La Historia de las Matemáticas en la Educación Universitaria Ana Isabel Busto Caballero* Meri E. Calvo Martín* Mª del Carmen Escribano Ródenas** * Dpto. de Economía Financiera y Contabilidad I Facultad de CC. Económicas y Empresariales Universidad Complutense de Madrid Campus de Somosaguas. 28223 MADRID Tfno.: 91.394.25.70 ** Dpto. Métodos Cuantitativos para la Economía Facultad de CC. Económicas y Empresariales Universidad San Pablo- CEU C/ Julián Romea, 23 28003 Madrid Tfno.: 91.456.63.00 ext. 365 E-mail: escrod@ceu.es Resumen: Denis Guedj (2.000), en su libro “El teorema del loro” realiza la siguiente observación: “Jonathan, como todos los estudiantes del mundo, había estudiado a Tales en diversas ocasiones. En cada una de ellas, el profesor había hablado del teorema pero nunca del autor. En las clases de matemáticas nunca se hablaba de las personas sino de sus teorías. De vez en cuando se mencionaba a Tales, Pitágoras, Pascal o Descartes, pero eran solamente nombres, como los de una parada de metro o una marca de queso de quienes no se decía ni dónde ni cuando habían vivido. Las fórmulas, demostraciones y teoremas llenaban la pizarra sin indicar quién los había creado, como si existieran desde siempre... . Con ello se conseguía que los teoremas parecieran ... eternos” Muchos alumnos piensan que las Matemáticas son eternas y estáticas, que hablan de verdades inmutables y que en ellas todo está ya descubierto. Piensan que los matemáticos son como semidioses dedicados a una ciencia fría, extraña, poderosa e incomprensible para la mayoría de la gente. Pero …. ¿fomentamos nosotros esa idea dejando a un lado la Historia de las Matemáticas y dando la idea, por omisión, de que éstas son atemporales?, o por el contrario ¿contamos en nuestras clases las necesidades y los problemas reales que hicieron pensar e investigar nuevos métodos matemáticos a personas reales, con fecha y lugar de nacimiento?. Este trabajo pretende dar algunas ideas de cómo introducir pinceladas de historia en nuestras explicaciones diarias en el aula, a fin de intentar motivar a nuestros alumnos. Palabras Clave: Historia, didáctica, matemáticas, universidad. 1 La Historia de las Matemáticas en la Educación Universitaria Todos conocemos el rostro de Francisco de Quevedo, con su pelo largo y ondulado, sus grandes bigotes, su peculiar perilla, y como no, sus característicos impertinentes. Todos recordamos “El buscón”, como una de sus obras más conocidas. Francisco de Quevedo También reconocemos a Miguel de Cervantes, con su cara alargada, bigotes y barba a la moda de la época, vestido de negro y con los cuellos y los puños blancos y almidonados que se llevaban entonces y casi siempre con una pluma en la mano. Todos conocemos que su mejor obra “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha” es la mejor novela de la literatura universal. Miguel de Cervantes 2 Nos es familiar la cara de Beethoven, con su gesto particular de enfado, escribiendo la música que ya no podía oír, pero cuyas sinfonías reconocemos de inmediato, especialmente la quinta, la sexta o Pastoral y la novena. Ludwig van Beethoven Y como no recordar el rostro de uno de los mejores pintores de la historia, Francisco de Goya, con su paleta de pintor en una mano y su pincel en la otra como el mismo se autorretrató. Muchas de sus obras nos vienen a la mente con solo pronunciar su nombre. Francisco de Goya 3 Autores ilustres, famosos pintores, maestros de la música, son conocidos mundialmente, no sólo por sus excelentes obras, de las que todos disfrutamos y a las que todos admiramos, sino por ellos mismos, es decir, conocemos sus rostros y mediante ellos un poco de su personalidad de artistas. También conocemos algunos rasgos peculiares de su biografía y de su forma de pensar. Generalmente somos capaces de enmarcarlos en la época en que vivieron y vemos sus obras como grandes aportaciones a la cultura universal. Esto es así, por que desde que éramos pequeños, ya en la enseñanza primaria y más tarde en la secundaria, cuando se nos hablaba de autores literarios, pintores o artistas en general, no sólo se nos hablaba de sus obras, sino que se nos daba una visión general de la época en que éstas se crearon y cómo no, se nos contaba algo de la vida del autor: lugar y fechas de nacimiento y muerte, nombres y profesión de los padres, matrimonios e hijos si los tuvieron, referencias históricas, políticas y económicas de su época, costumbres y tendencias en el arte…También se nos cuenta lo que el autor ha aportado como innovación a la literatura, pintura o música, aquellos rasgos que le hicieron diferente a los demás artistas, aquello por lo que destacó e incluso en lo que se adelantó a su tiempo. Muchas veces, al hablarnos de un artista famoso se nos muestra un retrato o fotografía de él para que nos sea familiar su rostro y para que recordemos su expresión facial cuando estamos leyendo sus escritos o admirando sus obras. También se nos habla de sus intereses, inquietudes e incluso de sus vicisitudes en la vida, y todo ¿para qué?, para que nos transportemos a su tiempo y podamos ponernos en su lugar y así entendamos mejor su manera de expresión y sus obras. Para que veamos en él una persona de carne y hueso, como los demás, pero digna de conocer por su sensibilidad, porque puede aportarnos algo positivo para nuestra vida y porque quizás algunas de sus ideas recogidas en su obra ha hecho cambiar el curso de la historia de la humanidad, o del pensamiento humano. Esto es imprescindible para apreciar su obra en toda su extensión y en relación con la historia universal. Sin embargo, si preguntamos a algunos de nuestros alumnos universitarios en qué siglo vivió Pitágoras, cómo es el rostro de Gauss o de qué nacionalidad era Euler, no lo saben, ¿por qué?, porque no se les ha enseñado. Nunca su profesor de matemáticas les ha mostrado su foto ni ha dedicado un instante en clase a comentar algo referente a su vida, a su época o a su obra. ¿Y eso a qué es debido?, ¿es que son menos importantes los matemáticos que otros personajes destacados de la historia?, ¿es que acaso mucho de los profesores de matemáticas conocen a sus personajes ilustres? Lo que sucede en Matemáticas nos lo describe muy bien Denis Guedj (2.000),en su libro “El teorema del loro”, página 31 de la edición en español de la editorial Anagrama: “Jonathan, como todos los estudiantes del mundo, había estudiado a Tales en diversas ocasiones. En cada una de ellas, el profesor había hablado del teorema pero nunca del autor. En las clases de matemáticas nunca se hablaba de las personas sino de sus teorías. De vez en cuando se mencionaba a Tales, Pitágoras, Pascal o Descartes, pero eran solamente nombres, como los de una parada de metro o una marca de queso de quienes no se decía ni dónde ni cuando habían vivido. Las fórmulas, demostraciones y teoremas llenaban la pizarra sin indicar quién los había creado, como si existieran desde siempre, al igual que las montañas y los ríos, aunque ni las unas ni los otros fueran eternos. Con ello se conseguía que los teoremas parecieran aún más eternos que las montañas y los ríos. Las 4 matemáticas…. no eran como la historia, la geografía o la geología. Pero ¿Qué eran con exactitud? La respuesta no interesaba a la mayoría.” Para nuestros alumnos y para la mayoría de las personas “las Matemáticas son diferentes”. Muchos alumnos piensan que las Matemáticas son eternas y estáticas, que hablan de verdades inmutables y que en ellas todo está ya descubierto. Piensan que los matemáticos son como semidioses dedicados a una ciencia fría, extraña, poderosa e incomprensible para la mayoría de la gente. Pero …. ¿fomentamos nosotros esa idea dejando a un lado la Historia de las Matemáticas y dando la idea, por omisión, de que éstas son atemporales?, o por el contrario ¿contamos en nuestras clases las necesidades y los problemas reales que hicieron pensar e investigar nuevos métodos matemáticos a personas reales, con fecha y lugar de nacimiento?. ¿Somos como “la mayor parte de los matemáticos contemporáneos que muestra poco interés e incluso un cierto desprecio por la Historia de las Matemáticas y por sus historiadores”, pensando que ésta no sirve para nada, que “lo valioso de la matemática antigua ya está incorporado a la ciencia actual y como algo ya superado es mejor olvidarlo”? Son palabras textuales de R. Torija Herrera en el prólogo (página 9) del libro Arquímedes. Alrededor del Círculo, de la Editorial Nivola (1999). ¿Qué hacemos en nuestras clases?. Ya sabemos que uno de nuestros intereses es que nuestros alumnos aprendan técnicas matemáticas necesarias que les ayuden a resolver problemas con los que se enfrentarán en otras asignaturas de su carrera: estadística, econometría, macro y microeconomía…, pero también deberíamos desear que nuestras clases incentivaran el desarrollo integral del alumnado, es decir, tanto su desarrollo intelectual como cultural, y para esto podemos utilizar como instrumento la Historia de las Matemáticas. Desde hace algunos años las editoriales de los libros de texto para la Educación Secundaria se han empezado a interesar por la Historia de las Matemáticas y al principio o al final de los temas dedican una o dos páginas a hablarnos de ellas, es poco, pero lo podemos utilizar, pues pocas veces se enseña en los Institutos, lo podemos ampliar, podemos mandar hacer trabajos de investigación a nuestros alumnos, podemos dejar que hagan exposiciones orales de temas preparados por ellos de antemano. La historia de las cifras, de los sistemas de numeración, de los signos y el lenguaje algebraico, así como problemas clásicos que surgieron en diversas épocas, la vida y obra de matemáticos … todo vale, cualquier cosa que les haga ver que las Matemáticas son una ciencia fluida, siempre en movimiento, cautivadora y por supuesto que ha llevado a la humanidad a logros que eran impensables en otros tiempos, y que los matemáticos han influido y siguen influyendo en el avance y en la historia de la humanidad tanto o más que cualesquiera otros científicos, pensadores o artistas. Pero, ¿es serio hacer esto en una clase de Matemáticas Empresariales de 1º o 2º?, ¿no sería más propio de una clase de Enseñanza Secundaria? ¿Parecería serio si en medio de una clase Enseñanza Superior en la que apareciera por algún motivo el número π se les contara a los alumnos por qué al cociente entre la longitud de la 5 circunferencia y su diámetro se le dio el nombre de esa letra griega y quién, y en qué época le denominó así?. Es el cociente entre la longitud de cualquier circunferencia y su diámetro. l π= d El llamar a este número π viene de la palabra griega “peripheria” que, por ser griega, empieza por la letra π (la equivalente a nuestra letra P). Esta palabra significa circunferencia (la periferia del círculo) pero este nombre, π , no se lo dieron los griegos sino que lo empezó a usar, en el siglo XVIII, el gran matemático suizo Leonhard Euler. ¿Parecería apropiado que al hablar del criterio de Cauchy para la convergencia de series de términos positivos mostráramos a los alumnos un retrato del citado matemático y les habláramos un poco de su vida y obra? 6 Con muchas dudas y preguntas sobre el tema, pero siendo fieles a nuestra firme convicción de que la Historia de las Matemáticas debería ser más conocida, ya que hace a esta materia más viva, más dinámica y más cercana al alumno, y pensando que es bueno enseñarla en cualquier nivel de estudios: enseñanza primaria, secundaria y universitaria, decidimos poner en práctica nuestras ideas sobre el tema en este curso 2002/03, en las clases de Matemáticas Empresariales II en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid. Desde el primer día de clase contamos algo de Historia de las Matemáticas según ésta iba apareciendo en los temas que explicábamos. Recordamos la cara de asombro de los alumnos la primera vez que nos vieron desplegar en el aula un cartel con la cara de Cauchy después de haber anotado en la pizarra: “Criterio de convergencia de Cauchy”. Seguro que, ni ellos ni nosotras, olvidaremos esa clase. Al ver el retrato de lo que hasta ahora para ellos era tan sólo un teorema estudiado en secundaria: “ El teorema de Cauchy o generalización del teorema del valor medio”, se dieron cuenta de que tras el nombre, ya conocido por ellos, había una persona de carne y hueso que había estado viva en una cierta época, en este caso de 1789 a 1857 y que tenía un nombre de pila: Augustin Louis. Augustin Louis Cauchy La sensación fue semejante a la sentimos cuando nos enteramos que Serrano no es sólo una de las calles más caras de Europa por la que hemos paseado muchas veces, 7 sino que su nombre se debe a Pablo Serrano, escultor español de principios del siglo XX. A continuación les repartimos una fotocopia con un retrato en pequeño del citado matemático y un breve resumen de su vida y obra y les propusimos que, de manera voluntaria, ampliaran ese resumen y que, también voluntariamente, expusieran, en 10 o 15 minutos, sus trabajos ante sus compañeros. Claro, había que dar un valor a su esfuerzo, y, para ellos, lo único importante es la calificación final de la asignatura, así que les prometimos una subida de medio punto como máximo en su nota final. En las siguientes clases fueron conociendo a D´Alembert, Leibnitz, Newton,,,, Gottfried Wilhelm Leibniz y más tarde a Euler, Riemann, Barrow… Leonhard Euler Era digna de notar la expectativa que se creaba en el aula cuando se citaba por primera vez el nombre de un matemático que aún no estaba en su colección. Pedían con 8 la mirada el cartel con la foto y el resumen de su vida. Un emocionan silencio inundaba el aula hasta que por fin un …¡ahhhhh!…, rompía la magia del instante, cuando al fin, pausadamente, disfrutando del momento, les enseñabamos el poster con la cara del matemático que habíamos mantenido escondida hasta ese momento. Fue muy interesante la experiencia. Cuando en diferentes ocasiones volvíamos a citar a alguno de nuestros matemáticos conocidos, los alumnos escuchaban con más interés, como si el nuevo teorema que les presentaba hubiera sido escrito por un amigo o por un conocido de toda la vida que tenía algo importante que decirles. Le recordaban como persona, como alguien que se había tenido que esforzar para llegar a unos resultados importantes, les animaba la idea de que los genios también tienen que estudiar profundamente y dedicarse con ímpetu a su trabajo de investigación, valoraban más lo que estaban estudiando y veían las Matemáticas como una ciencia dinámica que reta a cualquier persona que quiera intentarlo a descubrir sus secretos, y, cómo no, ellos también podían participar, aunque fuera de manera sencilla, resolviendo los problemas que se les planteaban en clase. En este punto también trabajamos presentando problemas aún abiertos, como por 1 ejemplo la suma de la serie ∑ 3 que Euler no pudo resolver mientras que sí logró n 2 1 π sumar ∑ 2 = . 6 n A final de curso recogimos doce trabajos y tres alumnos se decidieron a exponerlos en clase. Una alumna que trabajó sobre la vida de Euler comentó lo interesante que le había parecido la Teoría de Grafos, antes desconocida para ella por completo y que se le habían abierto las ganas de investigar sobre ella. De hecho hizo una sencilla, pero muy interesante exposición de esta Teoría, utilizando transparencias y gráficos, que añadió a su trabajo sobre Euler. Conclusiones: Los más ilustres pintores, escritores, músicos …de la historia son conocidos no sólo por sus obras, sino también por sus rostros y biografía. Sin embargo, la mayor parte de los matemáticos, cuyos descubrimientos han cambiado el rumbo de la historia son verdaderos desconocidos, no sólo para la gente en general, sino lo que es peor para los estudiantes e incluso para algunos profesionales de esta ciencia. La Historia de las Matemáticas es una asignatura pendiente en todos los niveles de estudio, dando la falsa idea de que son estáticas y completas. El conocimiento de la Historia de las Matemáticas hace que el alumno las vea más cercanas y accesibles a la vez que fomenta su espíritu investigador. Es tarea de todos los profesores de Matemáticas, tanto de enseñanza primaria, como de secundaria y por su puesto de universidad, dar a conocer a nuestros alumnos pinceladas de Historia de las Matemáticas que les haga más interesante la asignatura, que les enseñe la manera de trabajar de los grandes matemáticos, que les acerque a la persona humana a la que nos referimos y por su puesto que aumente, no sólo su conocimiento científico, sino en general su bagage cultural y su formación integral. 9 Bibliografía: AZCÁRATE, C.; DEULOFEU, J. (1.998): “Matemáticas: contenidos, actividades y recursos”. Praxis (col. Guías Praxis para el profesorado de ESO). Barcelona BOYER, C.B.(1.986): “Historia de la Matemática”. Alianza Editorial. Madrid. COLERUS, E.(1.973): “Breve historia de las matemáticas”. Doncel. Madrid. ESCRIBANO RÓDENAS, M.C. y otros (1.998): “Una experiencia en Matemáticas”, en Actas de las VI Jornadas de ASEPUMA. Santiago de Compostela. ETAYO MIQUEO, J.J.(1.986): “75 años de vida matemática”. Actas de las XI Jornadas Hispano-Lusas de Matemáticas. Badajoz. Universidad de Extremadura y R.S.M.E., vol. I págs. 23-42 GUEDJ, D. (2.000): “El teorema del loro”. Anagrama. Barcelona. GUEDJ, D. (1.998): “El imperio de las cifras y los números” Biblioteca de bolsillo, claves nº 10. Ediciones grupo Zeta. Barcelona. HORMIGÓN, M. (1.988): “Las Matemáticas en España en el primer tercio del s. XX”, en Ciencia y Sociedad en España, J.M. Sánchez Ron (ed.) págs. 253-282. El Arquero C.S.I.C. IFRAH, G. (1.987): “Las cifras. Historia de una gran invención”. Alianza editorial. NOMDEDEU MORENO, X. (1.998): “Creencias que afectan a la enseñanza de las ciencias”, en Mujeres, Ciencia, Tecnología y Medioambiente. Proyecto NOW. Universidad Jaume I. Castellón. TORIJA HERRERA, R.(1.999): “Arquímedes. 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