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DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS
SOCIALES
TEMA 5: EDAD MEDIA
Raimundo Antonio Rodríguez Pérez
Pedro Miralles Martínez
Sebastián Molina Puche
Cosme Jesús Gómez Carrasco
José Andrés Prieto Prieto
José Monteagudo Fernández
Francisco de Asís Gomariz Sánchez
Francisco Javier Valera Bernal
Mateo Férez Martínez
Rita María Matencio López
LA EDAD MEDIA
Tradicionalmente se ha considerado que la Edad Media se inicia con la caída del
Imperio romano de Occidente y la conformación de los primeros reinos germánicos (el
hito más destacado y generalmente utilizado sería el año 476, con la destitución del
emperador Rómulo Augústulo por parte de Odoacro), y acabaría con el descubrimiento
de América (1492), aunque hay autores que consideran que esta etapa finaliza con otro
hecho histórico, como es la conquista de Constantinopla por parte de los otomanos
(1453), con el que concluye la existencia del Imperio bizantino.
Generalmente se suele diferenciar entre Alta Edad Media (siglos V a X, en los que
todavía no se ha configurado plenamente el sistema feudal), y Baja Edad Media (siglos
XI a XV), etapa ésta última que incluye dos fases: la de consolidación y plenitud del
feudalismo (siglos XI a XIII), y la de crisis del sistema feudal que dará paso al Estado
moderno (siglos XIV y XV).
Las invasiones germánicas que se están produciendo desde el siglo III en la frontera
norte del Imperio romano, que supondrán una de las principales causas de la división
del imperio en el siglo IV, se generalizan a lo largo de la centuria siguiente en la parte
occidental del mismo, hasta hacerlo desaparecer como estructura política y
administrativa, dando paso a una serie de reinos que ocuparán distintas partes del
territorio anteriormente romano.
Mapa 1. Invasiones bárbaras siglo V
Fuente: www.lahistoriaconmapas.com
El primer pueblo germánico que se organiza como reino es el visigodo, instalado en
la parte meridional de la actual Francia y en buena parte de la península ibérica (se
establecen en la antigua Hispania romana a comienzos del siglo V, formando el Reino
de Toledo), territorio que van a compartir con los suevos, otro pueblo germánico que se
establece en el tercio noroccidental de la Península (a grandes rasgos, en la actual
Galicia y norte de Portugal), aunque finalmente serán vencidos por los visigodos a
finales del siglo VI.
También a comienzos del siglo V se establecen en Italia los ostrogodos, donde
también conforman un reino, aunque en este caso la existencia del mismo será más corta
que la del reino visigodo, ya que a comienzos del siglo VI son derrotados por las tropas
bizantinas de Justiniano I.
Más tardío que los anteriores es la conformación del reino franco en la antigua Galia
romana. A comienzos del siglo VI expulsan a los visigodos del buena parte del territorio
del actual sur de Francia, y a burgundios y alamanes de territorios de los actuales Países
Bajos y Alemania, conformando un extenso reino en el centro de Europa. Ese reino será
el que a finales del siglo VIII conformará el imperio carolingio.
Mapa 2. Europa en el siglo VI (reinos germánicos).
Fuente: http://joseantoniomora.50webs.com/
Otros pueblos germánicos se asentarán en territorios anteriormente romanos,
creando reinos más o menos estables (sajones en el norte de la actual Alemania y en las
islas británicas, gépidos y lombardos en tierras de la actual Rumanía, Austria,
Eslovaquia y sur de Alemania, vándalos en el norte de África…), pero a comienzos del
siglo VIII en el antiguo territorio romano destacan como principales estructuras
políticas tres grandes territorios: el imperio bizantino, el reino franco y el reino
visigodo. Las tres van a sufrir el avance de una nueva potencia militar, política y
religiosa: el imperio omeya, que desde mediados del siglo VII ha iniciado una
expansión territorial que comienza con la unificación de Arabia, la conquista del
imperio persa y de territorios del imperio bizantino en Oriente próximo, la expansión
por el norte de África y la conquista, a partir del año 711, del reino visigodo. El avance
del Islam en occidente sólo es frenado por los francos en la batalla de Poitiers (732).
Mapa 3. Expansión imperio árabe siglo VIII
Fuente: maestradesociales.wikispaces.com
Con la desaparición del reino visigodo de la Península Ibérica, a comienzos del siglo
IX las grandes estructuras políticas que se mantienen en Europa van a ser tres imperios:
el carolingio, que ocupa prácticamente toda Europa central (actuales territorios de
Francia, Países Bajos, Alemania y norte de Italia), el bizantino (que en territorio
europeo mantiene la actual Grecia, buena parte de los Balcanes, sur de Rumanía, sur de
Italia y las grandes islas del mediterráneo, además de territorios en la actual Turquía), y
el imperio musulmán, que ocupa, en Europa, la práctica totalidad de la Península
ibérica.
Mapa 4. Principales imperios del siglo IX (carolingio, bizantino y árabe).
Fuente: http://joseaantoniomora.50webs.com/
Inicialmente el territorio musulmán en la Península ibérica, que va a pasar a
denominarse Al-Ándalus, conforma una de las provincias del califato Omeya de
Damasco, pero desde el año 756 se erige como emirato independiente (lo que significa
que a partir de ese momento sólo va a aceptar la autoridad religiosa del califa, pero no la
política ni la militar). El emirato de Córdoba (756-929) va a controlar prácticamente
todo el territorio peninsular, con la única excepción de pequeños territorios de la zona
cántabro-asturiana y del Pirineo occidental, central y oriental (estos últimos controlados
por condes francos), que se van a considerar herederos del antiguo reino visigótico. A
comienzos del siglo IX estos territorios cristianos conforman los reinos de Asturias y de
Pamplona, y los condados aragoneses y catalanes, e inician un lento proceso de
expansión que más tarde será conocida como Reconquista. En las primeras décadas del
siglo IX se produce la primera reducción del territorio de al-Ándalus, si bien es cierto
que hasta el siglo XI las fronteras entre al-Ándalus y los estados cristianos del norte
experimentan pocas variaciones, manteniéndose la frontera, básicamente, en la línea que
conforma el río Duero: al norte del río se consolidarán el reino Asturleonés y el reino de
Pamplona (más tarde de Navarra), y los citados condados aragoneses y catalanes.
Pese a esas pérdidas territoriales, al-Ándalus, entre el siglo VIII y el siglo XI es la
principal potencia de la zona. El año 929 el emir de Córdoba se autoproclama califa,
adquiriendo así también la “independencia” religiosa. La etapa del califato cordobés es
la “etapa dorada” de al-Ándalus: mantienen controlados a los reinos cristianos,
imponiéndoles tributos y sometiéndolos a razias punitivas cuando no se pliegan a los
dictados del califa (la más famosa de todas, la que hace el caudillo militar Almanzor en
997 contra Santiago de Compostela); a nivel económico se convierte en una de las
principales potencias de la época gracias a una agricultura y una “industria” artesana
muy desarrolladas, y a la potenciación del comercio con el norte de África, Oriente
Próximo y el resto de Europa; es la época de las grandes construcciones públicas (la
mezquita de Córdoba), de la construcción de bibliotecas y universidades, del fomento de
la cultura, la ciencia y las artes.
Esta etapa finaliza el año 1031, con el derrocamiento de Hisam III tras una larga
etapa de luchas civiles por el poder, en la cual buena parte de las provincias (coras) del
califato se han independizado de Córdoba, dando lugar a lo que se conocerá como
Reinos de Taifas. Esta división será aprovechada por los reinos cristianos para avanzar
en su expansión territorial, sobre todo en el frente occidental, el ocupado por el Reino
castellano-leonés: aquí la línea fronteriza del Duero se supera enormemente, hasta
situarla en el Tajo tras la toma de Toledo en 1085 por Alfonso VI.
Mapa 5. La Península ibérica en el siglo XII
Fuente: www.zonu.com
La amenaza castellana sobre los reinos de Taifas situados al sur del Tajo lleva a que
varios reyes musulmanes soliciten ayuda al sultán almorávide del norte de África, que
envía en 1086 un ejército que derrota a Alfonso VI (aunque resiste en Toledo, que no
cae en manos almorávides), pero también conquista para su imperio los pequeños
territorios musulmanes antes dependientes de Córdoba. Se inicia la etapa almorávide
(1086-1144), en la cual al-Ándalus se encuentra integrada en un imperio con capital en
Marraquech. Se trata de una etapa en la que se reactiva el comercio con el norte de
África, aunque a nivel interno se producen numerosas revueltas, pues los andalusíes
intentan recuperar su independencia. El fin del imperio almorávide en al-Ándalus
proviene de tres frentes: las rebeliones internas, el avance aragonés (en 1118 Alfonso I
de Aragón conquista Zaragoza), y la aparición en el norte de África de un nuevo poder:
los almohades, que acabarán con conquistar los territorios del imperio almorávide,
incluidos los territorios de al-Ándalus. Los almohades, tribu bereber de origen marroquí
y caracterizados por su radicalismo religioso, tras vencer a los almorávides en África,
desembarcan en la Península Ibérica en 1145, conquistan el territorio musulmán y
vencen a los castellanos en 1195 en la batalla de Alarcos, deteniendo el avance de éstos
en tierras de la actual provincia de Ciudad Real. Pese a su poderío militar, la rigidez
religiosa de los almohades choca con la población andalusí, provocando de nuevo
revueltas, sobre todo en Granada y en territorios levantinos. Esa debilidad interior, junto
a la derrota militar frente a un ejército combinado de los reinos cristianos en la batalla
de Las Navas de Tolosa (1212), supondrá la caída del poder almohade en al-Ándalus, y
la etapa final de la presencia musulmana en la Península Ibérica. A partir del siglo XIII
se suceden los avances cristianos: en 1238 se toma Tavira, con lo que se da por
finalizada la “reconquista” del territorio portugués; en 1236 se conquista Valencia, y en
1302 Alicante; en 1243 Fernando III conquista Murcia y cinco años más tarde Sevilla…
A comienzos del siglo XIV la presencia musulmana en la Península Ibérica se reduce al
reino nazarí de Granada, que si perdura durante casi doscientos años (hasta su toma
definitiva por los Reyes Católicos en 1492) es, principalmente, no tanto por su
potencial militar sino por la habilidad diplomática de sus gobernantes, que lograrán
frenar el expansionismo castellano a cambio del pago de tributos.
Mapa 6. La Península Ibérica en el siglo XIII
Fuente: www.geocaching.com2
Como no podía ser de otra manera, el declive musulmán supone la consolidación y
auge de los reinos cristianos. Con excepción del Reino de Navarra, que verá
estrangulado su avance hacia el sur por Aragón y Castilla, el resto de territorios
cristianos aprovechan la debilidad y la inestabilidad que sufre al-Ándalus a partir de la
caída del califato (y sobre todo a partir de la decadencia del imperio almohade) para
expandirse hacia el sur. Es cierto que esa expansión no va a ser continua, ya que va a
verse frenada en distintas ocasiones (los momentos iniciales de las invasiones
almorávide y almohade supondrán sendos repliegues del avance cristiano), ni va a estar
exenta de enfrentamientos entre los distintos territorios cristianos: de hecho, al igual que
ocurre en el caso andalusí, abundan los casos de divisiones territoriales (el reino
castellano-leonés es dividido en varias ocasiones), y de reunificaciones por medio de las
armas. Con todo, a comienzos del siglo XIV se han consolidado cuatro grandes reinos
en la Península Ibérica: la Corona de Castilla, en la que se han agrupado el antiguo reino
de Asturias, y los reinos de Galicia, León, Castilla, y la marca de Álava; el reino de
Portugal, independizado en el siglo XII del reino de León; la Corona de Aragón, en la
que se han agrupado el reino de Aragón, los condados catalanes, y las conquistas
realizadas en Valencia, Baleares, y en el Mediterráneo (Córcega, Sicilia, Cerdeña, y más
tarde el Reino de Nápoles); y el Reino de Navarra. A finales del siglo XV, el
matrimonio entre Fernando de Aragón e Isabel de Castilla supondrá la unificación de
los dos reinos más grandes de la Península, que aumentarán su territorio con la
conquista del Reino nazarí de Granada (1492) y la anexión de Navarra (1512).
Mapa 7. Europa en el siglo XV
Fuente: www.catedralesgoticas.es
La principal característica diferencial de estos reinos con el territorio andalusí
reside, además de la adscripción religiosa de unos y otros, en que en los reinos
cristianos se va a desarrollar una sociedad de tipo feudal. El feudalismo es un sistema
sociopolítico caracterizado, por un lado, en la descentralización del poder político (no
hay un solo poder central, sino una auténtica superposición de poderes y una enorme
autonomía local del ejercicio del poder), y la conformación de una sociedad en la que se
produce una jerarquización perfectamente marcada y sancionada por ley denominada
sociedad estamental. En este sentido, la sociedad se divide en dos estamentos que gozan
de privilegios (exenciones fiscales, prerrogativas judiciales, tienen reservada la
propiedad de la tierra y el ejercicio de tareas judiciales y de gobierno): el estamento
noble y el estamento clerical; y el tercer estado, también llamado estado llano,
conformado sobre todo por campesinos que no cuentan con privilegio alguno.
Figura 1. Pirámide social feudal
Fuente: http://peereez-peereez.blogspot.com.es/2010/09/feudalismo.html
A nivel institucional, el sistema feudal descansa sobre el vasallaje: un contrato
realizado entre dos hombres libres (ambos pertenecientes al estamento noble), según el
cual el más poderoso de ellos cede al otro un bien (un feudo, normalmente consistente
en un conjunto de tierras trabajadas por campesinos, que también son incluidos en el
contrato feudal), a cambio de que defienda esas tierras de posibles incursiones enemigas
y le jure lealtad. De esta manera, el primero se convierte en señor del segundo. Se habla
de pirámide feudal porque este tipo de contratos se puede realizar de manera
escalonada: un monarca puede ceder a un noble un gran territorio como feudo, y este
puede, a su vez, dividirlo en feudos menores (lo que generalmente se conocen como
señoríos, formados normalmente por un conjunto de tierras que rodean a un núcleo
poblacional que, a su vez, está dominado por una fortaleza) y cederlos a otros nobles
menos poderosos, que le jurarán fidelidad y, por extensión, al “señor de su señor”, en
este caso el monarca. Junto a esa relación señor-vasallo, desigual pero entre miembros
del mismo estamento (aunque también se conceden feudos y señoríos a miembros del
clero o a órdenes religiosas: en este caso se habla de señorío eclesiástico), se produce
otra relación también desigual, pero en este caso entre individuos de distinto estamento:
cada señorío es una unidad de producción en la que el señor, por un lado, gestiona la
explotación de las tierras (aunque más tarde aparece la figura del campesino libre
propietario de tierras, en sus orígenes las tierras, casi en su totalidad propiedad del
señor, son trabajadas por siervos que han de entregar cada año al señor una renta que
puede tener distinta naturaleza: dinero, productos de la tierra o la obligación de prestar
trabajo no remunerado en tierras privativas del señor), y por otro, controla ciertos
medios de producción y servicios (molinos, hornos, herrerías, puentes, zonas de
pastos…) de manera monopolística, de donde también obtiene ingresos de siervos y
campesinos libres, que son obligados a usarlos. Además de ello, el señor ejerce el
gobierno y la justicia en ese territorio.
Este sistema socio-económico y político se va a desarrollar principalmente en
ámbitos rurales, en zonas urbanas, sobre todo en grandes ciudades altamente pobladas,
el sistema feudal se matiza, en ocasiones enormemente. Buena parte de las ciudades se
mantienen libres, sin depender de más señor feudal que el monarca (se habla de
ciudades o municipios de realengo, por ser dependientes de la justicia real), que les
concede fueros o privilegios que las mantienen “a salvo” de posibles injerencias de
señores feudales. Entre estos privilegios suele estar la potestad de ser gobernadas por
asambleas municipales (concejos), formadas por los habitantes de la ciudad, los
llamados burgueses (en tanto que se trataba de habitantes de un burgo), y el derecho a
celebrar mercados (generalmente semanales) y ferias (normalmente, anuales), donde se
mercadeaba con productos agrícolas y artesanales de todo tipo. A cambio, esas ciudades
debían pagar impuestos directamente al monarca, y llegado el caso movilizar tropas
para prestarle servicios militares. Las ciudades suelen dividirse en barrios, cada uno con
su parroquia propia, y en los que normalmente se agrupan los miembros de un mismo
oficio que se organizan en gremios. Los gremios son organismos encargados de
controlar la calidad y los precios de los productos, de garantizar el trabajo a sus
miembros, de ordenar el sistema de aprendizaje y de prestar servicios asistenciales
(ayuda a viudas y huérfanos, a miembros que no pueden ejercer el oficio por accidente
laboral o enfermedad…). Cada gremio estaba regido por un estatuto particular que regía
la actuación de los miembros del oficio en una ciudad (no se trata de estatutos
regionales o estatales). La pertenencia al gremio era obligatoria, y su estructura estaba
marcadamente jerarquizada: el maestro artesano era el único que podía disponer de un
taller y participar en la dirección del gremio. A la maestría se accedía tras la aprobación
de un examen (la realización de una “obra maestra”). Por debajo de ellos estaban los
oficiales, expertos en el oficio con todos los derechos y obligaciones que marcaban los
estatutos, pero que no poseían taller propio; y por último los aprendices, artesanos en
formación que firmaban un contrato de aprendizaje según el cual el maestro le enseñaba
el oficio a cambio de que el aprendiz trabajara casi sin remuneración alguna durante un
período amplio de tiempo (de cuatro a ocho años).
Figura 2: organización gremial
Fuente: http://2esodryc.wikispaces.com/3
El antiguo reino de Murcia durante la Edad Media
El año 713 el sureste de la Península es invadido por tropas musulmanas. Surge
la Cora (gobernación) de Tudmir, que toma su nombre del gobernador visigodo que
acuerda la rendición. Ésta consistía en pagar impuestos a cambio de mantener la religión
y costumbres cristianas. Su principal centro de poder era Orihuela, que con el tiempo se
vería desplazada por Lorca. La necesidad de contar con una capital que asegurase la paz
de este territorio hizo que el año 825 el emir de Córdoba Abderramán II ordenase fundar
Medina Mursiya. Pronto Murcia se convierte en la ciudad más poblada e importante del
sureste español. La caída del califato cordobés en 1031 traerá consigo la fragmentación
de Al-Andalus en diversos reinos de taifa independientes. La taifa murciana será
especialmente poderosa en el siglo XII, con Ibn Mardanish (Rey Lobo). La presencia
islámica en Murcia ha dejado una honda huella, con intelectuales como Abenarabí, la
construcción de la red de regadío de la huerta, la muralla de la ciudad y el castillo y
castillejo de Monteagudo. En otros puntos de la Región de Murcia destacan dos
antiguos poblados: Siyasa (Cieza) y Villa Vieja (Calasparra).
El reino de Murcia es reconquistado por los cristianos en 1243, convirtiéndose
por el Tratado de Alcaraz en un territorio de la Corona de Castilla. A partir de 1266, tras
el fracaso de una rebelión musulmana, el territorio comienza a ser repoblado por
cristianos. El reino de Murcia era casi el doble que la actual Región, con unos 20000
km.2, incluía las actuales provincias de Murcia, gran parte de Albacete y Alicante, así
como algunas localidades de Jaén y Almería. Destaca su triple condición fronteriza con:
Aragón, el Mediterráneo (salida a este mar de Castilla) y, sobre todo, Granada. La
inseguridad convertirá el reino en un territorio muy poco poblado y con tres grandes
zonas:
1. La parte septentrional o zona manchega (Albacete, Chinchilla, Casas de Ves,
Jorquera, Hellín, Tobarra, Almansa, Villena, Sax, Yecla, Jumilla) formará parte
del marquesado de Villena.
2. La zona intermedia del reino constituye la franja dominada por la presencia de
órdenes militares, especialmente la de Santiago, con numerosas encomiendas
(Cieza, Ricote, Caravaca, Moratalla, Aledo, Lorquí, Férez, Socovos, Nerpio,
Beas de Segura). Las órdenes de Calatrava y San Juan de Jerusalén contarán con
una encomienda cada una: Abanilla y Calasparra-Archena, respectivamente.
3. La zona sur destaca por la existencia de tres grandes concejos de realengo:
Murcia, Lorca y Cartagena. A principios del s. XIV la –hasta entonces
murciana– Vega Baja del Segura (gobernación de Orihuela) pasa a la Corona de
Aragón.
La economía tenía como principal actividad la ganadería. La agricultura de
subsistencia se reduce a las inmediaciones de las ciudades, pues alejarse de sus murallas
implicaba un gran peligro debido a las frecuentes invasiones y escaramuzas granadinas,
donde se tomaban cautivos. Murcia se afianzará como capital del reino al ser cabeza del
adelantamiento y de la diócesis.
GLOSARIO
Al Ándalus: territorio de la Península Ibérica que se encuentra bajo poder musulmán
entre los años 711 y 1492. También se utiliza como sinónimo del término Hispania
musulmana.
Alcazaba: fortaleza militar, generalmente situada en la parte más elevada de la
población. Término árabe.
Alcázar: término árabe para designar un edificio palaciego fortificado.
Arrabal: barrio situado fuera del recinto amurallado de una población.
Califa: Título de los príncipes musulmanes que, como sucesores de Mahoma, ejercieron
la doble potestad religiosa y civil hasta el año 1922. Los califas constituyeron la
máxima autoridad del mundo islámico en el terreno espiritual, político, judicial y
militar, si bien delegaron la mayor parte de sus atribuciones. A partir del siglo VII
residieron en Damasco y después en Bagdad. El de Córdoba fue independiente
(929-1031) (Larousse, 2009).
Emir: príncipe o caudillo musulmán que detenta poder político, civil y militar, pero no
religioso.
Feudalismo: Organización social, política y económica de los pueblos europeos que
duró desde el s. IX al XVIII (aunque desde el s. XV sufriera importantes
transformaciones). Su origen se encuentra en instituciones y costumbres anteriores,
de raíz germánica, en especial el patrocinio y el beneficio. Al no poder los
soberanos proteger a los pequeños propietarios, estos buscaron la protección de los
poderosos, con lo que se estableció una dependencia personal, el contrato feudal,
por el cual el señor (rey o noble) estaba obligado a defender a su vasallo y este, a su
vez, quedaba obligado a prestarle servicio militar, en caso de guerra, y otros
servicios personales o económicos. El apogeo del feudalismo corresponde a los
siglos X, XI y XII. A partir de entonces, la autoridad real se afianzó, y se centralizó
la extracción del excedente campesino (Larousse, 2009).
Gremio: Corporación nacida en la Edad Media, en la que se incluían todas las personas
que desarrollaban un mismo oficio (maestros, oficiales y aprendices) para defender
sus intereses. Se regían por unos estatutos y estaban inspiradas en principios de
ayuda y asistencia mutua y religiosidad.
Medina: zona principal de la ciudad musulmana, dentro del recinto amurallado, en la
que se encuentran los principales edificios públicos.
Mezquita: recinto que los fieles del Islam destinan a la oración y a los actos religiosos.
Está orientado hacia La Meca.
Reconquista: proceso histórico que ocupa un periodo de aproximadamente 700 años
(722-1492) durante el cual varios reinos cristianos intentan controlar los territorios
de la Península Ibérica
Siervos: campesinos que dependían de un señor feudal.
Visigodos: una de las ramas del pueblo godo (la otra estaba conformada por los
ostrogodos), tribu germánica procedente del Bajo Danubio, que a partir del siglo V
se establece en el sur de Francia y la Península Ibérica, donde forma el llamado
Reino de Toledo.
ACTIVIDADES
1. Sitúa en este mapa los reinos existentes en la Península Ibérica a mediados del
siglo XV.
Fuente. www.zonu.com
2. Define, con tus propias palabras, los siguientes términos relacionados con Al
Ándalus:
Alcazaba:
Alcázar:
Medina:
Baños:
Madrasa:
Zoco:
Califa:
Emir:
Fuente: elaboración propia
3. Completa el siguiente cuadro, en el que debes rellenar el año de conquista de las
siguientes ciudades, el Reino cristiano al que pasan a formar parte, y el monarca
que reina en ese territorio:
Ciudad
Año de conquista
Alicante
Burgos
Granada
Lisboa
Málaga
Murcia
Oporto
Sevilla
Tarragona
Toledo
Valencia
Fuente: elaboración propia
Reino al que Monarca
pasa a formar
parte
BIBLIOGRAFÍA
Bloch, M. (2002). La sociedad feudal. Madrid: Akal.
MacKay, A. (2000). Atlas de Europa medieval. Madrid: Cátedra
Norwich, J. J. (2000). Breve historia de Bizancio. Madrid: Cátedra.
Rodríguez Llopis, M. (1998). Historia de la Región de Murcia. Murcia: Editorial
Regional.
Valdeón Baruque, J. (2004). Vida cotidiana en la Edad Media. Madrid: Dastin.
Valdeón Baruque, J. (coord.) (1999). Las Españas medievales. Valladolid: Universidad.
Wickham, C. (2013). El legado de Roma. Una historia de Europa de 400 a 1000.
Madrid: Ediciones Pasado y Presente.
RECURSOS ELECTRÓNICOS
1. Síntesis sobre el sistema feudal, incluyendo orígenes y características:
http://peereez-peereez.blogspot.com.es/2010/09/feudalismo.html
2. Síntesis sobre Europa en la Baja Edad Media:
http://julia-garcia-sociales.blogspot.com.es/2012/02/el-renacer-urbano-de-europa.html
3. Explicaciones y actividades de refuerzo sobre la Edad Media:
http://luisamariaarias.wordpress.com/cono/tema-12la-edad-media/
4. Actividades de repaso sobre la Edad Media (nivel de 2º de ESO):
http://www.juanjoromero.es/eso/2eso/ejercicios_repaso_unidad1.pdf
5. Actividades de repaso sobre la Edad Media, nivel de 5º y 6º de Primaria:
http://quintoalameda.blogspot.com.es/2011/07/actividades-de-repaso-de-la-edadmedia.html
6. Listado de links sobre la Edad Media, incluye actividades de repaso:
http://auladeadriana.blogspot.com.es/2010/11/edad-media-actividades-de-repaso.html
7. Actividades de repaso sobre la Edad Media, tipo quiz, junto a una síntesis de los
principales contenidos impartidos en tercer ciclo de Primaria sobre la etapa
histórica:
http://olmo.pntic.mec.es/agum0006/unidades_didacticas/edadmedia.htm
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