Academia Nacional de Ciencias Económicas Ciclo Academia y Sociedad CUATRO PILARES PARA UNA POLÍTICA MONETARIA EFECTIVA EN PAÍSES EMERGENTES por los doctores Martín Redrado Fernando Avalos BUENOS AIRES Julio 2012 1 2 Cuatro Pilares para una Política Monetaria Efectiva en Países Emergentes 1 Por los doctores Martín Redrado Fernando Avalos Presentado en el Ciclo “Academia y Sociedad” de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, el cinco de julio de 2012. Las opiniones vertidas en este artículo corresponden exclusivamente a los autores, y de ningún modo representan o comprometen la visión de las entidades donde desempeñan sus actividades profesionales o presenten este trabajo. 1 3 Sumario Durante los últimos 20 años, se ha desarrollado en los círculos de banca central un consenso respecto de cuáles son las mejores prácticas para la conducción de la política monetaria: metas de inflación con plena flexibilidad del tipo de cambio se ha transformado en la base para la administración monetaria y de la inflación. Desde los esfuerzos iniciales de Nueva Zelanda al principio de los años 90, las metas inflacionarias han ganado adeptos continuamente, incluso entre los países latinoamericanos (más recientemente se han sumado a la práctica Chile, México, Brasil, Perú y Colombia), que parecían haber perdido el tradicional “miedo a la flotación.” Una prolífica línea de investigación en política monetaria ha rechazado la relevancia de los agregados monetarios para determinar o influir el sendero de inflación, de modo tal que otros enfoques más tradicionales como las metas monetarias utilizadas largamente por el Bundesbank (BuBa) luego del colapso de Bretton Woods, han perdido actualidad. Para concentrar el trabajo de los bancos centrales aún más en el control de la inflación, muchos de ellos han sido estatutariamente despojados de sus antiguas responsabilidades de supervisión bancaria. Sin embargo, los problemas enfrentados por el sistema financiero en la reciente crisis global, y la tensión cambiaria actualmente experimentada por muchas economías abiertas y pequeñas ante la política monetaria extremadamente laxa seguida por los bancos centrales en el corazón del sistema financiero global, parece requerir una revisión de las prácticas establecidas. En este trabajo, se propone un nuevo enfoque integral basado en cuatro pilares principales: 1) un renovado enfoque de metas monetarias que apunte a equilibrar la oferta y demanda monetaria consistentes con ciertos límites de inflación; 2) flotación administrada del tipo de cambio, que persiga el objetivo de minimizar la volatilidad del signo monetario; 3) una política deliberada de acumulación de reservas internacionales, que actúe como un amortiguador en eventos de extrema volatilidad financiera; y 4) un enfoque de administración de riesgos en la regulación y supervisión bancaria. Se discute como los diferentes pilares pueden ser adaptados en la medida que el desarrollo financiero de la economía mejora, y se ilustra la presentación de estos principios generales con ejemplos de cómo esta política fue implementada por el Banco Central de la República Argentina, en la segunda mitad de la década del 2000. 4 Introducción Los esquemas monetarios en Argentina han pasado de un extremo a otro sin lograr, a lo largo de su historia, contribuir con ello a una estabilidad monetaria y financiera perdurable. Así, mientras que en los años 80 la oferta de dinero crecía descontroladamente al ritmo de la monetización del déficit fiscal, en la última década, la rigidez de la Convertibilidad no guardaba consistencia con el nivel de flexibilidad requerido por la economía ni con el comportamiento financiero que exhibía el fisco. Lo relevante no era la etiqueta del régimen, sino la consistencia interna de sus políticas. Más recientemente, Argentina ha experimentado un proceso de transformación económico institucional a partir de la crisis de 2000 que la ha posicionado en un nuevo sendero de crecimiento económico con una coyuntura internacional distinta a la que se había enfrentado hasta ahora. Este renovado proceso de crecimiento representa un desafío original para el diseño de política económica en general y para el de política monetaria en particular. Como resultado de este proceso, resulta necesario reflexionar acerca de la evolución del mismo y las perspectivas en relación a la construcción de un sistema monetario-financiero adecuado para este. Las políticas monetarias y financieras en economías desarrolladas durante el llamado “período de la Gran Moderación” tendían a focalizarse en la estabilidad de precios, con poca atención a los desarrollos en los mercados de activos y crédito. La estabilidad financiera quedó en el olvido, quizás en la creencia de que seguiría a la estabilidad de precios y que los riesgos podían ser correctamente limitados por los mecanismos de auto-evaluación de los bancos. Los países en desarrollo, contrariamente a los países desarrollados, han aprendido a fuerza de repetidas crisis, la lección de la importancia de la estabilidad financiera en el desempeño macroeconómico. Las recurrentes crisis en los 1980s, 90s, y 2000s, en distintas circunstancias, compartieron sustancialmente el rol de alguna especie de desequilibrio financiero. Por lo tanto, si hace apenas unos años, la política monetaria podía ser descripta adecuadamente como una simple “regla de Taylor”, hoy en día se necesita una “función de reacción” más compleja por parte de la autoridad monetaria. Esto implica un reajuste de los objetivos, nivelando el funcionamiento del sistema financiero a la par con la estabilidad macroeconómica. Debido a esto, han surgido nuevos enfoques como la flexibilización cuantitativa, aumentos en la regulación y técnicas de supervisión. En los últimos años, en el mundo en desarrollo, hemos visto estrategias que incluyen la acumulación de reservas internacionales como una manera de auto asegurarse, operaciones internacionales de cambio activas para mitigar el exceso de volatilidad, la proliferación de medidas macro-prudenciales, y el uso de mecanismos alternativos para proveer liquidez cuando es necesario. Se reconoce así el impacto que las dinámicas de las condiciones financieras pueden tener en la estabilidad macroeconómica. En mercados emergentes en general, y en Argentina en particular, se debe gestionar la política monetaria bajo gran incertidumbre. Los mecanismos de absorción de shocks en economías en desarrollo (ej. la profundidad financiera) no solo están ausentes, sino también trabajan como fuerzas amplificadoras, profundizando sus efectos. Dentro de 5 todo, la misma perturbación que puede causar un desequilibrio temporal en un país desarrollado, puede conducir a caminos divergentes en variables claves en nuestras economías, implicando una costosa vuelta al nivel de equilibrio. En una economía que no alcanza aún su velocidad crucero, donde las variables macroeconómicas están buscando su sendero de equilibrio de largo plazo y los mecanismos de transmisión a través del crédito son todavía acotados, la política monetaria que nos permite mantener un estricto y continuo equilibrio en el mercado de dinero se caracteriza por su gradualismo. Es decir, un esquema que nos posibilite ir absorbiendo la masa monetaria que excede la demanda de dinero y a la vez evite una volatilidad excesiva de las variables en el largo plazo. De esta forma se evitan señales confusas a la hora de tomar decisiones de consumo e inversión por parte de las familias y empresas. En este nuevo sendero de crecimiento, el Banco Central de la República Argentina, se encontraba en el punto de partida del diseño de una política monetaria y financiera para las próximas décadas. Esto es, políticas de estado que sean endógenas a la sociedad y cuya continuidad en el tiempo esté más allá de un determinado signo político o ideología. Políticas basadas en principios cuyos beneficios sean reconocidos e indiscutidos y que sean legitimadas a partir de decisiones colectivas consensuadas que se tomen por convicción más que por necesidad. Los históricos vaivenes económicos ocurridos en Argentina, nos permiten extraer importantes enseñanzas a la hora de diseñar políticas públicas que perduren en el tiempo. Una sociedad que atravesó tres crisis severas en veinte años tiene una alta dosis de aversión al riesgo o, dicho en otros términos, una marcada preferencia por la estabilidad, lo cual debe reflejarse tanto en el diseño como en la implementación de sus políticas. La inédita situación económica actual, con solvencia fiscal, superávit externo, flexibilidad cambiaria, prudencia monetaria y estabilidad financiera, conforman una oportunidad única para consolidar un escenario de desarrollo sin situaciones de quiebre. Nuestra estrategia para un crecimiento sustentable se centra en tres aspectos esenciales: i) una política anticíclica de liquidez que minimice la vulnerabilidad externa; ii) una política monetaria consistente y gradualista con un permanente equilibrio entre oferta y demanda de dinero; y iii) un marco normativo que focalice el crédito bancario en las familias y empresas, conjuntamente con un sistema financiero independiente de las necesidades del gobierno. En este artículo, se propone una forma integral de llevar a cabo la política monetaria basada en los tres aspectos antes mencionados. La cuestión esencial se centra en cómo se puede cumplir con los estos aspectos de una manera práctica. El articulo cuenta, en su primera sección, con una evaluación de la vulnerabilidad respecto a las fluctuaciones en el tipo de cambio; posteriormente, en la sección segunda, se define la política de acumulación de reservas con el fin de minimizar la vulnerabilidad externa; en la sección tercera, se determina la flexibilidad o límites de la política monetaria, plasmados periódicamente en el diseño de un programa monetario; los instrumentos de regulación monetaria utilizados por la autoridad como herramienta de desarrollo del sistema financiero, se encuentra en la sección cuarta; y, finalmente, se concluye. 6 Flotación administrada del tipo de cambio El primer punto que se debe tener en cuenta es el conocimiento de la flexibilidad cambiaria con la que se dispone para llevar a cabo la politica monetaria. En este sentido, conociendo la flexibilidad cambiaria con la que se cuenta, se puede determinar si es conveniente dejar al mercado que determine el tipo de cambio nominal y aprovechar los aduste para estabilizar la economía real o fijar el mismo y estabilizar el sector financiero. Uno de los principales componentes en el actual consenso respecto a las mejores prácticas en la conducción de la política monetaria es la flotación del tipo de cambio. En efecto, se sostiene con buen criterio que los bancos centrales sólo poseen una herramienta (la tasa de interés) y un solo objetivo (la estabilidad del nivel de precios). En consecuencia, cualquier intento de controlar otras variables como el tipo de cambio resulta contraproducente desde el punto de vista de alcanzar la ansiada estabilidad nominal, y de hecho, en el largo plazo puede resultar perjudicial para el crecimiento de la economía. Sin embargo, la inestabilidad del tipo de cambio en economías poco desarrolladas, especialmente en lo que al sistema financiero respecta, ha sido la causa de repetidas crisis en mercados emergentes (y en algunos desarrollados) desde el colapso de Bretton Woods. El notorio “temor a la flotación” (fear of floating) no se asienta en la ignorancia o incapacidad de los hacedores de política de los países emergentes, sino en una vasta casuística que ejemplifica los efectos muchas veces devastadores de estos episodios de inestabilidad cambiaria. De hecho, en la medida que estos eventos devienen en instancias de crisis bancarias, es un hecho bien probado que su efecto en la tasa de crecimiento de largo plazo de la economía es negativo, persistente y significativo (quotes, en particular Reinhardt). En particular, las economías emergentes se caracterizan por una elevada dolarización de los pasivos, tanto del sector privado como público, de modo tal que una fuerte devaluación típicamente viene asociada a situaciones de insolvencia de ambos sectores, de muy difícil resolución. Más aún, la misma depreciación tiende a retroalimentar situaciones de salida de capitales (huída del signo monetario doméstico) generando contracciones monetarias súbitas y pronunciadas, lo que necesariamente resulta en caídas del nivel de actividad. Pero aún en situaciones de variaciones cambiarias más moderadas, los efectos pueden ser relevantes, aunque por otros canales. Por ejemplo, Aghion y otros (2008) (de aquí en adelante ABRR) presentan un modelo en el que, según el nivel de desarrollo financiero, la volatilidad del tipo de cambio tiene un efecto significativo en la tasa de crecimiento de la productividad de largo plazo: en los países con desarrollo financiero relativamente bajo, la volatilidad del tipo de cambio reduce el crecimiento, mientras que para los países financieramente avanzados, el efecto es despreciable. El modelo se basa en una economía abierta monetariamente, con inflexibilidad salarial, donde las fluctuaciones del tipo de cambio afectan el crecimiento de las firmas que sufren restricciones financieras. La idea básica es la siguiente: si la capacidad de endeudamiento de las firmas depende de sus ganancias corrientes, y los salarios nominales son inflexibles, entonces cuando el tipo de cambio se aprecia las ganancias 7 de las firmas se reducen y cae, por tanto, su capacidad de endeudarse para sobrevivir shocks de liquidez idiosincráticos. Por consiguiente su capacidad de invertir e innovar se deteriora en el largo plazo, ya que la supervivencia de la firma no depende solo de sus productos y procesos, sino también de la “suerte” que tenga con el tipo de cambio. La depreciación tiene el efecto contrario pero asimétrico ya que, si bien la depreciación genera efectos positivos, la apreciación puede sacar a la empresa del mercado. Por lo tanto los efectos positivos de una depreciación no compensan completamente el efecto negativo de las apreciaciones. Más cerca de la experiencia latinoamericana, puede pensarse en un mercado crediticio dual, donde de un lado existen empresas del sector formal, que en general tienen pleno acceso al mercado de crédito, y del otro existen empresas del sector informal, que están completamente marginadas a este mercado, y dependen totalmente de sus ganancias retenidas para invertir e innovar. En otro aspecto, particularmente interesante, del enfoque ABRR es que identifican dos tipos de shocks sobre el tipo de cambio: los originados en el sector financiero y los originados en el sector real. El tipo de cambio estable favorece el crecimiento cuando la volatilidad de los shocks financieros es alta con respecto a la volatilidad causada por los shocks reales. De este modo, la política monetaria óptima permitiría el desplazamiento del tipo de cambio ante shocks reales, y solo contendría el efecto de los shocks puramente financieros. A continuación se presentan los resultados de un análisis empírico realizado para el caso argentino, en el cual, siguiendo el enfoque de ABRR, se trata de estimar el impacto de la inestabilidad cambiaria sobre la tasa de crecimiento de largo plazo de la economía, y como el desarrollo financiero incide para mitigar ese efecto. Asimismo, se analiza brevemente algunas de las decisiones de política cambiaria de los últimos 30 años, a la luz de los resultados del análisis. Análisis Empírico Los resultados expuestos en ABBR se basan en una ecuación con las siguientes características: yit − yit −1 = (α − 1) yit −1 + γ 1 ERit + γ 2 ERit * FDit + δFDit + βZ it + ε it (1) Esta ecuación está formulada sobre la tasa de crecimiento del producto per capita (yityit-1); el producto per capita rezagado, la flexibilidad del tipo de cambio (ER); el desarrollo financiero, medido como el cociente entre el crédito privado y el producto; el producto entre el desarrollo en el sistema financiero y el tipo de cambio (ER*FD) y otras variables exógenas (Z). El conjunto de variables exógenas responden a la necesidad de controlar entre países, debido a que el estudio utiliza un panel desbalanceado. De este modo, la ecuación hace referencia a distintos países (subíndice “i”) en distintos momentos del tiempo (subíndice “t”). Lo más relevante de esta ecuación es el hecho que los autores incorporan una no linealidad, de manera explícita, a través del producto entre la volatilidad del tipo de cambio y el grado de desarrollo financiero (ER*FD). Este factor intenta determinar cuál es el impacto del desarrollo 8 financiero sobre el efecto que la volatilidad del tipo de cambio tiene sobre el crecimiento de la productividad. En efecto, al incorporar este elemento, el efecto total del tipo de cambio sobre el crecimiento de la productividad depende del desarrollo financiero: δ ( yit − yit −1 ) = γ 1 + γ 2 FDit > 0 δERit (2) La hipótesis es que γ1 debería ser negativo (mayor volatilidad del tipo de cambio resulta detrimental al crecimiento), mientras que γ2 sería positivo, reflejando la mejora causada por desarrollo financiero. De este modo, es posible determinar un umbral, o grado de desarrollo financiero, a partir del cual los efectos del tipo de cambio dejan de ser negativos y pasan a ser positivos para el crecimiento: FD = − γ1 γ2 (3) A partir de aquí se estima la ecuación 1, para derivar de ella, el efecto de la ecuación 2 y, posteriormente, se calculará el umbral. El análisis se repite para cuatro períodos relevantes: 1970-2009; 1980-2009, dejándose de lado los efectos de las crisis del petróleo pero manteniendo el impacto de la crisis de la deuda latinoamericana; 19902009, en que se deja de lado esta crisis y su efecto último en Argentina, la hiperinflación de 1989; y finalmente 2005-2009, tras la crisis de la deuda argentina de 2001 y en el nuevo contexto global de alza relativa en el precio relativo de los commodities. Para el análisis empírico se utilizó el grado de flexibilidad del tipo de cambio, como variable dependiente, medido como el desvío estándar del tipo de cambio nominal ($/U$S) en una ventana móvil de cinco años. La tasa de crecimiento del PBI per cápita, se calculó a partir de una serie trimestral desestacionalizada del PBI en términos reales, elaborada por FIEL, hasta 1993 y posteriormente a esa fecha se utilizaron los datos del Ministerio de Economía de la República Argentina. Para el cálculo de la evolución de la población por trimestre, se utilizaron las proyecciones anuales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) de la República Argentina, al que se le calculó una tasa de crecimiento trimestral promedio. El cociente entre estas variables determina el producto per cápita al que, posteriormente, se le calculó la tasa de crecimiento. El grado de desarrollo del sistema financiero, se calcula como el cociente entre el crédito privado y el PBI a valores corrientes. Como no se contaba con una serie trimestral del PBI nominal, se procedió a tomar una serie del PBI nominal anual, disponible en “Dos siglos de Economía Argentina (1810-2004)” a la que se le adicionaron datos disponibles en el INDEC de 2004 en adelante. Posteriormente se trimestralizaron los mismos asumiendo que el promedio de datos trimestrales es equivalente al dato anual, que es la práctica habitual en la metodología de estimación de las cuentas nacionales. 9 El Crédito Privado para Argentina se tomó de las estadísticas del Fondo Monetario Internacional (Claims on Private Sector), reflejando esencialmente el volumen de préstamos bancarios al sector privado no financiero. Es esta una primera aproximación, dado que en algunos períodos (especialmente en 1993-2001) un incipiente desarrollo del mercado de capitales determinaba que el crédito total superara más o menos holgadamente al bancario, pero no se cuentan con buenas estimaciones del primero. La estimación de la ecuación se ha realizado a partir del uso del método GMM. Tabla 1: Efectos en el Crecimiento de la Volatilidad del Tipo de Cambio Nominal 1970-2009 1980-2009 1990-2009 2005-2009 -0,202 0,058 0,003 -0,185 0,049 0,004 -1,181 0,398 0,004 -2,526 0,964 0,005 0,000 0,000 0,003 0,000 0,002 0,042 0,049 0,050 0,011 0,045 0,046 0,000 PV>0.05 0,34 0,30 PV>0.05 0,31 0,18 PV>0.05 0,04 * PV>0.05 0,07 0,57 31,73% 42,02% 19,38% 13,76% D(Log exchange Flex.) D(Log exchange Flex.)*Log Financial develop. Log Financial develop. Análisis de significatividad de coeficientes D(Log exchange Flex.) D(Log exchange Flex.)*Log Financial develop. Log Financial develop. Análisis estadístico Correlograma (Q-Stat) Jarque-Bera J-statistic Analisis de Umbral * para este período se corrigió la autocorrelación de residuos a partir de la incorporación de una componente autorregresiva para el mismo, lo que no permite chequear la hipótesis nula de no endogeneidad. La Tabla 1 presenta los resultados de la estimación descripta en la sección anterior. A diferencia de ABRR, el análisis realizado aquí se concentra en los efectos del tipo de cambio y la profundidad financiera sobre el crecimiento de la productividad, dejando de lado otras variables de control como capital humano, apertura comercial, tamaño del gobierno, y estabilidad de precios 2 . Sin embargo, dicha inclusión resulta inconsecuente cuando se analiza a un único país, ya que su variación es muy acotada. Por otro lado, los méritos de esta simplificación son relativos, dado el pronunciado incremento del peso del gasto público durante los últimos diez años, y las fuertes oscilaciones en la situación inflacionaria durante los 40 años que abarca la muestra. Por otro lado, la Argentina presenta varios casos de crisis financieras muy profundas, 2 Desde un punto de vista puramente práctico, la omisión se justifica en la falta de series de datos confiables por un plazo tan prolongado como aquellas disponibles para PIB, tipo de cambio y medidas de profundidad financiera. Desde un punto de vista conceptual, la exclusión de esas variables puede justificarse por el hecho de que las mismas cambian muy lentamente, incluso en periodos de tiempo tan prolongados como el considerado, de modo tal que su inclusión es fundamental en un panel que incluya datos de varios países como el empleado por ABRR, para evitar sesgos en la estimación de los parámetros de interés. 10 y una hiperinflación, situaciones que por lo extremas, podrían potencialmente desvirtuar los resultados del análisis. Por esta razón, y en línea con lo realizado por ABRR, se han aislado los efectos de estas situaciones mediante la inclusión de variables binarias (o dummy). De hecho, ABRR escogen eliminar las observaciones correspondientes a situaciones de muy elevada inflación; mientras que, en este caso, se decidió mantenerlas, aunque acotando su impacto 3. Los resultados están en línea con los obtenidos por ABRR: la volatilidad del tipo de cambio consistentemente tiende a reducir el crecimiento de la productividad, mientras que el desarrollo financiero tiende a incrementarlo, y además la interacción entre volatilidad del tipo de cambio y el desarrollo financiero tiene un coeficiente positivo, y en general significativo, indicando que el mayor desarrollo financiero, aún en una Argentina que nunca en el período bajo análisis registró niveles de profundidad financiera muy pronunciados, tiende a moderar el efecto negativo de la volatilidad del tipo de cambio. También debe destacarse que los coeficientes de todas las variables, además de tener los signos esperados, en general son significativamente diferentes de cero a niveles de confianza del 5%. No obstante ello, se observa que los coeficientes de profundidad financiera per se, aun siendo estadísticamente significativos, son cuantitativamente muy reducidos. También resulta interesante verificar el comportamiento de los umbrales de desarrollo financiero que marcan el punto de indiferencia para el crecimiento de la volatilidad en el tipo de cambio. Para la muestra completa, se estima que un ratio de Crédito/PIB de al menos el 32% habría sido necesario para garantizar que la volatilidad cambiaria no afectara el crecimiento de la productividad a lo largo de toda la muestra. Cuando la muestra se acorta para comenzar en 1980, dejando de lado la década del ´70, con predominancia de tipo de cambio fijo o crawling pegs, y eventos puntuales de estallidos cambiarios (esto es, volatilidad en general baja con períodos puntuales de alzas), pero incluyendo el período de grandes fluctuaciones correspondiente a la década del ´80 como lo fue el proceso de hiperinflación, el umbral se eleva a un máximo del 42%. Para los últimos dos períodos, caracterizados por una muy baja volatilidad, el umbral oscila entre 19-14%. Resulta interesante comprobar que la economía argentina ya en 1996 había superado el umbral del 19% que, según este enfoque, le hubiera permitido flotar sin complicaciones (aunque se mantuvo el currency board); mientras que en la actualidad aún se está relativamente lejos (11%) del umbral del 14% sugerido por los resultados en la muestra 2005-2009 lo que implicaba que, los hacedores de política de Argentina, no podía permitir grandes fluctuaciones en el tipo recambio. Este tramo del análisis verifica que el efecto de la volatilidad sobre el crecimiento del producto es significativo y negativo, confirmando la hipótesis de ABRR. También corrobora que un mayor grado de desarrollo financiero limita los efectos negativos de la volatilidad. El análisis muestra que aún con modestos (para el contexto internacional) niveles de desarrollo financiero el daño puede ser neutralizado, pero lo cierto es que, salvo en 1996, la Argentina en general se ha encontrado lejos de alcanzar 3 En el trabajo realizado por ABRR (2008), pueden extraerlas valiéndose del uso de paneles no balanceados, en nuestro caso, no es un recurso disponible. 11 esos umbrales, lo que de alguna manera permite contextualizar la decisión de muchos hacedores de política que suelen ser reacios a aceptar la libre flotación cambiaria. Queda para futuros trabajos al análisis del efecto diferenciado de los shocks financieros y reales, y la distinta respuesta que debería ofrecer la política monetaria ante los mismos. No obstante ello, se debe buscar una herramienta de política para evitar las fluctuaciones del tipo de cambio. En el apartado siguiente se analizara la acumulación de reservas como mecanismo para eliminar la incertidumbre respecto del control, por parte del gobierno, de la política cambiaria ante fenómenos que causen movimientos abruptos en el tipo de cambio. Políticas Anticíclicas: La política acumulación de reservas internacionales La economía mundial, desde fines de la década del 90 y principalmente a través de los bancos centrales de los países emergentes, ha acelerado en forma pronunciada la construcción de su stock de reservas internacionales y otras redes de liquidez. En efecto, las reservas internacionales crecieron un 358% entre 1999 y 2009; a tal punto que, dicho proceso, se ha consolidado como una característica propia de los países emergentes. En esta sección se hace una revisión de la literatura asociada a la acumulación de reservas internacionales, con énfasis en su rol anticíclico y en cómo la misma se ha constituido en una verdadera herramienta de política para los países en desarrollo. Posteriormente, se analiza la reciente crisis financiera internacional y el rol que le dieron los países emergentes a las reservas internacionales como elemento estabilizador de los mercados monetarios y financieros domésticos; y, finalmente, se describe la experiencia de Argentina. Luego de la inestabilidad macroeconómica y financiera que agitó el escenario mundial en la segunda mitad de la década del ’90, los principales países emergentes han priorizado la acumulación de reservas como un mecanismo para reducir la vulnerabilidad de sus economías y la persistente volatilidad cambiaria. Las motivaciones por las cuales los bancos centrales han acumulado esta magnitud de activos externos han sido variadas y extensamente analizadas por la literatura. Lo mismo sucede con el rol que cumplen las reservas en el mundo actual, el nivel óptimo que un país debe tener y el análisis de costo-beneficio asociado a dicha estrategia de acumulación. La visión tradicionalmente, de tipo mercantilista, hacía hincapié en la utilidad de las reservas internacionales para los aspectos vinculados al intercambio de un país (comercial o financiero) con el resto del mundo. Contar con una política que conlleve a construir un elevado nivel de liquidez externa permitiría actuar de forma anticíclica, suavizando las oscilaciones del nivel de ingreso de la economía (Clark, 1970). Así, por ejemplo, cuando se producían movimientos desestabilizadores en la cuenta comercial, un criterio utilizado para conocer el nivel adecuado de reservas era el de contar con un stock que cubra cierto porcentaje de las importaciones (Triffin, 1947). Tal como apuntan Aizenman y Lee (2005), la versión moderna de este enfoque está dada por la necesidad de mantener un tipo de cambio competitivo, evitando la apreciación. 12 Varios han sido los autores que criticaron el acotado alcance de esta noción de demanda de reservas (Flanders, 1971), lo cual llevó a la búsqueda de su perfeccionamiento, de esta forma surgieron primeros los enfoques macroeconómicos monetaristas (Black, 1985) donde se analizaban los movimientos de reservas internacionales a partir del diferencial entre la oferta y la demanda de moneda doméstica. También surgen los modelos microeconómicos que incorporan los motivos precautorios, los cuales, arrojan un nivel óptimo de reservas que surge de un proceso de maximización de una función de bienestar social o de un análisis de maximización de beneficios netos (Heller, 1966, Frenkel y Jovanovic, 1981). Conceptualmente, uno de los costos de la política de acumulación de reservas está dado por un eventual aumento en la tasa de emisión monetaria y su impacto en la inflación o el aumento en la tasa de interés doméstica que genera una eventual esterilización del exceso de oferta de dinero. En cambio, un beneficio directo de la política de acumulación de reservas es la reducción en el valor esperado de la pérdida de ingreso nacional que se observaría en caso de que una crisis de liquidez causara un nuevo colapso financiero. A partir de los 90´, la temática gana impulso dentro de un contexto de liberalización de la cuenta capital y de mayor integración financiera global. Las sucesivas crisis financieras que azotaron al mundo emergente (e.g. efecto tequila, crisis asiática, default ruso), llevaron a que cobren relevancia indicadores que ponderen las necesidades de liquidez para estabilizar el Producto y el sistema financiero local frente a cambios súbitos en las condiciones de financiamiento externo. De este modo, comenzó a observarse a las reservas bajo una motivación precautoria y se buscaron indicadores más efectivos como la relación entre reservas y los medios de pago, que permiten conocer el impacto de un shock externo sobre el sistema financiero local (Li y Rajan, 2005). Otro indicador utilizado ha sido la relación entre reservas y la deuda de corto plazo en moneda extranjera (e.g. regla Guidotti-Greenspan) ya que brinda una medida de las redes de liquidez disponibles en economías que enfrentan un pronunciado descalce de moneda (e.g. economías que han experimentado procesos de dolarización pronunciada). Posteriormente, surgen indicadores que integran simultáneamente tanto los aspectos asociados tanto a fuentes externas como internas de potencial drenaje de fondos. Estos indicadores combinan las importaciones, la deuda externa de corto plazo y los medios de pago, procurando integrar los diferentes usos comerciales y financieros más inmediatos (De Beaufort, Wijnholds y Kapteyn, 2001). En cada una de las formulaciones están presentes, bajo distintas modalidades, modelos de preferencias acerca de la variabilidad del Producto, la balanza de pagos, el régimen cambiario o las tasas de interés. Es por ello que resulta complejo consensuar una medición apropiada sobre el monto de reservas óptimo para una economía. En los últimos tiempos, la acumulación de activos externos comienza a ser considerada como un “colchón” y como un seguro frente a cambios súbitos en las condiciones externas financieras y/o reales. Su utilidad se pondera por su doble rol: i) factor estabilizador en momentos de volatilidad financiera; y ii) elemento de prevención de crisis (e.g. minimización de la probabilidad de ocurrencia de un evento crítico). Ambos 13 factores contribuyen a reducir el costo de financiamiento para el conjunto de la economía; de hecho, las calificadoras de riesgo asocian inversamente el nivel de reservas internacionales con el riesgo país. En efecto, existen numerosas investigaciones que sugieren que un mayor nivel de reservas puede disminuir los spreads soberanos y mejorar la calificación crediticia del Gobierno (Moreno y Turner, 2004). Otros trabajos recientes destacan aún más la importancia de la estabilidad financiera. La necesidad de contar con el tipo de cambio como ancla nominal para la economía, sumada a la importancia de contar con un mecanismo de defensa frente a cambios abruptos en las condiciones financieras (tanto externas como de salidas de capitales de los propios residentes) en economías altamente dolarizadas, redoblan la necesidad de contar con un stock abultado de reservas (Obsfeld, Shambaugh y Taylor, 2008). Algunos autores encuentran, incluso, que la magnitud de las reservas que acumularon los países emergentes va más allá del stock que pueda requerir la necesidad de cubrirse frente a eventuales shocks (Jeanne, 2007). Este factor se refuerza para el caso de muchos países en desarrollo que no cuentan con sistemas financieros muy profundos, dificultando la posibilidad de canalizar el ahorro doméstico hacia la inversión o donde las posibilidades de acceso a instrumentos de cobertura son limitadas (ECB, 2006). También en el caso de países altamente dolarizados o donde la estabilidad de los ahorros en moneda local es altamente sensible a movimientos en el tipo de cambio. Las monedas de países que durante la crisis financiera internacional de 2008 contaban con mayores reservas internacionales en relación al tamaño de su sistema financiero –incluso con stocks por encima de lo que los modelos basados en motivaciones financieras preveían- han mostrado una tendencia a la apreciación. No sólo se trata de protegerse frente a las salidas de capital extranjero sino también frente a las corridas que pueda enfrentar la moneda doméstica de los propios ahorristas locales (Obsfeld, Shambaugh, y Taylor, 2009). Por otra parte, en los últimos años ha quedado desdibujado el rol de los Organismos Financieros Internacionales como prestamista de ultima instancia a nivel global para los países emergentes, lo cual ha fogoneado también la necesidad de autoasegurarse (Obsfeld, Shambaugh y Taylor, 2008). Los distintos países procuraron opciones para minimizar el costo en términos de caída del Producto que podrían provocar shocks de diferente naturaleza o de frenazos súbitos en los flujos de capital (Aizenman y Lee, 2006). Los nuevos productos de financiamiento contingente del Fondo Monetario Internacional (FMI) o los swaps de moneda que ofrece la Reserva Federal de Estados Unidos a distintos países emergentes, todavía no han sido capaces de sustituir la construcción de un stock propio de activos externos: en todo caso, se consideran más bien complementarios a una estrategia de acumulación de reservas a nivel doméstico. Aún luego de la reciente capitalización, los recursos con los que cuenta el FMI son limitados frente a la magnitud de los flujos de capitales privados. La política de acumulación como herramienta de política 14 La política de acumulación de reservas puede llevarse a cabo en forma discrecional (Brasil, Argentina, Malasia, Indonesia y otros países asiáticos) o estar basada en una regla o programa (como ha ocurrido en Turquía, México y Colombia), esquemas que tienen costos y beneficios asociados. En ciertos casos, una política de acumulación de reservas basada en reglas puede terminar generando más volatilidad y ser menos creíble que una política discrecional en caso de incumplir con la meta. En el caso de las políticas más discrecionales, el costo de credibilidad puede estar asociado a la percepción de que se persigue un objetivo de sostener el tipo de cambio a determinado nivel. A diferencia de lo que ocurrió en el pasado, la acumulación de reservas internacionales en varios países emergentes a partir de 2000 es consecuencia de un superávit de cuenta corriente y no de una significativa entrada de capitales. Este ahorro se ha visto favorecido por las mejoras en los términos de intercambio derivadas de los altos precios de las materias primas (Redrado, Carrera, Bastourre e Ibarlucía, 2006). En 2008 comienzan a sentirse los efectos de la crisis financiera internacional más grande desde la Gran Depresión, lo cual profundiza el debate acerca de la utilidad del stock de reservas para los países emergentes como mecanismo para estabilizar el mercado monetario y financiero doméstico frente a un shock de tal magnitud y de carácter diferente al de la crisis anteriores (por primera vez en décadas los países emergentes no han estado en el epicentro de la crisis). Casi todos los países que habían acumulado reservas internacionales ajustaron abruptamente sus stocks en 2008 y 2009 para evitar que movimientos disruptivos en el mercado cambiario afecten la estabilidad financiera doméstica y tengan efectos perniciosos sobre el nivel de actividad económica y la estabilidad de precios. Tal es el caso de Rusia, por ejemplo, que desacumuló 45 mil millones de dólares en 2009; y México, por su parte, perdió 10 mil millones de dólares en dicho año (BIS, Informes Anuales Nro. 79 y 80). Muchos países como Malasia, Filipinas y Singapur recurrieron, simultáneamente, a instrumentos complementarios al uso de reservas para mantener la estabilidad financiera como swaps y futuros de tipo de cambio. La discusión se da en un marco donde el objetivo de estabilidad financiera cobra relevancia en la escala de prioridades de los bancos centrales en todo el mundo. En efecto, la crisis internacional ha disparado una gran revisión sobre la ponderación que los bancos centrales le asignan a los distintos objetivos de política. En particular, qué peso deben tener la estabilidad de precios, la estabilidad del producto y la estabilidad financiera. Es claro que la estabilidad financiera ha pasado a tener un rol que hasta ahora nunca tuvo dentro de la escala de prioridades de la banca central en el mundo; sobre todo, en países desarrollados donde históricamente la estabilidad financiera ha sido más un instrumento que un objetivo (dada la profundidad de sus mercados de capitales). Los países en desarrollo, por su parte, cuentan con una larga historia de crisis recurrentes, con lo cual, la estabilidad financiera ya formaba parte en forma explícita de la estructura de objetivos de la banca central. Aún a la fecha no existe una definición única y homogénea sobre estabilidad financiera y, por tanto, se observan diferencias de concepto tanto entre bancos centrales como entre los distintos organismos internacionales. Está definición difusa (o, al menos, más 15 difusa que otros objetivos como la estabilidad de precios) dificulta cómo plantear en términos operativos la solución a estos problemas. Actualmente, la decisión acerca del nivel de reservas internacionales que debe mantener un país parece estar asociada principalmente a la necesidad de contar con cierto grado de liquidez en divisas para cumplir con sus obligaciones con el exterior y afrontar cambios abruptos en las condiciones financieras externas (derivados de shocks financieros o reales), y así atenuar el impacto de los ajustes frente a desequilibrios y garantizar la continuidad de las instituciones cambiarias y monetarias. La racionalidad detrás de la política de acumulación de reservas internacionales se extiende más allá de la obligación de cumplir con los compromisos externos: es fundamental contar con un adecuado nivel de liquidez después de una crisis, para brindar una señal clara de estabilidad financiera al mercado. Por tal motivo, la acumulación de reservas internacionales puede verse como la adquisición de una garantía que permite restablecer los flujos de capitales hacia el país y evitar fugas. Como mecanismo de defensa para asegurar la estabilidad monetaria y financiera, además del uso externo, se les da a las reservas un uso interno para estabilizar los mercados monetarios y financieros domésticos. Contar con un elevado stock de reservas, no sólo permite estabilizar el mercado de cambio satisfaciendo la demanda de moneda extranjera en momentos de turbulencia, sino que permite además evitar un desplome aún mayor de la demanda de moneda doméstica a partir de la percepción que genera un adecuado respaldo. Por otro lado, la acumulación de reservas, no sería suficiente si no se tiene un conocimiento acabado de la estructura de la demanda de dinero en la economía ya que, si no fuera así, no sería posible aumentar la cantidad de reservas sin sufrir las consecuencias emisión monetaria. En este sentido, para mantener el control sobre los precios y sobre el tipo de cambio nominal, es necesario llevar adelante una política de esterilización adecuada basada en la demanda de dinero. La visión teórica más tradicional indicaba que no existían razones para que un país con tipo de cambio flexible, con un sistema financiero con activos y pasivos mayormente en moneda local y con endeudamiento en la misma moneda, acumule reservas internacionales. Redrado, Carrera, Bastourre e Ibarlucía (2006) exploran las políticas precautorias adoptadas por otros países en desarrollo a partir de los desequilibrios globales y la incompleta configuración de la nueva arquitectura financiera internacional. Al estudiar experiencias de países donde la acumulación ha sido sistemática por un horizonte de tiempo prolongado, los autores encuentran que la absorción del efecto monetario del incremento de los activos externos es la regla general con independencia del régimen cambiario y monetario en el que opera la economía. Los autores definen la “acumulación sistemática de reservas” como el proceso por el cual se pueden identificar tres años consecutivos con tasas de acumulación igual o superior a la mediana para cada año del total de la muestra. Encuentran más de 70 procesos de “acumulación sistemática” cuya vida promedio es superior a los cuatro años. Utilizando la clasificación de regímenes cambiarios del FMI, concluyen que la acumulación sistemática de reservas puede tener lugar bajo distintos arreglos cambiarios, encontrando un número significativo de procesos bajo los regímenes cambiarios más flexibles (Ver Tabla 1 del Anexo de esta sección). 16 Lo mismo sucede con el caso de los regímenes monetarios: existe una gran variedad de esquemas adoptados por los acumuladores sistemáticos, incluyendo a numerosos países con esquemas de metas de inflación (Ver Tabla 2 del Anexo de esta sección). La intervención prolongada en el mercado de cambios con fines de acumulación de divisas tiene como contrapartida un relajamiento en las condiciones monetarias y un rápido crecimiento del crédito bancario que puede tener efectos inflacionarios y contribuir al engendramiento de riesgos en el sistema financiero. Es por ello, que muchos de los países han complementado estas políticas de acumulación de activos con agresivas estrategias de esterilización monetaria, que implicaron, generalmente, la emisión de títulos en el mercado doméstico aunque algunos países lo complementaron con instrumentos adicionales como el aumento de encajes o el uso de pases pasivos (BIS, Informe Anual, 2010). Redrado, Carrera, Bastourre e Ibarlucía (2006) estudian la política de esterilización en países definidos como “acumuladores sistemáticos” a partir del análisis de la variación de reservas vis-a-vis la correspondiente variación de la base monetaria, normalizando por el nivel de PIB en cada país al final de cada proceso de acumulación. Gráfico 1 Changes in the Monetary Base Variación de Reservas vis-a-vis Variación de la Base Monetaria 50% 40% 30% y = 0.2372x + 0.0353 R2 = 0.1928 20% 10% 0% 0% 10% 20% 30% 40% Reserves/GDP ratio Fuente: Redrado, Carrera, Bastourre, Ibarlucía (2006) 17 50% Para construir un Proxy de la esterilización, se utiliza el siguiente indicador: Degree of sterilization = ∆Reserves - ∆Monetary base ∆Reserves (4) El coeficiente es negativo cuando la base monetaria crece más que las reservas, mientras que un valor entre cero y uno indica esterilización parcial. El índice de esterilización es mayor que uno si la acumulación de reservas está acompañada de una contracción monetaria. Como se puede observar en el gráfico 1, la mayor cantidad de casos se encuentra por debajo de la bisectriz sugiriendo, de alguna manera, cierta preferencia a una esterilización parcial de los efectos de la adquisición de activos externos. Este resultado es consistente con otra evidencia empírica que señala que (basándose sólo en el estudio de la base monetaria), la mayor parte de la intervención en el mercado de cambios con fines de acumulación ha sido esterilizada en muchos de los países bajo estudio (Mohanty y Turner, 2006). El cálculo del coeficiente de esterilización promedio para los distintos regímenes cambiarios y monetarios muestra que ante un mayor grado de flotación de las monedas hay una menor actividad de esterilización por parte de las autoridades monetarias de los distintos países (Ver Tabla 3 del Anexo de esta sección). La Situación en Argentina Al igual que sucedió en muchos países del arco emergente, el Banco Central de la República Argentina, como parte de su conjunto de políticas anticíclicas para morigerar la vulnerabilidad externa, persiguió una deliberada política de acumulación de reservas acompañada por una agresiva estrategia de esterilización monetaria. Así, con casi US$ 48.000 millones de reservas internacionales acumulados a fin de 2009, las reservas internacionales en Argentina se más que quintuplicaron desde aquel mínimo de US$8.250 millones registrado a principios de 2003. Si bien las reservas han alcanzado su récord histórico en términos nominales, el nivel de reservas escalado teniendo en cuenta distintas variables es todavía bajo en la comparación internacional, especialmente con países emergentes que han sufrido recurrentes crisis económicas a los largo de su historia. La estrategia de construcción de redes de liquidez llevada a cabo entre 2005 y 2009 se orientó a evitar movimientos disruptivos en el mercado cambiario ante cualquier tipo de perturbación que pudiera afectar el normal flujo de pagos internacionales, tanto del sector público como del sector privado y, de este modo, reducir la vulnerabilidad externa. 18 La política de acumulación de divisas no ha tenido un efecto expansivo ya que el Banco Central la ha complementado mediante la absorción de la masa monetaria que excede la demanda de dinero en la economía. Este programa de absorción monetaria puesto en práctica para contrarrestar los efectos expansivos de las compras de divisas se sostuvo a partir de dos elementos clave: un sistema financiero que fue cancelando anticipadamente sus deudas y una Autoridad Monetaria que dispuso de una variedad de instrumentos de regulación monetaria y de un patrimonio fortalecido. Estos factores le permitieron al Banco Central retirar pesos del mercado de dinero, reflejando el saneamiento de los balances de las entidades financieras y el cuidado de la autoridad monetaria por su patrimonio. Por otra parte, entre 2005 y 2009 no existió expansión del crédito interno vía monetización del déficit fiscal ni asistencia al sistema financiero como en otros momentos de la historia argentina. Esta política de acumulación de reservas con absorción monetaria ha permitido mantener la oferta de dinero bajo un estricto control, lo cual se ha reflejado en el cumplimiento, trimestre a trimestre, con las metas autoimpuestas de crecimiento de los agregados monetarios. Por otra parte, la política no sólo implicó la acumulación de activos externos. También hubo períodos como la crisis económica global que obligaron a la autoridad monetaria a desprenderse de divisas para defender la estabilidad financiera y macroeconómica. De hecho, la política de construcción de redes de liquidez ha resultado sumamente útil en períodos de volatilidad originada tanto en shocks externos como domésticos. Durante los distintos episodios de volatilidad la existencia de un amplio nivel de reservas internacionales tuvo un claro efecto disuasivo, generando un impacto positivo para la estabilidad financiera. En 2008 y 2009 prácticamente todos los bancos centrales de América Latina debieron intervenir activamente en el mercado cambiario inyectando divisas para reducir las presiones sobre las respectivas monedas y evitar que el desplome en la demanda de dinero doméstica se retroalimentara. Para hacer frente a cada uno de los episodios críticos que involucraron una reversión súbita de la cuenta capital y salidas de depósitos en moneda local, el Banco Central de la República Argentina adoptó, secuencialmente, una serie de acciones. Se focalizaron los esfuerzos en restablecer el equilibrio en el mercado de dinero, fortaleciendo la demanda de pesos y facilitando la oferta de moneda extranjera. En este sentido, el rol disuasivo que juega el contar con un amplio stock de reservas internacionales resulta esencial teniendo en cuenta que la demanda de dinero es una decisión del público y que la capacidad de los hacedores de política económica para influir en esta decisión es mayormente indirecta y limitada. A través de operaciones en los mercados de divisas contado y futuro se evitó el potencial impacto de la presión depreciatoria sobre la estabilidad doméstica. Una vez reestablecida la estabilidad del mercado de cambios, se procuró recomponer la liquidez en pesos, a fin de asegurar la estabilidad financiera. El hecho de haber desarrollado una serie de mercados e instrumentos para la esterilización en los años previos, facilitó los mecanismos para proveer liquidez de un modo eficiente. Los mecanismos incluyeron la recompra de títulos en el mercado secundario y la renovación parcial de sus vencimientos. Otros instrumentos puestos en práctica dentro de este esquema fueron la adecuación del mercado de pases (ofreciéndose liquidez a tasa de interés fija 19 y variable), la unificación de la posición de efectivo mínimo, la creación de un mecanismo de pases activos en dólares, la creación de una nueva ventanilla de liquidez, la extensión de los límites para operar en el mercado de futuros (tanto para el Banco Central como para aquellos agentes asociados a algunas de las contrapartes) y las modificaciones en los coeficientes de encajes requeridos sobre los depósitos en moneda extranjera a fin de aumentar la disponibilidad de fondos para la financiación del comercio exterior. Estas medidas acentuaron el rol “amortiguador” que juega el Banco Central para disminuir los efectos de las turbulencias sobre la economía local, preservando la estabilidad financiera. Asimismo, la adecuada administración de riesgos y el correcto uso de las herramientas de política, permitió desalentar la posibilidad de ataques especulativos. En definitiva, el Banco Central acumuló reservas internacionales durante la fase alta del ciclo (cuando el costo de oportunidad de hacerlo era bajo y con la economía en situación superavitaria en su cuenta corriente) para disponer actualmente de un amplio stock para enfrentar situaciones de turbulencia. Por otra parte, el haber llevado a cabo una política de esterilización para mantener la cantidad de dinero bajo control, permitió contar con mecanismos de administración de la liquidez doméstica ya probados para inyectar con rapidez y eficiencia fondos al sistema en caso que sea necesario. Así, la economía argentina vivió cuatro episodios de extrema tensión financiera (julio-octubre de 2007, abril-junio de 2008, septiembre-noviembre de 2008 y marzo de 2009) y los ha transitado sin caer en una situación crítica. El estudio comparado arrojo, como resultado general, que los países utilizan las reservas como una herramienta de política con el fin de asegurar la estabilidad cambiaria y la solidez del sistema financiero y, como consecuencia de ello, aseguran un crecimiento en el producto o, al menos, evitan caídas en el mismo. Para lograr una acumulación de reservas y evitar los costos asociados, se ha mostrado un uso intensivo de la esterilización como estrategia. La acumulación de reservas como instrumento de política arroja, por medio de la estabilidad en el tipo cambio nominal, un creciente aumento del crédito domestico y, por tanto, los activos de los bancos en moneda nacional, lo cual, contribuye al crecimiento y la solidez de las entidades dentro del sistema financiero. Sin embargo, para que esta herramienta de política tenga un resultado efectivo, es necesario apuntalar la estrategia de esterilización con la implementación, por un lado, de un programa monetario basado en un el estudio de la demanda de dinero y, por otro, con el diseño de un marco regulatorio adecuado al sistema financiero local. En la sección siguiente, se describe los argumentos teóricos y el proceso de construcción de un Programa Monetario y su implementación en Argentina; dejando para la sección IV, el desarrollo del marco regulatorio. Equilibrio entre demanda y oferta de dinero El amplio consenso tradicional existente en la profesión económica respecto a la existencia de una relación relevante entre el crecimiento monetario y los precios se 20 diluyó en los años 80 y 90. De hecho, la noción misma de la existencia de una demanda de dinero estable pareció naufragar en medio de la inestabilidad macroeconómica y monetaria que afectó a los países desarrollados (principalmente Estados Unidos) en los años 70. Por ejemplo Friedman y Kuttner (1992) escribieron “incluyendo datos de los 80, se reduce fuertemente la evidencia de serie de tiempo de posguerra indicando una relación significativa entre el dinero (como sea que se lo defina) y el ingreso nominal, o entre el dinero y el ingreso real y los precios separadamente; al incluir datos de los 70 se destruye completamente esa evidencia.” 4 Por su parte, DeLong (2000) escribió “la velocidad del dinero se volvió inestable en los 80, pero no de una manera simplemente correlacionada con la tasa de crecimiento monetario,” y Mankiw (1997) consideró que “la profunda recesión que afectó a los EEUU en 1982 es parcialmente atribuible a una amplia, inesperada, y hasta el momento inexplicada caída en la velocidad.” Otros autores no llegan a negar completamente la relación entre dinero y precios, pero concluyen que la misma no es estable, o incluso que no es muy significativa para países que históricamente han tenido baja inflación. Una corriente de pensamiento relativamente reciente pretende recuperar un rol relevante para el análisis de los agregados monetarios en política monetaria, aunque la tendencia dominante en la profesión todavía descree de su utilidad. 5 Esta línea sostiene que los hallazgos empíricos que encuentran una baja relación entre el crecimiento monetario y la inflación se explican debido a que estos estudios ignoran los cambios de largo plazo que se producen en la tasa de interés (y por tanto en la demanda de dinero) en contextos de aceleración inflacionaria o, de lo contrario, de desinflación. Friedman (1985) advertía que “un quiebre en la tendencia en la velocidad se ha observado siempre que una aceleración inflacionaria ha sido seguida por desinflación.” En resumen, cuando una economía inicia un proceso de reducción de la inflación, la tasa de interés nominal cae al incorporar esa expectativa, de modo tal que el costo de oportunidad de mantener dinero se reduce, y la demanda de dinero se incrementa. De este modo es posible observar situaciones en las que el crecimiento de los agregados monetarios se acelera (en este caso por empuje de demanda) y la inflación subsecuentemente se contrae. O por el contrario, en periodos de aceleración inflacionaria, las expectativas aumentan la tasa de interés nominal (y el costo de oportunidad de mantener dinero), de modo tal que un crecimiento más moderado del dinero es subsecuentemente seguido por un alza más rápida de los precios. Del mismo modo, al no tener en cuenta estos desplazamientos de equilibrio en la tasa de interés (y su efecto en la demanda de dinero) se termina estimando parámetros incorrectos (superiores o inferiores a la unidad, como indicaría la teoría) para la elasticidad de la demanda de dinero respecto al ingreso real. 4 Todas las traducciones de textos en inglés son responsabilidad exclusiva de los autores. 5 Véase Bruggeman, Donati y Warne (2003), Gerlach (2003, 2004), Gerlach y Svensson (2003), Neumann (2003), Neumann y Greiber (2004), Reynard (2004), Reynard (2006), y sus referencias. 21 En Argentina, en el contexto de la crisis financiera que siguió al colapso de la Convertibilidad, con un sistema bancario esencialmente insolvente, donde ni siquiera los bancos “de primera línea” tenían voluntad de prestarse mutuamente a un día de plazo (mercado de call money), resultaba imposible pensar en encuadrar la nueva política monetaria en un marco de metas inflacionarias con la tasa de interés como su instrumento operativo. Aún utilizando un mecanismo de préstamos interbancarios completamente colateralizados (como eventualmente lo fue el mercado de pases), la volatilidad de la tasa de interés real era tan pronunciada que ese ejercicio carecía de sentido. Se avanzó entonces, en cumplimiento del requisito expreso de la Carta Orgánica, hacia un esquema de programación monetaria, donde simplemente se fijaban metas de evolución anual de un agregado monetario. Eventualmente, esto debería convertirse en una forma de anclar nominalmente la economía si efectivamente existía una demanda de dinero estable y bien definida. Inicialmente, el agregado elegido fue la base monetaria, dado que realmente no existía mucho más en el sistema, debido a la fuerte desintermediación financiera que se había operado entre 2001-2002. Al principio se siguió un esquema relativamente heurístico ante la evidencia que, tras la crisis y en la medida que la economía se estabilizara, una fuerte remonetización de la misma permitiría cierta flexibilidad en la emisión monetaria. Pero hacia fines de 2004 o principios de 2005, se hizo evidente que ese proceso se estaba agotando y que un enfoque más sistemático era necesario. Se iniciaron entonces un conjunto de estudios destinados a estimar una función de demanda de dinero para la Argentina, poniéndose especial énfasis en contemplar las objeciones al trabajo econométrico convencional de la más reciente teoría monetaria, en particular los efectos de largo plazo de los cambios esperados en la inflación, y la dinámica de corto plazo en la demanda de saldos monetarios. El objetivo principal de este trabajo era la construcción de herramientas que pudieran ser de utilidad para la elaboración de pronósticos certeros respecto de la evolución de las tenencias de dinero por parte del público. Este conocimiento sería de utilidad para la definición del programa monetario y, posteriormente, para el diseño de políticas que aseguraran su cumplimiento. Marco teórico Partiendo de la condición de equilibrio del mercado monetario, como la noción más básica de la teoría monetaria, es posible expresar lo siguiente: M/P=L(R,Yr) (5) Donde M representa el stock nominal de dinero, P el nivel de precios, R la tasa de interés y, finalmente, Yr el ingreso real. En la ecuación anterior se espera una vinculación negativa entre la tasa de interés y los saldos monetarios reales, indicando que la tasa de interés opera como un costo de oportunidad de la tenencia de dinero, como lo indica la formulación clásica de la demanda de dinero propuesta por Cagan; mientras que, aumentos en el ingreso real motivan una mayor demanda de saldos monetarios reales, para hacer frente a un mayor volumen de transacciones. 22 Respecto a la vinculación entre los saldos monetarios reales y el ingreso real se espera, a priori, que esta fuera positiva, indicando que aumentos en la oferta global estén acompañados parcial o totalmente por aumentos en los saldos monetarios reales y así hacer frente a un nuevo volumen de transacciones. Hacer referencia a que las cantidades reales o en término de bienes acompañen, total o parcialmente, los aumentos en la oferta global no es trivial, de hecho, se está indicando que el coeficiente que acompaña a la variable ingreso real podría tomar valores de 1 o 0.5 dependiendo, si se hace una interpretación basada en la función de la demanda de dinero de la teoría cuantitativa, o en la hipótesis de Baumol-Tobin, respectivamente. Basados en la condición de equilibrio de largo plazo, Romer (1996), expresa la ecuación (5) como: P=M/L(R,Yr) (6) La condición de equilibrio está expresada en un concepto estático, la cual indica una relación hipotética entre dinero y precios, manteniendo constante la tasa de interés y el nivel de ingreso. Esta expresión en términos estáticos posibilita realizar ejercicios de estática comparada en torno al equilibrio. El ejercicio de estática comparada lleva consigo la necesidad de considerar al resto de las variables en el equilibrio como exógenas, de manera tal que estas no variarán con el ejercicio. La ecuación (6), puede ser interpretada como una relación de largo plazo. El problema de la determinación del equilibrio de largo plazo surge, por un lado, de la necesidad de trabajar con series no estacionarias y, por otro, de la condición natural a partir de la cual las variable se están moviendo en el tiempo, más allá de la vinculación que exista entre ellas. Así, en un contexto teórico es posible considerar un conjunto de variables como exógenas, de manera tal de mantener el nivel de ingreso real y los precios fijos o constantes, mientras se realiza el ejercicio de análisis modificando la tasa de interés para ver que ocurre con los saldos monetarios reales; desde un punto de vista empírico, el ajuste al equilibrio puede tener lugar desde los saldos monetarios nominales, como desde la tasa de interés, los precios o el nivel de ingreso. Afortunadamente, el primer problema puede ser resuelto en un contexto en el que las variables consideradas están cointegradas; mientras que el segundo, puede ser resuelto a partir de determinar la existencia de exogeneidad débil 6. Selección de los datos Como puede observarse a partir de la ecuación (6), las principales variables de interés para nuestro análisis deben ser una medida de tenencia de dinero por parte del público, una medida del volumen de transacciones y un costo de oportunidad de tener dinero bajo el concepto del mismo que se halla tomado como relevante. 6 Los detalles metodológicos se encuentran en el anexo del documento. 23 Existen tres tipos de agregados monetarios en Argentina, cuya definición se ha mantenido prácticamente inalterada en todo el período de análisis (1975-2008). En primer lugar se tiene al agregado M1, compuesto por la suma de los billetes y monedas en circulación fuera del sistema financiero (esto es, en poder del público) y el total de depósitos en cuenta corriente. En segundo término se calcula el agregado M2, constituido por la suma de M1 más el total de depósitos en caja de ahorro; y finalmente M3, que resulta de sumar a M2 el total de depósitos a plazos. Cabe recordar que se consideran, exclusivamente, agregados en moneda local, aún cuando en el período de vigencia de la ley de Convertibilidad (1991-2002), era práctica común computar un agregado monetario más amplio que incluía todos los depósitos en moneda extranjera (específicamente, dólares de EEUU). Nuestro propósito es modelar el comportamiento de la demanda transaccional de saldos reales que este más vinculada a los procesos inflacionarios y responde proporcionalmente al incremento de las transacciones en la economía. Por lo tanto, el agregado monetario elegido tiene que ser lo suficientemente amplio como para incorporar todos los medios de pago por motivo transaccional y, a su vez, lo suficientemente restrictivo como para no incorporar instrumentos de ahorro cuyo comportamiento necesariamente diferirá de lo esperado para los saldos transaccionales. Asimismo, dado que el Gobierno Federal mantiene típicamente saldos de depósitos en bancos comerciales (esencialmente estatales), cuyo comportamiento no necesariamente responde a señales de tasa de interés, nuestra medida de agregado monetario excluirá tales depósitos del sector público en cualquier forma, conformando lo que suele denominarse “agregados privados”. En definitiva, nuestra elección de agregado privado transaccional se definió utilizando un criterio cuantitativo. Partiendo de la noción teórica de que el agregado transaccional debería seguir de cerca la evolución de los precios en el corto y mediano plazo, se calcula la variación trimestral promedio del índice de precios al consumidor conjuntamente con nuestros candidatos para distintos lapsos de tiempo, en el período 1975-2008. A partir del cuadro 1 se puede ver que, claramente, M2 privado es el agregado que en todos los periodos considerados sigue más de cerca la evolución de los precios al consumidor. De este modo, M2 privado es la elección objeto de estudio para lo que resta del presente trabajo. La serie de M2 privado utilizado en este estudio se inicia en el primer trimestre de 1975, y corresponde al promedio trimestral del volumen acumulado de dinero a fin de cada mes 7; por lo expresado en la introducción de esta sección, se utiliza un periodo lo más prolongado posible, de modo tal de neutralizar los cambios en la velocidad del dinero motivados por los sucesivos periodos de aceleración inflacionaria y desinflación observados en este horizonte. 7 A partir de 2000 se comenzó a utilizar el último día de cada mes pero, como puede verse en el Anexo de esta sección, las dos series no son estadisticamentes diferente. 24 Cuadro 1 Inflación y Agregados Monetarios Promedios de Variaciones Trimestrales (%) Período IPC GBA M2 M2 - fin de período M1 M3 Obs. 1975:1 - 2006:4 19,60% 19,57% 19,57% 20,25% 20,38% 128 1975:1 - 1989:1 30,17% 27,58% 27,51% 25,55% 26,63% 57 1975:1 - 1990:2 36,91% 34,02% 33,83% 25,28% 26,75% 62 1989:1 - 2002:1 14,28% 15,87% 16,31% 19,87% 19,16% 53 1990:2 - 2002:1 4,90% 7,28% 8,02% 19,89% 18,58% 48 1990:2 - 2006:4 4,38% 6,87% 7,28% 15,74% 14,76% 67 2002:1 - 2006:4 3,19% 8,60% 8,63% 4,85% 4,80% 20 Para expresar la cantidad de dinero en saldos monetarios reales, se utiliza el índice de precios al consumidor de INDEC con base en 1993, esto permitirá definir las cantidades demandadas de dinero por motivo transaccional en términos de poder de compra. Una vez definido el agregado monetario como medida de dinero, se debe definir una medida de costo de oportunidad de las tenencias del mismo que fuera capaz de motivar alteraciones en la decisión de mantener dinero; en otras palabras, se debe buscar una tasa de interés que afecte las decisiones de mantener dinero para el uso por motivos transaccionales y inmovilizarlo para obtener una renta por el mismo. Como se ha seleccionado al agregado monetario M2 privado, se debe contar con una variable que modifique la elección de mantener el dinero en billetes, monedas, cuenta corriente y caja de ahorro para inmovilizarlos en un plazo fijo o cualquier otro tipo de activos que rinden interés 8. A partir de las razones expuestas el candidato a ser utilizado como costo de oportunidad debería ser una tasa de interés de plazos fijos. La tasa de interés por los depósitos a plazo fijo de 30 a 59 días (usualmente denominada “tasa de encuesta”) está disponible para todo el periodo considerado, por lo que se utilizará en este trabajo. 8 Esta variable ha sido incorporada pero descontándola al presente por sí misma [R/(1+R)], donde R es la tasa en cuestión. De esta manera, con esta transformación monotónica se pretende controlar los valores extremos alcanzados por la tasa de interés en los períodos de alta o hiperinflación, de fines de los años 70 y fines de los 80. Ver Walsh Carl “Monetary Theory and Policy”, cap II. Ed. MIT 2003. 25 Finalmente, como una aproximación a la medida del nivel de transacciones de la economía se considerará la oferta total de bienes en términos reales, compuesta por la cantidad de bienes producido en el país (producto bruto interno, PBI) y la cantidad de bienes importados (al respecto ver Ahumada y Garegnani – 2002). Análisis del sistema de cointegración Debido a que el cociente entre M2 y el IPC, la oferta global y la tasa de interés son integradas de orden 1, el próximo paso es determinar si el conjunto de variables analizadas está cointegrado, es decir, si hay evidencia de alguna relación de largo plazo en el conjunto de variables consideradas. Para cumplir con este propósito, se utiliza el procedimiento de máxima verosimilitud propuesto por Johansen (1995) sobre el período muestral del primer trimestre de 1975 hasta el segundo trimestre de 2007. Básicamente, lo que se está buscando es que: (mt – pt – yt ) + β it ~ I(0) (7) Donde las variables m, p y y están en logaritmos, y la variable i corresponde al valor presente antes descripto. El test de cointegración propuesto por Johansen, confirma que existe una relación de largo plazo (Ver cuadro 1 en el anexo de esta sección) 9. Análisis del modelo de corto plazo Una vez identificada la relación de largo plazo, se debe especificar un modelo de corto plazo en torno a la misma. Como se ha determinado que tanto la oferta agregada como al tasa de interés son débilmente exógenas, es posible condicionar la evolución de los saldos monetarios reales a su relación de largo plazo y a una serie de variables que afecten su evolución en el corto plazo. Para encontrar el modelo adecuado de corto plazo se procedió a aplicar la metodología general particular, 10 teniendo en cuenta un comportamiento autorregresivo en la varianza del error. Los resultados obtenidos se muestran en el cuadro 4 del Anexo. 11 El modelo de corto plazo indica que una desviación respecto al equilibiro de largo plazo, se corrige en un 1% del desvío por trimestre. Por otro lado, la inflación trimestral ha arrojado el signo esperado, en tanto que aumentos en la misma ocasionan efectos 9 Esta relación ha sido restringida a la condición de que el dinero es neutral a largo plazo (coeficiente que acompaña el producto igual a uno) y a que la relación de largo plazo no afecta la dinámica de otras variables distintas de los saldos monetarios reales (exogeneidad débil). 10 Este métdo implica la incorporación de una serie de variables que se cree, a priori, podrían afectar la evolución de corto plazo de los saldos monetarios reales y, posteriormente, se fueron eliminando aquellas variables que mostraban un bajo valor del estadístico “t”. 11 Las características estadísticas del modelo planteado en el Cuadro 6 se encuentran en el Anexo de esta sección. 26 negativos en las variaciones de los saldos monetarios reales. De este modo, cuando se acelera la inflación trimestre a trimestre, los saldos monetarios reales se reducen. Esto se debe a que la inflación representa un costo de oportunidad en la tenencia de saldos monetarios reales para el sector privado. El coeficiente estimado de la oferta agregada, resultó ser positivo, indicando que cuando se observa una variación positiva en el ingreso, se genera una variación positiva en los saldos monetarios reales de aproximadamente el 53% en el corto plazo; mostrando la influencia del motivo transaccional sobre los saldos monetarios reales. El valor positivo, registrado en el rezago de la variable dependiente un período, indica la inercia que existe en las tenencias de dinero. El coeficiente asociado a las variaciones en el tipo de cambio nominal del peso argentino respecto al dólar americano rezagado, muestran un valor negativo; lo que indica que, aumentos en el tipo de cambio nominal, motivan un ajuste de cartera por motivo transaccional, abandonando el peso argentino. En este caso, los aumentos en la cotización del dólar implican un costo de oportunidad de tener dinero transaccional. En el modelo de corto plazo se ha incorporado una ecuación de varianza debido a que esta muestra una estructura autorregresiva (Ver cuadro 4 del anexo III). Esta ecuación, más allá de rezagos de la varianza, incorpora a la inflación trimestre a trimestre como un elemento que genera volatilidad en la varianza de la demanda de saldos reales. El coeficiente estimado es positivo y significativo, lo que implica que cuando la inflación se acelera trimestre a trimestre, la volatilidad en la demanda por saldos monetarios reales también se acelera y viceversa. Utilización del modelo con fines de pronóstico Una vez que ha definido el modelo, se debe utilizar el mismo para realizar el pronósticos sobre la demanda de saldos monetarios reales (variable dependiente del modelo), como puede observase algunas de las variables contenidas como insumo en él necesitan, a su vez, ser proyectadas para ser utilizadas como insumo de las proyecciones. Por lo que se requiere contar con pronósticos para la oferta global, el tipo de cambio nominal, la inflación trimestre a trimestre y la tasa de interés. Un banco central, en general, cuenta con equipos que realizan proyecciones sobre el conjunto de variables mencionadas como insumos en el modelo. De este modo puede estimarse, para el conjunto de variables proyectadas asociadas a un escenario específico, la evolución futura esperada de los saldos monetarios reales demandados, y un rango o intervalo de confianza asociado a la proyección. Este intervalo de confianza sirve para determinar el sendero más probable en donde evolucionarán la demanda de dinero. A los fines prácticos se realiza una proyección, sobre un escenario posible; sin embargo, esto no quiere decir que ese escenario efectivamente ocurra. Esta variabilidad en los insumos del modelo, finalmente se trasmite, a las proyecciones del mismo y a su vez, al ser un modelo estadístico, se espera cierta variabilidad en el resultado final de la proyección. Los intervalos de confianza son los elementos que le dan al hacedor de políticas los lineamientos de su concepción de política monetaria dentro de los cuales puede permitir movimientos en la demanda. 27 La principal conclusión de este apartado es que se ha podido construir un modelo estadísticamente adecuado bajo un formulación teórica aceptable, es decir, se ha propuesto un modelo que muestra un relación de largo plazo positiva entre los saldos monetarios reales y la oferta agregada de la economía; más aún, el modelo acepta estadísticamente la restricción de homogeneidad de grado uno entre la oferta real y los saldos monetarios reales. Por otro lado, se ha encontrado un relación negativa entre los saldos monetarios reales y la tasa de interés, denotando el costo de oportunidad de las tenencias de dinero. En torno a esta relación de largo plazo, se ha podido construir un modelo que permita captar la evolución de los saldos monetarios reales. A partir de la modelización de las fluctuaciones de corto plazo, se ha podido encontrar una inercia positiva y fuerte entre la oferta agregada y la demanda por saldos monetarios reales, como así también, con los saldos monetarios reales rezagados un período. Se ha encontrado también una relación negativa con las variaciones en el tipo de cambio nominal peso dólar, indicando evidencia de un costo de oportunidad de tener moneda local ante reducciones de su valor. La estructura de Supervisión y Regulación Financiera La ausencia de una regulación adecuada que brinde al sistema financiero un marco de acción en el cual desarrollar su actividad, fue una importante enseñanza de la crisis ocurrida en Argentina en el 2001. Históricamente, la política económica argentina ha convertido al Banco Central y al sistema financiero en meros instrumentos de una política macroeconómica insostenible. En los años ´80, el Banco Central brindaba asistencia indiscriminada al Tesoro y al sistema financiero en el marco de una economía escasamente competitiva y con un creciente desequilibrio fiscal, lo cual desembocó en la hiperinflación. En los ´90, si bien la inflación estaba contenida, los crecientes déficits fiscales y externos se volvieron inconsistentes con el esquema cambiario vigente. El Banco Central generó normas que favorecían el financiamiento al Gobierno sin ningún límite por parte del sistema financiero, desincentivando así el crédito al sector privado. Por tal motivo, es necesario brindar las condiciones necesarias para que el Banco Central sea un organismo independiente de las decisiones del sector público y construir una estructura normativa para que el financiamiento se dirija a facilitar las decisiones de consumo e inversión de los agentes privados. De este modo, en los últimos años la política del Banco Central ha generado los incentivos de mercado para el resurgimiento del crédito al sector privado a partir de un conjunto de medidas específicas que han estimulado el financiamiento, eliminado requisitos redundantes y ampliado la base de potenciales tomadores de crédito. Entre los cambios normativos efectuados se destacan: impulso a avales de las sociedades garantía recíproca, elevación del máximo para clasificar a una línea comercial como de consumo, adecuación de requisitos para créditos al consumo, reducción de costos y extensión del plazo de cobertura de garantías, posibilidad de mayor relación entre financiación y patrimonio, mayor horizonte de amortización de amparos contra 28 otorgamiento de crédito productivo a mediano y largo plazo, ampliación del rango de aplicación de los depósitos en moneda extranjera a la financiación de la producción y la inversión, tratamiento de garantía preferida a los fideicomisos para la construcción, y exclusión de los activos inmovilizados a las garantías constituidas para importación de bienes de capital. Asimismo, con el objetivo de acrecentar el plazo promedio de los depósitos y así el crédito a largo plazo, el Banco Central ha implementado un conjunto de avances normativos para alentar el ahorro y la inversión productiva. En este sentido, a través de la mencionada política de encajes, se han brindado incentivos necesarios para que las entidades financieras incrementen gradualmente el plazo promedio de los depósitos y promueven el alargamiento de plazos. En síntesis, el desarrollo de esta sección se concentra en lo que se ha denominado “adecuada regulación y supervisión financiera”, donde se enunciarán las medidas prudenciales más relevantes desde el punto de vista normativo de los últimos años. Vale aclarar que si bien, se han desarrollado en el marco de los más recientes estándares internacionales, su estructura no fue literal (habida cuenta de que son normativas usualmente calibradas y desarrolladas para la cultura, volúmenes y problemática de los países centrales), por lo cual se tuvo amplia consideración de las realidades particulares de los mercados emergentes en términos de su aplicación. La estructura de los cuatro pilares y su aplicación desde la supervisión y regulación En este documento, ya se han definido los 4 pilares necesarios para un correcto esquema de toma de decisiones de política monetaria en el marco de los países emergentes. Este reciente enfoque, permitió al BCRA emitir diferentes normativas que atendieran distintos niveles de regulatorios: estabilidad financiera, normativa prudencial y administración de riesgos. a) Desendeudamiento en activos del Sector Público – Cronograma y Seguimiento b) Ponderación de capital a títulos del Sector Público c) Riesgo de Moneda y Capacidad de Préstamos en ME d) Asistencia por Iliquidez e) Control temporario a la Distribución de Resultados f) Liquidez: requisitos de efectivo mínimo y posición de liquidez g) Corporate Governance: Gobierno Institucional / Societario h) Supervisión Consolidada i) Administración Integral de Riesgos 29 A modo de ilustración citaremos las siguientes modificaciones 12: a) Desendeudamiento en activos del Sector Público La principal motivación para esta normativa fue corregir una falencia crónica de las administraciones de los Gobiernos Nacionales y Provinciales, que sistemáticamente sometían al sistema financiero en general a una exposición excesiva al riesgo del sector público, además de episodios de devaluaciones y defaults ocurridos en el pasado. Esta regulación permitió corregir una debilidad intrínseca histórica del sistema financiero argentino, logrando agregar previsibilidad al largo plazo y una mayor estabilidad del pasivo de las entidades financieras. La normativa funciona con un doble límite: 50% del patrimonio técnico del banco y 40% de los activos. Para facilitar su cumplimiento, la disposición fue estructurada con un cronograma de desendeudamiento, supervisado estrictamente por el Banco Central y con un horizonte de convergencia dado el contexto en el que se aplicó la medida. Mediante esta normativa se pudo pasar de un endeudamiento del sector publico de todo el sistema financiero, equivalente al 49,5% del activo total en 2002, a un endeudamiento del 13,8% del activo total en 2008. b) Ponderación de capital a títulos del Sector Público Otra normativa estructurada hacia la estabilidad financiera consistió en generar los incentivos adecuados y la medición efectiva del riesgo de contraparte del Sector Público. El Comité de Basilea considera a la Deuda Pública con un ponderador cero a los efectos del cálculo de capital, siguiendo esta lógica de que los gobiernos no pueden declarar default en su propia moneda, ya que eventualmente pueden imprimirla a un costo menor que el que implica un default. En el caso de Argentina, en función de nuestra experiencia pasada, se redefinió la asignación de un ponderador estructurado para acomodar los incentivos y la medición del riesgo de contraparte del Sector Público. Mediante esta normativa, fue posible estructurar una mejor cuantificación de los riesgos sistémicos, así como la exposición individual de las entidades financieras al sector público, específicamente en los casos en que la deuda no estaba garantizada con los fondos provenientes de la coparticipación nacional, y hubieran sido previamente autorizados por el Banco Central. Para los casos de los títulos públicos nacionales con cotización pública, el ponderador se mantuvo en cero, en línea con los estándares internacionales, aunque se generaron límites a la tenencia de este tipo de instrumentos por parte de los bancos. 12 En el anexo IV del presente trabajo se encuentran con mayor detalle las normas prudenciales enumeradas aquí. 30 c) Riesgo de Moneda – Posición Global Neta de Moneda Extrajera (PGNME)y Capacidad de Préstamos en ME Es una de las principales normativas tendientes a la corrección de debilidades crónicas desde la macroeconomía, en pos de favorecer la estabilidad financiera y una adecuada administración de riesgos a nivel interno de cada entidad financiera. La economía Argentina ha sido una economía bi-monetaria históricamente, con un ancla nominal directamente centrada en el dólar estadounidense. Dada esta práctica, las entidades financieras, en diferentes momentos de los cambiantes modelos económicos encontraban sus balances considerablemente expuestos a riesgos de descalce. En este sentido, se restringió la exposición en riesgo de moneda al establecer una estructura de límites y se reguló la capacidad de generar activos en moneda extranjera por parte del sector bancario al relacionarla con la capacidad de fondeo en la misma moneda, teniendo en cuenta la estructura temporal futura de los flujos de fondo en moneda extranjera del prestatario, la actividad sectorial de la economía en que se desempeña, entre otros factores. d) Asistencia por Iliquidez Una de las principales herramientas de un Banco Central con atribuciones amplias es la capacidad de brindar asistencia por iliquidez. No solo en su rol de prestamista de última instancia, sino también, bajo una visión más moderna de la administración de riesgos sistémicos. La normativa actualizada de asistencia por iliquidez transitoria, toma el supuesto que la entidad es ampliamente solvente, y precisa hacerse de fondos líquidos para atender una necesidad transitoria. A tales efectos, el plazo máximo de ambos tipos de asistencia posible (Adelantos y Redescuentos) se aplicó a 30 días, renovables por única vez por un período idéntico, bajo ciertas condiciones. Asimismo, el límite máximo de asistencia a brindar por parte del Banco Central no puede superar en ningún momento el 100% equivalente al patrimonio técnico de la entidad para el total de las operaciones de asistencia vigentes. Estos elementos tomaron en consideración que la asistencia sea efectivamente por temas de liquidez y no por solvencia, y que su plazo sea breve para asegurar la temporalidad de la medida. Al mismo tiempo, el límite de asistencia es consistente con el concepto de solvencia técnica de la entidad, asegurando que la asistencia se brinda a una entidad solvente, aun después de recibida la misma. Todos estos elementos buscaron favorecer la estabilidad financiera del sistema financiero en su conjunto. Un factor esencial, en economías de tipo emergente, es el tiempo de respuesta en momentos de necesidades de liquidez, sean estas individuales o sistémicas. En ese sentido, el BCRA incorporó en la normativa las notas tipo que los bancos deben remitir al Banco Central para facilitar y eficientizar la instrumentación de las garantías 31 necesarias para acceder a la asistencia financiera por iliquidez. De esta manera, las Entidades Financieras pueden tener preparada toda la documentación de manera preventiva, y al momento de precisar acceder al esquema de asistencia por iliquidez, proceder a presentar toda la documentación formal de manera rápida y eficiente. Esta medida de transparencia ha probado ser muy eficiente a la hora de instrumentar asistencia de manera rápida, alineándose a las necesidades del mercado. Con este instrumento normativo se fortalece la estabilidad financiera, agregando transparencia a las operaciones, y guiando a las entidades financieras participantes del mercado, a una mejor planificación de sus mecanismos de acción en caso de precisar asistencia por iliquidez. e) Control temporario a la Distribución de Resultados Otra medida prudencial tomada fue la limitación temporaria de la capacidad de las Entidades de distribuir resultados sin el previo acuerdo del Banco Central. Esta normativa fue aplicada luego de la profunda crisis financiera de 2001, a fin de garantizar la estabilidad de las entidades en particular y del sistema en su conjunto; y específicamente como una medida válida de regulación prudencial, tendiente a mantener un control más estricto de los incentivos de directores y administradores de las entidades, frente a las situaciones vividas recientemente con la retención y pesificación de los depósitos de sus inversores, y posibles prácticas que pudieran permitir debilitar la posición de las entidades financieras. Cabe mencionar que una medida similar, con las mismas motivaciones, fue instrumentada por el Gobierno de los Estados Unidos luego de la última crisis financiera internacional de 2008. Esta autorización es otorgada si se cumplen ciertos extremos, que componen 2 grupos de análisis: la capacidad para distribuir, y el monto a distribuir. Primero, para determinar la capacidad de distribuir, las entidades deben cumplir con los extremos establecidos en la propia normativa, relacionados con el status de la entidad luego de la crisis: no debían tener medidas formales de Superintendencia vigentes, como planes de regularización, redescuentos adeudados, atrasos en la presentación de regímenes informativos o deficiencias en la integración del capital regulatorio determinado. Segundo, una vez cumplidos estos extremos, el monto factible de distribuir debería estar relacionado con los resultados “puros”. Este concepto fue necesario puesto que para facilitar la superación de la post-crisis de 2002, luego de los drásticos cambios introducidos por el gobierno en las relaciones económicas, la profunda devaluación y posterior pesificación, debieron generarse diversas normativas de “forbearance”, es decir, facilidades en cuanto a la contabilización de operatorias, títulos, activos y pasivos, para acomodar el desequilibrio generado en los balances por las medidas económicas de la crisis. En este contexto, los balances de los bancos, podrían contener elementos no relacionados directamente con su realidad económica temporariamente durante la crisis, que podrían haber dado lugar a arbitrajes regulatorios para recuperar inversiones perdidas, o para beneficiarse económicamente en la confusión de la crisis. 32 A los efectos de garantizar este elemento de regulación prudencial, en el contexto presentado, las entidades financieras debían calcular sus resultados distribuibles, detrayendo de los resultados contables, todos los efectos de las medidas tendientes a otorgar facilidades contables y económicas. De esta manera, se evitó que por alguna razón se pudiera socavar la solvencia y estabilidad de las entidades financieras durante el proceso post-crisis. f) Liquidez: Requisitos de efectivo mínimo y Posición de Liquidez La última crisis financiera internacional ha probado que la liquidez es un elemento clave para la estabilidad financiera, elemento menospreciado hasta la dura evidencia mostrada recientemente. Particularmente, el complejo normativo determinado por el Banco Central en los últimos años, ha tenido en cuenta la importancia de una sana política de liquidez tanto a nivel sistémico como individual. Esas normativas, perfeccionadas y ajustadas a las prácticas modernas, están adaptadas a la historia del país como consecuencia de sus recurrentes problemas en materia de liquidez. El complejo normativo de liquidez establecido por el BCRA ataca tres frentes de manera eficaz, generando los incentivos propicios para atender a los objetivos de estabilidad financiera, regulación prudencial y una sana administración de riesgos. La normativa está dividida en dos partes: requisitos de liquidez y posición de liquidez. Efectivo Mínimo En la década de los ´90, bajo un régimen monetario de caja de conversión, las necesidades de regulación de liquidez no eran los tradicionales encajes –innecesarios en ausencia de política monetaria propia en ese momento-, sino que se satisfacían con un régimen de requisito de liquidez, el cual determinaba que los bancos debían tener depósitos u otros instrumentos líquidos en instituciones internacionales como mecanismo de protección individual y sistémica frente a eventuales necesidades de liquidez inesperadas; habida cuenta la limitada capacidad del Banco Central para actuar como prestamista de última instancia, dado el régimen monetario imperante. Una vez abandonada el régimen de Convertibilidad, el Banco Central recuperó ese rol, y la capacidad de requerir encajes. Sin embargo, el régimen de liquidez no fue modificado hacia una lógica tradicional de encajes. En su caso, los bancos deberían mantener los requisitos mínimos de liquidez en relación con sus pasivos, pero depositados en cuentas remuneradas en el Banco Central. Este esquema se fue ajustando y modificando luego de la crisis, pero manteniendo su lógica inherente a la utilidad de los requisitos de liquidez en base a los saldos de los pasivos, en función de su madurez residual. En la segunda mitad de la década pasada, este esquema fue mejorado y complementado con la modificación de plazos (trimestral, mensual, diario) y ratios, y con la readecuación de la posición de liquidez, hacia un esquema de incentivos 33 normativos para la administración del riesgo de liquidez individual en cada entidad, además de la faz sistémica que otorgan los propios requisitos de liquidez. En resumen, los requisitos de liquidez establecen que los bancos deben tener depositados, en cuentas propias en el Banco Central, fondos líquidos equivalentes a diferentes porcentajes de sus pasivos a la vista (alrededor del 20%), y diferentes porcentajes crecientes (de 0 a 20%) en función de los plazos residuales de sus pasivos a plazo. Posición de liquidez Esta normativa moderna, fomenta la estructuración gerencial de la administración del riesgo de liquidez, a la vez que suma una serie de instrumentos para su medición y control. La disposición establece que los bancos deben calcular un GAP de liquidez para 3 escenarios predeterminados. EL GAP es una herramienta clásica de administración de este riesgo, por la que se calculan los ingresos y egresos de fondos para diferentes bandas temporales, determinando un signo para cada período: es decir si los pasivos exigibles son mayores a los activos ingresados, el signo será negativo, y habrá una necesidad extra de liquidez en ese período. La norma establece que este ejercicio debe ser repetido para tres escenarios, uno base, uno de iliquidez individual y uno de iliquidez sistémica. Esta normativa permite a los bancos organizar y estructurar sus activos y pasivos para llevar adelante una planificación y administración de sus necesidades de liquidez, y a su vez, prever cuáles serían las necesidades y consecuencias si se diera una situación de stress diferente a la planificada. g) Corporate Governance: Gobierno Institucional o Societario Uno de los elementos emergentes en la regulación y supervisión luego de las crisis institucionales y económicas globales de la década pasada (Enron, Madoff, Subprime, etc) es la necesidad de establecer regulaciones e incentivos hacia un buen gobierno institucional, o Gobierno Corporativo por su traducción del inglés Corporate Governance (CG en adelante). Diferentes conceptos de CG han sido incorporados en todos los cuerpos y estándares internacionales en materia financiera, y es uno de los elementos que lideran la regulación moderna. A partir de 2005, el Banco Central ha tenido este esquema presente, y ha comprendido cómo un buen diseño de CG en las entidades financieras favorece la estabilidad financiera, y ordena e incentiva la sana administración de riesgos. Se propuso y envió a Asociaciones Bancarias y al mercado para comentarios por las autoridades anteriores, un proyecto en el cual se establecen responsabilidades de órganos de gobierno de una entidad financiera, la necesidad de contar con políticas escritas y comunicadas, la existencia de comités, el tratamiento de las remuneraciones, los principios de los directores independientes, las políticas de transparencia, y un buen esquema de reportes y controles internos, entre otros temas. Toda esta temática, 34 generando los incentivos y recomendaciones para que las entidades cuenten con un buen esquema de CG, que favorezca su evolución en el tiempo, y su contribución a la estabilidad financiera y a una mejor administración de los riesgos. Por otra parte, existe en el plexo normativo vigente, una disposición específica respecto de los requisitos y estructura que deben guardar los directores de las entidades financieras, para quienes se requiere autorización previa para poder ejercer. Esta normativa busca sumar a la estabilidad de las entidades financieras, garantizando que son dirigidas por personas idóneas y moralmente aptas para tal función. La medida establece que la mayoría amplia, al menos el 80%, de los directores de las entidades financieras deben contar con idoneidad y experiencia en materias relacionadas con su labor en la entidad, en el marco de las facultades del propio BCRA para autorizar o denegar el nombramiento de un Director o Gerente General en una entidad regulada. h) Supervisión Consolidada La sana regulación y supervisión bancaria moderna contempla todo su esquema normativo, específicamente las relaciones técnicas en base consolidada. Este elemento es fundamental para la estabilidad financiera, y en especial para garantizar el acabado cumplimiento de las regulaciones técnicas que las entidades financieras deben observar, evitando que se perpetren arbitrajes regulatorios. En la crisis internacional la falta de efectividad en la consolidación de límites y regulaciones de capital para empresas subsidiarias que no estaban debidamente reguladas fue uno de los puntos criticados de la regulación vigente. Estos arbitrajes regulatorios pusieron en evidencia la relevancia de un buen esquema de supervisión y regulación en base consolidada, como contribuyente fundamental a la estabilidad financiera. La temática de la Supervisión Consolidada fue abordada ampliamente por el Banco Central, estableciendo, complementando y actualizando la normativa sobre Supervisión Consolidada durante los últimos años. La normativa vigente establece que las entidades reguladas deben observar las relaciones técnicas, esto es, los requisitos de capital, los límites a ciertas operaciones, las tenencias de acciones de otras empresas, la información y clasificación de sus deudores, la evaluación del riesgo operacional y hasta el cumplimiento de la normativa para la prevención del lavado de activos, de manera consolidada. La consolidación involucra todas las entidades financieras de un mismo grupo accionario, y las empresas controladas con mayoría accionaria y con minoría si se cumplen ciertos extremos de significatividad (que aporten más del 10% de los resultados o representen más del 10% de los activos de la entidad regulada). Eventualmente, el Banco Central puede determinar la necesidad de incluir a cualquier elemento del grupo dentro de su alcance de consolidación, bajo decisión fundada. Las empresas y entidades consolidables son aquellas que prestan servicios financieros o actividades complementarias definidas en la normativa. De esta manera, la observancia de los requisitos de capital, o de los límites normativos, o de la medición de los riesgos específicos, por ejemplo el riesgo operacional, tienen en cuenta toda la operatoria afectada por los riesgos que todas estas normativas citadas atacan, en la 35 totalidad de la actividad financiera de un grupo de empresas relacionadas. La ausencia de estos criterios suele regular solo una parte del riesgo financiero del grupo, dejando espacio para que se generen actividades por fuera del espectro de monitoreo y regulación, con las consecuencias observadas recientemente en Estados Unidos, por ejemplo. i) Administración Integral de Riesgos Un proceso de gestión de riesgos adecuado es parte de cualquier esquema de administración de un banco moderno. Asimismo, los estándares internacionales y todos los países avanzados en materia de regulación financiera consideran a la gestión de los riesgos como la base de la regulación y supervisión moderna. Como se ha dicho, se ha producido un cambio de paradigma, desde regulaciones centradas en límites adaptativos e incompletos hacia principios amplios, que en materia financiera se centran mayormente en la administración de los riesgos, en lugar de su limitación o prohibición. Durante el año 2009, el Banco Central reconoció esta realidad, y las áreas técnicas trabajaron conjuntamente en un esquema moderno de normativas e incentivos para favorecer y generar la cultura de administración de riesgos en las entidades. Así, a finales de 2010 se emitió en consulta para la industria el proyecto de norma sobre gestión integral de riesgos. El proyecto normativo cuenta con una sección introductoria y general, que es aplicable a todos los riesgos de una entidad financiera. Allí se definen los principios generales para un sano proceso de gestión de riesgos. Estos principios requieren que las entidades cuenten con estrategias, políticas, prácticas, procedimientos y límites, que deben estar apropiadamente documentados, revisados y actualizados y deben ser comunicados dentro de la entidad e implementados en la práctica. Además, los procesos de gestión de riesgos deben contar con las herramientas adecuadas, dentro de las que se mencionan autoevaluaciones, mapeos, matrices de riesgo, Indicadores de riesgo e informes de gestión, entre otros. También el proyecto normativo cuenta con una sección específica para cada uno de los principales riesgos de una entidad financiera: riesgos de crédito, mercado, liquidez, y tasa de Interés, y finalmente una sección sobre los mejores estándares para realizar pruebas de stress. Aún si no fuera aprobada como normativa formal, la adopción de parte de los bancos de estos estándares y recomendaciones, traerá amplios beneficios para la estabilidad financiera, al mejorar sustancialmente la administración de los riesgos que afrontan. Por su parte, la administración del riesgo operacional sí cuenta con una normativa específica, regulando los mismos principios que se mencionan en el proyecto comentado. Esto es así porque al ser el Riesgo Operacional una materia que ha evolucionado a un status propio recientemente, ha merecido la emisión de una normativa específica, ya que a diferencia de los otros riesgos mencionados, no tenía tratamiento normativo previo. 36 En síntesis, estas son las políticas que constituyen los cimientos de la construcción del sistema monetario y financiero de nuestro país para las próximas décadas. El reto es hacer que se cristalicen como verdaderas políticas de estado. De lo contrario, todo esfuerzo será en vano y caeremos en el clásico péndulo argentino, donde pasamos sin solución de continuidad de un extremo al otro del arco de políticas posibles. Se trata en realidad de un doble desafío que no es secuencial sino sincrónico: avanzar en el cumplimiento de nuestros objetivos y construir instituciones en forma simultánea. Para llevar adelante estas políticas, la consistencia y el gradualismo que nos guían a lo largo de estos últimos años resultan esenciales y constituyen el único camino posible para asegurar su efectividad en beneficio de futuras generaciones. 37 Referencias Aghion Philippe, Bacchetta Philippe, Ranciere Romain and Rogoff Kenneth, (2009), “Exchange rate volatility and productivity growth: The role of financial development”, Journal of Monetary Economics 56, pp. 494-513. Ahumada Hildegart, Canavese Alfredo, Sanguinetti Pablo and Eescudero Walter S., 1992, “Efectos Distributivos del Impuesto Inflacionario”, VII Jornadas Anuales de Economía (September), Banco Central de Uruguay. Ahumada Hildergart A. and Garegnani María Lorena, 2002, “Understanding Money Demand of Argentina 1935-2000”, Mimeo. 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Woon Gyu Choi and Seonghwan Oh, 2000, “Endogenous Money Supply and Money Demand”, IMF Working Paper 188, International Monetary Fund. 41 Anexo Sección II Tabla 1: Acumuladores Sistemáticos y Régimen Cambiario Regimen Cambiario Frecuencia Porcentaje TC Fijo 78 26% Intermedio 20 7% TC Flotante Administrado 108 35% Flotación Independiente 99 32% Total 305 100% FUENTE: Redrado, Carrera, Bastourre, Ibarlucía (2006) Tabla 2: Acumuladores Sistemáticos y Régimen Monetario Régimen Monetario Frecuencia Porcentaje Metas de Inflación Plenas 16 7.1% Ancla Implícita de Estabilidad de 18 8% Precios Ancla Monetaria 4 1.8% Metas de Inflación Débiles 77 34.4% Anclas Débiles 26 11.6% Ancla Cambiaria 77 34.4% Falta de Autonomía Monetaria 21 9.4% Total 224 100% FUENTE: Redrado, Carrera, Bastourre, Ibarlucía (2006) 42 Tabla 3: Esterilización y Régimen Cambiario Régimen Cambiario Grado de Volatilidad de la Esterilización Sterilization Mínimo Máximo TC Fijo 0.47 0.59 0.02 0.95 Régimen Intermedio 0.56 0.62 0.22 0.91 Flotación Administrada 0.40 1.18 -0.70 1.04 Flotación Independiente 0.36 0.97 -0.59 0.90 Un cambio de Régimen 0.32 1.25 -0.57 0.90 Dos cambios de Régimen 0.80 0.89 0.10 1.93 Promedio Ponderado 0.42 0.98 -0.70 1.93 FUENTE: Redrado, Carrera, Bastourre, Ibarlucía (2006) 43 Anexo Sección III Análisis Empírico Descripción de los datos El primer paso para el análisis de los datos es la construcción gráfica de los mismos. Si bien la inspección visual no es suficiente para realizar un análisis riguroso de los mismos, nos servirá para formar una idea de la evolución de los mismos y evidenciar picos a los largo de su historia. El panel “A” del Gráfico A 1, muestra la evolución del promedio de tres meses de los valores observados al cierre de cada mes del agregado M2 privado. El gráfico ilustra contundentemente el desafío que enfrentamos: aun cuando el M2 privado creció a tasas elevadas durante el periodo 1975-1989, la fenomenal expansión monetaria asociada a las hiperinflaciones de 1989 y 1990 dan la impresión que el M2 se hubiera mantenido casi constante en ese lapso. Además, posteriormente a esa fecha, y hasta la crisis ocurrida en el cuarto trimestre de 2001 parecería observarse un crecimiento muy moderado en relación al observado luego del cuarto trimestre de 2001. Lo cierto es que los volúmenes crecen continuamente, y en términos relativos, los valores observados al comienzo de la serie pueden resultar muy reducidos en relación a los observados al final, más allá de las tasas de variación efectivamente observadas contemporáneamente. Una forma de resolver el problema de la distorsión ocasionada por el crecimiento de la variable es por medio de la aplicación de logaritmos, lo que “comprime” la serie, logrando que los valores extremos, típicamente observados al comienzo y al final de la serie de tiempo, se aproximen entre sí sin distorsionar los valores relativos de la variable, debido a que la función logarítmica es una transformación monótona. La transformación logarítmica del agregado monetario M2 privado (panel B del Gráfico A 1) muestra una visión más apropiada de los hechos. Como puede verse, en el agregado M2 en logaritmos, se observa un crecimiento sostenido y estable desde el comienzo de la muestra hasta el primer trimestre de 1985, cuando el crecimiento se desacelera temporalmente (Plan Austral y siguientes), para luego acelerarse sustancialmente a partir de 1989 hasta el segundo trimestre 1990 (hiperinflación). Luego, se vuelve a estabilizar, mostrando un crecimiento mínimo a lo largo de la década de convertibilidad, retomando una expansión suave pasado el primer trimestre de 2002 (cesación de pagos y fin de la Convertibilidad). Gráfico A 1 Agregado m onetario M2 (millones de pesos) Agregado m onetario M2 (En Logaritmos) 140000 15 120000 10 100000 5 80000 0 60000 2007Q3 2004Q2 2001Q1 1997Q4 1994Q3 1991Q2 1988Q1 1984Q4 1981Q3 1978Q2 2007Q3 2004Q2 2001Q1 1997Q4 1994Q3 1991Q2 1988Q1 1984Q4 -15 1981Q3 0 1978Q2 -10 1975Q1 20000 1975Q1 -5 40000 44 En lo que respecta al Indice de Precios al Consumidor (IPC) ocurre algo similar a lo observado en el M2 nominal; así, por ejemplo, si analizamos la variable en niveles observamos que el IPC parece mantenerse relativamente constante hasta el cuarto trimestre de 1989, posteriormente se observa un alto crecimiento hasta el segundo trimestre de 1991. Para el período comprendido entre el segundo trimestre de 1991 y segundo trimestre de 1992 el IPC muestra tasas de crecimiento moderadas, con una ligera reducción del mismo que culmina en el cuarto trimestre de 2001, para luego comenzar a crecer. Gráfico A 2 Indice de Precios al consum idor (Base 1993=100) 240 Indice de Precios al consum idor (En Logaritmos) 10 200 5 160 0 -5 120 -10 80 -15 40 -20 2007Q3 2004Q2 2001Q1 1997Q4 1994Q3 1991Q2 1988Q1 1984Q4 1981Q3 1978Q2 -25 1975Q1 2008Q1 2005Q1 2002Q1 1999Q1 1996Q1 1993Q1 1990Q1 1987Q1 1984Q1 1981Q1 1978Q1 1975Q1 0 El Gráfico A 3, muestra la evolución en niveles y logaritmos del cociente entre el agregado monetario M2 privado (nominal) y el IPC. Esto es una medida de la evolución del agregado monetario en término de bienes, es decir, cuantas transacciones pueden realizarse con el M2 nominal disponible dado un nivel de precios. Los saldos monetarios reales muestran la relación entre el crecimiento del dinero y la inflación; así, por ejemplo, si los saldos monetarios reales aumentan, la cantidad de dinero está aumentando a una velocidad mayor a la que aumentan los precios. Los saldos monetarios reales en Argentina llegaron a un mínimo en el tercer trimestre de 1989, cuando ocurrió la hiperinflación. Gráfico A 3 Evolución de saldos m onetarios reales (Millones de pesos de 1993) 2007Q3 2004Q2 2001Q1 1997Q4 1994Q3 1991Q2 1988Q1 1984Q4 2008Q1 4.0 2005Q1 0 2002Q1 4.5 1999Q1 100 1996Q1 5.0 1993Q1 200 1990Q1 5.5 1987Q1 300 1984Q1 6.0 1981Q1 400 1978Q1 6.5 1975Q1 500 1975Q1 7.0 1981Q3 Evolución de saldos m onetarios reales (En Logaritmos) 1978Q2 600 45 El gráfico A 4 muestra la evolución de la tasa de interés para el período en estudio, cuya serie exhibe un comportamiento peculiar que dificulta su utilización directa sin transformación. En primer lugar se observa que el valor promedio de la serie en el periodo 1975-1991 es muy superior a su valor promedio desde entonces. Más aún, se observan picos muy elevados en 1985, 1989 y 1990. Se intentaron diversas alternativas de transformación de esta variable a los fines de eliminar el efecto de estos problemas de escala, incluyendo el uso de logaritmos, una práctica poco habitual en el caso de tasas de interés. Sin embargo, el uso de logaritmos en la tasa de interés introduce ciertas propiedades estocásticas no deseables en la variable: en particular, introduce una raíz unitaria en la serie, que no se observa en la variable en niveles. Eventualmente se eligió la transformación por la siguiente fórmula: i / (1 + i), donde i es la tasa de interés de plazo fijo de 30 a 59 días. Esta variable, equivalente al valor presente del interés devengado por un depósito a plazo fijo, puede pensarse como el precio de mantener una unidad monetaria de M2 de este mes hasta el siguiente. Esta variable también posee una raíz unitaria, pero ello es habitual en los precios de activos, como esta queda definido. Gráfico A 4 Tasa por los depósitos a treinta días (%) 2007Q3 2004Q2 2001Q1 1997Q4 1994Q3 1991Q2 1988Q1 -2 1984Q4 0 1981Q3 -1 1975Q1 10 2008Q1 0 2005Q1 20 2002Q1 1 1999Q1 30 1996Q1 2 1993Q1 40 1990Q1 3 1987Q1 50 1984Q1 4 1981Q1 60 1978Q1 5 1975Q1 70 1978Q2 Tasa por los depósitos a treinta días (En Logaritmos) Tasa de descuento: depa30/(1+depa30) 1.2 1.0 0.8 0.6 0.4 0.2 2007Q3 2005Q4 2004Q1 2002Q2 2000Q3 1998Q4 1997Q1 1995Q2 1993Q3 1991Q4 1990Q1 1988Q2 1986Q3 1984Q4 1983Q1 1981Q2 1979Q3 1977Q4 0.0 Por último, el Gráfico A 5, muestra la evolución de los niveles y logaritmos de la oferta agregada. 46 Gráfico A 5 Oferta Agregada Real (con ajuste estacional - millones de pesos de 1993) 450000 Oferta Agregada Real (En Logaritmos) 13 13 13 400000 13 350000 13 300000 13 12 250000 12 12 200000 12 150000 2007Q3 2004Q2 2001Q1 1997Q4 1994Q3 1991Q2 1988Q1 1984Q4 1981Q3 1978Q2 1975Q1 2007Q3 2004Q2 2001Q1 1997Q4 1994Q3 1991Q2 1988Q1 1984Q4 1981Q3 1978Q2 1975Q1 12 El estudio en detalle las propiedades estadísticas de todas estas series, verificándose que todas ellas poseen una raíz unitaria, lo que habilita el estudio de combinaciones lineales de las mismas que puedan resultar estacionarias, esto es, nos permite encarar el estudio de la cointegración de estas variables, y las posibles relaciones de largo plazo resultantes. Análisis del sistema de cointegración Debido a que el cociente entre M2 y el IPC, la oferta global y la tasa de interés son integradas de orden 1, el próximo paso es determinar si el conjunto de variables analizadas está cointegrado, es decir, si hay evidencia de alguna relación de largo plazo en el conjunto de variables consideradas. Para cumplir con este propósito, utilizaremos el procedimiento de máxima verosimilitud propuesto por Johansen (1995) sobre el período muestral del primer trimestre de 1975 hasta el segundo trimestre de 2007. Básicamente, lo que se está buscando es que: (mt – pt – yt ) + βit ~ I(0) (3) Donde las variables m, p e y están en logaritmos, y la variable i corresponde al valor presente antes descripto. Una vez que se ha definido el número de lags óptimo (ver anexo), se procede a aplicar el test de cointegración propuesto por Johansen; a partir del cual, se determina que se rechaza la hipótesis nula (a un nivel de 5% de significatividad) de rango de cointegración igual a cero; mientras que no es posible rechazar la hipótesis nula de existencia de un rango de cointegración igual a uno, tanto bajo el criterio de la traza como el de máximo auto-valor (Cuadros A 1 y A 2). Cuadro A 1 Unrestricted Cointegration Rank Test (Trace) Hypothesized No. of CE(s) Eigenvalue Trace Statistic 0.05 Critical Value Prob.** None * At most 1 At most 2 0.18404 0.08623 0.00055 38.2355 11.7950 0.0716 29.7971 15.4947 3.8415 0.0042 0.1670 0.7890 47 Cuadro A 2 Unrestricted Cointegration Rank Test (Maximum Eigenvalue) Hypothesized No. of CE(s) Eigenvalue Max-Eigen Statistic 0.05 Critical Value Prob.** None * At most 1 At most 2 0.18404 0.08623 0.00055 26.4405 11.7234 0.0716 21.1316 14.2646 3.8415 0.0081 0.1215 0.7890 Esto permite considerar una relación de largo plazo entre los saldos monetarios reales, la oferta global y la tasa de interés. Esta relación no tiene, a priori, un ordenamiento preestablecido y, por lo tanto, es necesario considerar un sistema de ecuaciones. Además, si bien es posible considerar argumentos teóricos que nos den indicios del valor que deberían tener algunos de los parámetros en este sistema de relaciones, es necesario corroborar estos indicios estadísticamente. Aprovecharemos entonces la flexibilidad de este esquema para testear varias restricciones impuestas por la teoría monetaria. La primera restricción que está siendo considerada en forma implícita, asume homogeneidad de grado uno en precios en el largo plazo. Esto es evidente en el sentido que estamos considerando como variable dependiente los saldos monetarios reales, que es integrada de orden 1. Tenga en cuenta que si (mt – pt) ~ I(1) implica que (Δmt – Δpt) ~ I(0) es decir, que la homogeneidad implica cointegración entre el crecimiento monetario y la inflación. Por otra parte, utilizando el método de máxima verosimilitud propuesto por Johansen (1995), es posible testear la hipótesis respecto al valor que debería observarse en la elasticidad ingreso de los saldos monetarios reales. La teoría cuantitativa en su forma más simple implica que el coeficiente de la variable ingreso real (un proxy de transacciones en la economía) debería tener un coeficiente igual a la unidad, sobre todo en el largo plazo. Por lo tanto impusimos que el coeficiente que acompañe la oferta global sea igual a la unidad. Con respecto al ordenamiento de las variables, podríamos inferir, en primer lugar, que los saldos monetarios reales dependen del ingreso y la tasa de interés. Sin embargo, como se mencionó al comienzo de este trabajo, uno de los principales problemas empíricos en el contexto de series de tiempo es determinar si las variables que nos servirían para un análisis de evaluación son realmente exógenas; ya que de ser así, se podría plantear la relación de largo plazo en una sola ecuación. En otras palabras, necesitamos testear que si bien la oferta agregada y la tasa de interés pueden tener un efecto sobre la demanda de dinero en equilibrio, la demanda de dinero no afecte a la oferta y la tasa. Esta propiedad se conoce como “exogeneidad débil,” y se comprueba testeando la significación del coeficiente de la ecuación de largo plazo en cada variable. El Cuadro A 3 muestra el resultado de testear las hipótesis propuestas en los párrafos anteriores, en el orden en que fueron mencionadas. 48 Cuadro A 3 Tests of cointegration restrictions: Hypothesized Restricted LR No. of CE(s) Log-likehood Statistic 1 2 723.6298 730.876 Degrees of Freedom 3.333175 * 3 * Probability 0.343052 * * indicates convergence not achieved. 1 Cointegrating Equation(s): Convergence achieved after 87 iterations. Restricted cointegrating coefficients (standard error in parentheses) LSR1 LOF DEP30/(1+DEP30) 1 -1 5.378561 0.0000 0.0000 -1.51752 El Cuadro A 3 muestra que no es posible rechazar la hipótesis nula de que las restricciones mencionadas se cumplen simultáneamente. Por ello podemos desarrollar un análisis uniecuacional en un contexto de corrección del error de corto plazo al equilibrio de largo plazo. Una vez identificada la relación de largo plazo, el paso siguiente es especificar un modelo de corto plazo en torno a la misma. Como se ha determinado que, tanto la oferta agregada como al tasa de interés son débilmente exógenas, es posible condicionar la evolución de los saldos monetarios reales a su relación de largo plazo y a una serie de variables que afecten su evolución en el corto plazo. Para encontrar el modelo adecuado, se procedió por medio de la incorporación de una serie de variables que se cree podrían afectar la evolución de corto plazo de los saldos monetarios reales y, posteriormente, se fueron eliminando aquellas variables que mostraban un bajo valor del estadístico “t”, metodología que en la práctica se conoce como “general a particular”. Siguiendo este proceso, inicialmente, se encontró que los residuos mostraban un comportamiento autorregresivo en la varianza y, por tanto, se procedió a aplicar la misma metodología pero teniendo en cuenta la presencia de esta patología, lo que permite mejorar la forma de la distribución del término de error y ganar eficiencia en la estimación. Los resultados obtenidos se muestran en el cuadro A 4. Cuadro A 4 Coefficient ECPREP D(LSR1(-1)) D(LOF(-5)) D(INFTRIMATRIM1) D(DEP30/(1+DEP30)) D(DEP30(-1)/(1+DEP30(-1))) D(LOG((TCN(-1)))) D1Q02 DUM2Q82 -0.00952 0.14493 0.53088 -0.00234 -0.58659 -0.17167 -0.06126 0.55754 0.23477 Std. Error 0.00248 0.05020 0.12424 0.00046 0.05890 0.04525 0.01905 0.01193 0.01244 z-Statistic -3.84529 2.88722 4.27300 -5.03798 -9.95880 -3.79335 -3.21556 46.73583 18.88011 Prob. 0.00010 0.00390 0.00000 0.00000 0.00000 0.00010 0.00130 0.00000 0.00000 49 Ecuación de la varianza LOG(GARCH) = C(10) + C(11)*ABS(RESID(-1)/@SQRT(GARCH(-1))) + C(12)*LOG(GARCH(-1)) + C(13)*INFTRIMATRIM1 C C(10) C(11) C(12) C(13) ffi i -2.535344 0.340420 0.676829 0.009982 Sd E 0.338861 0.196258 0.049711 0.001762 S -7.481948 1.734551 13.615320 5.665962 i i 0.000000 0.082800 0.000000 0.000000 El modelo que se ha seleccionado para corregir la varianza es un EGARCH, el cual constituye un caso particular de los modelos GARCH. Estos modelos tienen la particularidad de aceptar un crecimiento exponencial asimétrico en la varianza. A continuación se exhiben los resultados de aplicación del modelo de demanda de dinero y las proyecciones resultantes, conjuntamente con los insumos proyectados a la fecha de realización de las mismas. Cuadro A 5 Supuestos para la Estimación del Modelo 26-11-08 Fecha 2007.3 2007.4 2008.1 2008.2 2008.3 2008.4 2009.1 2009.2 2009.3 2009.4 PIB var. i.a. (%) 8.7 9.1 8.3 5.8 6.0 3.7 3.8 3.4 2.3 2.9 IMPO var. i.a. (%) 19.0 24.0 22.1 22.8 10.7 8.1 4.2 5.2 17.6 12.5 IPC var. t.a.t (%) 5.2 4.7 6.0 6.1 4.7 3.2 4.5 4.5 3.7 3.3 TCN prom. trim. 3.14 3.15 3.15 3.12 3.05 3.33 3.40 3.50 3.59 3.71 M2 mill. $ corriente 121,318 128,368 135,421 137,628 138,327 138,900 139,174 145,390 151,560 159,194 Tasa encuesta proyectada 11.5 9.2 11.7 12.7 17.7 17.0 16.4 15.8 15.2 En el Cuadro A 5 se encuentran las series utilizadas como insumos en el modelo; tanto el IPI, como el IPC, la oferta agregada y el tipo de cambio nominal y la tasa Badlar fueron estimados por organismos especializados del Banco Central de la República Argentina y fueron 50 incorporados al modelo como input; mientras que, la tasa Badlar ha sido, utilizada para estimar la tasa de interés por los depósitos a 30 días13. El Cuadro A 6 muestra los resultados de las proyecciones, bajo los supuestos de evolución de las variables exógenas incluidas en el cuadro A 4; los intervalos de confianza 14 fueron determinados teniendo en cuanta la estructura de evolución de la varianza condicional del modelo planteado en cuadro A 4. Cuadro A 6 Programa Monetario 2009 Proyecciones de M2 Privado con Intervalos de Confianza Proy. Puntual Saldos Reales M2 privado ---------- mill. $ --------- Variación a Trim. i.a. -------- % -------- Intervalo de Confianza al 95% Lím. superior mill. $ % i.a. Lím. inferior mill. $ % i.a. Intervalo de Confianza al 68% Lím. superior mill. $ % i.a. Lím. inferior mill. $ % i.a. 2006.I 49,984 86,605 3.93 24.6 2006.II 50,869 90,252 4.21 22.8 2006.III 52,335 94,507 4.71 22.1 2006.IV 54,135 100,166 5.99 20.2 2007.I 55,184 106,728 6.55 23.2 2007.II 57,117 114,996 7.75 27.4 2007.III 57,271 121,318 5.50 28.4 2007.IV 57,854 128,368 5.81 28.2 128368 28.2 128368 28.2 128368 28.2 128368 28.2 2008.I 57,616 135,421 5.49 26.9 135,421 26.9 135,421 26.9 135,421 26.9 135,421 26.9 2008.II 55,141 137,628 1.63 19.7 137,628 19.7 137,628 19.7 137,628 19.7 137,628 19.7 2008.III 52,935 138,327 0.51 14.0 138,327 14.0 138,327 14.0 138,327 14.0 138,327 14.0 2008.IV 51,498 138,900 0.41 8.2 145,854 13.6 132,438 3.2 142,448 11.0 135,523 5.6 2009.I 2009.II 2009.III 2009.IV 49,393 49,366 49,621 50,465 139,174 145,390 151,560 159,194 0.20 4.47 4.24 5.04 2.8 5.6 9.6 14.6 145,717 151,879 158,078 165,840 7.6 10.4 14.3 19.4 133,068 139,246 145,378 152,880 -1.7 1.2 5.1 10.1 142,512 148,683 154,869 162,568 5.2 8.0 12.0 17.0 135,987 142,170 148,323 155,890 0.4 3.3 7.2 12.2 Análisis de cambio de la base de datos: Este se realizó como consecuencia de un cambio de base realizado en el año 2000 a partir del cual, el agregado monetario M2 paso a tomarse el ultimo día de cada mes en lugar de el valor promedio como se hacía con anterioridad a la fecha. Cuadro A7 M2 Privado 13 Para hacer la proyección de la tasa de interés a 30, se utilizó una relación lineal existente entre la Badlar y la tasa de depósitos a 30n días que fuera utilizada luego como otro input del modelo. 14 Para obtener los intervalos de confianza se tomó la media ajustada (como se describió anteriormente) y se le sumo 1.95 veces la raíz cuadrada de la varianza condicional (en el caso del intervalo superior), esta última medida también debe ser corregida, para lo cual se le debe sumar la varianza condicional sobre dos. Al exponenciar el resultado se obtiene un coefiente de actualización que al ser aplicado a la media condicional (ajustada) se obtiene el intervalo superior o inferior, según sea el caso. 51 Promedio Mensual vs. Saldo a Fin de Mes. Enero 2000 – Octubre 2007 140000 120000 100000 80000 60000 40000 20000 0 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 PROMEDIO FINDEMES Test de igualdad Cuadro A8 Value Probability Mean t-test Anova F-statistic 0.2580 0.0665 0.7967 0.7967 Median Wilcoxon/Mann-Whitney Wilcoxon/Mann-Whitney (tie-adj.) Med. Chi-square Adj. Med. Chi-square Kruskal-Wallis Kruskal-Wallis (tie-adj.) van der Waerden 0.4865 0.4865 0.0000 0.0213 0.2380 0.2380 0.3079 0.6266 0.6266 1.0000 0.8840 0.6256 0.6256 0.5790 Variance F-test Siegel-Tukey Bartlett Levene Brown-Forsythe 1.0849 1.0870 0.1534 0.4833 0.4860 0.6954 0.2770 0.6954 0.4878 0.4866 52 Anexo Sección IV Cuadro resumen de la Normativa y cronograma de vencimientos para el Desendeudamiento Las financiaciones al sector público no financiero -Gobiernos Nacional, provinciales, municipales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, incluidos la administración central, ministerios, secretarías y sus reparticiones descentralizadas y autárquicas y demás entes cualquiera sea su forma de instrumentación no podrán superar, en ningún momento, los porcentajes que se indican seguidamente, que deberán ser aplicados sobre la responsabilidad patrimonial computable (RPC) de la entidad del último día del mes anterior al que corresponda: i) Total de las operaciones con el sector público nacional: 50% de la RPC. Establecer, con vigencia a partir de 1.1.06, que la asistencia mensual al sector público nacional, provincial y municipal no financiero por todo concepto, computada en promedio, con excepción de operaciones con el Banco Central, no podrá superar el 40% del total del activo del último día del mes anterior. En los casos en que se supere el citado límite, el 100% del exceso determinará un aumento equivalente en la exigencia de capital mínimo. A partir de Julio de 2007, el Directorio del Banco Central de la República Argentina resolvió reducir el límite máximo de exposición en activos del sector público en sus tres categorías (nacional, provincial y municipal) que las entidades financieras pueden mantener en su balance a 35% del total del activo. Cuadro resumen de la Normativa sobre Ponderadores para Exposición al Sector Público Títulos públicos: 2.1. Sujetos a exigencia de capital mínimo por riesgo de mercado y los instrumentos de regulación monetaria del Banco Central de la República Argentina: 0% 2.2. Otros del país. • De gobiernos provinciales, municipales y de la Ciudad de Buenos Aires, incluidas sus empresas cualquiera sea la naturaleza jurídica, cuya emisión no cuente con la garantía expresa del Gobierno Nacional o de recursos provenientes de la coparticipación federal de impuestos o el Sistema Federal de la Vivienda (Ley 24.464), mediante la cesión (directa o indirecta) de los correspondientes derechos, con la pertinente intervención del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación:100%. • De sociedades del Gobierno Nacional que no cuenten con su garantía expresa: 100%. Estos ponderadores son sobre el coeficiente normativo propuesto por Basilea del 8% sobre los activos de riesgo. 53 Cuadro resumen de la Normativa sobre Riesgo de Moneda Posición Global Neta en Moneda Extranjera En la posición global de moneda extranjera se considerará la totalidad de los activos y pasivos por intermediación financiera en moneda extranjera y en títulos en moneda extranjera (por operaciones al contado y a término). Esta posición -en promedio mensual de saldos diarios - no podrá superar el 15% de la responsabilidad patrimonial computable del mes anterior al que corresponda. Este límite podrá ampliarse en hasta 15 puntos porcentuales en la medida en que la entidad financiera registre conjuntamente: un incremento de la exigencia de capital mínimo por riesgo de crédito equivalente al importe correspondiente a la ampliación del límite general de la posición global neta de moneda extranjera negativa, y préstamos en moneda local por el equivalente del excedente. Aplicación de Fondeo en Moneda Extranjera La capacidad de préstamo de los depósitos en moneda extranjera deberá aplicarse, en la correspondiente moneda de captación, en forma indistinta, a los siguientes destinos: • Prefinanciación y financiación de exportaciones • Financiaciones a productores, procesadores o acopiadores de bienes, siempre que cuenten con contratos de venta en firme de la mercadería a un exportador, con precio fijado o a fijar en moneda extranjera • Financiaciones a productores de bienes para ser exportados, ya sea en el mismo estado o como parte integrante de otros bienes • Financiación de proyectos de inversión, de capital de trabajo y/o de la adquisición de toda clase de bienes, incluidas las importaciones temporarias de insumos, que incrementen o estén vinculados a la producción de mercaderías para su exportación • Préstamos interfinancieros. La capacidad de préstamo se determinará por cada moneda extranjera captada y resultará de la suma de los depósitos y los préstamos interfinancieros recibidos, que hayan sido informados por la entidad financiera otorgante como provenientes de su capacidad de préstamo de imposiciones en moneda extranjera, neta de la exigencia de efectivo mínimo sobre los depósitos. 54 Cuadro resumen de la Normativa sobre Asistencia por Iliquidez Transitoria Los adelantos en cuenta y redescuentos en pesos con destino a las entidades financieras para la atención de necesidades emergentes de situaciones de iliquidez transitoria observarán, en la presentación de las respectivas solicitudes, los requisitos y demás condiciones que a continuación se detallan: • La suma -en concepto de capital- de todos los préstamos vigentes por adelantos y/o redescuentos obtenidos bajo este régimen, no podrá exceder, en circunstancia alguna, el Patrimonio Neto de la entidad • El plazo no excederá los 30 días corridos. Cualquier pedido posterior efectuado dentro de los 30 días corridos desde el día de la primera acreditación, en tanto tenga vigencia una asistencia de este tipo, no podrá exceder el vencimiento máximo del primer pedido, aun cuando éste se hubiera efectuado por un lapso menor. • La Garantía se constituirá de acuerdo al siguiente orden de prelación: -Títulos con oferta pública. -Hipotecas en primer grado sobre bienes propios de la entidad u otros activos y/o valores. • La garantía a constituir será, como mínimo, del 125% del monto del adelanto solicitado. • La solicitud de fondos se efectuará a través de una carta tipo, integrada por triplicado, de acuerdo con los modelos que figuran en las Sección 3., puntos 3.1. y 3.2., según se trate de adelantos en cuenta o redescuentos, la que deberá ser presentada en la Gerencia de Créditos del B.C.R.A. Cuadro resumen de la Normativa sobre Control Temporario a la Distribución de Utilidades Las entidades financieras podrán distribuir resultados siempre que no se verifiquen las siguientes situaciones: • se encuentren alcanzadas por las disposiciones de los artículos 34 “Regularización y saneamiento” y 35 bis “Reestructuración de la entidad en resguardo del crédito y los depósitos bancarios” de la Ley de Entidades Financieras, • registren asistencia financiera por iliquidez del Banco Central de la República Argentina, en el marco del artículo 17 de la Carta Orgánica de esta Institución, • presenten atrasos o incumplimientos en el régimen informativo establecido por esta Institución, o • registren deficiencias de integración de capital mínimo Las entidades no comprendidas en algunas de las situaciones previstas en el punto 1.1. podrán distribuir resultados hasta el importe positivo que surja de deducir: • los saldos en concepto de activación de diferencias resultantes de los pagos efectuados en cumplimiento de medidas judiciales originadas en causas en las que se cuestione la normativa vigente aplicable a los depósitos “pesificados”, • la diferencia neta positiva resultante entre los valores contables y los de cotización de mercado, en el caso de que la entidad financiera registre instrumentos de deuda pública no valuados a precios de mercado • los ajustes de valuación de activos notificados por la Superintendencia • los saldos en concepto de activación de la diferencia existente entre el valor equivalente en pesos de considerar los depósitos judiciales en la moneda original de la imposición, y el valor contable de esos depósitos constituidos en moneda extranjera El importe a distribuir según la propuesta presentada a la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias, que no podrá superar el determinado en el punto 2.1. no deberá comprometer la liquidez y solvencia de la entidad. Este requisito se considerará cumplido cuando se verifique la inexistencia de defectos de integración en la posición de capital mínimo. Se deberá contar con la autorización expresa de la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias, cuya intervención tendrá por objeto verificar la correcta aplicación del procedimiento. 55 Cuadro resumen de la Normativa sobre Efectivo mínimo La exigencia de efectivo mínimo se aplicará sobre el promedio mensual de los saldos diarios de las obligaciones comprendidas, registrados al cierre de cada día durante cada mes calendario. Los conceptos incluidos son depósitos y otras obligaciones por intermediación financiera a la vista y a plazo (en pesos, moneda extranjera y títulos valores públicos y privados). Los porcentajes a integrar serán: • Depósitos en caja de ahorros, en cuenta básica y en cuenta gratuita universal en pesos 19 % • En moneda extranjera: 20% • Depósitos a Plazo Fijo En pesos:i) Hasta 29 días. 14% ii) De 30 a 59 días.11% iii) De 60 a 89 días.7% iv) De 90 a 179 días.2% v) De 180 días o más.0% • Depósitos a Plazo Fijo en Moneda Extranjera: Hasta 29 días.20% ii) De 30 a 59 días.15% iii) De 60 a 89 días.10% iv) De 90 a 179 días.5% v) De 180 a 365 días.2% vi) Más de 365 días.0% La integración deberá efectuarse en la misma moneda y/o títulos e instrumentos de regulación monetaria que corresponda a la exigencia. • Efectivo: Comprende los billetes y monedas mantenidos en las casas de la entidad y en custodia en otras entidades financieras. • Cuentas corrientes de las entidades financieras abiertas en el Banco Central • Efectivo en tránsito y en empresas transportadoras de caudales. El cumplimiento de la integración del efectivo mínimo se medirá sobre la base del promedio mensual de saldos diarios de los conceptos admitidos a tal efecto, registrados durante el mismo mes al que corresponda el efectivo mínimo, dividiendo la suma de dichos saldos por la cantidad total de días del período. Cuadro resumen de la Normativa sobre Posición de Liquidez Las entidades financieras deberán adoptar políticas de dirección y control que aseguren la disponibilidad de razonables niveles de liquidez para atender eficientemente, en distintos escenarios alternativos, sus depósitos y otros compromisos de naturaleza financiera. Dichas políticas deberán prever los procedimientos a emplear para evaluar con suficiente anticipación las condiciones de liquidez de la entidad en el contexto del mercado, con la consecuente revisión de las estimaciones y su adecuación a los nuevos escenarios, arbitrando las medidas conducentes a la eliminación de los desfases de liquidez o adoptando recaudos para prever la obtención de recursos a costo de mercado -similar al que deben abonar sus competidores- y suficientes para sustentar prudentemente los activos a más largo plazo. Para el análisis de la posición de liquidez deberá disponerse, como mínimo, de los flujos de fondos consolidados de pesos y moneda extranjera que, a partir de la situación contractual, contemplen cada uno de los siguientes escenarios alternativos para afrontar situaciones específicas de liquidez: Situación corriente. Situación con signos de iliquidez individual. Situación de iliquidez generalizada. La posición de liquidez será elaborada mensualmente y deberá contemplar, a partir de los saldos a fin de cada mes de los conceptos computables, los vencimientos correspondientes a la situación contractual y los flujos de fondos para cada uno de los escenarios definidos, referidos a los períodos requeridos. El desfase global acumulado de los flujos de fondos elaborados para cada uno de los escenarios alternativos definidos, deberá ser positivo y representar en cada uno de los períodos desde la primera semana hasta el tercer mes de vencimientos los valores determinados, medidos como relación entre el desfase global acumulado y los pasivos acumulados que vencen en cada período. 56 Cuadro resumen de la Normativa sobre Gobierno Corporativo Buenas prácticas de gobierno societario en entidades financieras (Proyecto) Las entidades financieras deberán implementar un marco de gobierno societario que comprenda a toda la organización, como disciplina integral de la gestión de todos los riesgos. Este marco ha de ser proporcional a la dimensión, complejidad, importancia económica y perfil del riesgo de la entidad financiera y del grupo económico que se trate. Las entidades deben tener un órgano directivo con un número de integrantes y una composición adecuados para ejercer un juicio independiente de las visiones de las áreas de administración, de intereses políticos o de intereses externos inapropiados. Las entidades financieras deben constituir un comité de auditoría conforme lo establecido por el B.C.R.A. en las Normas Mínimas sobre Controles Internos. De acuerdo con las dimensiones, complejidad, importancia económica y perfil del riesgo que presente la entidad financiera y del grupo económico de que se trate, se recomienda el establecimiento de otros comités especializados, con una clara definición y divulgación de sus mandatos, composición (incluidos los miembros considerados independientes) y procedimientos de trabajo. El órgano directivo debe aprobar y supervisar los objetivos estratégicos y valores societarios, comunicándolos a toda la organización bancaria. El órgano directivo debe establecer y hacer cumplir líneas claras de responsabilidad en toda la organización. El órgano directivo debe asegurar que la alta gerencia realiza un seguimiento apropiado y consistente con sus políticas. El órgano directivo y la alta gerencia deben utilizar efectivamente el trabajo llevado a cabo por la auditoría interna y la auditoría externa y las funciones relacionadas con el sistema de control interno. El órgano directivo debe asegurar que las políticas y prácticas compensatorias de la entidad son consistentes con su cultura, con sus objetivos de largo plazo, con su estrategia y con su ambiente de control. Cuadro resumen de la Normativa sobre Gobierno Corporativo Evaluación de los antecedentes de Directores y Accionistas Los directores o consejeros deberán ser personas con idoneidad para el ejercicio de la función, la que será evaluada sobre la base de i) sus antecedentes de desempeño en la actividad financiera y/o ii) sus cualidades profesionales y trayectoria en la función pública o privada en materias o áreas afines que resulten relevantes para el perfil comercial de la entidad. Al menos, el 80% de la totalidad de los directores o consejeros deberán acreditar experiencia vinculada con la actividad financiera. El gerente general, gerentes a cargo de filiales y otros gerentes que posean facultades resolutivas respecto de decisiones directamente vinculadas con la actividad financiera, deberán acreditar idoneidad y experiencia previa en esas actividades. En los casos en que corresponda la evaluación de la idoneidad y experiencia vinculada con la actividad financiera, los respectivos antecedentes serán ponderados teniendo en cuenta el grado de capacitación técnica, profesional y la jerarquía e importancia de la gestión desarrollada en el ámbito de los negocios financieros. 57 Cuadro resumen de la Normativa sobre Supervisión Consolidada Para la evaluación de la solvencia y el cumplimiento de las relaciones técnicas en materia de asistencia crediticia se considerarán las financiaciones que otorga la entidad directamente y/o a través de sus subsidiarias. Se considerará subsidiaria de una entidad financiera local a otra entidad o empresa cuando: • La entidad financiera local posea o controle, directamente o indirectamente, más del 50% del total de votos de cualquier instrumento con derecho a voto en dicha entidad o empresa. • La entidad financiera local tenga el control, directa o indirectamente, para determinar por sí la conformación de la mayoría de los órganos de dirección de dicha entidad o empresa. • La mayoría de los directores de la entidad financiera local también sea la mayoría de los directores en dicha entidad o empresa. Sin perjuicio del cumplimiento en forma individual, las entidades financieras controlantes sujetas a supervisión consolidada observarán sobre base consolidada mensual las normas siguientes: Capital mínimo. Clasificación de deudores y previsiones mínimas por riesgo de incobrabilidad. Fraccionamiento del riesgo crediticio. Graduación del crédito. Posición y coeficientes mínimos de liquidez. Relación para los activos inmovilizados y otros conceptos Sin perjuicio del cumplimiento en forma individual, y adicional e independientemente del cumplimiento sobre base consolidada mensual, las entidades financieras controlantes sujetas a supervisión consolidada observarán sobre base agregada trimestral las normas siguientes: • Capital mínimo, excepto por riesgo de mercado. • Clasificación de deudores y previsiones mínimas por riesgo de incobrabilidad. • Fraccionamiento del riesgo crediticio. • Límite máximo para la tenencia de participaciones en empresas que no prestan servicios complementarios de la actividad financiera. • Relación para los activos inmovilizados y otros conceptos. • Valuación de instrumentos de deuda del sector público no financiero y de regulación monetaria del Banco Central de la República Argentina. Se tomarán los datos de la entidad financiera local, comprendidas sus filiales en el país y en el exterior, y sus subsidiarias significativas. 58 Cuadro resumen de la Normativa sobre Gestión de Riesgos (Proyecto) Las entidades financieras deben contar con un proceso integral para la gestión de riesgos, que incluya la vigilancia por parte del Directorio y de la alta gerencia para identificar, evaluar o medir, seguir y controlar o mitigar todos los riesgos significativos. Las estrategias, políticas, prácticas, procedimientos y límites deben estar apropiadamente documentados, revisados y actualizados y deben ser comunicados dentro de la entidad e implementados en la práctica. La alta gerencia y el Directorio deben entender la naturaleza y el nivel de riesgo asumido por la entidad y la manera en que ese nivel de riesgo se relaciona con niveles de capital adecuados. Las entidades financieras deben contar con un proceso interno que les permita evaluar su adecuación de capital en relación con su perfil de riesgos. Las entidades deben contar con sistemas de información adecuados para la medición, evaluación y reporte del tamaño, composición y calidad de las exposiciones. Los reportes deben ser provistos en tiempo y forma al Directorio y a la alta gerencia y deben reflejar el perfil de riesgo de la entidad y las necesidades de capital. Las entidades deben contar con programas de pruebas de tensión rigurosos y prospectivos, que identifiquen los posibles eventos o cambios en las condiciones de mercado que puedan tener un impacto negativo en la entidad. Normativa existente sobre Riesgo Operacional Las entidades financieras deberán implementar un sistema para gestionar el riesgo operacional como una disciplina integral y separada de los restantes riesgos, Se entiende por gestión del riesgo operacional a la identificación, evaluación, seguimiento, control y mitigación de este riesgo. Las entidades financieras deberán evaluar su vulnerabilidad ante la ocurrencia de los eventos, para así comprender mejor su perfil de riesgo operacional y, en su caso, adoptar las medidas correctivas de las políticas que sean pertinentes. El sistema para la gestión del riesgo operacional comprende las políticas, procedimientos y estructuras con que cuenta la entidad financiera para su adecuada gestión. 59