Etapas del proceso creativo. Antes de estudiar el proceso creativo, es conveniente revisar cómo el concepto creatividad ha sido considerado por las diferentes culturas, con el objetivo de tomar un punto de partida y determinar sus orígenes para nuestro estudio. En esta sección sólo se pretende mencionar la relación de diferentes culturas con el concepto creatividad y señalar algunas de las técnicas que se han utilizado para fomentar su desarrollo. Para algunos países occidentales, históricamente, la creatividad ha sido un enigma. En la cultura griega la creatividad aparecía personificada en los distintos dioses (Zeus, Afrodita, Minerva, Atenea, entre otros), creados por el mismo ser con sus propias características. Pero según un concepto de Dios como un ser que se equivoca y que es finito; posteriormente, con la influencia judeocristiana, la creatividad se aleja del hombre, ya que sólo se considera creativo a Dios. Paulatinamente, este terreno fue compartido por algunos privilegiados, los cuales habían recibido este “Don divino” y se consideró creativos a algunos artistas, sobre la base de que hacía falta un alto grado de “locura” o un milagro para que una persona tuviera actos creativos, ene sta cultura, en algunos casos, ser un “loco” equivalía a ser creativo. El enfoque occidental de la creatividad se refiere a un estado de ánimo particular en el que se requiere cierto grado de tensión o la aparición de un conflicto o problema por resolver, para que en la búsqueda se dé solución a un problema determinado, y surja el proceso creativo, como paliativo a un aspecto o característica para sublimarse y poder crear. Las técnicas usadas para propiciar este desarrollo se relacionan con el trabajo, ya sea individual (bajo presión) o en equipos, llevando el desarrollo creativo al plano de la utilidad empresarial o al desarrollo personal en el sentido de “resolver” un problema. En un principio se habló de la creatividad como un privilegio de los artistas, pero actualmente, se hace referencia a una actividad generalizada, aunque de tipo utilitario, sobre todo en la mercadotecnia; y a veces se refiere a una creatividad expresiva como recurso terapéutico; sin embargo, se habla poco de la creatividad en otras aplicaciones, como podría ser su uso como recurso pedagógico. Desde nuestro punto de vista, el enfoque anterior se diferencia del enfoque oriental en que, los orientales se refieren a un “estado” creativo personal, que se encuentra cubierto u opacado por motivos “terrenales” y cotidianos; un estado al que todos tenemos acceso y donde se encuentra la “energía vital”. “Tocar” esta energía posibilita su uso y su libre fluir por el cuerpo, produciendo así un desarrollo armónico del ser y de la persona. Las técnicas orientales intentan inducir un estado de ánimo relajado y sereno en el cual se pierde la noción del tiempo y del espacio, de reflexión, para llegar la “fuente misma de la creatividad”. Si cada uno de nosotros trabaja consigo mismo, con la ayuda de un grupo o un maestro, es capaz de “contagiar” o transmitir este estado o esta energía a los demás y lograr así el desarrollo creativo armónico de los grupos y las comunidades. Los occidentales nos dicen: Es bajo cierto grado de presión o tensión que se produce la creatividad, es decir, sólo a partir de una dificultad. Es un estado de ánimo agitado de tipo explosivo y requiere energía y movimiento para dar salida al potencial creativo y a la producción de ideas. Los orientales, por su parte señalan que: Es un estado de ánimo sereno, calmado, de silencio y con diálogo interno, de una mente observadora y atenta, capaz de apartar por momentos los problemas y las preocupaciones cotidianas para entrar en lo profundo del ser y desde ahí surgir con todo el potencial y la limpieza que supone este contacto con la creación y el cosmos. Ambos enfoques coinciden en que todos los hombres somos capaces de desarrollar más nuestro potencial creativo. Al parecer, la tendencia que corresponde es el desarrollo equilibrado de ambos estados de ánimo, o bien, de los dos hemisferios cerebrales. Por lo mismo, cobra un papel importante la función del cuerpo calloso, pues es a través de él que los hemisferios cerebrales se comunican. Proceso creativo. Por otra parte, en cualquier producción es fácil distinguir al proceso del producto: una novela, un edificio, unos zapatos, una estatua, son productos y, en cuanto novedosos y valiosos son creaciones. Probablemente no conocemos muchos de los procesos que se desarrollaron tras estos productos. En siglos pasados prevaleció un concepto mítico de la creatividad, en aquellas épocas las personas se contentaban con admirar los productos sin atreverse a escudriñar el proceso, porque lo creían sobrenatural o de origen celestial. En cambio, ahora que se va desmitificando este campo, observamos un creciente interés por desentrañar los mecanismos biológicos y psíquicos de la creatividad para llegar a tener dominio sobre esta importante actividad humana. Hay creaciones casi instantáneas que parecen actos de magia más que procesos; por ejemplo, se me ocurre un nuevo arreglo de los muebles de mi sala, dibujo “a la primera” un logotipo, invento un chiste sobre el presidente de la república. Estos casos parecen tan simples que nos sentimos tentados a enmarcarlos dentro del esquema elemental e instantáneo de estímulorespuesta cotidiano. No es en estas creaciones donde mejor se pueden estudiar los mecanismos de la creatividad, sino en las que son un poco más complejas, en las que requieren procesos de diversos órdenes y niveles que nos permitan identificar sus etapas. El proceso creativo supone, casi siempre: Una estructuración de la realidad (la cual está dada y es una visión lógica). Una desestructuración de la misma. Una reestructuración en nuevos términos. Este proceso tiene seis etapas fundamentales: I. El cuestionamiento. II. La recopilación de información (datos). III. La incubación (o maduración de la idea). IV. La iluminación (Eureka). V. La elaboración. VI. La comunicación. I. El cuestionamiento. El primer paso consiste en percibir algo como problema, en tomar distancia de la realidad para distinguir un poder ser por detrás, o por encima del ser que tenemos frente a nosotros. Es fruto de inquietud intelectual, de curiosidad bien encauzada, de interés cultivado, de hábitos de reflexión, de capacidad para percibir más allá de lo que las apariencias nos ofrecen. II. Recopilación de datos. Una vez sembrada la inquietud en la mente del individuo, éste debe salir al campo de los hechos para recabar información. Ésta es la etapa de las observaciones, viajes, lecturas, experimentos y conversaciones con personas conocedoras del tema. El creador potencial necesita procurarse el mejor material para que la mente trabaje sobre terreno sólido y fértil. III y IV. Maduración e iluminación. Los antiguos observaron que los literatos, inventores y artistas de todos los ramos sufrían periodos de aparente esterilidad, y aunque en el momento menos pensado, podían encontrar la solución como venida de otro mundo. Creyeron que era el don de alguna divinidad que les enviaba los rayos de la luz celestial (iluminación viene de lumen lúminis que significa luz). La maduración o incubación es la digestión inconsciente de las ideas; es un periodo silencioso, aparentemente estéril; pero en realidad de intensa actividad; se puede comparar con el embarazo, el cual también termina con una iluminación: la mujer “da a luz”; o con la germinación de las semillas en la oscuridad y el silencio interior de la tierra. En la actualidad aún reconocemos esas etapas, ante un problema difícil decimos “vamos a consultarlo con la almohada”, o que hay que dejar que aterricen” los pensamientos confusos; y hablamos también de que “se nos prendió el foco”, de que “se nos ocurrió” tal idea, o de que en tal situación estábamos inspirados, o no lo estábamos, aunque actualmente ya es muy difícil que involucremos a las musas en esta actividad. ¿Cómo se manifiesta la inspiración? Para el científico, es la hipótesis que explica los hechos; para el artista, es la forma deseada y buscada, y para cualquier persona, es la solución al problema que trae entre manos. A veces la luz llega cuando el sujeto ni siquiera pensaba de manera consciente (pero sí de manera inconsciente) en el tema. Se pasa de un momento de tensión a uno de relajación y el punto culminante tiende a coincidir con la parte distensiva. Aunque también sucede que en la incubación lo que aparentemente queda fuera de la conciencia en determinados periodos, se ha seguido meditando al margen. Diríamos que se sigue viendo con la orilla del ojo, así como hay un ir y venir del pensamiento al sentimiento, y viceversa. V. Elaboración. Éste es el paso de la idea luminosa a la realidad externa; el puente del ambiente mental al físico o social. Consiste en redactar la novela, ejecutar la decoración, demostrar la hipótesis, organizar el partido político, etc. Suele ser trabajo de tecnología, de relaciones humanas, de disciplina, y también de nueva creatividad. Llega a darse el caso de que llevar a la obra una idea brillante requiere más creatividad que el hecho de haberla pensado. Quizá sea esto uno de los aspectos más interesantes de la creatividad, que requiere, en su primera fase, un proceso de distanciamiento de la realidad en la reflexión, pero también se necesita volver a la realidad en la fase de acopio de datos; luego, nuevamente es conveniente aventurarse por el mundo de las ideas y de la fantasía (en la incubación), para finalmente terminar todo o “aterrizar” otra vez en el diálogo intenso con la realidad. VII. Comunicación. Cuando un niño ha construido o dibujado algo, es normal que corra a mostrarlo a su alguien. Esta reacción natural indica que el proceso creativo necesita aún concluir. Si la esencia de la creatividad es lo nuevo junto con lo valioso, lo nuevo-valioso pide a gritos darse a conocer, y tanto más cuanto más nuevo y valioso sea. Por otra parte, quién es el juez de lo valioso. Difícilmente podrá ser su mismo autor, lo creado necesita mostrarse para ser valorado. Referencia: Rodríguez Trejo, Carlos S. y Flores Álvarez Benjamín Flores. Desarrollo de la Creatividad e innovación tecnológica. Grupo Editorial Exodo. Pag 34-37