Las escobillas de carbón son una de las partes fundamentales en el funcionamiento de un motor eléctrico. Se pueden definir como el elemento que ejerce de conexión eléctrica entre la parte fija y la giratoria dentro de un motor eléctrico (rotor). Las escobillas para motores eléctricos son elementos cuya finalidad es realizar la presión necesaria sobre los colectores o anillos rotatorios, y que de esta manera se pueda realizar el contacto para el paso de la electricidad. Tipos de escobillas eléctricas Existen, dependiendo de su material de fabricación, diferentes familias de escobillas eléctricas. Carbón Amorfo: Utilizado habitualmente en maquinaria electro-portátil. Ideal para motores pequeños que giran a altas revoluciones (16.000/20.000 R.P.M). En velocidades superiores se utiliza este mismo tipo de material, pero incluyendo impregnaciones específicas. Electro-grafito: Utilizado en maquinaria de carga. Material especial para motores de corriente continua y motores de corriente alterna con anillos, con potencias superiores a 25Kw (20 C.V) e intensidades en torno a 300/400 amperios. Por encima de estas intensidades, se utiliza este mismo tipo de material, pero incluyendo impregnaciones específicas. Metalo-grafíticas: Son utilizadas de manera frecuente en carretillas elevadoras y grúas, así como en cualquier proceso en el que intervenga un motor sometido a intensidades muy elevadas y bajas tensiones, ya que este tipo de escobillas ofrecen poca resistividad eléctrica y soportan una carga eléctrica muy elevada. Baquelíticas: Antiguamente las escobillas más habituales, hoy en día en desuso frente a alternativas más duraderas y/o económicas. Soportan una gran intensidad de corriente en la fase de arranque, ya que son escobillas muy resistivas. Entre sus ventajas se encuentra la capacidad de regular la propia potencia del motor, pero entre sus inconvenientes, son fácilmente deformables. Escobillas planas: Fabricadas en materiales muy compactos, y especialmente indicadas para aplicaciones en espacios muy pequeños y en los que sea necesaria una altísimo conductividad, como por ejemplo dinamos o pararrayos. Este tipo de escobilla es el único en el que en un mismo motor puede variar drásticamente la composición de las escobillas, dependiendo de su aplicación.