ESPIRITUALIDAD LEONARDINA Y VIDA COMUNITARIA-PASTORAL La presencia de los “leonardinos” en nuestras parroquias también se traduce en un estilo y modo de ser particular de vivir la comunidad y la acción pastoral. De hecho las notas de espiritualidad leonardina que se ofrece en el presente artículo pretenden iluminar el quehacer pastoral de la comunidad desde una mirada propia es decir carismática que enriquece a la gran comunidad que es la Iglesia. Se muestran a modo de “tips”. La predicación de la palabra y la catequesis:este aspecto tan activo y fecundo de nutras pastorales tiene que ver con expresión de una comunidad madura que no es reductiva y exclusivista sino que en el estilo del Papa Francisco propone una comunidad sin fronteras, con menos trámites más soluciones, menos requisitos más acogida. Nuestras catequesis deben ser narración de la Fe más que cursos, sesiones o charlas. En este sentido el magisterio, la experiencia común de pastores y laicos, los aportes de los movimientos son claves. Ninguna comunidad parte de cero. Los sacramentos don Trinitario-Eclesial: la vida sacramental, en especial aquella eucarística, es un proceso gradual de formación y vivencia, hoy no se puede pretender que los “enormes” contenidos que nos pide la Iglesia sean vividos en su totalidad si la comunidad no los ha asumido primero. La disponibilidad de los pastores y la acogida comunitaria es el primer rostro que tiene que ver el laico que necesita de esto. Por don los sacramentos son para todos y es necesario educarnos en esta gratuidad por esto la formación institucional y personal son muy importantes. María la mujer eucarística: la vida de María se resume así: ella es Esposa y Madre a la vez. En este sentido ella es modelo del discípulo-misionero, nuevo y viejo modo de ser cristiano, Ella sigue hasta el final a Jesús y luego acompaña en los primeros pasos a la Iglesia por eso Ella es modelo del orante, del fiel, del catequista y del misionero. Es muy importante volver nuestros ojos a la figura de María ella es la mejor síntesis de lo que somos en virtud de la Gracia del Señor. La cruz un misterio de pasión y gloria: En la vida de San Juan Leonardi la presencia de la cruz es constante sea por su devoción especial a este misterio como la vivencia de la misma en su doble dimensión de pasión y gloria. En la vida del cristiano la cruz es una parte necesaria, no se trata de predicar un cristianismo de dolor y lleno de luto sino el realismo de la condición humana que a veces vive el dolor en sus diferentes formas; y a su vez, la gloria en los momentos diarios de resurrección que vivimos en el Señor. Cristo medicina y terapia de la humanidad: En la predicación de san Juan Leonardi esta dimensión terapéutica del Señor se hace evidente en sus escritos y en su modo de actuar y misionar. “a grandes males, grandes remedios”. Nuestro Fundador está convencido que la gran medicina contra el mal y el pecado es Cristo mismo que opera la redención en cada creyente y de manera misteriosa en cada ser humano. Cuando estamos enfermos vamos al médico y este nos ausculta e identifica la enfermedad dándonos un diagnóstico para luego prescribirnos una receta con el fármaco adecuado para sanarnos, por eso nos dice tome esto por tanto tiempo tantas veces al día y esta terapia nos curará. En la visión de san Juan Leonardi el médico y el remedio son Cristo. La terapia: no es otra cosa que la penitencia en sus diversas formas, de manera especial en la celebración del Sacramento de la Reconciliación, los sacrificios, la búsqueda de la conversión personal, comunitaria y pastoral. Estos “tips” son algunos aspectos de la riqueza del carisma leonardino, que bueno sería confrontarlos con nuestro modo de hacer pastoral y compartirlo para crecer y mantener la comunión. P. EduardoWinser C. omd