Arte Egipcio, Prehispánico y Prehistórico. (PDF Available)

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HISTORIA
CRONOLOGICA DE
LA PINTURA
1
CAPITULO 2
Arte Egipcio, Prehispánico y Prehistórico.
Erick Valencia Merizalde y Eko Valencia
Magister en Historia del Arte
AMERICAN ANDROGOGY UNIVERSITY
(AAU)
2016
2
Índice
Introducción
Arte Prehistórico
 Fases de Organización del estudio del Arte Prehistórico.
 La Estructura, el Diseño y el Color.
Arte Prehispánico
 Clasificaciones para el estudio del Arte Prehispánico
 Manifestaciones Artísticas por Áreas Geográfico-Culturales
- Área Peruana
- Área Intermedia
 Mesoamérica
- Arte Azteca
- Arte Maya
Arte Egipcio
 Manifestaciones Artísticas según cada Periodo o Dinastía
- Arte del Periodo I
- Arte del Periodo II
- Arte del Periodo III
- Arte del Periodo IV
Conclusión y Opinión Personal
Bibliografía
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32
INTRODUCCION
Podría decirse, con muy poca posibilidad de equivocación, que el estudio de la historia del
arte ha sido enfocado, abordado e insistido; por aquellas épocas que dieron luz al
surgimiento de situaciones impactantes de la historia. Esos 2 momentos grandes de la
historia del arte son el renacimiento y los finales del año 1800 y comienzos del 1900.
Época en la cual la cantidad de arte producida en Paris era de tal magnitud que opacaba
muchos de los avances de la eras económicas, sociales y porque no científicas. No es mal
visto tanto auge generacional, realmente son focos de aprovechamiento económico en las
librerías de explotación de esas dos épocas. Sin embargo, el “Maestro en Historia del Arte
(MHA)”, debe ser un profesional muy completo, no solo que expanda su conocimiento en
las áreas de su mayor gusto, o que desarrolle estudios temporales de opciones ofrecidas
por museos o universidades; o que por razones del destino pueda estar en contacto con
un arte específico en un lugar determinado. De esta forma, el MHA puede terminar siendo
un experto en áreas como el arte Ingles, solo por la pasión por la pintura del padre de la
acuarela (John White, 1855-1943), o la expansión en el conocimiento de los pre-Rafaelistas
o la dedicación por la pintura de Joseph Mallord William Turner (1775-1851). El MHA
puede de igual forma, expandir sus conocimientos en aquel momento en que instituciones
como el Museo Británico hace exposiciones de artistas específicos o el Museo Thyssen
Bornemisza presenta sus seminarios educativos sobre la obra del mes. Finalmente, el
maestro también puede terminar con muchísimo conocimiento de arte Japonés si su
residencia es en el país del sol naciente.
Debido a lo anterior, el estudio de la Historia del Arte debe tener en algún momento de su
desarrollo del conocimiento, el análisis del arte en momentos claves de la historia. El MHA
no solo debe conocer áreas fuertes en su entrenamiento, sino áreas obligatorias que
hacen de un experto merecedor del título. Por esto y por mucho más que se ira
exponiendo en el desenlace del ensayo, se debe conocer a fondo las características
artísticas de las épocas Prehistóricas, las manifestaciones artísticas de las culturas
Prehispanas y el entendimiento de la magnificencia del arte Egipcio. El ahondamiento en
estas áreas del arte enfrenta al estudiante a una realidad de todo aquel que desee
explorar el conocimiento de cualquier tema relacionado con historia. Así el enfoque sea
Historia del Arte, la manifestación de este, siempre, estará ligado al desarrollo histórico, a
la vivencia situacional, al momento cronológico y el lugar donde el artista plasmo su
expresión. De ese modo, las dos artes “Pre y la Egipcia” exigen un muy profundo
conocimiento de los componentes históricos de la época. Se debe tener claridad de los
límites cronológicos de las fechas, las manifestaciones climáticas de la era, las culturas
prehispanas de mayor preponderancia en la manifestación artística y la definición de los
cambios de dinastías de los faraones egipcios. Sin este abordaje histórico, el texto no
pasara de ser una recopilación de utensilios e imágenes artísticas realizadas en “x” o “y”
momento de la historia. Al contrario de este errado enfoque, se desea una visión integral,
una interpretación amplia, un análisis profundo y una interacción de los componentes
influyentes en la manifestación artística del “Arte Prehistórico, el Arte Prehispano y el Arte
Egipcio”.
4
Cada una de las 3 áreas presenta manifestaciones muy diferentes, cada una muestra las
obras de forma no similares; pero, las tres manifestaciones humanas del arte tienen bases
que deben ser conocidas para poder cumplir el objetivo de su estudio. En las tres áreas se
debe buscar: ¿que se realizó como manifestación artística? ¿Quién plasmo la obra?
¿Cuándo, en tan amplia cronología de tiempos, se ejecutó la obra? ¿En dónde
construyeron la obra? ¿Cómo la hicieron? Y finalmente, ¿el por qué el artista quiso dejar
su huella a través del tiempo? Cada uno de los tópicos expuestos será abordado en su
sección.
ARTE PREHISTORICO
Antes de ingresar al mundo de la interpretación de los alcances logrados en la historia del
arte por parte de los habitantes de la era Prehistórica, es fundamental hacer un
entendimiento de las reseñas históricas, fechas de cada uno de los componentes de las
diferentes áreas de la prehistoria y momentos claves en el desarrollo de la época,
momentos que en forma indirecta tuvieron que ver con el desarrollo del arte en esa
época.
El termino prehistoria (del griego pro: “antes de” e istoría: “historia”) designa el periodo
de tiempo transcurrido desde la aparición del primer ser humano hasta la invención de la
escritura, hace más de 5000 años (aproximadamente en el año 3300 a.C.). Para otros
autores, la prehistoria se termina con la aparición del estado. Es importante señalar que
según las nuevas interpretaciones de la ciencia histórica, la prehistoria es un término
carente de real significancia en el sentido que fue entendido por generaciones. Si se
considera a la historia, tomando la definición del historiador Marc Bloch (1886-1944),
como el “acontecer humano en el tiempo”, todo es historia existiendo el ser humano y la
prehistoria podría, forzadamente, solo
entenderse como el estudio de la vida de
los seres antes de la aparición del primer
homínido en la tierra. Desde el punto de
vista cronológico, sus límites están lejos
de ser claros, pues ni la aparición del ser
humano ni la invención de la escritura
tienen lugar al mismo tiempo en todas las
zonas del planeta. Por otra parte, hay
quienes defienden una definición de esta
fase o, al menos, su separación de la historia antigua, en virtud de criterios económicos y
sociales en lugar de cronológicos, pues éstos son más particularizadores (es decir, más
ideográficos) y aquellos, más generalizadores y por tanto, más susceptibles de
proporcionar una visión científica.
En ese sentido, el fin de la Prehistoria y el inicio de la historia lo marcaría una
estructuración creciente de la sociedad (modificación del hábitat, aglomeración,
socialización avanzada, jerarquización, poder administrativo, economía avanzada,
moneda, intercambios comerciales ―especialmente los de larga distancia―, etc.). Sin
embargo, para el desarrollo de la historia del arte prehistórico se pueden establecer
5
épocas de la prehistoria según sus manifestaciones artísticas, independiente de aquellas
variables que marcan mejor la diferenciación entre prehistoria e historia. Para no solo ver
las expresiones de arte de la época desde el punto de vista cronológico ni pictórico, se
debe hacer un traslado espacio tiempo a esa época, para lo cual dos personajes “Homo
sapiens” conversan en su refugio:
“Hace media hora salió el sol, llego el momento de salir; deseas terminar de pintar tu
imagen del bisonte que quieres cazar o, ¿prefieres hacerlo cuando regresemos al caer el
sol? El aborigen compañero contesto: ¿Cómo es posible cazar sin antes pintar? Pero
acepto terminar a la luz de las llamas del fuego en la noche”
Probablemente el diálogo podría ser transpuesto al paleolítico superior, cuando Europa
era escenario de la vida de los grandes cazadores de renos, caballos, mamuts, etc.
No es posible conocer la expresión artística de la prehistoria sin hacer una completa
ubicación de su cronología y sus respectivas divisiones de periodos artísticos a través del
tiempo (Tabla 1). El arte prehistórico es al mismo tiempo el más antiguo – desde el 3,5 a 5
millones de años a.C. cuando aparecen los primeros seres humanos Australopithecus
Afarensis – y el más duradero – hasta el año 1100 a.C.; cuando hay finalización de la
civilización micénica y la aparición de los primeros textos escritos conocidos en la historia.
La prehistoria se divide a su vez en paleolítico, epipaleolitico, mesolítico y neolítico. El
paleolítico se subdivide en una serie de etapas culturales, no cronológicas, que reciben su
nombre en razón de su situación estratégica en los yacimientos arqueológicos donde
fueron localizadas por vez primera. Estas etapas reciben las denominaciones: Inferior, - el
más profundo y por lo tanto el paleolítico más antiguo -, Medio y Superior – el más
reciente y el de más arriba -, aunque en algunas ocasiones se les denomina antiguo el
primero y reciente el ultimo. El paleolítico inferior y medio se inicia con las primeras
industrias fabricadas por el hombre. El superior es más corto, unos treinta mil años.
Fases de Organización del estudio del Arte Prehistórico.
Al principio fueron garabatos sin un orden aparente, con un gran significado para su
artista, el cual posteriormente se fue
encontrando en el arte mueble y el arte
parietal; una expresión basada en signos y
figuras. Todo esto podría incluirse en la
denominación de actividad artística
prefigurativa.
La gran mayoría de las clasificaciones de
historia del arte prehistórico se le deben al
abate Henri Breuil (1877-1961) y al profesor
Andre Leroi-Gourhan (1911-1986). Ambos
dedicaron gran parte de sus vidas al estudio de
las grutas con hallazgos de arte, a su evolución
estilística a su cronología y su significado.
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Durante muchos años, el abate Henri Breuil (1877-1961) se esforzó en generar un sistema
cronológico-evolutivo para el arte paleolítico. Su punto de partida era la idea de una larga
secuencia – 40.000 a 10.000 años – reflejado en el título de su obra Quatre Cents sciecles
d´art parietal (1952). Dicho sistema se basaba en argumentos técnicos y estilísticos,
concediendo particular importancia a la perspectiva y a las superposiciones. Estableció,
así, unas coordenadas estilísticas que iban de lo más simple a lo más complejo y que, a
medida que avanzaba en su investigación ordeno en sentido cronológico. El sistema se
concretaba en dos ciclos: a) el ciclo auriñaco-perigordiense que comenzaría con los
dibujos laberinticos hechos con los dedos sobre la arcilla, entre los que se identifican las
primeras representaciones animales. Las manos (imagen página anterior), por lo general,
pertenecerían a un momento antiguo del ciclo, antes que toda otra manifestación
artística, b) el ciclo solutero-magdaleniense, de menor duración, se iniciara con la
escultura, siguiéndole grabados y pinturas muy sencillas, dibujos lineales y muy simples,
que se irían haciendo cada vez más complejos, adoptando luego ciertas convenciones
hasta llegar a su culminación en los modelados de arcilla y los policromos de Altamira.
El sistema de Andre Leroi-Gourhan (1911-1986) presenta una serie de periodos en los que
se encadenan cuatro estilos básicos: 1) Periodo Prefigurativo: Aunque es posible que
hubiera existido, no se conoce actividad artística
en el Musteriense (hacia 50.000 años), muy
posiblemente por haber sido realizada
preferentemente sobre materiales perecederos.
2) Estilo I: Comprende las obras de arte
pertenecientes al Auriñaciense (37.000 a 27.000
años), con imágenes sexuales realistas y animales
de un estilo tosco. Los documentos son
demasiado escasos para deducir unas constantes
estilísticas. 3) Estilo II: más abundante que en el
periodo anterior, las obras de arte todavía no son
suficientes para establecer una precisa evolución
cronológica. Este estilo se desarrolla durante el
Gravetiense, el llamado inter-graveto-solutrense
y los comienzos del solutrense (25.000 a 18.000).
Al mismo tiempo es la época más rica en
estatuillas humanas y animales en arte mueble y
la de las primeras obras parietales. También responden a las tendencias del estilo II
algunas de las estatuillas de representaciones femeninas que están centradas sobre los
detalles característicos de su sexo, caderas, vientre y senos, de forma que las estatuillas
presentan, para estas partes, unos relieves muy abundantes, mientras que la parte alta
del cuerpo y las piernas son disminuidos o incluso completamente descuidados (imagen
superior derecha). 4) Estilo III: El 19% de las obras son atribuidas a los estilos I, II, III y el
81% restante son propios del estilo IV. Del estilo III son solo el 6% de las piezas analizadas
en algunos estudios. En este estilo se caracteriza la aparición de astas, cornamentas y
pezuñas en diferentes perspectivas, desde la frontal y al perfil absoluto; pero la más
frecuente es la perspectiva biangular oblicua, o sea la denominada por algunos autores
7
semi-torcida. En este periodo se alcanza una extrema calidad técnica y estética. Este estilo
cubre el Solutrense y el Magdaleniense antiguo con fechas entre el 17.000 al 13.000 años.
5) Estilo IV: El 78% de las obras de arte parietales paleolíticas pertenecen a este estilo.
Aun así se debe recordar que es muy difícil establecer la transición entre los estilos III y IV.
En este estilo, las características de las representaciones animales son las siguientes:
tienen un contorno más próximo a la realidad fotográfica, pero con convenciones
particulares, como los cines de los bisontes; astas, cornamentas y pezuñas están
representadas en una perspectiva normal. El paso del estilo IV antiguo al estilo IV reciente
(en fechas hacia el 11.000 a 10.000) se establece con dificultad, aunque podría fijarse
artísticamente en la forma natural de la línea dorsal animal. El estilo IV antiguo
corresponde al Magdalesiense III y IV y el estilo IV reciente al Magdaleniense V y VI (Tabla
1).
Tabla 1. Épocas del Arte Prehistórico.
Antes de J.C.
1.000
2.000
3.000
4.000
5.000
6.000
7.000
8.000
9.000
10.000
11.000
12.000
13.000
14.000
15.000
16.000
17.000
18.000
19.000
20.000
21.000
22.000
23.000
24.000
25.000
26.000
27.000
28.000
29.000
30.000
31.000
32.000
Curva Térmica
Templado
Frio
Culturas
Clasificación H.
Breul
A Leroi-Gourman
Periodos
Estilos
Halisttat
Edad de Bronce
Final de la
prehistoria
Neolítico
Epipaleolitico
Aziliense
V-VI
IV
III
Magdaleniense
II
I
0
Ciclo SolutreoMagdaleniense
Magdalenien
se Reciente
Magdalenien
se Medio
Magdalenien
se Antiguo
Radegoliense
Solutrense I-II-III
Final de la
prehistoria
Estilo IV
Estilo III
Solutrense
ProtoMagdalenie
nse
Auriñacie
nse
V
Gravetiense
Gravetiense
IV
III
Perigordien
se
Final de la
prehistoria
Intergravetos
olutrense
Gravetiense
Estilo II
Auriñaciense
Estilo I
Chatelperron
iense
PreFigurativo
Ciclo AuriñacoPerigordiense
II
I
0
Chatelperro
niense
33.000
8
La Estructura, el Diseño y el Color.
De todas las manifestaciones artísticas que pudieron existir en la época prehistórica, solo
ha llegado hasta los tiempos recientes la escultura, el gravado y la pintura de los
cazadores principalmente del paleolítico
superior. Desde el punto de vista de las
clasificaciones del arte de las cavernas, se
podría diferenciar en arte mueble y arte
parietal. En el arte mueble son comunes la
escultura y el gravado. Se utilizaron
soportes óseos, cuernos y astas; incluidos
los utensilios fabricados con dichos
materiales. En el arte parietal hay que
distinguir, en primer lugar el arte que se
encuentra en el interior de las cavernas a
diferencia del que se destaca en las
entradas o en sitios abiertos.
La naturaleza de los soportes disponibles para la realización de las obras de arte
condiciona, como es lógico, el desarrollo de estas. Aquellos pueden ir desde el muro de la
cueva cubierto por una fina capa de arcilla de descomposición de la caliza, hasta la roca
original más o menos cristalina, pasando por las formaciones calcáreas propias de los
procesos litogenicos. Al parecer, la técnica más antigua es la que se presenta en bloques
del Auriñaciense (entre 30.000 y 25.000 años), en los que se combinan el gravado
profundo el piqueteado. De ella se pasa a la escultura de los santuarios exteriores, cuyo
cenit se alcanza en el Solutrense.
Los artistas tuvieron que acomodarse a la topografía generalmente complicada y de difícil
desplazamiento en el interior de las grutas; entre otros problemas el de la iluminación. Al
parecer, según las épocas, hubo preferencias. En los periodos antiguos se decoraron los
vestíbulos y zonas cercanas a las entradas de las cavernas; en el periodo clásico del
Magdaleniense, se utilizaron las zonas más profundas de las grutas, hacia el final del
paleolítico, se volvió a zonas no muy lejos de las entradas. De esta forma se puede hablar
de manifestaciones artísticas en posiciones profundas, en localizaciones intermedias y en
zonas proximales a las entradas de las viviendas de piedra.
En cuanto a la paleta, esta se limita a dos colores básicos: el negro de manganeso - o, en
algún caso, de carbón, de difícil conservación a través del tiempo -, a veces alterado
tendiendo al azulado o al violeta y el rojo de ocre o de óxidos de hierro en sus diversas
variantes, que pueden ir desde el marrón hasta el anaranjado o el amarillo terroso. Lo
normal son las figuras de un solo color. Las interpretaciones bicromicas son mucho menos
numerosas. Las denominadas policromías son el resultado de la utilización de diferentes
matices y espesores de aquellos colorantes, combinados con estudiados raspados y finas
líneas gravadas. En análisis científicos de las pinturas de la cueva Niaux, han probado que
algunos de los animales fueron realizados directamente con carbón vegetal y en las
imágenes de Altamira (imagen arriba), los análisis de lápiz utilizado, demostró que se
utilizaron ocre mezclado con resina de una conífera. También se pudieron utilizar otras
9
sustancias como grasa, tuetano, etc. Así como en el grabado, en la pintura, la forma de
representación más utilizada es la silueta realizada mediante trazo más o menos seguido,
puntillado, difuminado, etc. Es común encontrar la perspectiva torcida: cuernos y pezuñas
vistos desde frente sobre una silueta de perfil. La perspectiva expresada en la prehistoria
ha sido clasificada en: 1) Perfil absoluto o grado cero de perspectiva, 2) Perspectiva pluriangular opuesta: en la que las diferentes partes de la figura pueden ser objeto de una
proyección de 180o (no existe en el arte paleolítico), 3) Perspectiva biangular recta: en la
que se cambian el frente y el perfil en una proyección que puede ser de 90o, habiendo
sido utilizada muchas veces a lo largo de la historia (arte Egipcio), bisonte con cuernos de
frente y cuerpo de perfil, 4) Perspectiva biangular oblicua, con proyección de 45 o, es la
más frecuente en el estilo III (Tabla 1), 5) Perspectiva uni-angular , es la más común de las
artes plásticas históricas, con un solo punto de vista ligeramente delante o detrás de la
figura (no utilizado en el arte prehistórico).
En cuanto a la forma, el arte prehistórico se ha organizado en cuatro estadios figurativos:
1) El geométrico puro (documentos pre-figurativos), 2) El figurativo geométrico (signos y
reducción figurativa de dibujos animales), 3) El figurativo sintético o esquemático
(detalles que se supone que el lector ya conoce), 4) El figurativo analítico (que busca la
realidad óptica y es propio del estilo IV antiguo o clásico) (Tabla 1).
Los artistas primitivos manejaron el encuadre, la simetría y la figuración del suelo, todos
los cuales fueron resueltos con maestría. Respecto al suelo hay que decir que no se
representa nunca, pero puede ser presentido o insinuado en formas calificadas como
indefinido (la falta de la parte baja de las patas de los animales hace que sus
representaciones estén como flotando) y lineal (en el que las figuras mismas sugieren su
existencia. El artista paleolítico intento representar el movimiento, lo que, por lo general
se denomina animación. Esta última puede ser distinguida en animación nula, la
animación simétrica (animales con mucho movimiento), la animación segmentaria (con
movimiento parcial) y la animación coordinada (movimiento de las cuatro extremidades).
Es posible que en este periodo existiera un arte primitivo sobre materiales perecederos
(pieles, cestería, cortezas de árboles, maderas y pintura sobre el cuerpo). Pero hasta la
época actual solo han llegado trazos abstractos hechos con cierto ritmo, que para sus
autores pudieron tener algún significado. El repertorio de los temas de arte paleolítico se
concreta en figuras de animales, figuras humanas – incluidas manos aisladas – y signos.
Tanto en el arte mueble como en el parietal predominan las representaciones de animales
hasta el punto de escribir que el arte paleolítico es un arte esencialmente animalista.
La manifestación artística de la época prehistórica es segura, porque quien la realizo
tenían su intención, razón e interpretación como lo tiene cada una de las obras de arte del
trascurso de la historia de la humanidad. Se prestaba una particular atención a las
indagaciones sobre la mentalidad primitiva, los problemas del origen y del carácter de la
magia y de la religión primitiva. Aunque las condiciones culturales de los hombres del
paleolítico eran muy primitivas, la abundancia de la caza y las condiciones ambientales
hacían que dispusieran de largos periodos de ocio y que de este ocia había nacido el arte.
El cazador de grandes animales, a veces peligrosos, tuvo que haber sido un buen
observador, sometido a fuertes emociones que le proporcionaron recuerdos visuales
plasmados. Las venus paleolíticas y la presencia de signos sexuales sobre todo femeninos,
10
sugerían la existencia de una magia complementaria a la que denominaron “rito de la
fecundidad”. Para los diferentes autores las manifestaciones artísticas tienen
manifestaciones de dos principios: femeninos (mujer o signo femenino = bóvido) y
hombre (signos masculino = caballo). Otros autores establecieron otros caminos
interpretativos; sugiriendo que detrás de las figuras había mitades o divisiones sociales.
Frente al hecho maravilloso de su existencia y de la posibilidad de su contemplación, el
correcto significado del arte paleolítico queda en la penumbra. Sin embargo, no hay que
olvidar que se trata del primer arte conocido de la humanidad.
ARTE PREHISPANICO
El término prehispánico va desde la aparición del hombre en el nuevo continente hasta el
descubrimiento de América. Parece existir coincidencia en la idea de que el hombre
penetró en América del Sur a través de Centroamérica durante el Pleistoceno,
probablemente antes del 14.000 a. C. Los instrumentos de piedra de estos habitantes
primitivos corresponden al llamado Estadio Pre-puntas de Proyectil, Se sabe muy poco de
la cultura de los fabricantes de dichos instrumentos, tan sólo que eran probablemente
cazadores y recolectores de alimentos. El arte es un aspecto universal de la cultura; no ha
existido nunca ningún pueblo que no haya practicado algún tipo de manifestación
artística. Son estos grupos de cazadores los que han dejado un arte espléndido en las
paredes y abrigos de toda la región andina, arte que refleja una aguda percepción de la
naturaleza, un profundo conocimiento del mundo animal circundante, un gran sentido del
movimiento y una considerable capacidad expresiva y de síntesis. El marco cronológico en
el que se encuadran estas realizaciones artísticas es muy amplio, a rasgos generales, entre
12.000 a. C. y 500 d. C. Esta amplitud de fechas se debe al hecho comprobado de la
expansión hacia el sur de las culturas, no apareciendo en la Patagonia hasta el 5000 a. C. y
manteniéndose en el extremo sur casi hasta hoy día. Las
pinturas rupestres muestran un amplio espectro de estilos
diferentes. Los estilos negativos o improntas de manos son
comunes en el sur de Argentina y suelen asociarse con
puntos, líneas de puntos, círculos, cruces, huellas de
animales; los estilos de escenas reproducen cacerías, como
cercos a guanacos, rastreos y persecuciones, o manadas de
animales en diversas actitudes. Otra vez queda patente el
sentido de la expresión, de dinamismo, la habilidad del
artista para captar los detalles fundamentales de los
animales. No se intenta representar un animal o un ser
humano de forma naturalista, sino de captar la idea, la esencia de la persecución, de la
caza, de la muerte del animal; y todo eso se logró plenamente. El material utilizado para
las pinturas se compone de colorantes de origen mineral, hematitas, óxidos de hierro,
óxidos de cobre, que producen tonos ocres, rojos, amarillos y verdosos. El color se disolvía
en agua o en alguna materia grasa y se aplicaba con una especie de hisopillo hecho con
una ramita delgada en cuyo extremo se enrollaba un mechón de lana; o simplemente se
dibujaba con los dedos, pero siempre con trazos firmes y seguros. Haciendo un avance en
11
la interpretación se podría aventurar que serían precisamente los shamanes los
encargados de realizar esas pinturas. Ellos son los intermediarios con las fuerzas
sobrenaturales y de la naturaleza, individuos sobresalientes, con aguda capacidad de
percepción y son profundos conocedores de la realidad circundante. Aunque habría que
destacar que no podríamos hablar de artistas especializados, sino de individuos que
esporádicamente desempeñaron el rol de artistas, siendo sus pinturas parte de las
ceremonias que debían desempeñar. En algunas cuevas aparecen centenares de manos,
en otras unas pocas; el mayor número corresponden a adultos, algunas son de niños. Con
menos frecuencia aparecen positivos resultado de mojar la mano en pintura y aplicarla
sobre la piedra. Suelen encontrarse en los lugares donde también aparecen los tipos de
pinturas antes descritos (Santa Cruz, Argentina – Imagen lateral derecha página anterior).
De esa manera, todos los aspectos de la naturaleza pueden de alguna manera ser
controlados por el hombre, que puede influir en ella por medios sobrenaturales ya sea
para obtener el alimento o para alejar calamidades. En este sentido se puede considerar al
arte en un contexto sobrenatural, como uno de los medios de los que se vale el ser
humano para actuar sobre el entorno e incluso sobre la propia sociedad.
Clasificaciones para el estudio del Arte Prehispánico.
Para intentar, de algún modo, ordenar este estudio del arte suramericano, se ha utilizado,
por un lado, un criterio especial, utilizando el concepto de área geo-gráfico-cultural.
Dentro de esta división en áreas del continente se ha dedicado mayor espacio a las de
mayor complejidad cultural y artística que son, asimismo, las mejor conocidas. Perú y el
área Intermedia (Centroamérica, Colombia y Ecuador) aparecen de manera destacada. Y
no se ha olvidado que el arte es una manifestación de la cultura, por lo que, en cada caso,
se ha analizado ese arte en relación con otras
manifestaciones culturales, con la idea rectora de
acercarse a la comprensión del pasado de las
culturas indígenas suramericanas a través de los
testimonios que ellas mismas dejaron.
Se trata de hablar del arte de un conjunto de
culturas que florecieron hace más de 16.000 años y
que se desarrollaron sobre más de 18 millones de
kilómetros cuadrados, la variedad ambiental
contribuyó a la existencia de una serie de regiones
ecológicamente muy variadas, entre las que se
cuentan los climas más extremos de la tierra. Es
escasa la existencia de arquitectura monumental, ya
que la mayoría de las veces se utilizaron materiales
perecederos; la talla de madera, la cestería, la
plumería, etc. La pintura y la escultura, por lo
general unidas a las anteriores, han desaparecido al
perderse su soporte. Pero se mantiene una gran
tradición de grabado y de pintura rupestre o la
12
realizada sobre otros materiales, como la cerámica. También se encuentra escultura en
piedra exenta.
La peculiar geografía suramericana es, si no la determinante, sí la contribuidora a esta
enorme variedad cultural y artística. La costa pacífica, amplia en el norte y angosta en el
sur, presenta tal vez los mayores extremos ambientales, desde la terrible humedad del
Chocó colombiano, hasta la feroz aridez de los desiertos del sur del Perú y norte de Chile.
Para situarse de una manera ordenada ante este mosaico cultural, los arqueólogos y
antropólogos utilizan el concepto de área cultural que, aunque discutible
metodológicamente, no ha encontrado otro más preciso que lo sustituya. Un área
cultural, o mejor geográfico-cultural, tal como se emplea actualmente, es sencillamente
una gran región geográfica en la que se encuentra o se encontraba una serie de culturas
con unas características comunes y diferenciadoras de las de otras áreas, clasificación del
arqueólogo Gordon R. Willey (1913-2002). Esas áreas geográficas culturales conocidas en
Suramérica son nueve (imagen página anterior):
1) El área Caribe o que circunda el caribe comprende las islas antillanas y en el continente
el oriente de Venezuela y el norte de Guyana. En torno a la región de la Hoya del lago
Valencia y en las Antillas Mayores se desarrollaron culturas de mayor complejidad con un
importante florecimiento del arte cerámico en fechas tardías (1.000-1.500 d.C.). 2) El área
Intermedia está constituida por el oriente de Nicaragua, Costa Rica, Panamá, occidente de
Venezuela, Colombia y Ecuador, excluyendo la vertiente amazónica de los Andes. 3) El
área Peruana la forman la costa y la sierra del actual Perú y el adyacente altiplano
boliviano. Junto con Meso-américa es una de las dos áreas americanas donde se
desarrollaron grandes civilizaciones o estados indígenas. 4) El área Surandina o de los
Andes Meridionales abarca los dos tercios del norte de Chile, las tierras altas del sur de
Bolivia y el Norte de Argentina y comprende dos regiones fisiográficas principales, una
estrecha faja costera y el extenso interior montañoso. 5) área Amazónica se incluye gran
parte de Brasil, concretamente los Estados de Pará y Amazonas, norte de Mato Grosso y
territorios de Amapá, Río Branco, Acre y Guaporé. Se incluyen además las vertientes
amazónicas de Bolivia, Perú y Ecuador, sureste de Colombia, sur de Venezuela y de
Guyana, Surinam y la Guayana Francesa. 6) El área Brasileña Oriental comprende el este y
sur de Brasil. 7) El Chaco, la depresión geográfica del mismo nombre, comprende el
sureste de Bolivia, casi todo Paraguay y el extremo noroeste argentino. 8) El área
Pampeana comprende Uruguay y la mayor parte de Argentina: las provincias a lo largo de
los cursos medio y bajo del Paraná, las Pampas, la Patagonia y el este y norte de Tierra del
Fuego. 9) el área Fueguina, situada en territorio chileno, y que abarca la costa pacífica
desde el sur de la isla de Chiloé y porciones del oeste y extremo sur de Tierra del Fuego.
Aunque en el desarrollo del texto se seguirá el análisis artístico basado en áreas
geográfico-culturales mencionadas, no sobra conocer otro tipo de clasificación elaborada
por los estudiosos de la antigüedad suramericana y que se refiere a la consideración de
grandes períodos cronológicos: 1) El período Paleoindio que, en principio, puede situarse
entre 16.000 y 14.000-6.000 a. C. Su modelo cultural característico fue el de cazadoresrecolectores, pequeñas bandas o grupos de escasa entidad que deambulaban a la
búsqueda de su sustento y que por lo tanto poseían un arte mobiliar. 2) El período
Arcaico, 6.000-3.000 a. C., contempla los difíciles inicios de la experimentación agrícola.
13
Los grupos humanos tienden a asentarse en pequeñas aldeas cuyos trabajos artísticos,
magníficos, de cestería o de calabazas grabadas, apenas han llegado hasta estos tiempos.
3) El periodo Formativo, entre 3.000 y 500-300 a. C., es el período de la consolidación de
las técnicas agrícolas, de la vida centrada en grandes poblados donde comienzan a
aparecer jefes permanentes y en algunas áreas, del desarrollo de complejos centros
ceremoniales. La aparición y desarrollo de La cerámica, de la orfebrería, del tejido y de
todas las artes tradicionales es otra de las características del período. 4) El período
subsiguiente, más o menos entre 500 - 300 a. C. y 500 d. C., recibirá diversos nombres
según las áreas: de Desarrollo Regional, Clásico, de Culturas Regionales. 5) el período de
Integración, Postclásico o de Estados Regionales, entre 500 d.C. y l.500 d. C., verá sobre
todo la confederación de grandes poblados, la consolidación de algunos Estados y/o la
expansión arrolladora de otros, como el caso del Estado inca, acompañado del máximo
desarrollo del urbanismo y de la arquitectura, así como de las obras hidráulicas y de
ingeniería.
La presencia y posterior conquista española, variable en fechas según las diferentes zonas
del continente, aunque se toma el comienzo del siglo XVI como fecha tópica, significa el
fin del mundo prehispánico americano.
Manifestaciones Artísticas por Áreas Geográfico-Culturales.
El enfoque del estudio del arte prehispánico basado en áreas geográfico culturales
permite ver que es más importante la variedad en cantidad de obras de arte generadas
por diferentes culturas que la cantidad de obras artísticas
elaboradas por clasificación de tiempo. En este orden de
ideas, en el periodo formativo se podía estar generando
manifestaciones artísticas en zonas peruanas como en
zonas mesoamericanas o al mismo tiempo estarse
elaborando una obra de arte a base de cerámica en las
zonas intermedias. De esa forma, el manuscrito abordara
las principales zonas, aquellas de mayor influencia en las
manifestaciones artísticas de la época, porque de igual forma cada una de ellas permitiría
la generación de tratados, que se escapan de la extensión del texto actual.
Área Peruana.
La evolución artística del área peruana puede ir desde el año 1800 a.C. hasta el momento
de la llegada de los españoles. En ese transcurso de tiempo las manifestaciones del arte
dependieron de la cultura que estaba en apogeo; siendo
unas de antes de Cristo y otras ya como asentamientos
de sociedades e imperios bien formados. Cultura Paracas
de las Cavernas del año 700 a.C. al año 500 a.C. Cultura
Paracas Necrópolis del año 500 a.C. al año 100 a.C. La
cultura Chavín floreció de los años 1200 a.C. al año 200
a.C. La cultura Nazca estuvo en su apogeo entre el año
100 d.C. y el año 600 d.C. La cultura Moche de los años
14
200 d.C. al 700 d.C. Finalmente, el imperio Inca del año 1200 d.C. al año 1533 d.C.
A partir de 1800 a. C, es la fecha de la aparición de la cerámica en el área peruana y que
suele tomarse como inicio del período Formativo. Se consolida el proceso de
domesticación de todas las plantas conocidas y de los animales más representativos y se
han introducido incluso nuevos cultígenos, con lo que el panorama agrícola se amplía
considerablemente. Las características de los asentamientos hacen pensar ya en la
existencia de cierto contingente de población dedicado a tareas no productivas, tales
como la religión y el arte. Tal vez el más importante o al menos el más conocido de todos
los centros formativos sea Chavín de Huantar, que se encuentra cerca del pueblo actual
del mismo nombre, a 3.135 m sobre el nivel del mar, a
la entrada del Callejón de Conchucos, en los flancos
orientales de la cordillera Blanca andina, pero el
concepto de Chavín desborda con mucho los límites del
sitio epónimo y bajo esa denominación se identifica un
estilo artístico que se manifiesta fundamentalmente
sobre piedra grabada, cornisas, dinteles, losas,
obeliscos, que floreció entre 1200 y 300 a. C. Los temas
dominantes son una serie de personajes de apariencia
más o menos antropomorfa, relacionada con un felino,
un jaguar, un ave, águila o halcón, y una serpiente,
compuestos formando una especie de lenguaje
metafórico, fácil de reconocer pero de no tan fácil
interpretación (imágenes página anterior). Este estilo,
que también se manifiesta en cerámica elaborada,
orfebrería del oro y tejidos de finas telas de algodón. El
tema principal es un caimán, que se representa en dos
caras de la piedra, pero complementada su forma con
cabezas de felinos, serpientes, colmillos, vegetales,
aves, peces. A rasgos generales se puede decir que el
arte de Chavín se expresa fundamentalmente a base de
diseños lineales que se desarrollan sobre superficies
planas o sobre superficies tratadas como si lo fueran
(Estelas). Sus representaciones están enormemente
convencionalizadas, siendo generales una serie de
convenciones básicas de repetición, tanto en detalles
como de figuras completas, produciéndose un cierto
ritmo. En este sentido parece que el artista Chavín
disponía de una serie de plantillas con elementos de la
figura a realizar y las utilizaba acoplándolas unas a otras, según las necesidades del diseño
que quería conseguir, hasta rellenar incluso todo el espacio disponible. Otra característica
de la representación es la reducción de las figuras a una combinación de líneas, pero sobre
todo la sustitución de un elemento real por otro metafórico, escogido convencionalmente.
Por ejemplo, el pelo, bigotes u orejas pueden transformarse en culebras, así como el
plumón de la cabeza y el eje que bordea las alas de las aves. Nos encontramos pues ante
15
un arte rígidamente convencionalizado, realizado con toda seguridad por artistas
especialistas y que tiene que ver seguramente con algún tipo de religión o sistema de
creencias (imagen página anterior a la derecha).
La etapa Paracas Cavernas tiene una antigüedad de 700 años a.C. a 500 a.C. y Paracas
Necrópolis va desde el 500 a.C. al 100 a.C. La población principal de la cultura Paracas en
esta época se desarrolló en Tajahuana, a orillas del río Ica, en el sector Ocucaje. El nombre
Paracas Cavernas se debe a la manera de cómo enterraban a sus muertos los Paracas, en
forma fetal. Esto se comprueba por los hallazgos de los fardos funerarios encontrados en
Cerro Colorado en 1925. Las tumbas encontradas en la cultura Paracas Cavernas eran
subterráneas cavadas en las rocas, con una forma que parece una “copa invertida”, o de
botella de cuello alto, en cuyo fondo de unos 6 metros de diámetro, colocaban los fardos
funerarios, cadáveres momificados envueltos en mantas y tejidos. Eran tumbas,
denominadas necrópolis, son habitaciones subterráneas comunitarias, forradas de piedra,
con fardos de diferentes tamaños y ricos ajuares; y no se sabe si los enterramientos
correspondían a una misma familia. Los cuerpos se encontraron momificados, por las
condiciones climáticas y del terreno. Algunos de los cadáveres muestran trepanaciones y
deformaciones craneanas, probablemente debido a motivos religiosos.
Al declive del Chavín sucederá en el área peruana un proceso de regionalización cultural
que se reflejara en el periodo denominado de Culturas Regionales o Intermedio
Temprano, y que puede situarse entre el 100 y 800 d.C. Durante este periodo la
complejidad social se acrecienta, encontrándonos ante verdaderos estados incipientes. El
desarrollo de las artes será espectacular. El proceso de especialización se acentúa,
apareciendo grupos de artistas dedicados en exclusiva a la elaboración de cerámicas,
tejidos y orfebrería. Una de las características más llamativas del periodo es el marcado
énfasis en lo funerario y de esa forma se comprende la enorme inversión de energía, de
tiempo y a veces de materiales precioso en la elaboración de unas artes refinadas que en
muchos casos se hicieron con el único fin de ser enterradas acompañando a un personaje
de importancia.
Aunque el proceso cultural de la costa sur de Perú se ha acostumbrado dividir en Paracas,
perteneciente el Formativo Tardío, entre los 600 y 100 a.C., y Nazca, ya en el periodo de
Culturas Regionales, año 100 a.C. y 800 d.C. La realidad es que se trata de la transición
gradual de una cultura a otra, sin solución de continuidad o más precisamente, de una
misma cultura con una serie de cambios normales en el transcurso de los siglos. La
diferente
denominación
servirá para ejemplificar dos
de las más espectaculares
manifestaciones artísticas de
Perú: el tejido y la cerámica
policroma. La materia prima
utilizada de preferencia por
las tejedoras de la costa sur
fue
el
algodón
y
secundariamente la lana. La
lana se teñía siempre
16
después del hilado, habiéndose encontrado hasta 190 matices de colores, combinando
tientes y los colores naturales de las flores. Para la fabricación de telas se utilizaron gran
variedad de técnicas, desde las más primitivas basadas en la utilización de un solo hilo que
se entrelaza sobre sí mismo, hasta los trabajos con telar cuyas primeras evidencias se
remontan en Perú al 2000 a.C. La manifiesta uniformidad en todas las fases del trabajo de
la elaboración de las telas, hace pensar en la existencia de un control general de la
manufactura textil, en manos de diversos especialistas, como hilanderos, tejedores,
tintoreros, bordadores, etc. Con instrucciones semejantes a las que se encontraran en
Perú en época más tardía y probablemente en su mayor parte mujeres, tal como ocurría
en la época de los Incas (imagen página anterior). Los temas representados pueden ser de
carácter naturalista: elementos vegetales, animales, figuras humanas, cabezas cortadas; o
diseños fantásticos: mezclas de humanos y animales.
El Arte Nazca se caracteriza por variaciones estilísticas y temáticas
que generaron multitud de clasificaciones con terminologías
diversas. En una de ellas se establecen 5 fases: ProtoNazca (200 a
100 a.C.), donde existen muchos motivos propios de la cerámica
paracas; Nazca Temprano (100 a.C. a 200 d.C.), donde empiezan a
aparecer elementos de un nuevo estilo; Nazca Medio (200 a 300
d.C.), que muestra una evolución estilística cada vez más hacia
motivos simbólicos y alejados de las formas naturales; Nazca
Tardío (300 a 600 d.C.), un triunfo de los motivos complejos y
Nazca Final (600 a 700 d.C.). La cerámica Nazca se caracterizó por
vasijas figuradas. La pintura se aplicaba anteriormente a la cocción, siendo característica la
cálida de colores utilizados, diez básicamente: blanco, negro, rojo, rojo oscuro, naranja,
amarillo, gris, marrón, violeta y rosa (imagen derecha). Los motivos se delineaban primero
en negro, generalmente sobre un fondo blanco aunque pueden darse otros colores y
luego se rellenaban con colores planos.
El tejido o la cerámica no fueron evidentemente las
únicas manifestaciones artísticas de Paracas-Nazca. Unas
de las manifestaciones más sorprendentes y que ha
llamado la atención a la ciencia ficción, son las famosas
pistas o líneas y dibujos de Nazca que se encuentran en
las pampas de ingenio, entre Nazca y Palpa, en una
extensión de 500 km2. Sobre un desierto de cascajo
rojizo oscuro aparecen una serie de diseños de color
blanco-amarillento a escala gigantesca. Son ligeros
surcos en el suelo hechos retirando la capa de tierra
superficial. Varias son las circunstancias que ayudan a su
conservación. Los vientos cargados de arena no la
depositan en esta llanura sino a un centenar de kilómetros de distancia, en enormes
dunas (imagen izquierda). A pocos centímetros del suelo el movimiento del aire disminuye
considerablemente porque el color oscuro absorbe mucho calor, formándose una especie
de cojín de aire caliente, inmóvil. El suelo contiene yeso que, junto con el roció matutino,
permite que las piedras permanezcan pegadas al terreno. Para algunos investigadores las
17
pistas tendrían que ver con antiguas parcelaciones de
carácter agrícola y las representaciones de animales y plantas
con aquellos que tenían relación de alguna manera con el
cultivo: la tarántula, símbolo de fecundidad, el buitre,
precursor de lluvia, el vareg, alga utilizada como abono. Las
fechas aproximadas de la realización de estos gigantescos
dibujos se sitúan en torno al 550 d.C. Cuando la sociedad
empezaba a tender hacia una fuerte jerarquización.
Dentro de la excelencia generalizada de la cerámica
americana, Moche representa, tal vez, una de las cerámicas
más admirables y de una mayor calidad técnica y estética. La
cultura Moche va desde el año 280 a.C. hasta el 635 d.C. Las
representaciones cerámicas recogen tanto aspectos de la
vida cotidiana como de las prácticas rituales o militares (Imagen arriba). Hay
representaciones de la figura humana, en un estilo antropomorfo que se ha denominado
proto-mo-chica. Se pueden encontrar guerreros, aguadores, músicos, ancianos y rasgos
poco individualizados pero de gran fuerza expresiva.
Dos grandes tendencias se encuentran en la cerámica Moche, una fundamentalmente
pictórica o mejor dibujistica y otra escultoria, aunque es
también frecuente la combinación de los 2 estilos en una
vasija. En la cerámica dibujistica se utiliza generalmente un
tono pardo rojizo para trazar los dibujos sobre un fondo de
color crema. Hay un estilo más bien lineal, que se limita a
trazar los contornos y otro de siluetas, con pinceladas más
gruesas que tiende también a rellenar de color los espacios.
Capítulo aparte merecen las representaciones de carácter
erótico, sin parangón por su cantidad y variedad en ninguna otra cultura americana.
Representaciones de coitos en todas sus variantes, de individuos con genitales
desorbitados, de masturbaciones y de todo tipo de actividades sexuales se desarrollan
tanto en los dibujos como más llamativamente en los vasos figurados y sobre todo en las
escenas modeladas sobre vasijas (imágenes izquierdas). Hay que destacar el hecho de que
las vasijas fálicas, las que representan un personaje con un
gran miembro viril, o las que toda la vasija configura un gran
pene, tienen huellas de uso y están inclusive perforadas en el
borde para obligar a usarlas chupando el miembro. Hay
también grandes platos con doble fondo y la representación
de una mujer con las piernas abiertas, realizadas de tal modo
que debe chuparse la vagina de la mujer para beber el
recipiente. Aun son muchos los interrogantes del significado
de una cultura tan expresiva sexualmente ¿Ritos de fertilidad? ¿Vasijas para ceremonias
de fecundación? Aun de significado desconocido.
La época Incaica, cuyo apogeo se sitúa entre 1438 y 1533, supone el último periodo de
unificación cultural del mundo andino, también llamado horizonte tardío. El imperio más
extenso de toda la América precolombina – se calcula que tendría una población entre los
18
cuatro y los doce millones de habitantes. La formación de este imperio – llamado
Tahuantinsuyu o “Imperio de las Cuatro Regiones” – abarco prácticamente toda el área
andina, desde el sur de Colombia hasta el área centro de Chile. El imperio se dividía en
cuatro grandes secciones: la nobleza, una clase intermedia que la formaban los
funcionarios del estado y los administrativos representantes del poder, los jefes militares y
los artistas que ocuparan una posición social particular según los servicios que eran
capaces de prestar al sistema económico del imperio. La base de la organización eran los
descendientes de un antepasado real o mítico unidos por la posesión y el trabajo en
común de la tierra. Por debajo se encontraban los Yanacona o servidores sin tierra,
generalmente prisioneros de guerra. El arte Inca fue dirigido a la arquitectura y el tema se
escapa de los objetivos del ensayo.
Área Intermedia.
A finales del periodo formatico, asimismo en un contexto andino, pero en otro país,
Colombia - y en otra área cultural - la Intermedia, aparecerán también manifestaciones
artísticas monumentales en piedra, pero con un
carácter muy diferente. San Agustín, en sur de los
andes Colombianos, en una superficie de más de 500
km2, se han encontrado una larga secuencia de fases
culturales desde el primer milenio a.C. hasta el siglo X
d.C. El arte más característico de San Agustín son las
esculturas monumentales (imagen derecha), unas
320 - solas o en grupos – originalmente pintadas con
colores negro, rojo, blanco y amarillo, asociadas
siempre con estructuras funerarias de estilos muy
diferentes – túmulos, cistas, sarcófagos monolíticos,
pozos con cámara lateral -. Las esculturas, o más
propiamente los relieves alrededor de un bloque,
representan seres de enormes cabezas y son
comunes una especie de monstruo-jaguar con
grandes colmillos y los “guardianes”, con armas y
vestidos de guerreros, que soportan los techos de las cámaras funerarias. Algunas fueron
labradas in situ, utilizando mazos de piedra dura, realizando los detalles por una técnica
de golpeteo y picoteo; empleado abrasivos para lograr una superficie pulida. El interés
radica en la cabeza, que es además desproporcionadamente grande, con una boca muy
elaborada y un gran tocado, esbozando apenas el resto del cuerpo. Las figuras se conciben
de forma plana y un tanto simétrica, con una acusada frontalidad y una rigidez evidente.
Las obras más características y conocidas corresponden al llamado estilo expresionista.
La metalurgia americana se origina en el continente meridional y concretamente en Perú.
En el área intermedia la fecha más antigua actualmente conocida es la de 325 a.C. en
Tumaco, en la costa sur de Colombia. El martillado fue la primera técnica empleada, pero
los orfebres colombianos inventaron otras muchas y supieron crear estilos propios y
originales. Los antiguos Colombianos trabajaron sobretodo la tumbaga una aleación de
19
cobre y solo 30% de oro, pero doraban las
superficies con una solución obtenida de
ciertas plantas, lo que les permitía jugar
con la variación de diferentes colores.
Calima, ha proporcionado algunos de los
ejemplos más antiguos de orfebrería
colombiana procedente de un importante
conjunto de tumbas fechadas entre el 100
y el 300 d.C. Los objetos recuperados son
pectorales y diademas trabajados con la
técnica del repujado.
La cumbre de la orfebrería de esta época
está representada por el llamado estilo
Quimbaya, denominación que se utiliza para un pueblo histórico que existía a la llegada
de los españoles y para designar una serie de objetos de oro y cerámica procedentes del
Valle del Cauca, en la Cordillera Central. Los Quimbayas extraían el oro de filones auríferos
por medio de galerías tan estrechas que sólo podía descender por ellas un único hombre,
penoso trabajo para los esclavos. Entre las herramientas que usaban para su oficio se han
encontrado agujas, cinceles, espátulas, cuchillos, grapas, botadores y buriles así como
sopletes de arcilla y crisoles de piedra o arcilla. La variedad de técnicas usadas fue
realmente asombrosa: fundición en molde abierto para objetos pequeños y macizos,
fundición a la cera perdida para objetos huecos y más grandes, repujado, martillado,
laminado y toda una serie de técnicas secundarias para la decoración, como el hilo
fundido, la falsa filigrana, el recorte, el calado, la incisión, el engarzado y el engastado. Las
obras más antiguas del estilo Quimbaya se remontan al 400-500 d.C.
El territorio Muisca es la región del mítico El Dorado, leyenda que tiene una base real. En
la laguna de Guatavita, cerca de la actual Bogotá, los caciques cubrían su cuerpo con polvo
de oro y en una balsa cargada de ofrendas se dirigían al centro del lago, donde se
sumergían (Imagen arriba). Algunos objetos fueron fabricados con oro metálico, en
gránulos finos, o simples cristales reducidos de una solución aurífera, en forma de oro
precipitado. El oro en este estado y mezclado con una sustancia plástica y aglutinante, se
puede trabajar, humedecido como si fuera arcilla, directamente con las manos.
Mesoamérica.
El periodo Clásico representa el máximo esplendor de las culturas mesoamericanas que se
refleja en el espectacular desarrollo de los sistemas socioeconómicos y políticos, en el arte
y los conocimientos intelectuales, en la ideología y en su reflejo: el ritual. Todo este
imponente desarrollo cultural se relaciona con la aparición de grandes ciudades,
verdaderas metrópolis, en las que se concentran grupos humanos de diversas afiliaciones,
tanto étnicas como sociales, fuertemente jerarquizados y completamente organizados a
través de una serie de instituciones. Entre estos grupos se deben considerar a los artistas,
verdaderos artistas a tiempo completo (tabla 2).
20
Tabla 2. Periodos del Arte Mesoamericano.
Periodos
Posclásico
Tardío
Posclásico
Temprano
Clásico Tardío
Clásico
Temprano
Formativo
Tardío
Formativo
Medio
Formativo
Temprano
Años
1521
1400
1300
1200
1100
1000
900
800
700
600
500
400
300
200
100
0
100
200
300
400
500
600
700
800
900
1000
1100
1200
1300
1400
1500
1600
1700
1800
1900
2000
2100
2200
2300
2400
2500
Altiplano central
Aztecas
Tenochtitlan
Chichimecas
Tula
Cholula
Xochicaico
Cacaxtla
Costa del golfo
Aztecas
Cempoala
Chichen Itza
Nuzaxtecos
Centros Puuc
Palenque
Matacapan
Remojadas
Teotihuacan
Área Maya
Tulun
Mayapan
Copan
Tikai
Cerro de las
mesas
Cerros
El Mirador
Tezoyuca
Tres Zapotes
Kaminaljuyo
Izapa
Cuicuilco
Ticoman
Mamom
Zacatenco
Tlatilco
La Venta
San Lorenzo
Xe
Ojochi
Tradición Ocos
Swazey
Tialpan
Zohapilco
21
Arte Azteca.
Finalizada en el centro de México la hegemonía tolteca, se produce entre 1156 y 1370 una
etapa, denominada Chichimeca, que se caracteriza por la penetración en el valle de
numerosos grupos de diferente bagaje cultural procedentes del norte de Mesoamérica.
Con el término azteca, que es bastante impreciso e inexacto, se designa a un conjunto de
pueblos que alcanzaron la hegemonía de la zona centro de México en el siglo XV de esta
era. En una fecha que tradicionalmente se
sitúa hacia el año 1325, loa aztecas habían
fundado la capital de su imperio en un
pequeño islote de la laguna de Texcoco y
dicha capital, que recibió el nombre de
Tenochtitlan; la ciudad que llego a tener
cerca de 300.000 habitantes.
El arte oficial mexica se inclinó claramente
por la escultura en piedra realizada en bulto
redondo como medio de comunicación, de
manera que los artistas de Tenochtitlan
retomaron y llevaron a sus últimas
consecuencias una antigua tradición iniciada por la civilización olmeca. El grupo más
importante es el de las esculturas colosales confeccionadas para decorar los templos.
Por lo general manifiestan un carácter religioso y por medio de ellas se narran cualidades
o acciones de carácter mítico y escenas de dioses o reyes contenidas en grandes bloques
de piedra. Entre otras esculturas monumentales importantes pueden citarse la Piedra de
Tizoc, que recibe este nombre porque entre sus relieves aparece reproducido el rey Tizoc,
séptimo monarca de los aztecas y que gobernó el imperio desde el año 1483 hasta el año
1486, y la llamada piedra del sol o “Calendario Azteca” tallada con signos calendáricos
(Imagen derecha arriba). Gran parte de estas esculturas fueron decoradas con pintura de
naturaleza simbólica: el azul con líneas amarillas hizo referencia a Huitzilopochtli; el negro
con líneas horizontales a Tezcatlipoca; líneas verticales sobre los ojos a Xipec Totec y a
hecatl; el azul y verde claro a Tlatoc.
Arte Maya,
La civilización Maya alcanzo su apogeo a lo largo de la época clásica (300-900 d.C.),
desarrollando tradiciones que se formulan en el Formativo, e integrando nuevas ideas a
medida que se afianza una sociedad compleja. La cultura maya constituye realmente una
sub-área dentro de Mesoamérica, que comprende las llamadas tierras bajas – Chiapas en
México y el Peten, en Guatemala –, la región Septentrional – la península de Yucatán –, las
tierras altas del altiplano de Guatemala, la costa pacifico del mismo estado y la región
sudeste u occidental de Honduras, unos 325.000 kilómetros cuadrados, y una historia que
remonta a la época preclásica. No cabe duda, de que el arte maya es mesoamericano: las
técnicas para tallar el relieve y el bulto redondo no difieren en demasía de las implantadas
por los olmecas; como lo fue también el concepto de templos piramidales y la estrecha
relación de las artes y la arquitectura.
22
La forma artística predominante entre los mayas fue la escultura, confeccionada en estuco
para recubrir los edificios o en piedra caliza para formar estelas y altares, aunque existen
indicios de que también debió ser muy frecuente la representación monumental de
madera. Como ocurre con la arquitectura y con las demás manifestaciones artísticas de los
mayas, el arte escultorio tiene fascetas regionales. La talla de esteras y altares parece
iniciarse en el Peten, donde la Estela 29 está datada en el 292 d.C. En los inicios del
Clásico, estas esculturas se realizan en grandes bloques y losas irregulares, pero poco a
poco los canteros obtienen mayor pericia hasta lograr formas rectangulares de gran
regularidad.
En el Peten – en Guatemala –, están presentes todos los motivos, elementos y temas
básicos de la escultura del Clásico: el personaje principal, su vestimenta, símbolos y las
divinidades asociadas. Son trabajos en bajo relieve, con un tratamiento bidimensional de
la escultura. Los mayas representaron todo tipo de acontecimientos históricos
relacionados con sus soberanos: su ascensión al poder, alianzas matrimoniales, victorias
sobre ciudades enemigas, captura de prisioneros, etc. Los gobernantes aparecen en todo
su esplendor, ataviados con una compleja indumentaria en la que se incluyen atributos de
los dioses y llevando en sus brazos la barra ceremonial, símbolo celeste.
Palenque es una ciudad de gran personalidad, que desarrollo un estilo propio, de gran
influencia en ciudades de su entorno como Bonampak y Toniná. En ella desaparece casi
por completo el culto a la
estela, pero en cambio los
edificios integran una compleja
iconografía esculpida en estuco
o piedra caliza con una temática
similar a la de las estelas: la
glorificación de los soberanos y
la sanción de su posición en el
cosmos y la sociedad. El arte de
Palenque es más secular,
haciendo los basamentos más
bajos, verticales y con molduras,
y
unas
estructuras
más
pequeñas (imagen derecha).
La Pintura Mural con la que los mayas decoraron edificios y tumbas debió tener la misma
importancia que la escultura, tanto en cantidad como en la intención de su mensaje
iconográfico. Los colores se obtenían de materiales de carácter orgánico y de minerales.
Muchas tumbas del clásico temprano se cubrieron de diseños en rojo y negro sobre un
fondo de estuco crema, trazados con mano segura y estilo caligráfico. Proporcionan
información de carácter histórico y otras veces simbólico, generalmente relacionada con
el inframundo. Los murales mejor conservados y más conocidos corresponden ya al
Clásico Tardío y son los frescos de la estructura I de la ciudad de Bonampak, descubiertos
por Giles Healey en 1946 y considerados como la “Capilla Sixtina” del arte maya (imagen
pagina siguiente). La citada estructura fue mandada a construir en el año 790 d.C. por el
rey Chaan Muan, con el fin de conmemorar las victorias de sus empresas militares. Existen
23
3 cámaras; la cámara 1 se reproduce las fiestas y las ceremonias cortesanas con motivo de
la presentación de un niño, la cámara 2
muestra toda la tensión de un
enfrentamiento bélico y la cámara 3
representan las fiestas que trajo
consigo la victoria obtenida en la
batalla anterior, músicos y bailarines
danzando. El resultado artístico de las
3 cámaras es un estilo realista, con un
dominio magistral del dibujo y de la
composición; una policromía viva y
contrastada, aunque ajustándose a un
fuerte simbolismo y un efecto de
conjunto que esta pletórico de vida y
de movimiento.
ARTE EGIPCIO
Siempre que se intente hacer un abordaje de la historia del arte de la civilización egipcia,
se obtendrán textos cortos para la magnitud y la inmensidad que esta representa para la
historia. Es imposible resumir en un corto texto la expresión artística de una cultura que
duro mil años más de lo que han durado las culturas después de la venida de Cristo, una
cultura que no expreso su arte solo en un área específica, contaban con diseños
arquitectónicas, manifestaciones escultorias en todas las gamas posibles, demostraciones
pictóricas, diagramas de estelas talladas y como si fuera poco un propio lenguaje a base
de jeroglíficos; pocas culturas supieron expresar en forma de arte su lenguaje. Las
principales manifestaciones artísticas que saldrán a relucir en este ensayo serán las
dedicadas a la pintura y la escultura egipcia; la sola arquitectura egipcia daría para escribir
un libro relacionado con los 10 principales templos (Templo de Karnak, templo de la Diosa
Mut, templo de Luxor, templo de Ptah, templo de Khonsu, templo de File, templo de
Hathor, templo de Hatsepsut, templo de Amon y templo gande de Ramses II), palacios y
las grandes pirámides (Kheops, Khefren, Micerino, Saqqara, Djeser, Kahum, Snefru y
pirámide de Abusir), y se podría hacer un solo capitulo relacionado con las
manifestaciones artísticas de la escritura jeroglífica egipcia. Además, con el fin de ponerle
orden al arte egipcio, entre los 3000 años de existencia de sus dinastías, este será
mostrado según las principales manifestaciones artísticas en pintura y escultura de cada
una de las dinastías más significativas de la cultura egipcia. No todas las dinastías contaron
con el mismo auge en el reflejo artístico de sus pensamientos, hubo tiempos para los
egipcios en donde fueron más importantes las guerras civiles, la organización judicial, la
formación de ejércitos y/o sus desarrollos económicos. Sin embargo, así unas dinastías
fueran más fuertes que otras en arte, ninguna de ellas perdieron los principios de la
expresión del arte egipcio.
La historia del antiguo Egipto se divide en tres reinos o cinco grandes periodos,
subdivididos en dinastías (cuando una única familia proporcionaba la sucesión de sus
24
gobernantes). El Reino Antiguo fue el periodo más largo, comenzando con la unión del
Alto y Bajo Egipto, y terminando con la guerra civil. El orden se restauró inicialmente
durante el Reino Medio, pero también termino con una guerra civil. Tebas se convirtió en
el centro principal del Reino Nuevo, el periodo que llevo a Egipto a su mayor poder y
esplendor artístico (Tabla 3).
Tabla 3. Periodos y Dinastías Egipcias.
Periodos
Periodo I – Periodo
Prehistórico y Pre-Dinástico
Periodo II – El Viejo Reino
Periodo III – El Crecimiento
del Reino Intermedio y la
caída de este
Periodo IV – El Nuevo Reino
Periodo V – Periodos tardíos y
caída de Egipto
Dinastías
Egipto Predinástico
Dinastías I-II
Dinastía III
Dinastía IV
Dinastía V
Dinastía VI
Dinastía VII-X (Primer periodo
Intermedio)
Dinastía XI
Dinastía XII
Dinastía XIII-XVII (Segundo Periodo
Intermedio)
Dinastía XVIII temprana
Dinastía XVIII tardía
Dinastías XIX-XX
Dinastías XXI-XXII (La declinación)
Final de las Dinastías Egipcias
Años (b.C.)
4000-3200
3200-2780
2780-2680
2680-2565
2565-2420
2420-2258
2258-2052
2134-1991
1991-1786
1786-1570
1570-1450
1450-1372
1314-1085
1085-730
730-332
Manifestaciones Artísticas según cada Dinastía.
El arte egipcio tiene su origen en la tierra de los cielos azules y las arenas doradas, de
rituales misteriosos, reyes poderosos y reinas que eran reverenciadas como deidades.
Desarrollado por una civilización que vivió en el valle bajo del Nilo desde el año 5000 a.C.
hasta el 300 a.C., la mayor parte se relaciona con la vida después de la muerte y no fue
concebido para ser visto por los seres humanos. Los cuerpos eran conservados, las
imágenes pintadas, las esculturas talladas – y todo se ubicaba donde las personas no
pudieran verlo, para asegurarse de que el muerto viviera por siempre. Una de las palabras
egipcias que se traduce como “escultor” significa “el que nos mantiene vivos”. La mayor
parte del arte se realizaba como medio de complacer a los Dioses, implicando que gran
parte era para las clases gobernantes o poderosas, aunque se producían artefactos
modestos para la gente ordinaria. Con tal variedad, el arte refleja todos los aspectos de la
vida de los egipcios antiguos, en dibujos de tumbas y templos, en pinturas, esculturas y
modelos, en sarcófagos y recipientes y en joyas hechas de oro y piedras semipreciosas.
Esta tendencia religioso – monárquica no dejo que los egipcios elaboraran un arte plástico
con presupuestos estéticos, solo con sentido simbólico y religioso.
25
Caracterizado por la idea del orden, las líneas limpias se combinan con las formas simples
y las áreas planas de color brillante. Las proporciones distintivas y armónicas pueden
observarse en todo (desde las estatuas y la pintura hasta las joyas y la arquitectura)
porque el concepto egipcio del espacio se organizaba dependiendo de los ángulos del sol a
través del cielo y el caudal del rio Nilo. Esta es una de
las razones por las que el arte casi no cambio
durante más de 3000 años.
La plástica egipcia presenta marcadas y evidencias
características que la diferencian de las demás
plásticas de otros tiempos y países. En el caso de la
escultura puede observarse un acusado hieratismo o
falta de movimiento, una simetría clara y la sujeción
a los principios de la llamada “ley de la frontalidad”.
A ello se puede añadir, en determinados casos, el
toque de solemnidad, idealismo, seriación y
expresionismo, lo que confiere a esculturas y relieves
una definida personalidad propia. Así mismo, las
estatuas presentan fijaciones tipológicas que se
mantienen
durante
milenios,
caso
del
adelantamiento del pie izquierdo (imagen derecha)
de las figuras o el diferente tamaño dispensado a las
mismas, según se trate de dioses, faraones, simples
humanos o animales.
Respecto a la pintura, que contribuyo mucho, por otro lado, a realzar la belleza de
esculturas y relieves, se caracterizó por otra serie de convencionalismos, existía un canon
de proporciones para representar al ser humano. Durante el Reino Antiguo la figura
humana se representaba aplicando el sistema axial. Se trazaba una línea vertical que
dividía el cuerpo en dos partes, pasando por la zona de la oreja; esta línea era atravesada
por ocho líneas horizontales que marcaban unos puntos establecidos: pantorrillas,
rodillas, bajos de las nalgas, costillas, axilas, inserción de cuello y hombros, nacimiento del
pelo en la frente y coronilla (Cuando se trataba de una figura regia con corona este punto
se omitía). Otros puntos indicaban la anchura entre las axilas, las costillas y las nalgas.
Finalmente no había más que seguir la línea de puntos y la figura iba dibujándose.
A partir del Reino Medio se usó la cuadricula, con cuadriculas que median
aproximadamente un puño. La cuadricula variaba en función del sexo y la postura del
personaje. Para los personajes de pie, las cuadriculas eran 18 desde el nacimiento del pelo
en la frente hasta la línea de base sobre la que reposaban los pies; nueve cuadriculas eran
para la cabeza y el tronco y otras nueve para las nalgas y las piernas; los hombros tenían
un ancho de seis cuadriculas, tres a cada lado del eje vertical que pasaba por la oreja. En el
caso de las mujeres, las nalgas se subían una línea horizontal, con lo cual quedaban diez
cuadriculas para el eje inferior y ocho para el superior; los hombros eran más estrechos,
ocupaban dos cuadriculas y media a cada lado del eje vertical. Para las figuras sedentes,
tanto masculinas como femeninas, se hacían cuadriculas de 14 cuadros; siete para el
tronco y la cabeza y siete para la parte inferior (piernas y asiento). En cuanto a las figuras
26
arrodilladas, si el pie sobre el que reposaba la nalga estaba vertical, se necesitaban once
cuadros, cuatro para las piernas y las nalgas y siete para la parte superior. Cuando este
mismo pie se representaba horizontal, la cuadricula era de diez cuadros, tres para la parte
inferior y siete para la superior (imagen abajo).
Ojos de perfil
Pupilas de frente
Tórax de frente
Simbolismo
Riqueza
Cromática
Pardo rojizo
Masculino
Falta de
Perspectiva
Pies de perfil
La figura humana (en pintura o en relieve) debía ceñirse a otra norma: la perspectiva
aspectiva. Era una imagen distorsionada del ser humano, a través de la cual se intentaba
representar el mayor número posible de partes del cuerpo. Las partes salientes del rostro,
como la nariz, la boca y la barbilla, se hacían de perfil, pues era como mejor se distinguían;
en cambio, el ojo y las cejas, se hacían de frente. Se representaban los dos hombros, por
lo tanto se hacían de frente (esto hacia que en las escenas de movimiento, como las
danzas, den una sensación de dislocación). El pecho se dibujaba de perfil para poder
identificar el de las mujeres. El estómago se hacía medio de frente, para que se viera el
ombligo y para hacer la transición de los hombros de frente a las piernas, que, al igual que
los brazos, iban de perfil. Las manos y los pies se representaban también de perfil. Las
primeras siempre por el anverso de la mano, con los dedos curvados y las uñas (si se
representaban) de perfil; además, son siempre del mismo lado (es decir, o dos izquierdas
o dos derechas) y el pulgar solía ocupar la misma posición. La única distinción entre
izquierda y derecha se hacía cuando se trataba de puños o cuando se representaban
27
agarrando algo. Los dedos, a excepción del pulgar, se representaban con la misma
longitud. Los pies, de perfil, también eran del mismo lado, y en principio solo se veía la
parte interna del pie: el dedo gordo y el puente (los demás dedos
del pie contrario empiezan a representarse a partir del reinado de
Tutmosis IV). El canon establecía, además, una distinción entre el
color de la piel masculina y femenina. Para los hombres debía
utilizarse el color rojizo, mientras que para las mujeres se usaba un
tono más amarillento o anaranjado.
Temática y Tipología. Las esculturas egipcias – que atendieron a
tonalidades funerarias, religiosas, y en ultimo termino cortesanas
– se centraron fundamentalmente en la elaboración de figuras de
dioses, tanto mayores (Osiris, Isis, Amón, Harthor, Horus), con sus
correspondientes atributos, como menores, así mismo figurados
con sus símbolos. Aunque es difícil determinar una clasificación
tipológica dadas las variantes que presentan las esculturas, se
pueden dividir para su estudio en siete grandes grupos: 1) estatuas
de pie, sentadas o arrodilladas (imagen derecha), 2) parejas
familiares, incluso representadas con niños, 3) triadas reales o
divinas; 4) pseudogrupos, con la doble representación de una
persona a diferentes edades, 5) estatuas-cubo, llamadas así por su
especial disposición volumétrica, 6) máscaras y cabezas (imagen
abajo izquierda), y 7) esculturas zoomorfas, asociadas o no a la figura humana, caso este
de las esfinges.
El relieve – por su disposición sobre superficies planas – y la
pintura, artes ambas usualmente concebidas para las tumbas y
los templos, tuvieron como principales temas los asuntos
mitológicos, funerarios y biográficos. Así se representan
innumerables figuras de dioses, faraones y particulares en el
contexto de tales temáticas, alusivas tanto al mundo espiritual
(juicio del alma, el más allá, los campos de Ialu o Paraíso) como
material (cacerías, trabajos agrícolas, batallas, oficios, festines), permitiendo conocer no
solo la vida material y cotidiana de los antiguos egipcios, sino
también su mentalidad.
Materiales y colores. Dados los recursos geológicos de Egipto, los
escultores trabajaron toda suerte de rocas y piedras, desde las
más duras (basalto, granito, diorita, pórfido) hasta las más blandas
(caliza, yeso, esteatita, serpentina), cada vez con mayor
perfección, motivada por su pericia y por el paulatino dominio y
avance técnico de las herramientas (escoplos, taladros, sierras,
azuelas y martillos).
En el campo de la pintura y también de relieve los antiguos
egipcios emplearon los colores fundamentales (negro, blanco,
28
rojo, azul y verde) y también los secundarios (ocre, amarillo, gris), que obtuvieron de
diferentes materias y minerales. Los mismos se aplicaban sobre tres tipos de soporte: 1)
directamente sobre la caliza más o menos alisada de las paredes, 2) sobre paredes
previamente estucadas, 3) sobre una espesa capa de argamasa a base de barro mezclado
con paja. No debe olvidarse que también pintaron sobre cerámica (vasijas, ostraca),
madera (sarcófagos) y papiro (libros funerarios). Un desterré de importancia en la obras
del antiguo Egipto es que las obras pictóricas totalmente acabadas son la excepción,
siendo lo común que todas las composiciones quedasen a medio realizar.
Acerca de escultores y Pintores Egipcios. Desde los más antiguos talladores de sílex hasta
los más consumados escultores y pintores egipcios, todos ellos tuvieron la consideración
laboral de hemmu, esto es artesano, trabajando en los distintos talleres reales y
provinciales al parecer sin especiales prerrogativas, pues su labor fue considerada como
una labor manual más. Los escultores fueron llamados hemuty, palabra derivada de un
verbo que significa trabajar, y los pintores fueron denominados sesh quedut, “escibas de
los diseños”.
Es conocido por los relieves y pinturas de bastantes tumbas, que en los talleres
artesanales, controlados por el estado, se trabajaba en equipo, participando en la labra de
la escultura, dos o más personas. A tal labor le seguía la fase de pulimiento, tarea confiada
a un pulidor. Si los ojos de la escultura eran postizos, esta labor de aplique se encargaba a
un orfebre. Finalmente un grabador se ocupaba de las incrustaciones. De esta forma se
obtenía unos de los primeros talleres en serie de elaboración de arte de la historia. De
igual forma, las pinturas eran confiadas a un equipo más que a individuos singulares. De
esta forma es imposible alguna obra podría considerarse exclusiva de un autor. Esto
explica el anonimato casi general que existe en el arte egipcio. Aun así hay un grupo
destacado de artistas egipcios (tabla 4):
Tabla 4. Artistas Egipcios
Nombre
Imhotep
Ankhenptah
Irtisen
Srhenseti
Iuiuti
Actividad
Arquitecto
Escultor y pintor
Escultor y ¿pintor?
Escultor
Escultor
Dinastía
Dinastía III
Dinastía V
Dinastía XI
Dinastía XII
Dinastía XVIII
Arte del Periodo I.
Diferentes yacimientos han facilitado restos de aquellos lejanos tiempos en los que, salvo
ejemplares cerámicos y una industria lítica (de piedra) poco evolucionada, se evidencia la
falta de un arte plástico. En el Alto Egipto en los tiempos de transición a la etapa
predinástica (4500 a 400 a.C.) sobresalió la cultura Braderiense, a aquel periodo le siguió
el Nagadiense (4000 a 3100 a.C.). A partir de los dibujos, pintados o grabados en las rocas,
con la figuración de barcos o animales, el artista egipcio de época predinástica logro labrar
29
sobre diferentes objetos de piedra y
marfil de carácter votivo bellísimos
relieves de claro significado religioso o
histórico. Superior a todas la paletas
esta la mundialmente conocida Paleta
de Narmer, primer faraón egipcio
(imagen derecha), obra maestra por la
perfección de su composición temática
y por el modelado de sus relieves. En
sus dos caras, de perfil ovalado y
coronados con dos protomos alusivos a
la diosa Hathor y entre los cuales
aparece el nombre del monarca escrito
en jeroglíficos, se halla el rey Narmer,
simbolizando la unificación de Egipto.
Esta puede considerarse la primera obra de arte en la que aparecen todos os elementos
característicos de las representaciones bidimensionales del arte egipcio.
El relieve predinástico puede observarse también sobre las cabezas de maza, de piedra y
de carácter votivo. De las llegadas a estos días, las más conocidas son las del Rey
Escorpión y la de Narmer. El mango de cuchillo más famoso es el de Gebel el-Arak, y de
las estelas la del Rey Serpiente. Fue en la cerámica donde se plasmaron las más antiguas
figuraciones pictóricas, consistentes en dibujos incisos o pintado que representaban
indistintamente motivos geométricos, humanos y zoomorfos, todos ellos de rápidos
trazos.
Arte del Periodo II.
Es entre la dinastía III y VI (2780-2280 a.C.) la etapa en que se establecieron
definitivamente las pautas escultorias egipcias que ya se han descrito: realismo,
hieratismo, canon y ley de la frontalidad. Durante
esta época aparecen la estatua sedante de
Khefren, personaje que en su escultura aparece
protegido por Horus en forma de halcón que le
abraza la cabeza, traspira poderio ilimitado,
majestuosidad y eternidad. Anteriormente se
pensaba que era el rostro de este faraón el que se
representaba en la Esfinge de Guiza (imagen
izquierda), descubrimientos actuales de dibujos de
partes de la cara, ancho de la misma, ojos, boca,
mentón, y tiempos durante los cuales se pudo
haber realizado la esfinge, parece que la representación es del faraón Keops
(descubrimientos recientes de la National Geographic, información aun no publicada en su
revista). Entre las esculturas de importantes personajes de la dinastía IV se pueden citar
las de los esposos Rahotep y Nofret, labradas en caliza policromada. Son de gran interés
por la calidad de su ejecución, por la casi perfecta conservación de su color original y por
30
la expresión de vida que transmiten. Quizá lo más novedoso de las dinastías V y VI sean las
estatuas arrodilladas, como testimonia un ejemplar del rey Pepi I, con los brazos
apoyados en los muslos y sosteniendo sendas vasijas en sus manos, tipología que luego
sería muy usual.
Arte del Periodo III.
Fue durante la dinastía XI cuando se
iba a conocer un nuevo impulso
creador en la escultura. Fueron
tiempos de los reyes Sesostris I, de la
dinastía XII cuando se desarrollaron las
grandes estatuas osiricas, de cerca de
5 metros de altura cada una donde se
auto representaba; realizadas en serie,
sirvieron para integrarlas en adecuados
conjuntos arquitectónicos (Templo de
Karnak) (imagen derecha).
De Sesostris III y de Amenemhat III se
crearon excelentes estatuas en las que el punto de interés se centra en el rostro.
Arte del Periodo IV.
Entre los años 1567-1080 a.C. se abre una larga etapa correspondiente a las dinastías
XVIII-XX, la más gloriosa de la historia de Egipto. Fue entonces cuando el país alcanzo la
categoría de verdadero imperio. La prosperidad económica
tuvo lógico reflejo en el abultadísimo numero, diversidad
amplitud, riqueza y calidad de los monumentos construidos,
esculpidos, forjados, pintados o cincelados por todo el valle
del Nilo. De la totalidad de faraones de las dinastías XVIIIXXII se poseen esculturas, destinadas a sus tumbas y
templos funerarios. En muchas de estas tumbas se
encontraron magnificas pinturas murales en las que
aparecían tanto estilos arcaizantes como totalmente clásicos
e incluso decadentes. Ante la imposibilidad de recoger todas
las tumbas con decoración pictórica, que son numerosas, se
deben indicar algunas de las más importantes conocidas con
el nombre de su propietario: tumba de Amenemhat,
Sennefer, Userhet, Menna, Nebamon, Ramose, Pashed,
Rekhmire, Nefertari (esposa de Ramses II) y Tutankhamon.
Siendo esta última, la de mayor fama mundial por su sin fin de elementos y láminas de oro
de gran calidad y diseño artístico.
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CONCLUSION Y OPINION PERSONAL.
Podría pensarse que estos dos temas deberían estar separados; sin embargo, el concluir
sin opinar en hacer repetición de textos y esa no es la filosofía del autor. Por tal motivo, en
este caso el autor se introduce en una conclusión basada en la crítica del porqué de la
realización de los tres temas abordados en el ensayo.
Por razones esquemáticas, se relacionan tres tipos de arte bastante diferentes, aunque
por ser tan distintos no hace de uno mejor que el otro. Cada uno de ellos posee
innumerables condiciones que lo clasifican dentro de áreas artísticas y esquemas de
demostraciones del arte propias de su época y de su momento cultural. Una consigna de
todos los ensayos del autor es la influencia que posee la sociedad, la cultura, la época y el
momento en la historia sobre el desarrollo de la Historia del Arte; de esa forma, las áreas
o los temas de arte expuestos poseen peculiaridades propias de momento. Es por ese
motivo que el autor en los tres temas del ensayo le da tanta importancia a las
clasificaciones de los periodos históricos, cambios climáticos, cambios culturales según el
surgimiento de imperios prehispánicos y las diferentes dinastías egipcias
Una de las mejores formas de entender cómo se desarrolló el arte de cada área que se
viene estudiando es poniendo al lector en los zapatos del artista de la época. En el
transcurso del desarrollo del arte prehistórico el autor es bastante claro en ejemplificar un
momento en el cual se puede estar llevando a cabo la elaboración de una pintura en las
cuevas de Altamira. De esa forma, aun no personas de amplio conocimiento en el tema
del arte, podrán asimilar no solo conocer la forma como se pudo haber desarrollado el
arte en la época prehistórica, sino poder llegar a comprender las dificultades, condiciones,
característica, motivos, etc.; que condujeron al artista prehistórico a expresarse a través
de los dibujos.
De igual forma, como se planteó en el arte prehistórico, el autor trae a tiempo presente lo
sucedido en la época prehispánica. El orden desde el punto de vista tiempo permite un
muy buen esquema mental en la organización de la aparición de las diferentes
manifestaciones artísticas. Si no fuera por la clasificación por áreas sería imposible un
buen resumen de lo sucedido en el arte prehispánico. Aun así, es tarea de todos los
historiadores no abandonar el deseo por las investigaciones de expresiones artísticas de
cada área. Hacen falta sin número de textos y ensayos que muestren en gran extensión lo
que se realizó en muchas zonas prehispánicas, cada una de ellas pudiendo ser un tratado y
una expansión del excelente resumen desarrollado por el autor.
No por ser el último será el menos importante. Muy posiblemente se podría llegar a
concluir que el espacio es pequeño para lograr mostrar el arte egipcio. Además, un error
en el que caen todos aquellos que escriben de arte egipcio es no pensar en la división de
tres grandes áreas de estudio del arte en una civilización: la pintura, la escultura y la
arquitectura. El objetivo del autor ha estado centrado en su gran mayoría de veces en las
dos primeras, por la sencilla razón de que la arquitectura en el arte o el arte
arquitectónico requiere de unos conocimientos en diseño arquitectónico que no son
propios del Maestro en Historia del Arte (MHA), Por lo tanto, el enfoque demostrado
durante la explicación del arte egipcio tiene una connotación en por qué la historia influye
en el arte, como lo hacían, que significados tenían más que abordajes extensos del
32
conocimiento de las pirámides o los templos egipcios. Aun así, hace falta también para el
tema de arte egipcio hacer un abordaje de la manifestación artística de la escritura
egipcia, siendo esta la única con características figurativas para expresar lo pensado.
No sobra decir, que para el MHA, el abordaje de cómo se realizaron muchas de las obras
en las diferentes épocas puede ser un tema de muchísimas novelas históricas, y de esa
forma, poder acercar más al lector a como fueron las manifestaciones artísticas en
periodos tan importantes como lo fueron las épocas Prehistóricas, Prehispánicas y
Egipcias.
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