La retórica populista de Hugo Chávez

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La retórica populista de Hugo Chávez
Noé Hernández Cortez*
En una entrevista realizada en su momento al presidente de Venezuela Carlos
Andrés Pérez, el político promotor de las políticas neoliberales, reflexionaba sobre
los rasgos distintivos que debería tener un líder político para el siglo XXI. Pérez
imaginaba la figura social del líder como un prototipo del mito de la racionalidad de
la política, modelo de las figuras que habían configurado su propio gabinete
tecnocrático. Pérez pintaba las cualidades del líder político del siglo XXI, deseable
para la democracia venezolana, en la siguiente imagen:
“[…] las cosas han cambiado mucho, el liderazgo ya tiene que
fundamentarse no solamente en eso que se llama el carisma, en la
capacidad de aceptación que tenga una persona ante una
comunidad, sino que ahora tiene que cimentarse mucho más sobre
la preparación, sobre la capacidad, esos líderes del pasado pegando
tres gritos en una esquina o en un mitin podían ganarse una multitud
eso no es posible porque además las comunicaciones modernas que
es la gran revolución de nuestro tiempo han modificado totalmente la
vida en el mundo. El líder está sometido a una auscultación mucho
más profunda y va a ser muy difícil asumir posiciones de liderazgo
en este mundo de las comunicaciones modernas […]” (Pérez,
1997).1
*
Noé Hernández Cortez es Doctor en Investigación en Ciencias Sociales por FLACSO, Sede México. E-mail:
noe.hernandezcortez@gmail.com
1
Entrevista concedida por Carlos Andrés Pérez durante su mandato presidencial (1989-1993), fuente
electrónica: http://www.youtube.com/watch?v=axADlTZrW1U&feature=channel_video_title (Transcripción
mía).
La imagen de Pérez sobre el líder para el siglo XXI, retrataba con exactitud,
por vía negativa, el futuro liderazgo que emprendería Hugo Chávez cuando sube
al poder en 1999. Justamente fueron los medios de comunicación quienes
pusieron en la escena política a Hugo Chávez en su célebre discurso del 4 de
febrero de 1992, después de que deponía las armas por el fracaso del golpe de
estado, estando en el poder Carlos Andrés Pérez. El mensaje bolivariano que
daría Hugo Chávez, no sólo a sus aliados militares, sino a una gran audiencia a
nivel nacional e internacional, de inmediato ganó la simpatía de muchos
ciudadanos venezolanos, entre ellos el del veterano político Luis Miquilena. Así,
con su discurso del 4 de febrero de 1992 irrumpe en la vida política de Venezuela
una nueva forma de hacer la política, aquí la nueva retórica populista con la que
se anunciaba el futuro líder de lo que más adelante se llamará simbólicamente la
Revolución Bolivariana:
“[…] Y en este mensaje bolivariano va dirigido a los valientes
soldados que se encuentran en el movimiento de paracaidistas de
Aragua y en la brigada blindada de Valencia. Compañeros:
lamentablemente por ahora los objetivos que nos planteamos no
fueron logrados en la Ciudad Capital, es decir, nosotros acá en
Caracas no logramos controlar el poder. Ustedes lo hicieron muy
bien por allá, pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de
sangre, ya es tiempo de reflexionar y vendrán nuevas situaciones y
el país tiene que enrumbarse hacia un destino mejor. Así que oigan
mi palabra, oigan al comandante Chávez quien les lanza este
mensaje para que por favor reflexionen y depongan las armas
porque ya en verdad los objetivos que nos hemos trazado a nivel
nacional es imposible que lo logremos. Compañeros: oigan este
mensaje solidario les agradezco su lealtad, les agradezco su
valentía, su desprendimiento y yo ante el país y ante ustedes asumo
la responsabilidad de este movimiento militar bolivariano […]”
(Chávez, 1992)2
2
He transcrito el discurso histórico de Hugo Chávez después de que deponía las armas el 4 de
febrero de 1992. Para los analistas es el inicio de la carrera política de Hugo Chávez a través de su
impacto
en
los
medios
de
comunicación.
Fuente
electrónica:
http://www.youtube.com/watch?v=dV1fKQscgSQ&feature=player_embedded
Para Luis Miquilena, Chávez encarnaba el talento y el carisma político para
guiarlo a la lucha política por la vía democrática de las elecciones, a diferencia de
Carlos Andrés Pérez, Miquilena veía en los atributos retóricos de Chávez el futuro
líder democrático de izquierda que requería Venezuela. Luis Miquilena, líder
político de tendencia socialista, persuadió a Hugo Chávez después de que
recibiera el sobreseimiento del presidente Rafael Caldera el 24 de marzo de 1994,
que la lucha política no era por la vía armada, sino por la vía electoral. Tras la
obtención de la libertad de Hugo Chávez, responsable del golpe de estado del 4
de febrero de 1992, se lee en la prensa una simpatía seductora por el “sacrificio”
del comandante Hugo Chávez:
“La semana pasada, la arrolladora corriente de opinión a favor de la
libertad de los militares presos por las insurrecciones de febrero y
noviembre del ’92, fue acertadamente interpretada por el Presidente
[Rafael Caldera]. En ese gesto va el agradecimiento de muchos
venezolanos, entre los cuales me cuento, por el sacrificio de esos
hombres que rescataron la dignidad nacional y cambiaron el
vergonzoso curso que llevaba el país en enero de 1992” (Jorge
Olavarría, El Universal, 03.04.1994)
“Comandante Chávez: un gran país que sufre y espera está
integralmente contigo” (El Nacional, 03.04.1994)
“La forma como se ha resuelto el problema Latino y la puesta en
libertad de los militares del 4F y 27N son sin duda éxitos obtenidos
por el gobierno…En cuanto a la excarcelación de los militares, sólo
debe recordarse que se trata de una edición repetida de lo que el
mismo Caldera hizo en su primer mandato. Si entonces la inédita
operación terminó restableciendo la normalidad política, no había ni
hay razones para suponer que ahora no deba ocurrir lo mismo”
(Américo Martín, 08.04.1994).
La prensa en su conjunto veía con optimismo y simpatía la liberación de los
militares que habían participado en el golpe de Estado de 1992, y en particular por
la liberación del naciente líder carismático de la escena política venezolana: el
comandante Hugo Rafael Chávez Frías.
Ciudad de México a 6 de diciembre de 2011
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