diario liberal de la tarde.

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LA IBERIA
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No se admite correspondencia qae no lenga (ranea de porte.
J
Viernes 7 de Diciembre de 1855.
AÑO n .
SCCCXOM DOGTBINAI..
Como si las desventuras que nos aquejan
y el desgobierno que en todas épocas nos ha
trabajado, (sin esceptuar laS que nuestros
absolutistas de la rieja escuela denominan
felices tiempos), procediesen del escaso número de nuestros partidos políticos; como si
la división hasta lo infinito no fuese la causa principal de todos nuestros males en lo
interior , y de la completa pérdida de nuestra influencia en lo esterior, hé aquí que algunos de nuestros compatriotas , movidos
sin duda por rectas intenciones—que de
estas no debemos ocuparnos—pero con insigne desacierto , en nuestro juicio , se proponen levantar la bandera de uno que al parecer apellidan tercer partido. Mas acertados
por cierto andarían si le calificasen de centesimo partido.
¿Y qué pretende, á qué aspira después de
todo, ese embrionario partido? Lo ignoramos;
y no será pequeña maravilla que sus apóstoles en el Pariaraento, la prensa y los altos
círculos políticos, tengan sobre el particular
mas auténticos y estensos datos. Parece,
sin embargo , que esa nueva elucubración
debe tener por toda base y robusto cimiento
la unión liberal , que por lo visto se intenta
exhumar de la oscura huesa en que há meses yace sepultada.
Ahora bien: para trabajar con celo, con
desinterés en el natural desenvolvimiento de
las consecuencias de la revolución de julio;
para adoptar una marcha francamente liberal, tan distante de las tradiciones polacas
como de las exageraciones democrático-socialistas; para poner al fin el ansiado término á las fluctuaciones que nos debilitan y
nos ridiculizan á la faz del mundo, fluctuaciones contra las cuales hemos tantas veces
clamado; para todo esto, decimos, ¿á qué
un nuevo partido, sea cual fuere? Y si á C5ta
circunstancia, no desatendible, se agrega la
decisira consideración de que la flamante
fracción no ha escrito aun en su bandera
lema alguno que pueda arrastrar á la multitud, ni en su favor cuenta con el número ó
la influencia, vendremos á parar, como conducidos por la mano, á la obvia consecuencia de que la nueva creación con que algunos Cándidos sonadores se proponen asombrar á su patria y conducida á las regiones
encantadas de la felicidad, es una quimera,
en toda la estension de esta palabra.
Asi como vagamente se vislumbra que la
antigua unión liberal es la piedra angular
del nuevo edificio, asi también se barrunta
que sus principales arquitectos habrán de
ser los generales de Yicálvaro. ¡Nueva y
mas infantil ilusión! Si, como estos señores
nos han dicho con insistencia, se han identificado con la revolución del anterior verano; si todas sus aspiraciones tienen por objeto la realización de los principios entences proclamados, séanos permitido creer que
SEGCIOll REGBEATITA.
DISCURSO
Kn la Redacción, Plazuela de Celenqiie, niioiera I , cuarta
principa. ; y en las librerías de Baílly-BaiUiere, calle del
Principe, y Cuesta, calle Mayor.
rnoNiiNciADO EN LA
SOLEMNE APERTURA
DE LA U.-SIVERSIDAD CENTRAL POR EL DOCTOR
DON VICENTE ASUERO T CORTAIAH , CATKDRÁTICO
DE TERAPÉUTICA T DE MATERIA MÉDICA.
(Continuación.)
Pues, con dotes como estas, valicinadl» desde
luego prósperos sucesos, cualquiera que sea la
carrera que adoptare.
Si, por no ser muy relerautes sus ingenios ó
talentos, no dejase su nombre consagrado en
los anales de la ciencia ó del arte á que se hubiese dedicado, Tivirá en paz con su siglo y
podrá lograr todos los bienes que se hallan al
alcance de las favorecidas medianías.
Sin una ú otra, y aun sin muchas de las dotes enunciadas, es posible ¿quién lo duda? conseguir el aura popular.
Basta para ello poseer alguna cualidad ó ingenio estraordinario, y tener la habilidad de utilizarle del modo que convenga.
Dada ya la señal, una vei pregonado con fortuna el mérito de un hombre, propágase el rumor, y muchos se disponen i admirarle.
Ya aplaudido por la multitud que le celebró en
su aparición, la multitud no ceja ó retrocede sino
á fuerza de tiempo y desengaños. Su entusiasnao
es contagioso. El secreto de aquel consistió en
hablar donde se hallaba la misteriosa hoqutdad
indispeusablo para que el eco de su palabra retumbase: lo demás es obra del acaso y de la fascinacittt que de algunos so apodera.
dentro del círculo de las doctrinas que la
comunión progresista ha sostenido en todas
épocas en la oposición y hecho efectivas en
el poder, caben perfectamente todas las opiniones liberales , todas las teorías razonables de gobierno, todos los medios de asegurar en España el imperio délas instituciones libres, no menos combatidas hoy por los
instintos reaccionarios, que por las ridiculas
exageraciones de estos y la imprudente ligereza de aquello s.
Por nuestra parte, nos declaramos desde
ahora en abierta oposición con el partido
que vergonzantemente se anuncia catre nosotros. Aun cuando, contra todo lo que en
estos momentos se presenta como mas probable, ni la caduca unión liberal sea la base
cardinal, ni los caudillos vicalbaristas hayan
de ser los gefes de la anunciada bandería,
siempre resultarán ciertas é incontrovertibles dos verdades: es la primera que el intento de formar un nuevo partido, lejos de
asegurar la reputación liberal de esos generales, tendería mas bien á menoscabarla y
acaso destruirla; es la segunda que, como
dejamos dicho, si de buena fé se trata de labrar la felicidad del país y llevar á cabo las
consecuencias del alzamiento que dio en
tierra con los ídolos y los altares del polaquismo, es en alto grado sospechoso y terrible todo conato dirigido á crear nuevas
fracciones políticas en un país destrozado
por las luchas de partido.
Lo que tales conatos pueden significar
hoy no es sino la mal encubierta pugna de
ambiciones miserables, que no hallando fácil ó próximo acceso al poder en tanto que
militan en las antiguas escuelas, procuran
hacerse las necesarias, y producirse á luz,
y rodearse del pomposo aparato de la novedad, levantando sin cesar nuevas banderas, siquiera la confusión crezca hasta lo
infinito, y siquiera las nulidades amenacen
invadirio todo, y la charia iraporluna logre
ahogar la voz del saber y el palriotisrao.
Estamos en la época de los terceros partidos : es la manía política dominante. El
partido moderado nos ha hablado repetidas
veces, por medio de sus órganos en la prensa, de no sabemos qué trabajos de reorganización, que debían producir, por medio de
ciertas esclusiones y admisiones, la rehabilitación de un número mayor ó menor de
sus antiguos adeptos; es decir, la formación
de un tercer partido: empresa que, dicho
sea de paso, así ha dado de sí resultado alguno digno de mención, como por los cerros
de Ubeda.
El viejo partido absolutista ha tratado
también á su vez de reorganizarse, de refundirse, de modernizarse. InstintÍTamente ha
conocido mas de una vez que le era preciso
dar de mano hasta cierto punto ala balumba
de insostenibles ranciedades y desacreditabas
doctrinas que forman su credo político: mas
de una vez ha tratado de eliminar de su seno
No importa que el sentido común, aun no esIraviado, y que los hombres de ciencia ticen su
Toz para aprobar la insensatez ó la mentira, el
error y hasta el absurdo que hay en los discursos
y promesas del hombre que lograra aquel pros- •
ligio. Cuando la persua«ion nace de esperanzas
ó temores, no hay argumento, por sólido que sea
que no le rechacen los afectos en ([uc llegó á
apoyarse la creencia.
Si, por alto deiden ó nagligenoia, nadie le
contradice ó le censura, interprétase como señal
de aprobación este silencio.
¿Se le critica? Pues acudirán sus adictos á la
ignorancia ó á la envidia de sus contrarios, para
esplícar su oposición.
¿Se le persigue? Un instinto de generosidad se
sublevará en defensa de la victima para tomar i
su cargo la demanda.
¿Es áspero «n el trato, brusco en sus modales?
¿Tiene ridiculeces, singularidades 6 manías,
de que todos se aperciben? ¿No habla con sentido, escribe sin ortografía y con caracteres ilegibles?
Pues os dirán que sin estos lunares no seria
completa su grandeza, y os citarán, hasta cansaros, estravagancias de hombres que se han
lieclio notables, hablando poco y mal, y célebres
escritores que nunca fueron pendolistas.
Si; la parcialidad torna en favor hasta el agravio, y encuentra, aunen la deformidad mas repugnante, 9U belleza. No lo estrañeis.
La muchedumbre no percibe el vicio ó la virtud, ni la razonóla locura, sino cuando vé como
en caricatura sus efigies. Ama lo maravilloso y
los contrastes. Necesita perdonar algo cuando
ensalza: Ter en los héroes que aplaude un fondo
de vulgaridad que i su condición Io3 asimile:
á los hombres que hacen de él un verdadero
anacronismo, y aun ha mostrado en ciertos
casos, con no pequeño asombro de la actual
generación, puntáis y ribetes de liberalismo.
¡Trabajo estéril! El tercer partido, tras cuya
sombra corria, no ha aparecido, ni es de
creer aparezca en lo que resta de siglo.
Hoy, olvidadas tan elocuentes enseñanzas, algunos progresistas se han dado á entender que la panacea de nuestros males
presentes, y el amuleto que nos ha de preservar de los futuros, no consiste sino en el
venturoso hallazgo de lo mismo que con
tanto ahinco como desdicha buscaron moderados y realistas puros. La unión liberal,
como otras muchas cosas que se anunciaron
con estrépito y fueron en su dia saludadas
con júbilo, pudo producir mucho bien, y no
obstante, no lo produjo: esperándose de ella
algo, su resultado fué la nada: sirvió en su
tiempo de mucho á algunos, de cruel desengaño á otros, y de risa á los indiferentes:
¡séale la tierra ligera!
De los mencionados generales diremos, que
si rehuyen el porvenir en las filas políticas
á que se asociaron en julio, en vano lo buscarán en nuevos.campamentos, á donde no
les seguirán simpatías de valer, puesto que
cualquiera nueva evolución que intenten ni
alucinará á los moderados ni inspirará seguridad á ios progresistas. Buscar un apoyo
en nuevas huestes seria fomentar algunas
deserciones, estimular algunas apostasías,
para hallarse al fin casi aislados y sin la menor fuerza de acción.
Finalmente, de esos terceros partidos que
hoy parecen estar de moda y gozar de gran
boga, diremos, fundados en hechos recientes, que son imposibles; y añadiremos que á
ser posibles, vendrian á la escena política
con el único fin de representar en ella el papel de El tercero en discordia.
Ayer empezó en la Asamblea la importantísima discusión de los presupuestos.
Antes de entrar en la del voto particular
del señor Massadas sobre el presupuesto de
la Guerra, los señores Sagasta, Monares, Gil
Sanz, Valera y otros, presentaron una proposición pidiendo que no pueda discutirse
presupuesto alguno en particular sin haber
aprobado antes la ley general.
Esta es la verdadera doctrina liberal, y
así se hace en todos los parlamentos de
Europa.
En apoyo de la proposición hizo uso de la
palabra uno de sus autores, el señor Sagasta. Su señoría defendió con elocuencia y
energía los intereses populares, demostrando la conveniencia que hay en votar por separado los presupuestos de la nación. Sin
duda es este un método adoptado para hacer que la Asamblea apruebe parcialmente
lo que en su conjunto no podria menos de
desechar. Cuando por este sistema el presupuesto de gastos esté aprobado, habrá necesin este fondo creería adorar deidades mitológicas, y tan alta veneración la humillaría.
Si, pues, las dotes que bastan, á las veces,
para obtener el aura popular, ni son prendas en
que pueda fundarse nuestro cálculo para conjeturar próspera aventuranza en los que á ella
se encaminan, por mas que en tal ó cual grado las posean: si en la amplitud que tienen
los estudios necesarios para adquirir un título
cualquiera fuese de todo punto irrealizable el
propósito de sobresalir igualmente en aquellos,
vista 1» limitada capacidad de nuestro espíritu:
si la inclinación natural á determinados estudios
ó tareas y toda la aptitud intelectual correspondiente, no es tampoco lo que basta, sin un raro
y benéfico conjunto de dotes afectivas , instintivas y hasta físicas, para elevarse con el beneplácito de los hombres entendidos en el ejercicio de
una profesión; forzoso será que desmayemos al
contemplar los datos que deberán entrar en nuestro cálculo y lo rarísimo y difícil de verlos reunidos al sentir ó al impulsar hacia una vocaciónLimitémonos, por lo tanto , á averiguar sí los
alumnos poseen las facultades mas absolutamente indispensables para el desempeño de los deberes que en lo sucesivo los aguardan.
No busquemos en un hombre disposiciones que
prometan su eminentísimo saber en todos los ramos de una ciencia, sino la aptitud fundamental que ella reclame y la capacidad justamente
necesaria para brillar en el determinado puesto
á que aspirare.
La vocación para la jurisprudencia, por ejemplo, está en la naturaleza misma délos hombres;
pero no lo está, según nuestros estudios reglamentarios la definen ó co.mprenden , y según la
amplifican las necesidades sociales en la mayoría
de los casos. Jurista habrá irreemplazable como
HUMERO 444.
sidad de aprobar el de ingresos con el restablecimiento de la contribución de puertas y
consumos y el recargo que se supone sobre
la territorial.
Buenas fueron y dignas de ser atendidas
las razones que adujo el señor Sagasta en
pro de la proposición; pero no produjeron
efecto alguno en el ánimo de la complaciente mayoría. La proposición fué desechada
en votación nominal por 88 contra 63. Esta
es otra nueva prueba de independencia.
Abierta discusión snbre el voto particular
del señor Massadas, relativo al presupuesto
del ministerio de la Guerra, que no era mas
que la reproducción bajo otra forma menos
concisa de la proposición desaprobada, hizo
uso de la palabra en contra el señor Labrador. S. S. de algún tiempo á esta parte se
ha puesto al parecer de acuerdo con el gobierno; en todas las cuestiones importantes
vota con él, y le presta su mas desinteresado apoyo. ¿ En qué consiste esto? No lo sabemos. Pero recordamos que hace algunos
meses S. S. era uno de los que combatían
con mas ardor la marcha económica del ministro de Hacienda.
Eu pro del voto hizo uso de la palabra el
señor Massadas, su autor. S. S. enumeró
uno por uno los desengaños que desde la
revolución á¿ julio ac áha sufrido el pueblo,
principalmente en las cuestiones económicas,
é hizo ver los perjuicios gravísimos que la
conducta del gobierno causaba al partido
progresista. No parece, decía el señor Massadas, sino que tienen empeño decidido en
desacreditar la situación, muchos de los
hombres que han contribuido á formaria: de
otro modo, apenas pueden espiicarse las
contradicciones en que se la hace incurrir
unas veces destruyendo lo que antes ha
planteado, otras separándose de las ideas
liberales para aceptar y practicar las de sus
adversarios. Entrando después S. S. en el
fondo de la cuestión económica, censuró
agriamente los aumentos que se introducen
en el presupuesto de ingresos, como innecesarios y opuestos al crédito del partido progresista, y combatió el proyectado restablecimiento de la contribución de consumos. El
discurso de S. S., notable bajo muchos conceptos, fué oido con atención por la sana
doctrina que encerraba y su tendencia altamente liberal.
Contestóle brevemente el señor Sánchez
Silva, aprobando que se procediese primero
á la discusión del presupuesto de gastos
que á la del de ingresos, y en seguida hizo
uso de la palabra en pro del voto particular
el señor Arriaga. Su señoría defendió las
buenas doctrinas administrativas, y manifestó entre otras cosas, que se trataba de
discutir por partes la ley de presupuestos,
para que el pais no pudiera conocer con tanta facilidad la semejanza que tiene con las
que presentaban nuestros adversarios políticos, durante su funesta dominación. Cada
vez nos convencemos mas de que del parti-
En la sección oficial de ayer venan nuestros lectores una real orden del ministerio
de Fomento sobre líneas telegráficas , en la
cual se dice que están ya designados y
aprobados los puntos en que han de fijarse
las estaciones-comandancias, sin enumerarlos. Según nuestras noticias, son los siguientes:
«En las líneas desde Zaragoza á Barcelona , Huesca . Barbastro , Monzón , Lérida,
Tarragona y Reus , habrá estaciones en
Huesca, Barbastro, Lérida, Reus, Tarragona, Barcelona y Fraga. En las de Barcelona
á la Junquera por Gerona, las habrá en esta
ciudad, la Junquera, Figueras y Mataré. En
la de Tarragona á Valencia por Castellón,
en Castellón, Amposta y Tortosa. En la de
Bilbao a Santander, en Santoña y Santander. En la de Vitoria á Logroño . en Logroño. En la de Calatayud á Soria , en Soria,
Gomero, ó el punto medio que más convenga. En la de Madrid á Almansa, en Aranjuez, Villasequilla, Socuéllamos, Albacete y
Almansa.
En la de Almmsa á Valencia, en Játiva y
Valencia. En la do Almansa á Alicante, en
AHcante y otra estación donde convenga.
Én la Alicante á Cartagena por Orihuela y
Murcia, en Orihuela, Murcia y Cartagena.
En la de Socuéllamos á Cuenca, en San Cla-
asesor ó como juez, que sería inútil 6 detestable
presidente de cualquier chancillería , mal oidor,
relator pésimo, frío defensor ófiscalintolerable'
Loque en la práctica de la jurisprudencia sa
percibe, se nota en la de todas las profesiones ó
carreras. Estudios hay que, siendo como fundamentales, para cada una de estas necesitan previa disposición en los sugelos que á ellas se dedican. Empiécese por averiguar si en estos hay
la aptitud intelectual indispensable, y averigüese
después si con diclia aptitud coinciden ó no todas las demás ya antes enunciadas.
Para ser médico ó cirujano , por ejemplo , es
necesario saber la anatomía; pero reparad bien,
si aspiraseis á hacer de vuestros hijos grandes
cirujanos, en que la anatomía del disector nojes
la anatomía del operador: el primero clavará
siempre su escalpelo en un yerto cadáver: el segundo tendrá que operar en una organización
que siente , que habla , que palpita, se queja,
grita y se remueve. El primero solo neeesita la
curiosidad que le lleva á investigar los caracteres físicos, visibles y tangibles de todas las entrañas que hay en nuestro cuerpo: el segundo
¡ahí el segundo, ¿quién es capaz de decir, y en
breve tiempo, las cualidades que debe poseer?
Educado en los hospitales y anfiteatros anatómicos, en esas escuelas del dolor y de la muerte,
observador solícito del hombre que padece , intérprete de las necesidades que le aquejan , espectador paciente de angustias y torinenlos que
acibaran , por simpatía, su existencia; ligada
siempre su fortuna con la salvación del que reclama sus auxilios; siempre en la mas perfecta
consonancia su interés con el interés de su doliente , inútil es decir si necesitará conocer al
hombre muy á fondo para compadecerle y reani-
marle con su palabra y con su espíritu, para
cautivarle con sufilantropíay su i-aber, y llegar
hasta á ser dueño de su cuerpo á fuerza de vivir
esclavo de sus males.
Si; la compasión y la beneficencia, estas fuerzas morales, asociadas á la correspondiente dotación en los ingenios, constituyen los dos Resortes afectivos que imprimen la vocación qua
llamaremos hipocráiica.
Innatas son la compasión y la beneficencia entre los hombres; pero ¡de qué modos tan diversos no se espresan en cada uno aquellas facultades!
Hay quien no puede tolerar el grito de dolor
que lanza un semejante. Hay quien al aspecto
de la mas leve herida se desmaya: quien huye
como despavorido de la alcoba en que otro se
halla agonizando, sin dejar de ser humanos, sin
que por eso economicen sacrificios para aliviar
ó remediar á los que sufren.
También hay organizaciones egoístas que tienen una infinita conformidad para los dolores
de su prójimo; pero consuélenos lo escepcionales que afortunadamente son.
Oye la compasión un alarido, y si esta compasión impera en nuestra alma con las dotes necesarias para la vocación que llamamos hipocrática, al punto una afinidad irresistible nos hace
participar da aquel dolor y anhelar su alivio y
su consuelo.
El que sufre contrae, por el solo hecho de sufrir, un estrecho parentesco con aquel que se
halla organizado para ejercer la ciencia de Esculapio: su dolor ha encendido la antorcha con que
ha de buscarse su remedio. Para él nuda hay
en el enfermo que por su aspecto ó fetidez repugne; hasta serie intolerable su impresión.
do progresista, si siguen así sus importantes
hombres, bien pronto no quedará mas que
el nombre: muchos de los abusos que había
en tiempo délos moderados, seinteatan sostener en la actualidad; los mismos principios
que entonces se practicaban, se practican
hoy para que se aprueben, y todo es debido
á la perniciosa influencia de la mal llamada
Mrtion liberal.
Después de haber rectificado los señores
que habían tomado parte en estos debates,
se procedió á la votación. Como era de esperar , el voto del señor Massadas fué desechado por 103 señores diputados contra 65,
que son el verdadero núcleo de la oposición
progresista. Ya van, por fin, aclarándose las
situaciones, y ya casi sabemos quiénes de
los mismos (jue se llaman progresistas, son
nuestros amigos ó nuestros adversarios.
No concluiremos esta lijera reseña sin
desvanecer un error en que incurrió el señor Massadas, con quien por otra parte estamos de acuerdo en todos los principios
que tan elocuentemente sustentó. Las provincias de España, no miran con recelo ni
odio el engrandecimiento industrial de Cataluña, ni quieren restringirie ni menos anularle; lo que desean solo es que no se ejerza
un monopolio fatal para ellas, y no se evite
el desarrollo de su riqueza por una mal entendida condescendencia, no con la industria
del Principado, sino con algunos traficantes
que medran á su sombra.
De esto á lo que sostenía el señor Massadas hay una gran diferencia.
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