Subido por Darling Estefania Argudo

retraso-parte-1

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UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MACHALA
UNIDAD ACADÉMICA DE CIENCIAS QUÍMICAS Y DE LA SALUD
CARRERA DE CIENCIAS MÉDICAS
ASIGNATURA:
Psiquiatría
TEMA:
FECHA:
Miércoles, 26 de junio del 2019
ESTUDIANTES:
 Darling Estefanía Argudo Jima
 John Jairo Molina Jaén
 Ricardo Morocho Figueroa
 Vicente Morocho Figueroa
DOCENTE:
Dr. Manuel Humberto Rodríguez Perdomo
D1 2019 – DECIMO SEMESTRE “A”
 RETRASO MENTAL F70-F79
F70
Retraso mental leve.
F71
Retraso mental moderado.
F72
Retraso mental grave.
F73
Retraso mental profundo.
F78
Otros retrasos mentales.
F79
Retraso
mental
especificación.
sin
El retraso mental es un trastorno definido por la presencia de un desarrollo mental
incompleto o detenido, caracterizado principalmente por el deterioro de las funciones
concretas de cada época del desarrollo y que contribuyen al nivel global de la inteligencia,
tales como las funciones cognoscitivas, las del lenguaje, las motrices y la socialización. El
retraso mental puede acompañarse de cualquier otro trastorno somático o mental. De hecho,
los afectados de un retraso mental pueden padecer todo el espectro de trastornos mentales y
su prevalencia es al menos tres o cuatro veces mayor en esta población que en la población
general. Además de esto, los individuos con retraso mental tienen un mayor riesgo de sufrir
explotación o abusos físicos y sexuales. La adaptación al ambiente está siempre afectada,
pero en un entorno social protegido, con el adecuado apoyo, puede no ser significativa en
enfermos con un retraso mental leve. Puede recurrirse a un cuarto carácter para especificar
el deterioro comportamental presente, siempre que no sea debido a un trastorno
concomitante:




F7x.0 Sin deterioro del comportamiento o con deterioro mínimo
F7x.1 Con deterioro del comportamiento importante que requiere atención o
tratamiento
F7x.8 Con otro deterioro del comportamiento
F7x.9 Sin alusión al deterioro del comportamiento
Pautas para el diagnóstico:
Para un diagnóstico definitivo debe estar presentes un deterioro del rendimiento intelectual,
que da lugar a una disminución de la capacidad de adaptarse a las exigencias cotidianas del
entorno social normal. Los trastornos somáticos o mentales asociados tienen una gran
repercusión en el cuadro clínico y en el rendimiento.
Se mencionan los cocientes intelectuales (CI) correspondientes a cada categoría. El CI debe
determinarse mediante la aplicación individual de tests de inteligencia estandarizados y
adaptados a la cultura del enfermo. Los tests adecuados deben seleccionarse de acuerdo con
el nivel de funcionamiento individual y las invalideces concretas adicionales, por ejemplo, por
tener en cuenta posibles problemas de la expresión del lenguaje, sordera y otros defectos
físicos.
Las escalas de madurez social y de adaptación aportan una información suplementaria
siempre y cuando estén adaptados a la cultura del enfermo y pueden completarse con
entrevistas a los padres o a las personas que cuidan a estos enfermos y que conocen la
capacidad del enfermo para la actividad cotidiana.
 F70 RETRASO MENTAL LEVE
Los individuos afectos de retraso mental leve adquieren tarde el lenguaje, pero la mayoría
alcanzan la capacidad de expresarse en la actividad cotidiana, de mantener una conversación
y de ser abordados en una entrevista clínica.
La mayoría de los afectados llegan a alcanzar una independencia completa para el cuidado de
su persona (comer, lavarse, vestirse, controlar los esfínteres), para actividades prácticas y
para las propias de la vida doméstica, aunque el desarrollo tenga lugar de un modo
considerablemente más lento de lo normal.
Las mayores dificultades se presentan en las actividades escolares y muchos tienen
problemas específicos en lectura y escritura.
Existe también una falta de madurez emocional o social notables, pueden presentarse
consecuencias del déficit, por ejemplo, para hacer frente a las demandas del matrimonio o la
educación de los hijos o dificultades para integrarse en las costumbres y expectativas de la
propia cultura.
Pautas para el diagnóstico
Si se utilizan tests de CI estandarizados de un modo adecuado el rango 50 al 69 corresponde a
un retraso mental leve.
Pueden presentarse además otros trastornos tales como autismo, otros trastornos del
desarrollo, epilepsia, trastorno disocial o discapacidades somáticas.
Incluye:
Debilidad mental.
Subnormalidad mental leve.
Oligofrenia leve.
Morón.
 F 71 RETRASO MENTAL MODERADO:
Los individuos incluidos en esta categoría presentan una lentitud en el desarrollo de la
comprensión y del uso del lenguaje y alcanzan en esta área un dominio limitado. La
adquisición de la capacidad de cuidado personal y de las funciones motrices también está
retrasadas, de tal manera que algunos de los afectados necesitan una supervisión
permanente.
Pero la mayoría de ellos alcanza un desarrollo normal de su capacidad social para relacionarse
con los demás y para participar en actividades sociales simples.
Pautas para el diagnóstico
El CI está comprendido entre 35 y 49.
Incluye:
Imbecilidad.
Subnormalidad mental moderada.
Oligofrenia moderada
 F 72 RETRASO MENTAL GRAVE:
Tanto el cuadro clínico, como la etiología orgánica y la asociación con otros trastornos son
similares a los del retraso mental moderado, siendo lo más frecuente en este grupo unas
adquisiciones de nivel mas bajos. Muchas personas dentro de esta categoría padecen un
grado marcado de déficit motor o de la presencia de otros déficits que indica la presencia de
un daño o una anomalía del desarrollo del sistema nervioso central, de significación clínica.
Pautas para el diagnóstico
El CI está comprendido entre 20 y 34.
Incluye:
Subnormalidad mental grave.
Oligofrenia grave.
 F73 RETRASO MENTAL PROFUNDO
El cociente intelectual en esta categoría es inferior a 20, lo que significa en la práctica que los
afectados están totalmente incapacitados para comprender instrucciones o requerimientos o
para actuar de acuerdo con ellas. La mayoría tienen una movilidad muy restringida o
totalmente inexistente, no controlan esfínteres y son capaces en el mejor de los casos sólo de
formas muy rudimentarias de comunicación no verbal. Poseen una muy limitada capacidad
para cuidar sus necesidades básicas y requieren ayuda y supervisión constante.
Pautas para el diagnóstico
En la mayoría de los casos puede ponerse de manifiesto una etiología orgánica. Lo más
frecuente es que se acompañen de déficits somáticos o neurológicos graves que afectan a la
motilidad, de epilepsia o de déficits visuales o de audición
Incluye:
Idiocia.
Subnormalidad mental profunda.
Oligofrenia profunda.
Trastornos del Desarrollo Psicológico:
Generalidades:

Comienzo siempre en la primera o segunda infancia.

Deterioro o retraso del desarrollo de las funciones que están íntimamente
relacionadas con la maduración biológica del sistema nervioso central.

Curso estable que no se ve afectado por las remisiones y recaídas que tienden a
ser características de muchos trastornos mentales.
En la mayoría de los casos las funciones afectadas son el lenguaje, rendimiento de las
funciones viso-espaciales o de coordinación de movimientos. Lo característico es que el
deterioro disminuye progresivamente o mediante que los niños crezcan (esto es aun cuando
en la vida suelen persistir déficit leve). La historia suele ser de un retraso o deterioro que han
estado presente desde el momento en que sus manifestaciones fueron detectadas de forma
fiable y sin que haya habido un periodo anterior de desarrollo normal.
La incidencia de la mayoría de estos trastornos es igual en ambos sexos. También son
características importantes como antecedentes familiares con trastornos iguales o parecidos
y en la etiología de muchos, pero no todos los casos se supone que los factores genéticos
desempeña un factor importante. A menudo los factores ambientales influyen en el grado de
las funciones afectadas, pero en la mayoría de los casos no tienen mayor influencia. Sin
embargo, aunque haya acuerdos generales para el conjunto de definiciones en los trastornos
de esta sección en la mayoría de los casos la etiología es desconocida y existe mucha
incertidumbre tanto para delimitarlos como para subdividirlos. Por otra parte, hay dos tipos
de categorías incluidas en esta sección que no satisfacen planamente las pautas de la
definición general.
Hay trastornos en la que indudablemente ha existido una fase anterior al desarrollo normal,
tales como el trastorno desintegrativo de la infancia, el síndrome de Landau-Kleffner y ciertos
casos de autismo. Por otra parte hay trastornos que están definidos primeramente en
términos de desviaciones de las funciones.
Más aún si hay un solapamiento con los otros trastornos del desarrollo, tanto en los rasgos de
los casos aislados como en las formas como se agrupan en familias. Estos trastornos
constituyen una amplia gama de dificultades que se caracterizan por su especificidad,
contrariamente a lo que sucede con el retraso mental que es un retraso generalizado. La
clasificación tiende a superarlas por nomenclatura:
Trastornos del aprendizaje, trastorno de la comunicación del habla, trastorno de las
habilidades motoras, trastornos especifico del desarrollo del habla y del lenguaje, trastornos
especifico del desarrollo del aprendizaje escolar y trastorno especifico del desarrollo
psicomotor que se ubica con otros nombres en el CIE-10.
El desarrollo cognoscitivo no sigue un patrón uniforme y por esta circunstancia se observan
aéreas de buen o mejor desarrollo y de otras de menor desarrollo o déficit. Al respecto nos
dice los problemas específicos del aprendizaje cuando en un desarrollo cognoscitivo normal
se presenta un área particularmente deficitaria y, cuando en un desarrollo cognoscitivo
deficitario se observa una habilidad que supera la normalidad, esto es o se puede evidenciar
con mayor frecuencia en: Dislexia, Disfasia, Dispraxia, Disfemia, Dificultades espaciales, y
utilizamos anteponiendo DIS, para hablar de los problemas del desarrollo y del prefijo A,
parta nombrar los defectos adquiridos (disfasia vs. afasia, dispraxia vs. apraxia).
TRASTORNOS DEL DESARROLLO (F80-F89)
F80 Trastornos específicos del desarrollo del habla y del lenguaje
F80.0 Trastorno específico de la pronunciación
F80.1 Trastorno del lenguaje expresivo
F80.2 Trastorno de la recepción del lenguaje
F80.3 Afasia adquirida con epilepsia [Landau-Kleffner]
F80.8 Otros trastornos del desarrollo del habla y del lenguaje
F80.9 Trastorno del desarrollo del habla y del lenguaje no especificado
F81 Trastornos específicos del desarrollo de las habilidades escolares
F81.0 Trastorno específico de la lectura
F81.1 Trastorno específico del deletreo [ortografía]
F81.2 Trastorno específico de las habilidades aritméticas
F81.3 Trastorno mixto de las habilidades escolares
F81.8 Otros trastornos del desarrollo de las habilidades escolares
F81.9 Trastorno del desarrollo de las habilidades escolares, no especificado
F82 Trastorno específico del desarrollo de la función motriz
F83 Trastornos específicos mixtos del desarrollo
F84 Trastornos generalizados del desarrollo
F84.0 Autismo en la niñez
F84.1 Autismo atípico
F84.2 Síndrome de Rett
F84.3 Otro trastorno desintegrativo de la niñez
F84.4 Trastorno hiperactivo asociado con retraso mental y movimientos estereotipados
F84.5 Síndrome de Asperger
F84.8 Otros trastornos generalizados del desarrollo
F84.9 Trastorno generalizado del desarrollo no especificado
F88
Otros trastornos del desarrollo psicológico
F89
Trastorno del desarrollo psicológico, no especificado
SIGNOS DE ALARMA EN LAS DIFERENTES ETAPAS DEL DESARROLLO
PSICOLÓGICO INFANTOJUVENIL
SIGNOS TEMPRANOS DE ALARMA (NEURODESARROLLO)
Existen algunos parámetros que nos permiten identificar alteraciones relevantes en el
neurodesarrollo, como son la falla en el progreso del desarrollo a una edad determinada, el
desarrollo asimétrico del movimiento, tono o reflejos, la pérdida de habilidades previamente
adquiridas, y la pobreza de interacción social y psicoafectividad. Algunas alteraciones
específicas que pueden hallarse desde edades muy tempranas son de tipo motor: pulgar
cautivo, dominancia establecida antes del primer año, persistencia de reflejos primitivos,
anormalidades persistentes del tono muscular y demora en la aparición de reflejos. Otro
aspecto de interés mayor en los últimos años es el desarrollo social, con el objetivo de la
identificación temprana de trastornos del espectro autista. El desarrollo sensorial debe ser
evaluado en el niño muy pequeño, quien debe ser capaz de responder a estímulos visuales y
auditivos en forma adecuada en el primer trimestre de vida. Finalmente, una curva anormal
de crecimiento craneal es otro signo de alarma relevante.
En el recién nacido:
Signos de alerta:
- No reacciona adecuadamente ante un estímulo.
- No mueve la cabeza.
- No emite sonidos guturales.
A los 3 meses:
Signos de alerta
- Poco seguimiento ocular, no interés visual.
- No vocaliza.
- Sonríe poco.
- Muestra apatía o irritabilidad.
- Mantiene la mano cerrada y no logra llevarla a la línea media.
- Reacción de susto exagerada.
A los 6 meses:
Signos de alerta:
- Cortos periodos de atención, muestra apatía o mucha inquietud.
- No vocaliza.
- En posición supina se mira mucho las manos.
- No observa objetos en sus manos.
- No hay agarre voluntario, manos cerradas.
- No ayuda a sentarse, no se sostiene sentado ni brevemente.
- Se relaciona poco, a veces ni con la madre.
A los 9 meses:
Signos de alerta:
- Mano poco activa y muy cerrada.
- Agarre pobre, sin pinza.
- No golpea un cubito contra otra superficie.
- No mira pequeños objetos.
- No logra silabeo continuo.
Al término de 1 año:
Signos de alerta:
- Observación y manipulación pobre.
- Deficiencia en comprender y gesticular.
- No busca objeto.
- Vocabulario menor de tres palabras.
- No se pone de pie.
- Se muestra apático e indiferente al medio.
- No responde a su nombre
Al 1½ año:
Signos de alerta:
- Contacto ocular pobre o inconstante
- No señala con el dedo
- No muestra ni señala para pedir o solicitar atención
- No hace juego simbólico ni utiliza el juguete de forma adecuada. El juguete lo
lleva a la boca, lo muerde, lo chupa o lo tira o lo alinea.
- Lenguaje escaso, no dice frases o no hay lenguaje o repite sólo lo que oye de los
adultos (ecolalia).
- Marcado interés en mirarse las manos o hacer movimientos caprichosos con los
dedos.
- Escasa relación con las personas.
- No muestra contacto afectivo, no besa.
A los 2 años:
Signos de alerta:
- No sube ni baja escalera.
- No estructura frases.
- No gira cuando dicen su nombre.
- No presta atención; no se concentra.
A los 3 años:
Signos de alerta:
- No salta con los dos pies.
- No maneja la cuchara.
- No dice frases cortas.
- No es afectivo.
- No juega solo ni con otros niños.
A los 4 años:
Signos de alerta:
- No corre.
- No hace preguntas.
- No repite frases.
- No imita.
- Juega solo, no se relaciona con otros niños.
A los 5 años:
Signos de alerta:
- No corre a velocidad.
- No agrupa objetos con propiedades comunes.
- Lenguaje con vocabulario escaso.
- No realiza actividades solo (vestirse, comer, ponerse zapatos).
- No hace por dibujar, garabatear, colorear.
- Se mantiene aislado de los otros niños.
Signos de alerta en la edad escolar:
- Hiperkinesia en la casa, escuela u otro lugar por más de 6 meses.
- Distractibilidad en la casa, escuela u otro lugar por más de 6 meses.
- Impulsividad en la casa, escuela u otro lugar por más de 6 meses.
- Agresividad en la casa, escuela u otro lugar por más de 6 meses.
- Baja tolerancia a las frustraciones.
- Disminución del rendimiento académico.
- Dificultades para la escritura.
- Dificultades para la lectura.
- Dificultades para las matemáticas.
- Dificultades del control muscular.
- Rechazo del grupo escolar.
- Desmotivación escolar.
- Fuga escolar.
- Disfunción familiar.
- Depresión.
- Trastorno del sueño (pesadilla, sonambulismo, bruxismo, terror nocturno).
- Ansiedad.
- Timidez.
-Ansiedad de separación.
- Onicofagia.
- Enuresis.
- Encopresis.
Adolescencia de los 10 a los 19 años:
Signos de alerta:
- Deserción escolar o negligencia en el cumplimiento de las normas escolares
- Desvinculación del estudio o trabajo.
- Transgresiones de normas familiares y/o sociales.
- Pocas relaciones sociales.
- Conducta agresiva encubierta.
- Inestabilidad anímica y motivacional.
- Inadecuado control de las emociones.
- Trastornos psicosomáticos (depresión subclínica).
- Trastornos del sueño.
- Trastorno del apetito.
- Hábitos tóxicos.
- Conductas sexuales desordenadas.
- Depresión.
- Ideas suicidas.
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
 Neurodesarrollo infantil: características normales y signos de alarma en el niño menor de
cinco
años.
Perú
(2015).
Recuperado
de:
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-46342015000300022
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