Subido por Alberto Morao

MALARIA Y FACTORES DE RIESGO

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MALARIA Y FACTORES DE RIESGO
El paludismo, o malaria, es una enfermedad potencialmente mortal causada por parásitos
que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género
Anopheles. Se trata de una enfermedad prevenible y curable. Es la primera enfermedad de
importancia entre las enfermedades debilitantes.
El paludismo es causado por parásitos del género Plasmodium que se transmiten al ser
humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género Anopheles, los llamados
vectores del paludismo. La enfermedad puede ser causada por una o por varias de las diferentes
especies de Plasmodium: Plasmodium falciparum, Plasmodium vivax, Plasmodium malariae,
Plasmodium ovale o Plasmodium knowlesi, las tres primeras de las cuales son las reportadas en el
continente americano y las dos primeras son las más peligrosas.
La única forma posible de contagio directo entre humanos es que una mujer embarazada lo
transmita por vía placentaria al feto, también es posible la transmisión por transfusiones
sanguíneas de donantes que han padecido la enfermedad.
Los síntomas son muy variados, empezando con fiebre, escalofríos, sudoración y dolor de
cabeza. Además se puede presentar náuseas, vómitos, tos, heces con sangre, dolores musculares,
ictericia, defectos de la coagulación sanguínea, shock, insuficiencia renal o hepática, trastornos del
sistema nervioso central y coma. La fiebre y los escalofríos son síntomas cíclicos, repitiéndose cada
dos o tres días.
La OMS recomienda que antes de administrar el tratamiento se confirme el diagnóstico con
métodos parasitológicos. Se utilizan la microscopía y las pruebas rápidas de detección de Ag en
sangre para obtener los resultados en menos de una hora. Tambien se puede dar un diagnóstico
diferencial entre malaria y la fiebre de Zika
Con respecto al tratamiento del paludismo, es menester mencionar que los esquemas
antipalúdicos varían de país a país, debido a que se basan en estudios de resistencia a
antimaláricos que se realizan de manera periódica, generalmente de acuerdo a un protocolo
establecido por la agencia local de la Organización Mundial de la Salud. Se han observado
resistencias de los parásitos a varios antipalúdicos. Las tasas de resistencia aumentan a medida
que el uso de nuevos antipalúdicos también aumenta. La microscopía es el único método fiable
para controlar la eficacia del tratamiento. Algunos de los fármacos que pueden emplearse son
Primaquina, Cloroquina, Atavacuona, derivados de Artemisinina, Lumefantrine, Quinina. Si hay
resistencias suele utilizarse atavacuona-proguanil y en la malaria grave producida por P.
falciparum se emplea quinina + doxiciclina y artemeter (artemisina).
Las vacunas para la malaria están en desarrollo, no hay disponible todavía una vacuna
completamente eficaz.
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