Subido por toretto8813

taller-imagen-04

Anuncio
EDUCACIÓN ARTÍSTICA Y ESTÉTICA A
TRAVÉS DE LA IMAGEN
Sesion 04
Un olvido:
La pintora española MARUJA MALLO
Maruja Mallo
Ana María Gómez González (Lugo, 1902 - Madrid, 1995)
Pintora surrealista española, considerada como artista de la generación de 1927
Mujeres como Carmen Laforet, Carmen Martín Gaite o Ana María
Matute representan a muchas otras que, durante el asfixiante franquismo,
lucharon por tener una voz propia. Sin embargo, como cuenta Inmaculada de
la Fuente en Mujeres de la posguerra, tuvieron un referente, la de las que, en
el espejismo de los años veinte y treinta, demostraron que no existía terreno
vedado para ellas. Y de toda esa nómina extraordinaria, pocas tan únicas e
inimitables como Maruja Mallo, un destello de color, entusiasmo, provocación
y creatividad en un mundo que tendía sin remedio hacia el gris.
Trabó una gran amistad con Salvador Dalí, para quien la pintora era "mitad
ángel, mitad marisco»
Muy cercana a Dalí y Lorca (Buñuel no la soportaba, entre otras cosas por su
opción por el amor libre, lo que le llevó a decir sobre ella con
desprecio: "¡Queda abierto el concurso de la menstruación!")
Iniciadora del movimiento de las "sin sombrero", un grupo de jóvenes
intelectuales que escandalizaron a la sociedad por atreverse a salir a la calle
sin esa prenda.
En 1932 se fue durante dos años a París, donde se integró en el movimiento
surrealista, despertando la admiración de artistas como Éluard o Breton,
quien le compró su cuadro Espantapájaros.
Con el estallido de la Guerra Civil, Mallo se exilió en Argentina. Allí obtuvo
reconocimiento desde el primer momento, y alternó Buenos Aires con
estancias en Nueva York, donde se hizo amiga de Andy Warhol y se convirtió
en una asidua de la vida cultural y social de la ciudad, donde brilló con luz
propia. Se cuenta que Rockefeller quiso presentarle a la estrella de
Hollywood Claudette Colbert y que, cuando le preguntaron a Mallo si
envidiaba algo de ella, ésta contestó que la dentadura. La actriz, divertida y
halagada, se la llevó consigo al día siguiente a conocer a su dentista.
Cuando volvió del exilio en 1962 y se encontró con que el mundo que ella
había conocido había desaparecido, que sus amigos "o estaban enterrados o
en el destierro", apenas le quedó otra cosa que representar ese papel exótico
ante los jóvenes que habían oído contar muchas leyendas sobre ella. Pero
apenas volvió a pintar hasta su muerte, en 1995. Sobre su mesilla tenía dos
fotos: una de Andy Warhol y otra de los reyes entregándole la Medalla de Oro
de Bellas Artes.
Amiga de Ortega y Gasset, André Breton, Ramón Gómez de la Serna —autor
de la primera biografía de la artista, en la que la calificaba de “bruja buena”—
, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Concha Méndez, María Zambrano, Rodolfo
Halffter, Victoria Ocampo, Alberto Sánchez, Benjamín Palencia, Miguel
Hernández o Rafael Alberti , con quien vivió una gran pasión.
'Sorpresa del trigo' (1936).
Sesion 04
Y ahora un receso en las reglas de composición y la
proporción áurea
¿POR QUÉ LLEVO ESTA CAMISETA?
Se trata de "Alegoría de Venus, Cupido y el Tiempo", del pintor
italiano Angiolo Bronzino (1503-1572), pintado hacia 1540-1550,
National Gallery, Londres.
146,5 x 116,8 cm.
Renacimiento Italiano (Bajo Renacimiento, Manierismo)
Óleo sobre tabla
Pues lo vamos a comentar
El verdadero nombre de Bronzino (1503-1572) era Agnolo di Torri.
Nació en Florencia y fue discípulo de Pontormo. Se convirtió en
pintor y retratista de la corte de los Médicis, y es uno de las mejores
exponentes del manierismo. Además de la pintura, cultivó la poesía.
El Renacimiento y el Barroco son propensos a mostrarnos
reiteradamente una interpretación platónica del amor, en la que se
contrapone a la falsedad del amor carnal (propio de la sensualidad y
por tanto del mundo sensible) la verdad del amor espiritual, del
amor ideal, el que mora solo en el sentimiento (propio del mundo
inteligible).
Un ejemplo maravilloso de ello es uno de los cuadros más
exquisitos y también más complejos iconográficamente de la
historia de la pintura. Una pieza manierista del mejor Bronzino que
nos seduce con la misma persuasión que Venus juega con Cupido.
Esta obra es una de las más conocidas y sugestivas de su
producción, y según cuenta Vasari fue un regalo de los Médicis al
rey Francisco I de Francia, conocido por su amor al refinamiento y al
erotismo. Como toda pintura alegórica, cada figura representa
alguna cualidad, un vicio o una virtud.
Vayamos con orden…
TODO COMENTARIO DE UNA OBRA DE ARTE
DEBE HACER REFERENCIA, AL MENOS, A:
•
•
•
•
•
Identificación
Análisis iconográfico
Análisis técnico
Análisis estilístico
Contexto histórico
Identificación.
La pintura titulada “Venus abrazada por Cupido” es obra del pintor
italiano del Renacimiento Agnolo di Cosimo, llamado Bronzino (15031572). Está datada en 1546. En la actualidad, se encuentra ubicada en
la National Gallery, de Londres.
Análisis iconográfico. En ella aparece Venus, la diosa pagana del amor, abrazada de manera
muy sugestiva y erótica por el joven Cupido. A la derecha del grupo central vemos a un niño
con cara de felicidad que, al parecer, representa el Placer. Detrás suyo vemos una extraña
muchacha vestida de verde con cuerpo de serpiente que, probablemente simboliza el
Engaño, cualidad que suele acompañar al Amor. A la izquierda del grupo central aparece
una vieja rabiosa, que representa a los Celos y, que también suele acompañar al Amor. En la
parte superior de la obra vemos dos figuras: el hombre es el Padre Tiempo, al que
reconocemos por el reloj de arena; la mujer representa la Verdad. El Tiempo es el que
advierte de las muchas complicaciones que acechan a ese tipo de amor lujurioso aquí
representado, mientras que la mujer desenmascara la difícil combinación de terrores y
placeres que, inevitablemente, comportan los dones de Venus. Por todo ello, podemos
deducir que el cuadro nos transmite una moraleja: que los celos y el engaño pueden ser los
acompañantes del amor, del mismo modo que lo es el placer. Esta alegoría de Bronzino nos
aporta información sobre la sociedad cortesana del momento: refinada intelectualmente,
que gustaba de acertijos y adivinanzas y que inventaba sofisticados juegos por medio del
arte. Profundizaremos después en este análisis.
Análisis técnico. Todo el espacio de la obra está ocupado por objetos y figuras, y no hay
lugar para que la vista descanse. Este aspecto está relacionado con el espíritu y el tema
de la obra: la agitación y la falta de decisión. El amor, el placer, el engaño y los celos
enredados y mezclados formando una estructura compleja.
Por otra parte, observamos que la disposición de los personajes permiten describir un
rectángulo formado por dos “L”. Venus y Cupido forman una “L” siguiendo la forma del
cuadro; el Placer y el Padre Tiempo están dispuestos formando una “L” invertida, que
equilibra la anterior.
Las figuras representadas parecen frías, casi de mármol. Esa sensación se ve
intensificada por los colores utilizados, también de la gama de los fríos, como los azules
claros, azules oscuros, verdes y blanco de nieve. Sólo utilizó como color cálido el rojo
del almohadón donde se arrodilla Cupido. Toda esta frialdad contrasta con la actividad
sensual de algunos personajes. De esta forma, se establece una especie de tensión
entre las formas, los colores y el tema. Además, el dibujo es minucioso.
Análisis estilístico. La obra cabe incluirla dentro del estilo conocido como Manierismo,
en el cual la influencia de Miguel Ángel es patente. La búsqueda del movimiento a
través de escorzos violentos, la intensidad de los colores, el abigarramiento de
imágenes y la complejidad de las composiciones son características fundamentales de
este estilo y que podemos apreciar en la obra de Bronzino.
Contexto histórico. El Manierismo se encuadra dentro de la época del Renacimiento. Éste
puede dividirse en varios períodos que se suceden en el tiempo, como son: Quattrocento
(siglo XV), Cinquecento (primeras décadas del siglo XVI) y Manierismo (desde 1520,
aproximadamente). Para los contemporáneos, el Manierismo era considerado un período
decadente. De ahí que a lo largo de los siglos posteriores prácticamente no se tuvieron en
cuenta loa artistas de dicho período. Fue en el siglo XX cuando empezó a tomarse en
consideración, como una reacción a las formas clásicas, como una confrontación a la
ortodoxia. Así, se convirtió en un movimiento anti-clásico.
El término manierismo se tomó del italiano “maniera”, que hace referencia a una forma
muy personal de entender el arte. Se inició hacia 1520, a partir de las últimas obras de
Rafael y las primeras de Miguel Ángel, al que se considera como el iniciador y máximo
representante del mismo. Sin embargo, algunos estudiosos del arte también señalan como
iniciadores del Manierismo a Pontormo y Rosso en Florencia. Como causas de su aparición
hay que señalar la crisis de la sociedad provocada por las guerras de religión, el saco de
Roma de 1527 y las tensiones entre los Estados, así como la reacción de la Contrarreforma,
lo que contribuyó a un cambio de mentalidad. Todo ello permitió la ruptura de los
esquemas clásicos propios de este movimiento.
En la nómina del Manierismo se pueden incluir, además de los citados anteriormente, otros
pintores como, por ejemplo, Tintoretto, Veronés y el Greco.
Bronzino fue discípulo de Pontormo; es uno de los manieristas más destacados del arte
intelectual, pero también fue un gran retratista, especialmente de la familia de los Médici.
Una excusa para hablar de la mitología con un toque de química …
Las dulces heridas de Cupido
Un adagio popular dice: “Hay dos cosas que no se pueden
ocultar, estar enamorado o estar borracho”. Efectivamente,
el amor no se puede disfrazar, mientras se encuentre en lo
que, tomando un concepto de la física, se conoce como el
“tiempo de vida media”, es decir, en su mejor momento.
Con solo cruzar la mirada, la ansiedad se hace presente, el
pulso se acelera, nuestros pensamientos se vuelven
confusos, aparece un extraño calor en el pecho que
trasciende el cuerpo a través de la espalda.
De acuerdo con una de las versiones de la mitología, Cupido (eros para los griegos) es hijo de Venus (Afrodita) y de Marte
(Ares). Su madre, por temor a Júpiter (Zeus), tuvo que esconderlo en los bosques y dejar que fuera amamantado por
despiadadas fieras con la única misión de cuidarlo. Júpiter no deseaba al vástago vivo pues podía vaticinar todo el mal
que causaría en la tierra, sus planes eran fulminarlo con su rayo al nacer. Empero, bajo la celosa mirada de Venus, Cupido
logró mantenerse a salvo, y una vez adulto heredó el valor de su padre y la gracia de su madre; sin embargo, al crecer al
amparo de criaturas salvajes, su personalidad se tornó explosiva e incapaz de ser guiada por la razón. Como aniversario
de nacimiento, Venus le regaló un arco de oro con sus flechas. Las flechas eran de dos tipos: unas tenían punta de oro,
para conceder el amor, mientras que otras la tenían de plomo, para sembrar el olvido y la ingratitud en los corazones.
Además, se le concedió un poder enorme, ni los hombres ni los dioses serian capaces de resistirse ante las heridas de sus
flechas. Con el tiempo Júpiter perdonó a Cupido y finalmente obtuvo la gracia de ser admitido entre los dioses. Así,
Cupido ronda entre cielo y tierra blandiendo sus frenéticas saetas que hacen que nosotros, los pobres mortales, caigamos
rendidos ante el amor de la persona elegida.
….Ay, el amor!
Al conocer a la persona adecuada o deseada, en nuestro cerebro se produce un cóctel de hormonas y neurotransmisores
que nos hacen perder la razón. Estas sustancias químicas se denominan endorfinas. Las endorfinas son compuestos
químicos naturales de estructura similar a la de la morfina y otros opiáceos, que confieren una sensación agradable, y
que son los responsables de regular nuestra capacidad de deseo. Otra de estas sustancias es la feniletilamina, también
conocida como la hormona de la felicidad. Se trata de un compuesto orgánico de la familia de las anfetaminas, que
curiosamente se encuentra presente en el chocolate, lo cual podría explicar el deseo de regalarlos al ser querido con el
fin de generar una sensación de bienestar y felicidad. Cuando el cerebro se satura de feniletilamina, la respuesta es la
generación de dopamina, un neurotransmisor asociado con los sentimientos de gozo al realizar ciertas actividades y de
repetir un comportamiento que proporciona placer. También aumenta el nivel de norepinefrina, que produce euforia y
pérdida del apetito, lo cual se une al bajo nivel de serotonina, que se asocia a la obsesión por estar enamorado. A partir
de este momento, la flecha de Cupido hace efecto, el enamoramiento se hace notable e inevitablemente incontrolable.
Para mantenerse en concentraciones adecuadas, la química del amor necesita renovarse a diario; y con el desgaste del
día a día no hay Cupido que valga.
No obstante, tal como lo hace una buena gripe, esa sensación no puede durar para siempre. Incluso comiendo toneladas
de chocolate, llega un momento en el cual el nivel del químico cerebral no puede mantenerse estable y comienza a bajar.
La sensación inicial de volar sobre las nubes empieza a alejarse y notamos tierra a la vista. Según los estudiosos la
sensación de “amor ciego”, o amor romántico, dura entre 2 y 3 años como máximo. Esta teoría es ratificada mediante
evolución ya que, según los científicos, el que una pareja se encuentre unida durante dos años asegura el tiempo
necesario para conocerse, comprenderse, intercambiar ADN, e incluso conocer a los hijos y cuidarlos durante los
primeros meses de vida. Sin embargo, dejando de lado los procesos evolucionistas, en el caso de los seres humanos, una
vez se cumple el periodo de enamoramiento y si la pareja desea mantener su relación, los cerebros deben segregar otras
sustancias que son responsables de una nueva sensación: la de seguridad y estabilidad.
Esta maravillosa sustancia es un neurotransmisor, también segregado en el momento de la lactancia, y que
según recientes estudios se mantiene en alza durante un corto tiempo después del orgasmo; su nombre es
Oxitocina, también conocida como la hormona de la confianza. Se sintetiza en el hipotálamo y es un
estimulante del músculo liso uterino y de las células mioepiteliales de las glándulas mamarias. La
sensibilidad de la musculatura lisa uterina a la oxitocina se incrementa progresivamente durante la
gestación y rápidamente antes del parto. En el cerebro parece estar implicada en el reconocimiento al
relacionarse con otras personas, y podría estar involucrada en la formación de relaciones de confianza y
generosidad entre las personas. Por otro lado y según los últimos estudios, las feromonas a través del olor
corporal, también tomarían parte importante en el reconocimiento y aceptación de la pareja. Sobre todo
en el caso de un beso intenso, y en los juegos de seducción, el olor del ser amado se muestra importante.
Es interesante conocer que las parejas eligen y perciben como un gatillante del libido al olor corporal sin
perfume. Se prefiere oler detrás de las orejas, el cuello y los hombros; con menor frecuencia el pecho y
cerca de las axilas.
Pese a todo lo anterior, para mantenerse en concentraciones adecuadas, la química del amor necesita
renovarse a diario; y con el desgaste del día a día no hay Cupido que valga. Detalles con la pareja, un buen
masaje, palabras dulces y varios besos al día son la prescripción para mantenerla en alta. ¡Con una receta
así, quien no se anima!
Veamos algunos encuadres de la pintura con detalle
Alegoría del triunfo de Venus (también conocida como Alegoría de la Pasión) es una obra maestra
de la variedad y la intriga: en ella nada se entiende a simple vista. Hombres y mujeres de todas las
edades y procedencias se mezclan haciendo contorsionismo como si fueran a rodar una peli
porno. Y esto provoca que nuestra mirada se mueva en zigzag por el cuadro, sin entender muy
bien qué pasa.
El amor: la semilla del mal
El elemento clave de esta obra es el poder destructivo del amor. En el centro del cuadro
aparece Venus, desnuda y con la manzana dorada de la discordia en la mano. La misma manzana
de oro que desencadena la guerra de Troya cuando Paris se la da a Helena. ¿Y qué más sabemos
de las manzanas? Que en la cultura occidental representan el Pecado y la Tentación.
¿Y quién se besa tan sensualmente con esta
señora? Pues ni más ni menos que su hijo, Cupido.
Mientras el niño alado se entretiene con esto, Venus
aprovecha para robarle la flecha y dejarlo indefenso,
con aires de triunfo. Una flecha que mata
de verdad: Medio siglo antes de que Bronzino pintara
esta obra, la sífilis había hecho su eclosión en
Europa con efectos devastadores. Pronto los médicos se
percataron de que se transmitía sexualmente, es
decir, rindiendo culto a Venus. Y de ella se derivó el
nombre de “enfermedad venérea”.
En este abrazo erótico, Cupido casi aplasta con el pie a la paloma de
la paz. ¿Está sugiriendo que es la pasión amorosa la que empieza
las guerras y las disputas?
Tras esta pareja lujuriosa aparece un niño a punto de tirarles rosas para celebrarlo. Tan
contento está, que no se da cuenta de que se ha pinchado el pie con una espina. Y tras él,
una preciosa joven sostiene un panal de miel con gesto dulce. De nuevo simboliza el engaño.
Y es que aunque va peinada y vestida como una encantadora dama noble, con su apetitoso
panal dispuesto a ser regalado, esconde su aguijón con la otra mano. Si continuamos
mirando y nos fijamos en su cuerpo, vemos que sus ropas se transforman en el cuerpo de
una bestia venenosa semejante a un reptil. El engaño se representa en el arte mediante las
máscaras, que también aparecen bajo el niño. “La maldad usa muchas máscaras, la más
peligrosa es la máscara de la virtud” Decían en Sleepy Hollow. Pues eso pensaba también
Bronzino.
Locura y enfermedad: la sífilis
Desde la Edad Media hasta el siglo XVII, los bufones de las cortes eran los
locos, enajenados o discapacitados. La realeza y la aristocracia de toda
Europa, en un alarde de crueldad bien vista por la sociedad, se divertían a
su costa. La locura de Bronzino aparece en forma de un joven sonriente
con cascabeles en los tobillos (el niño que hemos visto antes celebrando
el beso erótico entre Venus y Cupido). ¿Qué representa? Este niño va
corriendo para celebrar el amor, sin darse cuenta de que se pincha a cada
paso -o quizá es que no le importan las consecuencias-. Representa
el Placer Loco, que lleva a la perdición.
A la izquierda del cuadro aparece un hombre que se lleva las manos a la
cabeza mientras grita, atormentado por una mente enferma. Este hombre se
identifica clásicamente con los celos y la irracionalidad.
Pero en 1986, Conway llamó la atención sobre la presencia de signos de
sífilis secundaria en este personaje. Su cabeza se retuerce de dolor, y la estruja entre
sus dedos con nódulos muy visibles. Además ha perdido una uña por la enfermedad.
La pérdida de dientes también puede ser relacionada al saturnismo o intoxicación por
mercurio… muy utilizado en la época para tratar los casos de sífilis.
El Tiempo y el Olvido
Al fondo a la derecha, un anciano representa a Chronos, dios del Tiempo. Aparece con un reloj de arena a su espalda, y
está descorriendo la cortina para desvelar lo que ocurre en el cuadro. El reloj de arena representa el fluir del tiempo,
inevitable y guiándonos hacia el fin de nuestras vidas.
La última figura, en la esquina superior izquierda, es Oblivion (el Olvido). Este personaje se encuentra tras el telón, con
gesto entre sorprendido y afligido se pelea con el tiempo. Al olvido le falta la parte superior de su cabeza… que según
algunos eruditos coincide con la parte del cráneo donde se encuentra la memoria. Posiblemente el personaje
quiere esconder la verdad, sin embargo, el Padre Tiempo lo impide, «haciendo alusión a los retardados efectos de la
sífilis».
Sesion 04
Visionado de vídeo pendiente
«INTRODUCCIÓN A LA ESTÉTICA»
Veamos ahora un vídeo del cuadro para fijarnos en lo que
hemos ido viendo.
Sesion 04
Seguimos con la proporción áurea en el arte
Y con las reglas clásicas de la composición
En la arquitectura del Partenón, en la Gran Pirámide de Gizeh, en palacios de
la antigua Babilonia… Se supone que es posible encontrar ejemplos del uso
de la proporción áurea en decenas de obras arquitectónicas a lo largo de la
historia. Pero expertos en matemáticas y arte llaman al escepticismo:
tomando las medidas necesarias sería posible encontrar esta proporción en
cualquier sitio, pero eso no significa que fuese utilizada de forma consciente
Hay un edificio histórico en nuestro país, que seguramente muchos de los lectores han contemplado, escudriñado al
detalle en busca de la famosa rana que asegura el aprobado a fin de curso, cuya reconstrucción en el siglo XV estuvo
guiada por la relación de oro. ¿Sabeis cuál es? Pues la fachada de la Universidad de Salamanca
El artista español Salvador Dalí tenía muchas inquietudes y una
inclinación por la ciencia. Trabajó con el matemático rumano Matila
Ghyka durante meses haciendo diversos cálculos antes de comenzar una
de sus obras más famosas, Leda Atómica. En ella, la composición y los
objetos representados guardan una estricta proporción entre sí y
respecto al cuadro al completo. Además, están distribuidos en las cinco
puntas de un pentagrama áureo.
Tendremos ocasión de profundizar en la proporción áurea en el arte.
Ahora continuamos con algunas reglas más de la composición clásica
En fotografía se ha utilizado la proporción áurea desde sus
orígenes, intentando encuadrar los objetos en los puntos
fuertes de esta espiral. Los resultados suelen ser armónicos y
equilibrados utilizando esta técnica de composición.
Regla de los tercios
La regla de los tercios es una de las normas de composición
más famosas y usadas.
La regla de los tercios es una de las técnicas compositivas más
útiles en fotografía. Esto se debe a que puede aplicarse a
cualquier tipo de foto para producir imágenes bien
equilibradas y que atraigan la atención.
Componer según la regla de los tercios implica dividir
mentalmente la imagen en 3 partes iguales. Para ello
colocaremos en ese cuadro dos líneas imaginarias
equidistantes. Tanto verticales como horizontales. Con esto
conseguiremos cuatro puntos en los que las líneas coincidirán
que son los llamados Puntos Fuertes o Principales de la
imagen.
La regla de los tercios se basa en que una composición en la
que los elementos estén alejados del centro es más placentera
para el ojo y parece más natural que una en la que el objeto o
sujeto está colocado justo en medio del cuadro.
Por esto, las imágenes resultarán más armónicas y ordenadas
en cuanto a su composición si colocamos los elementos
importantes en los puntos fuertes o principales. Esto hará que
el peso visual aumente y toda la fotografía esté más
equilibrada. El resto de los elementos de la escena pueden ir
en los restantes puntos fuertes.
¿Cómo usar al regla de los tercios?
Cuando estemos ante una escena que queramos fotografiar
debemos imaginar las líneas que dividen el cuadro en tres y
cómo quedará lo que tenemos delante divididos en esas
partes. Ahora, debemos evaluar cuáles son los elementos más
importantes que tenemos delante e intentar colocarlos lo más
cerca posible de las intersecciones que ha formado la
cuadrícula.
En paisajes se recomienda colocar el horizonte en
una de esas líneas divisorias. De este modo
evitaremos la sensación de partir en dos la imagen
al situar el horizonte justo en medio de la imagen.
En cuanto a los retratos, lo mejor es posicionar a la
gente en uno de los lados del cuadro y dejar lo que
llamamos Aire al otro lado. Esto está directamente
relacionado con la Ley de la Mirada.
Cuando los retratos son primeros planos se
recomienda situar los ojos en alguno de los
puntos fuertes mencionados.
Sesion 04
… Porque vamos a analizar la VENUS de Urbino
16 Ejercicios Para Mejorar Tu Composición Fotográfica
En fotografía, composición y luz lo son todo, porque componer es nuestra forma de pintar el lienzo, de ordenar los
elementos dentro del encuadre, de escribir la historia, de enseñar y resaltar aquello que es importante en nuestra
imagen. Es en definitiva, toda la narración de la escena, su sentido y su justificación.
1.Piensa antes de tomar la fotografía
Este ejercicio puede parecerte evidente, pero es
el que menos solemos cumplir. Vemos una
imagen, apuntamos y disparamos. Y esto no es
una competición a ver quién es más rápido, ni
un duelo del salvaje oeste. De lo que se trata es
de conseguir la mejor imagen posible, de forma
consciente. Porque alguna habrá que por
casualidad te quede fantástica, pero te aseguro
que serán las menos, así que antes de apretar el
obturador piensa, ¿Qué quieres transmitir y por
qué?, ¿Cuál es la mejor forma de hacerlo?
2.Estudia las reglas de composición
Léete las diferentes reglas de composición e
intenta interiorizarlas hasta que te sean
familiares.
3.Practica las reglas de composición una a una
Después de echarle un vistazo a las diferentes reglas de
composición, la única vía para afianzar los conceptos es
practicando con ellos. La mejor forma de hacerlo es, por
ejemplo, escoger una regla cada vez y practicarla hasta tenerla
bien asimilada. Puedes hacer una regla cada día que salgas a
practicar con tu cámara. Si ese día toca la “regla de los tercios”
procura que todas tus imágenes utilicen esta forma de
componer. Al día siguiente puedes practicar la ley de la
mirada, al día siguiente puedes acercarte a la playa o a
cualquier otro horizonte que tengas a tu disposición y regirte
por la ley del horizonte, etcétera. A través de la práctica no
sólo interiorizarás los conceptos, también podrás ir definiendo
y analizando tus propios resultados y gustos.
Una vez las domines, prueba a combinar varias de ellas para
ayudarte a resaltar el centro de interés de tu imagen.
4.Rompe las reglas
La originalidad es esencial en cualquier disciplina
artística. Si nadie se atreviera a romper las reglas
de vez en cuando, todas las imágenes serían
iguales, así que una vez domines las reglas de
composición, intenta darles un toque personal y
único a tus imágenes. Cuando alguien ve una de
tus fotos y te diga “Es muy de tu estilo” es que vas
por buen camino
5.Haz una serie a partir de un elemento simple
Por ejemplo, fotografía una caja de cerillas de 10
formas diferentes. Te aseguro que no es nada fácil
y que vas a tener que exprimirte el cerebro para
conseguir 10 imágenes de una caja de cerillas que
valgan la pena. Pero lo mejor es que se puede
hacer, y que con imaginación y perseverancia
puedes conseguir fotos que ni tú mismo te creías
capaz de hacer. Este ejercicio te ayudará a
detenerte ante la escena, a pensar, a buscar
puntos de vista diferentes y originales, y sobre
todo, a practicar composición.
6.Olvídate del Zoom
Nadie dijo que aprender fuera fácil. Si de verdad
quieres aprender fotografía tendrás que poner de tu
parte algo de esfuerzo. Olvídate del zoom por una
temporada (tranquilo, no es para siempre) y empieza
a moverte para conseguir las imágenes que quieres.
Tu propio movimiento te abre un sinfín de
posibilidades en cuanto a composición, ya que si
mantienes los ojos bien abiertos, verás muchas más
posibilidades que de forma estática zoom arriba y
zoom abajo.
7.Busca puntos de vista diferentes y originales
¿Te suenan esos freaks que de vez en cuando aparecen tirados
por el suelo o colgando de un árbol para conseguir una buena
foto? Bien, pues saca el freak que llevas dentro y persigue la
mejor imagen que seas capaz de hacer. Prueba ángulos picados,
contrapicados, cenitales, normales… Esfuérzate y sé original y
nada se te resistirá.
8.Prohibido re-encuadrar
No, ni un poquito ¿En serio? En serio. Si quieres un encuadre mejor,
repite la foto tantas veces como sea necesario hasta dar con la que
quieres, pero para aprender olvídate de hacer “trampas”. Intenta
obtener siempre la imagen más perfecta que puedas soñar
olvidándote de San Photoshop
9.Limítate el número de fotos
O el tiempo mínimo entre una y otra, o mete una moneda de 10
céntimos de Euro en una hucha cada vez que aprietes el
obturador. Lo que sea que te frene a la hora de ponerte a disparar
como un loco porque claro, es gratis y así me aseguro de
conseguir la imagen. Gran error, es la forma más fácil de dejar la
composición al azar y de no pensar antes, durante y después de
tomar la foto. De esta forma aprenderás a valorar cada imagen e
intentarás sacar lo mejor de ella cada vez que dispares el
obturador.
10.No dejes de mirar
Busca líneas y formas, simetrías, reflejos, sombras… El fotógrafo
tiene la capacidad de ver lo que los otros no ven, pero esa
capacidad, para el gran común de los mortales, se obtiene sólo a
través de la práctica. Concédete unos instantes cada día para
ponerla en práctica.
11.Una foto al día
Sé que hay días que haces 390 fotos y que luego te pasas dos
semanas con el contador a 0. Eso no vale intenta conseguir
una imagen que te satisfaga cada día. O cada dos días o cada
tres. Pero no te des atracones de fotos una vez cada 6 meses y
luego dejes a tu pobre cámara morir de inanición, porque
progresar así es casi imposible. Como en todo, hay que ser
constante.
12.Imprime y analiza tus imágenes
Imprímelas, marca el centro de interés, las líneas, analiza cada
aspecto compositivo que quisieras remarcar y analiza
detenidamente si has conseguido lo que te habías propuesto.
Si es una buena imagen, si no, si podías mejorarla y cómo.
Más importante que conocer nuestras virtudes como
fotógrafos es conocer nuestros errores y ser conscientes de
nuestras debilidades.
13.Imprime y analiza otras imágenes
Escoge alguno de tus fotógrafos favoritos y analiza sus
imágenes. ¿Qué te gusta de esa imagen? ¿Por qué? ¿Cómo
está compuesta? ¿La mejorarías? ¿Cómo?
14.Sé exigente contigo mismo
Siempre, siempre se puede ser mejor y
siempre se puede aprender más. Así que no
te conformes nunca y exígete porque siempre
hay margen de mejora, y nunca se es lo
suficientemente bueno.
15.Persevera
No te frustres, nadie nace aprendiendo, y los
inicios siempre son complicados. Además la
composición es algo muy personal y a veces
nos cuesta encontrar nuestro lugar en ella, el
lugar en el que seamos nosotros mismos y
nos sintamos cómodos y satisfechos.
16.Practica, practica y practica
No hay otra forma de aprender, de superarse y de asimilar los conceptos. Cuanto más
practiques, más natural será la forma en la que utilices la composición, en la que apliques o
rompas sus normas, más la dominarás y menos necesitarás pensar en ella. Esto es como
todo lo que decidas empezar. Necesita horas, muchas horas de aprendizaje y
perfeccionamiento. Horas de entrega (y diversión), de errores, de mejoras, de pruebas…
¿Recuerdas la primera vez que te pusiste unos patines o te subiste a una bici? Imagino que a
pesar de que ese aprendizaje sí duele (Supongo que recuerdas algún que otro tortazo
monumental también) no te rendiste. Y si a día de hoy siguieras patinando seguro que serías
capaz de algún que otro triple Axel o similar. Bien, la fotografía es igual. No tiene misterio,
un poco de práctica aderezada con unas ganas constantes de aprender, una alta dosis de
entusiasmo y pasión, algo de perseverancia (o cabezonería) y resistencia al fracaso = mejores
imágenes.
Espero que pongas en práctica algunos de los ejercicios propuestos durante un tiempo. El
esfuerzo valdrá mucho la pena. Ah, y si lo compartes con alguien que creas que puede estar
interesado en leerlo, o que necesite un pequeño empujón compositivamente hablando, por
favor, compártelo con él o ella.
PUES VAMOS A PRACTICAR
Ejercicio de composicion fotografica
Descargar