SERVICIO DE IMPUESTOS INTERNOS

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BOLETÍN LABORAL
N° 4 – Año 2007
DICTAMENES DIRECCIÓN DEL TRABAJO ................................................................................ 2
1.
2.
3.
4.
GARANTÍA EMPRESA SERVICIOS TRANSITORIOS ..................................................................... 2
FUERO SINDICAL.................................................................................................................. 5
DERECHO DE TRABAJADORA A ALIMENTAR A HIJOS MENORES DE 2 AÑOS................................... 7
EMPRESA SERVICIO TRANSITORIO....................................................................................... 13
FALLOS PODER JUDICIAL ....................................................................................................... 17
1.
LEY DE SUBCONTRATACIÓN. SIMULACIÓN. FACULTADES DE LA DIRECCIÓN DEL TRABAJO. ........ 17
1. Protección ABC Santiago ........................................................................................... 17
2. Protección Tricot La Serena ....................................................................................... 24
3. Protección Tricot Puerto Montt ................................................................................... 27
4. Protección Tricot Rancagua ....................................................................................... 30
5. Protección Tricot Valparaíso ...................................................................................... 32
2. CONCEPTO DE EMPLEADOR ................................................................................................ 34
1. Protección Santiago COPESA.................................................................................... 34
2. Dictamen COPESA .................................................................................................... 36
3. RESPONSABILIDAD DEL EMPLEADOR POR ACCIDENTE DEL TRABAJO. INDEMNIZACIÓN DE
PERJUICIOS. ...................................................................................................................... 40
1. Responsabilidad Accidente Laboral ........................................................................... 40
CONGRESO NACIONAL ............................................................................................................ 47
1.
2.
PROYECTOS DE LEY RELEVANTES EN TRÁMITE ..................................................................... 47
LEYES APROBADAS EN EL PERÍODO JUNIO 2007 ................................................................... 47
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Fono 3913180 - Fax 3913237 – Operaciones@sofofa.cl
DICTAMENES DIRECCIÓN DEL TRABAJO
1.
Garantía Empresa Servicios Transitorios
ORD. Nº2158/042
MAT.: Empresa de Servicios Transitorios. Garantía. Constitución.
RDIC.: No existe inconveniente jurídico para que un tercero constituya la garantía que el artículo 183-J del Código
del Trabajo exige a las Empresas de Servicios Transitorios, a favor de la Dirección del Trabajo para resguardar el
fiel cumplimiento de sus obligaciones laborales y previsionales.
ANT.:
1) Pase Nº749, de 29.05.2007, de Directora del Trabajo.
2) Memo Nº59, de 13.04.2007, de SubJefe Depto. de Inspección.
FUENTES: C. del T. Art. 183-J, 183 -I, inc. 1º.
SANTIAGO, 12.06.2007
DE : DIRECTORA DEL TRABAJO
A : SR. JEFE DEPARTAMENTO INSPECCIÓN
Mediante Memo del antecedente 2) se ha solicitado un pronunciamiento de esta Dirección tendiente a determinar si
resulta jurídicamente procedente que un tercero constituya a nombre de una Empresa de Servicios Transitorios la
garantía que se establece en el artículo 183-J del Código del Trabajo.
Al respecto, cumplo con informar a Ud. lo siguiente:
La referida disposición legal, en sus incisos 1 º al 4 º dispone:
"Toda empresa de servicios transitorios deberá constituir una garantía permanente a nombre de la Dirección del
Trabajo, cuyo monto será de 250 unidades de fomento, aumentada en una unidad de fomento por cada trabajador
transitorio adicional contratado por sobre 100 trabajadores; 0,7 unidad de fomento por cada trabajador transitorio
contratado por sobre 150 trabajadores, y 0,3 unidad de fomento por cada trabajador transitorio contratado por sobre
200.
El monto de la garantía se ajustará cada doce meses, considerando el número de trabajadores transitorios que se
encuentren contratados en dicho momento.
La garantía estará destinada preferentemente a responder, en lo sucesivo, por las obligaciones legales y
contractuales de la empresa con sus trabajadores transitorios, devengadas con motivo de los servicios prestados
por éstos en las empresas usuarias, y luego las multas que se le apliquen por infracción a las normas de este
Código.
La garantía deberá constituirse a través de una boleta de garantía, u otro instrumento de similar liquidez, a nombre
de la Dirección del Trabajo y tener un plazo de vencimiento no inferior a 120 días, y será devuelta dentro de los 10
días siguientes a la presentación de la nueva boleta."
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2
De la norma legal precedentemente transcrita es posible inferir que toda empresa de servicios transitorios se
encuentra obligada a constituir una garantía de carácter permanente a nombre de la Dirección del Trabajo, cuyo
monto básico deberá ser de 250 unidades de fomento, cantidad que aumentará en la forma que establece el inciso
1º de la disposición en comento, dependiendo del número de trabajadores transitorios contratados.
De la misma se colige que la garantía estará destinada en forma preferente a responder por las obligaciones legales
y contractuales de la empresa con sus trabajadores transitorios, que se devenguen con motivo de los servicios
prestados por estos en las empresas usuarias y para responder, igualmente, por las multas que pudieren
aplicárseles por infracción a las normas del Código del Trabajo.
De ella se infiere, además, que la caución en referencia se deberá constituir a través de una boleta de garantía u
otro instrumento de similar liquidez, a nombre de la Dirección del Trabajo, tener un plazo de vencimiento no menor a
120 días, la que será restituida dentro de los 10 días siguientes a la presentación de la nueva boleta.
Ahora bien, para los efectos de absolver la consulta planteada, se hace necesario, en primer término, precisar qué
se debe entender por "boleta de garantía" . Para ello, cabe recurrir a la Recopilación de Normas de Bancos y
Financieras de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, contenidas en la Circular Nº3.195, de
04.10.02, conforme a las cuales "La boleta de garantía es una caución que constituye un Banco a petición de su
cliente llamado el "Tomador" a favor de otra persona llamada "Beneficiario" que tiene por objeto garantizar el fiel
cumplimiento de una obligación contraída por el tomador o un tercero a favor del beneficiario".
La misma Recopilación de Normas agrega: "Existen dos maneras de obtener que un banco emita una boleta de
garantía para caucionar una obligación de una persona a favor de otra. La primera es que se obtenga la emisión de
una boleta con la constitución de un depósito de dinero en el banco por parte del tomador. La otra es que el banco la
emita con cargo a un crédito otorgado al tomador, quien suscribe un pagaré u otro título de crédito a favor del
banco."
"Aún cuando en el primer caso se llamaría propiamente depósitos de garantía, en realidad, en ambos casos, el
banco emite un documento llamado "Boleta de garantía", en el que se compromete incondicionalmente a su pago a
solo requerimiento del beneficiario. La existencia de un depósito o de un crédito sólo mira a las relaciones entre el
banco y el tomador y no interesa al beneficiario, por cuanto la obligación de pagar la boleta será siempre
incondicional para el banco."(Capítulo 8-11 (Bancos) Nº1-1.1)
De la normativa precedentemente transcrita es posible colegir que la boleta que nos ocupa es una caución que
garantiza el fiel cumplimiento de una obligación contraída ya sea por el tomador de la misma o por un tercero, a
favor del beneficiario. Este instrumento se constituye por un banco, a petición de su cliente o tomador, previo
depósito de la suma de dinero correspondiente o con cargo a un crédito otorgado al tomador.
De la misma se infiere que en la emisión de una boleta de garantía existen tres partes: el tomador, que no
necesariamente será el que contrajo la obligación que cauciona la boleta; el beneficiario de la misma y el banco
emisor del documento.
De dicha normativa es posible deducir, además, que existen dos maneras de obtener que un banco emita una
boleta de garantía para caucionar una obligación de una persona a favor de otra. La primera, es que se obtenga con
la constitución de un depósito de dinero en el banco por parte del tomador, la segunda, es que el banco la emita con
cargo a un crédito otorgado al tomador, quien suscribe un pagaré u otro título de crédito a favor del banco. En
ambos casos, el documento que emite el banco se denomina "boleta de garantía", en el que se compromete
incondicionalmente a su pago a solo requerimiento del beneficiario.
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La Recopilación de Normas referida en acápites anteriores, señala a continuación, que: "dado que la boleta es una
caución, en ningún caso puede disponerse de ella para una finalidad distinta de aquella para la cual fue tomada. Por
consiguiente se trata de un documento nominativo que no admite endoso por parte del beneficiario, sino solamente
su cancelación en caso de hacerse efectiva, cobrando su importe o bien, para hacer su devolución al respectivo
tomador de la misma, para que éste a su vez la devuelva al banco, a fin de dar por cancelada la garantía."
Por otra parte, en el citado documento se determina que "las menciones que, como mínimo, debe indicar la boleta
son el nombre y firma del Banco depositario, el nombre del beneficiario y el nombre y número de RUT del tomador;
la obligación que garantiza la boleta; el monto de la suma depositada; el lugar y la fecha de otorgamiento."(1.2. a)).
La misma Superintendencia agrega, en relación a esta materia, que las boletas en comento pueden ser pagaderas a
la vista o a plazo, debiendo ser cobradas por el beneficiario dentro de su plazo de vigencia y, además, en relación a
los fines para los cuales pueden ser emitidas, señala que las empresas bancarias pueden emitir boletas de garantía
para garantizar el cumplimiento de obligaciones de dinero derivadas de obligaciones de dar, hacer o no hacer, sea
para cumplir su objeto o la indemnización de perjuicios por el incumplimiento.
Con el mérito de lo expresado en los párrafos que anteceden y teniendo en consideración que las características de
emisión de la boleta de garantía por parte de un banco, sea a través de un depósito de dinero o de un crédito,
permite estimar suficientemente garantizado el fiel cumplimiento de las obligaciones laborales y previsionales del
tomador del documento, posible es afirmar, en opinión de este Servicio, que no existe impedimento jurídico para que
un tercero garantice tales obligaciones, máxime si se considera que la existencia de un depósito o de un crédito sólo
mira a las relaciones entre el banco y el tomador y no afecta al beneficiario por cuanto la obligación de pagar la
boleta de que se trata, será siempre incondicional para el banco.
Con todo, cabe hacer presente que conforme a lo preceptuado por el artículo 183- I del Código del Trabajo, el
tercero que garantice las obligaciones de que se trata, no podrá ser, en ningún caso, la o las empresas usuarias que
contraten los servicios de una Empresa de Servicios Transitorios.
En efecto, el inciso 1º de la citada disposición legal, dispone:
"Las empresas de servicios transitorios no podrán ser matrices, filiales, coligadas, relacionadas ni tener interés
directo o indirecto, participación o relación societaria de ningún tipo, con empresas usuarias que contraten sus
servicios."
En consecuencia, sobre la base de las disposiciones legales citadas y consideraciones formuladas, cúmpleme
informar a Ud. que no existe inconveniente jurídico para que un tercero constituya la garantía que el artículo 183-J
del Código del Trabajo, exige a las Empresas de Servicios Transitorios a favor de la Dirección del Trabajo para
resguardar el fiel cumplimiento de sus obligaciones laborales y previsionales.
Saluda a Ud.,
PATRICIA SILVA MELÉNDEZ
ABOGADA
DIRECTORA DEL TRABAJO
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2.
Fuero Sindical
ORD. Nº2159/043
MAT.: Organizaciones Sindicales. Fuero. Candidatos.
RDIC.: La restricción contenida en el artículo 238, inciso final, del Código del Trabajo, en cuanto al derecho a
invocar el beneficio del fuero sólo dos veces en cada año calendario, está dirigida a las personas naturales que en
su calidad de trabajadores deciden constituir sindicatos de aquellos señalados en los incisos 3º y 4º del artículo 221
del mismo cuerpo legal, o participar como candidatos a directores de los mismos.
ANT.:
1.- Memorando Nº151, Depto. Relaciones Laborales, de 04.05.2007.
2.- Memorando Nº1, Departamento Jurídico, de 03.01.2007.
3.- Presentación de doña Paulina Miranda Valenzuela, de 15.12.2006.
FUENTES LEGALES: Constitución Política: artículo 19, Nºs 2º y 26º; Código del Trabajo: artículos: 221, incisos 3º,4º
y 5º y 238.
CONCORDANCIAS: No hay.
SANTIAGO, 12.06.2007
DE: DIRECTORA DEL TRABAJO
A : SEÑORA PAULINA MIRANDA VALENZUELA
MIRAFLORES Nº 222, PISO 24
SANTIAGO
Mediante presentación del antecedente 2), se ha solicitado a este Servicio un pronunciamiento respecto de la exacta
interpretación jurídica que debe darse a las normas contenidas en los incisos tercero y quinto del artículo 221 del
Código del Trabajo en relación con el inciso final del artículo 238 del mismo cuerpo legal. A juicio de la recurrente,
debiera estimarse que "el fuero que establece la norma citada sólo puede utilizarse dos veces en el año al interior de
una misma empresa y que por ende, los trabajadores que concurren a la formación de un tercer sindicato en el
mismo año en la misma empresa no gozan del fuero en cuestión, sea que hayan participado o no en la formación de
uno o ambos sindicatos anteriores".
Al respecto cumplo con informar a Ud., lo siguiente:
El artículo 238 del Código del Trabajo dispone:
"Los trabajadores de los sindicatos de empresa, de establecimiento de empresa, interempresa y de trabajadores
transitorios y eventuales que sean candidatos en la forma prescrita en el artículo anterior, gozarán del fuero previsto
en el inciso primero del artículo 243, desde que el directorio en ejercicio comunique por escrito al empleador o
empleadores y a la Inspección del Trabajo que corresponda, la fecha en que deba realizarse la elección respectiva y
hasta esta última. Dicha comunicación deberá practicarse con una anticipación no superior a quince días de aquel
en que se efectúe la elección. si la elección se postergare, el fuero cesará en la fecha en la que debió celebrarse
aquélla.
Esta norma se aplicará también en las elecciones que se deban practicar para renovar parcialmente el directorio.
En una misma empresa, los trabajadores podrán gozar del fuero a que se refiere este artículo, sólo dos veces
durante cada año calendario".
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Por su parte el mismo cuerpo legal citado en su artículo 221, incisos 3º, 4º y 5º establece:
"Los trabajadores que concurran a la constitución de un sindicato de empresa, de establecimiento de empresa o de
un sindicato interempresa, gozan de fuero laboral desde los diez días anteriores a la celebración de la respectiva
asamblea constitutiva y hasta treinta días de realizada. Este fuero no podrá exceder de 40 días.
Los trabajadores que constituyan un sindicato de trabajadores transitorios o eventuales, gozan del fuero a que se
refiere el inciso anterior, hasta el día siguiente de la asamblea constitutiva y se les aplicará a su respecto, lo
dispuesto en el inciso final del artículo 243. Este fuero no excederá de 15 días.
Se aplicará a lo establecido en los dos incisos precedentes, lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 238".
Del análisis conjunto de las normas citadas anteriormente es posible concluir, respecto de la materia que nos ocupa,
que tanto el fuero de los socios que constituyen un sindicato de empresa, de establecimiento de empresa, de un
sindicato interempresa o de trabajadores transitorios o eventuales como, asimismo, el de aquellos trabajadores
candidatos al directorio, de estos mismos sindicatos, sólo puede ser invocado por los trabajadores que han
participado activamente, ya sea como socios constituyentes o como postulantes a la directiva, dos veces en cada
año calendario. De esta forma, el legislador evita la reiteración indefinida de asambleas constitutivas o de elecciones
sindicales reiteradas, lo que podría llegar a implicar que algunos trabajadores gocen de fuero permanente.
Del mismo modo, es posible advertir que el tenor literal de las normas en comento sólo permite concluir que la
limitación establecida en las mismas está dirigida a las personas naturales que en su calidad de trabajadores
deciden constituir organizaciones sindicales o participar como candidatos a directores de las mismas, pero en
ningún caso podría estimarse, como lo señala en su presentación, que esta restricción sea aplicable a la empresa
en donde éstos dependientes laboran, llegando a sostener que sólo las dos primeras constituciones de sindicatos
que se produzcan dentro de un año calendario permitirían gozar del derecho a fuero a los trabajadores que en ella
participan.
Una interpretación distinta a la señalada en el párrafo precedente atentaría contra la garantía constitucional
contenida en el artículo 19, Nº2, de la Constitución Política, la igualdad ante la ley, puesto que privaría a aquellos
trabajadores que no han participado de la constitución de un sindicato o no han postulado como candidatos a un
directorio sindical del legítimo derecho, reconocido ampliamente en nuestra legislación, a fundar las organizaciones
sindicales que estimen conveniente de acuerdo con sus intereses y a postularse como dirigentes de las mismas.
En este mismo orden de ideas, cabe tener presente que nuestra Carta Fundamental, establece en el artículo 19, Nº
26º, que "La Constitución asegura a todas las personas: La seguridad de que los preceptos legales que por mandato
de la Constitución regulen o complementen las garantías que ésta establece o que las limiten en los casos en que
ella lo autoriza, no podrán afectar los derechos en su esencia, ni imponer condiciones, tributos o requisitos que
impidan su libre ejercicio".
En consecuencia, de conformidad con lo expuesto y disposiciones constitucionales y legales citadas, cúmpleme
informar a Ud., que la restricción contenida en el artículo 238, inciso final del Código del Trabajo, en cuanto al
derecho a invocar el beneficio del fuero sólo dos veces en cada año calendario, está dirigida a las personas
naturales que en su calidad de trabajadores deciden constituir sindicatos de aquellos señalados en los incisos 3º y
4º del artículo 221 del mismo cuerpo legal, o participar como candidatos a directores de los mismos.
Le saluda atentamente,
PATRICIA SILVA MELÉNDEZ
ABOGADA
DIRECTORA DEL TRABAJO
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6
3.
Derecho de trabajadora a alimentar a hijos menores de 2 años
ORD. Nº2248/047
MAT.:
1) Protección a la maternidad. Derecho alimentos. Procedencia.
2) Protección a la maternidad. Derecho alimentos. Ejercicio.
3) Protección a la maternidad. Derecho alimentos. Acuerdo. Omision. Efectos.
4) Protección a la maternidad. Derecho alimentos. Jornada Parcial. Otorgamiento.
5) Protección a la maternidad. Derecho alimentos. Trabajadora con más de un empleador.
RDIC.:
Fija sentido y alcance del actual artículo 206 del Código del Trabajo.
ANT.:
1) Pase Nº793, de 01-06-2007, de Directora del Trabajo.
2) Instrucciones verbales de Jefe de Departamento Jurídico, de 17-04-2007.
3) E-mail, de 12- 03- 2007, de Jefe de Departamento Jurídico.
FUENTES: Ley Nº20.166 artículo único.
C. del T. Art. 206.
Convención sobre los Derechos del Niño, art. 3 Nº1 y 2.
SANTIAGO, 19.06.2007
DE : DIRECTORA DEL TRABAJO
A : SR. JEFE DEPARTAMENTO INSPECCIÓN
Se ha estimado necesario fijar el sentido y alcance del actual artículo 206 del Código del Trabajo, que fue sustituido
por el número 2 del artículo único de la Ley Nº20.166, publicada en el Diario Oficial del día 12 de febrero del
presente año.
En primer término y en cuanto a la vigencia de la nueva normativa, es necesario señalar que atendido que la
referida ley no establece un plazo especial de vigencia, ésta rige a partir del 12 de febrero del año en curso, fecha
de su publicación en el Diario Oficial, acorde a lo previsto por el inciso 2º del artículo 7 del Código Civil.
Precisado lo anterior, cumplo con informar a Ud. lo siguiente:
1) El artículo único de la Ley Nº20.166, en su número 2, dispone:
Sustituyese el artículo 206, por el siguiente:
"Las trabajadoras tendrán derecho a disponer, a lo menos, de una hora al día, para dar alimento a sus hijos
menores de dos años. Este derecho podrá ejercerse de alguna de las siguientes formas a acordar con el empleador:
a) En cualquier momento dentro de la jornada de trabajo.
b) Dividiéndolo, a solicitud de la interesada, en dos porciones.
c) Postergando o adelantando en media hora, o en una hora, el inicio o el término de la jornada de trabajo.
Este derecho podrá ser ejercido preferentemente en la sala cuna, o en el lugar en que se encuentre el menor.
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Para todos los efectos legales, el tiempo utilizado se considerará como trabajado.
El derecho a alimentar consagrado en el inciso primero, no podrá ser renunciado en forma alguna y le será aplicable
a toda trabajadora que tenga hijos menores de dos años, aun cuando no goce del derecho a sala cuna, según lo
preceptuado en el artículo 203.
Tratándose de empresas que estén obligadas a lo preceptuado en el artículo 203, el período de tiempo a que se
refiere el inciso primero se ampliará al necesario para el viaje de ida y vuelta de la madre para dar alimentos a sus
hijos. En este caso, el empleador pagará el valor de los pasajes por el transporte que deba emplearse para la ida y
regreso de la madre.''
De la norma legal precedentemente transcrita es posible deducir que la madre trabajadora tiene derecho a disponer
de una hora al día, a lo menos, para dar alimento a sus hijos menores de dos años, tiempo que se considera
trabajado para todos los efectos legales.
Asimismo se colige de ella, que el beneficio de que se trata puede ser ejercido a través de una de las diversas
modalidades que el precepto contempla, la que en todo caso debe ser acordada con el empleador. Ellas son: a) en
cualquier momento dentro de la jornada; b) puede dividírsele, a solicitud de la interesada, en dos porciones de
tiempo, o bien, c) puede postergarse o adelantarse, en una o en media hora, el inicio o el término de la jornada de
trabajo.
De la misma disposición se infiere que el derecho en análisis puede ser ejercido en forma preferente en la sala cuna
o en el lugar en que se encuentre el menor y que no puede ser renunciado en forma alguna.
Finalmente, del precepto en estudio se colige, a la vez, que tratándose de las empresas que están obligadas a
mantener salas cunas, el período de tiempo de que tienen derecho a disponer las trabajadoras para efectos de dar
alimento a sus hijos, se ampliará al necesario para el viaje de ida y vuelta de la madre, estando el empleador
obligado a pagar el valor de los pasajes por el transporte que ésta deba emplear para el viaje de ida y vuelta.
2) Respecto a quienes son beneficiarias de este derecho, cabe señalar que él resulta aplicable a toda trabajadora
que tenga hijos menores de dos años, aún cuando no goce del derecho a sala cuna, que se encuentra contemplado
en el artículo 203 del mismo cuerpo legal.
En otros términos, la norma legal en comento ha hecho extensivo el derecho que antes estaba previsto sólo para
aquellas madres que laboraban en empresas que se encontraban obligadas a tener sala cuna, a todas las
trabajadoras que tengan hijos menores de dos años, aún cuando no gocen del derecho a dicho establecimiento.
3) En cuanto a la forma en que puede ser ejercido el mismo, cabe consignar que acorde a lo previsto en el inciso 1º
de la norma en análisis, puede ser ejercido de alguna de las tres modalidades que ella establece, las que deben ser
acordadas con el empleador, a saber:
a) en cualquier momento dentro de la jornada; b) puede dividírsele, a solicitud de la interesada, en dos porciones de
tiempo, o bien, c)puede postergarse o adelantarse el inicio o el término de la jornada de trabajo, en una o en media
hora.
Ahora bien, como el precepto en estudio establece que cualesquiera de las alternativas que existen para que la
trabajadora ejerza el derecho de que se trata, debe ser acordado con el empleador, cabe preguntarse que sucedería
en el caso de no existir tal acuerdo.
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El análisis de la historia fidedigna del establecimiento de la Ley Nº20.166, norma de interpretación legal prevista en
el inciso 2º del artículo 19 del Código Civil, permite determinar que este derecho a dar alimento fue concebido para
que pudiera llevarse a la práctica mediante alternativas, como una forma de establecer un margen flexible de
negociación entre el empleador y la madre trabajadora, teniendo en consideración no tan sólo la protección de los
derechos de la maternidad en sí, sino que también los derechos del hijo.
En efecto, en la Discusión del Proyecto, en Tercer Trámite Constitucional: Cámara de Diputados, Legislatura 354,
Sesión 123, intervino la Ministra del Servicio Nacional de la Mujer, señora Laura Albornoz, expresando que "la
iniciativa impone a todos los empleadores la obligación de otorgar una porción de tiempo a las trabajadoras para dar
alimento a sus hijos, tenga o no sala cuna." "El proyecto constituye un avance cierto en la protección de los
derechos de la maternidad y, al mismo tiempo, versa sobre la igualdad de oportunidades que debe existir entre
trabajadores y trabajadoras, a la que, como país, nos hemos obligado por la Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación con la mujer, Cedaw, y el Convenio Nº156 sobre trabajadores y trabajadoras con
responsabilidades familiares, de la Organización Internacional del Trabajo.
La alimentación de sus hijos e hijas es un derecho importantísimo de las madres, que excede el campo laboral y
contribuye al futuro del país, porque todos sabemos lo importante que es el apego y la lactancia materna para el
desarrollo de nuestro niños y niñas"...."Con el proyecto queremos garantizar que todas las trabajadoras de Chile, y
no sólo algunas, tengan el derecho de alimentar a sus hijos e hijas.
Por último, es necesario recalcar, como lo dijo la ministra Clarisa Hardy, que la iniciativa forma parte de un proyecto
global del Ejecutivo que tiene por objeto no sólo dar igualdad a los niños desde la cuna, sino además, conciliar la
vida familiar y laboral, para lo cual se humanizarán las normas laborales, pues con ello reconocemos el importante
rol que juega la mujer en nuestra sociedad y contribuimos al desarrollo de nuestros hijos para el futuro."
En otra intervención el H. Diputado Sr. Patricio Vallespín López, expresó: "Estamos trabajando para que el proyecto
llegue a buen término. Como dijo el diputado Moreira, el Senado potenció la idea matriz; precisó y enriqueció su
contenido, pero lo que más hay que resaltar en la iniciativa es su mirada integral. Es un proyecto pro infancia, pro
familia, pro salud, porque al asegurar el amamantamiento se está asegurando la salud del lactante. Además, por
raro que suene, es una medida pro educación, porque las capacidades de aprendizaje aumentan por el solo hecho
de alimentarse con leche materna."
Por su parte el H. Diputado Sr. Carlos Recondo Lavanderos, refiriéndose a las ventajas y valores positivos que
genera el amamantamiento, señaló: "Más allá de que este beneficio esté incorporado en nuestra legislación y de
que sea un derecho plenamente resguardado, sería importante que las empresas lo consideren como parte de su
responsabilidad social. Todos quisiéramos que los valores consagrados en relación con el trabajo de la mujer sean
reconocidos por la empresa sin necesidad de que estén expresamente estipulados por ley. Por eso, más que apelar
a que estos beneficios se incorporen en una ley y se sometan a un proceso de fiscalización, quisiera que se
internalicen, en el rol social que deben cumplir las empresas."
Posteriormente, en este mismo trámite constitucional, cabe destacar la intervención del Ministro del Trabajo y
Previsión Social, Sr. Osvaldo Andrade Lara, quien respondiendo a consultas efectuadas por la H. Diputada señora
Adriana Muñoz, que había planteado que "el empleador bien podría no admitir los procedimientos de acuerdo o bien
condicionarlos a una compensación económica", y que deseaba saber si se contemplaban "algunas medidas para
fiscalizar el cumplimiento del ejercicio del derecho que se consagra para las madres trabajadoras", expresó lo
siguiente:
"En primer lugar, estamos hablando de un derecho que es irrenunciable. En consecuencia, no es posible entregar
ningún tipo de compensación que permita un cumplimiento distinto que no sea, en rigor, el cumplimiento de la ley.
Este proyecto no es más que la reiteración de una norma contenida en el Código del Trabajo."
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"En segundo lugar, respecto de la fiscalización, la alternativa es que la trabajadora y el empleador convengan
alguna de las tres alternativas que entrega la propia ley. De no producirse acuerdo, es decir, de no establecerse de
mutuo acuerdo el método más adecuado, la trabajadora podrá recurrir a la agencia pública que se encarga de este
problema, es decir, la Dirección del Trabajo, para que, constatando el incumplimiento, ésta aplique la multa
correspondiente y, sin perjuicio de ello, ratifique el régimen que la trabajadora haya elegido porque, al fin y al cabo,
es ella la titular del derecho en cuestión". ......" Lo que hace esta iniciativa es establecer métodos concretos para
hacer realidad una norma que resultaba difícil cumplir."......." Lo que hace este proyecto... es explicitar un método
para que la norma y en consecuencia, el derecho que tiene la mujer, pueda materializarse, con una idea central: que
dicho método apunte esencialmente a que la fórmula que se emplee sea más satisfactoria para la mujer y, por lo
mismo, debe ser elegida por ella".
Como en el debate legislativo, que en parte se ha trascrito precedentemente, ha sido recalcado en varias
oportunidades lo beneficioso que resulta para el lactante el proyecto que estaba en discusión, resulta pertinente, a la
vez, tener presente para los efectos que nos ocupan, la Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por
Chile y publicada en el Diario Oficial de 27-09-90, la que en su artículo 3 N°1, establece: "En todas las medidas
concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las
autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el
interés superior del niño."
Por su parte, el N°2 del mismo artículo, dispone: "Los Estados Partes se comprometen a asegurar al niño la
protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus
padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley, y, con ese fin, tomarán todas las medidas
legislativas y administrativas adecuadas."
De todo lo expuesto en los acápites que anteceden, fluye entonces que el derecho que nos ocupa, ha sido
concebido por el legislador para que sea ejercido en forma universal por todas las madres trabajadoras con hijos
menores de dos años, constituyéndose de esta forma en otro derecho protector de la maternidad. Asimismo, se tuvo
en consideración para su establecimiento, todos los beneficios que reporta, tanto para la madre como para el hijo, el
hecho de que este último pueda ser alimentado por un período más prolongado de tiempo directamente por aquella.
Para tal fin, se facilitó su cumplimiento estableciendo las alternativas que anteriormente se han enunciado, dando
así la posibilidad de que se acuerde aquella que sea más beneficiosa para la madre, titular de este derecho
irrenunciable, la que siempre velará por lo que considere más beneficioso para su hijo.
De esta suerte, teniendo en vista lo que se ha pretendido proteger con la dictación de esta norma, no cabe sino
concluir, en opinión de esta Dirección, que siendo la trabajadora la titular del beneficio, a ella le corresponde la
elección de la fórmula que le resulte más adecuada, de manera que en el evento de que no existiera acuerdo con el
empleador en cuanto a la alternativa propuesta por ésta, se configuraría, lógicamente, el incumplimiento de dicho
precepto por parte de este último, factible, de acuerdo a las reglas generales, de ser sancionado por nuestro
Servicio, en virtud de las facultades que le son propias, sin perjuicio de ratificar el régimen que la trabajadora haya
elegido .
4) Respecto a si el derecho que nos ocupa corresponde en el caso de trabajadoras sujetas a jornada parcial, y si
procedería otorgarlo en forma proporcional, cabe manifestar que resulta plenamente aplicable a la nueva normativa,
la doctrina vigente de este Servicio sobre la materia, contenida en el Ordinario Nº2797/140, de 05-05-95, conforme
al cual "no procede otorgar proporcionalmente el tiempo para alimentar a los hijos contemplado en el artículo 206 del
Código del Trabajo, respecto de las trabajadoras con jornada parcial".
Para ello, se tuvo en consideración, entre otros fundamentos, "que el otorgamiento del beneficio en proporción con
la duración de la jornada de trabajo es una modalidad que no puede sostenerse sin expresa disposición de la ley
que lo concede."
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Asimismo, se afirmó en dicho pronunciamiento que " la interpretación anterior aparece también como ajustada al
genuino sentido y alcance de la norma, y se refuerza, con la aplicación del aforismo jurídico denominado argumento
a generale sensu, según el cual no es lícito al intérprete distinguir donde la ley no distingue."
A mayor abundamiento, cabe tener presente que el artículo 40 bis B, del Código del Trabajo, en su inciso 1º,
dispone:
"Los trabajadores a tiempo parcial gozarán de todos los demás derechos que contempla este Código para los
trabajadores a tiempo completo".
De la norma transcrita precedentemente es posible inferir que el legislador ha hecho aplicable expresamente a los
trabajadores de que se trata, todos los derechos de que gozan los trabajadores a tiempo completo.
En otros términos, a estos dependientes les son aplicables todas las reglas generales que contempla el Código,
excepto en aquellas materias que se encuentran especialmente reguladas por el Párrafo 5º, que fuera agregado por
la Ley 19.759, al Capítulo IV, del Título I, del Libro I de dicho cuerpo legal.
Cabe agregar finalmente, que como el actual artículo 206 en estudio, establece diversas alternativas para dar
cumplimiento al derecho que el mismo contempla, ello permite a la madre realizar esta tarea en la forma más
apropiada, según las circunstancias del caso.
Por consiguiente, en relación a este punto, no cabe sino afirmar que las trabajadoras contratadas a tiempo parcial,
tienen derecho al permiso para alimentar a sus hijos que se establece en el artículo 206 del Código del Trabajo y
que el tiempo que abarca el mismo, no corresponde otorgarlo en forma proporcional a su jornada.
5) Finalmente, cabe manifestar que también resulta aplicable a la nueva normativa en análisis, la doctrina contenida
en el Ordinario Nº 4412/250, de 26-08-1999, de esta Dirección, conforme al cual " a la madre trabajadora, que
presta servicios para dos empleadores distintos, le asiste el derecho de exigir a ambos el permiso para dar alimento
a sus hijos."
En efecto, el fundamento básico analizado en dicho pronunciamiento, plenamente aplicable al texto actual del
artículo 206 tantas veces enunciado, fue que en tal caso existían dos relaciones laborales, que al tenor de lo
dispuesto por el artículo 7º del Código del Trabajo, genera respecto de cada una de ellas todos los derechos y
obligaciones propias del contrato de trabajo, encontrándose dentro de éstos el derecho de la trabajadora y la
correlativa obligación del empleador, respecto del beneficio de que se trata, pudiendo, por lo tanto, exigírselo a
ambos.
En consecuencia, sobre la base de las disposiciones legales citadas y consideraciones expuestas, cumplo con
informar a Ud. lo siguiente:
1) El derecho que consagra el inciso 1º del artículo 206 del Código del Trabajo, para que la madre disponga de una
hora al día para dar alimento a sus hijos menores de dos años, es aplicable a toda trabajadora que tenga hijos
menores de esa edad, aún cuando no goce del derecho a sala cuna.
2) La forma en que este beneficio se puede ejercer, es acordando con el empleador cualesquiera de las tres
modalidades consagradas en dicho inciso.
3) En el evento de que no existiera acuerdo en cuanto a la alternativa propuesta por la trabajadora, titular de este
derecho irrenunciable, se configuraría el incumplimiento de este precepto por parte del empleador, factible, de
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acuerdo a las reglas generales, de ser sancionado por nuestro Servicio en virtud de las facultades que le son
propias, sin perjuicio de ratificar el régimen que la trabajadora haya elegido.
4) Las trabajadoras contratadas a tiempo parcial, tienen derecho al permiso para alimentar a sus hijos que se
establece en dicho precepto y el tiempo que abarca el mismo, no corresponde otorgarlo en forma proporcional a su
jornada.
5) A la madre trabajadora que presta servicios para dos empleadores distintos, le asiste el derecho de exigir a
ambos el permiso para dar alimento a sus hijos.
Saluda a Ud.,
PATRICIA SILVA MELÉNDEZ
ABOGADA
DIRECTORA DEL TRABAJO
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4.
Empresa Servicio Transitorio
ORD. Nº2249/048
MAT.:
1) - Empresa de Servicios Transitorios. Contrato de Trabajo de Servicios Transitorios. Jornada de Trabajo.
Estipulación.
- Empresa de Servicios Transitorios. Contrato de Trabajo de Servicios Transitorios. Jornada de Trabajo.
Responsabilidad. Empresa Usuaria.
2) Empresa Usuaria. Sistema Excepcional de distribución de jornada de trabajo y descanso. Trabajador puesto a
disposición. Aplicabilidad.
RDIC.:
1.) La determinación de la jornada de trabajo del trabajador queda entregada a las partes del contrato de trabajo
transitorio, debiendo estipularse la jornada en que el trabajador prestará servicios en la empresa usuaria. Sin
perjuicio que la responsabilidad por el cumplimiento de esa jornada pactada en el contrato de trabajo transitorio
corresponde legalmente a la empresa usuaria.
2.) Si la empresa usuaria ha obtenido un sistema excepcional de jornada de trabajo y de descanso, conforme al
artículo 38 del Código del Trabajo, corresponde aplicar el mismo directamente al trabajador transitorio puesto a
disposición, no siendo necesario, en consecuencia, que la empresa de servicios transitorios obtenga una nueva
autorización para dicho trabajador de aquella que ya ha sido obtenida por la empresa usuaria respectiva. Lo
anterior, sin perjuicio, de que se debe dejar constancia en el contrato de trabajo de dicha circunstancia.
ANT.: Memo Nº33, del Sub- Jeje de División Inspectiva, de fecha 05.03.2007.
FUENTES: Artículos 10 y 183-R y 183-X, del Código del Trabajo.
SANTIAGO, 19.06.2007
DE : DIRECTORA DEL TRABAJO
A : SR. JEFE DEL DEPARTAMENTO DE INSPECCIÓN.
Se ha solicitado a este Servicio, por Memo Nº 33 del Sub Jefe Departamento de Inspección, que se emita un
pronunciamiento referido a si en el contrato de trabajo transitorio las partes deben pactar la jornada de trabajo de la
empresa usuaria en donde se van a prestar los servicios, y si es necesario, en el caso que la usuaria cuente con un
sistema de jornada excepcional, que la empresa de servicios transitorios que le cederá trabajadores, obtenga una
autorización de la misma naturaleza.
Al respecto cumplo con informar a Ud. lo siguiente:
Respecto de la primera cuestión acerca de si las partes deben pactar en el contrato de trabajo transitorio la jornada
de trabajo que el trabajador realizará en la empresa usuraria en que se prestarán las labores, cabe indicar que la
determinación de que tipo de jornada de trabajo y la respectiva distribución de la misma queda entregada a las
partes del contrato de trabajo transitorio, esto es, a la empresa de servicios transitorios y al trabajador respectivo.
En efecto, el artículo 183-R. señala que "el contrato de trabajo de servicios transitorios es una convención en virtud
de la cual un trabajador y una empresa de servicios transitorios se obligan recíprocamente, aquél a ejecutar labores
específicas para una usuaria de dicha empresa, y ésta a pagar la remuneración determinada por el tiempo servido.
El contrato de trabajo de servicios transitorios deberá celebrarse por escrito y contendrá, a lo menos, las menciones
exigidas por el artículo 10 de este Código".
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Dentro de las menciones obligatorias contempladas en el artículo 10, número 5 del Código de Trabajo se encuentra,
precisamente, la "duración y distribución de la jornada de trabajo". Ahora tal como señala la definición legal de
contrato de trabajo transitorio recién citada, la prestación de servicios o labores a las que se obliga el trabajador se
realizarán en la empresa usuaria, debiendo ser, en consecuencia, la jornada pactada por las partes la que
trabajador va a realizar en dicha empresa.
Sin perjuicio de lo anterior, cabe precisar que el trabajador transitorio deberá prestar sus servicios efectivamente en
la empresa usuaria, quien tiene la responsabilidad legal por el cumplimiento de la jornada de trabajo pactada en el
respectivo contrato de trabajo transitorio, de modo tal, que corresponde a un ilícito de la empresa usuaria que el
trabajador cedido preste servicios fuera o en exceso de la jornada de trabajo pactada por las partes del contrato de
trabajo transitorio.
Así lo dispone el artículo 183 X.- del Código del Trabajo, que señala que " La usuaria deberá cumplir íntegramente
con las condiciones convenidas entre el trabajador y la empresa de servicios transitorios relativas a la prestación de
los servicios, tales como duración de la jornada de trabajo, descansos diarios y semanales, naturaleza de los
servicios y lugar de prestación de los mismos".
Respecto de la segunda cuestión planteada, referida a la necesidad legal de que, en el caso de que la empresa
usuaria cuente con un sistema de jornada excepcional de trabajo, la empresa de servicios transitorios que cederá
trabajadores a la primera, obtenga una autorización del mismo tipo y naturaleza, cabe señalar lo siguiente:
El artículo 38 del Código del Trabajo, en su inciso sexto, dispone:
"Con todo, el Director del Trabajo podrá autorizar en casos calificados y mediante resolución fundada, el
establecimiento de sistemas excepcionales de distribución de jornadas de trabajo y descansos cuando lo dispuesto
en este artículo no pudiere aplicarse, atendidas las especiales características de la prestación de servicios y se
hubieran constatados, mediante fiscalización, que las condiciones de higiene y seguridad son compatibles con el
referido sistema".
De la norma legal precedentemente anotada fluye que el Director del Trabajo se encuentra facultado para autorizar
respecto de trabajadores que laboran en empresas exceptuadas del descanso dominical, mediante resolución
fundada y solamente en casos calificados, sistemas excepcionales de distribución de la jornada de trabajo y de los
descansos cuando por la naturaleza y características de la respectiva prestación de servicios no fuere posible dar
cumplimiento a las exigencias previstas en los incisos anteriores de dicho precepto, en orden a la oportunidad en
que deben concederse los descansos compensatorios por los días domingo y festivos laborados por los respectivos
dependientes.
Al respecto este Servicio ha señalado en dictamen Nº 2873/134, del 01.08.2001, "que las empresas que reciban la
señalada autorización administrativa, se encuentran facultadas para aplicar el sistema excepcional de que se trata
respecto de los dependientes que se desempeñan actualmente en la empresa respectiva, independientemente que
éstos sean o no los mismos que conformaban la dotación de éste a la fecha de la citada autorización".
En ese mismo sentido, el pronunciamiento citado aclara que la autorización de que se trata rige para el personal que
se desempeñe o pase a desempeñarse en la obra o faena a que se refiera la autorización solicitada, ya que de lo
contrario, significaría que cada vez que se produzca una alteración de la dotación primitiva debería requerirse una
nueva autorización, lo que resultaría jurídicamente improcedente e innecesario.
Precisado lo anterior, cabe señalar que el nuevo párrafo 2º del Titulo VII del Libro I del Código del Trabajo, que viene
a alterar las reglas generales sobre la condición de empleador, especialmente lo dispuesto en el artículo 3 del
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Código del Trabajo, que señala que tiene dicha calidad "la persona natural o jurídica que utiliza los servicio
intelectuales o materiales de una o más personas en virtud de un contrato de trabajo".
En efecto, el trabajador transitorio, será contratado por una empresa de servicios transitorios, quien tendrá la calidad
de empleador para todos los efectos legales, pero prestará servicios efectivos en la empresa usuaria. Tal como
señala la ley el contrato de trabajo transitorio " es una convención en virtud de la cual un trabajador y una empresa
de servicios transitorios se obligan recíprocamente, aquél a ejecutar labores específicas para una usuaria de dicha
empresa, y ésta a pagar la remuneración determinada por el tiempo servido" (artículo 183-R, inciso primero, del
Código del Trabajo).
Se trata, en consecuencia, de una regulación excepcional, que altera las reglas generales acerca de quien debe ser
considerado empleador, ya que en los casos de suministro o cesión de trabajadores por vía de una empresa de
servicios transitorios, se considerará como tal a la está ultima, sin perjuicio de que el trabajador se desempeñara
bajo la subordinación o dependencia efectiva de la empresa usuaria.
Por lo anterior, es que la propia ley señala que el trabajador quedará afecto al sistema de trabajo de la empresa
usuaria, atendido que, según lo dispuesto en el inciso primero del artículo 183-X " La usuaria tendrá la facultad de
organizar y dirigir el trabajo, dentro del ámbito de las funciones para las cuales el trabajador fue puesto a su
disposición por la empresa de servicios transitorios. Además, el trabajador de servicios transitorios quedará sujeto al
reglamento de orden, seguridad e higiene de la usuaria, el que deberá ser puesto en su conocimiento mediante la
entrega de un ejemplar impreso, en conformidad a lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 156 de este
Código".
Y precisamente porque el trabajo se va a prestar bajo la dirección de la empresa usuaria, es que le corresponde el
control de la jornada de trabajo y los descansos, según señala el artículo 183 W.- del Código del Trabajo: "será
obligación de la usuaria controlar la asistencia del trabajador de servicios transitorios y poner a disposición de la
empresa de servicios transitorios copia del registro respectivo".
"En el registro se indicará, a lo menos, el nombre y apellido del trabajador de servicios transitorios, nombre o razón
social y domicilio de la empresa de servicios transitorios y de la usuaria, y diariamente las horas de ingreso y salida
del trabajador".
En ese sentido, de una interpretación armónica de las disposiciones legales recién citadas, se sigue que el
trabajador transitorio que celebra el contrato de trabajo transitorio con una EST, va a prestar servicios efectivos en la
empresa usuaria, debiendo, en consecuencia, someterse al régimen de trabajo de la misma. De ahí, entre otras
cosas, que el trabajador quede afecto al poder de mando de la empresa usuaria y le sean aplicables las normas del
reglamento de higiene y seguridad de la empresa usuaria, y que esta empresa sea la encargada de controlar el
registro de asistencia.
De este modo, y en concordancia con lo recién señalado, si la empresa usuaria ha obtenido un sistema excepcional
de jornada de trabajo y de descanso, conforme al artículo 38 del Código del Trabajo, corresponde aplicar el mismo
directamente al trabajador transitorio cedido por una empresa de servicios transitorios, toda vez que este trabajador
se va a desempeñar efectivamente al interior del proceso productivo de la empresa usuaria, quedando afecto,
precisamente, al régimen legal de jornada de los trabajadores de esta empresa. Lo anterior, sin perjuicio, de que
deben dejar constancia en el contrato de trabajo transitorio respectivo del hecho de que la empresa usuaria se
encuentra en un sistema excepcional de jornada de trabajo y descansos.
En conclusión, de las consideraciones de derecho arriba transcritas es posible concluir lo siguiente:
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1.) La determinación de la jornada de trabajo del trabajador queda entregada a las partes del contrato de trabajo
transitorio, debiendo estipularse la jornada de trabajo en que el trabajador prestará servicios en la empresa usuaria.
Sin perjuicio que la responsabilidad por el cumplimiento de esa jornada pactada en el contrato de trabajo transitorio
corresponde legalmente a la empresa usuaria.
2.) Si la empresa usuaria ha obtenido un sistema excepcional de jornada de trabajo y de descanso, conforme al
artículo 38 del Código del Trabajo, corresponde aplicar el mismo directamente al trabajador transitorio puesto a
disposición, no siendo necesario, en consecuencia, que la empresa de servicios transitorios obtenga una nueva
autorización para dicho trabajador de aquella que ya ha sido obtenida por la empresa usuaria respectiva. Lo
anterior, sin perjuicio, de que se debe dejar constancia en el contrato de trabajo de dicha circunstancia.
Saluda a Ud.,
PATRICIA SILVA MELENDEZ
ABOGADA
DIRECTORA DEL TRABAJO
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FALLOS PODER JUDICIAL
1.
Ley de Subcontratación. Simulación. Facultades de la Dirección del Trabajo.
1.
Protección ABC Santiago
Santiago, veintinueve de mayo de dos mil siete
VISTOS:
A fojas 1 recurren de protección doña Carmen Rodillo Noguero y don Rodrigo Antonio Libano Gana, factores de
comercio, en representación de las empresas ABC Comercial Limitada y Distribuidora de Industrias Nacionales S.A.
(DIN S.A.), ambas del giro de multitiendas, domiciliadas en calle Nueva de Lyon 72, pisos 5º y 6º, de esta ciudad,
contra la Dirección del Trabajo, representada por su Directora doña Patricia Silva Meléndez, con domicilio en calle
Agustinas 1253, Santiago, por los actos ilegales y arbitrarios en que habría incurrido esta última que infringirían
respecto de las recurrentes las garantías constitucionales contempladas en los números 3º, inciso cuarto, 24º y 21º
del artículo 19 de la Constitución política del Estado.
Explican las recurrentes que son multitiendas que pertenecen a un solo dueño y tienen locales o establecimientos
distribuidos a lo largo de todo el país. Es el caso que inspectores provinciales y comunales dependientes de la
repartición pública recurrida, con fechas 26 y 27 de marzo del presente año 2007, han amenazado establecimientos
pertenecientes a ambas cadenas ubicados en las ciudades de Cauquenes, La Serena y Copiapó, con aplicarles
elevadísimas multas, que sobrepasan en tres veces el máximo legal, si no proceden a contratar a ciertos
trabajadores que en la realidad no prestan servicios a esas multitiendas, que carecen de todo vínculo con ellas,
limitándose a ser promotores de teléfonos celulares de diversas compañías de telecomunicaciones tales como
ENTEL PCS S.A., MOVISTAR, VTR o CLARO, los que no efectúan ventas de los aparatos celulares que promueven
sino que se limitan a prestar servicios técnicos mínimos y a explicar al público las bondades de los productos que
promueven por cuenta de distribuidores de las mencionadas compañías de teléfonos móviles, en términos que si un
cliente decide comprar uno de esos aparatos debe dirigirse a personal de la tienda sin cerrar el negocio con el
promotor. Así, esos promotores son dependientes de un tercero, el mencionado promotor, y no de ABC Comercial
Limitada ni de DIN S.A., quienes se limitan a arrendar o facilitar un espacio dentro de sus tiendas al tercero
distribuidor de la respectiva marca de telefonía celular, de modo que tales promotores no brindan servicio alguno
para sus representadas y ni siquiera venden los artículos que promocionan, lo que deja en evidencia que no
mantienen vínculo jurídico alguno con ellas.
Señalan las recurrentes que los inspectores del trabajo no se han limitado a amenazar con una multa a ambas
tiendas sino que pretenden cursar una por cada una de las supuestas infracciones, que hacen descansar en la ley
de subcontratación y en una supuesta simulación, inexistente, aplicando por cada caso una multa de un monto de
300 UTM en circunstancias que el máximo previsto por el artículo 478 del Código del Trabajo es de sólo 100 UTM.
Explican que si bien las multas cursadas por la Dirección del Trabajo son reclamables ante los jueces del trabajo, lo
cierto es que para ejercer ese derecho es necesario consignar un tercio de la multa en cuestión, en cada caso
reclamado, lo que en la especie significaría consignar una cantidad superior a los tres millones de pesos por cada
multa, lo que resulta imposible para las reclamantes. Por ese motivo y atendido que el recurso de protección por su
naturaleza tiende a adoptar las providencias rápidas y necesarias para establecer el imperio del derecho sin
perjuicio de las demás acciones que puedan ejercerse ante otras autoridades incluso las judiciales, recurren de
protección en este caso , ya que proyectado este caso a la cantidad de supuestas infracciones y a los 150 locales
que poseen, la cantidad a consignar resulta exorbitante.
Ahora bien, expresan, pese a que una multa semejante se encuentra reclamada ante la justicia laboral de
Rancagua, el caso es que los fiscalizadores de la recurrida insisten en sancionar a sus representadas local por local,
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como es el caso de la especie, arrogándose facultades de las que carecen como es interpretar contratos y dirimir
supuestas controversias, en términos que actuando ilegalmente al arrogarse funciones o competencia de la que
carecen, aparte de cometer errores en la interpretación de los antecedentes, se les está aplicando multas
absolutamente improcedentes, tanto por tratarse de hechos que no implican subcontratación ni constituyen
simulación como porque en la cuantía de las multas las exceden al máximo legal permitido, las que amenazan
aplicar si no se contrata a los promotores aludidos en el plazo fatal de cinco días.
Especifican que en el caso de DIN S.A. de Copiapó se trata de tres trabajadores contratados como promotores de
teléfonos celulares por agencias contratadas al efecto por MOVISTAR, CLARO y ENTEL PCS.
En el caso de DIN S.A. de la ciudad de La Serena, se trata de un promotor contratado por la Agencia Promolink S.A.
por cuenta de MOVISTAR.
Respecto de ABC de Cauquenes, también se trata de un solo un promotor contratado por la Agencia Promolink S.A.
por cuenta de MOVISTAR.
Finalmente en el caso de ABC de La Serena se trata de tres trabajadores contratados como promotores también por
Promolink S.A.; MAM PROMOCIONES LTDA y DISMACO S.A. por cuenta de MOVISTAR, SINGER y TOYOTA,
respectivamente.
Los mencionados promotores prestan servicios a las referidas empresas, con las que las recurrentes no mantienen
otro vínculo que no sea el de proveedores de los artículos que son objeto de promoción, son pagados por las
empresas que los contratan como proveedores (lo que resulta claramente establecido en los contratos que
acompañan) y nada tienen que ver con ABC Limitada ni con DIN S.A.
Aunque tales antecedentes se pusieron a disposición de los fiscalizadores, éstos no atendieron razones
manifestando que si no se procedía a escriturar los contratos con esos proveedores como ellos requieren, se
procedería a sancionar a las recurrentes por “no escriturar contratos de trabajo” y por “simulación” con las multas
previstas en los artículos 477 y 478 del Código del Trabajo, respectivamente.
Lo anterior, estiman las recurrentes, es claramente ilegal y arbitrario, ya que en parte alguna de nuestro
ordenamiento jurídico se reconoce a tales fiscalizadores competencia de ninguna especie para juzgar, calificar o
interpretar el objeto, causa o contenido de contratos comerciales celebrados entre empresas distintas, ni los de los
contratos celebrados entre dichas empresas y sus trabajadores y, menos aún, para establecer la existencia de
presuntos vínculos laborales donde no existen y en cambio se encuentran perfecta y válidamente escriturados con
terceros que son sus verdaderos y únicos empleadores.
Sin perjuicio de que los fiscalizadores en todos los casos denunciados excedieron claramente su ámbito de
competencia, invadiendo la esfera de los tribunales de justicia, ya que actuaron al margen de las facultades que les
otorga el Código del Trabajo y el DFL 2 Ley Orgánica de la Dirección del Trabajo, y precisamente a raíz de ello, los
hechos expuestos configuran infracción, respecto de las recurrentes, de las siguientes garantías contempladas en el
artículo 19 de la Constitución Política del Estado:
a) Importando lo actuado un verdadero juzgamiento a la recurrente, se habría infringido el inciso cuarto del
numeral 3º del mencionado artículo, esto es, el derecho a no ser juzgado por comisiones especiales sino
por el tribunal que señale la Ley y que se halle establecido con anterioridad por ésta.
La recurrida invadió la competencia de los tribunales del trabajo al entrar a calificar y juzgar los hechos
referidos, declarando ella la existencia de una simulación y privando a las recurrentes de su derecho a ser
oída por un tribunal imparcial en el marco de un debido proceso;
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b) La garantía del derecho de dominio contenida en el numeral 24º del referido artículo constitucional, al
cursar multas por 300 UTM por cada caso y local, en circunstancias que el máximo legal es de sólo 100
UTM, lo que priva a las empresas sancionadas, ilegítima y arbitrariamente, de parte significativa de su
patrimonio, llegando al extremo de una verdadera expropiación; y
c) La garantía prevista en el numeral 21 del mencionado artículo constitucional, esto es, el derecho a
desarrollar cualquier actividad económica que no sea contraria a la moral, el orden público y la seguridad
nacional, respetando las normas legales que la regulen.
Es indudable, sostienen las recurrentes, que proveedores ajenos a esas empresas, destaquen las bondades de los
productos que promueven, priva a las recurrentes del legítimo ejercicio de su facultad de permitir en sus locales el
desarrollo de una práctica comercial universalmente aplicada que le permite vincularse con otras firmas comerciales
y desenvolverse eficazmente en el mercado sin menoscabo alguno del promotor.
Acompaña Actas de Constatación de Hechos emitidas por los fiscalizadores de la recurrida en las fechas a que se
refiere el presente recurso; contratos de trabajo de la empresa Promolink S.A.; contratos de trabajo de la Empresa
Complementos de Chile S.A.; Contrato de Trabajo de la empresa MAM Promociones Limitada ; y contrato de trabajo
de la empresa DISMACO S.A., todos referAcompaña Actas de Constatación de Hechos emitidas por los
fiscalizadores de la recurrida en las fechas a que se refiere el presente recurso; contratos de trabajo de la empresa
Promolink S.A.; contratos de trabajo de la Empresa Complementos de Chile S.A.; Contrato de Trabajo de la
empresa MAM Promociones Limitada ; y contrato de trabajo de la empresa DISMACO S.A., todos referidos a los
trabajadores objeto de la inspección denunciada y que la recurrida pretende simulados y que sean contratados por
las recurrentes.
A fojas 81 doña María Consuelo Zanzo García, actuando por la Dirección recurrida, informa este recurso, alegando
en lo principal de su libelo, la incompetencia de esta I. Corte para conocerlo, atendido que los hechos denunciados
habrían tenido lugar en las Tercera, Cuarta y Séptima Regiones, respectivamente, por lo que los actos denunciados
no se habrían cometido en esta jurisdicción y por ende, conforme al número 1º del Auto Acordado de la
Excelentísima Corte Suprema sobre el particular, la Corte de Apelaciones de Santiago sería incompetente.
Por el otrosí de su informe, en subsidio de lo anterior, afirma que efectivamente la fiscalización que dio origen a los
hechos denunciados fue producto de una instrucción o programa impartido por la Dirección nacional del Trabajo a
todas sus oficinas del país, definiendo a los sujetos que debían ser fiscalizados, entre éstos las Grandes Tiendas,
recomendando especial cuidado de contemplar sectores y funciones en que claramente existiera suministro
permanente de trabajadores.
Esta fiscalización especial se llevó a efecto entre el 14 de enero y el 31 de marzo del presente año 2007, conforme
Circular número 4 de 12 de enero de 2007 de la Dirección del Trabajo, controlándose el cumplimiento de las normas
legales que regulan el trabajo de subcontratación de diversos sectores productivos de todo Chile.
En lo que respecta a los hechos objeto del recurso, informa que las empresas ABC y DIN S.A. en sus distintos
locales comerciales a lo largo del país, fueron sorprendidas incumpliendo las disposiciones legales contenidas en la
ley 20.123. En lo que concierne a ABC, se fiscalizaron, entre otros, los locales de las ciudades de Cauquenes y de
la Serena, constatándose infracción a lo previsto en el artículo 183 A inciso rimero del Código del Trabajo que
afectaba a tres trabajadores; en cuanto a la empresa DIN S.A. se fiscalizó en los locales de las ciudades de Copiapó
y La Serena, afectándose a un total de cuatro trabajadores, agregando que los fiscalizadores constataron que los
trabajadores involucrados se desempeñaban en las dependencias de todos los locales señalados promocionando
telefonía celular de distintas marcas, los que si bien a la sazón tenían suscritos contratos de trabajo con empresas
tales como agencias de cuenta de las empresas MOVISTAR, CLARO y ENTEL PCS, PROMOLINK S.A., MAM
PROMOCIONES LTDA y DISMACO S.A., existía a su respecto una situación de subordinación y dependencia para
con la empresa principal, a saber ABC y DIN.
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Agrega que tales hechos resultan constatados por los propios dichos de la recurrente, en el recurso, ya que si bien
niega toda relación jurídica con esos trabajadores, reconoce que existiría un vínculo comercial con los proveedores
de los artículos promovidos, y éstos al venderse, la venta sería ejecutada por los vendedores del respectivo local, de
lo que se desprendería que la única y real beneficiada con el trabajo de promoción de los promotores serían ABC y
DIN S.A. respectivamente.
Frente a esta situación se instruyó a las empresas recurrentes escriturar los contratos de trabajo con los señalados
trabajadores dentro de un plazo perentorio, bajo apercibimiento de multa, de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 183 A inciso segundo del Código del Trabajo, no allanándose las empresas fiscalizadas.
El informe pone especial énfasis en que conforme lo constatado por los fiscalizadores, son las empresas
fiscalizadas recurrentes las que en los hechos utilizan y se benefician directamente de los servicios prestados por
dichos dependientes (los promotores), los que se encuentran bajo dependencia y subordinación de las recurrentes,
a través del cumplimiento de un horario y jornada, teniendo la supervigilancia del encargado de la respectiva tienda.
Analiza el artículo 183 A del Código del Trabajo, concluyendo que no nos encontramos en presencia de un trabajo
en régimen de subcontratación, sino frente a un ?suministro ilegal de trabajadores? sancionado como tal por la
nueva normativa que regula la materia, siendo responsable el dueño de la obra de cumplir con la contratación y
soportar las sanciones, el que en este caso sería el dueño de la tienda conforme al nuevo inciso 1º del artículo 478
del Código del Trabajo.
Aclara que la propia Ley otorga competencia en esta materia a la DirecciAclara que la propia Ley otorga
competencia en esta materia a la Dirección del Trabajo.
El informe se extiende, luego, sobre la legalidad de las actuaciones por las que se recurre, y reitera la competencia
de la Inspección del Trabajo para dictar las Constataciones de Hechos recurridas (a nivel de amenaza) analizando
las garantías constitucionales invocadas enfatizando, a juicio de la informante que en la especie no existiría acto
ilegal ni arbitrario, por cuanto la normativa que rige a la Dirección del Trabajo como ente fiscalizador que integra la
Administración Pública funcionalmente descentralizadas, está dotada por su Ley Orgánica, DFL 3551 artículo 2º, de
potestades de fiscalización e interpretación de la normativa laboral, párrafo que desarrolla in extenso, reconociendo
que los actos recurridos fueron las diversas actas de constatación de hechos, propias de las fiscalizaciones en
cumplimiento de la Ley 20.123, y que estas actas constituyen un mero acto preparatorio, siendo impugnables por la
vía contenciosa administrativa únicamente los actos administrativos terminales, excluyéndose los preparatorios por
carecer de eficacia los primeros en la creación de derechos y obligaciones en tanto no completen su proceso de
formación. Advierte que el hecho de que el recurso de autos proceda aún en caso de amenaza de los derechos, no
contradice el principio reseñado, porque (en su opinión), sólo puede amenazarse los derechos a través de
decisiones definitivas, las que en la especie no se han emitido. Cita jurisprudencia a este respecto emanada de una
sentencia de la Corte de Apelaciones de Punta Arenas.
Por lo expuesto, estima que habiendo actuado los fiscalizadores dentro de su competencia, en ejercicio de un
mandato legal que lo permite, no existen la ilegalidad ni la arbitrariedad que se pretende denunciar, y por ende no
existirían las amenazas a los derechos constitucionales que invocan las recurridas, dejando constancia de que los
actos de fiscalización no implican actos de juzgamiento propiamente jurisdiccional, ya que no producen cosa
juzgada, puesto que las actas de constatación de hechos se mantienen dentro del principio de legalidad y, además,
siempre pueden ser reclamadas y revisadas jurisdiccionalmente, ya que el ejercicio de la potestad de los
fiscalizadores no se opone ni interfiere en las atribuciones del Poder Judicial. Tampoco se habría infringido el
derecho de propiedad, porque las simples actas de constataciPor lo expuesto, estima que habiendo actuado los fisc
alizadores dentro de su competencia, en ejercicio de un mandato legal que lo permite, no existen la ilegalidad ni la
arbitrariedad que se pretende denunciar, y por ende no existirían las amenazas a los derechos constitucionales que
invocan las recurridas, dejando constancia de que los actos de fiscalización no implican actos de juzgamiento
propiamente jurisdiccional, ya que no producen cosa juzgada, puesto que las actas de constatación de hechos se
mantienen dentro del principio de legalidad y, además, siempre pueden ser reclamadas y revisadas
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jurisdiccionalmente, ya que el ejercicio de la potestad de los fiscalizadores no se opone ni interfiere en las
atribuciones del Poder Judicial. Tampoco se habría infringido el derecho de propiedad, porque las simples actas de
constatación de hechos que dan cuenta de un aserto relativo al posible incumplimiento de una normativa laboral, no
pueden atentar contra tal garantía constitucional y, por último, tampoco se divisaría infracción al libre desarrollo de
cualquier actividad lícita, desde que el ejercicio de este derecho se subordina a que se ejerza con respeto a las
normas que lo regulan, lo que no habría sucedido en la especie.
Se trajeron los autos en relación, escuchándose alegatos de ambas partes.
Y teniendo presente:
1º.- Que disponiendo el artículo 20 de la Constitución Política de la República que el Recurso de Protección debe
interponerse ante la Corte de Apelaciones respectiva y ésta es, conforme al Auto Acordado de la Excelentísima
Corte Suprema, aquella en cuyo territorio se ha cometido el acto o incurrido en la omisión reclamada, esta Corte es
competente para conocer del presente Recurso por cuanto el hecho que le dio origen es un instructivo dictado por la
Dirección General del Trabajo, cuyo domicilio se encuentra en Santiago, según lo reconoce el informe de la propia
entidad recurrida, motivo por el que esta excepción será rechazada;
2º.- Que, como la Excma. Corte Suprema de Justicia ha sostenido en forma reiterada, el artículo 2º del Código del
Trabajo, junto con reconocer la función social que cumple el trabajo, otorga al Estado la misión de amparar al
trabajador en su derecho a elegir libremente su empleo y, además, la de velar por el cumplimiento de las normas
que regulan la prestación de los servicios, labor esta última que corresponde cautelar, en representación del Estado,
a la Dirección del Trabajo y en cuya virtud, especialmente en lo que al actual recurso interesa, ésta debe fiscalizar la
aplicación de la ley laboral;
3º.- Que el Tribunal Superior ha esclarecido que tales facultades deben ejercerse sólo cuando dicho servicio se
encuentre frente a situaciones de infracción a las normas laborales, o sea, cuando en su actividad de fiscalización
se sorprendan ilegalidades claras, precisas y determinadas;
4º.- Que, pese a que el informe de la recurrida fue entregado sin su página 5, puede comprenderse perfectamente
bien que en el caso de autos no se cumple con lo comentado en los motivos anteriores, por cuanto como aparece
claramente de los antecedentes, los fiscalizadores han entrado a interpretar no leyes ni normas reglamentarias sino
determinados contratos y, sin efectuar análisis alguno de los mismos, entran a presumir uniformemente en cada
ciudad en que desempeñaron la fiscalización a que se refiere este recurso, que tales contratos son simulados y, aún
más, que ellos configuran suministro ilegal de trabajadores, todo a partir de una presunción sin base legal, fáctica ni
lógica alguna, como es presumir estado de dependencia laboral por el solo hecho de que el presunto empleador sea
quien emite una factura de venta y porque los trabajadores deban respetar los horarios de funcionamiento de la
tienda donde se desempeñan a nombre y por cuenta de su verdadero empleador que no es el dueño ni el
encargado de la respectiva tienda. Sin necesidad de entrar a calificar los contratos de autos, materia que deberá
desentrañar el juez del trabajo respectivo, resulta en todo caso obvio para cualquier persona que la sola facturación
de una venta no es motivo suficiente para calificar al vendedor como trabajador dependiente del dueño o encargado
de la tienda que factura, y tal hecho no es materia tampoco que pueda entrar a calificar la Dirección del Trabajo, e
igualmente obvio es que cualquier persona sea o no dependiente de una determinada tienda, no podrá ingresar a
ella ni permanecer en sus dependencias en horas en las que dicha tienda permanezca cerrada, no existiendo por lo
demás en autos otro antecedente que permita aseverar como lo hace la informante, que los promotores a que se
refiere este recurso obedecían órdenes de los jefes de las tiendas en las que ocupaban puntos facilitados para la
promoción de los productos a su cargo, salvo el respeto a las normas de Higiene y Seguridad correspondientes
pues ellas son obligatorias para cualquier persona, sea o no dependiente, que trabaje en la respectiva empresa;
5º.- Que cabe tener presente que la Dirección recurrida no efectúa análisis alguno de los documentos agregados a
fojas 29, relativo al contrato de prestación de servicios entre CLARO Y COMPANIA y COMPLEMENTOS CHILE
S.A. en el que se define la franquicia o contrato de prestación de servicios de distribución celebrado entre ambas
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compañías para entregar el servicio de distribución, promoción, venta y mantención de los productos de CLARO en
el o los puntos de venta, elegidos por ésta, pero con personal de la distribuidora Complementos Chile S.A.
debidamente capacitado por CLARO para efectuar esa labor, servicio que se presta al interior de las tiendas ABC o
DIN en la ciudad de Rancagua, de acuerdo a los requerimientos de Claro y Compañía; tampoco lo hace respecto del
contrato agregado a fojas 30, que versa sobre la franquicia otorgada por TELEFONICA MOVILES DE CHILE S.A. a
PROMOLINKS S.A., en idénticas condiciones del primero, destacándose en éste que la empresa franquiciada posee
personal propio, el que es capacitado por Telefónica Móviles de Chile S.A., pudiendo cumplir su labor de promoción
en espacios propios del franquiciado o bien de terceros, previa autorización de la telefónica que puede otorgarla o
no a su solo arbitrio, considerándose una práctica desleal el que el franquiciado delegue sus funciones de
distribuidor en terceros no autorizados por ella, lo que conlleva el término ipso facto de la franquicia e, incluso más,
el franquiciado se obliga a no comercializar los productos de la empresa telefónica fuera de los recintos autorizados
u otras formas de comercialización de aquellas expresamente autorizadas, siéndole prohibido valerse de
subcontratistas y siendo responsable personalmente de la custodia todos los equipos que comercialice y además,
único responsable de su propio personal, respecto del cual el franquiciado se compromete a mantener un estricto
control en cumplimiento del contrato a fin de evitar la utilización de actos indebidos de comercialización; ni tampoco
se analiza el agregado a fojas 50, Contrato de Prestación de Servicios de P romoción y Venta entre ENTEL PCS y
TRADE MARKETING SOLUTIONS S.A., prácticamente idéntico al anterior, etc?lo que implica que tales
antecedentes fundamentales para la debida fiscalización del cumplimiento de la Ley de Subcontratación el personal
fiscalizador no lo consideró ni menos lo investigó como correspondía;
6°.- Que, acorde con anterior, lo constatado por los fiscalizadores de la recurrida se relaciona no con la
interpretación de un texto legal respecto de un sujeto que esté en clara infracción legal, sino con derechos que,
aparte de involucrar a terceros que no han sido debidamente considerados pese a las gravísimas imputaciones que
se formulan a sus contratos, son objeto de discusión entre la Dirección recurrida y al menos las tiendas ABC y DIN
S.A., siendo por tanto un asunto en el que existen involucradas situaciones de hecho y de derecho que es necesario
analizar, debatir y probar ante la autoridad jurisdiccional pertinente, en un procedimiento contencioso de lato
conocimiento, que otorgue a las partes en conflicto la posibilidad de accionar, excepcionarse, rendir sus probanzas,
debatir, argumentar y deducir los recursos que sean del caso;
7º.- Que de lo expresado se desprende que la recurrida se arrogó facultades propias y excluyentes de los tribunales
de justicia competentes en dicha materia, que son los juzgados del trabajo, al interpretar contratos de trabajo a
través de sus fiscalizadores en las ciudades de Copiapó, La Serena y Cauquenes, concluyendo sin que medie el
debido proceso que dichos contratos son simulados para cometer el ilícito de proveer ilegalmente trabajadores a un
tercero, y que los trabajadores cuestionados por la Dirección del Trabajo recurrida, mantienen vínculo de
subordinación y dependencia con ABC Comercial Limitada o con DIN S.A., esto es, con las empresas recurrentes y
multar a estas tiendas o amenazarlas con multas sin que lo ordene una sentencia de órgano competente;
En efecto, conforme con lo dispuesto por el artículo 420 del Código del Trabajo, corresponde a los juzgados del
trabajo y no a la Dirección del Trabajo, conocer de las cuestiones o controversias suscitadas entre empleadores y
trabajadores por aplicación de las normas laborales o derivadas de la interpretación y aplicación de los contratos
individuales del trabajo como también de los convenios y contratos colectivos laborales;
8º.- Que, de los motivos anteriores aparece de manifiesto que la Dirección del Trabajo recurrida, incurrió a través de
sus fiscalizadores y en cumplimiento de n arden emanada de ella, en una actuación ilegal que lesiona, a nivel de
amenaza, la garantía constitucional contemplada en el artículo 19 Nº 3, inciso 4º, de la Constitución Política de la
República, ya que nadie puede ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que señale la ley y que se
halle establecido con anterioridad por ésta, lo que no ha sido el caso, puesto que la Inspección recurrida asumió, en
la práctica, la función que corresponde a los tribunales al decidir como lo hizo -según quedó consignado- todo lo
que, sin lugar a discusión, resulta propio que se efectúe en el curso de un proceso jurisdiccional; infringió asimismo
el mismo artículo en su número 21, pues al calificar sin facultad alguna para ello una relación comercial como ilícita,
entorpeció su normal desarrollo; e infringió además el número 24 de esa disposición que se refiere al derecho de
dominio en todas sus especies, al amenazar con aplicar multas anormalmente altas a una situación que no le
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correspondía calificar sino simplemente denunciar al órgano jurisdiccional competente si efectivamente la estima
irregular;
9º.- Que, con lo expresado en los motivos anteriores, el recurso interpuesto en estos autos resulta procedente y
debe ser acogido.
De conformidad, además, con lo que disponen el artículo 20 de la Constitución Política de la República y el Auto
Acordado de la Excma. Corte Suprema, sobre tramitación del Recurso de Protección, se declara:
a) Que se rechaza la excepción de incompetencia opuesta por la Recurrida; y
b) Que se acoge, la acción cautelar de protección deducida en lo principal de la presentación de fs. 1, dejándose,
en consecuencia, sin efecto la Resolución Administrativa de Multa número 7632/07/55 de fecha 26 de marzo del año
2007, cursada en la ciudad de Cauquenes, dictada por la Inspección del Trabajo de esa ciudad, y Actas de
Constatación de Hechos y Formalización de Trabajadores cursadas en la ciudad de La Serena y Copiapó a ABC
Comercial Limitada y a DIN S.A. con fecha 26 y 27 de marzo del presente año 2007 por la Inspección del Trabajo de
esas ciudades; y
c) Que cada parte pagará sus costas.
Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad.
Redacción del abogado integrante don Marcos Horacio Thomas Dublé.
N° 1714 - 2007.
Pronunciada por la Octava Sala de esta Corte de Apelaciones de Santiago, presidida por el ministro señor Raúl
Héctor Rocha Pérez e integrada por el ministro señor Mario Rojas González y abogado integrante señor Marcos
Thomas Duble.
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2.
Protección Tricot La Serena
RECURSO DE PROTECCION
INT. POR JORGE GOMPERTZ PUMARINO EN REP. DE TRICOT S.A. CONTRA LA INSPECCION PROVINCIAL
DEL TRABAJO DE LIMARI (OVALLE) REP. POR ABDON ANAIS ROJAS Y CONTRA LA FISCALIZADORA
JACQUELINE MOLINA VEGA
La Serena, a dieciséis de Abril de dos mil siete.
VISTOS:
A fs. 63 recurre de protección don Jorge Gompertz Pumarino, abogado, en representación de TRICOT
S.A., persona jurídica del giro comercial, domiciliada en Avda. Vicuña Mackenna N° 3600, Comuna de Macul,
Región Metropolitana, en contra de la Inspección Provincial del Trabajo de Limarí (Ovalle), representada por el
Inspector Provincial don Abdón Gustavo Anaís Rojas o quien legalmente lo subrogue o reemplace y en contra de la
fiscalizadora doña Jacqueline Andrea Molina Vega, ambos con domicilio en Vicuña Mackena N° 350, 2° piso,
Edificio Correos, Ovalle, toda vez que han incurrido en un actuar ilegal y/o arbitrario que priva y perturba a su
representada del legitimo ejercicio de los derechos garantizados en la Constitución Política de la República en su
artículo 19 N° 3, inciso cuarto, 19 N° 21 y 19 N° 24, respectivamente, solicitando se adopten de inmediato las
providencias que se juzgue necesarias para restablecer el imperio del derecho y asegurarle la debida protección a
los derechos conculcados, en particular, disponer se deje sin efecto y valor las resoluciones administrativas N°
7956/07/11-1, N° 7956/07/11-2, N° 7956/07/10-1 y N° 7956/07/10-2, extendidas por los recurridos, con costas.
Señala, que con fecha 13 de febrero de 2007 su representada fue notificada de las Resoluciones N°
7956/07/11-1, N° 7956/07/11-2, N° 7956/07/10-1 y N° 7956/07/10-2, en virtud de las cuales se le impusieron las
siguientes multas administrativas de 20 U.T.M., 5 U.T.M., 20 U.T.M. y 6 U.T.M, respectivamente, y que de acuerdo a
lo consignado en los documentos denominados Resoluciones de Multa, se indica que con fecha 19 de enero de
2007 el fiscalizador de la Inspección Provincial del Trabajo de Limarí doña Jacqueline Molina Vega concurrió a las
dependencias de su representada en la ciudad de Ovalle y habría procedido a constatar irregularidades consistentes
en la no escrituración de contrato de trabajo respecto de la trabajadora Jimena Honores Rodríguez, infracción que
se produciría, según los recurridos, por que la señora Honores no sería trabajadora de su empleador formal
Traveller S.A. en calidad de contratista, sino que de la empresa principal, Tricot S.A. por cuanto prestaría a esta
última servicios bajo relación de dependencia y subordinación, realizando labores que no lo serian bajo cuenta y
riesgo del empleador formal, existiendo permanencia y continuidad de los servicios prestados a la empresa principal;
la misma infracción y por idénticos fundamentos se le imputa respecto de las trabajadoras de la empresa Expro
Chile S.A. doña Rossana González Ahumada y doña Rosa Segovia Araya; además se le imputa simular la
contratación de la trabajadora Jimena Honores Rodríguez a través de la empresa Traveller S.A. aparentando trabajo
en régimen de subcontratación, lo mismo respecto de las trabajadoras señoras González y Segovia pero a través de
la empresa Expro Chile S.A., todo lo cual importaría transgresión de los artículos 183 A en relación al inciso primero
del artículo 478, ambos del Código del Trabajo.
Agrega, que de lo anterior se puede apreciar que las supuestas infracciones detectadas se sustentan en la
interpretación y calificación efectuada por las recurridas en orden a que las trabajadores individualizadas en la
resolución de multa revestirían la calidad de trabajadoras de Tricot S.A. y que existiría una simulación de parte de su
representada tendiente a ocultar el verdadero vinculo laboral que existiría entre su parte y las trabajadoras
supuestamente afectadas, partiendo de la base que su representada detentaría la calidad de dueña de la obra o
faena, conclusiones a las que arriban sobre la base de interpretar, calificar y desconocer, el sentido y alcance de las
convenciones civiles y comerciales celebradas entre Tricot S.A. y la empresa Traveller y entre terceras empresas en
el caso de las sociedades Exprochile (Rivas y Asociados Ltda.) y Ohio Nacional Seguros de Vida S.A. así como de
la naturaleza de los servicios proporcionados por las trabajadoras supuestamente afectadas bajo el marco de dichas
relaciones contractuales, atribuyendo a su representada la calidad de dueña de una supuesta obra, empresa o
faena que no existe ni jurídica ni fácticamente.
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Indica, que conforme a lo expuesto, el acto ilegal y arbitrario cometido por las recurridas consiste en que
se han arrogado y atribuido facultades jurisdiccionales en una doble expresión, al calificar y determinar la existencia
de supuestos contratos de trabajo entre su representada y las trabajadoras individualizadas en las resoluciones de
multa referidas y al calificar de simulada la relación jurídica existente entre éstos y las empresas Traveller S.A. y
Exprochile, actuaciones que quedan plasmadas en el Acta de Resolución de Multas, todo lo cual además importa la
ejecución de un acto ilegal y nulo al contrariar lo prevenido en los artículos 6 y 7 en relación al 73 todos de la
Constitución Política, vulnerándose las garantías del artículo 19 N° 24, toda vez que están aplicando multas
administrativas que pretender gravar injusta e ilegalmente el patrimonio de su presentada; del artículo 19 N° 3,
inciso cuarto, ya que los actos desplegados por los recurridos le han privado del legitimo ejercicio de su derecho a
no ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que le señala la ley y que se halle establecido con
anterioridad, que no es otro que la judicatura del trabajo; y finalmente la del artículo 19 N° 21 en cuanto se coarta la
libertad para dirigir, organizar y administrar su empresa, de momento que se le obliga a la recurrente a modificar el
régimen de contratación y las modalidades en que los promotores han ejercido su función en la empresa.
Por último, solicita se acoja el presente recurso dejando sin efecto e invalidando el acto administrativo
consistentes en las Resoluciones de Multa administrativa N° 7956/07/11-1, N° 7956/07/11-2, N° 7956/07/10-1 y N°
7956/07/ 10-2, por arbitrario e ilegal, ordenando a los recurridos abstenerse, en lo sucesivo, de calificar la existencia
de relaciones laborales y de calificar jurídicamente los contratos, ejerciendo de esta forma facultades jurisdiccionales
que son privativas y excluyentes de los tribunales de justicia en materia laboral, con costas.
Acompaña documentos fundantes del recurso.
A fojas 121, informan los recurridos solicitando el total rechazo del presente recurso de protección con
expresa condenación en costas, atendido que la actuación de fiscalización del caso es absolutamente legal y
carente de arbitrariedad; legal, por cuanto corresponde al correcto ejercicio de las facultades de fiscalización del
cumplimiento de la legislación laboral radicadas en la Dirección del Trabajo conforme lo dispone el D.F.L. N° 2 de
1967 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, el Código del Trabajo y demás normas constitucionales, que al
efecto reproducen.
Agregan, que la competencia de la Dirección del Trabajo para fiscalizar materias como la del caso que
funda la presente acción de protección emana de la propia ley, en particular, del artículo 184-G del Código del
Trabajo y que tampoco existe arbitrariedad en la actuación, ya que no fue en absoluto fruto de un capricho de la
fiscalizadora o de la Inspección del Trabajo de Limarí sino que obedeció a un programa de fiscalización realizado
para verificar el cumplimiento de las normas referidas a la ley de subcontratación, actuación que llevó a cabo doña
Jacqueline Molina Vega con estricto apego a la legislación vigente y a las instrucciones del servicio, y que así las
cosas no se ha conculcado ninguna de las garantías que dice transgredidas la recurrente.
Finalmente, alegan la improcedencia del recurso al haberse deducido como un sustituto jurisdiccional del
procedimiento especifico que la legislación contempla expresamente para el caso, como son la acción ordinaria
judicial de reclamación de multa administrativa contenida en el artículo 474 inciso 3° del Código del Trabajo y la
instancia administrativa de impugnación establecida en los artículos 481 y 482 del texto legal citado, existiendo
imposibilidad de destruir, por la vía del recurso de protección, la presunción de veracidad de los hechos verificados
por un fiscalizador del trabajo quien sustenta la calidad de ministro de fe.
Adjunta antecedentes que fundan su informe.
A fojas 131 se dispuso traer los autos en relación.
CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que por naturaleza y finalidad, el recurso de protección del artículo 20 de la Constitución Política, es una
acción cautelar extraordinaria prevista para conceder amparo urgente a ciertos derechos individuales enumerados
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en el mismo precepto y que se vean afectados por actos u omisiones arbitrarias o ilegales, que importen privación,
perturbación o amenaza al legítimo ejercicio de tales derechos esenciales,
SEGUNDO: Que, en la especie, el recurrente origina esta acción en contra de las resoluciones administrativas N°
7956/07/11-1, N° 7956/07/11-2, N° 7956/07/10-1 y N° 7956/07/10-2, de la Inspección Provincial del Trabajo de
Limarí, por estimarlas que son arbitrarias e ilegales, ya que en virtud de ellas se le impusieron multas administrativas
de 20 U.T.M., 5 U.T.M., 20 U.T.M. y 6 U.T.M, respectivamente, y que de acuerdo a lo consignado en los
documentos denominados Resoluciones de Multa, se indica que con fecha 19 de enero de 2007 el fiscalizador de la
Inspección Provincial del Trabajo de Limarí doña Jacqueline Molina Vega habría procedido a constatar
irregularidades consistentes en la no escrituración de contrato de trabajo respecto de las trabajadoras Jimena
Honores Rodríguez, Rossana González Ahumada y Rosa Segovia Araya, infracciones que se producirían, porque la
señora Honores no sería trabajadora de su empleador formal Traveller S.A. y la González y Segovia trabajadoras de
la empresa Expro Chile S.A., sino que de la empresa principal, Tricot S.A. por cuanto prestarían a esta última
servicios bajo relación de dependencia y subordinación, realizando labores que no lo serian bajo cuenta y riesgo del
empleador formal existiendo permanencia y continuidad de los servicios prestados a la empresa principal; además
se le imputa simular la contratación de la trabajadora Jimena Honores Rodríguez a través de la empresa Traveller
S.A. aparentando trabajo en régimen de subcontratación, lo mismo respecto de las trabajadoras señoras González y
Rosa Segovia pero a través de la empresa Expro Chile S.A., todo lo cual importaría transgresión de los artículos 183
A en relación al inciso primero del artículo 478, ambos del Código del Trabajo.
TERCERO: Que el órgano fiscalizador laboral, acorde con lo dispuesto en el artículo 184 G del Código del Trabajo,
debe ejercer sus facultades cuando en sus funciones fiscalizadoras se encuentren frente a infracciones evidentes,
claras, precisas y determinadas a las normas laborales, debiendo limitarse a constatar situaciones fácticas que
indubitablemente configuren infracciones a las leyes laborales, caso en que deben efectuar la denuncia pertinente
porque la calificación jurídica de de los hechos es una materia eminentemente jurisdiccional que cae en los
tribunales de justicia, aquellas de interpretar y calificar las relaciones laborales legalmente regladas, puesto que
como se ha establecido precedentemente las referidas trabajadoras tienen contrato de trabajo con las empresas
Travellers SA. y Expro Chile S.A;
CUARTO: Que en consecuencia, al emitir las resoluciones N° 7956/07/11-1, N° 7956/07/11-2, N° 7956/07/10-1 y N°
7956/07/10-2, el órgano fiscalizador laboral ha excedido sus facultades y competencias al pronunciarse sobre el
punto debatido, facultad que es privativa del tribunal laboral correspondiente, vulnerándose con ello, la garantía
establecida en el artículo 19 N° 3 inciso 4° de la Constitución Política de la República;
QUINTO: Que las recurridas alegan la improcedencia del recurso, por existir recursos ordinarios propios para
cuestionar las decisiones de un servicio público, regulados en el artículo 420 del Código del Trabajo que excluye la
interposición de esta acción cautelar.
SEXTO: Que esta Corte comparte la uniforme jurisprudencia en orden a que los recursos administrativos y judiciales
no obstan al ejercicio del recurso de protección, por lo que no se dará lugar a la petición de declarar improcedente el
recurso por ese motivo.
Y visto lo dispuesto en el artículo 20 de la Constitución Política de la República y Auto Acordado sobre
esta materia de la Excma. Corte Suprema de 27 de junio de 1992 y 04 de marzo de 1998 SE ACOGE el recurso de
protección deducido por don Jorge Gompertz Pumarino, en representación de TRICOT S.A., a fs. 63 y siguientes,
declarándose que se deja sin efecto las Resoluciones N° 7956/07/11-1, N° 7956/07/11-2, N° 7956/07/10-1 y N°
7956/07/10-2, extendidas por los recurridos, de la Inspección del Trabajo de Coquimbo, con costas.
Notifíquese, regístrese y en su oportunidad, archívese.
Redacción de doña María Angélica Schneider Salas, Ministro titular.
Rol N° 149-2007.
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3.
Protección Tricot Puerto Montt
Puerto Montt, diecinueve de junio de dos mil siete
Vistos:
A fojas 39 comparece Alejandro Quintana Hurtado en representación de Tricot S.A. persona jurídica domiciliada en
Avda. Vicuña Mackenna 3600, Comuna de Macul, Región Metropolitana quien recurre de protección en contra de la
Inspección Provincial del Trabajo de Puerto Montt, persona jurídica de derecho publico, representada por el
Inspector Provincial don Neftalí Moreno Morales, y en contra del fiscalizador don Jorge Armando Vera
Almonacid, ambos con domicilio en Urmeneta N° 509 3er piso, Puerto Montt, manifestando se han conculcado las
garantías constitucionales establecidas en los numerales 3 inciso 4°, 21 y 24 de la Constitución Política de la
República solicitando, en particular, disponer se deje sin efecto y valor las resoluciones administrativas extendidas
por los recurridos N° 4433/07/8-1, por no escriturar el contrato de trabajo de doña Nora Huanel; N° 4433/07/8-2 por
simular la contratación a través de 3° aparentando trabajo en régimen de subcontratación (hecho también
relacionado con la Sra. Nora Huanel); N° 4433/07/8-3 mantener excluido de la jornada ordinaria a un trabajador
cuyo nombre no se menciona en la resolución y N° 4433/07/7-1, por este mismo hecho aunque en relación con los
trabajadores Maritza Álvarez, Víctor Henríquez y Michael Serón.
Sostiene el recurrente que en lo que dice relación con la situación de la trabajadora Nora Huanel la Inspección del
Trabajo ha efectuado interpretaciones y calificaciones de convenciones existentes entre terceras sociedades
respecto de las cuales Tricot es absolutamente ajena, atribuyéndole una calidad de dueño de obra o faena que no
tiene. Por otra parte, y en lo que dice relación con las infracciones cursadas por mantener a un grupo de
trabajadores excluidos de la jornada de trabajo, manifiesta que la Inspección del Trabajo ha calificado la naturaleza
de los servicios prestados por los trabajadores supuestamente afectados calificando y privando de valor ........
Sostiene el recurrente que en lo que dice relación con la situación de la trabajadora Nora Huanel la Inspección del
Trabajo ha efectuado interpretaciones y calificaciones de convenciones existentes entre terceras sociedades
respecto de las cuales Tricot es absolutamente ajena, atribuyéndole una calidad de dueño de obra o faena que no
tiene. Por otra parte, y en lo que dice relación con las infracciones cur sadas por mantener a un grupo de
trabajadores excluidos de la jornada de trabajo, manifiesta que la Inspección del Trabajo ha calificado la naturaleza
de los servicios prestados por los trabajadores supuestamente afectados calificando y privando de valor cláusulas
contractuales expresas. Actos que constituyen una invasión a las atribuciones privativas de los jueces.
En cuanto a la situación de doña Nora Huanel sostiene que se desempeña para Kennedy Club para promocionar la
comercialización exclusiva de Kayser, negando así alguna relación contractual con la sociedad empleadora de la
trabajadora y la calidad que se le atribuye de dueño de la obra o faena. Explica luego que en su relación con sus
proveedores, además del contrato de compraventa, se acuerda la obligación del proveedor de promocionar y
reponer, en su caso, los productos adquiridos. En el presente caso, el proveedor contrató para ello los servicios de
Kennedy Club, siendo función de Tricot tan sólo proporcionar el espacio físico para la prestación de servicios,
revistiendo Kayser la calidad de dueño de la obra o faena. Agrega que doña Nora no se desempeña en forma diaria
(asiste en días precisos y determinados), según las órdenes que le fueron impartidas por sus superiores efectivos,
quienes además ejercen la función de supervigilancia directamente, teniendo doña Nora sólo por función,
promocionar productos de la proveedora.
En relación con el grupo de trabajadores excluidos de la jornada ordinaria de trabajo, expone que en el caso de la
resolución N° 4433/07/8-3 no se acompaña acta de constatación de hechos no determinándose tampoco el nombre
de la supuesta trabajadora afectada.
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Respecto de los restantes trabajadores sostiene que por la naturaleza de las funciones que desempeñan se
encuentran excluidos de la jornada ordinaria de trabajo, representando, incluso, al propio empleador por encontrarse
en los casos del artículo 4° del Código del Trabajo. Agrega que la exclusión de la jornada ordinaria se encuentra
contenida en una cláusula de su contrato de trabajo por lo que la Inspección del Trabajo, al interpretar por sí y ante
sí cláusulas contractuales expresas se arroga facultades jurisdiccionales al declarar y establecer derechos para los
trabajadores supuestamente afectados.
A fojas 101 informan los recurridos, solicitando el completo rechazo del recurso con costas. Explican que los hechos
constatados tienen su origen en una fiscalización efectuada a la empresa recurrente el 26 de marzo de 2007. En
dicha oportunidad se observa que la trabajadora Nora Huanel Hurimilla, destinada a la promoción de productos
Kayser, se presenta como contratista aparente de Kennedy Club. En el lugar se entrevistó a trabajadora,
verificándose que ella exhibe el producto y lo ofrece y si el cliente lo compra un vendedor de Tricot finaliza la venta,
beneficiándose Tricot directamente con la actividad de doña Nora. Agrega que la trabajadora cumple horario en la
empresa recurrente y es supervigilada por la jefa administrativa y el jefe de tienda. Por ello, concluye la recurrida, es
Tricot quién utiliza y se beneficia de los servicios prestados por la trabajadora la que se encuentra bajo su
dependencia y subordinación. Sostiene que Tricot se allanó a corregir la situación descrita, otorgándosele el término
de 3 días para ello. Sin embargo, el 29 de marzo de 2007 Tricot comunica que no lo hará. Finaliza su exposición
señalando que la fiscalización se sujetó a lo previsto por dictamen 141/5 de 10 enero de 2007 que al referirse al
artículo 183-A de la ley 20.123 establece los requisitos para considerar la existencia de subcontratación, destacando
que sobre Tricot recaen los resultados más o menos favorables de la subcontratada, por lo que dándose los
supuestos del artículo 183 del Código del Trabajo, se debe entender que el empleador es el dueño de la obra.
Respecto de los trabajadores excluidos de la jornada de trabajo sostiene que en atención a la naturaleza de sus
servicios no cumplen con los requisitos establecidos en el artículo 22 del Código de Trabajo para su exclusión,
siendo supervigilados por el Jefe de tienda, el señor Carlos González. Finalmente, y en relación con la resolución de
multa N° 4433/07/8-3 manifiesta que esta se cursó en relación con la trabajadora Claudia Barrientos, la cual está
bajo labores subordinadas de Luis Bahamondez Ruiz.
Finalizan los recurridos realizando una exposición en torno a la presunción de veracidad de los hechos constatados
por el fiscalizador de la Inspección del Trabajo, que relacionan con la doctrina de la primacía de la realidad que
informa el derecho del trabajo. Refiriéndose luego a que no existe acto arbitrario por cuanto los hechos se
constataron y fueron establecidos conforme a la doctrina del servicio; así como tampoco existe acto ilegal por cuanto
el fiscalizador actuó en cumplimiento de sus facultades fiscalizadoras dadas por mandato legal, facultad que
necesariamente requiere de la recopilación de antecedentes de hecho y la elaboración de juicios de valores sobre la
situación concreta, no existiendo, en definitiva, garantía constitucional vulnerada.
Con lo relacionado y considerando:
Primero: Que el recurso de protección tiene como característica fundamental ser un instrumento cautelar destinado
a poner en ejercicio las facultades jurisdiccionales específicamente conservadoras de los Tribunales de Justicia,
esto es, de aquellas que tienen precisamente por objeto la salvaguarda de los derechos fundamentales de las
personas de un modo más directo e inmediato, restableciendo el imperio del derecho que se ha visto amenazado
por actos u omisiones que priven, perturben o amenacen su legítimo ejercicio, sea que éstos emanen de
particulares o de autoridades.
Segundo: Que la acción del recurrente se funda en la ilegalidad de cuatro resoluciones por las cuales se le
cursaron multas administrativas, argumentando que la Inspección del Trabajo se excedió, en su dictación, del marco
de sus atribuciones. En este sentido, y en contra de lo argumentado por los recurridos, es precisamente esta última
circunstancia la que habilita para la interposición de la presente acción cautelar, toda vez que el reclamo no dice
relación con el agravio del acto administrativo, el cual puede ser discutido en sede de lato conocimiento, sino con las
facultades que tenían los recurridos para proceder de la forma que en definitiva se hizo.
Tercero: Que en derecho público los órganos no tienen más facultades que las que la ley les señale expresamente.
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En este orden de cosas, si bien la ley otorga al recurrido una potestad fiscalizadora ello no puede devenir en una
facultad para interpretar cláusulas contractuales expresas, particularmente cuando estas disponen cuestiones
totalmente diversas a las establecidas por la Inspección, pues de admitir dicha posibilidad no podría efectuarse
diferencias entre el actuar de la Inspección del Trabajo y un Tribunal de Justicia. Dicho de otro modo, la Inspección
no puede aplicar multas por faltas cuando el supuesto para su aplicación se encuentre discutido.
Cuarto: Que según aparece de estos antecedentes, doña Nora Huanel tiene una relación contractual de carácter
laboral con la empresa Club Kennedy (documento de fojas 12) por la cual ésta se obliga a prestar servicios como
promotora para los clientes de Club Kennedy (en este caso Kayser) en distintos puntos de venta en la ciudad de
Puerto Montt. De este modo, y encontrándose discutido el supuesto original para la aplicación de multa, la
Inspección se ha excedido del marco de sus atribuciones legales.
Quinto: Que en lo que respecta a la multa N° 4433/07/7-1, aplicada por excluir a los trabajadores Maritza Álvarez,
Víctor Henríquez y Michael Serón de la jornada ordinaria de trabajo, y más allá de la naturaleza de la función
efectivamente ejercida por cada uno de ellos en relación con lo supuestos establecidos por el artículo 22 del Código
del Trabajo, se encuentra establecido que en sus respectivos contratos individuales se establece contractualmente
la exclusión de la jornada ordinaria de trabajo, por lo que al encontrarse controvertido el supuesto para la aplicación
de la multa aparece que la Inspección del Trabajo, al interpretar cláusulas contractuales, se ha excedido de la esfera
de sus atribuciones.
Sexto: Que el mismo razonamiento puede hacerse extensivo respecto de la resolución de multa N° 4433/07/8-3 por
mantener excluido de la jornada ordinaria una trabajadora. Con todo, en este último caso aparece que la conducta
de los recurridos no sólo fue ilegal, sino que también arbitraria por cuanto, y según se desprende de los
antecedentes acompañados, el nombre de la trabajadora aludida no se menciona en la resolución de multa ni en las
actas de fiscalización. En este sentido, y si bien los recurridos aclaran dicho punto al informar el recurso, aparece
que la resolución al momento de ser dictada y comunicada apareció como arbitraria y carente de la fundamentación
mínima para ser comprendida.
Y visto además lo dispuesto en el auto acordado de la Excelentísima Corte Suprema sobre Tramitación y Fallo del
Recurso de Protección de Garantías Constitucionales, se acoge, sin costas, el recurso de protección interpuesto por
Tricot S. A. en contra de la Inspección Provincial del Trabajo de Puerto Montt y en contra del fiscalizador don
Jorge Armando Vera Almonacid, dejándose sin efecto las resoluciones N° 4433/07/8-1, N° 4433/07/8-2 y N°
4433/07/7-1, por ser ilegales y la resolución N° 4433/07/8-3 por ser ilegal y arbitraria, dejándose con ello sin efecto
las multas que le fueron aplicadas a la recurrente.
Pronunciada por el Ministro don Jorge Ebensperger Brito, la Ministro doña Sylvia Aguayo Vicencio y el Abogado
integrante don Emilio Pérez Hitschfeld.
Redacción de la Ministro doña Sylvia Aguayo Vicencio.
Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad.
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4.
Protección Tricot Rancagua
Rancagua, cuatro de mayo de dos mil siete.
VISTOS:
A fojas 1 comparece don Jorge Gompertz Pumarino, abogado, en representación de Tricot S.A., deduciendo recurso
de protección en contra de la Inspección Provincial del Trabajo de Cachapoal, representada por don Juan Pablo
Álvarez Bravo, y de doña Felisa Donoso Rubio, ambos domiciliados en Alameda Libertador Bernardo O?Higgins N°
347, Rancagua, por cuanto éstos han incurrido en actos ilegales y/o arbitrarios que priva y perturba a su
representada en el legítimo ejercicio de los derechos garantizados en el artículo 19 N° 3 inciso cuarto, 19 N° 21 y 19
N° 24 de la Carta Fundamental.
Señala que su representada con fecha 16 de marzo de 2007, fue notificada mediante carta certificada en los
términos del artículo 478 bis del Código del Trabajo, de las Resoluciones Administrativas N° 06.01.3404/7/13-1 y
06.01.3404/7/13-2, mediante las cuales le impusieron multas de 25 UTM y 300 UTM, respectivamente.
Lo anterior es de acuerdo a lo consignado en la Resolución de Multa de 12 de febrero de 2007 y actas de
constatación de hechos de 14 de febrero y 12 de febrero pasado, esto es, no escriturar contratos de trabajos de
diversos trabajadores; simular la contratación de trabajadores a través de terceros, esto es que Tricot habría
simulado contratación a través de las empresas Traveller S.A., Bata Chile S.A., Maletas Chile Ltda y Exprochile,
entre otras, desestimando la existencia de un vínculo de subcontratación entre las empresas en los términos
referidos por el artículo 183 A del Código del Trabajo, sosteniendo que lo la referida resolución es abusiva e ilegal,
ya que la fiscalizadora, estimó por sí que existía una simulación de contratación, entregando copias de s u actuación
con la advertencia que éstas son la base y fundamento de sendas multas que se cursarán.
Plantea que el acto recurrido es ilegal y arbitrario por cuanto las resoluciones de multas aludidas, se extendieron con
anterioridad a las propias actas de constatación de hechos, lo que se desprende de los documentos emanados de
los recurridos y que se acompañan al recurso y con ello se han infringido normas de la Constitución Política de la
República, así como las normas del Código del Trabajo.
Luego, sostiene que si bien los recurridos tienen la facultad legal de sancionar e imponer multas en caso alguno se
encuentran facultados para calificar y determinar que los contratos celebrados entre las sociedad referidas y sus
trabajadores son simulados y que carecen de mérito legal.
De la forma señalada precedentemente, estima que el acto recurrido importa perturbación, privación y/o amenaza al
derecho consagrado en el artículo 19 N° 3 y 21 de la Constitución Política de la República, solicitando se acoja su
recurso y se declare que por la actuación ilegal y arbitraria de la recurrida se ha vulnerado el legítimo ejercicio de
derechos fundamentales de su parte, dejando sin efecto el acto dictado ilegal y arbitrariamente y se ordene a los
recurridos abstenerse, en lo sucesivo, de calificar la existencia de relaciones laboreas y de calificar jurídicamente los
contratos, con costas.
Acompañó diversa documentación la que se guardó en custodia.
A fojas 62, comparecen don Juan Pablo Álvarez Bravo, Inspector Provincial del Trabajo de Rancagua, por su
representada, y doña Felisa Donoso Rubio, evacuando el informe solicitado, señalando que el 12 y 14 de febrero de
2007, se procedió a realizar dos fiscalizaciones, constituyéndose a dependencia de la empresa Tricot S.A., y con
fecha 12 del mes indicado se constató que existían en dicha empresa trabajadores, quienes aparentemente prestan
servicios para diferentes empresas externas (Bata Chile S.A., Sociedad Comercial Maletas Chile S.A., Traveller
S.A., etc), siendo la empresa recurrente la que en el hecho utiliza y se beneficia directamente de los servicios
prestados por los trabajadores.
Aclara el día de constatación de los hechos se efectuó un Acta de constatación de hechos relativos a la calidad de
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empleador del dueño de la obra, empresa o faena, Formulario F8-3, documento que sirve de fundamento a las
multas cursadas con la misma fecha y que se encuentra firmado y tomando conocimiento de las infracciones y
sanciones el jefe de la sucursal Tricot. Frente a estos hechos se requirió al empleador que corrigiera la situación
dentro de dos días, escriturando los contratos de los trabajadores que se le indicaron a lo que se allanó el jefe de
sucursal. Situación que no se subsanó, razón por la que en el Acta de Constatación de Hechos, es de 14 de febrero
de 2007 y es el motivo por el cual la fecha de la resolución de Multa es del 12 del referido mes. Añade que si el
recurrente hubiera dado cumplimiento a lo requerido por la Fiscalizadora, no se le habría cursado infracción alguna.
Sostiene que la actuación de la Dirección del Trabajo, expresada en la Resolución de Multas, no constituye un acto
arbitrario o ilegal, sino por el contrario, se apegó a la normativa legal y al procedimiento laboral vigente contenido
tanto al DFL N° 2 de 1967 Orgánica de la Dirección del Trabajo, como en el Código del Trabajo y demás normas
constitucionales por lo que la fiscalizadora ha actuado en ejercicio de sus facultades específicas de fiscalización
laboral.
Añade que lo que se pretende impugnar mediante el presente libelo es el contenido de la Resolución de Multas de
fecha 12 de febrero de 2007, lo que no se ajusta a las aspiraciones del recurrente, toda vez que la cuestión de fondo
deberá ser resuelta por los Tribunales Labores.
Por lo anterior, y en mérito de las disposiciones constitucionales y legales citadas y lo dispuesto en el Auto Acordado
sobre Tramitación y Fallo del recurso de Protección, solicita que el presente recurso sea rechazado en todas sus
partes, por no existir acción u omisión arbitraria o ilegal que afecte los derechos invocados, todo ello con costas.
En el primer otrosí, acompañó documentos los que rolan desde fs. 53 a 61.
A fojas 77, se trajeron los autos en relación.
CONSIDERANDO:
PRIMERO : Que, de la simple lectura de la documentación acompañada en su informe por la recurrida, se
desprende que además de la constatación de hechos ha llegado a una conclusión jurídica consistente en establecer
la existencia de contratos de trabajo simulados, y sobre este análisis determinar la aplicación de las multas
correspondientes. Para ello, procedió a interpretar los contratos respectivos, en relación a la existencia de vínculos
de subordinación y dependencia y señalando que es la empresa recurrente la que se beneficia de los servicios
prestados por los trabajadores, facultad que es propia del ente jurisdiccional y no de un ente administrativo, pues si
bien este último puede interpretar la ley, no le es posible dar por establecidas relaciones laborales, que requieren de
valoración de prueba en la instancia judicial correspondiente.
SEGUNDO: El juicio de valor que emitió la recurrida excedió del ámbito de su competencia, que es el de ejercer su
facultad solo cuando se determinan infracciones claras y precisas que atenten contra la legislación laboral, de modo
tal que el acto reclamado por esta vía es manifiestamente ilegal que infringe el número 3 del artículo 19 de la
Constitución Política de la República, al haberse arrogado funciones jurisdiccionales que son propias de los
tribunales respectivos, sin perjuicio, además, que infringe el derecho de propiedad del recurrente al afectar su
patrimonio mediante la aplicación de las multas derivadas de su actuar.
Por estos fundamentos, y visto, además, lo dispuesto en el Auto Acordado sobre Tramitación y Fallo del Recurso de
Protección, se acoge el deducido por Jorge Gompertz Pumarino, en representación de Tricot S. A. dejándose sin
efecto la resoluciones N° 06.01.3404/7/13-1 y 06.01.3404/7/13-2 de la Inspección Provincial del Trabajo de
Rancagua, que impusieron multas a la recurrente.
Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad.
Redacción del Ministro Titular Carlos Moreno Vega.
Rol N° 259-2007
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5.
Protección Tricot Valparaíso
Valparaíso, dieciocho de abril de dos mil siete.
Visto:
A fs. 58 don Jorge Gompertz Pumarino, abogado, de este domicilio, Condell 1421, en representación de TRICOT
S.A., persona jurídica del giro comercial, domiciliada en Avda. Vicuña Mackenna 3600, Macul, Región Metropolitana,
deduce recurso de protección en contra de la INSPECCIÓN PROVINCIAL DEL TRABAJO DE VALPARAÍSO,
representada por el Inspector Provincial don Rodrigo Morales Cáceres y en contra de la fiscalizadora doña ÁNGELA
BLANCO VERGARA, ambos con domicilio en Avda. Blanco 1281, Valparaíso. Fundamenta el recurso en que la
recurrida dictó la Resolución Nº 05.01.1311.06-063-1, mediante la cual la sancionó con una multa en forma ilegal y
arbitraria, por cuanto se hizo una errada interpretación de los contratos, sin perjuicio que dos de las trabajadoras no
eran dependientes suyas. Agrega que de esta forma se le ha privado y perturbado en el ejercicio de los derechos
que le confiere la Constitución Política de la República, en su artículo 19 Nºs 3, 21 y 24, por lo que solicita se deje
sin efecto la Resolución antes individualizada, con costas.
Acompaña la documentación agregada desde fs. 1 a 57.
Informando a fs. 93, los recurridos plantean en primer término, la improcedencia de la acción cautelar, por cuanto
ésta no puede ser un sustituto jurisdiccional de otras acciones o recursos legales, como el que establece el artículo
474 inciso 3º del Código del Trabajo. En segundo lugar, hacen presente que, para accionar de protección, se
requiere la verificación concreta de un derecho indubitado, lo que no acontece en este caso, por lo que era
necesaria la revisión judicial de la multa, en la cual, por medio de pruebas legales, es posible destruir la presunción
de veracidad de los hechos constatados por un Inspector del Trabajo. Por último, señalan que no ha habido un acto
ilegal ni arbitrario, por cuanto se han limitado a ejercer la labor fiscalizadora que les otorga la ley, en base a la norma
interpretada por autoridad administrativa facultada para ello, habiéndose limitado la funcionaria a constatar hechos
que fueron sancionados con multa administrativa. Piden el rechazo del recurso, con costas. Acompañan la
documentación existente entre fs. 81 y 92.
A fs. 106 se trajo el recurso en relación.
Con lo relacionado y considerando:
1º) Que se ha deducido recurso de protección en contra de la Inspección Provincial del Trabajo de Valparaíso y de
una funcionaria de la misma, porque mediante Resolución Nº 05013161.06-063-1, de 7 de diciembre de 2006, se
sancionó administrativamente a la recurrente con una multa de 40 UTM, por infracción al artículo 32 inciso 3º del
Código del Trabajo. Estima esta parte que la funcionaria fiscalizadora se excedió en sus atribuciones, al hacer una
interpretación de la norma antes referida y al incluir a dos personas que no eran dependientes suyas, con lo cual
concluye que se ha actuado ilegal y arbitrariamente y que se han conculcado las garantías que otorga el artículo 19
Nºs 3, 21 y 24 de la Constitución Política de la República, por lo que solicita se acoja su acción cautelar en los
términos planteados.
2º) Que examinada la Resolución antes individualizada, agregada a fs. 83 y 84, se advierte que ésta tiene en su
inicio otro número, que es el 316106063-1, no obstante que en su segunda hoja se da el Nº 0501316106063-1. En
esta Resolución se señala haberse constatado un “cambio unilateral de jornada de trabajo y horario, aumentando
1,5 horas semana por medio a totalidad de trabajadores, que se individualizan en nómina adjunta, situación que
modifica la aplicación práctica que hicieron las partes del contrato de trabajo por más de seis meses y que consistió
en una semana de 6 días, 7.5 horas de trabajo diario y 1 semana de 5 días 7.5 horas de trabajo diario. A contar del
1º de octubre la empresa unilateralmente aumenta la semana de 37.5 horas semanales a 45 horas semanales, lo
que implica trabajo extraordi nario de 7.15 horas semanales, que no aparecen pagadas en octubre 2006. NO
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PAGAR horas extraordinarias respecto de Johann Arancibia; Lucinda Bustamante; Claudia Caballería; María Teresa
Díaz; Carla Donoso; Ricardo Flores, Katiuska Godoy; Sergio González”. Luego se enuncia la infracción como “No
pagar horas extraordinarias, producidas por cambio unilateral a antes del 1º de octubre 2006, que aumentó jornada
en 7,5 horas”. Se agrega que la norma infringida es el artículo 32 inciso 3º del Código del Trabajo.
3º) Que en primer término debe tenerse en consideración, que tal como lo indica la recurrente y aparece en los
contratos de fs. 33 y 36 a 39, las trabajadoras Carla Donoso y Katiuska Godoy, que se encuentran incluidas por la
Inspección del Trabajo en la nómina de dependientes de Tricot S.A., fueron contratadas por una persona jurídica
distinta. Esto significa que, aunque la recurrida haya constatado que estaban desempeñándose en el local visitado,
lo cierto es que no le corresponde determinar si son o no dependientes de la recurrente y, por lo mismo, concluir que
ésta ha cometido respecto de ellas, una infracción derivada de una supuesta relación laboral.
4º) Que en cuanto al resto de los trabajadores que figuran en la nómina de la funcionaria fiscalizadora, existiendo
contratos escritos y anexos de los mismos -todos agregados al recurso-, de acuerdo con los cuales se pactó una
jornada de trabajo dentro del marco legal, que es la que los dependientes estaban cumpliendo, no puede afirmarse
por la funcionaria que la recurrente haya modificado “unilateralmente” dicha jornada. En efecto, la validez de esos
contratos escritos y de sus anexos, es una cuestión de derecho que debe ser dilucidada por el Juez del Trabajo, que
no corresponde interpretar al funcionario fiscalizador, más aún cuando, como en este caso, hay un acuerdo de
voluntades por escrito que no excede de la jornada ordinaria de trabajo.
5º) Que por lo expuesto se concluye, que al haberse cursado una multa a la recurrente por hechos que, a juicio de la
fiscalizadora, constituirían infracción al artículo 32 inciso 3º del Código del Trabajo, en circunstancias que los
contratos de trabajo avalaban las jornadas en que se desempeñaban y que dos dependientes eran trabajadoras de
otra empresa, sólo resta concluir que la Resolución que originara el recurso resulta ilegal y arbitraria, pues sólo
compete al Juez Laboral interpretar, en el caso específico que nos ocupa, la validez de esos contratos. Además, tal
como lo indica el recurrente, a través de esa Resolución se han visto afectadas las garantías que le confiere el
artículo 19 de la Constitución Política de la República, en sus Nºs 3 y 24.
6º) Que no obsta a lo expresado precedentemente, la circunstancia que exista un procedimiento especial de
reclamo de multa, puesto que el recurso de protección se concede sin perjuicio de otros derechos.
Tampoco es atendible lo argumentado, en cuanto a que el derecho del recurrente no sería indubitado, puesto que el
hecho objetivo es que existen contratos escritos; por el contrario, ello refuerza lo dicho precedentemente, en cuanto
a que es de competencia del Juez del Trabajo dilucidar la cuestión planteada.
Por estas consideraciones, disposiciones citadas y los establecido en el artículo 20 de la Constitución Política de la
República y Auto Acordado de la Excma. Corte Suprema sobre la materia, se declara que se acoge el recurso de
protección deducido por Tricot S.A. en contra de la Inspección del Trabajo de Valparaíso y de la fiscalizadora doña
Ángela Blanca Vergara y, en consecuencia, se deja sin efecto la Resolución Nº 316106063 o 0501316106063, de 7
de diciembre de 2006, agregada a fs. 83 y 84.
Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad.
Rol 701-2006.
Redactó la Ministro Sra. Dinorah Camerfatti Ramos.
No firma el Ministro Sr. Rafael Lobos Domínguez, a pesar de haber concurrido a la vista y al acuerdo, por
encontrarse realizando una investigación administrativa
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2.
Concepto de Empleador
1.
Protección Santiago COPESA
Santiago, veintidós de junio de dos mil siete.
Vistos y teniendo presente:
1.
Que a fs.1 Max Sichel Day, gerente general y en representación de Consorcio Periodístico de Chile S.A.,
ambos domiciliados para estos efectos en Vicuña Mackenna 1962 de Santiago, ha deducido recurso de
protección en contra de la Dirección Nacional del Trabajo, representada por su directora, doña Patricia
Silva Meléndez, abogado, ambas domiciliadas en Agustinas 1253 de Santiago, con el objeto de que esta
Corte lo acoja y en definitiva deje sin efecto el ordinario 0373/010 de fecha 24 de enero del año en curso
por el cual, en un acto administrativo, la autoridad recurrida habría procedido a resolver que "los
trabajadores formalmente contratados por las sociedades Copesa Producciones e Impresiones S.A.
(Prosa), Promoservices S.A., Distribución y Servicios Meta S.A. y Copesa Impresores S.A., prestan
servicios efectivamente bajo subordinación y dependencia de la empresa Copesa S.A., por lo que no
existe impedimento jurídico alguno para que se afilien al sindicato constituido en esta última".
Exponen que en la especie la Dirección del Trabajo, al dictar el acto administrativo señalado y resolver que
trabajadores de una empresa pueden afiliarse a los sindicatos de otra, se habría constituido en comisión
especial, atribuyéndose prerrogativas que competerían solo a los Tribunales de justicia. Agregan que la
recurrida, mediante el acto ilegal y arbitrario en referencia, habría vulnerado las garantías constitucionales
contempladas en el artículo 19 Nºs 3, 16 y 24 de la Constitución Política.
2.
Que a fs. 67 la recurrida informando, solicita en primer término se declare la inadmisibilidad del presente
recurso, petición que funda en que la materia debatida excedería el ámbito de esta acción constitucional,
conforme lo habría resuelto esta misma Corte en resolución que indica.
En subsidio de lo anterior, solicita el rechazo del recurso habida consideración a que la Dirección del
Trabajo, al emitir el dictamen cuestionado, habría obrado dentro de la esfera de sus atribuciones, sin que
haya afectado de modo alguno las garantías constitucionales que la actora estima conculcadas.
3.
4.
Que a fs. 91 esta Corte dispuso poner el presente recurso en conocimiento de del Sindicato de
Trabajadores Nº 1 de la Empresa Consorcio Periodístico de Chile S.A., quien se hizo parte a en autos a fs.
94.
Que a juicio de esta Corte, procede desestimar la alegación de inadmisibilidad del recurso que plantea la
recurrida por cuanto, lo que se pretende a través del mismo, es el resguardo de las garantías
constitucionales que se señala en el libelo, las que estarían siendo vulneradas a través un acto de la
Dirección del Trabajo, que la actora estima arbitrario e ilegal, materia que es precisamente la que
corresponde ser conocida a través del recurso de protección conforme a lo prevenido en el artículo 20 de
la Constitución Política de la República.
5.
Que lo que se debate en autos es si la Dirección del Trabajo, en ejercicio de sus funciones, se encuentra
facultada o no para los efectos de resolver si dos o más empresas forman o no una unidad económica y,
como consecuencia de ello, considerar que los trabajadores que aparecen contratados por una de éstas lo
son también de las restantes.
6.
Que al resolver las materias precedentemente indicadas, la recurrida ha excedido claramente la función
"de fijar de oficio o a petición de parte por medio de dictámenes el sentido y alcance de las leyes del
trabajo" que la ley le otorga y en la cual pretende justificar su actuar. En efecto, la Dirección del Trabajo,
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después de un acabado estudio tanto de la situación de hecho como de derecho de la empresa recurrente
y, dando aplicación al principio de "la primacía de la realidad", asumiendo claramente funciones
jurisdiccionales que no le corresponden, ha resuelto una controversia entre empleador y trabajador
arribando a la conclusión antes anotada, dando por establecida la existencia de una unidad económica y
que los trabajadores que se desempeñan en las sociedades Empresa Periodística la Tercera S.A. y
Empresa Periodística La Cuarta S.A., prestan servicios efectivamente bajo subordinación y dependencia
de la Empresa Periodística de Chile S.A. (Copesa) debiendo ser esta considerada su empleador para los
efectos laborales que corresponda.
7.
Que la Dirección del Trabajo mediante el acto reclamado incurrió en una conducta arbitraria e ilegal,
arrogándose funciones jurisdiccionales que corresponden a los Tribunales del Trabajo. En efecto, los
conflictos que se susciten entre empleadores y trabajadores, como el del caso sub lite, corresponde sean
conocidos por los Tribunales del Trabajo, conforme lo establece perentoriamente el artículo 420 letra a)
del Código del Trabajo.
8.
Que, acorde con lo señalado precedentemente, el ordinario 90373/010 de la Dirección del Trabajo,
reclamado a través de la presente acción constitucional, reviste el carácter de ilegal y, por ende, arbitrario,
toda vez que emana de una autoridad que carece de facultades para pronunciarse sobre la materia a que
él se refiere, vulnerando respecto de la recurrente, Consorcio Periodístico de Chile S.A., las garantías
constitucionales contempladas en los números 19 Nº 3 inciso 4º de la Constitución Política al someterla a
una jurisdicción de la que carece, 19 Nº 16 al dar por contratados trabajadores y 19 Nº 24 al imponerle
prestaciones de orden laboral. Visto además lo dispuesto en el artículo 20 de la Constitución Política de la
República y disposiciones del Auto Acordado de la Excma. Corte Suprema sobre la materia, se acoge el
recurso de protección deducido a fs. 1 por Consorcio Periodístico de Chile S.A. y como consecuencia de
ello se deja sin efecto lo resuelto por la Dirección del Trabajo mediante ordinario 0373/010 de 24 de enero
del año en curso.
Redacción del Ministro, don Alfredo Pfeiffer Richter.
Regístrese, comuníquese y archívese.
N° 811-2007.
Pronunciada por la Primera Sala de esta Corte de Apelaciones, presidida por el Ministro señor Alfredo Pfeiffer
Richter e integrada por el Ministro señor Juan Manuel Muñoz Pardo y por el Abogado Integrante señor Benito
Mauriz Aymerich
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35
2.
Dictamen COPESA
ORD. Nº0373/010 (Publicado 26/01/2007)
Los trabajadores formalmente contratados por la sociedades COPESA Producciones e Impresiones S.A (PROSA),
Promoservice S.A., Distribución y Servicios META S.A. y COPESA Impresores S.A., prestan servicios efectivamente
bajo subordinación y dependencia de la Empresa COPESA S.A., por lo que no existe impedimento jurídico para que
se afilien al sindicato constituido en esta última.
ANT.:
1.) Presentación del Sindicato de Trabajadores Nº1 de la Empresa Consorcio Periodístico de Chile S.A., de fecha
19.01.2006.
2.) Respuesta del Sr. Enrique Uribe, por COPESA S.A, de fecha 14.03.2006.
3.) Ord. Nº591 de la Inspección Comunal del Trabajo Santiago Sur Oriente, del 12. 04.06
3.) Memo Nº94 del SubJefe de Inspección, de fecha 07.08.2006.
4.) Presentación adicional del Sindicato de Trabajadores de la empresa Copesa, de fecha 11.10.06.
5.) Memo. Nº160 de Jefa de Unidad de Dictámenes e Informes en Derecho, del 22.11.06
6.) Memo Nº3 del Jefe del Departamento de Inspección, de fecha 16.01.07
FUENTES: Artículos 3, 7 y 8 del Código del Trabajo.
SANTIAGO, 24.01.2007
DE : DIRECTORA DEL TRABAJO
A : JORGE ROJAS RIVERA, PRESIDENTE DEL SINDICATO DE TRABAJADORES COPESA S.A.
Se ha solicitado a este Servicio, por presentación de antecedente Nº1, un pronunciamiento referido a la situación de
los trabajadores que aparecen contratados por cuatro sociedades filiales de la empresa COPESA S.A.,
denominadas COPESA Producciones e Impresiones S.A (PROSA), Promoservice S.A., Distribución y Servicios
META S.A. y COPESA Impresores S.A., pero que prestarían servicios bajo la dependencia y subordinación laboral
de la empresa COPESA S.A.
La empresa COPESA S.A sostiene que se trata de empresas distintas en razón de que cada una de las aludidas
tiene fines económicos, patrimonio y domicilio propios, cada una presta servicios a clientes distintos, y cada una
tiene un funcionamiento autónomo, con sus propias jefaturas.
Sobre el particular cúmpleme informar a Uds., lo siguiente:
Cabe señalar, de partida, que la determinación jurídica propia de este pronunciamiento no corresponde al hecho de
que se trate de una o varias empresas distintas, tal como sostiene la respuesta de COPESA S.A., sino si estamos
en presencia de un sólo empleador para efectos laborales, cuestión vinculada únicamente a determinar si existe o
no respecto de los trabajadores involucrados una estructura de mando y subordinación común entre ellas.
En efecto, el artículo 3º del Código del Trabajo define lo que debe entenderse por "empleador" en los términos que a
continuación se indica:
" Para todos los efectos legales se entiende por:
" a) empleador: la persona natural o jurídica que utiliza los servicios intelectuales o materiales de una o más
personas en virtud de un contrato de trabajo".
Del precepto legal preinserto se infiere que es "empleador" toda persona natural o jurídica que, en virtud de un
contrato de trabajo, emplea los servicios, ya sean intelectuales o materiales, de una o más personas.
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Por su parte, el artículo 7º del mismo cuerpo legal dispone:
" Contrato individual de trabajo es una convención por la cual el empleador y el trabajador se obligan
recíprocamente, éste a prestar servicios personales bajo dependencia y subordinación del primero, y aquél a pagar
por estos servicios una remuneración determinada".
A su vez, el artículo 8º inciso 1º del citado cuerpo legal, agrega:
"Toda prestación de servicios en los términos señalados en el artículo anterior, hace presumir la existencia de un
contrato de trabajo".
Del contexto de los preceptos anotados se desprende que constituirá contrato de trabajo toda prestación de
servicios que reúna las siguientes condiciones:
a.) Una prestación de servicios personales; b.) Una remuneración por dicha prestación, y c) Ejecución de la
prestación en situación de subordinación o dependencia respecto a la persona en cuyo beneficio se realiza.
De las mismas disposiciones fluye que la sola concurrencia de las condiciones precedentemente enunciadas hace
presumir la existencia de un contrato de trabajo, si en la práctica se dan los elementos señalados.
En relación con el requisito signado con letra c), esta Dirección reiteradamente ha señalado que la "subordinación o
dependencia" se materializa a través de diversas manifestaciones concretas tales como: "continuidad de los
servicios prestados en el lugar de la faena, cumplimiento de un horario de trabajo, supervigilancia en el desempeño
de las funciones, obligación de ceñirse a instrucciones impartidas por el empleador, etc., estimándose, además, que
el vínculo de subordinación está sujeto en su existencia y características a las particularidades y naturaleza de los
servicios prestados por el trabajador".
Cabe consignar, en este mismo sentido, que un principio fundamental de la legislación laboral en la materia
corresponde a la primacía de la realidad, que consiste en otorgar prioridad a los hechos, es decir, a lo que
efectivamente ha ocurrido en la realidad, sobre las formas o apariencias o lo que las partes han convenido.
En consecuencia, se ha agregado, que en caso de discordancia entre lo que ocurre en la práctica y lo que surge de
documentos suscritos por las partes o acuerdos celebrados entre ellos, debe darse preferencia a los hechos. Prima,
entonces, la verdad de los hechos, sobre la apariencia, la forma o la denominación que asignaron éstas al contrato.
Así, por lo demás, lo ha declarado en reiteradas ocasiones la Corte Suprema, que ha sostenido que "entre los
principios imperantes en materia del Derecho del Trabajo, y que sirven de inspiración al derecho positivo en esta
rama, se encuentra el de la primacía de la realidad que significa que en caso de discordancia entre lo que ocurre en
la práctica y lo que surge de los documentos o acuerdos, debe darse preferencia a lo primero, es decir, a lo que
sucede en el terreno de los hechos (Rol 21.950, 16.03.1987).
En este punto, es donde la empresa, precisamente, sostiene que cada razón social tiene un estructura de mando y
subordinación propia y no relacionada. Precisamente dicho aspecto, como veremos a continuación, es el que viene
descartado por la constatación de la realidad efectuada por la fiscalización de este Servicio, contenida en el informe
Nº 1388/2007/01, de fecha 10 de Enero del 2007.
Ligadas a la empresa COPESA S.A aparecen las sociedades anónimas COPESA Producciones e Impresos S.A.
(PROSA), Promoservice S.A, Distribución y Servicios META S.A, y COPESA S.A Impresiones S.A. Del informe de
fiscalización se sigue inequívocamente que más allá de la existencia de varias razones sociales, la estructura de
mando y subordinación efectiva de los trabajadores pertenecientes a las distintas sociedades anónimas, es una
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misma y está dirigida directa e inmediatamente por el Gerente general de COPESA S.A. Sr. Max Sichel Day, del que
depende jerárquicamente todo el andamiaje productivo y laboral en el que se desempeñan los trabajadores.
En efecto, tal como señala el informe, "el Gerente General del Consorcio Sr. Max Sichel Day, quien es a su vez el
Gerente General de la empresa Consorcio Periodístico de Chile S.A., es a quien responden jerárquicamente,
mediante órdenes y mediante el control respectivo de sus trabajos, de los Gerentes de cada una de las razones
sociales fiscalizadas".
En esa línea "la gerencia de Recursos Humanos está a cargo de la Sra. Maria Cristina Vargas Cordero, quien tiene
contrato escriturado con COPESA S.A., está a cargo de la administración del recurso humano de todas las razones
sociales fiscalizadas, teniendo bajo su control los registros de asistencia, archivos con las carpetas de los
trabajadores de todas las razones sociales del consorcio, firma contratos y finiquitos de trabajadores de todas las
razones sociales; además, esta es la única área de Recursos Humanos existente en todo el Consorcio, en donde se
emiten por ejemplo las nóminas de personal, se pagan las remuneraciones, se tramitan las licencias médicas y se
atienden requerimientos de los fiscalizadores respecto de todas las razones sociales fiscalizadas, lo que no debe
entenderse como un centro de documentación, dado que este departamento, como se ha reiterado en el presente
informe, es quien administra centralizadamente toda la documentación que deriva de las relaciones laborales de
todos y cada uno de los trabajadores, indistintamente por quien se encuentren contratados".
Se trata, en rigor, de un solo empleador, que en reconocimiento inequívoco de esa calidad, celebra indistintamente
con las razones sociales ligadas los contratos de trabajos de los trabajadores que prestan los servicios para dicho
Consorcio. En efecto, en el informe de fiscalización consigna que los trabajadores son contratados indistinta e
indiferenciadamente por COPESA y por las razones sociales ligadas objeto de esta fiscalización:
"a.) Contratos de Trabajo de la empresa META S.A.
Revisada una muestra de cinco contratos de trabajo, se pudo establecer que cuatro de ellos, con sus respectivos
anexos, están firmados por la Gerente de Recursos Humanos de COPESA S.A., Sra. Maria Cristina Vargas, en
representación del empleador. Los casos corresponden a los trabajadores: Christian Pacheco Sandoval, Daphne
Munizaga Jara, Marta Duarte Veloso y Alicia Ines Piutril Cubillo. Entre tanto el quinto contrato aparece firmado por el
Sr. Max Sichel Day, Gerente General de COPESA
b.) Contratos de la Empresa Promoservice S.A.
La totalidad de los contratos revisados están firmados por la Gerente de Recursos Humanos de COPESA La
muestra involucra a los trabajadores: Nidia Montero Moraleda, Nadia Cepeda Ortiz, Maria Sotomayor Besa, Carolina
Oliva Salas e, Ignacio Ormeño Quintana
c.) Contratos de la empresa COPESA Impresores S.A.
Los tres contratos de trabajo revisados son firmados, en representación del empleador, por la Gerente de Recursos
humanos de COPESA, Sra. Maria Cristina Vargas Cordero. La muestra está referida a los trabajadores: Rodrigo
Ibarborou Vergara, Maria E. López Moya, Voltaire Pinedo Vargas.
d.) Contratos de la Empresa COPESA S.A.
Los cuatro contratos de trabajo revisados, aparecen firmados por la Gerente de Recursos Humanos de COPESA
S.A., Sra. Maria Cristina Vargas, los trabajadores son Alvaro Martinez Hormazabal, Jacob Silva Gutierrez, Raúl
Alvear Barria y, Carlos Barraza Romo".
Es obvio, que la gerente de recursos humanos actúa en todos estos casos como representante legal del empleador,
calidad que le corresponde en conformidad al artículo 4 del Código del Trabajo: "para los efectos previstos en este
Código, se presume de derecho que representa al empleador y que en tal carácter obliga a éste con los
trabajadores, el gerente, el administrador, el capitán de barco y en general, la persona que ejerce habitualmente
funciones de dirección o administración por cuenta o representación de una persona natural o jurídica".
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Conteste con tan evidente realidad, es que la documentación laboral de las cuatro sociedades, tales como copia de
contratos y liquidaciones de sueldo, es manejada única y exclusivamente por el Departamento de Recursos
Humanos de COPESA S.A, específicamente por la Srta. Paulina Carmona, Jefa de Gestión de Recursos Humanos
de COPESA S.A., la que tiene contrato de trabajo con COPESA S.A. y está bajo el control directo de la Gerente de
Recursos Humanos Sra. Maria Cristina Vargas, también trabajadora de COPESA S.A., quien, a su turno, esta bajo
la dirección jerárquica Gerente General de dicho Consorcio, Sr. Max Sichel Day.
Es más, como corresponde ineludiblemente a todo empleador, es el Departamento de Remuneraciones de
COPESA S.A. el que elabora y confecciona el comprobante de pago de todas las razones sociales aludidas, siendo
dicho Departamento "común para las cuatro razones sociales fiscalizadas".
A pesar de lo sostenido por la empresa, cada razón social tiene domicilios distintos, cabe señalar que, tal como
señala el informe de fiscalización, el funcionamiento de la administración de los recursos humanos de todas estas
empresas relacionadas corresponde al mismo: Vicuña Mackena Nº 1870-1962, Santiago. Ahí mismo, además, "se
concentra la línea productiva de las mismas empresas las que comparten espacios comunes y áreas de trabajo".
En ese sentido, no se trata sólo que cada razón social tiene un domicilio adyacente una de otra, sino cosa distinta,
de un centro laboral único e integrado, donde se confunden en la realidad la prestación de servicios de los
trabajadores de las distintas razones sociales, bajo el mando y jerarquía única y central de COPESA S.A.. Así, lo
constato el informe de fiscalización ya citado: "junto al mismo edificio se encuentran construcciones que albergan
toda la infraestructura necesaria para la línea de producción de las razones sociales asociadas las que incluso
comparten los mismos espacios de trabajo, siendo posible encontrar trabajadores de distintas razones sociales
utilizando maquinaria, espacios de bodegas, y áreas de trabajo comunes, como es el caso del área despacho,
donde el equipo de fiscalización encontró trabajadores de COPESA, COPESA IMPRESORES Y META. Asimismo,
en la sala de impresión de diarios, trabajan personas con contratos de trabajo escriturados, indistintamente, con
COPESA y COPESA IMPRESORES. Entre tanto, en la sala de impresión de PROSA, donde se imprimen folletos,
revistas y libros, se utiliza a trabajadores de COPESA y PROSA.".
De este modo, de todos los antecedentes anteriormente expuestos, es posible concluir, como lo hace el informe de
fiscalización citado, que "los procesos productivos de las razones sociales fiscalizadas se encuentran ligados entre
si, toda vez que los trabajadores de las cuatro razones sociales fiscalizadas comparten áreas comunes de trabajo y
dependen administrativa y jerárquicamente, en la mayoría de los casos tratados, del consorcio COPESA, con quien
mantendrían el vínculo de subordinación y dependencia y no respecto de aquellas razones sociales ya citadas, con
las que formalizan los respectivos contratos de trabajo".
La indicada realidad, que determina el vínculo de dependencia respecto de la empresa que organiza y administra la
respectiva actividad laboral, no resulta alterada por la sola circunstancia de que los mismos trabajadores pueden
aparecer formalmente vinculados a la sociedades COPESA Producciones e Impresiones S.A (PROSA),
Promoservice S.A., Distribución y Servicios META S.A. y COPESA Impresores S.A., y ello porque, en todo caso,
dicho acuerdo en cuanto expresión de voluntad, resulta jurídicamente irrelevante para configurar una situación
contractual respecto a las relaciones laborales que efectivamente se producen día a día con la empresa COPESA
S.A.. Tal como lo ha señalado la Corte Suprema, en aplicación del citado principio de primacía de la realidad, en la
legislación laboral "las cosas se califican jurídicamente, según su real naturaleza, y no conforme a lo que las partes
prediquen de ella" (Corte Suprema, Rol Nº 8530, 03.07.89).
En consecuencia, de conformidad con lo expuesto y disposiciones legales citadas, cúmpleme informar a Ud. que los
trabajadores formalmente contratados por la sociedades COPESA Producciones e Impresiones S.A (PROSA),
Promoservice S.A., Distribución y Servicios META S.A. y COPESA Impresores S.A., prestan servicios efectivamente
bajo subordinación y dependencia de la Empresa COPESA S.A., por lo que no existe impedimento jurídico para que
se afilien al sindicato constituido en esta última.
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39
3.
Responsabilidad del empleador por accidente del trabajo. Indemnización de
perjuicios.
1.
Responsabilidad Accidente Laboral
Santiago, veintinueve de mayo de dos mil siete.
Vistos:
En estos autos, rol Nº 5317-2001, del Séptimo Juzgado del Trabajo de Santiago, caratulados “Mato Díaz, Gonzalo
con Río Tinto Mining and Exploration Limited”, por sentencia de primer grado de veintinueve de mayo de dos mil
cuatro, escrita a fojas 253, se rechazaron las excepciones de incompetencia absoluta del tribunal y de prescripción
extintiva de la acción, opuestas por la demandada, y se acogió la demanda de indemnización de perjuicios por
accidente laboral, sólo en cuanto se condenó a la demandada a pagar al actor $360.000.000 por concepto de lucro
cesante y $250.000.000 por daño moral, más los reajustes e intereses que se indican, sin costas, por no haber sido
la demandada totalmente vencidas.
Se alzó la parte demandada y una de las salas de la Corte de Apelaciones de Santiago, mediante fallo de doce de
septiembre de dos mil cinco, que se lee a fojas 389, por decisión de mayoría, rechazó el recurso de casación en la
forma y, con algunas modificaciones y mayores fundamentos, la revocó en la parte que imponía el pago de intereses
y reajustes, declarando que ellos no proceden, salvo en cuanto al reajuste desde la ejecutoria de la sentencia y
hasta el pago efectivo y, en lo demás, la confirmó declarando que se reduce a $260.000.000 y $200.000.000 los
montos de las indemnizaciones por lucro cesante y daño moral, respectivamente, ordenados en su parte resolutiva.
En contra de esta última sentencia, el demandado ha deducido recurso de casación en el fondo, por haber sido
dictada, a su juicio, con infracciones de ley que han influido en lo dispositivo del fallo y a fin que se la invalide y se
dicte uno de reemplazo que rechace íntegramente la demanda, con costas.
Se trajeron estos autos en relación.
Considerando:
Primero: Que el recurrente denuncia, en un primer capítulo, el quebrantamiento de los artículos 455 y 456 Código
del Trabajo, argumentando, en síntesis, que es un hecho establecido en la causa que la demandada adoptó cada
una de las medidas razonables para proteger eficazmente la vida y la salud de sus trabajadores, incluso con
estándares más exigentes que los normales.
Refiere que se vulneran las normas de la sana crítica por cuanto los sentenciadores recurridos arribaron a una
conclusión totalmente contradictoria y absurda al declarar que la demandada es responsable de los perjuicios
padecidos por el actor, en circunstancias que, como consta en autos, la empresa ejecutó las medidas de protección
de la salud del demandante siendo atendido en el Hospital de la Universidad Católica donde, luego de un
tratamiento médico, fue dado de alta, de lo cual se colige que no es lógico concluir que la empresa demandada
carece de un sistema integral de protección y que haya incurrido en negligencia en esta materia.
Agrega que antes de viajar al extranjero -Ecuador- se le recomendó acudir a un especialista en enfermedades
tropicales y este facultativo prescribió el medicamento que estimó adecuado, Lariam, el mismo que actualmente se
utiliza en la profilaxis de la malaria.
Según lo expone el recurrente, no existe prueba alguna de que los efectos secundarios de medicamento pudieran
ser permanentes, pues los informes médicos allegados a la causa, e incluso los testigos de la parte demandante, al
declarar sobre este punto, son coincidentes en afirmar que no existe certeza o conocimiento de un solo caso como
el de autos.
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40
Indica que la Superintendencia de Seguridad Social determinó que la empresa demandada cumplió las normas de
seguridad exigidas y que no tuvo responsabilidad alguna en el daño padecido por el actor, ya que se trataría de
efectos adversos absolutamente excepcionales.
El empleador -insiste el recurrente- tomó todas las medidas a su alcance, en Ecuador a través de un sistema de
salud internacional contratado por la empresa, recibiendo el actor la ayuda médica requerida y, luego en Chile, al ser
internado en el Hospital de la Universidad Católica, donde fue dado de alta.
Posteriormente, una vez reincorporado a sus funciones, el demandante siguió prestando servicios en los años 1999
y 2001 efectuando veinte viajes al extranjero, obteniendo excelente calificación por su desempeño, de manera que
no era exigible a su parte adoptar otras medidas en favor del actor, sobre todo si se tiene en consideración que éste
se negó a practicarse los controles posteriormente, una vez reincorporado a sus funciones, el demandante siguió
prestando servicios en los años 1999 y 2001 efectuando veinte viajes al extranjero, obteniendo excelente calificación
por su desempeño, de manera que no era exigible a su parte adoptar otras medidas en favor del actor, sobre todo si
se tiene en consideración que éste se negó a practicarse los controles médicos que la empresa le facilitaba y que no
existe norma legal alguna que permita a la empresa empleadora obligarlo en contra de su voluntad.
Expone que el fallo atacado no efectuó un íntegro análisis de los fundamentos del dictamen emanado de la
Superintendencia de Seguridad Social que excluye de responsabilidad a la demandada, pues sostiene que lo
resuelto por la Asociación Chilena de Seguridad y la entidad fiscalizadora es obligatorio para los órganos del Estado
de los que formaría parte la Corte de Apelaciones y luego desestima la exculpación de responsabilidad.
En opinión del recurrente, todo demuestra que no existió relación de causalidad entre los supuestos daños sufridos
por el actor y la conducta de la demandada.
En el segundo capítulo del escrito de nulidad, denuncia la infracción a los artículos 69 de la ley 16.744, 1547, 1558,
2329 y 1698 del Código Civil, fundado en que en la práctica la sentencia recurrida concedió indemnización sin que
concurra acto de imputación alguno, esto es, sin existir culpa o dolo de la demandada, vulnerando con ello la norma
del citado artículo 69, que exige precisamente ese elemento subjetivo para que el daño sea reparable. Asimismo, se
infringen las demás disposiciones del derecho común aplicables al caso, en particular, los artículo 1547 y 1558, en
relación con el artículos 2329 todos del Código Civil, como también las reglas de los artículos 1439 y 2314 del
mismo texto, en cuanto a la necesaria relación causal, que en la especie no se ha verificado, sea esta fáctica o
jurídica.
Agrega que la sentencia incurre además en infracción de ley al condenar a la indemnización del daño moral sin
haberse probado, pues todo daño debe ser acreditado y al no entenderlo así los sentenciadores infringieron el
artículo 1698 del Código Civil, pues conceden la reparación del perjuicio sobre la base de meras conjeturas, asertos
genéricos e hipotéticos, no demostrados por el actor.
En cuanto a la norma del artículo 184 del Código del Trabajo, sostiene que en su aplicación los jueces de la
instancia han sobrepasado la norma legal extendiéndola a una situación ajena a su contenido, puesto que la
empresa demandada cumplió precisamente todas las obligaciones impuestas por la ley, sin contar con la
colaboración del trabajador, incurriendo los sentenciadores en el vicio de nulidad reclamado.
En un tercer capítulo se denuncia la infracción a los artículos 68 y 77 de la ley 16.744 y 31 de la ley 16.395,
exponiendo al efecto que la Asociación Chilena de Seguridad en ninguno de sus dictámenes determinó que la
demandada habría infringido las medidas de seguridad por ella establecidas y, es más, la Superintendencia en su
resolución afirmó, por el contrario, que la demandada no tuvo responsabilidad alguna en el infortunio que afectó al
actor y que los efectos adversos del mencionado fármaco se presentan sólo en algunas de las personas que lo
utilizan y, específicamente, la encefalopatía secundaria es de carácter excepcional, según los datos científicos
disponibles.
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41
Indica que el artículo 31 de la Ley 16.395 dispone que la Superintendencia de Seguridad Social tiene la atribución
de vigilar el cumplimiento de las leyes y reglamentos sobre seguros de accidentes del trabajo y está facultada para
sancionar las infracciones y verificar los datos que se le proporcionen, entre otras.
La mencionada entidad resolvió definitivamente que la empresa no tuvo responsabilidad respecto de lo constatado
por el organismo asegurador, de modo que la división que se ha practicado de las resoluciones de los organismos
técnicos, tomando la parte que fijó el grado de afectación del actor, pero ignorando y eliminando aquélla en la cual
se ha eximido de responsabilidad al empleador, resulta arbitraria. En este caso, la supremacía en la legislación de
seguridad social sobre las decisiones adoptadas por los organismos competentes, no fue respetada.
A lo anterior añade que el artículo 77 de la Ley 16.744 establece que esta autoridad tiene la facultad de resolver los
reclamos de los empleadores en materia de seguro social por accidentes del trabajo y enfermedades profesionales,
la que fue desconocida por los sentenciadores del grado.
Termina señalando la influencia que los errores de derecho denunciado tendría, en su concepto, en lo dispositivo del
fallo.
Segundo: Que se fijaron como presupuestos fácticos en la sentencia impugnada, los que siguen:
a)
el demandante trabajó para el conglomerado empresarial de la demandada desde el 1° de abril de 1981,
como Geólogo y luego como Gerente de Exploración, hasta el 19 de febrero de 2001, fecha en que la
demandada puso término a la relación laboral por la causal del artículo 161 del Código del Trabajo, esto
es, necesidades de la empresa;
b)
la remuneración del actor al momento del cese de la relación laboral ascendía a $ 4.365.300;
c)
el actor debió viajar al extranjero en julio de 1999, a requerimiento de la empresa demandada, para hacer
trabajos en la selva tropical del Ecuador, donde había malaria. Una secretaria de la empresa le manifestó
que debía visitar al médico infectólogo Luis Thompson Moya, para que le prescribiera el tratamiento
profiláctico a fin de evitar el contagio de esa enfermedad; el nombrado médico le prescribió el
medicamento Lariam, cuyo compuesto es la mefloquina, tratamiento que comenzó en julio de 1999, una
semana antes de iniciar el viaje, ingiriendo una pastilla a la semana, hasta su regreso ocurrido en el
mismo mes y año;
d)
mientras desarrolló su trabajo en la selva tropical el actor se sintió enfermo, fue atendido en una clínica de
ese país y se dio aviso a SOS Internacional de su situación;
e)
en julio de 1999 el demandante regresó a Chile, permaneciendo en reposo unos días, lo que comunicó a
Claus Eppinger, Geólogo senior de la demandada; posteriormente la enfermedad del actor se agravó,
debiendo consultar un médico con especialidad en neurología y otro en psiquiatría, quienes concluyeron
que el actor padecía un síndrome psico-orgánico, secuela de una encefalopatía tóxica, producida por la
sustancia llamada mefloquina ingerida por él mismo y, por agravarse la enfermedad fue internado en el
Hospital Clínico de la Universidad Católica para que le fueran efectuados algunos exámenes de
especialidad, lo que ocurrió entre fines de julio y comienzo de agosto de 1999, luego de un tratamiento
adecuado, se recuperó y fue dado de alta, sin que se desvirtuara el diagnóstico médico antes señalado;
f)
el actor se reincorporó a su trabajo sin que su salud se recuperara íntegramente, quedando con secuelas
de la enfermedad;
g)
la Asociación Chilena de Seguridad, por resolución N°41.0421, de 17 de agosto de 2.001, resolvió que el
demandante presentó el diagnóstico de encefalopatía severa secundaria a mefloquina de carácter
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irreversible, con secuela de deterioro orgánico cerebral leve a moderado, quedando con un grado de
incapacidad laboral del 40% y con pérdida de la aptitud profesional para su trabajo de geólogo;
h)
la Superintendecia de Seguridad Social, luego de conocer la apelación de la empresa demandada contra
la resolución de la ACHS, resolvió el 26 de marzo de 2002, declarar accidente del trabajo el siniestro que
presentó el actor y las secuelas que le han ocasionado una pérdida de capacidad de ganancia del 40%,
por lo cual declaró que la nombrada Asociación debe conceder una pensión parcial al interesado de
conformidad a la Ley 16.744;
i)
existe constancia en autos de la mala reacción que el trabajador tuvo al medicamento Lariam tanto en
Ecuador como en Chile al regreso de su viaje, pero no existe ninguna constancia de otras medidas
adoptadas por la empresa para supervigilar o controlar el tipo de tratamiento indicado, las condiciones de
salud del trabajador desde entonces y hasta un grado de evolución aceptable, considerando que se trata
de una misión en el extranjero, en condiciones y con riesgos atípicos de su actividad habitual;
j)
el trabajador no cumplió con la obligación de efectuarse chequeos médicos anuales en la etapa posterior a
su regreso de Ecuador, sin que la demandada adoptara algún tipo de medida a este respecto;
k)
el actor no fue informado de las posibles reacciones colaterales que podría experimentar;
Tercero: Que sobre la base de los presupuestos reseñados en el motivo anterior, los jueces del fondo concluyeron
que la empresa demandada no contaba con un sistema integral de protección para la situación laboral del actor y
que éste debió enfrentar, atendido el alto nivel de la actividad involucrada y de las entidades participantes, así como
el estado actual de evolución tecnológica y que no realizó de manera eficiente las medidas de prevención y reacción
que el caso ameritaba. Los sentenciadores determinaron que lo anterior importa una negligencia que no se
compadece con la obligación establecida en el artículo 184 del Código del Trabajo y obliga a aceptar la demanda
por las indemnizaciones reclamadas, en los términos anotados en la parte expositiva de este fallo.
Cuarto: Que dirimir la controversia de autos pasa por determinar si la demandada, en calidad de empleadora del
actor, ha incurrido en infracción al deber de protección impuesto por el artículo 184 del Código del Trabajo y si por
ello se encuentra obligada a resarcir los perjuicios derivados del accidente del trabajo padecido por el demandante
en julio de 1999.
Quinto: Que el precepto legal en que se apoya la acción intentada por el actor es el artículo 184 del Código del
Trabajo, el que establece el deber general de protección de la vida y la salud de los trabajadores, impuesto por el
legislador a los empleadores, principio que se encuentra incorporado a todo contrato, siendo un elemento de su
esencia. El empleador está obligado a dar seguridad a sus dependientes y tal deber de otorgar seguridad en el
trabajo, bajo todos sus respectos, es una manifestación de su responsabilidad general de protección. Por ende, el
incumplimiento de esa obligación genera para el trabajador el derecho a la reparación del daño ocasionado, sobre
todo si se considera que ella encuentra su fuente inmediata en la ley.
Sexto: Que en la relación entre trabajador y empleador no sólo existe un contenido de naturaleza patrimonial, cual
es el intercambio de servicios por dinero que los retribuye, sino también elementos jurídicos no patrimoniales,
entendida esa vinculación como una comunidad con objetivos comunes que impone deberes recíprocos y
permanentes de lealtad, respeto y protección. La legislación nacional ha recogido en el mencionado artículo 184 la
obligación normal que recae sobre el empleador para proteger eficazmente la vida y salud de sus trabajadores. La
regla del citado precepto ha sido complementada por la normativa de seguridad social, reafirmando el carácter
tuitivo del derecho laboral y su unión con esa rama del derecho laboral.
Séptimo: Que en la materia es el legislador, quien ante la infracción por parte del empleador de una de las
obligaciones de la esencia de un contrato laboral, ha previsto el subsiguiente resarcimiento para él o los afectados,
consagrando la acción pertinente en el artículo 69 de la Ley Nº 16.744, sobre Seguro Social contra Riesgos de
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Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, que prescribe: ?Cuando el accidente o enfermedad se deba
a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan,
deberán observarse las siguientes reglas: ... b) la víctima y las demás personas a quienes el accidente o
enfermedad cause daño podrán reclamar al empleador o terceros responsables del accidente, también las otras
indemnizaciones a que tengan derecho, con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño
moral.?. Es decir, esta norma prevé la posibilidad de obtener indemnización de perjuicios, cuando ellos han sido
causados por el incumplimiento de la obligación de proteger la vida y salud del trabajador, cometido por su
empleador. En consecuencia, la acción deducida en estos autos es eminentemente indemnizatoria y tal
resarcimiento resulta procedente si se dan los respectivos presupuestos.
Octavo: Que en el libelo pretensor el actor reclamó por una supuesta omisión culpable por parte de la empresa
demandada al no haber averiguado ésta los efectos secundarios del medicamento que le fue prescrito por un
facultativo en el tratamiento preventivo de la malaria, enfermedad a la que se vio expuesto con ocasión de su
trabajo. Al efecto, el actor adujo que la demandada, dedicada al rubro de la minería en numerosos países de alto
riesgo de esa enfermedad, debía saber por informaciones proporcionadas por personal de la empresa de Brasil, las
consecuencias adversas que podría producir el medicamento que le fue suministrado, pues era menos costoso para
la empresa tener esa información considerando su giro, que imponerla al trabajador, lo que resultaría absurdo y
poco eficiente en términos sociales.
Noveno: Que por mandato legal y en virtud del recurso de apelación interpuesto por la parte demandada, la
Superintendencia de Seguridad Social, pronunciándose sobre la resolución de la ACHS, confirmó la existencia de un
daño orgánico cerebral moderado en el actor, patología que en ausencia de otros factores causales, se atribuyó a la
encefalopatía por mefloquina (principio del medicamento Lariam), de la cual se recuperó, pero le dejó como secuela
permanente y definitiva el referido daño y, asimismo confirmó que la incapacidad del afectado es del 40%. La
autoridad administrativa agregó que el episodio sufrido por el actor debe considerarse como un accidente laboral por
cuanto el medicamento que causó todo el cuadro clínico del trabajador se prescribió con ocasión del trabajo
(prevención de malaria de un viaje a Ecuador). Resolvieron, además, que todos los síntomas del Sr. Mato,
incluyendo la encefalopatía, aparecen descritos en la bibliografía adjunta a los antecedentes. Las reacciones
adversas que presentó fueron de carácter transitorio, sólo que la encefalopatía dejó un daño orgánico cerebral,
como suele observarse en compromisos encefálicos de otro origen. En el mismo dictamen la Superintendencia
añadió que ?la empresa empleadora no tuvo responsabilidad alguna en el infortunio que afectó al señor Gonzalo
Mato Díaz. Más aún cumplió con todas las normas de seguridad al enviar al funcionario a efectuarse prevención
antes de un viaje que entrañaba el riesgo de contraer enfermedades tropicales. Los efectos adversos del
mencionado fármaco se presentan tan sólo en algunas personas que lo utilizan y, específicamente, la encefalopatía
es de carácter excepcional, según datos científicos disponibles. Sólo podría objetarse que el señor Mato no fue
informado de las posibles reacciones colaterales que podría presentar y, en estas circunstancias, no suspendió el
medicamento al aparecer los primeros síntomas.
Décimo: Que en este contexto cabe determinar cuales son las medidas razonables y eficaces que la empleadora
negligentemente habría omitido en resguardo de la salud del actor para efectos de configurar el supuesto
incumplimiento contractual que se le imputa. En esta materia la sentencia recurrida aduce que el empleador, luego
de sugerir al actor la consulta de un determinado especialista en enfermedades tropicales no adoptó otras medidas
para supervigilar o controlar el tipo de tratamiento indicado, las condiciones de salud del trabajador desde entonces
y hasta un grado de evolución aceptable y permitió que el trabajador incumpliera su obligación de efectuarse
controles anuales de salud después de su regreso de Ecuador.
Undécimo: Que siendo un hecho de la causa que el actor se reincorporó normalmente a su trabajo luego de
superar los problemas de salud padecidos en julio y agosto de 1999 hasta el 19 de febrero de 2001, fecha en que
fue despedido por necesidades de la empresa y, al no estar asentado en autos que el actor haya informado
oportunamente a su empleadora las secuelas que dicho evento le ocasionó, es evidente que en las condiciones
anotadas, la empresa demandada no se encontraba en condiciones de implementar medida alguna en su resguardo
y porque habiendo sido dado de alta el actor por los médicos que lo atendieron no resulta lógico exigir al empleador
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una conducta de control del curso y consecuencias de una dolencia médica oportunamente tratada por los
respectivos especialistas. En efecto, el daño cuya falta de atención se reprocha al empleador escapa a las
facultades de fiscalización normal de la demandada, los efectos adversos excepcionales de la ingesta del fármaco
debieron ser informados al actor por el médico tratante o por quienes lo examinaron en Ecuador y luego en Chile,
sobre todo si se tiene presente que de los antecedentes no se observa reclamo del trabajador en tal sentido y que
éste se abstuvo, sin justificación alguna, de someterse al control de salud anual que la empresa facilitaba a sus
dependientes, reticencia que no puede ser imputada a negligencia de la demandada, desde que el legislador obliga
al empleador a cumplir un deber normal de protección para evitar accidentes del trabajo.
Duodécimo: Que la norma exige al empleador, en general, tomar las medidas necesarias para proteger
eficazmente la vida y salud de sus trabajadores. Para ello se le ordena mantener las condiciones adecuadas de
higiene y seguridad en las faenas y los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades
profesionales; prestar o garantizar los elementos necesarios para que puedan acceder a una atención médica,
hospitalaria y farmacéutica y contar con los medios adecuados para prestar esa oportuna y adecuada atención. Los
valores comprometidos en el referido deber, como ya se dijo, no son de contenido patrimonial, pues se refieren a la
vida, la integridad síquica y la salud de los trabajadores y para verificar su eficaz cumplimiento la lógica ordena
considerar una protección razonable de acuerdo a la actividad empresarial y a las facultades normales de
fiscalización y control del empleador. Lo anterior se cumple plenamente en la especie, desde que el empleador en
relación a su obligación de cuidado y prevención, ante el riesgo que significaba para el trabajador el viaje a Ecuador,
dispuso las medidas necesarias, en este caso, atención médica preventiva en relación a enfermedades tropicales,
careciendo la demandada de responsabilidad en el infortunio que la ingesta del medicamento suministrado le
ocasionó al demandante. El trabajador, en conocimiento de su real estado de salud, no puede imputar negligencia a
su empleador si él mismo, faltando a su propio deber de protección, trabajó dos años sin dar cuenta de
padecimiento alguno y sin someterse a los exámenes preventivos de rigor. La ley obliga al empresario a tomar las
medidas y proporcionar los implementos necesarios para prevenir accidentes del trabajo, es decir, para evitar que
tales siniestros se produzcan pero que, en caso alguno, puede llegar a entenderse que se compromete a que no se
ocasionen.
Décimo tercero: Que, en consecuencia, al haberse estimado que no obstante la actitud y medidas adoptadas por la
empleadora, la misma incumplió la obligación contemplada en el artículo 184 del Código del Trabajo, por cuanto no
contaba con un sistema integral de protección para la situación laboral del actor y que ésta no respondió de manera
eficiente con las medidas de prevención y reacción que el caso ameritaba, se ha infringido, en la sentencia atacada
el articulo citado, por su errada interpretación, al extenderlo a una situación de hecho no regulada por la norma,
vulnerando con ello los artículos 455 y 456 del mismo texto legal, pues en sus conclusiones fácticas se han
conculcado las normas de la lógica y las máximas de la experiencia al imponer a la demandada una conducta que,
de acuerdo al desarrollo de los acontecimientos que provocaron el daño al trabajador, no era razonable para los
fines previstos por la ley.
Décimo cuarto: Que los errores de derecho constatados han influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo,
desde que condujo a los sentenciadores a condenar a la demandada al pago de indemnizaciones por
incumplimiento al deber de protección previsto en el artículo 184 del Estatuto del Trabajo, que como ya se dijo, no
se encuentra probado.
Décimo Quinto: Que conforme a lo que se ha razonado procede acoger la nulidad de fondo intentada por el
demandado.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 463 del Código del Trabajo y 764, 765, 767,
772, 783 y 785 del Código de Procedimiento Civil, se acoge, sin costas, el recurso de casación en el fondo
deducido por el demandado a fojas 399, contra la sentencia de doce de septiembre de dos mil cinco, que se lee a
fojas 389, la que, en consecuencia, se invalida en la parte que resuelve la apelación deducida y se la reemplaza
por la que se dicta a continuación, separadamente, sin nueva vista.
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Regístrese.
Nº 5770-05.
Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señores Marco Libedinsky T.,
Urbano Marín V., Hugo Dolmestch U., Patricio Valdés A. y el abogado integrante Sr. Juan Carlos Cárcamo O. No
firma el abogado integrante Sr. Cárcamo, no obstante haber concurrido a la vista y acuerdo del fallo de la causa, por
encontrarse ausente.
Autoriza la Secretaria Subrogante de la Corte Suprema, señora Carola Herrera Brummer
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CONGRESO NACIONAL
1.
Proyectos de Ley relevantes en Trámite
Prohíbe Trabajo Menores en Establecimientos Industriales y Comerciales: Ingresó a trámite legislativo en
la Cámara de Diputados un proyecto de ley originado en moción parlamentaria que modifica el artículo 18
del Código del Trabajo en dos sentidos: 1) Prohíbe expresamente a los menores de 18 años realizar
trabajos nocturnos en establecimientos industriales y comerciales “por un período de 11 horas
consecutivas”, el que incluirá el lapso que media entre las veintidós y las siete horas; y, 2) Eliminar el
inciso segundo, que permite el trabajo nocturno de varones mayores de 16 años bajo ciertas
circunstancias. (13.06.2007)
Nueva Responsabilidad Subsidiaria: Ingresó a trámite legislativo en el Senado un proyecto de ley
originado en moción parlamentaria que dispone que ante una situación de insuficiencia de bienes para
hacer cumplir las obligaciones laborales de los trabajadores, reconocidas por una sentencia judicial, se
podrán perseguir otros patrimonios comerciales del único deudor, si éste es persona natural o una
empresa individual de responsabilidad limitada, o de cualquiera de los socios, si se tratare de una
sociedad empleadora. (12.06.2007)
2.
Leyes aprobadas en el período Junio 2007
Cotizaciones Morosas: Congreso Nacional aprobó este proyecto de ley, originado en una moción
parlamentaria, que extiende las responsabilidades pecuniarias del empleador moroso en el pago de las
cotizaciones previsionales respecto del trabajador despedido. Esta iniciativa legal difiere del criterio
establecido por la Corte Suprema en esta materia. (06.06.2007)
Ingreso Mínimo: Congreso Nacional aprobó el proyecto de ley que eleva, a contar del 1 de julio de 2007,
de $135.000 a $144.000 el monto de ingreso mínimo mensual para los trabajadores mayores de 18 años
de edad y hasta de 65 años de edad, y a $145.000 a partir del 1 de enero de 2008, si la variación
porcentual del Producto Interno Bruto (PIB) acumulado entre el cuarto trimestre del 2006 y el tercer
trimestre del 2007 en comparación al PIB acumulado entre el cuarto trimestre del año 2005 y el tercer
trimestre del 2006 fuere superior a un 5,8; el monto del ingreso mínimo mensual para los trabajadores
mayores de 65 años de edad y para los trabajadores menores de 18 años de edad, de $101.491 a
$107.509; y, el monto del ingreso mínimo mensual que se emplea para fines no remuneracionales, de
$87.697 a $ 92.897. (21.06.2007)
Modifica el Código del Trabajo, en lo relativo a la admisión al empleo de los menores de edad y al
cumplimiento de la obligación escolar: Congreso Nacional aprobó este Proyecto originado en una Moción
Parlamentaria (Diario Oficial 12.06.2007, Ley Nº 20.189)
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