¡A pululu! - Juventud Rebelde

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Orgullo para el humor gráfico cubano: Pedro Méndez (izquierda)
recibe su premio José Martí por la obra de la vida, y Falco su
mención del premio Juan Gualberto Gómez. Foto: Calixto N. Llanes
contacto@dedete.cu
www.dedete.cu
¡A pululu!
por JAPE
LA primera vez que escuché esta frase
dicha por Ruperto, recordé a mi padre, que
siempre la decía. No con la misma intención del personaje creado por Omar Franco,
pero sí de manera reiterada y con expresión
acentuada. Hace poco me encontré con
Omar y me contó que él tomó la palabra de
sus mayores, de cuando era un muchacho
y el término formaba parte del argot popular. También me dijo que jamás pensó que
fuera a convertirse en una frase tan notoria,
al punto de que muchos en la calle se la
recuerdan constantemente a modo de saludo: «¡Dime, A pululu!».
En realidad no me sorprende que una
frase dicha por un personaje muy bien diseñado, en un programa humorístico de alta
teleaudiencia, se pegue con rapidez en la
gente. Ha sucedido desde tiempos remotos. Hasta donde alcanzan mis recuerdos
está el «¡Atrevido!» o «¡Tú me’stá engañando!»
de Bernabé (Enrique Arredondo), el «¡Miraaa!» de Paco (Idalberto Delgado) y el más
reciente «¡Lo digo y lo repito y no es matraca mía!» del Yeti de Punto G, interpretado
por Adrián Morales, que trajo la frase de su
antológico grupo La Seña del Humor de
Matanzas.
Hay muchas más, que saldrán a relucir
cuando lean estas líneas. Para mí quien
más aportes ha hecho a la fraseología
popular, desde la comedia, ha sido la actriz
Aurora Basnuevo, con su colosal personaje
de Estelvina, escrito por Alberto Luberta, en
el legendario programa radial Alegrías de
sobremesa. «¡Qué vida más sana, qué aire
más puro!», «Y entonces, ¿cómo quedo yo?»,
«¡Mantén tu latón con tapa!», «¡Eso es pa’que me reeeespete!», por solo citar algunas.
El pueblo cubano es muy aprehensivo
cuando se trata de la tele. Rápidamente
hace suyas las frases o términos distintivos de series o telenovelas. Ocurrió con la
palabra merolico, del culebrón mexicano
Gotica de gente; o paladar, de la novela brasileña Vale todo.
Así sucede, se nos hace habitual al oído
y la incorporamos a nuestro léxico como
mejor nos convenga, aunque no siempre
con el significado apropiado. Tengo un ejemplo cercano de algo que escuché hace poco. Yo caminaba detrás de un par de muchachas jóvenes, ambas delgadas. Una le
decía, con cierto despecho a la otra: «¡Dile
al Moro que no se haga el lindo, que él dice
eso porque ahora yo estoy flaca, pero mucho tiempo que estuvo “muerto” conmigo.
Que se acuerde de cuando estudiábamos
en el pre, que yo estaba “a pululu”!». Mientras decía esto, con las manos y los brazos
hacía gestos de haber tenido senos y trasero despampanantes.
En mi huerto síquico se sembró la duda y
al llegar a casa busqué en el diccionario de
la Real Academia de la Lengua Española. No
encontré la frase a pululu. Lo más cercano
fue el verbo pulular, del latín pullulãre, y decía:
¡SI EL AMOR LLAMA A TU PUERTA, ABRE QUE ES EL FUMIGADOR!
«Dicho de las personas, animales o cosas
que abundan, o se multiplican rápidamente
en un lugar. ||Dicho de un vegetal que empieza a brotar y echar renuevos o vástagos. ||
Dicho de una cosa de la cual comienza a originarse, provenir o nacer otra». También
encontré la palabra pululación, que es la
acción y efecto de pulular.
Ahora no sé concretamente a qué se refería aquella muchacha. ¿En el pre le habían
brotado atuendos a su cuerpo como boniatos, chopos y malangas? ¿No sería silicona?
¿Y qué pasó? ¿Por qué ya no estaba «a pululu»? En fin, todo esto forma parte de la idiosincrasia del cubano y su eterno maridaje con
el humor y el choteo. Sirva este texto para felicitar una vez más a nuestro amigo Omar Franco, por su inmensa profesionalidad. Desde
ahora les anuncio cómo se llamará su próximo espectáculo teatral… Así mismo: ¡A pululu!; y esta vez es posible que Cachita (Irela
Bravo) «se vaya del aire», porque será la invitada especial. ¡Éxitos, amigos!
Cursor
del 2016
U
Suplemento
Científico Técnico
de Juventud Rebelde
202
Domingo 13 de marzo de 2016. «Año 58 de la Revolución»
Ciencia vs. zika
Científicos estudian medidas de control de vectores para combatir zika,
dengue y chikungunya en las Américas
na investigación de científicos británicos y estadounidenses, publicada
por la revista Nature Microbiology, reveló que el fenómeno de El Niño podría
contribuir a la transmisión y propagación de enfermedades transmitidas por
el agua, como el cólera, con importantes consecuencias para la salud pública.
Según los expertos, en las tres últimas décadas surgieron nuevas variantes de patógenos en Latinoamérica, lo
que coincidió con los tres episodios
más significativos de El Niño (1990–91,
1997–98 y 2010). Otros casos llamativos se produjeron en 1997 y 2010,
cuando dos variantes de la bacteria
Vibrio parahaemolyticus provocaron
infecciones causadas por el consumo
de marisco contaminado.
I
EXPERTOS de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) exhortaron esta
semana a intensificar el control de los
mosquitos que transmiten zika, dengue y
chikungunya en las Américas, luego de tres
días de reuniones en Washington.
Según reseñó el portal oficial de la
OPS, el nuevo Grupo Técnico Asesor de
Entomología en Salud Pública busca formas de fortalecer los programas de control de vectores en los países de la región,
incluyendo medidas específicas para el
Aedes, también transmisor de la fiebre
amarilla.
Presidido por la doctora Karen Polson, de
la Agencia de Salud Pública del Caribe, el
equipo incluye a expertos en Entomología,
control de vectores, enfermedades desatendidas, epidemiología, la gestión de resistencia a los insecticidas y otros campos
relacionados, y está encargado de asesorar
a la directora de la OPS, Carissa F. Etienne,
en la búsqueda de maneras para reforzar la
vigilancia, el control y la eliminación de las
enfermedades transmitidas por vectores.
Para ello, durante sus jornadas de trabajo en la capital norteamericana, los expertos
revisaron una serie de recomendaciones
centradas en las medidas de control integral
de vectores, que incluyen diversas herramientas y estrategias para reducir el número de contagios.
«El control de vectores es la mejor forma
de luchar contra estas enfermedades», aseguró Karen Polson, para quien lo anterior y
la entomología funcionan si se utilizan
correctamente y se aplican en los países
afectados por la plaga.
El doctor Raman Velayudhan, especialista en Control de vectores en la OMS, señaló que existen dos mosquitos Aedes que
transmiten cuatro enfermedades y tenemos
muy pocas armas para luchar contra los
problemas crecientes que representan el
dengue, la fiebre amarilla, el chikungunya y
el zika en la región.
Además, en el control de Aedes constituyen desafíos el movimiento humano, y
la adaptación del mosquito, su resistencia a los pesticidas y su capacidad de
recuperación. De ahí que la participación
comunitaria efectiva, con uso de métodos
comprobados y herramientas nuevas,
resulte lo más importante en el control
vectorial.
nvestigadores de Estados Unidos
realizaron un estudio que puede revolucionar los trasplantes de órganos
mediante un procedimiento llamado
desensibilización o filtrado de la sangre
del paciente, para retirar los anticuerpos que podrían atacar el riñón donado.
Realizada en 22 centros médicos y
publicada en The New England Journal
of Medicine, la investigación demostró
un ajuste exitoso del sistema inmune de
pacientes sensibilizados (con altos niveles de anticuerpos que rechazan el tejido foráneo), lo que les permitió aceptar
el órgano de donantes no compatibles.
Además, reveló que después de
ocho años del trasplante, los 1 025
pacientes que recibieron riñones incompatibles y se mantuvieron tomando los
medicamentos que los protegieron
mientras su sistema inmune regeneraba sus propios anticuerpos, lograron
vivir más años que los que estaban
todavía en lista de espera o quienes
habían recibido órganos de donantes
muertos.
L
EL ZIKA EN CIFRAS
Hasta el momento, la transmisión autóctona o local del virus del Zika ha sido reportada en 31 países y territorios de las Américas, y los casos de microcefalia y malformaciones neonatales se concentran en
Brasil y la Polinesia Francesa, aunque se
detectaron dos casos en otras dos naciones vinculados a una estancia en Brasil,
aseguró el doctor Sylvain Aldighieri, jefe de
Alertas y Respuesta Epidemiológica de la
OPS/OMS.
«Nuestra herramienta más importante
para combatir el zika —y al mismo tiempo
el dengue y el chikungunya— es el control
de los mosquitos Aedes aegypti que transmiten estas enfermedades», recalcó. Además, dado que estos viven en y alrededor
de las casas, se requiere de un esfuerzo
coordinado, con una mayor participación de
la comunidad para reducir su número.
Asimismo, el doctor Luis Castellanos,
jefe en la OPS de Enfermedades desatendidas, tropicales y transmitidas por vectores,
explicó que el Grupo Técnico Asesor de
Entomología en Salud Pública busca urgentemente cómo mejorar los métodos de control, que incluyen insecticidas y otras nuevas tecnologías.
«Las recomendaciones del Grupo Técnico Asesor están siendo recopiladas por la
OPS y se van a utilizar la próxima semana
en la reunión mundial del Grupo Asesor de
Control de Vectores en Ginebra, para examinar la respuesta de emergencia y las
herramientas de control de vectores de la
enfermedad del virus del Zika».
Establecida en 1902, la OPS es la organización internacional de salud pública más
antigua del mundo, que trabaja con sus países miembros para mejorar la salud y la
calidad de vida de los pueblos americanos.
Además, sirve de sede a la Oficina Regional
para las Américas de la OMS.
uego de analizar los datos aportados por la nave Messenger, lanzada por
la NASA en 2011, investigadores del
Departamento de Física aplicada de la
Universidad Johns Hopkins, en Maryland, Estados Unidos, descubrieron
que el misterioso agente oscuro que
cubre la superficie del planeta Mercurio
es, en efecto, carbono, pero en la forma de grafito, y que proviene de los restos de una primera costra del planeta
que más tarde fue cubierta por la actividad volcánica.
Es probable —aseguran— que Mercurio haya tenido un océano de magma
cuando era joven y su superficie muy
caliente, y que en la medida en que se
enfrió y sus minerales se cristalizaron,
se hallan hundido todos menos el grafito, que habría sido abundante y se
acumuló como la corteza original de
Mercurio.
Fuente: BBC Mundo
Frase: Equipado con sus cinco sentidos, el hombre explora el universo que lo
rodea y a sus aventuras las llama ciencia.
Edwin Powell Hubble
Ciencia desde la base
Una joven bióloga tunera hace de la investigación científica
el sentido actual de su vida en un área protegida
por JUAN MORALES AGÜERO
corresponsales@juventudrebelde.cu
MANATÍ, Las Tunas.— A sus 32 años de
edad, la licenciada en Biología Mayumis
Vega Polanco presiente que su realización profesional está ligada al proyecto
ecológico donde labora. El entorno prácticamente virgen, donde conviven cinco
formaciones vegetales en un área relativamente reducida, deviene auténtico
tesoro para sus expectativas.
—¿Cómo comenzaron tus inclinaciones por la ciencia?
—La Biología me gustó desde que
era estudiante de la enseñanza primaria, en especial por influencia de la asignatura El mundo en que vivimos. Siempre la encontré interesante. Ya en la
secundaria, y a instancias de mi profesora, tomé parte en concursos a diferentes niveles relacionados con el tema.
«Por esa época supe que en la Universidad se cursaba la carrera de Biología y al matricular en el Instituto Preuniversitario Vocacional Luis Urquiza comencé a prepararme para solicitarla.
Llegado el momento, realicé la prueba
de ingreso, salí bien y me asignaron la
única plaza ofertada en la provincia».
—Coméntame un poco sobre tu experiencia universitaria.
—Mis cinco períodos académicos
en la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba, figuran entre lo mejor
que me ha ocurrido en la vida. Allí me
enamoré más de la carrera, en buena
medida por su excelente claustro de
profesores y por todas las prácticas en
el terreno.
«Al graduarme en 2007, comencé a
cumplir mi servicio social en la campaña antivectorial del municipio de Manatí, pero como mi esposo era de Camagüey me fui con él para allá. Allí trabajé
tres años en el Centro de Investigaciones de Medio Ambiente, adscrito al Citma, como especialista en coleópteros».
—¿Cómo te vinculaste a esta área
protegida?
—Cuando vine para Manatí en 2010
me hablaron de su existencia. Supe que
necesitaban a una persona graduada
en Biología, me presenté y me admitieron como especialista principal de la
reserva ecológica. Creo que tomé una
decisión trascendental, pues aquí, además de aprender todos los días, pertenezco a un colectivo laboral sumamente
valioso y competente, donde hay comEdición:
AILEEN
pañeros con experiencia y sabiduría.
INFANTE
«El área protegida Bahía de Nuevas
VIGIL-ESCALERA Grandes-La Isleta tiene casi 8 000 hectáreas y en su perímetro han sido identiDiseño:
ABDEL
ficadas 350 especies de plantas y aniALFONSO y
males. Algunas son endémicas de Cuba
ADRIANA
y están amenazadas de extinción. Allí
INFANTE
desarrollamos una docena de proyectos
investigativos».
Corrección:
EQUIPO DE
—¿En cuáles de esos proyectos parCORRECTORES ticipas?
—Atiendo cuatro proyectos. Uno consiste en monitorear el cocodrilo americano (Crocodylus acutus) para establecer su presencia y sus sitios de cortejo
y cópula. El control de la supervivencia
lo hacemos con los individuos que marcamos al nacer mediante el corte de
La licenciada en Biología Mayumis Vega Polanco durante su monitoreo del cocodrilo
americano. Foto: Yaciel Peña de la Peña/ACN
una escama de la cola. Los ponemos
en libertad y, cuando los recapturamos,
esa señal nos facilita conocer su número de orden y el año de su nacimiento.
«Tenemos un caso curioso: una cocodrila fuerte y dominante que desova por
aquí luego de trasladarse desde unos
14 kilómetros a través de los canales.
Pone sus huevos en una zona de sustrato rocoso y rodeada de vegetación espinosa, a más de 500 metros de la
fuente de agua más próxima. Luego se
marcha por donde vino y no regresa. Nosotros nos hacemos cargo de la nidada,
marcamos a los neonatos y los liberamos. Creemos que la elección del lugar
de desove la hace a partir de las características del suelo».
—Me han dicho que también tienes
a tu cargo los arrecifes…
—Sí, los sometemos a monitoreo para determinar su conducta ante los cambios climáticos. Como se sabe, los arrecifes intervienen en la formación de la arena en las playas y constituyen un ecosistema integrador muy sensible y complejo.
En cuanto a los pastizales marinos, establecemos los tipos que predominan en el
área. Además de garantizar la alimentación de varias especies, como el manatí
antillano y la tortuga, participan en el reciclaje del agua y la purificación de las
corrientes. El proyecto afronta dificultades
por carecer de equipos especiales para el
buceo. Solamente disponemos de snorkel y caretas.
—Hablaste del manatí antillano,
¿tiene un proyecto especial?
—Aquí estudiamos el comportamiento de ese mamífero acuático (Trichechus
manatus), una de las especies con
mayor peligro de extinción en Cuba, en lo
referente a sus zonas de alimentación y
reproducción. Según las observaciones
de los trabajadores del proyecto, se trata de individuos procedentes de otras
áreas, que llegan a la nuestra, toman
agua, se alimentan y siguen camino. Se
ha conseguido ver algunos en horas del
amanecer y del atardecer, incluyendo un
ejemplar con su cría. Eso evidencia, de
alguna manera, el crecimiento de su población y un logro del trabajo en la conservación de la especie.
—También tomas parte en el estudio de los moluscos…
—Sí, principalmente de los caracoles
Liguus fasciatus y Polymita muscarum.
Habitan, fundamentalmente, sobre una
especie vegetal endémica conocida por
Bahía de Nuevas Grandes-La Isleta
CREADA en 1995 y aprobada legalmente por el Acuerdo 6871/2010 del
Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros de Cuba como Reserva Ecológica
Nacional, la bahía de Nuevas GrandesLa Isleta se localiza en la zona norte de
las provincias de Camagüey y Las Tunas, y comprende una superficie de
7 880,26 hectáreas entre áreas terrestres y marinas.
Contiene nueve formaciones vegetales en una zona relativamente pequeña,
donde aparecen varias especies florísticas endémicas y en peligro crítico como
el ébano amarillo (Trichilia pungens), y
otras de distribución restringida como
Ginoria koehneana, Coccothrinax salvatoris y Pimenta filipes, así como ejemplares de gran talla de especies maderables como la maboa (Cameraria latifolia), el ácana (Manilkara valenzuelana),
el ébano negro (Diospyros crassinervis) y
el sabicú (Lysiloma sabicu).
Además, posee una extensión considerable de lagunas interiores y marismas con
un alto grado de conservación, y ecosistemas de barreras coralinas que atesoran
una parte importante de las riquezas naturales propias de la zona. Entre sus especies animales amenazadas se encuentran el manatí (Trichechus manatus), el
cocodrilo americano (Crocodylus acutus) y
las tortugas marinas (Orden Chelonia).
Nuevas Grandes-La Isleta constituye
uno de los pocos ecosistemas de bahía
cerrada que, por su aislamiento y el difícil acceso, unido a la ausencia de actividades económicas de gran impacto en
los últimos años, ha permitido un bajo
grado de contaminación, la conservación de los paisajes y la biodiversidad
en sentido general.
bruja negra, y sobre el frijolillo. Se trata,
en ambos casos, de árboles de gran tamaño, portadores de un hongo llamado
fumagina, del cual se alimentan los referidos moluscos. Los estudios continúan,
porque tal vez existan otras especies.
Las investigaciones se hacen en diferentes formaciones vegetales, para
identificarlas e incorporarlas consecuentemente al listado taxonómico.
—¿Cómo procedes para mantenerte actualizada en tu especialidad?
—Me nutro mucho de la experiencia
de mis compañeros de trabajo. También
suelo contactar con otros colegas de centros de investigación, tanto por correo
electrónico como personalmente, cuando
coincidimos en eventos como los simposios nacionales de la Empresa de Flora y
Fauna,que tienen lugar cada dos años en
Ciego de Ávila. Allí se exponen los resultados de las áreas protegidas. En dos
oportunidades he presentado ponencias.
«También asistí a las ediciones de la
Convención Internacional de Medio
Ambiente y Desarrollo correspondientes
a 2013 y 2015, así como a la Convención Internacional Agroforestal, donde
presenté un trabajo sobre el cocodrilo,
con la coautoría de los trabajadores del
proyecto, y publiqué dos artículos en la
revista Flora y Fauna».
—¿Cómo te insertaste en un equipo
mayoritariamente masculino?
—Los trabajadores me acogieron
muy bien. Nos tratamos sin demasiados academicismos. Me acerco a ellos
con humildad y el aprendizaje es recíproco. Se trata de personas muy ocupadas, que permanecen varios días al
mes en el área protegida en condiciones muy difíciles. El resultado de mi
labor depende en buena parte de ellos,
porque son los que viven a diario con el
entorno del área y luego me suministran la información.
—¿Te has acostumbrado a trabajar
como bióloga en el terreno?
—Desde mi época de estudiante universitaria hice prácticas de campo y
aprendí que el biólogo no se forma en las
oficinas, sino en el terreno. Me encanta
estar metida en el fango y alternar con
los animales. No le temo a ninguno. Incluso hasta buceo. Vengo aquí cada vez que
puedo. Creo que este es un magnífico
lugar para hacer ciencia. Mis expectativas son seguir trabajando y aportando a
la conservación de la biodiversidad.
—¿Qué otros proyectos se trabajan
en esta área?
—Uno se dedica a las aves de bosque amenazadas, como el tocororo, la
cotorra y el carpintero. Otro se circunscribe a las aves acuáticas, y estudia las
colonias de nidificación que existen por
toda el área. Se trabaja, además, en la
flora amenazada y en el rescate de formaciones vegetales, fundamentalmente
en la duna costera, donde el huracán Ike
se ensañó con la vegetación autóctona.
Otras direcciones son la eliminación de
especies exóticas invasoras, como el
marabú; el estudio de los reptiles del
orden squamata; el mantenimiento de
trochas contra el fuego, y la protección
de los recursos forestales. Trabajo no
nos falta por acá.
Trasplantes hepáticos en Pediatría
El proceder más complejo
El Servicio de Cirugía Hepatobiliopancreática y Trasplante del Hospital Pediátrico
William Soler ha trasplantado hasta el momento a 82 infantes de todo el país
texto y fotos AILEEN INFANTE VIGILESCALERA y DARIAN BÁRCENA DÍAZ,
estudiante de Periodismo
aileen@juventudrebelde.cu
MESES atrás Pedro Isaac Fonseca Calzadilla tuvo que despedirse de su escuela secundaria en Sagua de Tánamo,
Holguín, y de sus compañeros de juego
para cuidar de su salud. Una cirrosis hepática detectada con solo 14 años le
cambió para siempre la vida a él y a sus
familiares más cercanos.
El 27 de enero Pedrito ingresó en el
Servicio de Cirugía Hepatobiliopancreática y Trasplante (SCHT) del Hospital
Pediátrico William Soler, y solo 13 días
después entraba al quirófano para recibir un nuevo hígado. Luego de casi 18
horas en el salón, hoy muestra con orgullo la cicatriz salvadora que le devolvió
las esperanzas.
Según el doctor Ramón Villamil Martínez, especialista de primer grado en cirugía pediátrica y jefe del SCHT, este tipo
de trasplante resulta una cuestión de
vida o muerte porque, a diferencia de
los riñones, para el hígado no existe ningún dispositivo artificial capaz de sustituir sus funciones a plena capacidad.
Tras varios años de estudio, a finales
de 2005 se dieron los primeros pasos
para la creación de este servicio en el
Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos
Ameijeiras, donde tuvieron lugar las dos
primeras intervenciones. El traslado
para su sede actual en el William Soler
ocurrió en junio de 2006 y desde entonces ya suman 82 los trasplantes hepáticos realizados en sus instalaciones.
«El SCHT constituye una de las
estructuras más importantes de la institución médica y centra su atención en
infantes con enfermedades hepáticas
crónicas irreversibles que requieren de
un trasplante, u otros como tumores y
malformaciones en las vías biliares que
necesitan algún tipo de intervención quirúrgica», afirmó el también fundador del
servicio.
Únicos de su tipo en el país, los
departamentos de Hepatología y Cirugía
hepatobiliopancréatica del Pediátrico
capitalino reciben a diario a decenas de
pacientes para su evaluación y tratamiento definitivo. «En el caso de las
afecciones más severas e irreversibles
se procede a su inclusión en el programa de trasplante, que engloba, además, a otros cuyo tratamiento no resultó efectivo», agregó Villamil Martínez.
TRASPLANTE ADENTRO
Una vez detectada la patología y valorada su magnitud, el tiempo de espera
por un trasplante puede variar y depende
de muchos factores como —y principalmente— la urgencia del paciente. «En
este caso de peligro inminente para la
vida, los especialistas del programa
nacional de trasplantes desencadenan el
protocolo de emergencia cero para hallar
un donante en cualquier lugar del país en
la mayor brevedad posible», aseguró.
Asimismo explicó que en este caso o
ante la aparición de un donante voluntario
Pedrito y su madre cumplen las medidas sanitarias que les permitirán regresar pronto a su casa.
El joven doctor Frank Rodríguez explica las
complicaciones del proceso de extracción
del órgano donado.
Fundador y jefe actual del SCHT, el doctor
Ramón Villamil conoce los secretos del
trasplante hepático en Pediatría.
fuera de La Habana, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional aúnan esfuerzos con el SCHT para garantizar un
rápido y seguro traslado del equipo médico y el órgano hacia el paciente que lo
necesita, con el objetivo de disminuir al
máximo el tiempo de exposición del órgano y de espera del enfermo.
Para los especialistas consultados,
el de hígado constituye el proceder más
complejo, debido a las características
anatómicas del órgano —muchos vasos, arterias, venas hepáticas y vías biliares extremadamente frágiles—, y porque al tratarse de la especialidad de Pediatría se vuelve mucho más difícil el
proceso de encontrar un donante compatible con las características biológicas
del paciente.
Ante tal situación, el equipo multidisciplinario liderado por el doctor Villamil
Martínez implementa tres técnicas para
realizar los trasplantes que necesitan
sus pequeños pacientes: el donante vivo, la reducción hepática y el split o la
bipartición hepática.
«Amparada por la ley cubana, la primera comprende la disposición de cualquier familiar para ceder al paciente un
fragmento de su propio órgano; la segunda reduce el tamaño del órgano hasta obtener el fragmento más idóneo, y la
tercera consiste en la división del hígado, según el peso y tamaño del mismo.
Esta última posibilita un trasplante doble», resaltó.
Sobre las complejidades de este
vital proceder, el también especialista
de primer grado en Cirugía pediátrica
Frank Rodríguez Rodríguez, quien desde hace un año garantiza la rápida y eficiente extracción del hígado que se
trasplantará, aseguró que el mayor peso recae en la formación metodológica
y práctica del personal que interviene
en cada paso.
«Nuestra mejor arma es la preparación; sin esta no habríamos podido sortear ninguno de los obstáculos que a
menudo enfrentamos. Este proceder,
realizado siempre contrarreloj, demanda
toda una infraestructura y organización
milimétrica solo posible con la superación constante de cada uno de los integrantes del equipo», expuso el joven
doctor.
Aún así, una parte considerable del
éxito de la operación escapa de las experimentadas manos del equipo médico.
«Si bien los parámetros de supervivencia
oscilan entre un 88 por ciento al año de
vida, y un 70 por ciento de tres a cinco,
el proceder significa un cambio absoluto
en el estilo de vida del paciente. Las
posibilidades de complicaciones disminuyen en gran medida, pero no desaparecen completamente», aseguró.
Además, ante las probabilidades de
rechazo, el paciente debe mantener una
estricta y permanente disciplina con los
tratamientos inmunosupresores para
evitar la pérdida del órgano e incluso de
la vida, y extremar las medidas higiénico-sanitarias para evadir infecciones
que ataquen al ya deprimido sistema inmunológico de los trasplantados. Respetando estos consejos, aclaró, pueden
desarrollar una vida armoniosa y normal
sin ninguna limitación física.
Los médicos le han dicho a Pedrito
que le quedan pocos días ingresado y ya
el pequeño cuenta los minutos que lo
separan de su casa, familia y comida
preferida. Incluso anhela a sus compañeros de clases y los exámenes que le
permitirán estudiar Contabilidad el próximo curso. Desde el 9 de febrero la vida
le sonríe de nuevo.
La ponzoña de la «plata viva»
A mediados del siglo XX una rara enfermedad neurológica
castigó a la ciudad japonesa de Minamata. Tras conocerse
la causa, el hecho fue reconocido como uno de los mayores
desastres industriales de la historia
Absorvido a través de la comida
Absorvido a través
de las escamas del pez
Tomado del sitio Una química irresistible.
por JULIO CÉSAR HERNÁNDEZ PERERA
POCO se habló durante mucho tiempo
de la pequeña ciudad costera de Minamata, ubicada en la prefectura de Kumamoto, en la isla de Kyushu, al sur de
Japón. Apenas se tenía como referencia
que sus pobladores vivían apaciblemente del cultivo del arroz, de la pesca y de
la producción de sal.
Así fue hasta que en la década de los
años 50 del siglo XX esa armonía fue
quebrada por un mal que lanzó al pueblo a una dolorosa celebridad: en abril
de 1956 una niña de cinco años, perteneciente a la localidad, causaba confusión entre los médicos: padecía una
enfermedad desconocida.
Al explorar en el vecindario de la
enferma y en otros asentamientos pesqueros cercanos, afloraron cerca de
700 casos con síntomas parecidos. El
cuadro clínico se distinguía por la aparición de convulsiones, pérdida temporal
de la conciencia, deterioro intelectual,
incoordinación de movimientos (ataxia),
entumecimiento de manos y pies, debilidad muscular, alteración de la audición
y el habla y temblores. Con frecuencia
los enfermos llegaban a la parálisis, el
coma y la muerte.
Se empezó a advertir cómo muchas
mujeres embarazadas tuvieron hijos con
anomalías del sistema nervioso, principalmente parálisis cerebral, ceguera y
sordera.
Al manifestarse todas esas alteraciones en muchas personas a la vez, todo
apuntaba a una enfermedad con comportamiento epidémico. Por tal motivo, a
ese extraño padecimiento, del cual
comenzó a especularse acerca de su
origen infeccioso y altamente contagioso, se le bautizó con el nombre de la
ciudad.
Poco a poco las evidencias se aglutinaron en una eventualidad: todos los
pacientes habían consumido pescado y
marisco de la bahía de Minamata.
Un grupo médico de la Universidad
japonesa de Kumamoto dirigió las investigaciones —por cerca de dos años—
hacia los peces, crustáceos y moluscos
capturados en dicha ensenada, y arribaron a la presunción de que estaban envenenados. Pero… ¿con qué?
LA CAUSA
Nuevas pruebas realizadas en el
sedimento del mar registraron una notable contaminación por múltiples sustancias tóxicas, entre estas, altas dosis de
mercurio. A principios de noviembre de
1956 los científicos llegaron a una conclusión inequívoca: la afección era
secuela de una intoxicación por un
metal pesado (el mercurio) que alcanzaba al organismo a través del consumo
de pescado y mariscos.
Hasta ese momento se conocía muy
poco acerca de cómo el mercurio —sobre todo el orgánico, como el metilmercurio— llegaba a intoxicar al hombre: el
tóxico se acumulaba en un organismo
acuático (bioacumulación), se concentraba en las cadenas alimentarias (biomagnificación) y luego era ingerido por
las personas a través de los productos
del mar.
Al término de aquellas indagaciones
las miradas se enfocaron en un complejo químico-industrial, la compañía Chisso, la cual vertía sus desechos, de forma oculta, a las aguas de la bahía de
Minamata. Esta fábrica se había instalado en 1908 en la región y fue considerada por decenios como la más avanzada de Japón.
Las revelaciones eran axiomáticas: la
citada empresa había emprendido desde 1932 la producción de acetaldehído
mediante un proceso donde se empleaba el sulfato de mercurio como catalizador. De este se originaba el metilmercurio, uno de los desechos.
Inexplicablemente, a pesar de todas
las evidencias mostradas, Chisso se
rehusó a suspender esa técnica hasta
1968; 12 años después de que se
registraran las primeras víctimas mortales. Se trataba de un claro ejemplo de
desidia y búsqueda del beneficio económico en detrimento de la salud de las
personas, y en franco desprecio al
medio ambiente.
HISTORIALES
Después de Minamata ocurrió otro
gran incidente en 1971, en Iraq. Este
país importó semillas de cebada y trigo
tratadas con un fungicida a base de
metilmercurio y las distribuyó para su
siembra. A pesar de las advertencias, el
grano fue molido y la harina se usó para
hacer pan: murieron 500 personas y
más de 6 500 fueron hospitalizadas.
Sin conocer estas trágicas memorias
puede ser fácil pensar por qué el mercurio avivó tanta fascinación en el pasado. Es el único metal que permanece
líquido a temperatura ambiente, el elemento químico de número atómico 80.
La palabra mercurio proviene del latín
hydrargyrum, y esta a su vez de la palabra griega hydragyros, que significa plata líquida; por eso su símbolo químico
es Hg.
Hasta bien entrado el siglo XIX era
habitual conocerlo en español por su
nombre árabe, azogue, y en la antigüedad muchos lo creían como «primera
materia» de la que todos los metales
estaban hechos. El mercurio es, además, de las pocas sustancias que pueden reaccionar con el oro y por eso atrajo a quienes en la Edad Media practicaban la química mágica (alquimia), en
busca de la «panacea universal» y la
«piedra filosofal».
Históricamente este metal ha tenido
numerosas aplicaciones como la producción de espejos, termómetros, explosivos y lámparas fluorescentes. En
la Medicina los compuestos mercuriales se usaron en el tratamiento (empírico) de la sífilis, como diuréticos —fármacos que aumentan la producción de orina—, purgantes, antisépticos y antiparasitarios.
Todo ello a pesar de que desde
tiempos remotos la exposición crónica
a ese metal llevó a reconocer un padecimiento neurosiquiátrico conocido como «eretismo mercurial», distinguido por
la presencia de temblor, timidez excesiva, irritabilidad, depresión, ansiedad,
insomnio, pérdida de memoria, debilidad muscular y sueño agitado, entre
otros. De todos estos síntomas, el que
nunca faltaba era un temblor fino inconfundible que solía iniciarse en la
lengua, labios, párpados y dedos de
las manos.
Subsiguientemente, este temblor se
extendía a las manos en forma rítmica,
interrumpido por contracciones musculares bruscas: por eso se le llamó azogados (por azogue) a quienes padecían
una intoxicación mercurial y temblaban
de esta forma.
Después del desastre de Minamata
y un sinnúmero de investigaciones, se
sabe en la contemporaneidad que el
mercurio no tiene funciones fisiológicas
en el cuerpo humano y hasta ha sido
imposible establecer un valor de seguridad (umbral) para sus efectos tóxicos.
Puede encontrarse en el ambiente en
diferentes formas (elemental, inorgánica
y orgánica) y todas son dañinas.
Por tales razones se ha bautizado
como el «quijotesco chico malo de la tabla periódica», y se le ha dedicado un
tratado internacional para reducir su
uso. No obstante, aunque mucho se ha
avanzado en el control de la emisión de
este metal al medio ambiente, para que
no se repitan infortunios como los de
Minamata, la amenaza de la llamada
«plata viva» sigue latente en varios lugares de este mundo.
Algunas referencias consultadas:
González-Estecha M et al. Efectos sobre la salud del metilmercurio en niños
y adultos; estudios nacionales e internacionales. Nutr Hosp. 2014;30:989-1007.
UNA pequeña muestra de
saliva es suficiente para
que un biosensor desarrollado por investigadores de
la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en
España, analice la presencia de determinados biomarcadores (niveles alterados cuando existe algún
tipo de tumor).
La herramienta se ha
probado con personas
sanas, pero los científicos
esperan poder contrastarla con pacientes que presentan tumores localizados en la boca, labios, lengua y glándulas salivales.
«El biosensor se basa
en la captura selectiva de
dos biomarcadores (la proteína IL-8 y su mRNA asociado) directamente de la
muestra de saliva, sin procesar ni diluir, empleando
dos tipos de partículas
magnéticas previamente
modificadas con biorreceptores adecuados», explicaron los autores del estudio, reseñado por el sitio
Noticias de ciencias y tecnología (NCYT).
Además, otros estudios
confirman que la detección
simultánea de estos biomarcadores de distinta
naturaleza (uno proteico y
otro genético, ambos relacionados con la presencia
de cáncer oral) permite elaborar un diagnóstico clínico
más preciso.
«Su detección minimiza
la existencia de falsos positivos y negativos», apuntó Susana Campuzano, investigadora de la UCM y
coautora del trabajo. «La
determinación de uno de
ellos genético (el mRNA) permite además un diagnóstico más temprano», añadió.
Hasta el momento ninguna herramienta había
conseguido reunir en un
mismo biosensor el análisis simultáneo de estos
marcadores y los científicos apuntan que el dispositivo se podrá emplear
para detectar cáncer de
cabeza y cuello, al identificarse también con muestras de saliva.
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