Deuda ecológica y modelo energético: los casos de Nigeria y Bolivia

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XI Jornadas de Economía Crítica
DEUDA ECOLOGICA Y MODELO ENERGETICO: LOS CASOS
DE NIGERIA Y BOLIVIA
ROSA LAGO & IÑAKI BARCENA∗
(UPV-EHU- Ekologistak Martxan)
1- INTRODUCCION: La deuda ecológica como concepto integral para avanzar hacia
ese otro mundo posible.
El concepto de deuda ecológica tiene su origen en los movimientos populares del Sur, en
concreto en el Instituto de Ecología Política de Chile, con ocasión de la Cumbre de Río de
Janeiro (1992)1 y se ha ido expandiendo geográficamente como una mancha (propuesta
política ambiental) que aspira a llegar desde los movimientos sociales a los ámbitos
académico, político e institucional.
La deuda ecológica sería la contraída por los países industrializados, por sus empresas y
sus gobiernos en primer lugar pero también por sus sociedades de consumidores, con otros
países a causa del expolio histórico y presente de los recursos naturales, los impactos
ambientales exportados y la libre utilización del espacio ambiental global para depositar los
∗
Este articulo lo presentamos en nombre de dos personas pero no hubiera sido posible sin las
informaciones, traducciones y escritos de Asume Osuoka (Social Action- Nigeria ), Cristina Saez y
Martin Mantxo (Ekologistak Martxan).
1
Global Forum di Rio (1993) Premisa 2: “Considerando la existencia de una deuda ecológica del Norte a
nivel planetario, generada esencialmente por las relaciones económicas y comerciales y de los efectos
ambientales (intensificación de la erosión y de la desertificación del suelo, destrucción de las selvas
tropicales, pérdida de la biodiversidad, creciente disparidad de los modelos de vida) que comportan el
deterioro de la exosfera, de la que sobretodo el Norte es responsable”. Premisa 16 “Actuar para el
reconocimiento de la deuda ecológica planetaria del Norte en relación al Sur”
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residuos. Reflejaría lo que el llamado Norte debe al Sur por ese saqueo que, aunque originado
en la época colonial, ha continuado incrementándose y presenta hoy unas características, no
solo económicas sino sociales y medio ambientales, que lo hacen perfectamente objetivable,
aunque su calculo monetario y su reparto en responsabilidades no sea ni nuestro objetivo
político, ni facil de realizar por el largo plazo transcurrido y la multitud de agentes en lid. . Su
fundamento se basa en la idea de justicia ambiental ya que si todos los habitantes del planeta
tienen derecho a la misma cantidad de recursos y a la misma porción de espacio ambiental, los
que usan más recursos o ocupan más espacio tienen una deuda hacia los otros.
Es la deuda acumulada por los países enriquecidos del Norte hacia los países
empobrecidos del Sur por dos razones. En primer lugar, las exportaciones de productos
primarios a precios muy bajos, es decir, sin incluir los daños ambientales producidos en el lugar
de la extracción y del procesamiento, ni la contaminación en escala global. En segundo lugar,
por la ocupación gratuita o muy barata de espacio ambiental -la atmósfera, el agua, la tierra- al
depositar los residuos productivos. La deuda ecológica no es menos deuda porque no esté
reflejada en contratos. Es a la vez pública y privada y también de cada uno de nosotros por
nuestro consumo desorbitado pero parece más interesante dedicarse a incidir en la deuda
pública, para referirnos a la responsabilidad de nuestros países y gobiernos y de la deuda
adquirida por las compañías transnacionales occidentales.
En
la
pasada década se han elaborado varias definiciones de deuda ecológica, algunas nacidas en
el movimiento ecologista y otras elaboradas en ámbitos universitarios. Por ejemplo, Aurora
Donoso del grupo ecologista Acción Ecológica de Ecuador define la deuda ecológica como “la
responsabilidad que tienen los países industrializados y sus instituciones, bancos,
corporaciones políticas y económicas por la gradual apropiación y el control sobre los recursos
naturales y por la destrucción del planeta causada por sus modelos de producción y
consumo… Deuda que incluye la apropiación de la capacidad de absorción del planeta y de la
atmósfera, contaminada por sus gases de efecto invernadero” (Foro Popular- Bali, 2002).
Otros autores en busca de una definición amplia, han escrito que la Deuda Ecológica es la
deuda acumulada por los países industrializados del Norte frente los países del Tercer Mundo,
por el saqueo de sus recursos, el comercio injusto, el daño ambiental y la libre ocupación del
espacio ambiental para depositar sus desechos. (Martinez Alier, Simms & Riijnhout, 2002).
Básicamente, se distinguen cuatro componentes de la deuda ecológica:
a) Deuda del Carbono. Los científicos están de acuerdo en que la acumulación de gases
causados por el uso de combustibles fósiles provoca un sobrecalentamiento del planeta, con
consecuencias potencialmente desastrosas, como la subida del nivel del mar, el fundido de los
glaciares, el aumento de las áreas desérticas, la disminución de los rendimientos agrícolas, la
perdida de especies animales y vegetales y el aumento de fenómenos meteorológicos
violentos.
Las causas del efecto invernadero se encuentran principalmente en el gran consumo de
combustibles fósiles por parte de los países ricos. En consecuencia, los países industrializados,
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cuyo desarrollo económico y cuyo bienestar se basa en un uso muy intensivo de las fuentes
energéticas responsables de la emisión de gases invernaderos, son deudores de los países del
Sur. Esa parte de la Deuda Ecológica se llama Deuda del Carbono. Es la más fácil de calcular
y tanto a escala mundial internacional (Dillon J., 2000) estatal (para Bélgica, ver Paredis, E. &
otros , 2004) o para el caso vasco (D. Hoyos- 2004) se ha realizado interesantes cálculos.
No debemos olvidar que la lógica subyacente en la base del concepto de deuda ecológica
es diferente de la que inspira el Protocolo de Kyoto. De hecho Kyoto atribuye las cuotas de
reducción de las emisiones partiendo del nivel de emisiones del 1990: quién más contaminaba
en el 1990 tendrá más derecho a contaminar en el futuro. Al contrario, la idea de deuda
ecológica implica que todos los habitantes del planeta tengan derecho a la misma cantidad de
emisiones, independientemente de dónde hayan nacido, así que quien contamina más de la
cuota que le compete, es deudor hacia la humanidad.
b. La biopiratería
Otra parte de la Deuda Ecológica deriva de la apropiación intelectual y de la utilización
privada y comercial de los conocimientos ancestrales relacionados con las semillas, el uso de
plantas medicinales y otros conocimientos campesinos e indígenas sobre los cuales se basan
la biotecnología y la industria agrícola moderna. Se trata de la llamada biopiratería.
Las características de las distintas especies de plantas y animales son el producto de una
historia milenaria de interacción entre ellas, con el entorno físico y con los humanos. Las
comunidades han seleccionado durante miles de años especies para usarlas como alimentos y
medicinas, y mediante esa interacción han modificado las características de las especies
naturales, creando variedades diferentes con propiedades que sólo algunos grupos humanos
conocen. Este conocimiento es precioso para las empresas farmacéuticas, biotecnológicas y
agrícolas, que lo utilizan para obtener pingües ingresos, aunque en la mayoría de los casos no
pagan o pagan muy poco a las poblaciones locales,
los verdaderos propietarios de esos
conocimientos.
Un ejemplo de biopiratería se ha producido sobre el Neem- denunciado por la ecofeminista
india Vandana Shiva (2001). Este árbol se usa desde hace miles de años en India para obtener
productos agroalimentarios, farmacéuticos y cosméticos. Sin embargo, los productos del Neem
y el conocimiento sobre sus muchas propiedades han sido patentados por algunos
investigadores y multinacionales del Norte, que obtienen de ellos muchos ingresos que no
repercuten sobre las poblaciones indias.
c) El tráfico de residuos
Nuestro sistema industrial produce una gran cantidad de residuos, con diferentes grados de
toxicidad. Tratar esos residuos es un proceso muy caro, cuyo precio depende de las
normativas ambientales del país donde se lleve a cabo. Por esa razón, las empresas del Norte
encuentran rentable exportar sus residuos tóxicos hacia países donde la legislación ambiental
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es menos severa: gracias a la menor exigencia de medidas de seguridad, deshacerse de los
residuos les resulta más económico.
Un ejemplo es el transporte de residuos eléctricos y electrónicos. En los últimos años,
alrededor del 80% de los aparatos eléctricos y electrónicos recogidos en los EE.UU. para ser
reciclados han sido exportados hacia China, India y Pakistán, donde se tratan en condiciones
muy peligrosas para la salud humana: incineración al aire libre, creación de piscinas de ácidos,
vertidos incontrolados en áreas rurales… Según un estudio de la Agencia de Protección del
Medio Ambiente (EPA) de los EE.UU es diez veces más económico enviar un ordenador hacia
Asia para que se recicle allí que reciclarlo en los EE.UU.
c.
Los pasivos ambientales
En la contabilidad de una empresa el pasivo es el conjunto de deudas y gravámenes que
reducen el activo. Usado en términos ambientales, el vocablo se refiere al conjunto de daños
ambientales no compensados que las empresas transfieren a la colectividad debido a las
afecciones sociales, económicos o ambientales que por causa de accidentes o debido a su
actividad cotidiana. Cuando una empresa causa un daño a la colectividad, la responsabilidad
moral está clara, pero la responsabilidad jurídica depende enteramente del sistema legislativo.
A menudo el permisivo contexto legal de los países del Sur, como veremos en los tres casos
estudiados, favorece que las empresas no consideren como costes –o los consideren muy
bajos- los daños ambientales que producen, así que no están muy incentivadas a reducirlos.
Por eso es necesario crear una legislación internacional sobre responsabilidad ambiental, que
todavía es ampliamente insuficiente.
Aunque existen otros aspectos y contenidos de la deuda ecológica, como por ejemplo la
perdida de soberanía alimentaria, en este artículo nos vamos a centrar fundamentalmente en
este último apartado referido a los pasivos ambientales creados por las actividades de las
empresas, industriales o financieras, en paises exportadores de recursos energéticos (petroleo
o gas) al Estado Español. El objetivo es doble. Por un lado dar luz sobre las actividades de
nuestras empresas energéticas en terceros países y dar voz a las campañas y movimientos
que luchan contra ellas y por otro avanzar en la reflexión tanto social como académica aquí
para generar actividades políticas que hagan posible tanto un cambio de modelo energético
como unas relaciones distintas con los llamados países en vías de desarrollo.
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2) NUESTRA DEUDA ECOLOGICA CON NIGERIA
a) Notas sobre la explotación petrolífera en Nigeria
La búsqueda de petróleo en Nigeria se remonta hasta 1913, cuando una empresa de
betunes alemana realizó inspecciones sísmicas en Araromi (hoy en el estado de Ondo) en
busca de petróleo crudo. Aunque no tuvo éxito, aquel esfuerzo fue fundamental en la historia
del desarrollo de la energía petrolífera en Nigeria. Después de la Segunda Guerra Mundial, la
compañía Royal Dutch Shell, bajo el nombre Shell -D’Arcy2 pidió y consiguió el permiso por las
autoridades coloniales británicas para la exploración en búsqueda de crudo en el territorio de
Nigeria. El esfuerzo de la Shell fue focalizar la exploración del oeste del Delta del Níger hasta
Dahomey (República de Benin), mientras Whitehall iba a explorar desde el río Akassa a la
frontera entre Nigeria y Camerún. Para 1953, el esfuerzo de Shell-D’Arcy fue recompensado
con el descubrimiento de una comercialmente atractiva cantidad de petróleo crudo en Oloibiri.
En 1956 el Pozo de Petróleo Oloibiri 1 (hoy en el estado de Bayelsa) se convirtió en la exitosa
historia de la explotación europea de gas y petróleo en Nigeria, levantando el perfil del país
como productor y potencial exportador de crudo.
Bajo disposiciones especiales, el Royal Dutch/Shell Group y el británico British Petroleum
Group invirtieron conjuntamente en un nuevo consorcio de exploración y producción, que se dio
a conocer como British Petroleum (BP). Las dos sociedades tenían la propiedad de la nueva
compañía en iguales términos. Ese acuerdo fue el comienzo de una inversión masiva en el
desarrollo de la energía petrolífera, dirigida a la expansión de la industria del petróleo y el gas
en Nigeria.
Desde los humildes comienzos del hallazgo de Oloibiri, la industria del gas y el petróleo se
ha convertido en el pilar del gobierno de Nigeria. Nuevos descubrimientos de crudo a escala
comercial fueron realizados después del de Oloibiri en Afam, Bomu y Eleme (Estado de Rivers)
y Ugheli, Urhobo (Estado del Delta). Las multinacionales petroleras, desde principios de los 60,
comenzaron a pelear por una porción de la prometedora industria, llevando a la concesión de
nuevas licencias a los múltiples actores dispuestos a comprometer la inversión adecuada y a
comenzar operaciones sísmicas en el país.
2
I. Okonta & O Douglas, Where vultures feast.
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A principios de los 60 otras empresas petroleras a las que les fueron concedidas licencias
para realizar prospecciones en la parte baja de la cuenca del delta del Níger habían expandido
el horizonte de la exploración de crudo y consecuentemente la extracción de petróleo con altos
rendimientos en Nigeria. TEXACO y Agip fueron las siguientes en llegar, tras Shell Petroleum
BP. Hoy, unas seis grandes multinacionales están realizando prospecciones intensamente en
el Delta del Níger.
EMPRESAS
Shell
SOCIOS
Petroleum NNPC
(55%),
Development
Shell(30%),Total
Company (SPDC)
(10%) Agip(5%).
Mobil P. Nigeria NNPC
(60%)
PRODUCCION
ACTIVIDAD
50% Nigeria
Petroleo y gas
ORIGEN
Anglo-holandé
(+ 1 millón bbl/día).
600,000 bbls/diarios
Petróleo del mar.
EEUU
420.000 bbls/día.
Petroleo y gas
EEUU
145.000 bbls/día, Italia
Petroleo y gas
Italia
125.000 bbls/día
Petroleo
Francia.
Petróleo
Estados
Unlimited (ahora Exxon-Mobil Oil
Exxon Mobil)
Chevron
(40%).
Nigeria NNPC
Limited
(60%),
40%
ChevronTexaco ,
Nigerian Agip Oil NNPC
60%,
Company
Agip
20%,
(NAOC)
Phillips 20%
Elf Petr. Nigeria NNPC
Limited (EPNL)
(60%)
TotalElfFina(40
%)
Texaco
Overseas NNPC (60%) y
Petroleum
Chevron (20%).
Company
Texaco 20%
473
millones
barriles desde 1961
de
Unidos.
(TOPCON)
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La región del Delta del Níger se encuentra en la parte sur de Nigeria. Esta considerado
como el tercer humedal en extensión del planeta, después del Mississipi y el Pantanal
amazónico. Su área geográfica cubre alrededor de 70.000 kilómetros cuadrados, y está
atravesada a lo largo y ancho por riachuelos, arroyos, canales y corrientes. Los ríos Niger y
Benue contibuyen al régimen de inundaciones de la región; además de las fuertes lluvias de las
tierras bajas tropicales, que se suceden por un espacio de alrededor de ocho meses al año.3
El Delta del Niger representa más del 90% de los ingresos nigerianos de petróleo y gas, la
principal fuente de recursos del gobierno de Nigeria. La gran riqueza del Delta del Níger,
depositado como un legado natural en petróleo y gas, y habiendo sido vigorosamente
explotada desde finales de los 50, no obstante, convirtió la región en un importante escenario
de conflicto. Hoy en día, la violencia en el Delta el Niger se ha convertido en una compleja
amenaza para el Estado nigeriano, las compañías energéticas extranjeras y las naciones como
Euskal Herria, dependientes del gas y el petróleo. La represión estatal de las protestas
comunitarias y las revueltas de la sociedad civil contra la injusticia emanada de la explotación
irresponsable del petróleo y la distribución de la riqueza generada están en el centro de la crisis
de la región del Delta del Níger.
En el año 2007 milicias armadas han llevado la crisis a una nueva dimensión con docenas
de trabajadores extranjeros de los pozos petrolíferos secuestrados por grupos armados. El
gobierno nigeriano, principalmente compuesto por políticos corruptos e ineptos, se muestra
incapaz de afrontar una situación cada vez más deteriorada, es el máximo responsable de la
creciente violencia en la región.
Con el paso los años, la frustración derivada de las expectativas fracasadas y el
decreciente nivel de vida de las poblaciones rurales, que los habitantes locales achacan a las
prospecciones petrolíferas, han llevado a la desilusión, la desviación de conductas y la
hostilidad, particularmente cuando el gobierno no puede garantizar el cumplimiento de la ley,
vías de reparación y justicia para los intereses agraviados. Lamentablemente, de nuevo, la
respuesta política de las autoridades, en lugar de controlar esa tendencia al descontento
violento en la región, la agrava, debido principalmente a sus intentos por suprimir las protestas
comunitarias, como la documentada saga de los Ogoni entre 1990 y 1995.
b) Proyectos de gas natural licuado en Nigeria: La conexión española
Pese a todos los problemas descritos a nivel político, económico, social y ambiental en
Nigeria y los graves conflictos que han originado, la principal preocupación del gobierno ha sido
y es como expandir la actividad de las transnacionales gaseras y petroleras para aumentar sus
beneficios. Entre los nuevos proyectos se encuentran la construcción de infraestructuras para
3
http://www.nddconline.org/The_Niger_Delta/
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transportar gas natural licuado (GNL), siendo la planta de la Isla Bonny la principal de este tipo.
El gas de esta planta tiene como uno de sus destinos España. En 1995 se consiguió el acuerdo
para construir la planta GNL en Finima, oeste de Isla Bonny, Estado de Rívers. Entre los
accionistas se incluían: NNPC (49%), Shell (25%), Elf (15%) y Agip (10.4%). El proyecto es uno
de los más ambiciosos en su campo con una inversión de 38.000 millones de dólares.
Nigeria es uno de los principales productores de petróleo y gas del mundo, y las
exportaciones de crudo representan más del 95% de los ingresos del gobierno. Tratando de
aumentar esos ingresos, el gobierno federal está incentivando a las empresas petroleras y de
gas extranjeras para que aumenten la explotación, producción y venta. Esa es la razón del
nuevo tratado sobre GNL con las españolas Gas Natural y Repsol YPF.
En relación a las empresas españolas Gas NATURAL es la mayor compradora de gas
licuado (GNL) de la empresa Gas Natural Licuado de Nigeria (NLNG) en Bonny con un tratado
de compra de gas de 22 años, mientras Repsol YPF es un importante importador de crudo
desde Nigeria. Otras empresas energéticas españolas que tienen contratos de larga duración
para comprar gas a la empresa NLNG con base en Bonny, son Iberdrola y Endesa.
La planta de GNLN (NLNG) está construida ( 2,21 km2) en Finima, Isla Bonny. Con 6 trenes
actualmente en operación y otro propuesto. Esta planta tiene una capacidad de unos 18
millones de Tm por año de GLN y 3.4 de gas de petroleo, requiriendo alimentación de gas de
2.8bcf/d feed para la producción. El gas llega de campos que atravesando unas 110
comunidades del Delta del Níger. Consiste en:
-Gaseoductos para transmisión de gas atravesando 110 comunidades
- Tres tanques de almacenamiento de GNL con capacidad de 84.200 m3 cada uno
- Dos tanques de de almacenamiento de condensación con capacidad de 36.000 m3
cada uno
- Dos nuevos de refrigeración de Gas de Petróleo Licuado de 65.000 m3 ( propano y
butano)
- Ocho generadores con una capacidad total de 320 Mw.
- Dos Jetties de exportación de GNL.
- Un Jetty de Gas de Petróleo Licuado y de condensación
- 18 barcos de GNL a los servicios de NLNG
-J etty de descarga de materiales
- Una zona residencial de 2.08 Km2.
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Uno de los graves problemas causados por la empresa NLNG es el gran nivel de venteo o
quema de gas (gas flaring) y sus efectos. El proyecto de NLNG se presentó a la sociedad
como una solución al problema del venteo y quema de gas, un proyecto ambicioso y un gran
esfuerzo, para recoger todo el gas desechado y aprovecharlo de forma más positiva. Sin
embargo el NGLN no sólo no ha solucionado ese problema, sino que ha provocado muchos
otros problemas. La planta de NLNG comenzó a exportar gas licuado a finales de 1999 y
principios del 2000. Sin embargo, de acuerdo con las estadísticas oficiales recopiladas en el
Boletín del CBN de 2004 el venteo de gas en el Delta continúo creciendo: “En 1999, 23.192
millones de m3 fueron venteados, 25.592 in 2000, 27.890 en 2001, y 75.773 millones de m3
en el 2002, sin embargó disminuyó a 22796 millones de m3 in 2003, pero aumentó de
nuevo a 24, 577 m3 en 2004”.
Pero mientras el proyecto LNG fracasó en solucionar la amenaza del venteo, creó otros
problemas como las afecciones a las actividades económicas de las comunidades locales, la
destrucción de los ecosistemas., la contaminación del agua., la contaminación sonora y ruido,
problemas de salud y el aumento de presión en los servicios y vivienda.
El fraude del proyecto en la Isla de Bonny comenzó con la asignación de un contrato al
consorcio TSKJ. Se pagó a altos cargos del gobierno nigeriano y del proyecto NLNG 180
millones de dólares para que intervinieran e influyeran en la asignación de ese contrato. El
caso de soborno fue hecho público por las autoridades francesas probando las actividades de
ELF, accionista de NLNG. Una investigación de las autoridades estadounidenses a la empresa
Halliburton también indicaba que había realizado pagos con el fin de obtener la concesión del
contrato de GLN y también información de una propuesta del mismo tipo por TSKJ años antes.
El informe francés concluyó con la sugerencia de alejar al consorcio TSKJ y Halliburton de los
nuevos contratos. Sin embargo TSKJ continuó teniendo contratos para otros trenes del
proyecto NLNG.
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Pero el escándalo del soborno no fue el único. También se hizo pública la existencia de
salarios por debajo del mínimo contratándolos a través de subcontratas que pagaban menos de
lo prometido. Alteraban la conversión monetaria a la mano de obra extranjera para pagar
menos y aunque los salarios correspondían a 10 horas al día y 26 días por mes, cuando se
trabajaban más de 14 horas al día y 30 días incluidos sábados y domingos. Estas condiciones
provocaron una huelga que fue contestada con represión por parte de agentes de seguridad
contratados por NLNG.
La primera compañía española en entrar en el NLNG fue Gas NATURAL SPG SA.
Iberdrola y Endesa lo hicieron más tarde, para comprar el gas licuado. El NLNG comenzó
primero un contrato con cinco empresas europeas para la venta de gas por un periodo de 22
años y medio: Gas NATURAL SDP SA (España), Enel (Italia), Botas (Turquía), Gas de France
(Francia), y Transgas (Portugal).
El contrato de Gas NATURAL para la compra de 1.6 bcm por año de gas licuado supuso
ser el segundo mayor después del de Enel (3.5 b cm por año). Los barcos de Gas Natural
salen Nigeria para terminar en la terminal de Huelva. Del tercer tren, Gas NATURAL firmó un
contrato de compra de 2.7 bcm por año (de los 3.7 bcm que este tren produce). De los tres
trenes, GAS NATURAL recibiría 4.3 bcm en total convirtiéndose en el mayor cliente del NLNG.
Los metaneros de Gas NATURAL salen de Nigeria para llegar a la terminal de Huelva.
Iberdrola es el mayor comprador del gas de los trenes 4 y 5. El gas de estos trenes sale en
8 barcos, que también lo transportan a los Estados Unidos donde NLNG se ha convertido en el
principal suministrador del mercado de Atlanta. El tren 6 acabado en el 2007 producirá 14 Tm3
por año de GNL para Europa y 8 para los Estados Unidos. El GNL de este tren será
comercializado por tres compañías: Endesa, Total y Shell. Recientemente Gas NATURAL y
Repsol YDF han firmado un contrato para desarrollar un macro proyecto de GNL en Nigeria.
Con este, España se sitúa como uno de los mayores inversores del sector gasero en Nigeria.
Además del gas, España también ha crecido como un comprador de petróleo con Repsol
YPF como principal firma y este a través de su unidad nigeriana Repsol Nig. Ltd. Repsol se
benefició de la subasta de dos bloques por el Presidente Obasanjo (Mayo 2007). Esto ya ha
comenzado a crear fricción pues Shell reclama estos pozos como suyos. Por ello, Shell ha
llevado el caso a la Alta Corte Federal de Nigeria en Abuja para anular ese contrato.
Hasta ahora Gas NATURAL ha sido el mayor comprador de GNL y Repsol YPF el mayor
importador de petróleo de Nigeria. Después de este contrato, STREAM, el aglomerado de
ambas, se sitúa como empresa puntera de gas en el mundo y como inversores a largo plazo en
Nigeria.
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Sin embargo este nuevo proyecto de STREAM augura el repetir los mismos problemas que
creó NLNG: provocará grandes éxodos, desplazamientos e impactos en la población local con
implicaciones negativas incluyendo impacto social, degradación ambiental, problemas de salud.
Esto generara protestas que será respondida con violencia, instaurándose una vez más un
régimen de terror y violencia.
C) Impactos sociales y medioambientales de las inversiones españolas en el sector
energético nigeriano
1) Compañías españolas y el medio ambiente del Delta del Níger.
La extracción de petróleo en la región del Delta del Níger ha ocasionado más de 50 años
de continua contaminación medioambiental. Los informes de DPR (Directorate of Petroleum
Resources) indican que importantes cantidades de crudo son vertidas y no recuperadas. Es un
secreto a voces que estos importantes volúmenes son la causa de serios riesgos para la salud
de las personas en las comunidades afectadas, y el ecosistema circundante.
Los informes oficiales indican que en la región del delta se produce una media de un
vertido semanal. Según las estimaciones actuales, aproximadamente 2.300 metros cúbicos de
crudo son vertidos anualmente en el entorno del Delta del Níger. Entre 1976 y 1996 un total de
4.835 incidentes de vertido supusieron la descarga de alrededor de2.446.322 barriles de
petróleo crudo, de los cuales el 77% no pudo ser recuperado, y por tanto constituye
contaminación para el entorno natural. Las estadísticas del DPR (Directorate of Petroleum
Resources) también afirman que de 1960 a 1997, más de 1,07 millones de barriles de petróleo
han sido vertidos principalmente en la región del Delta del Níger.
Según las regulaciones internacionales de emisiones de gas (glas flaring), la media
mundial se sitúa en el 4%. Desgraciadamente, Nigeria emite más del 70% del gas asociado
desde su industria de petróleo y gas. Esto sitúa al país con un notable record de emisión de
gas del 25% del total mundial. Esta cifra de emisión de gases en Nigeria es el resultado de las
emisiones que ocurren en alrededor de 150 lugares en el país.
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Esta cifra record de emisión de gases en Nigeria resulta en la emisión de gases nocivos
como el metano, monóxido de carbono, etc. Estas emisiones están seriamente ligadas al
cambio climático global. El efecto de las emisiones en el medio inmediato contribuye
claramente a la lluvia ácida y a la contaminación de cuerpos de agua y vegetación, todo lo cual
está infringiendo daño a distintos niveles en el conjunto de la biosfera, y peor aún en la salud
humana.
Más de 6.000 kilómetros de oleoductos atravesando granjas y llevando petróleo crudo y
sus derivados a través de la región del Delta del Níger. Esos oleoductos, que deberían ser
sustituidos cada 15 o 20 años, son abandonados al desgaste y la erosión bajo las duras
condiciones climáticas del delicado delta. El resultado de esta evidente negligencia ha sido una
serie de devastadoras erupciones, explosiones de oleoductos que lanzan al medioambiente
productos inflamables que con frecuencia, llegan a arder, creando grandes llamas que arrasan
bosques, tierras de cultivo y otros recursos.
A menudo, los productos y recursos incendiados son parte de los recursos básicos de los
que las comunidades dependen para su supervivencia. Entonces se convierte en una dolorosa
realidad ver a las comunidades expuestas a los frecuentes incidentes de esas devastadoras
llamas, que no solamente arrasan componentes del ecosistema, sino que suponen también
una gran amenaza de pérdida de la diversidad biológica de la región. En algunos casos, incluso
provocan la pérdida de vidas humanas.
El profesor Anya O. Anya, uno de los académicos económicos más importantes de Nigeria,
ha señalado repetidamente el problema de la desastrosa gestión de la riqueza del petróleo en
Nigeria, lo cual según él significa que la riqueza generada por el petróleo, en una economía
monolítica, incrementa la propensión al gasto que automáticamente dispara la inflación,
llevando a la “Dutch Disease” [“Enfermedad Holandesa” = go dutch es pagar a escote, entre
todos] de la que Nigeria está padeciendo4. Si la enorme riqueza generada por la industria sólo
va a elevar el alto coste de vida por encima del alcance de la mayoría de la población,
podemos imaginar la situación de las comunidades rurales del Delta del Níger, que están al
margen de las riquezas producidas por el petróleo.
2) Luchas y respuestas sociales
La historia de resistencia de las comunidades del Delta del Níger viene de muy atrás,
desde la ocupación europea, pues de de el colonialismo y como otros pueblos de Africa
vivieron en su piel la violencia de los invasores. Esta era zona donde el esclavismo se
desarrolló. Cuando este terminó en plena revolución industrial esta fue la zona donde se
4
Anya O.Any. 2001. Rivers State Economic Summit, Port Harcourt, Nigeria.
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desarrolló el cultivo de palma de aceite (palma Africana). Este cultivo continuó en los
parámetros del colonialismo o como una continuación del esclavismo, con las compañías
coloniales controlando la producción y comercialización y los locales sin derecho a nada y
objeto de brutalidad. La represión se llevaba a cabo desde barcos con cañones y pueblos
enteros como Brass y Fishtown eran quemados por completo (1895) y murieron más de dos mil
personas.
Viniendo a la era del petróleo y del gas, en 1990 se fundó el Movimiento por la
Supervivencia del Pueblo Ogoni (MOSOP). Ese año el MOSOP proclamo una carta de
Derechos del pueblo Ogoni, incluyendo entre otros el derecho a autonomía política dentro de la
Federación Nigeriana. La carta alegaba que el pueblo Ogoni no había sido sometido antes del
colonialismo británico por ningún otro grupo étnico existente en la actual Nigeria. Que en los
últimos 30 años la nacionalidad Ogoni había provisto de 40 billones de Nairas (30 billones de
dólares) a las arcas nigerianas y que no habían recibido nada a cambio. Que lenguas Ogoni
como el Gokana y el Khanase encuentran al borde de la extinción mientras que otras son
impuestas. Que como pueblo se les están imponiendo prácticas de esclavitud e incluso
extinción. Que la actividad petrolera ha mermado su acceso a tierra y a comida siendo esta
zona una de las de mayor densidad de Africa (1500 x milla2). Que la supervisión y leyes de
protección del gobierno han convertido su tierra en un desastre ecológico. Que el pueblo Ogoni
carece de educación, salud y servicios. Y que los ogoni quieren dirigir sus vidas.
Coincidiendo con los asesinatos de Ken Saro-Wiwa y otros 8 líderes del MOSOP
(Movement for the Survival of the Ogoni People) que fueron ejecutados por el gobierno militar
del general Sani Abacha, organizaciones políticas y de derechos humanos comienzan a
confluir e plataformas pro-democracia y generando una oposición a la dictadura que provoca la
crisis del régimen de Abacha. En este contexto nació el movimiento Chikoko que se propuso el
crear una coalición de activistas que incluyera a las distintas nacionalidades del Delta para
resolver las crisis nacionales y sociales del país.
El movimiento Chikoko demandó:
• Derecho de autodeterminación para todas las nacionalidades de Nigeria y a ser
reconocida por una nueva constitución – el carácter de la Unión Nigeriana debe ser
reestablecido. La creación de una federación de nacionalidades étnicas
• Conferencia Nacional de Soberanía (SNC) compuesta de representantes
electos de todas las organizaciones incluidas minorías étnicas, estudiantes,
trabajadores, jóvenes, etc.
• Final inmediato a las actividades de las compañías transnacionales que
suponen daño ambiental en el Delta del Níger
• Respeto de los derechos humanos fundamentales y en particular de los de
expresión, asociación y conciencia
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• Fin inmediato de la ocupación armada del Delta y prohibición de las policías
empleadas por las compañías transnacionales
Mas tarde en Diciembre de 1998 se proclamó la Declaración de Kaiama y se estableció el
Consejo de Juventud Ijaw (IYC). La Declaración fue desafiante al declarar el incumplimiento y
el no reconocimiento de todos los decretos no-democráticos y exigia la retirada de toda fuerza
militar de ocupación de la región Ijaw, y a declarar enemigas a cualquier petrolera contratando
los servicios militares.
Días después de la declaración jóvenes Ijaw comenzaron a poner en práctica sus
decisiones organizando Ogele marchas en casi todos los pueblos. Pero nuevamente, en 1998
este movimiento civil y pacífico fue detenido por los militares que abrieron fuego contra
activistas y ciudadanos (algunos en sus mismas casas). Mujeres jóvenes y adultas fueron
violadas en presencia de sus familiares y muchos fueron asesinados en Kaiama, Yenagoa y
Mbiama.
El 8 de julio del 2002, las mujeres de la comunidad Ugbodoro cerca de Warri, estado del
Delta, rodearon las instalaciones petroleras de Chevrons, y paralizaron sus operaciones,
incluido el vasto negocio exportador. Como ocurrió en el caso de las protestas de las mujeres
Egi, la multinacional petrolera respondió con promesas de mejorar la vida para las poblaciones
rurales a través del suministro de servicios sociales básicos. Las promesas no fueron
cumplidas.
El 8 de agosto del 2002, mujeres Ilaje, Ijaw e Itsekiri ocuparon la sede central operativa de
la Shell Petroleum Development Company de Nigeria, y la de Chevron. El papel de las mujeres
en la búsqueda de la equidad y la justicia en la distribución de la riqueza petrolera en Nigeria
fue elogiado. Esto fue debido a décadas de abandono de las comunidades poseedoras de
petróleo en Nigeria.
Desde el inicio del 2006 ese malestar tuvo una expresión más radical y activa con ataques
en infraestructura petrolera y gasera. Estas acciones han provocado una disminución de la
producción y exportación petrolera de unos 500 millones barriles (como ¼ de la producción
nigeriana). Al frente de estos movimientos militantes se encuentra el MEND (Movimiento para
la Emancipación del Delta del Níger) que también ha realizado la demanda concreta de
indemnización a las comunidades Ijaw del estado de Bayelsa por Shell de 1,5 billones de $
como se decidió en la Asamblea Nacional del 2004.
3. NLNG y las comunidades nigerianas
La mayor comunidad afectada por la planta de NLNG es la de Finima, Isla Bonny (Rivers
State). Bonny Town es otro de los principales pueblos y contaba con 22.989 habitantes en
1991. Hoy Bonny LGA tiene una población total de 76,124 habitantes. En el momento álgido
de la construcción de la planta de NLNG (1998–1999) llegaron a la isla más de 17.500
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trabajadores (sin incluir en muchos casos parejas y familias de ellos). Numerosas bidonvilles
han sido construidas por doquier pero con la expansión del proyecto NLNG en sus diferentes
trenes, los bidonvilles van siendo desalojados y destruidos.
La historia de la relación del NLNG con las comunidades aledañas durante estos años ha
sido una relación de conflicto que ha derivado en protestas, denuncias, etc.
El 20 de
septiembre de 1999, unos meses antes de comenzar las obras del NLNG, la Federación de
Jóvenes de Bonny lanzó una campaña de quejas contra el entonces recientemente elegido
presidente Olusegun Obasanjo sobre el modo de actuación del NLNG y sus impactos en las
comunidades. Obasanjo acudió a la isla en visita oficial que coincidió con el momento álgido de
las protestas. Entre estas incluían la explosión demográfica que provocó una reducción de
acceso a servicios, aumento del costo de vida, eclosión de enfermedades a través de aire y
agua y accidentes asociados con el aumento de tráfico fluvial.
El 20 de septiembre de 1999 una protesta pacífica organizada en Bonny fue reprimida
salvajemente, después de que un manifestante fuera asesinado con bala por un trabajador
extranjero de la compañía. Entonces la policía antidisturbios también abrió fuego. Otros dos
jóvenes que escapaban sus balas murieron en un accidente de coche.
En el 2000 los Jefes de la isla de Bonny (siguen manteniendo su formas tradicionales y
tribales de gobierno) convocaron una protesta. El gobierno movió ficha rápido y los invito a una
reunión en Port Harcourt (17-9-2000). Esto sucedía al año de la visita presidencial a Bonny. Al
mismo tiempo, el gobierno previendo más protestas fortaleció la seguridad de la planta
proveyendo más cuerpos armados (policía y soldados del ejército). Sin embargo, esta
militarización y las anteriores experiencias no sirvió para que la población se desmovilizara.
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El 28 Marzo 2003, los habitantes de Iwoama y Orosikiri iniciaron una protesta pacífica
contra NLNG. NLNG respondió con armas, mediante la policía de la propia compañía y la de
Mobile.
La Sociedad para la Conservación de los Bosques Manglares de Nigeria (MFCSN) recordó
a NLNG que el proyecto comete serias violaciones de los Derechos Humanos y de las leyes del
Medio Ambiente de Nigeria, que hasta el inicio de las obras supusieron ilegalidades (26-92006) como el no implementar las guías de la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA). En mayo
la MFCSN llevó nuevamente a NLNG a los tribunales (Alta Corte Federal) (caso nº
PHC/PC/CS/248/2002). Entre muchas denuncias, MFCSN alegaba que NLNG continúo el tren
3 sin EIA y que pese a ello también dio comienzo a las obras de trenes 4 y 5, también sin EIA.
MFCSN denunció la destrucción masiva de muchos manglares, selvas y otros bosques en un
proyecto que estaba invadiendo directa e indirectamente toda la extensión de la isla, con los
gaseoductos atravesando tierras de forma que impiden cualquier actividad en ella. MFCSN
demandó una moratoria para la continuidad del proyecto, incluyendo la suspensión de trenes 4
y 5. También se exigió al gobierno nigeriano que desmantelara la temida fuerza de seguridad
del NLNG. También se pidió la construcción de una carretera como salida de emergencia en
caso que ocurriera un accidente en la planta, pues la única salida posible era el mar.
La actividad pesquera en el río Bonny, principal actividad económica de esa población, se
ha visto considerablemente afectada por el continuo movimiento de barcos cargueros de gas.
Infraestructuras gaseras también reducen el acceso a la pesca. Las zonas de pesca se ha
reducido a unas pocas que son vigiladas por lanchas patrullas. La pesca no es permitida
cuando se carga el gas en los barcos en el río Bonny. Estas restricciones han conllevado un
aumento de la pobreza en las poblaciones locales. El tráfico de barcos también ha provocado
un aumento de la contaminación del río. Esta contaminación no sólo ha afectado la pesca si no
también los manglares y la vida acuática. El constante tráfico de barcos también es
responsable de grandes olas, que podrían poner en riesgo incluso a la misma isla: la MFCS
alertó de la posibilidad de que la isla Bonny fuera sumergida debido a las grandes olas. Los
trenes de GNL suponen un total de 18 barcos para el transporte de GNL: 7 para trenes 1 y 2, 3
para el tren 3 y 8 para los trenes 4 y 5. Y el calado y potencia de estos barcos hace que el
transporte en barcas (principal forma de transporte) sea muy peligrosa, provocando la pérdida
de vidas y propiedades.
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3) REPSOL YPF EN BOLIVIA
La deuda ecológica se genera, entre otros, a partir de los pasivos ambientales que las
actividades industriales provocan en los países empobrecidos, ya que el consumidor final
generalmente habita alguno de los países enriquecidos, o bien porque los impulsores
fundamentales de dichas actividades son entes públicos o privados afincados en países del
Norte.
A lo largo de la cadena que va desde la materia prima hasta el producto final y la persona
consumidora, existen muchos actores con distinto grado de responsabilidad. El caso de la
empresa Repsol YPF operando en Bolivia es paradigmático, ya que en los últimos años ha
evidenciado las relaciones entre actores públicos (gobiernos y sociedades) y privados (la
propia empresa). No se puede asignar la deuda ecológica generada en Bolivia únicamente a
Repsol YPF. Existe una responsabilidad compartida con el gobierno español, que a su vez
recae en las sociedades española y vasca, aún cuando el petróleo y gas extraídos en Bolivia ni
siquiera se consuman en el Estado español, ya que en general se exportan a países limítrofes
con Bolivia.
En primer lugar describiremos el impacto ecológico y social de las actividades de Repsol
YPF en Bolivia, para después analizar la intervención del gobierno español a favor de los
intereses de la empresa y de los intereses de consumo, laborales y económicos sociedad
española, según el propio gobierno, cuando el gobierno boliviano promulgó la Ley de
Nacionalización de Hidrocarburos.
1) Impacto ecológico y social de Repsol YPF en Bolivia
Las actividades de Repsol YPF han dañado dos pilares de las riquezas bolivianas: los
ecosistemas y las culturas. Hay extensa documentación que recoge testimonios y datos
explícitos sobre los daños provocados de las actividades petroleras, pero nos centraremos en
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el departamento de Tarija: la afección a los indígenas Guaraníes, habitantes de las Tierras
Comunitarias de Origen (TCO) de Itika Guasu5, en la provincia de O’Connor.
Repsol YPF, tras la aprobación de la Ley de Hidrocarburos Nº 1689 de 1996, entra a
explotar el Campo Margarita Bloque Kaipipendi, una de las reservas más importantes de gas
seco del continente. En el Parque Nacional de la Serranía del Aguaragüe, el bloque Kaipipendi
invade el TCO Tentayapi, donde viven las comunidades guaraníes que por su inaccesibilidad
han conservado la cultura más pura. Los territorios también son afectados por la construcción
de los gasoductos de hasta 500 km, que transportan el gas chaqueño a Santa Cruz y de ahí a
Brasil. No se realizaron convenientemente los pertinentes Estudios de Impacto Ambiental, ni
se consultó a las poblaciones afectadas, Repsol YPF vulnera su propio RSC (Responsabilidad
Social Corporativa), los principios de precaución y los estándares sociales y ambientales
establecidos por el Banco Mundial y la propia OCDE. Además se violan las leyes nacionales y
convenios internacionales como el nº 169 de la OIT que en el Artículo 6.a insta a “consultar a
los pueblos interesados, mediante procedimientos apropiados y en particular a través de sus
instituciones representativas, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas
susceptibles de afectarles directamente”.
El actual Director General de Medioambiente del Viceministerio Recursos Naturales y
Medio Ambiente Luis Beltrán Reyes, en entrevista concedida a miembros de Ekologistak
Martxan el pasado agosto de 2007, reconoce numerosos incumplimientos legales por parte de
la empresa española Repsol YPF, durante el período en vigor de la Ley de Hidrocarburos Nº
1689 de 1996, entre ellos: la no emisión de informes de monitoreo, presentación de licencias
ambientales ya caducadas o incluso la no presentación de licencias en los proyectos. En
algunos casos se daban permisos de explotación para un pozo en unas coordenadas concretas
y luego la actividad se desarrollaba a varios kilómetros del lugar aprobado. También denuncia
la no consideración, en EIA presentados, de los impactos socio-culturales y ambientales sobre
los guaraníes. A Beltrán, le llama la atención el hecho de que este tipo de irregularidades tan
básicas provengan de una empresa como Repsol YPF, con beneficios de millones de euros, y
con capacidad sobrada para realizar informes de calidad, usar paliativos y/o tecnologías menos
dañinas.
Frente a la inactividad empresarial para prevenir, evaluar, reparar o recuperar los espacios
degradados, o al menos indemnizar en algún grado, a las poblaciones afectadas por su
explotación, la TCO Itika Guasu, se organizó para la realización de un monitoreo Ambiental
“Tierras Comunitarias de Origen (TCO).- Son los espacios geográficos que constituyen el hábitat de los
pueblos y comunidades indígenas y originarias, a los que tradicionalmente han tenido acceso y donde
mantienen y desarrollan sus propias formas de organización económica, social y cultural, de modo que
aseguran su sobrevivencia y desarrollo. Serán consideradas Tierras Comunitarias de Origen aquellas que
estén tituladas, aquellas que estén demandadas con Auto de Admisión, aquellas inmovilizadas con
Resolución de inmovilización y todas las tradicionalmente reconocidas como tales” Título X, Artículo
138. Ley 3058.
5
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Independiente en el año 20056, que desde la visión interna de los propios afectados recoge
impactos sobre Suelo, Aire, Ruido, Agua y Fauna, que fueron presentados a la empresa y
autoridades ambientales, con la esperanza de que fueran tomados en cuenta y ayudar a
enmendar parte de los daños.
En el informe se hace mención a “procesos de erosión donde se han construido los pozos
petroleros y las planchadas” o desmontes, “deforestación para la habilitación de planchadas y
el tendido del gasoducto y oleoducto. Afectación a la fauna silvestre tanto por la presencia de la
maquinaria, los trabajos de desmonte, el ruido de los helicópteros, las aguas superficiales
contaminadas. Las comunidades indígenas también han sido impactadas por el incremento del
tráfico vehicular que provoca cantidades de polvo considerables y el peligro permanente de
accidentes.” Teniendo en cuenta que estas comunidades obtienen su sustento diario de los
recursos que posee su territorio (“producción agrícola de maíz, caza y pesca, recolección de
frutos silvestres y miel, y el libre acceso a las fuentes de agua”), la afectación ambiental se
traduce directamente en peligro de su propia supervivencia.
En cuanto a la cultura guaraní, se ha visto modificada profundamente en sus principios,
religión y cosmovisión, introduciendo prácticas occidentales sin ningún código de conducta. Los
valores simbólicos de su cultura, han sido alienados, y su forma de entender la naturaleza, de
convivir y hacer un uso sostenible y respetuoso de ella, se ha enfrentado a la aplastante
maquinaria empresarial, que se basa en la intensificación de la explotación, de manera
totalmente insostenible.
La empresa petrolera tampoco ha respetado la forma en la que el pueblo guaraní toma las
decisiones. No existe registro alguno en los EIA de que se hayan propiciado asambleas
comunales. El EIA presenta varias hojas de consulta firmadas por una sola persona o por dos o
tres autoridades regionales. De esta manera impacta negativamente en la integridad cultural de
la TCO.
Los guaraníes también denuncian la falta de código de conducta de los trabajadores:
“Existen muchas mujeres guaraníes en la TCO que hoy son madres solteras y fueron
abandonadas. Para el guaraní la paternidad responsable es un valor importante, que por la
actitud desatinada de los trabajadores de Repsol YPF, hoy este valor está puesto en duda.”
El alcoholismo, la prostitución, que ha provocado la introducción de enfermedades
venéreas, la visión capitalista e individualista así como otras actividades y pensamientos
desconocidos por la cultura guaraní hasta la entrada de Repsol YPF, han desecho y
6
Impactos ambientales, sociales y culturales de Repsol YPF en territorios indígenas de Bolivia. Autores:
APG. Itika Guasu. Asamblea del Pueblo Guaraní de Itika Guasu. CEADES (Colectivo de Estudios
Aplicados al Desarrollo Social Juan XXIII). CERDET (Centro Estudios Regionales de Tarija). Informe de
diciembre 2005, impreso en Editorial Imprenta El Pais (edpais@cotas.com.bo).
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corrompido familias y comunidades enteras, sin ningún tipo de escrúpulo. Las principales
afectadas han sido las mujeres de las comunidades con cargas familiares más fuertes,
viéndose desamparadas dentro de una sociedad que además, las coloca en posición
más vulnerable y de mayor indefensión.
En el resumen ejecutivo final, condenan que Repsol YPF no cuenta con una política
dirigida a salvaguardar los derechos de las poblaciones indígenas, ni que haya actuado con la
rigurosidad científica necesaria para garantizar la falta de contaminación del medio ambiente.
Emplazan a la empresa a revisar los convenios firmados con todos los pueblos indígenas de
Bolivia, y a una compensación justa por los impactos ambientales, sociales y culturales.
En lo que se refiere a la incidencia ambiental y en la salud, Medicus Mundi realizó un
análisis de contaminación petrolera en las aguas próximas a los pozos San Alberto, San
Antonio y Campo Margarita, que son habitualmente utilizadas por las comunidades más
próximas7. Los componentes que se analizaron fueron : hidrocarburos totales de petróleo
(HTP), metales pesados como el plomo, cadmio, niquel y bario etc. y los hidrocarburos
aromáticos policíclicos (HAP), por ser los elementos que según Medicus Mundi son más
adecuados para conocer si existen residuos de petróleo que contaminen el agua y puedan
afectar la salud. El análisis de las 10 muestras de agua tomadas concluye que ninguna de ellas
es adecuada para el consumo humano según la normativa española y europea. No obstante, si
tomamos como referencia la normativa boliviana, observamos que 7 de las 10 muestras
tomadas se mueven en los límites permitidos para el consumo humano. Por poner sólo algunos
ejemplos, en la comunidad de Zapaterambia, los HTP alcanzan 370 microgramos/litro por
encima del límite máximo permitido por la normativa boliviana y 137 veces más de lo permitido
en España. En el río Pilcomayo los niveles de cadmio alcanzan valores de 100
microgramos/litro, 50 veces más que lo permitido en ambas normativas. Y el plomo del Río
Quebrada de los Monos es de 50 microgramos/litro, en el límite de la normativa boliviana pero
cinco veces más de lo tolerado en España8. Esta contaminación conlleva un riesgo mayor de
afectación renal por el cadmio, y en general problemas de salud derivados del plomo y los
HTP.
Las comunidades implicadas y el personal sanitario de los centros públicos de salud
señalan indicios sobre un incremento de enfermedades (como cefaleas, conjuntivitis o
afecciones dermatológicas) en las poblaciones cercanas a los pozos. Se desconocen todas las
afecciones ya que algunas de las empresas petroleras tienen servicios médicos propios, pero
no reportan sus registros a los centros públicos de salud.
7
8
Repsol YPF en Bolivia, Informe de Intermón Oxfam. Mayo 2004.
Real Decreto 1138/1990, BOE nº 226 20/09/90
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En definitiva, Repsol YPF comete dos irregularidades simultáneas que sufren los
guaraníes del chaco boliviano: por un lado las propias de una contaminación del agua
provocada por la actividad petrolera que cobra mayor relevancia en tanto que es actualmente
consumida por la población chaqueña, a falta de una fuente hídrica en mejor estado, y por otro,
una normativa legal que discrimina a los bolivianos, e infravalora sus derechos, frente a las
posibles ventajas comparativas que Repsol YPF pudiese obtener al aplicar normativas más
laxas.
Trabajos de remediación por rotura de oleoducto en la Quebrada de
Los Monos,
Chaco, Bolivia. Abril 2006.
(Foto-J. P. Zamora. Técnico de M. Ambiente de la
alcaldía de Villamontes)
2) Nacionalización de Hidrocarburos e intervención del gobierno español
Las empresas petroleras y gaseras han obtenido pingües beneficios en Bolivia. En el año
2002, un representante de Repsol YPF, hacía gala de que “el negocio petrolero en Bolivia era
tan bueno que por un dólar invertido se ganaban 10 dólares”9.
El 17 de Mayo del 2005, se promulga la Ley de Hidrocarburos Nº 3058, cuyo Artículo 5
dice: “Por mandato soberano del pueblo boliviano, expresado en la respuesta a la pregunta 2
del Referéndum Vinculante de 18 de julio de 2004, y en aplicación del Artículo 139 de la
Constitución Política del Estados, se recupera la propiedad de todos los hidrocarburos en Boca
de Pozo para el Estado Boliviano. El Estado ejercerá, a través de Yacimientos Petrolíferos
Fiscales Bolivianos (YPFB), su derecho propietario sobre la totalidad de los hidrocarburos.”
9
Declaración de Roberto Mallea en el III Congreso Latinoamericano y del Carbie de Gas y Electricidad
en Santa Cruz, 2002.
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La ley establece además un plazo de 180 días a los Titulares que hubiera suscrito
Contratos de Riesgo Compartido, para ejecutar las actividades de Exploración, Explotación y
Comercialización, y convertirlos obligatoriamente a las modalidades de contratos establecidos
en la misma ley, que dispone que el Estado retendrá el 50% del valor de la producción de gas y
del petróleo. Esto no se cumplió, de manera que las empresas pierden legitimidad al vulnerar,
la seguridad jurídica que tanto pregonan.
A través de la nueva Ley de los Héroes del Chaco, Nº28701, Bolivia avanza en la
búsqueda del respeto por los derechos humanos y justicia ambiental y social. Consigue
controlar el precio y la comercialización de sus recursos energéticos, la refundación de la
antigua empresa estatal YPFB y obtener un margen de beneficio más equilibrado con respecto
el de las empresas extranjeras. Esto limita la libertad e impunidad de las trasnacionales que
operan en el país, las mismas que desde su entrada abusaron de la posición de poder frente a
una Bolivia debilitada económica y políticamente. Pero no significa una verdadera
nacionalización, todavía existe una injerencia directa por parte de las empresas para imponer
sus condiciones, y mientras sean dueños de los yacimientos y de los bloques de explotación
seguirá ocurriendo, por eso se habla de “proceso” de nacionalización y es un proceso que
requiere de un apoyo y reconocimiento internacional, que el Estado español, a través de sus
representantes políticos, no ha sabido o querido entender.
La empresa petrolera Repsol YPF, recibió la noticia del decreto con “consternación”. A
pesar de tratarse de una de las principales promesas electorales del partido del MAS
(Movimiento al Socialismo), Antonio Brufau, presidente de Repsol YPF, califica la
nacionalización del gas y el petróleo boliviano, como una medida “injusta” porque no cumplió el
“tiempo de negociación” prometido por las autoridades y “porque es un tema que se ha sacado
de la lógica empresarial política que tiene que guiar la relación entre estados y empresas”.
Resultan especialmente alarmantes estas declaraciones, cuando tan solo unos meses
antes, el 17 de febrero de 2006, la Aduana Nacional de Bolivia demanda a Repsol, por
contrabando de 230.000 barriles de petróleo a Chile y Argentina,
por valor de más de 9
millones de dólares (7,54 millones de euros). El presidente de Andina (empresa subsidiaria de
Repsol YPF) el español Julio Gavito y el gerente argentino Pedro Sánchez, saldan su delito con
40.000 € cada uno y unas horas en prisión. En contraposición al pretendido respeto por la
independencia judicial que los políticos en España pregonan, el Ministro de Asuntos Exteriores,
Miguel Angel Moratinos señala al respecto: “La acción de la justicia boliviana contra los
directivos de Repsol no favorece al nuevo gobierno boliviano por el mensaje que envía a la
inversión internacional”. Brufau, por su parte, insistió en que la petrolera “española” no incurrió
en delito, pero admitió que había cometido algunos “errores” en la exportación.
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No es éste el único caso de fraude que enfrenta Repsol YPF. El 26 de agosto de 2006
Gabriel Camacho, director de la estatal YPFB, denunciaba al ex-gerente de Andina, el español
José María Moreno, junto al director gerente de Petrobras en Bolivia, y el director de Gas y
Energía de la misma empresa, por suscripción de contratos lesivos al Estado boliviano,
conducta antieconómica, estafa y abuso de confianza con agravante y falsedad de documento
privado, por valor de 171 millones de dólares, al haber fijado precios para la venta de gas a
Brasil muy inferiores al contrato que Bolivia firmó para la provisión del energético al país
vecino. Son numerosos los analistas que opinan la legitimidad de YPFB para el control de
mucho más del 50% más uno de los paquetes accionarios de las capitalizadas, puesto que las
sumas estafadas lo justifican sobradamente.
A pesar de la consternación inicial de Repsol YPF por los cambios introducidos con el
decreto supremo, la empresa firmó los contratos y continúa en Bolivia ya que le resulta
económicamente muy rentable. Según estudios realizados en el 2003, entre 200 empresas que
operan en distintos países, las transnacionales petroleras que operan en Bolivia tienen los
costos de producción más bajos del mundo por barril de petróleo10.
Por otro lado, la táctica adoptada por el Gobierno español fue defender los intereses de la
empresa, dispensando con su actitud, el expolio y destrucción que Repsol ejerce sobre Bolivia,
un país empobrecido, precisamente por esta línea de pensamiento y política neoliberal.
Además, utiliza a la población española para sus propios intereses, puesto que en su nombre
se opone a la Nacionalización de los Hidrocarburos. El Gobierno español, identificándose como
uno de los principales inversores en el sector energético, comunicó a La Paz, que la “posición
española” tras el decreto es de “disconformidad” y también manifestó mostrarse
"profundamente preocupado" por la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia. El ministro
de Industria José Montilla dijo: “Evidentemente, no nos gusta y pienso que no es positiva para
Bolivia”. Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores se expuso nuevamente “la más profunda
preocupación” por la medida adoptada y se propuso un proceso de “auténtica negociación y
diálogo” donde se respetasen “los intereses de uno y de otro”.
El propio presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, reconoce un
"problema" en la decisión de Evo Morales, y advierte que tal decisión tendría consecuencias
negativas para la cooperación bilateral humanitaria y política11. Moratinos, además, acuerda
con Morales el envío de una delegación "política y técnica" a Bolivia con el fin de conversar
sobre los “intereses españoles”. Zapatero, insiste en que la posición del Gobierno español,
durante estas conversaciones “será firme en la defensa de los intereses de las empresas
españolas y de los españoles”.
10
El costo del producción promedio a nivel mundial es de 5,6 $, mientras que el estudio señala que para
la empresa Andina fue de 1 $ y de 0,97 para la empresa Chaco. (Quiroga, 2006).
11
CET, mayo de 2006 (Ibid.)
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En el mismo sentido, el Gobierno español convocó el día después de la nacionalización,
una reunión de urgencia entre los Secretarios de Estado de Exteriores, de Economía, de
Industria y el Asesor del Presidente del Gobierno para Asuntos Económicos, para definir una
batería de medidas de presión contra el Gobierno Boliviano en defensa de los intereses de las
trasnacionales españolas y, especialmente de Repsol YPF.
Por otro lado, el presidente del principal partido de la oposición, Mariano Rajoy, insta a
Zapatero a que exija, a su homólogo boliviano, en Viena, que renuncie a “las medidas de
fuerza impuestas” con su decreto presidencial y reclame ”los derechos y acuerdos con los
españoles y respete nuestros intereses”.
No obstante, dentro del Estado español, también pudieron escucharse posiciones de apoyo
a la nacionalización boliviana tanto desde diferentes organizaciones de la sociedad civil como
por parte de agrupaciones políticas, como Izquierda Unida, que respaldó y felicitó al Gobierno
boliviano, y pidió que “no se confundan los intereses de nuestro país con los de algunas
empresas transnacionales”.
La Comunidad Europea advirtió a los bolivianos que “sufrirían las consecuencias”. Desde
Bruselas, se lamentó que no se hubiera abierto un proceso de consulta y discusión previo a la
firma del decreto. Tony Blair, por entonces el primer ministro británico, instaba a Evo Morales a
que utilizara el poder de manera responsable y Javier Solana, como representante de la
Política Exterior de la Unión Europea, advirtió que la medida creaba “inseguridad jurídica” y
provocaría pérdida de inversiones extranjeras. En este sentido se pronunciaron también desde
EEUU, que advertían vigilar “muy de cerca” el impacto de las decisiones del gobierno boliviano
y el respeto a las obligaciones asumidas en contratos firmados, a través del vocero del
Departamento de Estado, Sean McCormack.
Posturas de apoyo y solidaridad en el ámbito internacional, llegaron por parte del que
ejercía como Presidente de Francia en aquella época, Jacques Chirac, quien expresó a
Morales que había devuelto la honra a su país. El entonces presidente argentino Kirchner,
también reconoció la legitimidad del proceso declarando que Bolivia “… está tratando de
recuperar al país del vaciamiento que sufrió”. Aunque éste se sumó a Lula en la defensa de los
intereses de las empresas. Y en la línea de refuerzo, el Premio Nóbel de Economía 2001,
Joseph Stiglitz, en relación a la Nacionalización de los Hidrocarburos juzga que “el mundo
debería celebrar el hecho de que Bolivia tenga un gobernante electo democráticamente que
intenta representar los intereses de los pobres de su patria. Se trata de un momento histórico”.
Pero salvando estas expresiones de reconocimiento y apoyo al proceso de nacionalización
boliviana, se extendió una mayoritaria preocupación en los ambientes empresariales y
económicos, por la “seguridad jurídica” para Repsol YPF en Bolivia. La empresa cuyos
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contratos eran en muchos casos ilegales, acusada de fraude, corrupción, falsedad, estafa,
evasión de impuestos, etc., la misma que había violado las leyes nacionales bolivianas sobre
protección de medioambiente, y los convenios internacionales, aquella cuya inseguridad
jurídica era absoluta, se preocupaba ahora de los efectos que pudiera provocar una mal
llamada inseguridad jurídica, sobre sus propios intereses, cuando los de las mayorías pobres
de Bolivia eran sistemáticamente violados12.
No hay que olvidar, además que en la definición “…el concepto de seguridad jurídica debe
garantizar a los ciudadanos los derechos humanos”13. Por otra parte, no se puede equiparar los
contratos que se firman entre particulares con contratos firmados entre el Estado y las
empresas. En estos últimos, el Estado tiene prevalencia, puesto que es un principio del
derecho que el interés público esté por encima del privado. No puede admitirse que a un
Estado se le obligue a mantener contratos que no benefician a la población14.
Aun así, amparándose en la seguridad jurídica, tanto desde la empresa, como desde los
sectores políticos del Estado español e incluso desde la oligarquía boliviana, se advierte que el
desarrollo de Bolivia peligra si no se favorecen las “inversiones extranjeras”. La preocupación
que muestran estos sectores, por la salud económica boliviana, podría llevar a confusión, si no
se toma a la inversión como lo que realmente es: un instrumento de presión y chantaje al
gobierno boliviano, para que éste apruebe políticas favorables a sus propios intereses
económicos, sin considerar las condiciones desfavorables a las que se relegaría el pueblo
boliviano.
En agosto de 2006 la vicepresidenta primera del Gobierno español, María Teresa
Fernández de la Vega, en una gira por Latinoamérica, realiza un encuentro con el presidente
Evo Morales, con el objetivo de estrechar lazos políticos, impulsar los proyectos de
cooperación y apoyar la presencia empresarial española. Es importante saber, que con
respecto a los proyectos de cooperación del Estado español, en el caso de América Latina, por
cada euro destinado sin intereses comerciales, llegan 33,84 en forma de inversión empresarial.
Por este motivo, hay que conseguir que la actuación empresarial no produzca impactos
negativos y no puedan ser considerados perjudiciales desde la perspectiva del desarrollo del
país receptor, de lo contrario, estaríamos hablando de anticooperación15.
La diplomacia española trata de utilizar a las empresas que ocupan funciones esenciales
en determinados países extranjeros, como es el caso de Repsol en Bolivia, en la medida que
12
Juan Hernandez Zubizarreta. “¿Bolivia dividida? Cuanta demagogia”. En respuesta al editorial
“Bolivia dividida” de El País del 30 de Noviembre 2007.
13
Valle Labrada Rubio. “La seguridad jurídica” en Jaime Quiroga 2006. Bolivia en la Agenda Mundial.
14
Jaime Quiroga 2006. Bolivia en la Agenda Mundial.
15
David Llistar, La anticooperación. Colección Contraargumentos. Icaria Editorial, 2007 (en
preparación).
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puede, para conseguir sus propios objetivos. Sin embargo, algunos estudios señalan que la
capacidad de utilización de la administración española del poder de las empresas para ejecutar
las políticas públicas deseadas es limitado, y por el contrario, afirman que las empresas
consiguen en más ocasiones modificar las políticas públicas españolas para defender sus
interese empresariales. No obstante, la diplomacia española se enfrenta en el caso de Repsol
contra el pueblo boliviano en el conflicto de defender los intereses empresariales por un lado, o
los valores de justicia por otro, y el Estado español ha acudido al auxilio de Repsol16.
3) Responsabilidad de la deuda ecológica generada con Bolivia
Delimitar la responsabilidad de cada actor en la deuda ecológica generada es una tarea
que excede los objetivos del presente artículo. Únicamente hemos pretendido destacar las
conexiones. Efectivamente, conocidos los pormenores de las actividades de Repsol YPF en
Bolivia, es evidente que existe una responsabilidad compartida entre la empresa y el gobierno
español, por la afección ambiental y social a las comunidades indígenas. De rebote las
sociedades española y vasca se ven también implicadas, a pesar de que el gas y el petróleo
consumidos en el Estado tienen otro origen.
Se puede argumentar que la ciudadanía conoce bien poco la realidad de la extracción del
petróleo y gas, y que la información nos alcanza muy adulterada. Por otro lado, nuestros
gobiernos se ven presionados por las empresas que tienen su sede social y pagan impuestos
en nuestro territorio, es decir, el beneficio económico de Repsol YPF redunda también en
nuestras arcas aunque se trate de una empresa privada con accionariado repartido por todo el
mundo.
En aras de restituir la deuda ecológica generada, las empresas trasnacionales deben
responder por los daños ecológicos, sociales y culturales directamente producidos en la zona
de operación, personándose ante los tribunales nacionales e internacionales que se estimen en
cada caso, como es el caso de la empresa Texaco enjuiciada en Ecuador en 2003.
Por otro lado, los modelos de producción, transporte y consumo deben cambiar para evitar
que se genere más deuda ecológica. Vistas las consecuencias de un modelo globalizado y la
deuda ecológica ya acumulada por las sociedades de países enriquecidos, el nuevo modelo
debe situar el control directo sobre los recursos, sobre los ciclos de vida, en las personas que
vayan a consumirlos. Abordamos este punto en el último apartado: las alternativas.
16
Miquel Ortega Cerdá 2007. ¿Debe el estado ayudar a las transnacionales españolas?.
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4) ALTERNATIVAS Y CONCLUSIONES: HACIA UN MODELO ENERGÉTICO SOLAR
Las virtudes del concepto de la deuda ecológica no son pocas. Este nuevo concepto
supone la oportunidad de contar con un nuevo instrumento de política económica que resulte
un nexo de unión que aporta soluciones tanto al problema de la deuda externa, como al cambio
climático o a la reestructuración ecológica de nuestras sociedades en busca de su
sostenibilidad. Tratar de observar conjuntamente los flujos energéticos, a la vez que los del
comercio internacional y poder relacionarlos con la cooperación internacional para el desarrollo,
por ejemplo,
significa adoptar una nueva mirada que puede inducir a un cambio de
comportamiento social, político y económico.
La deuda ecológica es un instrumento conceptual sintético y eficaz para hablar de la
injusticia en las relaciones Norte- Sur y intentar obtener el reconocimiento del desequilibrio en
el uso de los recursos naturales y en la contaminación producida, la prevención, es decir, una
serie de políticas ambientales y económicas que impidan la producción de nueva deuda, la
reparación, monetaria y política, la compensación (en la medida del posible) de la deuda ya
creada y la abolición de la deuda externa.
Eso significa que sociedades como la vasca, la española o la europea, enormemente
dependiente de las fuentes energéticas fósiles y que han acumulado una deuda ecológica
gigante en países como Bolivia y Nigeria, deben abandonar su modelo energético actual y
encaminarse a la búsqueda de un nuevo modelo “sostenible”.
En esta búsqueda, las primeras respuestas sociales suelen referirse a utilizar a cuestiones
tecnológicas y cambio de hábitos como usar electrodomésticos de alta eficiencia, apagar las
luces innecesarias… medidas de ahorro y eficiencia que también los gobiernos promulgan y
por desgracia son insuficientes para frenar la escalada del consumo energético. El informe
Factor 417 recoge interesantes propuestas que acaban cuestionando el corazón de la
globalización, cuando el autor se acerca a la nevera de su casa y comprueba que sus yogures
provienen de lugares muy alejados del punto de consumo. En el capítulo “Yogur de fresa: los
largos viajes son innecesarios” y posteriores, el autor reflexiona sobre la Organización Mundial
del Comercio y el modelo que impulsa, contrario a la producción local y a la reducción de
importación de productos.
En la misma línea, Hermann Scheer18 autor del libro Economía Solar Global afirma que “un
orden sostenible del mercado mundial debe invalidar todas la reglas del mercado atinentes a
17
Ernst Ulrich von Weizsäcker, Factor 4,
Herman Scheer es sociólogo y economista, presidente de Eurosolar, la Asociación europea de Energía
Solar. Miembro del partido socialdemócrata alemán, recibió el Premio Nobel Alternativo.
18
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los recursos y limitarlas a los productos técnicos”, es decir, favorecer los recursos de extracción
doméstica frente a los importados (alimentos básicos, energía y materias primas; Scheer deja a
un lado alimentos que no se producen en el propio país y aquellos de “calidad” como vino,
quesos…). En el campo energético, esto implica basarse en las energías renovables. En
definitiva, este modelo se basa en la soberanía energética y alimentaria.
Scheer justifica su propuesta diciendo que “cuanto más hagan depender las economías
nacionales el abastecimiento básico de sus ciudadanos – alimentos, materias primas y energíade empresas transnacionales y del mercado mundial, más quedarán a la merced de una
potencia económica contra la cual de nada sirve invocar normas de tipo ecológico, social o
incluso comercial.” Y continua afirmando que estos recursos – alimentación y energía –
dependen de condiciones de producción naturales no manipulables por las personas, por tanto
no pueden aplicárseles las mismas reglas de mercado que a los productos técnicos. A la
propuesta de Scheer se puede añadir que tecnologías como la energía solar fotovoltaica
tampoco deben quedar al albur del mercado mundial, en la medida que satisface necesidades
básicas de energía.
Podemos englobar las propuestas en el Modelo Energético Solar, sistema que tiene en
cuenta las necesidades locales y recursos, donde uno de los principios es que la energía debe
producirse en un lugar próximo al de consumo, evitando al máximo las pérdidas en el
transporte y distribución de energía, reduciendo así la “cadena de la energía”. Este sistema
debe ser descentralizado basado en energías renovables locales, donde la energía solar
pasiva tiene que ser un elemento clave19. Tal y como afirma R. Bermejo20, este sistema aporta
flexibilidad (las fuentes renovables se adaptan mejor por su pequeña escala y modularidad);
minimización del impacto ecológico; eficiencia (mayor descentralización conlleva menos
pérdidas por transporte), y seguridad en base a fiabilidad y no vulnerabilidad frente a “ataques
terroristas” como en el caso de las centrales nucleares. Habría que añadir que las poblaciones
de países como Bolivia, Nigeria o Irak, dueñas de importantes reservas de recursos fósiles,
también se sentirían más seguras si el mundo dependiera menos del petróleo y gas natural, a
la vista de los conflictos bélicos desencadenados por el control de estos recursos.
Las energías renovables han sido la propuesta que numerosos movimientos ecologistas y
sociales en general, hemos defendido ante los graves problemas generados por otras fuentes,
desde los recursos fósiles a la energía nuclear. Iniciando el siglo XXI, cuando los propios
poderes políticos y económicos reconocen la inminente crisis del petróleo y recurren también a
estas alternativas para complementar la alimentación energética del sistema capitalista en su
fase de mayor expansión global y dilapidación de recursos de la Historia, nos vemos obligadas
19
Itziar Martínez de Alegría Mancisidor; Pablo Díaz de Basurto; Iñigo Martínez de Alegría Mancisidor y
Patxi Ruiz de Arbulu, en Renewable and Sustainable Energy Reviews, 2008.
20
R. Bermejo, La gran transición hacia la sostenibilidad. Principios y estrategias de economía
sostenible, editorial Icaria, ISBN 8483192241.
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a revisar nuestras proclamas, y caracterizar mejor bajo qué condiciones las energías conocidas
tradicionalmente como “renovables” efectivamente responden a un modelo sostenible.
Básicamente estas fuentes deben ceñirse estrictamente al Modelo Energético Solar, y
completar su ciclo de vida en el lugar de consumo. Existen diversos estudios sobre la
potencialidad de las renovables21, y sobre la cantidad de energía óptima para favorecer el
desarrollo humano22. La combinación de ambas perspectivas nos permite afirmar que las
fuentes renovables pueden alimentar las necesidades energéticas básicas. Sin embargo, aún
es necesaria una transformación del resto de actividades bajo un modelo de producción y
consumo locales, un modelo que garantice la soberanía y seguridad sobre los recursos
básicos.
Euskal Herria, Febrero del 2008.
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Red internacional sobre deuda ecológica www.deudaecológica.org
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