21' Jornadas 6-10, 2007 Traumatismos de la mano Introducción La participación de la mano, tanto en actividades laborales como en actividades deportivas, y la situación de las manos como primer escudo instintivo del cuerpo ante cualquier traumatismo o caída, las sitúa en posición muy vulnerable. El acertado diagnóstico debe ser precoz. Más aún si nos hallamos ante lesiones articulares que a los pocos días, o a las pocas semanas en algunos casos, de no haberse realizado un correcto diagnóstico, pueden pasar a tener consideración de secuelas con el consiguiente déficit funcional. Todo ello es fácilmente realizable si practicamos una buena exploración clínica, que nos permitirá localizar de forma eficaz la zona de supuesta lesión y sobre la que centraremos los estudios complementarios, básicamente de radiología simple. Ante cualquier traumatismo de la mano, debe ser explorada toda la extremidad. A esa norma general seguirá una palpación y examen funcional de todas las articulaciones de la mano en busca de alteraciones, básicamente dolor o deformidad. Es importante la palpación de todas las articulaciones, comprobar su movilidad activa y pasiva y determinar qué movimientos son los que provocan dolor. Se debe comprobar la movilidad de las articulaciones y en especial su estabilidad. Estabilidad es la capacidad de una articulación de mantener una relación congruente (que la coaptación de sus superficies articulares sea correcta) entre sus componentes a lo largo de su eje de movimiento y sometida a cargas fisiológicas. La estabilidad de una articulación depende de la integridad de las estructuras fibrosas pasivas que guían sus movimientos y también de la integridad de sus estructuras óseas. Estas estructuras son la cápsula articular y los ligamentos. La forma de comprobar si estas estructuras están lesionadas es intentar mover la articulación en un plano para el que no está diseñada. En una situación normal los ligamentos colaterales nos lo impiden. Si esa maniobra es posible, o no lo es pero provoca dolor, estaremos ante una lesión ligamentosa. Una vez localizada la posible lesión, podremos solicitar las exploraciones complementarias que consideremos adecuadas. Siempre, en primer lugar, una radiografía simple. No obstante, fijémonos que tras una exploración minuciosa habremos concretado mucho la zona a radiografiar. Se pasarán lesiones desapercibidas, no porque en la radiografía no puedan verse, sino porque no habremos explorado adecuadamente la mano y no sabremos donde buscar lesiones. Localizando y concretando la zona a explorar radiológicamente, hemos de pedir proyecciones estrictas (frente y perfil). No se debe solicitar por lo general la realización de proyecciones oblicuas y nunca antes de haber realizado las estrictas. Veremos más adelante que hay lesiones que solamente se ven en una proyección (frente o perfil) y por tanto, si no se realiza la proyección adecuada se puede errar el diagnóstico. Las proyecciones oblicuas se pedirán cuando queramos estudiar con mayor profundidad una supuesta lesión, o para localizarla mejor, pero siempre después de haber visto la proyecciones primeras que nos servirán de guía. Pulgar - 1er DEDO Articulación trapecio-metacarpiana TMC Esta articulación gira alrededor de los tres ejes del espacio. Antepulsión-retropulsión (movimiento del pulgar que lo aleja de la palma en dirección anterior y posterior), abducción (aleja al pulgar de la palma en sentido lateral) -adducción (lo coloca encima de la palma) y pronación-supinación (la pronación u oposición facilita el giro del pulgar sobre su eje longitudinal para lograr una mejor oposición con el pulpejo de los otros dedos); éstos últimos como componentes añadidos a cualquiera de los anteriores y debidos a la morfología de la articulación en silla de montar y para realizar mejor la pinza pulpejo-pulpejo. LESIONES LIGAMENTOSAS Los ligamentos que contribuyen a su estabilidad son: lig. intermetacarpiano, lig. anterior oblicuo, lig posterior oblicuo y lig dorsoradial. 6 La LUXACIÓN PURA de la articulación TMC es muy rara. Su reducción puede ser fácil, pero su estabilidad muy precaria. Ello quiere decir que aunque logremos reducir la luxación, tras colocar una inmovilización de yeso, es seguro que a pesar de ella, se desplazará. Por otro lado, si se estabiliza la reducción con una simple aguja de Kirschner transarticular, la reducción no se perderá pero los elementos cápsulo-ligamentosos pueden cicatrizar con un alargamiento, lo que ocasionaría una hipermovilidad de la articulación permitida por la mala cicatrización de los ligamentos y la cápsula, que conducirá a una movilidad dolorosa y artrosis. Si la sutura de las estructuras ligamentosas es difícil, lo que ocurre habitualmente, se aconseja realizar una ligamentoplastia, incluso como tratamiento urgente, usando la mitad del tendón del palmar mayor. Actuación del médico en este caso: Reconocer la posibilidad de la lesión al advertir un movimiento anormal en la base del pulgar. Se nota como la base del metacarpiano, sale y entra de su lugar provocando un resalte y apareciendo una tumoración distal a la tabaquera anatómica. Se debe realizar la proyección correcta en el estudio radiológico y puede proceder a inmovilizarlo con un escayolado que incluya la muñeca y el pulgar. El enfermo debe ser remitido, sin prisa, pero con el diagnóstico ya sospechado, a un centro especializado donde se le aplique el tratamiento más adecuado. Más frecuente es la luxación asociada a una fractura de la base del primer metacarpiano. Esta combinación de lesiones es conocida como la fracturaluxación de Bennett. El fragmento más palmar de la base del primer metacarpiano permanece en su lugar retenido por el ligamento anterior oblicuo, dado que en este caso el ligamento es más resistente que el hueso. El desplazamiento lateral del resto del metacarpiano es mantenido por el músculo abductor largo del pulgar. Nos hallamos pues, ante una fractura articular y, por tanto, debe ser reducida de forma anatómica. Iremos viendo a lo largo de todo el artículo la importancia de conseguir una reducción anatómica en las fracturas que afecten a las articulaciones. No creemos en el tratamiento conservador cuando existe un desplazamiento de la fractura articular, ya que bajo un yeso la reducción que podamos haber obtenido se perderá. El mismo tono muscular del ABPL, provocará el desplazamiento como en el caso de la luxación pura de la articulación . Si el fragmento es menor del15-20% (aproximadamente), de la superficie articular se puede realizar un enclavamiento percutáneo en posición de reducción. Enclavamiento que comprende el primer metacarpiano y el trapecio. La persistencia de el ligamento anterior oblicuo es suficiente, en este caso, para mantener una buena estabilidad de la articulación, una vez consolidada la fractura, y que no se ocasionen alteraciones degenerativas posteriores. Se aclara este concepto dado que anteriormente hemos mencionado que en la luxación de la TMC, la cicatrización de los ligamentos no asegura una estabilidad suficiente. La degeneración artrósica puede suceder por dos motivos: o por movimientos anormales cuando sobrepasan los límites fisiológicos por alargamiento de las estructuras cápsuloligamentosas (inestabilidad) o por irregularidades en las superficies articulares (reducción no anatómica). Si el fragmento es mayor del15-20%, creemos que se debe realizar una reducción abierta.Tras ella se debe estabilizar el fragmento con un método de osteosíntesis que lo mantenga en esta reducción y pueda soportar la contracción muscular. Nuestra preferencia es hacia los tornillos de mini fragmentos. Nos han dado excelentes resultados y la inmovilización es de menor duración que en el caso de tratamiento conservador; alrededor de 3 semanas, pasadas las cuales se le deja la mano libre para la higiene y la alimentación, evitando esfuerzos hasta la 6' u 8' semana. Actuación del médico: Prácticamente la misma que en la situación anterior. Inmovilizar y remitir a centro especializado. Es de resaltar que el aspecto que puede presentar la mano en este caso y en el anterior sea idéntico. Quizá exista más dolor en este último debido a la lesión ósea. XXI JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. DRA. NAYRA SÁNCHEZ HERNÁNDEZ; DR. R. NAVARRO NAVARRO; DR. J.A. RUIZ CABALLERO; DR. J. F. JIMÉNEZ DÍAZ Traumatismos de la mano La FRACTURA DEL TRAPECIO es asimismo rara sin otras lesiones acompañantes. Se puede clasificar en tres tipos de fracturas. Las fracturas del cuerpo del trapecio, arrancamientos marginales acompañantes de lesiones trapecio-metacarpianas, o fracturas del reborde interno. En su camino hacia la base del segundo metacarpiano, el tendón del palmar mayor discurre por un canal osteofibroso en el que la parte ósea la constituye el trapecio y la fibrosa, el desdoblamiento del ligamento anular del carpo. Si son desplazadas, por ser articulares, las fracturas del cuerpo deben ser fijadas quirúrgicamente. Si no lo están, una inmovilización durante 4 semanas será suficiente. Las fracturas del reborde interno, pueden ocasionar sintomatología de compresión del canal carpiano. De no consolidar o continuar causando molestias tras un trata¡¡niento conservador, pueden tratarse mediante la excisión del fragmento arrancado. Actuación del médico: Sospechar ante todo la lesión en la base del pulgar por la palpación dolorosa en la parte distal de la tabaquera anatómica. No preocuparse de no realizar el diagnóstico. En las fracturas del trapecio puede ser necesario practicar una TAC para llegar a realizarlo. Otro tipo de fracturas de la base del primer metacarpiano son las plurifragmentarias de la base. Se las denomina FRACTURAS DE ROLANDO, aunque en un principio la descripción del autor se refiriera a las que eran trifragmentarias con un trazo de fractura en T oY. Pueden ser tratadas mediante distracción, lo que obliga a complicados montajes, o con material de miniosteosíntesis con el fin de conseguir una correcta reducción dado que es también una fractura articular. La distracción según Thoren, o incluso la fijación externa, queda indicada en los casos en que la conminución no permita una osteosíntesis adecuada. Una fractura plurifragmentaria de la base del primer metacarpiano debe ser tratada en un centro especializado. Actuación del médico: Cuando se sospecha una lesión en la base del pulgar y se realiza la adecuada radiografía, el diagnóstico de la fractura es fácil. En este caso, debido a la conminución de la fractura y a que se establecerá un edema rápidamente, sí es conveniente, mayor celeridad en remitir al paciente a un centro especializado para que se pueda proceder a realizar la osteosíntesis de su fractura. Recordemos que es una fractura articular y por tanto la reducción debe ser anatómica. Caso tipo: Dado que el mecanismo de producción de todas estas lesiones es similar, podemos sospechar que existe una a este nivel cuando tras una caída de bicicleta o moto, exista dolor y deformidad en la base del pulgar. En estos casos el manillar, que se sujeta en la primera comisura de la mano, es el responsable de la lesión al impactar contra la base del primer metacarpiano en abducción. Articulación metacarpo-falángica (MF) La articulación metacarpo-falángica es la que tiene los ligamentos colaterales más resistentes debido las tensiones que debe soportar al realizar la pinza con los otros dedos de la mano. La variabilidad de movilidad de la articulación depende del contorno de la cabeza del metacarpiano. Así, si su contorno en perfil se aproxima a la de un semicírculo, puede existir un arco de movilidad de 100° aproximadamente. Si este contorno es más plano, se puede tener una movilidad de apenas 10°. En ambos casos debe considerarse normal. La movilidad de la MF, por pequeña que sea, no es ninguna dificultad ni merma funcional para el desarrollo de cualquier actividad. Incluso con una artrodesis de la articulación se pueden llevar a cabo todas las modalidades de pinza y de garra. Es por ello que ante cualquier secuela de lesión articular a este nivel, muchos cirujanos de la mano optan por una artrodesis. LESIONES LIGAMENTOSAS La movilidad de la MF no sólo se limita a la flexo extensión, sino que la configuración de la articulación y la disposición de sus ligamentos colaterales, que se tensan en flexión pero permanecen algo más laxos en extensión, le permite cierto movimiento de lateralidad en esta última posición y en los primeros grados de flexión. Con gran diferencia la lesión más frecuente a nivel de la MF del pulgar es la del ligamento colateral cubital, ya sea en forma de esguince o rotura. El esguince se diagnosticará cuando exista dolor sobre la cara cubital de la MF y la maniobra de desviación radial sea dolorosa pero no permita una desviación mayor que en el lado contra lateral, algo que no debemos olvidar: la comparación con el otro lado. En caso de mucho dolor al realizar la maniobra, puede realizarse una infiltración con 0,5 ce de anestésico local para comprobar la resistencia a la desviación. Actuación del médico: Si no existe inestabilidad, es decir, no es posible la desviación radial más allá de lo que lo es en el pulgar de la otra mano, se puede proceder a inmovilizar la articulación con un yeso que incluya la primera falange del pulgar. La inmovilización debe mantenerse tres o cuatro semanas. Cuando se sospecha la ROTURA DEL LIGAMENTO y ante la posibilidad de que se interponga la expansión aponeurótica del adductor del pulgar, es aconsejable el tratamiento quirúrgico. Éste permite solucionar el problema de la interposición y además la reinserción anatómica del ligamento. La rotura del ligamento puede ser distal (de la base de la falange), proximal (de la cabeza del metacarpiano) o de la parte media (lo menos frecuente). El fenómeno de Stener sucede solamente con el arrancamiento distal o con la parte media. Ocasionalmente el arrancamiento del ligamento se acompaña de un fragmento óseo. Si este fragmento no se halla desplazado, el tratamiento será conservador mediante una inmovilización durante 4 a 6 semanas. Si por el contrario, sí lo está es aconsejable su reposición y fijación quirúrgicas, ya sea por puntos transóseos o un tornillo de minifragmentos cuando el tamaño del fragmento lo permita. Caso tipo: Se trata generalmente de una caída con el pulgar en abducción (separación). Es muy típico el caso de la caída con el palo de esquí. El paciente se queja de no poder realizar la pinza con fuerza. A la exploración se encuentra dolor en el lado cubital de la MF. Debe entonces realizarse la exploración de la estabilidad intentando abrir la articulación. Si no se abre pero es dolorosa, estamos ante un esguince y con una inmovilización será suficiente. Si se abre, puede existir o bien una rotura del ligamento en cuyo caso debe repararse quirúrgica mente en centro especializado, o bien un arrancamiento. Si el arrancamiento óseo no se halla desplazado, la inmovilización es también en este caso el tratamiento definitivo. Si está desplazado, por tratarse de una fractura articular, debe ser reparado quirúrgicamente. La otra lesión articular a nivel de la MF es la LuXACióN. Muy raramente son palmares. En ese caso podría estar dañado el aparato extensor. Lo más frecuente en caso de la luxación palmar, es que junto con la lesión capsular dorsal, ocurra un arrancamiento del extensor corto del pulgar, que se inserta en el dorso de la base de la primera falange y que puede sospecharse en la radiografía - que debe realizarse después de la reducción de la luxación - al observarse un desplazamiento palmar de la primera falange con respecto a la cabeza del metacarpiano. En este caso está indicada la reparación quirúrgica del arrancamiento. La más frecuente es la luxación dorsal. Existe una particularidad importante a dicho nivel: si la placa volar acompaña o no a la primera falange en la luxación. La placa volar, es una estructura de fibrocartílago que aumenta la superficie articular de la base de la falange, para la cabeza del metacarpiano. Tras la reducción debemos explorar la estabilidad de los ligamentos colaterales para descartar una lesión a su nivel. Luego una inmovilización durante 3 o 4 semanas en ligera flexión será suficiente. Actuación del médico: En el caso de que la placa volar no acompañe a la falange en la luxación, la reducción será fácil. El tratamiento tras la comprobación de la reducción (sin desplazamiento palmar de la falange, que significaría la lesión del extensor corto) será la inmovilización por tres o cuatro semanas. © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. LESIONES ÓSEAS En el caso de que los sesamoideos se localicen en el dorso de la cabeza del metacarpiano, lo que significa que la placa volar ha acompañado a la base de la falange, puede incluso intentarse una reducción, que si se consigue, el tratamiento ulterior será el mismo que en el caso anterior. Si no se consigue, debe remitirse el paciente a un centro de referencia especializado. Articulación interfalángica (IF) Es una articulación troclear, lo que le confiere un gran estabilidad lateral. Así, sus movimientos son solamente de flexo-extensión en el plano sagital y mantenidos por potentes ligamentos laterales, ya que también a este nivel existen fuerzas, al realizar la pinza, que tienden a la desviación lateral. XXI JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA 7 LESIONES ÓSEAS A nivel de la primera falange puede ocurrir la fractura de un cóndilo o del cuello de la falange, como lesiones que afecten la articulación. Si no existe desplazamiento y se conserva una correcta congruencia articular, se puede optar por el tratamiento conservador, inmovilizando durante 5-6 semanas el pulgar. Si hay desplazamiento (incongruencia articular) debe realizarse una reducción abierta y fijación con algún método de osteosíntesis. Veremos ejemplos de ello cuando hablemos de las interfalángicas de los dedos, dado que los principios en que se basa el tratamiento no difieren en este caso. LESIONES LIGAMENTOSAS Rotura de ligamentos: la extraordinaria fuerza de los ligamentos colaterales de esta articulación, hace que las lesiones aisladas de éstos sean raras. Más generalmente se producen lesiones óseas por arrancamiento, siendo las fracturas que comentábamos anteriormente, ocasionadas por tracción de estos ligamentos. La luxación de la IF es más frecuente. Casi siempre es dorsal y la placa volar mantiene su relación con la falange distal. Frecuentemente son lesiones abiertas y puede hallarse expuesto el tendón del flexor largo del pulgar. Muy raramente se lesiona el tendón y lo que podría ocurrir es que se hallara interpuesto entre la primera y segunda falanges impidiendo la reducción. La luxación palmar es muy rara y en estos casos sí puede ocurrir que exista una lesión del tendón extensor que deberá repararse. Generalmente y a pesar de todo lo dicho, las luxaciones de la IF son fácilmente reductibles y no se acompañan de otras lesiones. Por ello pueden ser tratadas de forma conservadora y la inmovilización posterior podrá ser limitada a3 semanas. La mayor dificultad está en su diagnóstico. Nos hallamos ante una mano hinchada y que a la simple inspección no podemos precisar un lugar de lesión. Es imperativa la exploración radiológica. En este caso hemos de ver algún signo indirecto en la radiografía de frente al observar superposiciones a nivel de la línea articular carpometacarpiana. La radiografía de perfil mostrará el desplazamiento dorsal de los metacarpianos con respecto al eje del carpo. Tratamiento: la reducción de estas luxaciones o fracturas-luxaciones, es sencilla, pero no su mantenimiento, que debe realizarse mediante una fijación con agujas de Kirschner percutáneamente. En muy raras ocasiones no es posible la reducción incruenta. En ese caso debe realizarse de forma abierta. La otra indicación para la reducción y fijación abierta es la fractura desplazada de la base del metacarpiano. La cuarta y quinta articulaciones carpo-metacarpianas, son las únicas que tienen movilidad. Es por ello que una incongruencia a ese nivel, puede conllevar secuelas dolorosas. La quinta concretamente es más móvil y en ella puede ocurrir una lesión similar a la fractura luxación de Bennett del la trapecio-metacarpiana. El tendón del cubital posterior, que se inserta en la base del quinto metacarpiano, hace aquí las veces de abductor pollicis longus ABPL del primer metacarpiano, para mantener el desplazamiento, en este caso, de la base del quinto metacarpiano con respecto del ganchoso. El criterio quirúrgico debe ser por tanto idéntico que en el pulgar. Actuación del médico: Como en otras ocasiones, la tumefacción importante, hace sospechar la existencia de una lesión grave. Una vez identificada, la función del médico que ve en primera instancia al paciente, debe ser colocarle una inmovilización acolchada y remitirlo a un centro especializado con celeridad. Actuación del médico: Las fracturas de los cóndilos de la primera falange que no estén desplazadas, pueden tratarse con simple inmovilización. Personalmente incluiría la muñeca, para confort del paciente, puesto que los movimientos de la misma, pueden variar las tensiones del flexor y extensor del pulgar a nivel del foco de la fractura y provocar dolor. Si existe un desplazamiento, debe ser considerado por un especialista. En el caso de una luxación articular cerrada, si tras la reducción no son posibles movimientos de lateralidad, puede procederse a una simple inmovilización de la articulación IF y siempre, tras asegurarse de que no exista una lesión tendinosa, es decir, que la movilidad activa en flexo-extensión sea posible. LESIONES TENDINOSAS El arrancamiento del tendón extensor, EPL, es raro a nivel de la IF. aunque pueda ocurrir. Cuando nos hallemos ante una imposibilidad de extensión activa de la IF del pulgar, lo primero que debemos descartar, es una rotura de ese tendón. en el dorso de la muñeca, donde existe una decusación a nivel del tubérculo de Lister, en la cara dorsal del radio, es donde más frecuentemente se rompe (debido a la existencia previa de una sinovitis o secundario a una fractura de la epífisis distal del radio). Por supuesto en ese caso, la palpación del dorso de la IF no será dolorosa. La práctica de una radiografía de la articulación, nos permitirá descartar si existe un arrancamiento óseo a nivel de la falange distal. Si existe arrancamiento óseo y está desplazado debe indicarse una reposición y fijación quirúrgicas. Dedos trifalángicos Articulaciones carpo-Metacarpianas LESIONES ÓSEAS YLIGAMENTOSAS El motivo de hablar de lesiones ósteo-ligamentosas de forma conjunta, viene dado por el hecho de que la luxación o la fractura-luxación de estas articulaciones (una o varias) responde a un mismo mecanismo de producción, que generalmente es la acción del manillar de una motocicleta golpeando en la palma de la mano. Tienen también un mismo tratamiento, y la fractura (arrancamiento), no es más que un componente de la luxación. Generalmente el arrancamiento es de los huesos del carpo y está constituido por un pequeño fragmento articular dorsal, debido a la resistencia que tienen los ligamentos interóseos. Puede existi r una fractura de la base de los metacarpianos sobre todo del cuarto o quinto, pero es menos frecuente. Las articulaciones más comúnmente afectadas por esta lesión son la quinta y la cuarta (por este orden). Cuando existe afectación de la segunda y tercera, generalmente ha habido una luxación de las cuatro. 8 Articulaciones metacarpofalángicas ANATOMÍA DE LA MF Se trata de una articulación condílea. Es decir, la convexidad esférica de la cabeza del metacarpiano, se corresponde con una concavidad también esférica de la base de la primera falange. La disposición de los ligamentos colaterales (con origen en el dorso de la cabeza del metacarpiano y con su inserción distal en forma de abanico en las caras laterales de la primera falange y en la placa volar), hace que en extensión el ligamento esté laxo y permita, por la esfericidad de la articulación, además de movimientos en flexo-extensión, movimientos de desviación cubital y radial. En flexión (debido a la tensión de los ligamentos colaterales causada por su origen dorsal y por que el cóndilo del metacarpiano es más ancho en su mitad volar), no son posibles estos últimos movimientos al estar tensados los ligamentos colaterales. LESIONES CÁPSULO-LIGAMENTOSAS El esguince de los ligamentos colaterales de las MF de los dedos trifalángicos se diagnosticará cuando se sospeche un traumatismo en desviación cubital o radial y a la exploración (con la MF flexionada a 90 grados), se origine dolor en el ligamento del lado contrario a la desviación. El flexionar la MF es importante debido a la disposición de los ligamentos, que como hemos visto, en flexión se hallan tensos. Por ello no tiene valor su exploración en extensión al hallarse relajados y permitir movimientos de lateralidad. Si las maniobras de desviación cubital o radial de los dedos a nivel de la MF son posibles con la articulación flexionada, nos hallaremos ante una rotura. La roturas de estos ligamentos no presentan las particularidades de la MF del pulgar, en cuanto a la posibilidad de interposición de la expansión del tendón extensor. Se recomienda la reparación quirúrgica si el ligamento afectado es el colateral radial de la MF del índice, debido a que la fuerzas a que se halla sometido al realizar la pinza con el pulgar son muy fuertes. Para el resto de ligamentos, la inmovilización durante 3 semanas seguida de una movilidad activa, pero protegida por un imbricado con un dedo vecino, durante 3 semanas más, es un buen tratamiento para las roturas. Para los esguinces, es suficiente con proteger la movilidad con un imbricado durante 3 semanas. Actuación del médico:Identificado el problema a nivel ligamentoso de la MF. y con la salvedad de la afectación del ligamento colateral radial del índice, el resto puede inmovilizarse con una férula digital que mantenga la MF flexionada unos 60 grados y las interfalángicas en extensión. Esta férula puede estar sujeta a una escayola antebraquial. Si el diagnóstico es de esguince, es suficiente con sujetar el dedo al vecino del lado del esguince. XXI JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. DRA. NAYRA SÁNCHEZ HERNÁNDEZ; DR. R. NAVARRO NAVARRO; DR. J. A. RUIZ CABALLERO; DR. J. F. JIMÉNEZ DÍAZ Traumatismos de la mano LESIONES ÓSEAS A nivel de la cabeza del metacarpiano son originadas generalmente por un traumatismo directo. Es difícil obtener en este caso un perfil de la cabeza del metacarpiano debido a que no podemos apartar a los otros de en medio. No obstante, en una radiografía con buenas características, es posible seguir el contorno de todas las cabezas de los metacarpianos en un perfil estricto y de esta manera observar la fractura. Las fracturas de la cabeza de los metacarpianos deben ser reducidas anatómicamente y fijadas con algún método de osteosíntesis o adhesivo. De no ser así, se originará una incongruencia articular que será dolorosa y limitará la movilidad. Actuación del médico: Tanto en las luxaciones de la MF como en las fracturas de la cabeza del metacarpiano, teniendo en cuenta la indicación quirúrgica en ambos casos, la actuación del médico debe ser de identificar la lesión y remitir al paciente a un centro especializado. Cualquier luxación es muy dolorosa y por tanto la posición de inmovilización, dado que la reducción no es posible debe ser la que menos dolor cause al paciente en este caso especial. A nivel de la base de las primeras falanges, las lesiones óseas están constituidas por lo general por arrancamientos de los ligamentos colaterales. Seguiremos aquí el mismo criterio que aplicamos en la metacarpo-falángica del pulgar. Si el fragmento no se halla desplazado, la inmovilización durante 4-5 semanas será suficiente, incluso solamente protegiendo el desplazamiento con un imbricado con el dedo del lado afecto. Si por el contrario el fragmento se ha desplazado, éste debe reponerse y fijarse a su lugar de forma cruenta, como en el caso de la falange del pulgar. Actuación del médico: La misma que en el caso de la afectación de los ligamentos. Inmovilizar con el dedo vecino a la lesión si no hay desplazamiento. Si lo hay, remitirlo para tratamiento quirúrgico a centro especializado. LESIONES TENDINOSAS Las lesiones tendinosas cerradas en la MF son raras debido a la especial configuración del aparato extensor de los dedos a este nivel, en el que el tendón, discurre por encima de la cabeza del metacarpiano. A ambos lados, expansiones aponeuróticas impiden que cuando esté sujeto a tensión, caiga hacia uno de los lados de la cabeza. Esto es lo que puede ocurrir tras un traumatismo directo. Si se rompe una de las bandas laterales que sujetan al tendón central en la posición más dorsal, éste cae hacia el lado contrario de la cabeza del metacarpiano. Al situarse en una posición más volar, disminuye su distancia con respecto al eje de movimiento de la MF y, por tanto, pierde potencia extensora. Si la luxación lo lleva más palmar que el eje de movimiento de la articulación, a una incapacidad total de extensión activa de la MF, dado que al situarse volarmente al eje de movimiento, se convierte incluso en flexor. En estos casos, si en extensión completa se observa al tendón centrado sobre la articulación, hay autores que recomiendan el tratamiento incruento, siempre que el diagnóstico sea inmediato, manteniendo esta posición 5-6 semanas (9). Por nuestra parte creemos que es mejor la sutura de la banda sagital que permitirá una inmovilización a una flexión de 30 grados, mejor que la extensión completa, durante 3 semanas y dejando libres las articulaciones interfalángicas. Así son menores las rigideces y se consigue una buena movilidad en menos tiempo. Caso tipo: A pesar de ser una lesión rara, es fácil su identificación. Puede presentarse un paciente con el antecedente de un traumatismo sobre la MF o que tras un esfuerzo importante de garra ha notado un chasquido en la MF. En extensión no se encuentran alteraciones. Puede doblar el dedo, pero desde la posición de flexión, no puede extenderlo porque se le luxa el tendón extensor. Una vez extendido pasivamente, srpuede mantenerlo en esa posición. lnterfalángica proximal (IFP) ANATOMÍA IIFP) La anatomía de la IFP es de especial interés para poder conocer las lesiones que pueden producirse. Es una articulación troclear. Por ello tiene movimiento en un solo plano: flexo-extensión. Se halla gobernada por dos ligamentos colaterales que se dirigen desde el punto medio de la cabeza de la falange proximal, hasta la base de las caras laterales de la falange media y a la placa volar. Por tanto, al tener origen alrededor del centro de la cabeza de la primera falange (punto por el que pasa el eje de movimiento de la articulación), podemos decir que, considerado el ligamento como un conjunto, no varía su tensión a lo largo del recorrido en flexo-extensión, como sucedía en la MF, en donde en extensión eran posibles algunos movimientos de lateralidad. En la IFP no es posible en situaciones normales ningún movimiento de lateralidad. La fibras que se dirigen a la placa volar constituyen el ligamento colateral accesorio y las que van a la base de la falange media el ligamento colateral. Otra particularidad es que la placa volar tiene una unión muy fuerte con la primera falange, de forma que constituye el freno más importante a la hiperextensión. Esa unión, está laxa en flexión y se tensa en extensión. De especial importancia es la anatomía del aparato extensor a nivel de la IFP. Está constituido por el tendón central que proveniente del extensor común de los dedos, va a insertarse en el dorso de la base de la falange proximal. Por otro lado, y a ambos lados del anterior, se sitúan las llamadas bandeletas laterales, que proceden de los músculos intrínsecos de cada lado del dedo y, tras enviar conexiones al tendón central, se unirán sobre el dorso de la falange media para insertarse conjuntamente en el dorso de la base de la falange distal. Recordemos la acción que tienen los músculos intrínsecos (interóseos y lumbricales). Su tendón pasa volarmente al eje de flexoextensión de la MF y dorsalmente al eje de las IFP e IFD. Son, debido a estas circunstancias, flexores de la MF y extensores de las IFP e IFD. LESIONES ÓSEAS A nivel de la cabeza de la primera falange, las fracturas de los cóndilos de la misma son las lesiones óseas más frecuentes. Insistimos aquí una vez más en el concepto de congruencia articular. Ésta debe ser perfecta para el buen funcionamiento posterior de la articulación y para la correcta alineación del dedo. Si la fractura se halla desplazada, debe practicarse una reducción y fijación abiertas. A nivel de la base de la segunda falange pueden producirse diferentes lesiones. La más común con diferencia es el arrancamiento de la placa volar que puede tener muy diferentes intensidades. Se produce por un mecanismo de hiperextensión. A nivel de la IFP, como hemos comentado anteriormente, la placa volar se halla unida firmemente al cuello de la primera falange. Ello ocasiona que, en caso de hiperextensión, ésta pueda producir un arrancamiento óseo de la parte palmar de la base de la segunda falange. Si existe un arrancamiento óseo sólo es visible en una proyección lateral estricta de esta articulación. Es por ello que puede pasar desapercibida si la realización de la radiografía no es correcta. Si no está desplazado, la inmovilización durante 1 semana en ligera flexión como antiálgico y posteriormente dos semanas más en extensión completa, son el tratamiento mejor. Si se aprecia un desplazamiento del fragmento arrancado por la placa volar y en la proyección lateral además, existe una falta de congruencia o subluxación dorsal de la segunda falange respecto de la primera, puede intentarse aún reducir la subluxación, con una inmovilización en mayor grado de flexión. Si no se logra, lo mejor es una reinserción quirúrgica de la placa volar o del fragmento. La subluxación dorsal, se observará de dos maneras: el eje longitudinal de la primera y segunda falanges no coincidirán y además, la curvatura de las superficies articulares de la parte de la base de la falange media, que permanece en continuidad con la diáfisis y la superficie de la cabeza de la falange proximal, no serán concéntricas. Es notable el hecho de que en los arrancamientos de la placa volar, existe como lesión asociada una lesión de/ligamento colateral, que queda dividido en dos haces: uno con cada fragmento. Es por ello que la palpación lateral de la IFP será muy dolorosa y la tumefacción perdurará por espacio de meses. XXI JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA Y CIRUGIA ORTOPEDICA 9 © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. La luxación de la MF tiene unas caracteristicas especiales que debemos conocer para comprender mejor su tratamiento. Cuando se produce una luxación de la MF, la placa volar, (puesto que no está sujeta de forma tan firme al cuello del metacarpiano como lo está la placa volar de la IFP al cuello de la primera falange), acompaña a la primera falange en la luxación, colocándose dorsal mente a la cabeza del metacarpiano. En esta situación, se produce una interposición de la placa volar entre la primera falange y la cabeza del metacarpiano que hace imposible la reducción incruenta. Esta es una situación análoga a la luxación de la metacarpo-falángica del pulgar. La cabeza del metacarpiano protruye palmarmente entre los tendones flexo res (que se sitúan en su lado cubital), y el músculo lumbrical (que si sitúa en el lado radial). El complejo flexores-lumbrical constituye una especie de ojal alrededor del estrecho cuello del metacarpiano y cualquier maniobra de tracción no hace sino cerrar más el ojal, impidiendo la reducción. La reducción debe ser abierta y se debe tener especial cuidado en preservar la integridad de los paquetes neuro-vasculares colaterales. DRA. NAYRA SÁNCHEZ HERNÁNDEZ; DR. R. NAVARRO NAVARRO; DR. J, A. RUIZ CABALLERO; DR. J. F. JIMÉNEZ DÍAZ Actuación del médico: La identificación de la lesión es lo más importante que se debe hacer. Resaltamos y recalcamos la importancia de la correcta realización de las proyecciones radiográficas a nivel de esta articulación. Un arrancamiento de la placa volar no desplazado, visible solo en la proyección de perfil y en la base de la segunda falange, es con mucho una de las lesiones más frecuentes a nivel de la mano, sobre todo en los deportes en que se juega al balón con la mano. La inmovilización debe ser limitada a la interfalángica proximal (IFP). Se realiza con una férula dorsal de aluminio con esponja, y sujeta al dedo con dos tiras de esparadrapo. Mantenerla dos semanas es suficiente. Caso tipo: Corresponde en general a un jugador de baloncesto que ha sido golpeado con el balón. El dedo ha sufrido una hiperextensión y puede aparecer tumefacta la articulación. Existe una buena movilidad y la palpación a nivel lateral, pero en la mitad palmar es muy dolorosa. Puede ser también dolorosa la lateralización. En la proyección radiográfica del perfil estricto de la articulación, se verá la línea de fisura en la base de la segunda falange. LESIONES LIGAMENTOSAS Como en otras articulaciones la rotura y esguinces de los ligamentos colaterales son las más frecuentes. Hemos de comentar que dada la entidad de los ligamentos colaterales a nivel de la IFP, la tumefacción que queda residual después de pasar la fase álgica y haber recuperado la funcionalidad, persiste durante varios meses y eso debe ser advertido a los pacientes que pueden ver en esa persistencia un mal resultado si no se les ha informado previamente. La recuperación funcional precede a la estética y ello es motivo de preocupación del paciente. La luxación de la articulación, ya sea ésta volar o dorsal, no acostumbra a presentar dificultad en su reducción. La luxación dorsal lleva consigo un arrancamiento de la placa volar. Si no existe arrancamiento óseo, tras la reducción de la luxación, se observará una congruencia articular correcta, y solamente deberemos asegurarnos de que no existe lesión de los ligamentos colaterales. Una inmovilización durante 2 o 3 semanas será suficiente. Debido a la división de las fibras del ligamento colateral que ocurre en la luxación, siempre existirá una porción del ligamento colateral íntegra que mantendrá la estabilidad de la articulación. La luxación volar puede dañar al aparato extensor y eso debe ser detectado tras la reducción. Un déficit de fuerza a la extensión contra resistencia, debe ser interpretado como una lesión del tendón central y por ello se precisa una inmovilización en extensión de la IFP de 4 a6 semanas. La inmovilización en extensión es suficiente ya que en la lesión aislada del tendón central no se produce ninguna retracción del mismo al estar sujeto también por las bandeletas laterales. La IFD puede dejarse libre. Recordamos, una vez más, la posibilidad de lesión de los ligamentos colaterales, por ello su exploración es imperativa tras la reducción, buscando signos de inestabilidad. Una particularidad que puede resentar una luxación palmar es su irreductibilidad debido a que la cabeza de la primera falange se halle atrapada en un ojal formado por una bandeleta lateral y la central. En este caso la reducción abierta permitirá la reducción y la reparación del ojal formado. El déficit de fuerza a la extensión activa de la IFP traduce una lesión de la bandeleta central. La extensión activa se produce, en este caso, solamente a través de las bandeletas laterales y por la musculatura interósea. Esta lesión puede ser evolutiva. Es decir, puede agravarse con el paso del tiempo si no se trata. Esto se debe a que, con la lesión del tendón central, existe otra estructura que une las bandeletas laterales entre sí. Esta estructura las mantiene centradas sobre la articulación y evita que caigan hacia los lados de la misma mientras ésta se flexiona. Si esta estructura se halla lesionada, la tendencia al desplazamiento palmar de las bandeletas se acrecienta. Dado que las bandeletas laterales eran las únicas que producían la extensión de la 10 IFP, aunque con menor fuerza al faltar el tendón central, si caen por debajo del eje de flexo-extensión, se convertirán en flexo ras de la IFP existiendo un déficit de extensión que sólo tiene solución quirúrgica. De continuar la evolución del cuadro existirá una hiperextensión de la articulación interfalángica distal lo que constituirá la típica "deformidad en Boutonniine': Actuación del médico: Ante un esguince o luxación de la IFP lo primero y más importante tras haber realizado el diagnóstico, es comprobar la movilidad activa completa y contra resistencia de la articulación. Comprobar también la estabilidad lateral, es decir, que no existan movimientos de lateralidad. Realizadas las comprobaciones la inmovilización en estos casos debe abarcar solamente la IFP pudiendo dejar libre la IFD (interfalángica distal). Articulación interfalángica-distal (IFD) LESIONES ÓSEAS A nivel de los cóndilos de la falange, realizamos las mismas consideraciones que en la IFP. A nivel de la falange distal, la lesión ósea más frecuente es el arrancamiento del extensor que produce un déficit de extensión activa que se conoce como dedo en martillo. El dedo aparece con la IFP en extensión y la IFD en flexión y con imposibilidad de extensión activa. Si no hay fragmento óseo, el tratamiento consiste en mantener una ligera hiperextensión de la IFD durante 6 semanas. Posteriormente debe mantenerse la inmovilización en periodos discontinuos que irán disminuyendo de duración. Ello es debido a la tendencia a la recurrencia de la deformidad. Preferimos el uso de la férula de Stack por su sencillez y por que permite la flexión de la IFP que no tiene que ser inmovilizada. Si el fragmento óseo es pequeño y poco desplazado, el tratamiento será idéntico. La tendencia a la recurrencia será menor por el hecho de ser ósea la solución de continuidad. Si el fragmento es mayor y origina una subluxación de la articulación puede fijarse con una aguja de Kirschner y además bloquear la articulación en posición de reducida. Otros autores abogan por una reinserción mediante un sistema de pull-out. Caso tipo: Parecido en su presentación al que hemos mencionado anteriormente del jugador de balón con la mano. El traumatismo directo de una pelota sobre el extremo del dedo, produce una brusca flexión de la IFD que puede romper el extensor. Por tanto, la actitud del dedo es en flexión de la IFD manteniendo la movilidad activa de la IFP. Si no hay fragmento óseo o éste no se encuentra desplazado, se aplicará el mismo tratamiento. El hecho de que la recurrencia sea mayor en el caso de afectación tendinosa, se debe a que tras seis semanas de inmovilización, el colágeno no está aún maduro y cede a tracciones. Es por ello que tras las seis semanas, debe mantenerse la inmovilización nocturna y discontinua de día. INMOVILIZACIÓN Dos apuntes sobre inmovilización. La inmovilización de las articulaciones MF debe ser en moderada flexión. Como hemos visto anteriormente, los ligamentos colaterales se tensan en flexión. Una inmovilización en extensión, originaría una acortamiento de los mismos al mantenerse esta posición y no sería posible la flexión.Tampoco sería posible el movimiento en desviación radial y cubital que tienen estas articulaciones en extensión. Por el contrario a nivel de las IFP e IFD, dado que se puede considerar globalmente sus ligamentos colaterales no varían de longitud según la posición de la articulación, el punto más conflictivo reside en el anclaje proximal de la placa volar en la primera falange. Puesto que en flexión se halla laxo, en un periodo de inmovilización prolongado en esta posición, puede retraerse y originar un déficit de extensión subsiguiente. Un aspecto que entra dentro de la comodidad o del confort, y precisamente por ello importante para el paciente, es la colocación de las férulas digitales. Existe la tendencia general de colocarlas en la zona palmar y sujetarlas con dos esparadrapos que circundan el dedo por su parte dorsal. Además de que casi la totalidad del retorno venoso es dorsal y se comprime con el esparadrapo de sujeción, al tener la férula, de aluminio generalmente, en el pulpejo del dedo, no se puede llevar a cabo actividad alguna con él. Colocar, por el contrario, la férula en la parte dorsal del dedo, consigue la misma inmovilización, deja libre el retorno venoso y se permite actividad a la mano al tener despejado el pulpejo y no impedir su función táctil. XXI JORNADAS CANARIAS DE TRAUMATOLOGIA YCIRUGIA ORTOPEDICA © Del documento,los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria,2011. A veces, el arrancamiento de la placa volar se acompaña de un hundimiento de la base de la segunda falange. Es una de las peores lesiones que puede sufrir la articulación IFP. La reducción abierta es muy difícil debido a la conminución de la fractura y la síntesis imposible con el material disponible. Desde hace tiempo se han diseñado diferentes sistemas de distracción para intentar dar, desde esta perspectiva, una solución práctica a esta lesión. El dispositivo al que hemos hecho referencia permite la movilidad por el hecho de estar colocado en el centro de la cabeza de la falange proximal, o sea, en el centro de giro del movimiento de flexo-extensión de la IFP. Se deduce de ello, que su colocación debe ser muy cuidadosa y bajo control de escopia. La posibilidad de permitir la movilidad activa sin que pasen cargas por la articulación, y constituye para nosotros su mejor valor.