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Humanidades médicas
Historia de la medicina
Héctor Pérez-Rincón
Psiquiatra. San Lorenzo Huipulco, México DF. México.
Las tribulaciones de
Georges o los avatares
de una enfermedad
Gilles de la Tourette o la perspicacia de uno de los miembros
más conspicuos de la “Segunda Escuela de la Salpêtrière”
La enfermedad de los tics a la que está asociado su nombre es
de las pocas que permanecen como tales en el DSM, que arrasó
una tradición que honraba la memoria de los autores que habían
construido la psicopatología a lo largo de varios siglos.
Referentes diagnósticos
Mozart
de la Tourette obtuvo sus cartas de
nobleza cuando el propio Charcot
hizo el diagnóstico retrospectivo de
Wolfgang Amadeus Mozart, tras
estudiar sus cartas y los
testimonios de sus
contemporáneos, noventa y cuatro
años después del fallecimiento del
genial compositor (los lectores
pueden corroborar el diagnóstico
del maestro de la Salpêtrière leyendo las cartas de Mozart a su
prima María Anna que incluyó Mario Lavista en su artículo
publicado en el número de marzo 2006 de Letras Libres).
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uando en 1885 Georges Gilles de la Tourette (1857-1904)
describió a los veintiocho años la enfermedad que lleva
su nombre no pudo prever el destino taxonómico de ese raro
cuadro clínico ni la naturaleza de los caminos literarios y
existenciales que tendría que recorrer en su corta vida. Si
bien hubo un primer artículo en julio de 1884, la publicación
princeps apareció en el número 9 de Archives de Neurologie
(pp. 158-200) bajo el título de “Étude sur une affection nerveuse caractérisée par l’incoordination motrice accompagnée
d’écholalie et de coprolalia”. No fue sino hasta 1899 cuando le
adjudicó el nombre con el que se la conoce ahora: la maladie
des tics convulsifs en el artículo publicado en La Semaine
Médicale, vol. 19 (págs. 153-156).
Georges Albert Brutus Edouard Gilles de la Tourette nació
el 30 de octubre de 1857 en Saint-Gervais-les-Trois-Clochers
(San Gervasio de los Tres Campanarios) en el departamento
francés de Vienne, cuya capital es la ciudad de Poitiers, en el
seno de una familia de médicos. Fue alumno del Colegio de
Châtellerault, en donde se distinguió tanto por su indisciplina
como por su inteligencia. Siempre fue el primero de su clase.
Gilles de la Tourette inició sus estudios médicos a los dieciséis años en Poitiers, donde permaneció cuatro años (su madre lo consideró muy joven para arriesgarse solo en el Quar-
C
La descripción de Georges Gilles
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Una lección clínica en la Salpêtrière en el servicio
del profesor Charcot de André Brouillet. Gilles
de la Tourette aparece sentado en primera línea con
su tablier y la atención fija en su maestro.
Hospital de la Salpêtrière de París
tier Latin) pero los concluyó en París. En 1881 realizó el concurso para el Internado. Paul Legendre, que lo conoció entonces, lo describió como un muchacho jovial y exuberante, de
palabra fácil y habla fuerte, cuya voz era ruda y un poco ronca. En 1884 era ya interno de Charcot, de quien sería, entre
1887 y 1889, el jefe de Clínica en su célebre Servicio de la Salpêtrière. Por esta razón, Gilles de la Tourette aparece sentado,
en primera línea, en el conocido lienzo de André Brouillet
Una lección clínica en la Salpêtrière en el servicio del
profesor Charcot (expuesto en el Salón de 1887 y que ahora
se encuentra en el Museo de Historia de la Medicina de París),
con su tablier (el largo delantal blanco que usaban hasta hace
poco los médicos en el hospital, no sólo los cirujanos sino incluso los internistas, neurólogos y alienistas), y la atención fija
en su maestro. En 1893 fue nombrado médico de los hospitales y al año siguiente suplente adjunto de la Cátedra de Clínica
de las Enfermedades del Sistema Nervioso, en ese hospital, en
donde Fulgence Raymond acababa de tomar la sucesión de
Charcot.
El escritor y político Léon Daudet, primero amigo y luego
enemigo de Charcot, definió de la siguiente manera a su fidelísimo colaborador: “feo como un ídolo papú sobre el cual se
hubieran sembrado matas de pelos”.
Enfermedad de los tics
La enfermedad de los tics a la que está asociado su nombre
se conoce como Tourettschen Krankheit en alemán, Maladie
de Gilles de la Tourette en francés y Tourette’s Disorder en
inglés. Es de los pocos nombres propios que permanecen en
el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders
(DSM) de la American Psychiatric Association, que arrasó
con tantos (siguiendo el ejemplo de la Clasificación Internacional de Anatomía), rompiendo con una tradición que honraba la memoria de la pléyade de autores que habían construido la psicopatología a lo largo de varios siglos. A la diferencia
conceptual entre “trastorno” y “enfermedad”, respecto de este cuadro clínico se agrega la conocida incapacidad de los angloparlantes para reconocer los apellidos compuestos: creyendo que Gilles era su nombre de pila se les hizo fácil mutilarlo. En imitación servil, la traducción española del
DSM-IV-TR apunta: F 95.2 Trastorno de la Tourette (307.23).
Los psiquiatras que desconocen la historia de su disciplina repiten frecuentemente el error (siguiendo el mecanismo de los
científicos hispanohablantes que pronuncian “áitem” en lugar
de ítem al imitar a los anglófonos que ignoran la pronunciación del latín). Por el contrario, la Clasificación Internacional
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de Enfermedades (CIE) 10, de la OMS, conserva el nombre
correcto: F95.2 Trastorno de tics múltiples motores y fonatorios combinados (síndrome de Gilles de la Tourette). En el
muy útil Diccionario Taxonómico de Psiquiatría de Jean
Garrabé (FCE, México, 1993) aparece, a la francesa, como
“enfermedad”.
A la muerte de Charcot en 1893, Georges fue el único de
sus alumnos que continuó sosteniendo su doctrina o “dogma”
sobre la histeria. Además de sus trabajos médicos sobre ese
tema (L’Hypnotisme et les états analogues au point de vue
médical, Traité de l’hystérie, Recherches sur la Mutation
dans l’Hystérie), Gilles de la Tourette fue autor de obras médico-históricas: El manuscrito de la madre Juana de los
Ángeles (argumento del filme del mismo nombre de Jerzy Kawalerowicz), El proceso de hechicería de Gaufridi, una serie de artículos sobre la locura en el teatro, y un estudio sobre
el médico Théophraste Renaudot (1586-1653), paisano suyo y
paradigma de libertad intelectual, cuyo nombre lleva uno de
los premios literarios más prestigiosos de Francia.
Dos hechos dolorosos
El mismo año de la muerte de Charcot, cuando Georges había recibido la condecoración de la Légion d’Honneur, dos
hechos dolorosos vinieron a perturbar su vida: la muerte de
un hijo y el ataque súbito e inesperado de una psicótica que,
convencida de que Gilles de la Tourette la había hipnotizado
a distancia, se introdujo en su consultorio y le disparó tres
veces en la cabeza. El buen Georges sobrevivió diez años al
atentado. A partir de estos hechos y como una forma de sobreponerse al sufrimiento, aumentó su actividad clínica y periodística, ya para entonces exuberante. En 1900 organizó el
Servicio Médico de la Exposición Universal de París. Al decir
de su biógrafo y colega, Paul Legendre, “el nombramiento de
un médico de cuarenta años en un puesto tan buscado, que
consagra y aumenta la notoriedad de su titular, asegurándole
con ventajas materiales y morales, tales como la ocasión de
ser agradable y útil a un buen número de colegas y amigos, altas distinciones honoríficas, debió provocarle también grandes
fatigas y suscitarle muchos enemigos y envidiosos”.
Muerte por agotamiento
Gilles de la Tourette murió en Lausana, Suiza, en 1904, en un
estado de agotamiento general al que lo habían conducido las
exageradas obligaciones académicas y clínicas que había
contraído y las agresiones físicas (en especial neurológicas) y
morales de las que fue víctima.
En la décima edición de la CIE, el Síndrome de Gilles de la
Tourette es descrito de manera sucinta:
“Se trata de una forma de trastornos de tics en el que se
presentan o se han presentado tics motores múltiples y uno o
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más tics fonatorios, no siendo necesario sin embargo que se
hayan presentado conjuntamente. El comienzo casi siempre
es en la infancia o en la adolescencia. Son frecuentes antecedentes de tics motores antes de que se presenten los tics fonatorios. Los síntomas suelen empeorar durante la adolescencia y es habitual que la alteración persista en la edad adulta.
Los tics fonatorios suelen ser complejos, en forma de vocalizaciones explosivas reiteradas, carraspeos, gruñidos y la utilización de palabras o frases obscenas. En ocasiones se añade
una ecopraxia de los gestos que puede ser también de naturaleza obscena (copropraxia). Los tics motores y los tics fonatorios pueden ser suprimidos voluntariamente durante cortos
períodos, exacerbarse durante situaciones estresantes y desaparecer durante el sueño”.
Criterios diagnósticos
Por su lado, el DSM-IV-R le dedica cuatro páginas al Tourette’s
Disorder, siendo los siguientes los criterios diagnósticos:
a) En algún momento a lo largo de la enfermedad ha habido
tics motores múltiples y uno o más tics vocales, aunque no necesariamente de modo simultáneo (tic es una vocalización o
movimiento súbito, rápido, recurrente, no rítmico y estereotipado).
b) Los tics aparecen varias veces al día (habitualmente en
oleadas) casi cada día o intermitentemente a lo largo de un período de más de un año, y durante este tiempo nunca hay un
período libre de tics superior o de más de tres meses consecutivos.
c) El inicio es anterior a los dieiciocho años de edad.
d) La alteración no se debe a los efectos fisiológicos directos de un fármaco (por ejemplo, estimulante) o de una enfermedad médica (como la enfermedad de Huntington o la encefalitis posvírica).
En 1999, la World Psychiatric Association publicó la espléndida Anthology of French Language Psychiatric Texts en la
que se incluye una traducción del artículo princeps de Gilles
de la Tourette. Esperemos que nuestros colegas anglófonos la
consulten con frecuencia y se logre superar, en el campo de la
psiquiatría, esa brecha insalvable, descrita por Pierre Nora,
que separa las culturas de lengua francesa e inglesa.
Más recientemente, un grupo de investigadores norteamericanos ha publicado en la prestigiosa revista Science una
atractiva hipótesis sobre la asociación entre el Tourette’s
Syndrome y las variaciones en el gen SLITRK1 del cromosoma 13q31.1 (Vol. 310, 14 Octubre de 2005, pp. 317-320), que de
confirmarse brindará un sólido fundamento neurobiológico a
la individualidad nosográfica de ese cuadro fruto de la perspicacia clínica de uno de los miembros más conspicuos de la
generación de alumnos y colaboradores de Charcot, pertenecientes a la “Segunda Escuela de la Salpêtrière”, que nunca
nos acabarán de sorprender lo suficiente.J
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