Vo l u m e n 1 6 • F a s c í c u l o 6 8 • M a r z o 2 0 1 5 • Segundo número especial dedicado al Hospital Muñiz y a las infecciones en la Cardiología issn 0329-43 07 Cardiología e hipertensión noticias del instituto de investigaciones cardiologicas “Prof. Dr. Alberto C. Taquini” • Facultad de Medicina • uba - conicet Director Científico Prof. Dr. José Milei Secretarios de redacción Dra. Matilde Otero-Losada Dr. Gustavo Risso Diseño Mariana Milei Dra. Liliana Grinfeld (buenos aires) Dr. David Hearse (londres) Dr. Elías Hurtado Hoyo (buenos aires) Dr. Emilio Kuschnir (córdoba) Dr. Hideo Kusuoka (osaka) Dr. Jorge Jalil (sgo. de chile) Dr. Mario Lado (montevideo) Dr. Julio Lázzari (buenos aires) Dr. Jorge Lerman (buenos aires) Dr. Jaime Levenson (parís) Dr. José L. López Sendón (madrid) Dr. Mario F. C. Maranhão (curitiba) Dr. Mario Marzilli (pisa) Dr. Lionel Opie (cape town) Dr. Andrés Perez Riera (san pablo) Dr. Agustín Ramírez (buenos aires) Dr. William C. Roberts (houston) Dr. Ramiro Sánchez (buenos aires) Dr. Edgardo Schapachnik (buenos aires) Dra. Jutta Schapper (bad nauhein) Dr. Samuel Sclarovsky (israel) Prof. Emérito Dr. Roberto E. Sica. (bs. as.) Dr. Rubén Storino (la plata) Dr. Norberto Tavella (montevideo) Dr. Jorge Toblli (buenos aires) Dr. Manuel Vázquez Blanco (bs. as.) Dr. Alberto Villamil (buenos aires) Dr. Alberto Zanchetti (milano) Comité Editorial Dr. Giuseppe Ambrosio (perugia) Dr. Francisco Azzato (buenos aires) Dr. Adrián Baranchuk (ontario) Dr. Claudio Bellido (buenos aires) Dr. Horacio Carbajal (la plata) Dra. María Inés de Aguirre (bs. as.) Dr. Fernando De la Serna (tucumán) Dr. Horacio E. Cingolani (la plata) Dr. Raúl Domenech (sgo. de chile) Dr. Saúl Drajer (buenos aires) Dr. Marcelo Elizari (buenos aires) Dr. Roberto Ferrari (ferrara) Dr. Ricardo J. Gelpi (buenos aires) Dr. Hernán Gómez Llambí (bs. as.) Dr. Jorge González Zuelgaray (bs. as.) Auspiciado por: - Secretaría de Estado de Ciencia y Tecnología de la República Argentina - Consejo de Hipertensión Arterial (Sociedad Argentina de Cardiología) - Comité de Hipertensión Arterial (Federación Argentina de Cardiología) noticias del instituto de investigaciones cardiologicas “Prof. Dr. Alberto C. Taquini” • Facultad de Medicina • uba - conicet Director: Prof. Dr. José Milei Cardiología e hipertensión. noticias del instituto de investigaciones cardiologicas “Prof. Dr. Alberto C. Taquini” • Facultad de Medicina • uba - conicet. Editor: Prof. Dr. José Milei. Diseño y edición: dosvecesm. Publicación bimestral. Derechos reservados. No se permite la reproducción total o parcial del contenido sin autorización expresa y escrita del Editor. Marcelo T. de Alvear 2270 (C1122AAJ); Tel +54 +11 4508-3888/3836; Fax +54 +11 4508-3888. Ciudad de Buenos Aires; e-mail: ininca@fmed.uba.ar Cardiología e hipertensión noticias del instituto de investigaciones cardiologicas “Prof. Dr. Alberto C. Taquini” • Facultad de Medicina • uba - conicet Indice Página 3 Página 5 El Hospital de Infecciosas Francisco J. Muñiz y la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la UBA Dislipemia asociada a la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana Página 11 Endocarditis Infecciosa de válvula tricúspide por Streptococcus sanguinis en paciente con ductus arterioso persistente cursando infección aguda por virus Epstein-Barr Página 17 Comentario bibliográfico Página 19 Artículos Selectos Figura de tapa: Entrada actual del Hospital de Infecciosas Francisco J. Muñiz Ambulancia cruzando el Portón de la entrada antigua en la década de 1900. 2 Editorial El Hospital de Infecciosas Francisco J. Muñiz y la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la UBA Marcelo Corti1,2 1. Jefe de División B, VIH/sida, Hospital de Infecciosas F. J. Muñiz, GCABA. 2. Profesor Regular Titular, Departamento de Medicina, Orientación Enfermedades Infecciosas, Facultad de Medicina, UBA. El actual predio que ocupa el Hospital Francisco J. Muñiz, de Referencia en Enfermedades Infecciosas del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCABA), alberga entre otros edificios, el perteneciente a la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la UBA. La misma se fundó el 30 de junio de 1900 y se denominó inicialmente con el nombre de Cátedra de Clínica Epidemiológica. El primer profesor titular de la especialidad fue el Dr José María Penna, con una larga y productiva trayectoria en la epidemiología de las enfermedades infectocontagiosas y autor de importantes trabajos científicos entre los que se destacan ¨El cólera en la Argentina¨ y la¨Viruela en América del Sur¨. Luego de la muerte del Dr. José María Penna acaecida en 1919, lo reemplazó el Dr. Francisco Destéfano, como Profesor Titular de la Cátedra de Clínica Epidemiológica, como era denominada en principio la que luego sería la Cátedra de Clínica de las Enfermedades Infecciosas. Al finalizar el año 1938, y por diversos motivos que no se analizarán en este espacio,la reconocida Primera Cátedra de Clínica Epidemiológica cuya envidiable escuela se había edificado y consolidado a través de casi dos décadas, fue dividida por decisión del poder político universitario. Con este escenario se creó, por un lado, la Cátedra de Patología y Clínica de la Tuberculosis a cargo del Profesor Raúl Vaccarezza como Titular de la misma y, por el otro,la flamante Cátedra de Patología y Clínica de las Enfermedades Infecciosas bajo la conducción del Profesor Dr Carlos Fonso Gandolfo. Este evidenció desde el inicio de sus tareas una atinada preocupación por organizar campañas sanitarias que permitieran a sus alumnos y colaboradores reconocer, sobre el terreno, la historia natural de nuestras tradicionales endemias regionales. Una criteriosa y adelantada manera de engendrar futuros sanitaristas rurales, como suele decir el Profesor Dr Olindo Martino. El historial académico del hospital Muñiz continuó nutriendo de destacados especialistas y profesores a la medicina nacional y a todo el escenario científico que la rodeaba. Así, al Dr. Raúl Vaccarezza lo fueron sucediendo en la Cátedra de Tisiología discípulos y profesionales destacados como José María Leston, Juan Carlos Rey, Jorge Pilheu, Francisco Dubra, Rubén Sampietro, Luis Gonzalez Montaner, Eduardo Abbate y, en la actualidad, el Profesor Dr Domingo Palmero. De igual forma, en la actual Cátedra de Enfermedades Infecciosas, el Dr. Fonso Gandolfo fue sucedido por Hernán González, Humberto Ruggiero, León Charosky, Enrique Libonatti, Justo Aguleiro Moreira,Artun Tchoulamjan, Haydeé Lefevre, Arno Turovesky, Laura Astarloa, Omar Palmieri, Jorge Benetucci, Rubén Masini, Roberto Hirsh, y en la actualidad, quien firma estas líneas, Marcelo Corti. 3 Los Profesores Omar Palmieri, Ricardo Negroni, Gerardo Laube y Marcelo Corti han confeccionado el libro, que ya cuenta con tres ediciones actualizadas, con el que estudian decenas de alumnos que pasan por el Aula Magna de la Cátedra anualmente. En la actualidad, además, la Cátedra cuenta con un libro de consulta para alumnos de grado, el Compendio de Infectología, de reciente edición y fácil y amena lectura, que cuenta con la autoría de los mismos cuatro profesores citados líneas arriba. Todos los Profesores Titulares enumerados así como los Profesores Adjuntos, docentes autorizados y adscriptos, y auxiliares docentes de diferente nivel (ayudantes y jefes de trabajos prácticos) que integran el claustro docente de la Cátedra, han conservado a través de los años, la pasión, no exenta de rigurosidad y sentido clínico, por la enseñanza y el estudio dinámico de las enfermedades infecciosas en sus aspectos epidemiológicos, clínicos, de diagnóstico, prevención y terapéuticos. 4 Dislipemia asociada a la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana Villafañe MF1,2, Corti M1,2 1. División B, VIH-sida, Hospital de Infecciosas F. J. Muñiz, Buenos Aires, Argentina. 2. Departamento de Medicina, Orientación Enfermedades Infecciosas, Facultad de Medicina, UBA. Introducción y diabetes y la redistribución del tejido adiposo con dos grandes síndromes denominados de lipoatrofia y de lipohipertrofia1,2,3. La terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) implementada a partir de 1996 y de uso cada vez más difundido, ha permitido reducir de forma marcada la morbilidad y mortalidad de los pacientes infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Este efecto de la también conocida como triple terapia (por el número de fármacos incluidos en los diferentes esquemas de tratamiento) se aprecia fundamentalmente en la reducción de la incidencia de infecciones oportunistas y ciertas neoplasias en relación con la reconstitución inmunológica. Características de la dislipemia asociada con la TARGA para el VIH La dislipemia que se observa en estos pacientes suele presentar un patrón característico determinado por el aumento de los niveles plasmáticos de triglicéridos, la disminución de la concentración plasmática de colesterol asociado con lipoproteínas de alta densidad (HDLc), un aumento del colesterol total y, con frecuencia, aumento de colesterol asociado a lipoproteínas de baja densidad (LDLc)4. Este perfil lipídico suele asociarse con insulino-resistencia y los ya citados síndromes de redistribución del tejido adiposo. Sin embargo, estos beneficios que incluyen una marcada prolongación de la supervivencia de los pacientes, se han acompañado de un incremento de otras complicaciones entre las que sobresalen las alteraciones metabólicas, con especial interés en aquellas que se relacionan con la composición de los lípidos plasmáticos. Los trastornos metabólicos que se observan en el 50% a 80% de los pacientes bajo TARGA incluyen la dislipemia, el aumento de la resistencia periférica a la insulina con hiperinsulinemia Si bien estas alteraciones metabólicas se vinculan fundamentalmente con el uso de la TARGA que incluye inhibidores de la proteasa (IP) del VIH, también pueden observarse en pacientes que reciben esquemas desprovistos de esos fármacos. Sin embargo, la dislipemia suele ser más acentuada en pacientes 5 el aclaramiento de triglicéridos y de las lipoproteínas ricas en triglicéridos sintetizadas en el hígado y mediadas por la lipasa hepática7,8. que reciben IP y en aquellos que presentan signos de lipoatrofia5. Este patrón dislipidémico (hipertrigliceridemia, descenso de HDLc y aumento de LDLc) es extremadamente aterogénico y, junto con otros factores también presentes en esta población de pacientes, como la insulino-resistencia y la inflamación del endotelio vascular, exponen a estos pacientes a un incremento del riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) grave y prematura. A pesar de esto, los beneficios de la TARGA en evitar la progresión de la infección por VIH superan a los riesgos asociados con los cambios metabólicos y la ECV. Finalmente, otro mecanismo que se observa en pacientes infectados por VIH sin TARGA se vincula con el aumento de los niveles del factor α de necrosis tumoral (TNF-α) cuyos niveles se encuentran elevados en estos pacientes y se incrementan aun más durante la infecciones oportunistas9. El TNF-α interfiere con al metabolismo de los ácidos grasos libres y la oxidación lipídica y reduce la lipólisis mediada por la insulina. Patogenia de la dislipemia asociada al VIH Dislipemia asociada a la TARGA La patogenia de la dislipemia asociada con la TARGA incluye la asociación de alteraciones hormonales e inmunológicas y cierto grado de predisposición genética. En el apartado anterior ya se hizo mención que los pacientes VIH positivos que aun no han iniciado TARGA ya presentan anormalidades en la lipoproteínas plasmáticas que empeoran luego del inicio del tratamiento. El perfil aterogénico ya mencionado de la dislipemia asociada a la TARGA se acompaña de incrementos en las partículas pequeñas y densas de LDL, en la lipoproteína B, CII y H10,11,12,13,14. La dislipemia asociada con la infección por VIH muestra una patogenia similar en la que se observa en otras patologías crónicas. La viremia por VIH se caracteriza principalmente por una disminución en las concentraciones plasmáticas de LDLc y HDLc y un aumento de los triglicéridos. La disminución de HDLc se correlaciona con el estado de activación inmune que se observa precozmente en la historia natural de la infección por VIH y cumple un importante papel en la patogenia de la aterosclerosis temprana que puede observarse en esta población. Además, el propio VIH contribuye con el aumento de triglicéridos y la disminución de HDLc al actuar sobre la bomba de eflujo de colesterol desde los macrófagos dependiente de la actividad del transportador intracelular de colesterol subfamilia A número 1 (ABCA1, por su sigla en inglés, ATP-binding cassette transporter 1)6. Además, la respuesta inflamatoria permanente en respuesta a la presencia del retrovirus, estimula a la fosfolipasa A2 y la fosfolipasa endotelial, enzimas que intervienen en la reducción de los niveles plasmáticos de HDLc. Un primer mecanismo patogénico estaría dado por una alteración del aclaramiento de lipoproteínas de baja densidad (VLDL) debido a una disminución en el catabolismo de estas partículas por el propio VIH, un incremento en la síntesis de VLDL por la TARGA y una alteración en el catabolismo de las VLDL por los IP15,16. Un segundo mecanismo patogénico de la dislipemia asociada con la TARGA se basa en las alteraciones mitocondriales17. Los esquemas de TARGA, en especial aquellos que incluyen dos inhibidores nucleosídicos de la transcriptasa reversa (INTR) más un IP inhiben a la DNA Un tercer mecanismo relacionado con la hipertrigliceridemia involucra 6 polimerasa γ mitocondrial lo que conduce a una disminución del DNA mitocondrial, una alteración en la cadena respiratoria y una disminución en la producción de energía por parte de la célula17. Esta inhibición de la cadena respiratoria mitocondrial es responsable de diversas alteraciones celulares, especialmente la lisis de los adipocitos con la consecuente lipoatrofia17. Finalmente, la disfunción mitocondrial a nivel del músculo esquelético conduce a un aumento de la resistencia de la insulina y a la dislipidemia18. El tercer mecanismo involucrado incluye alteraciones en el metabolismo intracelular de los lípidos, el cual se atribuye a la morfología estructural (con una similitud de aproximadamente 60% de los aminoácidos) entre la región catalítica de la proteasa del VIH y las proteínas citoplasmáticas de unión al ácido retinoico tipo 1 (CRABP1, por su sigla en inglés, cellular retinoic acid-binding protein 1) y el receptor de la proteína tipo 1 asociada a las LDL (LRP-1 por su sigla en inglés, low density lipoprotein receptor-related protein 1)19. Finalmente, la dislipemia asociada con la TARGA tiene un componente de predisposición genética ya que no todos los pacientes bajo tratamiento presentan alteraciones metabólicas similares. Diagnóstico de laboratorio El perfil lipídico predominante asociado con la infección por VIH que ya ha sido mencionado es el de la hiperlipidemia mixta o combinada. De esta manera, pueden observarse distintas variantes que incluyen la hipertrigliceridemia aislada o asociada con bajos niveles de HDLc y, con menos frecuencia, la hipercolesterolemia con aumento de los niveles plasmáticos de LDLc. De esta forma, el diagnóstico de la dislipemia en estos pacientes incluye la determinación de niveles plasmáticos de triglicéridos, coles- terol total, LDLc y HDLc luego de 12 horas de ayuno. por algún otro fármaco con menos efectos adversos de esta clase, siempre sin comprometer la eficacia de la terapia antirretroviral. Dentro de la familia de los IP que se utilizan actualmente (algunos fármacos de este grupo, como nelfinavir e indinavir ya no se indican en la actualidad), fosamprenavir y lopinavir suelen asociarse con efectos indeseables sobre los lípidos plasmáticos, en tanto atazanavir parece tener un mejor perfil lipídico. El reemplazo de un IP por un ITRNN (nevirapina o efavirenz) suele asociarse con resultados favorables en este aspecto sin que se comprometa la eficacia de la TARGA20,21,22 . Otra opción terapéutica permite asociar 2 ITRN con un inhibidor de la integrasa (raltegravir). Tratamiento Las opciones terapéuticas para los pacientes con dislipemia asociada con el VIH y/o la TARGA no difieren de las disponibles para la población general no infectada por el retrovirus. Estas alternativas terapéuticas incluyen la dieta y el ejercicio físico, el cambio en alguno de los fármacos incluidos en el esquema de TARGA por otro que se asocie menos con los cambios metabólicos y, finalmente, la farmacoterapia hipolipemiante. 1.Abordaje no farmacológico Antes de indicar un tratamiento hipolipemiante deberán excluirse otras causas de hiperlipidemia secundaria a formas familiares de este trastorno, uso de diuréticos tiazídicos, anticonceptivos orales, beta bloqueantes, esteroides anabólicos, hipotiroidismo, insuficiencia renal o hepática crónica, obesidad, alcoholismo y diabetes mellitus. Esto es útil para identificar si el paciente tiene una dislipemia previa al inicio de la TARGA o una glucemia en ayunas alterada como expresión de un trastorno en el metabolismo de los hidratos de carbono. Los pacientes con ECV, diabetes mellitus y síndrome metabólico previos al inicio de la TARGA deben considerarse de alto riesgo. 3.Terapia farmacológica El tratamiento farmacológico hipolipemiante en pacientes VIH positivos bajo TARGA suele ser dificultoso debido a la posibilidad de generar efectos adversos, interacciones farmacológicas y disminución de la adherencia al tratamiento antiviral. Los fármacos que inhiben la actividad de la enzima hidroxi-metilglutaryl coenzima A (HMG-CoA) reductasa como las estatinas son la primera línea de tratamiento para aquellos pacientes con hipercolesterolemia. Numerosos trabajos han demostrado la eficacia de las estatinas para reducir los niveles del colesterol total (CT) y LDLc así como el riesgo de eventos cardiovasculares23. Al inhibir a la HMG-CoA reductasa, las estatinas inhiben a la enzima que interviene en la síntesis del 50% del colesterol que se genera en el organismo. Además, las estatinas incrementan la producción hepática de receptores para las LDL y disminuyen las VLDL. La mayoría de las estatinas tienen un efecto similar en la reducción del LDLc, aunque atorvastatina, pravastatina, simvastatina y rosuvastatina parecen asociarse con mayor efecto sobre los niveles de CT23,24,25. Las estatinas son metabolizadas por el La primera etapa del tratamiento consiste en modificar aquellos factores de riesgo cardiovascular corregibles como el cese del tabaquismo, el abandono del sedentarismo y el tratamiento de la hipertensión arterial. Una dieta adecuada y la actividad física pueden tener un efecto favorable sobre la dislipidemia aunque, por lo general, resultan insuficientes para tal fin. 2.Modificaciones en el esquema de TARGA Una segunda estrategia para el tratamiento de las complicaciones metabólicas en pacientes VIH positivos consiste en reemplazar los IP 8 sistema enzimático citocromo P450 hepático, en especial la subunidad CYP3A4, lo que puede causar interacciones farmacológicas significativas con otros fármacos que utilizan esta misma vía metabólica. En este grupo, se incluyen los IP y los ITRNN23,24. Los fibratos constituyen los fármacos de elección para el tratamiento de la hipertrigliceridemia y la dislipemia mixta. Estos compuestos se asocian con una marcada actividad sobre la síntesis hepática de triglicéridos y CT y tienen, además, efectos favorables en la inhibición de la lipólisis periférica y sobre el control glucémico26. Los fibratos inhiben a los receptores activados por proliferadores de peroxisomas gamma (PPAR-γ) que intervienen en la β-oxidación de los ácidos grasos de cadenas largas y que están implicados en la homeostasis de glúcidos y lípidos. Si bien estos fármacos también se metabolizan por el sistema citocromo P450, lo hacen a través de la subunidad CYP4A y no muestran interacciones farmacológicas relevantes con los IP. El tratamiento con gemfibrozil a la dosis de 900 mg/día o 600 mg 2 veces por día, bezafibrato 400 mg/ día o fenofibrato 200 mg/día, se asocia generalmente con reducciones significativas en los niveles de TG y CT27. La niacina (ácido nicotínico) debe evitarse como primera línea de terapia debido a sus frecuentes efectos adversos, en especial exantema pruriginoso, la exacerbación de la insulino-resistencia y de la hiperuricemia. Los suplementos de ácidos grasos omega-3, (eicosapentaenoico y docosahexaenoico), tienen un efecto variable sobre los valores de TG plasmáticos26,27. Ezetimibe, a dosis de 10 mg/día, inhibe la absorción intestinal de colesterol y reduce los niveles de LDLc en un 20%. Puede utilizarse en pacientes con intolerancia a estatinas o dislipemia grave en asociación con otros fármacos con otros mecanismos de acción3. El tratamiento combinado con estatinas y fibratos debe indicarse con precaución debido al potencial de efectos adversos sobre el músculo esquelético. Debe evitarse la asociación de gemfibrozil con estatinas28. Un estudio reciente de carácter retrospectivo, comparó el uso de fibratos y estatinas como monoterapia o en terapia combinada29. El tratamiento combinado se asoció con mayor disminución de los niveles de lípidos plasmáticos. Resultados similares se observaron en otro estudio en el que se evaluó la asociación de fenofibrato con pravastatina30. En estos pacientes es necesario un estricto control clínico (mialgias) y de laboratorio (transaminasas, CPK y creatinina). En general, los fibratos reducen los niveles de CT en un 20% y de TG en un 40% en tanto las estatinas lo hacen en un 35% y 2%, respectivamente3. Cuadro 1. Manifestaciones clínicas del síndrome de lipodistrofia asociado al VIH (modificado de Oh J, Hegele RA2). 1.Lipoatrofia a. Pérdida de tejido adiposo en los pómulos con prominencia de las arcadas zigomáticas b.Pérdida de tejido celular subcutáneo en las extremidades con prominencia de vasos venosos c. Pérdida de grasa en los glúteos 2.Lipohipertrofia a. Incremento del diámetro del abdomen (cintura abdominal) b.Acúmulo de grasa visceral (esteatosis hepática) c. Acúmulo de grasa en región dorsal (giba de búfalo) y en huecos supraclaviculares d.Ginecomastia Referencias 1. Carr A, Samaras K, Burton S, et al. A pathophysiology, prevalence, risk factors and lipid metabolism by lowering postheparin syndrome of peripheral lipodystrophy, treatment. 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J Clin Endocrinol Metab 2005;90:755–60. 10 Endocarditis Infecciosa de válvula tricúspide por Streptococcus sanguinis en paciente con ductus arterioso persistente cursando infección aguda por virus Epstein-Barr J García1, G Cárdenas1, E Couto1, A Benchetrit1, S Echazarreta2, L Tadey3, J Wallach4 1. Residencia de Infectología. Hospital de Infecciosas F. J. Muñiz, Argentina. 2. Coordinadora de Residencia de Infectología. Hospital de Infecciosas F. J. Muñiz, Argentina. 3. Servicio de Virología. Hospital de Infecciosas F. J. Muñiz, Argentina. 4. Jefe Sala 21. Hospital de Infecciosas F. J. Muñiz, Argentina. Palabras Clave: Endocarditis infecciosa, virus Epstein-Barr, Streptococcussanguinis. Introducción La endocarditis infecciosa (EI) es una enfermedad con baja incidencia (3-10 episodios/100000 personas año) que, pese a los avances importantes en el diagnóstico y tratamiento, continúa siendo una entidad grave y de considerable morbimortalidad1. El compromiso de las válvulas derechas representan entre el 5 y 10% de todos los casos, siendo la afección de la válvula tricúspide la más frecuente de estas2. Las cardiopatías congénitas son una causa predisponente de EI1,9,11. Los cocos grampositivos constituyen el principal agente etiológico; dentro de estos la prevalencia de Streptococcussanguinis (S. sanguinis) es menor que la de Staphylococcus spp1,10. Se presenta un caso de síndrome febril prolongado con diagnóstico de EI de válvulatricúspide por S. sanguinis, germen de escasa virulencia, en contexto de infección aguda por el virus Epstein-Barr (VEB), en una paciente con ductus arterioso persistente (DAP). Resumen del caso clínico Paciente de sexo femenino de 31 años, con antecedente de DAP, consulta por síndrome febril, pérdida de peso y epigastralgia de un mes de evolución, asociado a faringoamigdalitis una semana luego del inicio del cuadro clínico. Al ingreso se constata soplo sistólico 3/6 en foco tricuspídeo y hepatoesplenomegalia. Sin compromiso ganglionar, cutáneo, mucoso ni oftálmico. Ante diagnóstico clínico, microbiológico y por imágenes de endocarditis infecciosa subaguda por S. sanguinis, se inicia tratamiento con penicilina y gentamicina obteniéndose evolución favorable. En forma coetánea, se demuestra sero 11 conversión de títulos de anticuerpos en muestras pareadas para VEB, confirmando infección aguda por el mismo. Exámenes complementarios: Laboratorio al ingreso: Hematocrito 29% Hemoglobina 9.8 g/dL Glóbulos Blancos 9900 cel/uL Plaquetas 144000 cel/uL TGO 28 U/mL TGP 83 U/mL Glucemia 129 mg/dL, Eritrosedimentación 49 mm/1ºhora. 12 Hemocultivos 2/2 positivos para S. sanguinis. CIM penicilina 0.064. Electrocardiograma: Taquicardia sinusal, FC 100 lpm, Eje +30, QRS 80 mseg, Segmento ST-T isonivelado. Ecocardiograma Transtorácico: AI 32, DDVI 51, DSVI 39, SIV 11, PP 7. Ventrículo izquierdo con dimensiones conservadas, disfunción sistólica moderada-severa (Fracción de Eyección 32%), e hipoquinesia global a predominio antero-apical y del septum postero-basal. Ductus arterioso persistente pequeño. Imagen compatible con vegetación en valva septal de la tricúspide (0.2 x 1.6 cm). Aurículas no dilatadas. Ventrículo derecho con dimensiones y función sistólica normales. No se observa derrame pericárdico. 13 Serología VEB: hmaniasis visceral, bartonelosis; y no infectológica, incluyendo neoplasias, conectivopatías y otras. Semana 4 Semana 8 Rango VCA IgG (U/ml) VCA IgM (U/ml) EA IgG (U/ml) EBNA IgG (U/ml) 158 (Reactivo) 49 (Reactivo) 33 (Equívoco) 239 (Reactivo) 600 (Reactivo) No Reactivo No Reactivo 450(Reactivo) 21-750 40-160 40-150 3-600 Serología CMV: IgG Reactivo 13.5 U/ml (Rango: 0.6-22 U/ml). IgM No reactivo. Serologías HIV, HBV, HCV: negativas. Discusión La EI puede clasificarse según diferentes criterios. Un criterio anatómico las divide en EI de cavidades izquierdas (válvulas mitral y aórtica) y EI de cavidades derechas (válvulas tricúspide y pulmonar). Las EI de válvulas derechas representan entre el 5 y 10% de todos los casos, siendo la afección de válvula tricúspide la más frecuente, 2,5-3,1% de la totalidad de las EI2. Esta baja prevalencia se asocia a distintos factores como la baja incidencia de cardiopatías congénitas y reumáticas que comprometen a la circulación derecha, la baja presión del sistema, así como la menor concentración de oxígeno en los eritrocitos circulantes3. Los factores de riesgo clásicamente asociados incluyen: adicción a drogas endovenosas (ADEV), alcoholismo, grandes quemados, inmunosupresión, uso de dispositivos intravasculares, cardiopatías congénitas asociadas a shunt de izquierda a derecha (ductus arterioso persistente y comunicación interventricular) e infecciones ginecológicas3,4. La proporción de ADEV enpacientes con EI derecha es entre el 46% y el 96%, siendo el principal factor de riesgo asociado a esta patología5,11; en ausencia de este, la cardiopatía congénita es el principal factor de riesgo6,11. El agente etiológico más frecuente involucrado es Staphylococcus aureus (50-75%)7, principalmente asociado a los ADEV. Otros patóge- nos de relevancia son Streptococcus spp y Enterococcus spp (10-20%)8, Candida spp y bacilos gram-negativos, particularmente Pseudomonas aeuruginosa9. Dentro del género Streptococcus, el grupo S. viridans es el agente aislado con mayor frecuencia. El término S. sanguinis, que también se puede encontrar en la literatura como S. sanguis, corresponde a un subgrupo de bacterias (S. sanguinis, S. parasanguinis y S. gordonii) dentro del grupo S. viridans20. Estos se encuentran como parte de la flora habitual de la cavidad oral, sugiriéndose algún papel protector en la patología odontológica21. Son bacterias de baja virulencia a los que se les reconocen pocos factores de virulencia, siendo el de más reconocido el dextrano extracelular y su papel en la adherencia al endotelio cardiaco. La presentación clínica de la EI derecha usualmente incluye fiebre, soplo holosistólico de carácter regurgitativo en menos de la mitad de los pacientes y eventos embólicos pulmonares que se presentan muy frecuentemente (69-80%)6,7, no así los signos de falla cardíaca, cuya aparición suele ser muy insidiosa. Dentro de las entidades que causan síndromes febriles prolongados con hepatoesplenomegalia, se encuentran la endocarditis infecciosa y los síndromes mononucleosiformes, como otras etiologías de causa infectológica, tuberculosis diseminada, micosis sistémicas, leis- 14 El VEB establece una infección persistente asociada a múltiples entidades clínicas, así como también, un período de limitación de la respuesta inmune innata y adaptativa, predisponiendo a sobreinfecciones por otros agentes. En la literatura se encuentran descriptos casos de sobre infecciones bacterianas y sepsis en el curso de mononucleosis infecciosa19. Numerosos estudios sobre el proceso de infección aguda por VEB demostraron que el tropismo viral excede a los linfocitos B como célula diana, afectando también monocitos y neutrófilos13. Se describen, consecuentemente, eventos moleculares en los que proteínas virales, entre ellas ZEBRA y EBI-3 (Gen inducido por VEB-3), interfieren con funciones importantes del sistema inmunitario: fagocitosis, procesamiento y presentación antigénica, secreción de citoquinas y maduración celular13,14,15. Clínicamente se ha documentado la presencia de neutropenia y monocitopenia, en el curso de la infección aguda, en hasta el 90% de los pacientes16, 17, 18. Existen escasos reportes de EI en contexto de mononucleosis infecciosa12 siendo, a nuestro conocimiento, este el primero en válvulatricúspide. Conclusiones Ante el escenario de un síndrome febril prolongado con hepatoesplenomegalia, se hallaron dos patologías diferentes que justifican dicho cuadro, las cuales fisiopatológicamente, podrían tener una relación causal y raramente se diagnostican en forma concomitante. Referencias 1.Habib G, Hoen B, Tornos P, et al.ESC 8. Ferri FF. Practical guide to the care of the in the Epstein-Barr virus nuclear antigen-1 Committee for Practice Guidelines. Guidelines medical patient. 6th ed. St. Louis, Missouri, mRNA encodes a protein capable of inhibiting on the prevention, diagnosis, and treatment USA: Mosby; 2004. 575-80. antigen presentation in cis. Mol Immunol. of infective endocarditis (new version 2009): 2007;44(14):3588-96. the Task Force on the Prevention, Diagnosis, 9. Sandre RM, Shafran SD. Infective and Treatment of Infective Endocarditis of endocarditis: Review of 135 cases over 9 years. 16.Habib MA, Babka JC, Burningham RA. the European Society of Cardiology (ESC). 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J Korean Med observations on a patient during the Sci. 2014;29(6):776-81. incubation, acute, and convalescent 3. Chan P, Ogilby JD, Segal B. Tricuspid valve endocarditis. Am Heart J. 1989;117(5):1140-6. phases of infectious mononucleosis. 12.Sakahashi H, Takazawa A, Toyama A, et al. ClinImmunolImmunopathol. 1984;30(3):437-50. 4.Gonçalves AM, Correia A, Falcão LM. Active infective endocarditis due to methicillin- Tricuspid valve endocarditis in a patient with resistant Staphylococcus aureus in the acute 19.Dagan R, Powell KR. Postanginal sepsis congenital heart disease. Rev Port Cardiol. phase of infectiousmononucleosis. Jpn J following infectious mononucleosis. Arch 2013;32(1):53-8. ThoracCardiovasc Surg. 2002;50(6):249-51. Intern Med. 1987; 147: 1581–83. 5. Robbins MJ, Frater RWM, Soeiro R, et 13.Savard M, Gosselin J. Epstein-Barr virus 20.Facklam R. What happened to the al. Influence of vegetation size on clinical immunossuppression of innate immunity streptococci: overview of taxonomic and outcome of right-sided infective endocarditis. mediated by phagocytes. Virus Res. nomenclature changes. ClinMicrobiol Rev. Am J Med. 1986;80:165-71. 2006;119(2):134-45. 2002;15(4):613-30. 6.Lejko-Zupanc T, Kozelj M, Kranjec I, et 14.Hatton OL, Harris-Arnold A, Schaffert 21.Marcotte H, Lavoie MC. Oral al. Right sided endocarditis: clinical and S, et al. The interplay between Epstein-Barr microbial ecology and the role of salivary echocardiographic characteristics. J Clin Basic virus and B lymphocytes: implications for immunoglobulin A. Microbiol Mol Biol Rev. Cardiol. 1999;2:81-4. infection,immunity, and disease. Immunol Res. 1998;62(1):71-109. 2014;58(2-3):268-76. 7.Heydari AA, Safari H, Sarvghad MR. Isolated tricuspid valve endocarditis. Int J Infect Dis. 15. Ossevoort M, Zaldumbide A, teVelthuis 2009 ;13(3):e109-11 AJ, et al. The nested open reading frame 16 Comentario bibliográfico Alberto C. Taquini y el 75º Aniversario del descubrimiento de la Angiotensina 70º aniversario de la fundación del Instituto de Investigaciones Cardiológicas. José Milei y colaboradores. Buenos Aires: ININCA, 2014, 200 pp. Publicado en la Revista MEDICINA (Buenos Aires) 2015; 75: 69. Tanto en la investigación científica como en la recopilación histórica, no hay verdad absoluta, solo verdad relativa: todo depende, por un lado, de la interpretación de nuevos resultados –y aun de los mismos-, y por el otro, de los vericuetos de la memoria de quien escribe contando cómo fue y cuando. Por ende, este libro tiene un valor agregado porque José Milei –como editor y director del Instituto que creo Taquini- ha conseguido reunir el racconto de varios colaboradores, investigadores y otros, cada uno con un enfoque propio en cuanto a la vida y obra de Alberto C. Taquini. Como escribe Guillermo Jaim Etcheverry en el Prólogo I, “La actuación de Taquini fue decisiva para promover el desarrollo científico de la Argentina, tarea que no siempre resultó sencilla ya que el ambiente era muchas veces hostil. Taquini fue uno de los últimos exponentes de “gentleman criollo” y cada oportunidad de contacto con él era garantía de goce intelectual”. A su vez, en el Prólogo II, Eduardo Charreau añade, “Es un deber evocar las figuras de los que cimentaron la ciencia argentina. Alberto C. Taquini fue uno de ellas, profesor ilustre, investigador severo y meticuloso, académico por antonomasia, científico profundo, pensamiento original y sobretodo comprometido con su fe, con la universidad, con la investigación y con su patria”. En el Prefacio, José Milei explica, “El Instituto de Investigaciones Cardiológicas (ININCA) está unido a la figura de quien fuera, desde su fundación en el año 1944, director por mas de 50 años, Alberto C. Taquini. Allí se desarrolló y se desarrolla, investigación, docencia y asistencia. Asimismo la figura de Taquini está indisolublemente unida al descubrimiento de la angiotensina (hipertensiva) en el año 1939. En efecto, el grupo magníficamente liderato por Houssay (inmortalizados en la foto de Tapa) va mas adelante en los tiempos y se adentra en los momentos que preceden y siguen a la Segunda Guerra Mundial, época de perseverancia, audacia y romanticismo, en el que el descubrimiento de la angiotensina constituyó el suceso mayor”. Milei añade, “Además, podemos darnos cuenta de la importancia económica del descubrimiento, teniendo en cuenta que actualmente existe en nuestro país un consumo anual de alrededor de 33 millones de envases conteniendo algún inhibidor o bloqueante de la angiotensina con ventas anuales por alrededor de 2.169 millones de pesos, es decir, unos 270 millones de dólares”. Y siguen 12 capítulos de autores que resaltan diversas características de Taquini. Entre ellos, se destaca el de su hijo Alberto con detalles de la vida en familia, seguido de los de investigadores con su versión del descubrimiento de la hipertensina. 17 José Milei se ocupa de la creación del Instituto y de un capítulo sui generis titulado Eva Perón, Alberto C. Taquini y el secreto médico, donde leemos, “Corría el mes de marzo de 1952, cuando sonó el teléfono en la 3º Cátedra de Medicina de nuestra Facultad. Era el doctor Ricardo Finochietto, quien le pidió al entonces profesor titular Alberto Taquini que se hiciera cargo de la atención de María Eva Duarte de Perón. Así lo hizo Taquini visitándola de dos a tres veces por día hasta su muerte, el 26 de julio de 1952. Taquini mantuvo desde entonces un silencio sepulcral, que no quebró ni siquiera en la intimidad de su familia”. José Milei me pidió que escribiera el capítulo sobre Taquini y la Sociedad Argentina de Investigación clínica (SAIC) del cual evitaré todo comentario excepto para mencionar que Taquini fue uno de los fundadores de la SAIC en 1960 y que su largo discurso de Primer Presidente marca una época. El libro tiene valor histórico reforzado por los dos extensos capítulos de Federico Pérgola y Norma Isabel Sánchez, que abarcan desde los inicios de la ciencia argentina hasta el desarrollo de la denominada investigación houssayana. 18 Después de los 12 capítulos, las últimas 70 páginas consisten en lo llamado PAGINAS PARA RELEER. Allí resalta una conferencia de Taquini pronunciada en1989 titulada Eduardo Braun Menendez y el descubrimiento de la angiotensina, medio siglo de un importante hallazgo científico, con un merecido elogió a quien fue su amigo y compañero de ruta. Tanta información y la excelente presentación del libro hacen que leerlo es sencillamente un placer. Christiane Dosne Pasqualini Artículos selectos Efectos antihipertensivos y metabólicos de la asociación de bloqueantes del receptor de angiotensina con diuréticos, en pacientes obesos e hipertensos, afroamericanos y caucásicos Ofili Elizabeth, Zappe Dion, Purkayastha Das, Samuel Rita, Sowers James. Am J Ther. 2013 January ; 20(1): 2–12. Un ensayo clínico (estudio VITAE) comparó la disminución de la presión arterial con valsartán/hidroclorotiazida versus amlodipina/ hidroclorotiazida, en pacientes obesos e hipertensos. Comparando las asociaciones amlodipina/ hidroclorotiazida, con valsartan/ hidroclorotiazida, se objetivaron cambios en la respuesta hiperglucémica a la hidroclorotiazida. Un objetivo de este análisis posthoc fue determinar si este beneficio se extendió a los pacientes afroamericanos y caucásicos. Los tratamientos (valsartán 160mg + hidroclorotiazida 12,5mg con titulación a valsartán 320mg/hidroclorotiazida 25mg en la cuarta semana o hidroclorotiazida 12,5mg con titulación a hidroclorotiazida 25mg en la cuarta semana en combinación con amlodipina 5 y 10 mg agregados en las semanas 8 y 12 respectivamente) se administraron una vez al día. Ambos tratamientos redujeron la presión arterial en todos los controles clínicos (p<0.0001), sin importar raza ni etnia (126 afroamericanos, 212 caucásicos). En los afroamericanos no hubo diferencias significativas entre los tratamientos para la reducción de la presión arterial clínica y ambulatoria en las semanas 8 ó 16. Los caucásicos respondieron mejor a valsartan/hidroclorotiazida. En ambos subgrupos raciales/étnicos, la adición de valsartán pero no de amlodipina mejoró la respuesta hiperglucémica de la hidroclorotiazida a través de la mejoría en la secreción de insulina. Valsartán / hidroclorotiazida fue tan eficaz como amlodipina / hidroclorotiazida en la reducción de la presión arterial en hipertensos obesos afroamericanos, y fue mejor que amlodipina / hidroclorotiazida en los caucásicos. En ambos subgrupos raciales / étnicos, la adición de valsartán a la hidroclorotiazida reduce los efectos metabólicos negativos asociados al tratamiento con tiazidas. 19 Insuficiencia cardíaca diastólica en la hipertensión: Posibles Beneficios Preventivos del Nebivolol más allá de reducir la presión arterial Natalia PATRASCU, University of Medicine and Pharmacy, Bucharest, Romania. Journal of Clinical Medicine 2013; 8(3): 285-289. La hipertensión arterial es una de las enfermedades cardiovasculares más prevalentes y una de las causas más importantes de insuficiencia cardíaca con fracción de eyección baja o conservada. Aunque varias drogas son altamente efectivas en la reducción de la presión arterial, el tratamiento óptimo para prevenir la progresión de la insuficiencia cardíaca es todavía incierto. Los beta-bloqueantes, drogas con indicaciones y beneficios bien establecidos para la hipertensión y la insuficiencia cardíaca, parecen mostrar variables propiedades farmacológicas con diferentes consecuencias en la hemodinámica cardiovascular. Con el nebivolol, beta-bloqueante de tercera clase, particularmente por su mecanismo de vasodilatación mediada por la liberación de óxido nítrico, se ha demostra- 20 do que proporciona beneficios sustanciales más allá del efecto de reducir la presión sanguínea, tales como la reversión de la disfunción endotelial y una mejoría en: el acoplamiento ventrículoarterial, la reserva de flujo coronario y de la función diastólica que es independiente de los cambios en la geometría ventricular. Por lo tanto, nebivolol parece ser superior a otros betabloqueantes "clásicos" para la reversión de disfunción ventricular izquierda subclínica en pacientes hipertensos, antes de la aparición de la insuficiencia cardíaca. Esto podría ser un dato importante a tener en cuenta, sobre todo para las primeras etapas de la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada en las cuales no hay todavía un tratamiento óptimo establecido.