Los problemas de aprendizaje causados por dificultades de integración sensorial, no se relacionan con niveles intelectuales bajos ni con lesiones neurológicas. Son niños que pueden haberse diagnosticado con dispraxia o dislexia, Disgrafia, o simplemente retraso en el aprendizaje o retraso madurativo. Todos estos términos se relacionan con dificultades específicas en el aprendizaje motriz y/o académico. El niño que tiene dificultades de integración sensorial puede tener problemas en tan sólo una de estas áreas (motricidad, lecto-escritura, matemáticas…) o en la mayoría de ellas. El diagnostico más frecuente entre los niños que presentan problemas de aprendizaje o de motricidad es la dislexia. Pero en la mayoría de los casos esta dislexia (significa tener dificultades con las palabras) no aparece aislada y no es la causa del problema. Los niños no tienen dificultades con las palabras como base del problema, sino que tienen dificultades en la integración sensorial, presentando problemas de organización espacial, planificación motriz, memorización, etc. Y como causa más evidente aparecen los problemas con las palabras o dislexia (en la escritura, lectura, comprensión lectora, lenguaje escrito expresivo…). Dispraxia y dislexia ¿Qué diferencia existe entre la dispraxia y la dislexia? Cuando el niño tiene dificultades en el aprendizaje de nuevas acciones motrices quiere decir que tiene dificultades en las actividades de praxis, y por ello hablamos de dispraxia. Cuando las dificultades están en la lectoescritura, hablamos de dislexia (dificultades con las palabras). Pero a menudo la causa de ambas dificultades es la misma, los problemas de integración sensorial, y las consecuencias terminan siendo las mismas: un rendimiento escolar por debajo de las capacidades reales del niño/a. Algunos de los aspectos primordiales que se evalúan en los niños de 5 a 8 años para determinar si presentan problemas de integración sensorial es analizar si tienen dificultades en la praxis (realizar nuevas tareas a nivel motriz). Debemos preguntarnos si el niño/a tiene dificultades en los siguientes aspectos: - Vestirse y desvestirse (abotonarse, atar, poner y sacar, acomodar, hacer lazos…) - Escritura (mala letra, sujeción incorrecta del lápiz, demasiada fuerza, desorientación espacial de las letras, dibujo precario de la figura humana…) - Montar en bicicleta o triciclo (primero con cuatro ruedas y después con dos) - Manejo de los cubiertos (cortar de forma adecuada y coordinada) - Saltar con - cuerdas, jugar Manipular con las las gomas… tijeras Los niños que presentan dificultades en el aprendizaje motriz (en las actividades de praxis que se han descrito anteriormente), pueden presentar con mayor frecuencia dificultades en el aprendizaje escolar (lectura, matemáticas, memorización, razonamiento lógico, ortografía, comprensión, etc.), y la mayoría de ellos son candidatos a recibir el diagnóstico de dislexia, como El aprendizaje motriz principal causa de sus problemas. El aprendizaje motriz es el paso previo al aprendizaje académico, y el orden de intervención también debería ser el mismo. No se pueden trabajar las habilidades de lecto-escritura si el niño/a no tiene una buena orientación espacial, si no tiene unos buenos movimientos oculares y una motricidad fina adecuada. Sus articulaciones deben estabilizarse de forma correcta, la mano necesita moverse de forma independiente al hombro, y la lateralidad debe estar bien definida.. Si estas habilidades primarias no se han desarrollado correctamente, los problemas de aprendizaje escolar son mayores. ¿Es lo mismo tener dificultades de praxis que dificultades de coordinación motriz? No, las dificultades de coordinación conllevan comúnmente que el niño se cae frecuentemente al suelo, es fácilmente etiquetado como patoso, torpe, y no le cuesta aprender a realizar las acciones, sino que las realiza de forma poco coordinada. Tener problemas de coordinación motriz no implica tener dificultades de aprendizaje, aunque sí puede darse el caso. Pero las dificultades de praxis siempre se relacionan con problemas de aprendizaje. Para poner un ejemplo ilustrativo, nos imaginamos a dos niños de 10 años, y analizamos la forma como aprendieron a ir en bicicleta y cómo la manipulan en la actualidad. El niño con problemas de coordinación motriz desde los 3 años sabe pedalear el triciclo, y a los 8 le quitaron las ruedas traseras. En la actualidad sus padres siguen cerrando los ojos cada vez que monta en bicicleta, porque se tambalea y parece que va a perder el equilibrio. No es capaz de saltar un pequeño escalón con la bici como hacen otros niños, se limita a conducir a una velocidad muy prudente, evitando cualquier peligro. El niño con problemas de praxis, a los 5 años todavía no sabía pedalear el triciclo, y a los 8 años cuando ya dominó el pedaleo correctamente, no logró aprender sin las ruedas traseras. Tras dos años de entrenamiento, a los 10 años de edad ya controla la bicicleta perfectamente y es capaz de saltar pequeños escalones, ir a gran velocidad y en muy pocas ocasiones se cae. Los padres comentan que una vez aprende algo bien, a pesar de que le ha costado muchísimo tiempo, ya lo ha aprendido para siempre. Con este ejemplo es más fácil comprender por qué los niños con dificultades de praxis, tienen problemas en el aprendizaje académico, y es muy fácil detectarlos si observamos alguno de los puntos descritos anteriormente. Una de las principales causas por las cuales los niños presentan dificultades práxicas, son las dificultades de integración sensorial. El niño no procesa correctamente la información vestibular, propioceptiva, auditiva y/o táctil, y el sistema nervioso central no madura de forma adecuada. Así mismo la dislalia es un trastorno de pronunciación o articulación del habla, que no obedece a patología del sistema nervioso central, pero con el fin de identificar mejor este trastorno, puede definirse como un trastorno de articulación de fonemas ya sea alterando algún sonido concreto o sustituyendo algunos de ellos y es un proceso superable fácilmente mediante la pronunciación correcta del sonido, el dislálico puede realizar voluntariamente el movimiento que le permitirá la articulación correcta, y el defecto articulatorio es razonablemente constante, pues ante pronunciaciones similares el trastorno se mantiene constante. TARTAMUDEZ Es un trastorno del habla (no un trastorno del lenguaje) que se caracteriza por interrupciones involuntarias del habla que se acompañan de tensión muscular en cara y cuello, miedo y estrés. Ellas son la expresión visible de la interacción de determinados factores orgánicos, psicológicos y sociales que determinan y orientan en el individuo la conformación de un ser, un hacer y un sentir con características propias. Comienza, de modo característico, entre el segundo y cuarto año de vida, aunque se suele confundir con las dificultades propias de la edad a la hora de hablar. Al final, solo uno de cada 20 niños acaba tartamudeando y muchos de ellos superan el trastorno en la adolescencia. TIPOS DE TARTAMUDEZ Tónica: caracterizada por las múltiples interrupciones ocasionadas por espasmos. Durante las interrupciones el paciente muestra rigidez y tensión faciales. Es la que presenta peor diagnóstico. Clónica: caracterizada por las repeticiones de sílabas y palabras enteras, más frecuentes en consonante que en vocal, más todavía en oclusivas y que se dan mayoritariamente a principio que en medio de palabra. Tónico-clónica o mixta: es el tipo más frecuente, porque resulta difícil encontrar un disfémico puro tónico o clónico, la mayoría combinan los dos síntomas CAUSAS Neurofisiológicamente, el tartamudo presenta un funcionamiento deficiente de los centros del habla del hemisferio izquierdo, que se intenta compensar con un mecanismo propio del hemisferio derecho. No existe una etiología única que explique la mayoría de las disfemias: Genéticas: en gemelos monocigóticos disfémico si uno sufre tartamudez el otro tiene un 77% de posibilidades de sufrirla, mientras que en los dicigóticos es de un 32%. Asimismo existe entre un 30% y un 40% de posibilidades de que el hijo de un progenitor disfémico tenga disfemia. Sexo: la disfemia es más frecuente en hombres (75%) que mujeres. Trastornos de lateralidad: actualmente se considera otro mito más sobre la causa de la tartamudez.1 Por otra parte, la mano dominante del tartamudo no influye de manera significativa en la severidad de su tartamudez.2 Psicolingüísticas: frecuentemente se oye que la causa de la disfemia en ciertas personas de elevada inteligencia puede estar en que su pensamiento avanza más rápido que su lenguaje. Esto no es del todo cierto. Sería más correcto decir que tienen un déficit en el pensamiento linguoespecular frente a un elevado procesamiento sensoactorial. El pensamiento linguoespecular es aquel en el que pensamos en un significado y asociamos visualmente a la palabra escrita que lo representa, mientras que en el sensoactorial lo asociamos a la imagen. Por lo tanto si un sujeto tiene una inteligencia basada en una capacidad de asociar estímulos visuales no lingüísticos sí puede tener problemas de articulación correcta del lenguaje. Traumáticas: se refieren a la aparición de la disfemia como resultado de un choque emocional (poco frecuente) o como resultado de estados de tensión prolongados a los que es sometido el individuo que es propenso a ella. DEFICIENCIAS VISUALES Y AUDITIVAS Desde hace bastante tiempo el estudio de los sentidos formó parte de la teoría del conocimiento y fue objeto de tratamiento de numerosas ciencias, lo que ha contribuido a la mejora y detección de enfermedades y problemas. La oftalmología, la foniatría, la audiometría, la dermatología y la kinesiología, entre otras ciencias, se han beneficiado de las investigaciones sensoriales. La Psicología y la Pedagogía del sordo y del ciego han recibido asimismo un gran impulso y un enorme apoyo en sus estudios sensoriales. En general, las personas con discapacidades están recibiendo un significativo aumento de atención educativa, profesional y social en las últimas décadas. Las aproximaciones multidisciplinares en el estudio e investigación de estos grupos han intentado unificar criterios acerca de la consideración de deficiencias-discapacidad-minusvalía así como de encontrar modelos teóricos integradores capaces de describir y explicar la intervención del mayor número de trastornos. Los sistemas, visuales y auditivos, junto a otros, son los encargados de procesar la información del ambiente externo e interno. Los sentidos reciben y transforman la energía además de modificarla, ampliarla y reducirla, están pues, al servicio de la información del organismo, filtrando, recibiendo, transformando y realizando una selección de los elementos significativos. Por ello, se puede deducir que la información sensorial es esencial para la construcción de los procesos cognitivos. Cuando el organismo pierde información que debería llegarle por alguno de los órganos sensoriales, éste ve dificultado su proceso de construcción y desarrollo. Las disminuciones sensoriales privan pues, de la posibilidad de un desarrollo adecuado. El déficit sensorial son todas aquellas deficiencias relacionadas con los sentidos aunque son las fundamentales, las deficiencias auditivas y las visuales, que son los canales que propician en mayor potencia la codificación y decodificación del mundo externo e interno. La función principal del oído es la de absorber el lenguaje constituyendo una vía principal de acceso al mundo, de su deficiencia se podrán derivar dificultades emocionales, relacionales, de aprendizaje, etc. El sentido de la vista envía al cerebro tantas sensaciones como el resto de los sentidos juntos. Por ello las disminuciones visuales suponen un aislamiento y una afectación general en el comportamiento y desarrollo de las personas de enorme magnitud que debe ser resuelta con la sustitución de canales y experiencias recibidas por otros sentidos. Existen distintos tipos de deficiencias sensoriales: táctiles, kinestésicas y gustativas pero en este tema trataremos específicamente las relacionadas con la vista y el oído. DISCRIMINACIÓN VISUAL ATENCIÓN VISUAL DIFERENCIACIÓN FIGURA - FONDO HABILIDADES NECESARIAS EN LA PERCEPCIÓN VISUAL MEMORIA VISUAL COORDINACIÓN VISOMOTORA CONSTANCIA VISUAL ATENCIÓN AUDITIVA MEMORIA AUDITIVA HABILIDADES NECESARIAS EN LA PERCEPCIÓN AUDITIVA DISCRIMINACIÓN FIGURA - FONDO DISCRIMINACIÓN AUDITIVA