ORIGINALES Cognición social y esquizofrenia: diferencias entre usuarios de Centros de Día de Rehabilitación Psicosocial y de un Programa de Empleo con Apoyo Jorge C. Álvarez, Rafael Touriño, Cristina Abelleira, Jaime Fernández, Ernesto Baena, Alba Giráldez y Rosario Bordón Programa Insular de Rehabilitación Psicosocial de Gran Canaria. España RESUMEN Introducción. La cognición social influye en diferentes aspectos del funcionamiento social y específicamente en el desempeño laboral. El objetivo del presente estudio es evaluar y comparar la cognición social en dos grupos de personas diagnosticadas de esquizofrenia, los que tienen un empleo normalizado dentro de un Programa de Apoyo al Empleo (PAE), y los que acuden a Centros de Día de Rehabilitación Psicosocial (CRPS). Método. La muestra estuvo compuesta por 45 usuarios de la red de CRPS de Gran Canaria y 23 pacientes activos laboralmente integrados en el PAE. La cognición social se evaluó mediante la Escala de Cognición Social. La cognición básica con el Mini – Examen Cognoscitivo y las subescalas Dígitos y Clave de números del WAIS – III. Resultados. Los usuarios del PAE puntúan significativamente mejor en cognición social global y en el dominio de estilo atribucional. Se encuentran diferencias significativas en algunos aspectos de neurocognición básica a favor de la muestra del PAE. Se mantienen diferencias significativas a favor de la muestra del PAE en cognición social global controlando esa variable. Discusión. La Cognición Social en las personas con esquizofrenia se relaciona con distintas áreas del funcionamiento social, y tiene influencia en el hecho de que una persona con esquizofrenia desempeñe un trabajo remunerado. De las dimensiones evaluadas de Cognición Social es la referente al Estilo Atribucional la que parece tener mayor influencia en incrementar la probabilidad de que una persona con esquizofrenia esté trabajando. ABSTRACT Introduction. Social cognition influences different characteristics of the social function, specifically work performance. The aim of this study is to evaluate and compare social cognition between two groups of people diagnosed with schizophrenia, some with normalized work in a Supported Employement Program (SEP) and some attending a Psychosocial Rehabilitation Day Center (PRDC). Method. The sample was comprised of 45 users of the PRDC network in Gran Canaria, and 23 actively employed patients supervised by SEP. Social cognition was assessed with the Social Cognition Scale. Basic cognition was assessed by the MiniMental and WAIS-III subscales: digit span and digit symbol coding. Results. SEP users scored significantly better in global social cognition scale and in the domain of attributional style. We find meaningful differences in some basic neurocognition aspects which are more favorable in the SEP sample. Differences in social cognition are maintained controlling this variable. Discussion. Social cognition in persons with schizophrenia correlates with different areas of social function, and influences the possibility that a person with schizophrenia obtains a job. Among the social cognition dimensions evaluated is attributional style which seems to have a greater influence on increasing the probability that a person with schizophrenia obtains employment. KEY WORDS PALABRAS CLAVE Cognición Social, Esquizofrenia, Rehabilitación Empleo con Apoyo, Rehabilitación Psicosocial. Social cognition and schizophrenia: differences between users of Psychosocial Rehabilitation Day Center and from a Supported Employment Program Laboral, Social Cognition, Schizophrenia, Work Rehabilitation, Supported Employment, Psychosocial Rehabilitation. Correspondencia: Jorge C. Álvarez. PIRP. C/Real de Castillo 152. 35010, Las Palmas de Gran Canaria. España. E-mail: jorgecarlos76@gmail.com Rehabilitación Psicosocial 2013; 10 (2): 4-9 4 Álvarez et al Introducción Los déficit en el funcionamiento social son característicos de la esquizofrenia y abarcan distintas áreas: la comunicación con los otros, la capacidad para iniciar y mantener un empleo, el funcionamiento en la 1 comunidad . Además, suelen estar presentes como 2,3 síntomas premórbidos de la psicosis , afectan a la 4 calidad de vida de los pacientes , e influyen en el desarrollo y curso de la enfermedad incrementando el 5,6,7 riesgo de recaídas La cognición social se refiere a cómo la persona piensa sobre ella misma y los demás. Ha sido definida como los procesos cognitivos implicados en como elaboramos inferencias sobre las intenciones y creencias de otras personas y como sopesamos factores situacionales sociales al hacer dichas 8 inferencias . El estudio de la cognición social se inicia en la década de los 90 bajo la hipótesis de que el déficit en cognición social podría estar en el origen de la dificultad en las relaciones interpersonales y del deterioro global del funcionamiento social en la esquizofrenia. Desde entonces se ha ido consolidando como uno de los principales focos de interés de la investigación en el ámbito de la esquizofrenia, hasta el 9 punto de ser incluida en el proyecto MATRICS (2003) como uno de los siete ámbitos cognitivos críticos de los déficit presentes en la esquizofrenia. La evidencia empírica acumulada hasta el momento ha ido dando soporte a la hipótesis de partida, si bien en el camino han ido surgiendo dificultades: la falta de consenso en la definición de cognición social y sus 10 componentes implicados , la ausencia de medidas estandarizadas que evalúen la cognición social de un 11 modo global , diferencias en la conceptualización de 12,13 las dimensiones del funcionamiento social , discrepancias en relación a las variables relevantes implicadas en la relación entre cognición social y funcionamiento social. En este contexto han aparecido diversos modelos que tratan de explicar la relación entre cognición social y funcionamiento social. Como ejemplo de estos intentos se exponen dos modelos que difieren en cuanto a las variables implicadas en el resultado funcional: * El modelo de Vauth, Rush, Wirtz y Corrigan (2004) señala que la cognición social podría ser un mediador entre la neurocognición básica y el funcionamiento social, de modo que ciertos componentes de la cognición no-social (atención, memoria, funcionamiento ejecutivo) ejercerían su influencia principal sobre la cognición social, la cual se relacionaría con el funcionamiento social del paciente con esquizofrenia. * El modelo de Brekke, Kay, Lee y Green (2005) plantea que la cognición social es influenciada por la neurocognición básica y ejerce influencia de forma 5 Rehabilitación Psicosocial 2013; 10 (2): 4-9 directa sobre el funcionamiento social y de forma indirecta a través de su relación con la competencia social y el apoyo social. A pesar de los esfuerzos realizados aún no se cuenta con un modelo integrador definitivo que de cuenta de la relación entre la cognición social con otras variables relevantes (neurocognición, sintomatología, conciencia de enfermedad, habilidades sociales…) y su influencia sobre el funcionamiento social.. Por otro lado, una de las discrepancias en la investigación realizada hasta el momento surge a la hora de conceptualizar el resultado funcional en los pacientes con esquizofrenia. Se ha considerado como tal desde comportamientos interpersonales a habilidades sociales, habilidades para el uso de recursos comunitarios, habilidades de la vida diaria, capacidad de resolución de problemas sociales. Existen pocos estudios que se hayan centrado de forma específica en la relación entre la cognición social y el funcionamiento laboral. El estar trabajando implica poner en juego diversos componentes relacionados con la cognición social; en este sentido habría que señalar que los cuestionarios de rendimiento laboral utilizados en los programas de rehabilitación incluyen como principales elementos habilidades sociales, capacidad de cooperación y 14,15 . presentación personal El mantener un puesto de trabajo implica a su vez afrontar de forma efectiva una serie de demandas propias del ambiente laboral (relación con los compañeros, con figuras de autoridad, con los clientes, exigencias de rendimiento…) que van a requerir un buen entendimiento social, de modo que sesgos en las atribuciones o en la percepción de estas demandas pueden impedir la posibilidad de implicarse en un proyecto laboral, provocar el abandono del puesto de trabajo o dificultar que la persona sea capaz de asumir funciones más complejas en su entorno laboral. La investigación en la actualidad tiende a considerar que el hecho de estar trabajando sería un buen indicador del funcionamiento social de los pacientes con esquizofrenia, y exigiría habilidades de cognición 16 social . La inserción laboral de los personas con trastorno mental grave se ha ido consolidando en los últimos años en los planes de atención de salud mental como un objetivo estratégico a tener en cuenta desde el paradigma de la recuperación, en la medida que supone un instrumento para lograr la plena integración social, en condiciones de autonomía personal y de 17,18 participación en la comunidad . A pesar de lo señalado no existe una práctica generalizada ni homologada. Los recursos de inserción laboral tienen diferente tipología, y la experiencia es diversa entre los diferentes países, y en nuestro Cognición social y esquizofrenia: diferencias entre usuarios de CRPS y de PAE contexto entre las diferentes comunidades. De todos los modelos de programas de empleo, el más investigado y evaluado de manera sistemática y rigurosa es el de empleo con apoyo, orientado a la colocación inmediata en el mercado laboral, acompañada de medidas de entrenamiento y seguimiento individual en el puesto, mostrándose como 19,20 un método eficaz . El Programa de Apoyo al Empleo (PAE) de Gran Canaria se encuadraría en esta línea de trabajo al buscar la inserción laboral de la persona con trastorno mental grave y proporcionar los apoyos necesarios para afrontar con éxito la exigencia laboral, ocupándose a su vez de fomentar la formación y de ejercer una labor de mediación entre el paciente y el tejido laboral. De acuerdo con lo señalado, se plantea un estudio con el objetivo de examinar las diferencias en Cognición Social existentes entre pacientes con diagnóstico de esquizofrenia que actualmente se encuentran trabajando dentro de un Programa de Apoyo al Empleo y pacientes en tratamiento en los Centros de Día de Rehabilitación Psicosocial, bajo la hipótesis de que los usuarios que están trabajando presentarán mejor cognición social. Método Se trata de un estudio observacional transversal sobre el desempeño en tareas de Cognición Social, comparando personas diagnosticadas de esquizofrenia que tienen un empleo remunerado dentro de un Programa de Apoyo al Empleo y personas con esquizofrenia que acuden a Centros de Día de Rehabilitación Psicosocial. Ambos grupos mantienen seguimiento en Unidades de Salud Mental Comunitarias y pertenecen al área de salud de Gran Canaria. Los criterios de selección de las muestras fueron el haber recibido el diagnóstico de esquizofrenia (F20) según criterios CIE-10, con un rango de edad de 18 a 64 años y alfabetizados. Para la muestra del PAE se exigía una actividad laboral ininterrumpida, de al menos media jornada, durante 3 meses. En cuanto a la muestra de los Centros de Rehabilitación Psicosocial (CRPS) se exigía la asistencia regular a este dispositivo. Se consideraron como criterios de exclusión el diagnóstico o sospecha de discapacidad intelectual, deterioro cognitivo definido por una puntuación en el Mini- Examen Cognoscitivo (MEC) inferior a 25 y descompensación clínica considerada por un ingreso en unidad de internamiento, cambios en el tratamiento psicofarmacológico o visita a urgencias psiquiátricas por descompensación en los 3 meses previos al estudio. De acuerdo a estos criterios se seleccionó de forma aleatoria una muestra de usuarios de los CRPS y del PAE. Todos fueron informados del propósito del estudio y accedieron libremente a participar. A través de entrevista individual y datos de la historia clínica se recogieron las siguientes variables sociodemográficas: edad, sexo, estado civil, nivel de estudios y convivencia. También se registraron los años de evolución de la enfermedad. Se evaluó la cognición básica con los siguientes 21 instrumentos: el Mini-Examen Cognoscitivo (MEC ), adaptación de Lobo, que fue utilizado para descartar del estudio aquellos casos en que la presencia de deterioro cognitivo pudiera confundir los resultados, estableciendo como punto de corte una puntuación inferior a 25; la subescala de Dígitos del WAIS-III, que mide memoria auditiva inmediata, secuenciación auditiva, independencia de la distracción y alerta mental; y la subescala de Clave de Números del WAISIII, que mide capacidad para seguir instrucciones, velocidad y agudeza en tareas rutinarias, coordinación visomotora, capacidad de aprendizaje e independencia 22 a la distracción . La Cognición Social se evaluó a través de la Escala de Cognición Social (ECS) de Ruiz, J.C., García, S. y Fuentes, I. Esta escala desarrollada desde la Universidad de Valencia es uno de los pocos instrumentos diseñado y validado para la población española que permite valorar la cognición social de forma global considerando diversos componentes: procesamiento emocional, percepción social y estilo 23 atribucional . Utiliza fotografías de contenido social que difieren en la carga cognitiva y emocional que presentan. Los ítems reflejan la capacidad de identificar distintos aspectos como los elementos presentes en la imagen, la imagen en su totalidad, la emoción facial de las personas y la realización de inferencias adecuadas a partir de la información presentada. El procedimiento consistió en la realización de una entrevista individual y la aplicación de los instrumentos de evaluación antes descritos a los participantes del estudio en una sesión de alrededor de 60 minutos. Resultados Se seleccionaron 45 usuarios de los CRPS y 25 del PAE, que finalmente se redujeron a 23, en éste último grupo, por el abandono de 2 personas. En relación al tipo de convivencia, la mayoría residen con su familia de origen, tanto en la muestra del PAE, un 52,2%, como en la de los CRPS, un 68.9%. La mayor parte de los usuarios del PAE nunca han estado casados, un 82,6%, al igual que ocurre con los de los CRPS, un 86,7%. En cuanto al nivel de estudios, un 52,2% de la muestra del PAE presenta estudios secundarios frente a un 40% de la muestra de los CRPS. Se compararon las variables sexo, edad y años de evolución entre los grupos (tabla 1) no encontrando diferencias estadísticamente significativas entre las muestras. En lo que respecta a la variable Cognición Rehabilitación Psicosocial 2013; 10 (2): 4-9 6 Álvarez et al Social, se realiza un contraste no paramétrico para conocer si existen diferencias significativas entre las muestras y se encuentra, de acuerdo con la hipótesis de partida, que los valores de la distribución de Cognición Social Global son significativamente mayores en la muestra del PAE. En relación a las subescalas, se encuentran diferencias significativas entre ambas muestras en la subescala de Estilo Atribucional a favor de la muestra del PAE (tabla 2). Se procedió del mismo modo para el análisis del resto de variables medidas en el estudio (tabla 3). En la evaluación con el MEC los resultados son comparables entre ambos grupos. En relación a pruebas más especificas de funcionamiento cognitivo, no se encuentran diferencias significativas para las puntuaciones en la subescala Dígitos entre ambas muestras, sí para Clave de Números a favor de la muestra del PAE. Para finalizar se procede a examinar las diferencias en Cognición Social entre ambas muestras controlando la variable de cognición básica evaluada con la subescala Clave de Números (WAIS –III). Los resultados encontrados permiten hablar de diferencias significativas (p = 0,036) a favor de la muestra del PAE en Cognición Social Global entre las 2 muestras controlando la variable Clave de Números. Tabla 1. Descripción de la muestra Características PAE (n = 23) CRPS (n = 45) Edad Años de evolución Hombres 39,09 ± 6,55 14,52 ± 6,28 69,6% 40,47 ± 8,48 17,27 ± 9,24 77,8% Tabla 2. Diferencias intergrupales en cognición social Variables ECS Total Emoción Percepción Social Estilo Atribucional PAE (n = 23) CRPS (n = 45) 9,65 ± 1,50 1,52 ± 0,85 2,65 ± 0,98 5,48 ± 0,79 8,51 ± 2,29* 1,36 ± 1,13 2,33 ± 1,13 4,84 ± 1,31** * p < 0,05 ** p < 0,01 Tabla 3. Diferencias intergrupales en cognición básica Variables Dígitos Clave de números PAE (n = 23) CRPS (n = 45) 8,30 ± 1,98 7,91 ± 1,97 8,44 ± 2,65 5,89 ± 2,62* * p < 0,01 7 Rehabilitación Psicosocial 2013; 10 (2): 4-9 Discusión En base a los resultados encontrados, se puede señalar que la mejor Cognición Social se relaciona con el hecho de que una persona se encuentre trabajando. De las dimensiones evaluadas de Cognición Social es la referente al Estilo Atribucional la que parece tener mayor relación con el hecho de que una persona esté trabajando. Estos resultados son compatibles con la evidencia empírica acumulada hasta el momento que señala que la Cognición Social en las personas con esquizofrenia se relaciona con distintas dimensiones del funcionamiento social y que ésta influencia se produce de modo directo y de modo indirecto como variable mediadora entre neurocognición y resultado 24,25,26 funcional . El Estilo Atribucional ha recibido poca atención en cuanto a su relación con el funcionamiento social. A pesar de ello los estudios realizados sugieren una relación entre el hecho de realizar atribuciones 27 ajustadas y un correcto funcionamiento comunitario así como entre un estilo atribucional “hostil” y 28 comportamientos agresivos , relevándose de esta manera como uno de los componentes de la cognición social a tener en cuenta en investigaciones futuras. Por otra parte, se observan diferencias significativas entre las dos muestras en Clave de Números a favor de la muestra del PAE. En un análisis posterior se controla esta variable, manteniéndose las diferencias significativas entre las dos muestras en Cognición Social Global a favor de la muestra del PAE. Se puede señalar que algunos aspectos de la neurocognición básica se relacionan con el desempeño laboral. Hay que tener en cuenta que la subescala Clave de Números evalúa capacidad para seguir instrucciones, velocidad y agudeza en tareas rutinarias, coordinación visomotora, capacidad de aprendizaje e independencia a la distracción, aspectos de especial importancia en el desempeño laboral. La influencia de la neurocognición básica en el funcionamiento social ha sido planteada y contrastada en numerosos estudios si bien se estima que únicamente explica entre el 20% y el 40% de la varianza en el resultado funcional , esto es, queda por 29 explicar entre el 60% y el 80% de la varianza . La cognición social se presenta como una dimensión relacionada con la neurocognición básica pero 30 distinta , incluso, como han constatado algunos 31,32,33 estudios en su sustrato neuronal . Habría que señalar una serie de debilidades en el estudio realizado. Se trata de un estudio observacional transversal que no permite inferir causalidad, con un escaso tamaño de muestra; las variables investigadas son dimensiones complejas, difíciles de evaluar de forma exhaustiva; los resultados observados no serían Cognición social y esquizofrenia: diferencias entre usuarios de CRPS y de PAE generalizables a otros contextos funcionales ni a otro perfil de pacientes. Una de las principales dificultades surge a la hora de evaluar la Cognición Social por la gran variabilidad entre las pruebas existentes y los componentes que evalúan. El determinar cuales son las áreas de la cognición social deterioradas y en que grado lo están es fundamental para implantar programas de intervención. Para finalizar se enumeran una serie de cuestiones relevantes a tener en cuenta para futuras investigaciones en éste campo: a la hora de evaluar el resultado funcional en el ámbito laboral se deberían considerar variables propias de ese entorno: cuantas horas se trabaja, calidad del trabajo desempeñado, complejidad/exigencias del trabajo. Se hace patente la necesidad de llevar a cabo estudios longitudinales para conseguir determinar el peso de la Cognición Social como predictor de un buen rendimiento laboral. Agradecimientos 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. Los autores agradecen la colaboración de los usuarios y de los profesionales del PAE de Gran Canaria en el estudio presentado 16. Bibliografía 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. Bellack AS, Morrison RL, Wixted JT, Mueser KT. An analysis of social competence in schizophrenia. Br J Psychiatry. 1990;156:809-818. Davidson M, Reichenberg A, Rabinowitz J, Weiser M, Kaplan Z. 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