172-A-2011. CÁMARA DE FAMILIA DE LA SECCIÓN DEL CENTRO: SAN SALVADOR, A LAS CATORCE HORAS VEINTE MINUTOS DEL DÍA VEINTISÉIS DE OCTUBRE DE DOS MIL ONCE. Conocemos del recurso de apelación interpuesto por el Lic. FIDEL ANTONIO RIVAS ROSALES, apoderado del señor […], mayor de edad, empleado, del domicilio de San Salvador, en relación a la sentencia emitida por la JUEZA SEGUNDO DE FAMILIA, Licda. MARINA DE JESÚS MARENCO DE TORRENTO, en el proceso denominado por la juzgadora como MODIFICACIÓN DE LA SENTENCIA y pedido en la “solicitud” como CESACIÓN DE PAGO DE CUOTA ALIMENTICIA, promovido por la parte apelante contra la señorita […], mayor de edad, estudiante, del domicilio de San Salvador, representada por la Defensora Pública de Familia Licda. ANA RUTH PÉREZ VALLE, quienes reconvinieron en Modificación de Sentencia en atención a incrementar la cuota fijada a favor de la misma. Previo a conocer del fondo del recurso revisaremos si éste reúne los requisitos de admisibilidad, para luego entrar a conocer del mérito de los alegatos planteados. I. La sentencia impugnada fue pronunciada a las quince horas del día dieciséis de mayo de dos mil once, (fs. 97/102); en la que la jueza a-quo declaró sin lugar la pretensión del señor […], de modificar la sentencia, en el sentido de cesar la cuota alimenticia que aporta éste a favor de la señorita […]. Inconforme con lo resuelto, el Lic. FIDEL ANTONIO RIVAS ROSALES interpuso recurso de apelación de dicha sentencia, mediante escrito de fs. 110/111, haciendo una narración de algunos pasajes del proceso, solicitando que se revoque la misma por causarle agravios a su poderdante y se ordene la cesación de la Cuota Alimenticia impuesta a su mandante. II. A simple vista y de la lectura de dicho escrito, advertimos que el mismo no reúne los requisitos mínimos de admisibilidad de la apelación, los cuales se establecen en la normativa familiar; ya que carece de fundamentación y motivación, tal como lo exigen los Arts. 156 Inc. 2º y 158 Inc. 1º L.Pr.F. Conforme a dichas disposiciones legales y a la moderna doctrina procesal – como lo hemos dicho en pretéritas sentencias-; la fundamentación del recurso es un presupuesto de admisibilidad de la alzada que debe contener: a) Indicación punto por punto de los errores, omisiones y demás deficiencias que se le atribuyen a la resolución; b) Señalamiento de los motivos que se tienen para apelar, con indicación del precepto legal correspondiente para considerar que la resolución es errónea, demostrando con su crítica concreta y razonada que la providencia está equivocada; y c) Exposición puntual de los errores de hecho y de derecho, así como de las injusticias de las conclusiones del fallo, mediante articulaciones razonadas y objetivas sobre los errores atribuidos. Se denota en forma clara y manifiesta que el libelo de alzada carece de los elementos señalados ut supra, pues la disposición legal señalada con base a la cual interpone su recurso no es la atinente (270 C.F.); no ha fundamentado debidamente el agravio; y no señala la existencia de alguna(s) disposición legal inobservada o erróneamente aplicada por la jueza a-quo, que justifique la impugnación de la providencia, sino que se limita a manifestar su inconformidad con lo resuelto y a pedir que se revoque la misma por causarle agravios a su poderdante, pero sin demostrar en qué consiste la violación del precepto legal infringido o aplicado erróneamente, o cual ha sido mal interpretado por la juzgadora; y menos encuadra la norma infringida con los hechos alegados para fundamentar la o las pretensiones. Por lo tanto el escrito de apelación no cumple con la fundamentación debida, por cuanto no existen argumentos con razonamientos lógico-jurídicos por parte del impetrante que justifiquen los motivos por los que considera errada la decisión que le declaró sin lugar su pretensión. En virtud de lo anterior, esta Cámara declarará inadmisible el recurso de apelación interpuesto. En aras de una mejor administración de justicia es preciso advertir ciertos errores incurridos por el Juzgado a quo en la tramitación de la causa. El presente proceso primigeniamente fue iniciado como Cesación de Obligación Alimenticia, con fundamento en la causal contenida en el numeral 4º del Art. 270 C.F., que establecen que la obligación alimenticia cesa: " 4°) Cuando el alimentante, por darlos, se pusiere en situación de desatender sus propias necesidades alimenticias, o las de otras personas que tengan derecho preferente, respecto al alimentante." En lo relativo a la Cesación de la Obligación Alimenticia, el Manual de Derecho de Familia (salvadoreño) establece que cesarán ipso jure, por muerte del alimentario y en virtud de sentencia emitida por el Juez de Familia por las causas siguientes: 1) Cuando el alimentario, por su indolencia o vicios no se dedicare a trabajar o estudiar con provecho y rendimiento, pudiendo hacerlo, 2) Cuando el alimentario deja de necesitarlos, 3) Cuando el alimentante, por darlos, se pusiere en situación de desatender sus propias necesidades alimentarias, o las de otras personas que tengan derecho preferente, respecto al alimentante, 4) Cuando el alimentario maltrate física y moralmente al alimentante. (Art. 270 C.F.). Desde luego que para que proceda decretar el cese de la obligación alimenticia es preciso que la causal invocada en la demanda se compruebe dentro del proceso. No obstante dicho proceso originalmente se tramitó como Cesación de la Obligación de Cuota Alimenticia, pero se reorientó como Modificación de la Sentencia de Alimentos, por prevención de Fs. 16, realizada por la Jueza a quo, tomando en cuenta que dichas sentencias pueden ser modificadas, ya que no causan cosa juzgada; con base a los Arts. 42 lit. e), 43 y 83 L.Pr.F., pero es de aclarar que esta modificación procede cuando se comprueba en el nuevo juicio que las circunstancias que fundamentaron el fallo primigenio hubieren cambiado sustancialmente, o cuando hubieren cambiado las necesidades del alimentario y/o las posibilidades económicas del alimentante. Art. 259 C.F. Observamos así que al tramitar la demanda se confundieron las figuras del cese de la obligación alimenticia con la de modificación de la sentencia de alimentos, ésta última se tramita con la finalidad de que se aumente o disminuya la cuantía o se cambie la forma de hacerla efectiva, tal confusión llevó a la modificación de la demanda y a la clasificación del expediente a "Modificación de Sentencia de Divorcio". Además en todas las fases del proceso también se insistió en llamarlo Modificación de Sentencia de cesación de cuota alimenticia, a pesar de que en la demanda con claridad lo que se pidió es la cesación del pago de los alimentos, declarándose sin lugar la pretensión de modificar la sentencia en el sentido de cesar el pago de las cuotas alimenticias. Es preciso aclarar este punto porque ambas figuras jurídicas (modificación de sentencia de alimentos y cesación de la obligación alimenticia) a pesar de que ambas pretensiones se ventilan en un proceso contencioso, los presupuestos fácticos son diferentes y deben exponerse con claridad en la demanda, en su tramitación y en la sentencia; puesto que servirá para el establecimiento específico del supuesto jurídico de que se trate, en este caso cualquiera de las causales contempladas en el Art. 270 C.F., tomando en cuenta que en la modificación de sentencia, puede comprenderse cualquiera otra circunstancia que dé lugar a modificarla, ello implica probar que han cambiado las necesidades del alimentario o las posibilidades económicas del alimentante. Finalmente acotamos que al admitirse la demanda bajo la tipología que se realizó a Fs. 26 la jueza a quo, que en esa época fungía como jueza propietaria, quiso suplir las “falencias” de las mal llamadas diligencias por parte del apelante; actuación que a criterio de esta Cámara resultó inoficiosa y que dio lugar a la desestimación de tal pretensión, en tanto que no se determinó la causa bajo la cual se solicitaba el cese de los alimentos de conformidad al Art. 270 C. F., que se menciona en la referida apelación. Situación que fue consentida por el abogado de la parte apelante. Con base a las consideraciones expuestas y los Arts. 148, 156, 158, 160 y 161 L. Pr. F., esta Cámara RESUELVE: Declárase inadmisible por falta de fundamentación la apelación interpuesta por el Lic. FIDEL ANTONIO RIVAS ROSALES. Devuélvase el expediente al juzgado remitente con certificación de este decisorio. NOTIFÍQUESE. PROVEÍDA POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS: Dr. JOSÉ ARCADIO SÁNCHEZ VALENCIA y Licda. PATRICIA ELIZABETH MOLINA NUILA. SECRETARIO.