HISTORIA DE ESPAÑA. 2º Bachillerato Edad Antigua a Edad Moderna. Resumen Resumen tema 1: EDAD ANTIGUA: LAS CULTURAS MEDITERRÁNEAS Y EL MUNDO ROMANO. LA ROMANIZACIÓN 1.- Las culturas prerromanas Hacia el año 1100 a.C. oleadas de pueblos indoeuropeos, procedentes del centro de Europa, y conocidos con el nombre genérico de celtas, llegaron a la Península. Su economía se basaba en la agricultura y la ganadería. Practicaban la incineración de los cadáveres, que guardaban en urnas de cerámica. Los más importantes pueblos indoeuropeos son los astures, galaicos, cántabros y lusitanos. En Andalucía occidental, entre los siglos VII y VI a.C. alcanzó su máximo esplendor el reino de Tartessos. Los geógrafos griegos Estrabón y Heródoto hablan de su riqueza. La leyenda habla de reyes míticos: Gerión, Gárgoris y Habis, Argantonio. La organización política y social es de tipo oriental por influencia de los fenicios. La metalurgia y la orfebrería alcanzan un amplio desarrollo. Entre los restos más importantes están los de El Carambolo (Sevilla). Es imprecisa su ubicación aunque se le sitúa en la zona costera de Huelva y valle del Guadalquivir. Hacia el siglo VI a.C. desaparece, siendo los turdetanos sus sucesores. Fuentes romanas nos hablan de otros pueblos indígenas: los íberos. Se agrupaban en tribus, y estaban muy influidos por colonizadores fenicios y griegos. Destacan los turdetanos, oretanos, bastetanos y edetanos. Las ciudades se hacían en lugares elevados para facilitar su defensa. Las casas eran rectangulares y las paredes de adobe. Su economía se basaba en la trilogía mediterránea: cereal, vid y olivo, y entre su destacada metalurgia sobresalen las falcatas –tipo de espada- y las fíbulas. Su estructura social era jerárquica. Tenían una profunda religiosidad como atestiguan los abundantes santuarios como los del Collado de los Jardines (en Despeñaperros, Jaén) o del Cerro de los Santos –en Albacete-, donde se han encontrado exvotos de figuras humanas y animales en piedra o bronce. También practicaban el enterramiento en urnas. En cuanto al arte destaca su cerámica roja con decoración geométrica, y sobre todo los grandes exvotos entre los que sobresalen la Dama de Elche, la Dama de Baza o la Bicha de Balazote. 2.- Las colonizaciones de pueblos orientales Durante la primera mitad del primer milenio a.C. llegaron a la Península los fenicios, griegos y cartagineses, procedentes del Mediterráneo oriental, estableciendo en las costas de Levante y del sur pequeñas colonias. Estos pueblos, muy desarrollados, buscaban materias primas, sobre todo oro, plata, cobre y estaño. Después la actividad también se centró en la industria pesquera, salazones, salinas y tinturas. Los peninsulares recibían cerámica, perfumes, tejidos y objetos de adorno, además de asimilar los modos de vida y la organización social de los colonizadores. Los fenicios se asientan probablemente antes del siglo VIII a.C. Fundan Gadir –Cádiz-, Sexi – Almuñecar-, Malaca –Malaga- y Abdera –Adra, en Almería-. Fundan factorías, lugar de producción e intercambio entre fenicios e indígenas. Los fenicios nos aportan el torno de alfarero y la escritura alfabética. Los griegos proceden de su colonia de Massalia –actual Marsella, en Francia-. Relevan a los fenicios a partir del s. VI a.C., aunque se asientan fundamentalmente en el área costera catalana y levantina. Destacan las colonias de Rhode –Rosas, Gerona- y Emporión –Ampurias-. Los cartagineses proceden de Cartago, colonia fenicia de la actual Túnez. No penetran en el interior. Fundan Ebussu –Ibiza-. Después de perder frente a los romanos algunas islas importantes del occidente mediterráneo –Córcega, Cerdeña, Sicilia- en la Primera Guerra Púnica, Amílcar Barca conquista todo el sur y sureste peninsular. Su yerno Asdrúbal fundaría Carthago Nova –Cartagena, Murcia-, centro de una importante región minera. 3.- La Hispania romana 1 Cneo Escipión inicia la conquista de la Península al atacar los cartagineses Sagunto, ciudad aliada de Roma. Así se inicia la Segunda Guerra Púnica, en el 218 a.C., en cuyo trascurso los romanos ocupan la Península. Simultáneamente se produce la romanización, o adaptación de los pueblos conquistados a las estructuras políticas, económicas, sociales y culturales de Roma. El área ibérica del sur y levante fue prontamente romanizada al estar más urbanizada y por su contacto con los pueblos colonizadores. El resto se enfrentaron abiertamente a la conquista. En ésta se distinguen tres etapas: - La primera etapa (218-206) se produjo en el transcurso de la Segunda Guerra Púnica contra los cartagineses. Se inicia al anexionarse Aníbal Sagunto, aliado de Roma, a pesar de que tras la 1ª Guerra Púnica, Cartago se había comprometido a no anexionarse territorios al sur del Ebro. En esta etapa, Publio Cornelio Escipión conquista Carthago Nova –Cartagena-. - La segunda etapa, de 206 a 29, tiene como episodios importantes la resistencia de los lusitanos que termina con la muerte de su caudillo Viriato, y la toma de la ciudad de Numancia (133 a.C.) tras una feroz resistencia. - La tercera etapa se desarrolla entre 29 y 19 a.C. al someter el propio Augusto la zona cántabro-astur. La romanización no fue un fenómeno uniforme ni homogéneo. Los principales agentes de la misma fueron el ejército, la organización política y administrativa, la importancia de las ciudades, y otros como las calzadas y el latín. Respecto al ejército, los soldados se relacionaban con los indígenas, además de que cuando se licenciaban recibían tierras para trabajarlas con lo que aumentaba su relación. Además establecían guarniciones para invernar, lo que dio lugar a ciudades como León o Astorga. En cuanto a la organización administrativa, Hispania fue en un primer momento dividida en dos provincias: la Citerior, más próxima a Roma, y la Ulterior, gobernadas por un pretor que percibía los impuestos y administraba justicia. En tiempos de Augusto, la Hispania Ulterior se dividió en Bética (con capital en Corduba) y Lusitania (con capital en Emérita Augusta –Mérida-), y la Citerior tomó el nombre de Tarraconense (con capital en Tarraco –Tarragona-). Posteriormente habrá otras divisiones. En cuanto a las ciudades, las más importantes, como Córdoba, tenían el estatuto de colonia, núcleos habitados por ciudadanos romanos y organizados al modo de Roma. El resto eran ciudades estipendiarias, que debían pagar un tributo anual. Caracalla, en el 212 extendió el derecho de ciudadanía romano a todos los habitantes del Imperio. Por último, la extensión del latín, y la construcción de calzadas, vehículo de comunicación para el comercio, facilitaron también de una forma importante la difusión de los modos de vida romanos. En cuanto a la explotación de los recursos, Hispania exportaba materias primas sin elaborar o escasamente elaboradas e importaba productos manufacturados y de lujo para abastecer a las clases privilegiadas. La Bética fue la provincia más rica de la Hispania romana. Las minas pertenecían al Estado, aunque, excepto las de oro, podían arrendarse a particulares. Los romanos introducen nuevos sistemas de extracción (sobre todo en tareas de extracción del agua), utilizando casi siempre mano de obra esclava. Destacan las minas de cobre de Riotinto, las de mercurio de Almadén. La explotación de las Médulas, en León, dio lugar a un paisaje que ha merecido ser catalogado Patrimonio de la Humanidad. En Córdoba explotaron Cerro Muriano. En cuanto a la agricultura, introducen nuevas formas de cultivo –arado de reja, rotación trienal- e intensificaron los regadíos. Los principales cultivos fueron la trilogía mediterránea: cereal, vid y olivo. En cuanto a la artesanía y al comercio, los principales productos de exportación hacia Roma fueron el aceite y el vino, que gozaron de gran aceptación en Roma, y el garum, especie de salsa hecha con vísceras de pescado. También era importante la industria de salazón de pescado. Destacaron los puertos del sur y sureste: Gades, Malaca, Almuñecar. Respecto a la organización social, la población se dividía entre hombres libres y esclavos. Los hombres libres pertenecían a la orden senatorial, ecuestre y decurional, y la plebe. Los tres primeros formaban el grupo de los ciudadanos privilegiados. Los miembros del orden senatorial ocupaban las altas magistraturas; los del orden ecuestre, formarán parte de la oligarquía ciudadana; y los del orden decurional ocuparán las magistraturas municipales. La plebe estará formada por campesinos y artesanos, que con frecuencia ingresarán en el ejército como forma de obtener un salario y poder acceder a la propiedad de la tierra una vez licenciados. Los esclavos serán empleados en la agricultura, las minas, los talleres artesanales y el servicio doméstico; la mayoría eran prisioneros de guerra y transmitían su condición a su descendencia. 2 El legado cultural y artístico de Roma ha sido muy grande. Tenemos importantes literatos de origen hispano como Lucano y Marcial; el tratadista agrícola Columela; y sobre todo, el filósofo Séneca, preceptor de Nerón. En Itálica nacerán los emperadores Trajano y Adriano. Se extendió la religión romana de numerosos dioses, así como el culto al emperador, pero también otros dioses de origen oriental como Mitra o Cibeles. El cristianismo se difundió a partir del s. II. En el arte, el carácter práctico de los romanos se manifiesta en la existencia de numerosos teatros, anfiteatros, termas y foros. Como conjuntos monumentales destacan los de Mérida –Badajoz- e Itálica – Sevilla-. Sobresalen además, el puente de Alcántara sobre el río Tajo, los acueductos de Segovia y de los Milagros, en Mérida (de influencia en los arcos de la mezquita de Córdoba), el puente de Córdoba, o el arco de triunfo de Medinaceli –Soria-. Las villas –casas de campo con distintas dependencias para producción agraria- como la de Almedinilla –Córdoba-, presentan numerosos mosaicos de pequeñas teselas, de los que también abundan muchos en la ciudad de Córdoba y la provincia. 3 Resumen tema 2: LAS ENTIDADES POLÍTICAS MEDIEVALES. ORIGEN, EVOLUCIÓN Y DIVERSIDAD CULTURAL 1. AL-ANDALUS 1.1. Invasión y conquista de la Península La conquista de la Península Ibérica es un episodio más de la expansión de los musulmanes. En 711 un ejército formado por árabes, pero mayoritariamente por bereberes vence al último rey visigodo, Don Rodrigo, en la batalla de Guadalete, que desemboca en El Puerto de Santa María. Lo dirige Tariq. Al año siguiente, Muza empieza la que será una rápida ocupación de la Península. La entrada de los musulmanes se habría producido por la traición de un ofendido conde don Julián. Y la rapidez de la conquista tiene varios factores: la lucha por el poder entre don Rodrigo y Agila II; el descontento de los campesinos con las cargas fiscales; y de los judíos por las persecuciones de que eran objeto. Además, los musulmanes mantenían el autogobierno de las ciudades y las propiedades de los que se rendían. El avance musulmán termina con las derrotas ante don Pelayo en Covadonga –Asturias- (722) y Carlos Martel, rey franco, en Poitiers (732). 1.2. La evolución política de al-Andalus Los musulmanes llamaron al-Andalus al territorio conquistado, fuese cual fuese su extensión en cada momento. La primera etapa es el emirato o waliato dependiente de Damasco (711-756). Fue un periodo de guerras internas por la heterogeneidad de la población musulmana. La capital estará en Córdoba. El emirato independiente va de 756 a 929. Surge al huir Abderramán I, de la matanza que sufre su familia, de la dinastía Omeya en Damasco, a manos de los abasíes o abasidas, y tomar el poder en Córdoba. El periodo debe hacer frente a una serie de revueltas como las de Omar Ibn Hafsum, muladí asentado en Bobastro –Málaga-, y protagonista de la batalla de Poley en 891 frente al emir Abdallá. Abderramán III consigue finalmente derrotar a los sublevados y se autoproclama califa, máxima autoridad civil y religiosa, en el año 929. Será ya totalmente independiente del califato de Bagadad. El Califato de Córdoba (929-1031) será el periodo de máximo esplendor de los musulmanes en la Península. Abderramán logra detener el avance cristiano hasta la línea del Duero, y refuerza el control sobre el norte de África. Almanzor, primer ministro a fines del siglo X, asume todo el poder ante un califa sin personalidad. Realiza importantes razzias –campañas primaverales para obtener botines- llegando hasta Santiago de Compostela. A su muerte habrá rápida sucesión de califas, y en 1031 un asamblea de notables de Córdoba decide la disolución del califato. El periodo que sigue al califato se conoce como los reinos de taifas (1031-1085), con distintos reinos menores en al-Andalus, enfrentados continuamente entre ellos, y que debían pagar parias o tributos a los reinos cristianos. Ante la conquista de Toledo en 1085 por Alfonso VI, los andalusíes piden ayuda a los almorávides, pueblo de fuerte carácter militarista y fanático, que había formado un vasto imperio en el norte de África. Someterán todos los reinos de taifas y establecerán la capital en Sevilla. La relajación almorávide y la presión cristiana y revueltas internas, hace que otro pueblo bereber norteafricano, los almohades (1146) conquisten el territorio. Es un pueblo también muy riguroso en lo religioso. El principio del fin de su dominio estará en la derrota de las Navas de Tolosa (1212) ante una coalición cristiana dirigida por Alfonso VIII, y que abrirá las puertas del valle del Guadalquivir a los cristianos. Así, Fernando III el Santo tomará Córdoba en 1236 y Sevilla en 1248. Los aragoneses, por su parte, conquistarán Valencia y Baleares. El reino nazarí de Granada será el último periodo de dominio islámico (mediados s. XIII hasta 1492). Englobará aproximadamente las actuales provincias de Almería, Málaga y Granada. Deberá pagar fuertes tributos a los cristianos para mantener su independencia. Boabdil, último rey nazarí, en un contexto de luchas internas musulmanas, y el afán de los Reyes Católicos de unificar a nivel religioso y político la Península, determinarán su fin. 4 1.3. La organización política y económica. La organización social. La cultura y el arte Mientras duró la dependencia del califato Damasco el máximo mandatario era el walí o gobernador. Con Abderramán I, a partir de 756, se hablará de emir o rey. El territorio de al-Andalus se dividía en coras, al frente de las cuales había un visir. Las ciudades musulmanas tenían una activa vida comercial y artesanal. Introdujeron nuevos cultivos como el arroz, frutales y cultivos industriales como el algodón, seda, caña de azúcar, morera, plantas aromáticas y las palmeras. También introdujeron nuevas técnicas en los cultivos y en los sistemas de riego (noria, acequia y alberca son palabras árabes). La ganadería ovina, caballar, la producción de miel y de gusanos de seda serán sectores importantes. Por otro lado, en cuanto a producción artesanal era importante la producción de paños de seda, la orfebrería y el cuero (cordobanes y guadamecíes cordobeses). Todo ello se comercializaba en los zocos y alcaicerías, generalmente dentro de la medina, aunque las afueras o arrabales también adquirieron importancia ante el crecimiento de la población. Tanto la producción artesanal, agrícola o ganadera, así como en su plasmación en la cocina, todavía hoy día está impregnada Andalucía. La organización social era compleja. Aparte de árabes y bereberes nos encontramos con sirios y eslavos (que llegaron como esclavos) dentro de los musulmanes. Los mozárabes serán cristianos viviendo en territorio islámico. Los judíos vivirán en las juderías, como las de Córdoba o Toledo, que con otras muchas forman hoy día parte de la Red de Juderías de España. Todas las esferas de la vida cotidiana se dictan en el Corán o libro sagrado. En cuanto a la cultura, el árabe es la lengua oficial. En el arte utilizan el arco de herradura, prohíbe la representación de figuras animales y humanas, y es un arte de gran riqueza decorativa. Los edificios principales son la mezquita y el palacio, y a nivel defensivo, la alcazaba y la torre albarrana o torre vigía. 2. LOS REINOS CRISTIANOS 2.1. Primeros núcleos cristianos y consolidación de los reinos Al norte quedó sin conquistar una estrecha franja montañosa donde surgieron los primeros núcleos de resistencia al Islam. El reino astur se organizó a raíz de la batalla de Covadonga (722) que gana don Pelayo a los musulmanes. Establecerá su capital en Oviedo. Alfonso III extenderá la frontera hasta la línea del Duero. En el siglo X la capital del reino astur se trasladó a León, siendo el principio del reino de León, engrandecido con el condado de Castilla, independiente con el conde Fernán González. En el siglo IX, en el Pirineo occidental y central surge el reino de Navarra con Sancho Garcés I, y en el Pirineo central, en torno a Jaca, el condado de Aragón. En el Pirineo oriental, a fines del s. VIII se constituyó la Marca Hispánica, un conjunto de condados gobernados por familias francas para hacer frente a los musulmanes. Entre los siglos XI a XIII se da una segunda etapa de Reconquista, conquistando Alfonso VI Toledo en 1085. Con la victoria de las Navas de Tolosa (1212) sobre los almohades, la coalición cristiana liderada por Alfonso VIII abrirá el valle del Guadalquivir, que Fernando III el Santo incorporará a la Corona de Castilla. Poco después, Alfonso X conquistará Murcia, paralizándose la Reconquista hasta 1492, por problemas económicos, luchas internas y conflictos dinásticos. Los reinos de Castilla y León se unificaron en el siglo XI, aunque vivió momentos desunido. El reino de Aragón, con Jaime I el Conquistador, se anexionará los reinos de Mallorca y Valencia en el s. XIII. La Corona de Aragón se abrió hacia el Mediterráneo, donde consiguió formar un imperio comercial y político. En los reinos de esta Corona –Aragón, Valencia, Mallorca y el principado de Cataluña-, se impondrá el pactismo entre el rey y los nobles, por el que estos reinos mantenían sus instituciones y leyes, y los reyes debían someterse a ellas. 2.2. Organización económica y social 5 La economía era de base agraria, destacando el cultivo de cereal de secano. También se dará la vid, el olivo, las hortalizas y frutales. Las técnicas de cultivo y aperos de labranza son rudimentarios. La agricultura de subsistencia favoreció la peste negra, especialmente dura en 1348, que originó una gran mortandad en toda Europa. En Castilla, la ganadería lanar adquirirá gran importancia por el comercio de la lana. Será una ganadería de trashumancia. El Honrado Concejo de la Mesta, bajo la protección de los reyes, adoptará decisiones sobre cañadas, regulará los pastos y decidirá sobre los litigios que se darán sobre todo entre agricultores y ganaderos. La repoblación es un proceso paralelo a la conquista. En el valle del Duero los reyes favorecieron que particulares, mediante la presura, pusieran en cultivo tierras sin dueño. Tras la conquista de Toledo en 1085 la repoblación se encargó a los Concejos de las ciudades y comarcas. En el siglo XII, las Órdenes Militares se encargaron de la repoblación del valle del Guadiana, con grandes extensiones de tierra. Y durante el siglo XIII, algunos privilegiados que habían tomado parte en la conquista del valle del Guadalquivir recibieron por el sistema de repartimiento, extensísimos terrenos. Todos estos sistemas de repoblación explican en parte el tamaño y la posesión de las parcelas agrarias hoy día. Aunque la economía es sobre todo agraria, algunas ciudades como Burgos, León y o Santiago de Compostela inician una economía urbana. Barcelona era ya en el siglo XI un centro de comercio marítimo poblado de tiendas y talleres artesanos. A este renacimiento urbano contribuyó el desarrollo de las peregrinaciones a la tumba del Apóstol Santiago, y con ella la entrada de numerosos artesanos y mercaderes. En cuanto a la población la mayoría eran cristianos de origen hispanogodo. Había moros reducidos a labores de servidumbre, y numerosos judíos en las juderías o aljamas. Muchos de estos judíos se convirtieron al cristianismo pasando a ser conversos o judeoconversos. La sociedad era estamental: nobleza, clero y pueblo llano. La nobleza colaboraba con el rey en el gobierno y era dueña de propiedades rústicas donadas por el rey como pago a sus servicios. Tenían ciertos privilegios. El clero era el otro estamento privilegiado. El resto eran la mayoría campesinos, en un principio la mayoría pequeños propietarios libres, pero que poco a poco, en muchos casos, cederán sus tierras a señores poderosos a cambio de protección (feudalismo). A partir del s. XI, dentro del pueblo llano, surgen los burgueses, llamados a desempeñar un papel protagonista en la edad contemporánea. Reciben su nombre de su asentamiento en las afueras de las ciudades o “burgos”, donde desempeñan actividades mercantiles y artesanales. 2.3. La cultura y el arte cristianos Lo más destacado es el arte Románico, a través de la expansión de la orden monástica de Cluny. Después, la orden del Cister propagará el estilo de austeridad y simplicidad en la vida monacal, que en arte dará lugar al arte cisterciense, de transición entre el Románico y el Gótico. Los monasterios, localizados en zonas rurales, eran los principales focos intelectuales y de difusión de la cultura, además de centro de producción agraria. Las peregrinaciones a Santiago de Compostela a raíz del descubrimiento del presunto enterramiento del apóstol Santiago, generarán un tráfico comercial y cultural que tendrá su principal vía en el llamado “camino francés”, que entrando en la península a través de los puertos de Roncesvalles – Navarra- y Canfranc –Huesca-, jalonan el camino de iglesias en forma de cruz latina y capillas con reliquias, además de albergues, hospitales, puentes, etc. La escultura románica tendrá la función de adoctrinar al pueblo iletrado, con un lenguaje apocalíptico (para con el miedo buscar el buen comportamiento). Los grandes tímpanos encima de las puertas estaban decorados con Dios todopoderoso en el Juicio Final, fundamentalmente. Obras maestras del arte románico, además del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela, son la catedral de Jaca, San Isidoro de León, San Martín de Frómista, San Vicente de Ávila y la Cámara Santa de Oviedo. El Gótico será el estilo de las grandes catedrales como las de Burgos, León y Toledo. La escultura sigue teniendo un fin didáctico, aunque las figuras tienen más movimiento y son más naturales. También aparecerán grandes edificios civiles: ayuntamientos, lonjas, universidades y palacios. 6 Resumen tema 3: LA MONARQUÍA HISPÁNICA. LA CREACIÓN DEL IMPERIO COLONIAL 1. LA MONARQUÍA DE LOS REYES CATÓLICOS Isabel llega al trono de Castilla tras una guerra civil al estimar una parte de la nobleza castellana que Juana (“la Beltraneja”) no era hija legítima del rey Enrique IV, sino del noble Beltrán de la Cueva. Por el tratado de los Toros de Guisando (Ávila), el rey nombra sucesora a su hermanastra Isabel, a condición de que esta se casara con Alfonso V, rey de Portugal. Pero Isabel se casará en secreto con Fernando de Aragón. Así, tras morir Enrique IV, en 1474, se da en Castilla una guerra dinástica entre Juana la Beltraneja, con el apoyo de Portugal, y los partidarios de Isabel, apoyada por Aragón. El tratado de Alcaçobas pone fin a la guerra en 1479. Ese mismo año Fernando el Católico es coronado rey de Aragón. Ambos reinos, Castilla y Aragón tendrán los mismos monarcas, pero mantendrían sus respectivas fronteras, leyes e instituciones. Para conseguir el propósito de unificar la Península conquistarán Granada y Navarra, y con un acuerdo matrimonial se unirá más tarde Portugal. La guerra de Granada se debe a motivaciones religiosas (unidad religiosa de la Península) y también motivaciones políticas y económicas. Granada tenía una economía próspera y pagaba impuestos a Castilla desde el s. XIII. En estos momentos vivía luchas intestinas entre Muley Hacen y su hijo Boabdil. Primero se conquistó Ronda y Málaga, Almería y Guadix. Finalmente Boabdil firma las capitulaciones de Santa Fe el 2 de enero de 1492 entregando la ciudad de Granada. Los musulmanes podrían conservar sus bienes, viviendas, lengua, religión, indumentaria y costumbres. Los Reyes Católicos son representantes típicos de una monarquía autoritaria, sentando las bases de un Estado moderno. Para ello: Sometieron a la nobleza, cuyo poder recortaron. Mermaron el poder de las ciudades al crear la figura del corregidor, representante de los reyes para controlar la actuación de alcaldes y regidores. Crearon la Santa Hermandad, especie de policía rural para velar por el orden público y la seguridad de los caminos. Consiguieron el control de la Iglesia, obteniendo del Papa el Patronato Regio, interviniendo en el nombramiento de los obispos; además de esto, expulsarán a los judíos en 1492, y crearán el Tribunal del Santo Oficio o Tribunal de la Inquisición para depurar cualquier separación de la iglesia católica, especialmente de los judeoconversos. Reforman la administración pública, creando los Consejos, que tendrán un carácter consultivo. Reorganizan la administración de justicia con las creaciones de las Chancillerías de Valladolid y Granada. Reorganizan la Hacienda. Y, por último, organizan un ejército permanente, que someterá a los nobles y obtendrá éxitos en las campañas de Granada e Italia. En cuanto a la política exterior, los Reyes Católicos aseguran las costas de posibles ataques musulmanes conquistando Melilla, Argel y Túnez. En Italia, El Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, nacido en Montilla, expulsará a los franceses del sur, tras las victorias de Ceriñola y Garellano. Terminarán además, la conquista de Canarias. 2. EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA Colón, que había estado mucho tiempo en Portugal conocía bien las aguas del Atlántico y los vientos alisios. Presenta el plan de buscar un camino hacia el oeste para llegar a las Indias, partiendo de la teoría de que la tierra era redonda. Para ello firma las capitulaciones de Santa Fe con los Reyes Católicos tras la conquista de Granada, nombrándosele almirante de la Mar Océana –Atlántico-, virrey de las tierras que se descubrieran y otorgándosele 1/5 de las riquezas que obtuviera. El 3 de agosto parte del puerto de Palos –Huelva- al frente de la nao capitana Santa María, siendo las carabelas Pinta y Niña pilotadas por los hermanos Pinzón. El 12 de octubre de 1492 tocó tierra en la isla de Guanahaní, que ellos llamaron de San Salvador, en el archipiélago de las Bahamas. Después exploraron Cuba y Santo Domingo. 7 En cuanto a las repercusiones del descubrimiento de América, destaca el fuerte impacto en las relaciones políticas, sociales y culturales de Europa. El Papa concederá a Castilla la soberanía sobre las tierras conquistadas con el fin de que las cristianizara. Por el Tratado de Tordesillas de 1494, una línea a 370 leguas de las islas Azores, dividirá el mundo el dos: el oeste de esta línea será para España, el este para Portugal. Con ello, una parte de lo que hoy es Brasil formaría parte del imperio portugués. Se promulgarán unas leyes protectoras del indio, gracias a la defensa que de ello hace el fraile Bartolomé de las Casas, frente a los que incluso negaban la condición humana de los indios. El descubrimiento también dio satisfacción a la curiosidad científica y geográfica por un territorio nuevo. Y respecto a las repercusiones económicas, el centro de actividad mercantil europeo se trasladó desde el Mediterráneo al Atlántico, a puertos como Amberes, y llegarán nuevos productos como la patata, el tomate, maíz, tabaco o cacao. En Andalucía, el descubrimiento traerá un gran auge económico y poblacional, sobre todo en Sevilla, sede de la Casa de Contratación que regulaba todo el comercio con América, y al monopolio de su puerto en el Guadalquivir para realizar ese comercio. Sin embargo, el oro y la plata americanas se destinó más a adquirir tierras, casas o bienes de consumo, y a pagar las guerras en las que estaban inmersas los reyes españoles en Europa, y no se destinó a inversiones productivas. Fue una gran oportunidad perdida para sentar las bases de un firme desarrollo. 3. LA ESPAÑA DE LOS AUSTRIAS 3.1. Carlos I de España, emperador Carlos V de Alemania Carlos I era hijo de Juana la Loca, hija de los Reyes Católicos, y de Felipe I el Hermoso de Habsburgo, heredero de la casa imperial de Austria. Con él empezará la dinastía de los Austria. Tendrá distintos territorios en Europa (Austria, Borgoña, Flandes –Bélgica y Holanda-, Nápoles y Sicilia, entre otros), que junto a las posesiones americanas harán que España ejerza una clara hegemonía en Europa hasta mediados del siglo XVII. Nacido en Gante –Bélgica-, Carlos llega a España en 1519, con 19 años, sin saber castellano. En política interior lo primero que hará es pedir dinero a las distintas Cortes para hacerse coronar emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Esto, unido a que llega rodeado de políticos flamencos –belgas-, hará que tenga que sufrir la rebelión de las Comunidades de Castilla. Los principales comuneros serán Padilla, Bravo y Maldonado. Vencidos en Villalar (1521) –Valladolid- se acabará la rebelión. También hará de hacer frente a la sublevación de las Germanías, en el reino de Valencia, en la que los gremios culpaban de sus dificultades económicas a los nobles, a los moriscos y a la ausencia del rey. No volverá a tener problemas interiores en el resto del reinado. En política exterior deberá afrontar tres grandes problemas: la rivalidad con Francia, la cuestión protestante, y la presión de los turcos. Con Francia rivalizará con su rey Francisco I; el rey español reclama Borgoña y el Milanesado –con Milán como centro-, y el francés el Rosellón. España vence en la batalla de Pavía y Francisco I es hecho prisionero, aunque no se resolverá nada. El protestantismo predicado por Lutero se extenderá por Alemania. Carlos tratará de resolverlo negociado en las dietas –Cortes- imperiales pero al final se produce el enfrentamiento armado contra la Liga de Esmalcalda de los príncipes protestantes. Vencedor en la batalla de Mühlberg, firmará con ellos la Paz de Augsburgo, según la cual los alemanes serían protestantes o católicos según fuera la religión de su príncipe. Bajo el problema religioso subyacía, en realidad, el descontento de los príncipes alemanes de control por parte de Carlos V. A los turcos tuvo que frenarles a las puertas de Viena, y conquistar Túnez para controlar el Mediterráneo occidental. En 1556 Carlos dejó el imperio a su hermano Fernando y el resto de posesiones a su hijo Felipe II, retirándose al monasterio de Yuste –Cáceres-. 3.2. Felipe II Heredará las posesiones españolas, más América, los Países Bajos y los territorios italianos (Milanesado, Cerdeña, Nápoles y Sicilia). Será un rey muy trabajador, muy observador de la religión y obsesionado por controlar todo. En política interior tendrá el problema de la rebeldía de su hijo Carlos, al que terminará encarcelando y morirá pronto. Más grave será el conflicto en los Países Bajos, de importancia estratégica y riqueza comercial para el imperio español. El conflicto no terminará ni con la dura 8 represión de los tercios españoles al frente del Duque de Alba, ni con la mayor permisividad de Juan de Austria, hermanastro de Felipe II. En Granada hará de hacer frente a la rebelión de los moriscos en la conocida como rebelión de las Alpujarras. Habiendo sido obligados a bautizarse y hacerse cristianos, la inmensa mayoría continuó fiel al Islam por lo que fueron perseguidos por la Inquisición. Ante esta presión se rebelaron pero fueron vencidos, muchos muertos y otros muchos dispersados por el resto de España. Felipe II radicalizó su religiosidad, acentuando su lucha contra el protestantismo, prohibiendo la difusión de libros dudosos y estudiar en universidades que no fueran de su imperio. En política exterior hereda la rivalidad con Francia, a la que vence en la batalla de San Quintín en el día de San Lorenzo, por lo que a este santo dedica el Monasterio de El Escorial. La paz significará confirmar la hegemonía española. Contra los turcos, unido en la Liga Santa con Génova, Venecia y el Papado, logra la importante victoria de Lepanto, con lo que el Mediterráneo occidental queda libre del peligro turco. Por otro lado, Felipe II recibe en herencia Portugal por ser hijo de Isabel de Portugal. Contra Inglaterra envía una gran armada, que será conocida como la Armada Invencible. La enviará intentando invadirla para frenar la persecución anticatólica de la reina Isabel I y las acciones de los piratas ingleses sobre las costas españolas y de las Indias. Un fuerte temporal fue responsable principal de su clamorosa derrota, 4. EL IMPERIO AMERICANO La conquista y colonización de América fue obra de hidalgos (algunos de los más importantes, extremeños) al frente de ejércitos en su mayor parte de gente pobre en busca de fortuna. Hernán Cortés conquistará el México de los aztecas. Francisco Pizarro y Diego de Almagro, con fuertes enfrentamientos entre ellos, conquistarán el imperio inca con capital en Cuzco. Núñez de Balboa llegará a lo que él llamo mar del Sur (Océano Pacífico). Por su parte, Magallanes comenzó y Juan Sebastián Elcano terminó la primera vuelta al mundo, demostrando la forma esférica de la Tierra. El territorio se organizó en dos virreinatos, el de Nueva España (Méjico) y el de Perú. Se subdividían en Audiencias, con atribuciones administrativas y de justicia. En España la Casa de Contratación atendía todos los asuntos comerciales, y el Consejo de Indias centralizaba todos los asuntos americanos de gobierno y ejercía de alto tribunal. A nivel económico, en las Indias se instituyeron la encomienda y la mita. La encomienda consistía en poner a disposición de un colono o encomendero un grupo de indios, utilizados como mano de obra gratuita a cambio de la obligación de instruirlos en la fe católica. Los abusos originaron críticas sobre todo de fray Bartolomé de las Casas. La mita era una práctica inca que obligaba a los indios a trabajar en las minas. Las guerras por la conquista, el trato a los indios en la colonización y las enfermedades llevadas por los españoles hicieron que se produjeran grandes mortandades. 5. LA CRISIS DEL SIGLO XVII. LOS AUSTRIAS MENORES Felipe III (1598-1621), Felipe IV (1621-1665) y Carlos II (1665-1700) fueron monarcas débiles que dejaron el gobierno personal en manos del valido, favorito del rey. Felipe III era bienintencionado pero de limitada capacidad. Era pacifista y encuentra una coyuntura favorable en que Inglaterra y Francia cesan su belicosidad. Con Holanda firma la Tregua de los Doce Años. No obstante, termina entrando en la Guerra de los Treinta años, desencadenada en 1618. Su valido fue el duque de Lerma. En su reinado se expulsó a los moriscos, en 1609, con consecuencias demográficas y económicas muy graves, especialmente en la agricultura en la que eran especialistas, y que afecto fundamentalmente a las regiones de levante. Felipe IV era hombre culto y también de buenas intenciones, pero abúlico como su padre. El condeduque de Olivares será el valido omnipotente. Continúa la guerra con Holanda, a la que terminará dando la independencia. Contra los franceses sufre la definitiva derrota de Rocroi. La Paz de Westfalia, en 1648, que pone fin a la Guerra de los Treinta Años, supone el fin de la hegemonía española en Europa. Con Francia seguirá la guerra, firmando en 1659 la Paz de los Pirineos. En ella perdemos el Rosellón y la Cerdaña y se fijan las fronteras actuales en los Pirineos, la frontera más antigua de Europa. Felipe IV hará de hacer frente, en 1640, a movimientos secesionistas en Portugal y Cataluña al querer que todos los reinos contribuyeran con los mismos soldados que Castilla (Unión de Armas). En Cataluña 9 había malestar por la presencia de soldados castellanos, produciéndose la sublevación del llamado Corpus de Sangre. En Andalucía también hay un tímido intento separatista con el marqués de Ayamonte y el duque de Medina-Sidonia. Carlos II, el Hechizado, simbolizará la degeneración de la dinastía de los Austria y será su último representante. Sin descendencia, en la Corte habrá conspiración entre el partido francés contra el austriaco, por conseguir que el rey nombrara sucesor a su protegido. Carlos II, opta por Felipe de Anjou, de la casa de Borbón, nieto del rey francés. Su muerte en 1700 trajo como consecuencia el enfrentamiento entre los dos bandos en la llamada Guerra de Sucesión. El siglo XVII verá en España un considerable retroceso de la producción y el comercio, a lo que se añadirán catástrofes demográficas con la suma de la migración hacia las Indias, la expulsión de los moriscos, las guerras y las epidemias de pestes bubónicas. Se da una crisis moral y se acentúa la picaresca. A ello se añade la drástica reducción de metales de América. No obstante, en el último tercio de siglo se observa indicios de recuperación. En contraste con todo ello, España va a vivir en el siglo XVII el momento más esplendoroso de su historia cultural. Nunca las letras y las artes han brillado tanto, llegando a conocerse este siglo como el Siglo de Oro. La labor de las universidades y colegios el siglo anterior fue importante. Como escritores destacarán Cervantes, Lope de Vega, Quevedo y Calderón de la Barca. Como artistas, Alonso Cano (escultor, pintor y arquitecto), y los pintores Ribera, Murillo, Zurbarán y, sobre todo, Velázquez. Este arte estuvo al servicio de las monarquías, para proclamar su grandeza, y de la Iglesia católica para propagar su doctrina y defender la Contrarreforma. 10 Tema 4 CARACTERÍSTICAS POLÍTICAS, ECONÓMICAS Y SOCIALES DEL ANTIGUO RÉGIMEN. LA POLÍTICA CENTRALIZADORA DE LOS BORBONES El Antiguo Régimen va desde el siglo XV hasta fines del siglo XVIII; se corresponde, por tanto, con la Edad Moderna. El nombre le viene dado por los revolucionarios de la Revolución Francesa de 1789, para referirse al régimen que trataban de derrocar y cuyas características vemos a continuación. En lo político se caracteriza por un creciente poder de la monarquía, que primero se convertirá en monarquía autoritaria, doblegando a la nobleza pero todavía sometida a las Cortes; y después se convertirá en monarquía absoluta, sin ningún obstáculo a su poder. La población. Características sociales La población crece muy lentamente debido a las crisis sufridas como consecuencia del hambre y la enfermedad, aparte de las guerras continuas. Al principio de la Edad Moderna se estiman para España unos cinco millones y medio de habitantes, mientras que el censo de Floridablanca, a fines del XVIII, da una cifra de casi 11 millones de habitantes. Los bajos rendimientos agrícolas, unido a una climatología caprichosa explican las terribles hambrunas que provocaban amplias mortandades. En lo social, se trata de una sociedad estamental, donde la nobleza y el clero son los estamentos privilegiados, y el pueblo llano el no privilegiado. No son estamentos homogéneos, y se accede a ellos por nacimiento, salvo en raras excepciones (recompensa del rey, compra de títulos o casamientos para acceder a la nobleza). Lo que marcaba las diferencias sociales no era la riqueza sino los privilegios: la ley no era igual para todos, y así los privilegiados no podían ser encarcelados por deudas, no pagaban impuestos y no podían ser castigados con penas corporales. Entre los estamentos privilegiados estaba mal visto el trabajo manual. Entre los privilegiados, en la nobleza tenemos la alta y baja nobleza. La alta era un grupo muy reducido, con gran poder económico. Vivían de las rentas que les proporcionaban sus dominios señoriales. Estas propiedades estaban sometidas a la institución del mayorazgo, según la cual el primogénito heredaba el patrimonio familiar, con el propósito de mantenerlo indiviso. Los segundones – no primogénitos- engrosaron las filas del clero y del ejército. Muchos de estos nobles hidalgos vivieron con graves dificultades económicas, como queda reflejado en la literatura de la época (El Buscón, El Lazarillo…) En el estamento eclesiástico también distinguimos entre alto y bajo clero. En el primero están los cardenales, obispos, priores y abades, con elevadas rentas que les permitía tener un alto nivel de vida, ejerciendo el mecenazgo o sostener instituciones de beneficencia. El bajo clero, curas y frailes vivían en condiciones generalmente difíciles. Los no privilegiados constituían el 80 % de la población. Se les conocía como pecheros porque pagaban impuestos o pechos. Es un grupo muy heterogéneo: va desde los grandes mercaderes y banqueros, es decir la gran burguesía de negocios, hasta mendigos. Los campesinos, la mayoría, viven en muchas ocasiones en condiciones miserables. También tenemos a artesanos, comerciantes. Existe también una minoría de moriscos, musulmanes que siguen viviendo en España, buenos agricultores, que serán expulsados en 1609 por Felipe III. La burguesía tratará de conseguir por todos los medios un título de nobleza, que a veces conseguirán como pago de la corona a sus deudas con ellos, o por matrimonio con la hija de un noble. Características económicas La economía es fundamentalmente agraria, rural, en la que las condiciones de vida eran muy difíciles, las técnicas muy atrasadas y los rendimientos muy sometidos a los avatares climáticos. Grandes masas de campesinos trabajaban las tierras de los señores y el clero, que concentraban gran parte de la propiedad de la tierra, mientras que escaseaban los pequeños y medianos propietarios. La pérdida de cosechas provocaba grandes hambrunas o crisis de subsistencia. Los cultivos principales son la trilogía mediterránea: trigo, olivo y vid. Los rendimientos eran muy bajos y una parte se dejaba en barbecho, desperdiciando terreno de cultivo. 11 La ganadería ovina, sobre todo en la corona Castilla tuvo gran importancia. La lana de la ovena merina, de excelente calidad, era dedicada en su mayor parte a la exportación, constituyendo la principal fuente de divisas del reino. El principal centro comercial fue Medina del Campo (Valladolid), y se exportaba por los puertos del Cantábrico. Las actividades artesanales satisfacían fundamentalmente la demanda local, siendo escaso el comercio exterior, aunque los paños, sedas o armas blancas eran una excepción. El comercio contaba con pocas vías de comunicación además de ser inseguras por los salteadores de caminos. Había también una notable actividad pesquera e industria de salazón. La construcción de barcos también fue importante. Tejedores, curtidores, carpinteros, sastres, zapateros, plateros, sederos o escultores eran algunos de la infinidad de oficios artesanos que satisfacían la demanda de la aristocracia y del alto clero. Las actividades artesanales estaban muy controladas por los gremios, que contaba con maestros, oficiales y aprendices, y que fijaban los precios y la cantidad de la producción. En un día fijado existían mercados locales o comarcales, y a mayor escala se daban las ferias, algunas especializadas en determinados productos, y donde se reunión los grandes mercaderes y se realizaban importantes operaciones financieras. El comercio marítimo con América a lo largo del siglo XVI alcanzó. volúmenes importantes. Características políticas La monarquía pasó de autoritaria a absoluta. El poder monárquico tenía origen divino y el rey solo era responsable de sus actos ante Dios. La corte itinerante de los Reyes Católicos se convirtió en fija, designando Felipe II a Madrid como su capital, si bien Felipe III la trasladó temporalmente a Valladolid. En torno al rey, los secretarios gozaban de la confianza del monarca y sus principales funciones eran estudiar los asuntos del gobierno y asesorar al soberano. En el siglo XVII, los validos ejercerán el poder en nombre del monarca, que hacen dejación de sus funciones. Con los Austrias, los Consejos se convierten en pieza fundamental del gobierno; elaboraban propuestas que elevaban al monarca y estudiaban las consultas que éste sometía a su consideración. Los más destacados fueron el de Castilla, el de Indias o el de la Inquisición. Al Consejo Real se le dará el nombre de Consejo de Estado, que mantiene hoy día. En cada uno de los reinos o territorios había un gobernador, que en algunos casos recibía el nombre de virrey y que ejercía las funciones en nombre del rey. Cada reino tenía unas Cortes como órganos de gobierno particulares. La representación era por estamentos: nobleza, clero y la burguesía de las ciudades. Se les llamaba procuradores. Incluso en la monarquía absoluta se necesitaba de su aprobación para imponer servicios económicos extraordinarios, aunque su papel irá decayendo. A nivel judicial las Chancillerías de Valladolid y Granada ocupan el nivel más alto. Había distintas salas que entendían de distintos asuntos. Por debajo estaban las audiencias. En ambos casos los jueces recibían el nombre de oidores. Los municipios estaban gobernados por cabildos municipales. El territorio que rodeaba el casco urbano se llamaba alfoz y también estaba dentro de su jurisdicción. Las poblaciones podían ser de realengo o de señorío. En las de realengo, desde los Reyes Católicos, el corregidor, representante de los reyes, controla la actuación de los miembros del cabildo, llamados regidores. En las poblaciones de señorío el cabildo estaba presidido por el alcalde mayor, nombrado por el señor titular del señorío. El gobierno municipal se encargaba de los abastos públicos de productos básicos como el trigo o la carne; controlaba los pesos y medidas; mantenía los pósitos o graneros municipales para evitar desabastecimientos o la especulación en momentos de escasez; también administraba bienes municipales de todos los ciudadanos llamados bienes de propios y bienes de comunes. La llegada de los Borbones. Su política centralizadora Los Borbones sustituirán a los Austria a raíz del testamento de Carlos II a favor del duque de Anjou, nieto de Luis XIV, rey de Francia. Inglaterra, Holanda y el Imperio Austríaco no verán con buenos ojos que los Borbones reinasen a ambos lados de los Pirineos. Por eso apoyarán al archiduque Carlos de Austria, hijo del emperador Leopoldo I, y bisnieto al igual que Felipe de Anjou, del rey Felipe IV. Así daría comienzo la guerra de Sucesión. Castilla apoyará a Felipe V, mientras que la corona de Aragón lo hará con el archiduque. 12 Tras varias vicisitudes entre las que se encuentran que las tropas del archiduque entraron por dos veces en Madrid, Felipe V conservará el trono. Como batallas importantes en su favor están las de Almansa, Brihuega y Villaviciosa. Pero el hecho de que el archiduque heredara el título imperial le hizo perder el apoyo de Inglaterra que renegaba de su engrandecimiento, y fue la razón principal del fin de la guerra. Por las paces de Utrecht y Rasttatt (1714) Felipe V entregaba al Imperio los dominios europeos de la monarquía hispánica –Países Bajos, Milán, Nápoles, Sicilia y Cerdeña-; Gran Bretaña se quedó con Gibraltar y Menorca y consiguió el navío de permiso por el que un barco inglés podía comerciar con América, además del “asiento de negros”, que le permitía ejercer el comercio de esclavos con la América española. Por los Decretos de Nueva Planta, la corona de Aragón –Aragón, Cataluña, Valencia y Balearesverán derogados los fueros y privilegios y quedarán sujetos a las mismas leyes que la corona de Castilla, como castigo por haberse rebelado contra Felipe V. Desparecen las Cortes de cada uno de los reinos. Felipe V establece un estado centralizado a semejanza del francés. En lugar de virreyes se establece los capitanes generales. Las Cortes dejan de ser activas y desaparecen los Consejos surgiendo la figura del ministro. Destacarán Patiño con Felipe V, el marqués de la Ensenada con Fernando VI, y el conde de Aranda y el conde de Floridablanca con Carlos III. Se establecen los intendentes como representantes de la autoridad real en cada una de las provincias. En cuanto a la economía y la sociedad, el siglo XVIII fue un siglo de recuperación. Desparecen las grandes epidemias. El poder del Honrado Concejo de la Mesta decrece con la llegada del reformismo y las críticas de los ilustrados. Jovellanos publicará su “Informe sobre la Ley Agraria” analizando los problemas y aportando soluciones al problema agrario. En la mitad sur crecerá de forma importante el olivar y la vid. Las actividades artesanales se vieron impulsadas al desparecer algunas trabas gremiales e ir difuminándose el rechazo a los oficios mecánicos. La burguesía de los negocios –banqueros y grandes comerciantes- escaló posiciones sociales. Gran parte de la segunda mitad del siglo XVIII, al menos hasta 1789 (fecha de la Revolución Francesa) está impregnado por el pensamiento de la Ilustración y las consecuencias del mismo: el reformismo y el Despotismo Ilustrado. Para los ilustrados el criterio de la Razón debía imponerse al de autoridad; también habrá un enfrentamiento con la autoridad eclesiástica. Bajo el lema “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”, el Despotismo Ilustrado, monarquía absoluta bajo la influencia de los ilustrados, iniciará un programa de reformas de las costumbres y de la producción agraria e industrial encaminadas al bienestar de los súbditos. Felipe V se verá presionado por su segunda mujer, Isabel de Farnesio para que recuperase parte de los territorios cedidos en Utrecht y que sirviesen para que sus hijos pudiesen reinar. Así, Felipe buscará a través de los Pactos de Familia la alianza con Francia. Así, el hijo mayor tenido con Isabel, Carlos, se convertirá en rey de Nápoles y más tarde en Carlos III de España. Felipe V, de personalidad depresiva, abdicará en su hijo Luis I, cuyo reinado duró solo unos meses. Vuelve Felipe hasta 1746. Le sucede su hijo Fernando VI, casado con la princesa portuguesa Bárbara de Braganza. Abandonará la política belicista de su padre e iniciará una serie de reformas interiores como la mejora de la marina con la creación de los astilleros de El Ferrol, Cartagena y San Fernando. Pero lo más destacado es la elaboración de un catastro para establecer un impuesto único, la Única Contribución, que sustituyese a la multitud de impuestos existentes. El promotor de este proyecto es el marqués de la Ensenada, y supuso una impresionante recogida de datos sobre la población, los cultivos, las actividades económicas o la propiedad de la tierra, aunque no se llegó a poner en marcha la Única Contribución. Carlos III (1759-1788) fue el mayor reformista y el más claro exponente del Despotismo Ilustrado en España. Llegó rodeado de ministros italianos. Acometió numerosos cambios para modernizar Madrid: pavimentación, alcantarillado, redes de agua o alumbrado público, y se construyeron grandes edificios públicos como el Jardín Botánico, la Puerta de Alcalá, el edificio del museo del Prado o la emblemática fuente de la Cibeles. Por todo ello será conocido como el “mejor alcalde de Madrid”. Contra uno de sus ministros italianos, Esquilache, se dará un motín al dar la orden de recortar las capas y los sombreros que ayudaban al ocultamiento de malhechores. En el motín en realidad subyacía el descontento por el encarecimiento del pan. El rey destituye a Esquilache pero sigue con su política de reformas con los ministros Aranda, Campomanes o Floridablanca. Una de las empresas reformistas más peculiares fue la colonización de Sierra Morena, en lo que será conocido como las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena, con capital en La Carolina –Jaén-, y las Nuevas Poblaciones de Andalucía, con capital en La Carlota y donde destaca también La Luisiana (Sevilla). El proyecto fue dirigido por Pablo de Olavide y tenía como fin poblar zonas despobladas y 13 restringir el bandolerismo. La colonización se hizo con colonos extranjeros, alemanes fundamentalmente, para no despoblar otras zonas de España. Debían ser católicos, aunque no se cumplió en todos los casos. Se les daba un lote de tierra, aperos de labranza, algunos animales, algo de dinero y la exención de impuesto durante algún tiempo. Los problemas iniciales fueron grandes y la mortandad elevada. En el reinado de Carlos III se produjo también la expulsión de los jesuitas, al considerárseles instigadores del motín de Esquilache, aunque en el fondo estaba su pensamiento de que el poder papal estaba por encima del absoluto del rey. Para impulsar el espíritu ilustrado surgieron las llamadas Sociedades Económicas de Amigos del País, que pondrán en marcha proyectos que mejorasen la educación, la industria y la agricultura. Para ello fomentaban la enseñanza de las llamadas “ciencias prácticas y artes útiles” y promovieron concursos para estimular la laboriosidad y el ingenio. 14