DETERMINACION DE LA PREVALENCIA Y ETIOLOGIA DE LAS PARALISIS OCULOMOTORAS EN UN “CONSULTORIO PARTICULAR DEL CENTRO OFTALMOLOGICO OLSABE”, ENTRE LOS AÑOS 2004 Y 2006 ADRIANA PAOLA SANCHEZ CASAS 50021032 LILIANA ROJAS HENAO 50001700 UNIVERSIDAD DE LA SALLE FACULTAD DE OPTOMETRIA AREA DE VISION BINOCULAR BOGOTÁ D.C. 2007 DETERMINACION DE LA PREVALENCIA Y ETIOLOGIA DE LAS PARALISIS OCULOMOTORAS EN "UN CONSULTORIO PARTICULAR DEL CENTRO OFTALMOLOGICO OLSABE”, ENTRE LOS AÑOS 2004 Y 2006 ADRIANA PAOLA SANCHEZ CASAS 50021032 LILIANA ROJAS HENAO 50001700 TESIS DE GRADO PARA OPTAR AL TITULO DE OPTÓMETRA DIRECTORA MARCELA CAMACHO MONTOYA OPTÓMETRA UNIVERSIDAD DE LA SALLE FACULTAD DE OPTOMETRIA AREA DE VISION BINOCULAR BOGOTÁ D.C. 2007 AGRADECIMIENTOS • Doctora MARCELA CAMACHO MONTOYA, Optómetra, Docente de la facultad de optometría en la Universidad de la Salle y directora del Trabajo de Investigación. • Doctor CARLOS ESCLANTE, Soc, Docente de la facultad de optometría • Centro Oftalmológico Olsabe (Bogotá D. C.) DEDICATORIA A lo largo de nuestras vidas hemos realizado grandes proyectos que nos llevan hoy a concluir una de las metas más importantes que nos hemos propuesto. Es por eso que dedicamos este trabajo primeramente a “Dios”, quien cada día nos provee de la vida y la fuerza que necesitamos para alcanzar los grandes logros y nos ayudó a terminar este proyecto con éxito. En este día especialmente debemos un gran agradecimiento a todos los compañeros, docentes y aquellas personas que durante el transcurso de la carrera nos apoyaron y nos brindaron su apoyo cuando lo necesitábamos. A nuestros padres: Queremos darles la gracias por ser quienes nos han enseñado aquellos valores que hacen de nosotras unas buenas profesionales. Sin duda nos apoyaron, animaron y se esforzaron juntamente con nosotras para que pudiéramos ver este sueño hecho realidad. Sabemos que ésta es una etapa más de nuestras vidas y que siempre estarán a nuestro lado guiándonos y ayudándonos a lograr las metas que nos propongamos. LOS AMAMOS A nuestros familiares: Quienes han compartido con nosotras los momentos gratos y por qué no, los no tan gratos de nuestra vida universitaria. Ustedes han sido quienes nos han ayudado a crecer como personas y con sus oraciones nos han dado las fuerzas para continuar en este largo camino. A nuestros amigos: Especialmente a Cata y aleja, quienes recorrieron con nosotras este camino lleno de risas y también algunas veces acompañado de lágrimas. Con ustedes hemos aprendido que una vida universitaria es más valiosa cuando se tienen amigos que no solo te acompañan en los momentos de ocio, sino también, en los momentos críticos de la vida. GRACIAS. A las personas especiales: Hoy tengo que decir, que también te agradezco a ti, negrito, que aunque no has estado conmigo durante toda la carrera, has llenado mi vida de una felicidad que nadie mas ha podido llenar. Tu me has enseñado, sin proponértelo, que la vida esta llena de grandes triunfos y pequeñas derrotas, y que es eso precisamente, lo que te lleva a crecer y a vivir lo que tienes que vivir. Hoy tengo que darle gracias al Señor por colocar personas tan invaluables en mi vida y eso eres para mi Flaquito, alguien que me ha enseñado que no importan los obstáculos que se presenten, sino el esfuerzo que hagamos para conseguir lo que queremos, a hacer de las cosas sencillas las mas importantes. Por eso y por muchas cosas más gracias por formar parte de mi vida. ADVERTENCIA Artículo 95 “Reglamento Estudiantil” “Ni la universidad, ni el asesor, ni el jurado calificador son responsables de las ideas expuestas por los graduandos.” Artículo 97 “Reglamento Estudiantil” “Los trabajos de grado no deben contener ideas que sean contrarias a las doctrinas de la iglesia católica en asuntos de dogma y moral.” TABLA DE CONTENIDO Pág. Introducción Objetivo General Objetivos Específicos 3 5 5 Capítulo I ANATOMIA DE LOS MÚSCULOS EXTRAOCULARES 1.1 Anatomofisiologia de los músculos extraoculares 1.1.1 Recorrido de los músculos extraoculares 1.1.1.1 Recorrido del recto interno 1.1.1.2 Recorrido del recto externo 1.1.1.3 Recorrido del recto superior 1.1.1.4 Recorrido del recto inferior 1.1.1.5 Recorrido del oblicuo superior 1.1.1.6 Recorrido del oblicuo inferior 1.1.2 Capsula de Tenon (vainas musculares y ligamentos) 1.1.3 Irrigación de los músculos extraoculares 1.1.4 Inervación de los músculos extraoculares 1.1.4.1 III Par o Motor Ocular Común 1.1.4.2 IV Par – Patético o Troclear 1.1.4.3 VI Par o Motor ocular Externo 1.1.5 Movimientos Binoculares 1.1.5.1 Versiones 1.1.6 Leyes de inervación 1.1.6.1 Ley de Hering 1.1.6.2 Ley de Sherrington 7 8 8 8 9 9 10 11 12 17 17 18 19 19 20 20 21 21 22 Capítulo II PARÁLISIS OCULOMOTORAS 2.1 Definición 2.2 Clasificación 2.2.1 Según etiología y edad de aparición 2.2.1.1 Congénitas 2.2.1.2 Adquiridas 2.2.2 Según el nervio afectado 23 23 24 24 24 25 2.2.2.1 Parálisis del III nervio 2.2.2.1.1 Etiología 2.2.2.1.2 Diagnóstico 2.2.2.1.3 Parálisis aisladas de los músculos inervados por el III nervio 2.2.2.1.3.1 Parálisis aisladas del oblicuo inferior 2.2.2.1.3.2 Parálisis aisladas del recto superior 2.2.2.1.3.3 Parálisis aisladas del recto medio 2.2.2.1.3.4 Parálisis aisladas del recto inferior 2.2.2.2 Parálisis del IV nervio 2.2.2.2.1 Etiopatogenia 2.2.2.2.2 Diagnóstico 2.2.2.2.3 Características sensoriales 2.2.2.2.4 Parálisis Bilaterales 2.2.2.3 Parálisis del VI nervio 2.2.2.3.1 Etiología 2.2.2.3.2 Diagnóstico 2.2.2.4 Parálisis oculomotoras combinadas 2.2.2.4.1 Parálisis motoras oculares combinadas unilaterales 2.2.2.4.2 Parálisis motoras oculares combinadas bilaterales 25 26 27 28 28 29 29 30 30 30 31 33 33 34 35 36 37 38 38 2.2.3 Según el nivel neurológico donde actúa la causa 2.2.3.1 Supranuclear 2.2.3.2 Internuclear 2.2.3.3 Nuclear 2.2.3.4 Infranuclear 2.2.3.5 Muscular 2.2.3.6 Ligamentario 2.2.3.7 Orbitario 39 39 39 39 40 40 40 40 2.2.4 Asociación sistémica de las parálisis oculomotoras 2.2.4.1 Oclusión vascular 2.2.4.2 Síndrome de Gradenigo 2.2.4.3 Trombosis del seno lateral 2.2.4.4 Diabetes 2.2.4.5 Aneurismas de la base del craneo 2.2.4.6 Hipertensión intracraneal 2.2.4.7 Traumatismo 2.2.4.8 Hipertiroidismo 2.2.4.9 Miastenia gravis 41 41 41 42 42 43 43 44 45 45 2.2.5 Diagnóstico de las parálisis oculomotoras 2.2.5.1 Evaluación y diagnóstico 2.2.5.2 Diagnóstico diferencial 46 46 47 2.2.6 Tratamiento 2.2.6.1 Métodos de tratamiento propuestos 48 49 Capítulo III ANALISIS DE DATOS DE PREVALENCIA DE PARÁLISIS OCULOMOTORAS 3.1Recopilación de datos 3.2 Valores encontrados en general 3.2.1Población 3.2.2 Edades (Grupos etéreos) 3.2.3 Parálisis del nervio afectado 51 51 51 52 52 3.3 Población 3.3.1 Estadística descriptiva de las parálisis oculomotoras 3.3.1.1 Variables cuantitativas 3.3.1.2 Variables cualitativas 53 53 53 54 3.4 Análisis de gráficos 3.4.1 Gráfico # 1 “Población de estudio” 3.4.2 Gráfico # 2 “Asociación sistémica” 3.4.3 Gráfico # 3 “Género” 3.4.4 Gráfico # 4 “Grupo etáreo” 3.4.5 Gráfico # 5 “Etiología” 3.4.6 Gráfico # 6 “Signos y síntomas” 3.4.7 Gráfico # 7 “Prevalencia del nervio afectado” 3.4.8 Gráfico # 8 “Nervio afectado – Ojo afectado” 3.4.9 Gráfico # 9 “Hirschberg” 3.4.10 Gráfico # 10 “Nervio afectado – Género – Edad” 54 54 55 56 56 56 57 57 58 59 59 GRAFICOS Y TABLAS ANEXOS FOTOS Discusión Conclusiones Recomendaciones REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 61 62 62 63 65 67 INTRODUCCIÓN Las parálisis oculomotoras son una perdida total de la función de un músculo ocular. Además, las limitaciones de los movimientos de los músculos extraoculares no son consideradas en la mayoría de los casos como verdaderas parálisis, sino como paresias, ya que, generalmente se encuentra cierta acción del músculo afectado. Nuestro objetivo es determinar la prevalencia y etiología de las parálisis oculomotoras en un consultorio particular de ortóptica en el Centro Oftalmológico Olsabe; definir los signos, síntomas, género, edad y asociación sistémica de las mismas. Teniendo en cuenta que muchos de los estudios realizados en el exterior, acerca de la prevalencia de las parálisis oculomotoras, difieren en sus resultados con respecto a género, nervio afectado y edad; nuestra investigación pretende obtener datos reales en la consulta optométrica – ortoptica en un consultorio particular del Centro Oftalmológico Olsabe, ya que no se conoce la prevalencia y etiología de las parálisis oculomotoras en la población colombiana. Se tomaron las historias clínicas de un consultorio particular ubicado en el “CENTRO OFTALMOLOGICO OLSABE” en el cual se atiende un 90 % de pacientes remitidos de una EPS para ser evaluados específicamente en ortóptica. Estas historias clínicas están comprendidas entre enero del 2004 y marzo del 2006, obteniendo una población de 3808 historias dentro de las cuales se seleccionaron los casos de parálisis confirmadas obteniendo una proporción de 30 historias, empleando el programa Excel, con el fin de determinar la prevalencia y etiología de las parálisis oculomotoras. Esperamos que este estudio haga un aporte importante a la optometría en Colombia, para así dar un diagnóstico y manejo adecuados con miras a la recuperación del paciente, y así brindarle una buena salud y confort visual. 3 OBJETIVO GENERAL Determinar la prevalencia y etiología de las parálisis oculomotoras en un “consultorio particular de ortóptica del Centro Oftalmológico OLSABE” entre los años 2004 y 2006 OBJETIVOS ESPECÍFICOS - Identificar las principales causas de parálisis oculomotoras según los principales grupos etáreos afectados por las mismas. - Determinar en qué edad y genero hay mayor presencia de parálisis oculomotora. - Establecer la asociación de las parálisis oculomotoras con enfermedades sistémicas. - Establecer la prevalencia de parálisis oculomotoras congénitas respecto a las adquiridas. 4 2. ANATOMIA DE LOS MÚSCULOS EXTRAOCULARES El globo ocular ocupa un quinto del volumen orbitario. El resto está ocupado principalmente por grasa orbitaria dentro de la cual cursan los músculos extraoculares, vasos y nervios. Anatomía de los Músculos Extraoculares1 1 LIPPERT , HEBERT. Anatomia, estructura y morfologia del cuerpo humano, , 4 ed., pag. 536. editorial marban libros, s.l. 5 2.1 ANATOMOFISIOLOGIA DE LOS MUSCULOS EXTRAOCULARES Los músculos extraoculares son seis: 9 Recto Interno o Medio 9 Recto Externo o Lateral 9 Recto Superior 9 Recto Inferior 9 Oblicuo Superior o Mayor 9 Oblicuo Inferior o Menor Cinco de ellos tienen origen en el vértice de la orbita; los cuatro rectos y el oblicuo superior, mientras que sólo uno, el oblicuo inferior nace en la parte anterior de la orbita. Los cuatro rectos nacen por un tendón común: el anillo de Zinn. Esta formación tendinosa común, que involucra al conducto óptico y a parte de la hendidura esfenoidal, se origina por haces tendinosos insertados en los huesos del vértice. El origen de los rectos interno y superior está íntimamente relacionado con las vainas del nervio óptico.2 2 ADLER, E. Fisiología del ojo, aplicación clínica, , capitulo 5, músculos extraoculares, sección I, pag 96 6 2.1.1 RECORRIDO DE LOS MUSCULOS EXTRAOCULARES Desde su común inserción en el vértice de la orbita los cuatro músculos rectos se dirigen, divergiendo, hacia delante hasta alcanzar el globo ocular. Entre ellos delimita un espacio denominado cono muscular dentro del cual cursan el nervio óptico, la arteria oftálmica, nervios y vasos ciliares, nervios oculomotores y el simpático. Dentro del cono muscular se halla también el ganglio ciliar. 2.1.1.1 RECORRIDO DEL RECTO INTERNO El recto interno es el músculo más corto de los rectos, mide 39 mm de largo y se extiende a lo largo de la pared interna de la orbita por debajo del oblicuo superior. Se inserta, en forma vertical en el meridiano horizontal, por un tendón de 3.7 mm de largo y 10.3 mm de ancho a 5.5 mm del limbo. Establece un arco de contacto con el globo ocular de 6 a 7 mm. 2.1.1.2 RECORRIDO DEL RECTO EXTERNO El recto externo o lateral mide 41 mm de largo y se extiende paralelo a la pared externa de la orbita. Termina por un tendón de 7 mm de largo y 9.2 mm de ancho que se inserta a 6.9 mm del limbo esclerocorneal. Establece un arco de contacto con el globo ocular de 7 a 8 mm. 2.1.1.3 RECORRIDO DEL RECTO SUPERIOR 7 El recto superior mide 41 mm de largo. Desde su origen se extiende hacia adelantes afuera y arriba siguiendo el eje orbitario por lo que forma con el globo ocular un ángulo de aproximadamente de 23º cuando este dirige la mirada hacia delante. Termina por un tendón de 6 mm de largo y 10.6 mm de ancho que se inserta oblicuamente, de forma tal que su parte media lo hace por dentro del meridiano vertical, a 7.5 mm del limbo, mientras que su extremo nasal lo hace 7 mm y su extremo temporal a 9 mm del limbo. El recto superior cursa en todo su recorrido por debajo del elevador del parpado con el que establece intima relación a nivel de sus vainas musculares. Algunos milímetros antes de su inserción escleral se relaciona con el oblicuo superior quien lo aborda por su lado interno para ir a insertarse por debajo de él. 2.1.1.4 RECORRIDO DEL RECTO INFERIOR El recto inferior mide 40 mm de largo y desde su inserción posterior se extiende hacia delante, algo hacia arriba y afuera de forma tal que, al igual que el recto superior, forma un ángulo de 23º con el eje ocular antero posterior. Se inserta en la esclera por un tendón de 5.5 mm de largo y 9.8 mm de ancho oblicuamente, por lo que su parte media lo hace a 6.5 mm del limbo, algo por dentro del meridiano vertical, mientras que su extremo nasal lo hace a 6 mm y su extremo temporal lo hace a 7 mm del limbo. Establece un arco de contacto con el globo ocular de 7 mm. 8 El recto inferior se relaciona en su parte posterior con el piso de la orbita. Hacia delante esta separado por grasa orbitaria y por el músculo oblicuo inferior, que lo cruza transversalmente, situándose entre éste y el piso de la orbita. Por intermedio de expansiones de su vaina muscular, el recto inferior se relaciona íntimamente con el párpado inferior y con la vaina muscular del oblicuo inferior. 2.1.1.5 RECORRIDO DEL OBLICUO SUPERIOR El oblicuo superior, que es el mas largo de los músculos extraoculares nace por un tendón aplanado en el periostio del cuerpo del esfenoides, cerca del borde supero interno del conducto óptico. El tendón es también integrado por fascículos nacidos en las zonas adyacentes. Al oblicuo superior se le reconoce una porción directa y una porción refleja. La porción directa se extiende desde el vértice de la orbite hasta la tróclea, en el ángulo supero interno de la orbita. Mide 40 mm de largo y cursa por encima del recto interno, del cual está separado por la terminación de la arteria oftálmica y el nervio nasal. El tendón del oblicuo superior comienza a 10 mm por detrás de la tróclea y al pasar a través de ella se convierte en un cordón de 1 a 2 mm de sección, rodeado por un tejido laxo rodeado incompletamente por una capa endotelial que pese a su conformación, no llega a ser una verdadera sinovial. 9 Al salir de la tróclea comienza la porción refleja del oblicuo superior. El tendón cambia su dirección dirigiéndose hacia atrás, afuera y abajo, formando con la porción directa un ángulo de 54º. Alcanza al borde interno del recto superior a 2 o 3 mm por detrás del extremo interno de la inserción de dicho músculo. A este nivel el tendón del oblicuo superior se aplana y abre en abanico para ir a insertarse por debajo del recto superior en la parte posterosuperior del globo ocular por un tendón muy delgado, casi transparente que mide aproximadamente 11 mm de ancho. La línea de inserción tiene una concavidad que mira hacia la tróclea. La inserción del oblicuo superior es la más variable de la de todos los músculos extraoculares. La parte anterior de la inserción, la más temporal, esta temporalmente por delante del ecuador, mientras que la parte posterior, la más nasal, puede estar por dentro del meridiano sagital. La tróclea, una diferenciación de la vaina del oblicuo superior es una formación fibrocartilaginosa en que mide 4 mm de ancho por 6 mm de largo. Está insertada en la fóvea troclear del hueso frontal por finas trabéculas fibrosas que la cubren totalmente. La tróclea está situada a 5 mm por detrás del borde superointerno del reborde orbitario. 2.1.1.6 RECORRIDO DEL OBLICUO INFERIOR El oblicuo inferior es el único músculo que se origina en la parte anterior de la órbita. Nace por un corto tendón en el ángulo inferointerno a pocos milímetros por detrás del reborde orbitario e inmediatamente por fuera del orificio del conducto 10 lagrimal, el oblicuo inferior mide 38 mm de largo y desde su origen se dirige hacia fuera, atrás y arriba situándose entre el recto inferior y el piso de la orbita, del cual esta separado por grasa orbitaria. Luego de cruzar, casi perpendicularmente al recto inferior, hace un extenso arco de contacto con el globo ocular hasta alcanzar el borde inferior del recto externo, situarse por debajo de él e ir a insertarse en la parte posterolateral del globo ocular. Este músculo forma un ángulo de 75º con el eje de la órbita y alrededor de 50º con el eje anteroposterior del globo ocular. La inserción del oblicuo inferior es más regular que la del oblicuo superior. Forma con esta un ángulo de 25º. Tiene una concavidad inferior y es ligeramente oblicua con respecto al meridiano horizontal con el que forma un ángulo aproximado de 15º abierto hacia delante. El extremo anterior de la inserción está algo por detrás del ecuador, es decir que el oblicuo inferior se inserta algo más atrás que el oblicuo superior. 2.1.2 CAPSULA DE TENON (VAINAS MUSCULARES Y LIGAMENTOS) El globo ocular esta recubierto por una delgada membrana desde el limbo esclerocorneano hasta la entrada del nervio óptico. Es la cápsula de Tenon o fascia bulbi. Esta membrana esta separada del globo ocular por un tejido muy laxo, y es perforada por el nervio óptico, vasos y nervios filiares, venas vorticosas y músculos extraoculares. 11 La cápsula de Tenon es muy fina y poco desarrollada en la parte posterior en donde se continúa insensiblemente con la vaina dural del nervio óptico. Es más gruesa y diferenciada en la parte media, sobre todo a nivel de la zona en que los músculos extraoculares alcanzan el globo ocular. En realidad, estos no la atraviezan sino que la cápsula de Tenon se refleja sobre los mismos formando la cubierta o vaina muscular. Anteriormente, la cápsula de Tenon se adelgaza nuevamente y esta separada de la conjuntiva por un tejido laxo. A 2 o 3 mm del limbo se adhiere firmemente a ella. En la parte posterior, alrededor de la entrada del nervio óptico, la cápsula de Tenon está íntimamente adherida a la grasa orbitaria que la circunda, en el resto de su circunferencia está libre de adherencias exteriores por lo que se puede desplazar junto al globo ocular sin interferencias. En el lugar en que los músculos extraoculares se sitúan por debajo de la cápsula de Tenon, para ir a insertarse en la esclera, esta membrana se refleja sobre los mismos para ir a cubrirlos y formar la vaina muscular. Esta vaina es bien diferenciada en la parte anterior pero por detrás del nervio óptico se va adelgazando hasta desaparecer. En las proximidades del vértice de la órbita los músculos están sólo recubiertos por el perimisio muscular. Las vainas musculares tienen ligamentos o expansiones que, diferentes para cada músculo, los relaciona entre sí y con los demás elementos orbitarios integrando 12 todo un sistema suspensorio y de contención importante para los movimientos oculares. En la parte anterior, por delante de un plano tangencial a la entrada del nervio óptico, las vainas musculares de los rectos están interrelacionadas por una membrana que se extiende entre ellos, en los espacios intermusculares, cerrando el cono muscular totalmente. A algunos milímetros por detrás de la inserción escleral de los rectos horizontales y perpendicular al plano muscular, existen unas expansiones de la vaina muscular de los mismos que se dirigen hacia las paredes de la órbita para ir a insertarse en el periostio que las recubre. Estos son los ligamentos de contención. El ligamento de contención del recto interno nace en la vaina muscular y va a insertarse en la cresta lagrimal posterior por detrás del ligamento palpebral interno, sobre este ligamento y en el fondo del saco conjuntival respectivo. El ligamento de contención del recto externo nace de la vaina muscular y va a insertarse en el tubérculo orbitario lateral, en el ligamento palpebral externo y en el fondo del saco conjuntival. La función de los ligamentos de contención es principalmente moderar la excursión del globo ocular cuando se contrae el músculo correspondiente, es decir, que por ejemplo, el ligamento de contención del recto interno evita que la 13 adducción sea exagerada cuando este músculo se contrae. Pero también actúan moderando la excursión en el sentido contrario. La vaina muscular del recto superior se relaciona íntimamente con la aponeurosis del elevador. Ambas están unidas en múltiples sitios por finas trabéculas y en algunos lugares llegan a fusionarse. Esta relación juega un papel importante en la sinergia que existe entre los movimientos verticales del globo ocular y el párpado superior, es decir, que es la responsable de la elevación del párpado superior cuando el ojo se dirige hacia arriba. De la vaina muscular del recto superior también nacen expansiones laterales que al igual que la de la aponeurosis del elevador, con las cuales se relacionan, van a insertarse a ambos lados en el periostio orbitario y hacia delante en el septum orbitario. La vaina muscular del recto inferior se engruesa en el sitio en que éste músculo es cruzado por el músculo oblicuo inferior y se adhiere firmemente con la vaina muscular de éste. De este engrosamiento salen a ambos lados expansiones bien diferenciadas que no son sino parte de la membrana intermuscular, que dirigiéndose hacia arriba y adentro y arriba y afuera van a relacionarse con los ligamentos de contención de los rectos interno y externo por medio de las vainas musculares de los referidos músculos. Esta diferenciación de las vainas musculares del recto inferior, y del oblicuo inferior, forman un verdadero ligamento de contención llamado Ligamento de Lockwood. 14 Del Ligamento de Lockwood, a nivel de la cara inferior del recto inferior salen expansiones ligamentosas que se dirigen hacia el periostio inferior, hacia el septum orbitario y hacia el párpado inferior. La vaina del oblicuo inferior recubre a este músculo desde su origen, en el ángulo antero inferior de la orbita, hasta su inserción escleral en el segmento posterolateral del globo ocular. Al pasar por debajo del recto inferior, entre éste y el piso de la órbita, establece las relaciones ya mencionadas, Ligamento de Lockwood, y al alcanzar el borde inferior del recto externo establece con la vaina muscular de este músculo una íntima relación por intermedio de finas expansiones, que abriéndose en abanico, van a fusionarse con ésta. Del borde posterior de la vaina del oblicuo inferior, en el sitio en que éste va a situarse por debajo del recto externo, salen expansiones que dirigiéndose hacia atrás van a relacionarse con las cubiertas del nervio óptico y con los tejidos circundantes. La vaina del oblicuo superior es algo compleja en su constitución. En el lugar en que el tendón del oblicuo superior perfora la capsula de Tenon, para ir a buscar su inserción escleral, ésta se refleja sobre el mismo constituyéndose en una verdadera vaina dentro de la cual el tendón se desplaza libremente. Esta expansión de la capsula de Tenon recubre el tendón hasta unos milímetros por detrás de la tróclea. La expansión interna de la vaina muscular del recto superior, que relacionada con la aponeurosis del elevador, se dirige hacia el reborde orbitario a nivel del ángulo supero interno, constituye una cubierta externa, por 15 fuera de la expansión de la capsula de Tenon, del tendón del oblicuo superior. Es decir que en la constitución del oblicuo superior intervienen tres membranas: la capsula de Tenon, la expansión interna de la vaina del recto superior y en menor medida expansiones de la aponeurosis del elevador. Estas dos últimas terminan a nivel de la tróclea a quien recubren. 2.1.3 IRRIGACION DE LOS MÚSCULOS EXTRAOCULARES Todos los músculos extraoculares son irrigados por las arterias musculares superior o lateral e inferior o media. La arteria muscular superior irriga a los rectos externo y superior, al oblicuo superior y al elevador del párpado; la arteria muscular inferior irriga a los rectos interno e inferior y al oblicuo inferior. Cada músculo recibe dos ramos arteriales, con excepción del recto externo que recibe solo uno. Luego que los músculos se insertan en la esclera de las arterias musculares se continúan, hasta perforar el globo, cerca del limbo esclerocorneano, como arterias ciliares anteriores. 2.1.4 INERVACION DE LOS MÚSCULOS EXTRAOCULARES Los músculos extraoculares están inervados por el motor ocular común (III par); patético (IV par) y motor ocular externo (VI par). El motor ocular común inerva a todos los músculos extraoculares con excepción del oblicuo superior, que es inervado por el patético, el recto lateral que es inervado por el motor ocular externo. 16 2.1.4.1 III PAR - MOTOR OCULAR COMUN El motor ocular común penetra en la órbita generalmente ya dividido en dos ramas. Una rama superior, que va a inervar al recto superior y al elevador del párpado superior y una rama inferior, que va a inervar el recto inferior, al recto interno y al oblicuo inferior. Del ramo destinado a este último emerge un filete destinado al ganglio ciliar. La división superior cursa por dentro y por arriba del nervio óptico, su ramo destinado al recto superior aborda al músculo por su cara inferior, aproximadamente a 15 mm de su origen; el ramo destinado al elevador alcanza al músculo pasando por el lado interno del recto superior. La división inferior es más larga que la superior. El ramo destinado al recto interno aborda al músculo, pasando por debajo del nervio óptico, en la unión de sus tercios medio y posterior, mientras que el ramo destinado al recto inferior cursa entre éste y el nervio óptico para penetrar en el cuerpo muscular en la unión de sus tercios medio y posterior. El ramo destinado al oblicuo inferior cursa hacia delante, a lo largo del borde externo del recto inferior o entre éste y el recto externo, hasta alcanzar el borde posterior del oblicuo inferior, en el lugar en que este músculo traspone el borde externo del recto inferior; en este lugar el nervio se divide dos o tres filetes que penetran en el cuerpo muscular por su cara superior. 17 2.1.4.2 IV PAR – PATETICO O TROCLEAR El nervio patético o troclear penetra en la órbita íntimamente relacionado con el nervio frontal, pero rápidamente se separa de él y se dirige, entre el periostio del techo de la órbita y el elevador del párpado, hacia delante y adentro para alcanzar al músculo oblicuo superior por su lado interno. A este nivel el nervio se divide en varios filetes que de adelante a atrás van a penetrar en el músculo; el más anterior lo hace aproximadamente en la unión de sus tercios medio y posterior mientras que el más posterior lo hace a 8 mm del origen del músculo.3 2.1.4.3 VI PAR - MOTOR OCULAR EXTERNO El sexto par craneal se origina en grupos pares de neuronas motoras multipolares situadas por debajo del piso del cuarto ventrículo. Estos núcleos se extienden dentro de las complejas asas de la rodilla de los nervios faciales y producen eminencias sobre el piso del cuarto ventrículo, denominadas colículos faciales. Las fibras nerviosas del sexto par corren centralmente a través de la protuberancia para emerger en su base en la unión pontomedular. El nervio motor ocular externo gira rostral y lateralmente en el espacio subaracnoideo, pasando por encima del extremo de la porción petrosa del hueso temporal. En este punto es sujetado por una reflexión de la duramadre, el ligamento petroesfenoideo (ligamento de gruber). Esta reflexión situada en el extremo de la pirámide petrosa se asemeja a un canal y sostiene al canal Epónimo de Dorello. 3 PRIETO – DIAZ. Estrabismos, 2ed, cap I, bases anatomo -quirúrgicas, pag. 11 18 El VI nervio atravieza la duramadre a nivel del dorsum sellae para penetrar en el seno cavernoso. Se extiende dentro del seno cerca de la arteria carotidea. El nervio penetra en la orbita a través del surco orbitario superior e inerva al músculo recto lateral. Es el nervio de más largo recorrido intracraneano y sufre a menudo las consecuencias del aumento de la presión intracraneala.4 2.1.5 MOVIMIENTOS BINOCULARES Los movimientos efectuados por cada ojo al pasar de la posición primaria a la secundaria y terciaria se denominan ducciones. Cuando hablamos de los movimientos de ambos ojos juntos, empleamos el término versiones (movimiento conjugados) cuando el movimiento de los ojos es en la misma dirección y el término vergencia (movimientos no conjugados) si el movimiento de ambos ojos es en dirección opuesta. 2.1.5.1 VERSIONES Los siguientes términos son aplicados cuando ambos ojos pasan de la posición primaria a la posición secundaria de la mirada. • 4 Mirando hacia la derecha: Dextroversión ADLER E. Op. Cit., p. 133 19 • Mirando hacia la izquierda: Levoversión • Mirando hacia arriba: Supraversión • Mirando hacia abajo: Infraversión Cuando se habla del movimiento de los ojos al pasar de la posición primaria a la posición terciaria, se emplean simples términos descriptivos como hacia arriba y a la derecha o hacia abajo y a la izquierda. 2.1.6 LEYES INERVACIONALES 2.1.6.1 LEY DE HERING Establece que en todos los movimientos conjugados voluntarios de los ojos fluye una estimulación igual y simultánea de los centros oculógiros hacia los músculos encargados de establecer la dirección de la mirada. Es importante recordar que la estimulación es igual en ambos ojos. La ley no afirma que cada músculo de ambos ojos reciba la misma cantidad de estimulación. Sin embargo, está implícito que en condiciones normales, esa cantidad de energía nerviosa es enviada a los músculos de ambos ojos, lo que hace que los ojos giren igualmente en una dirección particular.5 5 Ibid., p. 108 20 2.1.6.2 LEY DE SHERRINGTON “Cuando un ojo realiza un movimiento en una determinada dirección, los agonistas se contraen y los antagonistas se relajan.” En otras palabras, siempre que los centros oculomotores envían una orden destinada al aumento de tonicidad para un músculo, envían también una orden de reducción correspondiente de la tonicidad de sus antagonistas.6 6 PRIETO – DIAZ. Op. Cit., p. 20 21 3. PARÁLISIS OCULOMOTORAS Las parálisis oculomotoras son patologías que en la mayor parte de las veces son diagnosticadas de forma tardía y su manejo se realiza excluyendo la labor del optómetra – Ortoptista. Además las limitaciones de los movimientos de los músculos oculares no son consideradas en la mayoría de los casos como verdaderas parálisis sino como paresias ya que generalmente se encuentra cierta acción del músculo afectado. 3.1 DEFINICIÓN: Este término se refiere a la pérdida de la función de un nervio motor. Parálisis quiere decir que el nervio no está trabajando totalmente, mientras que paresia denota que existe un cierto grado de un función del nervio.7 3.2 CLASIFICACION Las parálisis oculomotoras pueden clasificarse: 7 NEURO-OPHTHALMOLOGY, the requisites in ophthalmology, ej. 4, chapter 7 examination of the visual motor system, p. 128 22 3.2.1. SEGÚN LA ETIOLOGÍA Y EDAD DE APARICIÓN: 3.2.1.1 CONGENITAS: Se presenta desde el momento del nacimiento. Sus causas se encuentran en permanente estudio, puede deberse a anomalías neurológicas, traumatismo del parto, hipoplasia o aplasias de los núcleos, anomalías de las fibras (fibrosis), hipoplasia de los músculos extraoculares, alteraciones de las inserciones musculares, entre otros. 3.2.1.2 ADQUIRIDAS: Pueden ser durante la niñez, la adolescencia o la adultez. Se presentan por procesos posvíricos, jaquecosos, intoxicaciones, traumatismos, meningitis, tumores, gliomas, accidentes cerebro vasculares, aneurismas, vasculopatías, neoplasias, enfermedades sistémicas como esclerosis múltiple, diabetes, hipertensión y miastenia gravis entre otras. Las anomalías en los movimientos oculares de origen central, por afectación de los núcleos de los pares oculomotores o de los centros directores de la mirada, suelen estar producidas por toxoplasmosis, linfoma primario del SNC o enfermedades víricas. Suelen presentarse en forma de paresias aisladas uni o bilaterales por orden de frecuencia del VI, III ó IV par, o en forma de alteraciones de la mirada (síndrome pretectal, oftalmoplejia internuclear). 23 3.2.2 SEGÚN EL NERVIO AFECTADO: Los músculos extraoculares están inervados de la siguiente manera: el recto lateral inervado por el sexto par; el oblicuo superior por el cuarto par; el recto interno, recto superior, recto inferior, oblicuo inferior y elevador del párpado por el tercer par. 3.2.2.1 PARÁLISIS DE III NERVIO: Las parálisis del III par, cuando son completas, constituyen uno de los problemas más difíciles por el hecho que 4 músculos son por él inervados. Los únicos músculos que permanecen funcionando son el recto lateral y el oblicuo superior, lo que provoca una acentuada desviación del ojo para el lado temporal y discretamente para abajo. La investigación de la acción del oblicuo superior es difícil y para ello debe llevarse al ojo sano a una infra-abducción mientras se observa al ojo afectado que deberá sufrir una discreta intorsión, que podrá ser observada siguiendo el desplazamiento de un vaso conjuntival con la ayuda de una lupa o de la biomicroscopia. No siempre las parálisis abarcan a todos los músculos inervados por el III par. Pueden ocurrir las más variadas combinaciones y muchas veces un único músculo ser el paralizado. En éste último caso el menos frecuentemente afectado es el 24 recto inferior. La parálisis del III nervio es de relativa frecuencia. En este caso es raro que la musculatura intrínseca sea afectada, contrariamente a lo que ocurre en las parálisis adquiridas. El elevador del párpado puede no estar paralizado. En las parálisis completas, hay gran tendencia a la contractura del recto lateral y del oblicuo superior, lo que puede no estar presente en algunos casos congénitos. 3.2.2.1.1 ETIOLOGÍA: El III nervio puede también ser afectado por traumatismos craneanos, no obstante esto ocurre con menos frecuencia que en el IV o VI nervio. Todas las alteraciones que clásicamente ocasionan parálisis de los nervios craneanos, pueden afectar también al III nervio. Como factores etiológicos deben descartarse los aneurismas de la carótida interna y de sus ramas terminales. Lesiones circulatorias, son también, por lo general, responsables de los síndromes cruzados pedunculares. Una lesión en el pie del pedúnculo, próxima a la emergencia del III nervio, causa el conocido síndrome de Weber, caracterizado por una parálisis ipsilateral del III nervio y una hemiplejía contralateral, incluyendo una parálisis facial de tipo periférico, por lesión del haz piramidal antes de su decusación. 3.2.2.1.2 DIAGNÓSTICO: 25 Se debe tener en cuenta que no hay otras patologías con las cuales confundirse. Se puede ver la limitación de los movimientos sacádicos de adducción o registrarlos por intermedio de la electrooculografía y sentir en la pinza la ausencia de fuerza del recto medio y de los rectos verticales. Un paciente con parálisis completa reciente del III Nervio, presenta una Endotropia de aproximadamente 35 a 40 prismas, midriasis paralítica y una hipotropia discreta, a demás una blefaroptosis total y parálisis de la acomodación. Si no existe regresión de la parálisis la exotropia aumenta debido a la contractura del recto lateral.8 La midriasis puede representar un signo temprano de parálisis del III par craneal, pero la evaluación cuidadosa revelará compromiso de otras funciones del motor ocular común. Debe buscarse un desequilibrio muscular vertical, que solo pueda apreciarse en la mirada hacia arriba, una ptosis ligera, o una disminución ipsolateral de la acomodación. El examen repetido de la pupila con una luz mostrará fatiga pupilar en el ojo anormal; el otro ojo sigue contrayéndose normalmente. 9 3.2.2.1.3 PARALISIS AISLADAS DE LOS MÚSCULOS INERVADOS POR EL III NERVIO. 8 PRIETO – DIAZ, Op. Cit., p. 260-261 WALSH, THOMAS J. Neurooftalmologia: signos y sintomas clínicos, capitulo 2, anomalias pupilares, p.26 9 26 Cualquiera de los músculos inervados por el III nervio puede estar paralizado aisladamente, inclusive los músculos intrínsecos. El más frecuente entre los extrínsecos es el recto superior y el menos el recto inferior. 3.2.2.1.3.1 PARALISIS AISLADA DEL OBLICUO INFERIOR: Su aparición es muy rara. Esta parálisis puede ser adquirida o congénita y, entre éstas, hay casos que conservan su normalidad sensorial. Los que presentan visión binocular sensorialmente anómala generalmente desarrollan, además, alguna desviación horizontal asociada que puede dificultar el diagnóstico. Las características fundamentales del cuadro son: • Hipotropia del ojo afectado, que aumenta en aducción, no solo por la hipofunción del oblicuo inferior como por la hiperfunción del oblicuo superior ipsilateral, que casi sin excepción está presente, y del recto superior contralateral que se manifiesta en los casos en que el ojo afectado es el fijador. • Forma en A: En mayor o menor grado ella siempre existe y su constatación es importante para el diagnóstico diferencial con el síndrome de Brown. 27 • Acentuación de la hipotropia cuando se inclina la cabeza sobre el lado opuesto al del ojo afectado. Esta es la razón por la cual muchos pacientes presentan tortícolis, con la inclinación de la cabeza para el lado del ojo enfermo. 3.2.2.1.3.2 PARÁLISIS AISLADA DEL RECTO SUPERIOR: Puede ser congénita o adquirida, la mayoría de las veces es congénita y puede o no acompañarse de parálisis del elevador del párpado. Los casos congénitos generalmente presentan perturbación sensorial. La mayoría de las veces con ambliopía. El cuadro clínico se caracteriza por una hipotropia del ojo afectado que no varía mucho en las lateroversiones, pero que aumenta siempre algo en abducción. Cuando existe una contractura secundaria del recto inferior, el aumento de la hipotropia en abducción es muy acertada. 3.2.2.1.3.3 PARÁLISIS AISLADA DEL RECTO MEDIO: No es entidad clínica frecuente. Sus características son idénticas a la de la parálisis del VI nervio. El empleo de la pinza para la investigación de restricciones mecánicas y de la fuerza muscular es tan importante como la electrooculografía. 3.2.2.1.3.4 PARÁLISIS AISLADA DEL RECTO INFERIOR: 28 Es una entidad clínica bastante rara, se caracteriza por una hipertrofia del ojo afectado que se acentúa en abducción.10 3.2.2.2 PARÁLISIS DE IV NERVIO: Es la menos frecuente y a su vez la de más difícil diagnóstico cuando se encuentra asociada a alteración del recto inferior. Si la alteración se debe únicamente al oblicuo superior se afecta solo el campo de mirada del músculo en cuestión y el paciente presenta en la mayoría de los casos posición compensatoria de cabeza. Según Prieto – Diaz las parálisis del oblicuo superior son las más frecuentes de las parálisis oculamotoras y las que ofrecen mejor pronóstico quirúrgico. 11 3.2.2.2.1 ETIOPATOGENIA: El IV par craneal es el más frecuentemente lesionado en traumatismos craneanos, principalmente en traumas cerrados, los cuales en ocasiones son sorprendentemente leves. En ausencia de otros signos neurológicos, es imposible un diagnóstico topográfico con certeza. Por ser el IV par muy largo (contornea al pedúnculo cerebral), un movimiento brusco del encéfalo puede causar su estiramiento con consecuente parálisis. Se ha observado que las parálisis bilaterales del oblicuo superior han ocurrido más frecuentemente después de 10 PRIETO – DIAZ, Op. Cit., p. 264-268 PRIETO DIAZ JULIO, SOUZA DIAS CARLOS, Strabismus , chapter 7, oculomotor paresis and paralysis, p. 295. 11 29 traumas craneanos cerrados violentos acompañados de algún tiempo de inconsciencia. En éstos casos es válido suponer que la lesión a ocurrido a nivel del velo medular anterior, algo por debajo de la placa cuadrigémina, en donde decusan las fibras radiculares del IV par. Una lesión en esta área puede ocurrir por opresión en el borde libre del tentorio, debido a la aceleración brusca del encéfalo, como consecuencia de un choque violento en la región frontal o por un aumento brusco de la presión del líquido cefalorraquídeo en el acueducto de Silvio. 3.2.2.2.2 DIAGNÓSTICO: Las paresias o parálisis del oblicuo superior presentan ciertas características que las diferencian de otros músculos oculomotores. La mayoría de las veces el diagnóstico de éstas parálisis no ofrece dificultades. Se basa fundamentalmente, en dos signos que deben coexistir obligatoriamente: hipertropia que aumenta en lateroversión correspondiente a la adducción del ojo hipertrópico y mayor hipertropia con la inclinación de la cabeza hacia el lado del hombro del ojo hipertrópico (signo de Bielschowsky). La desigual desviación vertical en dextro y levoversión puede variar de algunas dioptrías a grados extremos, pudiendo llegar a ser del orden de las 40^. Otro signo considerado clásicamente es la presencia de una forma en V. Realmente ella está presente en la mayoría de los pacientes, aunque puede llegar a faltar. 30 Prueba de laterización de la cabeza de Bielschowsky 12 Músculo Ojo hipertrópico Recto Superior derecho Oblicuo superior derecho Recto Superior izquierdo Oblicuo superior izquierdo Izquierdo Dirección de la inclinación de la cabeza para aumentar la diplopia Derecha Derecho Derecha Derecho Izquierdo Derecha La mayoría de los pacientes presentan cierto grado de extorsión del ojo afectado, la cual puede ser medida como complementación diagnóstica. Hallazgo casi constante entre los portadores de este tipo de trastorno es el tortícolis. Sus características varían un poco en función de la distribución del desvío en las diferentes posiciones de la mirada. El único componente obligatorio es la inclinación de la cabeza sobre el hombro opuesto al ojo afectado, lo que de por sí sugiere un diagnóstico, ya a primera vista. Solamente no hay tortícolis en pacientes cuyo ojo afectado es amblíope, y en aquellos cuya amplitud de fusión motora vertical es suficientemente grande, como para compensar una hipertropia, sin necesidad reutilizar otro mecanismo compensador. 3.2.2.2.3 CARACTERÍSTICAS SENSORIALES: 12 WALSH, THOMAS J. Neurooftalmologia: signos y sintomas clínicos, capitulo 5, diplopia, p.73 31 Estas son muy variables dependiendo de la edad de iniciación de la anomalía motora y del grado de desvío. Cuando éste aparece después de la maduración de las funciones visuales, la única perturbación existente es la diplopia y a veces cierto grado de supresión. Si la desviación ha podido ser controlada por la posición compensatoria de cabeza, el paciente lo adopta inconsciente o deliberadamente y, muchas veces la queja principal está referida a éste problema. 3.2.2.2.4 PARÁLISIS BILATERALES • Simétricas: Cuando se habla de las parálisis bilaterales simétricas de los oblicuos superiores, nos referimos a aquellos pacientes que presentan grados de paresia o parálisis aproximadamente iguales en ambos ojos. El diagnóstico es relativamente fácil y se basa en los siguientes signos: 1) Inversión de la hipertropia de una para la otra lateroversión (hipertropia derecha en levoversión e izquierda en dextroversión); 2) Signo de Bielschowsky positivo para ambos lados (hipertropia derecha con la cabeza inclinada para el hombro derecho e izquierda para el lado izquierdo); 3) Acentuada convergencia en infraversión, configurando una forma en V. Puede en estos casos haber ortotropia en posición primaria; 4) acentuada exciclotropia que aumenta en infraversión pudiendo llegar a alcanzar grados tan extremos como 45º. En ocasiones la exciclotropia es la única perturbación motora existente en posición primaria, impidiendo la fusión; 5) La hiperfunción de ambos oblicuos inferiores está presente la mayoría de las veces, mas puede faltar en algunas 32 ocasiones, lo cual complica el plan quirurgico. Cuando esto ocurre, predomina la hipofunción de los oblicuos superiores como consecuente hiperfunción de los rectos inferiores. • Asimétricas: Cuando se habla de parálisis bilaterales asimétricas del oblicuo superior, se hace referencia a aquellos pacientes que presentan una paresia bilateral y en los cuales en uno de los ojos ella es mas acentuada que en el otro. 3.2.2.3 PARÁLISIS DE VI NERVIO: Es la más frecuente de las parálisis oculomotoras. El cuadro específico de afectación del recto lateral hace que el diagnóstico sea preciso. Las parálisis del VI par ocupan el segundo lugar en incidencia, luego de las del IV par. Contrario a lo que ocurre en las parálisis del IV par excepcionalmente son congénitas. 13 Como el músculo recto lateral es el único abductor del ojo en posición primaria (la acción de los oblicuos como abductores en esa posición es mínima), su parálisis produce una acentuada endotropia (generalmente entre 30^ y 35^) debido al enorme desequilibrio de fuerzas entre él y el recto medio con su tono conservado. Cuando no son tratados adecuada y precozmente, hay una acentuada tendencia a 13 PRIETO DIAZ JULIO, SOUZA DIAS CARLOS, Op. Cit., p. 315. 33 la comitancia: Parks afirmó que en los raros casos congénitos esa tendencia no existe 3.2.2.3.1 ETIOLOGÍA: Debido al largo trayecto del VI nervio, desde su emergencia en la protuberancia hasta la hendidura esfenoidal, él es bastante vulnerable a un gran número de lesiones, ya sean traumáticas, inflamatorias, vasculares o tumorales. Debido al ángulo recto que el nervio realiza en torno del proceso petroso del hueso temporal, cualquier desplazamiento del cerebro puede estirarlo causando una parálisis. Un aneurisma de la carótida interna puede lesionarlo en su travesía dentro del seno cavernoso. Por su contigüidad con el temporal, las inflamaciones de oído o de mastoide pueden propagarse a él causando el conocido síndrome de Gradenigo, caracterizado por otitis o mastoiditis, parálisis del VI nervio y neuralgia del trigémino. Entre las lesiones circulatorias, se encuentra el clásico síndrome de Millard – Gubler, ocasionado por una hemorragia pontina junto a las raíces del VI y VII par, y caracterizado por una parálisis ipsilateral de estos nervios y una hemiplejía contralateral, por lesión del haz piramidal antes de la decusación. Entre las lesiones tumorales capaces de causar la parálisis del VI par debemos citar, a pesar de su escasa frecuencia, al glioma del tronco encefálico, tumor que se presenta generalmente en niños en la segunda infancia y entre cuyos signos mas destacados figuran la parálisis del recto lateral y una parálisis facial. 34 3.2.2.3.2 DIAGNÓSTICO: El diagnóstico de parálisis del músculo recto lateral no ofrece mayores dificultades y se basa fundamentalmente en lo siguiente:14 A) Estudio de la desviación: Se observa una endotropia entre 30 y 35 prismas que se puede acentuar con el desarrollo de la contractura del recto medio. B) Observación de los movimientos ocular: Se nota una acentuada limitación de la abducción, no llegando el ojo a la línea media y una acentuada disminución de la velocidad sacádica en esa dirección. C) Estudio de las ducciones pasivas y de las fuerzas generadas por el recto lateral: Si el ojo no consigue abducir activamente más allá de la línea media pero pasa fácilmente ese límite con el auxilio de una pinza, se trata entonces de una parálisis completa del recto lateral. D) Medida de la velocidad sacádica: Cuando el paciente no colabora lo suficiente para la utilización de una pinza, puede realizarse una 14 Ibid, p.. 319. 35 electroooculografía. Puede quedar una endotropia permanente debido a la contractura del recto medio.15 3.2.2.3 PARÁLISIS MOTORAS OCULARES COMBINADAS Es indispensable diferenciar las parálisis oculomotoras debidas a afecciones difusas dela orbita (distiroidismo), las miopatías lentamente progresivas (oftalmopléjia crónica progresiva externa) y la miastenia ocular, de las parálisis simultáneas de los nervios motor ocular común, patético y motor ocular externo. 3.2.2.3.3 PARÁLISIS MOTORAS OCULARES COMBINADAS UNILATERALES Las parálisis motoras oculares combinadas (III, IV y VI) son, por lo común, unilaterales y consecutivas a lesiones localizadas en la hendidura esfenoidal o el seno cavernoso. Las lesiones orbitarias causantes de parálisis oculomotora suelen dar lugar también a exoftalmos, aunque una proptosis discreta (2 a 3 mm) puede deberse a una falta de tono en el cono muscular ocular extrínseco en casos de parálisis importante del motor ocular común. Esta “proptosis neurógena” permite una fácil retropulsión del globo en la orbita, al presionar a través del párpado cerrado, mientras que, cuando existe una tumoración orbitaria, o en casos de distiroidismo, el aumento de la resistencia orbitaria impide tal retropulsión. 15 Ibid, p. 320. 36 3.2.2.3.4 PARÁLISIS MOTORAS OCULARES COMBINADAS BILATERALES La parálisis oculomotora combinada bilateral se observa en las siguientes situaciones: Polineuropatía infecciosa aguda (síndrome de Guillain - Barré – Fisher), tumores infiltrativos del tronco del encéfalo, invasión de la base del craneo por carcinoma nasofaríngeo, sarcoidosis basal, siembra carcinomatosa de la aracnoides basal, cordoma del dorso selar. Estas distintas situaciones clínicas suelen diferenciarse por su curso en el tiempo, síntomas y signos asociados.16 3.2.3 SEGÚN EL NIVEL NEUROLÓGICO DONDE ACTÚA LA CAUSA: Se realiza de acuerdo con el nivel metamérico del neuroeje donde actúe la patología. Topográficamente se clasifica en: 3.2.3.1 SUPRANUCLEAR: Afectaciones de conducción intracerebral, corticomesencefálicas y cerebro mesencefálicas, lesiones mesencefálicas ubicadas por encima del nivel del III par. Presentan además de la parálisis oculomotora determinada con ángulos semejantes en las diferentes posiciones diagnósticas, alteraciones de los movimientos sacádicos, persecución, espasticidades, parálisis de la mirada 16 GLASER JOEL S., Neurooftalmologia, cap. 12, trastornos infranucleares de la motilidad ocular, p. 255256. 37 conjugada horizontal, de las vergencias y de los movimientos conjugados de los ojos. 3.2.3.2 INTERNUCLEAR: Pueden presentarse en sentido vertical (fascículo longitudinal medio) u horizontal (neuronas internunciales) con parálisis de ángulos incomitantes característicos. 3.2.3.3 NUCLEAR: Se presentan en los núcleos optomotores ocasionando desviaciones inconcomitantes. 3.2.3.4 INFRANUCLEAR: Todo o que puede considerarse como vía final común. 3.2.3.5. FASCICULAR: Patologías de los nervios oculomotores en su posición intratroncular. 3.2.3.5 RADICULAR: Alteraciones de los nervios oculomotores desde su salida del tronco cerebral hasta el seno cavernoso, pasando por la hendidura esfenoidal y algo de recorrido orbitario. 38 3.2.3.6 MUSCULAR: Lesiones intrínsecas de los músculos extraoculares como miopatías, miastenia, fibrosis, retracciones, entre otras. 3.2.3.7 LIGAMENTARIO: Alteraciones en los ligamentos o fascias que rodean los músculos extraoculares.17 3.2.3.8 ORBITARIO: Lesiones a nivel orbitario que ocasionan desplazamiento, encarcelamiento o algún tipo de limitación mecánica en los músculos extraoculares. Incluye lesiones congénitas, malformaciones y traumatismos. 3.2.4 ASOCIACIÓN SISTÉMICA DE LAS PARÁLISIS OCULOMOTORAS 3.2.4.1 OCLUSIÓN VASCULAR Los accidentes vasculares que comprometen al tronco encefálico son comunes. Los dos síndromes que por lo común acompañan a estos accidentes son: 1) El síndrome de Foville, que combina una parálisis del VI par y una parálisis periférica del VII par con parálisis homolateral de la mirada y 2) El síndrome de Millard – 17 Ibid, p. 248-250. 39 Gubler, consiste en una parálisis del VI par y periférica del VII y una hemiplejía contralateral. En los pacientes ancianos es factible una parálisis espontánea aislada del motor ocular externo que a menudo desparece en pocos meses. Una de las explicaciones de este problema, se debe a la compresión del VI par sobre la cara anterior de la protuberancia por las ramas laterales del tronco basilar, en particular la arteria cerebelosa anterior e inferior. 3.2.4.2 SINDROME DE GRADENIGO La inflamación corresponde a menudo a una otitis media severa con mastoiditis y petrositis secundaria, en cuyo transcurso el área de la porción petrosa del temporal denominada canal de dorello se afecto y deriva en paresia del motor ocular común. En los casos mas extensos se compromete el ganglio de Gasser y esto ocasiona dolor severo en la región parieto – temporal. Las complicaciones mas graves de la infección no controlada son: meningitis, abceso epidural y trombosis de los senos de la duramadre, con seudotumores cerebrales secundarios. 3.2.4.3 TROMBOSIS DEL SENO LATERAL En muchas oportunidades, esta trombosis es idiomática. La inflamación resultante se extiende al seno petroso inferior, adyacente al motor ocular externo y lleva a 40 disfunción del nervio. La trombosis puede ocurrir en el posparto o deberse a una embolia distante. 3.2.4.4 DIABETES En pacientes diabéticos podemos encontrar parálisis del III, IV y Vl par. La isquemia del tronco nervioso producida por la microangiopatía parece ser la responsable patogénica del cuadro. La instauración suele ser brusca. Suelen ser frecuentes las recidivas en uno u otro ojo, afectando a distintos nervios en distintas ocasiones, aunque rara es la afectación simultánea de dos pares craneales. La afectación del III par típicamente cursa con dolor y ausencia de midriasis, aunque puede haber una iridoplejia incompleta. La recuperación suele ser espontánea, no siendo frecuentes las regeneraciones aberrantes.18 3.2.4.5 ANEURISMAS DE LA BASE DEL CRÁNEO Son lesiones saculares o fusiformes de crecimiento lento que deben de tenerse siempre en cuenta ante parálisis agudas del III par .19 Las más frecuentes son los aneurismas de la comunicante posterior. Producen parálisis completa del III par con dolor intenso retroocular o frontal homolateral y diplopía. Puede haber también signos meningeos por hemorragia subaracnoidea y afectación piramidal. Con frecuencia existen episodios previos de menor intensidad. El diagnóstico correcto y precoz es fundamental. La ausencia de 18 ASBURY AK, ALDREGE H, HERSHBERG R, FISHER CM: oculomotor palsy in the diabetes mellitus.a clinicopathological study. brain. 1970; 93: 555. 19 O'CONNOR PS, TREDICI TJ, GREEN RP: pupil-sparing third nerve palsies caused by aneurysm. am. j. ophthalmol. 1983; 95: 395. 41 midriasis descarta esta etiología. El diagnóstico de certeza requiere una arteriografía. Después del ataque agudo lo habitual es la recuperación espontánea, aunque no son infrecuentes las regeneraciones aberrantes del III par. 3.2.4.6 HIPERTENSIÓN INTRACRANEAL La instauración brusca de la hipertensión intracraneal produce una parálisis del Vl par, mientras que la instauración aguda lo hace del III par. Puede debutar clínicamente con una parálisis aislada del IV par, uni o bilateral, acompañada de vómitos y cefalea. Ante la sospecha hemos de valorar papilas y remitir al enfermo al neurólogo. La lesión del Vl par se produce generalmente en el peñasco temporal. Las causas de aumento de la presión intracraneal son muy variadas. Mención especial merece el pseudotumor cerebral. La causa de este parece ser un edema difuso motivado por diversas etiologías (obesidad, embarazo, anticonceptivos). Su curso es benigno. A veces el aumento de presión intracraneal puede conducir a la herniación del lóbulo temporal. Esto produce una parálisis del III par con afectación sobre todo del recto medial y midriasis, que precede a la compresión del tronco encefálico. 3.2.4.7 TRAUMATISMOS Pueden producirse a cualquier nivel, actuando por mecanismos directos e indirectos. Los traumatismos indirectos se producen por contragolpe del LCR en la proximidad de la porción anterior del conducto de Silvio produciendo edema a 42 este nivel y afectando a los núcleos del III y IV par. El IV par presenta una predisposición especial para lesionarse en los traumatismos cerrados. El Vl par se lesiona con mayor frecuencia en traumatismos directos, sobre todo a nivel del acodamiento en el peñasco. Salvo sección completa del nervio, presentan una tendencia a la curación espontánea. No son infrecuentes las regeneraciones aberrantes, sobre todo del III par.20 3.2.4.8 HIPERTIROIDISMO Casi en el 5% de los pacientes con hipertiroidismo desarrolla miastenia gravis por lo común en etapas tardías de la enfermedad. En todo paciente en el que el hipertiroidismo se ha detenido y de pronto aparece diplopia y aumento del disbalance muscular, debe pensarse en miastenia gravis. 3.2.4.9 MIASTENIA GRAVIS La miastenia gravis es una enfermedad crónica signada por paresia de los músculos voluntarios, en especial de la mímica, masticación, deglución, movilidad de la cintura escapular y motilidad palpebral y ocular. 20 ALAÑÓN FERNÁNDEZ Félix Jesús, CÁRDENAS LARA Manuela, ALAÑÓN FERNÁNDEZ Miguel Angel, MARTOS AGUILERA Ana. Anatomia y fisiologia del aparato ocular (datos en linea) http://www.oftalmo.com/estrabologia/rev-97/97-01.htm 43 La miastenia gravis, que afecta la motilidad palpebral y ocular puede aparecer como una ptosis aislada por debilidad de un elevador. La miastenia gravis afecta muchos grupos musculares, los signos oculares, en particular la ptosis, son con frecuencia, la primera indicación de la enfermedad. De hecho, los síntomas oculares son la única manifestación en por lo menos el 15% de los casos. Puede haber ptosis y oftalmoplejía antes de que se detecte paresia de los músculos extraoculares. La prueba de Tensilón es por lo corriente diagnóstica de miastenia gravis. La disminución de un retracción palpebral previa o la aparición de ptosis, también es útil en el diagnóstico de miastenia gravis secundaria a hipertiroidismo. El signo clave que diferencia a la miastenia del la parálisis del motor ocular común es la ausencia de signos pupilares en la primera. Si existen signos pupilares, hay dos enfermedades juntas o el diagnóstico de miastenia es incorrecto. En contraste con la buena función del orbicular, pero pobre del elevador, típica de la parálisis del tercer par, el individuo con músculos débiles, por una miastenia quizá tenga también problemas en el orbicular.21 3.2.5 DIAGNÓSTICO DE LAS PARALISIS OCULOMOTORAS El diagnóstico de las parálisis oculomotoras es difícil debido a la multitud y variedad de signos y síntomas que presenta. Como ya se mencionó anteriormente 21 WALSH THOMAS J.,Op. Cit., p.85 y 86. 44 al generarse por una alteración sistémica ésta puede enmascarar los signos lo que hace más difícil su diagnóstico oportuno. Es indispensable una historia clínica completa que incluya una anamnesis adecuada y un examen ortóptico meticuloso. La anamnesis debe incluir tiempo de aparición de signos y síntomas y posibles causas que el paciente asocie como determinantes en su alteración. 3.2.5.1 EVALUACION Y DIAGNOSTICO Para un adecuado diagnóstico el examen ortóptico debe incluir: motivo de consulta (signos y síntomas), agudeza visual, examen externo, hirshberg, ducciones, versiones, cover test o krimsky (según la indicación), cuadro de medidas, luces de worth y estereopsis. En algunos casos según el concepto o necesidad del examinador se puede incluir pantalla de Hess Lancaster y test de Bielshowsky. Los síntomas, como se mencionó anteriormente, dependen del nivel en el cual se presenta la alteración y del número de músculos afectados. Sin embargo en las parálisis adquiridas el síntoma principal es la diplopía; en casos de parálisis congénitas la ausencia de síntomas se presenta por la inmadurez del sistema sensorial, lo que seguramente generó supresión y por supuesto ausencia de diplopia. Es importante resaltar que para un adecuado y oportuno diagnóstico es indispensable la remisión y manejo interdisciplinario con neurooftalmólogo, neurólogo o medico internista para evaluación y realización de exámenes especiales o complementarios que determinen la causa de la afección como 45 ecografías, resonancia magnética, tomografía axial computarizada (TAC), glicemia, electro miografía y demás exámenes paraclínicos necesarios. 3.2.5.2 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL En el caso de parálisis de IV par debe hacerse diagnóstico diferencial con el síndrome de Brown. Las parálisis completas de III par requieren diagnóstico diferencial con miastenia gravis pues su multitud de presentaciones puede mostrar una parálisis de cualquier músculo extraocular, razón por la cual clínicamente es llamada la “gran imitadora”. El síndrome de Duane requiere ser diferenciado de las parálisis pues de acuerdo al tipo de presentación puede confundirse con parálisis de recto medio o de recto lateral según el músculo afectado en el mismo. Una parálisis del VI par debe ser diferenciada de una Endotropia Congénita. Es importante resaltar la existencia de síndrome aislados como el Moebius, Parinaud, entre otros que presentan algunas características paralíticas y que deben ser diferenciados con parálisis de músculos extraoculares. 3.2.6 TRATAMIENTO Los tratamientos para las parálisis oculomotoras han sido descritos en su totalidad por oftalmólogos o neurooftalmológos inclinando su manejo, en la mayoría de los casos, hacia la cirugía. 46 El tratamiento depende de la causa, la intensidad del déficit, la antigüedad de la alteración, los síntomas del paciente y la existencia de secundarismos. Lo más importante es esclarecer la causa de la alteración y definir su tratamiento. Una vez el paciente se encuentre en manejo por el especialista médico determinado (neurólogo, internista, etc.) El objetivo primario del tratamiento ocular conseguir el equilibrio de fuerzas activas y pasivas en posición primaria, objetivo complementario es es el conseguir la mayor amplitud de los movimientos coordinados de los ojos con el mejor campo visual. En el ámbito de ortóptica el principal objetivo debe ser lograr la recuperación del músculo parético o paralítico, obteniendo la recuperación de la desviación y la eliminación de los síntomas del paciente, evitando las contracturas o procesos degenerativos que sufren las fibras de los músculos hiperfuncionantes contralaterales, en las cuales el músculo que genera mayor acción para compensar el parético o paralítico, con el paso del tiempo, comienza un proceso de degeneración de las células musculares y posterior sustitución por tejido fibroso, lo que trae como consecuencia una disminución de la fuerza contráctil del músculo y de su elasticidad.22 3.2.6.1 MÉTODOS DE TRATAMIENTO PROPUESTOS La oclusión total del ojo afectado por la parálisis hasta que el músculo empiece a recuperar su función y pase de la línea media del ojo, una vez que esto ocurra se cambia la oclusión de forma alternante, ya sean los dos ojos en el mismo día 22 PRIETO – DIAZ, Op. Cit., p. 238 47 (medio por medio) o cada ojo en días diferentes (uno por uno) de acuerdo al tipo de la desviación: exodesviación o endodesviación respectivamente. El tiempo prudente de espera para las recuperaciones de estrabismo por parálisis es de 6 meses aproximadamente, tiempo después del cual se puede proceder a tratar la desviación. Las opciones de corrección de la desviación van desde prismáticas, ya sea por prismas opciones de Fresnell o por prismas tallados en los anteojos del paciente, opciones farmacológicas con toxina botulínica en inicios de paresias, hasta opciones quirúrgicas de corrección con operaciones debilitantes sobre antagonistas ipsilaterales, retrocesos, transposiciones o eliminación de restricciones mecánicas al movimiento. 4. ANALISIS DE DATOS 4.1 RECOPILACION DE DATOS Se realizó la recopilación de datos de las historias clínicas con casos positivos de parálisis oculomotoras en un consultorio particular de ortóptica del Centro Oftalmológico Olsabe, desde Enero de 2004 hasta noviembre de 2006, encontrándose una población de 3808 casos de los cuales se obtuvo una proporción de 30 historias clínicas. 4.2 VALORES ENCONTRADOS EN GENERAL A continuación los datos de la población estudiada y su equivalente en porcentaje. 48 4.2.1 POBLACION # POBLACIÓN TOTAL 3808 Número de casos positivos 30 Número de hombres 18 Numero de mujeres 12 4.2.2 EDADES (GRUPOS ETAREOS) GRUPO ETAREO Nº EDAD (AÑOS) % PACIENTES > DE 60 AÑOS 15 50 AÑOS 15 50 TOTAL 30 100% < DE 60 4.2.3 PARÁLISIS DE NERVIO AFECTADO 49 PARALISIS N° PACIENTES III NERVIO 10 IV NERVIO 2 VI NERVIO 15 COMBINADAS 3 4.3 POBLACION Pacientes de un consultorio particular en el Centro Oftalmológico Olsabe atendidos en consulta de ortóptica desde enero de 2004 a noviembre de 2006, obteniendo una población de 3808 historias clínicas. CASOS POSITIVOS: Pacientes atendidos en un consultorio particular de ortóptica en el Centro Oftalmológico Olsabe con casos positivos de parálisis oculomotoras, obteniendo una proporción de 30 historias clínicas en un periodo comprendido entre enero de 2004 a noviembre de 2006. 4.3.1 ESTADISTICA DESCRIPTIVA DE LAS PARALISIS OCULOMOTORAS TIPO DE DATOS: 50 Lo que estudiamos en cada caso positivo son siguientes variables las variables: 4.3.1.1 Variables Cuantitativas 1. Edad 2. Género 3. estrabismo en posición primaria 4. estrabismo incomitantes 5. defecto refractivo 4.3.1.2 Variables Cualitativas 1. Etología de las parálisis oculomotoras 2. Asociación de enfermedades sistémicas 3. presencia de diplopia 4. ptosis 5. dolor 6. visión borrosa 7. alteración respuesta pupilar 8. posición compensatoria de cabeza 51 9. Hirschberg 4.4 ANALISIS DE GRAFICOS 4.4.1 GRAFICO Nº 1: “POBLACION ESTUDIO” Esta gráfica describe las características de la población seleccionada para este estudio. En esta observamos la población evaluada, número de casos positivos y negativos. • Se obtuvo de enero de 2004 a noviembre de 2006 una población de 3808 historias clínicas; correspondientes al 100% • La proporción de casos positivos encontradas fue de un 0.79% correspondiente a 30 historias clínicas. • La proporción de casos negativos encontradas fue de un 99.21% correspondiente a 3778 historias clínicas.(VER GRAFICO Nº 1)23 4.4.2 GRAFICO Nº 2: “ASOCIACION SISTEMICA” En este grupo se encontraron diversas asociaciones sistémicas a las parálisis oculomotoras como: • 23 Predomina la Hipertensión Arterial con un 13.34% ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “POBLACION EVALUADA”. GRAFICO Nº 1. 52 • Seguido de la Parálisis facial con un 10% • Estrés con un 6.67% • Diabetes, colesterol, tumor, artritis, meningitis bacteriana, gastritis, Aneurisma e insuficiencia renal con un 26.64%. • Un 43.33% de la población estudiada no presentan asociación sistémica (VER GRAFICO Nº 2)24 4.4.3 GRAFICO Nº 3: “GENERO” • El género que más predomino fue el masculino con un 60%. • Seguido del género femenino con un 40%. • Encontrándose una diferencia del 20% entre estas..(VER GRAFICO Nº 3)25 4.4.4 GRAFICO Nº 4: “GRUPO ETAREO” • Se encontró que los pacientes mayores y menores de 60 años tiene el mismo riesgo de padecer parálisis oculomotoras con un 50%, independientemente de la causa .(VER GRAFICO Nº 4)26 4.4.5 GRAFICO Nº 5: “ETIOLOGIA DE LAS PARALISIS OCULOMOTORAS” 24 ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “ASOCIACION SITEMICA”. GRAFICO Nº 2. ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “GENERO”. GRAFICO Nº 3. 26 ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “GRUPO ETAREO”. GRAFICO Nº 4. 25 53 • En este grupo encontramos que las etiologías más frecuentes fueron la Diabetes Mellitus y la Hipertensión Arterial con un 26.66% de la población evaluada. • Seguido del trauma con un 13.33%. • La sinusitis y el estrés en un 6.66% • El tumor orbitario, cancer, neurofibromatosis multiple, enfermedad cerebro vascular , absceso cerebral bacteriano miastenia gravis con un 3.33%.(VER GRAFICO Nº 5)27 4.4.6 GRAFICO Nº 6 “SIGNOS Y SINTOMAS DE PARALISIS OCULOMOTORAS” Los signos y síntomas encontrados fueron: • El 50% de la población evaluada presentan diplopia y estrabismo. • El 20% de la población evaluada presenta ptosis palpebral. • El 20% de la población evaluada presentan posición compensatoria. • El 10% de la población evaluada presentan cefalea, amaurosis, nistagmus (VER GRAFICO Nº 6)28 4.4.7 GRÁFICO Nº 7 “NERVIO AFECTADO”. 27 28 ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “ETIOLOGIA GRAFICO Nº 5. ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “SIGNOS Y SINTOMAS”. GRAFICO Nº 6. 54 • El nervio que es afectado con mayor frecuencia es el VI o Motor Ocular Externo con un 50%. • En segundo lugar el III Nervio o Motor Ocular Común con un 33.33%. • En tercer lugar las parálisis combinadas con un 10% las cuales fueron: 9 Paralisis del III nervio monocularmente 9 Parálisis del III y VI nervio monocularmente 9 Parálisis del IV y VI nervio Binocularmente • Por último el IV nervio - patético o troclear con un 6.66%.(VER GRAFICO Nº 7)29 4.4.8 GRAFICO Nº 8 “NERVIO AFECTADO – OJO AFECTADO” • En la parálisis del III nervio, el ojo más afectado es el Izquierdo con un 16.67%, le sigue el ojo derecho con un 13.33% y por ultimo se presenta en ambos ojos con un 3.33%. • En la parálisis del III nervio, el ojo más afectado es el Izquierdo con un 16.67%, le sigue el ojo derecho con un 13.33% y por ultimo se presenta en ambos ojos con un 3.33%. • En la parálisis del IV nervio, el ojo más afectado es el Izquierdo con un 6.66%, se presento en un 0% en el ojo derecho y ambos ojos. 29 ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “PREVALENCIA DEL NERVIO AFECTADO”. GRAFICO Nº 7. 55 • En la parálisis del VI nervio, se da en igual proporción en el ojo derecho e izquierdo con un 23.33% y en un 3.33% en ambos ojos. (VER GRAFICO Nº 8)30 4.4.9 GRAFICO Nº 9 “HIRSCHBERG” • En este gráfico podemos observar que predomino el hrischberg descentrado con un 66.65%, frente al hirschberg centrado que se presento en un 33.33%. • Dentro del hirschberg descentrado encontramos: 9 El descentrado temporal con un 36.66%. 9 El descentrado nasal con un 23.33%. 9 El descentrado nasal inferior e inferior con un 3.33%. 9 El descentrado nasal superior , temporal superior y superior con 0%.(VER GRAFICO Nº 9)31 30 31 ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “NERVIO AFECTADO – OJO AFECTADO”. GRAFICO Nº 8. ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “HIRSCHBERG”. GRAFICO Nº 9. 56 4.4.10 GRAFICO Nº 10 “NERVIO AFECTADO – GENERO – EDAD”. • Encontramos que en un 16.67% que el nervio mas afectado es el VI, en el genero masculino con un 33.36% y en igual proporción tanto en los menores como en los mayores de 60 años con un 16.68% seguido el género femenino con 13.33% en las menores de 60 años y el 3.33% en las mayores de 60 años. • Encontramos que la parálisis del III nervio afecta más a los mayores de 60 años de género masculino con un 13.33% y a los menores de 60 años en un 3.33%, seguido del genero femenino con un 6.66% a l. • Encontramos que la parálisis del IV nervio afecta más a los menores de 60 años de género masculino con un 6.66% , no se presentaron casos en el genero femenino. • Encontramos que la parálisis combinadas afecta más a los mayores de 60 años de género femenino con un 6.66%, seguido del genero masculino en mayores de 60 años con un 3.33%.(VER GRAFICO Nº 10)32 32 ESTADISTICA DESCRIPTIVA, “NERVIO AFECTADO – GENERO-EDAD”. GRAFICO Nº 10. 57 58 TABLA # 1 POBLACION EVALUADA Nº CASOS Nº DE CASOS (+) (-) POBLACION Nº % Nº 3808 100 30 % Nº % 0,79 3778 99,21 POBLACION EVALUADA 100 80 99,21 100 POBLACION % 60 Nº CASOS (+) % 40 20 Nº DE CASOS (-) % 0,79 0 1 TABLA # 2 59 ASOCIACION SISTEMICA ASOCIACION DE TOTAL ENFERMEDAD SISTEMICA PERSONAS % HTA 4 13,34 PARALISIS FACIAL 3 10 ESTRÉS 2 6,67 DIABETES 1 3,33 COLESTEROL 1 3,33 TUMOR 1 3,33 ARTRITIS 1 3,33 MENINGITIS BACTERIANA 1 3,33 GASTRITIS 1 3,33 ANEURISMA 1 3,33 INSUFICIENCIA RENAL 1 3,33 NINGUNA 13 43,33 TOTAL 30 100% 60 ASOCIACION SISTEMICA 60 43,33 40 20 13,34 10 6,673,333,333,333,333,333,333,333,33 0 HTA ESTRÉS COLESTEROL ARTRITIS GASTRITIS INSUFICIENCIA RENAL PARALISIS FACIAL DIABETES TUMOR MENINGITIS BACTERIANA ANEURISMA NINGUNA 61 TABLA # 3 GENERO GENERO Nº % FEMENINO 12 40 MASCULINO 18 60 TOTAL 30 100% GENERO 60 60 40 50 40 30 Nº % 20 12 18 10 % 0 Nº FEMENINO MASCULINO 62 TABLA # 4 GRUPO ETAREO Nº EDAD (AÑOS) % PACIENTES > DE 60 AÑOS 15 50 AÑOS 15 50 TOTAL 30 100% < DE 60 GRUPO ETAREO 50 50 50 > DE 60 AÑOS 40 < DE 60 AÑOS 30 30 20 TOTAL 15 15 10 100% 0 Nº PACIENTES % 63 TABLA # 5 N° DE % ETIOLOGIA PACIENTES HTA 8 26,66 DIABETES 8 26,665 TRAUMA 4 13,33 SINOSITIS 2 6,66 ESTRÉS 2 6,66 TUMOR ORBITARIO 1 3,33 CANCER 1 3,33 1 3,33 1 3,33 BACTERIANO 1 3,33 MIASTENIA 1 3,33 30 100% NEUROFIBROMATOSIS MULTIPLE ENFERMEDAD CEREBRO – VASCULAR ABSCESO CEREBRAL TOTAL 64 ETIOLOGIA 30 26,66 26,665 25 20 13,33 15 10 6,66 6,66 3,33 3,33 3,33 3,33 3,33 3,33 5 0 1 HTA TRAUMA ESTRÉS CANCER ECV MIASTENIA DIABETES SINOSITIS TUMOR ORBITARIO NEUROFIBROMATOSIS MULTIPLE ABSESO CEREBRAL BACTERIANO 65 TABLA # 6 SIGNOS Y SINTOMAS SIGNOS Y SINTOMAS N° DE PTES DIPLOPIA + ESTRABISMO % 15 50 PTOSIS 6 20 POSICION COMPENSATORIA 6 20 OTROS 3 10 TOTAL 30 100% SIGNOS Y SINTOMAS 50 40 30 DIPLOPIA + ESTRABISMO PTOSIS 20 POSICION COMPENSATORIA OTROS 10 0 1 2 66 TABLA # 7 NERVIO AFECTADO NERVIO N° AFECTADO PACIENTES % III NERVIO 10 33,33 IV NERVIO 2 6,66 VI NERVIO 15 50 3 10 30 100% COMBINADAS TOTAL NERVIO AFECTADO 10% 33% III NERVIO IV NERVIO VI NERVIO 50% 7% COMBINADAS 67 TABLA # 8 NERVIO OD AFECTADO OI Nº % AO Nº % Nº % III 4 13,33 5 16,67 1 3,33 IV 0 0 2 6,66 0 0 VI 7 23,33 7 23,33 1 3,33 COMBINADAS 1 3,33 1 3,33 1 3,33 39,99 15 49,99 3 9,99 TOTAL 12 NERVIO AFECTADO - OJO AFECTADO 60 50 40 30 20 10 0 III IV VI COMBINADAS TOTAL OD % OI % AO % 68 TABLA # 9 HIRSCHBERG HIRSCHBERG CENTRADO N° PTES % 10 33,33 7 23,33 11 36,66 DESCENTRADO NASAL SUPERIOR 0 0 DESCENTRADO NASAL INFERIOR 1 3,33 DESCENTRADO TEMPORAL SUPERIOR 0 0 DESCENTRADO TEMPORAL INFERIOR 0 0 DESCENTRADO INFERIOR 1 3,33 DESCENTRADO SUPERIOR 0 0 30 100% DESCENTRADO NASAL DESCENTRADO TEMPORAL TOTAL 69 HIRSCHBERG 40 35 30 36,66 33,33 25 20 23,33 15 10 5 3,33 0 0 0 3,33 0 0 % CENTRADO DESCENTRADO TEMPORAL DESCENTRADO NASAL INFERIOR DESCENTRADO TEMPORAL INFERIOR DESCENTRADO SUPERIOR DESCENTRADO NASAL DESCENTRADO NASAL SUPERIOR DESCENTRADO TEMPORAL SUPERIOR DESCENTRADO INFERIOR 70 TABLA # 10 MASCULINO FEMENINO NERVIO > 60 AFECTADO > 60 AÑOS Nº % < 60 AÑOS Nº % AÑOS < 60 AÑOS Nº % Nº % III 4 13,3 1 3,33 3 10 IV 0 0 2 6,66 0 0 VI 5 16,7 5 16,67 1 3,33 COMBINADAS 1 3,33 0 0 2 6,66 10 33,3 8 26,66 6 20 TOTAL 2 6,66 0 4 13,33 0 6 20 NERVIO AFECTADO 18 16 14 12 10 8 6 4 2 0 16,6816,67 13,33 13,33 10 6,66 6,66 6,66 3,33 3,33 0 III 0 0 IV 3,33 0 VI 0 COMBINADAS MASCULINO >60 AÑOS % MASCULINO <60 AÑOS % FEMENINO >60 AÑOS % FEMENINO < 60 AÑOS % 71 72 CAPITULO 1 1.2 ANATOMIA DE LOS MÚSCULOS EXTRAOCULARES --- Recto superior: Gira el globo ocular hacia arriba y, ligeramente, hacia adentro. --- Recto inferior: Lo gira hacia abajo y, ligeramente, hacia adentro. --- Recto interno: Rota hacia dentro el globo ocular. --- Recto externo: Lo rota hacia afuera. --- Oblicuo superior o mayor: Gira el globo ocular hacia afuera y abajo. --- Oblicuo inferior o menor: Lo gira hacia arriba y afuera33 33 http://www.medcuantica.com 73 1.3 GRAFICA DE LAS FUNCIONES DE LOS MÚSCULOS EXTRAOCULARES34 34 JAIRO BUSTAMANTE B., Neuroanatomia funcional y clinica, atlas del sistema nervioso central, p. 360 74 1.4 INERVACION DE LOS MÚSCULOS DEL OJO Y TERRITORIOS NUCLEARES DE LOS NERVIOS OCULOMOTORES EN EL TRONCO DEL ENCEFALO. 75 6. 1-5 Núcleo del Nervio Oculomotor 7. Núcleo del Nervio Patético 8. Núcleo del Nervio Motor Ocular Externo 9. Circunvolución precentral 10. Núcleo oculomotor accesorio 11. Ganglio Ciliar Los núcleos para los distintos músculos del ojo se encuentran en el mismo lado, y en el lado contrario. Una parte de los mm. Extrínsecos del ojo tiene una inervación bilateral. Por todo ello, los síntomas de déficit en las enfermedades del mesencéfalo son polimorfos.35 35 HEBERT LIPPERT, anatomia, estructura y morfologia del cuerpo humano, 4 ed., pag. 537. editorial marban libros, s.l.. 76 1.5 MUSCULO AGONISTA Y ANTAGONISTAS DE LOS MOVIMIENTOS CONJUGADOS DEL OJO36 36 BUSTAMANTE JAIRO,Op. Cit., p. 362 77 1.6 POSICIÓN DIAGNOSTICA DE LOS MUSCULOS EXTRAOCULARES37 37 http://www.esteve.es/EsteveArchivos/1_8/Ar_1_8_44_APR_18.pdf 78 CAPITULO 2 2.1 CAUSAS DE PARALISIS DEL MOTOR OCULAR COMUN38 CAUSA NUCLEARES FASCICULARES INTERPEDUNCULARES SENO CAVERNOSO PATOLOGIA - Infartos Desmielinización Tumores metastáticos - Infartos Desmielinización (rara) Tumores Aneurismas Traumatismos meningitis Fístula carotidocavernosa inflamación granulomatosa (sd. Tolosa-hunt) Aneurisma intracavernoso Extensión extraselar de tumores hipofisarios Meningioma Carcinoma del seno esfenoidal Murcomicosis (y otras micosis) Herpes zoster Inflamaciones inespecíficas (seudotumores) Traumatismos Tumores - ORBITARIAS - OFTALMOPLEJIA DIABETICA VARIAS - 38 Polineuritis (sd. Gulliain-BarréFisher) Parálisis clínica del motor ocular común (Bielschowsky) Migraña Artritis THOMAS J. WALSH, Op. Cit., p. 248. 79 2.2 CAUSAS DE PARALISIS DEL OBLICUO SUPERIOR39 CAUSA PATOLOGIA - PARALISIS DEL IV NERVIO - Traumatismos (pueden ser bilaterales) Vasculares Diabetes Paresia congénita descompensada Tumores de fosa posterior (raro) Sd del seno cavernoso/ Hendidura esfenoidal Procedimientos neuroquirúrgicos Herpes Zoster MIASTENIA MIOPATIO DISTIROIDEA (FIBROSIS DEL OBLICUO INFERIOR O DEL RECTO SUPERIOR) PSEUDO TUMOR INFLAMATORIO DE ORBITA HERIDA ORBITARIA DE LA TROCLEA 39 Ibid, p.247. 80 2.2 CAUSAS DE PARALISIS DEL MOTOR OCULAR EXTERNO40 CAUSA PATOLOGIA Hipertensión intracraneal Traumatismos craneales Punción lumbar Vasculares: HTA Diabetes Parainfecciosas (posvíricas, infecciones del oído medio en niños) Meningitis basal Sd. Protuberancial (infartos, desmielinizaciones, tumores): CARACTERISTICAS - NO LOCALIZANTES Lesiones del ángulo pontobulbocerebeloso (neurinoma del acustico, meningioma): LOCALIZANTES Lesiones del dorso de la silla turca ( carcinoma nasofaríngeo, cordoma del dorso selar) Afecciones de la fosa media (tumores, inflamaciones de la cara interna el peñasco): Seno cavernoso o hendidura esfenoidal (tumores, inflamaciones, aneurismas): Hemiplejía contralatreral, parálisis facial homolateral , parálisis de la mirada horizontal homolateral, analgesia facial homolateral Combinada con afectación de los nervios VIII, VII y V, nistagmo y signos cerebelosos Dolor / entumecimiento facial + parálisis facial Combinada con afectación de los nervios III, IV y V – oftalmico (dolor y entumecimiento) Fístula carotidocavernosa o arteriovenosa dural 40 THOMAS J. WALSH, Neurooftalmologia: signos y sintomas clínicos, transtornos infranucleares de la motilidad ocular, p.244. 81 2.4 RELACIONES DE LOS NERVIOS III, IV Y VI EN LA BASE DEL CRANEO41 41 BUSTAMANTE JAIRO, Op. Cit., p. 363 82 2.5 RELACIONES DE LOS NERVIOS Y MÚSCULOS DE LA ORBITA42 2.6 OTRAS CAUSAS DE PARALISI INTRANUCLEAR43 42 Ibid. p. 365 83 43 LOPEZ GARCIA JS, MATA DÍAZ E, GARCIA LOZANO I, AL-ASSIR I, MARTíNEZ GARCHITORENA J. Alteraciones de la motilidad ocular asociadas a patología del snc (en linea) http://www.oftalmo.com/estrabologia/rev-97/97-01.htm 84 85 FOTO # 1 FIGURA 4. Tortícolis tensional. Es típico de una parálisis de un músculo oblicuo superior; en este caso, se trata de una parálisis izquierda; la inclinación de la cabeza es 44 sobre el hombro contrario al de la parálisis 44 GÓMEZ F., - GARCÍA N, Parálisis oculomotoras en la infancia (en linea) http://www.esteve.es/EsteveArchivos/1_8/Ar_1_8_51_APR_3.pdf 86 FOTO # 2 Parálisis del oblicuo superior izquierdo45 45 GÓMEZ F., - GARCÍA N, Parálisis oculomotoras en la infancia (en linea) http://www.esteve.es/EsteveArchivos/1_8/Ar_1_8_51_APR_3.pdf 87 FOTO # 3 La paciente presenta parálisis VI par ojo izquierdo.46 46 GÓMEZ F., - GARCÍA N, Parálisis oculomotoras en la infancia (en linea) http://www.esteve.es/EsteveArchivos/1_8/Ar_1_8_51_APR_3.pdf 88 FOTO # 4 Parálisis del III nervio47 47 GÓMEZ F., - GARCÍA N, Parálisis oculomotoras en la infancia (en linea) http://www.esteve.es/EsteveArchivos/1_8/Ar_1_8_51_APR_3.pdf 89 FOTO # 5 FOTO # 6 Parálisis unilateral de la elevación del ojo derecho: - Izquierda: Pseudoptosis del ojo derecho - Derecha: En la supraversión en OD no eleva48 48 GÓMEZ F., - GARCÍA N, Parálisis oculomotoras en la infancia (en linea) http://www.esteve.es/EsteveArchivos/1_8/Ar_1_8_51_APR_3.pdf 90 DISCUSIÓN Las parálisis oculomotoras no representan un problema muy frecuente en la práctica clínica diaria. Hay varios factores que influyen en su baja incidencia como son los problemas neurológicos que a veces se asocian y la asimetría de las parálisis. Ambos factores dificultan y/o retrasan el diagnóstico, provocando errores y confusiones con las parálisis unilaterales. Del total de los 30 pacientes de nuestra muestra, el nervio mas afectado es el VI par. Estos datos no coinciden con otras series publicadas en la literatura, como en El estudio “CARACTERISTICAS CLINICAS Y MANEJO DE LAS PARALISIS OCULOMOTORAS DE 0 A 17 AÑOS ATENDIDOS EN EL ISN DESDE 1997 A 2001” realizado por la doctora Patricia Arrayán Carpio en la ciudad de Lima-Perú arrojo como resultado que de 2100 historias, 36 pacientes con diagnóstico de parálisis oculomotora, el nervio craneal más afectado fuel el IV con un 50%, luego el III par con un 33% , y por último el 8.33% de afectación múltiple (III y IV), mientras que en el estudio “PARÁLISIS OCULOMOTORAS EN LA INFANCIA” realizado por el Dr. F. Gómez - Dr. N. García, afirma que la parálisis del VI par craneal es el mas afectado y el 55% se presenta en mayores de 18 años. Esto nos hace meditar en la necesidad de profundizar en este tema y conocer si la prevalencia de las parálisis oculomotoras van de acuerdo a la edad o etiología de las mismas. 91 La clínica de las parálisis bilaterales, sobre todo las asimétricas, no es fácil de definir. Numerosas referencias de la literatura varían con respecto a los rasgos clínicos que las definen, entre ellos la presencia de una gran V, una exciclotorsión bilateral superior a 10º, un Bielchowsky positivo a ambos lados, un tortícolis mentón abajo, y la diplopía torsional y vertical que empeora en la mirada abajo. Para algunos autores la presencia de un síndrome en V grande es más característica de las parálisis simétricas. La desviación vertical en PPM, al contrario que en las parálisis unilaterales, no suele ser manifiesta, ni tampoco la inversión de la hipertropía en las lateroversiones contrarias. Por lo anterior debemos seguir investigando y capacitándonos en este tema para así realizar un examen optométrico - ortóptico que incluya los test diagnósticos cuya interpretación nos lleve a un diagnostico exacto, con el fin de tratar a tiempo las parálisis oculomotoras. 92 CONCLUSIONES • Es de importancia considerar la prevalencia de las parálisis oculomotoras difieren de un estudio a otro, ya en la mayoría de la literatura se acentúa la prevalencia del IV par. En nuestro estudio y en el del Dr. N. García se coincide en la prevalencia del VI nervio craneal teniendo variación en la edad de la misma. • Las parálisis oculomotoras de etiología traumática son dadas en un rango de edad de los 17 a los 20 años, mientras que las de etiología sistémica se da en los mayores de 60 años con enfermedades como la diabetes y/o hipertensión. • En estos estudios (Dra. Patricia Arrayán, Dr. N. García y nuestro estudio) hay una diferencia en la edad de aparición de las parálisis oculomotoras, esto puede deberse a que estos dos estudios fueron enfocados a infantes excluyendo a las personas adultas, determinando las parálisis más frecuentes son la congénitas mientras en nuestro estudio se determinó que las más frecuentes son las adquiridas. • También hay una variación en el género de aparición de las parálisis oculomotoras, ya que, la Dra. Patricia Arrayán concluyó que estas son más frecuentes en el género femenino, a diferencia de nuestro estudio en el cual se determinó que son más frecuentes en el género masculino. 93 • Se determino que el nervio craneal mas afectado en las parálisis oculomotoras es el VI par o motor ocular externo, en comparación con los estudios hechos en el exterior en los cuales el nervio mas afectado fue • Los pacientes que tienen mayor riesgo de sufrir una parálisis oculomotora son aquellos que padecen de Diabetes Mellitus e Hipertensión Arterial, esto en igual proporción. • El género más afectado por las parálisis oculomotoras es el masculino, con una edad promedio de 60 años. • Las parálisis oculomotoras congénitas son raras, ya que, no se encontraron casos positivos de éstas. • Si la causa de la parálisis oculomotora es superada, y se realiza un tratamiento ortóptico adecuado el paciente puede recuperarse totalmente. • El tiempo promedio para la recuperación de un paciente con parálisis oculomotoras es de aproximadamente 6 meses • La ptosis sirve como oclusión en los casos en que afecta la línea media o el eje visual. 94 RECOMENDACIONES • Concientizarnos de nuestra responsabilidad como optómetras en la realización de un examen completo y a conciencia, para no realizar diagnósticos equivocados, y así dar un tratamiento adecuado a las parálisis oculomotoras. • Concientizar al paciente diabético e hipertenso de las repercusiones que un mal cuidado o manejo de su enfermedad puede tener a nivel general y a nivel ocular. • El optómetra debe capacitarse, ya que, fácilmente se puede confundir el diagnóstico de una parálisis oculomotora con diversas patologías, dando un manejo errado que puede traer como consecuencia la perdida de la vida del paciente. • Hace falta realizar exámenes complementarios para poder dar un diagnóstico eficaz. • Es importante que se realice un manejo interdisciplinario para lograr la mejoría del paciente. • Todo paciente que reporte diplopia, requiere de una remisión inmediata y manejo medico especializado. • Los pacientes con parálisis oculomotoras requieren de controles periódicos para que el manejo ortóptico se haga de acuerdo a la evolución de la desviación 95 REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 1. 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