orgullo. Y a Zapatero y su Corte les tacho de lameculos. Página 673 Bien lo dijo el Almirante: - ¡Vale más honra sin barcos que barcos estando a flote y de vergüenza cargados! - 673 Romances El que un señor informático sepa decir “very well”, si no sabe castellano no me parece fetén. Pues llaves suele escribirse de esta forma, así: YA VES, separado y con y griega, no con elle ni con be. Con be de burro, de asno, que porque sepa él inglés no es más culto; yo diría que más bien jumento es. Porque la lengua materna hablar bien es menester; que luego cultives otra lo encuentro requetebién. Si él domina la de Milton 674 yo entiendo la de Voltaire Página y, si me apuran un poco, hasta “falo” portugués 674 Romances e italiano, la de Dante, y farfullo aragonés. Mas no entender a Cervantes es querer y no poder. Así que se aplique el cuento, no se las dé de saber cuando no sabe siquiera qué significa chipén, que es madrileño castizo del hablado en Lavapiés. De ése no tendrá ni idea mas sabe decir O.K! Me han gustado esta coplillas. Y es que tienen un aquél que a cada cual en su sitio 675 saben muy justo poner. Página Una enjundia y un salero, un algo y un no sé qué 675 Romances que da regusto de verlas escritas sobre el papel. De Quevedo son la herencia, o de Calderón, no sé. Dejémosle en la ignorancia, ¡a Salamanca a aprender! Que yo las clases las cobro pero no soy como él que gratis ofreció darlas y sin clases me quedé. Que yo cuando ofrezco algo lo doy con todo mi ser, con alegría y con arte, como Dios manda, ¡joder! Y perdón por el palabro, no suelo tacos poner, pero te tocan la honra Página 676 y ya se acabó el burgués, el bien dicho, el bien hablado, 676 Romances sale el de Carabanchel, el vallecano, el castizo, el chulapón y es de ver como domino el idioma con orgullo y altivez, pues es la lengua de Lope, la que aprendí en mi niñez. El día que él haya escrito todo lo que escrito he, entonces que me presuma. Mientras tanto, ¡cállese! Que bien querría yo verle hablar con un escocés. Para que le entienda un poco tres whiskys se ha de beber. Y es que el que mucho presume 677 seguro ha de carecer Página de todo lo presumido, es refrán que hay que creer. 677 Romances Aquí se acaban las coplas, que ya es hora de comer. Lo mismo con la merienda el lápiz vuelvo a coger. Mas, como nobleza obliga, por conclusas las daré. Si a Sir no llega él de lejos yo alcanzo hasta a ser marqués. Pero que siempre recuerde cuando algo ofrezca otra vez que más vale decir: ¡Toma!, Página 678 que decir: Dos te daré. 678 Romances El pobre que está en la esquina está pidiendo limosna. ¡Qué vida más arrastrada! Rogar lo que al resto sobra... La gente pasa a su lado y simplemente le ignora; como si él no existiese, como si fuese una sombra. - ¡Amad al prójimo! -. Dijo.-. - ¡Amadle más que a otra cosa! -. ¡Qué poco caso que hacemos! Página 679 Si de hambre muere, ¿qué importa? 679 Romances De los altos cipreses a los pies, en un triste paraje, de hojarasca cubierta por un manto, habrá una tumba sin más cruz que la sombra de las ramas... Página 680 Y un sencillo epitafio habrá en el cielo, escrito en caracteres de desgracia: "He pasado, buscando, por la vida, no encontrando jamás lo que buscaba..." 680 Romances El mejor de mis versos ya está escrito. Lo compuse, al azar, con veinte años. Hablaba de aquel beso que en tu boca, con dulzura, posó mi joven labio. Han pasado los tiempos y aún hoy día que todo ya varió, que ha habido cambios, que los cuerpos perdieron su tersura, continúo aquel beso recordando. Y todas las mañanas y en la noche, cuando marcho o retorno del trabajo, sigo aún escribiéndote un poema. Página 681 Pero nunca mejor que aquél de antaño. 681 Romances Es Navidad; los comercios, con tal fecha consecuentes, se abastecen de regalos para que compren Los Reyes. Un mágico escaparate repleto está de juguetes que un niño pobre contempla con sus grandes ojos verdes. ¡Un tren eléctrico en marcha, con sus curvas y sus puentes, que escrito lleva en la máquina el cartelito de RENFE! ¡Y un camión de bomberos, con su luz roja! ¡Y la verde que luce un taxi gigante! ¡Y un caballo con jinete! ¡Y soldaditos de plomo, 682 con su abanderado al frente! Página ¡Y un balón de reglamento, como el que rueda en el césped! 682 Romances Al niño pobre los ojos, sin querer, se le humedecen al escuchar a su lado una frase que le hiere. Y es que una madre a su niño, - son ricos, según parece -, le pregunta qué le compra sin que nada le interese. Así es de injusto este mundo: Unos lloran, nada tienen. A otros les sobra de todo y ni saben lo que quieren. ¡Por Dios, qué absurdo reparto! Dan ganas de decir: - ¡Leñe! ¿Así es la equidad humana? Página 683 ¡Esto no hay quien lo remedie! -. 683 Romances El hálito de la Muerte se cernió sobre Barajas. ¡Por Dios, en qué mala hora, cubriendo de luto España! El pájaro alzaba el vuelo, se le troncharon las alas. Como un plomo cayó a tierra y fue pasto de las llamas. De fuego una inmensa bola se elevó de sus entrañas, consumiendo tantos sueños que hasta me faltan palabras para escribir tanta angustia, tanto dolor. Me da rabia que de forma tan violenta lleguen a Dios tantas almas. De los hombres el Destino escrito está y siempre alcanza cuando menos se le espera, cuando ninguno le aguarda. ¡Maldito veinte de agosto, 684 fecha que queda marcada Página para siempre en los Anales del dolor y de las lágrimas! 684 Romances Descansen en paz los muertos. Hoy se les llora. Mañana, pues el mundo sigue andando, se olvidará su desgracia. Es ley de vida... Esta noche de viernes ya nadie clama. Sólo el llanto de sus deudos ha de regar su mortaja. Y dentro de poco tiempo ni eso siquiera, que acaban por olvidarse las penas Página 685 y cada cual va a sus anchas. 685 Romances El Gordo cayó en Madrid y no me ha tocado nada. No es extraño, de otra parte, puesto que nada jugaba. Así que puedo decir que me ha tocado el reintegro: Aquello que no jugué, por lo que estoy satisfecho. Y es que muchos han tirado un dineral estos días con la intención manifiesta de ganar la Lotería Y, al cabo, sólo obtuvieron perder ilusión y plata. Que gocen de salud buena, ¡es eso lo que hace falta! Porque, aunque tengas millones, de poco sirve el dinero si es que siendo joven fueras o - si mayor - un enfermo. Que viejo, una gran fortuna 686 de poco le sirve al cuerpo Página como no ansíes pagarle los gastos de tu sepelio. 686 Página 687 Romances 687 Romances En cónclave cerrado a cal y canto están los Cardenales ya reunidos. Ancianos en gran parte, están ungidos por la sabia intuición que brinda el Santo Espíritu de Dios. Y mientras tanto, los hombres continúan sumergidos en su quehacer diario, en estos ruidos que borran de la vida los encantos. La vida no se para ante suceso tan grande e importante para el mundo; cada cual su cruz porta y ese peso aplasta al ser humano como inmundo reptil. El pecador, quizá por eso, Página 688 no logra hacer jamás nada fecundo. 688 Romances El amor no se expresa con palabras sino con besos, caricias, compañía... Es inútil que te escriba mil poemas, lo que vale es una mano en tu rodilla. Sentir como te mueves por la casa, que barres y que planchas y que limpias; bajar luego a la compra a hacer tu encargo, mirarte preparando la comida. Contar todo el dinero, a ver qué queda. - ¿Llegará a fin de mes? -. – Puede, tranquila que, si no, Dios lo arregla e igual nos toca cualquier noche hasta la Primitiva. Y ver una película sentados, mirar como te quedas ya dormida, despertarte y sentirte en el pasillo mientras fumo ya el último del día. A veces, solo, hojeo una novela 689 pero me viene al poco la fatiga Página y a tu lado me acuesto, ya cansado, mirando como plácida respiras. 689 Romances Y así un día y al otro y al siguiente. El sábado te suelo hacer ya mía. Y yo tuyo. Así, de esta manera, va transcurriendo leve nuestra vida. Tres hijos engendramos, tres te viven. Ahora tienes hasta una nietecita. ¿Qué más quieres? ¿Que te componga un verso? ¿Para qué si ninguno necesitas? Te los hice de joven, ya lo sabes, diciendo que alumbraban tus mejillas unos ojos traviesos donde un duende y un mágico misterio se escondían. Pero luego, después, ¿a qué escribírtelos si resulta que siempre eran mentira los que a otras dediqué de buena gana, que al final era un ardid mi Poesía? 690 Que la escribí tan sólo, únicamente, Página sabiendo que ganaba su sonrisa para llevarlas al huerto, engañándolas, 690 Romances con el único afán de hacerlas mías. Así que ahora te quedas sin poema... No te enfades, mi amor, y no me riñas. ¿Qué poema mejor puedo escribirte Página 691 que mis ojos brillando en tus pupilas? 691 Romances El alma atormentada se serena cuando pienso en tu próxima venida. Ya sé que no será larga tu estancia, mas a fondo tendremos que vivirla. Das paz a mi interior bravo y rebelde, sosiego a mi inquietud grande y tremenda, serenas la desdicha que me inunda, calma pones a cuanto me atormenta. Y bien que lo escribí cuando era joven. Acabo de encontrar aquel escrito, acerté el porvenir cual fuera un brujo. Se ve que adiviné bien mi destino. ¿No conoces los versos de que hablo? Para ti voy a escribirlos nuevamente. Verás cuánta razón plasmara en ellos, cómo supe intuir hechos recientes: “¡Yo soy el trueno 692 que exhala su sonido, Página el que se aleja raudo por mano misteriosa dirigido! 692 Romances ¡Yo soy la llama invicta que luce entre las sombras, la voz de la quimera que vuela con las horas!” Mas el trueno ya suena sordamente, la potencia ha marchado con los años. La llama ayer invicta ahora es rescoldo, ya no alumbra las sombras como antaño. Hoy ya busca mi espíritu cansado el reposo feliz donde dormirme. El lugar donde pueda hallar alivio a aquellas inquietudes juveniles. Y ese sitio, mi amor, es tu regazo, afable y caluroso cual ninguno. Has llegado cuando más falta me hacía, 693 ha sido en el instante el oportuno. Página Y te hallé sin buscarte... ¡Qué curioso! Yo que, siempre, he buscado por la vida, 693 Romances seguro que si busco, no te encuentro. La suerte estaba echada. ¡Qué ironía! Y ahora que te he hallado es muy posible que tenga que rehacer aquellos versos, porque ya no soy trueno ni soy llama, simplemente soy yo... ¡Qué grande es eso! Ya no soy más el trueno que fui entonces, ni la llama que luce en la penumbra. Quiero ser, simplemente, sólo un hombre, Página 694 pero un hombre feliz, hasta la tumba. 694 Romances Amaneció la mañana, hace ya doscientos años; ante el Palacio Real la gente se está agolpando. Una Infanta ya ha partido, pero un coche está parado como a la espera de alguien... ¡A un niño quieren raptarlo! Es el Infante Francisco, el benjamín del Rey Carlos; el pueblo se ha dado cuenta de que pretenden llevárselo y al grito de: - ¡Nos lo llevan! -, se lanza contra el Palacio. Los granaderos franceses, esos odiados gabachos que son dueños de Madrid, 695 y como amigos llegaron, Página disparan contra las gentes. Resuenan los cañonazos. 695 Romances Murat ha dado la orden de dar final al escándalo y por la Plaza de Oriente corren, huyendo, los majos. El Parque de Artillería también despertó temprano, los cañones a sus puertas han sacado los soldados y lleno de barricadas ya se encuentra todo el barrio. Era la cosa sabida y el pueblo, ya más que harto, se ha echado pronto a la calle a ver qué pasa. Un disparo, salido de una ventana, hace frente a los caballos. 696 Avanza presta la tropa Página y ocurre el encontronazo. Un día queda en la Historia: 696 Romances Página 697 ¡Amaneció el Dos de Mayo! 697 Romances Durmiendo estás mientras velo, para mí pasó ya el alba; mientras duermes en tu noche mediada está mi mañana. Y si estar lejos ya es malo, además de la distancia nos separan muchas horas y son las horas muy largas. Cuando es mi noche es tu tarde, tu noche mi madrugada. Pensar es necio el amarte, pues el reloj nos separa. Además, no te conozco. No sé tu edad ni tu estampa. Sólo sé que son tus versos rayos de luz y esperanza. Armonía melodiosa, 698 cantos que brotan del alma, Página jirones de tu existencia, risas, suspiros y lágrimas. 698 Romances Y existe otro inconveniente... Dos es la palabra exacta: Tu matrimonio y el mío. ¡Y esos sí que nos apartan! No debo darle más vueltas que, aunque nacida en España, a otras tierras te llevaron y en ellas tienes tu casa. Allí haces versos y pintas... Con pinturas y palabras enamoraste al poeta, mas el Destino es quien manda. Él quiso que tú te fueras y que a mí aquí me enterraran. Son las bromas de la vida, Página 699 que tienen muy poca gracia. 699 Romances Dos vecinos han muerto en breve tiempo. Un tercero lo hará cuando Dios quiera. Es el sino fatal de los humanos: Padecer y sufrir hasta que mueran. Porque vida feliz tienen muy pocos. Yo diría ninguno, que aunque quieran también tienen los ricos sus tormentos, que padecen y sufren sus miserias. Puede ser que gastando su dinero éstas sean quizás más llevaderas. Pero al cabo es igual, porque se mueren y pudrirse les toca bajo tierra. Página 700 ¿Quién será aquél que siga a estos vecinos por su senda fatal? ¡Quién sabe sea! Se conoce el lugar dónde se nace, de la muerte se ignora hasta la fecha. 700 Romances Dijiste que me querías y, al parecer, olvidaste muy pronto tales palabras. Pero no voy a culparte. Que es lo peor la distancia para un cariño incipiente. ¡Malditos los compromisos! ¡Maldita mi mala suerte! ¡Si lo sabía! ¡Si un niño ya no soy, me las sé todas! Y la vida es como viene, no según se nos antoja. Además, quien bien te quiere te debe tener contenta... Es cual quien ríe soñando y llora cuando despierta. Ha sido un sueño de fábula, 701 pero estaba precavido; Página que otras veces me ha pasado, así que estoy tan tranquilo. 701 Romances No te culparé de nada pues tienes viejos amores. Lo pensaré en un futuro, antes de hacerme ilusiones. Mas no debía de haberme entregado cual hiciera... ¡Sueños de poeta viejo! Al cabo, sólo quimeras. De soñarlas estoy harto, ¡mucho más de lo que piensas! Lo dicho: ¡Ya estaba escrito! Página 702 No sirve darle más vueltas. 702 Romances Dije que del amor al odio sólo había un paso. Me resistía a creerlo. No quería darlo. Tú me trataste bien, muy bien acaso, pero un día cambiaste e hiciste daño. Más daño que ventura me hubieras dado... Y todo por mentiras a las que hiciste caso. Yo te entregué mi amor como jamás lo he dado... y pagaste mi entrega con muy mal pago. Una falsa moneda, 703 unos billetes falsos. Página Se me abrió el corazón en mil pedazos. 703 Romances Y ahora, ya convencido de que todo fue engaño, he decidido odiarte y en ello estamos. Todo el mal que yo pueda he de causarte... ¡Fíjate si era fácil Página 704 llegar a odiarte! 704 Romances Digo que tienes mal genio y es verdad que sí lo tienes. ¡Bendita esa característica, que demuestra lo que eres! Una mujer bien segura de lo que su corazón quiere. Que sabe luchar con fuerza por aquello que ya tiene. Y que no quiere perderlo. Que aunque mil huríes vinieren, tú, a bocados, si es preciso, harías que ellas huyesen. ¡Ole, ya, mi cantabrona! Que los tienes muy enteros. Igual que los que te mostré, del caballo de Espartero. ¿Recuerdas esa mañana? 705 Yo ya no sé lo que hicimos, Página pero al cabo te conduje junto al Lago del Retiro. 705 Romances Después bajamos a un Banco, que no era un banco cualquiera. Querías cambiar billetes y el Banco de España era. ¡Ay, por Dios, mi cantabrona! Es que me tienes tan loco que, aunque yo quiera acordarme, no lo recuerdo ya todo. ¡Quién pudiera en ese ensueño vivir lo que reste, siempre! ¡Mira si serás “pesada” Página 706 que cual losa ansío tenerte! 706 Romances Diez años ya se han pasado de que murió Miguel Ángel. Al que le toca, le toca. No debiera ser a nadie. Aún recuerdo aquellas horas, me acuerdo de aquella tarde, en que en los campos de Ermua hicieron correr su sangre. De rodillas, por la espalda, le mataron los cobardes. ¿Piedad? Extraña palabra. No se encuentra en su lenguaje. Ha transcurrido ya el tiempo, no cesan los disparates. Me temo que todavía pasarán cosas más graves. ¡Y no hay derecho! Lo digo sin temor y sin ambages. ¡Basta ya de manos blancas, basta ya de tribunales! Que quien la hace, la paga. 707 Y esa deuda, hoy incobrable, Página con las Leyes en la mano bien debería cobrarse. 707 Romances Mas hay pactos silenciosos, ninguna duda me cabe, que impiden que esa gentuza muera de vieja en la cárcel. ¡Políticos mentirosos que presumen de talante..! ¡Qué talante y qué narices! Página 708 Hay que echar lo que hay que echarle. 708 Romances Dieciséis años tenías, hoy cumples cincuenta y nueve; me regalaste tu vida, te lo pagué con desdenes. Con la traición y el engaño he compensado tu entrega, al cabo de tantos años de pensarlo me da pena. ¿Cómo poder compensar tantos males que he causado? Vivir junto a ti ya en paz es, pienso, el mejor regalo. Pues te quisiera comprar un anillo de brillantes y te mereces tú más, pero no los dan de balde. Si yo dinero tuviera 709 te comprara el Universo; Página mas sí puedo una diadema forjar para ti de versos. 709 Romances No pienses que nada valen, que es regalo poco rico. Tal vez un día, ¡Dios sabe! Página 710 valgan más que el oro fino. 710 Romances Dices que me quieres, sí, mas poco me lo demuestras, porque con tanto cariño sólo me inundas de penas. Dices que me quieres... Yo no alcanzo a creer si es cierto. Porque si tanto me amaras querrías verme contento. Mas siempre estás procurando que esté intranquilo e inquieto, soñando en volver a verte, sufriendo si no te veo. ¿Cuándo querrás decidir, mas de una vez ya por todas? Siempre respondes lo mismo, tan sólo lo que te importa. Pues ya no jugamos más, 711 se acabó lo que se daba: Página O hacemos el mismo juego o se rompe la baraja. 711 Romances Dicen que todo es posible en la ciudad de Granada; en ello confío entero, así lo pido con ansias. Que renacer del silencio a la luz de la palabra es un completo triunfo, un sueño y una esperanza. Comunicar con la gente, mi voz sentir limpia y clara enfatizando armoniosa, dejar esa risa falsa, ser yo como tal debiera, hablar de forma galana, cantar mis sencillos versos como la más bella aria… Dicen que todo se logra 712 en la ciudad de La Alhambra… Página A Dios le ruego, Clemente, que sea verdad, no patraña. 712 Romances Y si el éxito no obtengo, si es que el intento fracasa, la derrota será mía, no de mi amigo del alma. Que él de por sí lo da todo, tiene sus puertas muy francas; quien quiera que las traspase, ¡qué buena acogida halla! Pero aquél que se le enfrente, tenga cuidado; que es larga la mano del que esto escribe, pues bien empuño la lanza. Y no servirán excusas, ni pretextos ni aún adargas. Espero que se indigeste 713 al tragarse sus palabras. Página Dicen que todo consigues en esta ciudad… Mañana 713 Romances veré si es cierta de veras Página 714 esta leyenda, ya al alba. 714 Romances Dicen que del amor al odio hay sólo un paso. No lo quise creer y aún no lo he dado. Lo mismo que te amé sabré olvidarte. Ya ves qué conseguiste con embrujarme. Porque fue embrujo todo lo que me diste. Mas hoy ya tu recuerdo casi no existe. Pero a pesar que quiera romperme el alma, podré olvidarla, sí, Página 715 pero no odiarla. 715 Romances Diálogo de Rajoy y Pizarro - Se acabó lo que se daba. – Dijo Rajoy a Pizarro. - Ganaron los socialistas, habló el pueblo soberano. – - ¿Qué vamos a hacer ahora? – - Viviremos del escaño. Que ése da buenas prebendas, un momio de cuatro años. – - Pues lo siento, amigo mío, que yo a la empresa me largo; pues se gana más dinero y cuesta el mismo trabajo. Allí todos te respetan, nadie te llama payaso y es difícil que te llegue un etarra a darte un palo. - . - ¿Pues sabes lo que te digo? Que lo mismo te hago caso y al Registro también torno, a forrarme entre legajos. Y que aquí se las compongan el Aceves y el Gallardo. -. - Gallardón querrás decir... –. - Como me peta le llamo. -. Página 716 - ¿No me quería hacer sombra? Pues yo la ene le mango. – - ¿Y el acento? -. – No me gusta, que lo tiene de chulapo. - 716 Romances - Me refiero al apellido y no al acento ortográfico. -. - Pues ése también le sobra, que con él suena más macho. Y en España, en estos días, es ser homo lo mandado. Ahí tienes al gran Zerolo: ¡Con Zeta Pe tiene orgasmos! -. Página 717 - ¿Y a Esperanza qué le dices? -. - ¡Que la den mucho por saco! ¡Vámonos ya, compañero, antes que vengan a echarnos! -. 717 Romances ¡Despierta por la mañana, pásate el día cantando! No importa que el Sol no alumbre, ¡canta siempre a lo más alto! ¡Eleva tu voz arriba, entona potente un salmo por estar vivo y alegre porque Dios hizo el milagro de que tus padres se amaran, de que engendraran el cuarto pensando que era una niña! ¡Y mira lo que lograron! Otro varón agresivo, a veces mal encarado, y no la niña soñada. Siga con fuerza tu canto. Demuéstrale a todo el mundo que naciste para algo. Quizás para ser poeta, un trovador, todo un bardo. Puede que el mejor no seas 718 pero el verso está en tu labio, Página pues eres grato a la Musa y ella duerme entre tus brazos. 718 Romances ¡No la molestes! Tranquilo... Déjala seguir soñando. Que el día que se despierte tal vez marche de tu lado. Y mientras siga durmiendo escribe cual fuera antaño. Eres el niño de siempre. Aunque ya viejo, un muchacho. Y el día que al fin te mueras, cuando se cumpla tu plazo, el cielo echará de menos Página 719 sin duda alguna tu cántico. 719 Romances Déjame que bien piense lo que mal hice, romper nuestra pareja... Dios me maldice. Así que todo ha ido de malo en malo... ¡Si es que debiste darme con un buen palo! Mas también fue tu culpa, nunca lo olvides, gastaste los dineros que ahora me pides. Así que no tengamos malos rencores, vivamos otra vida llena de amores. Ya sé que mis traiciones 720 huella han dejado, Página pero también las tuyas y está olvidado. 720 Romances Vamos alegremente a ser felices, a pensar en nosotros, comer perdices. Igual que decía el cuento de aquellos novios. Hoy tú estás más serena y yo estoy sobrio. Perdimos unos años en tonterías, habrá que recobrarlos día tras día. Que cuando medie el año, que viene inquieto con tantas pesadumbres, 721 llegará el nieto. Página ¿Tú recuerdas, chiquilla de mis amores, 721 Romances tus diecisiete años, aquellas flores que yo arranqué a escondidas para entregarte? Fue tan sólo un pretexto para besarte. Pues otras, como aquellas, demos al niño. La mejor, ¿sabes cuál? Página 722 Nuestro cariño. 722 Romances Definir Poesía es duro a veces... Difícil de explicar es la tal cosa. ¿Es sentir en la frente un hormigueo y en la mente un bullir de mariposas? ¿Es hallar en cualquier hecho del día un motivo capaz de inspirar versos o es, acaso, una válvula de escape que a plasmar nos impulsa el sentimiento? Como quiera que sea, soy poeta. A negarme ose nadie ese atributo. Ser mejor o peor, ya es diferente; que me juzgue el lector, no me atribulo. Mas que venga un patán y por envidia me pretenda robar mis ilusiones, ¡eso nunca podré yo consentirlo! Además de hacer versos, doy mandobles. Recomiendo por ello que callada 723 debería tener su torpe pluma; Página porque puede encontrarse, sin buscarlo, con algún respondón con mala uva 723 Página 724 Romances 724 Romances ¿De qué sirve decir nada cuando ya todo está dicho? Mil antes ya lo dejaron sobre el amor todo escrito. Multitudes de poemas, de sonetos variopintos, espinelas bien medidas, octavas y romancillos. Mas no se para la Musa de inspirar a quien bendijo. Por eso en esta mañana tan fría un romance escribo. Casi no pueden mis dedos, congelados y ateridos, trazar las letras precisas sobre el blanco pergamino. Pero no importa, ¡adelante!, al final lo he conseguido. ¿Que no les hablé de amores? Era inútil repetirlo pues, como ya les dijera 725 de estos versos al principio, Página sobre el amor nada nuevo pudiese escribir ni un Milton. 725 Romances Que siempre es el mismo tema: Una moza y un mocito. O dos viejos, que no importa la edad para tal motivo. Pues desde que el mundo es mundo fue el asunto muy sencillo: Hizo Dios hombre y mujer, mandándoles tener hijos. Y para tal, el amor nacer en sus almas hizo. Ya dije desde el comienzo que siempre el tema es el mismo. Con diferentes palabras, con desiguales sentidos, pero al final los romances Página 726 igual quedarán escritos. 726 Romances Página 727 ¿De qué puede servir sentirse alegre si en el alma domina la zozobra? Ya veremos mañana lo que ocurre, contaré muy despacio hora tras hora. ¿Qué podrá suceder? Bien lo sospecho y no es raro que el alma se me encoja. Mas confío en mi suerte, en mis plegarias, en que exista Justicia, aun siendo pocas. Probaré a despertarme, por si viene la noticia fatal, las negras sombras. ¡Qué trabajo más cruel de quien lo ejerce, similar al verdugo en su picota! Pero tiene que haber siempre de todo, cada cual su conciencia la sofoca como sabe. Si Judas vendió a Cristo, ¿qué se puede exigir a otras personas? Si por treinta denarios mandó preso al Cordero de Dios, ¿de qué se asombra mi magín al pensar que haya otros muchos que lo harán igualmente y menos cobran? ¿Que capaz no sería yo de hacerlo? Eso es cierto y lo sé ya de memoria. Pero sí he cometido otros errores, que pagados están, pienso, de sobra. Mas no voy a juzgar, que fui juzgado por usar sin querer la misma forma; dormiré muy tranquilo y, con el alba, sobrevenga el final que Dios disponga. 727 Romances De nuevo cayó nieve en los Madriles, mas no llegó a cuajar más que un instante. La lluvia fue copiosa. En adelante le deberán muy mucho los ediles. Que siempre suele ser talón de Aquiles la nieve de quien rige tan campante, gentil, amanerado y elegante, la vida de sus súbditos civiles. Le importan al alcalde sólo un bledo las quejas del sufrido ciudadano. Pasados los comicios ya ni un dedo, por él ha de mover. Antes la mano con gusto brindará, con mucho miedo: Página 728 ¡Que debe conseguir no vote en vano! 728 Romances De nieve tienes el nombre, mas de lava el corazón pues sé que yo con mis versos sabré incendiarte de amor. Porque, aunque te suene a cuento, mil versos, yo, para ti, sabré forjar en mi mente que es una fragua febril. Estamos en el principio de un bello y hermoso cuento. ¡Quiera Dios iluminarme para llegar a buen puerto! El puerto de tus amores, refugio de mi ilusión que se encontraba dormida y que al verte despertó. No me seas desdeñosa, 729 acéptame si te presta, Página pues todo mi amor he puesto a tu amor en esta apuesta. 729 Romances Sé gentil, no me rechaces. Tal vez sea yo quien esperabas. Si no resulta cual digo, tampoco perderás nada. Y si resulta que sí, que era verdad que era yo, felices los dos seremos hasta que disponga Dios. ¿Qué te parece, asturiana? Si con sólo hablar un día me has inspirado estos versos... Página 730 ¡Vivamos la Poesía! 730 Romances De dos amigos me precio y por ellos lo que sea. El uno nació en Granada; de Murcia, el otro, en la huerta. Donde tenga que batirme, si es que necesario fuera, por ambos con gusto haría tengan razón o no tengan. Y si además la tuvieren, con más bríos y más fuerza. A tal me impulsa mi sangre, castellana y extremeña. Quien piense que es que alardeo se equivoca si así piensa, que nunca reté yo en vano pues no me gusta la gresca. Mas la amistad de estos hombres, - cura aquél, éste poeta -, se merece sin dudarlo de mi honor que la defienda. Y quien dude de mi escrito 731 causándome está una ofensa. Página Tal cosa es muy peligrosa, piense bien a qué se arriesga. 731 Romances Pues les hablé de una sangre que fue vertida en mil gestas: Venció al moro, triunfó en Flandes, en Nápoles y en América. Es raza como no ha habido sobre la faz de la Tierra. Si no, que se lo pregunten a las Águilas francesas. Que un Dos de Mayo, en la calle, aplastó a su soldadesca; la victoriosa en Marengo, la que triunfara en mil guerras. De esta forma aquí yo planto un cartel que, claro, reza: - ¡Defiendo yo a mis amigos con la razón o sin ella! – Quien diga que soy tozudo es muy seguro que acierta, que aun aragonés no siendo es fácil que lo parezca. Siendo sabio, rectifico 732 mis errores; mas no tiemblan Página ni mi pluma ni mis manos al defender mis ideas. 732 Romances Y es que repito, de nuevo: Circulando por mis venas va la sangre del Quijote, Página 733 Viriato y Santa Teresa. 733 Romances - Dame tres metros de cuerda, pues debo hacer un trabajo.- ¿Para qué los quieres, chico? – - ¡Voy a colgarme de un árbol! -. Así dijo el vendedor de cupones y fue exacto. Tal y como lo anunciara se lo encontraron colgando. No termina aquí la cosa, que este chaval es el cuarto trabajador de la ONCE que se suicida en el año. La angustia, las depresiones, el: - ¡Si no vendes, te mato! -, han causado cuatro muertes y enfermos ya no sé cuántos. ¡Obra Social!, que le dicen. ¡Mas bien galera de esclavos! ¡Cómo juegan con las vidas 734 de unos pobres minusválidos! Página La cosa es así de clara, se callan los Sindicatos 734 Romances porque se lo llevan crudo y eso no van a dejarlo. - ¡Hoy doy el premio, señores! ¡Jueguen ustedes, no es caro! – Mal vivirá el invidente, Página 735 como Dios el delegado 735 Romances “Cuéntame, cómo pasó”. En esta noche la he visto y me brincó el corazón. Parece mentira, a veces, que al ver en la caja tonta una serie de recuerdos, el recuerdo se desborda. Era el último episodio, Año Nuevo del setenta. Tenía veintitrés años... Hoy me acerco a los sesenta. ¡Ay, Dios y cómo pasó! Cómo pasó y a escondidas, que apenas nos dimos cuenta de lo que se vino encima. No volverán esos tiempos. 736 Y, por más que si volvieran, Página tan sólo por ser tan jóvenes ninguna pena nos diera. 736 Romances Estamos en dos mil dos, dentro de días el tres. De verdad que me pregunto: ¿Es hoy mejor que el ayer? Por supuesto, porque entonces no se podía ni hablar. Incluso en el Diccionario no venía Libertad. Pero éramos jóvenes, ¡coño! Y la vida era verdad. Ahora que sí somos libres... ¡cuán poco tiempo nos dan! Mas mientras dure la vida, mientras un soplo me aliente, yo continuaré escribiendo, 737 hasta que llegue la muerte. Página Y mi verdad será dicha, sea o no sea ignorada. 737 Romances El caso es que yo la cuente sin lazos, para mi alma. El que no me escuche nadie es que me la trae al pairo. Es que me importa tan poco que ni merece pensarlo. Pero que aquél que me lea, si es que alguien me leyera, piense que viví una vida. Y una vida de leyenda. Porque es que ser escritor no está al alcance de tantos. No sólo es saber decir. Es decirlo con encanto. Y aunque entre tantas historias algún palabro soltases, es señal buena, que piensas Página 738 como lo dicen tus frases. Pero a pesar que eso opino... 738 Romances ¡Ay, aquel año setenta! Porque la vejez no jode, Página 739 pero en verdad sí que atormenta. 739 Romances Cuando un amor se termina no hay amistades que valgan. Los dulces besos se tornan en frases que el labio amargan. Y es que no basta, al marcharse, decir: - “Adiós, ahí te quedas, sé feliz con lo que tienes, mas mi cariño recuerda”. Es imposible un recuerdo afable hacia quien te olvida. Las cenizas de un cariño aún arden tras consumidas. Y de esos humos que exhalan brota el odio cruel y fiero por no escuchar de tus labios un dulce decir: - Te quiero.. Ya ves, ya han pasado meses 740 y aún te sigo recordando, Página pero el cariño de entonces en odio se ha ido tornando. 740 Romances Porque pienso que fui sólo un capricho de tu sexo, un juguete divertido, un cachorrillo travieso con el cual te divertiste hasta que te hirió el hastío. Tú jurarás que me amaste mas yo ya en ti más no fío. Pude yo tener la culpa por haberte traicionado, Mas, ¿fue tu amor tan sincero como siempre has afirmado? Perdona que no te crea, que si hubiera sido cierto ese amor que me tenías 741 por nada se hubiese muerto. Página Así que vive tranquila mas mi amistad no reclames, 741 Romances yo soy solamente amigo de quien en verdad me ame. Lo demás son sólo historias miles de veces escritas. El amor, como una rosa, con el desdén se marchita. No sirve regar de nuevo para que de nuevo nazca. O sea, sigue viviendo o haz lo que mejor te plazca. Mas no me pidas que el odio en mi corazón no exista. Yo fui el tonto en este cuento, Página 742 tú supiste ser la lista... 742 Romances Cuando te miro a los ojos quedo feliz y contento. Pero al mirarlos de cerca estaré más satisfecho. ¿Qué ocultas tras tu mirada, cuál enigma y qué misterio? Saberlo quisiera pronto, no puedo perder el tiempo. Que mi juventud se acaba, pues ya muchos años tengo, y por mis ansias parece que pasan los meses lentos. Aunque existen ocasiones en que transcurren ligeros. Deseo que no se vayan ni te marches tú con ellos. Porque, quiera yo o no quiera, comienzo a sentirme viejo. ¿Qué fue del mozo de antaño, siempre alegre y sonriendo? Comienza a caer la lluvia. ¡Hasta incluso llora el cielo! Más llanto tengo en el alma porque, mi amor, estás lejos. Página 743 Pero la lluvia se acaba y da paso al Sol de nuevo. ¡Ojalá ocurra lo mismo con mis ansias y deseos! 743 Romances Cuando te mire a la cara y observe tus ojos bellos daré por bien empleado el aguardar tanto tiempo. Se pararán las agujas del reloj y en un momento, detenido todo el Orbe, ambos dos algo sabremos: Si me gustas y te gusto, si es verdad que nos queremos o tan sólo fue en la mente de la ilusión un reflejo. Conoceremos entonces, poco a poco, nuestros cuerpos; pues pienso nuestras ideas ya de sobra conocemos. Página 744 ¿Cuándo llegará ese día? Ya no se encuentra muy lejos. Con una poca de suerte en dos meses, más o menos. 744 Romances Cruel el Destino se porta con quien hacer daño quiere, si vislumbra una luz blanca no es raro sus ojos ciegue. Un faro hallé que lucía con resplandor imponente. Mi nave enfilé a buen puerto, pero esa luz se hizo tenue. Si a no alumbrarme llegase ciego estaré para siempre, en manos de las tormentas, a merced de las corrientes. Chocaré con los escollos, ocultos igual que sierpes al acecho del navío y que en su casco le muerden. Luego, no importa qué ocurra. Pues si el fulgor desvanece, si mi vida ya no alumbra, 745 nada me importa la muerte. Página ¡Si el poder yo poseyera de hacer tu final alegre..! 745 Romances Mas ni siquiera esa dicha querrá el sino concederme. Es día de dolor y de amargura. ¿Qué importa quién se lleve el gato agua? Al cabo, todos juntos perderemos o habremos de ganar esta batalla? No pueden pistoleros asesinos callar de un pueblo entero la palabra; inútil es que sigan en su lucha, la guerra de antemano está ganada. Podrán seguir matando cuanto quieran, cobardes y a traición y por la espalda; que sobran españoles con coraje, me temo que al final les falten balas. Que a aquellos que supieron enfrentarse al corso vencedor en cien campañas les sobran los redaños suficientes y prestos a morir son por su Patria. Página 746 Es día de penumbra y de tristeza, mas pronto pasará y vendrá mañana. Quien gane en los comicios poco importa, si genio y sensatez nunca le falta. 746 Romances Mirando mi pasado mato el tiempo. ¿Qué cosas me dejé, dime alma mía, acaso sin hacer y cuáles otras a realizar llegué que no debía? Flaquea la memoria entre sus sombras, mas siempre me recuerdo de algún día que tuvo algo especial y me sonrío. ¡Y mira que es difícil que sonría! Mas otros rememoro en que tristeza tan sólo recogiera y no alegría. Los meto todos juntos en mi adentro y pienso para mí: - ¡Qué algarabía! -. Los buenos con los malos se confunden y luchan entre sí. Dura porfía que tengo que acallar con cuatro voces: - ¡Dejad de discutir, vaya manía! -. Página 747 Que juntos estéis todos es preciso, pues quiero que viváis en compañía. Mi yo lo formáis todos y os exijo vivir en amistad y en armonía. 747 Romances Con trajes de paloma se presentan y ocultan su entidad de gavilanes. Disfraz bien elegido, ¡vive el Cielo!, mas fin ya se le dio a los carnavales. Son lobos de colmillos aguzados vestidos con la piel de los corderos, si fías en su hablar fino y galante te saltan de repente hasta tu cuello. Discuten sin razón, pues no la llevan; extraños argumentos mal exponen; la Historia tergiversan a su modo y tienes que aceptarlo por cojones. ¿A dónde va mi España, madre mía, con tanto gilipollas que anda suelto? Si Dios no lo remedia, harán un puzzle; a ver quién es capaz de unirlo luego. Y miga tiene el caso, pues si dices 748 que sientes a la Patria eres un “facha”. Página ¡La cosa manda huevos! No soporto a gente de tan pérfida calaña. 748 Página 749 Romances 749 Romances Con la espada en la mano, con las lanzas en ristre, avanzaba la hueste del valiente Alatriste. Pendencieros sin cuento, arrojados en suma, no hace falta arengarlos pero él les azuza. Siempre marcha el primero, a la muerte se enfrenta; de sus hombres al frente, siempre va a la cabeza. ¿Que partírsela pueden? Él lo sabe de sobra. Pero sigue adelante, con valor y con honra. Fina estampa, sin duda, 750 de la gloria española; Página que dejó en todo el mundo una huella muy honda. 750 Romances Aunque mal gobernados, con escasa soldada, siempre dieron ejemplo con la espada y la lanza. Yo me siento orgulloso de ser nieto de aquellos. Quien así no se sienta Página 751 que no lea estos versos. 751 Romances ¿Cómo te puedo querer después de pasado el tiempo? No preguntes otra vez, pues aún tus besos recuerdo. Nunca se puede olvidar a aquella a quien has querido como a la Virgen. Jamás puede torcerse el Destino. Y mi Destino eres tú pues más tarde o más temprano, si Dios me otorga salud, has de volver a mi lado. Y, hoy por hoy, mi corazón repleto está de energías; así que no digas: - No. -, que volverás a ser mía. Parece imposible, sí, 752 tal y como están las cosas; Página mas no me habré de morir sin poder llamarte esposa. 752 Página 753 Romances 753 Romances ¿Cómo será la mañana en que me encuentre a tu vera? ¿Qué me han de decir tus ojos cuando los mire de cerca? No lo sé, pero no importa. Todo puede ser que sea sólo un sueño que uno vive y acaba cuando despiertas. Pero mientras dure, vivo con ilusión y entereza. Si termina, que termine... ¡Habrá valido la pena! Pues sueños cuales los tengo, llenos de encanto y bellezas, no se tienen a menudo. ¡Tiene suerte quien los tenga! Si la tengo en este caso es justo que lo agradezca a la suerte o al Destino, 754 como mejor decir quieran. Página Pues el nombre es lo de menos, la cuestión es que quien sueña 754 Romances lo haga feliz y dichoso... ¡Ay, amor! ¿Cuándo es que vengas? Que necesito tus besos, tus caricias, tus zalemas, escuchar tus carcajadas cuando te ríes contenta. Secar tu llanto si brota, cuidarte si estás enferma, para morirme en tus brazos, besando tu boca fresca. ¡Amor, ya mucho no tardes, que mi vida no es eterna y la amargura me inunda, pues ya la sangre en mis venas no es ardiente como antaño, circula mucho más lenta, mas raudos los versos fluyen Página 755 de la pluma del poeta! 755 Romances ¿Cómo quieres que te diga que te quiero, montañesa? ¿Te lo digo con palabras o lo expreso con poemas? La voz se la lleva el viento, ya sabes cómo es el dicho. En cambio, queda por siempre aquello que queda escrito. Así que, por esas razones, yo te lo digo con versos. Que los versos son perennes, que no se los lleva el tiempo. Y cuando alguno los lea, después de que hayamos muerto, podrá ver cuánto cariño se atesoraba en mi pecho. Lo que no sabrá jamás 756 es cómo tú me adoraste. Página Eso queda entre nosotros, eso no le importa a nadie. 756 Romances ¿Cómo podré haberte mentido cuando tú todo tu amor me has entregado? Es que no me merezco que me hables, es que soy un canalla desgraciado. He perdido tu amor y tu cariño por jugar a lo loco, sin pensarlo. Ahora lloro, en verdad, lágrimas vivas por lo mal que contigo me he portado. Tú me lo diste todo sin pedirme más que te fuera fiel y mira a cambio qué mal pago le he dado a tu ternura: He llegado a ofenderte siendo falso. Yo te pido perdón, humildemente. Y la vida te doy, si es necesario. Pues sin ti no la quiero para nada Página 757 si no puedo vivirla ya a tu lado. 757 Romances ¿Cómo pensar en algo que decirte que un hombre no haya dicho a la que ama? En todos los idiomas se han vertido, para hacerlo, millones de palabras. Tal vez fuera mejor hacer un gesto, un guiño cariñoso, una mirada que refleje en silencio, sin testigos, todo aquello que surge de mi alma. Porque ya no es el cuerpo lo que pido. La carne, al fin, es polvo y el polvo es nada. Lo que exijo es tu vida, toda entera, para poderla vivir cada mañana. Mas presiento que es vano mi deseo; a muchas cosas estás encadenada. Pero no importa, mi amor es más potente que todos esos hierros que te atan. Yo lograré romperlos con mis versos, 758 los haré trizas a golpes de baladas. Página Tú has de ser mía, se oponga quien se oponga. Victorioso saldré de esta batalla. 758 Romances Y aunque herido de muerte bese el suelo, sabiendo, vida mía, que me amas, volveré del Infierno si es preciso, Página 759 a buscarte otra vez, de nuevo, al alba. 759 Romances ¿Cómo no pensar en ti si aún me acuerdo de tus besos, aunque llegases cansada porque venías de lejos? ¡Con qué anhelo y qué pasión te arrimabas a mi pecho! No puedo de mí alejar aquellos dulces recuerdos. Me preparabas la cena, pensando que estaba hambriento; y en verdad que sí lo estaba, pero de ti y de tu cuerpo. Mas un día, sin razones, sin un motivo concreto, ya no volviste a venir... ¡Te juro que no lo entiendo! Dijiste que era un traidor. 760 Te juré que no era cierto. Página No me quisiste creer, aunque juré por mis muertos. 760 Romances El otro día he sentido, al hablarte, un dulce anhelo; y te propuse volver para intentarlo de nuevo. Mas nuestro tren ya ha pasado, es tarde para cogerlo; para los dos mejor es que no volvamos a vernos. Que guarde nuestra memoria en su baúl aquel beso; el último que te diera sin saber que era el postrero. Hoy sólo le pido a Dios que nos reúna en Su Cielo, para Allí volver a amarte 761 con un amor puro y tierno. Página Ya sé que tú en Él no crees... ¡Pues yo viví en el Infierno! 761 Romances No sé si serán lo mismo, Página 762 pero los dos son eternos. 762 Romances Como aguarda su pena el condenado, meditando en las horas que le quedan para entrar en capilla, así yo cuento el tiempo que me queda de faena. ¡Y pensar que gustaba de este oficio, trabajando de balde siendo fiesta..! Han logrado en seis meses que me hastíe. Dirección que así rige mala es ella. Acudía al trabajo sonriente, me olvidaba de males y de penas y cantaba contento mil romanzas. ¡Igualito que ahora, que me aterra! Pero, en fin, lo han querido de esa forma, no los voy a matar aunque pudiera Esta historia no es nueva en estos lares, pues mirando hacia atrás pienso que es vieja. ¿Es envidia, quizás, o mala sangre? Mala leche diré, si usted me deja. Abundante en el mundo, estoy de acuerdo, Página 763 pero España atesora esa “riqueza”. 763 Romances Cien años de Rafael Alberti Hoy has cumplido cien años y parece que estás vivo. Si es que aunque muera el poeta sus versos quedan escritos. De pura cepa, de Cádiz. Allí nació, igual, mi abuela. No te extrañes que mi sangre me obligue a escribir poemas. No fui muy tuyo en verdad, quitando muy escasos versos. No me dejaron leerte de joven, también es cierto. Mas hoy que cumples cien años, que el marinero perdura, te aseguro que te admiro, 764 que tus palabras me inundan. Página Tengo envidia de tu obra, de no saber expresarme 764 Romances como tú lo hiciste entonces, igual que ahora lo haces. ¿Se equivocó la paloma? Creo que tuvo buen tino, porque al final de tu vida alcanzaste tu destino. Y es que, al poeta, la muerte nunca le empuja al olvido. Sus versos quedarán siempre Página 765 aunque transcurran los siglos. 765 Romances Casi dos años enteros entre estas cuatro paredes. Hoy que me toca marcharme siento el alma estremecerse. Aquí pasaron mis días, aquí el tiempo se hizo breve unas veces y otras largo, como en la vida sucede. Aquí conocí de amores, desde aquí hablé con mujeres, aquí escribí muchos versos tan sentidos como éste. Hoy que me toca partir siento el alma libre y leve. Sé que me dejo aquí algo Página 766 mas no importa... ¡A ver qué viene! 766 Romances Capitán de los Tercios soñé un día ser en Flandes, logrando con mi espada, en mis sueños de gloria juveniles, la victoria en la sórdida batalla. Dirigiendo mi hueste, expuesto al fuego, apoyado en mis hombres y en sus lanzas, la bandera agitaba en una mano, avivando su ardor sin hacer falta. Que eran hombres de estirpe noble y buena, luchadores sin miedo, gente brava; pues corría en sus venas la más pura, sin dudar, de la sangre castellana. Hidalguía y valor cual hubo nunca. Gente, sí, muy propensa a la bravata; mas sabiendo tenerse firmes luego, hombres prestos también a la jarana. Andaluces de pro iban con ellos, 767 extremeños de piel seca y quemada, Página catalanes y vascos, valencianos, huertanicos, gallegos, de Navarra. 767 Romances A mi lado avanzaba un zagalillo que ni apenas si un metro levantaba, arrancando al tambor tales redobles que hasta hacían vibrar de gozo el alma. Enemigos al frente y a ambos lados, asonaron tremendas las descargas. El zagal cayó herido y, desde el suelo, moribunda su voz, gritó: - ¡A la carga! Y avanzaron mis bravos luchadores con tal furia, tal ímpetu y tal ansia que hay un río en Europa desde entonces donde corre la sangre en vez del agua. Capitán de los Tercios soñé un día ser en Flandes... Mas pronto llegó el alba. Se apagaron las luces del Imperio, Página 768 se apagaron las glorias de mi España. 768 Romances ¿Cantaré en la mañana nuevamente o ya nunca saldrá de mi garganta esa voz de los días añorados, cuando todo era luz, fe y esperanzas? Cuando todo eran sueños luminosos; cuando, ardiente, mi voz lanzó bravatas. Cuando supo decir palabras tiernas al compás de una cálida romanza. No lo sé ni lo temo, soy esquivo en pensar preocupado en el mañana. Mas confío en que sí que llegue pronto Página 769 el instante feliz de esa alborada. 769 Romances Cantar quisiera de noche y también en la mañana, como cantaba de mozo con ímpetu y con voz clara cuando al acorde del clave entonaba una romanza; perfilando un gran agudo, brotado de mi garganta. Cuando el aire en mis pulmones, manejando el diafragma, bullía feroz y alegre y en cantos se transformaba. Lo mismo era sol agudo que un la bemol, pero el aria sonaba con más donaire siendo las notas más altas. Mas ya ha pasado ese tiempo. 770 Hoy mi voz está cascada. Página Ya no bulle como entonces, cuando cantó a mi galana. 770 Romances ¡Sueños de gloria, infantiles, inútiles esperanzas..! El tiempo las fue borrando y con su curso mis ansias. Ahora ya casi ni sueño, ni de cantar tengo ganas. Está la ilusión perdida en las rotondas del alma. Dudo ya que jamás vuelva a aparecer, ni renazca aquella ilusión de entonces. Página 771 ¡Ya nunca tornará al alba! 771 Romances Canoro es el susurro que en la tarde alegra mi trabajo y mis tareas. Un beso desde lejos me ha llegado. ¡Es lástima, mi amor, que no estés cerca! Salvando la distancia y el Océano, en alas de la técnica moderna, tu voz puedo escuchar; pero tus besos no alcanzo a disfrutar según quisiera. Pensar que estás lejana es un tormento y un fallo del Destino, una sentencia que hiere y mortifica nuestras almas; la trágica y más feroz de las condenas. Página 772 Espero que muy pronto sientas frío y helado el corazón. Para que vengas en busca del calor que sabré darte, sin duda, entre mis brazos. ¡Que así sea! 772 Romances Cada cual vive su vida, porque su vida es muy suya; todo el mundo, cual le place, pasar su tiempo se busca. Aun estando en sus labores hay algunos que disfrutan. Yo, por ejemplo, escribiendo, dejando volar mi pluma. La pluma del pensamiento, no la que mueve la mano; que eso sólo un eufemismo es en verdad, está claro. Pues que la impulsa la mente y a su impulso va trazando sobre el papel unos versos que en el alma se han gestado. El reloj marca las horas 773 y el tiempo se va con ellas. Página Con ellas se van las vidas, la del prójimo y la nuestra. 773 Romances Así se escribe la Historia y de esta forma se queda: Vivió aquí Paco Escobar, quien soñó con ser poeta. Puede ser Napoleón, Emperador de gran fama por todos muy recordado, lo que señale la placa. No importa qué nombre sea, pues todo nombre se acaba, y a la postre somos como Página 774 en el mar gota de agua. 774 Romances Bien sabré aguardar tu vuelta, tu llamada y tus quereres. Cabe en el alma paciencia cuando de veras se quiere. Marcha tranquila, mi niña, no turbaré tu descanso que, aunque sea muy bravío, a veces también soy manso. Sabré esperarte en mi casa, absorto solo en mis sueños, con tal de lograr un día, cuando vuelvas, ser tu dueño. El dueño de tus caricias, el dueño de tus amores... Mas piensa en mí mientras tanto, Página 775 te lo ruego... No me ignores. 775 Romances Bien quisiera saber si en esta vida se sufren del pecado los castigos. Sé de muchos que han sido criminales y en el mundo su pena no han cumplido. Está llena la Historia de estos casos de verdugos, tiranos y asesinos que trataron vilmente al semejante y en sus lechos murieron tan tranquilos. Me pregunto: - Yo, entonces, la factura de mis culpas, ¿por qué pagando sigo? ¿Deberé de abonarla hasta mi muerte o la paz he de hallar estando vivo? -. Ya no digo la dicha, que semeja como peras al olmo pedir, sino el sosiego que anhela cualquier hombre cuando pisa el final de sus caminos. Una estrella parece que ha alumbrado 776 este otoño cansado con su brillo. Página ¿Un milagro quizás? Iré con calma. Puede ser, ¡ojalá!, ser la que ansío. 776 Romances Mas no quiero más falsas ilusiones, ni pensar en más locos desvaríos; obraré, pues, con calma y que ilumine Página 777 mi cerebro a mi Dios le solicito. 777 Romances Bien conservo tu memoria aunque ha pasado ya tiempo, mas recuerdo todavía el aroma de tu cuerpo y el gemido de tus labios en pleno orgasmo. Me acuerdo de los ayes que exhalabas. ¡Dios mío, hasta me estremezco! ¡Qué diferente ya es todo! En seis años me he hecho viejo o ha perdido la firmeza que tuvo entonces mi miembro. Porque diga lo que diga mi fecha de nacimiento yo no me siento mayor, pero menos fuerzas tengo. No olvidaré aquella noche que, tras amoroso encuentro, en el sofá nos sentamos rendidos y entre lamentos. Nos fumamos un cigarro 778 o dos, que ya no recuerdo, Página y te dije que me estaba entrando un profundo sueño. 778 Romances Me acariciaste, mimosa, juguetona y sonriendo. Y lo comprendí muy claro: ¡Seguías estando en celo! No podía con mi alma pero, al acariciar tus senos, mi hombría, no sé ni cómo, volvió a renacer de nuevo. Te conduje hasta la cama y, boca abajo en el lienzo, te tomé salvajemente. Tú te entregaste a mi empeño. Vibraste como una loca, gemiste y en un esfuerzo, no sé de dónde demonios, sentí de mí salir fuego. ¡Lo mismito que hoy en día! ¡Idénticas ansias siento! Mas si volviera a encontrarte tal vez hubiese otro incendio. Vientos del Norte te puse 779 y te dediqué mil versos, Página mil delirios de mi mente. ¡Seis años hace de aquello! 779 Página 780 Romances 780 Romances ¡Bendita sea tu madre, comprador de mis amores que llegas hasta mi puerta y te dejas los doblones! Si como tú todos fuesen eran mis ventas enormes. ¡Y encima pagando al punto..! Así quedan pocos hombres. Doscientos, de una tacada, euros vendidos de un golpe. Sin regateos ni riñas, sin que el número te importe. Como bien digo en mi lema, y en todos mis versos pone, la suerte es del que la encuentra. Pero estará no sé dónde. ¡Ojalá que algún buen día 781 un premio bueno te toque! Página Mas juégate lo que es tuyo, con prudencia y buen enfoque. 781 Página 782 Romances 782 Romances Ayer, por el pasillo de mi casa, el mismo que corrí yo siendo chico, trotaba una chiquilla pizpireta, cantando alegremente y dando brincos. Inquieta como es, el corto espacio y angosto donde vive, - en ese piso pequeño de sus padres -, es seguro que freno le pondrá a su dinamismo. En donde tantas veces la pelota rodó bajo mis pies; y hasta el triciclo surcó vertiginoso aquellos suelos, Noelia parecía un torbellino. - ¡Abuelo! -. Me gritaba, vivaracha, llegando hasta el final en un suspiro. Y vuelta para atrás, a toda prisa, en tanto que en mis ojos lució un brillo. Ya tengo quien prosiga mi tarea, 783 y puedo hasta morirme muy tranquilo. Página Tres hijos engendrados, planté un árbol y escritos tengo, pienso, más de un libro. 783 Página 784 Romances 784 Romances Ayer yo escribí unos versos que quizá te parecieran un poco desesperados, como llenos de tristeza. Como si hiciera el recuento de toda mi vida entera y al final no hallara nada. Y tú no te viste en ella. Pero estás en un error porque, a veces, las palabras, no bastan para contar todo lo que siente el alma. Yo veo el pasado lejano, como si ya no existiera; pero sé muy bien que existe, dejó una tremenda huella. Y en el presente estás tú. 785 Tú y tu mirada sincera. Página ¿Qué quieres que más te diga? ¿No te basta que así sea? 785 Romances ¡Claro que quiero un futuro a tu lado, para siempre, para tenerte a mi lado hasta que llegue la muerte! Eso es lo que más ansío, lo que deseo de veras. Yo no sé bien explicarlo. Espero que tú lo entiendas. Es que a veces, ya te digo, no caben en un poema los sentimientos del alma, porque el alma es muy compleja. Yo creo que has entendido lo que expresarte quería. Si no, es que soy yo muy torpe Página 786 y eso, sólo, es culpa mía. 786 Romances ¡Ay, móvil de mis pecados, miles de secretos tienes! Sin la clave estás cerrado y con la clave te enciendes. Marco el número de un ligue, después de buscar el nombre. Presuroso toca el timbre y con su voz me responde. Si me contesta halagüeña es que se encuentra ella sola. Si me responde muy seria es que hay moros en la costa. Lo malo es cuando está apagado. Es que ya no le interesas. Lo mejor en ese caso es olvidarte de ella. Pues si insistes nuevamente y sigues dando la lata, es fácil que lo descuelgue y te mande a freír ratas. 787 Así que antes que suceda, borra el número maldito, busca otra vez en la agenda y encuentra otro numerito. Página Cuando una moza decide no proseguir con la cosa, 787 Romances es mejor ir y decirle: A otra cosa, mariposa. Porque el móvil, ya lo he dicho, es un chisme traicionero. Es mucho peor que un bicho, más malo que un avispero. Luego viene la factura y te la cobran por Banco. O eres golfo y caradura o encima pagas los cuartos. Es que es maldito el invento, porque parece sencillo. Pero al final es un cuento que te vacía el bolsillo. Así que hoy lo he dejado olvidado en el enchufe. Hoy no gasto un solo pavo y mi cartera no sufre. Página 788 ¡Maldito el que lo inventó! ¡En qué hora tal idea! Lo tranquilo que estoy yo hoy, sin observar las teclas. 788 Romances A ver si la batería se rompe ya de una vez. Reponerla es tontería cuando se vive tan bien no teniendo a quien llamar y sin recibir mensajes. ¡Menuda tranquilidad que nadie pueda llamarte! Porque si la llamada es tan necesaria e importante, verás cómo de verdad consiguen localizarte. Y si pueden esperar es dinero que se ahorran. Tiro pues el celular y a darme la gran vidorra. Dirán que estoy anticuado y que las modas no sigo. Es que estoy ya mosqueado de pagar tanto recibo. Página 789 De que me vigilen siempre, de que llamen a deshoras. No me dejan que me acueste, no me dejan ni que coma. 789 Romances Es un invento asqueroso, lo digo como lo siento. ¡Quién sería el tío piojoso que realizó tal invento! Te quitó la intimidad. No puedes contar un cuento porque escuchan donde estás... ¡Y se quedó tan contento! Pues yo dispuesto no estoy a vivir en tal zozobra. Así que a partir de hoy para mí que está de sobra. Que lo utilicen el resto. De hacerlo, digo, son libres, El menda no está dispuesto a que su vida vigilen. Esta tarde, por supuesto que lo tiro a la basura. Es que no quiero ni verlo tan siquiera ni en pintura. Página 790 ¡Adiós, mi móvil querido! De veras que lo lamento pero es que tan sólo has sido para mí un cruel tormento. 790 Romances Página 791 Fuiste en su día un antojo y yo te traté con mimo. Hoy que veré tus despojos... ¡No sabes cuánto te estimo! 791 Romances Astuto fue en verdad el Dios tonante que en cisne se tornó, logrando a Leda; el truco dio la vida a un ser siniestro: La hermosa mas fatal, llamada Helena. Por culpa de su amor murieron hombres, causante su pasión fue de una guerra; mas tuvo la ocasión de dar al mundo la más genial y lírica epopeya. Amores que causaron la desgracia, que supo relatar un gran poeta. Y todo por capricho del gran Zeus... Lujuria que quedó bien satisfecha. En manos de los dioses son los hombres igual que esos castillos que en la arena levantan con ingenio los pequeños: Página 792 Al cabo los derrumba la marea. 792 Romances Página 793 Arriban los nostálgicos de entonces, plantando sus carteles falangistas. Instalan una moza petitoria y ponen a la venta unas reliquias. Recuerdos de aquel tiempo ya pasado, perdido – por fortuna – ya de vista; mas queda quien lo añora y lo recuerda, se ve que en él llenó mucho la tripa. Hay jóvenes que no los conocieron... Herencia debe ser de la familia. O buscan prosperar en este Frente que llaman Nacional. ¡Cómo nos quitan la Patria a los demás cual fuera suya! Ser propia de ellos solos reivindican. España somos todos, ¡no, señores! ¡Mi orgullo de español nadie me quita. Mas pienso en otros torpes que, en el Norte, aspiran a romperla con un cisma y lloro y me da pena al cavilarlo. ¡Estamos siempre igual y con las mismas! Hoy sirve ya hacer todo lo que sea, parece que el Gobierno así lo indica. Del ¡viva las cadenas! se ha pasado a hacer lo que nos salga de la pija. Ya vale cualquier cosa que se hiciera. Incluso en matarifes a las niñas tornar tras un instante de relajo. ¡Qué bien nos luce el pelo, esto sí es vida! Ya dijo el gran Machado, y fue adivino, a aquel españolito que nacía que le guardara Dios de dos Españas: El corazón helarle ambas podrían. 793 Romances ¡Arriba la bandera roja y gualda, icemos el pendón más altanero! Le echaron dos narices al asunto, ganaron el partido con su esfuerzo. La gesta ha comenzado, ¡vive Cristo!, roguemos que la cosa bien prosiga. El árbitro fatal, como es costumbre; mas eso a nuestros chicos les anima. Después llegan los cuartos y al garete... El hábito de siempre, ya es sabido. Sabemos que no iremos nunca lejos, mas mientras disfrutemos de lo lindo. - “¡Opá, opá, ganemos el Mundial!”, el grito de esta guerra sin cañón. - “¡Opá, opá, jamás nos ganarán!”, Página 794 cantemos si metemos algún gol. 794 Romances Ardiente fue el poeta siendo joven, mas tiene ya las alas recortadas; la edad, a su pesar, su carga pone. No entona como entonces su balada. ¡Mujeres que pasasteis por mi vida, dejando cada cual profundas huellas, es cierto que lograsteis una rima, mas tantas que mi mente no recuerda! Ya todo terminó, se fue al olvido y quedo como entonces solitario. Si tengo que vivir, quiero tranquilo Página 795 estar lo que me reste sin engaños. 795 Romances “Aquél que miente a un amigo no tiene perdón de Dios. El que a un enemigo ayuda es hombre de corazón”. Es un dicho de mi tierra castellana y de razón que allá por tierras de Burgos honrara al Cid Campeador, famoso por sus hazañas, por su entrega y su valor, por Mío Cid conocido de aquellos a quien venció pero perdonó la vida, con ellos no se ensañó, porque a enemigo vencido hay que ofrecerle el perdón. Sirvió a su rey y a su patria 796 como en conciencia creyó, Página mas su honradez y su gloria el rey no le perdonó. 796 Romances La vieja historia de siempre... Bien lo dice la expresión: ¡Qué buen vasallo sería si tuviese buen señor! El mismo cuento de ahora y mañana. A lo mejor un día los hombres cambian, pero me temo que no. Que arriba está el poderoso, bien cómodo en su mansión, mientras el débil padece su pobreza y su dolor. ¿Para eso murió Cristo? No le veo la razón. ¿Para redimir al hombre? 797 ¡Pues sí que lo consiguió! Página Acaso más le valiera ahorrarse tan cruel Pasión, 797 Romances pues los hombres no merecen un ápice de su amor. El hombre es cruel como un lobo, ya lo dijo el pensador. Y si otro hombre es la víctima Página 798 es todavía peor. 798 Romances Anochece y la plaza está desierta, a sus casas las gentes se retiran; va cayendo la tarde y las farolas con su luz a las sombras iluminan. Acabó la jornada para algunos y la noche cercana se avecina. A sus nidos retornan derrengados, pues les vence el cansancio y la fatiga. Trabajando prosigue el cuponero, agotadas no están sus mercancías. Es momento de ahorrar, de vacas flacas, no se vende ya igual que se vendía. - ¿Volverán otros tiempos florecientes como antaño viví? – Mientras suspira se pregunta así mismo y no responde. Es posible que sí mas nada afirma. Y transcurren las horas, esperando 799 que un cliente se acerque y que le diga: Página - Deme usted, de esta noche, si es posible, por lo menos, iguales, cuatro tiras.-. 799 Romances Anoche estuve a morir, anoche estuve a la muerte. Es el destino del hombre: Preparado a morir siempre. Esa sensación de angustia, ése sentir que no sientes, que se te marcha la vida, ese miedo que te envuelve. Ahora estamos y mañana tal vez ya no te despiertes. O estamos en plena calle y te mueres de repente. Por eso, ¡vive el instante! Vive el hoy, vive el ambiente. Quizás dentro de un momento Página 800 estés de cuerpo presente. No dejes para mañana 800 Romances lo que hoy hacer desees, porque puede ser, quizás, que ese mañana no llegue. Ten el alma preparada, libera de mal tu mente. Llévate poco equipaje, de ese viaje no vuelves. Y cuando llegue la hora, confía en que tengas suerte. ¿Hiciste el bien? Ve tranquilo. Página 801 Y si no... Dios es clemente. 801 Romances Anoche escuché tu voz y me llenó de recuerdos. ¿Qué podría haber pasado si a mi lado hubieses vuelto? ¿Cómo sería mi vida siendo el amo de tus besos? Pero un mal día te fuiste, ya nunca podré saberlo. Mas jamás podrás negarme que me entregaste tu cuerpo, tu querer y tus caricias, tus cuidados, tus desvelos. ¡Tu vida entera! Y la tuve en mis manos por entero, mas hubo unas malas lenguas que me la robaron luego. ¿Qué es lo que hubiese ocurrido si me hubieras dado tiempo siquiera para explicarme? Nadie lo sabe de cierto. La vida va y viene loca, 802 en un torpe devaneo. Página El pasado ya es pasado, mejor es que lo olvidemos. 802 Romances Que no me apetece nada el dedicarme a ese juego de pensar qué hubiese sido. Aquel día ya está lejos y no sirven ya de nada reproches ni juramentos. Vive tu vida y sonríe, Página 803 que yo también sabré hacerlo. 803 Romances Amores tuve en Sevilla, también los tuve en Madrid y los tuve en La Montaña, mas no los quiero decir. Hasta en Alcalá de Henares, en Cáceres y aún aquí, en la Capital del Reino, pero no comí perdiz. Se me olvidaba el de Úbeda, el de Alicante y París, de Colombia y Venezuela, del mundo cualquier confín. No se piensen que exagero, pues siempre digo verdad; en vez de ser don Francisco más bien resulté un don Juan. Y no por ser nada esbelto, ni por dinero gastar, que alguna pagó mis gastos 804 por satisfacer su afán. Página Pero un rufián nunca he sido, sólo me dejé querer, 804 Romances y con el mismo entusiasmo con que me amaron amé. ¡Cómo se cambian las tornas cuando llega la vejez! ¡Ya no ligo ni pagando de antemano, ni después! Mas una mujer morena me ha dado su corazón... Veremos, si me da el cuerpo si sé responder o no. Pues con tantos amoríos, y aunque me reste valor, estoy bastante agotado de marchar de ellas en pos. Lo tomaré con paciencia, como quien se pasa al mus hasta que el órdago arroja Página 805 con enérgica actitud. 805 Romances Amores inalcanzables, imposibles fantasías, marchasteis lejos, volando, alejándoos de mi vida. Muy pocos meses duraron. Algunos, escasos días; otros, ni horas siquiera, un sueño mientras dormía. Y el despertar es amargo si no hay una mano amiga. Alguien a quien dar dos besos, a quien decirle: ¡Eres mía! ¿Cómo va a tener ya nada aquél que en nadie ya fía? Me arrancaron con engaños la esperanza y la alegría. Me juraron varias veces 806 que por siempre me amarían Página y siempre lo han incumplido... Ya no quiero más mentiras. 806 Romances Que en los amores se esconde el engaño y la perfidia. Prefiero vivir ya solo Página 807 que sufrir mil agonías. 807 Romances Amenazas de muerte me han lanzado, esperando ya estoy que por mí vengan; mas si vienen que lleguen por la espalda, que si vienen de cara se la juegan. Más valiente no soy que ningún otro, mas tampoco cobarde y no me a arredran las bravatas de un loco; que se expone, pues también es de carne y no de piedra. En la calle nos vemos y de día. Cara a cara, a navaja, como quiera; no de noche, que es cosa sólo propia de gentuza de mala y vil ralea. ¡Y pensar que tan sólo por el odio de una loca mujer es que me acechan! ¡En buen lío me pude haber metido si es que llego, inocente, a conocerla! Despechada ha quedado y desde entonces 808 el afán de venganza la atormenta. Página No le agrada saber que soy amado. ¡Infeliz! De los celos está presa. 808 Página 809 Romances 809 Romances Amarte es mi soñar, no me despiertes. Prefiero proseguir en este ensueño. Te pienso desde el día que te fuiste y no te soñaré si me despierto. ¿Por qué te marcharías de mi lado? Te juro que en verdad no lo recuerdo. O quiero no acordarme porque, entonces, de cólera y furor arde mi pecho. ¡Pues claro que lo sé! Por un engaño. De ver nuestro querer tuvieron celos. ¡Enorme es el pecado de la envidia! ¡De todos el más grande y más horrendo! En fin, debo olvidarme de las quejas; la cosa se acabó, ya no hay remedio. Hoy vives tú tu vida en otros brazos, tus labios hoy reciben otros besos. Mas nadie logrará nunca que olvide que un día tú me amaste. Y no te miento si digo que, a pesar de los pesares, Página 810 pasados tantos años aún te quiero. 810 Romances Amaneció la mañana de este día gris, plomizo. La noche fue de tormenta y al alba del Sol no hay brillo. Agotada tengo el alma, sumergida en un abismo de temores y de angustias aunque por fuera sonrío. Se pasaron ya mis tiempos, lleno estoy de compromisos. Está la vejez muy cerca y yo me encuentro perdido. Porque por más que lo pienso y por más que rizo el rizo solución a mis problemas no encuentro aunque la medito. Dilapidé mi fortuna satisfaciendo caprichos. Cuando quise darme cuenta ya estoy al fin del camino. No logro recuperarme. 811 De mejorar, ningún viso Página percibo en el horizonte. No tengo amores ni amigos. 811 Romances Que la que tanto me quiere lejos está y no consigo poder reunirme con ella. ¡Y nunca he de conseguirlo! Así que triste y cansado a mi pesar solo vivo. Sí que tengo compañía, Página 812 mas me acompaña poquísimo. 812 Romances Amaneció la mañana y con ella un nuevo día. A saber qué me depara. ¿Será el final de mi vida? A saber, mas no lo temo. Tengo las cosas previstas. El equipaje es ligero, puedo caminar deprisa. Si al final de mi andadura dejo las cosas en orden no cabe la menor duda de que el marcharme me enoje. Que la vida es un suspiro por mucho que se haga larga. Andando se hace camino, no hay que mirar a la espalda. Que lo de atrás es pasado, 813 lo de adelante algo nuevo. Página Fui conocido por algo: Mis ansias de aventurero. 813 Romances Y si llegada es la hora del último cigarrillo lo apuraré sin demoras, Página 814 sin temor y tan tranquilo. 814 Romances Alegres a ver los toros, las gentes van a Las Ventas, la Feria de San Isidro dentro de poco comienza. La tarde amenaza lluvia, casi es seguro que llueva; pero no importa, el paraguas, por si acaso, todos llevan. Ya faltan pocos minutos, pronto se abrirán las puertas; resonarán los clarines, ¡ya va a comenzar la Fiesta! El toro sale al albero en alocada carrera, despistado y sorprendido y por el coso da vueltas. El público en los tendidos 815 fuma unos puros que apestan. Página Al matador todos miran, prestos a ver su tarea. 815 Romances Los picadores dejaron sobre la res su cruel huella, las banderillas se hundieron muy dentro en la carne tierna. Y el pobre animal, herido, sus verdes pastos recuerda; allí vivió tan a gusto, retozando en su dehesa. Pues su cerebro no entiende - y no es raro que no entienda – por qué a morir le destinan con esa crueldad extrema. Se ha hecho de pronto el silencio, el torero se le acerca y con aires presumidos a que embista le jalea. 816 Se arranca porque es de casta, Página persiguiendo la muleta; sus astas buscan la carne 816 Romances mas sólo el engaño encuentran. Sigue insistiendo en su empuje y va agotando sus fuerzas. A borbotones la sangre brota y su vida se lleva. Ya no puede con su alma, pues alma puede que tenga aunque nos digan que el hombre es el único en tenerla. Por fin se acaba el martirio. Un acero le atraviesa. Siente que acaba su vida. Sus patas, muriendo, tiemblan. Exhala un triste mugido viendo a la Muerte, que acecha en forma de puntillero 817 con la puntilla dispuesta. Página Siente el golpe y todo acaba. ¡Ya muerta yace la bestia! 817 Romances Pero otras bestias que aplauden piden le corten la oreja. ¡Qué singular paradoja que ver morir entretenga! ¿Dónde estaba el animal? Página 818 ¿En las gradas o en la arena? 818 Romances Al olmo dirigiste tu poema, tus versos mi memoria ha recordado. Antonio, caminante no hay camino... Mas tú sí lo encontraste hacia el Parnaso. Moriste en el exilio, en tierra extraña, tal día como ayer, triste y amargo. ¡Qué lejos de la tierra que adoraste reposan tus cenizas, sevillano! Maestro de poetas, hombre bueno, hoy quiero recordar tu aniversario trazando pobres versos con mi pluma; mojado mi cuaderno por el llanto. Estelas en la mar... ¡Qué rica herencia dejaste bien escrita, con un trazo perenne; que, aunque pasen muchos siglos, Página 819 el tiempo no podrá nunca borrarlo. 819 Romances ¡Ay, móvil de mis pecados, miles de secretos tienes! Sin la clave estás cerrado y con la clave te enciendes. Marco el número de un ligue, después de buscar el nombre. Presuroso toca el timbre y con su voz me responde. Si me contesta halagüeña es que se encuentra ella sola. Si me responde muy seria es que hay moros en la costa. Lo malo es cuando está apagado. Es que ya no le interesas. Lo mejor en ese caso es olvidarte de ella. Pues si insistes nuevamente y sigues dando la lata, es fácil que lo descuelgue y te mande a freír ratas. Así que antes que suceda, 820 borra el número maldito, Página busca otra vez en la agenda y encuentra otro numerito. 820 Romances Cuando una moza decide no proseguir con la cosa, es mejor ir y decirle: A otra cosa, mariposa. Porque el móvil, ya lo he dicho, es un chisme traicionero. Es mucho peor que un bicho, más malo que un avispero. Luego viene la factura y te la cobran por Banco. O eres golfo y caradura o encima pagas los cuartos. Es que es maldito el invento, porque parece sencillo. Pero al final es un cuento que te vacía el bolsillo. Así que hoy lo he dejado olvidado en el enchufe. Hoy no gasto un solo pavo y mi cartera no sufre. ¡Maldito el que lo inventó! 821 ¡En qué hora tal idea! Página Lo tranquilo que estoy yo hoy, sin observar las teclas. 821 Romances A ver si la batería se rompe ya de una vez. Reponerla es tontería cuando se vive tan bien no teniendo a quien llamar y sin recibir mensajes. ¡Menuda tranquilidad que nadie pueda llamarte! Porque si la llamada es tan necesaria e importante, verás cómo de verdad consiguen localizarte. Y si pueden esperar es dinero que se ahorran. Tiro pues el celular y a darme la gran vidorra. Dirán que estoy anticuado y que las modas no sigo. Es que estoy ya mosqueado de pagar tanto recibo. De que me vigilen siempre, 822 de que llamen a deshoras. Página No me dejan que me acueste, no me dejan ni que coma. 822 Romances Es un invento asqueroso, lo digo como lo siento. ¡Quién sería el tío piojoso que realizó tal invento! Te quitó la intimidad. No puedes contar un cuento porque escuchan donde estás... ¡Y se quedó tan contento! Pues yo dispuesto no estoy a vivir en tal zozobra. Así que a partir de hoy para mí que está de sobra. Que lo utilicen el resto. De hacerlo, digo, son libres, El menda no está dispuesto a que su vida vigilen. Esta tarde, por supuesto que lo tiro a la basura. Es que no quiero ni verlo tan siquiera ni en pintura. ¡Adiós, mi móvil querido! 823 De veras que lo lamento Página pero es que tan sólo has sido para mí más que un tormento. 823 Romances Fuiste en su día un antojo y yo te traté con mimo. Hoy que veré tus despojos... Página 824 ¡No sabes cuánto te estimo! 824 Romances Agotado mi cuerpo, la mañana se me ha hecho más larga que otras veces. O más corta, quién sabe; porque he visto, cara a cara los rasgos de la Muerte. Me hallaba muy cansado y he sentido un zumbido tenaz sobre mis sienes. Necesito dormir, tener descanso; alejar los agobios de mi mente. Ya muy joven no soy y me fatiga el trabajo diario. Me estremece el cansancio los músculos del alma y me duele pensar. El fin ya viene. No le temo a morir, mas no quisiera que la Parca me alcance en un retrete solitario y estrecho. Más prefiero que me venga en la calle, entre las gentes. Mas vendrá cuando quiera y a la hora 825 que mejor se le cuadre aparecerse. Página Cada ser tiene escrito su momento y no sirve de nada el esconderte. 825 Página 826 Romances 826 Romances A veces me pregunto si en tus noches recuerdos aún conservas de las mías; no puede tu memoria ser tan corta o fue todo tu amor una mentira. Yo sé que me quisiste. ¿Qué motivo logró que me apartases de tu vida? Dijiste que contaron mil historias... ¡Y tú te las creíste a pies juntillas! Sin duda fuiste necia al hacer caso; o llena de bondad, como una niña, pensaste que eran ciertos esos cuentos y optaste por creer cuanto decían. Pensar de esta manera es preferible; mejor no imaginarme lo que opinan algunos que supieron nuestros sueños, aquellos que arruinaron nuestra dicha. Debimos de guardar este secreto, 827 es malo suscitar celos y envidias. Página Fui loco, la verdad, al cantar alto el cómo y cuánto y cuánto te quería. 827 Romances A la vejez viruelas, hoy recuerdo un amor que se encuentra soterrado en las brumas espesas de la mente, pese al tiempo incapaz soy de olvidarlo. En mi vida gocé de igual entrega, tan ferviente que nada pidió a cambio; consentí me olvidases, fue el Destino o la gente que quiso distanciarnos. Como quiera que sea no me olvido de los besos ardientes de tus labios ni de aquella mañana, allá en tu tierra, cuando un día feliz nos encontramos. ¡Si pudiera volver a aquellos tiempos..! ¡Si lograse tornar a aquellos años..! Mas inútil es todo. Nuestras vidas Página 828 han tomado ya rumbos separados. 828 Romances No he visto cosa más bella que la carita de Antonia. ¡Lástima de ser tan viejo! No poderle decir: - ¡Moza, si me quisieras un poco mil versos en mi cabeza forjaría con premura elogiando tu belleza! Pero mi tiempo ha pasado de despertar las pasiones. Hoy me miras como amigo, no puedo hablarte de amores. Me dicen que es ley de vida... Pues qué mala ley, ¡diantre! ¡Qué no diera por ser joven, para poder ser amantes! Mira si serás bonita que has logrado, en un instante, con sólo verte los ojos, que te escribiese un romance. 829 Más te mereces, sin duda, Página pero más no puedo darte. Mi Poesía tan sólo 829 Romances y, si la pides, mi sangre. -. Eso tan sólo yo tengo, puede ser que no le baste. Que una mujer como es ella digna es del verso del Dante. Además, ya soy maduro. Ella está en su primavera... ¡Corazón, loco te has vuelto, no sabes ya ni en qué sueñas! Pues que si lúcido fueses y sin pensar tú pudieras, de que sueñas imposibles Página 830 te tendrías que dar cuenta. 830 Romances Absurdas se ven las cosas cuando se observan de lejos: Vivimos toda una vida y siempre perdiendo el tiempo. Los caprichos femeninos, los masculinos requiebros, las palabras engañosas que pronuncia el macho en celo sólo con tal de a una moza conseguir llevarse al huerto. Y una vez calmada el ansia, ¡si te he visto no me acuerdo! Ésta es la comedia humana, ésa es la historia del sexo que es motor que mueve el mundo, los astros y el Universo. Tuvo mucha mala sombra el Señor por así hacernos. Desde Adán es lo que ha sido el amor: Tan sólo un juego. Podrán, quizá, rebatirme 831 tal idea y me someto Página a la opinión de los sabios pero diría que acierto. 831 Romances Que el hombre ha dejado siempre que le domine el deseo, para después olvidarse cuando ya lo ha satisfecho. ¿Y la mujer? Otro tanto, aunque finja con más tiento. Pues jura que amará siempre y olvida sus juramentos. Así que, a la postre, todo es como indica aquel verso que he escrito ya anteriormente y que te pongo de nuevo: - No me acuerdo si le he visto, perdone si no le atiendo. De aquello ya pasó el día y recordarlo no quiero. - Es la realidad patente, todo en la vida es un sueño. ¡Lo malo es que despertamos Página 832 o es que soñamos despiertos! 832 Romances ¿A dónde se fue tu amor, dónde se fueron tus besos? Es que por más que los busco ya jamás si los encuentro. Se fueron de este lugar, dejándome de ellos preso. Donde quieran que marchasen ya no volveré a tenerlos. Se ha apagado ya la llama de este cariño sincero mas en las cenizas muertas Página 833 aún puede leerse un ¡te quiero! 833 Romances A Dios le pido esta noche que no te lo tenga en cuenta, que igual que me diste todo hoy me lo quitas contenta. Te ríes de mis pesares, de mis traiciones te vengas y te quedas tan tranquila, como si nada te fuera. ¡Maldita seas mil veces! Te maldigo aunque no quiera, que en el fondo de mi alma, te sigo amando de veras. Pero todo tiene un fin, siempre a la meta se llega. Tú y yo caminamos juntos mas, al final, hoy me dejas. Vive tranquila, soñando. 834 Lo nuestro fue una quimera. Página Sólo un cariño imposible, una mentira cualquiera. 834 Romances Puede que llegue a olvidarte. Hoy no lo pienso siquiera. Pero tal lo consiga Página 835 algún día, cuando muera. 835