Estrategias de metacognicion

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Implicaciones Instruccionales
Primero, es necesario hacer una diferenciación entre tener conocimientos
y ser capaz de recuperarlos de la memoria cuando se necesiten. Esta distinción
tiene importantes implicaciones prácticas, ya que, son numerosos los
investigadores que han acabado por sustituir el planteamiento dicotómico del
tema: “enseñar conocimientos” (contenidos o destrezas) frente a “enseñar a
conocer cómo conocemos” (metacognición) por una postura de carácter
intermedio que queda representada por el “enseñar cómo aprender enseñando
qué” contenidos y destrezas (Genovard y Gotzens, 1990).
La gran mayoría de investigadores coinciden en afirmar que la capacidad
de
los
estudiantes
para
poner
en
funcionamiento
estos
procesos
metacognitivos es crucial para sus logros y para un aprendizaje efectivo. De
hecho, numerosos programas de entrenamiento en estrategias de aprendizaje
incluyen la instrucción explícita en metacognición (Weinstein y Mayer, 1986;
Zimmerman, 1989). Sin embargo, a pesar de los éxitos relatados en estas
investigaciones y programas de intervención se plantea la dificultad de enseñar
a los estudiantes a autorregular su aprendizaje, siendo éste un problema más
complejo de lo que inicialmente pudiera pensarse (Zimmerman, 1989).
Más específicamente, en los programas centrados en las instrucción de
estrategias metacognitivas se han manifestado como procedimientos más
efectivos los siguientes (Nisbet y Schucksrilith, 1987; Monereo, 1990; Nisbet,
1991):
1. Modelado metacognitivo:
El modelo lleva a cabo y verbaliza simultáneamente las acciones
cognitivas implicadas en la aplicación de la estrategia, haciendo
explícitos en cada momento los motivos que le llevan a efectuar
cada nueva ejecución. El alumno reproduce posteriormente este
modo de proceder al enfrentarse con una tarea similar.
2. Planteamiento de preguntas o interrogación metacognitiva:
Consistente en formular preguntas dirigidas a hacer reflexionar a los
alumnos sobre sus propios procesos de pensamiento subyacentes a
la aplicación de la estrategia, y a efectuar una reflexión crítica sobre
éstos.
3. El análisis y discusión metacognitiva:
Consistente en que los sujetos expresen “pensando en voz alta"
conscientemente sus razonamientos al aplicar la estrategia,
permitiendo así valorar los procesos de pensamiento que subyacen
al producto final y facilitando que el alumno sea consciente de la
bondad y eficacia de sus propios mecanismos de resolución, y de los
de sus compañeros, permitiendo, en su caso, modificarlos.
4. La autointerrogación metacognitiva:
Tiene como objetivo que el estudiante conozca las modalidades de
procesamiento y las decisiones cognitivas que emplea con el fin de
optimizarlas; para ello se establece un sistema de autorregulación
del proceso de pensamiento, a través de interrogantes que el sujeto
debe hacerse a sí mismo antes, durante y después de la ejecución
de una tarea.
5. El aprendizaje cooperativo:
Entendido como una situación en la que los estudiantes trabajan
juntos en parejas o pequeños grupos permitiendo compartir y discutir
las estrategias, y de esta forma, aprender de los errores de los
demás así como de los suyos propios.
CONSIDERACIONES QUE AYUDAN A MEJORAR LA
METACOGNICIÓN
• Hacer consciente el estudiante de la estrategia que va
a aprender.
• Explicar a los estudiantes cómo aprenderá la
estrategia, qué beneficios obtendrá si la utiliza...
• Explicar cuándo utilizar la estrategia atendiendo a la
situación y al material a aprender (diferentes áreas
•
•
curriculares y situaciones educativas).
Discutir y reflexionar acerca de las propias estrategias
del estudiante así como las que utilizan otros.
Enseñar el estudiante cómo evaluar la efectividad de
la utilización de la estrategia.
Cuadro 5. Gimeno y Pérez (1996, 27). Elaboración propia.
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