El Rock y la Esttica de la Posguerra

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EL ROCK Y LA ESTÉTICA DE LA POSGUERRA*
José Andrés Quintero Restrepo**
Resumen
Ha sido muy frecuente, respecto a la historia del rock, que se haga mayor énfasis en los
informes de farándula: cómo vive, qué consume y con quién estuvo una estrella de rock.
En otras ocasiones, se les rinde un marcado culto a los artistas virtuosos: el guitarrista
más rápido, el baterista con mayor número de tambores y la voz más potente. Pero en
cuanto a una reflexión rigurosamente estética, se ha dicho poco, sobre todo partiendo
de ciertas condiciones concretas que han permito representar una visión del mundo
desde lo catastrófico, demencial y teratológico. Es lo que se pretende introducir con
este ensayo: dar cuenta de cómo la psicodelia y el movimiento punk, tuvo sus nexos
con la segunda Guerra Mundial. Dicho de otro modo, se trabaja la perspectiva del rock
como estética de la segunda posguerra.
Palabras Clave
Rock, estética, postguerra, punk, Pink Floyd.
Abstract
*
Conferencia leída en El Colombo-Americano el 10 de noviembre de 2004 en el Foro: Rock ¿50 años?
Las otras ponencias, además de la presente, estuvieron a cargo de Víctor Peñuela (La Cuestión del
Origen del Rock) y Juan Antonio Agudelo (La Crisis Actual del Rock).
**
Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad Pontificia Bolivariana. Mención de Honor por el
trabajo de grado “The Wall: Una Mirada Estética sobre la Angustia, la Muerte y el Aburrimiento” (en
imprenta). Tercer puesto en la VIII versión del Concurso Nacional Otto de Greiff Mejores Trabajos de
Grado, Santafé de Bogotá, septiembre 28 de 2004. Actualmente profesor de cátedra del Programa de
Filosofía y Letras de la Facultad de Filosofía, del Centro de Humanidades y de la Escuela de Ciencias
Sociales de la Universidad Pontificia Bolivariana.
Artículo recibido el 18 de enero de 2005 y aprobado por el Comité Editorial el día 11 de marzo de
2005.
Dirección del autor: viejosefo@yahoo.com.
2
It has been rather frequent that, when talking about rock history, the emphasis is made
on the reports of show business: how does a rock star live, what does he consumes,
who was he with. In some other circumstances, a sort of worship surrounds the virtuous
artists: the fastest guitar player, the drummer with the biggest quantity of drums, the
most powerful voice. But in terms of a rigorously aesthetic, reflection a little has been
said, and above all, if we consider certain concrete conditions that have allowed a
perspective on the world from the catastrophic, the insanity and the teratology. This is
what is intended with this essay: to give account of how the psicodelia and the punk
movement had their bonds with War World II. In other words, the perspective of rock as
a postwar aesthetic is here developed.
Keywords
Rock, aesthetics, postwar, punk, Pink Floyd.
Difícilmente se ha podido encontrar un trabajo que proponga una reflexión
acerca del rock y su relación con la Segunda Guerra Mundial. Por lo general, la historia
del rock se enfoca más en la farándula: qué comen los rockeros, quién vive con ellos,
cuánta droga consumen y cuántos botellones de agua piden en un concierto. La figura
de la estrella de rock ha permitido, por medio de la prensa y la televisión, que pocos
planteen un análisis de este fenómeno musical a partir de lo estético. Y lo estético no
sería aquí concebido como la búsqueda teórica de lo bello. Más bien se trata del
término griego aistetiké, lo propio de los sentidos, lo que gira en torno a los efectos
sobre el cuerpo y las pasiones. El rock no surge propiamente con el primer álbum de
Elvis Presley: desde una perspectiva genealógica, tiene sus antecedentes en sucesos
no tan remotos, pero sí muy dolorosos; tiene sus condiciones de posibilidad en las crisis
del hombre contemporáneo. Bastará decir que la locura y la depresión de la primera
mitad del siglo XX dieron mucho qué decir al respecto: Dadaísmo, Surrealismo,
3
Creacionismo, Cubismo, Existencialismo, los locos años 20 y, más adelante, psicodelia
y porvenir punkero. El malestar y la catástrofe, podrían ser los autores de estos
movimientos. Lo confirma una anécdota sobre Pablo Picasso.
PICASSO, Pablo. El Guernica. Todazo de WALTER, Ingo F. Picasso.
Düsseldorf: Tashen, 1992. p. 68
El día que este pintor terminaba su trabajo sobre El Guernica en París, unos
soldados alemanes entraron a su estudio y vieron las figuras deformes y
fantasmagóricas que se agitaban sobre un fondo negro y opaco y lleno de llamas y
luces pálidas. Obviamente no es un cuadro hermoso que produce paz interior. Y mucho
menos es esquemático y racional. Antes, por el contrario, es caótico y angustiante. Así
que un soldado alemán no se aguantó las ganas de preguntarle a Picasso: “¿Usted hizo
eso?” Y él respondió: “No. Eso lo hicieron ustedes”. Después de todo, el 27 de abril de
1937, unos bombarderos Junkers y Heinkel de los alemanes, bombardearon durante 45
minutos la ciudad de las provincias vascas de Guernica. Se dice que nadie quedó vivo,
que la ciudad fue totalmente arrasada y, por lo tanto, dejó un efecto estético: El
Guernica. Y lo mismo podría decirse sobre el fenómeno de la psicodelia y el punk.
Un referente común con la psicodelia es el multicromatismo. Colores vivos,
entremezclados en un cortejo abstracto de imágenes nada convencionales que
terminan siendo un culto al calidoscopio. Se pensará, por ejemplo, en El Submarino
Amarillo de los Beatles: un aparato caricaturesco que vuela en el espacio sideral
4
siguiendo un trayecto torpe e incierto. O si se considera a otras bandas, habría que
incluir a Pink Floyd, la máquina sensorial y su propuesta de elaborar un experimento
musical a partir del lado oscuro de la luna. Canciones como Astronomy Domine del
álbum The Piper At The Gates Of Dawn (1967) se conciben con la intención de llevar en
términos más fácticos el fenómeno de la sinestesia. Escuchar colores y visualizar los
sonidos es el proyecto de Pink Floyd. Las sensaciones entran como elemento
transgresor del mundo cartesiano. Nada puede ser racional porque, de hecho, el mundo
ha demostrado ser una completa locura. Y para esto bastará con tener como punto de
referencia la Segunda Guerra Mundial, la razón como condición de posibilidad para
crear armas y estrategias de destrucción masiva. La bomba atómica, los aviones de
guerra, los gases mortíferos, las maravillas modernas como el tanque de guerra, la
metralleta y las granadas de fragmentación, confirman, en términos de Michel Serres,
que todo es producto de una Thanatocracia, de un instinto de muerte que gobierna el
saber tecnocientífico. Así que no hay un motivo convincente para ser lúcido. De hecho,
los grandes racionalistas se han empeñado en demostrar su falta de cordura. Los
experimentos eugenesistas con la población judía, permitieron que se diera inicio a una
producción masiva de monstruos catalogados ahora como ejemplos del Teratomorfismo
del siglo XX. No se trata sólo de Gregorio Samsa, de los judíos que le prestaron un
servicio humanitario a la ciencia como conejitos de Indias para perder la medula ósea y
caminar encorvados como animales sin vértebras; tampoco se trata de Adolf Hitler o de
la bomba en Nagasaki e Hiroshima y los mutantes de la posguerra: también se trata de
una concepción del mundo que, en términos críticos y de resistencia, realiza una
representación estética del hombre a partir de la carencia de lucidez, como afirmación
de la locura que ahora se concibe como elemento omnipresente, al igual que el absurdo
de Albert Camus1 o la mentira de Mark Twain2.
Entre los efectos estéticos de la Segunda Guerra Mundial, se podría pensar en
Astronomy Domine, una composición musical y poética que termina siendo un caldo de
1
2
CAMUS, ALBERT. El Mito de Sísifo. Altaya, Barcelona 1995.
TWAIN, MARK. Sobre la Decadencia del Arte de Mentir. Norma, Bogotá 1999.
5
imágenes y de sensaciones. El hombre, en este caso un personaje de Sid Barret, se
detiene a mirar el universo como un reflejo del vasto océano y termina concibiendo una
noción del cosmos que paradójicamente desborda en la locura o en el exceso de
lucidez si se retoma el término “las puertas de la percepción” de William Blake.
“Lime and limpid green, a second scene,
a fight between the blue you once knew
Floating down, the sound resounds around the icy waters underground
Jupiter and Saturn, Oberon, Miranda and Titania,
Neptune, Titan, stars can frighten.
Blinding signs flap, flicker, flicker, flicker blam
pow, pow
Stairways scare Dan Dare who’s there
Lime and limpid green, the sounds surround the icy waters underground
Lime and limpid green, the sounds surround the icy waters underground”3.
Obviamente un estudio deductivo no resistiría las líneas citadas. Desde un
punto de vista racional, Astronomy Domine carece de coherencia. Difícilmente podría
leerse con el entendimiento. Más bien tocaría recurrir a la intuición. Se habla de un
3
La cal y el verde límpido, una segunda escena,
una lucha entre el azul que una vez conociste.
Flotando abajo, el sonido resuena bajo tierra, alrededor de las aguas heladas.
Júpiter y Saturno, Oberon, Miranda y Titania,
Neptuno, el Titán. Las estrellas pueden asustar.
El ala flexible de las señales deslumbrantes,
el parpadeo, el parpadeo, el blam del parpadeo,
el pow, el pow,
Las escaleras asustan al Reto de Dan que está allí.
La cal y el verde límpido, los sonidos rodean las aguas heladas bajo tierra
La cal y el verde límpido, los sonidos rodean las aguas heladas bajo tierra (Traducción Libre)
6
“verde límpido”, de “una segunda escena”, de “una lucha entre el azul que una vez
conociste”. Imágenes de un sistema solar que gira frenéticamente como si siguiera la
pasión de un vórtice. La música y las voces entremezcladas de la canción, terminan
siendo elementos básicos para concebir a la psicodelia como un pasaje al más allá, a la
explosión de los sentidos, al despliegue mismo del cuerpo. Sin embargo, estas “puertas
de la percepción” van a permitir que en el fenómeno de trasgresión en el rock, se
incluya la posibilidad de la autodestrucción de las formas, los fondos y las actitudes. Es
el acto de amor y odio de “la mantis religiosa” tal como lo enunciaría Julio Cortázar
respecto a la literatura de posguerra4.
El rock se piensa como un lenguaje de ruptura frente a los valores
establecidos, por ejemplo: la noción de familia convencional encerrada en los suburbios,
representando el inofensivo drama de la vida decorosa, con un padre ejemplar que
trabaja, educa a sus hijos y que trata con respeto a su esposa (una mujer hacendosa,
dedicada a los oficios domésticos y siempre impecable). El modelo de higiene en la vida
familiar. Un escenario perfecto para que el hippie aparezca como un cromañón fugitivo,
desgreñado, oliendo a sacol y marihuana (Mary Jean, en términos de Loud Reed),
vistiendo un atuendo más colorido que el escudo del Deportivo Junior y caminando
sobre unas sandalias de cuero mal curtido mientras repite una oración que dice: “Paz y
Amor, Brother”, como si el mundo fuera un pedazo de alfombra voladora.
Por otra parte, la música que el hippie escucha es disonante, para nada
digerible. No es suave ni agradable como las composiciones de Richard Clayderman o
las melodías pegajosas de Sinatra. Frank Zappa, por ejemplo, es un laboratorio de
sonidos. El mundo se concibe catastrófico y colorido. The Velvet Underground es
delirante. La voz de Loud Reed es monótona, sin expresiones de virtuosismo
académico como lo haría un discípulo de Pavarotti. La música es interminable. No
pretende establecer un rumbo fijo y ordenado. Condiciona otros niveles de intensidad.
4
CORTÁZAR, JULIO. Obra Crítica 1. Alfaguara, Buenos Aires 1994.
7
Basta con pensar en una canción de Pink Floyd que dura más de 23 minutos: Echoes.
Primero, una minuciosa introducción, la temblorosa nota de un piano que se repite
antes de iniciarse un oleaje de sonidos ejecutados por la guitarra de David Gilmour.
Luego, con su atmósfera melancólica, la música se va tornando más dramática. La
ejecución es suave, evanescente, un tanto leve porque al principio no se van a
escuchar sonidos catastróficos. El bajo es pausado. Y el redoblante de la batería es
paciente. El viaje de los sentidos apenas comienza.
Overhead the albatross
Hangs motionless upon the air
And deep beneath the rolling waves
In labyrinths of coral caves
An echo of a distant time
Comes willowing across the sand
And everything is green and submarine.
And no one called us to the land
And no one knows the where's or why's.
But something stirs and something tries
And starts to climb towards the light.
Strangers passing in the street
By chance two separate glances meet
And I am you and what I see is me.
And do I take you by the hand
And lead you through the land
And help me understand
The best I can.
And no one called us to the land
And no one crosses there alive.
No one speaks and no one tries
No one flies around the sun....
8
Almost everyday you fall
Upon my waking eyes,
Inviting and inciting me to rise.
And through the window in the wall
Come streaming in on sunlight wings
A million bright ambassadors of morning.
And no one sings me lullabies
And no one makes me close my eyes
So I throw the windows wide
And call to you across the sky....5
Los elementos básicos de esta canción son el aire y el agua. La imagen del
albatros en el cielo es imposible de mover. Está rígido, batiendo las alas. Luego se
5
Arriba el albatros se mantiene inmóvil en el aire.
Y al fondo, bajo las olas ondulantes, en los laberintos de cuevas de coral,
el eco de un tiempo distante
Se encuentra envolviendo con la arena. (viene ondeando a través de la arena)
Y todo es verde y submarino.
Y nadie nos llamó a la tierra
Y nadie sabe el dónde es o el por qué es.
Pero algo se agita e intenta
comenzar a subir hacia la luz.
Extraños que pasan en la calle.
Por casualidad dos miradas separadas se encuentran
Y yo soy tú y lo que yo veo soy yo.
Y lo tomo de la mano
Y lo llevo a través de la tierra.
Y ayúdame a entender
lo mejor que pueda.
Y nadie nos llamó a la tierra
Y nadie cruza vivo allí.
Nadie habla y nadie intenta,
Nadie vuela alrededor del sol...
Casi todos los días te caes
ante mis ojos despiertos,
Invitando e incitándome a subir.
Y a través de la ventana en la pared
Vienen vertiendo, en las alas de la luz del sol,
un millón de embajadores luminosos de la mañana.
Y nadie me canta canciones de cuna
Y nada cierra mis ojos.
Así que lanzo las ventanas lejos
9
habla de un eco profundo, misterioso, porque nadie sabe qué es lo que dice. Y más
adelante, la canción agrega: “nadie nos mostró la superficie”, lo cual quiere decir que su
poética oscila entre las alturas y las profundidades, polos abismales. Pero un extremo
es el espejo del otro: “por accidente dos miradas separadas se encuentran/ y yo soy tú
y a quien veo es a mí”. Así que lo paradójico pone en entredicho lo racional. El mundo
es contradictorio. Y de por sí la imaginación afirma este sinsentido. Echoes tiene un
instante sereno, mientras Richard Wright y Gilmour entonan las primeras líneas.
Después viene un solo de guitarra que es el preludio de un momento más intenso: un
paréntesis instrumental donde la guitarra se expresa en intervalos disonantes. Y luego
la música se convierte en ruido. El eco es una sensación de pánico. Pink Floyd tiene
sus momentos de ensoñación y también se atreve a reproducir sus pesadillas. La
guitarra chilla. El vacío es enorme, opresivo. Es el viaje del Cielo al Infierno. Y ¿qué
sucede más adelante? Una fuga del Infierno, un escape frenético que lo vuelve a
clarear todo. La canción se relaja y finalmente termina con otro instrumental dominado
por el piano y la guitarra. Lo que queda de la música se pierde en un lento silencio que
también tiene su eco: el sonido eléctrico de las cuerdas de una guitarra tocada de una
manera nada convencional. En esto consisten los experimentos de la psicodelia.
Pero dentro de este ambiente de posguerra, hay dos posiciones básicas que
van a acompañar al rock. Una de ellas tiene que ver con el hipismo. Y la otra con el
porvenir punkero. En la primera, se puede hablar de un cierto optimismo. La juventud de
los 60’s, como generación de posguerra, cuestiona el despilfarro que los adultos han
creado en la Primera y Segunda Guerra Mundial. Occidente se ocupa más en la
producción sistemática de muerte, que en la conservación de la vida, incluyendo todo lo
que la alimenta como el amor. Para el modelo de adulto moderno, vale más el poder y
la riqueza que “estar del lado de la vida como las matas de los tarros”6. Y esto permite
pensar que las riendas del mundo deben estar en manos de la generación que apenas
está comenzando a crecer. Ya no se sigue el modelo kantiano de la Ilustración como
Y te llamo a través del cielo... (Traducción Libre)
10
mayoría de edad. El entendimiento tan sólo sirvió para perfeccionar la puntería a la hora
de exterminar a un supuesto enemigo. La locura se afirma como elemento de
creatividad y no de destrucción. Y por eso la psicodelia está tan cargada de sonidos y
colores.
Sin embargo, retomando la noción cortazariana de “la mantis religiosa”,
empieza a surgir dentro del rock un ambiente de malestar que se traduce en punk. Con
el paso del tiempo la psicodelia se convierte en un producto más de la industria musical.
El rockero, concebido como imagen de pop-start, termina siendo una mercancía, un
engranaje cuya función consiste en producir -como ídolo- un trabajo para el consumo de
la fanaticada. Y esta crítica está claramente planteada en la película The Wall de Pink
Floyd. El rock se ataca a sí mismo, tal como lo hace una mantis religiosa en plena
cópula cuando la hembra se come la cabeza del macho. La estrella de rock se
transforma en un elemento alienante y alienado, un Führer como en el caso de Pink en
la película The Wall. En primer lugar, el cuestionamiento punkero a la década de los
60’s tiene que ver con la trampa en la que cae la juventud: todo es comerciable, es
vendible, es alimento para la maquinaria del capitalismo y promesa de felicidad para los
consumidores. El rock, al estar al servicio de las casas disqueras, se sofistica. Los
trabajos musicales comienzan a ser depurados, cada vez más perfectos, con músicos
virtuosos que entran al salón de la fama y ofrecen siempre un espectáculo de sonido
que deja al público descrestado. Pero ¿qué hay para el guitarrista que no tiene los
dedos de Jimi Hendrix? Nada. El perfeccionamiento del rock sobre bases maduras, ya
no corresponde con el clima de tensión y catástrofe que se respira durante la segunda
posguerra o la guerra fría. La estabilidad del mundo depende de un desastre nuclear.
Por eso el punkero dice: “Lo peor está por venir”. Ya no hay futuro. Desde un punto de
vista existencialista, el pasado siempre se torna oscuro, lleno de imágenes borrosas; el
futuro es incierto, potencialmente catastrófico y agotador; y el presente se escurre con
la velocidad de un parpadeo. Así que no hay nada. Sólo basura. Y el punk basa su
6
ARBELÁEZ, JOTAMARIO. Antología de la Poesía Nadaísta. Selección Eduardo Escobar. Arango Editores,
Colombia 1992. 198
11
propuesta estética en la basura. Basura en la televisión, basura en los hogares, basura
en el gobierno y basura en la música. La trasgresión del punk frente a la propuesta
psicodélica demuestra que el rock no cambia de generación en generación, sino de
degeneración en degeneración. Cada vez es peor para los que ya se han casado con
una tendencia.
Sex Pistols, The Clash, The Damned, Richard Hell, Flowers of Romance, The
Vibrators, The Stranglers, Siouxsie and The Banshees y The Ramones se catalogan
como ejemplos de perversion de la fauna rockera. El virtuosismo logrado por Pink Floyd
con Wish You Were Here, es rechazado con toda una serie de composiciones
imperfectas. Las canciones ya no van a tener 23 minutos de duración. Dos, tres o
cuatro son suficientes. El sonido tiende a ser desastroso y las letras no parecen decir
gran cosa. Judy Is A Punk de The Ramones dice así:
Jackie is a punk
Judy is a runt
They both went down to Berlin, joined the Ice Capades
And oh, I don't know why
Oh, I don't know why
Perhaps they'll die
Seconde verse, same as the first
Jackie is a punk
Judy is a runt
They both went down to Berlin, joined the Ice Capades
And oh, I don't know why
Oh, I don't know why
Perhaps they'll die
12
Third verse, different from the first
Jackie is a punk
Judy is a runt
They both went down to Frisco, joined the SLA
And oh, I don't know why
Oh, I don't know why
Perhaps they'll die.7
“Pink Floyd ha muerto”, dicen las camisetas de los punkeros. En la canción
Judy Is A Punk, sólo se pueden visualizar dos personajes: Jackie y Judy. Sin embargo,
el título dice que Judy es un punkero; pero la canción muestra otra cosa: es una enana.
Así que el cuadro es perfecto: un punkero y una enana. Una canción tonta que no
7
Jackie es un punkero
Judy es una enana
Ambos bajaron a Berlín, los unió el Hielo Capades
Y oh, yo no sé por qué
Oh, yo no sé por qué
Quizás ellos morirán
El segundo verso, igual al primero
Jackie es un punkero
Judy es una enana
Ambos bajaron a Berlín, los unió el Hielo Capades
Y oh, yo no sé por qué
Oh, yo no sé por qué
Quizás ellos morirán
Tercer verso, diferente al primero
Jackie es un punkero
Judy es una enana
Ambos bajaron a Frisco, los unió el SLA
Y oh, yo no sé por qué
Oh, yo no sé por qué
Quizás ellos morirán (Traducción Libre)
13
pretende aportar una reflexión profunda. No es una balada de amor, una crítica social ni
una maravilla poética. Es basura. El punkero demuestra que el excremento no sólo sale
por la retaguardia. La mente condensa la porquería del mundo. Y muchas de estas
canciones van a ser violentas. El grito del rock va a carecer de entonación. Cualquier
persona, sin importar lo torpe que sea para la música, puede ser un perfecto punkero.
La mediocridad y el fracaso se afirman como condiciones de éxito para este movimiento
musical.
Sin embargo, a pesar de la oposición manifiesta entre el Punk y el fenómeno
Pink Floyd, hay aspectos que los concilian. Desde cierto punto de vista se podría decir
que The Wall tiene sus rasgos punkeros. La película se centra en el período de la
posguerra. Se trata de la vida de un hombre (llamado Pink Floyd) que crece solo sobre
las ruinas que ha dejado la Segunda Guerra Mundial, en su caso, la muerte de su padre
por un ataque aéreo nazi. El desastre se inicia en su vida remota, cuando apenas había
nacido. Alemania e Inglaterra entran en guerra, los ingleses son golpeados fuertemente
durante la canción In The Flesh? y todo se podría reducir con la siguiente frase de
Michel Serres: “Donde quiera que se vaya, el mismo cuadro grandioso, bíblico,
sobrehumano:
la
humanidad
distribuida
en
mártires
meritorios
y
enemigos
exterminados”8. Así queda planteado el escenario de The Thin Ice.
Desde una perspectiva convencional, cuando se habla del enemigo, siempre se
hace referencia a un grupo de personas o de países que son contrarios a otros. El
opositor es fundamental para el exterminio mutuo. Sin embargo, esto no quiere decir
que la discrepancia sea radical. El enemigo no necesariamente se ubica al otro lado de
la línea de fuego. Puede estar al interior, ocupando un rango más alto: sargento,
teniente, capitán, mayor, coronel, general o ministro de defensa. El enemigo es ese
poder que obliga a sus soldados a morir o a matar en la guerra. Es aquel que convierte
al hombre en una máquina de destrucción masiva, en una rex machine. Los valores
8
SERRES, MICHEL. Hermes III: La Traducción. “Traición: La Thanatocracia”. Minuit, París 1974, 7
14
funcionales son enaltecidos: la puntería debe ser perfecta, el sacrificio por la nación
debe ser total, la muerte en batalla debe ser inspiradora y el opresor debe ser oprimido.
Sin embargo, para Franz Kafka, esta tendencia es un peligro evidente. Para él, uno “de
los medios de seducción más eficaces del mal es la invitación a la lucha”. Dicho de otro
modo, el mal engendra al héroe, al mártir meritorio o al enemigo exterminado. Por lo
tanto, desde una perspectiva punkera, el héroe de corazón equivale a ser un atontado,
un sujeto hipnotizado que realiza toda acción por encima de la vida. “No more heroes
any more”, dice una canción de Stranglers. Después de todo, el mundo corre un enorme
peligro cuando está en manos de los más valientes.
Ya en The Thin Ice, cuando el padre de Pink se ha convertido en un mártir
meritorio o en un enemigo exterminado, se da lugar a una breve escena que marca la
pausa de un día tranquilo. Después de la tormenta de fuego que se desató en In The
Flesh? sigue un corto instante primaveral donde no hay muertos, sino la madre de Pink
que toma una siesta en un jardín con su hijo. Las cosas parecen ir bien. Pero como diría
un buen punkero: si todo funciona a la perfección, es porque algo catastrófico se
avecina. Total, la narrativa del mundo es tan disonante y contradictoria como la de la
película The Wall.
La primera parte de la canción The Thin Ice dice lo siguiente:
Momma loves her baby
And daddy loves you too.
And the sea may look warm to you babe
And the sky may look blue.
But oh baby
Oh baby blue
Oh babe.9
9
Mamá ama a su bebé
15
Después de la imagen de la blanca carriola donde duerme Pink, sigue la de un
oscuro y espeso charco de sangre y aceite que acompaña la mano de un soldado
inglés muerto en batalla. Así es como una vida comienza con las costillas de otra que
se ha esfumado: Pink, de esta forma, va a tomar un lugar que ha dejado vacío la
Segunda Guerra Mundial. Tanto él, como los jóvenes soldados que se quejan por las
heridas de guerra, son los niños tristes de The Thin Ice.
En The Wall, los instantes apacibles son sospechosos. Si el sol resplandece en
un lado es porque ha decidido producir sombras en otro. El hombre se convierte en un
sujeto retraído, como uno de los soldados heridos que permanece con la mirada
perdida dentro de un coche de primeros auxilios. Su gesto es de angustia. No parece
ver nada. Sus ojos están rígidos, como los soldados que se incorporan en la niebla,
siguiendo en fila un trayecto incierto. ¿Qué hay detrás del paisaje opaco? Nada. El
porvenir punkero.
Además del campo de batalla, hay otro escenario en The Wall que es un
completo desastre: la suite de Pink. El desorden es evidente en este lujoso
apartamento. La cama desorganizada, el piso mugriento y el televisor encendido. De
ninguna manera se cumple con el sistema aristotélico que dice: “Un lugar para cada
cosa y cada cosa en su lugar”. Y en este sentido Pink, un hombre ya maduro y estrella
de rock, ha trasgredido el orden de una vida doméstica porque se ha convertido en un
completo salvaje. Él está a la deriva, flotando en una tormenta interna que lo ahoga
lentamente.
y papá también te quiere.
Y el mar puede parecer cálido para ti, niño.
Y el cielo puede parecer azul.
Pero oh niño
Oh niño triste
Oh niño. (Traducción Libre)
16
Así que en The Wall, durante la canción The Thin Ice, hay dos campos de
batalla: la playa donde se desarrolla el ataque aéreo alemán y la suite de Pink. A partir
de una lectura análoga de imágenes se podría decir que los escombros son la basura
en el piso y los coches quemados, la cama desordenada y los muertos por recoger, el
televisor encendido (sin que nadie lo vea) y los heridos que aún esperan ayuda. La
suite de Pink también es un escenario de la catástrofe mundial.
La segunda parte de la canción The Thin Ice dice lo siguiente:
If you should go skating
On the thin ice of modern life
Dragging behind you the silent reproach
Of a million tear-stained eyes
Don’t be surprised when a crack in the ice
Appears under your feet.
You slip out of your depth and out of your mind
With your fear flowing out behind you
As you claw the thin ice.10
Dentro de la suite de Pink Floyd, se puede notar un ejemplo de vida moderna
entendida bajo la metáfora del hielo quebradizo. Una noción de modernidad muy
diferente a la que prometía el siglo XVIII y XIX. En lugar de ser un proyecto que
garantizaba el progreso de la humanidad, es un modus vivendi que arrastra al hombre
hacia la decadencia. La modernidad no se concibe como un camino seguro dirigido
10
Si fueras a patinar
Sobre el hielo quebradizo de la vida moderna
Arrastrando detrás de ti el silencioso reproche
De un millón de ojos manchados en lágrimas
No te sorprendas cuando una grieta en el hielo
Aparezca debajo de tus pies.
Resbalas donde no debiste y pierdes la cabeza
Con tu miedo fluyendo detrás de ti
Mientras te aferras al hielo quebradizo (Traducción Libre)
17
hacia una meta preconcebida por “la naturaleza humana, cuya determinación originaria
justamente consiste en ese progresar”11 hacia un mundo mejor, regido por el
entendimiento y la certidumbre que ofrecen la razón, la ciencia y la tecnología. Por el
contrario, los cimientos de la modernidad son resbalosos y quebradizos, y cuando se
pisa una grieta, se abre un profundo abismo. Lo que le queda al hombre moderno es la
angustia de aferrarse a este hielo que lo sumerge cada vez más.
En términos de Lyotard, el porvenir punkero podría interpretarse como una
confutación de la modernidad. La candidez de los proyectos del siglo XVIII y XIX
produce, como condición de posibilidad, la angustia, el aburrimiento y el horror. El
mundo se mueve en un absurdo. Y desde la perspectiva del punk, la noción de futuro
es basura, así como la reina de Inglaterra y otras cosas que señala la canción de Sex
Pistols titulada God Save the Queen:
God save the queen
her fascist regime
it made you a moron
a potential H bomb!
God save the queen
she ain't no human being
there is no future
in England's dreaming
Don't be told what you want
don't be told what you need
there's no future
no future
no future for you
God save the queen
we mean it man
11
KANT, IMMANUEL. ¿Qué es la Ilustración? s.p.i. 37
18
we love our queen
god saves
God save the queen
cause tourists are money
and our figurehead is not what she seems
Oh god save history
god save your mad parade
Oh lord god have mercy
all crimes are paid
And when there's no future
how can there be sin
we're the flowers in the dustbin
we're the poison in your human machine
we're the future your future
God save the queen
we mean it man
we love our queen
god saves
God save the queen
we mean it man
there is no future in England's dreaming
No future for you
No future for me
No future
no future for you.12
12
Dios salve a la reina,
su régimen fascista
le hizo un retraso mental,
¡una potente bomba de hidrógeno!
Dios salve a la reina,
ella no es ningún ser humano.
No hay ningún futuro.
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Sin duda una canción intempestiva. Para Sex Pistols la reina de Inglaterra es
fascista, inhumana, es un “fantaseo de Inglaterra”, una figura decorativa que sólo sirve
para producir opresión. Así que se le retribuye un poco de veneno, algo de ironía para
fastidiarla un poco. El punk aparece como un movimiento de resistencia que ataca
todos los dispositivos ilusorios de Occidente. Como lo dice Huxley, aquello que nos
produce placer, y no dolor, algún día nos matará. La televisión, el amor al trabajo y al
consumo, el culto a una reina como la de Inglaterra, condenan al hombre a un no-futuro.
Y los Sex Pistols presumen de asumir este ejemplo de no-futuro cuando dicen que
“somos las flores en la papelera/ somos el veneno en tu maquinaria humana/ somos el
futuro, tu futuro”. Es decir, algo decadente, patético y peligroso.
Inglaterra está soñando.
No digas qué quieres,
no digas qué necesitas,
No hay futuro,
ningún futuro,
ningún futuro para usted.
Dios salve a la reina,
nosotros queremos decirlo, hombre,
nosotros amamos a nuestra reina,
la que Dios ama.
Dios salve a la reina
porque los turistas son dinero
y nuestro testaferro no es lo que parece.
Oh Dios salve la historia,
Dios salve su chalado desfile.
Oh Dios, el señor que tiene la misericordia,
todos los crímenes se pagan.
Y cuando no hay futuro
¿cómo puede haber pecado?
Somos las flores en el basurero,
somos el veneno en su máquina humana
somos el futuro, su futuro.
Dios salve a la reina.
nosotros queremos decirlo, hombre,
nosotros amamos a nuestra reina,
la que Dios salva.
Dios salve a la reina.
Nosotros queremos decirlo, hombre,
hay ningún futuro, Inglaterra está soñando.
Ningún futuro para usted
Ningún futuro para mí,
Ningún futuro,
ningún futuro para usted (Traducción Libre).
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Si se piensa bien, el desequilibrio y las crisis son factores básicos que
sustentan la permanencia del rock. Las frases terroristas, como una citada por Kim
Thayil (el guitarrista de Soundgarden) que dice: “Si yo fuera una bomba, explotaría en tu
cara” y las visiones corrosivas del hombre y del mundo –tal como lo expresa una
canción de Pearl Jam: “Don’t see some men as ½ empty/ see them ½ full of shit”13–,
demuestran una estrecha relación entre el rock y los momentos de tensión y
turbulencia, algo que queda perfectamente sustentado con el refrán popular más
punkero de todos: “Cuando el [mundo] va de culos, no hay barranco que lo ataje”.
Quien la lee, descubre una indiscutible ley de la dinámica y los movimientos de los
astros que ni el mismo Carl Sagan hubiera podido encontrar. Es una sentencia que rige
el supuesto orden o absurdo del universo. Aún no tiene su fórmula matemática; pero en
el rock se han logrado concebir sus buenas dosis de correspondencias.
13
No mires a cualquier hombre como ½ vacío/ míralo ½ lleno de mierda.
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