¿Es realmente anormal lo que consideramos patológico? Juan Camilo Meneses Cortes Profesor: Luis Javier Tobón Restrepo Grupo: 03 Fundación Universitaria Luis Amigó Facultad de Psicología y Ciencias Sociales Medellín 2015 ¿Es realmente anormal lo que consideramos patológico? Introducción La psicopatología se ha concebido como la “ciencia que estudia la mente y la conducta humanas, aunque se centra en sus aspectos desviados o anormales” (Jarne, Talarn, Armayones, Horta, & Requena, 2011). Definido este aspecto, es necesario para el desarrollo de este escrito tomar en consideración los criterios psicopatológicos que sitúan a la psicopatología como una disciplina integradora de los aspectos biopsicosociales y estadísticos, y observar como estos permiten una adecuada y mejorada aunque aún controvertida definición de lo que son las conductas anormales. Además, se discutirá en base a lo anterior el porqué de las diferentes concepciones de lo anormal y lo normal en las culturas que evidencian grandes diferencias respecto a la occidental. Dentro de la larga y a la vez corta historia de la humanidad podemos encontrar que como lo señalan (Coto, Gómez, & Belloch, 2008) “en los primeros tiempos de la cultura griega, la explicación demonológica dominó el campo de las concepciones sobre la locura”, esta concepción siguió predominando varios siglos después hasta la edad media con el dominio de la iglesia católica y principios del renacimiento. Así, podemos afirmar que dominaba sobre todo, en la búsqueda de conocimiento el contexto social y político dominantes, sin embargo hubo quien se atrevió a pensar diferente (los pitagóricos, Hipócrates, Galeno y de más ilustres pensadores), que permitieron a los científicos posteriores tener una aproximación a lo que podría llegar a ser el estudio de lo patológico. Son muchos siglos los que tuvieron que transcurrir para poder crear las teorías que desde algún aspecto (biológico, psicológico o social) intentasen dar razón de aquella cuestión. Los pocos que se atrevían a pensar sobre otras formas de concebir lo patológico, aunque eran tenidos en cuenta, no se les asignaba gran valor debido a que casi siempre las creencias más arraigadas chocaban con lo que se publicaba como teorías que intentaban entender la realidad y en este caso lo normal y lo patológico en el ser humano. “Existe una tendencia natural en el ser humano a considerar ciertas conductas como de carácter psicopatológico. Términos como locura, posesión demoniaca, insania, demencia, psicosis, amok, etc.” (Jarne, Talarn, Armayones, Horta, & Requena, 2011) Como lo evidencian estos autores han sido diversas las formas en que se ha catalogado lo anormal a lo largo de la historia, y es que este interés por lo diferente, la intriga por lo que nos resulta poco entendible, es este asunto que varía de cultura en cultura el que nos lleva a preguntarnos: ¿Qué tan “normales” somos respecto a otras culturas y si lo que consideramos “anormal” en la nuestra realmente lo es?, para dar respuesta a estas cuestiones primero se debe tener en cuento los aspectos que se presentaran a continuación. Fue ya con el desarrollo del movimiento científico que empiezan a tomar más fuerza los estudios, pero casi siempre los aspectos biopsicosociales han sido observados y estudiados por separado. De ahí la importancia de la psicopatología como disciplina integradora y reguladora objetivamente desde una perspectiva científica de lo que se considera anormal. “(Un rasgo de personalidad, una capacidad intelectual, una actividad mental, un comportamiento, una emoción, un afecto, etc.) que resulta poco frecuente, que no entra en los límites de la distribución normal de la población que nos sirve de referencia.” (Belloch, Sandín, & Ramos, 2008). Es allí cuando entra en acción el criterio estadístico tomando a las diferentes poblaciones como marco y en las cuales se pueda observar lo que se aleja de la media. Por ejemplo se puede determinar que “las diez principales causas de discapacidad en el mundo incluyen la esquizofrenia, los trastornos del estado de ánimo (depresión y manía) y el alcoholismo, junto con la tuberculosis y la anemia por deficiencia de hierro.” (Sarason & Sarason, 2006) Pero no es así para todas las culturas, es decir, una comunidad indígena no va a padecer las mismas dificultades ni poseen las mismas conductas que “el resto del mundo”. “En cuanto a lo biológico se producen cambios a escala celular, molecular, en órganos y tejidos. Así mismo ocurren cambios bioquímicos que afectan las capacidades de adaptación, recuperación y defensa del organismo” (Ruiz, 2012). La incapacidad para adaptarse efectivamente a las demandas de la sociedad puede llegar a repercutir en el funcionamiento psíquico de las personas y a afectar además de cierta forma el funcionamiento “normal” de la sociedad, de igual forma esta última puede influir y afectar en las otras dos y de la misma manera crear conductas desadaptativas. “De hecho el hombre como ser bio-psico-social es un individuo dinámico que cambia a lo largo de toda la vida, y en esos cambios es influido y a la vez influye en su entorno.” (UNAD, 2009) La razón por la cual la psicopatología se ha interesado por ser una disciplina integradora, se debe en gran medida a que dentro del ámbito de lo que puede ser reconocido como lo normal y lo patológico o anormal, se deben tener en cuenta todos aquellos factores que constituyen en sí al ser humano y sus cambiantes condiciones de vida. Cada aspecto resulta entonces, importante e influyen de diferentes maneras en los trastornos mentales, por ejemplo la depresión puede contener en su etiología tanto aspectos biológicos como psicológicos, sin olvidar los sociales y así mismo desde diferentes modelos teóricos se puede observar este trastorno de diferentes formas. No se puede olvidar que de igual forma el modelo biopsicosocial tiene sus desventajas y una de ellas son las “dificultades teóricas y empíricas en la consideración de los factores de riesgo, según las diferentes posturas teóricas disciplinarias.” (Laham, 2006), por lo tanto es de esperar que surjan dificultades a la hora de tratar de considerar a los tres aspectos como una especie de “totalidad” en la que se pueda comprender al ser humano. Para finalizar, luego de haber visto cómo se pueden relacionar los aspectos biopsicosociales para un mayor entendimiento de la conducta anormal y la dificultad que conlleva hacer esto, se intentara dar respuesta a las interrogantes que surgieron en el texto. Las nociones de anormalidad variaran dependiendo de las sociedades y más específicamente de las culturas. Debe de ser anormal para un indígena observar por ejemplo como en la mayoría de las culturas se destruyen los recursos naturales para subsanar las comodidades y excentricidades que conlleva estar inmerso en tales culturas. Como lo es para los últimos observar que en una tribu africana realicen ritos dolorosos para tener más estatus. Aunque todavía hay quienes creen en la locura como causada por los demonios, el desarrollo de las ciencias ha permitido que el conocimiento acerca del ser humano haya dejado de ser tan místico y el resultado es que ahora existe un mayor conocimiento acerca de las patologías y esto se ve reflejado en los diferentes manuales de patologías que se han creado, siendo de los más usados el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM 5), claro está que este no se acomoda a todas las sociedades por las diferencias culturales y que por lo tanto existe la responsabilidad de que cada sociedad reconozca bien cuáles son los aspectos que se pueden considerar anormales dentro de ella ya que “independientemente de su fuerza y naturaleza, los problemas de salud mental demandan mucho de las personas que los experimentan y las comunidades deben tratar con ellos de alguna manera.” (Sarason & Sarason, 2006). Como conclusión final es importante recalcar la resonancia que ha tenido el modelo biopsicosocial en los últimos años y que en este se deben centrar en cualquier otra disciplina que de cualquier forma se centre en la especie humana. Nos queda la tarea de seguir tratando de entender las diferencias existentes entre las culturas y de siempre estar tratando de mejorar los conceptos por los cuales se guían la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento para mejorar las condiciones de vida de las personas que presentan la conducta patológica. Bibliografía Belloch, A., Sandín, B., & Ramos, F. (2008). Conceptos y modelos en psicopatología. En A. Belloch, B. Sandín, & F. Ramos, Manual de psicopatología (págs. 33-69). Madrid: McgrawHill. Coto, E., Gómez, Y., & Belloch, A. (2008). Historia de la psicopatología. En A. Belloch, B. Sandín, & F. Ramos, Manual de psicopatología (págs. 3-33). Madrid: McGrawHill. Jarne, A., Talarn, A., Armayones, M., Horta, E., & Requena, E. (2011). Psicopatología. UOC. Laham, M. (2006). Psicología de la salud. Recuperado el 24 de Agosto de 2015, de El modelo biopsicosocial: http://www.psicologiadelasalud.com.ar/ Ruiz, J. (Enero de 2012). BVS. Recuperado el 18 de Agosto de 2015, de Aida Chong Daniel: http://www.bvs.sld.cu/revistas/mgi/vol28_2_12/mgi09212.htm Sarason, I., & Sarason, B. (2006). Psicopatología. Psicología anormal: el problema de la conducta inadaptada. Undécima edición. México: PEARSON EDUCACIÓN. UNAD. (2009). Lección 6: El Individuo como Ser Bio-Psico-Social. Neiva: UNAD.