EN LA ESCUELA DEL PADRE ANDRÉS COINDRE. CURSO BÁSICO DE FORMACIÓN EN EL CARISMA SEGÚN EL PADRE ANDRÉS COINDRE AÑO 3° TEMA 12 1 0. PRESENTACIÓN DEL TEMA POR EL PADRE ANDRÉS COINDRE 1. MEDITANDO LA PALABRA DE DIOS BAJO LA INSPIRACIÓN DEL PADRE ANDRÉS COINDRE. 2. DOCUMENTO DE LECTURA LA COMPASIÓN EN JESÚS DE NAZARET Y EN EL PADRE ANDRÉS COINDRE 3. SUGERENCIAS PARA ACTIVIDADES 4 ANEXOS: PARA SABER MÁS DATOS… LAS FLORECILLAS DE JESÚS Y DE ANDRÉS 2 PRESENTACIÓN DEL TEMA POR EL PADRE ANDRÉS COINDRE1 Queridos Corazonistas: Leyendo la Sagrada Escritura, algo a lo que dedicaba mucho tiempo, pude constatar que una tormenta, llena de ansiedad y de dolor, se levantaba en el corazón de Dios provocada por el sufrimiento de los niños. Esta tormenta arreciaba hasta tal punto que llegaba a la tierra y golpeaba como un rayo mi propio corazón y me llenaba de compasión divino por los huérfanos y me veía forzado por lo que me veía como forzado a interrumpir mis “tareas oficiales” para responder a dicha llamada. ¿Cómo? Este rayo divino tocó también a Claudine Thévenet, una seglar, que exclamaba: «Mis temblorosas hijitas están gravemente enfermas.»; y a Guillaume Arnaud, un seglar, que decía: «Mis hijos en la cárcel de Roanne se encuentran en una condición crítica.»;e igualmente tocó a muchos seglares que se compadecían de los muchos niños que vagabundeaban por las calles de Lyon . Yo quisiera llenar vuestros corazones con el fuego de la compasión que el Señor quiere que arda en la tierra en favor de los niños y jóvenes pobres y sin esperanza, del mismo modo que lo hice con los primeros “corazonistas”. Pido al Señor que este “Curso de formación” os proporcione una buena dosis del don de la empatía, que es la capacidad para contemplar a una persona y llegar a ese punto de identificación con ella para comprenderla plenamente, mejorando vuestra capacidad de escucha, tomando mayor conciencia de los sentimientos propios y de los del prójimo, aprendiendo a asumir riesgos para responder a las necesidades de los demás. ¡Cuánto deseo que “corazonista” sea sinónimo de “compasivo”… al estilo de Jesús. Será la mejor manera de ser fieles al carisma. 1 (inspirado en un texto del H. Bernard Couvillion en su carta circular “La opción por la compasión. 3 1. MEDITANDO LA PALABRA DE DIOS BAJO LA INSPIRACIÓN DEL PADRE ANDRÉS COINDRE.2 Cuando Jesús quiere hacer ver qué es un ser humano cabal, cuenta la historia del buen samaritano: ese ser humano que ve a un herido en el camino, reacciona y le ayuda todo lo que puede. Se nos dice que se siente "movido a compasión”. Muchos han explicado desde aquí, el proceso de conversión e implicación personal con los más desvalidos. La conversión de Andrés Coindre partió de un encuentro similar. Vamos a rezar con esta parábola aplicándola a la vida del Fundador. "Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó..." (Lc 10, 30) Unos niños huérfanos o abandonados deambulaban por las calles y muelles de Lyon...; unas niñas se preparaban para pasar una noche más a la intemperie, acurrucadas en el pórtico de SaintNizier...; unos niños y unos jóvenes llenaban los hospitales de la ciudad...; unos jóvenes salían de las prisiones de SaintJoseph y Roanne, después de haber cumplido condena, y nadie los quería recibir... "Un sacerdote bajaba casualmente por aquel camino y, al verlo, se desvió y pasó de largo. Igualmente un levita que pasó par aquel lugar, al verlo, se desvió y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje, al llegar junto a él y verlo, sintió lástima..." (Lc 10, 31-32). Mucha gente veía a tantos pillos por las calles de Lyon y lo único que deseaba es que cayesen pronto en manos de la policía para librarles de esos rateros... La burguesía, cándidamente ciega, llevando su tren de vida, pasaba por la fachada de Saint-Nizier ajena a las miserias... Muchos ciudadanos de bien pensaban que el mejor lugar para todos esos niños y jóvenes que salían de los hospitales y las prisiones era volver cuanto antes adonde estuviesen a buen recaudo y no molestasen... "Pero un samaritano que iba de viaje, al llegar junto a él y verlo, sintió lástima. Se acercó y le vendó las heridas, después de habérselas curado con aceite y vino; luego lo montó en su cabalgadura, lo llevó al mesón y cuidó de él. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al mesonero, diciendo: Cuida de él y lo que gastes de más te lo pagaré a mi vuelta..." (Le 10, 33-35). Pero un sacerdote que se acababa de instalar en Lyon, al pasar por delante del atrio de Saint-Nizier se fijó en aquellas dos niñas ateridas de frío, habló con ellas, se dio cuenta de la terrible situación en la que se encontraban, cogió a la mayor de la mano y a la pequeña en brazos y se las llevó a Claudina Thevenet. Ambos abrieron una providencia para ellas, buscaron una Asociación que la apoyase, institucionalizaron su respuesta... Pero también ese mismo sacerdote, paseando por la ciudad y durante sus visitas a los hospitales y prisiones de Lyon, viendo esa gran cantidad de niños y jóvenes pobres y sin esperanza, se decidió a crear un centro para recogerlos y librarles de los peligros, invirtió en él su dinero personal, buscó colaboradores que lo apoyasen, transmitió su llamada a otros para que se hiciesen Hermanos de esos niños y jóvenes, institucionalizó su respuesta. “¿Quién de los tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores? El otro contestó: El que tuvo compasión de él...” (Lc 10,36-37a). ¿Quién se hizo prójimo de los niños/as y jóvenes pobres y sin esperanza de la ciudad de Lyon? Andrés Coindre, Claudina Thevenet, Javier, Pablo, Francisco, Borja, Agustín. "Jesús le dijo: Vete y haz tú lo mismo..." (Lc 10, 37b). Id y haced hoy vosotros lo mismo... 2 Texto sacado de “Los hermanos del Sagrado Corazón en los extremos de la modernidad. Andrés Coindre ayer y hoy” Hermanos Antonio López y Marcelino Madrid. 4 2. DOCUMENTO DE LECTURA LA COMPASIÓN EN JESÚS DE NAZARET Y EN EL PADRE ANDRÉS COINDRE 0. INTRODUCCIÓN Para comenzar a hablar del tema de la compasión vamos a acudir en primer lugar al diccionario para ver su definición: Compasión s. f. Sentimiento de tristeza que produce el ver padecer a alguien y que impulsa a aliviar, remediar o evitar su dolor o sufrimiento. - Se define, pues, como un sentimiento y, en concreto un sentimiento de tristeza; - Se explica su causa: una situación de dolor ajena. - Se presenta sus consecuencias: acciones destinadas a aliviar, remediar, evitar ese sufrimiento. Creo que aquí están bien señalado de qué va esto de la compasión pero a nosotros nos interesa más, cómo fue vivida la compasión por personas concretas: Jesús de Nazaret y Andrés Coindre. 1. LA COMPASIÓN EN JESÚS DE NAZARET Jesús preguntó a sus discípulos que qué decía la gente sobre él. Sabemos lo que respondieron. Nosotros, si hiciéramos la misma pregunta recibiríamos respuestas diversas según las personas a las que preguntáremos. Por ejemplo algunos dirían que era un endemoniado, otros que un subversivo y revolucionario, o un glotón y borracho, un loco visionario, un “donnadie” (eso dijeron algunos de sus contemporáneos). Pero sin preguntáremos a gente sencilla y humilde la respuesta sería diversa y muchos nos dirían que era una persona compasiva: en sus tribulaciones acudían a él, y al pedirle la solución a sus problemas lo hacían con lo que era siempre el argumento decisivo: “Señor ten compasión de nosotros”; los niños no se asustaban de él y también las mujeres le seguían; la gente acudía a él, y al final de su vida en esa gente encuentra su mayor protección; una mujer no puede contener su entusiasmo: “Bendito el vientre que te llevó”; los pobres encontraron en Jesús a alguien que los amaba y los defendía, que trataba de salvarlos simplemente porque estaban en necesidad; sus seguidores, discípulos, hombres y mujeres cercanas, quedaron impactados por su autenticidad, verdad, firmeza y, en definitiva, por su bondad. Esto, ayer como hoy, no es frecuente, impacta en la conciencia colectiva y es una buena noticia. Podemos afirmar que para ellos Jesús es un hombre bueno porque amó con ternura, porque amó como el mismo Dios ama. De muchas maneras podemos acercarnos a este Jesús “compasivo”. Dado lo limitado de nuestro espacio nos vamos a fijar en un aspecto y una palabra concreta presente en los evangelios: el verbo splanchnizomai, que podemos traducir como “conmoverse las entrañas” y también “compadecerse”. El significado de «compadecerse, conmoverse las entrañas» procede del hebreo, que considera las entrañas como el lugar donde tienen su sede los afectos, como la ternura, la compasión, la benevolencia, la pena. Corresponde muy bien al hebreo raham («compadecerse, apiadarse, enternecerse, sentir cariño, piedad o compasión»), verbo que casi siempre se predica de Dios, mientras que splanchnizomai se reserva casi exclusivamente para Jesús. Él encarna la compasión misericordiosa de Dios mismo. Los evangelios reservan el uso de splanchnizomai para Jesús o para los personajes de las parábolas estrechamente ligados a él. En total, nueve textos tienen a Jesús como sujeto. • Relatos de milagros Multiplicación de panes (Mateo 14,13-21; 15,32-39. Marcos 6,30-44; 8,1-10): Al desembarcar vio Jesús una gran multitud, se conmovió y se puso a curar a los enfermos. Me conmueve esta 5 multitud, porque llevan ya tres días conmigo y no tiene qué comer. Curación de los dos ciegos (Mateo 20,29-34): Los ciegos se pusieron a gritar: ¡Ten compasión de nosotros! Jesús conmovido, les tocó los ojos... Curación de un leproso (Marcos 1,40-45): Conmovido, extendió la mano y lo tocó... Curación del muchacho epiléptico (Marcos 9,14-29): Si puedes algo conmuévete y ayúdanos... Resurrección del hijo de la viuda (Lucas 7,11-17): Al verla el Señor se conmovió... • Parábolas Parábola de los dos deudores (Mateo 18,21-35): El Señor, conmovido, dejó marcharse a aquel empleado, perdonándole la deuda. El buen samaritano (Lucas 10, 25-37): El samaritano llegó a donde estaba el hombre y, al verlo, se conmovió. El hijo pródigo (Lucas 15, 11-32): Estando lejos, lo vio su padre y se conmovió. • Sumario Encuentro con las multitudes (Mateo 9,35-36): Viendo a las multitudes, se conmovió, porque andaban maltrechas y derrengadas como ovejas sin pastor. Vamos a detenernos brevemente en uno de esos textos: La muchedumbre abandonada Mateo 9,35-38; 10,1.5 Análisis del texto 1) Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda dolencia. 2) Y al ver a la muchedumbre, 3) sintió compasión de ella porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. 4) Entonces dice a sus discípulos: “La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad pues al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.” 5) Reunió a sus doce apóstoles; les dio poder de echar los espíritus inmundos y de curar todas las enfermedades y dolencias; los envió con estas instrucciones… Vamos a imaginarnos cómo vivió este relato evangélico un personaje anónimo que formaba parte de esa muchedumbre que seguía a Jesús: Yo no tenía nombre, era uno entre tantos de esas “multitudes” que íbamos por la vida como “ovejas sin pastor”, abatidos por la ignorancia, la opresión y la injusticia. Multitud, otros dirían gentuza, chusma. Para nuestros líderes políticos y religiosos no contábamos. Éramos los dejados de la mano de Dios y de los hombres. Con Jesús fue diferente. Recuerdo en particular su modo de mirar. Éramos muchos pero sentí que cuando hablaba se dirigía a mí en particular. Y creo que todos sentíamos lo mismo. Sus palabras no eran las de un “profesional”, salían de un corazón conmovido por lo que estaba viendo. Sus palabras, surgidas de lo más profundo de su corazón eran capaces de curar. Y la multitud se convertía en comunidad de personas, de hermanos. Habíamos recuperado nuestra dignidad... y nuestros nombres. Vamos a resumir en seis afirmaciones qué supuso en Jesús, y también lo podemos aplicar a nosotros mismo, ese “conmoverse las entrañas”. El verbo splanchnizomai aporta una novedad radical a la comprensión natural de la experiencia de la compasión. No se trata de una simple emoción pasajera de piedad por quien sufre, sino que afecta en las entrañas a la persona que la experimenta y se convierte en eficacia liberadora hacia quien vive una experiencia de debilidad y de impotencia. La misericordia entrañable es reacción a la vulnerabilidad ajena. Entraña solidaridad histórica con el dolor humano, generando modos inéditos de humanidad. 6 Este sentimiento nace del seno mismo del Padre, donde se albergan la ternura y el amor que provocaron el envío de su Primogénito, para que hiciese de todos los hombres y mujeres una familia de hermanos, y de la tierra una casa común. Implica caminar con los ojos abiertos traduciendo las respuestas compasivas en formas históricas adecuadas a las situaciones concretas de despojo. La prueba de verdad es la prioridad que se dé a los últimos de los últimos. El camino misericordioso iniciado por el Maestro es el único existente para la Iglesia, que peregrina tras sus mismas huellas. Su acción liberadora nace y se desarrolla a partir de las entrañas misericordiosas de su Dios. Por ello, más que una alternativa histórica, su compromiso adquiere los rasgos de una nueva creación. A la luz de splanchnizomai, toda la existencia de Jesús adquiere una nueva claridad. Creemos que ahondar en esta expresión nos ha permitido abordar un aspecto de su persona poco estudiado y, por otra parte, subrayar desde este ángulo de visión aspectos presentes en otras expresiones y experiencias. 2. LA COMPASIÓN, UNA ACTITUD FUNDAMENTAL DE ANDRÉS COINDRE. El hermano Bernard Couvillion, que fue superior general, publicó una preciosa carta publicada “La opción por la compasión”. De ella entresacamos esta frase que resume muy bien cómo vivió la compasión el padre Andrés Coindre. Andrés Coindre experimenta claramente la compasión de una forma habitual por la mañana, al mediodía y por la tarde. Tiene un corazón compasivo con pequeños y mayores. Sus palabras, así como sus gestos, encierran energías compasivas que compaginan dulzura y firmeza, que abren a la confianza mutua. Su vida fue una larga experiencia de fe en Dios y fe en el hombre, de fe en el amor de Dios por los hombres, por los niños y jóvenes pobres. Ahora vamos a desarrollar brevemente este apartado.3 Para muchos cristianos desde Francisco de Asís a Margarita María, pasando por Francisco de Sales o Juan Eudes, la contemplación de Jesús en la cruz les ha abierto al Misterio de Dios y ha fecundado sus vidas concretas. Del mismo modo, es el caso de personas como Andrés Coindre. De todos es conocida la Madre Teresa de Calcuta, como revela esta fórmula que encontramos en sus escritos: “Si contempláis la Cruz, veréis un rostro inclinado para abrazaros y unos brazos abiertos para acogeros." En Andrés Coindre, encontramos una llamada constante a interiorizar la actitud de Cristo en la cruz. Lograr identificarse con Cristo, imagen del amor del Padre, tal fue su deseo. Así, la compasión le empujó a tomar sus iniciativas de fundación. Siendo aún joven coadjutor en Bourgen-Bresse (acaba de ser ordenado), se hace notar por su dedicación hacia los pobres: "Después de dos años y medio de trabajo como coadjutor en la ciudad, le echan de menos todos sus feligreses, quienes tenían una gran estima por este sacerdote (lo cual no ocurría con otros clérigos de la ciudad), el cual se ocupaba de la Caridad (es decir, del hospital) antes de que llegaran las Hermanas." (informe del alcalde). Un poco más tarde, un informe de los vicarios generales de Lyon, 3 Texto del Hermano René Sanctorum 7 Courbon y Bochard, da a entender "que él (Andrés Coindre) se dedica a la predicación y se consagra por entero a las buenas obras, especialmente en las cárceles de Roanne y San José." En sus Reglas escribe: "No rechacéis a ningún descontento, incluso aunque el más despreciable de los pobres viniera a importunaros; contemplad en él el precio de la sangre de Jesucristo; y que nadie pueda acusaros de haberlo expulsado o menospreciado." (Reglas IX, 9) Y dice aún: "La religión cristiana nunca parece más hermosa ni más admirable que cuando tiene presente los cuidados que ofrece a esta clase de hombres destinados a vivir en la ignorancia (es decir, las personas más desposeídas). No es nada de extrañar, partiendo de ahí, que se deje emocionar por el abandono de los niños y de los jóvenes. El episodio, transmitido por la tradición, de las dos chiquillas de Saint-Nizier, tomadas a su cargo como por un acto reflejo, me parece particularmente significativo. ¿Cuántos pudieron pasar delante de aquel drama sin reaccionar? ¿Por qué él, el predicador, lo hizo? Después de todo, no era asunto suyo: ¡a cada uno le corresponde su especialidad! ¿Por qué? No se entiende sino porque la compasión se le había clavado en el corazón y en el cuerpo. Su reacción no queda en un plano epidérmico o pasajero, sino que inmediatamente se transforma en un reflejo de solidaridad que le empuja a obrar, que pone en juego inmediatamente la responsabilidad: ¿qué puedo hacer yo? El hecho de tomar a su cargo a delincuentes ilustra esta actitud de una manera impactante. Ciertamente, en un principio, su obra la quería para ellos. Encontramos esta cita en un historiador de Lyon: "(El Piadoso Socorro fue fundado) primeramente en favor de los adolescentes detenidos que querían volver al buen camino." (Padre N. Bez, La ciudad de las limosnas..., Lyon, Librería cristiana 1840). El Fundador escribió sobre ese punto: "Condenados en un edad en que se es más casquivano que malvado, más atolondrado que incorregible, no había que desesperar, ni mucho menos, de que pudieran cambiar; era necesario rodearlos de ayudas para incitarlos al bien (...) ¿Qué hacer, pues? En todos lados los rechazan. Las casas honradas (decentes) no quieren recibirlos de ninguna manera. Todos los centros religiosos se les cierran, incluso aunque se ofrezcan cantidades considerables de dinero para los gastos de su formación. ¿Será necesario dejarlos que retornen a sus antiguas costumbres, y contemplar cómo perecen todas las hermosas esperanzas que habían logrado concebir, por falta de procurarles una colocación conveniente? No, es un deber de la caridad cristiana recogerlos y abrirles un saludable asilo en un taller de caridad (...)" (Prospecto sobre el Pío Socorro). Esta preocupación por los más desfavorecidos se transparentaba igualmente en la manera cómo Andrés Coindre se comportaba concretamente con los muchachos y las muchachas jóvenes. A aquellos Hermanos encargados de los primeros, les recomienda firmeza, ciertamente, pero también la mansedumbre y el perdón: "Templad la fortaleza con la mansedumbre"; "Que el pobre Girodier no llore...He hablado en tono muy alto... Lo he hecho adrede porque veía a nuestros queridos Hermanos demasiado tranquilos, mientras yo mostraba tanta solicitud por ellos y por nuestros pobres niños" (10 de enero de 1822) o también: "Que no os sintáis molestos por haber castigado, una vez que todos sepan el caso." (otoño de 1825). Cuando llega a Fourvière, a la casa de Claudine Thévenet, sea cual sea el tiempo de que dispone, permanece el doble de tiempo con las niñas del taller (las pobres) que con las del internado de alto copete que ocupa la otra mitad de la casa. En fin, la compasión de Andrés Coindre se revela claramente en su manera de tratar a los Hermanos. Sus cartas -necesitaríamos leerlas - nos muestran hasta qué punto asume las penas, las preocupaciones y las dificultades de todos y cómo se esfuerza por consolar y animar a sus Hermanos. 8 TRABAJO PERSONAL 1. Lectura del documento de la ficha 2. Respuesta a este cuestionario Cuál de los textos evangélicos sobre la compasión en Jesús te parece más significativo y por qué……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… Señala tres rasgos de la compasión en Jesús de Nazaret. ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… Señala algunos aspectos de la vida de Andrés Coindre por los que podemos decir que Andrés Coindre fue un hombre compasivo. ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… Qué podemos aprender de él para nuestra vida personal y para nuestra acción educativa ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… 9 ANEXOS PARA SABER MÁS DATOS… LAS FLORECILLAS DE JESÚS Y DE ANDRÉS… Todos conocéis relatos de la vida de ese gran santo que fue Francisco de Asís. Pero quizás no sepáis que bastantes de esas “historias” están sacadas no tanto de las biografías históricas del Santo sino de su Florecillas. En ellas se junta tanto el recuerdo histórico como la imaginación. Estos no les quitan nada de “verdad” y nos ayudan a conocer mejor a Francisco. Los documentos que vienen a continuación se sitúan en ese género literario de “florecillas”. Los tres primeros están basados en relatos del evangelio en que aparece el verbo “conmoverse las entrañas”; los dos siguientes se refieren a la figura de Andrés Coindre. Se trata de una carta (que podíamos definir como apócrifa, que no falsa) en la que el padre Coindre nos relata cómo descubrió la compasión en su vida; también nuestro padre Fundador nos cuenta sus “aventuras” con la adolescente Stephanie Simon (Fanny) que le llevaron casi a las puertas de la prisión, pero esta vez para ingresar en la misma. La compasión de Jesús Marcos 9,14-29 En nuestra familia teníamos un gran problema: nuestro hijo padecía una terrible enfermedad. De vez en cuando poseído por un espíritu diabólico, sufría violentos ataques que lo ponían al borde de la muerte. Le veíamos sufrir y nos sentíamos impotentes para hacer nada. Habíamos acudido a médicos y exorcistas, pero sin ningún resultado. En el barrio todos nos evitaban. ¡Tenían miedo al contagio! Y nuestro hijo seguía enfermo, y nuestro hijo no tenía amigos. Habíamos oído hablar de Jesús, no con mucha fe, y acudimos adonde dijeron que se encontraba. Nada se perdía por intentarlo otra vez. Nos recibieron sus discípulos que intentaron curarle mediante sus exorcismos, pero no lo consiguieron. Casi termina todo en una batalla campal. En ese momento se presentó Jesús. Todos se quitaban la palabra para explicarle lo que sucedía. Se acercó a nosotros y nos preguntó todos los detalles de lo que le sucedía a nuestro hijo. Nosotros le pedimos que se conmoviera de nosotros y de nuestro hijo. De pronto se puso a rezar. Su rostro se transfiguró y era como el resplandor de la ternura de Dios. El ataque del chiquillo cesó y se quedó como muerto. Y eso es lo que pensamos todos. Pero Él seguía rezando. Lo tomó de la mano y... ¡nuestro hijo se levantó! El muchacho está curado. Jesús nos ha enseñado a confiar en el amor de Dios, a rezar y a tener un corazón compasivo cuando veamos a alguien que está necesitado. Mateo 20.29-34 Nosotros habíamos sido discípulos de Jesús. Sus palabras sobre el Reino de Dios nos habían entusiasmado. Por fin habíamos encontrado el líder que iba a llevar al pueblo a la victoria definitiva y a la liberación de la opresión extranjera. Cuando tomó la decisión de ir a Jerusalén, pensamos que el momento había llegado. Pero comenzó a utilizar un lenguaje que no comprendíamos. Hablaba de los pequeños y de la pequeñez, de ser los últimos, de perdón, de padecimiento y de muerte. Pensamos que había tomado el camino erróneo y que no merecía la pena seguirle. Nos salimos del camino y nos sentamos en la cuneta. 10 Nos sentíamos desorientados, las tinieblas habían invadido todo nuestros ser. Nuestro corazón estaba lleno de resentimiento, de amargor, de decepción. Nuestra vida sin Jesús había perdido todo sentido. Éramos ciegos que mirando no veían. Pero un día encontramos de nuevo a Jesús y gritamos que queríamos ver de nuevo. Jesús, con el corazón conmovido toco nuestros ojos y al instante recobramos la vista. La compasión nos había salvado y empezamos a comprender lo que significaba ser su discípulo... y le seguimos. Lucas 10, 30b-35 Regresaba de Jerusalén después de haber hecho mi peregrinación, como buen cumplidor de ley, y caí en manos de unos bandoleros. Me robaron todo, me dejaron como muerto. No tenía fuerzas ni de hablar y, poco a poco, me iba desangrando. Mi única esperanza era que alguien me viera y me prestara ayuda, si no en pocas horas moriría. Recé al Señor y parecía que mi oración había sido rápidamente escuchada porque vi acercarse un sacerdote. Pero, oh desilusión, hizo como si no me hubiera visto y dando un rodeo siguió su camino. ¡Estos sacerdotes tienen que preocuparse de tantas normas litúrgicas para acercarse puros a hacer el sacrificio! Al poco tiempo fue un levita el que iba por el camino. De lejos me preguntó que qué me pasaba. No pude responderle, lo más que salió de mi boca fue un gemido. Me comenzó a explicar que no tenía tiempo que perder, pero que en el templo rezaría por mí. ¡Muchas gracias! Llegó un tercero, ¡un samaritano! Estaba seguro que pasaría de largo, bastante sería que no me rematara. Qué podía esperar de él, todo menos lo que realmente ocurrió. Se detuvo, se acercó y con un inmenso cariño me hizo una primera cura, mientras me decía con delicadas palabras que no me preocupara, que él se iba a encargar de todo. Y yo que consideraba mala gente a todos los samaritanos, herejes y maleducados... Me montó en su cabalgadura y me condujo hasta la posada donde me dejó a gastos pagados. En mi convalecencia me acordé de unas palabras que escuché una vez a un tal Jesús, un galileo que iba predicando ideas un poco revolucionarias: “Misericordia quiero y no sacrificios...” Entonces no entendí nada, pero ahora creo que tenía razón. La compasión de Andrés Coindre Carta de Andrés Coindre sobre la compasión. Por medio de esta “carta” quisiera compartir con vosotros cómo descubrí lo que era la compasión. Bueno, primero tendría que confesar que la historia de las niñas del pórtico de la iglesia de “Saint Nizier” no ocurrió exactamente como la cuentan, por lo menos en sus comienzos. Antes de que yo recogiera a esas niñas yo ya las conocía. Muchos días había pasado delante de la iglesia y varias veces me las había encontrado. Algún día me detuve, les pregunté algo acerca de su vida y les di alguna limosna. Pero yo, me decía, no estaba llamado a solucionar todos los casos de abandono que, desgraciadamente, abundaban por las calles de Lyon. Un día, como otras veces lo había hecho, me tocaba predicar el sermón final de una misión sobre el tema de la cruz. Las palabras que salieron de mi boca creo que todos las conocéis, pero me gustaría que las volvierais a recordar, porque supusieron mucho en mi vida: La cruz os va a hablar en vez de hacerlo yo. Y ¿qué os dirá? Os anunciará el amor de todo un Dios hacia los hombres, pues amó tanto al mundo que lo amó hasta el extremo de darle el corazón de su propio Hijo. Os anunciará el amor de Jesús que nos amó hasta morir de amor por nosotros. Se cerraron sus ojos pero fue el amor que os tenía el que se los cerró. Su rostro tiene la palidez de la muerte y está desfigurado porque el amor de su corazón oculta el esplendor propio de su faz augusta para así mejor enternecer vuestros corazones. Su boca está cosida por la rigidez de la muerte porque el amor de su corazón le llevó hasta el extremo de emplear tan solo el lenguaje de la muerte de un Dios, lenguaje que encierra elocuencia infinita. La lanza atravesó su corazón, corazón que quiso ser alanceado para que fuerais heridos por los dardos de un amor que sólo pide reciprocidad. 11 Días más tardes, de vuelta ya a Lyon, al atardecer entré en Saint Nizier para hacer un rato de oración. Las palabras del sermón de los días precedentes volvieron a mi mente. Me pregunté si verdaderamente yo estaba viviendo lo que predicaba a los otros. ¿Qué me decía a mí la cruz? Volví a repetir las palabras de mi predicación, pero ahora dirigidas a mí mismo, como si me estuviera predicando a mí mismo una misión. Y de pronto me sucedió algo sorprendente. El gran crucifijo delante del cual estaba rezando pareció tomar vida. En su rostro vi los rostros de los niños y jóvenes abandonados que tantas veces había visto por las calles de Lyon y en los pueblos que recorría; de sus llagas parecía que salían sus voces, o sus silencios, solicitando una ayuda, ayuda que yo no podía darles porque no formaba parte de mi “carisma” (¿es así como decís ahora, no es verdad?); en su costado abierto me pareció ver, como escondidas, la imagen de las dos niñas del pórtico de la iglesia de las que os he hablado. Todo duró un instante; en mi corazón surgió algo que no sé explicar, pero que era como una hoguera ardiente. Salí afuera y allí estaban las dos niñas. Esta vez no les dije nada. Tomé a una de la mano y a la otra en mis brazos. No sabía lo que podría hacer por ellas, pero sí estaba convencido de que no podía dejarlas seguir viviendo en el abandono. Comencé a subir la cuesta que llevaba hasta el Convento de los Cartujos... Queridos hijos y amigos, creo que esto es la espiritualidad de la compasión. Así la descubrí yo. Vividla. ¡Quizás os encontraréis en vuestra vida con alguna sorpresa! Stephanie Simon (Fanny) Conocí a las hermanas Simon en Bourg-en-Bresse, en mi primera experiencia pastoral como sacerdote. Las cuatro hermanas eran, desde muy pequeñas, huérfanas de padre y madre; su tío y tutor legal no quiso saber nada de ellas. Sobrevivieron como pudieron. La mayor se trasladó a Lyon; las dos siguientes entraron un sendos conventos; pero la pequeña Fanny (se llevaba 8 años con su hermana anterior) era verdaderamente problemática. Con sus catorce años comienza una verdadera peregrinación por diversos centros educativos, pero no aguantaba, o no la aguantaban, más que pequeños periodos de tiempo. Finalmente un tío materno la lleva a casa de su hermana Josefina y allí la deja como un trasto inservible. Yo intenté, por los medios a mi alcance, estar atento a sus correrías y procurarle el mayor apoyo posible. Ella me respondía con preciosas cartas de agradecimiento: No podría nunca testimoniarle todo mi agradecimiento por todas las bondades que tiene para conmigo. Soy indigna de su atención: Le pido reciba mis más humildes respetos y piense que soy su hija sumisa. Su hermana Josefina le encuentra un empleo en una tienda de modas. Fanny, como de costumbre me pidió consejo: Josefina me ha encontrado un empleo. Lo dejo a su parecer si le parece bien que yo tome este empleo lo tomo y si no lo dejo. Espero vuestra respuesta y me atrevo de nuevo a decir, su hija sumisa y obediente. Y aquí entran sus hermanas religiosas solicitando mi ayuda: Con mucha extrañeza nos hemos enterado que nuestra hermana pequeña se dispone a entrar en un comercio en el que una persona tan joven puede corromperse. Eso nos hace temblar. Le pedimos que se interese por ella porque tiene necesidad de su bondad. Y así me encontré metido en un asunto que como vais a ver resultó ser muy complicado. Fui a la tienda y le dije lo que me habían dicho sus hermanas y que por lo tanto la iba a sacar de aquel comercio. Y la sumisa Fanny cambió, y todo el cariño que decía que me profesaba se convirtió en ataque frontal. Fui acusado de rapto, de intento de corrupción de menores, de todo lo que podéis imaginar. Fanny testifica en mi contra y se convierte en mi primera acusadora afirmando que le había forzado con engaño a dejar su empleo y que quería obligarle a hacerse religiosa. Me presentó como persona dura e intransigente. Se comenzó un proceso judicial, se hicieron interrogatorios para encontrar en mi conducta abusos a menores o cosas parecidas. Finalmente los jueces dieron la razón a Fanny que volvió a su tienda de modas, pero a mí no pudieron condenarme. Todo fue muy duro, pero no me arrepiento de cómo había actuado con Fanny. Y no dudéis lo volvería a hacer. 12 EN LA ESCUELA DEL PADRE ANDRÉS COINDRE. CURSO BÁSICO DE FORMACIÓN EN EL CARISMA SEGÚN EL PADRE ANDRÉS COINDRE AÑO 3° TEMA 13 13 0. PRESENTACIÓN DEL TEMA POR EL PADRE ANDRÉS COINDRE 1. MEDITANDO LA PALABRA DE DIOS BAJO LA INSPIRACIÓN DEL PADRE ANDRÉS COINDRE 2. DOCUMENTO DE LECTURA UNA ESPIRITUALIDAD QUE BROTA DEL CORAZÓN COMPASIVO… DEL DE JESÚS Y DEL NUESTRO 3. SUGERENCIAS PARA ACTIVIDADES 4 ANEXOS: PARA SABER MÁS DATOS… LAS “REVELACIONES DEL CORAZÓN DE JESÚS” A LOS EDUCADORES CORAZONISTAS 14 PRESENTACIÓN DEL TEMA POR EL PADRE ANDRÉS COINDRE Queridos Corazonistas: Recuerdo muy bien aquel 30 de septiembre de 1821. En el santuario de Fourvière, uno tras otro, mis diez primeros hermanos se fueron acercando al confesionario para pronunciar su deseo de consagrarse por entero a Dios y a los niños más necesitados en el mundo de la educación. En los ojos de muchos de ellos vi entusiasmo, generosidad, el fuego del amor; en alguno descubrí dudas y temores. Mi proyecto para acoger y educar a niños y jóvenes, que yo no podía realizar debido a mi ocupación a tiempo completo en la predicación de las misiones iba a hacerse realidad en aquel grupo de hermanos. Ellos ponían en mis manos su deseo de responder a mi llamada que consideraban como llamada de Dios. Yo les transmitía el fuego que ardía en mi corazón, la compasión por esos niños y jóvenes tan necesitados que había encontrado por las calles, los hospitales y las prisión de mi ciudad; yo les regalaba el “carisma” que yo mismo había recibido como un don de Dios. Han pasado casi dos siglos. Mi sueño se ha extendido a los cinco continentes. ¡Quién lo hubiera imaginado! Pero en el fondo se trata de lo mismo. Un grupo de hombres y mujeres que sienten que sus entrañas se conmuevan ante la visión de una infancia que necesitan recibir el mejor de los regalos: una educación integral, una educación inspirada y alimentada por una espiritualidad que desborda compasión. Gracias a todos vosotros porque seguís haciendo realidad mi sueño. Gracias porque habéis tomado el testigo y sois los herederos y los instrumentos con los que el Corazón misericordioso de Dios se acerca a sus hijos necesitados. ¡Qué bonita e importante es la labor que hacéis! ¡Qué dicha la vuestra que hacéis de puente entre el Corazón compasivo de Dios y sus hijos más necesitados de comprensión, amor, sabiduría, ayuda, comprensión, cercanía, esperanza, ánimo, modelos de vida, … 15 1. REZANDO CON LA PALABRA DE DIOS BAJO LA INSPIRACIÓN DEL PADRE ANDRÉS COINDRE. Señor Jesús, ninguna tristeza te es extraña y todo sufrimiento encuentra el camino de tu corazón. Señor, tus entrañas se conmovieron cuando viste al leproso que te suplicaba: "Si quieres puedes limpiarme". Cura a los niños y jóvenes que sufren en su carne, y purifícanos de la lepra del pecado. Señor, tus entrañas se conmovieron cuando viste a la muchedumbre cansada y abandonada como ovejas que no tienen pastor. Envía a los niños y jóvenes que a edad temprana son ya prisioneros de su fatiga o de su soledad personas que les guíen hacia la esperanza. Señor, tus entrañas se conmovieron cuando viste a la muchedumbre a la que le faltaba el pan. Da a los niños y jóvenes que lo necesitan el pan de la tierra y haznos desear el pan del cielo. Señor, tus entrañas se conmovieron cuando viste a los dos ciegos que gritaban al borde del camino: "¡Hijo de David, ten compasión de nosotros!". Sé luz para los niños y jóvenes que caminan por la vida como ciegos, cura la ceguera de nuestra corazón. Señor, tus entrañas se conmovieron cuando viste las lágrimas de la viuda de Naín. Di de nuevo a los niños y jóvenes que están tristes, "no lloréis", cura la tristeza de nuestros corazones. Señor, tus entrañas se conmovieron cuando viste las lágrimas de Marta y María y tú mismo lloraste delante de la tumba de tu amigo. Ya que eres nuestra vida y nuestra resurrección, abre, para nuestra debilidad, una ventana de esperanza. Señor Jesús, ninguna tristeza te es extraña y todo sufrimiento encuentra el camino de tu corazón. 16 2. DOCUMENTO DE LECTURA UNA ESPIRITUALIDAD QUE BROTA DEL CORAZÓN COMPASIVO… DEL DE JESÚS Y DEL NUESTRO 2.1. LA ESPIRITUALIDAD Parece que la espiritualidad es algo reservado a sacerdotes o religiosos de la que quedan excluidos los seglares que se moverían más bien en el terreno de la misión. Pues no, la espiritualidad es algo esencial en la vida de cada persona y la espiritualidad cristiana atañe a todos los bautizados. Es más, no existe misión sin espiritualidad que la anime, ni espiritualidad que no se traduzca en una misión. Para nosotros, corazonistas, tiene que ver mucho con el símbolo del corazón traspasado de Jesús y con el sentimiento de la compasión. Espiritualidad del amor Recordamos estos dos textos fundamentales para mejor comprender nuestra espiritualidad corazonista. “La salvación y la preocupación por la perfección de las almas es uno de los fines de la congregación. Los Hermanos del Corazón de Jesús recordarán a menudo estas palabras de Jesucristo: He venido a traer fuego a la tierra y no deseo sino que arda. Procurarán extender este fuego en todos los corazones, después de haberlo prendido ellos mismos del corazón sagrado de Jesucristo”. (Andrés Coindre, Escritos y Documentos 2, Reglas y Reglamentos, p. 25) “Acercaos frecuentemente a quien funde el hielo de los corazones más fríos. Continuad amando a nuestro Salvador, permaneciendo fieles a él, pues solamente en él se encuentran la paz y la felicidad verdaderas, la fuente del amor y el tesoro de los bienes celestiales.” (Positio del hermano Policarpo, pp. 439-440) El costado abierto nos invita a mirar el amor de un Dios compasivo que nos llena de su gracia. ¿Qué significa el símbolo del costado abierto? Dice la Regla de vida de los Hermanos: “El Evangelio nos muestra al Salvador con el costado traspasado como la fuente del Espíritu vivificador, el camino y el signo del amor divino”. El costado abierto de Cristo nos invita a contemplar el inconmensurable amor recíproco del Padre y el Hijo, y el amor del Padre y del Hijo a nosotros. Jesús es el nuevo Cordero Pascual que nos da la vida y nos libera. De su costado abierto brotan la sangre y el agua, es decir la Iglesia y los sacramentos, por los que recibimos la vida de Dios. De la fuente del amor de Dios, de su corazón, nace un río de gracia: la creación, la redención, la Palabra, la Iglesia, los sacramentos, la vida religiosa, nuestro querido Instituto; todas estas realidades son gotas de ese río de gracia cuya fuente es el Corazón de Dios que se nos muestra en el Corazón de Jesús. Es en el momento de la muerte de Jesús cuando Dios se nos da del todo. Conocedor de la incapacidad de nuestro pobre corazón para amar, Dios nos regala el Corazón de su Hijo para que con Él, animados por el Espíritu, podamos amar al Padre en espíritu y en verdad. Y para que podamos amar a nuestros hermanos y a todas las criaturas de Dios. De este modo, Dios, que pone en nosotros la sed y el hambre de amor, nos regala el agua y el pan de dicho amor para que podamos seguir caminando hacia la meta del amor pleno, hacia el momento del ágape definitivo, cuando ya solo quedará el Amor. El costado abierto nos revela también a un Dios humilde, lento a la cólera; a un Dios compasivo que ‘sufre con’ –como la madre con su hijo enfermo–, ‘sufre por causa de’ –como los padres, al comprobar la falta de reconocimiento y de amor de sus hijos– y ‘sufre para’ nosotros –como los padres que se imponen mil trabajos y sacrificios por el bien de sus hijos. - Sufrir con los que sufren. Esto supone empatía y sensibilidad especial para con los más necesitados, para con nuestros hermanos, los profesores, alumnos y todas las personas. - Sufrir con los que sufren, implica capacidad de escucha, asumir riesgos para responder a las necesidades de los demás, tener gestos amables y acompañar a Jesús, cuya pasión se prolonga en los que sufren. 17 - - Sufrir, como el Hijo, por causa de otros. Todos estamos llenos de imperfecciones y de defectos: el egoísmo, la soberbia, la envidia, la tendencia a dominar a los demás… Todas estas limitaciones hacen que nos causemos heridas en nuestra convivencia diaria. Sufrir con paciencia las limitaciones propias y ajenas requiere de una gran fortaleza espiritual para perdonar de verdad y amar a pesar de las dificultades. Sufrir, con el Padre, por y con los otros. Esto nos exige comprometernos por el bien de los demás, empeñarnos en el difícil trabajo de la educación de los niños y jóvenes, cuidar con solicitud a nuestros enfermos y a aquellos que tienen especiales dificultades y estar permanentemente en actitud de servicio a los demás. - 2.2 LA VIVENCIA DE LA COMPASION EN LA MISIÓN EDUCADORA Hemos dicho que la espiritualidad se traduce en una misión. Vamos a ver, adelantándonos ya a los temas siguientes: cómo la compasión se encarna en una forma concreta de educar, lo que llamamos “pedagogía corazonista”. Porque no todo lo que llamamos “compasión” es válido en nuestra educación. En el conflicto de Ucrania un grupo de religiosos y religiosas estaban en la plaza con una multitud de gente que pedía libertad. Se les acercó un hombre y casi gritando dijo: “Os agradezco que estéis aquí con la gente. Pero más todavía os agradezco que estéis aquí con la sonrisa”. En esto consiste la verdadera compasión. Por eso es importante que no olvidemos los siguientes principios.4 1. Sufrir sin perder la indispensable alegría. Una realidad: La angustia humana que reina en el mundo es inmensa e intolerable. Todos los días, los medios de comunicación social nos abruman con imágenes horribles: por otra parte, se diría que la gente se complace en ellas. Lo que nos aflige sobre todo, es ver al hombre víctima de semejantes monstruosidades, especialmente cuando se trata de niños. Un reto: Es preciso que no pretendamos desembarazarnos de ese sentimiento doloroso sin por eso perder pie y ahogarse: ¡difícil equilibrio! Compadecerse no es suprimir el sufrimiento, es soportarlo con el otro. Jesús no vino a suprimir el sufrimiento, vino a llenarlo de su presencia. Así pues, no puede uno compadecerse sin sufrir. Y, sin embargo, no debemos perder nuestra alegría. ¿Cómo comprender esa paradoja? ¿Cómo actuar? El hecho de que constatemos que la mayoría de los hombres no tienen acceso a la alegría, no convierte automáticamente la nuestra en una especie de enfermedad vergonzosa. ¿Acaso el hombre que utiliza sus brazos y sus piernas debería mutilarse para parecerse a los lisiados? ¡No! ¿Cómo podríamos ayudar a un angustiado, presentándonos a él en un estado de angustia? 4 Condensado y adaptado de un texto del hermano René Sanctorum 18 La alegría es el signo del cristiano que pone toda su fe en Jesús resucitado. No pensemos que esta alegría haga sombra a los demás o les parezca insolente. Los otros sienten que nuestra alegría procede de otra parte, que no somos ni los creadores ni los propietarios de ella y que, por medio de nosotros, reciben una parte correspondiente. Sin embargo, conviene no olvidar que la alegría no excluye las lágrimas: una paradoja que habremos experimentado un día u otro. Podemos hallar una imagen simbólica en la aparición a Tomás cuando Jesús, después de haber deseado "la paz", se presenta al discípulo enseñándole las llagas de las manos, de los pies y del costado, como signos de reconocimiento una herida abierta, como Cristo resucitado. Y, en esas llagas, Tomás descubrió la verdadera alegría. 2. Actuar sin olvidar la propia impotencia. Nuestros dolorosos interrogantes ¿Cómo hacer progresar un poco la educación, la justicia, la solidaridad, la ayuda mutua, la fraternidad, e incluso la fe en Jesús y el amor de Dios a través de los hermanos? Lo que hacemos por un lado se deshace por otro. E incluso si logramos algún pequeño resultado satisfactorio de manera esporádica, ¿qué supone eso en contraste de las enormes necesidades presentes en nuestro mundo? Débiles… pero comprometidos Tenemos que actuar a pesar de nuestra evidente debilidad y a pesar de ese fuerte sentimiento de impotencia que nos humilla tanto y nos desanima. Jesús experimentó este sentimiento y aceptó su sabor amargo. Por lo tanto, no consiste, de ninguna manera, en rechazar nuestro sentido de ineficacia, sino de contemplar el asunto con un ojo lúcido y creyente. En primer lugar, no es cierto que nuestra acción sea nula, por más que parezca minúscula. ¡No tengamos la pretensión de hacer las cosas más y mejor que Jesús mismo! "Cuando soy débil, entonces soy fuerte", decía San Pablo. Nuestra impotencia se convierte en nuestra fuerza, pues solamente la vulnerabilidad deja paso a una compasión activa, porque nos coloca efectivamente dentro de nuestra verdad de seres débiles e impotentes, que esperan todo de la fuerza de Dios. La Madre Teresa nos sugiere una excelente fórmula: nuestra acción no es más que una gota en el océano, pero si esta gota no la aportamos, ¡la echarán en falta! 3. Apuntar a la eficacia sin caer en la técnica. La “buena voluntad no basta”. Muchas personas generosas se ofrecen para diversas actividades declarándose dispuestos a entregarse por completo. Pero en un mundo en el que los problemas llegan a ser cada vez más complejos, no tenemos el derecho de responder a ciertas preguntas difíciles mediante respuestas simplistas. No solamente está permitido ser inteligente en la compasión, sino que es preciso serlo. Es necesario formarse No es posible improvisar ni evangelizadores, ni consejeros, ni educadores, ni agentes pastorales o sociales… la formación en todos los ámbitos es un signo de los tiempos, ¡gracias a Dios! Pero no basta… ¿Logramos escapar siempre de las tentaciones del tecnicismo o del rendimiento? Frente a la masa de alumnos y de otras personas que debemos ayudar, podemos a veces perder la presencia individual de cada uno, tratando a todos como si fueran números. La compasión es una calidad de presencia que hace que aquel que se encuentra en el abandono ya no se siente solo y puede recuperar el ánimo. Compadecerse, antes de "hacer por", es "estar con". 4. Comprometerse a fondo personalmente sin separarse de la comunidad. ¿Privilegiar lo individual o lo comunitario? La compasión supone evidentemente una reacción personal ante el sufrimiento. Pero, partiendo de ahí, podemos escoger entre una acción individual -en la que nos comprometemos solos, a cuerpo descubierto- o bien una acción que se encuadra dentro de una colectividad, de una institución o en el seno de la comunidad. 19 ¿”Jinetes solitarios”?... Somos personas de acción, llenas de iniciativa, de creatividad, incluso de combatividad. Soñamos con acometer grandes acciones al servicio de los que nos han sido confiados. Para que una comunidad funcione se necesitan personas dispuestas a comprometerse para que el grupo se ponga en marcha. En muchas ocasiones, hay que actuar antes de que el grupo se ponga en movimiento y actuar como "jinetes solitarios". … “solidarios con la comunidad”. Necesitamos a los demás porque nadie se da a sí mismo una misión: la misión se recibe. La tendencia habitual de un adulto, que se acentúa con la edad, es la fuerza centrífuga, el deslizamiento hacia el individualismo. Pero eso no es una razón para dejarse llevar por tal tendencia. Pues es de cajón que todo ataque a la comunidad educativa salpica sobre la misma acción educativa y apostólica. Y si se diera el caso de que algún educador creyera que no necesita de la comunidad para vivir la compasión, su compañero sí que le necesita. Tiene necesidad de él para sentirse más fuerte, para vencer sus miedos, su desánimo, su culpabilidad, su fatiga. En la comunidad educativa todos necesitamos de todos. 5. Entregarse sin enajenarse. ¿Una generosidad mal entendida? Ocurre que encontramos educadores que quieren entregarse hasta el final sin reservarse nada para ellos mismos, hasta tal punto que, en resumidas cuentas, ya no existen para sí. ¿Pero es posible dejarse invadir por la compasión hacia los otros y no sentirla por uno mismo? Cuidar de uno mismo para poder cuidar de los demás. Para entregarse, conviene al menos ser dueño de sí, tener un poco de consistencia, tenerse en pie, ser sólido. La compasión la vivimos, de entrada, hacia ese miembro de Jesucristo que es uno mismo. Somos pobres hasta tal punto que debemos apiadarnos de nosotros también. Imaginaos a una madre que ya no dedica el tiempo necesario para comer, dormir o divertirse un poco: ¿qué podrá ella, en resumidas cuentas, dar a su familia? Tenemos necesidad de descanso, de relajamiento, de ocio -al menos un poco- no por vana complacencia hacia nosotros mismos, sino en la perspectiva misma de la misión. No seamos pretenciosos o ingenuos, necesitamos recibir si queremos dar. Para entregarse, es necesario primero sentirse bien consigo mismo, ser dueño de su yo, y no un extraño en su cuerpo (eso significa el término alienación). Normalmente, un compromiso educativo debería desarrollar el espíritu, ensanchar el corazón, acrecentar la benevolencia hacia todos. Nuestros alumnos nos necesitan trabajadores pero, sobre todo, nos necesitan felices. 20 TRABAJO PERSONAL 3. Lectura del documento de la ficha 4. Respuesta a este cuestionario ¿Cómo vivo la espiritualidad del corazón traspasado de Jesús?¿Cómo me hago consciente de la misma? ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ¿Cómo la compasión se hace presente en mi actividad educadora? De los cinco puntos presentados en el documento de trabajo ¿con cuál de ellos me identifico más y cuál me es más difícil de vivir? ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… Acudiendo al anexo presenta en cuatro frases mis revelaciones propias del amor del corazón de Dios ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… 21 ANEXO PARA SABER MÁS DATOS… Muchas veces hemos “visto” una imagen de Jesús con su corazón traspasado, ¿pero la hemos verdaderamente “mirado”? ¿Hemos reposado esa mirada en él y nos hemos dejado impactar por ella? ¿Hemos sentido que nuestras “entrañas” se conmueven ante la imagen de “aquel (de aquellos) a quienes hemos atravesado? Se os invita a “perder” un poco de vuestro tiempo para hacer algo tan sencillo como mirar y para experimentar que algo verdaderamente importante se nos revela.5 UNA REVELACION DEL PADRE Al contemplar el corazón traspasado de Jesús y al interpretar, a la luz de esta contemplación, el Evangelio entero, ya no podemos conservar la imagen de un Dios Guerrero y Terrible, Vengador y Justiciero. Vivir de la espiritualidad del Corazón de Jesús es, en primer lugar, rechazar ciertas imágenes de Dios y atreverse a creer en su infinita misericordia, sin tener miedo de creer demasiado en ella, ni de exagerar. ¿Cómo podríamos exagerar lo que no tiene medida? Vivir de la espiritualidad del Corazón de Jesús consiste en negarse a imaginar a Dios como un ser Todopoderoso que hace notar su poder. El Poderío de Dios es el de su Amor. ¿Y la justicia de Dios?, se nos preguntará. Aunque nos parezca un poco raro, por el hecho de ser justo, él es compasivo y lleno de mansedumbre, lento para el castigo y lleno de misericordia”. Pues él conoce demasiado bien nuestra debilidad, nuestra cobardía, nuestros miedos, nuestra actitud reticente y testaruda. ¿Cómo podríamos tener miedo de Dios, después de contemplar su Corazón abierto? Y sin embargo, ocurre que algunos de entre nosotros tienen miedo de Dios. Y ese miedo bloquea su relación con Dios, los sumerge en la inquietud y la tristeza, y les hace replegarse en sí mismos. El Corazón abierto de Jesús, revelación del Padre, puede liberarnos. UNA REVELACION DE NOSOTROS MISMOS. Si Dios es Padre hasta ese punto, si sufre a causa de nosotros y con nosotros, si nos busca cuando estamos perdidos como a la oveja del Evangelio, si nos perdona cuando lo hemos olvidado, rechazado o negado, ¿cómo sentir hacia nosotros mismos vergüenza, menosprecio u odio? Tenemos mucha necesidad de meditar en estas palabras de la Escritura: "Tú eres precioso a mis ojos..." Si Dios se apiada de nosotros, ¿cómo podría ser que no tuviéramos piedad de nosotros mismos? Y sin embargo, contrariamente a lo que podría creerse, son muchos más de los que pensamos aquellos que no se aman o que se desprecian o, al menos, que están avergonzados o intratables consigo mismos. En el origen de esos sentimientos profundos, con frecuencia más o menos inconscientes, existe una profunda herida, quizás escondida, pero nunca cicatrizada. Estos acontecimientos dolorosos nos han hecho tomar ojeriza a nuestra existencia o a nosotros mismos. Pero Dios Padre, él, jamás nos toma ojeriza. Nos ama tal como somos, sin exigir nada. No desea que seamos ni más grandes, ni más fuertes, ni más virtuosos, ni esto ni lo de más allá. Nos 5 Texto extraído de una conferencia del hermano René Sanctorum 22 quiere libres, felices, hijos de Jesús hasta la raíz de nuestro ser: es lo que nos dice el Corazón atravesado. Me permito insistir en este punto cuya importancia me parece capital. No podemos, en efecto, acoger a Dios sin antes aceptarnos a nosotros mismos. Puede ser que nunca hayamos estado atentos a este amor hacia nosotros mismos durante nuestra formación. Aquel que se acepta tal como es, y únicamente ése, puede empezar a salir de su miseria y a caminar progresivamente, paso a paso. Quien se niega a aceptarse a sí mismo, se bloquea en su debilidad, en su incapacidad, en su falta. Sería necesario que cada uno de nosotros pudiera decirse con toda sencillez: "Soy fulano de tal, un ser débil; tengo miedo y me rindo; no llego a soportarme, a perdonarme..." UN TIPO DE RELACION Revelación del Padre, revelación de nosotros mismos, el Corazón de Jesús nos abre a otro tipo de relaciones. La misma vulnerabilidad que Dios nos revela en Jesús traspasado, como si fuera su ser mismo; la misma ternura, la misma misericordia, deben constituir nuestro "ser para los demás" cristiano. Amar el mundo a la manera de Dios, es hacerse vulnerable o, dicho de otra manera, se trata de entrar en la pasión de Dios por el hombre y el mundo. Pues el verdadero icono del Corazón de Jesús, en adelante, es el corazón traspasado del cristiano. Un discípulo del Corazón de Jesús no puede adoptar actitudes que estime incompatibles con la imagen que Jesús nos muestra del Padre: la indiferencia, el desprecio, el odio, la dureza, la negación del perdón, etc. Por el contrario, intenta que se logre reflejar por medio de él, el ser mismo de Dios. Lanza hacia el prójimo una mirada benevolente: "Eres precioso a mis ojos, lo mismo que eres precioso a los ojos del Padre." Lo ama tal como es, sin exigirle nada de antemano, sin ninguna clase de condiciones previas: teniendo en cuenta que el verdadero amor rechaza cualquier garantía. Soporta sus tics, sus debilidades, sus fallos en la manera de ser, de obrar y de vivir. Dirige hacia él una mirada de compasión, frente a sus heridas, a sus desgracias, a sus incapacidades. Lejos de cerrarse al otro porque es indiferente, hostil, replegado en sí mismo, incoherente, incomprensible, indiscernible, el discípulo del Corazón de Jesús mantiene su propio corazón abierto al golpe de la lanza, de la lanza de la ternura. UN CONCEPTO DE NUESTRA MISION La espiritualidad del Corazón traspasado da vida naturalmente a nuestra misión toda entera. Nuestro papel primero de evangelizadores, lo ejercemos de entrada como "reveladores" del Padre, Dios de ternura, de compasión, de perdón; un Dios vulnerable que nos respeta y nos ama mucho más de lo que nosotros podríamos hacerlo con nosotros mismos. Esta revelación aparece hoy como una prioridad absoluta en un mundo que ya no se siente ni se sabe amado, aceptado, reconocido. Pensad en la situación trágica de los niños y de los jóvenes poco amados, descuidados, o incluso abandonados por sus padres (son cada vez más numerosos), de los jóvenes para los cuales la sociedad no presenta otro rostro que la cerrazón, el miedo, el desprecio o la represión (los innumerables jóvenes desempleados, los delincuentes de nuestros arrabales, los toxicómanos, los prostituidos-as, los enfermos del sida...) En nuestro trabajo educativo, la espiritualidad del Corazón de Jesús no puede quedar sin consecuencias. Ella nos interpela sobre los objetivos reales de nuestra acción, (no siempre los que figuran en los proyectos educativos escritos, sino los que se deducen efectivamente de nuestras prácticas). ¿Es la meta la plenitud de la persona humana, como ser amado infinitamente por el Padre? La organización, el trabajo, la disciplina, ¿están al servicio de ese objetivo? ¿O bien nos desembarazamos de los casos difíciles solamente porque perjudican la buena marcha de la escuela o el porcentaje de aprobados en los exámenes? ¿Qué actitud tenemos hacia aquellos que suspenden, hacia los que nos vemos obligados a orientar hacia otros centros? Estamos llamados, por nuestra propia vocación, a volcarnos preferentemente hacia los que sufren, los heridos de la vida; y vosotros, en vuestra experiencia de educadores, sabéis que uno puede quedar herido desde pequeño, y herido muy profundamente, especialmente en nuestros días. 23 ¿De qué manera, en nuestra vida profesional y de relaciones, nos mostramos especialmente atentos a los desheredados? ¡Oh!, ¡no es fácil! No podemos permanecer abiertos a los desgraciados sin sufrir las salpicaduras de la desgracia, ¿pero podemos proclamar "con el corazón en la boca" que "Dios es Amor" o bien pretender ser testigos y mensajeros del Amor de Dios, sin aceptar que nos haga mella el asunto? "No podemos hacer trampas, dice la Madre Teresa, no podemos hacer la pantomima del amor protegiéndonos contra el riesgo del amor." Los que tienen miedo de que se abuse de su bondad, bajo el pretexto del orden o por temor a que "la situación degenere", etc., sospecho que, simplemente, tienen miedo de acoger en ellos la bondad del Padre. ¿Por qué este rechazo o esta reticencia? Porque quedarían completamente transformados, porque se convertirían en almas buenas y ello les causa pavor: no se aman lo suficiente para eso. ¡Si todos nosotros pudiéramos hoy en día oír la llamada de Jesús: "Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso"!; si aceptáramos tener cada día más el corazón herido, ¡cómo sería transformada nuestra vida! Entonces, mediante la reconciliación con nosotros mismos, con nuestra familia, con los niños y jóvenes que están a nuestro cargo, con nuestros colegas en el colegio, con los hombres y las mujeres del mundo entero, nos convertiríamos, como Jesús, en imágenes vivientes del Padre, para alabanza de su gloria. 24 EN LA ESCUELA DEL PADRE ANDRÉS COINDRE CURSO BÁSICO DE FORMACIÓN EN EL CARISMA SEGÚN EL PADRE ANDRÉS COINDRE AÑO 3° TEMA 13 25 0. PRESENTACIÓN DEL TEMA POR EL PADRE ANDRÉS COINDRE 1. MEDITANDO LA PALABRA DE DIOS BAJO LA INSPIRACIÓN DEL PADRE ANDRÉS COINDRE 2. DOCUMENTO DE LECTURA LA PEDAGOGÍA DE JESÚS, LA PEDAGOGÍA DE ANDRÉS COINDRE 3. SUGERENCIAS PARA ACTIVIDADES 4 ANEXOS: PARA SABER MÁS DATOS… ¿DE QUÉ MODO ERA PROFÉTICA LA MISIÓN DE ANDRÉS COINDRE A FAVOR DE LOS JÓVENES? 26 PRESENTACIÓN DEL TEMA POR EL PADRE ANDRÉS COINDRE Queridos hijos y amigos: Como muy bien sabéis yo no fui formado para ser educador de los niños y de los jóvenes. Yo recibí mi formación en un seminario para cumplir mi misión como sacerdote. Enseguida destacaron en mí dotes para la predicación, en especial para dirigir misiones populares que ayudaran a recristianizar una Francia que durante los años de revolución había acusado el impacto de la ideología secularizadora. Para ello mi principal fuente de inspiración fue el libro de los evangelios. Pero cuando volví destinado a Lyon me encontré con una situación de la infancia y juventud que penetraba por mis sorprendidos ojos y golpeaba mi corazón. Las calles, los hospitales, las cárceles… fueron para mí un nuevo libro de la Palabra que se abría ante mis ojos. Como mis posibilidades eran limitadas me puse a la búsqueda de colaboradores que dieran respuesta a esta llamada. Y así nacisteis vosotros, los corazonistas. Me preguntaréis cuál fue mi estilo educativo. No os voy a dar la respuesta, vosotros mismos vais a intentar descubrirlo, un poco mejor, en este tema que ahora comenzáis. Sí os diré mis dos fuentes de inspiración, que deben ser también las vuestras: El libro de .la Palabra de Dios y ese otro libro que se escribe en vuestro corazón, día tras día, contemplando una infancia y una juventud que os necesita. Queridos hijos y amigos, si queréis que mi carisma siga vivo tened siempre abiertos estos dos libros. 27 1. MEDITANDO LA PALABRA DE DIOS BAJO LA INSPIRACIÓN DEL PADRE ANDRÉS COINDRE Cuando escribí unas “Reglas” para las Hermanas y los Hermanos les indiqué cuatro frases del evangelio. Ahora que queréis profundizar en mi “estilo educativo” os invito a meditar y rezar con estos fragmentos evangélicos. Acompañando a los textos, van unas palabras mías que quizás os pueden ayudar. “APRENDED DE MÍ, QUE SOY MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN” (Mateo 11,25-30). Cuando quise dar un lema a mis primeros discípulos no pude darle otro que el del mismo Jesús: “Aprende de mí que soy mando y humilde de corazón”. Es una bajeza del orgullo el querer hacerse notar en aquello que creen tener de ventajoso sobre los demás, tanto en espíritu, talentos y éxitos como en los dones naturales de su cuerpo. “HE VENIDO A TRAER FUEGO A LA TIERRA” (Lucas 12,49-50). Recordaréis a menudo estas palabras de Jesucristo: “He venido a traer fuego a la tierra y no deseo sino que arda”. Procuraréis extender este fuego en todos los corazones, después de haberlo prendido vosotros mismos del Corazón sagrado de Jesucristo. “DEJAD QUE LOS NIÑOS VENGAN A MÍ” (Marcos 10,13-16) Repetiréis a menudo con Jesucristo: “Dejad que los niños vengan a mí; el Reino de los cielos es para aquéllos que se les asemejan”. Os consideraréis infinitamente honrados de participar, por medio de vuestra vocación educadora, en uno de los fines que Jesucristo se propuso al hacerse hombre. SED PRUDENTES COMO LAS SERPIENTES Y SENCILLOS COMO LAS PALOMAS (Mateo 10,16-19) Sed sencillos como palomas, pero tened la prudencia de la serpiente, decía Jesucristo, y esto debe observarse estrictamente cuando tengáis que tratar con el mundo. Pediréis a Dios esta prudencia, que es uno de los frutos del Espíritu Santo, el espíritu de sabiduría y de consejo. Dos grandes enemigos de la prudencia son: una excesiva precipitación en juzgar y la presunción, que hace hablar sin reflexión cuando se debería guardar silencio. 28 2. DOCUMENTO DE LECTURA La pedagogía de Jesús, la pedagogía de Andrés Coindre 2.1. La pedagogía de Jesús Jesús no fue a la universidad, ni hizo “cursos de formación pedagógica”. Pero Jesús fue un gran pedagogo al que la gente escuchaba con admiración (algunos, no todos). No vamos a desarrollar aquí un tratado pormenorizado de la pedagogía de Jesús. Simplemente vamos a hablar de dos temas (muy desarrollados últimamente entre los Corazonistas). La compasión y la confianza. Los evangelios nos repiten una y otra vez que ante la vista de la gente a Jesús se le conmovían las entrañas, es decir se movía a compasión y esta compasión se transformaba en una invitación a tener confianza. Cuando Jesús se acercaba a esas personas necesitadas y sentía su corazón “conmovido”, “que se derramaba hacia ellos” normalmente no les decía “yo te curo”, sino más bien “ten confianza, tu fe te salva”. Tengamos en cuenta que la palabra confianza en las lenguas románicas tiene su origen en la palabra “fe”. Tener confianza en alguien es tener fe en las capacidades que esa persona tiene en sí misma; dar confianza es hacer que la otra persona sea capaz de descubrir esas capacidades, suscitar la fe en uno mismo. Veamos algunos ejemplos en los evangelios: La mujer con flujos: Lucas 8,43-48. Una mujer que su enfermedad le aislaba de la sociedad al hacerla permanentemente impura. Una mujer que había hecho lo posible y lo imposible por superar su enfermedad. Siempre oculta, con miedos. Jesús siente una fuerza que sale de él, es la fuerza de la compasión. Jesús se ha dado cuenta que lo que la mujer necesita es recuperar la confianza en sí misma, había tenido fe en médicos y curanderos pero no en sí misma. Ante la presencia de Jesús que le lanza un desafío a no ocultarse, a manifestarse tal cual es, la mujer se acerca a Jesús y cuenta delante de todo el pueblo” su experiencia. Ya no tiene miedo de sí misma, ya no hay motivo para seguir ocultando su situación, ha recuperado la confianza en sí misma: su “fe” le ha salvado. El niño epiléptico: Marcos 9,14-26 En este caso no se trata directamente de la fe del niño, sino de la de sus padres. Ante la situación del niño con graves problemas lo único que se produce entre los discípulos y la gente es una discusión teológica sobre las fórmulas del exorcismo. Pero los padres se acercan y apelan a la compasión de Jesús. Jesús por su parte les responde con una llamada a la confianza: “Todo es posible para el que tiene fe”. No son las fórmulas de exorcismos lo que puede salvar al muchacho sino personas a su lado que tengan fe y que le devuelvan la confianza. El padre acepta el reto y al mismo tiempo reconoce la flaqueza de su fe y pide ayuda. Pero esa pequeña fe desencadena el proceso de curación, ¡y el milagro se produce! El hijo perdido y el padre compasivo: Lucas 15, 11-24 El hijo lo había perdido todo: los bienes, la dignidad humana, el apoyo de los amigos... Sobre todo había perdido la confianza en sí mismo, había perdido todo sentido de su propio valor. Vuelve a su padre para ser criado. Cuando se acercó al padre lo único que fue capaz de decir es “no merezco llamarme hijo”. Había perdido su propia identidad. Entonces comenzó la labor del padre que le hizo sentir su propia realidad que ya había olvidado pero que seguía estando presente en el profundo de su corazón: ser hijo. La compasión del padre hizo posible el recuperar la confianza en su propia realidad y el sentirse de nuevo alguien importante, alguien que tenía valores. Y así podríamos multiplicar los relatos evangélicos en los que la compasión de Jesús, reflejo de la misma compasión de Dios, y que surge ante la contemplación de la realidad, se traduce en una nueva vida que brota en las personas, como una nueva creación y que lleva a la recuperación de las mismas. De la compasión puede brotar la confianza. 2. LA PEDAGOGÍA DEL PADRE ANDRÉS COINDRE 2.1 El descubrimiento de la infancia y juventud que necesitaba ante todo educación6 6 Basado en un texto del hermano René Sanctorum 29 Uno de los textos más significativos que tenemos sobre la confianza que Andrés daba a niños y jóvenes se encuentra en el prospecto del Pío Socorro de 1818. Siendo coadjutor en la parroquia de San Bruno de los Cartujos, en Lyon, desde finales de 1815, y dedicado a las predicaciones, retiros y misiones, Andrés Coindre encuentra aún tiempo para visitar las prisiones de Lyon. Se une al trabajo que numerosas personas realizan desde hace algunos años para devolver alguna dignidad a los prisioneros. Sobre todo han comenzado a preocuparse por la suerte de los niños y jóvenes, mezclados hasta entonces con los adultos, a menudo grandes delincuentes o duros criminales. Andrés Coindre describe la situación de estos: “Con estos jóvenes prisioneros, culpables a una edad en que se es más superficial que malo, no había que desesperar de su cambio; hacía falta rodearles de ayuda para formarlos en el bien y separarlos, en el ambiente de la prisión, de los criminales allí encerrados. Una administración sabia, ha concebido este proyecto y lo ha llevado a cabo. Los jóvenes prisioneros han sido aislados de los hombres perversos. Han sido colocados en dormitorios particulares; bajo la vigilancia de un encargado, que les obliga a trabajar y les enseña las primeras nociones de la religión, han dado muestras sensibles de arrepentimiento y de mejoría en su conducta. Desde entonces, algunos considerados suficientemente probados e instruidos, han sido admitidos a la primera comunión; sin embargo, todos estos cuidados serían pronto infructuosos si no se prosiguiese la buena obra fuera de la propia prisión. Las mismas causas producen los mismos efectos, y la experiencia demuestra que estos niños volverían pronto a ella si se les dejase con las mismas personas y ante las mismas ocasiones que les han perdido. ¿Qué hacer, entonces? Por todas partes los rechazan. Las casas honradas no quieren recibirlos de ninguna manera. Todos los centros religiosos les cierran las puertas. ¿Habrá que dejar perecer las esperanzas que habían hecho concebir por falta de procurarles una colocación conveniente? No, es digno de la caridad cristiana recogerlos y abrirles un refugio de salvación en un taller de caridad. Allí se les enseña una profesión honrada; se les inicia progresivamente en el conocimiento y en la práctica de sus deberes religiosos; se hace de ellos buenos cristianos y buenos obreros, que un día llegarán a ser ejemplares padres de familia y fieles ciudadanos». El taller de caridad del que habla Andrés Coindre es el Pío Socorro. Lo que motivó la creación de esta obra tan onerosa es la confianza que el Padre Coindre concedía a estos jóvenes. Está seguro de “poder hacer algo”. La prueba de ello es que habla en presente y en futuro: se trata de certeza y no de posibilidad. Ninguna duda para él sobre la posibilidad de alcanzar esos resultados. ¡Qué extraordinaria confianza en esos jóvenes! 2.2. El estilo educativo según Andrés Coindre 7 Andrés Coindre, sin ser un especialista, sin embargo es un hábil pedagogo. No escribió, como otros fundadores, ningún tratado de pedagogía. Lo más importante del estilo pedagógico tiene un marco concreto: el espíritu de compasión y de misericordia hacia los niños más pobres y abandonados y la pedagogía de la confianza en su progreso a pesar de la situación tantas veces difícil y desesperada en la que se encuentran los niños, especialmente los alumnos del Pío Socorro. Cartas: consejos pedagógicos para el “Pío Socorro” En sus cartas al hermano. Borja, el Padre Coindre se manifiesta como un hábil pedagogo, no tanto porque haya estudiado mucho o se haya formado en ese asunto, sino como por una especie de virtud innata que en gran parte ha ido adquiriendo en su contacto con los niños y niñas de las providencias y las escuelas. La mayoría de sus consejos que aparecen en las cartas se encuentran en las de los primeros años después de la fundación, porque, como hemos dicho, en las últimas, la organización y apertura de nuevas escuelas desplaza el centro de atención que en un principio sólo estaba centrado en el Pío Socorro. Andrés Coindre está persuadido de la importancia de la educación y sigue con especial atención la educación que se dispensa en la obra del Pío Socorro. Basado en un texto tomado de “Los hermanos del Sagrado Corazón en los extremos de la modernidad. Andrés Coindre ayer y hoy” Hermanos Antonio López y Marcelino Madrid. 7 30 Para Andrés Coindre, en una obra como el Pío Socorro, es fundamental el orden y la disciplina. Insiste en que los reglamentos se deben cumplir exactamente porque de ello depende el buen funcionamiento de las casas: “Exija que los maestros cumplan exactamente todas las reglas que les he dado. Que el reglamento de los alumnos, tal y como está en el cuadro y en el suplemento que he escrito de mi puño y letra, se cumpla exactamente y todo irá bien”. “El Hno. Bernard necesita leer y releer las reglas de dirección que envié a nuestras damas de Fourvière y que son para todos los directores. Medítenlas bien y traten incluso de ponerlas en práctica. Cuanta más experiencia tengan de ellas más sentirán la verdad que contienen”. Para cumplir esos reglamentos es fundamental la disciplina y el respeto mediante los cuales los alumnos van educándose para poder vivir en sociedad respetando las reglas de ésta: “Si algún [alumno] le falta al respeto a los hermanos, sea severo”. “No tolere ningún acto de insubordinación sin habérselo hecho reparar al alumno”. Su espíritu moderno de organización se ve de una forma especial cuando ya plantea un estilo de trabajo por objetivos utilizando el método de elaboración de listas con lo que hay que tratar de conseguir. A esto le llamaríamos hoy pedagogía por objetivos: “Por lo que respecta al trabajo no hay nada mejor que las listas de trabajos que hay que hacer; que cada hermano, maestro o vigilante, las haga observar; y que se ocupen por entero de su taller sin permanecer ni un solo instante sin hacer nada”. Sabe que los castigos son necesarios para poder educar a los niños y promueve que se actúe de esta manera para que los alumnos puedan avanzar, pero no está de acuerdo con los excesos y los prohíbe; igualmente está en contra de los castigos corporales: “Que no se den azotes por no haber hecho la tarea; es el último de los castigos y no hay que emplearlo tan a menudo. El pan y el agua bastan; modere la fuerza con la suavidad, que no se hagan excesos”. “Dele usted mismo una reprimenda de la que se acuerde”. “No imponga nunca ningún castigo a sus alumnos sin estar a disgusto por habérselo impuesto, aunque todo el mundo llegue a saberlo”. En vez de los castigos Andrés Coindre cree que es más positiva la emulación, hacer que los niños se sientan impulsados a avanzar con la perspectiva de ser premiados o porque ven que los demás hacen mejor las cosas que ellos y a ellos les gustaría hacer igual: “Promueva la emulación recompensando a Mercier; dígale que le quiero mucho y que deseo que los demás no reciban nada hasta que le superen (los celos y el orgullo son más fuertes que los castigos)”. “Felicito a César por haberse hecho dueño de la situación y le invito a seguir así. Este año daremos los premios en el mes de agosto. Le prometo un reloj de plata si sigue y si está ahí todavía”. “Estoy muy de acuerdo con la entrega de premios; pero en ese caso hay que hacerles repasar el catecismo y los evangelios, hay que hacerles aprender uno o dos diálogos de Jules Chrétien sobre asignaturas que no se hayan recitado los años anteriores. Haría falta algún otro diálogo sobre el amor por el trabajo, o bien sobre las ventajas de una buena educación para los obreros”. Insiste en la limpieza para promover el orden y la regularidad interior de los niños: “Que la limpieza brille por todas partes, en los niños, en los talleres, en la cocina, en el refectorio y sobre todo en los dormitorios... Vigile para que se cambien las sábanas a tiempo, que la ropa sucia no ande rodando por cualquier parte, que se eliminen las pulgas, etc.” Para Andrés Coindre la vigilancia de los hermanos es fundamental para que los chicos, especialmente en el Pío Socorro, no se dejen llevar por sus tendencias naturales del pasado en las calles; por eso insiste: “Las conversaciones que han mantenido los alumnos, demuestran a todos los hermanos que no hay que dejar nunca de tener los ojos puestos en ellos, tanto de día como de noche. Que tengan mucho cuidado durante la noche de que nadie se levante para cometer ninguna fechoría”. Los hermanos deben vigilar también para que los niños no tengan malas influencias externas que les puedan hacer retroceder en lo que van avanzando: 31 “Las salidas de los niños son siempre funestas; me he enfadado al saber que [...] se ha marchado; que no se concedan nunca tales permisos”. Hay un asunto en el Pío Socorro que revela todo el espíritu de compasión de Andrés Coindre. Un alumno, Lespinasse, en quien se habían puesto muchas esperanzas y a quien se le había dado una cierta confianza, ha abusado de la misma y se ha escapado a escondidas del Pío Socorro creando una situación muy difícil. Lo más fácil hubiera sido organizarle un consejo de disciplina y expulsarle del centro. Sin embargo Andrés Coindre se muestra comprensivo y compasivo, reluciendo en él esa pedagogía de la confianza. “Esto es lo que yo creo que es prudente hacer. Usted habrá cumplido con su deber y a él le evitará también muchas fechorías si saliese en lo sucesivo. Como este asunto, que supongo es secreto, no es escandaloso para los demás, la expulsión del interesado no es absolutamente necesaria, pero manténgase firme. Inculque a sus hermanos una vigilancia más rigurosa; no deje salir a ningún alumno más que con un hermano serio, etc.” Pedagogía de Andrés Coindre en las escuelas Los acontecimientos han ido llevando al Padre Coindre hacía nuevos compromisos. Los pobres, tanto de la ciudad como de las zonas rurales, le han abierto al mundo de la educación y de la escuela y han ido modelando su forma y estilo de llevar a cabo esta misión educativa. Andrés Coindre ha sabido ponerse a la escucha de las necesidades de su tiempo. Las cosas no parecían en él demasiado calculadas y pensadas, como que se dejase llevar por el ritmo de lo que el Espíritu le iba indicando. Era importante para él responder a las circunstancias reales de los lugares concretos, a sus necesidades evidentes y claras y adaptarse a ellas. Las providencias de Lyon, responden a necesidades evidentes de esa ciudad. Monistrol ha constituido después ese lugar clave desde donde Andrés Coindre se ha decantado por la respuesta a las necesidades educativas de los niños y jóvenes pobres de las zonas rurales. Estas escuelas rurales han supuesto una respuesta a llamadas urgentes de la población campesina, llamadas que ha ido descubriendo en sus misiones, en su contacto con esos ambientes. Andrés Coindre ha sido capaz de adaptarse a las circunstancias de los distintos lugares de fundación, es flexible en la aplicación de sus condiciones, estudia las posibilidades de cada municipio, no se cierra ni siquiera cuando algunas cosas le parecen evidentes... Andrés Coindre ha demostrado tener un espíritu moderno, realista. Es hombre con iniciativa, con capacidad de organización y de adaptación. La escuela con sus diversas facetas, la escuela nueva, la escuela que respondía a verdaderas necesidades de su tiempo, fue el camino por el que el Espíritu fue llevando a Andrés Coindre y a él respondió puntualmente y con una entrega plena. Consejos a los padres en la educación de sus hijos8 La clave del éxito es tener un sentido de autoridad mezcla de ternura y de exigencia. *Unas preguntas y algunas respuestas ¿Queréis sacar el mejor provecho de vuestros hijos? Estudiad sus inclinaciones, acomodaos a su carácter y sed equilibrados tanto en recompensar como en los castigos, en las reprimendas o en las caricias. ¿Los abandonáis a ellos mismos? Pagaréis cara vuestra negligencia. ¿No tenéis para ellos ni bondad ni ternura? No tendrán para con vosotros ni amor ni confianza. ¿No ejercéis ninguna autoridad? Os despreciarán. ¿Vuestra autoridad es muy rígida? Intentarán romper las cadenas y no soñarán sino en el momento de liberarse. ¿Sois incapaces de corregir y reprender? Os dominarán. ¿Les dejáis hacer lo que les viene en gana? Serán vuestro oprobio y tormento. 8 En sus Obras oratorias hay toda una serie de catequesis sobre le educación de los hijos. 32 ¿Les irritáis con una firmeza demasiado austera que no sabe disimular ni perdonar? Estarán siempre a la defensiva para responder a vuestra actitud acusatoria. * ¿Cómo alcanzar este equilibrio entre amor y firmeza que parecen incompatibles? ¿Queréis haceros amar? ¿Queréis actuar con firmeza? Amad vosotros primero. No transijáis con todas las faltas y no hagáis continuamente amenazas de cosas que luego Desterrad la cólera, los arrebatos, todo lo que no se cumplen. provoque ira y desprecio. Tened para vuestros hijos entrañas de bondad, Tened una autoridad que no sea severa y una condescendencia que no sea floja. dulzura y ternura. Reprended sin amargura y sin ira. * A la hora de alabar y reprender a vuestros hijos, no os dejéis guiar sólo por las apariencias y dones naturales. No despreciéis a uno de vuestros hijos porque tiene menos cualidades que otro; dirigid vuestra mirada al corazón, en donde se encuentra la verdadera belleza. Está bien alabar la buena conducta y censurar el mal, pero no provoquéis nunca los celos y los complejos de superioridad o inferioridad. * El arte de corregir no está hecho sólo de palabras de alabanza. Es verdad que éstas son un aguijón que pica y despierta el alma, pero que cuando se multiplican se convierten en sosas e insípidas. Hay que sazonar el encanto de las alabanzas con la sal de la reprimenda, de modo que una sea correctivo de la otra. De ese modo la alabanza es más deliciosa y la reprimenda más soportable. Un estilo pedagógico resumido en ocho afirmaciones9 1. El estilo educativo de Andrés Coindre está basada en el principio de compasión y de misericordia, que es el principio del Evangelio, que es el principio del Corazón de Jesús. Su pedagogía es una pedagogía basada en la confianza en las posibilidades de los niños para salir adelante aunque humanamente las apariencias puedan indicar lo contrario. 2. La clave del éxito es tener un sentido de autoridad mezcla de ternura y de exigencia. 3. Los hermanos deben educar realizando un acompañamiento personalizado de cada alumno, desde la cercanía, desde el contacto continuo con los niños en todos los momentos del día, desde el diálogo con ellos, desde el respeto y desde la vigilancia. 4. Deben formar en urbanidad para que los chicos sean educados, pero deben hacerlo predicando con el propio ejemplo. En este sentido es fundamental que en la escuela reine un clima de silencio, de orden y de disciplina que invite a aprovechar el tiempo al máximo. 5. Andrés Coindre promueve el trabajo educativo planteándose objetivos o alcanzar. 6. Promueve una pedagogía basada en la emulación, que eduque desde lo positivo y que insista más en el premio que en el castigo. Reconoce que éste es necesario en la educación, pero únicamente debe ser aplicado evitando los excesos, desterrando los castigos corporales, no dejándose llevar por la pasión, corrigiendo desde la dulzura y el cariño. 7. Es partidario de solucionar los conflictos inevitables, especialmente con los niños más difíciles, salvaguardando siempre, en la medida de lo posible, su honor, sin humillaciones, procurando evitar llegar a medidos drásticas desde un principio, por el contrario, se deben utilizar todas las estrategias posibles que ayuden a conseguir los fines pretendidos de la forma menos hiriente. 8. Andrés Coindre es muy realista y sabe que la educación de los niños, especialmente de los más pobres y más problemáticos, no es nada fácil, sino todo lo contrario, por eso invita a los hermanos a aceptar las dificultades inherentes a la labor educativa con espíritu de sacrificio. 9 Hermanos Antonio López y Marcelino Madrid. Ib. 33 TRABAJO PERSONAL 5. Lectura del documento de la ficha 6. Respuesta a este cuestionario Cuál de los textos evangélicos sobre la compasión en Jesús y la confianza que produce te parece más significativo y por qué. ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… Selecciona tres frases de las cartas del padre Andrés Coindre que siguen siendo especialmente válidas hoy (si es necesario las adaptas en su redacción a la situación actual). ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… Resumen en un texto de cuatro o cinco líneas dirigido a los padres de hoy los consejos que el Padre Coindre da a los padres de su tiempo ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………… ¿De las ocho propuestas educativas cuáles son las cuatro que te parecen más presentes en tu vida?, ¿cuáles son las más presentes en tu centro. ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……… 34 ANEXOS PARA SABER MÁS DATOS… ¿DE QUÉ MODO ERA PROFÉTICA LA MISIÓN DE ANDRÉS COINDRE A FAVOR DE LOS JÓVENES?10 LA MIRADA RECIBIDA Y DADA Algo raro me pasaba en la vista. Fui a ver al médico y este fue su diagnóstico: “Su mirada está empañada de la pasión de Dios por el hombre, y empeñada en colaborar en su proyecto de salvación para todos. Su mirada ha sido conquistada por Dios, por eso mira la realidad como Él la mira, y no puede menos de sentir compasión. Ve una realidad sedienta de Dios, sed que han provocado los estragos de la guerra, el odio, la pobreza y el pecado. Y veo a sus víctimas más indefensas e inocentes: los niños, adolescentes y jóvenes pobres y sin esperanza. Eso le afecta también a su corazón que queda profundamente consternado e interpelado por esta dura realidad, y le lleva a ser voz profética que no se calla. A través de su mirada se ve otra mirada muy superior a la suya propia. Yo diría que una mirada divina que mira a su pueblo. Esta enfermedad tiene un nombre y no es muy corriente: MIRADA PROFÉTICA. No tiene cura y es altamente contagiosa”. EL DESCENSO A LA POBREZA, LA KENOSIS. Durante mi vida tuve que realizar muchos viajes, pero el más importante y el más difícil os lo voy a contar ahora. Os diré cómo comenzó todo. No tuve que ir muy lejos, estaba en mi ciudad, a las puertas de mi casa. La mirada a los niños y niñas de los que nadie se ocupaba, me llevó a recoger a niñas y niños abandonados en las calles, ¡que no es cualquier cosa!: es un gesto que marca un antes y un después en una persona. El estatus, la fama, el tiempo, las aspiraciones, el patrimonio, la imagen… todo queda comprometido con ese gesto atrevido e insensato. Pero ya no podía dar marcha atrás. El amor de Dios me quemaba en mi interior y emprendí el “viaje”. Emprendí el camino del “descenso”, la renuncia. Esta “opción por los pobres”, significó el comienzo de un camino de abajamiento, incomprensión y pérdida (en sentido humano), un camino como el que emprendieron los profetas. Un camino que, pasando por las incomprensiones y menosprecios en Lyon, desembocó en una muerte ignominiosa, momento en el que me identifiqué plenamente con mi Maestro. ¡Pero el viaje había merecido la pena! EL SIGNO DE LA COMUNIÓN Sentí la llamada de dar una respuesta a esa infancia y juventud que había visto por las calles de Lyon y por los pueblos más escondidos de Francia. El siguiente paso era conquistar a más personas para esta causa de Dios: creer en lo que se hace y ser capaz de expresarlo y contagiarlo; hablar al corazón de la persona, conmover, convencer, generar dinamismos de implicación comunitaria. Yo sabía que la credibilidad y fecundidad de mi proyecto necesitaba la implicación de personas que lo alimentaran y tutelaran, de una comunidad de hermanos plenamente identificada con esa misión a la que dedicaran sus vidas con libertad y totalidad, con gratuidad y permanencia. Intuí que la comunión era la entraña de la misión. Sólo cuando una misión estuviera avalada por una comunidad de fe y vida se convertiría en un signo de esperanza para las personas a las que quería servir, en este caso los niños y jóvenes pobres y sin esperanza. Era consciente de que una misión era profética cuando generaba esperanza, cuando imaginaba el futuro, reinventaba el presente, suscitaba la confianza en que otro mundo era posible, desarrollaba lo mejor de cada uno, ofrecía motivos para creer, luchar, esperar… Es decir, una misión profética convoca, genera comunidad a su alrededor. Por eso encomendé mi obra a un puñado de hombres y 10 Este texto está inspirado en unas reflexiones que el hermano Carlos Almaraz hizo en el Capítulo General de 2012. 35 mujeres a quienes invité a constituirse en comunidad de hermanos y hermanas para ser motivo de esperanza para su pueblo. ¡Por eso os la encomiendo ahora! “CIENCIA Y VIRTUD”. UNA ESCUELA QUE EVANGELIZA El conocimiento de la realidad que me proporcionó mi condición de misionero itinerante me hizo comprender dónde estaba la raíz de tanta desgracia, carencia, pobreza. En la falta de instrucción de las clases populares, especialmente del medio rural. A través de las Providencias como el Pío Socorro estaba socorriendo la herida pero no está previniendo las causas que la habían originado. Los niños del medio rural estaban abandonados, crecían sin maestros ni educadores, no había nadie que les acompañase en estos decisivos años de la vida, nadie construía con ellos horizontes de esperanza, nadie les hablaba del Dios providente y salvador. La llamada se hizo clara: mis Hermanos irían a los pueblos y fundarían escuelas que ofrecieran a los niños y a sus gentes “ciencia y virtud”. Era el carisma de evangelizar educando, carisma profético que muy pocos comprendían. Ciencia y virtud era el binomio que resumía la misión de la escuela corazonista: conducir a niños y jóvenes por el camino de su desarrollo personal (ciencia) para orientarlo hacia una plenitud que hiciera crecer a la persona (virtud). Mis Hermanos se consagrarían en cuerpo y alma a la educación de los niños del campo, haciendo de este ministerio la razón de sus vidas. Fue el desafío de los comienzos, sigue siendo un desafío muy actual para que vuestra escuela corazonista pueda proclamarse verdaderamente evangelizadora. “CORAJE Y CONFIANZA”, expresión de su vida teologal Cuando el hermano Borja estaba completamente desanimado yo le escribí estas palabras que todos seguramente recordáis y que a veces repetimos: ¡coraje y confianza! Siempre quise ser testigo de la providencia divina, quizá por ello llamaría a mis primeras obras, “providencias”. No hay mensaje, sermón, carta o escrito en que no aparezca esta confianza total en la providencia de Dios. Me fiaba de Dios, tenía una fe ciega en Él, era mi amigo más íntimo. La misión es profética porque sólo cuenta con el aval de Dios. No había otro motivo que justificara mi empeño, mis desvelos, mi entrega. Sólo Dios. Esta confianza es la que quise inculcar y transmitir a mis colaboradores y Hermanos animándoles a confiar siempre en el Dios providente. Por eso les ofrecí mi lema: “coraje y confianza”. La confianza en Dios, lejos de alentar posturas pasivas y cómodas, mueve al compromiso, alivia la renuncia, fortalece para el conflicto, templa el espíritu para la prueba, multiplica la entrega. Esta confianza explica mi celo apostólico, mi capacidad de lucha y trabajo denodado hasta el agotamiento, ese coraje, que me hizo sortear o enfrentar las dificultades que me sobrevinieron para que sólo triunfara la gloria de Dios y su voluntad. 36 EN LA ESCUELA DEL PADRE ANDRÉS COINDRE CURSO BÁSICO DE FORMACIÓN EN EL CARISMA SEGÚN EL PADRE ANDRÉS COINDRE AÑO 3° TEMA 15 37 PRESENTACIÓN DEL TEMA POR EL HERMANO JOSÉ IGNACIO CARMONA, SUPERIOR GENERAL 1. MEDITANDO LA PALABRA DE DIOS CON LA AYUDA DEL PADRE ANDRÉS COINDRE 2. DOCUMENTO DE LECTURA: EL CAMINO DE LA CONFIANZA 3. SUGERENCIAS PARA ACT.IVIDADES 4. ANEXO: PARA SABER MÁS DATOS… EL PADRE ANDRÉS NOS PRESENTA TRES TESTIMONIOS 38 PRESENTACIÓN DEL TEMA POR EL HERMANO JOSÉ IGNACIO CARMONA, SUPERIOR GENERAL Queridos amigos corazonistas: La formación de toda la persona requiere de una pedagogía, es decir, de una manera especial de educar, según nuestro carisma. Nuestra pedagogía es la pedagogía de Jesús, es decir, una pedagogía del corazón, que nace de la espiritualidad de la compasión. Debemos amar mucho a los niños y jóvenes que se nos encomiendan. Quien ama valora al otro, confía en él y, de esa forma, le ayuda a sentirse valorado, a tener confianza en sí mismo. Nuestra pedagogía es, por lo tanto, una pedagogía basada en la confianza, que se expresa principalmente por nuestra aceptación de los niños y jóvenes, el respeto a ellos, la fe en su capacidad de cambio y crecimiento, a pesar de las dificultades que puedan tener. Esta pedagogía se traduce igualmente en presencia y disponibilidad. Se trata de estar junto a los jóvenes con una presencia vigilante, bondadosa, sencilla y servicial, para brindarles el acompañamiento y el apoyo que necesitan. Es también la pedagogía de la escucha, del diálogo, de las buenas relaciones y de la exigencia siempre prudente y razonable. Sería deseable que la escuela pueda contar con un buen equipo de orientación escolar para apoyar toda esta pedagogía. Confío en todos vosotros, que formándoos en el carisma del padre Andrés Coindre seáis en nuestro centros verdaderos testigos de la confianza otorgada a los niños y a los jóvenes; una confianza que brota de vuestro corazón compasivo al estilo del corazón de Jesús. 39 0. MEDITANDO LA PALABRA DE DIOS CON LA AYUDA DEL PADRE ANDRÉS COINDRE La barca con los discípulos se hallaba en medio del lago, batida por las olas, porque el viento era contrario. Hacia las tres de la madrugada Jesús se dirigió a ellos andando sobre el lago. Los discípulos se asustaron y decían: “¡Es un fantasma!”, y se pusieron a gritar llenos de miedo. Jesús les dijo: “Tranquilizaos. Soy yo, no tengáis miedo”. Pedro le respondió: «Señor, si eres tú, mándame ir a ti sobre las aguas». Él dijo: “Ven”. Pedro saltó de la barca y fue hacia Jesús andando sobre las aguas. Pero, al ver la fuerza del viento, se asustó y, como empezaba a hundirse, gritó: “¡Sálvame, Señor!”. Jesús le tendió la mano, lo agarró y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?” Cuando subieron a la barca, el viento se calmó Mateo 14, 24-32 Yo me consideraba fuerte, pensaba que era el mejor del grupo. Por ello cuando Jesús dijo ven en medio de la tormenta pensé que era el único que como Moisés podría dominar a las aguas. Pero cuando las olas me rodeaban y me golpeaban con fuerza sentí miedo y con ese miedo toda mi fe se desvaneció. Empecé a hundirme, me sentía morir y entonces surgió aquel “sálvame, Señor” que cambió mi vida. Fui consciente que no eran mis fuerzas, ni mis bravuconadas las que me iban a salvar sino la mano de Jesús. Y por primera vez en mi vida sentí en qué consistía verdaderamente la confianza. Mi paso por el seminario fue brillante. Las notas excelentes. Me prepararon para ser un “predicador estrella”. Recién ordenado me pidieron que dieran en la catedral de Lyon el panegírico en honor del Emperador. Me llamaron a predicar la cuaresma en la misma catedral primacial. Pronto me destinaron a Lyon. Una carrera eclesiástica brillante se presentaba ante mis ojos. Pero en mi ciudad natal me encontré con la infancia por las calles y los adolescentes en prisión. Para ellos no había posibilidad de confianza. Y esa seguridad en mí mismo se empezó a tambalear, comencé a hacerme débil con los niños. Pero al mismo tiempo comprendí que para dar confianza yo también tenía que tener confianza en mí mismo, confianza en Dios. Yo, educador corazonista, he experimentado lo mismo. A una primera etapa de éxitos, de prestigio profesional, de plenitud de fuerzas se han sucedido nuevas etapas menos brillantes en mi vida. Mis sueños, en muchas ocasiones, se han ido desvaneciendo. Pero, al hacerme más vulnerable, me he ido haciendo más accesible, más compasivo. Y aunque en algunos momentos me siento como Pedro que me hundo en el “mar agitado” he descubierto una mano que siempre me acoge. Y, al mismo tiempo, he sentido que mi mano está un poco más cerca de quien había perdido la confianza. 40 2. DOCUMENTO DE LECTURA LA ESCUELA CORAZONISTA La escuela corazonista va a cumplir ya doscientos años. La escuela corazonista nació “para librar a los niños y jóvenes de la ignorancia, prepararlos para la vida y procurarles el conocimiento y el amor de la religión”. Ya vimos cómo después de la fundación del “Pío Socorro, hogar de acogida y escuela de formación profesional, los hermanos, siguiendo las directrices del Padre Andrés Coindre, se dedicaron a la escuela primaria, sobre todo en las zonas rurales. Era la escuela cristiana de las primeras letras. Los hermanos descubrieron que tenían que evangelizar a los niños y jóvenes enseñando a leer, escribir y contar, especialmente a los excluidos de la sociedad para que pudieran incorporarse a la misma como miembros de pleno derecho. Y ahora, ¿cómo se presenta la situación? Después de dos siglos de luchas en los que el Estado ha ido asumiendo cada vez más respuestas y más competencias en lo social, la escuela cristiana tiene que buscar su lugar en la nueva sociedad. Entonces ¿cuál es el camino de la escuela corazonista hoy? ¿Tiene sentido?, ¿tiene futuro? Leer, escribir, contar y algo más… Hoy, leer, escribir y contar sigue siendo muy importante y ojalá le sigamos dando la importancia que tiene. Sobre eso se fundamenta muchos de los saberes que la sociedad actual exige. Leer, escribir, contar es importante pero ya no es suficiente. Si miras los programas de estudios verás que hoy hay otro tipo de saberes: la economía, la política, las relaciones Norte-Sur, la estructura de la información, la organización del mundo, la globalización, la mundialización... y mil cosas más. Estamos en la época de los medios de comunicación: son la llave que abre la puerta del futuro. Quien no tiene información es el nuevo analfabeto, no participa, es el nuevo excluido de la realidad. Por eso la nueva escuela debe enseñar a leer y a interpretar ese nuevo mundo que se desarrolla de modo espectacular haciendo viejo hoy, lo que ayer era el último grito. Los que no saben manejar e interpretar este nuevo mundo son los nuevos analfabetos del siglo XXI. La escuela corazonista ya no sirve solo para enseñar a leer, sino para “leer” de una determinada manera. ¿Qué es lo que hace que nuestra escuela sea una opción alternativa? Con esto no queremos decir que nuestra escuela sea la mejor, la que tiene los mejores resultados, la que prepara mejor para “triunfar” en la vida. Eso es propaganda barata. Conozco a un director que decía que su colegio era el segundo de su ciudad: ¡todos los demás se anunciaban como el primero! ¿Qué es lo que caracteriza la escuela corazonista? Si preguntas a la gente es muy posible que recibas respuestas como estas: porque da una educación de calidad; porque en ella están presentes los símbolos religiosos (¡la dichosa guerra de los crucifijos!); porque se da clase de religión y catequesis sacramental; porque se reza, se celebra la eucaristía; por la entrega de los profesores y la disciplina y orden que reina en el mismo; porque se organizan grupos de formación cristiana o de compromiso social; porque… ¿Pero esto es lo verdaderamente peculiar? Hace ya más de cincuenta años se reunieron obispos de todo el mundo en un Concilio en el Vaticano y se hicieron la misma pregunta. ¿Sabes lo que respondieron?: “Su nota distintiva es crear en la comunidad escolar un clima animado por el espíritu evangélico de libertad y de caridad”. Así construiremos la escuela del presente y la escuela del futuro, una escuela del corazón, que eduque desde el Corazón. Los destinatarios que ofrecen futuro… Pero otra pregunta que puedes hacerte es: ¿A quiénes debe dirigirse la escuela corazonista de hoy, a quiénes debe dar la palabra? De primeras nos sentimos tentados a decir que son los alumnos con buenas cualidades, con excelentes resultados, con posibilidades económicas que permitan la existencia de la escuela (esto no lo decimos en los documentos pero son los criterios que rigen en muchos casos) Pero si miramos hacia atrás, el Padre Andrés y el Hermano Policarpo, nos dirían: a los que esa palabra no llega, a los que tienen más dificultades para acceder a esa palabra: a los excluidos sociales, a las víctimas de lo que académicamente se denomina fracaso escolar. A ellos debe anunciar la buena noticia. No se trata de la alternativa de una escuela para ricos o una escuela para 41 pobres. La escuela corazonista debe hacerse presente en donde hay niños y jóvenes que necesitan apoyo. No una escuela que quiere ser una especie de cazatalentos, que les sirva para presentar los mejores resultados académicos, sino una escuela capaz de detectar en dónde hay una necesidad, un problema y que quiere ayudar. La obra de Andrés Coindre surgió para dar respuesta a los excluidos. Su respuesta fue válida, y su respuesta ha seguido siendo válida a lo largo de doscientos años y esto sin separarlos del resto de los chicos de su edad. La escuela corazonista es una escuela para todos. Andrés quiso una escuela de inclusión, nunca de exclusión. Pero muchas formas de hacer escuela hoy ya no sirven para los excluidos. La escuela corazonista deberá buscar, aunque la fórmula te parezca rara e incluso contradictoria, nuevas fórmulas para servir a los excluidos de la escuela dentro de la escuela. Por aquí se dibuja el camino del futuro, el camino de lo alternativo... Y al final… confianza. Y vas a permitir que digamos algo que conviene recordar, porque es la clave de una escuela que pretenda tener sentido hoy… y tener futuro. Andrés Coindre respondió a los niños y jóvenes más necesitados aplicando una pedagogía basada en la confianza. Los hermanos del Sagrado Corazón, los educadores corazonistas, herederos de su carisma, de su estilo pedagógico, debemos aplicar en la nueva escuela alternativa, al servicio de los nuevos excluidos, esa pedagogía de la confianza que sepa acoger y respetar a cada niño y a cada joven donde esté y como esté creyendo firmemente en su capacidad de cambio y de crecimiento. Permítenos un juego de palabras: ¡La confianza da confianza para nuestro futuro! EDUCAR DESDE EL CORAZÓN EN LA ESCUELA DE JESÚS Muchas veces hemos afirmado que lo típico de la pedagogía corazonista era “educar desde el corazón”. Ahora vamos a intentar descubrir cuál es el secreto de esa pedagogía. Todos sabemos qué es ir a la escuela, ir al colegio. Lo hemos hecho desde niño. Para aprender hay que ir a la escuela, se ha dicho toda la vida. Los corazonistas hemos hecho vocación de la profesión de maestro. Un día fuimos alumnos, ahora somos profesores. Pero al mismo tiempo que maestros sabemos que tenemos que seguir yendo a la escuela. Para aprender lo más importante de nuestra vida tenemos que asistir a una escuela muy peculiar. Cada uno de nosotros hemos escuchado la llamada: Venid a mí, aprended de mí, que soy un maestro manso y humilde y encontraréis el reposo de todos los afanes de vuestra vida. Nuestra escuela es la escuela de Jesús. La vida de un corazonista puede ser comparada con una escuela, que cada uno está llamado a frecuentar durante toda su vida. En efecto, tener en sí los sentimientos del Hijo quiere decir entrar cada día en su escuela, para aprender de Él a poseer un corazón manso y humilde, valiente y apasionado. Quiere decir dejarse educar por Cristo y ser atraído por Él, corazón y centro del mundo, eligiendo su misma forma de vida. “Tener los mismos sentimientos del corazón del Hijo” ese es el objetivo de la vida de un cristiano, su mayor deseo. En la Regla, se nos va presentando algunos de los rasgos del corazón de un corazonista. Sin duda has visto el espectáculo de los fuegos artificiales. Sube el cohete, de pronto estalla y de un único foco de luz surgen cuatro o cinco, y de estos, otros tantos… y así sucesivamente hasta que todo el cielo se llena de su resplandor. Algo así ocurre cuando se dice cómo es el corazón del educador corazonista. Como una sinfonía de luz se va abriendo el panorama de ese corazón, formado en la escuela del corazón, en la escuela de Jesús. Así podemos decir que nuestro sueño es tener un corazón… manso, humilde, misericordioso… sencillo, acogedor, fraterno… respetuoso y gratuito… tierno y accesible, solícito y fiel, oyente y servidor… entregado, comprometido y comprensivo… 42 fraterno… enamorado… No está mal, ¿verdad? Pero te estarás diciendo que nosotros no somos exactamente así. ¡Tienes razón! Somos personas, como cualquier otra persona, llenas de defectos y a todas esas características habría que añadir que también nuestra vida es tener un corazón… débil… cubierto de heridas… salpicado por el pecado… egoísta y vanidoso… violento e injusto… que ha vivido la experiencia del fracaso… cegado por las tinieblas de la duda… y… Al experimentar la pobreza del propio corazón no podemos menos que ser muy comprensivos y respetuosos de todas las miserias que anidan en los corazones de los hombres. Los corazonistas queremos recordar a todos los que asisten a nuestros colegios que el verdadero maestro es Jesús, es él que puede formar verdaderamente un corazón humano. En cada una de las puertas de nuestros colegios se debería poner un cartel como este: LA ESCUELA DE JESÚS ¿Quieres aprender a tener los mismos sentimientos de Jesús? Jesús acaba de abrir una escuela. En ella aprenderás de Él a poseer un corazón manso y humilde, valiente y apasionado. Allí serás educado por el maestro Jesús y te sentirás verdaderamente atraído por Él, corazón y centro del mundo, conformando, poco a poco, tu vida con la suya.. En esta escuela experimentarás también, la urgencia de comunicar a los otros lo que aquí aprendes, de tal modo que los discípulos se vuelven maestros. El don recibido llegará a otras muchas personas que están esperando tu ayuda. ¡YA ESTÁ ABIERTA LA INSCRIPCIÓN PARA EL PRÓXIMO CURSO! ¡LAS PLAZAS NO SON LIMITADAS Y LA MATRÍCULA ES GRATUITA! Para terminar un cuento que quizás ya conozcas que nos recuerda la importancia de educar el corazón, de educar desde el Corazón… porque la “diferencia está en el corazón”. Es una historia que ocurre en el desierto. Un joven se acerca a un anciano y le pregunta cómo es la gente del pueblo, a lo que el anciano le responde con su misma pregunta: ¿cómo es la gente de tu pueblo. Cuando el joven le dice que eran egoístas y mentirosos, egoístas y ladrones, el anciano le dice que la gente de allí era como la de su pueblo. Días después la escena se repite con otro joven que le hace la misma pregunta, pero en este caso la respuesta del joven fue que la gente de su pueblo era buena, acogedora y leal. A lo que el anciano le dice que la gente de ahí es tan buena como la de su aldea. Otro joven que había participado en los dos encuentros le dice al anciano por qué a la misma pregunta había dado respuestas completamente diversas. La respuesta fue: 43 Hijo mío, la diferencia está en el corazón. El hombre es el único ser viviente que ve y mira con el corazón. El joven que sólo sabía ver cosas malas en los demás, tampoco iba a encontrar aquí gente buena. En cambio, ese joven que sólo ha visto lo bueno, también encontrará muchos amigos. ¡La diferencia está en el corazón! Y podemos añadir que para nosotros, los hermanos, la diferencia está en el Corazón. EN LA ESCUELA DE ANDRÉS COINDRE Si le preguntásemos al padre Andrés Coindre cuáles son para él las características de una “escuela corazonista” quizás lo resumiría en cuatro palabras. Sus palabras podían ser muy parecidas a estas: COMPASIÓN, que no quiere decir lástima, sino compartir una pasión (com-pasión), la pasión amorosa de Dios hacia cada uno de nosotros. Quería que cada alumno, cada profesor se sintiera beneficiario de esa inmensa compasión del Padre hacia cada uno de ellos. Escuela corazonista está reñida con la indiferencia, el desánimo, la rutina y el aburrimiento; la escuela corazonista es una escuela apasionada. CONFIANZA, porque sentirse compadecido genera confianza, en sí mismo y en los otros. Saber que cada persona tiene unas inmensas posibilidades que está llamado a desarrollar, que tiene un “corazón sagrado” digno de respeto y que merece ser acogido sin condiciones previas. La escuela corazonista está reñida con las desconfianzas o las envidias, con las puertas cerradas, con el sentimiento de fracaso, los juicios negativos y las condenas; la escuela corazonista es una escuela que da y genera confianza. JUSTICIA, esa justicia que me quemaba el corazón cuando recorría las calles de Lyón o las aldeas de Francia. Ya sabía que nuestra presencia era muy limitada y no podíamos cambiar el mundo, pero sí se podía cambiar algo de nuestro pequeño mundo. Como ha dicho uno de vuestros literatos: son cosas chiquitas que no acaban con la pobreza, pero quizás desencadenan la alegría de hacer, y la traducen en actos. La escuela corazonista una escuela que combate la injusticia y lucha por la justicia, la paz y por una creación respetada e integrada. COLABORACIÓN, para trabajar unidos todos los que forman parte del colegio tratando de encontrar en los otros no rivales, competidores o enemigos, sino compañeros caminando juntos por el mismo camino. Una escuela corazonista está reñida con los individualismos, la mutua ignorancia o las disputas permanentes; en la escuela corazonista sumar y multiplicar es mucho más importante que restar y dividir. Y yo me pregunto ¿estos valores con los que soñé y luché serán todavía los valores de la escuela corazonista del siglo XXI?, ¿habrá niños, jóvenes y educadores dispuestos a seguir soñando y luchando por ellos? De vosotros depende. PARA TERMINAR… TENGAMOS UN SUEÑO Los sueños de un educador corazonista sobre sus alumnos Si preguntas a un educador corazonista que nos diera diez consejos para sus alumnos, seguramente, las respuestas serían variadas pero quizás podrían ser algo parecido a estas diez afirmaciones. Quizás parezca un sueño pero, a la larga, los grandes soñadores de la humanidad son los que han logrado cambiarla. 1 Eres una persona importante, valiosa. 2 No vivas solamente en la exterioridad, aprende a viajar al interior de tu corazón. 3 Tu libertad es un precioso don, al mismo tiempo, algo que se conquista. 4 No seas esclavo de la vida fácil, sé responsable. 5 No seas un monigote que se lo traga todo, ten un buen sentido crítico de la realidad. 6 Los otros son siempre dignos de respeto, comprensión y confianza. 7 Sé una persona comprometida por los valores de la justicia, la paz y la defensa de la creación. 8 No discrimines a los demás por su raza, su religión, su nacionalidad. 44 9 Aunque a algunos les da vergüenza decirlo, a ti no: ser discípulo de Jesús de Nazaret es algo estupendo y ser creyente no es sinónimo de ser un carca. 10 Tu fe y la cultura no son dos mundos aislados e incompatibles, sé constructor de puentes entre ellas. Los sueños de un alumno corazonista sobre sus educadores A veces a los jóvenes se les tacha de superficiales y poco comprometidos. Como se dice, “de todo hay en la viña del Señor” y no habría que generalizar. Un documento babilónico de hace más de cinco mil años ya hablaba de que los males de la sociedad radicaban en una juventud perezosa y poco disciplinada. Pero de los jóvenes podemos y tenemos que aprender muchas cosas. Si acabamos de leer cómo les gustaría a los profesores que fueran sus alumnos, ahora nos atrevemos a intuir lo que los alumnos corazonistas piden a sus profesores. Lo haremos también en forma de mensajes sencillos y directos. 1 Que tu pedagogía sea activa, creadora y personalizada para que así podamos sentirnos artífices de nuestra educación y de nuestro futuro. 2 Procura una relación cercana y la escucha acogedora. 3 Que tus “enchufados” sean aquellos que de entre nosotros tengan más carencias, más problemas; a aquellos que están destinados de antemano a fracasar en sus estudios y en la vida. 4 Sé una persona entregada a tu trabajo; fomenta entre nosotros, aunque a veces nos quejemos, hábitos de disciplina, orden y dedicación. 5 No te estanques: fórmate y adapta tu acción educativa a las necesidades de tiempos y lugares. 6 No tengas miedo de proponernos valores cristianos siendo tú el primero en cultivarlos. 7 No te necesitamos perfecto, pero que a través de tu corazón podamos vislumbrar, al Corazón de Jesús. Pero, podemos peguntarnos, ¿merece la pena soñar? Esta puede ser la respuesta: Soñamos juntos y, como todos los que sueñan, tuvimos muchas decepciones. Si tenemos cien sueños, sufriremos muchas decepciones, cuando veamos que sólo se realizan dos o tres. Pero, si por miedo a la decepción, renunciamos a soñar, tendremos la enorme decepción de no ver nunca ningún sueño realizado. 45 3. ACTIVIDADES: TRABAJO PERSONAL 7. Lectura del documento de la ficha 8. Respuesta a este cuestionario ¿En qué momentos he sentido la confianza en mi vida? ¿Recuerdo alguna persona que me ha otorgado su confianza? ………………………………………………………………………………………………………... ………………………………………………………………………………………………………... ………………………………………………………………………………………………………... ………………………………………………………………………………………………………... ¿En qué momentos he sentido que he otorgado confianza a otros? ¿Recuerdo alguna persona a la que he otorgado otorgado mi confianza? ………………………………………………………………………………………………………... ………………………………………………………………………………………………………... ………………………………………………………………………………………………………... ………………………………………………………………………………………………………... Di cinco rasgos de una pedagogía basada en la confianza. ………………………………………………………………………………………………………... ………………………………………………………………………………………………………... ………………………………………………………………………………………………………... ………………………………………………………………………………………………………... ………………………………………………………………………………………………………... ¿Cuál de esos rasgos se cultiva especialmente en mi colegio? ¿Cuál echas en falta? ………………………………………………………………………………………………………... ………………………………………………………………………………………………………... ………………………………………………………………………………………………………... 46 ANEXOS PARA SABER MÁS DATOS… Hablar de la pedagogía de la confianza en general es fácil pero cuando nos encontramos con personas concretas es más difícil. Hoy nos gusta hablar de la necesidad de educar a los más desfavorecidos, a los alumnos más problemáticas pero eso puede traernos muchos problemas que no siempre estamos dispuestos a asumir. El padre Andrés Coindre acogió a los chicos más problemáticas de la sociedad. Eso le trajo muchas satisfacciones y no pocos problemas. No siempre sus “historias” terminaron bien. Conocemos los casos de dos chicos y una chica a los que el padre Coindre recibió. En un par de casos estuvo a punto de ir a la cárcel. Así nos podía contar él lo que sucedió. No olvidemos que una pedagogía basada en la confianza no consiste en otorgársela a quienes se la merecen sino concederla a quienes, seguramente, no nos darán una respuesta positiva. En un tema anterior hemos visto la historia de Stepahnie Simon, hoy nos fijamos en otros dos jóvenes que experimentaron en sus vidas la pedagogía del padre Andrés Coindre: Vicente Briançon y Lespinasse. VICENTE BRIANÇON En cuanto vi a Vicente me di cuenta de que era alguien muy especial. Tendría trece años de edad, delgado y de talla pequeña, rubio y de ojos grises, carácter exaltado y decidido. Cuando me contó cómo había llegado hasta allí me percaté de que no me había equivocado. Natural de Annonay, ciudad a 75 kilómetros al sur de Lyon. Su padre era quincallero… y protestante. ¡A los cinco años! tomó la determinación de hacerse católico, después de escuchar a su ama de cría. Fue donde el párroco que no le quiso escuchar. Con la ayuda de un profesor y del Vicario recibió la catequesis. Un día, en secreto, a las cinco y media de la mañana, recibió la primera comunión. Se escapó de casa pero el párroco le encontró y lo devolvió a su padre que le dio una soberana paliza. Una prima le animó a que se escapara de nuevo. Se refugió en la parroquia. Sus padres en la puerta gritaban que esta vez iban a matarle. Se escondió en un armario de la sacristía y allí permaneció durante ocho horas. Cuando se hizo de noche su prima le trajo vestidos de chica y logró escaparse. Durante una temporada pasó de un sitio a otro, permaneció quince días en un convento de monjas y finalmente me lo trajeron al Pío Socorro. Cuando terminó de contarme su historia mis ojos estaban llenos de lágrimas. Esta vez yo no era el que había buscado sino era él el que vino a mí. Le pregunté si estaba contento allí y me dijo que se encontraba muy a gusto entre tanto chico de su edad y que yo sería para él como un padre, mucho más que el suyo propio que tan mal le había tratado. Pero ya se había puesto en marcha su busca y captura. Los jueces enviaron la policía en su búsqueda. Siguiendo sus pasos llegaron hasta el Pío Socorro. Le interrogaron e, inmediatamente, le devolvieron a su familia. Pero no sólo buscaban a Vicente, también me buscaban a mí. Era la ocasión para atacar a la Iglesia. Me acusaron de rapto, quisieron abrirme juicio. Prácticamente nadie me defendió. Las autoridades eclesiásticas de Lyon, en vez de ponerse de mi parte le dijeron al Juez que la mayoría de los sacerdotes de Lyon eran ejemplares y que si yo había delinquido sería castigado. Al final el proceso no se abrió por falta de pruebas. Pero a Vicente ya no lo vi más, ni pude comunicarme con él. Y es que no todas las historias acaban bien… LESPINASSE En 1817 viendo que los hospitales y las prisiones de Lyon se llenaban de muchachos… Todo empezó con una mirada. Y esa mirada me llevó a tomar la decisión de fundar una casa para recogerlos y apartarlos del peligro. 47 Aquí os podría hablar de muchos de los que pasaron por el Pío Socorro, el Hogar-escuela-taller que fundé para ellos. Pero, ¡por qué será que siempre nos acordamos más y les dedicamos una atención especial a los que nos han causado más problemas! Os quiero hablar de uno de ellos: Lespinasse. Lo conocí en la prisión y en cuanto salió le dije si quería venir al Pío Socorro. Aunque sabía que era un jovenzuelo que no era muy de fiar y que sabía engañar de maravilla, le di un puesto de confianza y le puse como responsable al frente de uno de los telares. La cosa no funcionaba bien, pero quise darle nuevas oportunidades. Por otra parte, porque sabía ganarse a la gente, mi madre y mi hermana estaban encantadas con él y le invitaban a su casa. Un día, el Hermano Borja, me avisó, todo angustiado, que un primo de Lespinasse que vivía allí también se había chivado que su primo se escapaba del Centro por la noche. Eso era muy grave dado que el Pío Socorro era considerado como centro penitenciario y, además, no era muy bien visto por la vecindad. Cualquier excusa sería buena para cerrarlo. ¿Qué hacer? Se me presentaba una ocasión de oro para expulsarlo. Así se terminarían los problemas. Pero eso suponía devolverlo a la calle y en poco tiempo, a la prisión. ¿Qué había que salvar, la Institución o la persona? ¿No sería posible salvar ambas cosas? Intenté conjugar una solución que uniera comprensión y exigencia. Le dije al Hermano Borja que para comenzar hablará con él para que se diera cuenta de que sus escapadas eran conocidas y que le diera una buena reprimenda; que tuviera cuatro ojos encima de él vigilándole de manera especial, “como a la leche sobre el fuego”; que, por el momento, le privará de su misión de vigilar el trabajo de otros; que le dijera que merecería veinte veces ponerle de patitas en la calle… Y, a pesar de todo, le pedí que el asunto quedara en secreto y que no se le expulsara. Y volví de nuevo a ver a Lespinasse como aquel primer día que me lo encontré en prisión. Y me di cuenta de que sólo se ve bien con el corazón. Lespinasse merecía su enésima oportunidad. ¡Quizás fuera la definitiva! 48 EN LA ESCUELA DEL PADRE ANDRÉS COINDRE CURSO BÁSICO DE FORMACIÓN EN EL CARISMA SEGÚN EL PADRE ANDRÉS COINDRE AÑO 3° TEMA 16 49 0. PRESENTACIÓN DEL TEMA POR EL PAPA JUAN PABLO II 1. MEDITANDO LA PALABRA DE DIOS CON EL PADRE ANDRÉS COINDRE 2. DOCUMENTO DE LECTURA ENTREVISTA AL HERMANO SUPERIOR GENERAL SOBRE LA COMUNIÓN DE HERMANOS Y SEGLARES EN UN CARISMA EN COMUNIÓN11 3. SUGERENCIAS PARA ACTIVIDADES 4 ANEXOS: PARA SABER MÁS DATOS… ¿UN CARISMA COMPARTIDO DESDE LOS ORÍGENES? Y UNAS AFIRMACIONES DEL MAGISTERIO DE LA IGLESIA 11 Carta nº 6 “La comunión en el carisma, capítulo III 50 PRESENTACIÓN DEL TEMA POR EL PAPA JUAN PABLO II12 Queridos amigos: Deseo fervientemente que los educadores corazonistas, hermanos y seglares compartiendo un carisma común, continuéis gastando lo mejor de vuestras energías para dialogar con los niños y los jóvenes y formarlos según el Corazón de Cristo, proponiéndoles de una forma eficaz y atrayente el ideal del evangelio. La Iglesia anima y sostiene fuertemente las instituciones que, como la vuestra, se dedican a la educación de la infancia y la juventud. En muchas situaciones, los niños y los jóvenes carecen de entorno familiar, de afecto y de estructuras donde llevar a cabo su instrucción y su maduración interior. Es necesario proporcionarles los medios para construir su personalidad, mediante una formación humana y una educación espiritual y moral apropiada, para que sepan encontrar su puesto en medio de sus hermanos, asumir responsabilidades en la sociedad y ser fieles discípulos de Cristo. Vosotros, educadores corazonistas, preparáis los testigos y los evangelizadores del mañana, despertando las inteligencias, los corazones y las conciencias a los valores humanos y espirituales esenciales. La Iglesia cuenta con los que se benefician de una formación, para que tomen parte activa en la vida de las comunidades cristianas y para que se conviertan a su vez en testigos para sus hermanos. No olvidéis que la educación de la juventud es una obra de evangelización por excelencia, pues, valorando los talentos propios de cada uno, vosotros, educadores, permitís el desarrollo de la persona, que tiene un precio a los ojos de Dios, manifestáis el amor misericordioso del Señor e invitáis a ponerse al servicio de sus hermanos. Como lo recordaba San Ambrosio de Milán, “antes de subir al cielo, Jesús os ha dejado como vicarios de su amor” 12 Carta a los Hermanos del Sagrado Corazón en 1996, 175 aniversario de fundación. 51 1. MEDITANDO LA PALABRA DE DIOS CON EL PADRE ANDRÉS COINDRE Llamó a los doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. (…). La fama de Jesús llegó a oídos del rey Herodes. Unos decían: “Ése es Juan Bautista, que ha resucitado y tiene el poder de hacer milagros” (…). Se reunieron de nuevo los apóstoles con Jesús y le contaron lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Venid conmigo a un lugar retirado y tranquilo y descansad un poco». Porque eran tantos los que iban y venían, que no tenían tiempo ni para comer. (Marcos 6,7.14.30-31) Este texto siempre me ha llamado la atención. Fijaos bien. Jesús envía a sus discípulos en misión, por grupos, no en solitario. En cuanto marchan el evangelista se pone a hablar de un tema distinto. Ya no nos cuenta de lo que hacen, ni Jesús ni los discípulos; se pone a hablar de Herodes y de Juan Bautista. Es como si Jesús, solo, o los discípulos, solos, no tuvieran importancia. Cuando los discípulos vuelven en escena, al regresar de la misión que Jesús les ha encomendado, este se hace de nuevo presente y el relato sigue su curso normal. En este momento de reflexión orante os invito a profundizar en el sentido de una misión compartida. La misión, entre vosotros, no puede considerarse como una aventura en solitario. Solo puede entenderse cuando la hacemos juntos y en compañía de Jesús. Os invito a decir conmigo Jesús, tú nos has lanzado al mar de la vida en un solo barco. Personas de diferentes edades, mentalidades, caracteres y funciones; profesores, colaboradores, alumnos, padres, amigos y familias. Un barco que tú conduces mar adentro -con mano firme- en horas de bonanza y en horas de temporal. Cuida, Señor, a cada uno de los que navegamos mar adentro. ¿Cómo íbamos a encontrar la paz, si un compañero nuestro, un solo compañero, se hundiera ante nosotros y desapareciera para siempre de nuestra vista? Haz Señor, que nos arriesgamos a dar la mano a quienes necesiten de nuestra ayuda para que, agarrados a ti, logremos desembarcar un día, todos juntos, en el único puerto: el corazón del Padre. 52 2. DOCUMENTO DE LECTURA ENTREVISTA AL HERMANO SUPERIOR GENERAL, HERMANO JOSÉ IGNACIO CARMONA, SOBRE LA COMUNIÓN DE HERMANOS Y SEGLARES EN UN CARISMA EN COMUNIÓN13 Normalmente se utiliza la expresión “misión compartida”. Usted ha empleado otra diferente “Comunión en el carisma”, ¿puede explicarnos por qué? Desde hace unos veinticinco años se viene utilizando en la Iglesia la expresión misión compartida. En los últimos años se habla también de compartir el carisma o de compartir carisma y misión o, incluso, de comunión en el carisma. Yo utilizo esta última. Los motivos de esta opción son varios. En primer lugar, la expresión misión compartida puede dar a entender que lo que se comparte es una tarea. Ahora bien, nosotros, herederos de Andrés Coindre, no desarrollamos meramente una tarea educativa, sino que a través de ella, realizamos una misión que se enmarca dentro de un carisma. En segundo lugar, la palabra compartir pudiera dar a entender que los religiosos somos los dueños del carisma, los propietarios, que regalamos migajas del mismo a los seglares o a las personas que nos rodean. Sin embargo, los carismas no son propiedad de los institutos de vida religiosa, sino de la Iglesia comunión, y el Espíritu los otorga también a los seglares y a otros miembros de la Iglesia. En tercer lugar, el compartir se puede entender como un compartir ciertas responsabilidades al interior de una obra apostólica, sin que esto tenga que ver con el carisma de fundación. Se trataría de un compartir funcional; de compartir no la identidad profunda sino la organización pedagógica, administrativa, etc. Finalmente, sabemos que el carisma comprende la espiritualidad-consagración, la vida fraterna y la misión. Ahora bien, estas dimensiones van íntimamente unidas. No podemos pretender compartir la misión si no compartimos las otras dimensiones. Propongo, pues, vivir integralmente la comunión en el carisma. ¿Cómo puede vivirse un único carisma desde vocaciones diversas como pueden ser la seglar y la “religiosa”? La visión de la Iglesia como comunión de fieles implica un cambio fundamental en la relación entre religiosos, seglares y ministros ordenados. Ésta ya no es de dependencia sino de comunión. El instituto religioso ya no se sitúa en el centro. La comunión bien entendida les lleva a apoyarse mutuamente para que cada uno, según su propia vocación, viva la experiencia del carisma común que incluye el compromiso de servicio a una única misión. Esta comprensión de la comunión en el carisma rompe totalmente el modelo anterior y nos abre a un nuevo universo carismático. Esto supone que personas con vocaciones diversas -hermanos, seglares, sacerdotes, etc.- podemos estar llamadas a vivir el mismo carisma. Incluso, podemos compartirlo hasta cierto punto con creyentes de otras confesiones cristianas, fieles de otras religiones y no creyentes, pues llevan dentro de sí semillas del Verbo, propias de su creencia y cultura, presentes asimismo en algunos rasgos específicos de nuestro carisma. ¿Podemos relacionar estas afirmaciones con la actuación del padre Andrés Coindre en los comienzos de los Corazonistas? El carisma de Andrés Coindre en cuanto Fundador es anterior a la fundación del Instituto. Sabemos que el Piadoso Socorro, institución que consideramos original para nosotros, data de 1818, mientras que el Instituto fue fundado en 1821. ¿Podría suponerse que la idea inicial del Padre Coindre era que el carisma fuera vivido por un grupo de jóvenes seglares al servicio de dicha obra? Si de verdad éste era su proyecto, ¿su no realización podría atribuirse a determinadas circunstancias históricas (problemas económicos, dificultades para formar a los educadores, etc.) y a la forma de concebir la Iglesia en aquel tiempo? ¿Cuál es la aportación común y la propia de hermanos y seglares en este carisma compartido? 13 Carta nº 6 “La comunión en el carisma, capítulo III 53 Es evidente que la llamada a que religiosos y seglares vivamos el mismo carisma no debería ser un “invento” para suplir la falta de religiosos en algunos lugares. Los seglares y demás colaboradores no están únicamente llamados a desempeñar determinadas funciones en las obras apostólicas en que se encuentran también los religiosos o a participar sólo de algunos aspectos de su espiritualidad sino a compartir con ellos el mismo carisma para el servicio de la misma misión. Comunión no implica uniformidad o igualdad total. Si todos fuéramos iguales ninguna persona ni grupo tendría nada específico que aportar a los demás. Hablamos de una comunión entre seglares, religiosos y personas de diversas vocaciones en la que los religiosos siguen siendo religiosos, los seglares, seglares, de modo que las personas y grupos mantienen cada uno su identidad. Unos y otros, en estrecha colaboración, nos apoyamos para vivir y encarnar el mismo carisma. La estrecha colaboración se da en el respeto a la diferencia y al estilo de vida propio de cada vocación. ¿Cuál es el camino recorrido en este camino hacia la comunión en el carisma? Distinguimos varias etapas en el lento proceso hacia una creciente comunión en el carisma entre los hermanos y seglares implicados en las mismas obras apostólicas. En un primer momento, por causa de la disminución del número de religiosos o del crecimiento de las obras apostólicas, los seglares son admitidos como simples auxiliares o suplentes en establecimientos donde la mayor parte del personal es religioso. Los hermanos tienen toda la responsabilidad; los seglares son considerados en ese momento como meros funcionarios que desempeñan tareas de menor importancia. En un segundo momento los hermanos confían a lo seglares responsabilidades de cierta importancia como las de prefecto de estudios, vicedirector, coordinadores de etapa, etc. Los seglares reciben cierta formación en el espíritu del Instituto, toman parte activa en la marcha del establecimiento y son más reconocidos. Pero los hermanos ocupan el centro y continúan asumiendo las responsabilidades principales, como la dirección, la administración financiera y la animación pastoral. En una tercera etapa los seglares asumen responsabilidades con buena competencia profesional, aunque no se puede decir todavía que viven el carisma del Fundador al servicio de la misión. Los hermanos siguen presentes en la obra apostólica como custodios de dicho carisma, tratando de mantener el espíritu del establecimiento y conservando de algún modo el control del mismo. Se ponen en marcha experiencias de formación conjunta entre hermanos y seglares para llegar a vivir la comunión en el carisma. En resumen, en esta etapa los seglares son colaboradores de primer nivel aunque todavía no en pie de igualdad sino como dependientes de los hermanos. En una cuarta etapa, hermanos y seglares viven la comunión en el carisma al servicio de la misión en plan de igualdad, asumiendo indistintamente, unos y otros, las diversas responsabilidades. Independiente de quién sea el propietario del inmueble, el establecimiento ya no es el establecimiento de los hermanos sino de la comunidad cristiana. Incluso es posible que debido a la disminución del número de religiosos, éstos no estén presentes y se llega a la situación de “escuelas de hermanos sin hermanos”. En resumen en esta etapa los hermanos han sido mediadores para que el carisma pase a los seglares, quienes llegan a ser colaboradores en pie de igualdad, portadores y garantes del carisma. En esta etapa hace falta que los hermanos se abran a una nueva mentalidad. No es que los hermanos vayan a transmitir a los seglares su carisma, sino que van a ser mediadores para que el Espíritu haga nacer en ellos el carisma de Andrés Coindre, que es también su carisma. La responsabilidad de mediadores les corresponde porque, de hecho, el carisma, que forma parte del tesoro común, debido a los condicionamientos históricos, sólo se había encarnado en el instituto religioso. Pero llega el momento para que el carisma sea vivido por, hermanos y seglares, colaboradores en la misma y, al mismo tiempo, variada misión. A veces se escucha también la expresión “familia carismática”, ¿qué quiere significar? Las familias carismáticas están integradas por comunidades de religiosos, seglares, sacerdotes, cada una según una vocación específica (estado de vida), que viven el mismo carisma fundacional al servicio de una misión común. 54 Los miembros de la familia religiosa viven el carisma fundacional al servicio de la misión de una forma propia, con unos matices, un nivel y un compromiso particulares. Unos, en comunidad, de manera intensa y profética, como guías, representantes o garantes del mismo; otros, también intensamente, aunque no en “comunidad” sino en el seno de la propia familia; otros apoyando la misión mediante su servicio profesional; finalmente, otros respaldando la misión con colaboraciones puntuales. Hasta hace no muchos años, los habitantes de los países católicos de Europa y de América cumplían con bastante fidelidad las prácticas de vida cristiana. En general, en esos países hoy son una minoría quienes tratan de vivir su fe con autenticidad y compromiso; el grupo más numeroso es el de los indiferentes, que no se preocupan de cultivar la dimensión religiosa de su vida. Observamos también que, en la mayor parte de los países de más reciente evangelización, los católicos son también una minoría. La realidad que acabamos de expresar nos lleva a afirmar que en el mundo de hoy se vive la fe, preferentemente, en espacios que tienen un clima especial. Dicho de otro modo, la fe abandonó los anchos océanos y se trasladó a algunos mares interiores. En tiempos recientes, el Espíritu ha venido suscitando en el interior de la Iglesia las familias carismáticas llamadas a ser sal y luz en la nueva evangelización, a ser oasis de fe y de esperanza en un mundo que, en buena parte, se mueve frenéticamente sin saber adónde dirigirse. Los hermanos, llamados a ser expertos en comunión en la Iglesia y en el mundo, tienen hoy la misión de apoyar el nacimiento y el crecimiento de la familia de todos aquéllos y aquéllas que, por el don del Espíritu, están llamados a vivir en comunión el carisma de fundación del Padre Andrés Coindre. Para ir acercándonos a la meta de la comunión deseada entre los distintos grupos de la familia carismática se requiere la relación cercana, de persona a persona; comunidades que acogen; la reflexión y el discernimiento conjuntos para ir trazando y abriendo nuevos caminos; la formación adaptada, que tiene en cuenta la intención evangélica del Fundador y la experiencia de los participantes; la participación en experiencias de formación conjunta y de comunión entre religiosos y seglares. A medida que se vaya conformando la familia carismática será necesario explicitar lo que es común a todos los grupos y lo que es específico de cada uno, precisar las relaciones entre ellos, determinar la organización, elaborar estatutos, etc. Ella será fruto del discernimiento común y de la experiencia. A lo largo de mi vida he conocido instituciones que querían nacer elaborando estatutos y murieron sin terminarlos. Nosotros hemos de dar tiempo al tiempo, porque las estructuras deben responder a experiencias vividas. 55 ¿Podría expresarnos sus sueños para la comunidad corazonista? 1. Sueño y espero que tengamos en el futuro comunidades que vivan de manera profética el carisma del padre Andrés Coindre. 2. Veo nuestra familia religiosa del futuro como una comunidad global, o en otros términos, como una comunión de comunidades. Se trata de comunidades en las que, según su vocación particular, cada uno de sus miembros y todos tratan de vivir con autenticidad el carisma del Padre Andrés Coindre al servicio de una misión profética. 3. Veo que en esta comunidad global se dan “relaciones fraternas y sinceras” y se comparte fraternalmente con entusiasmo y alegría la fe, la vida espiritual y la misión, dirigiendo una mirada especial a los niños y jóvenes más necesitados. 4. Veo cómo la misión profética compartida según nuestro carisma se apoya en una cuidada formación de cada una de las personas según su vocación particular y, también, en experiencias de formación común según nuestro carisma, en las que las diferentes personas y grupos se enriquecen mutuamente, en una dinámica permanente de dar y recibir. 5. Veo una misión profética caracterizada por una total corresponsabilidad entre los colaboradores en la misión, de modo que los diversos ministerios y funciones –incluidos los de más alto nivel- se reparten según las competencias de cada persona y buscando el mayor fruto de la misión. 6. Sueño comunidades cercanas a los niños y a los jóvenes, que los acogen con gusto y mantienen con ellos relaciones marcadas por el respeto, la bondad, la sencillez y la disponibilidad para el servicio gratuito. 7. Sueño comunidades fuertemente implicadas en una pastoral educativa, que fomente la formación en valores humanos, la apropiación de una cultura religiosa como apoyo para la fe, el crecimiento en la fe y la formación de comunidades cristianas vivas. Una pastoral que se centra en el acompañamiento del niño y del joven para: apoyar su maduración como persona en relación con los demás; que tenga un sano espíritu crítico, es decir, que sepa discernir en su vida el bien para sí y para los demás y tenga la voluntad de optar por él; favorecer su encuentro con Jesús y comprometerse junto con los hermanos, laicos y demás colaboradores en desarrollar iniciativas en favor de las personas más necesitadas, especialmente de los niños y jóvenes con necesidades urgentes que nadie satisface. 8. Sueño en el futuro comunidades que oran por las vocaciones, por todo tipo de vocaciones, pidiendo al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. 9. Deseo que nuestra esperanza se consolide gracias a la acogida generosa y a la encarnación auténtica del carisma de nuestro Fundador por parte de hermanos y seglares. Ojalá todos nos comprometamos a construir una comunión más sólida en el carisma educativo de Andrés Coindre y a convencernos, cada vez más, de que juntos seremos capaces de ser signos de esperanza para los niños y jóvenes. 56 TRABAJO PERSONAL 9. Lectura del documento de la ficha 10. Respuesta a este cuestionario ¿Cuál es la aportación propia de los hermanos en el carisma compartido? ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ¿Cuál es la aportación propia de los seglares en el carisma compartido? ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… Di tres prioridades de los corazonistas en España: una dirigida a los hermanos, otra a los seglares y la tercera a todos en conjunto. ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ¿Podría expresarnos uno de tus sueños para la comunidad corazonista? ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………………………………………………………… 57 ANEXOS PARA SABER MÁS DATOS… ¿UN CARISMA COMPARTIDO DESDE LOS ORÍGENES? Podemos pensar que eso de la misión compartida entre religiosos y seglares es algo propio de nuestros días. El siguiente documento de 1823 nos muestra que la primera institución educativa corazonista se presente como una obra de colaboración en donde están presentes los seglares, sacerdotes y hermanos. Fue una de las geniales intuiciones del padre Andrés Coindre que le convirtió en un precursor INFORME PRESENTADO EN NOMBRE DEL CONSEJO GENERAL DE LOS SUSCRIPTORES DEL PÍO SOCORRO POR EL SR. CASATI, SECRETARIO, EN LA ASAMBLEA ANUAL CELEBRADA EL 30 DE OCTUBRE DE 1823 Señores, De todos los centros que la beneficencia lionesa se complace en multiplicar, y que hacen de nuestra ciudad la clásica tierra de las buenas obras, no hay, sin duda, ningún otro cuyo fin sea más útil y cuyos resultados más importantes que el del Pío Socorro. En efecto, el fin de ustedes, señores, es arrancar a los chicos de la miseria, que más tarde les lleva con frecuencia al crimen. El resultado que ustedes deben conseguir es formar un vivero de buenos cristianos, de obreros hábiles y de ciudadanos entregados. Se trata, por lo tanto, de conquistas en provecho de la religión y de la sociedad hechas a la impiedad y al vagabundeo. Cuando en 1818 el sacerdote Sr. Coindre concibió el proyecto de abrir un centro para niños y jóvenes pobres y abandonados, no ocultó las dificultades de todo tipo que habría que superar; pero, fortalecido por su caridad, lleno de confianza en la de sus conciudadanos, emprendió bajo los auspicios de la religión una obra que ella misma debía consagrar. Su esperanza no fue en vano. Vio aumentar, por los donativos de la beneficencia, los recursos que él sacaba con su apostolado y de sus bienes personales; y la obra fue fundada. Transcurrieron dos años con diversos intentos sobre el modo de administración más adecuado a una institución de este tipo; tras un profundo examen, el mes de septiembre de 1820 el sacerdote Sr. Coindre propuso a la asamblea general de los suscriptores el nombramiento de un consejo que ella elegiría en su propio seno, y que estaría encargado de una parte muy importante de la administración. Esta propuesta fue aceptada por unanimidad. La asamblea nombró mediante escrutinio secreto un consejo compuesto por nueve miembros, y le otorgó los poderes necesarios para reglamentar las relaciones que se establecerían en el futuro entre los suscriptores y el director del establecimiento, y para ejercer las funciones que se atribuirían a este consejo en la administración. Seguidamente se acordó un reglamento general entre el consejo de los suscriptores, el Sr. Coindre y tres clérigos, formando un consejo de administración interna. Se apoya en dos principios esenciales: una administración laica, encargada de la vigilancia de la casa y de los talleres, de los ingresos y del uso de las suscripciones, y que tiene la facultad de proponer la admisión en el establecimiento a los chicos que presenta, pero en una proporción relativa respecto a los fondos que ella puede proveer; y una administración eclesiástica, centro de actividad para todo lo interno de la institución, que dirige los trabajos y las tareas diarias, preside las 58 enseñanzas religiosas, pero que está obligada a entregar cada tres meses al consejo laico un balance de la situación moral y financiera de la casa durante el trimestre vencido. Pero existía en la organización de la casa una imperfección que provenía de la naturaleza misma de la obra y que parecía imposible de corregir. Los talleres estaban dirigidos por encargados, algunos de los cuales, queremos decirlo, merecieron los elogios del consejo; pero que, en su mayor parte, sin estar ligados a la obra por otro lazo más que el del interés y sin querer someterse al reglamento disciplinario impuesto a los alumnos, hacían temer a la vez lo insuficiente de sus directrices y el contagio de su ejemplo. Había que encontrar obreros hábiles y virtuosos que quisiesen consagrar su vida a la educación de nuestros jóvenes alumnos, cuyo celo no se viese desalentado por cansancios de todo tipo que esta profesión, la más dura de todas, les ofrecía en perspectiva; que una regla austera y las continuas privaciones no hiciesen más que afirmarles en el difícil sendero que habrían empezado a seguir, y que no esperasen el premio por sus trabajos más que de Dios, el único que se los puede pagar. Tal entrega y tales virtudes sólo pueden estar inspiradas por la religión. A ella recurrió el sacerdote Sr. Coindre y superó sus esperanzas. Fundada en 1821, la piadosa congregación de los Hermanos nos ha proporcionado ya obreros, maestros y profesores. Cultivan todas las ramas de la administración bajo la dirección de un superior, que se corresponde con el consejo general de ustedes. Desde que existe esta institución, en la obra todo presenta una nueva cara; todo en ella destila orden y regularidad; y estos felices efectos son para nosotros la garantía más segura de los que debemos esperar todavía. El consejo confía en que esta esperanza no se verá truncada. Demasiados motivos concurren para comprometer a los que ya han firmado a continuar la buena obra que comenzaron, y a los que no han firmado todavía a ayudar con sus donativos a una institución tan útil. El bien que ella ya ha hecho, sobre todo el que está llamada a hacer, deben estimular el celo y determinar la caridad de todos aquéllos de nuestros conciudadanos que saben apreciar la importancia de una educación cristiana para la clase más necesitada. No basta con abrir grandes y magníficos hospicios para los enfermos, lisiados, ancianos; con ofrecer al obrero ahorrador el medio para conservar y aumentar las débiles ganancias que obtiene de su trabajo; con llevar al mismo corazón de sus familias el auxilio de una caridad inagotable; además hay que ocuparse de esos niños y jóvenes desgraciados, sin recursos, sin techo, expuestos a todos los peligros, a quienes el vicio espera como a presas seguras; hay que pensar en esta generación que puede convertirse, con la ayuda de ustedes, en la fuerza y en la riqueza del Estado, en lugar de ser su confusión y su deshonra. En fin, hay que apoyar y sostener esta obra del Pío Socorro, complemento necesario de tantas obras admirables que atestiguan en alto grado la constante solicitud y la benevolencia ilustrada de los principales habitantes de esta ciudad para con los pobres, y que forman, si se me permite la expresión, un patronazgo de beneficencia que es tan precioso a los ojos del cristiano como a los del magistrado. DIEZ ORIENTACIONES PARA EDUCAR JUNTOS EN LA ESCUELA CATÓLICA14 MISIÓN COMPARTIDA DE PERSONAS CONSAGRADAS Y FIELES SEGLARES 1. La educación, porque aspira a hacer al hombre más hombre, puede realizarse auténticamente sólo en un contexto relacional y comunitario. 2. Uno de los frutos de la doctrina de la Iglesia como comunión, en estos últimos años, ha sido la toma de conciencia de que sus diversos miembros pueden y deben aunar esfuerzos, en actitud de colaboración e intercambio de dones, con el fin participar eficazmente en la misión eclesial. La persona consagrada está llamada a testimoniar su específica vocación a la vida de comunión en el amor, para ser en la comunidad escolar signo, memoria y profecía de los valores del Evangelio; el educador seglar es llamado a realizar su ministerio en la Iglesia viviendo desde la fe su vocación secular en la estructura comunitaria de la escuela (15). 3. Educar las jóvenes generaciones en comunión y a la comunión es un empeño serio que no se improvisa. Ha de ser preparado oportunamente y sostenido a través de un proyecto de 14 Documento de la Congregación para la Educación Católica, 2007 59 formación, inicial y permanente, capaz de captar los desafíos educativos del momento presente y de aportar los instrumentos más eficaces para poder afrontarlos, en la línea de la misión compartida 4. Los educadores son invitados, a través del itinerario formativo, a construir sus relaciones, tanto en el plano profesional como también en el personal y espiritual, según la lógica de la comunión. Esto comporta, para cada uno, la asunción de actitudes de disponibilidad, de acogida y profundo intercambio dentro de la misma comunidad educativa. 5. La misión compartida es enriquecida por las diferencias de que son portadoras las personas consagradas y los seglares, cuando convergen en la unidad de expresiones de los diferentes carismas. En la comunidad educativa, las diversas vocaciones son caminos correlativos, diversos y recíprocos, que concurren a la plena realización del carisma de los carismas: la caridad. 6. Articulada en la diversidad de personas y vocaciones, pero vivificada por el mismo espíritu de comunión, la comunidad educativa de la escuela católica aspira a crear relaciones de comunión, por sí mismas educativas, cada vez más profundas. Y, precisamente en esto, “expresa la variedad y la hermosura de las diversas vocaciones y la fecundidad, en el plano educativo y pedagógico, que ello aporta a la vida de la institución escolar” (37). 7. . Esta fecundidad se expresa, ante todo, en el testimonio ofrecido por la comunidad educativa. En la escuela, ciertamente, la educación se despliega en modo completo mediante la enseñanza, que es el vehículo a través del cual se comunican ideas y convicciones. En este sentido, la palabra es la vía maestra en la educación de la mente. Eso no quita que la educación se desenvuelva también en otras situaciones de la vida escolar. Así los maestros, como toda persona que vive y trabaja en un ámbito escolar, educan o pueden también deseducar, con su comportamiento verbal y no verbal. Hoy más que nunca esto exige que el testimonio sea el medio principal de toda escuela católica. Los maestros, en cuanto testigos, deben dar razón de la esperanza que nutre su, viviendo la verdad que proponen a sus alumnos, siempre en referencia a Aquel con quien se han encontrado y cuya gran bondad han experimentado con alegría. 8. La misión compartida vivida por una comunidad educativa de seglares y consagrados, con una viva conciencia vocacional, hace de la escuela católica un lugar pedagógico favorable a la pastoral vocacional. 9. El poder compartir la misma misión educativa en la pluralidad de personas, de vocaciones y de estados de vida es, sin duda, un aspecto importante de la escuela católica en su participación en la dinámica misionera de la Iglesia, y en la apertura de la comunión eclesial hacia el mundo. 10. La escuela, cuando está animada por personas seglares y consagradas que viven en sincera unidad la misma misión educativa, muestra el rostro de una comunidad que tiende hacia una comunión cada vez más profunda. Esta comunión sabe hacerse acogedora respecto a las personas en crecimiento, haciéndoles sentir, a través de la solicitud materna de la Iglesia, que Dios lleva en el corazón la vida de cada uno de sus hijos. 60 17 EN LA ESCUELA DEL PADRE ANDRÉS COINDRE CURSO BÁSICO DE FORMACIÓN EN EL CARISMA SEGÚN EL PADRE ANDRÉS COINDRE AÑO 3° TEMA 17 LOS CORAZONISTAS EN ESPAÑA… Y MÁS ALLÁ. 61 ÍNDICE PRESENTACIÓN DEL TEXTO POR EL HERMANO EUSEBIO, PROVINCIAL 1. MEDITANDO LA PALABRA DE DIOS JUNTO CON EL HERMANO ANTONIO (URCIZE) 2. FICHA DE LECTURA Historia muy abreviada de la provincia de España 3. SUGERENCIAS PARA ACTIVIDADES ANEXOS: PARA SABER MÁS DATOS… Presencias misioneras de la provincia 62 PRESENTACIÓN DEL TEMA POR EL HERMANO ESUSEBIO CALVO, PROVINCIAL El 2 de junio de 1903, el Hermano Antonio acompañaba a España al último grupo de 30 Hermanos y jóvenes, en formación, expulsados de Francia, su país, y, entraron en España por Somport e Irún. 111 años después, los hermanos, en misión compartida con los seglares, ejercen la educación en 17 obras apostólicas de la Provincia y de la Delegación de Perú, interrogándose sobre qué respuesta dar para seguir encarnando, en el hoy de nuestra historia, el carisma de Andrés Coindre. Corren tiempos de destierro y de desierto, de esperanza, de llamada profética; poniendo en jaque toda nuestra vida: comunidad, misión, espiritualidad, identidad, vocación. Pero el Espíritu sigue llevando la iniciativa. He aquí cuatro puntales a los que debe dirigirse prioritariamente el proceso de remodelación de la Provincia: - “Recreación” de la misión educativa y evangelizadora. - “Priorización” de la pastoral vocacional, cuidado de la propia vocación, testimonio de vida a seguir su propia vocación o la de hermano. - “Reanimación” comunitaria, principal invitación a acercarse a nuestro estilo de vida, inventar nuevas formas comunitarias, siendo “elemento de contraste”: espiritualidad, austeridad, acogida. - “Vertebración” con el mundo seglar: acompañamiento de itinerarios formativos y vocacionales desde la comunión en la misión y en el carisma en diferentes niveles. Así, podremos conectar con los ojos de Andrés Coindre y ser capaces de ver el mundo con los ojos de Dios, llenos de compasión, confianza y de ternura; escuchar con los oídos de Dios la voz, los gritos, el clamor angustiado de los niños y jóvenes; sentircon el corazón de Dios y sus entrañas de misericordia; y sólo entonces, hablar la Palabra de Dios, palabra de conversión y solidaridad capaz de transformar la realidad. Con cariño, os invito a releer nuestra historia, sin olvidar que como los profetas, es en Dios y en su presencia, cercana e incondicional, donde finalmente debemos todos poner nuestra confianza. 63 1. MEDITANDO LA PALABRA DE DIOS, JUNTO CON EL HERMANO ANTONIO (URCIZE)15 El Señor dijo a Abrán: “Sal de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre, y vete al país que yo te indicaré. Yo haré de ti un gran pueblo; te bendeciré y engrandeceré tu nombre. Tú serás una bendición. Por ti serán bendecidas todas las comunidades de la tierra”. Abrán partió, como le había dicho el Señor. Abrán tenía setenta y cinco años cuando salió. (Génesis 12,1-4) Había llegado la hora de la partida al destierro. Al día siguiente tenía que partir con un grupo de hermanos y formandos camino del exilio. Entonces recordé el texto del Génesis cuando Abraham recibe la llamada del Señor para dejar su tierra e ir a otra de la que ignoraba todo. Nos pasaba lo mismo. Teníamos que ir a otro país en el que nadie había solicitado nuestra presencia. Una lengua que desconocíamos, una cultura diferente. Íbamos justo con lo puesto pues tuvimos que dejar atrás nuestros pequeños bienes que nos fueron arrebatados. Tendríamos que ser acogidos, casi como mendigos, pues no teníamos casa; tampoco un trabajo para ganarnos el sustento y cumplir nuestra misión de educadores. Escuché las palabras del Señor a Abraham: “allí donde vas, serás una bendición para mucha gente”. ¿Sería una quimera, un sueño que nunca llegaría a ser realidad? Solamente pude decir: ¡Señor, confío en ti! Han pasado más de cien años de aquel acontecimiento y el sueño se hizo realidad. Hubo que luchar, hubo que sufrir… pero nunca nos rendimos. Ustedes, los corazonistas del siglo XXI son la realización de nuestro sueño. Pero no fue solamente a nosotros, los que comenzamos la presencia corazonista en España, a los que se dirige las palabras del Génesis. Ser educador es estar dispuesto a desprendernos de tantas cosas, para habitar esa nueva tierra, que es el corazón de los niños y jóvenes a los que somos enviados. Es estar disponibles para ser una bendición para todos aquellos a los que educamos. No es un camino fácil, no es una ruta en la que todo está marcado, pero es una tarea, mejor una vocación, apasionante en su sencillez. Si así lo hacemos un día descubriremos que sirviendo a nuestros alumnos, sobre todo a los que más lo necesitan, es en ellos que el Señor nos sirve. ¡Extraña paradoja”. Y escucharemos aquellas palabras que más anhelamos: Dichosos vosotros… 15 Al Hermano Urcize - en España se le llamó con su nombre de bautismo, Antonio- era consejero general. Estuvo encargado de dirigir la primera “expedición” de hermanos a España. Posteriormente fue superior general de la Congregación. 64 2. FICHA DE LECTURA HISTORIA MUY ABREVIADA DE LA PROVINCIA DE ESPAÑA A finales del siglo XIX va a acontecer algo que se iba preparando hace años y que será decisivo para la presencia de los hermanos en España: la guerra escolar. Los gobernantes en Francia se fijan un objetivo: la desaparición de los religiosos de las escuelas. En primer lugar son expulsados de la escuela pública y luego de las escuelas pertenecientes a los Hermanos. En 1903 se firma la ley Combes por la que a las Congregaciones religiosas dedicadas a la enseñanza se les cierra todos sus colegios, sus bienes son confiscados y pasan a manos del Estado. Los hermanos se ven forzados o bien a abandonar su Congregación, que dejaba de existir oficialmente o a abandonar el país. He aquí un fragmento de la cínica carta por la que se comunica la extinción de la Congregación en Francia: Tengo el honor de comunicarles que su Congregación queda disuelta de pleno derecho y todas sus casas deben cerrarse (y todos sus bienes confiscados, ¡un robo en toda la regla!). Reciba, señor, el testimonio de mi consideración más distinguida. El Presidente del Consejo. Emilio Combes. ¡Qué desgracia! ¿Los Corazonistas iban a morir? ¿El sueño de Andrés Coindre se iba a extinguir? El mismo Superior general, el Hermano Pablo presa de una profunda depresión abandona la Congregación. ¿Qué hacen los hermanos? Algunos, dejan la Congregación, otros siguen de modo clandestino su vocación religiosa en la misma Francia. Pero un grupo numeroso se preparan para salir hacia el destierro: unos a Estados Unidos y Canadá, otros a Bélgica, Holanda e Italia y finalmente otros emprenden su camino hacia España. Lo que parecía muerte se convierte en vida y el sueño de Andrés se va a abrir a nuevos horizontes. Junto a nosotros, te invitamos a hacer un viaje por la historia de los corazonistas en España. No te preocupes para estos viajes no hacen falta muchas maletas, como tampoco las tuvieron aquellos hermanos que los emprendieron. EL DESTIERRO, LOS DIFÍCILES COMIENZOS EN ESPAÑA Cuando el Superior general vio cercana la expulsión de Francia envió al Hermano Alberico a España para comprobar si los obispos nos recibirían en sus Diócesis. El viaje fue un fracaso. Los obispos no querían entrar en conflicto con el Gobierno, que era de tendencia anticlerical, ni con nuestros vecinos franceses. También tenían miedo de que se produjera una invasión de religiosos desde Francia. ¡No querían problemas! Y así el Hermano Alberico iba recibiendo “noes” de manera más o menos educada. Por el momento solo Jaca, en los Pirineos aragoneses, abría sus puertas. Cuando llegó el momento de la expulsión comienza una aventura que casi deja pequeña a lo que relata Homero en su Odisea, y desde luego mucho más real. 65 A finales de mayo, el Hno. Antonio (Urcize) guiaba a una treintena de Hermanos y jóvenes en formación desde Chirac hasta España. Otros hermanos se les juntarían a lo largo del verano; y al final del mismo ya había 47. En tren, en diligencia, o como se podía, hicieron el viaje desde Chirac hasta Jaca. Allí unos los recibieron con protestas, sin embargo otros, comenzando por el obispo, los acogieron con cariño y les ayudaron en lo que pudieron. Provisionalmente se alojaron en el seminario hasta que volvieran los seminaristas que estaban de vacaciones. 1. ETAPA DE INICIACIÓN (1903-1927) Después de la llegada a Jaca las fundaciones se multiplicaron para dar cabida a los hermanos exiliados que iban llegando desde el sur de Francia: en 1903 Rentería, Huesca, Tudela, Zaragoza, Ibarra; en 1904 Vitoria, San Sebastián, Tolosa, en 1912, Hernani; en 1922, Eibar; en 1926, Alsasua. Las dificultades fueron innumerables. No sabían la lengua, eran por lo tanto a la vez alumnos de sus mismos alumnos. Se carecía de casi todo, los primeros “colegios” eran pequeños locales alquilados. Al no tener autorización para enseñar se comenzó dando clases particulares sobre todo de francés. Luego se añadieron otras materias como comercio y contabilidad; se dieron clases de primaria y se preparaba a los alumnos mayores para ir a los institutos a examinarse de los cursos de bachillerato (situación que se prolongó hasta muchos años después). La “competencia” con los colegios de otras Congregaciones religiosas establecidos hace algunos años era, por decirlo así, imposible. Los hermanos se sustentaban como podían: el poco dinero que sacaban de sus clases, si podían cultivaban una pequeña huerta, incluido su gallinero, que les proporcionaba algunos alimentos; la comida la hacía normalmente el cocinero, es decir el hermano cocinero. Me dirás que eso se parecía poco a los actuales colegios corazonistas. Es verdad, pero no hay que olvidar de dónde nacimos y los sacrificios que hicieron nuestros “abuelos” para que se llegara a la situación actual. Como botón de muestra solamente algunas pequeñas anécdotas. Comienzos en Huesca Quizás no lo sabías pero los hermanos tuvieron colegio en Huesca durante cinco años. Así cuentan la primera cena de los hermanos en dicha localidad: De entrada un vaso de agua de Lourdes que habíamos traído en un bidón de tres litros; como “plato fuerte” una onza de chocolate acompañada de unas patatas hervidas enteras y con piel que cada uno extrajo de la olla en donde se habían cocido; teníamos tenedores pero no platos. Eso sí, regado con una botella de vino que nos habían regalado en la tienda en que hicimos nuestras primeras compras (seguramente el regalo no fue por la cantidad de compra sino por compasión). Comida no había mucha, pero buen humor ¡a raudales! Comienzos en Zaragoza Nos fuimos de Huesca pero seguimos durante unos cuantos años. ¿Cómo así? El arzobispo de Zaragoza no permitió la entrada de los hermanos en su Diócesis, pero resulta que el obispo de 66 Huesca tenía la superconocida parroquia de Santa Engracia en pleno centro de Zaragoza y él sí que nos dio autorización para residir en “su” parroquia. Y esta situación se prolongó durante años. Comienzos en Hernani ¿Quién dice que el número 13 da mala suerte? Escucha este fragmento del relato de fundación: “Conseguido lo indispensable tras 33 días de penitencias, los 3 hermanos iniciaron las clases el 13 de noviembre de 1913 con trece alumnos”. ¡Mucho tres y mucho trece! En 1927 la provincia envía sus primeros hermanos misioneros a la otra orilla del Atlántico. 2. SEGUNDA ETAPA (1928-1956) Con el envío de misioneros a Uruguay comenzó una etapa que podemos llamar de afianzamiento. Lo cual no quiere decir que fueron tiempos más fáciles pues la llegada de la República y de la guerra civil supuso múltiples dificultades para hermanos y colegios. En este periodo se produjeron las siguientes fundaciones: en 1946, Madrid; en 1949, Guernica; en 1952, Amposta. Se cierran las comunidades de Tolosa (1946) y Jaca (1950). Vamos a detenernos en los acontecimientos de la 2ª República y de la Guerra civil y sus consecuencias en nuestros colegios. No corren buenos tiempos para tener una actitud crítica con los eventos que se desarrollaron en la Segunda República, pero no podemos ignorar lo que ocurrió. Con la llegada de la República se hicieron leyes muy similares a aquellas de Francia de 1903. Se disolvieron las Congregaciones Religiosas, se les prohibió todo tipo de actividad educativa. Como dijo Manuel Azaña: “En ningún momento, bajo ninguna condición, en ningún tiempo, ni mi partido, ni yo en su nombre, suscribiremos una cláusula en virtud de la cual se siga entregando a las órdenes religiosas el servicio de la enseñanza”. ¡Un ejemplo de libertad! Pero ahora los hermanos ya estaban preparados y encontraron subterfugios para que los colegios pudieran seguir funcionando. “Hecha la ley, hecha la trampa”. Se crearon “Mutuas en enseñanza” dirigidas por seglares de toda confianza, que se hicieron cargo de los colegios, cambiándoles de nombre. Los nombres de hermanos, los hábitos religiosos desaparecieron pero lo colegios siguieron y los hermanos corazonistas también. Peor fue la situación durante la guerra. Los edificios de muchos colegios fueron ocupados: en San Sebastián el sindicato anarquista CNT puso su sede central y la estatua del Sagrado Corazón que presidía la entrada fue fusilada; en Eibar el colegio fue destinado a cuartel de milicias; el último piso del colegio de Vitoria sirvió de dormitorio a los voluntarios italianos; parte del colegio de Zaragoza fue habilitado para hospital de soldados marroquíes. En Rentería pusieron sobre el tejado las banderas de Francia y Estados Unidos para que el acorazado España no bombardeara el edificio. ¡Y los colegios corazonistas siguieron funcionando, como pudieron! Los recursos humanos se quedaron muy mermados. Algunos hermanos fueron encarcelados y amenazados de muerte, pero fueron los mismos antiguos alumnos los que los protegieron. Cincuenta hermanos fueron movilizados y cuatro murieron en el frente de guerra. ¡Y los Corazonistas no se rindieron! Con el fin de la guerra hubo que hacer muchos esfuerzos para la reincorporación a la vida comunitaria de los hermanos soldados. Y un enemigo se hizo presente: el hambre. Algunos hermanos, debido a la malnutrición, enfermaron y murieron de tuberculosis. La gran preocupación de los Hermanos Provinciales era buscar alimentos para los hermanos y los chicos de las casa de formación. Y la ayuda vino desde Argentina. España había enviado hermanos pero ellos lograron, con muchos esfuerzos, varios envíos con alimentos. ¿No piensas que no hace falta buscar muchos milagros del Hermano Policarpo? Nuestra historia fue un verdadero milagro. Mientras tanto los colegios comenzaron a llenarse. Los “Corazonistas”, nombre con el que se nos conoce en España desde 1907, fueron reconocidos por el trabajo bien hecho, el trato cercano de los hermanos y, también, por ser unos excelentes deportistas. En 1950 se nombró al primer Provincial español; el hermano Esteban Múgica, y en 1953-1954 se celebró con especial solemnidad los cincuenta años de los Corazonistas en España. En 1956 la Provincia, continuando con su vocación misionera, envía hermanos a Colombia. La presencia corazonista continúa difundiéndose por Hispanoamérica. 3 TERCERA ETAPA (1957-1982) 67 A finales de los cincuenta y comienzo de los sesenta se inicia en España la etapa del desarrollismo con una gran expansión industrial y económica. ¡Se acabó la época del hambre! Aunque la apertura política todavía tuvo que esperar. Y ese desarrollismo se aplicó también a los colegios corazonistas. Comenzaron las nuevas construcciones. Las viejas aulas dieron paso a nuevos edificios. Se fundó en Barcelona en 1963. Hay un intento de expansión en Andalucía con la fundación en Huelva en 1967 pero que tuvo una existencia efímera que no llegó a dos años. Los hermanos se agruparon en comunidades numerosas en nuestros grandes colegios mientras que algunos de nuestros pequeños colegios cayeron víctimas de esta expansión: Guernica, (1963); Tudela, (1963); Amposta, (1964); Eibar (1970). Desde Roma soplaban los aires de renovación que traía el Concilio Vaticano II (1962-1965). Las casas de formación se multiplicaban y se llenaban de jóvenes: Alsasua, Rentería, La Granja de San Ildefonso, Zaragoza, La Aguilera, Puente la Reina, Arévalo. Se mejoró sensiblemente la formación inicial y permanente de los hermanos. En los colegios se hicieron presentes los seglares. A finales de este periodo éstas eran las estadísticas: 272 aspirantes y postulantes, 35 novicios, 73 profesos temporales en el escolasticado y 40 más en los colegios; 214 profesos perpetuos con una edad media de 41 años. ¡Cómo han cambiado los tiempos en tan pocos años! Y llega el momento de emprender de nuevo el camino de la misión. Esta vez será Perú. Allí parten los primeros hermanos en 1982. 4 CUARTA ETAPA (1983 - ) Con una democracia casi recién estrenada, uno de los acontecimientos que iba a marcar la vida de los Corazonistas es el de la renovación pedagógica. Todos los colegios se acogieron a los conciertos educativos. Las sucesivas leyes de educación nos han hecho estar muy atentos a todos los cambios de la sociedad con su correspondiente repercusión, el campo de educación. Una de las grandes preocupaciones es el de la formación del profesorado, cada vez más numeroso y más competente. La gran cantidad de recursos empleados para la enseñanza pública ha mejorado la calidad de la misma y ha obligados a la educación concertada, de los religiosos, con menos recursos, a hacer grandes esfuerzos para ofrecer una opción educativa alternativa de calidad. Y, a medida que el número de religiosos disminuye, en vez de replegarse se comienza una etapa de expansión. Las comunidades se hacen más pequeñas pero las presencias se hacen más numerosas. Cuando casi todas las Congregaciones están cerrando obras, los Corazonistas españoles las asumen para impedir su cierre: Haro, Alsasua, Valladolid. A eso hay que añadir el colegio de Fe y Alegría en Lima (Canto Grande) al servicio de los alumnos más pobres. Aquí se cumple aquello de que quien menos tiene es capaz de dar más. 5. EL FUTURO QUE SE NOS AVECINA Y las estadísticas ¿qué?, me preguntarás. ¿Cuál es la situación actual de los hermanos? Si nos fijamos solamente en los números. La respuesta sería: fatal. De los datos del periodo anterior hay que decir que nos hemos quedado sin aspirantes, sin novicios, sin hermanos jóvenes profesos temporales. La edad media ya supera los 60. ¿Tiene esto futuro? Futuro, sí. ¿Cuál? No te lo sé decir. ¿Muerte o resurrección? No lo sé. Pero hay que recordar que pequeños nacimos y que pequeños estamos llamados a ser. Pero en medio del desierto brotan gérmenes de esperanza. La vocación corazonista se hace presente no sólo entre los hermanos sino también entre muchos educadores seglares con verdadero espíritu corazonista. Antiguos alumnos se asocian en comunidades laicas corazonistas que se hacen presentes no sólo en España sino también en la selva peruana. Sí, el carisma de Andrés Coindre que nos transmitieron el Hermano Javier y el Hermano Policarpo se vive hoy en seglar y en hermano, en masculino y en femenino. Te lo aseguro, yo soy testigo de ello. 68 3. ACTIVIDADES PARA EL TRABAJO PERSONAL 1. Resérvate un momento para la oración. 2. Lectura del documento de trabajo. 3. Respuesta a este cuestionario: ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención de la historia de los hermanos en España. ………………………………………………………………................................................................ ………………………………………………………………................................................................ ………………………………………………………………................................................................ Como resumirías en breves palabras cada uno de los periodos en que se ha dividido la historia de la Provincia. • ¿Qué lecciones nos da el pasado para poder vivir el presente y el futuro? ………………………………………………………………................................................................ ………………………………………………………………................................................................ ………………………………………………………………................................................................ ………………………………………………………………................................................................ ………………………………………………………………................................................................ Di tres prioridades de los corazonistas en España: una dirigida a los hermanos, otra a los seglares y la tercera a todos en conjunto. ………………………………………………………………................................................................ ………………………………………………………………................................................................ ………………………………………………………………................................................................ ………………………………………………………………................................................................ ………………………………………………………………................................................................ ………………………………………………………………................................................................ ………………………………………………………………................................................................ ………………………………………………………………................................................................ 69 ANEXO: PARA SABER MÁS DATOS PRESENCIAS MISIONERAS DE LA PROVINCIA URUGUAY Y ARGENTINA Mientras la provincia proseguía su avance, hay algunos que ya pensaban en que había llegada la hora de preparar las maletas para ir a abrirse camino por otras tierras. Fueron precisamente un grupo de hermanos españoles que se pusieron a la cabeza para una nueva expansión misionera de la Congregación. Habían pasado un poco más de 20 años de la fundación de la provincia de España. ¡El momento había llegado! El Capítulo provincial de 1925 expresa su “deseo de expandirse por tierras de Hispanoamérica”. El capítulo general de este mismo año hizo suyo lo que habían aprobado los hermanos, en España, y animó para que se pusiera en marcha de inmediato. Se puede decir que empieza una carrera entre los hermanos de España y los de Canadá. Les ganamos por un año. En 1927 llegan los primeros hermanos a Uruguay y al año siguiente los hermanos canadienses fundan en Madagascar. ¿Fue solamente el ardor misionero lo que motivó la nueva fundación? Tenemos que decir que fue la primera motivación pero algunas otras cosillas se añadieron, por ejemplo: eximir del servicio militar a los hermanos jóvenes, obtener la autorización del Instituto por el gobierno español y la obtención de recursos. Como ves lo humano y lo divino van juntos. La fundación fue en la ciudad de Trinidad en donde el párroco ofrecía un colegio de nueva construcción y una casa para la comunidad. La respuesta positiva fue comunicada al obispo el 10 de abril de 1927, el 11 de noviembre de 1927 los hermanos Valero y Ciriaco se embarcan rumbo al Río de la Plata. Tres meses después se les unirán los hermanos Segundo y Justino. Como siempre los principios fueron difíciles. Las promesas del párroco no eran más que sueños. Hay que alquilar una casa en donde se abrió un colegio con cuarenta alumnos. Y se comenzó a trabajar bien y duro. Pero, ¿crees que de aquí saldrían algunos recursos de esos que esperaban en España? Estando en una de las orillas del Río de la Plata se miraba a la inmensa nación que estaba en la otra orilla: Argentina. A comienzos de 1930, se responde a la llamada del Párroco de Bel-Ville. ¡Hasta voces del cielo oyó, el buen párroco, para asegurarle que su oración para una pronta llegada de los Hermanos era escuchada! Pero esas voces pronto se apagaron y las facilidades y alabanzas del párroco se transformaron precisamente en lo contrario. Pronto los hermanos tuvieron que buscar otro lugar en Argentina. Y los hermanos fueron haciendo nuevas fundaciones… COLOMBIA En el Génesis se nos dice que de la nada surgió la vida y que de un desierto Dios hizo brotar un jardín. Algo parecido podemos decir de la llegada de los hermanos a Colombia. Eso sí que fue partir de cero y construir con mucho tesón, trabajo, espíritu de unidad y confianza en la Providencia. El “Sagrado Corazón de Jesús ¡¡¡En vos confío!!!”, dicen que sirvió para construir algunos de nuestros colegios. Escucha y verás que no he exagerado. En1954 el Consejo general anima a fundar en otro país de América del Sur, el Nuncio del Papa en Colombia escribe al Hermano Provincial solicitando hermanos. Dicho y hecho. El problema era elegir dónde. Pues nada, hay que decidirse por una nueva misión. El Provincial, Hermano Esteban Múgica viaja a Colombia. Vuelve con un montón de ofertas y posibilidades. El 28 de enero de 1956 el Consejo Provincial toma la decisión. La nueva fundación sería en Colombia y más en concreto en la ciudad de Barranquilla. Ni corto ni perezoso el Hermano Aurelio (Tomás Larrea) sale de Buenos Aires rumbo a Barranquilla. ¿A dónde? No lo sabe. No hay colegio, ni casa para vivir la comunidad. ¡Hay que ponerse a buscar! A mitad de febrero son los hermanos Julián (Ángel Moraza) y Juan Antonio (Germán Sáenz de Zaitegui) los que se dan un 70 paseo por el Atlántico - con escalas en Lisboa, Las Azores y Puerto Rico - y llegan al aeropuerto de Barranquilla. Nadie aparece a recogerlos. Teléfono: - ¡Aló! - Aquí el Hno. Aurelio. - Estamos en aeropuerto. - ¡Qué bien! - ¿Qué hacemos? - Pues tomen un taxi y vénganse. - Pero ¿a dónde? No sabemos la dirección ni tenemos moneda. - Entonces espérenme, yo voy con un taxi... Los Hermanos llegaron y lo primero que preguntaron fue: - ¿Dónde está el Colegio? Como te puedes suponer, ¡no había colegio! Sólo una casita alquilada y todavía ocupada por los anteriores inquilinos. Y con este panorama a trabajar. Las filas de alumnos no sólo no aparecían por ningún lado sino que desaparecían de la imaginación de los Hermanos. Pero no por eso perdieron su entusiasmo y ganas de trabajar. Eso sí, siempre confiando en el Sagrado Corazón. Hechas las adaptaciones, pinturas y pequeños arreglos e instalados los Hermanos, llegó el 1º de marzo: primer día de clase. A las ocho de la mañana esperan a los primeros alumnos: ¡siete, los “siete magníficos”! ¡Así empezó todo! Dedicación, entrega, cariño y bien hacer irán cuidando esa pequeña planta que regada con el sudor de los Hermanos, plantada en el generoso y ubérrimo suelo barranquillero y sobre todo, fecundada con las bendiciones de lo alto, ha alcanzado el desarrollo actual: Barranquilla, Bogotá, Medellín, Marinilla, Puerto Salgar, Barrio de la Paz (Barranquilla) y algunas que se quedaron en el camino: Copacabana, Popayán, Coca (Ecuador), Támara. Y luego dicen que no hay milagros. PERÚ En los Hechos de los Apóstoles vemos cómo el Espíritu de Jesús resucitado va guiando los pasos de Pablo y, de alguna manera, decide en qué lugares se puede fundar una comunidad y en dónde no. Algo parecido pasó con la presencia de los Corazonistas en Perú. Uruguay (1927), Argentina (1930), Colombia (1956)… A comienzos de los 80 se siente de nuevo la llamada misionera. El país elegido, ¿Perú?, no, Méjico. Se nos ofrecía un colegio en la Capital federal. Todo parecía que ese sería el nuevo destino. Se consulta al Capítulo Provincial. Se presenta el proyecto, pero algunos deseaban una obra “más comprometida”, más “alternativa”. Llegaron las votaciones y ante la sorpresa general los “noes” vencieron a los “síes”. Mientras tanto un obispo pasionista guipuzcoano había ido a Roma a pedir hermanos para su Vicariato en la Amazonia Peruana. Recibió buenas palabras y el consejo de que se dirigiera a los hermanos en España. Pasaron dos años y por el momento nada, pero el Espíritu tiene mucha paciencia. Hubo los primeros contactos entre el obispo, Monseñor Irízar y el Hermano Alejandro, provincial de España. ¡Y este le dio ciertas esperanzas… para el futuro! Y llegó el año 1982, el Hermano Alejandro visitó Perú, el Nuncio del Papa animaba a los Corazonistas a hacerse presente en ese país. En marzo reunió al Capítulo provincial para dar un voto orientativo. La obra propuesta era una fundación en Yurimaguas, en el Departamento de Loreto, provincia del Alto Amazonas. Las dificultades que se presentaban eran muchas: un lugar muy alejado, en plena selva; la dirección de una escuela normal, tarea para la que los hermanos, se decía, no estábamos preparados; y para colmo una escuela de formación de catequistas. Al comenzar parecía que las posibilidades eran nulas. Poco a poco iba surgiendo el desafío de un proyecto difícil, pero, por eso mismo, generador de ilusión. Algunos se decían la frase conocida. ¡Seamos realistas, soñemos lo imposible! Llegó la votación y una abrumadora mayoría se mostró favorable al proyecto. ¿No piensas que el Espíritu 71 Santo había “intervenido” veladamente en esa votación? Ya sabes aquello de que “soñando lo imposible, se llega a lo imprevisible”. En octubre de 1982, parece que había prisas por comenzar, llegaron los tres primeros hermanos a Lima: Bernardo Velasco, Francisco Javier Fernández de Eribe y José Antonio López de Alda. Tampoco esta vez les esperaba nadie en el aeropuerto y tuvieron que arreglarse como pudieron. El seis de noviembre llegaban a Yurimaguas. Se iba a necesitar una nueva presencia en la capital, Lima. Dos hermanos, Bernardo y Juan José, van a preparar el terreno. Y terrenos es lo que van a ponerse a buscar para poder construir un buen colegio. Y visitan muchos lugares. También reciben una oferta de la presencia de los hermanos en un hogar para niños pobres y abandonados, “La ciudad de los niños”. Esos eran los planes de los hombres, pero parece que no los de Dios. Y Él nos seguía guiando… Al final no se compró ningún terreno y retiraron la oferta de la “Ciudad de los niños”. El Nuncio del Papa, que luego lo sería en España, iba buscando una Congregación para hacerse cargo del Puericultorio “Pérez Araníbar”, una gran Institución en el que se acogían un gran número de niños en situación de abandono y extrema pobreza. Parece que no había congregaciones dispuestas a responder a la llamada. Al final, una puerta se abrió. ¿Sabes quién? ¡Los Corazonistas! Los hermanos comenzaron a trabajar con mucho entusiasmo, y con muchas dificultades” en el nuevo “Pío Socorro” (¿te acuerdas de la primera obra del Padre Andrés Coindre?), esta vez en tierras peruanas. Y luego vinieron los Colegios de Barranca, “Fe y Alegría 32” en Cantogrande en un medio de extrema pobreza, el San Judas Tadeo-Corazonistas, la Casa de formación y en el 2006 la presencia de la Comunidad Laica Corazonistas en Lagunas (Amazonia peruana). Cada fundación tiene su historia, todas muy sorprendentes. El Espíritu Santo es así de original. ANEXO: CORAZONISTAS ESPAÑOLES EN OTROS PAÍSES El impulso misionero de los hermanos españoles no quedó limitado a las fundaciones hechas por la Provincia. Muchos hermanos han respondido a llamadas que provenían de otros lugares del Instituto. El principal motivo era la enseñanza del español en los diversos colegios del Instituto. No es momento de explicar cada caso ni decir nombres pero posiblemente te vas a extrañar de todos los países donde, misioneros españoles corazonistas, han estado presentes, además de sus obras en América del Sur: - América del Norte: Canadá y Estados Unidos. - África y Madagascar: Camerún, Senegal, Costa de Marfil, República Democrática del Congo, Zimbabue, Madagascar, Mozambique. - Europa: Francia, Inglaterra, Italia. - Asia: India. - Oceanía: Australia, Nueva Caledonia, Vanuatu. En una Carta de 2001 el Superior general agradecía los 250 hermanos misioneros españoles que desde 1927 se habían hecho presentes en los cinco Continentes. 72