EL OJO DEL HURACÁN - David Hammerstein

Anuncio
EL OJO DEL HURACÁN: KATRINA Y MEDIO AMBIENTE
KATRINA: UNA BOMBA DE RELOJERÍA ECOLÓGICA
En una semana en la que el Parlamento europeo inicio sus debates
con el tema de las catástrofes naturales que han asolado Europa y el mundo
en los últimos meses, me parece más que necesario hacer otro análisis del
huracán Katrina. El desastre no ha sido solo “natural”. Detrás de este se
encuentran actuaciones muy humanas que han empeorado la magnitud de
la tragedia.
Y es que los hechos hablan por si solos, en las últimas décadas el entorno
de Nueva Orleáns en Luisiana ha perdido más de 3000 mil kilómetros
cuadrados de zona húmeda. Mucha de esta desaparecida área pantanosa se
encontraba al sur de Nueva Orleáns, esta erosión de suelo ha acercado la
ciudad cada vez más al Golfo de Méjico y, en consecuencia, al huracán
destructor llamado Katrina.
Las causas de este proceso de erosión al que se ha visto sometido el
gran delta de Missisipí han sido múltiples: las explotaciones petrolíferas, la
tala masiva de los bosques costeros, la expansión urbanística y las grandes
obras hidrográficas de la zona, todo combinado con el hundimiento del
nivel de suelo y la subida del nivel del mar provocado por movimientos de
fallas geológicas.
Durante años la costa se ha erosionado a pesar de las denuncias de
científicos y ecologistas que exigían la restauración de los ecosistemas
costeros por su importancia vital como hábitats para peces y otras especies
marinas, una gran diversidad de plantas, aves migratorias… y para la
defensa de las ciudades como Nueva Orleáns al actuar como un
amortiguador de las tormentas tropicales.
La rehabilitación de la ciudad después de la catástrofe no se puede limitarse
a obras de infraestructuras como presas, alcantarillado y viviendas. Se
debería incluir unas iniciativas de restauración integral de estuarios, zonas
pantanosas, bosques costeros y dunas.
Además, aunque el cambio climático en si no provoca los huracanes, pero
según numerosos estudios si incrementa su violencia. Estas investigaciones
científicas constatan como la continua subida de la temperatura de la
superficie del mar ha doblado la intensidad de las tormentas tropicales
durante los últimos 30 años.
Sin duda alguna, el maltrato de los ecosistemas y de la atmósfera ha
influido poderosamente factor en esta tragedia tanto "natural" como
"humana".
David Hammerstein, eurodiputado de Los Verdes
Descargar