Excelentísimo Sr. Embajador Jean-Marc Laforêt, Sra. Anne Louyot, Sra. Alexandra Bellayer-Roille, Consejera de Cooperación y de Acción Cultural, Sr. Alain Villechalane, Director de la Alianza Francesa en Venezuela, Maestros Atahualpa y Diana Lichy, Maestro Diógenes Rivas y su señora esposa Ninoska Rojas Crespo, amigos todos, Deseo agradecer muy sinceramente y de todo corazón al Excelentísimo Sr. Embajador Jean-Marc Laforêt por haberme hecho entrega de esta hermosa y honrosa condecoración, inmerecida por demás, del grado de “Chevalier” en la orden “des Arts et des Lettres”, que tuvo a bien otorgarme la Ministra de Cultura y Comunicación, la Sra. Aurélie Filippetti, en el marco de las personalidades extranjeras de la primavera 2013. Este honor se acrecienta y se transforma en una verdadera fiesta del espíritu, al recibir esta condecoración, rodeado de familiares y amigos, de manos del Embajador Jean-Marc Laforêt, quien con tanta lucidez, brillantez e inteligencia ha venido representando a la República Francesa en Venezuela. En este sentido me siento muy orgulloso de recibirla y compartirla además con mis admirados amigos y colegas, la pareja de cineastas Atahualpa y Diana Lichy, así como -en días pasados la recibieran- el Maestro Diógenes Rivas y su esposa Ninoska Rojas Crespo, en la celebración del 20ª Aniversario del exitoso Festival ATempo. Realmente ha sido una bellísima sorpresa y un grandísimo honor el recibirla. No son pocos los eventos en los que hemos podido colaborar con el gobierno de Francia, con el auspicio del Servicio de Cooperación y Acción Cultural de la Embajada de Francia y la Alianza Francesa a través de todos estos años. Entre ellos, creo que es oportuno recordar grandes solistas y presentaciones con los cuales hemos tenido el honor de actuar como director musical, y es el caso del violinista franco-venezolano Maurice Hasson, la pianista franco-venezolana Monique Duphil, el estreno en Venezuela de las “Trois petites Liturgies de la Présence Divine” de Olivier Messiaen, el barítono François Le Roux interpretando obras de Reynaldo Hahn y el “Poème de l'amour et de la mer” de Ernest Chausson, el concierto con obras de los compositores franceses contemporáneos Claude Ballif y Costin Miereanu, el pianista Roger Muraro y su extraodinaria versión del Concierto para piano y Orquesta de Maurice Ravel, la soprano Margot Parés-Reyna con su magnífica versión de Micaela en la ópera Carmen y su María Teresa en la ópera Bolívar de Darius Milhaud, la violinista Virginie Robilliard, el pianista Alexander Tharaud, la musicalización película muda “Casanova” (1927) de Alexandre Volkff con música de Georges Delerue, el concierto de arias de ópera francesa con la exquisita soprano Nathalie Manfrino, con motivo del 14 de julio de 2011, el apoyo recibido para la presentación del organista Pascal Marsault dentro del marco del XVII Festival Latinoamericano de Música en mayo de 2012, y por último, el montaje de la ópera “Bolívar” de Darius Milhaud, con la presentación en Venezuela del gran barítono Pierre-Yves Pruvot y nuestra soprano Mariana Ortiz, que significó un gran reto y esfuerzo pero a la vez de enorme significación y satisfacción tanto musical como artística. Mi relación con Francia viene además desde mi infancia ya que mi padre, el poeta venezolano Manuel Felipe Rugeles, me puso el nombre de Alfredo en homenaje al poeta francés Alfred de Musset. Asimismo, gracias al año sabático que disfrutó mi madre, la compositora Ana Mercedes Asuaje de Rugeles, entre 1964 y 1965 para estudiar composición y orquestación con Pierre Wissmer en la Schola Cantorum de Paris, tuve la suerte de vivir durante ese año en dicha ciudad durante mi adolescencia, entre los 14 y 15 años, estudiar el piano, el francés en la Alianza Francesa y además asistir al liceo a la classe de seconde en el Cours de la Muette de la capital francesa. Recordábamos, hace algunos meses, Atahualpa Lichy y yo que asistimos, por coincidencia y sin conocernos aún, al concierto que ofrecieron Los Beatles en el Palais des Sports-Porte de Versailles, el Domingo, 20 de junio de 1965, una experiencia musical que nunca olvidaremos… Mi estancia en París por esos años me marcó sensiblemente ya que pude apreciar y recibir mucho de lo más granado de la cultura francesa tanto en música, artes plásticas como de la cultura general que allí se vive y respira, visitando museos como el Louvre y el ya inexistente Jeu de Paume, que me fascinaba por la bella colección de pintura impresionista que exhibía. Allí pude además ver y disfrutar excelentes conciertos, óperas y ballets, y admirar grandes solistas y directores como Arturo Benedetti Michelangelo, María Callas, Georges Prête y Pierre Boulez, entre muchos otros. Ya siendo un profesional de la música, durante mis 30 años de experiencia como director de orquesta, he estado rodeado de los grandes maestros de la composición francesa ya que he tenido la suerte de estudiar, aprender e interpretar las bellas obras de autores como Reinaldo Hahn, Claude Debussy, Maurice Ravel, Héctor Berlioz, Gabriel Fauré, George Bizet, Charles Gounod, Camille Saint-Saëns, Jules Massenet, Paul Dukas, Arthur Honegger, Erik Satie y Olivier Messiaen, entre otros, que nos han nutrido y enriquecido enormemente. Por todas estas razones, Francia y Venezuela han estado unidas desde hace muchísimos años y la música -en nuestro caso- ha sido un vínculo indisoluble que ha permitido estas colaboraciones y contactos con excelentes artistas franceses en combinación con admirables músicos venezolanos y con nuestra Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela. Debo admitir que me siento muy orgulloso y honrado de recibir esta condecoración y le reiteramos Sr. Embajador Laforêt, amigos todos, que es con ese espíritu que muchos, no sólo nosotros, trabajamos por la unión de nuestros pueblos. Interpretamos esta condecoración como un reconocimiento a ese espíritu de diálogo, paz y construcción, que es el que nos lleva a la integración. Por ello entendemos que hoy, en nosotros, el Gobierno de Francia ha querido distinguir a quienes creemos en un futuro sin límites, de unión y amistad, para dos pueblos que definen su propia identidad al abrirse generosamente, y con audacia, al otro y al mundo. Quiera Ud. Señor Embajador, transmitir mi emocionado agradecimiento por esta condecoración y por este acto, a su Excelencia, el Presidente de la República Francesa François Hollande, y a la Sra. Aurélie Filippetti, Ministra de Cultura y Comunicación de la República Francesa. Saludamos en ellos al pueblo hermano de Francia. Finalmente, quiero agradecer a mi familia, en especial a mi amada esposa Diana Arismendi y a su hijo Juan Pablo por su presencia aquí esta noche, y a mis queridos hijos Gabriel David y Constanza Eugenia, quienes residen en Tenerife, por su constante e incondicional apoyo a mi carrera durante todos estos años. Gracias a todos por compartir este especial momento! Alfredo Rugeles / Caracas, 10 de Julio de 2013